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|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
| Los obreros del Día Postrero | 2003-03-13 | 1 | Chillán | CL | 00:00:00 | false |
Muy buenos días, amados hermanos y amigos presentes aquí en Chillán, República de Chile; es para mí una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Para lo cual leemos aquí en la Escritura, en el capítulo 20 de San Mateo.
Reciban saludos también de mi esposa Erica, y de mis niñas América y Yahannah Gabriela; y sobre todo los niños reciban saludos de América, quien les ama mucho y les mandó saludos a todos acá en Chile, y también para todos los niños de toda la América Latina y el Caribe.
Leemos en San Mateo, capítulo 20, verso 1, en adelante donde dice:
“Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña.
Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña.
Saliendo cerca de la hora tercera del día, vio a otros que estaban en la plaza desocupados;
y les dijo: Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo. Y ellos fueron.
Salió otra vez cerca de las horas sexta y novena, e hizo lo mismo.
Y saliendo cerca de la hora undécima, halló a otros que estaban desocupados; y les dijo: ¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados?
Le dijeron: Porque nadie nos ha contratado. El les dijo: Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo.
Cuando llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros.
Y al venir los que habían ido cerca de la hora undécima, recibieron cada uno un denario.
Al venir también los primeros, pensaron que habían de recibir más; pero también ellos recibieron cada uno un denario.
Y al recibirlo, murmuraban contra el padre de familia,
diciendo: Estos postreros han trabajado una sola hora, y los has hecho iguales a nosotros, que hemos soportado la carga y el calor del día.
El, respondiendo (o sea, el padre de la familia). El, respondiendo: dijo a uno de ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no conviniste conmigo en un denario?
Toma lo que es tuyo, y vete; pero quiero dar a este postrero, como a ti.
¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno?
Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, mas pocos escogidos.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
Nuestro tema es: “LOS OBREROS DEL DÍA POSTRERO.”
Que Dios bendiga nuestras almas y nos abra el entendimiento, y nos abra las Escrituras para comprender nuestro tema para esta ocasión. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.
Siendo que esta parábola que Jesús usa aquí, dice que así es el Reino de los Cielos porque “El Reino de los Cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña.” ¿Ven? El Reino de los Cielos es semejante a esto que Cristo muestra aquí en la parábola.
Cristo hablando del Reino de los Cielos, lo comparó en diferentes parábolas con un padre de familia, con un agricultor, con un hombre que tenía una viña y así por el estilo; para que nosotros podamos comprender en esa forma sencilla de las parábolas lo grande del Reino de Dios, y para que sean familiar para nosotros y podamos así comprender.
Porque si Cristo nos habla las cosas celestiales en términos celestiales, no vamos a comprender; pero si nos habla las cosas celestiales con cosas naturales que nosotros ya conocemos, podemos ver ahí en esas comparaciones los misterios del Reino de los Cielos.
Vean, aquí en San Mateo, capítulo 13, verso 34 al 35, luego de Jesús hablar en parábolas, en esta ocasión habló la parábola del sembrador y habló la parábola de la buena... del trigo y la cizaña también.
Ahora, luego de todas estas otras parábolas también, luego dice en San Mateo 13:34 al 35:
“Todo esto habló Jesús por parábolas a la gente, y sin parábolas no les hablaba;
para que se cumpliese lo dicho por el profeta, cuando dijo:
Abriré en parábolas mi boca;
Declararé cosas escondidas desde la fundación del mundo.”
En estas parábolas están las cosas escondidas desde la fundación del mundo que no pueden ser comprendidas por los seres humanos, pero están colocadas en parábolas, para que así queden esas parábolas conteniendo esos misterios del Reino de Dios, y Cristo por Su Espíritu Santo puede abrirnos esas parábolas, y entonces comprender estos misterios del Reino de Dios.
Ahora, siendo que nuestro tema de esta ocasión: “LOS OBREROS DEL DÍA POSTRERO,” está contenido en la parábola de los obreros que el padre de familia buscó para trabajar en su viña; y ya que ustedes en Chile saben lo que es una viña, porque tienen muchas viñas acá, entonces van a comprender en forma sencilla este misterio contenido aquí en esta parábola; para lo cual también tomamos San Juan, capítulo 15, verso 1 en adelante, donde dice:
“Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador.
Todo pámpano que en mí no lleva fruto, lo quitará; y todo aquel que lleva fruto, lo limpiará, para que lleve más fruto.
Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado.
Permaneced en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mismo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mí.
Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer.
El que en mí no permanece, será echado fuera como pámpano, y se secará; y los recogen, y los echan en el fuego, y arden.
Si permanecéis en mí, y mis palabras permanecen en vosotros, pedid todo lo que queréis, y os será hecho.
En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.
Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor.”
Ahora, vean aquí en esta parábola también nos habla de la vid y de los pámpanos; los pámpanos son las ramas en sí de la vid. ¿Dónde lleva el fruto la vid? En los pámpanos, en esas ramitas que salen del tronco.
Y encontramos que la Iglesia del Señor Jesucristo también, como Cuerpo Místico de creyentes, es esas ramas que de etapa en etapa van creciendo.
Tenemos la primera rama del tiempo de los Apóstoles, la que estaba ahí pegada a Cristo, al Tronco, y después siguen saliendo la primera edad, una rama; la segunda edad, otra rama; y cada rama lleva el fruto correspondiente a esa edad, a esa rama de la Vid verdadera.
Ahora, cuando se seca una rama, la cortan porque ya no tiene nada que hacer ahí.
Ahora, encontramos que en la Vid verdadera, el cual es Cristo, hay diferentes ramas, esas son las diferentes edades con los Ángeles Mensajeros de cada edad, en quien estuvo el Espíritu de Cristo, la Vida de Cristo, para producir el fruto de cada edad; o sea, producir los hijos e hijas de Dios correspondientes a cada edad.
Y ahora, en la parábola que Cristo dio acerca del padre de familia, de este hombre que buscó obreros para trabajar en su viña, encontramos que esa viña es la Iglesia del Señor Jesucristo. Y ahora, encontramos, vean:
“Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña.”
En la mañana, esto corresponde al tiempo de los Apóstoles, y San Pablo también (el primer Ángel de la Iglesia), y así por el estilo.
Ahora, encontramos que hay obreros para trabajar en la Viña del Señor: cada Mensajero con su grupo. Luego encontramos que viene la segunda etapa... primera etapa acá, en estas diferentes etapas en la restauración de la Iglesia de Jesucristo, en la restauración de la Viña del Señor, tenemos cuatro etapas muy importantes:
∙La primera etapa corresponde a Lutero, la cual corresponde a Justificación.
∙La segunda etapa corresponde a Wesley, la cual corresponde a Santificación.
∙La tercera etapa corresponde a la etapa o edad Pentecostal, de la cual el Rvdo. William Branham era su Mensajero.
∙Y la cuarta etapa corresponde a nuestro Tiempo. Es la última etapa donde Dios llama obreros para trabajar en Su Viña, después de esta etapa no hay otra etapa. Ahora, esto corresponde a la restauración de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Para este tiempo en que nosotros vivimos es que el Padre de Familia, Dios, Cristo, ha hecho el llamado final para trabajar en Su Viña, en Su Obra; y por eso hay obreros, ministros, trabajando en la Obra de Cristo en este tiempo final.
Correspondiente estos llamados, estos cuatro llamados que están mencionados aquí, vean, correspondientes a estas cuatro etapas, cuatro etapas finales de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Ahora, vamos a ver algo aquí, todo esto relacionado a la restauración de la Iglesia del Señor Jesucristo. El Rvdo. William Branham hablándonos en el libro de “Citas,” página 68, párrafo 591 y 592, dice:
“¿Lo captan ustedes? Amén. Pues Dios dijo: ‘Yo lo restauraré.’ El lo va a restaurar ¿cómo? Por cuatro mensajeros de muerte lo mataron (o sea, las cuatro etapas del enemigo que mataron el Árbol Novia); entonces cuatro mensajeros de vida lo restaurarán (ahora, vamos ver los cuatro Mensajeros de Vida aquí). ¿Qué era el primero? Martín Lutero: justificación. ¿Qué era el segundo? Juan Wesley por santificación. ¿Qué era el tercero? Pentecostés con la restauración de los dones, el Espíritu Santo, Bautismo del Espíritu Santo. ¿Qué era el cuarto? La Palabra. ¿Qué? La Palabra. Hubo cuatro grandes profetas. Uno de ellos, Martín Lutero, él comenzó a brillar una luz. Ella era una Luz pequeña, solamente una fuerza muy pequeña de justificación. A lo largo vino Wesley. Wesley, más fuerte que es santificación. Después de Wesley vino uno más fuerte que él, Pentecostal, el Bautismo del Espíritu Santo en otro gran profeta (¿quién es ese otro gran Profeta? El Rvdo. William Branham). ¿Ven? Pero en los últimos días de Malaquías 4, Elías ha de venir con la mera Palabra.”
Ahora, recuerden que Elías tiene cinco manifestaciones: la primera fue Elías Tisbita, la segunda Eliseo, la tercera Juan el Bautista, la cuarta el Rvdo. William Branham, y la quinta, es o viene con Moisés y Elías, como uno de los Dos Olivos.
Sigue diciendo en el otro párrafo, párrafo 592, en la misma página 68:
“Profetiza. ¿Pueden estos huesos vivir (esta citando ahí Ezequiel 37, verso 1 al 14)?’ Tengo las cuatro etapas de esa venida hacia adelante de esa Iglesia...”
¿Ven? Lo que fue hablado y profetizado para el pueblo hebreo, que es el Israel terrenal, también es una profecía para el Israel Celestial, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, la cual tiene la promesa de una restauración; como el pueblo hebreo tiene la promesa de una restauración.
“...¿Qué son las cuatro etapas de la venida hacia adelante de los huesos secos de Ezequiel? Pero la vida vino, no cuando la piel de fibra estaba en ellos, pero cuando el aire sopló sobre ellos. Eso es cuando ello vino para atrás, ese cuarto Mensaje de Vida fue traído para atrás. ‘Yo restauraré,’ dice el Señor. ¡Aleluya! ¡Gloria! ¡Alaben a Dios! (Dice aquí el Rvdo. William Branham) La cuarta luz ha de venir la cual traerá las mismas señales. ¡Miren! Justificación trajo para atrás la pulpa. Santificación trajo para atrás la corteza, doctrina de santidad. ¿Qué trajo para atrás la hoja? Pentecostales. ¿Qué es ello? Pentecostales, hojas, palmear sus manos, la Palabra (ahora vamos a la cuarta), la Palabra hecha carne, frutas de fruto de la señal de resurrección que Cristo por fin ha, después de justificación siendo plantada, santificación siendo plantada, Bautismo del Espíritu Santo. Organizaciones se murieron, y Cristo otra vez se ha colocado en el centro de Sí mismo como ese tope de la pirámide.”
Ahora, la cuarta etapa, ¿a qué etapa corresponde? A la Edad de la Piedra Angular, el tope de la pirámide: “Primera línea, justificación (vean, justificación), santificación, Bautismo del Espíritu Santo, entonces la venida de ese tope (entonces la venida ¿de que? De la Edad de la Piedra Angular). ¿Qué es ello? Ese grupo del Espíritu Santo siendo refinados, para que pueda encajar con la misma clase de ministerio que El tenía cuando El se fue para que cuando El venga para atrás ello (tomará) cogerá la cosa entera en el Rapto, donde ellos son justificados, santificados, y el Bautismo del Espíritu Santo. Esa pirámide se parará otra vez.”
Ahora, vean, en cada una de estas etapas fueron llamados los obreros correspondientes a cada etapa.
Y ahora, en el tiempo de la tarde es llamado el último grupo de obreros, por lo tanto ese último grupo de obreros corresponde a la Edad de la Piedra Angular. Es el tiempo de la tarde para la dispensación de la Gracia. Es en el tiempo de la tarde, en donde es hecho el llamado final; ese llamado se hizo conforme a la Escritura, vamos a ver, vamos a ver en qué horario... verso 6 de este mismo capítulo 20 de San Mateo:
“Y saliendo cerca de la hora undécima, halló a otros que estaban desocupados; y les dijo: ¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados?
Le dijeron: Porque nadie nos ha contratado. El les dijo: Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo.”
Luego cuando El paga a cada obrero, o sea, cuando ordena... vamos a ver aquí, verso 8, dice:
“Cuando llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo...”
¿Ven? Tendrá un mayordomo ahí, ése es el Siervo fiel y prudente al cual Su Señor coloca sobre Su Casa, y al cual pondrá sobre Su Casa, lo coloca sobre Su Casa para que les dé el Alimento a tiempo a la Familia de Dios, la Iglesia de Jesucristo. Es el mismo mayordomo aquí, al cual su Señor dice:
“...el señor (cuando llegó la noche)... el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros.
Y al venir los que habían ido cerca de la hora undécima, recibieron cada uno un denario.
Al venir también (¿ven? Los últimos que llegaron, fueron los primeros que cobraron)... Al venir también los primeros, pensaron que habían de recibir más; pero también ellos recibieron cada uno un denario.
Y al recibirlo, murmuraban contra el padre de familia,
diciendo: Estos postreros han trabajado una sola hora, y los has hecho iguales a nosotros, que hemos soportado la carga y el calor del día.”
Ahora, podemos ver que solamente una hora trabajan los del llamado final, y los escogidos de este tiempo solamente trabajan en la hora de la Edad de la Piedra Angular. Por lo tanto, esos son también los que recibirán la bendición grande de parte de Cristo, son los de la Edad de la Piedra Angular, los que en su mayoría estando vivos serán transformados; los de las demás edades no estarán vivos para ser transformados, ya habrán partido y serán resucitados en cuerpos glorificados.
Ahora, hemos visto que son también los del cuarto llamado a trabajar en la Viña del Señor; y de las cuatro etapas de la restauración de la Iglesia, los que corresponden a la cuarta etapa son los de la Edad de la Piedra Angular, son los últimos obreros llamados a trabajar en la Viña del Señor.
Es en el tiempo de la tarde, y nosotros estamos viviendo en el tiempo de la tarde de la Dispensación de la Gracia; por lo tanto, ya hemos identificado quiénes son los obreros de la hora final, los obreros del Día Postrero y de la hora final en la Iglesia del Señor Jesucristo.
Ahora, todo esto se reflejó en el Rvdo. William Branham, y por consiguiente se reflejó también en la séptima edad, pero la realidad corresponde a la Edad de la Piedra Angular.
Ahora, encontramos dónde nos encontramos en este tiempo final; también en el tiempo de la tarde habrá luz, y encontramos que el sol sale en el Oriente, el Este, y se pone ¿dónde? En el Oeste. ¿Dónde estamos nosotros? En el Oeste, donde se pone el sol, donde termina el Día de la Dispensación de la Gracia, y donde son llamados también los obreros de la hora undécima, los obreros de la hora final, donde son llamados los obreros finales para trabajar en la Obra del Señor Jesucristo.
Por eso trabajamos con Amor Divino en la Obra de Cristo, sabiendo que estamos en la Viña del Señor, a la cual hemos sido invitados a trabajar, con la promesa de que Cristo pagará a cada uno conforme a sus obras y conforme a lo que El tiene en Su corazón.
Por lo tanto, no tenemos que envidiarle nada a los que vivieron en el tiempo de los Apóstoles, ni los que vivieron en las demás edades de las siete edades de la Iglesia. Estamos en una hora y en una edad donde la bendición es más grande que en todos los tiempos pasados. Y nosotros hemos sido privilegiados en vivir en esta hora, en esta cuarta etapa de la restauración de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Por lo tanto, obreros del Día Postrero; del Día Postrero porque nosotros estamos viviendo en el tiempo en donde se entrelaza el Día Postrero con el último de los dos días postreros anteriores.
Recuerden que los días postreros son delante de Dios, para los seres humanos son Quinto Milenio, Sexto Milenio y Séptimo Milenio.
¿Cuál es el Día Postrero de los tres días postreros? El Séptimo Milenio. Y en cuanto a dispensaciones ¿cuál es la dispensación postrera? La Dispensación del Reino.
Por lo tanto, nosotros estamos viviendo en el Día Postrero como edad, en el Día Postrero como Dispensación, y en el Día Postrero como Milenio; porque ya el Séptimo Milenio ha comenzado conforme al calendario gregoriano, y estamos ya dentro del Día Postrero, dentro del Séptimo Milenio por tres años; y conforme al calendario profético ya llevamos alrededor de treinta años dentro del Séptimo milenio.
Estamos viviendo en el tiempo en donde el Séptimo Milenio se entrelaza, se ha entrelazado con el Sexto Milenio, y donde se ha entrelazado con la séptima edad de la Iglesia se ha entrelazado la Edad de la Piedra Angular, y se está entrelazando la Dispensación del Reino con la Dispensación de la Gracia.
Este es el tiempo más grande y glorioso de todos los tiempos. Este es el tiempo donde la Luz que va a salir por el Este para el pueblo hebreo, primero es vista en el Oeste por los escogidos de este tiempo final, los escogidos que son llamados en el Día Postrero, Día Postrero, Séptimo Milenio que se ha estado entrelazando con el Sexto Milenio.
Y es en el Oeste donde el día siempre termina, donde la tarde llega para el día, y ahí el día que está terminando da sus últimos rayos de luz.
Para el pueblo hebreo, vean ustedes, no es como para los gentiles, para los gentiles los días terminan a las doce de la noche y ahí inmediatamente comienza el otro día; o sea, que para los gentiles el comienzo y el fin de un día es en la noche; para los hebreos el fin y el comienzo de un día es en la tarde, donde hay luz todavía.
Por ejemplo, hay temporadas donde para los hebreos el día termina a las 6:00 de la tarde, y ahí comienza el otro día; otras veces, en invierno debe ser más temprano; ahora, siempre es a la caída del sol; no quiere decir: cuando ya el sol deja de alumbrar, sino a la caída del sol pero que todavía hay luz.
Pero las personas no pueden estar viendo el sol como lo ven a las 12:00 del mediodía; pero al tiempo de la tarde hay luz siempre cuando comienza un nuevo día. Por lo tanto, por ejemplo, el sábado, el viernes y el sábado se entrelazan, el viernes es el sexto día y el sábado es el séptimo día. El día viernes —digamos— a las 6:00 de la tarde termina el sexto día y ahí mismo comienza el séptimo día y todavía es de día.
Y luego pasada una media hora o una hora, digamos, cae la noche, pero ya el séptimo día comenzó con luz, y luego viene la noche, hay oscuridad, y luego amanece y hay luz, y termina a las 6:00 de la tarde del sábado con luz también. O sea, que los días para los hebreos comienzan con luz y terminan con luz; para los gentiles comienzan con noche y terminan con noche, con oscuridad.
Ahora, encontramos que siempre los días comienzan donde termina el día anterior, por lo tanto, vean ustedes, ¿dónde terminan los días? Los días terminan en la tarde conforme al calendario hebreo y conforme a las leyes divinas.
Y si terminan en la tarde, terminan con la luz en el Oeste, porque en el Oeste es que se pone el sol y es que terminan los días, y ahí mismo comienza el nuevo día en el Oeste, comienza la luz de un nuevo día en el Oeste y después vienen las tinieblas, y luego se vuelve a ver la luz por el Este saliendo, la misma luz que se ocultó en el Oeste.
Por lo tanto, el Mensaje para el Este ya en el Oeste lo tuvieron, la Luz del Oeste, que recibe el grupo del Oeste bajo los obreros del Día Postrero, es la misma Luz divina, la misma revelación divina que va a salir por el Este por el territorio del pueblo hebreo para los hebreos.
En palabras más claras, la Luz de la revelación divina para los hebreos, primero la tienen los escogidos de la Iglesia de Jesucristo ¿dónde? En el Oeste. Bajo esa cuarta Luz y bajo ese cuarto Mensajero de Vida es que viene la bendición para la Iglesia del Señor Jesucristo, en el Programa de la restauración de la Iglesia de Jesucristo, todo en la Viña del Señor.
Ahora, podemos ver el pasaje de esta parábola y lo que significa para nosotros en este día; pues nos ha tocado vivir en el Oeste a causa ¿de qué? De que somos parte del cumplimiento de esta parábola, lo cual tipifica el Reino de los Cielos, la Iglesia del Señor Jesucristo.
Por lo tanto, los obreros del Día Postrero ¿estarán dónde? En el Oeste trabajando en la Viña del Señor; y ya luego más adelante corresponde la labor al pueblo hebreo y con el pueblo hebreo para la restauración literal del pueblo hebreo como nación, como pueblo de Dios; representada toda esa restauración en los huesos secos que vio Ezequiel, para cuya restauración o resurrección encontramos cuatro etapas también.
Y también en el Árbol Novia que está representado en Joel, capítulo 2, hay también cuatro etapas, y a nosotros nos ha tocado ¿qué etapa de la restauración? La cuarta etapa, en la cuarta etapa es donde queda restaurada totalmente la Iglesia del Señor Jesucristo, y es en la cuarta etapa donde el pueblo hebreo quedará restaurado también.
En la cuarta etapa de los huesos secos fue que vino el Espíritu Santo, Dios le dijo al Profeta que llamara al Espíritu Santo de los cuatro vientos de la Tierra, y el Espíritu entró en esos huesos, que ya se habían juntado cada uno con su hueso, tendones habían venido sobre ellos, y también piel, pero les faltaba ¿qué? El Espíritu; porque un cuerpo sin espíritu es un cadáver, pero con el espíritu, entonces ya es un ser viviente.
Por lo tanto, Dios llamará el Espíritu de los cuatro vientos para que entre ¿a dónde? Al pueblo hebreo, cuando les toque a ellos esa parte. ¿Y por qué los llamará de los cuatro vientos? Porque el Espíritu Santo ha estado por todos los países gentiles llamando y juntando los escogidos de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Por eso tiene que ser llamado de los cuatro vientos. ¿Y a quién le fue ordenado hacer eso? A un Profeta, solamente un Profeta puede llevar el Espíritu Santo al pueblo hebreo de regreso para la restauración del pueblo hebreo, para que entre al pueblo hebreo, para que entre a esos huesos secos que luego se juntaron cada uno el uno con el otro y formaron ese esqueleto, y luego vinieron nervios sobre ellos y luego vino carne y piel; y allí están, pero todavía les falta el Espíritu de Dios, para que sean un pueblo viviente con el Espíritu de Dios y sean así totalmente restaurados.
Por lo tanto, cuando Dios envía el ministerio de Moisés y Elías, el ministerio de los Dos Olivos al pueblo hebreo, ahí entrará el Espíritu de Dios, porque el Ángel viene con el Sello del Dios Vivo, viene con el Espíritu Santo, para entrar el Espíritu Santo al pueblo hebreo y así ser un Ejército poderoso el pueblo hebreo, una nación poderosa con el Espíritu de Dios, una nación viviente.
Una nación sin el Espíritu Santo de Dios en ella, es una nación ¿cómo? Muerta, es un cadáver de nación; pero con el Espíritu de Dios en ella, es una nación viviente por el Espíritu del Dios viviente.
Bueno, esto era solamente un saludo aquí, pero vean el tema aquí que tienen, me dieron unas Escrituras aquí con un tema, dice: “PALABRAS DE SALUDO A NIÑOS, DAMAS Y JÓVENES.” Y me pusieron por tema: “LOS OBREROS DEL DÍA POSTRERO.”
Y ahora, por cuanto cuando Dios envía un Mensajero para una etapa de Su Iglesia, para una edad, junto a ese Mensajero coloca maravillosos obreros, maravillosos colaboradores para trabajar en la Obra del Señor, en la Viña del Señor: obreros ministros, obreros colaboradores de ministros, y obreros y obreras, que trabajan en la Obra de Cristo brazo a brazo con el Mensajero de la edad que Dios les ha mandado, y se lleva a cabo la Obra de esa etapa, de esa edad de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Por lo tanto, no solamente los ministros son obreros, sino cada miembro de la Iglesia de Jesucristo que trabaje en la Obra de Cristo, puede decir que es un obrero o una obrera del Día Postrero en la Viña del Señor.
¿Y dónde están esos obreros y obreras? Aquí estamos en esta hora, trabajando en la viña del Señor, hemos respondido al llamado final, y nos hemos convertido en los obreros ¿de qué día? Del Día Postrero.
¿Vieron lo sencillo que es todo en el Programa Divino? Y lo sencillo que Dios hace todo para que lo podamos comprender. El está llamando y juntando los escogidos del Día Postrero, porque El ha enviado muchos obreros a Su viña.
También El tipificó todo esto en otra parábola, la cual vio ahí mirando el campo, y en seguida con ese campo que vio, dio esa parábola, dio esa enseñanza parabólica.
Dice en San Juan, capítulo 4, versos 34 en adelante:
“Jesús les dijo: Mi comida es que haga la voluntad del que me envió, y que acabe su obra.
¿No decís vosotros: Aún faltan cuatro meses para que llegue la siega? He aquí os digo: Alzad vuestros ojos y mirad los campos, porque ya están blancos para la siega.
Y el que siega recibe salario, y recoge fruto para vida eterna (el fruto que se recoge es para Vida eterna), para que el que siembra goce juntamente con el que siega.”
El que siembra goza ¿qué? Juntamente con el que siega, porque si Dios envía obreros a sembrar y luego no envía obreros a cosechar, el que sembró ¿que dice? “Tanto trabajo que pasamos sembrando, y ahora el señor no envía obreros para cosechar; por lo tanto, todo el trabajo que hicimos se perdió.”
Pero el trabajo en la Viña del Señor, en la Obra del Señor, no se pierde, ¿por qué? Porque El envía en este tiempo obreros para cosechar, y entonces los que sembraron se gozan juntamente ¿con quiénes? Con nosotros en este tiempo final, porque se recoge el fruto producido por lo que fue sembrado, o de lo que fue sembrado. Dice:
“Y el que siega recibe salario”
¿Por qué? Porque Dios pagará a cada uno conforme a sus obras.
“Y el que siega...” Si cada persona supiera, comprendiera lo que significa que recibe salario, que Cristo lo va a recompensar, trabajaría con más entusiasmo, con más alegría y con más interés.
Vean, en un lugar ya sea de campo o en una fábrica, si dicen... digamos que normalmente las personas ganan —digamos— una cantidad, vamos a decir cien dólares semanales, y que producen tal cantidad, digamos (que producen en lo que van a producir) que producen cien de lo que producen.
Pero que el dueño de la fábrica o de la finca dice: “Pero a todos los que produzcan ciento cincuenta, se les va a pagar el doble.” ¿Qué hacen toda la gente? Dice: “Bueno, si lo que voy a aumentar es la mitad de lo que hago normalmente (en adición a lo que hago normalmente), y me van a pagar el doble.”
¿Cómo trabajan esas personas durante la semana? !Con ánimo, con gozo!: “Yo quiero llegar a la meta, porque voy a recibir el doble en esta semana; y para la otra semana voy a recibir también el doble.” Por lo tanto, trabaja con entusiasmo, con ánimo, con todas sus fuerzas y con toda su alma.
Y ahora, vean... miren los que vinieron a la última hora, recibieron como habían recibido los que habían trabajado todo el día.
Ahora vean, recibieron entonces - ellos vinieron a la hora undécima, recibieron diez veces más de lo que normalmente podían recibir.
Ahora, trabajaron una hora y cobraron como si hubieran trabajado, como si hubiesen trabajado doce horas.
Ahora, nosotros en esta hora en que hemos venido al Reino de Cristo y hemos sido llamados a trabajar (porque Cristo no tiene vagos en Su Reino)... ¿Recuerdan las parábolas de los talentos y la parábola de las minas? En donde el que recibió una mina en las parábola de las minas, y el que recibió un talento en la parábola de los talentos, y no trabajó, le fue quitado el talento o la mina y le fue dada al que tenía más; y al que le fue quitada ¿qué le paso? Lo ataron de manos y pies y lo echaron a las tinieblas de afuera. ¿Ven? Dios no quiere vagos en Su Obra, en Su Viña, en Su Iglesia.
Ahora, el que recibió cinco o tres, y trabajaron con entusiasmo, lo multiplicaron porque todo lo que Dios nos ha dado, al usarlo en la Obra de Cristo, El lo multiplica y entonces habrá más.
Algunos dicen: “Es que yo tengo tanto, si lo uso me quedo sin nada.” Pues en las parábolas lo que aparece es que al usar en la Obra de Cristo, lo que Cristo dio, los talentos, se multiplicaron.
Algunas veces decimos: “Señor, dame para yo trabajar en Tu Obra.” Lo que El nos ha dado, al usarlo en la Obra de Cristo El lo multiplica y entonces tenemos más; y en adición la bendición de haber trabajado en la Obra de Cristo y luego la recompensa que El nos dará.
Ahora, podemos ver que es muy importante (debemos ver que es muy importante) usar lo que El nos da. Algunas veces hay personas que se quedan esperando mucho para trabajar en la Obra de Cristo y nunca hacen nada, más bien entonces le cuenta como pretexto que ellos han colocado para no trabajar en la Obra de Cristo.
Si usted quiere que Dios lo bendiga y le dé mucho, pues use lo poco que El le ha dado, y en lo poco usted es fiel, entonces en lo mucho Dios lo pondrá. Si no puede usar lo poco que Dios le ha dado para trabajaren la Obra, tampoco usará lo mucho que Dios le dé; y Dios tampoco lo pondrá en lo mucho.
Así que “en lo poco has sido fiel en lo mucho te pondré.” Esa es la promesa de Cristo; por lo tanto, lo importante es entonces trabajar en la Obra de Cristo con toda nuestra alma, y El irá multiplicando nuestro trabajo, y El irá dándonos más para que trabajemos en la Obra del Señor.
Y conscientes de que somos los obreros del Día Postrero, los obreros de esa cuarta etapa en la restauración de la Iglesia del Señor Jesucristo; por lo tanto, trabajemos en la Obra de Cristo llevando el Mensaje por todos los lugares, porque como dijo Cristo a Saulo de Tarso cuando estuvo en una ciudad y lo persiguieron, el Señor le dijo: “No temas, habla la Palabra, predica, porque yo tengo mucho pueblo en esta ciudad.”
Y Cristo tiene mucho pueblo tanto en esta ciudad como en esta nación de Chile, porque es una de las naciones que le ha tocado el privilegio de pertenecer a la América Latina y el Caribe, al territorio donde la Obra de Cristo en Su Iglesia, en la cuarta etapa de la Iglesia, en la restauración de la Iglesia se llevaría a cabo, la cual corresponde esa cuarta etapa a la América Latina y el Caribe en la Iglesia del Señor Jesucristo.
Por lo tanto, son los países latinoamericanos y caribeños, países bienaventurados en cuanto a que les ha tocado el territorio donde la Obra del Día Postrero Cristo la llevaría a cabo, y de ahí se extiende esa Obra a otras naciones y continentes.
Ahora, somos bienaventurados en ese sentido, y más bienaventurados si estamos en el Cuerpo Místico de Cristo y trabajando en el Cuerpo Místico de Cristo, ahí la bienaventuranza llegará al máximo.
Ahora, hemos visto quiénes son los obreros del Día Postrero, y en qué edad estarían los obreros del Día Postrero, ¿en qué edad estarían? En la Edad de la Piedra Angular.
Vean, los obreros del Día Postrero corresponden a la etapa de la Edad de la Piedra Angular. ¿Y quiénes son esos obreros y obreras en el Día Postrero? Todos nosotros.
Así que para mí es un privilegio estar con los obreros del Día Postrero, platicando sobre este tema: “LOS OBREROS DEL DÍA POSTRERO.”
Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, nuestro Salvador, sean con ustedes y conmigo también, y les use grandemente en Su Obra en este Día Postrero.
Dejo nuevamente al Rvdo. José Benjamín Pérez, para finalizar nuestra parte en esta ocasión y ya nos veremos nuevamente esta noche, para ver el tema, estudiar el tema: “BUSCAD PRIMERAMENTE EL REINO DE DIOS Y SU JUSTICIA.”
¿Y dónde nos vamos a ver? ¿Aquí mismo es? Aquí mismo nos veremos en la próxima actividad, en donde esperamos grandes bendiciones de parte de Jesucristo nuestro Salvador.
Que las bendiciones de Jesucristo, nuestro Salvador, sean sobre ustedes cada día más abundantemente y sobre mí también, y nos use grandemente en Su Reino, en Su Obra, en este Día Postrero. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Bueno, ya tenemos por aquí al Rvdo. José Benjamín Pérez para finalizar nuestra parte en esta ocasión.
Dios les bendiga y les guarde a todos, y nos veremos en la noche Dios mediante.
“LOS OBREROS DEL DÍA POSTRERO”