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El Rescate de los Escogidos 2003-08-03 1 Cayey PR 00:00:00 false

Muy buenos días, amados amigos y hermanos presentes; es para mí un privilegio y bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.

Para lo cual leemos en Primera de Timoteo, capítulo 2, verso 1 al 7, donde nos dice San Pablo:

Exhorto ante todo, a que se hagan rogativas, oraciones, peticiones y acciones de gracias, por todos los hombres;

por los reyes y por todos los que están en eminencia, para que vivamos quieta y reposadamente en toda piedad y honestidad.

Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador,

el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.

Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,

el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.

Para esto yo fui constituido predicador y apóstol (digo verdad en Cristo, no miento), y maestro de los gentiles en fe y verdad.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Nuestro tema es: “EL RESCATE DE LOS ESCOGIDOS.” “EL RESCATE DE LOS ESCOGIDOS.”

El rescate de los escogidos ha sido la comisión de Cristo nuestro Salvador, por lo cual Él vino a esta Tierra.

Ahora, para poder comprender el rescate de los escogidos de Dios, tenemos que ir al Antiguo Testamento, en donde se estableció el rescate por la tierra, las propiedades, y también el rescate de los primogénitos y así por el estilo.

Ahora, encontramos que el rescate tiene un precio el cual debe ser pagado, y por consiguiente se requiere que en ese precio, en ese precio del rescate, se sea fiel.

Veamos aquí en Números *capítulo 3, verso 40 en adelante, dice:

Y Jehová dijo a Moisés: Cuenta todos los primogénitos varones de los hijos de Israel de un mes arriba, y cuéntalos por sus nombres.”

Ahora vean, se incluye aquí el nombre de las personas también.

Y tomarás a los levitas para mí en lugar de todos los primogénitos de los hijos de Israel, y los animales de los levitas en lugar de todos los primogénitos de los animales de los hijos de Israel. Yo Jehová.

Contó Moisés, como Jehová le mandó, todos los primogénitos de los hijos de Israel.

Y todos los primogénitos varones, conforme al número de sus nombres, de un mes arriba, fueron veintidós mil doscientos setenta y tres.

Luego habló Jehová a Moisés, diciendo:

Toma los levitas en lugar de todos los primogénitos de los hijos de Israel, y los animales de los levitas en lugar de sus animales; y los levitas serán míos. Yo Jehová.

Y para el rescate de los doscientos setenta y tres de los primogénitos de los hijos de Israel, que exceden a los levitas,

tomarás cinco siclos por cabeza; conforme al siclo del santuario los tomarás. El siclo tiene veinte geras.

Y darás a Aarón y a sus hijos el dinero del rescate de los que exceden.

Tomó, pues, Moisés el dinero del rescate de los que excedían el número de los redimidos por los levitas,

y recibió de los primogénitos de los hijos de Israel, en dinero, mil trescientos sesenta y cinco siclos, conforme al siclo del santuario.

Y Moisés dio el dinero de los rescates a Aarón y a sus hijos, conforme a la palabra de Jehová, según lo que Jehová había mandado a Moisés.”

Ahora, vean ustedes, el rescate de los primogénitos fue realizado por los levitas; pero por cuanto el número de los levitas era menor que el número de los primogénitos, quedaron, vean, era uno, un levita por un primogénito; y esos levitas vendrían a ser para Dios, porque todo primogénito le pertenece Dios. Y luego los que quedaban, que fueron 273 de los primogénitos de los hijos de Israel que exceden a los levitas, para esos hubo un rescate en dinero.

Ahora, vean ustedes, los primogénitos tienen que ser rescatados. Ahora, ¿por qué? Porque los primogénitos pertenecen a Dios.

Y ahora, encontramos también que la tierra que Dios dio al pueblo hebreo, conforme a la Escritura, cuando la vendían o quedaba tomada a causa de una deuda, la podían rescatar pagando el precio del rescate, o si no, en el año del jubileo saldría libre la tierra. O sea, cada cincuenta años llegaba el año del jubileo y quedaba libre la tierra, el dueño original obtenía nuevamente la tierra.

Y ahora, todo esto nos habla del rescate de lo que pertenece a Dios. En la Tierra si una persona no tenía dinero para llevar a cabo el rescate, vean lo que dice Levítico, capítulo 25, verso 23 en adelante, dice:

La tierra no se venderá a perpetuidad, porque la tierra mía es; pues vosotros forasteros y extranjeros sois para conmigo.

Por tanto, en toda la tierra de vuestra posesión otorgaréis rescate a la tierra.

Cuando tu hermano empobreciere, y vendiere algo de su posesión, entonces su pariente más próximo vendrá y rescatará lo que su hermano hubiere vendido.

Y cuando el hombre no tuviere rescatador, y consiguiere lo suficiente para el rescate,

entonces contará los años desde que vendió, y pagará lo que quedare al varón a quien vendió, y volverá a su posesión.

Mas si no consiguiere lo suficiente para que se la devuelvan, lo que vendió estará en poder del que lo compró hasta el año del jubileo; y al jubileo saldrá, y él volverá a su posesión.

El varón que vendiere casa de habitación en ciudad amurallada, tendrá facultad de redimirla hasta el término de un año desde la venta; un año será el término de poderse redimir.”

Esto es las casas o propiedades que estén en ciudad amurallada. Las que no están en ciudad amurallada en cualquier tiempo pueden ser redimidas.

Y si no fuere rescatada dentro de un año entero, la casa que estuviere en la ciudad amurallada quedará para siempre en poder de aquel que la compró, y para sus descendientes; no saldrá en el jubileo.

Mas las casas de las aldeas que no tienen muro alrededor serán estimadas como los terrenos del campo; podrán ser rescatadas, y saldrán en el jubileo.”

O sea, pueden pagar el precio del rescate en cualquiera de los años, y si no lo han hecho, en el año del jubileo que es el año cincuenta, saldrán libres:

Pero en cuanto a las ciudades de los levitas, éstos podrán rescatar en cualquier tiempo las casas en las ciudades de su posesión.

Y el que comprare de los levitas saldrá de la casa vendida, o de la ciudad de su posesión, en el jubileo, por cuanto las casas de las ciudades de los levitas son la posesión de ellos entre los hijos de Israel.

Mas la tierra del ejido de sus ciudades no se venderá, porque es perpetua posesión de ellos.”

Ahora, estas son leyes que fueron establecidas por Dios al pueblo hebreo, las cuales son el tipo y figura de las leyes del rescate de los primogénitos de Dios del Cielo, que son los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Por lo tanto, Dios estuvo reflejando en medio del pueblo hebreo y en medio del territorio hebreo todas las leyes celestiales y cómo sería que se llevaría el rescate, se llevaría a cabo el rescate de los escogidos de Dios escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.

Encontramos también en el caso de Noemí, Rut, y Booz, que se había ido a Moab el esposo de Noemí, el cual con Noemí tenía dos hijos; y estando allá en Moab ellos se casaron con jóvenes gentiles.

Y encontramos que luego murieron esos hijos de Noemí y también su esposo, ella quedó viuda con sus dos nueras o yernas; y Noemí sintió el anhelo de regresar a la tierra de Israel, y se reunió con sus yernas y les dijo que iba a regresar a la tierra de Israel, que ellas quedaran en Moab, ahí, pues seguirían ellas su vida normal y se quedarían con sus dioses, ahí se casarían de nuevo y tendrían familia; y una de ellas besó a Noemí, se despidió de ella y se fue y continuó viviendo entre su pueblo, el pueblo de Moab.

Pero Rut le dijo: “Yo no te dejaré, tu pueblo será mi pueblo, tu Dios será mi Dios; y donde quiera que tú vayas, yo iré contigo; y donde tú mueras, ahí yo también moriré.” Y Noemí regresó a la tierra de Israel y con ella su nuera, su yerna Rut, la cual no había tenido hijos.

Y ahora, llegan a la tierra de Israel en el tiempo de la siega (eso es un detalle muy importante), y va ella a buscar trabajo, y comienza a trabajar y ahí conoce a Booz; ella le cuenta a su suegra Noemí, porque Noemí la envió a trabajar en esa tienda de Booz, porque Booz es pariente de Noemí.

Booz es de la familia del esposo de Noemí. Por lo tanto Booz podía redimir, Booz podía pagar el precio por el terreno que Noemí quería vender. Por lo tanto Booz podía redimir a Noemí y la propiedad de Noemí y por consiguiente a Rut que estaba con Noemí.

Booz es un tipo perfecto del Redentor del ser humano, es un tipo perfecto del Mesías, de Cristo.

Ahora, Booz sí quería redimir; y él redimiría, y en la mañana sería que se tendría la buena noticia de que Booz había llevado a cabo la redención, había pagado el rescate.

Y ahora, Noemí con toda la herencia, la propiedad y también con Rut, quedaban bajo el precio del rescate y toda la propiedad de Noemí quedaba redimida, y el que redimiría se quedaría con Rut y tendría hijos a través de ella, se casaría, para levantarle descendencia al esposo de Rut que había muerto.

De esa línea fue que vino el rey David, y de esa línea fue que vino Cristo. En la ascendencia de Cristo encontramos mujeres gentiles como Rut, también como Tamar, y también como una mujer que no era muy buena pero que fue convertida al Dios de Israel cuando Josué entró a la tierra prometida.

Por lo tanto, encontramos que estas mujeres gentiles que aparecen en la historia del pueblo hebreo y principalmente en la línea del Mesías, la ascendencia del Mesías, son mujeres que son tipo y figura de la Iglesia del Señor Jesucristo. Tamar, también Rahab, también Rut, son tipo y figura de la Iglesia de Jesucristo.

Ahora encontramos que hay una línea ahí de gentiles en David y también en el Hijo de David: Cristo nuestro Salvador.

Ahora, en este Programa del rescate, donde hay que pagar un precio por el rescate de una propiedad o de un primogénito, encontramos que esto es tipo y figura de los primogénitos de Dios del Cielo, escritos en el Libro de la Vida del Cordero, los cuales a causa de la caída al venir a la Tierra, vienen en medio de una raza que cayó de la Vida eterna; y al caer de la Vida eterna la raza humana la cual estaba potencialmente en Adán, estaba allí representada cuando Adán y Eva pecaron, la raza humana cayó, toda la descendencia de Adán cayó.

“Por cuanto todos pecaron, todos están destituidos de la gloria de Dios.” ¿Cuándo todos pecaron? Cuando Adán pecó. Esto es como cuando una semilla de algún árbol de frutos, o una semilla de trigo, cuando es contaminada con alguna plaga, cuando ha sido contaminada todo el producto que va a salir de esa semilla ya está contaminado. Se siembra esa semilla ¿y qué sucede? Sale con la enfermedad, la plaga tanto en el tallo en la planta, y luego en el fruto también.

Así sucedió con Adán, por consiguiente toda la descendencia de Adán estaría con la plaga del pecado, porque la plaga del pecado entró en el Huerto del Edén en Adán y Eva, y por consiguiente todos los descendientes de Adán y Eva estarían manchados con la plaga del pecado, y por consiguiente la muerte como resultado, porque la paga del pecado es la muerte.

Y para que venga una raza con Vida eterna sin la plaga del pecado, tiene que venir otra semilla sin pecado. Y en esa semilla sin pecado fueron colocados todos los pecados del ser humano, toda la plaga del pecado fue colocada en esa semilla, y esa semilla es Cristo nuestro Salvador, el cual es el Segundo Adán.

Y por cuanto la paga del pecado es la muerte, Él murió, fue sepultado; y la plaga del pecado que Él tomó de nosotros por lo cual Él murió, dejó esa plaga del pecado en el infierno, allá la retornó al diablo que es el originador del pecado, y luego resucitó victorioso y glorificado, justificado, sin pecado, como si nunca en la vida hubiese tenido el pecado de nosotros.

Y ahora, esta semilla ha estado reproduciéndose. El Día de pentecostés nació la Iglesia de Jesucristo como el producto de ese grano de trigo. Y ahora, vean ustedes, esa Iglesia nació sin pecado, y ahora a través de Su Iglesia Cristo ha estado reproduciéndose en hijos e hijas de Dios.

Por lo tanto, en cada ocasión en que una persona recibe a Cristo como su Salvador personal, y arrepentido de sus pecados pide perdón a Cristo por haber pecado contra Cristo, Cristo lo perdona y lo limpia de todo pecado con Su Sangre, y la persona es bautizada en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego y la persona obtiene el nuevo nacimiento, nace del Agua y del Espíritu, nace una nueva criatura en el Reino de Dios, el Reino de Cristo con Vida eterna, obtiene un cuerpo angelical de la sexta dimensión, y ahí está una nueva criatura que ha nacido en el Reino de Cristo, por lo cual hay gozo en el Cielo, tanto de los Ángeles como de Dios y también de los santos que ya han partido, y hay gozo también en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo en la Tierra.

Encontramos que esa persona ha obtenido el rescate, ha recibido el rescate que Cristo realizó, y se ha materializado en la persona el rescate, ha sido rescatada la persona, ha sido rescatada no por poder humano, sino que ha sido rescatada la persona conforme a como nos dice aquí San Pedro, en Primera de Pedro, capítulo 1, verso 18 en adelante, dice:

Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,

sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.”

Hemos sido rescatados no con dinero, no con oro o plata, sino con la sangre de Jesucristo, la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.

...ya destinado desde antes de la fundación del mundo,...”

O sea, que ya estaba destinado Cristo para morir por nosotros y derramar Su Sangre y pagar el precio de nuestro rescate.

...pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros.”

Y ahora, fue manifestado Cristo en Su Primera Venida por amor ¿a quiénes? A nosotros. El rescate Dios lo lleva a cabo por medio de Cristo por amor a nosotros.

Ahora, algo que es rescatado, eso es algo que es redimido, algo que es salvado, usted tiene algo y lo empeña o lo vende o se le pierde, y cuando usted lo encuentra; si alguien lo tiene y usted lo quiere obtener de nuevo, usted paga el precio del rescate, lo que le pidan por eso que era suyo usted lo paga y lo tiene de nuevo, usted rescató lo que había perdido o lo que había vendido o lo que había empeñado. Y si es algo que usted amaba mucho, usted se goza no importa el precio que haya pagado por el rescate.

Siempre se lleva a cabo el rescate de algo que uno ama, que uno quiere, de algo que tiene valor para uno. Y ahora:

De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”

¿Ven? Dios ha pagado por medio de Cristo el precio del rescate, porque nos amó, somos amados por Él. Dice: “Por amor de vosotros.” Por amor a nosotros fue que Cristo apareció en la Tierra y pagó el precio del rescate, para que así usted sea rescatado o haya sido rescatado del reino de las tinieblas, y haya sido traído al Reino de Cristo, el Reino de Luz.

Es muy importante comprender que somos muy amados de Dios; por lo tanto las palabras que le dijo el Arcángel Gabriel a Daniel: “Tú eres muy amado.” Muy amado: esas palabras también son para nosotros, porque somos muy amados en el Cielo y por eso vino Jesucristo para pagar el precio de nuestro rescate, para rescatarnos del reino de las tinieblas y restaurarnos al Reino de Dios. Por eso hay gozo en el Cielo siempre que un pecador se arrepiente, porque es rescatado del reino de las tinieblas y regresado al Reino de Dios.

Vean, en San Mateo, capítulo 18, verso 11 al 14 dice Cristo:

Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido.”

¿Ven? Es un pueblo que se perdió, pero es un pueblo que pertenece a Dios; como el pueblo hebreo, el cual luego que salió de la tierra de Israel y se fue a Egipto a vivir, allí luego el faraón los esclavizó, y allí estaban perdidos como esclavos en el reino del faraón. El faraón y ese reino que él tenía, tipifican al diablo y el reino del diablo, el reino de las tinieblas.

Y así como Dios descendió y reconoció al pueblo hebreo como la descendencia de Abraham (para la cual Dios había hecho la promesa a Abraham que serían extranjeros en una tierra extraña y vivirían allí esclavos por cuatrocientos años, pero a los cuatrocientos años Dios los libertaría), así también es para el Israel Celestial, para los miembros de la Iglesia de Jesucristo. Todo fue tipificado con el pueblo hebreo.

Ahora, cada alma de Dios al venir a la Tierra obtiene un cuerpo mortal, corruptible y temporal y un espíritu del mundo, y nace en la Tierra como un esclavo del reino de las tinieblas para vivir y trabajar como un esclavo, como sucedía con el pueblo hebreo en medio del imperio del faraón. En cada ocasión en que nacía un hebreo, el faraón podía decir: “Nació un esclavo más en el reino;” y así era, pero Dios los libertaría en el tiempo señalado por Dios.

Ahora, en la cuarta generación ellos regresarían a la tierra que Dios le dio a Abraham. Ahora, continuamos leyendo:

Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido.”

En San Lucas dice: “El Hijo del Hombre vino para buscar y salvar lo que se había perdido.” Eso está en San Lucas, capítulo 19, verso 10. Ahora, sigue diciendo:

¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y se descarría una de ellas, ¿no deja las noventa y nueve y va por los montes a buscar la que se había descarriado?

Y si acontece que la encuentra, de cierto os digo que se regocija más por aquélla, que por las noventa y nueve que no se descarriaron.

Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños.”

No es la voluntad de Dios que se pierda uno de estos pequeñitos hermanos de Jesucristo nuestro Salvador. Por lo tanto, Jesucristo, el Hijo de Dios, nuestro Hermano Mayor del Cielo... nosotros también somos del Cielo, nuestra ciudadanía es celestial, nuestros nombres están escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, estábamos eternamente en Dios.

Cristo dijo: “Salí del Padre y vuelvo al Padre.” También Él dijo: “Nadie subió al Cielo, sino el que descendió del Cielo, el Hijo del Hombre que está en el Cielo.” Y también Cristo dijo: “No son del mundo, como yo tampoco Yo Soy del mundo.”

Por lo tanto, todas estas personas que son rescatadas son del Cielo; pero al aparecer en esta Tierra han aparecido en el reino de las tinieblas, en el reino del príncipe de las tinieblas, y por consiguiente han aparecido perdidos en este mundo, en un mundo de tinieblas y sombra de muerte.

Pero Luz ha resplandecido para todos los hijos de Dios en este mundo de tinieblas y sombra de muerte; esa Luz es Cristo, nuestro Pariente Redentor, el cual al morir por nosotros en la Cruz del Calvario y derramar Su Sangre por nosotros, con la cual nos limpió de todo pecado, pagó el precio del rescate para que usted y yo regresemos a Dios, regresemos a la Vida eterna y seamos preparados en este tiempo final para ser transformados y obtener el rescate físico, la parte física también.

Primero obtenemos la Redención espiritual, el Rescate espiritual, que es esa transformación interior que recibimos cuando recibimos a Cristo como nuestro Salvador, lavamos nuestros pecados en Su Sangre, somos bautizados en agua en Su Nombre, y recibimos Su Espíritu Santo y obtenemos nuestra liberación, obtenemos nuestro rescate, se materializa en nosotros el RESCATE que Cristo realizó, que Cristo pagó por nosotros, y obtenemos así nuestra liberación, obtenemos nuestra Redención, la cual ya Cristo realizó en la Cruz del Calvario pero se hace realidad en la persona, cuando la persona recibe a Cristo como su Salvador personal y entra en el Programa del Rescate de los escogidos de Dios. Y obtenemos primeramente la parte espiritual en donde nacemos en el Reino de Cristo, y obtenemos el cuerpo angelical.

Y luego sigue Cristo llamando los escogidos desde antes de la fundación del mundo escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, hasta que se complete el número de los escogidos, el número de los que están escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, los que están escritos en el Libro de los Siete Sellos, que es el Libro de la Vida del Cordero, los cuales son manifestados en la Tierra de etapa en etapa, de edad en edad, en la Iglesia del Señor Jesucristo.

Mientras la persona no ha recibido a Cristo como su Salvador no sabe que es un escogido de Dios, no sabe que su nombre está escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero; pero cuando recibe a Cristo como su Salvador, lava sus pecados en la Sangre de Cristo, es bautizado en agua en Su Nombre y recibió el Espíritu Santo, la persona se da cuenta que es un hijo o una hija de Dios, por la cual, Cristo en la Cruz del Calvario, pagó el precio del Rescate.

Por eso es que toda persona necesita a Cristo como su Salvador: porque Él es el que pagó el precio del Rescate de todo ser humano, para que así toda persona pueda obtener su liberación, pueda obtener la Redención del alma y pueda obtener el nuevo nacimiento, nacer del Agua y del Espíritu y obtener el nuevo nacimiento y obtener el cuerpo angelical de la sexta dimensión; y en el Día Postrero, si ya ha partido la persona, obtener la Redención física, el Rescate físico que es el cuerpo nuevo, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado.

Para los que están ya en el Paraíso será la resurrección en cuerpos glorificados, y para nosotros los que vivimos será nuestra transformación. Veamos lo que nos dice San Pablo en Efesios, capítulo 4, verso 30, dice:

Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.”

El día en que Cristo transformará nuestros cuerpos y obtendremos el cuerpo glorificado, y los muertos en Cristo serán resucitados en cuerpos glorificados.

Hemos sido sellados con el Espíritu Santo para el Día de la Redención; o sea, que para el Día en donde Cristo nos dará el cuerpo nuevo, para eso es que hemos recibido nosotros el Espíritu Santo, y hemos obtenido la Redención espiritual y obtendremos la Redención del cuerpo, que será nuestra transformación.

Esto es así porque un Pariente nuestro: nuestro amado Señor Jesucristo, pagó el precio del rescate de los escogidos de Dios.

Cristo es nuestro Hermano mayor, por eso es que Él siendo nuestro Hermano podía pagar el precio del rescate, Él podía realizar esa labor, porque Él es nuestro Pariente Redentor, como lo fue Booz de Noemí.

Ahora, siendo Él nuestro Pariente Redentor, vean ustedes, nosotros estando en esta Tierra en una condición de esclavos, por consiguiente pobres, porque los esclavos no son ricos, no tienen con qué comprar su libertad; pero Cristo siendo rico, vino manifestado en carne humana para pagar el precio de nuestro rescate.

Y ahora, el único que podía rescatar al ser humano era uno solo: Jesucristo nuestro Salvador; por eso Él murió en la Cruz del Calvario por todos nosotros. Vean, en San Marcos, capítulo 10, verso 45 y San Mateo, capítulo 20, verso 28, dice:

como el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos.”

Él dio Su vida en Rescate por todos nosotros, Él pagó el precio de nuestro Rescate, el precio de nuestra Redención.

Todo lo que puede ser redimido tiene que haber estado en Dios. Por lo tanto redimir es volver al lugar de origen, y eso solamente lo pudo hacer Jesucristo nuestro Salvador: regresarnos a nosotros a nuestro lugar de origen: que es Dios y Su Reino.

Cristo nos ha regresado a nuestro lugar de origen, a Dios y Su Reino, Cristo nos ha regresado a la Vida eterna, porque Él vino y pagó el precio de nuestro Rescate. Él es el Cordero de Dios que quitó el pecado del mundo como Juan el Bautista lo anunció, porque Él vino para dar Su vida en Rescate por nosotros, Él vino para rescatarnos del reino de las tinieblas y del poder del maligno y de su reino, del reino de las tinieblas.

Por eso es que en Colosenses nos dice San Pablo, Primera de Colosenses, capítulo 1, verso 12 en adelante, dice:

Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;

el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo.”

Vean, nos ha libertado del reino de las tinieblas y nos ha trasladado al Reino de Su amado Hijo, al Reino de Jesucristo el Hijo de Dios. Eso es lo que Dios ha hecho por medio de Jesucristo, el cual pagó el Rescate de todos nosotros:

...en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.”

La Redención, vean ustedes, es por medio de la Sangre de Cristo, porque la Sangre de Cristo es el precio del Rescate. Por lo tanto, al pagar el precio del Rescate entonces somos redimidos, somos rescatados, somos sacados del reino de las tinieblas y colocados en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador, ésa es una Obra que ha hecho Cristo en favor de todos nosotros para que todos podamos vivir eternamente.

Sin Cristo ninguna persona puede vivir eternamente, porque solamente el Reino de Cristo es eterno; y para la persona ser eterna tiene que recibir su Redención y ser colocado en el Reino de Cristo.

Toda persona que no reciba a Cristo, que no es colocada en el Reino de Cristo, por consiguiente se encuentra en el reino de las tinieblas; y el reino de las tinieblas no es eterno, será destruido y dejará de existir con todas las personas que estén en ese reino.

Por lo tanto, para evitar la destrucción total, eterna, para evitar la aniquilación, se requiere que toda persona sea rescatada del reino de las tinieblas. Por lo tanto, se predica el Evangelio a toda criatura, “y el que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” Eso es lo que está establecido para todos los seres humanos.

Toda persona que rechaza la oportunidad de ser rescatado del reino de las tinieblas, pierde la oportunidad que Dios le ha dado, la oportunidad de Vida eterna. Y es en esta Tierra en donde los seres humanos tienen esa oportunidad.

Es aquí mientras estamos en este planeta Tierra, que todos tenemos la oportunidad de elegir la Vida eterna porque tenemos el libre albedrío, y así confirmar nuestro nombre en la Vida eterna. Para eso es que estamos viviendo en este planeta Tierra.

Ahora, viendo que Cristo vino a la Tierra dos mil años atrás y murió, lo cual no comprendieron los que estuvieron viendo la muerte de Cristo allí, ni aún los discípulos comprendían lo que estaba pasando; porque todos esperaban que Cristo tomara el Reino, estableciera el Reino de David, se sentara sobre el Trono de David en aquellos días; pero la muerte de Cristo, aunque Cristo había hablado de que tenía que morir, eso nunca lo comprendieron Sus discípulos, hasta que luego que Cristo resucitó les abrió el entendimiento y les abrió las Escrituras.

Ahora, la muerte de Cristo era necesaria, y ya eso estaba preordenado, predestinado por Dios desde antes de la fundación del mundo; por eso se reflejó en medio del pueblo hebreo, tanto en propiedades como también en los esclavos y también en los primogénitos del pueblo hebreo.

Ahora vean, en el capítulo 2, verso 9 en adelante del libro de Hebreos, dice San Pablo:

Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.

Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten, que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos.”

Y ahora, el propósito divino es que Jesucristo lleve muchos hijos a la gloria, que Jesucristo lleve a muchos hijos e hijas de Dios a ser a imagen y semejanza de Dios, a ser personas con un cuerpo angelical teofánico de la sexta dimensión y un cuerpo físico glorificado. Ésa es la meta de Dios, la cual Él está llevando a cabo a través de Jesucristo nuestro Salvador.

Todo el Programa de Cristo es que seamos a Su imagen y a Su semejanza, y así estemos restaurados a la Vida eterna y al Reino de Dios con Vida eterna.

Todo el Programa Divino para recibir Sus bendiciones es sencillo, la parte difícil la hizo Cristo, la parte más sencilla nos toca a nosotros, que es: creer, recibir a Cristo como nuestro Salvador personal, ser bautizados en agua en Su Nombre y recibir Su Espíritu Santo, y obtener así el nuevo nacimiento.

Cosa que hace Cristo: producir el nuevo nacimiento en cada uno de los que lo reciben como su Salvador personal, y así quedan sellados como personas que han sido rescatadas por Jesucristo, el Hijo de Dios; por lo tanto reciben el Sello del Espíritu Santo, y así quedan sellados como hijos e hijas de Dios en el Reino de Dios que es el Reino de Jesucristo nuestro Salvador.

Ahora, podemos ver el porqué Jesucristo vino a esta Tierra y murió en la Cruz del Calvario. Gracias a Dios por Jesucristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario. Sin esa Obra de Redención ninguna persona podía ser salva.

Todas las personas, aun del Antiguo Testamento, que morían iban al Seno de Abraham; pero cuando Cristo murió y resucitó, resucitaron con Cristo los santos del Antiguo Testamento, porque sus pecados fueron limpiados por la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador, fueron quitados y entonces podían resucitar, y luego ascendieron con Jesucristo al Cielo (cuando Cristo ascendió al Cielo).

Ahora vean, Cristo llevaría muchos hijos a la gloria, Cristo rescataría a todos los escogidos de Dios, y de etapa en etapa, de edad en edad, esas personas que tienen sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, han estado siendo manifestados en la Tierra.

Y la causa por la cual Él no se ha levantado del Trono del Padre, es porque todavía hay escogidos de Dios en este planeta Tierra que tienen que recibir a Cristo como su Salvador personal, para ser rescatados del reino de las tinieblas.

Cristo no puede perder ninguno de esos escogidos de Dios, le han sido dados por el Padre a Cristo para que les dé Vida eterna, para que los rescate y les dé Vida eterna y Él murió en la Cruz por esas personas, esas personas tenían que aparecer en la Tierra y han estado apareciendo en cuerpos mortales, corruptibles y temporales en cada tiempo, en cada edad, pero han estado recibiendo a Cristo como su Salvador personal.

Ni uno de los escogidos de Dios de edades pasadas, ni uno de ellos se perdió, todos en el tiempo que les tocó vivir recibieron a Cristo como su Salvador personal, y todos entraron al Reino de Dios.

¿Y cómo se efectúa eso en el Reino de Cristo? El Rvdo. William Branham hablándonos de este misterio en el libro de “Las Edades,” página 265 dice la forma en que fueron llamados y juntados los escogidos de Dios, dice:

Como ya hemos mencionado, Jesús se identifica con el mensajero de cada edad. Ellos reciben de Él la revelación de la Palabra para cada edad. Esta revelación de la Palabra saca del mundo a los escogidos de Dios y los coloca en unión completa con Cristo Jesús. Estos mensajeros son llamados estrellas porque brillan con una Luz prestada o reflejada, la Luz del Hijo, Jesús.”

Ahora, vean la forma en que han sido llamados y juntados en el Cuerpo Místico de Cristo los escogidos de Dios de cada edad, por medio de la manifestación del Espíritu Santo en el Ángel Mensajero de cada edad a través del cual ha hablado, ha traído el Mensaje y ha llamado y ha juntado los escogidos de Dios en cada edad.

Y para este tiempo final enviará Sus Ángeles con Gran Voz de Trompeta y juntarán a Sus escogidos, a los escogidos de Dios ¿dónde? En el Cuerpo Místico de Cristo, los escogidos de la Iglesia del Día Postrero, esos escogidos que están escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, en el Libro de los Siete Sellos, los cuales en este tiempo final tienen que ser manifestados en la Tierra en carne humana.

¿Y quiénes son esos escogidos de este tiempo final? Nosotros. Por lo tanto, Él nos ha colocado ¿dónde? En Su Reino, Su Cuerpo Místico de creyentes, Su Iglesia, Su Reino, que está en esa esfera espiritual.

Pronto, cuando se complete el número de los escogidos de Dios en este tiempo final en la etapa de la Edad de la Piedra Angular, entonces Cristo se levantará del Trono del Padre, tomará el Título de Propiedad, el Libro de los Siete Sellos, lo abrirá en el Cielo y ¿qué hará? hará Su Obra de Reclamo, reclamará todos los que Él ha rescatado con Su Sangre preciosa, los reclamará y los transformará a los que están vivos y a los que han muerto los resucitará en cuerpos glorificados.

Ahora, veamos algo muy importante... El Rvdo. William Branham hablándonos de este tiempo en el cual nosotros estamos viviendo, nos dice... Recuerden que este Libro de los Siete Sellos que aparece en Apocalipsis, capítulo 5, verso 1 en adelante, es el Título de Propiedad de los Cielos y de la Tierra, es el libro que contiene todo lo que estaba en el original, ahí está todo, por consiguiente ése es el libro más importante. En la página 59 del libro de “Los Sellos,” dice el Rvdo. William Branham:

Cuando los Sellos sean abiertos y el misterio sea revelado, luego allí baja el Ángel, el Mensajero, Cristo colocando un pié sobre la Tierra y el otro sobre el mar con un Arco Iris sobre su cabeza. Ahora recuerde, el séptimo Ángel estará sobre la Tierra en el tiempo de su venida; así como Juan estaba predicando el Mensaje cuando vino el Mesías, Juan sabía que él le vería porque le tocaba a él introducirlo.”

Y ahora, el Señor Jesucristo reflejó en el Rvdo. William Branham lo que Él estará haciendo en este tiempo final. Veamos algo aquí muy importante que dice el Rvdo. William Branham acerca de nuestro tiempo y cómo... dice en la página 79, dice:

Recuerde, acá Él estaba antes en Su obra de mediador, pero ahora los sellos están a punto de ser abiertos y el Cordero vino del santuario de Dios y se presentó. Espere Ud. hasta cuando lleguemos a esa media hora de silencio de Apocalipsis 8:1,cuando había humo en el santuario, entonces ya no hay intercesión porque el Sacrificio ha salido y ahora es un tribunal de juicio. Ya no hay sangre para ese tiempo porque el Cordero ensangrentado salió de allí. No vaya Ud. a esperar hasta ese tiempo.

Recuerde allá en el Antiguo Testamento que por el tiempo que la sangre no estaba sobre el propiciatorio, entonces era tribunal de juicio, pero si estaba la sangre, entonces había misericordia; pero cuando el Cordero salió, allí terminó la misericordia.” (Nota - libro de “Los Sellos.”).

Ahora, tenemos aquí la promesa de que todavía la Sangre está en el Propiciatorio allá en el Cielo; pero eso será por un tiempo corto, porque ya estamos en el tiempo del fin. En la página 89 del libro de “Los Sellos,” dice:

Ahora todo esto queda todavía en el futuro. Esta noche Él todavía es un mediador, pero esto le queda en el futuro.”

Y ahora, ¿qué estaba haciendo Dios por medio del Rvdo. William Branham cuando él estuvo predicando los Sellos? Estaba Dios reflejando lo que Él va a hacer cuando entre hasta el último escogido de Dios en el Cuerpo Místico de Jesucristo nuestro Salvador. Vean, en la página 102, dice, del libro de “Los Sellos,” dice:

Cristo cumplió la parte de un actor cuando vino de Espíritu para ser Hombre, porque simplemente se vistió de otra forma, de carne humana, y bajó en la forma de hombre para ser el Redentor semejante.”

Él es nuestro Redentor semejante, semejante a nosotros para redimir al ser humano. Sigue diciendo más abajo en esa misma página 102:

Ahora el Cordero durante el tiempo de intercesión conoce los que tienen sus nombres en el Libro de la Vida desde antes de la fundación del mundo, y hasta que no vengan todos ellos a ser manifestados en esta tierra, Él no puede dejar ese lugar. ¿Entienden? Allí está perfectamente la predestinación (o sea, que toda persona que es rescatada estaba eternamente en Dios y está escrito su nombre en el Libro de la Vida del Cordero); Él tenía que quedarse allí porque el vino a morir por todos aquellos que Dios había ordenado para Vida Eterna. El los vio por Su conocimiento previo, no por Su propia voluntad, porque Su voluntad es que no se pierda ninguno, pero por Su conocimiento anticipado, Él sabía quién sería salvo y quién perecería. Entonces mientras faltara un solo nombre por ser declarado en la tierra, Cristo tendría que quedarse allí como intercesor para redimir ese individuo; pero tan pronto como ese último nombre haya sido echado al cloro, entonces los días de intercesión terminan. El que es sucio, ensúciese todavía; y el que es santo, sea santificado todavía. Entonces El deja el santuario, y ese lugar se convierte en tribunal de juicio. ¡Ay de todos aquellos que están fuera de Cristo en ese tiempo!

Ahora, estas cosas serán reveladas cuando el Cordero deje Su lugar de intercesión con el Padre.”

Y ahora, todavía el Libro de Los Sellos que está en la diestra de Dios, todavía está en la diestra de Dios, todavía Cristo está intercediendo por todos aquellos que están escritos en este Libro de la Vida del Cordero hasta que entre hasta el último escogido de Dios al Cuerpo Místico de Cristo.

Pero Dios por medio del Rvdo. William Branham dice las cosas que bajo diferentes sellos pasados se han cumplido, pero todavía el Título de Propiedad, el Libro de la Vida del Cordero, todavía está en el Cielo, el Libro que Adán perdió, el Libro que regresó a la diestra de Dios.

Ahora, dice el Rvdo. William Branham que el séptimo Ángel estará en la Tierra en el tiempo de la Venida del Ángel Fuerte que desciende del Cielo. El Ángel Fuerte es Cristo, es el Espíritu Santo.

Y a hora, el Rvdo. William Branham se fue el año 1965. Y ahora, ¿qué Séptimo Ángel estará en la Tierra entonces? El Séptimo Ángel dispensacional, que es el Ángel del Señor Jesucristo, el Ángel Mensajero de la Dispensación del Reino.

En el Rvdo. William Branham se reflejó el Ángel Mensajero del Señor Jesucristo de la Dispensación del Reino, en él se reflejó todo lo que Dios hará a través del Ángel del Señor Jesucristo, del Ángel Mensajero de la Dispensación del Reino. Si en el reflejo fue algo grande, ¿cómo será en la realidad cuando se complete el número de los escogidos de Dios y Cristo termine Su Obra de Intercesión en el Cielo, y Cristo se levante del Trono del Padre, tome el Título de Propiedad en el Cielo?, y veamos a ver, vamos a ver qué es lo que Él hará. Página 90 del libro de “Los Sellos,” dice:

Esto sí que fue un jubileo y un tiempo muy tremendo cuando aquel Cordero salió ¿Ve Ud.? El libro de los misterios aun en el Cielo está sellado. Ud. dice: ¿Está mi nombre? No sé, ojalá. Y si su nombre está es que fue escrito allí antes de la fundación del mundo. Pero la primera cosa que representaba aquella redención fue el Cordero que fue inmolado desde antes de la fundación del mundo. Y Él tomó el libro, (¡GLORIA!), lo abrió y le quitó los sellos y lo envió a la tierra a Su séptimo ángel para revelarlo a Su pueblo. Allí lo tiene Ud. ¿Qué sucedió? Los gritos, las alabanzas, los aleluyas, los glorias a Dios porque uno fue hallado digno...”

Y ahora, cuando Cristo complete Su Iglesia, Cristo se levantará del Trono del Padre, tomará el Título de Propiedad, el Libro de los Siete Sellos y lo abrirá en el Cielo, y lo traerá a la Tierra y lo entregará a un hombre, ese hombre tiene que ser el séptimo Mensajero, y ahora ya el séptimo Mensajero de la séptima edad de la Iglesia se fue, tiene que haber un séptimo Mensajero y el único que habrá será un séptimo Mensajero dispensacional, el séptimo Mensajero de la Dispensación del Reino.

Ahora, dice que le entregará ese Libro a ese séptimo Mensajero, si ya no está el de la séptima edad, no será el de la séptima edad, será al de la séptima dispensación.

Por eso él estuvo hablando en muchas ocasiones acerca de un cambio de dispensación. Cuando hay un cambio de dispensación, eso conlleva un cambio de Mensajero dispensacional, un cambio de Mensaje dispensacional, y un sinnúmero de cosas más.

Por lo tanto, no se puede entender un cambio de dispensación si no hay un Mensajero dispensacional con un Mensaje dispensacional revelando todos estos misterios.

Ahora, ¿cómo va a suceder todo esto? Esto es lo que Dios ha mantenido en secreto para que no se interrumpa el Programa de Dios. Vean, en la página 84 del Mensaje “Tratando de hacer un servicio a Dios fuera de Su voluntad,” dice:

Cristo es nuestra Arca, la Palabra. Ellos quieren su denominación. Él no puede. Noten, no pueden ser llevado en carros nuevos denominacionales, Su Mensaje no puede ir en el carro de una nueva denominación, cuando Él está supuesto a estar contenido y venir en el corazón de un Profeta. No puede. Él lo prometió, así sería, y ésa es la forma en que debe ser.”

Y ahora, en la página 85 de este mismo Mensaje dice:

Hay tan solo un Arca, ésa es Jesucristo, ¡y Él es la Palabra!.

Noten, Dios le dijo al Profeta (o sea, a Ezequiel), dijo: Come el rollo,” en el Antiguo Testamento. Al Profeta del Nuevo Testamento, Él le dijo: Come el librito. ¿Por qué? Para que el Profeta y la Palabra fueran una. ¿Ve? Eso es el Arca, la Palabra de Dios.”

Y ahora, encontramos el misterio del Librito del Ángel que lo trae y de la persona que se lo come.

Habrá un Profeta Mensajero dispensacional en la Tierra, Profeta Mensajero de la dispensación séptima, la Dispensación del Reino, el cual en este tiempo final cuando Cristo termine Su Obra de Intercesión en el Cielo, lo cual terminará bajo el ministerio del Séptimo Ángel Mensajero dispensacional, Ángel Mensajero de la Edad de la Piedra Angular, bajo ese ministerio es que Él llama y junta los últimos escogidos de Dios que están escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.

Esos son los últimos escogidos de Dios en los cuales se hace realidad el Rescate de los escogidos de Dios; como se hizo realidad en los escogidos de cada edad del pasado.

Luego cuando se complete la Iglesia, se habrá completado el número de los rescatados del Señor Jesucristo y por el Señor Jesucristo, se habrá completado el número de los rescatados escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero; y entonces vendrá la otra parte en donde vendrá el Rescate físico, en donde vendrá la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos.

Ya Cristo pagó el precio del rescate completo, pagó el precio del rescate espiritual y el precio del rescate físico; por lo tanto, tenemos derecho al Rescate espiritual y al Rescate físico.

Por lo tanto, en esa obra de Rescate en la cual Cristo ha estado creando una Nueva Raza con Vida eterna, porque la está creando con los escogidos de Dios escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, los cuales son eternos.

El cuerpo físico que tenemos no es eterno, el espíritu del mundo que recibimos cuando nacimos tampoco es eterno, pero nuestra alma sí es eterna y es restaurada a la eternidad, es rescatada y colocada en la Vida eterna en un cuerpo angelical eterno y luego en un cuerpo físico eterno que Él nos dará.

Y ahora, vean que Cristo está llevando a cabo la Obra de Rescate con todos los que están escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, el Libro de los Siete Sellos. Cristo conoce los nombres de todas esas personas.

Ése es el Libro que Adán tuvo en una ocasión, pero perdió el derecho a tener ese Libro, porque ése es el Libro, el Título de Propiedad, es un Libro abstracto, el cual contiene todo lo que Dios llevaría a cabo en Su Obra de Creación. O sea que ése es el Libro original que contiene todo el Programa original de Dios, el cual tiene que convertirse en una realidad cada cosa en el tiempo correspondiente.

Para el Día Postrero, encontramos que el Ángel Fuerte que desciende del Cielo en Apocalipsis, capítulo 10, vimos en lo que leímos del Rvdo. William Branham, que así como Dios le dijo al Profeta Ezequiel: “Come el rollo,” y luego en Apocalipsis 10 le dice al Profeta del Nuevo Testamento: “Come el librito.” ¿Para qué? Para que el Librito, la Palabra y el Profeta se hagan uno, se haga carne ese Librito, la Palabra se haga carne en ese que se come ese Librito. Apocalipsis, 10, dice: “La Voz que oí del Cielo...” capítulo 10, verso 8.

Recuerden que este Librito nadie lo podía tomar, ni siquiera mirarlo en el Cielo. Vamos a leer de este capítulo, vamos a comenzar en el verso 1 para que tengan el cuadro claro:

Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.

Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra;

y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces.

Cuando los siete truenos hubieron emitido sus voces, yo iba a escribir; pero oí una voz del cielo que me decía: Sella las cosas que los siete truenos han dicho, y no las escribas.

Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo,

y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más.”

Cuando se cumpla plenamente este pasaje el tiempo termina, el tiempo de la Iglesia termina, el tiempo para el mundo termina, y así por el estilo.

Sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas.”

Luego sigue diciendo del verso 8 en adelante:

La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo, y dijo: Vé y toma el librito que está abierto en la mano del ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra.

Y fui al ángel, diciéndole que me diese el librito. Y él me dijo: Toma, y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel.

Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre.

Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.”

El que se come el Librito recibe la orden de profetizar sobre muchos pueblos, naciones y lenguas; y en Apocalipsis, capítulo 11, verso 3 en adelante dice quién es el que profetiza sobre pueblos, naciones y lenguas, dice:

Y daré a mis dos testigos que profeticen por mil doscientos sesenta días, vestidos de cilicio.

Estos testigos son los dos olivos, y los dos candeleros que están en pie delante del Dios de la tierra.

Si alguno quiere dañarlos, sale fuego de la boca de ellos, y devora a sus enemigos; y si alguno quiere hacerles daño, debe morir él de la misma manera.

Estos tienen poder para cerrar el cielo, a fin de que no llueva en los días de su profecía; y tienen poder sobre las aguas para convertirlas en sangre, y para herir la tierra con toda plaga, cuantas veces quieran.”

Ahí tenemos el ministerio de los Dos Olivos, el ministerio de Moisés y Elías para profetizar sobre muchos pueblos, naciones y lenguas; ése es el ministerio del que se come el librito abierto que trae el Ángel Fuerte del Cielo.

Y ahora, Cristo toma ese Libro en el Cielo y lleva a cabo Su Obra de Reclamo en favor ¿de quién? De todos los escogidos de Dios que han sido rescatados, Él reclama para los escogidos de Dios y trae el Título de Propiedad a Su Iglesia que estará bajo el ministerio del séptimo Profeta dispensacional en quien estará el Espíritu de Cristo operando los ministerios de los Dos Olivos: de Moisés, de Elías y de Jesús.

A ése es que viene Cristo en el Día Postrero cuando complete Su Iglesia, porque ése será el que estará trabajando en la Iglesia de Jesucristo en el Día Postrero en la etapa de la Edad de la Piedra Angular, y estará siendo usado por el Espíritu Santo en el llamado de la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino llamando y juntado los escogidos de Dios del Día Postrero.

Ése será el que será adoptado estando aquí en la Tierra, ese será el que recibirá el Título de Propiedad y se lo comerá; por eso será que tendrá ese poder aun sobre la naturaleza, poder que veremos manifestado en el cumplimiento de la Visión de la Carpa.

Por lo tanto, él tendrá que estar trabajando en la Obra de Cristo, en la Obra del llamado y recogimiento de los escogidos de Dios del Día Postrero. Y esperar su Adopción, esperar que Cristo se levante del Trono del Padre y tome el Título de Propiedad, lo abra en el Cielo y se lo entregue para que se lo coma y luego él profetizará sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes, todas las cosas que han de suceder a todas las naciones, todos los pueblos, todas las naciones y lenguas, y tendrá el ministerio final de los Dos Olivos en medio del pueblo, tanto de la Iglesia como del pueblo hebreo.

Para la Iglesia y para el pueblo hebreo, dice el Rvdo. William Branham: “La Séptima Trompeta para los hebreos, para los judíos, es lo mismo que el Séptimo Sello para la Iglesia, es la Venida del Señor.” Y el Señor, el Hijo del Hombre viene con Sus Ángeles. ¿Ven?

Por lo tanto, Cristo estará obrando a través de ese séptimo Profeta dispensacional en este tiempo final, luego que nosotros seamos transformados y los muertos en Cristo resucitados, entonces veremos a Jesucristo en Su cuerpo glorificado.

Para poder ver a Jesucristo en Su cuerpo glorificado, tenemos que ser transformados en este tiempo final en la etapa de la Edad de la Piedra Angular, donde Él está llamando todos los que Él con Su Sangre ha rescatado o ha pagado el precio del Rescate; para todas esas personas por las cuales Cristo pagó el precio del rescate viene la bendición de la transformación física, si están vivos; si han partido viene la resurrección en cuerpos glorificados de esas personas.

Ahora, podemos ver porqué es tan importante el rescate de los escogidos de Dios: porque son personas que están escritas en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo, son los atributos de Dios, son esas almas de Dios que eternamente estaban en Dios. Antes de Dios crear los Cielos y la Tierra por medio de Cristo nosotros estábamos con Cristo, eternamente estábamos con Dios.

Por lo tanto, ésas son las personas que obtienen el rescate, que reciben a Cristo como su Salvador y se materializa en ellos el rescate, son rescatados y son colocados en el Reino de Cristo, rescatados del reino de las tinieblas y colocados en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador, y así somos colocados en la Vida eterna; somos colocados en el Reino de Cristo con Vida eterna, para vivir con Él por el Milenio y por toda la eternidad.

Y ahora, ya sabemos que Uno pagó el precio de nuestro Rescate: es nuestro amado Señor Jesucristo. Por eso es que dijo Cristo en San Lucas, capítulo 24, versos 45 en adelante, dice... y aun un poquito antes, 44 en adelante, dice:

Y les dijo: Estas son las palabras que os hablé, estando aún con vosotros: que era necesario que se cumpliese todo lo que está escrito de mí en la ley de Moisés, en los profetas y en los salmos.

Entonces les abrió el entendimiento, para que comprendiesen las Escrituras.”

Si Cristo no abre el entendimiento a las personas para entender las Escrituras, las personas no pueden entender, y Cristo por medio de Su Espíritu Santo abre el entendimiento a las personas para entender las Escrituras.

Y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día;

y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.”

Y ahora, el arrepentimiento y el perdón de los pecados se predica en el Nombre del Señor Jesucristo. “Porque no hay otro Nombre dado a los hombres en que podamos ser salvos,” solamente hay un Nombre y ese es SEÑOR JESUCRISTO porque Dios lo ha hecho Señor y Cristo, no hay otro Nombre (libro de los Hechos, capítulo 4, verso 12): “No hay otro Nombre en el cual podamos ser salvos, no hay otro Nombre dado a los hombres.” Y en Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16, dice:

Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”

Todos queremos ser salvos, todos queremos vivir eternamente con Cristo en Su Reino, por lo cual todos entonces necesitamos a Jesucristo, porque Él es el único que pagó el precio del Rescate de los escogidos de Dios. En el libro de los Hechos, capítulo 2, verso 36 en adelante, dice San Pedro predicando el Día de Pentecostés:

Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.”

¿Ven?, por eso llamamos a Jesús: Señor Jesú-Cristo.

Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?

Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.”

Y ahora, la orden es: arrepentimiento y bautismo en agua en el Nombre del Señor Jesucristo para obtener el perdón de los pecados y recibir el Espíritu Santo y obtener el nuevo nacimiento, porque el que no nazca del Agua y del Espíritu no puede entrar al Reino de Dios, pero el que nazca del Agua y del Espíritu, ha entrado al Reino de Dios.

Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.

Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.

Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.”

Ése fue el resultado de la predicación de San Pedro el Día de Pentecostés; y allí estaba cumpliéndose lo que estaba prometido para ese tiempo.

A través de las diferentes edades de la Iglesia, etapas de la Iglesia se han estado cumpliendo diferentes sellos aun sin estar abierto el Libro de la Vida del Cordero, el Libro de los Siete Sellos, pero Cristo conoce quiénes están escritos en ese Libro, Cristo conoce el contenido de ese Libro.

El primer Adán perdió el derecho a ese Libro, pero el segundo Adán, Cristo obtuvo el derecho a ese Libro; por lo tanto Cristo está cumpliendo el contenido de ese Libro de los Siete Sellos, y está llamando y juntando los escogidos que están escritos en ese Libro: el Libro de los Siete Sellos, el Libro de la Vida del Cordero. O sea, que se ha estado cumpliendo el contenido de ese Libro, y cuando Cristo complete Su Iglesia, entonces será abierto ese Libro (Cristo lo tomará y lo abrirá), y luego la noticia correrá por el mundo entero y por el Cielo completo, quedará abierto todo misterio contenido en ese Libro.

Ya muchos misterios están abiertos, pero el misterio total del Libro y el misterio total de Dios es abierto en este tiempo final.

Por lo tanto, pronto va a completarse la Iglesia de Jesucristo, y luego Cristo tomará el Libro, lo abrirá en el Cielo y hará Su Obra de Reclamo, resucitará a los muertos creyentes en Él y a nosotros nos transformará, y entonces todos tendremos cuerpos eternos, seremos inmortales como Jesucristo nuestro Salvador.

Y eso está muy cerca, por eso lo estamos esperando en nuestro tiempo, en nuestra edad: porque eso es para la Edad de la Piedra Angular, que es una edad eterna y por consiguiente tiene que traer un Mensaje eterno y tiene que traer un pueblo que sea colocado en eternidad física también. Por lo tanto, estamos esperando esa bendición tan grande que Él ha prometido para todos los rescatados por la Sangre Suya, la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador.

Y ahora, ¿en cuántos ya se ha materializado el Rescate de los escogidos de Dios? En todos nosotros. Cuando usted ha recibido a Cristo como su Salvador, usted obtiene el Rescate del cual Cristo pagó el precio del Rescate en la Cruz del Calvario.

Y ahora, toda persona que no ha recibido a Cristo como su Salvador, todavía no está, no ha sido rescatada del reino de las tinieblas y por consiguiente no está en el Reino de Cristo, y por consiguiente no tiene Vida eterna. “El que no tiene al Hijo de Dios no tiene la Vida eterna, el que tiene a Jesucristo el Hijo de Dios, porque lo ha recibido como su Salvador, tiene la Vida eterna.”

Por lo tanto, las personas que todavía no ha recibido a Cristo como su Salvador personal, necesitan ser rescatadas por Cristo, necesitan recibir a Cristo como su Salvador personal. Y se le ha dado la oportunidad en todos los tiempos a las personas de recibir a Cristo como su Salvador, para que sean rescatadas por Cristo, porque ya Cristo pagó el precio de nuestro rescate; Él pagó el precio de nuestro Rescate, para restaurarnos a Dios, al Reino de Dios y a la Vida eterna.

Y ustedes están aquí en esta mañana por una causa (en este día): porque sus nombres están escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, y por eso el Espíritu de Dios los tiene aquí en esta mañana.

Los que todavía no han recibido a Cristo recuerden: ya Cristo pagó el precio del Rescate de los escogidos, Cristo pagó el precio del Rescate suyo y del Rescate mío.

Por lo tanto, en esta ocasión los que todavía no han recibido a Cristo sabiendo que ya Cristo pagó el Rescate suyo en la Cruz del Calvario al derramar Su Sangre por nosotros, y hemos sido rescatados por la Sangre de Cristo, en esta ocasión tienen la oportunidad de recibir a Cristo como su Salvador para que se haga una realidad el rescate suyo por Cristo, y así sea rescatado del reino de las tinieblas y colocado en el Reino de Cristo nuestro Salvador con Vida eterna y con la esperanza de vivir en un cuerpo nuevo, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado.

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”

Nadie quiere ser condenado, todos quieren ser salvos y vivir eternamente con Cristo en Su Reino: por eso es que necesitamos el precio del Rescate nuestro y el precio del Rescate nuestro es la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador. Nadie puede ser rescatado con otra cosa sino con la Sangre preciosa de Jesucristo nuestro Salvador.

Toda persona que en esta ocasión desea recibir a Cristo como su Salvador, desea que Cristo lo rescate del reino de las tinieblas y lo coloque en Su Reino y así entre al Reino de Dios, puede levantar su mano y estaré orando por usted para que Cristo obre en usted ese Rescate del cual ya Él pagó con Su Sangre el precio del Rescate suyo y del Rescate mío. Y estaré orando por usted para que Cristo tenga Misericordia de usted, le perdone, le limpie con Su Sangre preciosa y sea bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y Cristo lo bautice con Espíritu Santo y Fuego.

Esta es una oportunidad muy importante que Dios le da a cada uno de ustedes que todavía no han recibido a Cristo como su Salvador personal, para que puedan hacerlo en esta ocasión y obtener el Rescate de su alma por medio de la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador, por medio de la Sangre de Cristo es que obtenemos esa victoria.

Así que los que en esta ocasión quieren que Cristo tenga Misericordia de ustedes y oremos por usted, pueden levantar su mano y también pueden pasar al frente y estaré orando por ustedes, y luego el Rvdo. José Benjamín Pérez llevará a cabo los bautismos en agua.

Pueden pasar más al frente aquí... Cristo está llamando y juntando todos los que están escritos en el Libro de la Vida del Cordero, porque por ellos Él murió en la Cruz del Calvario y pagó el precio del Rescate de ustedes que están recibiendo a Cristo como su Salvador, como también de los que ya han hemos recibido a Cristo como nuestro Salvador personal.

También los niños de doce años en adelante, también pueden recibir a Cristo como su Salvador y estaremos orando por ustedes, y también pueden ser luego bautizados en agua.

Todavía si queda alguna otra persona que desea que oremos por usted para que Cristo le perdone y le limpie con su Sangre preciosa y sea bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, pueden pasar y estaremos orando por usted también.

Vamos a dar unos segundos para que así pasen los últimos que van a pasar para orar por ustedes en esta ocasión, para que Cristo extienda Su Amor y Misericordia hacia ustedes.

Cristo les ama a ustedes como también nos ama a todos nosotros y me ama a mí, por eso fue que Él vino y murió por nosotros: para pagar el precio del rescate, el precio del rescate de los Primogénitos de Dios escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, pagar el rescate de los escogidos de Dios. Fue el precio más alto, pero lo pagó. Por lo tanto, ahora todos tenemos derecho a la Vida eterna.

Si falta alguien más, puede pasar y ya pueden pasar todos los que falten y estaremos orando por ustedes en estos momentos. Ya si alguien más falta de pasar, puede pasar y oraremos por todos ustedes.

Vamos a estar puestos en pié y vamos a orar por las personas que han pasado al frente par recibir a Cristo como su Salvador personal. Inclinemos nuestros rostros.

Padre nuestro que estás en el Cielo, santificado sea Tu Nombre, venga Tu Reino, hágase Tu voluntad como en el Cielo aquí en la Tierra, y Señor perdona nuestras deudas, perdona nuestros pecados y con Tu Sangre límpianos de todo pecado.

Dios Eterno, en estos momentos vengo a Ti con todas estas personas que han pasado al frente para recibirte como su Salvador personal, Te ruego les recibas, Te ruego les perdones y les limpies con Tu Sangre preciosa, la Sangre del Rescate, y Te ruego Señor que al ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo Tú les bautices con Espíritu Santo y Fuego conforme a como Tú has prometido en Tu Palabra, y produzcas en ellos el nuevo nacimiento y nazcan así en Tu Reino, el Reino del Señor Jesucristo, el Reino de Luz. Padre Celestial Te lo ruego en el Nombre del Señor Jesucristo y los entrego a todos en Tus manos.

Y ahora, repitan por favor conmigo esta oración que haré con ustedes:

Señor Jesucristo, en estos momentos Te recibo como mi único y suficiente Salvador, reconozco que Tu Sangre es la Sangre del Rescate de los escogidos de Dios, reconozco que Tu Sangre me limpia de todo pecado. Señor Jesucristo perdona mis pecados y limpiame con Tu Sangre preciosa de todo pecado, y Señor recíbeme en Tu Reino, seré bautizado en agua en Tu Nombre, y Señor Te ruego me bautices con Espíritu Santo y Fuego y produzcas en mí el nuevo nacimiento, y me fortalezcas para vivir en Tu Reino todos los días de mi vida terrenal y luego por toda la eternidad. En Tus manos me encomiendo ¡Oh, Señor Jesucristo! Y coloco mi vida en Tus manos para siempre. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Cristo ha perdonado vuestros pecados y Cristo con Su Sangre los ha limpiado de todo pecado y ahora tienen la oportunidad de ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y Cristo los bautizará con Espíritu Santo y Fuego, y producirá en ustedes el nuevo nacimiento, nacerán en el Reino de Cristo y así tendrán Vida eterna, y así serán de los redimidos rescatados por la Sangre del Señor Jesucristo, la Sangre del Rescate de los escogidos de Dios.

Dejo al Rvdo. José Benjamín Pérez para que él les indique cómo hacer; cambiarse de ropas y obtener así las ropas bautismales para ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo en cumplimiento a la orden de Cristo: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”

Dejaré al Rvdo. José Benjamín Pérez para que les indique dónde obtener las vestiduras bautismales para ser bautizados en esta ocasión.

Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y pronto se complete el número de los escogidos de Dios, de los rescatados por Jesucristo con Su Sangre. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Muchas gracias por vuestra amable atención y continúen pasando un día o una tarde llena de las bendiciones de Jesucristo nuestro Salvador.

Ya tenemos al Rvdo. José Benjamín Pérez para indicarles cómo hacer para ser bautizados ya en el Nombre del Señor Jesucristo.

Que Dios les bendiga a todos, que Dios les guarde, y hasta muy pronto.

EL RESCATE DE LOS ESCOGIDOS.”