obsidian/es/conferencias/2004/08/spa-2004-08-04-1-jesucristo...

52 KiB

title date activity place city state country duration public youtube translations files
Jesucristo como Panadero 2004-08-04 1 Antigua Guatemala Sacatepéquez GT 00:00:00 false

Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes; es para mí un privilegio y bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Reciban todos saludos de mi esposa Erica, y también los niños reciban saludos de América y de Yahannah Gabriela.

Para esta ocasión leemos en el Evangelio según San Juan, capítulo 6, versos 25 en adelante:

Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá?

Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.

Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.

Entonces le dijeron: ¿Qué debemos hacer para poner en práctica las obras de Dios?

Respondió Jesús y les dijo: Esta es la obra de Dios, que creáis en el que él ha enviado.

Le dijeron entonces: ¿Qué señal, pues, haces tú, para que veamos, y te creamos? ¿Qué obra haces?

Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: Pan del cielo les dio a comer.

Y Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: No os dio Moisés el pan del cielo, mas mi Padre os da el verdadero pan del cielo.

Porque el pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo.

Le dijeron: Señor, danos siempre este pan.

Jesús les dijo: Yo soy el pan de vida; el que a mí viene, nunca tendrá hambre; y el que en mí cree, no tendrá sed jamás.

Mas os he dicho, que aunque me habéis visto, no creéis.

Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que a mí viene, no le echo fuera.

Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.

Y esta es la voluntad del Padre, el que me envió: Que de todo lo que me diere, no pierda yo nada, sino que lo resucite en el día postrero.

Y esta es la voluntad del que me ha enviado: Que todo aquel que ve al Hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Nuestro tema para esta ocasión es: “JESUCRISTO COMO EL PANADERO,” Jesucristo como Panadero, que da Pan de Vida al ser humano.

El panadero prepara el pan, la masa, lo coloca en el horno y prepara el pan y luego lo distribuye a sus clientes.

Y ahora, Cristo es el que tiene el Pan de Vida eterna, y Él mismo es el Pan de Vida eterna.

Ahora, encontramos que en el desierto el pueblo hebreo recibió maná del Cielo, pan del Cielo, el cual fue enviado por Dios, y durante cuarenta años ellos comieron pan del Cielo: maná. Pero ese pan que venía del Cielo no era el verdadero pan que da Vida eterna al ser humano, era un pan que daba vida temporera a los hijos de Israel. Tenían que todos los días comer de ese pan para vivir.

Ahora, ese pan es tipo y figura del Pan del Cielo, que es Jesucristo el cual da vida al ser humano, a todo aquel que come de este Pan, que es Jesucristo. ¿Y cómo comemos ese Pan? Siendo que Él es el Verbo que era con Dios y era Dios, o sea, la Palabra, el Verbo, por consiguiente el Verbo se hizo carne y habitó en medio del pueblo hebreo, y Él es el Pan de Vida eterna, en Él estaba la vida, y la vida era la Luz de los hombres.

Ahora, vean ustedes, y la Vida, el Verbo, aquella Luz verdadera que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. ¿Y cómo venía? Venía en carne humana, el Verbo fue hecho carne y habitó en medio de nosotros los seres humanos en la tierra de Israel. Y por eso Él es el Pan de Vida eterna, y por eso Él, el Hijo del Hombre es el que da ese Pan de Vida eterna, y por consiguiente el que come de este pan vivirá eternamente, porque no solamente de pan físico vivirá el ser humano, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios.

Por consiguiente Él siendo el Verbo, la Palabra, Él es el Pan de Vida eterna para todo ser humano, y así como comemos el pan físico, el alimento físico, la comida física para vivir una vida temporera, necesitamos comer el Pan de Vida eterna, que es Cristo, para poder vivir eternamente, para poder obtener esa Vida eterna; y por consiguiente comemos a Cristo, el Pan de Vida eterna, creyendo en Él con toda nuestra alma, y recibiéndolo como nuestro único y suficiente Salvador, eso es la forma de comer el Pan de Vida eterna que es Cristo nuestro Salvador; así comemos el pan físico, el alimento físico, la comida física para vivir una vida temporera.

Pero ahora para vivir nuestra alma eternamente, ¿qué necesitamos? Así como necesitamos el alimento físico para el cuerpo físico, necesitamos el Alimento Espiritual para nuestra alma, y comemos ese Alimento Espiritual con nuestra alma creyendo en Cristo como nuestro único y suficiente Salvador, porque con el corazón, con el alma, se cree para justicia, y esa fe para creer viene por el oír la Palabra de Dios. Y cuando se escucha la Palabra de Dios y se la come la persona, nace ahí la fe para creer en Cristo como su único y suficiente Salvador, y obtener la salvación y Vida eterna, y confiesa públicamente su fe en Cristo recibiendo a Cristo como su único y suficiente Salvador.

¿Vieron lo sencillo que es todo? ¿Vieron lo sencillo que es comer de Cristo, el Pan de Vida eterna para obtener la Vida eterna y vivir con Cristo en Su Reino por toda la eternidad? Es todo tan sencillo que hasta los niños lo pueden entender, y hasta las personas que nunca han estudiado en la escuela también lo pueden entender; porque la fe viene por el oír la Palabra de Dios, y nace ahí en el alma de la persona la fe para creer en Cristo como su único y suficiente Salvador, y la persona descubre que a medida que va escuchando la predicación del Evangelio de Cristo, va ahí su fe naciendo y creciendo, porque así como la fe viene por el oír la Palabra de Dios, también la fe crece por el oír la Palabra de Dios.

Por lo tanto, las personas que quieren tener más fe, entonces escuchen más la Palabra de Dios, porque por medio de escuchar la Palabra es que la fe va creciendo.

Ahora, tenemos nuestro tema: “JESUCRISTO COMO EL PANADERO,” el que tiene el Pan para todo ser humano, y Él es el Pan de Vida eterna, el cual se ha dado por nosotros, y de ese Pan es que nosotros comemos cuando lo recibimos como nuestro único y suficiente Salvador, comemos ese Pan por la fe, o sea, con la fe es que comemos espiritualmente ese Pan, a Cristo, y lo recibimos como nuestro único y suficiente Salvador.

En los días del Profeta Elías hubo una sequía grande de tres años y medio y hubo escasez, pero vean ustedes, todo eso vino por la Palabra de Dios en la boca de Elías, que decretó una sequía, pero después de ese tiempo él había dicho: “No habrá lluvia ni rocío sobre la tierra, sino por mi Palabra.” Y luego de tres años y medio Elías volvió a orar y a hablar la Palabra, y vino lluvia sobre la Tierra.

Ahora, durante el lapso de tiempo de esa sequía, hubo una escasez de alimento para el cuerpo físico; y en este tiempo en el cual estamos viviendo, conforme a las profecías bíblicas tenemos la Escritura profética que nos dice en Amós, capítulo 8, verso 11 en adelante, que habrá hambre sobre la Tierra. Ahora vean, capítulo 8, verso 11 en adelante de Amós, dice:

He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová.”

El hambre física es terrible, pero el hambre espiritual es más terrible todavía, porque todo ser humano así como necesita alimentar su cuerpo, necesita alimentar su alma, para que su alma no muera espiritualmente. Por lo tanto, la profecía dice que habrá hambre sobre la Tierra, no hambre de pan ni sed de agua, sino de oír la Palabra de Jehová.

Para este tiempo final, conforme a las profecías bíblicas, ha sido decretada esta hambre espiritual, y por la Palabra de Elías ha sido decretada, y por la Palabra de Elías es que puede venir Lluvia Espiritual sobre la raza humana, para traer el Alimento Espiritual para todos los seres humanos, porque el ministerio del tiempo final es el ministerio de Elías, de Elías en su cuarta manifestación y de Elías en su quinta manifestación.

Elías en su quinta manifestación viene con Moisés, y son los Dos Olivos, los Dos Candeleros, los Dos Ungidos que están delante de la presencia de Dios; ya el cuarto Elías vino y se fue, y fue el precursor de la Segunda Venida de Cristo; y para los que quieren saber quién fue el Elías que precursó la Segunda Venida de Cristo, fue el Rvdo. William Branham. Así como Juan el Bautista fue el precursor de la Primera Venida de Cristo, y Cristo dijo: “Si ustedes lo quieren recibir, él es aquel Elías que habría de venir,” hablando de Juan el Bautista.

Ahora, nosotros estamos viviendo en el tiempo que el único ministerio es el ministerio de Moisés, de Elías y de Jesús para el tiempo final, en el tiempo en que hay hambre y sed espiritual en el alma de los seres humanos.

Y solamente por la Palabra de Elías en su quinta manifestación es que viene la lluvia espiritual, la Lluvia Tardía y la Lluvia Temprana para traer el Alimento Espiritual para el alma de los seres humanos. Y la Lluvia Temprana es el Evangelio de la Gracia que gira alrededor de la Primera Venida de Cristo, y la Lluvia Tardía es el Evangelio del Reino que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo.

Por lo tanto, Elías en su quinta manifestación vendrá predicando el Evangelio de la Gracia y el Evangelio del Reino, vendrá hablando acerca de la Primera Venida de Cristo y acerca de la Segunda Venida de Cristo, y así estará trayendo el Alimento Espiritual para nuestra alma en este tiempo final. Y Cristo estará en él como el Panadero, dándonos a través de Elías el Alimento Espiritual del Pan Espiritual para nuestra alma, y eso será el Maná escondido, el Maná escondido.

En los tiempos del Profeta Moisés y el sumo sacerdote Aarón, durante la trayectoria del pueblo hebreo por el desierto, Dios les dio alimento para sus cuerpos físicos del Cielo, del Cielo vino maná, algo que el pueblo hebreo no conocía, y por consiguiente ellos preguntaron: “¿Qué es esto?” Y eso es lo que significa maná “¿Qué es esto?” Por consiguiente el pueblo hebreo se alimentó con esa comida física por cuarenta años, y también codornices venían cada día, y luego también Dios daba agua al pueblo, o sea, que todas estas cosas venían de parte de Dios, y el pueblo estaba bien alimentado.

Ahora, encontramos que en el día sexto Dios le dijo al Profeta Moisés que tomaran maná para dos días, porque el día séptimo era sábado, y el sábado no podían salir a recoger maná, y lo otro, que el sábado no iba a caer maná sobre la tierra para que el pueblo hebreo lo recogiera. Por lo tanto, el único día que podían tomar maná doble era el día sexto; cuando lo hicieron antes del día sexto, al otro día ya estaba todo lleno de gusanos, pero cuando lo tomaron el día sexto, al otro día, la porción para el otro día no se había dañado.

Ahora, encontramos que de ese maná Dios ordenó al Profeta Moisés que el pueblo o que Aarón tomara en una vasija de oro y lo colocara en el arca del pacto, o sea, del maná para dos días. Vamos a leer en el capítulo 16 del Éxodo, verso 23 en adelante, dice... aún un poco antes, verso 21 en adelante dice... todavía hay que leer un poquito antes... Dios ordenó qué cantidad tenía que tomar cada familia, dice verso 16: “Y viendo los hijos de Israel...” Vamos a comenzar en el 14 mejor, dice:

Y cuando el rocío cesó de descender, he aquí sobre la faz del desierto una cosa menuda, redonda, menuda como una escarcha sobre la tierra.

Y viéndolo los hijos de Israel, se dijeron unos a otros: ¿Qué es esto? porque no sabían qué era. Entonces Moisés les dijo: Es el pan que Jehová os da para comer.

Esto es lo que Jehová ha mandado: Recoged de él cada uno según lo que pudiere comer; un gomer por cabeza, conforme al número de vuestras personas, tomaréis cada uno para los que están en su tienda.

Y los hijos de Israel lo hicieron así; y recogieron unos más, otros menos;

y lo medían por gomer, y no sobró al que había recogido mucho, ni faltó al que había recogido poco; cada uno recogió conforme a lo que había de comer.

Y les dijo Moisés: Ninguno deje nada de ello para mañana.

Mas ellos no obedecieron a Moisés, sino que algunos dejaron de ello para otro día, y crió gusanos, y hedió; y se enojó contra ellos Moisés.

Y lo recogían cada mañana, cada uno según lo que había de comer; y luego que el sol calentaba, se derretía.

En el sexto día recogieron doble porción de comida, dos gomeres para cada uno; y todos los príncipes de la congregación vinieron y se lo hicieron saber a Moisés.”

¿Ven? En el sexto día tomaron doble porción.

Y él les dijo: Esto es lo que ha dicho Jehová: Mañana es el santo día de reposo, el reposo consagrado a Jehová; lo que habéis de cocer, cocedlo hoy, y lo que habéis de cocinar, cocinadlo; y todo lo que os sobrare, guardadlo para mañana.

Y ellos lo guardaron hasta la mañana, según lo que Moisés había mandado, y no se agusanó, ni hedió.”

¿Ven? El maná adicional que tomaron para el otro día, en el día sexto no se dañó.

Y dijo Moisés: Comedlo hoy, porque hoy es día de reposo para Jehová; hoy no hallaréis en el campo.”

Ese día sábado no podían salir al campo a recoger maná, porque ese día Dios no iba a enviar maná, ya lo habían tomado el día anterior.

Seis días lo recogeréis; mas el séptimo día es día de reposo; en él no se hallará.

Y aconteció que algunos del pueblo salieron en el séptimo día a recoger, y no hallaron.”

Siempre hay algunos incrédulos que se creen sabios y creen que van a conseguir lo que van a buscar, pero nadie va a conseguir nada sino lo que Dios ha prometido en el tiempo señalado por Dios.

Y Jehová dijo a Moisés: ¿Hasta cuándo no querréis guardar mis mandamientos y mis leyes?

Mirad que Jehová os dio el día de reposo, y por eso en el sexto día os da pan para dos días.”

¿Os da pan para cuántos días? Para dos días.

Estése, pues, cada uno en su lugar, y nadie salga de él en el séptimo día.”

Ahora podemos ver que en el día sexto Dios daba alimento para el día séptimo, porque el día séptimo es el día de reposo, y el día de reposo, que es el sábado, es tipo y figura del Reino Milenial de Cristo, o sea, del séptimo milenio donde Cristo establecerá Su Reino y gobernará sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones.

Y ahora, en el sexto milenio Cristo nos da Pan para dos días, vean, Cristo nos da Pan durante la dispensación sexta también, porque la séptima dispensación es la Dispensación del Reino que estará plenamente vigente durante el séptimo milenio, durante el Reino Milenial de Cristo.

Por lo tanto, en la sexta dispensación: la Dispensación de la Gracia, encontramos que Cristo nos da Pan para dos días, y ese Pan para dos días, vean ustedes, durante los primeros días de la semana Dios, vean ustedes, da pan al pueblo hebreo en el desierto, eso es tipo y figura de Cristo dando Pan Espiritual para Su pueblo, Su Iglesia, y también por consiguiente Dios dando Alimento Espiritual durante estos seis mil años que han estado transcurriendo y que ya estamos en el tiempo final, y también durante las seis dispensaciones que han transcurrido y ya estamos al final de la sexta.

Al final de la Dispensación de la Gracia, vean, Dios ha estado dando Pan espiritual, y ahora, en este tiempo final así como Dios ha dado Pan espiritual durante la Dispensación de la Gracia, ahora al final nos da una doble porción de Pan.

Encontramos que Dios nos da la porción del Pan espiritual de la Palabra revelada para este tiempo, la Palabra revelada de la Dispensación de la Gracia, y juntamente con esa Palabra revelada, también nos da la Palabra revelada de la Dispensación del Reino, que es el mensaje del Evangelio del Reino, ese es el Mensaje que vamos a tener durante el Reino Milenial de Cristo que es el Milenio de reposo para el planeta Tierra y para la humanidad.

Por lo tanto, el Mensaje que vamos a tener en el Reino Milenial, vean ustedes, Cristo lo da a nosotros en este tiempo final, juntamente con el mensaje del Evangelio de la Gracia, por esa razón es que nos habla la Escritura acerca de la Lluvia Tardía y Temprana.

La Lluvia Temprana es el Evangelio de la Gracia que gira alrededor de la Primera Venida de Cristo, y esa Lluvia Temprana cayendo sobre el pueblo, es la predicación del Evangelio de Cristo, del Evangelio de la Gracia.

Y la Lluvia Tardía es el Evangelio del Reino, y la Lluvia Tardía cayendo sobre el pueblo, es la predicación del Evangelio del Reino viniendo sobre el pueblo, siendo predicado al pueblo de Dios, y Cristo así nos da Alimento Espiritual, porque no puede haber alimento para el ser humano si no hay lluvia. En los días de Elías cuando decretó tres años y medio de sequía, encontramos que hubo escasez de alimento, hambre, una hambruna grande sobre la tierra del pueblo hebreo.

Y ahora, para que haya alimento para el ser humano, Alimento Espiritual, tiene que venir la Lluvia Temprana y Tardía, ambas Lluvias a la vez, porque eso es lo que está prometido para este tiempo final.

Vean, en Joel, capítulo 2 nos habla de esta Lluvia, capítulo 2, verso 23 en adelante, dice:

Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio.”

¿Ven? Y ahora, promete enviar sobre el pueblo Lluvia Temprana y Tardía, que para la Iglesia de Jesucristo es la predicación del Evangelio de la Gracia y la predicación del Evangelio del Reino. Sigue diciendo:

Las eras se llenarán de trigo, y los lagares rebosarán de vino y aceite.

Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros.

Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros; y nunca jamás será mi pueblo avergonzado.”

¿Ven? Con la Lluvia Tardía y Temprana cayendo sobre el pueblo, habrá alimento, comida, esto es comida espiritual para todo el pueblo de Dios, y Dios restaurará los años que comió, que comieron estos insectos: la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta.

Esto en lo espiritual se cumple en la Iglesia del Señor Jesucristo, y se cumplirá también en medio del pueblo hebreo; y con el cumplimiento de esta profecía, viene la restauración de la Iglesia del Señor Jesucristo y la restauración de todas las cosas, y la restauración de todos los hijos e hijas de Dios a la Vida eterna física.

Así como por medio de la Lluvia Temprana la predicación del Evangelio de la Gracia, del Evangelio de Cristo, se obtiene la restauración espiritual a la Vida eterna, y la persona obtiene la Vida eterna, y con la Lluvia Temprana y Tardía a la vez cayendo, vendrá la restauración de los escogidos de Dios del Día Postrero a la Vida eterna espiritual y luego a la Vida eterna física también. Y así Dios restaurará todas las cosas al pueblo de Dios, la Iglesia del Señor Jesucristo y luego al pueblo hebreo.

Vean, en la profecía de Oseas, capítulo 6, verso 1 al 3 también nos habla acerca de estas cosas, y dice:

Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará.

Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él.”

Por cuanto un día delante del Señor es como mil años para los seres humanos, aquí estos días son años, miles de años para los seres humanos, dos días son dos mil años, tres días son tres mil años. Ahora, vean ustedes, aquí dice: “Nos dará vida después de dos días,” o sea, después de dos mil años Dios dará vida al pueblo hebreo, vida espiritual, porque el pueblo hebreo perdió esa bendición de esa vida espiritual cuando rechazó a Cristo como Su Rey y como Su Señor, y luego Jerusalén y el templo fueron destruidos y comenzaron los juicios sobre el pueblo hebreo.

Pero ahora, la promesa es que el pueblo hebreo va a ser restaurado como nación de Dios, conforme a la profecía de Ezequiel, capítulo 27, verso 1 al 28, donde nos habla de una restauración del pueblo hebreo, en donde llegará al punto culminante de la restauración del pueblo hebreo donde será establecido el Reino de Dios en medio del pueblo hebreo, y Cristo, el Hijo de David, el heredero al Trono de David tomará el Reino y el Trono de David, y se sentará sobre el Trono de David y reinará sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones, y así será restaurado el pueblo hebreo como nación, y será restaurado el Reino de Dios en medio del pueblo hebreo.

El Reino de David es el Reino de Dios en la Tierra, y el Trono de David es el Trono terrenal de Dios en la Tierra, por eso cuando Cristo dijo que orando todos pidiéramos la Venida del Reino de Dios en San Mateo, capítulo 6, se está pidiendo que el Reino de Dios venga, sea establecido en la Tierra, y eso es el Reino de David siendo restaurado, y el Trono de David siendo restaurado y el Mesías Príncipe sentándose sobre el Trono de David como el Hijo de David. Vean, en San Mateo, capítulo 6, verso 9 en adelante dice:

Vosotros, pues, oraréis así:

Padre nuestro que estás en los cielos,

Santificado sea tu nombre.

Venga tu reino.”

¿Ven? Tenemos que pedir la Venida del Reino de Dios:

Venga tu reino.

Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.”

O sea, así como se hace la voluntad de Dios en el Cielo, se haga también aquí en la Tierra, y solamente eso será posible en el Reino Milenial de Cristo, pero en todos los creyentes en Cristo eso es posible acá en el alma de cada creyente en Cristo, porque el Reino de Dios ha venido al alma, al corazón de cada creyente en Cristo y Cristo está sentado ahí como Señor y Rey de cada uno de nosotros, Él gobierna nuestras vidas, Él es el Señor y Rey de nuestras vidas. Sigue diciendo:

El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.”

Y ahora, siendo que no solamente de pan vivirá el hombre sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios, entonces pedimos a Dios el pan nuestro de cada día, el material, pero también el espiritual, que es el más importante; porque el pan físico nos da vida para el cuerpo físico, porque se convierte en células de nuestro cuerpo, pero el Pan espiritual le da vida a nuestra alma, esa es Vida eterna, y la mantiene con Vida eterna a medida que comemos el Pan de Vida eterna, que es Cristo, y Cristo es el Verbo, la Palabra.

Por lo tanto, Cristo está en Espíritu Santo y está en forma de Palabra en esta Tierra en medio de Su Iglesia. Por lo tanto, creyendo en Cristo como nuestro único y suficiente Salvador estamos comiendo del Pan de Vida eterna, y por consiguiente estamos comiendo del Árbol de la Vida, que es Jesucristo nuestro Salvador. Cristo dijo en San Juan, capítulo 14, verso 6:

Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”

¿Ven? Cristo es el Camino, el Camino al Padre, el Camino a la Vida eterna, y Cristo es la única verdad, Él es la Verdad y Cristo es la vida ¿qué vida? La Vida eterna. Por lo tanto, todo el que come de este Pan, que es Cristo, vivirá eternamente, ¿cómo lo comemos? Creyendo en Él como nuestro único y suficiente Salvador, y viviendo en Su Reino, Su Iglesia todos los días de nuestra vida, siguiéndolo todos los días de nuestra vida.

Por lo tanto, Cristo como el Panadero nos da el Pan de Vida eterna para que vivamos eternamente con Él en Su Reino glorioso. Vean lo que Cristo dice en San Juan, en San Juan, capítulo 3, versos 16 en adelante, dice:

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.

El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.”

Aquí podemos ver que Dios ha enviado a Jesucristo para dar Su vida por el ser humano.

Ahora, veamos también en San Juan, capítulo 6, nos habla nuestro amado Señor Jesucristo en los versos 47 en adelante, diciendo:

De cierto, de cierto os digo: El que cree en mí, tiene vida eterna.

Yo soy el pan de vida.

Vuestros padres comieron el maná en el desierto, y murieron.

Este es el pan que desciende del cielo, para que el que de él come, no muera.

Yo soy el pan vivo que descendió del cielo; si alguno comiere de este pan, vivirá para siempre; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.”

Y ahora, Él dio Su carne, Su cuerpo, por la vida de todos nosotros dando Su cuerpo en Sacrificio vivo en la Cruz del Calvario.

Entonces los judíos contendían entre sí, diciendo: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?

Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Si no coméis la carne del Hijo del Hombre, y bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.”

O sea, no tenéis Vida eterna. Lo que el ser humano tiene es vida temporera para tener Vida eterna tiene que comer el Pan de Vida eterna que es Cristo ¿cómo? Creyendo en Él como nuestro único y suficiente Salvador, lo comemos por la fe en Él, en Cristo. Jesús les dijo:

...el que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna; y yo le resucitaré en el día postrero.

Porque mi carne es verdadera comida, y mi sangre es verdadera bebida.

El que come mi carne y bebe mi sangre, en mí permanece, y yo en él.

Como me envió el Padre viviente, y yo vivo por el Padre, asimismo el que me come, él también vivirá por mí.

Este es el pan que descendió del cielo; no como vuestros padres comieron el maná, y murieron; el que come de este pan, vivirá eternamente.”

Para vivir eternamente hay que comer el Pan de Vida eterna, el cual es Cristo, creyendo en Él como nuestro único y suficiente Salvador. Cristo es el Pan de Vida eterna y Él también es el Panadero que nos da a comer de ese Pan de Vida eterna, para que así vivamos eternamente con Él en Su Reino. Cristo es el Pan de Vida eterna para nuestra alma.

Por lo tanto, nuestra alma necesita el Alimento Espiritual que le da Vida eterna y ese es el Pan de Vida eterna, Jesucristo nuestro Salvador, y Él mismo es el que nos da el Pan de Vida eterna, Él dijo que es el Hijo del Hombre el que da ese Pan de Vida eterna. Vean aquí está donde Él lo dijo, en el capítulo 6, verso 27 de San Juan, dice:

Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.”

¿Ven? El Hijo del Hombre: Jesucristo, es el que da el Pan de Vida eterna, el Pan que permanece, el Pan de Vida eterna.

Por lo tanto, todos necesitamos al Panadero que tiene el Pan de Vida eterna, y el Panadero con el Pan de Vida eterna tiene un nombre y Su Nombre es: Señor Jesucristo. Por lo tanto, decimos: “Señor Jesucristo danos de ese Pan de Vida eterna siempre para tener bien alimentada nuestra alma y que nuestra alma viva eternamente contigo en Tu Reino.” Yo he recibido de parte de Cristo, el Panadero del Pan de Vida eterna, he recibido de Él el Pan de Vida eterna, el cual es el mismo Maná escondido, prometido aquí en Apocalipsis, capítulo 2, verso 17, donde dice:

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.”

Aquí tenemos la promesa del Maná escondido para el Vencedor, el Maná escondido, la revelación de Jesucristo nuestro Salvador. Cuando Aarón tomó del sexto día maná y lo escondió o lo colocó en el arca del pacto allá en el lugar santísimo, estaba tomando del pan para dos días, y ese pan, ese maná que colocó en el arca del pacto allá en el lugar santísimo no se corrompía porque estaba en la presencia de Dios.

Y ahora, estamos viviendo nosotros en el tiempo en donde el maná que estaba escondido allá en el lugar santísimo es tipo y figura del Maná que Dios tiene para el Reino Milenial, pero que viene antes del Reino Milenial, el Maná que Dios tiene para el Séptimo Milenio viene en el sexto milenio y viene en la sexta dispensación, pero es el Maná, el Alimento Espiritual, la revelación de Jesucristo para el Reino Milenial y para la Séptima Dispensación.

Por lo tanto, es la revelación del misterio del Séptimo Sello, es la revelación del misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.

Por lo tanto, para este tiempo final los escogidos de Dios estarán recibiendo el Maná escondido para alimentar sus almas y obtener la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Por lo tanto, Jesucristo como Panadero es el que estará dándonos ese Pan de Vida eterna, esa revelación, la revelación de Jesucristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.

Todos necesitamos ese Pan, ese Maná Espiritual del Cielo que ha estado escondido de los ojos de los sabios y de los entendidos de las edades pasadas.

Por lo tanto, Cristo es el único que como el Panadero puede darnos el Pan de Vida eterna, no solamente el Pan de Vida eterna espiritual sino el Pan de Vida eterna física, el cual Él ha prometido darnos para este tiempo final para poder obtener la inmortalidad física que Él ha prometido en donde nos dará un cuerpo físico, inmortal, incorruptible y glorificado como Su propio cuerpo glorificado y eterno, lo cual será un cuerpo joven que representará de 18 a 21 años de edad y será un cuerpo inmortal, incorruptible, como el cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador.

Por lo tanto, necesitamos todos a Jesucristo como el Panadero, que nos dé el Pan de Vida eterna, porque Él es el que está señalado por Dios para dar el Pan de Vida eterna, Cristo, el Hijo del Hombre, Él es el que dijo que dará el Pan de Vida eterna.

Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a éste señaló Dios el Padre.”

¿Ven? El Hijo del Hombre es el que daría el Pan de Vida eterna, porque Cristo es el Pan de Vida eterna, Cristo en Su Primera Venida es el Pan de Vida eterna y Cristo en Su Segunda Venida es el Pan de Vida eterna, Él es el Maná, el Maná que caía del Cielo para alimentar el pueblo hebreo, aquel Maná era tipo y figura de Cristo, y el Maná que fue escondido en el lugar santísimo es tipo y figura de Cristo en Su Segunda Venida.

Por lo tanto, la revelación de la Primera Venida de Cristo es el Maná que ha estado cayendo del Cielo sobre los creyentes en Cristo y alimentando sus almas, y la revelación del misterio de la Segunda Venida de Cristo es el Maná escondido, es el Maná que alimenta el alma de todos los creyentes y les da la fe para ser transformados y raptados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Por lo tanto, todos necesitamos a Jesucristo como el Panadero para que nos dé el Maná del Cielo, para que nos dé el Pan de Vida eterna, para que nos dé de Sí mismo porque Él es el Pan de Vida eterna.

Yo he ido a Cristo y le he pedido de ese Pan de Vida eterna y Él me ha dado el Pan de Vida eterna, y por esa razón viviré eternamente con Jesucristo en Su Reino. ¿Y quién más le ha pedido a Cristo el Pan de Vida eterna para vivir eternamente? Cada uno de ustedes también, por lo tanto ustedes también vivirán con Cristo en Su Reino por el Milenio y por toda la eternidad, porque ustedes han comido del Pan de Vida eterna, que Cristo, el Hijo del Hombre, como el Panadero nos ha dado.

Si alguna persona no ha recibido a Cristo como su único y suficiente Salvador no ha pedido a Cristo del Pan de la Vida eterna y por consiguiente no tiene Vida eterna, pero en esta noche puede venir a Cristo como el Panadero para pedir del Pan de Vida eterna y Cristo le dará del Pan de Vida eterna. ¿Y cómo lo puedo hacer? Recibiendo a Cristo como su único y suficiente Salvador creyendo en Él de todo corazón.

Ya ustedes han escuchado la predicación del Evangelio de Jesucristo, por consiguiente ya ha nacido en vuestros corazones la fe en Cristo para creer en Cristo como vuestro único y suficiente Salvador, como el Pan de Vida eterna. Y por consiguiente con el corazón ustedes han creído, porque la fe viene por el oír la Palabra de Dios, y con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para Salvación, o sea, se hace confesión pública de vuestra fe en Cristo para Salvación.

Porque el que confiesa a Cristo como su único y suficiente Salvador recibe la Salvación y Vida eterna, por lo tanto, este es el momento para hacer la confesión pública de vuestra fe en Cristo y recibirlo como vuestro único y suficiente Salvador para así comer del Pan de Vida eterna y obtener la Salvación y Vida eterna a través de Jesucristo nuestro Salvador.

Por lo tanto, tendremos unos segundos para recibir a Cristo como vuestro único y suficiente Salvador y así comer del Pan de Vida eterna para obtener la Vida eterna, y vivir con Cristo en Su Reino por toda la eternidad. Cristo dijo: “El que me confesare delante de los hombres yo le confesaré delante de mi Padre, mas el que me negare yo le negaré delante de mi Padre.”

Por lo tanto, si le damos la espalda a Cristo, Cristo nos dará la espalda delante de nuestro Padre Celestial, pero si lo recibimos como nuestro único y suficiente Salvador, Cristo nos perdona y con Su Sangre nos limpia de todo pecado, y nos bautiza con Espíritu Santo y Fuego cuando somos bautizados en agua en Su Nombre y produce en nosotros el nuevo nacimiento, y así nacemos a una nueva vida, a la Vida eterna en un nuevo Reino, en el Reino eterno de Jesucristo nuestro Salvador, y así Cristo nos confiesa delante de nuestro Padre Celestial como creyentes en Él que hemos recibido a Cristo como nuestro Salvador y que hemos sido bautizados en agua en Su Nombre, y que Cristo nos ha perdonado y con Su Sangre nos ha limpiado de todo pecado.

Por lo tanto, ya pueden pasar para orar por ustedes para que Cristo les reciba en Su Reino, les perdone y con Su Sangre les limpie de todo pecado, y así coman del Pan de Vida eterna, el cual el Hijo del Hombre da a todos aquellos que lo reciben como su único y suficiente Salvador.

Pueden continuar pasando al frente para orar por ustedes, para que así Cristo les reciba en Su Reino. Dios tiene mucho pueblo en esta ciudad y en toda la República de Guatemala, por lo tanto Dios tiene mucho pueblo que recibiría de parte de Cristo, el Panadero del Pan de Vida eterna, recibirían el Pan de Vida eterna de parte de Jesucristo nuestro Salvador.

Lo más importante para el ser humano es la Vida eterna, si esta vida temporera es importante, billones de veces más importante es la Vida eterna, y si es tan bueno vivir en estos cuerpos mortales que son temporeros cuánto más en un cuerpo eterno que Cristo nos dará al comer del Pan de Vida eterna. Por lo tanto, lo más importante es la Vida eterna, y la recibimos comiendo del Pan de Vida eterna, que es Jesucristo nuestro Salvador.

¿Cómo comemos del Pan de Vida eterna? Creyendo en Cristo de todo corazón y recibiéndolo como nuestro único y suficiente Salvador. Así es como nos comemos a Cristo, el Pan de Vida eterna para obtener la Vida eterna. “Porque no hay otro nombre bajo el cielo dado a los hombres en que podamos ser salvos.” Dijo San Pedro en su segundo mensaje, en el capítulo 4 del libro de los Hechos, en el párrafo o en el verso 12. Pueden continuar pasando, también los niños de diez años en adelante pueden pasar para recibir a Cristo como su único y suficiente Salvador, porque Cristo en Su Reino tiene lugar para los niños también, y tiene lugar para los ancianos, para los adultos, para los jóvenes y también para las damas y para las niñas y niños, para todos Cristo tiene lugar en Su Reino.

Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”

Dijo nuestro amado Señor Jesucristo en San Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16. ¿Ven?

La Vida eterna es Cristo, y Dios nos ha dado Vida eterna y esta Vida eterna está en Jesucristo. Para recibir la Vida eterna hay que recibir a Cristo en quien está y quien es la Vida eterna. Por lo tanto, el que creyere y fuere bautizado, el que creyere ¿en qué? El que creyere en Jesucristo como su único y suficiente Salvador, y fuere bautizado será salvo, mas el que no creyere se pierde la bendición de Dios, el que no creyere será condenado, y por consiguiente será echado en el lago de fuego y dejará de existir, pero no queremos dejar de existir, queremos continuar viviendo por toda la eternidad.

Por esa causa comemos del Pan de Vida eterna, que es Jesucristo nuestro Salvador. En Primera de Juan, capítulo 5, versos 10 en adelante, dice:

El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.

Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.”

¿Dónde está la Vida eterna? En el Hijo de Dios: Jesucristo.

El que tiene al Hijo, tiene la vida...”

¿Ven? El que tiene al Hijo de Dios, a Jesucristo, porque lo ha recibido como su único y suficiente Salvador tiene la vida, ¿qué vida? La Vida eterna, porque Jesucristo es la Vida eterna; y si tiene a Cristo acá tiene la Vida eterna acá en su alma.

...el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.”

El que no tiene a Cristo porque no lo ha recibido como Salvador no tiene la Vida eterna, lo que tiene es una vida temporera que se le va a terminar en algún momento y no sabe cuándo se le va a terminar, pero el que tiene a Cristo tiene la Vida eterna y si se le acaba la vida terrenal continúa viviendo con Cristo en Su Reino, continúa viviendo en el Paraíso, en el cuerpo angelical y luego Cristo más adelante lo resucitará en un cuerpo glorificado y eterno, y volverá a vivir en esta Tierra en un cuerpo inmortal, un cuerpo glorificado y joven como el cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador.

Pero el que no tiene a Cristo no tiene la Vida eterna y por consiguiente no tiene la fe ni la esperanza de volver a vivir en este planeta Tierra en el Reino Milenial de Cristo y por toda la eternidad. ¿Por qué? Porque la persona se conformó con una vida pasajera, una vida temporera que a la mayor parte de las personas les dura menos de cien años. Pero hay una Vida eterna, la cual todo ser humano puede obtener a través de Jesucristo nuestro Salvador, porque Él es la Vida eterna y a través de Él es que Dios nos ha dado Vida eterna.

Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna.” La buena noticia para los creyentes en Cristo es que tenemos Vida eterna.

Así que la pregunta que Job hizo: “Si el hombre muriere, ¿volverá a vivir?” La contestación es: (de los creyentes en Cristo), es que volveremos a vivir. Luego también Job dijo que él volvería a vivir, aunque fuera desecha su carne, él dijo: “En mi carne he de ver a mi Redentor.” Juan dijo: “Yo sé que mi Redentor vive y aun después de desecha está mi carne, en mi carne he de ver a mi Redentor, lo he de ver de nuevo.”

Por lo tanto, lo veremos cuando estemos en el cuerpo glorificado, y veremos que el cuerpo que Él tiene es un cuerpo igual al cuerpo que nosotros vamos a tener cuando Él nos glorifique, cuando Él nos transforme y nos dé el cuerpo eterno.

Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.”

O sea, para que creáis en el Nombre del Señor Jesucristo. “Porque no hay otro nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que podamos ser salvos.” Libro de los Hechos, capítulo 4, verso 12. También Cristo cuando ordenó a Sus discípulos a predicar en San Lucas, les dijo algo muy importante, Él les dijo a ellos, en el capítulo 24, versos 46 en adelante de San Lucas:

Y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día;

y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.”

¿Ven? El arrepentimiento y el perdón de los pecados se predica en el Nombre del Señor Jesucristo, para que todos reciban a Cristo como su único y suficiente Salvador y reciban el perdón de sus pecados y obtengan el bautismo en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y Cristo los bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca el nuevo nacimiento en las personas, y así la persona nazca de nuevo, nazca a una nueva vida, a la Vida eterna en un nuevo Reino, en el Reino eterno de Jesucristo nuestro Salvador. Cristo dijo: “El que no nazca del Agua y del Espíritu no puede entrar al Reino de Dios.”

Nacer del Agua es nacer del Evangelio de Cristo, de la predicación del Evangelio de Cristo al escucharlo y creer en Cristo como nuestro único y suficiente Salvador; y nacer del Espíritu es nacer del Espíritu Santo, el cual Cristo lo da a toda aquella persona que lo recibe como Salvador y es bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego y la persona ha obtenido el nuevo nacimiento, ha nacido en el Reino eterno de Jesucristo, ha entrado al Reino de Dios, y por consiguiente ha entrado a la Vida eterna.

Todavía hay oportunidad para los que faltan por pasar, porque Cristo tiene mucho pueblo en esta ciudad. Ustedes han venido a esta actividad para escuchar la predicación de la Palabra de Cristo, porque el nombre de ustedes está escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida, y Dios les ha traído hasta aquí para escuchar Su Palabra, el Evangelio de Cristo. “Si oyes hoy Su Voz no endurezcas tu corazón.” Él te ha traído para que escuches y para que así entiendas la forma de obtener la Vida eterna, es a través de Jesucristo recibiéndolo como tu único y suficiente Salvador, y así es como comemos del Pan de Vida eterna, que es Jesucristo nuestro Salvador.

Algunas veces algunas personas luego de escuchar la predicación del Evangelio de Cristo y ya creer en sus almas porque nació la fe en sus corazones, porque la fe viene por el oír la Palabra, y con el corazón se cree para justicia (dice San Pablo en Romanos), y por consiguiente la persona ya ha creído en su corazón en Cristo como su Salvador, pero le falta una cosa: confesar públicamente a Cristo como su único y suficiente Salvador, o sea, dar testimonio público de su fe en Cristo. “El que me confesare delante de los hombres, Yo le confesaré delante de mi Padre.” ¿Ven? Necesita hacer la confesión pública de su fe en Cristo.

Todavía damos unos segundos en lo que pasan las personas que faltan por pasar. Si alguna persona todavía no ha pasado y ya ha escuchado y ha creído, diga: “Yo ya escuché y creí, y quiero vivir eternamente con Cristo en Su Reino, por lo tanto me levanto y paso al frente y doy testimonio público de mi fe en Cristo, pues ya creí en Jesucristo como mi Salvador. Por lo tanto, me levanto y paso al frente, doy testimonio público de mi fe en Cristo recibiéndolo como mi único y suficiente Salvador.” Y Él le recibirá en Su Reino eterno para que usted viva eternamente con Cristo en Su Reino eterno.

Unos segundos más y ya oraremos por todos los que han pasado al frente. Vamos a estar puestos en pie para orar por las personas que han pasado. Si falta alguno por pasar recuerde: ya Dios le habló a su alma, a su corazón, usted tiene libre albedrío y por consiguiente usted es responsable de su alma.

Por lo tanto, usted tiene la oportunidad de pasar al frente para que así Cristo le reciba en Su Reino. Vamos ya a orar por los que han pasado, si falta alguno puede pasar inmediatamente para que quede incluido en esta oración que haré por todos los que han pasado.

Todos queremos vivir eternamente y el único Reino eterno es el Reino de Jesucristo nuestro Salvador, por lo tanto hay que entrar al Reino de Jesucristo que es el Reino de Dios, donde hay Vida eterna.

Todavía veo que hay personas que necesitan pasar para recibir a Cristo como su único y suficiente Salvador, pues desean vivir eternamente con Cristo en Su Reino, para lo cual pues necesitan recibir al Rey de ese Reino que es Jesucristo nuestro Salvador.

Es un asunto de Vida eterna recibir a Cristo como único y suficiente Salvador, para eso es que recibimos a Jesucristo: para que Él nos dé Vida eterna. Vamos ya a orar por las personas que han pasado. Vamos a inclinar nuestros rostros para orar y repitan conmigo esta oración para así Cristo les reciba en Su Reino. Inclinemos nuestros rostros... por ahí vienen más personas todavía que desean vivir eternamente con Cristo en Su Reino, que desean la Vida eterna.

La decisión más grande que el ser humano hace en su vida es una sola: recibir a Cristo como su único y suficiente Salvador, es la decisión que coloca a la persona en el Reino eterno de Cristo y por consiguiente en la Vida eterna. Todavía siguen pasando más personas que quieren vivir eternamente con Cristo en Su Reino. Vamos... todavía veo que vienen más personas de camino.

Es que lo más importante es la Vida eterna. No hay nada más importante que la Vida eterna, y esta Vida eterna está ¿en quién? En Jesucristo. Por eso es que necesitamos recibir a Cristo como nuestro único y suficiente Salvador, para que Él nos dé la Vida eterna. Vamos a inclinar nuestros rostros para orar. Repitan conmigo esta oración.

Por aquí vienen más personas de camino que desean vivir eternamente con Cristo en Su Reino. Nuestros rostros inclinados, nuestros ojos cerrados y repitan conmigo esta oración las personas que han pasado:

Señor Jesucristo (con nuestras manos levantadas a Cristo), con nuestras manos levantadas a Ti, Señor Jesucristo, vengo a Ti reconociendo que Tú eres el único Salvador, reconozco y creo en Tu Primera Venida y en Tu Sacrificio Expiatorio en la Cruz del Calvario, creo que Tu muerte en la Cruz del Calvario es el Sacrificio de la Expiación por mis pecados; creo que Tú llevaste mis pecados en Tu cuerpo y por ellos moriste en la Cruz del Calvario, y creo que Tu Sangre es la única que puede limpiarme de todo pecado.

Señor Jesucristo, he escuchado la predicación de Tu Evangelio y he creído en Ti de todo corazón, porque nació en mi corazón, en mi alma la fe en Ti y para creer en Ti, y por consiguiente yo soy testimonio público de mi fe en Ti en estos momentos y Te recibo como mi único y suficiente Salvador.

Señor Jesucristo, en Tus manos encomiendo mi alma, salva mi alma Señor Jesucristo, Te lo ruego, quiero vivir contigo por toda la eternidad en Tu Reino.

Señor Jesucristo, Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado, y bautízame con Espíritu Santo y Fuego luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre. Quiero entrar a Tu Reino, quiero vivir eternamente contigo en Tu Reino.

Señor Jesucristo, salva mi alma Te lo ruego, en Tus manos encomiendo mi alma. En Tu Nombre eterno y glorioso Señor Jesucristo Te lo ruego. Amén y amén.

Y ahora, repitan conmigo con nuestras manos levantadas al Cielo: La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado. La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado. La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado.

La Sangre del Señor Jesucristo les ha limpiado de todo pecado. Cristo les ha recibido en Su Reino, les ha perdonado y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado. Él dijo:

Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”

Ustedes me dirán: “He escuchado la predicación del Evangelio de Cristo y he creído de todo corazón, pero me falta todavía ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. ¿Cuándo me pueden bautizar?” Es la pregunta de vuestro corazón.

Por cuanto han creído de todo corazón en Cristo como vuestro único y suficiente Salvador, bien pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo hoy mismo, esta misma noche.

Por lo cual pregunto al ministro aquí ¿si hay agua? Hay agua, hay bautisterios, tenemos bautisterios aquí. ¿Hay ropas bautismales también? Hay ropas bautismales también, hay lugar dónde cambiarse de ropas también, hay vestidores también para cambiarse de ropas, y así ser bautizados en agua en las ropas bautismales y luego cambiarse de ropas de nuevo y regresar a sus hogares agradecidos a Dios y gozosos dándole gracias a Dios por la Salvación de vuestra alma.

Por lo tanto, bien pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, como se hacía en los días de los Apóstoles cuando predicaban y las personas creían y recibían a Cristo como Salvador, eran bautizados en agua ese mismo día en el Nombre del Señor Jesucristo.

También encontramos en los días de Juan el Bautista que todos los que creían Juan los bautizaba inmediatamente en agua, y como no podía caminar con un bautisterio (como lo podemos hacer nosotros ahora) se iba a predicar a la orilla del río y allí tenía el bautisterio: el río con agua, y los bautizaban con la misma ropa que tenían puesta, y después Jesucristo también predicando, los que creían eran bautizados por los Apóstoles. Jesús no bautizaba sino los Apóstoles de Jesucristo eran los que bautizaban a la gente. ¿Ven?

Y estamos en el tiempo en que Dios ha restaurado todas estas cosas, y por esa causa cuando la persona escucha la predicación del Evangelio de Cristo y cree y recibe a Cristo como Salvador tiene la oportunidad de ser bautizado inmediatamente en el Nombre del Señor Jesucristo para Cristo bautizarlo con Espíritu Santo y Fuego, y producir en la persona el nuevo nacimiento, porque la meta de la predicación del Evangelio de Cristo es que la persona nazca de nuevo, nazca en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador. Y hay un proceso que tiene que llevarse a cabo para que la persona obtenga el nuevo nacimiento.

Por lo tanto, ahora les toca a ustedes la bendición y privilegio de ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” Pero ustedes han creído y por lo tanto tienen el privilegio, oportunidad y derecho de ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo inmediatamente.

Así que Dios me los bendiga a todos, les guarde y a sus familiares los traiga a los pies de Cristo para que también estén con ustedes en el Reino Milenial y eterno de Jesucristo nuestro Salvador, y a ustedes luego que sean bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, Cristo los bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta noche, dándoles testimonio de: “JESUCRISTO COMO EL PANADERO.”

Muchas gracias por vuestra amable atención y continúen pasando una noche llena de las bendiciones de nuestro amado Señor Jesucristo.

Con nosotros ya tenemos al Rvdo., al ministro aquí para continuar e indicarles hacia dónde caminar para cambiarse de ropas y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo.

Que Dios les bendiga y les guarde a todos.

JESUCRISTO COMO EL PANADERO.”