obsidian/es/conferencias/2003/07/spa-2003-07-14-1-donde_esta...

61 KiB
Raw Permalink Blame History

title date activity place city state country duration public youtube translations files
¿Dónde estás tú? 2003-07-14 1 Porto Velho Rondônia BR 00:00:00 false

Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes; es para mí una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Reciban todos saludos de mi esposa Erica, y los niños reciban saludos de mis niñas América y Yahannah Gabriela.

En esta noche, aquí en Puerto Viejo, Rondônia, Brasil, estaremos dedicando este lugar para la gloria de Dios, y el pastor, su esposa, su familia y toda la congregación de este lugar. Pido al pastor y su esposa pasen acá, y sus hijos también.

Oremos a Dios para dedicar este lugar en estos momentos. Oremos a Dios, así como oró Salomón cuando dedicó el templo a Dios. Aquí está el pastor: Noel Donato, y su esposa Geomal da Silva Donato, y la familia completa, y todos ustedes aquí presentes también para esta importante dedicación a Dios, donde dedicaremos este auditorio para la gloria de Dios y esta familia para el servicio de Dios, en favor de la congregación completa y de toda la comunidad. Oremos.

Padre nuestro que estás en el Cielo, santificado sea Tu Nombre, Te alabamos y Te glorificamos, y por medio del Señor Jesucristo nuestro Salvador, nos acercamos a Ti glorificando Tu Nombre y dándote gracias por todas Tus bendiciones.

Gracias ¡Oh, Dios Eterno! por la salvación de nuestras almas que nos has dado a través de Tu Hijo Jesucristo.

Ahora, Padre Celestial, desde el Día de Pentecostés Tu Iglesia nació en esta Tierra y ha ido creciendo de etapa en etapa, y ha tenido lugares de reuniones en los diferentes países, ciudades y comunidades que han sido dedicados a Ti para Tu gloria, para traer Tu Palabra, la predicación del Evangelio en esos lugares, y para alimentar el alma de todos los creyentes que se reunirían en esos lugares, en esos auditorios llamados también iglesias.

Ahora, Padre Celestial, así como en cada tiempo dedicaron a Ti esos lugares y al pastor y su familia, también los dedicaron a Tí para Tu servicio, y dedicaron a Ti toda la congregación, y pidieron que Tu presencia siempre estuviera con ellos allí, y que siempre estuviera el Alimento Espiritual allí, y pidieron que Tú añadieras a ellos más creyentes, más personas escritas en el Cielo, en Libro de la Vida del Cordero. Así también nosotros en esta noche dedicamos este nuevo auditorio, esta Iglesia para Tu gloria y Tu honra, y dedicamos a Ti al pastor de esta congregación: Noel Donato y su esposa Geomal da Silva Donato y su familia, y dedicamos a Ti esta congregación que se reúne en este lugar.

Señor, Te rogamos Tu presencia siempre esté en este lugar, y que siempre el Alimento Espiritual para el alma esté en abundancia en este lugar, y que Tus hijos aquí se reúnan y sean bien alimentados, y también canten himnos a Tu Nombre y glorifiquen Tu Nombre, y Tus bendiciones sean sobre todos ellos en este lugar: sobre el pastor, su familia, y esta congregación.

Y Te rogamos que sigas añadiendo más hijos Tuyos en Tu Iglesia, y que en esta congregación Tú añadas muchos hijos Tuyos, y que esta congregación aquí crezca grandemente y sea de bendición para toda la comunidad, para toda la ciudad, y por consiguiente para toda la Nación de la República del Brasil.

Padre Celestial, yo Te ruego todas estas cosas en el Nombre del Señor Jesucristo, y declaro que este auditorio con el pastor Noel Donato, su esposa y su familia, y la congregación de este lugar, han quedado dedicados a Ti, para Tu gloria y Tu honra. Rogamos que los uses grandemente en este tiempo final. En el Nombre del Señor Jesucristo Te lo ruego todo ¡Oh, Padre Celestial!

Ha quedado dedicado a Dios este auditorio, esta Iglesia con su pastor y su familia y toda la congregación que aquí se reúne, y hemos pedido que Dios añada a esta congregación muchas personas, y así Dios lo ha de hacer.

Que Dios te bendiga Rvdo. Noel Donato y familia, y que les use grandemente en Su Obra en este tiempo final. Es un hermoso lugar este auditorio, esta Iglesia que han construido. Que Dios bendiga a todas las personas que han trabajado en la construcción de este hermoso lugar, y les recompense a todos; y a todos los que han contribuido económicamente, que les bendiga y les recompense grandemente; y a los que han trabajado con sus manos también.

Y ahora, leemos en el Génesis, capítulo 3, versos 6 al 13, donde dice, esto fue cuando pecó Eva y también Adán en el Huerto del Edén.

Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.

Entonces fueron abiertos los ojos de ambos, y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.

Y oyeron la voz de Jehová Dios que se paseaba en el huerto, al aire del día; y el hombre y su mujer se escondieron de la presencia de Jehová Dios entre los árboles del huerto.

Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?

Y él respondió: Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí.

Y Dios le dijo: ¿Quién te enseñó que estabas desnudo? ¿Has comido del árbol de que yo te mandé no comieses?

Y el hombre respondió: La mujer que me diste por compañera me dio del árbol, y yo comí.

Entonces Jehová Dios dijo a la mujer: ¿Qué es lo que has hecho? Y dijo la mujer: La serpiente me engañó, y comí.

Y Jehová Dios dijo a la serpiente: Por cuanto esto hiciste, maldita serás entre todas las bestias y entre todos los animales del campo; sobre tu pecho andarás, y polvo comerás todos los días de tu vida.

Y pondré enemistad entre ti y la mujer, y entre tu simiente y la simiente suya; ésta te herirá en la cabeza, y tú le herirás en el calcañar.

A la mujer dijo: Multiplicaré en gran manera los dolores en tus preñeces; con dolor darás a luz los hijos; y tu deseo será para tu marido, y él se enseñoreará de ti.

Y al hombre dijo: Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida.

Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.

Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.

Y llamó Adán el nombre de su mujer, Eva, por cuanto ella era madre de todos los vivientes.

Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla, nos abra el entendimiento y nos abra el corazón, y nos abra las Escrituras para entenderlas. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Nuestro tema lo tomamos de esta lectura que hemos tenido, y lo tomamos del capítulo 3, verso 9, donde dice:

Mas Jehová Dios llamó al hombre, y le dijo: ¿Dónde estás tú?”

Nuestro tema es: “¿DÓNDE ESTÁS TÚ?”

Ésa es la pregunta de Dios para Adán y su esposa, los cuales habían pecado ante Dios y se habían escondido entre los árboles del campo.

¿DÓNDE ESTÁS TÚ?”

Adán había pecado contra Dios junto a su esposa, y en el momento en que Dios los visitó (como hacía todos los días, al aire del día), Dios no encontró en ese día a Adán y a Eva donde siempre los encontraba, se habían ido del lugar donde la presencia de Dios era manifestada todos los días.

El hombre estaba entre los árboles del campo escondido, consciente de que él y Eva estaban desnudos; y tomaron hojas de higueras, las cosieron, las juntaron y se hicieron delantales para cubrir su desnudez. Y cuando Dios pregunta: “¿Dónde estás tú?” él le contesta: “Oí tu Voz en el huerto, y tuve miedo porque estaba desnudo, y me escondí.”

Toda persona que se encuentra desnudo cuando escucha que llega una persona, y más cuando llega Dios, tiene miedo y busca algo para cubrir su desnudez; y Adán y Eva buscaron hojas de higuera. Encontramos que habían pecado ante Dios, y sus ojos fueron abiertos, por consiguiente pasaron de la inocencia a la conciencia, conociendo el bien y el mal.

Y ahora, al conocer el bien y el mal, no conocían cómo cubrirse ante la presencia de Dios, y Dios no aceptó las hojas de higuera para cubrir la desnudez del ser humano, Dios le dio pieles para cubrir la desnudez de Adán y Eva, eso es lo que nos dice el mismo capítulo 3, verso 21 del Génesis:

Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.”

Es Dios el que viste al ser humano en la forma en que tiene que vestirse ante Dios, para presentarse ante Dios y ser agradable ante Dios.

Ahora, encontramos que el ser humano había pecado contra Dios y había perdido la Vida eterna, pues Dios le había dicho que el día que comiera del árbol de ciencia del bien y del mal, ese día moriría (o sea, perdería la vida).

¿Qué vida? La Vida eterna, él murió a la Vida eterna y Eva también cuando pecaron ante Dios. Si ellos no pecaban ante Dios, todavía estarían en la Tierra viviendo y estarían con los mismos cuerpos físicos que tenían cuando Dios los colocó en la Tierra, ¿y cómo estarían? Estarían jóvenes porque tendrían Vida eterna.

Pero luego que pecaron, perdieron la Vida eterna y de ahí en adelante lo que tenían era vida temporal, una vida que se va acabando, se va agotando a medida que le pasan los días y los años, y de ahí en adelante Adán y Eva comenzaron a ponerse más viejos, cada año que les pasaba era un año más viejos.

Ahora, Adán vivió unos 830 años, y Eva duró muchos años también. Luego encontramos que otros hombres de Dios como Set, como Noé, también como Matusalén, duraron cientos de años; Matusalén, el hombre que más años vivió, vivió 969 años, pero murió.

Ahora, encontramos que luego del diluvio, los seres humanos han estado viviendo menos años. Encontramos que Dios estableció una cantidad de años más pequeña para el ser humano. En la actualidad llegar a 100 años es un triunfo, es una victoria, y llegar a 100 años con buena salud es una victoria mayor.

Vean ustedes, esto es así porque el ser humano al pecar contra Dios perdió el derecho a la Vida eterna, y de ese momento en adelante el ser humano solamente ha tenido derecho a vivir una cantidad de años, la cual es muy pequeña. En la actualidad de 70 a 80 años, y ya a los 80 años la persona está muy agotada.

Es que el cuerpo físico tiene cuatro rayos de luz, de luz cósmica, los cuales se van agotando, se van apagando así como las pilas de las linternas y de los automóviles y de los carritos de los niños jugar (esos que son de pilas), y también de las muñequitas de las niñitas; o sea, muñecas que son, que usan pilas y hablan o cantan o caminan. Cuando ya se van agotando esas pilas, se nota que las muñequitas o en los carritos, que ya no funcionan con la misma energía que funcionaban cuando las pilas estaban nuevas, y así también son las linternas o los flashlight, ya no alumbran como alumbraban cuando las pilas estaban nuevas.

Y el ser humano cuando tiene 25 años se le apaga el primer rayo de luz cósmica, y cuando llega a los 35 años, de ahí en adelante se le apaga el segundo rayo de luz, y cuando llega a los 65 años, de ahí más o menos en adelante se le apaga el tercer rayo de luz cósmica, y ya lo que le queda es un rayo de luz.

Por eso después de los 65 años les más difícil a la persona, y se tiene que cuidar mucho para que no se le apague ese rayito de luz, no vaya a tener un corto circuito y se le funda o se le acabe ese rayito de luz que le queda.

Por eso es tan importante para todo ser humano cuidar su cuerpo físico, para mantenerlo en buena salud y en buena condición física, para que le dure lo más posible y le dure en buena condición.

No podemos maltratar nuestro cuerpo, ni podemos colocarle drogas al cuerpo, o sea, esas drogas que algunos jóvenes usan, los cuales son vicios que tienen algunas personas y esos vicios le dañan el cerebro con un daño irreparable, irreversible.

Por eso enseñamos a nuestros niños a que cuiden sus cuerpos, para que así se mantengan en buena salud y puedan llevar a cabo sus estudios en la escuela y luego en la universidad, y puedan obtener la meta que ellos tenían: hacerse de una profesión. Esto es para los que pueden estudiar.

Ahora, sobre todo, lo más importante es servir a Dios y necesitamos la mejor salud posible para ir a la Iglesia, para escuchar la predicación del Evangelio y para cantar con fuerza, con ánimo, con regocijo a nuestro Dios y Creador; por lo tanto cuidamos nuestros cuerpos para que se mantengan en buena salud.

Todos los problemas de salud del ser humano le han venido a causa de que Adán y Eva pecaron en el Huerto del Edén, y por consiguiente fueron destituidos de la gloria de Dios, fueron destituidos de la Vida eterna, fueron destituidos del cuerpo angelical.

Y el cuerpo físico sin el cuerpo angelical de la sexta dimensión no podía vivir eternamente ni en el pasado ni en el presente; por lo tanto, el ser humano por cuanto pecó fue destituido de la gloria de Dios, porque la paga del pecado es muerte, pero la dádiva de Dios es Vida eterna en Cristo Jesús, Señor nuestro.

El ser humano al pecar perdió la Vida eterna, el ser humano que aparecería luego de Adán y Eva, estaban representados todos en Adán y en Eva. Por eso por representación en Adán y Eva, todos los seres humanos pecaron cuando Adán y Eva pecó. Por lo tanto, las consecuencias del pecado de Adán y Eva serían heredadas por toda la descendencia de Adán y Eva.

Esto es sencillo: cuando usted tiene una semilla, la cual piensa sembrar, digamos que es de aguacate o de mango o de trigo; si esa semilla llega a ser contaminada y adquiere alguna plaga, alguna enfermedad, cuando usted siembra esa semilla, la planta de trigo o el árbol de mango o de aguacate tendrá, llevará esa enfermedad o esa plaga, y va a ser manifestada esa enfermedad en el árbol, en las ramas, en las hojas y en el fruto.

Y así ha sido con la descendencia de Adán y de Eva, el pecado de Adán y de Eva ha sido heredado por toda la raza humana. Por eso es que así como hay tratamientos para las plantaciones para matar las plagas que adquieren las plantaciones, así también para la plantación de seres humanos, para la plantación de la raza humana, encontramos que Dios mostró a la raza humana que vendría una medicina que mataría la plaga del pecado.

Mientras llegaba esa medicina, Dios dio al ser humano sacrificios de animalitos, y vistió a Adán y a Eva con pieles del animalito que fue sacrificado por Dios en favor de Adán y Eva, y le dio una vestidura de pieles.

Ahora, encontramos que de ahí en adelante estuvieron sacrificando animalitos por el pecado del ser humano. Encontramos a Abel y a Caín, los cuales se presentaron ante Dios, cada uno con una ofrenda para Dios. Veamos lo que nos dice aquí en el Génesis, capítulo 4, verso 6 en adelante: “Entonces Jehová Dios...” Vamos a ver, capítulo 4, verso 3 en adelante, ó verso 2 en adelante:

Después dio a luz a su hermano Abel. Y Abel fue pastor de ovejas, y Caín fue labrador de la tierra.

Y aconteció andando el tiempo (o sea, aconteció que pasando los años), que Caín trajo del fruto de la tierra una ofrenda a Jehová.

Y Abel trajo también de los primogénitos de sus ovejas, de lo más gordo de ellas. Y miró Jehová con agrado a Abel y a su ofrenda;

pero no miró con agrado a Caín y a la ofrenda suya. Y se ensañó Caín en gran manera, y decayó su semblante.

Entonces Jehová dijo a Caín: ¿Por qué te has ensañado, y por qué ha decaído tu semblante?

Si bien hicieres, ¿no serás enaltecido? y si no hicieres bien, el pecado está a la puerta; con todo esto, a ti será su deseo, y tú te enseñorearás de él.”

Y ahora, encontramos que Caín y Abel se presentaron ante Dios, frente a la puerta de entrada del Huerto del Edén a donde iban para adorar a Dios, pues ese era el lugar donde iban para adorar a Dios, y Caín llevó de los frutos del campo, digamos: manzanas y otros frutos del campo; y Abel llevó a Dios un animalito, digamos, un cordero y lo sacrificó en el lugar de adoración. Dios miró con agrado la ofrenda de Abel, pero no miró con agrado la ofrenda de Caín.

Encontramos que cuando Adán y Eva se cubrieron con hojas de higuera, Dios no miró con agrado esa forma de cubrir la desnudez de ellos. Vean ustedes, fue algo de los árboles del campo, de la planta o árbol de higos.

Y ahora, Caín lleva algo de los frutos del campo también, llevó frutos de árboles también, así como Adán y Eva habían tomado hojas del árbol de fruta de higueras; ni las hojas fueron aceptadas por Dios para cubrir la desnudez del ser humano, ni las frutas que llevó Caín no fueron agradables ante Dios para Caín obtener el perdón de sus pecados y ser cubierto de todo pecado, ser cubiertos los pecados de Caín.

Dios a Adán y a Eva les dio vestiduras de pieles de animal que fue sacrificado por Adán y Eva, en representación de Adán y Eva murió un animalito, y sus pieles fueron para cubrir la desnudez de ellos, y la sangre del animalito fue para cubrir los pecados de Adán y de Eva.

Y ahora, Abel llevando a Dios un sacrificio por el pecado, un animalito sacrificado, Abel obtuvo el perdón de sus pecados y fue cubierto con la sangre de su sacrificio, los pecados de Abel fueron cubiertos con la sangre de ese animalito.

Recuerden que cuando Adán y Eva pecaron, tuvieron dos frutos: fue el fruto del pecado de Adán, de Eva y también de la serpiente, la serpiente a la cual usó el diablo, el cual se metió dentro de la serpiente.

La serpiente no era un reptil, era un animal que hablaba, era un animal que tenía pies y manos, era un animal que caminaba como el hombre, era un gigante, pero no tenía alma, al no tener alma lo constituía en un animal; la diferencia entre Adán y la serpiente, era que la serpiente no tenía alma, aunque tenía lugar para el alma, pero Adán tenía alma, era alma viviente.

En el lugar que la serpiente tenía para el alma, fue donde el diablo entró y se encarnó en una serpiente, y a través de la serpiente le habló a Eva y engañó a Eva.

Ahora, encontramos que el fruto, el producto del pecado de Adán y Eva fue la muerte, y por consiguiente traerían hijos e hijas condenados a la muerte.

Encontramos que el fruto del pecado que introdujo el diablo a través de la serpiente, trajo dos hijos: Caín y Abel, los cuales eran gemelos, por lo tanto, Caín y Abel eran frutos del pecado que introdujo el diablo a través de la serpiente, y por consiguiente el fruto del pecado de ellos que fue Caín y Abel, estaban bajo maldición, porque la paga del pecado es la muerte.

Pero Caín trajo frutas a Dios como ofrenda por el pecado, pero eso no cubre el pecado y mucho menos lo quita. Pero el sacrificio del cordero que trajo Abel, en representación de Abel como pecador, en vez de morir Abel, murió el cordero que sacrificó Abel, y Abel fue cubierto con la sangre del cordero, sus pecados fueron cubiertos ante Dios, y Dios no vio los pecados de Abel.

Pero los pecados de Caín no podían ser cubiertos con frutas del campo, por lo tanto el pecado estaba a la puerta, ante Dios, el cual estaba allí frente a la ofrenda de Caín, los pecados de Caín estaban allí en la puerta en donde Dios estaba juzgando, porque el juez se sienta a la puerta.

Por eso los jueces de en medio del pueblo hebreo se sentaban a la puerta de la ciudad; en el caso de Booz yendo a la puerta de la ciudad para presentar su caso en que él estaba reclamando la herencia de Noemí, incluyendo la finca o el terreno, y también a la yerna de Noemí: Rut.

Ahora, encontramos que Caín no salió justificado, Caín salió con sus pecados, Abel salió justificado, Dios aceptó la ofrenda de Abel y sus pecados fueron cubiertos con la sangre del sacrificio que llevó.

Ahora, encontramos a través del Antiguo Testamento, que los creyentes en Dios sacrificaban animalitos por el pecado; Dios les estableció esos sacrificios también al pueblo hebreo, porque esos sacrificios aunque no eran perfectos, las personas obtenían el perdón de sus pecados, y las personas eran cubiertas con la sangre de esos sacrificios, y Dios no veía los pecados de esas personas, los pasaba por alto, quedaban escondidos bajo la sangre de esos sacrificios.

Es como cuando una persona se le esconde a usted detrás de algo, una pared o algo así, y usted pasa y mira a esa pared y no ve a la persona, porque la persona está detrás de la pared, y usted pasa ignorando a esa persona, lo pasa por alto, no lo ve.

Y los pecados del ser humano cubiertos con la sangre de esos sacrificios que realizaban por el pecado, quedaban detrás de esa pared de la sangre de esos sacrificios, por lo tanto, Dios nos los veía, Dios los pasaba por alto. Ése fue el plan que Dios le dio al pueblo hebreo, lo mismo que le había dado a Adán y a la descendencia de Adán.

Ahora, la descendencia de Adán tuvo la revelación divina que Dios requería por el pecado del ser humano, la muerte de un inocente, la muerte de algo que no haya pecado. Por eso escogieron por mandato de Dios los animalitos como corderos y machos cabríos, animales inocentes que no habían pecado, que no tenían pecado y por consiguiente iban a representar al ser humano, a los pecadores.

Las personas que no sacrificaban esos animalitos por el pecado, Dios los miraba y veía los pecados de las personas; por eso el mundo antediluviano fue hallado ante la presencia de Dios como un mundo pecador, pero Noé fue hallado justo delante de Dios, Dios lo miró y no vio los pecados de Noé y su familia, porque Noé sacrificaba ante Dios los animalitos por sus pecados y por los pecados de su familia, y Dios no puede destruir al justo con los injustos.

Por lo tanto, aunque Dios iba a destruir la raza humana por sus pecados, no podía destruir a Noé, porque Noé fue hallado sin pecados, él y su familia estaban cubiertos por la sangre de los sacrificios que él ofrecía a Dios; y cuando vino el diluvio, destruyó la raza humana, pero a Noé no lo destruyó, Noé estaba en el arca, y una cantidad de animales, reptiles y aves también, que Dios le ordenó colocar en el arca para poblar la tierra más adelante, luego que fuera destruida la Tierra y la humanidad por el diluvio.

Ahora, ¿por qué esos sacrificios de animalitos tenían valor ante Dios? ¿Por qué tenían ese efecto en donde Dios perdonaba los pecados de la persona y quedaban cubiertos con la sangre de ese sacrificio? Porque representaban, tipificaban a Cristo y al Sacrificio que Cristo realizaría en la Cruz del Calvario.

Por eso tenían que realizar esos sacrificios en el Antiguo Testamento, y el pueblo hebreo en el templo que ellos tenían, tenían que realizar esos sacrificios para poder ser perdonados y ser reconciliados con Dios para poder vivir un año más; tenían que cada año realizar el sacrificio de la expiación por el pecado, tenían que sacrificar un macho cabrío por Jehová, y tenían que confesar los pecados del pueblo, el sumo sacerdote, colocando sus manos sobre la cabeza en otro macho cabrío que era por Azazel, y ambos machos cabríos tipifican a Cristo.

El macho cabrío que era sacrificado tipifica a Cristo en Su cuerpo físico, el cual murió en la Cruz del Calvario, el macho cabrío por Azazel, que no era sacrificado pero sobre el cual los pecados del pueblo, el sumo sacerdote los confesaba colocando las manos sobre la cabeza del macho cabrío, tipificaba a Jesucristo en Su cuerpo angelical.

Ahora, vean lo sencillo que es todo el Programa Divino. Ese sacrificio por el pecado tenían que realizarlo el día diez del mes séptimo de cada año.

Toda persona que no se arrepentía ante Dios y no afligía su alma por haber pecado ante Dios, o sea, no le dolía en su alma, en su corazón, haber pecado contra Dios, no quedaba perdonado y por consiguiente no quedaba reconciliado con Dios, esa persona tenía que morir, Dios lo cortaría del pueblo y esa persona moriría por alguna causa a principio de ese año, porque había perdido el derecho a vivir un año más, porque no había afligido su alma por haber pecado ante Dios y no le había pedido perdón a Dios por haber pecado, por consiguiente Dios aplicaba la sentencia de la paga del pecado, que es la muerte.

Pero toda persona que arrepentida de sus pecados pedía a Dios perdón en ese día, mientras el sumo sacerdote estaba en el templo realizando las labores de ese día e intercediendo en el lugar santísimo con la sangre del macho cabrío de la expiación, la persona que arrepentido de sus pecados pedía perdón a Dios, afligido en su alma por haber pecado contra Dios, o sea, con sinceridad, quedaba perdonado, quedaba cubierto con la sangre de la expiación, la sangre del macho cabrío, los pecados de esa persona quedaban cubiertos, Dios perdonaba la persona y la persona quedaba reconciliada con Dios para vivir un año más, o sea, obtenía el derecho a continuar viviendo por un año más, y el otro año tenía que hacer lo mismo; porque los animales no tienen alma, por lo tanto el sacrificio de esos animalitos por cuanto no tenían alma, el espíritu del animalito no podía venir a la persona para producir el nuevo nacimiento en la persona.

Pero algún día vendría un Sacrificio Perfecto, un Cordero Pascual Perfecto, un Macho Cabrío de la Expiación Perfecto, que moriría llevando nuestros pecados, moriría en representación nuestra; y por representación nosotros estaríamos muriendo con Él, y estaríamos obteniendo el perdón de nuestros pecados, y Él llevaría nuestros pecados y por consiguiente nosotros obtendríamos el perdón de nuestros pecados, y con Su Sangre: la Sangre de Cristo, seríamos limpios de todo pecado.

La Sangre de Jesucristo no cubre el pecado, la Sangre de Jesucristo limpia a la persona de todo pecado, es quitado el pecado de la persona y es hecha perfecta la persona ante la presencia de Dios, la persona queda justificada, o sea, como si nunca en la vida hubiese pecado, y la persona queda reconciliada con Dios para vivir, no por un año más sino por toda la eternidad.

Así es como somos restaurados a la Vida eterna. Por esa causa es que en San Juan, capítulo 3 nos dice, del verso 14 en adelante:

Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado,

para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”

Dando una mirada de fe a Jesucristo, el Hijo del Hombre, viendo que Él fue sacrificado por nosotros, y creyendo en Su Sacrificio y recibiéndolo como nuestro Salvador, como el que murió por nuestros pecados, para que nosotros podamos ser reconciliados con Dios y vivir eternamente, la persona obtiene el perdón de sus pecados, es limpio de todo pecado con la Sangre de Cristo, y la persona obtiene el derecho a vivir eternamente con Cristo en el Reino de Dios.

Ahora, la persona que no da una mirada de fe a Cristo crucificado, para creer en Cristo y Su Sacrificio en la Cruz del Calvario, esa persona ha estado perdiendo la oportunidad y derecho de obtener el perdón de sus pecados, de ser limpio con la Sangre de Cristo de todo pecado, ser perdonado y ser restaurado a la Vida eterna, ser reconciliado con Dios para vivir eternamente con Cristo en Su Reino.

Desde el día que murió Cristo en la Cruz del Calvario, se abrió el Día de la Expiación, no en el templo terrenal que estaba en Jerusalén, sino en el Templo Celestial, en el Templo de Dios que está en el Cielo.

Y Jesucristo con Su propia Sangre, siendo Jesucristo el Sumo Sacerdote del Templo Celestial según el Orden de Melquisedec, ascendió al Cielo victorioso y colocó Su Sangre de la Expiación en el Trono de Dios, que es el lugar de Intercesión, fue convertido el Trono de Dios en un lugar de Intercesión por el ser humano.

Y ahora, Cristo está desde que ascendió al Cielo victorioso, sentado a la Diestra de Dios como Sumo Sacerdote haciendo intercesión por todo ser humano que lo recibe como su Salvador, y la persona queda reconciliada con Dios para vivir eternamente con Cristo en Su Reino; aunque el cuerpo físico muera, la persona sigue viviendo, porque la persona es alma viviente y tiene un espíritu que es un cuerpo parecido a nuestro cuerpo físico.

Por lo tanto, la persona creyente en Cristo nacida de nuevo va al Paraíso a vivir cuando terminen sus días en el cuerpo físico.

El Paraíso es otra dimensión parecida a esta en que vivimos, donde hay árboles, donde hay pajaritos, donde hay animales, donde hay lagos, donde hay peces; o sea, que es un mundo parecido al nuestro pero sin los problemas que tenemos en este mundo.

Y la persona que va al Paraíso, ha sido llevada por los Ángeles de Dios al Paraíso y ahí vive en ese cuerpo espiritual, un cuerpo angelical igual al cuerpo de los Ángeles, hasta que Cristo complete Su Iglesia, hasta que Cristo complete Su Obra de Intercesión y haya redimido hasta la última persona escrita en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, que es el libro de los Siete Sellos de Apocalipsis, capítulo 5, verso 1 en adelante.

Cada persona que ha recibido a Cristo como su Salvador, ha sido perdonada, ha sido limpia de todo pecado con la Sangre de Cristo y ha sido reconciliada con Dios, por lo tanto, esa persona tiene Vida eterna, esa persona vivirá eternamente con Cristo en Su Reino.

Cuando Cristo complete Su Iglesia, Cristo se levantará del Trono del Padre y resucitará a todos los creyentes en Él que físicamente han muerto, los resucitará en un cuerpo nuevo, un cuerpo eterno, un cuerpo joven que representará de 18 a 21 años de edad, un cuerpo glorificado igual al cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador; y entonces vivirán eternamente, y nosotros los que vivimos seremos transformados y entonces tendremos un cuerpo joven, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado como el cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador.

Ésa es la bendición que hay en Jesucristo para el que lo recibe como su Salvador; y cuando tengamos el nuevo cuerpo, tendremos Vida eterna física también, porque tendremos un cuerpo físico glorificado con Vida eterna, un cuerpo inmortal. Por eso sigue diciendo en San Juan, capítulo 3, verso 16 en adelante:

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”

Toda persona ha deseado vivir eternamente, por eso es que cuando nos enfermanos vamos al médico porque no queremos morir, queremos continuar viviendo.

Y ahora, si así es en lo físico, cuando nuestro cuerpo físico se enferma, y vamos al médico para poder obtener la solución al problema de salud para continuar viviendo, ahora, esto es en la vida terrenal, temporal, no es por mucho tiempo, 50, 60, 70, 80 ó 100 años es lo normal que vive el cuerpo físico.

Ahora, si usted consiguiera un médico al cual usted pudiera ir para que él le recetara una medicina que lo curaría de toda enfermedad, hasta de la enfermedad de la vejez, y que usted al ser curado usted viviera eternamente ¿iría o no iría a ese médico? Usted buscaría todo el dinero que usted pudiese conseguir y se presentaría a él y le diría: “Aquí está todo lo que yo tengo, lo coloco en tus manos porque yo deseo que tú me des lo que tú tienes, que tú me des esa medicina que hará que yo pueda vivir eternamente.” Todos los seres humanos le darían todas sus riquezas a ese médico, pues las personas dirían: “Después yo voy a trabajar, y como soy eterno, haré más dinero del que yo le dí al médico.”

Ahora, hay un Médico que tiene una medicina, la cual quita todo el problema de la persona, quita el problema en su raíz; el problema del ser humano en su raíz es el pecado que recibió allá en el Huerto del Edén cuando Adán y Eva pecaron, a causa del diablo a través de la serpiente que introdujo el pecado en la raza humana. Pero ahora hay un Segundo Adán, un Segundo Adán, el cual es nuestro Sanador, Él tiene Vida eterna, y Su Sangre es la medicina que limpia la enfermedad del pecado y entonces la persona obtiene Vida eterna y vivirá eternamente en el Reino de Dios.

Ahora, este Médico no es un médico común, este Médico: Jesucristo, no acepta dinero por la medicina que Él tiene para darnos Vida eterna, es gratuita la atención de Cristo, es gratuita la Vida eterna.

Por lo tanto, lo que una persona tiene que hacer es recibir a Cristo como su Salvador, confesando a Cristo sus pecados, Cristo lo perdona y Cristo con Su Sangre lo limpia de todo pecado, y queda la persona justificada ante Dios como si nunca en la vida hubiese pecado; y el ministro bautiza la persona en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo bautiza a la persona con Espíritu Santo y Fuego, y la persona obtiene el nuevo nacimiento, y queda reconciliada con Dios para vivir eternamente en el Reino de Dios.

El día de la expiación el pueblo hebreo efectuaba en el templo terrenal para la expiación y reconciliación de los hebreos con Dios, ahora, en el Templo Celestial comenzó cuando Cristo fue resucitado, y todavía estamos viviendo en la Tierra en el ciclo divino en el cual en el Cielo todavía se está viviendo en el Día de la Expiación, que es el tiempo y Dispensación de la Gracia, donde el ser humano es reconciliado con Dios cuando el ser humano recibe a Cristo como su Salvador.

En San Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16, dice Jesucristo ya resucitado:

Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”

Ninguna persona quiere ser condenada por Dios, toda persona quiere ser bendecida por Dios, toda persona quiere ser salva, toda persona desea vivir eternamente con Cristo en Su Reino; por lo tanto, toda persona que no ha recibido a Cristo como su Salvador está perdido, no está reconciliada con Dios, no tiene Vida eterna y está bajo condenación, y será juzgada en el juicio final por Cristo y será condenada y echada al lago de fuego.

Pero toda persona que ha recibido a Cristo como su Salvador ha sido perdonada, ha sido limpiada con la Sangre de Cristo de todo pecado, ha sido justificada ante Dios, ha quedado como si nunca en la vida hubiese pecado, y ha sido bautizada en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo la ha bautizado con Espíritu Santo y Fuego, y ha quedado reconciliada con Dios y tiene Vida eterna, y no vendrá a condenación, mas pasó de muerte a vida.

Por lo tanto, tiene una esperanza: la esperanza de volver a vivir en un nuevo cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, igual al cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador.

En el libro de los Hechos, el Apóstol Pedro dice en capítulo 2, verso 34 en adelante, esto fue el Día de Pentecostés, donde dice:

Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice:

Dijo el Señor a mi Señor:

Siéntate a mi diestra,

Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.

Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.

Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?

Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.

Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.

Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.

Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.”

Y ahora, el Evangelio se ha estado predicando, y se le ha estado dando la oportunidad a los seres humanos a que se arrepientan de sus pecados y confiesen a Cristo sus pecados, recibiendo a Cristo como su Salvador y siendo bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo los bautiza con Espíritu Santo y Fuego y así las personas obtienen el nuevo nacimiento, nacen del Agua y del Espíritu y entran al Reino de Dios, entran a formar parte de la Iglesia del Señor Jesucristo, y así han asegurado su futuro eterno en el Reino de Cristo con Vida eterna.

Por lo tanto, toda persona que ha recibido a Cristo como su Salvador ha asegurado su futuro, tiene Vida eterna con Cristo en Su Reino; por lo tanto, cuando se mire en el espejo la persona y ve que le van pasando los años y se va poniendo vieja la persona, él dice: “Si mi casa terrenal, este cuerpo físico muere, yo tengo un edificio, una casa celestial, Cristo me ha dado un cuerpo angelical y me dará un cuerpo físico glorificado para vivir con Él, con Cristo en Su Reino por toda la eternidad.”

Por lo tanto, no tiene preocupación si su cuerpo se va poniendo viejo, porque dice: “Cuando yo muera físicamente los Ángeles de Dios me llevarán al Paraíso, a la sexta dimensión, y allí estaré con todos los santos, los creyentes en Cristo que han muerto físicamente antes que yo, y luego Cristo me va a resucitar en el Día Postrero como Él prometió, me va a resucitar en un nuevo cuerpo físico, inmortal, incorruptible y glorificado, igual a Su cuerpo glorificado, y entonces ya nunca más me pondré viejo, ya nunca más me enfermaré, y ya nunca más moriré, seré físicamente inmortal como Jesucristo nuestro Salvador; por lo tanto, tengo mi futuro asegurado con Vida eterna en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador.”

No hay nada más importante que la Vida eterna para mí, ¿y para quién más? Para cada uno de ustedes también. Y esta Vida eterna está en Jesucristo para todos los que lo reciben como su Salvador personal, porque no hay otro Nombre dado a los hombres en que podamos ser salvos, solamente hay un Nombre, y ese Nombre es SEÑOR JESUCRISTO. “No hay otro nombre dado a los hombres en que podamos ser salvos,” dice San Pedro en el libro de los Hechos, capítulo 4, verso 2.

Por lo tanto, los que han recibido a Cristo como su Salvador tienen Vida eterna; “y no vendrán a condenación, han pasado de muerte a vida,” dijo San Juan en su primera carta en el capítulo 5, verso 10 en adelante:

El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.

Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.”

¿Dónde el ser humano puede conseguir la Vida eterna? En el Hijo de Dios, Jesucristo; no vaya a otro lugar a buscar la Vida eterna, vaya a Jesucristo, recíbalo como su Salvador personal y Él te dará Vida eterna, y usted vivirá con Él en Su Reino por toda la eternidad.

El que tiene al Hijo, tiene la vida (o sea, tiene la Vida eterna); el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.

Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.”

Y ahora, toda persona creyente en Cristo tiene Vida eterna; aunque el cuerpo físico todavía no tiene Vida eterna, pero tenemos en nuestra alma Vida eterna, y tenemos un cuerpo angelical de la sexta dimensión, de la dimensión de los Ángeles, el cual es eterno; y pronto vamos a tener un cuerpo físico eterno, un cuerpo físico con Vida eterna, el cual Él nos dará.

Cristo hablando a Marta, la hermana de Lázaro, el día que fue a resucitar a Lázaro, dijo a Marta:

Jesús le dijo: Tu hermano resucitará (eso es en el capítulo 11 de San Juan, verso 23 en adelante).

Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.

Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.

Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto ?

Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.”

¿Y nosotros qué le contestamos Cristo? ¡Nosotros también creemos que Jesucristo es el Hijo de Dios que ha venido al mundo, y ha venido al mundo para darnos salvación y Vida eterna!

¿DÓNDE ESTÁS TÚ? Ésa fue la pregunta que le hizo Dios a Adán y a Eva.

Toda persona está llamada a estar ante la presencia de Dios. Por lo tanto, ¿DÓNDE ESTÁS TÚ? Toda persona está llamada a estar ante la presencia de Dios cubierta con Cristo.

Si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas.”

Todos estamos llamados a estar ante la presencia de Dios vestidos de Cristo, vestidos del nuevo hombre. Por lo tanto, la pregunta que Dios hizo en el Huerto del Edén a Adán y a Eva, es para nosotros también: “¿DÓNDE ESTÁS TÚ?” Si no estás en Cristo habiéndolo recibido como tu Salvador, estás como estaba Adán y Eva entre los árboles, en donde ellos estaban cubriéndose con hojas de higuera, con lo que no era aceptado por Dios.

Es importante que estemos cubiertos con Cristo, porque Cristo es el Sacrificio por el pecado, para estar limpios con la Sangre de Cristo y estar dentro del Nuevo Pacto, cubiertos con la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador.

¿DÓNDE ESTÁS TÚ?”

“Si alguno está en Cristo, nueva criatura es.” El que es en Cristo está donde tiene que estar para poder estar bien ante la presencia de Dios, limpio de todo pecado, justificado como si nunca en la vida hubiese pecado. Eso es lo que hace la Sangre de Cristo conmigo y con ustedes: nos limpia de todo pecado y nos deja justificados, como si nunca en la vida hubiésemos pecado.

¿DÓNDE ESTÁS TÚ?”

¿Cuántos han recibido a Cristo ya como su Salvador personal, han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo y han sido bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y han recibido el Espíritu de Cristo? Pues ustedes y yo estamos en Cristo, estamos en el lugar aceptable por Dios, estamos en el lugar que Dios quiere que nosotros estemos, y estamos reconciliados con Dios y tenemos Vida eterna, nuestra alma no se perderá. “Para que todo aquél que en Él cree, no se pierda, más tenga Vida eterna.”

Por lo tanto, hemos creído en Él, por lo tanto nuestra alma no se perderá, vivirá eternamente con Cristo en Su Reino, así viviremos con Él por toda la eternidad.

Pero si usted no ha recibido a Cristo como su Salvador, usted está perdido y usted no tiene esperanzas de vivir eternamente con Cristo en Su Reino, con un cuerpo eterno, joven, inmortal, incorruptible y glorificado, porque usted no ha recibido a Cristo como su Salvador, para ser reconciliado con Dios y obtener el perdón de sus pecados y obtener la vestidura que Dios requiere: ser vestido de Cristo, ser vestido con la vestidura del Sacrificio de Cristo.

Por lo tanto, usted si no ha recibido a Cristo no tiene esperanzas de volver a vivir para vivir eternamente con Cristo en Su Reino.

Pero, ¿qué puede hacer usted? Lo mismo que nosotros hemos hecho: recibir a Cristo como su Salvador y entonces usted tendrá la misma esperanza que todos nosotros tenemos. Nosotros tenemos la esperanza de que volveremos a vivir en un cuerpo nuevo, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, y joven para toda la eternidad, porque Cristo es la Fuente de la Juventud, Él es la Fuente de la Vida eterna.

Ahora, ¿qué va a hacer usted que todavía no ha recibido a Cristo como su Salvador? No puede hacer otra cosa en beneficio suyo, que no sea recibir a Cristo como su Salvador; por lo tanto en esta noche el futuro suyo puede cambiar favorablemente, y entonces tener la esperanza de una Vida eterna con Cristo en Su Reino.

Estaré orando por las personas que levantarán sus manos para que Cristo tenga Misericordia de ustedes, perdone sus pecados, les limpie con Su Sangre preciosa, les perdone y les justifique, los deje como si nunca en la vida hubiesen pecado; y sean bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo los bautice con Espíritu Santo y Fuego, y obtengan el nuevo nacimiento y entren al Reino de Cristo, al Reino de Dios.

Por lo tanto, toda persona que todavía no ha recibido a Cristo como su Salvador, puede levantar su mano y estaré orando por usted, para que Cristo le reciba, le perdone, sea bautizado en agua en Su Nombre, y Cristo lo bautice con Espíritu Santo y Fuego y así le dé salvación y Vida eterna.

También los niños de doce años en adelante pueden recibir a Cristo como su Salvador, y también las personas que una vez servían a Cristo y se apartaron de Cristo, pueden ser reconciliados con Cristo en esta noche.

Así que toda persona que levante su mano para recibir a Cristo, para que Cristo tenga Misericordia de usted. Estaré orando por usted en esta noche, en estos momentos; y también pueden pasar acá al frente para así orar por ustedes.

¿Cuántos desean recibir a Cristo y desean que ore por ustedes en esta noche? Pueden levantar su mano y estaré viendo quiénes son los que quieren recibir a Cristo y quieren que ore por ustedes. Pueden pasar al frente y estaré orando por ustedes en esta noche.

Cristo es el único que le puede perdonar a usted sus pecados, y que con Su Sangre puede limpiarlo o limpiarla de todo pecado, y eso lo Él lo hace con todos los que lo reciben como su Salvador personal. Pueden seguir pasando al frente todas las personas que desean que Cristo tenga Misericordia de ustedes, les perdone y les limpie con Su Sangre preciosa de todo pecado.

La única forma de obtener el perdón de nuestros pecados es a través de Jesucristo nuestro Salvador. No hay otro Nombre en el cual podamos ser salvos, solamente hay un Nombre, y ese Nombre es SEÑOR JESUCRISTO. Por eso lo recibimos como nuestro Salvador personal. Pueden seguir pasando y ya dentro de unos momentitos estaré orando por todos ustedes.

¿Por qué reciben a Cristo como su Salvador? Porque ustedes desean vivir eternamente con Cristo en Su Reino. Nadie más puede asegurarle usted la Vida eterna, solamente Jesucristo nuestro Salvador, y de Él es que yo les he hablado en esta noche, y la pregunta fue: “Dónde está usted?”

Todos necesitamos a Jesucristo nuestro Salvador para que nos dé Vida eterna, eso es lo que Él da a todos los que lo reciben como su único y exclusivo y suficiente Salvador, para eso es que ustedes están pasando al frente: para que Cristo les perdone y les dé Vida eterna.

El *segundo Adán y por medio del *segundo Adán vino el problema del pecado y de la muerte a la raza humana; pero por medio de Jesucristo, el Segundo Adán ha venido la Vida eterna para el ser humano.

Y ahora, naciendo de Cristo por medio del nuevo nacimiento, nacemos de nuevo y nacemos en una raza con Vida eterna, una raza celestial, nacemos en el Reino de Cristo nuestro Salvador, y así el problema y la plaga del pecado queda quitado, y así obtenemos la salvación y Vida eterna. ¿Vieron lo sencillo que es todo?

Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”

Nadie quiere ser condenado, todos quieren ser salvos y vivir eternamente con Cristo en Su Reino; por eso es que recibimos a Cristo como nuestro Salvador suficiente.

Todavía siguen pasando más personas, por eso no hemos comenzado a orar por ustedes, porque todavía están pasando más personas que desean obtener el perdón de sus pecados y desean vivir eternamente con Cristo en Su Reino.

Todavía están pasando más personas, y mientras faltan personas en pasar tenemos que esperar, así como Cristo en el Cielo está esperando hasta que entre a Su Reino hasta el último escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. Él no puede salir del Trono de Intercesión, hasta que lo haya recibido como su Salvador hasta el último escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.

Ustedes están escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero; por eso es que ustedes han venido para recibir a Cristo como su Salvador personal. Por lo tanto, hemos respondido al llamado de Cristo el Buen Pastor, que dijo: “Mis ovejas oyen mi Voz y me siguen.” Él también dijo: “Y Yo les doy Vida eterna.”

Por lo tanto, la respuesta de ustedes ha sido porque el nombre de ustedes está escrito en el Cielo, en el Libro de Dios; Dios lo tiene ahí registrado y por eso les abrió la mente, el entendimiento y las Escrituras para comprender, para entender y comprender que necesitan a Cristo como su Salvador personal, porque ustedes desean vivir eternamente con Cristo en Su Reino. Ése es el único Reino que existirá por toda la eternidad.

El reino del maligno, de las tinieblas será destruido, pero el Reino de Cristo existe y existirá por toda la eternidad. Por lo tanto hay que estar en el Reino Eterno de Cristo nuestro Salvador, y eso es lo que sucede cuando lo recibimos como nuestro Salvador: obtenemos el nuevo nacimiento y entramos al Reino de Jesucristo nuestro Salvador.

Todavía veo que allá vienen más personas. ¿Y por qué tantas personas pasando para recibir a Cristo como su Salvador? Porque desean vivir eternamente y han comprendido que solamente en Jesucristo hay Vida eterna, por lo tanto hay que recibir al que tiene la Vida eterna.

Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; y nadie viene al Padre, sino por mí.”

Dijo Jesucristo nuestro Salvador en San Juan, capítulo 14, verso 6. Por lo tanto, el camino al Padre es Jesucristo, para vivir eternamente con Cristo en Su Reino.

Todavía siguen pasando más personas porque desean vivir eternamente con Cristo en Su Reino, y eso está bien, y eso es una decisión sabia, una decisión que obtiene resultados, beneficios para toda la eternidad, es la decisión más grande que la persona hace cuando está en este planeta Tierra: la decisión de recibir a Cristo como su Salvador personal.

Ésa es la decisión que marca la diferencia entre la vida temporal y la Vida eterna.

Cuando usted nació en esta Tierra, nació para vivir una cantidad de años; pero cuando usted nace de Cristo, cuando usted recibe a Cristo como su Salvador, lava sus pecados en la Sangre de Cristo, es bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego usted ha obtenido el nuevo nacimiento, el nacimiento celestial, y usted ha nacido a la Vida eterna para vivir eternamente con Cristo en Su Reino, ha nacido para vivir, no una cantidad de tiempo, sino por toda la eternidad. Eso es lo que tiene Cristo, el Segundo Adán, para mí, ¿y para quién mas? Para ustedes también.

Todavía hay más personas, vamos a dar unos segundos o minutos en lo que pasan porque desean Vida eterna.

No se pasa al frente para algo simple, se pasa al frente para recibir a Cristo para obtener la Salvación y Vida eterna del alma, y luego Él nos dará un nuevo cuerpo eterno y glorificado en el cual viviremos con Él en Su Reino, un cuerpo como el que Él tiene, y entonces seremos a Su imagen y a Su semejanza, igualitos a Jesucristo en cuerpos físicos y glorificados y jóvenes para toda la eternidad.

No tiene que buscar un médico de aquí de la Tierra, porque los médicos de la Tierra aunque son muy buenos y ayudan a las personas, no tienen la medicina que nos cura del pecado, y no tienen la Vida eterna. Pero Jesucristo es nuestro Sanador, Él nos sana de la enfermedad del pecado y nos restaura la salud de la Vida eterna.

Todavía siguen pasando más personas, por eso es que todavía estamos esperando, porque hay muchas personas que desean vivir eternamente, y han comprendido que es solamente a través de Jesucristo que se obtiene la Vida eterna.

No hay otra forma ni otra persona, solamente uno: Jesucristo nuestro Salvador. Ya estamos casi para orar, vamos a dar unos segunditos para que los que falten de pasar, pasen inmediatamente y estaremos orando por ustedes.

Recuerde que Cristo está hablándole a su alma, y es Cristo quien le está llamando, no soy yo, es Jesucristo quien les está llamando para darle Vida eterna, porque Jesucristo desea que usted viva eternamente con Él en Su Reino.

Siguen pasando más personas porque desean asegurar su futuro eterno, y con quien único lo pueden asegurar es con Jesucristo nuestro Salvador. Lo más importante para el ser humano es la Vida eterna, y todos queremos la Vida eterna.

Todos queremos vivir eternamente, por eso es que todos tienen la oportunidad de recibir a Cristo como su Salvador para obtener la Vida eterna, Él es el único Salvador, el que salva su alma, para que su alma no se pierda sino que viva eternamente con Cristo en Su Reino.

Todavía siguen pasando más personas porque desean vivir eternamente con Cristo en Su Reino. La única forma de evitar morir eternamente es saliendo del reino de las tinieblas del maligno, porque ese reino va a ser destruido, y hay que salir del reino de las tinieblas y entrar al Reino de Jesucristo nuestro Salvador.

Por eso es que se le ofrece la oportunidad a toda persona para que reciba a Cristo como su Salvador, y Cristo lo saque del reino de las tinieblas y lo coloque Cristo en Su Reino, y ahí tenga la persona salvación y Vida eterna, y ahí esté seguro con Vida eterna, y consciente de que vivirá eternamente con Cristo en Su Reino.

Ya estamos listos para orar por las personas que han pasado al frente, si queda alguno más, pase inmediatamente porque ya vamos a orar por todas las personas.

Todavía continúan pasando más personas porque desean vivir eternamente con Cristo en Su Reino, y han comprendido que para eso hay que recibir a Cristo como su Salvador, para eso es que recibimos a Cristo como nuestro Salvador.

Dios tiene mucho pueblo, muchas almas, muchos hijos en esta Ciudad. Por lo tanto, Él los está llamando en este tiempo, Su Voz es el Evangelio, Su Palabra que está siendo predicada, para llamarlos y juntarlos en el lugar seguro, en Cristo Jesús Señor nuestro, y así obtener el nuevo nacimiento, nacer en el Reino de Cristo nuestro Salvador.

Y ahora, vamos a ver, todavía veo personas que vienen llegando. ¿Por qué tantas personas pasan para recibir a Cristo? Porque quieren vivir eternamente. Si no quisieran vivir eternamente, no pasaban, pero por cuanto quieren vivir eternamente y saben que el único que tiene Vida eterna es Jesucristo, por eso pasan para recibir a Cristo como su único y suficiente Salvador.

Él nos salva cuando lo recibimos como nuestro Salvador personal. Para que salve nuestra alma y nos dé Vida eterna es que pasamos y lo recibimos como nuestro Salvador personal.

Todavía continúan pasando al frente porque todos desean vivir eternamente con Cristo en Su Reino, y hemos visto lo sencillo que es recibir la Vida eterna:

Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.

El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”

Tan simple como eso, para que usted no tenga que ir a una universidad a estudiar primero para después saber cómo recibir a Cristo.

¿Ven? Es creer la predicación del Evangelio, recibirlo como nuestro Salvador, ser bautizados en agua en Su Nombre, Él nos bautiza con Espíritu Santo y Fuego y obtenemos el nuevo nacimiento, y por consiguiente obtenemos salvación y Vida eterna y así hemos nacido de nuevo, hemos nacido en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador.

Todavía siguen pasando más personas, ¿por qué? Porque desean vivir eternamente, desean la salvación de su alma, pues estamos conscientes de que somos seres vivientes, nos tocamos y decimos: “Sí, yo existo, y queremos continuar existiendo por toda la eternidad en un Reino mejor: el Reino de Jesucristo, y con un cuerpo mejor que el que tenemos: el cuerpo nuevo que Él nos va a dar, un cuerpo eterno, un cuerpo glorificado.”

Todavía continúan pasando más personas, vamos a ver, los que faltan que pasen rapidito y vamos ya a orar por todos los que ya han pasado para que Cristo extienda Su Amor y Misericordia hacia ustedes, perdone sus pecados y los limpie con Su Sangre de todo pecado, sean bautizados en agua en Su Nombre y reciban el Espíritu Santo, Cristo los bautice con Espíritu Santo y Fuego.

Y ahora, ya estamos para orar por los que han pasado al frente. Pueden ahora... todavía vienen de camino algunas personas más; ya vamos a orar cuando lleguen los que ya vienen de camino. Vamos a inclinar nuestros rostros para orar por las personas que han pasado al frente. Inclinemos nuestros rostros.

Padre Celestial, me acerco a Ti en el Nombre del Señor Jesucristo, con todas estas personas, estas almas, que han pasado al frente para recibir a Cristo como su Salvador personal. Te ruego Padre Celestial les mires, y Te ruego perdones sus pecados y les limpies con la Sangre de Cristo de todo pecado.

Señor, Dios Eterno, yo los encomiendo en Tus manos y Te ruego Señor, les bautices con Espíritu Santo y Fuego, y produzcas en ellos el nuevo nacimiento, ellos han pasado creyendo en Cristo y Su Sacrificio en la Cruz del Calvario, y han creído con toda su alma que la Sangre de Jesucristo los limpia de todo pecado.

Por lo tanto, Te ruego les recibas, les perdones y les limpies con Tu Sangre preciosa ¡Oh, Señor Jesucristo! y produzcas en ellos el nuevo nacimiento. Te lo ruego todo, Padre Celestial, en el Nombre del Señor Jesucristo.

Y ahora, repitan conmigo esta oración:

Señor Jesucristo, en esta noche Te he recibido como mi Salvador personal. Señor, Te ruego perdones mis pecados. Yo he creído que Tu Sangre me limpia de todo pecado. Te ruego que me limpies de todo pecado con Tu Sangre, y me justifiques, me dejes como si nunca en la vida hubiese pecado.

Señor Jesucristo, yo seré bautizado en el Nombre del Señor Jesucristo como Tú ordenaste, cumpliré Tu mandato completamente, y Te ruego que me bautices con Espíritu Santo y Fuego y produzcas en mí el nuevo nacimiento, y así entre a Tu Reino, a Tu Reino de Vida eterna. Quiero vivir contigo en Tu Reino eternamente, por eso Te he recibido como mi Salvador, y he reconocido que Tú eres el único Salvador, he reconocido que no hay otro Nombre dado a los hombres en que podamos ser salvos, solamente sé que hay un sólo Nombre, y ese Nombre es SEÑOR JESUCRISTO.

Yo Te he recibido como mi único y suficiente Salvador, y me encomiendo en Tus manos, recíbeme, en Tus manos me encomiendo. Todo eso Te lo ruego en el Nombre del Señor Jesucristo ¡Oh, Dios Todopoderoso! Amén y amén.

Cuando la persona ha recibido a Cristo, ha obtenido el perdón de sus pecados y ha obtenido salvación y Vida eterna.

Ahora, en la Escritura dice que cuando Felipe le predicó al eunuco y el eunuco creyó, le dijo a Felipe: “Aquí hay agua, ¿qué impide que yo sea bautizado?” Y Felipe le dijo: “Si crees de todo corazón, bien puedes.” Y el eunuco dijo: “Sí, yo creo, yo he creído.” Y Felipe lo bautizó en agua.

Es que toda persona que recibe a Cristo como su Salvador, por cuanto Cristo dijo: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo.” Por lo tanto, toda persona que recibió a Cristo como su Salvador creyó en Jesucristo y quiere ser bautizado en agua rápidamente, por eso los Apóstoles bautizaban a las personas seguida que creían, el mismo día. ¿Por qué? Porque las personas desean cumplir el mandato de Cristo: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo.” Por lo tanto ustedes han creído en esta noche, y su pregunta es la misma del eunuco: “¿Y cuándo voy a ser bautizado? Porque Cristo dice: El que creyere y fuere bautizado.”

Pues si miran a ambos lados, ustedes dirán: “Ahí hay agua, ¿qué impide que yo sea bautizado?” Si has creído de todo corazón, bien puedes.

Por lo tanto, le pregunto al ministro aquí: ¿Además de agua hay alguna vestimenta que puedan las personas cambiarse de ropa, para que no se les moje la que tienen y puedan ser bautizados y después cambiarse de ropa de nuevo e ir a sus hogares con su ropa seca?

Me dice el ministro Noel Donato, que hay agua y hay ropa, y hay ministros para bautizar, y ustedes que han creído y se preguntan: “¿Cuándo puedo ser bautizado? Porque veo agua, ¿qué impide que yo sea bautizado?” Pues bien puede ser bautizado usted en esta noche.

Voy a dejar al Rvdo. Noel Donato para que les indique dónde cambiarse de ropa para ser bautizados, y así cumplir el mandato que dio Jesucristo de ser bautizados: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo.” Ése es el mandato de nuestro amado Señor Jesucristo.

Ha sido para mí un privilegio grande estar en esta noche con ustedes, dándoles testimonio de nuestro tema: “DÓNDE ESTÁS TÚ?”

Y ahora, ustedes pueden decir: “Yo estoy aquí en esta noche, recibiendo a Cristo como mi Salvador personal, y listo ya para ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo para cumplir así el mandamiento de Cristo: “El que creyere (y ya yo he creído) y fuere bautizado (voy a ser bautizado), será salvo.”

Por lo tanto, usted recibirá en esta noche todo lo que Cristo ordenó para recibir Su bendición.

Vamos a pedirle al Rvdo. Donato, pase aquí para que les indique dónde cambiarse de ropa para ser bautizados.

Muchas gracias por vuestra amable atención, y continúen pasando una noche llena de las bendiciones de Jesucristo nuestro Salvador; y nos veremos mañana Dios mediante en la actividad de mañana en la noche con todo el público en este mismo lugar. Traigan sus familiares y amigos para que también reciban la bendición de Dios, escuchen la predicación del Evangelio y tengan la oportunidad de recibir la bendición de la Vida eterna.

Con nosotros el Rvdo. Noel Donato para indicarles cómo hacer y dónde cambiarse de ropa.

Que Dios les bendiga y les guarde a todos.

¿DÓNDE ESTÁS TÚ?”