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Nosotros Predicamos a Cristo Crucificado 2004-03-11 1 Asunción Asunción PY 00:00:00 false

Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes; es para mí una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión. Reciban todos saludos de mi esposa Erica, y también los niños reciban saludos de América y de Yahannah Gabriela.

Para esta noche leemos en Primera de Corintios, capítulo 1, versos 18 en adelante, donde dice:

Porque la palabra de la cruz es locura a los que se pierden; pero a los que se salvan, esto es, a nosotros, es poder de Dios.

Pues está escrito:

Destruiré la sabiduría de los sabios,

Y desecharé el entendimiento de los entendidos.

¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el disputador de este siglo? ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo?

Pues ya que en la sabiduría de Dios, el mundo no conoció a Dios mediante la sabiduría, agradó a Dios salvar a los creyentes por la locura de la predicación.

Porque los judíos piden señales, y los griegos buscan sabiduría;

pero nosotros predicamos a Cristo crucificado, para los judíos ciertamente tropezadero, y para los gentiles locura;

mas para los llamados, así judíos como griegos, Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios.

Porque lo insensato de Dios es más sabio que los hombres, y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Nuestro tema es: “NOSOTROS PREDICAMOS A CRISTO CRUCIFICADO.”

¿Por qué motivo se predica a Cristo crucificado? ¿Por qué motivo Jesucristo tuvo que morir en la Cruz del Calvario? Todas estas preguntas están en la mente de los seres humanos de nuestro tiempo, y también del tiempo de Jesús. Pero todo esto ya estaba en la mente de Dios pre-ordenado para ser manifestado en el tiempo en que apareció Jesucristo en la Tierra.

El ser humano fue colocado en este planeta Tierra y fue puesto a prueba, y Dios le dijo: “Del árbol de ciencia del bien y del mal no comerás, porque el día que de él comas, ese día morirás.” Eso está en el Génesis, capítulo 2, verso 17.

Dios había creado al ser humano a Su imagen primero, y luego a Su semejanza. La imagen es el cuerpo angelical; Adán fue creado un ser espiritual con un cuerpo angelical, igual al cuerpo angelical de los Ángeles, y luego Dios le creó un cuerpo del polvo de la Tierra. Por eso es que en Génesis, capítulo 1, verso 26 y 27, dice:

Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.

Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”

Dios había dicho que haría al hombre, dice: “Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza.” Y primero hace al hombre a imagen de Dios, conforme a la imagen de Dios, o sea, lo hizo un ser angelical, un cuerpo angelical, y Adán vivía en un cuerpo angelical; pero luego más adelante le creó la semejanza física, un cuerpo físico del polvo de la Tierra. Por eso en Génesis, capítulo 2, verso 7, dice:

Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.”

Dios le creó del polvo de la tierra un cuerpo físico, un cuerpo de carne, y lo colocó en ese cuerpo de carne, y vino a ser Adán alma viviente. Por lo tanto Adán vino a ser manifestado en esta Tierra en una forma física; antes de estar en ese cuerpo físico Adán tenía su cuerpo angelical y estaba en este planeta Tierra con un cuerpo angelical, como están los Ángeles en este planeta Tierra, donde viajan, caminan pero en cuerpo angelical que es un cuerpo parecido a nuestro cuerpo pero de otra dimensión, invisible a la vista humana. Pero ellos si pueden vernos a nosotros, pero nosotros no los podemos ver a menos que ellos se hagan visibles a nosotros.

Ahora, Adán ya estando con su cuerpo físico estuvo en la Tierra para administrar el planeta Tierra, Dios lo colocó en el Huerto de Edén, y Dios colocó a Adán sobre todo el planeta Tierra, sobre los animales, sobre las aves, sobre los peces, sobre toda la vegetación.

O sea, en palabras más claras Adán vino a ser colocado por Dios en la Tierra como rey de esta Tierra, pero Dios es el Rey del universo completo, y Dios colocó a Su hijo Adán como rey en la Tierra para administrar este planeta Tierra, y estaba pasando por una etapa de prueba mientras estaba en el cuerpo de carne.

También Dios tomó del costado de Adán una costilla, conforme a como dice la Escritura, y le formó una compañera a Adán. En ese cuerpo de carne que Dios formó de una costilla de Adán, en ese cuerpo de carne Dios colocó el espíritu femenino que estaba en Adán.

Porque Adán antes de tener a Eva su compañera en un cuerpo de carne, Eva estaba en Adán, porque Dios creó al hombre a Su imagen y semejanza, varón y hembra lo creó.

Por lo tanto Eva estaba en Adán, y Dios tomó de Adán una costilla, abrió en su costado, tomó una costilla y formó un cuerpo físico femenino, y tomó el espíritu femenino que estaba en Adán y lo colocó en ese cuerpo, y esa es Eva, la ayuda idónea para Adán.

Así como en el grano de trigo, en un grano está una planta de trigo con muchos granos de trigo. El grano de trigo tiene que ser sembrado en tierra, y luego nace una planta de trigo, y luego echa muchos granos de trigo, todo eso estaba en el grano de trigo.

Por lo tanto en Adán estaba Eva como una planta de trigo, pero era invisible, pero cuando Dios le dio un cuerpo físico donde morar el espíritu femenino que estaba en Adán, el cual Dios sacó de Adán cuando Adán durmió.

¿Ven? tuvo que dormir y luego allí estaba Eva, apareció Eva y a través de Eva sería que Adán se multiplicaría, se iba a reproducir en muchos hijos e hijas de Dios. Así como el grano de trigo se reproduce en muchos granos de trigo a través de la planta de trigo que sale de él. Y en él estaba la planta de trigo y todos los granos de trigo.

Así también todos nosotros estábamos en Jesucristo que es el Grano de Trigo, y la Iglesia del Señor Jesucristo es la Segunda Eva y Jesucristo es el Segundo Adán, y nosotros somos los hijos e hijas de Dios, del Segundo Adán y Segunda Eva.

Ahora, podemos ver lo sencillo que es todo esto. Ahora, vean, en Colosenses, nos dice el Apóstol San Pablo de la siguiente manera en el capítulo 1 de Colosenses, versos 12 en adelante dice:

Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;

el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo.”

Nos ha librado de la potestad de las tinieblas, o sea, del reino de las tinieblas, del reino del maligno, del diablo, del reino del príncipe de este mundo. Dios por medio de Cristo nos ha librado de ese reino y de ese imperio, y de ese príncipe maligno, y nos ha sacado de ese reino y nos ha colocado en el Reino de Dios que es el Reino de Jesucristo nuestro Salvador.

en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.”

La redención es por medio de Cristo y por Su Sangre derramada en la Cruz del Calvario, y el perdón de pecados. “Él es...” hablando de Cristo dice:

El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.”

La imagen del Dios invisible es Cristo, Cristo en Su cuerpo angelical llamado en el Antiguo Testamento el Ángel de Jehová, es la imagen del Dios invisible. La imagen es el cuerpo angelical, y la semejanza física de Dios es el cuerpo físico de Jesucristo, el cual fue crucificado en la Cruz del Calvario.

Por eso cuando Cristo fue anunciado por Isaías, capítulo 7, verso 14, dice: “He aquí...” vamos a ver Isaías, capítulo 7, verso 14:

Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel.”

Emanuel significa: “Dios con nosotros,” Dios estaba en Cristo reconciliando consigo Mismo al mundo, al ser humano, era Dios en Cristo, y por medio de Cristo llevó a cabo Dios el Sacrificio por el pecado, que fue el Sacrificio de Jesucristo en la Cruz del Calvario. Sigue diciendo:

El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.

Porque en él fueron creadas todas las cosas.”

En Cristo fueron creadas todas las cosas, como en un grano de trigo está ahí creada una planta de trigo con muchos granos de trigo, aunque la persona puede ver un grano de trigo, y no ve ninguna planta de trigo, y no ve muchos granos de trigo, sino que ve un solo grano de trigo. Pero potencialmente en ese grano de trigo hay una planta de trigo con muchos granos de trigo.

Y en Cristo estaban todas las cosas que Dios iba a crear, Dios las colocó en Cristo y en Cristo en Su cuerpo angelical estaba todo lo que Dios iba a crear. Por lo tanto Dios estando en Cristo en Su cuerpo angelical, trajo a existencia toda la creación; fue por medio de Jesucristo que Dios creó todas las cosas. Vean aquí en Hebreos, y luego continuaremos con ese pasaje. En Hebreos, capítulo 1, verso 1 al 3, dice:

Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,

en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.”

¿Por medio de quién Dios hizo el universo? Por medio de Jesucristo el Hijo de Dios. Y también Él es el Heredero de todo, de toda la Creación:

El cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia.”

¿Ven? el resplandor de la Gloria de Dios y la imagen misma de la sustancia de Dios es Cristo en Su cuerpo angelical llamado en el Antiguo Testamento el Ángel de Jehová. Ese Ángel de Jehová que le apareció al Profeta Moisés y por medio del Profeta Moisés libertó al pueblo hebreo y luego les dio los diez mandamiento en el Monte Sinaí, ese era el Ángel de Jehová, el cual es Cristo en Su cuerpo angelical en quien estaba Dios, el Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob.

El Mismo que le había aparecido a Abraham en diferentes ocasiones, el Mismo que le apareció en el capítulo 14 del Génesis como Melquisedec, y le dio pan y vino a Abraham, y Abraham pagó a Melquisedec los diezmos de todo.

Dice que ese Melquisedec era Rey de Salem, o sea, de Jerusalén, y Sacerdote del Dios Altísimo, o sea, el Sumo Sacerdote de Dios del Templo Celestial, y era Rey de Justicia y Rey de Paz. Todo eso es Cristo nuestro Salvador, en quien estaba Dios en el Antiguo Testamento en Su cuerpo angelical y luego cuando tuvo Su cuerpo de carne, ahí estaba Dios también en toda Su plenitud; la plenitud de la Divinidad estaba morando en carne humana en el cuerpo físico de Jesús: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Esa es la plenitud de Dios morando en Jesucristo nuestro Salvador. Por eso Cristo dijo: “Yo he venido en Nombre de mi Padre,” y luego cuando habló del Espíritu Santo que sería enviado, dijo que el Padre lo enviaría en Su Nombre, por eso el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo es SEÑOR JESUCRISTO. Por eso es que Pedro dijo que Dios ha hecho a Jesús Señor y Cristo. En el libro de los Hechos, capítulo 2, versos 34 al 41.

Ahora, viendo más claramente quién es Jesucristo: Él es la imagen del Dios invisible, Él es la persona por medio de la cual Dios creó el universo completo, toda la creación, dice:

y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.” O sea, se sentó en el Trono de Dios.

Y ahora, fue Cristo el cual llevó a cabo la purificación de nuestros pecados por medio de Sí Mismo, por medio de Su cuerpo de carne el cual murió en la Cruz del Calvario para nuestra purificación. Continuamos leyendo acá en Colosenses, nos habíamos detenido en el capítulo 1, verso 16, ahí nos detuvimos, dice:

Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.”

Dios creó el Universo completo, toda la Creación, el mundo invisible y el mundo visible por medio de Jesucristo, o sea, Dios por medio de Cristo en Su cuerpo angelical habló a existencia el mundo invisible y el mundo visible también. Sigue diciendo que:

todo fue creado por medio de él y para (¿quién?) Para él.”

Él es el Heredero de toda la creación; y se ha sentado en el Trono Celestial de Dios y por consiguiente es el Rey de reyes y Señor de señores, Rey de toda la Creación, del mundo invisible y del mundo visible también, y en Él está Dios.

Porque alguna persona puede preguntarse: “Y si Jesucristo está sentado en el Trono ¿dónde está Dios?” pues Dios está en Cristo. Sigue diciendo:

Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten.”

Él es antes de toda la creación, del mundo visible y del mundo invisible, y en Él subsisten todas las cosas, toda la Creación:

Y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;

por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud.”

En la única persona en que habitó, habita y habitará eternamente toda la plenitud, se llama SEÑOR JESUCRISTO, Padre, Hijo y Espíritu Santo habitando en Jesús. Por eso Cristo decía: “El Padre que mora en mi, Él hace las obras.” Y también dijo en otra ocasión en San Lucas, capítulo 4, verso *18 en adelante:

El Espíritu del Señor está sobre mí.”

¿Ven? Padre, Hijo y Espíritu Santo, todo en Jesús, y eso es Padre, Hijo, Espíritu Santo, la trinidad Divina, la trinidad de Dios. Padre, Hijo y Espíritu Santo en un hombre llamado Jesús, por lo tanto tenía un nombre la plenitud de Dios, en Cristo tenía un Nombre, y ese Nombre es Señor Jesucristo.

Con el Nombre SEÑOR JESUCRISTO es identificada la plenitud de Dios, la trinidad de Dios: Padre, Hijo y Espíritu Santo; por eso cuando Cristo habló del Espíritu Santo que sería enviado por el Padre, Él dijo que el Padre lo enviaría en Su Nombre, eso está en San Juan, capítulo *14, verso 26, y lo podemos leer para que tengan el cuadro claro, dice... vamos a ver, capítulo 14, verso 26, dice:

Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.”

¿En qué Nombre vendría el Espíritu Santo? En el Nombre del Señor Jesucristo, por eso el Espíritu Santo en el libro del Apocalipsis hablando a las iglesias, dice en el capítulo 2 del Apocalipsis, verso 7 dice:

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.”

En el libro del Apocalipsis, encontramos al Espíritu Santo trayendo el mensaje para todas las iglesias, y ese es el mensaje, la revelación divina que le da Cristo por medio de Su Espíritu Santo a Juan para todas las iglesias; y luego en cada etapa de la Iglesia el Espíritu Santo estaría manifestado dando el mensaje al Ángel Mensajero correspondiente a cada edad, para que el Ángel Mensajero correspondiente a cada edad lo dé a la Iglesia de Jesucristo en la edad que le toca vivir a ese Mensajero. Y así ha sido de etapa en etapa.

Ahora, por esa causa es que el libro del Apocalipsis lo escribió Jesucristo, el libro del Apocalipsis y la revelación del Apocalipsis la dio Cristo a Juan por medio de Su Espíritu Santo manifestado en la Isla de Patmos.

Ahora, encontramos que el contenido del libro del Apocalipsis no viene de una mente humana, sino de la mente del Señor Jesucristo. Y ahora, para el Día Postrero está prometido que el Espíritu Santo que ha estado en medio de la Iglesia de Jesucristo dándole la revelación correspondiente a cada etapa, a cada edad de la Iglesia, dándola al Mensajero de cada edad, y el Mensajero dándola al pueblo, está prometido que ese Espíritu Santo se encarnará en el Día Postrero.

Y eso será la manifestación del Espíritu de Cristo a través de un velo de carne en medio de Su Iglesia, y solamente queda un Instrumento para este tiempo final, un Mensajero, porque ya los otros Mensajeros terminaron su tiempo, y solamente queda un Mensajero para el Día Postrero en y para la Iglesia de Jesucristo que es el Ángel del Señor Jesucristo, en quien vendrá el Espíritu Santo, Cristo en Espíritu Santo manifestado a través de Su Ángel Mensajero, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.

Vean, Cristo en Apocalipsis, capítulo 4 nos dice:

Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.”

¿Y cómo nos va a dar a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto? Pues Cristo así lo está prometiendo ahí, Cristo por medio de Su Espíritu Santo está prometiendo dar a conocer a los creyentes en Él todas estas cosas que van a suceder después de las que ya han sucedido en estos dos mil años que han transcurrido de Cristo hacia acá.

Ahora, en Apocalipsis, capítulo 22, verso 6 en adelante, dice la forma en que Cristo nos va a dar a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, dice capítulo 22, verso 6 en adelante del Apocalipsis:

Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel.”

Vean: “el Señor, el Dios de los espíritus de los Profetas.” Los espíritus de los Profetas que son los cuerpos angelicales de los Profetas ¿de quién son? Son de Dios, son del Señor, pues el Señor, el Dios de los espíritus de los Profetas, dice:

ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.”

Esta es la forma en que Dios ha prometido dar a conocer todas las cosas que han de suceder luego de las que ya han sucedido en edades pasadas.

Este Ángel del Señor Jesucristo aparece también en Apocalipsis, capítulo 22, verso 16 del cual el Mismo Jesús dice:

Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”

¿Quién es el enviado de Jesucristo para dar testimonio de todas estas cosas en las iglesias? El Ángel del Señor Jesucristo; ese Ángel del Señor Jesucristo ha estado todo el tiempo en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo. Ese Ángel del Señor Jesucristo dice el Rvdo. William Branham que es un Profeta, y cuando le estuvo dando la revelación a Juan el Apóstol estaba en cuerpo angelical.

Pero para este tiempo final estará en medio de la Iglesia de Jesucristo en cuerpo de carne también, así como Cristo, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová en el Antiguo Testamento estaba en Su cuerpo angelical, y a través de ese cuerpo angelical de Cristo llamado el Ángel de Jehová estaba Dios dentro de ese cuerpo manifestado y estaba obrando, llevó a cabo la creación del universo visible, y del universo invisible, y fue el que le apareció luego a Abraham en diferentes formas y comió con Abraham en el capítulo 18 del Génesis, apareció con Sus Arcángeles Gabriel y Miguel en forma visible, en forma tangible porque Dios creó para Miguel, para el Arcángel Miguel, para el Arcángel Gabriel y para Sí Mismo un cuerpo del polvo de la tierra para hacer esa visita temporal a Abraham y comer con Abraham.

Como fue en los días de Lot en que Dios visitó a Abraham y luego los Arcángeles Gabriel y Miguel visitaron a Lot, dice Cristo: “Así será el día en que el Hijo del Hombre se manifieste, se revele” así será la Venida del Hijo del Hombre.

Y el Hijo del Hombre está prometido para venir con Sus Ángeles, ¿ven? y Sus Ángeles son los Dos Olivos que son Moisés y Elías, que son los Dos Ungidos que están delante de la presencia de Dios en el Cielo.

Y ahora, encontramos que para este tiempo final hay una bendición grande para la Iglesia del Señor Jesucristo y es la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles.

Ahora para este tiempo final ¿quién estará dándonos a conocer estas cosas que deben suceder pronto y estará dándonos abriéndonos estos misterios correspondientes a este tiempo final? Es Cristo por medio de Su Espíritu Santo a través de Su Ángel Mensajero, porque ese es el Ángel Mensajero de Apocalipsis, capítulo 7, verso 2 en adelante que viene de donde sale el sol y viene con el Sello del Dios Vivo, viene con el Espíritu Santo en Él.

Por esa causa es que Juan el Apóstol quiso adorar en dos ocasiones al Ángel del Señor Jesucristo y él le dijo que no lo hiciera, que adorara a Dios.

Ahora, podemos ver la bendición tan grande que hay para los escogidos de Dios de este tiempo final. La Iglesia tendrá al Ángel del Señor Jesucristo como siempre lo ha tenido en medio de ella, pero en este tiempo final estará hecho carne, o sea, tendrá un velo de carne; ese velo de carne será el instrumento donde estará el Espíritu Santo manifestado en el Día Postrero, donde estará el Sello del Dios Vivo que es el Espíritu Santo; y por consiguiente a través de ese velo de carne vendrá para todos los escogidos de Dios el llamado final, el llamado de la Gran Voz de Trompeta, “Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos.”

Con la Gran Voz de Trompeta del mensaje del Evangelio, con el mensaje del Evangelio de Cristo han estado siendo llamados y juntados los escogidos de Dios de edad en edad, y para este tiempo final son llamados y juntados los escogidos de Dios con el mensaje del Evangelio de la Gracia y son preparados para ser transformados y raptados con el Mensaje del Evangelio del Reino, que es la Lluvia Temprana y la Lluvia Tardía cayendo sobre la Iglesia de Jesucristo a la misma vez, o sea, la Lluvia Temprana, el Evangelio de la Gracia siendo predicado sobre y a los seres humanos y el Evangelio del Reino siendo la Lluvia Tardía, siendo predicado el Evangelio del Reino que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo, siendo predicado a la Iglesia del Señor Jesucristo para así ser preparados para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Para una persona poder ser transformada físicamente y llevada con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero primero tiene que haber escuchado la predicación del Evangelio de Cristo y haber recibido a Cristo como su Salvador.

Por lo tanto para este tiempo final, así como los Apóstoles y los siete Ángeles Mensajeros predicaron a Cristo crucificado, el Ángel del Señor Jesucristo en este tiempo final estará predicando a Cristo crucificado para así llamar y juntar los escogidos del Día Postrero, y así ellos reciban a Cristo como su Salvador, laven sus pecados en la Sangre de Cristo, sean bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y Cristo los bautice con Espíritu Santo y Fuego y obtengan el nuevo nacimiento, nazcan en el Reino de Cristo en y a la Vida eterna. Porque el ser humano cuando pecó en el Huerto del Edén perdió la Vida eterna, por eso Dios le había dicho: “No comas del árbol de ciencia del bien y del mal, porque el día que de él comas, ese día morirás.”

Ahora, Adán y Eva pecaron y continuaron viviendo físicamente, Adán vivió 930 años, pero ¿no había dicho Dios: “El día que comas de él, del árbol de ciencia del bien y de mal ese día morirás?” Murió ese mismo día que pecó, pero ¿cómo es que murió y continuó viviendo? Murió a la vida, a la Vida eterna, pero continuó viviendo una vida temporal, una vida en la cual se iba poniendo viejo y luego murió, porque solamente le quedó vida temporal.

Y ahora, por medio de Jesucristo el Segundo Adán, el ser humano es reconciliado con Dios y es restaurado a la Vida eterna.

Todo ser humano que nace en este planeta Tierra nace a la vida, pero no a la Vida eterna, nace a una vida temporal la cual se va acabando a medida que le van pasando los años a la persona, y se va poniendo viejo el cuerpo físico y en algún momento muere o puede morir antes por alguna enfermedad o algún accidente; porque no hay edad en la cual el ser humano termina o termine sus días; hay niños que mueren, hay jovencitos que mueren, hay personas adultas que mueren y hay ancianos que mueren ¿ven? no hay edad para morir la persona; y por consiguiente hay que asegurar nuestro futuro eterno en la Vida eterna con Jesucristo en Su Reino eterno.

Cristo dijo a Nicodemo en el capítulo 3, verso 1 al 6 de San Juan, de la siguiente manera. Nicodemo era un hombre religioso el cual amaba a Dios y deseaba vivir eternamente en el Reino de Dios. Dice Cristo a Nicodemo:

Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.

Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?

Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.

Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.

No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.”

No puede el ser humano maravillarse de que Cristo dice que es necesario nacer de nuevo, nacer de nuevo del Agua y del Espíritu para entrar en el Reino de Dios, el Reino eterno para así tener la persona Vida eterna.

Así como obtuvimos esta vida terrenal la cual es temporal, porque es mortal, la obtuvimos por medio de un nacimiento, nacimos por medio de nuestros padres terrenales y aparecimos en la vida terrenal, la vida temporal, no nacimos en la Vida eterna, sino en la vida temporal.

Para el ser humano que tanto anhela en su alma vivir eternamente y tener un cuerpo por consiguiente eterno, necesita nacer de nuevo, nacer del Agua y del Espíritu, escuchar la predicación del Evangelio de Cristo, recibir a Cristo como su Salvador, ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, Cristo le perdona sus pecados con Su Sangre, lo limpia de todo pecado y Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego y obtiene el nuevo nacimiento; nació del Agua: del Evangelio de Cristo, y del Espíritu: del Espíritu Santo, y obtuvo así el nuevo nacimiento, nació en el Reino de Dios, entró al Reino de Dios, nació en y a la Vida eterna.

Y desde ese momento la persona ya tiene Vida eterna, pero todavía le queda vida temporal, por lo tanto en el cuerpo físico tenemos vida temporal, pero interiormente hemos obtenido Vida eterna y hemos sido reconciliados con Dios y restaurados al Reino de Dios, pero todavía nos queda la vida temporal y la cuidamos esperando obtener pronto la Vida eterna física que será la transformación de nuestro cuerpo, y entonces seremos inmortales, seremos personas con cuerpos incorruptibles y jóvenes, y glorificados como el cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador.

Por eso es que predicamos a Cristo crucificado, para que toda persona comprenda el misterio de Jesucristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario en favor mío y ¿de quién más? De cada uno de ustedes también.

Él murió por nosotros para reconciliarnos con Dios, Él tomó nuestros pecados y se hizo pecado por nosotros, se hizo mortal muriendo por nuestros pecados, “porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es Vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.”

Por lo tanto toda persona que desea vivir eternamente en el Reino de Dios con Jesucristo tiene la oportunidad de escuchar la predicación del Evangelio de Cristo y entender el motivo por el cual Jesucristo vino a este planeta Tierra y murió en la Cruz del Calvario, y el porqué desde el Día de Pentecostés se ha estado predicando a Jesucristo crucificado. Esa es la predicación del Evangelio de Cristo en donde se presenta la Primera Venida de Cristo y Su muerte en la Cruz del Calvario por todos nosotros.

El mismo Cristo ordenó que se diera a conocer este misterio de Su Primera Venida y de Su muerte, sepultura y resurrección. Vean en San Lucas, capítulo 24, versos 44 en adelante, dice, Cristo ya resucitado hablando a Sus discípulos, dice:

Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.

Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras;

y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día;

y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.

Y vosotros sois testigos de estas cosas.

He aquí, yo enviaré la promesa de mi Padre sobre vosotros; pero quedaos vosotros en la ciudad de Jerusalén, hasta que seáis investidos de poder desde lo alto.”

Aquí podemos ver la comisión dada por Cristo a Sus Apóstoles con relación a la predicación del Evangelio de Cristo, que se predicase en Su Nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados.

Solamente con Cristo es que usted puede reconocer que es un pecador o una pecadora, y arrepentirse de sus pecados y pedirle perdón a Cristo por sus pecados, y Cristo le perdona y con Su Sangre le limpia de todo pecado, y puede ser bautizado entonces en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y Cristo le bautiza con Espíritu Santo y Fuego, y usted obtiene el nuevo nacimiento, nace en y a la Vida eterna en el Reino eterno de Jesucristo nuestro Salvador.

Esa es la única forma en que el ser humano puede obtener el nuevo nacimiento, y puede así nacer en la Vida eterna en el Reino eterno de Jesucristo nuestro Salvador. En San Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16, dice Cristo ya resucitado:

Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”

Nadie quiere ser condenado sino que todos queremos ser salvos, escuchamos la predicación del Evangelio de Cristo y hemos creído en Jesucristo como nuestro Salvador, lo hemos recibido, hemos sido bautizados en agua en Su Nombre y Él nos ha bautizado con Espíritu Santo y Fuego y hemos obtenido el nuevo nacimiento, hemos nacido en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador, hemos nacido en la Vida eterna.

Por lo tanto, se requiere que toda persona que todavía no ha recibido a Cristo como Salvador y desea vivir eternamente con Jesucristo en Su Reino, lo reciba como su Salvador reconociendo el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario por nosotros.

En el Antiguo Testamento se llevaba a cabo el sacrificio por el pecado el día diez del mes séptimo de cada año, era el sacrificio del macho cabrío de la expiación. En Levítico, capítulo 23, verso 26 al 29, dice:

También habló Jehová a Moisés, diciendo:

A los diez días de este mes séptimo será el día de expiación; tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová.

Ningún trabajo haréis en este día; porque es día de expiación, para reconciliaros delante de Jehová vuestro Dios.

Porque toda persona que no se afligiere en este mismo día, será cortada de su pueblo.”

El día en que se llevaba a cabo en medio del pueblo hebreo la expiación por el pecado de los hebreos era el día diez del mes séptimo de cada año, donde se sacrificaba el macho cabrío de la expiación por Jehová, y las personas en ese día tenían que afligir sus almas, o sea, estar afligidos en sus almas, en sus corazones por haber pecado contra Dios, o sea, dolerle en el alma haber pecado contra Dios, estar arrepentidos y pedirle perdón a Dios por haber pecado contra Dios.

Y el sumo sacerdote sacrificaba el macho cabrío de la expiación en el atrio y tomaba la sangre en una vasija y llevaba esa sangre al lugar santísimo y esparcía con su dedo siete veces sobre el propiciatorio, el propiciatorio es la tapa del arca del pacto, el propiciatorio era de oro puro con dos querubines de oro uno a cada lado, y en medio de los dos querubines de oro, sobre el propiciatorio, estaba la presencia de Dios en la Luz de la Shekinah, esa nube de Luz que guió al pueblo hebreo por el desierto.

Y toda persona que se había arrepentido de sus pecados y le había pedido perdón a Dios por sus pecados quedaba perdonada y quedaba cubierta con la sangre de ese sacrificio, y quedaba así perdonado, y quedaba reconciliado con Dios cuando el sumo sacerdote terminaba las labores en ese día.

Pero las personas que no se habían arrepentido de sus pecados, ¿qué pasaba con ellos? No quedaban perdonados y por consiguiente no quedaban reconciliados con Dios y por consiguiente perdían el privilegio y derecho de vivir un año más, por lo tanto Dios los cortaba de en medio del pueblo, morían.

Y ahora, encontramos que desde el día que Cristo murió en la Cruz del Calvario, el día de la expiación se ha materializado en Cristo y Su Sacrificio en la Cruz del Calvario. En Cristo se cumplió el sacrificio de la expiación del macho cabrío que se efectuaba en el Antiguo Testamento.

Y ahora, encontramos que Cristo luego de morir, ser sepultado y resucitar, luego ascendió al Cielo y entró al Lugar Santísimo del Templo Celestial con Su propia Sangre como Sumo sacerdote para hacer intercesión con Su propia Sangre por mí ¿y por quién más? Por cada uno de ustedes también.

Y toda persona que arrepentida de sus pecados recibe a Cristo como su Salvador Cristo lo perdona y con Su Sangre lo limpia de todo pecado, y es bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo en donde la persona se identifica con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección.

Y la persona queda reconciliada con Dios, porque Cristo luego lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego y obtiene el nuevo nacimiento, nace en el Reino de Cristo, nace en ese Reino eterno, nace en y a la Vida eterna, queda reconciliado con Dios y por consiguiente esa persona obtiene el privilegio y derecho de vivir no un año más sino por toda la eternidad con Jesucristo en Su Reino eterno, y viene a ser la persona pueblo de Dios, uno de los miembros del pueblo de Dios del Nuevo Testamento; y el pueblo de Dios del Nuevo Testamento es el Israel Celestial, que es la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y que está tipificada la Iglesia en la planta de trigo que nació del grano de trigo, y nosotros estamos representados en los granos de trigo de esa planta de trigo. Cristo dijo: “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, él solo queda, pero si cae en tierra y muere, mucho fruto lleva,” o sea, muchos granos de trigo, muchos hijos e hijas de Dios. Esa es la forma en que el Segundo Adán, Jesucristo se reproduciría en muchos hijos e hijas de Dios con Vida eterna.

Ahora, podemos ver por qué nosotros predicamos a Cristo crucificado.

Jesucristo es la única esperanza del ser humano, no hay otra esperanza para el ser humano sino Jesucristo, para el ser humano poder vivir eternamente necesita a Jesucristo, por lo tanto para el ser humano ser reconciliado con Dios necesita a Cristo y Su Sacrificio en la Cruz del Calvario, necesita a Cristo crucificado. En Romanos, capítulo 5, versos 8 en adelante, dice San Pablo:

Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.

Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.

Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.

Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.”

Dios muestra Su amor para con nosotros en que siendo aun pecadores Cristo murió por nosotros, y ya eso estaba destinado por Dios desde antes de la fundación del mundo. Vean, en Primera de Pedro, capítulo 1, verso 18 en adelante, dice:

Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,

sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,

ya destinado desde antes de la fundación del mundo.”

Ya Jesucristo fue destinado desde antes de la fundación del mundo para morir por nosotros como un cordero, ser inmolado como un cordero; sin Cristo no hay expiación, y sin Cristo no hay perdón ni hay reconciliación con Dios.

Pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros.”

Por amor a nosotros Cristo fue manifestado en Su Primera Venida para morir por nosotros en la Cruz del Calvario, y nosotros hemos aparecido en esta Tierra con y para un propósito. Vean en Primero de Pedro, capítulo 1, verso 2, dice:

elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer y ser rociados con la sangre de Jesucristo.”

Hemos aparecido en esta Tierra para recibir a Cristo como nuestro Salvador, fuimos elegidos desde antes de la fundación del mundo para ese propósito, y para ser rociados con la Sangre preciosa de Jesucristo nuestro Salvador, y ser así limpios de todo pecado, y ser bautizados en agua en Su Nombre y recibir Su Espíritu Santo y obtener el nuevo nacimiento, y así obtener el nacimiento en la Vida eterna para vivir con Cristo por toda la eternidad, y así obtener el privilegio y derecho de la Vida eterna, para vivir reconciliados con Dios eternamente en el Reino glorioso de Jesucristo nuestro Salvador.

Fuimos elegidos para ese propósito desde antes de la fundación del mundo. Usted quizás no lo comprende pero Dios fue el que lo eligió a usted, aun más, usted no eligió, no escogió venir a vivir a este planeta Tierra en este tiempo, y entonces ¿quién fue el que escogió por usted el que usted apareciera en la Tierra en este tiempo? Dios, para que usted escuchara la predicación de Cristo crucificado, la predicación del Evangelio de Cristo y recibiera a Cristo como su Salvador, y obtuviera el perdón de sus pecados y fuera limpio con la Sangre de Jesucristo de todo pecado, y fuera bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo para Cristo bautizarlo con Espíritu Santo y Fuego y producir en usted y en mí el nuevo nacimiento, nacer así en el Reino de Cristo en y a la Vida eterna.

Para ese propósito es que estamos existiendo en este planeta Tierra. Cristo dijo: “El que es de Dios la Voz de Dios oye,” Él dijo: “También tengo otras ovejas que no son de este redil, las cuales también debo traer, y oirán mi voz, y habrá un rebaño y un pastor,” el Pastor es Jesucristo en medio de Su Iglesia en Espíritu Santo, y el Redil es la Iglesia del Señor Jesucristo, y las ovejas ¿quiénes son? Todos nosotros.

Ahora, podemos ver el por qué Cristo vino a la Tierra. Y Él vino para dar Vida ¿a quiénes? Vamos a ver San Juan, capítulo 10, ahí mismo dice... capítulo 10, verso 27 al 30, dice:

Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen.”

O sea, que escuchan la predicación del Evangelio de Cristo, reciben a Cristo como Salvador y siguen a Cristo.

y yo les doy vida eterna.”

Solamente tienen Vida eterna los que siguen a Cristo el Buen pastor, y esas son las ovejas que el Padre le dio para que les dé Vida eterna, para que las reconcilie con Dios.

y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás.”

Si nuestro cuerpo físico muere no hay ningún problema, continuamos viviendo en el cuerpo angelical en el Paraíso que es la sexta dimensión, y cuando Cristo complete Su Iglesia Él resucitará los muertos creyentes en Él en cuerpos eternos y glorificados, y a nosotros si continuamos vivos nos transformará y entonces todos tendremos cuerpos inmortales, cuerpos glorificados igual al cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador.

y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.

Mi Padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre.

Yo y el Padre uno somos.”

Hemos visto que las ovejas que el Padre le dio a Cristo para que les dé Vida eterna escucharían la Voz de Cristo, Cristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia llamando y juntando Sus ovejas por medio de la predicación del Evangelio de Cristo donde se predica a Cristo crucificado.

Por eso nosotros predicamos a Cristo crucificado, Cristo crucificado es el Sacrificio de la expiación por el pecado del ser humano, Él puso Su vida en expiación por el pecado. Esto está en el capítulo 53, verso 10 de Isaías, ya estaba profetizado, dice:

Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.”

¿Ven? ya Él puso Su vida en expiación por el pecado cuando murió en la Cruz del Calvario. Y ahora, dice:

Verá linaje.”

Ese linaje son los creyentes en Cristo los cuales nacen por medio de recibir a Cristo como Salvador, lavar sus pecados en la Sangre de Cristo, ser bautizados en agua en Su Nombre y recibir el Espíritu Santo, y obtener así el nuevo nacimiento, nacen en el Reino de Dios, el Reino de Cristo en y a la Vida eterna, ese es el linaje descendiente de Jesucristo nuestro Salvador, descendiente del Segundo Adán, que es Jesucristo nuestro Salvador.

Por eso en las cosas que Dios dijo al Profeta Daniel que sucederían, él habló de setenta semanas determinadas para el pueblo hebreo, y le dijo que a la mitad de la semana le sería quitada la vida al Mesías, a la mitad de la semana número setenta.

En el capítulo 9 de Daniel, del libro del Profeta Daniel, dice, verso 22 en adelante, dice, el Arcángel Gabriel hablando con el Profeta Daniel le dice:

Y me hizo entender, y habló conmigo, diciendo: Daniel, ahora he salido para darte sabiduría y entendimiento.”

Vean, ese Arcángel viene a Daniel dándole sabiduría y entendimiento.

Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende, pues, la orden, y entiende la visión.

Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad.”

Cristo es el que pone fin al pecado, Cristo es el que expía la iniquidad con Su Sacrificio en la Cruz del Calvario.

...para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.

Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.

Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.”

Vean, Jerusalén fue destruida en el año 70 de la era cristiana. Pero vean, antes de la destrucción de Jerusalén y del templo, el Mesías, la vida del Mesías le sería quitada, y le fue quitada en el año 33 de la era cristiana conforme al calendario gregoriano que es el que se usa actualmente entre la mayor parte de los pueblos gentiles.

Ahora, ¿cómo es que los líderes religiosos del pueblo hebreo que vieron a Jerusalén siendo destruida no pudieron comprender que ya la vida del Mesías le había sido quitada conforme a la profecía de Daniel, y que había hecho la expiación por el pecado el Mesías con Su muerte? No lo pudieron comprender porque la Escritura dice que estarían ciegos, y eso ha dado lugar a que Dios se torne a los gentiles, y se tornó a los gentiles para llamar de entre los gentiles un pueblo para Su Nombre.

Pero muy pronto Cristo completará ese pueblo de entre los gentiles en Su Iglesia y luego se tornará al pueblo hebreo, le abrirá los ojos y las Escrituras para entender, y les abrirá el corazón para que puedan entender las Escrituras y su cumplimiento, y entonces ellos llorarán de tristeza, llorarán y lamentarán como tenían que hacer el día de la expiación, el día diez del mes séptimo, y verán la Expiación por el pecado, verán que la Expiación por el pecado es Cristo crucificado allá en Jerusalén en la Cruz del Calvario, verán que eso ya se cumplió y entonces creerán y recibirán a Cristo como su Salvador, y sus pecados serán perdonados.

Así lo dice Zacarías, capítulo 12, verso 10 en adelante, de Zacarías, dice:

Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.

En aquel día habrá gran llanto en Jerusalén, como el llanto de Hadad-rimón en el valle de Meguido.

Y la tierra lamentará, cada linaje aparte; los descendientes de la casa de David por sí, y sus mujeres por sí; los descendientes de la casa de Natán por sí, y sus mujeres por sí;

los descendientes de la casa de Leví por sí, y sus mujeres por sí; los descendientes de Simei por sí, y sus mujeres por sí;

todos los otros linajes, cada uno por sí, y sus mujeres por sí.”

O sea, que lo que se hacía el día de la expiación en donde la gente venía lamentando por haber pecado, afligidos en su alma por haber pecado contra Dios, pidiéndole perdón a Dios, eso lo va a hacer el pueblo hebreo, ciento cuarenta y cuatro mil hebreos cuando ellos reciban la oportunidad de hacerlo, que será cuando Cristo complete Su Iglesia y resucite a los muertos creyentes en Él y a nosotros nos transforme, y entonces Cristo se revelará al pueblo hebreo y el pueblo hebreo llorará cada uno por sí, y recibirán a Cristo como su Salvador, como la Expiación por el pecado, recibirá a Cristo crucificado por los pecados, no solamente de los escogidos de entre los gentiles sino por los pecados también de pueblo hebreo.

Recuerden que Cristo dijo: “Padre perdonalos porque no saben lo que hacen,” pero el perdón no es efectivo hasta que la persona recibe ese perdón y recibe al que otorga ese perdón.

Vean, Cristo murió por nuestros pecados en la Cruz del Calvario, pero se hace efectivo en las personas cuando reciben a Cristo como su Salvador, y el perdón que Cristo otorgó allí en la Cruz del Calvario para el pueblo hebreo se hace efectivo cuando ellos lo reciban como su Salvador, como la Expiación por el pecado.

Por eso nosotros predicamos a Cristo crucificado, para que toda persona pueda comprender el porqué Cristo vino a la Tierra y murió en la Cruz del Calvario crucificado, murió por mí ¿y por quién más? Por cada uno de ustedes también.

Por lo tanto toda persona que ya ha recibido a Cristo como su Salvador ha creído a Dios y el testimonio que Dios ha dado acerca de Su Hijo Jesucristo y por lo tanto ya tiene Vida eterna. Vean, de esto nos habla Primera de Juan, capítulo 5, verso 10 en adelante, dice:

El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.

Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.”

Dios nos ha dado Vida eterna y esta vida ¿dónde está? En Su Hijo Jesucristo, al recibir a Cristo recibimos la Vida eterna.

El que tiene al Hijo, tiene la vida (o sea, tiene la Vida eterna); el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.”

Aunque tenga una vida temporal eso se le va a acabar en algún momento, lo importante es tener la Vida eterna y esta Vida eterna en Jesucristo.

Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.”

Por lo tanto toda persona creyente en Cristo tiene Vida eterna, ¿y quiénes son esas personas? Todos nosotros, por lo tanto hemos asegurado nuestro futuro eterno con Jesucristo en Su Reino eterno en la Vida eterna. Lo más importante es la Vida eterna, no hay nada más importante que la Vida eterna, y solamente la persona la puede obtener a través de Jesucristo nuestro Salvador.

¿Cuántos ya han recibido a Cristo como su Salvador? Pues ustedes tienen Vida eterna y yo también. Si hay alguno que todavía no ha recibido a Cristo como Salvador, pues no tiene Vida eterna, pero en esta noche puede obtener Vida eterna recibiendo a Cristo como su Salvador y así asegurar su futuro eterno con Jesucristo en Su Reino eterno.

Puede levantar su mano y yo estaré orando por usted para que así Cristo le reciba, perdone sus pecados y con Su Sangre le limpie de todo pecado, y pueda ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y Cristo le bautice con Espíritu Santo y Fuego y obtenga el nuevo nacimiento, nazca en y a la Vida eterna en el Reino eterno de Jesucristo nuestro Salvador.

Puede levantar su mano y estaré orando por usted para que Cristo le reciba. Veo manos levantadas, pueden pasar al frente y estaré orando por ustedes en estos momentos para que Cristo les dé Vida eterna, para que así tengan la esperanza en una Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno, mientras estamos en la Tierra en estos cuerpos mortales es el tiempo de asegurar nuestro futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno.

Pueden continuar pasando y estaré orando por ustedes en esta noche para que nuestro amado Señor Jesucristo, el Cristo crucificado les reciba, con Su Sangre les limpie de todo pecado y les dé Vida eterna.

La Vida eterna es lo que todo ser humano desea acá en su alma, el alma de todo ser humano anhela la Vida eterna, y hay una forma de obtener la Vida eterna: por medio de Jesucristo nuestro Salvador, por medio de Su Sacrificio en la Cruz del Calvario se llevó a cabo la expiación por nuestros pecados, y la Sangre derramada de Cristo en la Cruz del Calvario nos limpia de todo pecado.

Por lo tanto la forma para obtener la Vida eterna es a través de Jesucristo nuestro Salvador. Él es el Árbol de la Vida eterna: Jesucristo nuestro Salvador.

El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.”

Dice Cristo en San Juan, capítulo 5, verso 24 y también San Juan, capítulo 3, verso 16, dice:

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”

Sin Cristo el ser humano está perdido, con Cristo el ser humano está a salvo, no se perderá sino que vivirá eternamente con Jesucristo en Su Reino. Cristo dijo: “El que me confesare delante de los hombres, yo le confesaré delante de mi Padre.”

Cristo da testimonio delante del Padre Celestial acerca de las personas que le reciben como Salvador, y dice: “Padre, esta persona me ha recibido como su Salvador, se ha arrepentido de sus pecados y me ha pedido perdón por sus pecados, yo le he perdonado y con mi Sangre lo he limpiado de todo pecado, Padre recíbele en Tu Reino, bautízale con Espíritu Santo y Fuego,” y el Padre Celestial envía Su Espíritu Santo a la persona cuando la persona es bautizada en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y la persona obtiene el nuevo nacimiento y así entra al Reino de Dios, entra por consiguiente a la Vida eterna para vivir eternamente con Jesucristo en Su Reino eterno.

¿Vieron lo sencillo que es entrar a la Vida eterna, entrar al Reino de Dios, nacer en la Vida eterna? Cristo ha hecho todo sencillo para que toda persona pueda recibir la salvación y Vida eterna.

Tanto los que han estudiado mucho como los que no han estudiado nunca en la escuela pueden recibir la salvación y Vida eterna creyendo en Jesucristo como su Salvador.

Estamos esperando que pasen las personas que faltan por pasar para orar por todos ya en esta noche, para que Cristo les reciba, les perdone y con Su Sangre les limpie de todo pecado.

Vamos a dar unos segundos más en lo que pasan las últimas personas que faltan por pasar, para que así aseguren su futuro eterno con Jesucristo en Su Reino eterno.

Ahí es donde aseguramos nuestro futuro eterno, antes que se nos acabe esta vida terrenal, esta vida temporal en este cuerpo de carne. Hay que asegurar el futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno, en la Vida eterna mientras estamos en estos cuerpos mortales, antes que se nos acabe la vida terrenal, la cual es temporal, es por un corto tiempo, pero ese tiempo que Dios nos da es para que confirmemos nuestro lugar en la Vida eterna.

Toda persona que quiere vivir eternamente confirma su lugar en la Vida eterna recibiendo a Cristo como su Salvador.

Los que falten pueden pasar inmediatamente y ya estaremos orando por todas las personas que han pasado. Vamos a estar puestos en pié para orar.

Si falta alguno puede pasar todavía, y los niños también de diez años en adelante pueden pasar para recibir a Cristo como su Salvador... todavía vienen personas para recibir a Cristo... ya vamos a orar por todos los que han pasado. Vamos a inclinar nuestros rostros y vamos a orar, y repitan conmigo esta oración los que han pasado.

Señor Jesucristo vengo a Ti reconociendo que soy pecador, Señor Jesucristo perdona mis pecados, limpiame con Tu Sangre de todo pecado, Señor Jesucristo yo públicamente confieso mi fe en Ti, y Señor públicamente yo Te recibo como mi Salvador.

Señor Jesucristo salva mi alma Te lo ruego, perdona mis pecados y limpiame con Tu Sangre de todo pecado, y bautízame con Espíritu Santo y fuego luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre, y Te ruego produzcas en mí el nuevo nacimiento. Quiero vivir contigo en Tu Reino por toda la eternidad, ten misericordia de mí.

En Tus manos encomiendo mi alma, salva mi alma Señor Jesucristo, Te lo ruego en Tu Nombre Señor Jesucristo. Amén y amén.

Repitan conmigo: la Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado, la Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado, la Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado. Cristo les ha recibido, les ha perdonado y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado, porque Cristo dijo:

Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”

Es un asunto de Vida eterna para los que creen, y es un asunto de condenación para los que no creen.

Ahora, ustedes han creído de todo corazón en Jesucristo como Salvador, y me dirán: “¿y cuándo puedo ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, porque Cristo dijo: El que creyere y fuere bautizado, será salvo cuándo me pueden bautizar en agua en el Nombre del Señor Jesucristo?”

Eso mismo dijo el eunuco a Felipe cuando Felipe le predicó a Cristo crucificado, el eunuco dijo: “¿qué impide que yo sea bautizado? aquí hay agua” y Felipe le dice: “Si crees de todo corazón bien puedes, si crees bien puedes ser bautizado, si crees que Jesucristo es el Hijo de Dios,” y el eunuco dijo: “Yo creo que Jesucristo es el Hijo de Dios.” Creyó de todo corazón y Felipe lo bautizó en agua en el Nombre del Señor Jesucristo.

Y por cuanto ustedes han creído de todo corazón, bien pueden también ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo; y pregunto al Rvdo. Tillería si ¿hay agua? Hay agua y dos bautisterios, ¿hay ropas bautismales también? Hay ropas bautismales, ¿hay lugar dónde cambiarse de ropa? También hay un lugar donde cambiarse de ropa, por lo tanto bien pueden ser bautizados en agua esta misma noche en el Nombre del Señor Jesucristo, y así cumplir la orden divina, así cumplir el mandamiento de nuestro amado Señor Jesucristo, “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”

Ustedes han creído por lo tanto tienen el derecho en esta noche a ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y así identificarse con Jesucristo en Su muerte, sepultura y resurrección.

Cuando el ministro lo bautiza a usted, es porque usted murió al mundo, y cuando lo sumerge en las aguas, está mostrando que está siendo sepultado, y cuando lo levanta de las aguas, muestra que usted ha resucitado a una nueva vida ¿a qué vida? A la Vida eterna en el Reino eterno de Jesucristo nuestro Salvador.

Por lo tanto usted ha muerto con Cristo, ha sido sepultado con Cristo y ha resucitado con Cristo lo cual es tipificado en el bautismo en agua en el Nombre del Señor Jesucristo.

Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes dándoles testimonio de nuestro tema: “NOSOTROS PREDICAMOS A CRISTO RESUCITADO.”

Muchas gracias por vuestra amable atención y continúen pasando una noche llena de las bendiciones de Jesucristo nuestro Salvador.

Dejo con nosotros nuevamente al Rvdo. Tillería para que les indique hacia dónde caminar para ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Que Dios les bendiga y les guarde a todos.

NOSOTROS PREDICAMOS A CRISTO RESUCITADO.”