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Enviado para preservación de vida 2002-07-14 1 Ciudad de México MX 00:00:00 false

Muy buenas tardes, amados amigos y hermanos presentes; es para mí un privilegio y bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. También reciban saludos de mi esposa Erica y de mis niñas América y Yahannah Gabriela.

Leemos en Génesis, capítulo 45, versos 1 al 15 una parte de la historia de José, hijo de Jacob, donde dice:

No podía ya José contenerse delante de todos los que estaban al lado suyo, y clamó: Haced salir de mi presencia a todos. Y no quedó nadie con él, al darse a conocer José a sus hermanos.

Entonces se dio a llorar a gritos; y oyeron los egipcios, y oyó también la casa de Faraón.

Y dijo José a sus hermanos: Yo soy José; ¿vive aún mi padre? Y sus hermanos no pudieron responderle, porque estaban turbados delante de él.

Entonces dijo José a sus hermanos: Acercaos ahora a mí. Y ellos se acercaron. Y él dijo: Yo soy José vuestro hermano, el que vendisteis para Egipto.

Ahora, pues, no os entristezcáis, ni os pese de haberme vendido acá; porque para preservación de vida me envió Dios delante de vosotros.

Pues ya ha habido dos años de hambre en medio de la tierra, y aún quedan cinco años en los cuales ni habrá arada ni siega.

Y Dios me envió delante de vosotros, para preservaros posteridad sobre la tierra, y para daros vida por medio de gran liberación.

Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto.

Daos prisa, id a mi padre y decidle; Así dice tu hijo José: Dios me ha puesto por señor de todo Egipto; ven a mí, no te detengas.

Habitarás en la tierra de Gosén, y estarás cerca de mí, tú y tus hijos, y los hijos de tus hijos, tus ganados y tus vacas, y todo lo que tienes.

Y allí te alimentaré, pues aún quedan cinco años de hambre, para que no perezcas de pobreza tú y tu casa, y todo lo que tienes.

He aquí, vuestros ojos ven, y los ojos de mi hermano Benjamín, que mi boca os habla.

Haréis, pues, saber a mi padre toda mi gloria en Egipto, y todo lo que habéis visto; y daos prisa, y traed a mi padre acá.

Y se echó sobre el cuello de Benjamín su hermano, y lloró; y también Benjamín lloró sobre su cuello.

Y besó a todos sus hermanos, y lloró sobre ellos; y después sus hermanos hablaron con él.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Nuestro tema para esta ocasión es: “ENVIADO PARA PRESERVACIÓN DE VIDA.”

José, hijo de Jacob, es el tipo más perfecto de Cristo. En José se tipificó Cristo en Su Primera Venida y en Su Segunda Venida; o sea, que la Primera Venida de Cristo y Segunda Venida de Cristo están tipificadas en José hijo de Jacob.

Así como José fue vendido, fue vendido Cristo, y así como luego José estuvo viviendo en medio de los gentiles, Cristo ha estado en medio de los gentiles en Su Iglesia.

Así como se casó José con una gentil, ahora la Iglesia de Jesucristo está representada en Asenat, la hija de *Potifera, sacerdote allá en Egipto; ella es tipo y figura de la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y ahora, José es el tipo y figura más perfecto de Cristo, tipifica a Cristo en Su Primera Venida y tipifica a Cristo en Su Segunda Venida.

Por lo tanto, estudiar la vida de José, el hijo de Jacob, es estudiar la misma vida de Cristo reflejada en José, hijo de Jacob.

Ahora, así como Dios envió a José a Egipto - Dios había traído a José a existencia a la Tierra con un propósito divino; por lo tanto, tenía que cumplirse en la vida de José un sinnúmero de cosas que serían tipo y figura de Cristo y las cosas que se cumplirían en Jesucristo nuestro Salvador.

José siendo Profeta tenía las dos conciencias juntas, y era el hijo mayor de Jacob por medio de Raquel (esposa de Jacob). Con Raquel fue que Jacob se casó, aunque luego colocaron en la casa, en la habitación de Jacob (de noche), colocaron a Lea, la hermana mayor de Raquel.

Ahora, encontramos que aunque Simeón fue el primer hijo que Jacob tuvo, pero lo tuvo por medio de Lea no por medio de Raquel, que era la mujer amada de Jacob, con la cual Jacob se había casado.

Todo esto es tipo y figura de cosas que luego sucederían. Por cuanto Jacob tenía la Bendición de la Primogenitura, todas las cosas obrarían para bien para Jacob.

Y ahora, Jacob luego a través de Raquel tiene un hijo y le pone por nombre José. Jacob tenía ya bastantes años cuando tuvo este hijo a través de su esposa, tenía alrededor de 91 años de edad cuando tuvo este hijo; por eso amaba mucho a José, pues lo había tenido en su vejez.

Y por eso cuando desapareció José, Jacob sufrió mucho, porque José le había nacido a Jacob por medio de su esposa Raquel siendo ya Jacob anciano.

Y recuerden que este joven José siendo el tipo perfecto de Cristo, en él se iban a cumplir cosas, iba a pasar por diferentes situaciones que humanamente no iban a ser comprendidas; pero José siendo Profeta iba a comprender, iba a comprender que Dios estaba con él y que lo que sucedería en su vida sería para bien, que Dios tendría un propósito con todo lo que sucedería en su vida. Vean, en el capítulo 37, verso 2, dice:

Esta es la historia de la familia de Jacob: José, siendo (ya esta es la...)...

José, siendo de edad de diecisiete años, apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre; e informaba José a su padre la mala fama de ellos.

Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores.”

Esa túnica de diversos colores, vean ustedes, es tipo del Espíritu Santo; el Espíritu Santo es el que tiene esos diferentes colores del Arco iris, y el Espíritu Santo con esos siete colores del Arco iris está con Su pueblo, y cuando el Arco iris está con Su pueblo, está el pacto divino con el pueblo de Dios.

Y ahora, vean ustedes cómo cada cosa en la vida de José tiene un significado.

José también, veamos aquí los sueños que había tenido... vamos a continuar leyendo aquí:

Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente.

Y soñó José...”

Ahora vean que Jesús tipificado en José tenía la túnica de diferentes colores, tenía el Espíritu Santo en toda Su plenitud; por lo tanto en El estaba el pacto divino y El es el Angel del Pacto, el Angel de Jehová para establecer el Nuevo Pacto para el Nuevo Testamento.

Vean cómo trataban los hermanos de José a José, lo trataban dice, dice:

...Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente (¿no era eso lo mismo que hacían los judíos con Jesús?).

Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle más todavía.”

¿Y no hablaba Cristo acerca de las bendiciones divinas que el Padre le daría a El? No dijo en aquella ocasión en que el sumo sacerdote le pregunta: “Dinos si tu eres el Hijo del Dios Viviente.” Cristo les dice: “Ya eso yo lo he dicho y ustedes no han creído.”

Ahora, les dice: “Desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra de Dios, a la diestra del Padre.” ¿Y entonces qué sucedió? Lo aborrecieron más, y el sumo sacerdote dijo... estaba reunido todo el concilio del sanedrín, o sea, el concilio de la denominación hebrea, de la denominación de la religión hebrea; o sea, el concilio de la religión de los hebreos, del judaísmo.

Y ahora, vean ustedes aquí en la página... en San Mateo, capítulo 26, verso 62, ahí es donde lo están juzgando, y buscaron testigos falsos pero no pudieron... con todo eso que testificaban no había causa, motivo, para condenarlo:

Y levantándose...” Comenzamos 26, verso 62 en adelante de San Mateo:

Y levantándose el sumo sacerdote, le dijo: ¿No respondes nada? ¿Qué testifican éstos contra ti?

Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios.”

Vean, estos líderes religiosos estaban en contra de Jesús y ellos sabían que Jesús había dado a conocer que El era el Hijo de Dios, que El era el Mesías; pero ahora ellos quieren oírlo de labios de Jesús, no para creer sino para condenarlo.

No todo el mundo quiere conocer la verdad para recibirla en su alma, sino para ponerse en contra de la verdad.

Así estaba este concilio que en su mayoría estaban en contra de Jesús, excepto Gamaliel, José de Arimatea y Nicodemo, y quizás algún otro miembro del concilio del sanedrín que no está mencionado aquí, pero digamos que el noventa (o más) porciento del concilio del sanedrín estaba en contra de Jesús, y eran setenta, más el sumo sacerdote setenta y uno. Y ahora:

Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios.

Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.

Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras...”

Lo cual no podía hacer porque estaba prohibido que el sumo sacerdote rasgara sus vestiduras. Eso está en Levítico, capítulo 21, verso 10, vamos a leerlo aquí para ver si es esta es la cita, dice, capítulo 21, verso 10, dice:

Y el sumo sacerdote entre sus hermanos, sobre cuya cabeza fue derramado el aceite de la unción, y que fue consagrado para llevar las vestiduras, no descubrirá su cabeza, ni rasgará sus vestidos.”

Vean, para condenar a Cristo el sumo sacerdote hasta violó lo que estaba establecido para el sumo sacerdote, no podía rasgar sus vestiduras, desgarrarlas: “Ni rasgará sus vestidos.” Y sin embargo lo hizo, era tan ignorante en cuanto a lo que Dios estaba cumpliendo a través de Jesús que ignoró también que no podía rasgar sus vestiduras. Cuando una persona está ciega, vean hasta lo que hace.

Entonces el sumo sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: ¡Ha blasfemado! ¿Qué más necesidad tenemos de testigos? He aquí, ahora mismo habéis oído su blasfemia.

¿Qué os parece?...”

Le dice el sumo sacerdote al concilio del sanedrín, porque el sumo sacerdote es el que encabeza el concilio del sanedrín. Como lo hace el presidente de toda organización, de toda denominación religiosa, y como lo hace la cabeza de toda religión o de toda secta religiosa. Aquí la cabeza de la religión hebrea es el sumo sacerdote.

¿Qué os parece? Y respondiendo ellos, dijeron: ¡Es reo de muerte! (y así condenaron al autor de la vida, que es Cristo, el cual es el Autor de la vida, el que creó todas las cosas).

Entonces le escupieron en el rostro...”

Por eso es que en algunos países cuando los niños les gusta escupir a los demás, le dicen: “Tú eres judío, o tú estás escupiendo como los judíos.” ¿Ven?

Entonces le escupieron en el rostro, y le dieron de puñetazos, y otros le abofeteaban (o sea, vean todo lo que hicieron, de puñetazos y de bofetadas, o sea, que le desfiguraron el rostro; y todo eso estaba en la profecía que iban a hacer con el Mesías),

diciendo: Profetízanos, Cristo, quién es el que te golpeó.”

Vean, burlándose de El. A Su propio Mesías, en el cual estaba Dios en toda Su plenitud, Dios hecho carne visitando a Su pueblo: “A los suyos vino, y los suyos no le recibieron.” Miren cómo le trataron.

El pueblo hebreo existe todavía porque Dios hizo promesa a Abraham, a Isaac y a Jacob; pero lo que hicieron con Jesús era para ser extirpado del planeta Tierra el pueblo hebreo como nación, y todo hebreo.

Pero por la Misericordia de Dios el pueblo hebreo todavía existe y tiene promesa de ser restaurado. Y Dios ha dicho que cualquiera que se levante en contra del pueblo hebreo Dios se levantará en contra de él. Dice: “El que te bendiga será bendito, y el que te maldiga será maldito.”

Ahora, podemos ver lo grande que es la Misericordia de Dios para Su pueblo, para el Israel terrenal, cuánto más para el Israel Celestial.

Y ahora, en el Israel terrenal se refleja, fue reflejado el Israel Celestial, como Cristo fue reflejado en José.

Y ahora, vamos a continuar aquí con la historia de José. Sigue diciendo:

Y soñó José un sueño...”

Ahora, ¿vieron que no lo trataron pacíficamente a Jesús? Lo mismo que sucedía con los hermanos de José. Ahora:

...soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle más todavía.

Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado:

He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío.”

Esos manojos de trigo o de cebada, esas espigas que son amarradas y colocadas en pie, así, pues José había colocado ese manojo, ese mazo de trigo bien amarrado, y lo había colocado en pie, derecho; y sus hermanos también (en el sueño); y luego los manojos de los hermanos se inclinaban, se viraban hacia el de José, se inclinaban hacia el de él; y eso, pues cualquier persona sabe que significa que ellos se van a inclinar delante de José.

Le respondieron sus hermanos: ¿Reinarás tú sobre nosotros, o señorearás sobre nosotros? (o sea, vas a ser señor de nosotros o rey sobre nosotros? O sea, que entendieron el sueño) Y le aborrecieron aun más a causa de sus sueños y sus palabras.”

Y de seguro José también le interpretaba el sueño, les hablaba algunas palabras que a ellos no les gustaba. Lo mismo que Jesús luego hacía hablándoles acerca del Reino de Dios, hablándoles acerca de todas esas bendiciones celestiales para Jesús y los creyentes en Jesús.

Vean cómo dice Cristo, por ejemplo, El dice: “Yo Soy el pan vivo que he descendido del Cielo, el que come de este pan vivirá eternamente.” También dice: “El que no coma mi carne y beba mi sangre, no tiene vida permaneciente en sí.” Porque ningún ser humano tiene vida permaneciente en sí, Vida eterna, lo que tiene es vida temporal que le dura... a unos les dura 100 años o más de 100 años, pero a otros les dura 80 ó 90, a otros les dura 70 años, a otros les dura (esa vida terrenal), les dura 50 años, a otros les dura 30 años, a otros les dura 20 años, a otros les dura 15 ó 10, ó aun hay algunos que siendo niñitos mueren u otros siendo bebés mueren, y así por el estilo.

Es que el cuerpo humano tiene cuatro rayos de luz, y se van agotando; pero algunos antes de agotársele los cuatro rayos mueren en algún accidente o por alguna enfermedad, porque el ser humano no tiene vida permaneciente en sí mismo, no tiene Vida eterna, lo que tiene es una vida temporal, para que en esa temporada, en la cual vive aquí en la Tierra, busque Vida eterna; y esa Vida eterna solamente la puede encontrar en el que dijo: “Yo Soy el Camino, la Verdad, y la Vida; y nadie viene al Padre sino por mí.”

Jesucristo es la Vida eterna, y nadie puede encontrar Vida eterna para sí mismo fuera de Jesucristo nuestro Salvador; por lo tanto, “el que no coma mi carne y beba mi sangre no tiene vida permaneciente en sí,” no tiene Vida eterna.

Ahora, toda persona quiere tener Vida eterna, y hay una forma para obtener esa Vida eterna: es a través de Jesucristo, que es la Vida eterna.

Vean, en San Juan, capítulo 11 también Cristo dice en el verso 25 al 26, y le dijo Jesús a Marta, la hermana de Lázaro, cuando Jesús fue a resucitar a Lázaro, le dice... vamos a ver, capítulo 11, verso 23 en adelante:

Jesús le dijo: Tu hermano resucitará.

Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.”

Es que Cristo ya había enseñado que a todos los creyentes en El, El los resucitaría en el Día Postrero, o sea, todos los creyentes que luego morirían El los resucitaría en el Día Postrero.

Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.

Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?

Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.”

Y nosotros también lo creemos, por eso si nuestro cuerpo físico muere, nosotros sabemos que vamos a resucitar en un cuerpo nuevo y eterno; no es muerte permanente, no moriremos eternamente si nuestro cuerpo físico muere, habrá una resurrección y resucitaremos en cuerpos glorificados. Pero si permanecemos vivos hasta que esa resurrección ocurra, entonces vamos a ser transformados y tendremos un cuerpo glorificado, como el cuerpo glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo.

Ahora, vean cómo Cristo enseña acerca de la resurrección de los muertos, y El dice que El es la resurrección. Y El para mostrar que la promesa que El hace: que resucitará a los creyentes en El que han muerto físicamente, los resucitará en el Día Postrero, ahora llega a donde Lázaro está, y ya Lázaro tiene unos cuatro días de muerto y ya está enterrado, y Marta dice: “Ya hiede, lleva cuatro días ya.” Y Cristo había dicho: “Esta enfermedad de Lázaro.” Le había dicho a Sus discípulos: “Esto no es para muerte, sino es para que la gloria de Dios sea manifestada.”

Y la muerte de los creyentes en Cristo de las edades pasadas y algunos de los nuestros, no es para muerte permanente, sino para que la gloria de Dios sea manifestada en el Día Postrero, en la resurrección de los muertos en Cristo en cuerpos glorificados, y entonces todos estarán en la flor de la juventud con un cuerpo glorificado, como el cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador, y todos los que resucitarán representarán de 18 a 21 años de edad.

Así también será para los que quedemos vivos que seremos transformados, y entonces tendremos un cuerpo inmortal, incorruptible y glorificado, y joven que representará de 18 a 21 años de edad.

Y eso será para toda la eternidad, y entonces sí que en ese cuerpo físico pero glorificado, sí tendremos vida en sí mismos, porque tendremos Vida eterna en ese cuerpo.

Pero en este mortal que tenemos no tenemos Vida eterna, porque es temporal, solamente tenemos cuatro rayos de luz que se van agotando ya de 20 a 25 años, digamos de 20 a 30 años se agota el primero, ya cuando la persona tiene 30 años ya dice: “Ya no me siento como me sentía cuando tenía 18 años.” Es que se le agotó uno de los rayitos de luz.

Es como cuando usted tiene su linterna, flash light, ¿o cómo le llaman acá? Lámpara de baterías, y le coloca las lámparas nuevas y alumbra y dice: “Que claro se ve.” Pero ya cuando ya lleva unos cuantos días usándola, dice: “Ya no se ve tan claro como se veía cuando le coloqué las pilas.” Y luego más al tiempo dice: “Ya no se ve tan claro ni como se veía al principio, ni como se veía en la vez anterior que me dí cuenta que ya tenía menos luz.” Es que se ha ido agotando la energía que tenía en esas pilas.

Y por eso la luz no es tan fuerte, y eso significa que ya debe ir pensando en otras pilas si quiere tener toda la energía en la linterna, en la lámpara, y ya cuando sigue pasando el tiempo y la enciende en la noche, ya casi no alumbra; es que ya lo que le queda es lo último.

Y eso es lo que le pasa a las personas cuando pasan de los 65 años, ya están viviendo con un rayito de luz. Pero recuerden: hay repuesto. Cristo ha dicho que tiene un repuesto que no se agotará nunca: un cuerpo nuevo y glorificado, ese tendrá los siete rayos de luz del Espíritu Santo, ese tendrá los siete rayos de luz del Nuevo Pacto.

Ahora, por medio de Jesucristo es que nosotros obtenemos Vida eterna, y obtenemos la promesa de que vamos a tener un cuerpo nuevo y eterno.

Y ahora, descubrimos que la vida entonces aquí en la Tierra es corta, y que es con un propósito, no es para que nosotros perdamos el tiempo en las cosas terrenales sin ocuparnos primero de las celestiales. Cristo dijo: “Buscad primeramente el Reino de Dios y Su justicia, y las demás cosas serán añadidas.”

Algunas personas buscan las añadiduras primero y después dicen: “Después que yo me haya preparado bien, haya estudiado, me haya hecho de mi carrera, sea un profesional y tenga dinero, después yo busco a Dios.” Pero Cristo dijo: “No, lo primero es buscar el Reino de Dios y Su justicia.” La persona no sabe cuánto tiempo tiene para vivir en la Tierra, por lo tanto tiene que asegurar la Vida eterna para su alma.

“¿De qué le vale al hombre si ganare todo el mundo y pierde su alma?” De nada le habrá servido haber vivido en la Tierra y haber sido un ser humano; más bien una vida así es peor que la vida de los animales, porque los animales por cuanto no tienen alma, entonces no tienen conciencia de que existen, como nosotros, no tienen conciencia de lo que son; se miran en el espejo y no pueden decir, un perro no puede decir que es un perro, ni un gato puede decir que es un gato.

Aunque si se ve en el espejo y ve otros animales, ve que hay una diferencia, pero no lo puede decir. Pero sin embargo el ser humano se ve en el espejo y puede decir: “Yo soy un ser humano.” Y puede ver un animal en el espejo y decir: “Y este es un gato y este otro es un perro.” ¿Ven? Porque tiene alma y por consiguiente tiene conocimiento y puede razonar.

Ahora, el ser humano ha sido hecho, creado a imagen y semejanza de Dios, lo más que se parece a Dios es el ser humano, y lo más que se parece al ser humano es Dios; por lo tanto Dios al hacer al ser humano alma, espíritu y cuerpo, encontramos que Dios tiene alma, espíritu y cuerpo.

Dios como alma: el Espíritu eterno, Dios. Luego Dios en Su cuerpo o el cuerpo espiritual de Dios: el cuerpo teofánico, el cuerpo angelical, que es el Angel de Jehová en el Antiguo Testamento. Y el cuerpo físico de Dios: nuestro amado Señor Jesucristo, el cuerpo físico de Jesucristo.

Y ahí tenemos en Jesucristo a Dios en toda Su plenitud, la plenitud de la Deidad morando en un cuerpo de carne. ¿Ven? Y ahí está Dios en alma, espíritu y cuerpo. Así como cada uno de nosotros estamos en alma, espíritu y cuerpo, viviendo en este planeta Tierra en estos cuerpos terrenales.

Lo más importante y lo más grande que hay en usted y en mí como ser humano, es nuestra alma.

Y ahora, Jesucristo decía siempre: “El Padre que es mayor que yo, el Padre mayor que yo es.” ¿Ven? Porque lo más grande es el alma.

Y ahora, Dios en Jesús es lo más grande, Dios fue manifestado en carne, y el cuerpo de carne de Dios es el cuerpo físico llamado Jesús, el cual murió en la Cruz del Calvario; o sea, que crucificaron a Dios en Su cuerpo físico, pero no en Su cuerpo angelical ni en alma tampoco.

Ahora, encontramos que el ser humano es un misterio, como también Dios es un misterio para el ser humano, pero el misterio de Dios está prometido en Apocalipsis, capítulo 10, que será revelado como El lo anunció a Sus siervos los Profetas.

Y ahora vean, en cuanto a Dios y la imagen y semejanza que ha dado al ser humano (la imagen y semejanza divina), podemos ver que hay un paralelo entre Dios y el ser humano.

El ser humano es alma, eso es lo que es: alma viviente, y vive en y con un cuerpo espiritual dentro del cuerpo de carne.

Por eso cuando el ser humano muere, pues sigue viviendo en el cuerpo espiritual que tiene; si es un creyente en Cristo, ha recibido el nuevo nacimiento y ha obtenido el cuerpo angelical de la sexta dimensión, del Paraíso, igual al cuerpo angelical de Jesucristo y entonces va a vivir al Paraíso con los santos que están en el Paraíso. Eso es otra dimensión.

Los que son incrédulos, los que no han recibido a Cristo como su Salvador, pues mueren y siguen viviendo en el cuerpo espiritual que tienen, el cual recibieron cuando nacieron en la Tierra, y van a la dimensión a la cual pertenece ese cuerpo espiritual, van a la quinta dimensión, que es el infierno, hasta el día del juicio final, donde Cristo los resucitará para presentarlos ante el Trono Blanco para ser juzgados.

Pero los creyentes en Cristo no tendrán que ser juzgados en el juicio final, porque ellos han recibido a Cristo como su Salvador, han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo, han sido bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y han recibido el Espíritu Santo, y han obtenido el nuevo nacimiento y han recibido un cuerpo angelical de la sexta dimensión.

Siempre que hay un nacimiento un cuerpo tiene que haber nacido; si es un nacimiento espiritual un cuerpo espiritual tiene que haber nacido, tiene que haber recibido un cuerpo espiritual la persona que ha obtenido un nacimiento espiritual, ha recibido un nuevo nacimiento, pues ha recibido un cuerpo nuevo espiritual, ese es de la sexta dimensión, es llamado también el Angel de Jehová que acampa en derredor de los que le temen y los defiende.

También Cristo dijo, hablando de los niños que son tipo y figura de los creyentes en Cristo, dice que Sus Angeles ven el rostro de mi Padre cada día.

Ahora, podemos ver que los creyentes en Cristo tienen Angeles, eso es un cuerpo angelical, espiritual teofánico de la sexta dimensión, igual al cuerpo angelical de nuestro amado Señor Jesucristo, el cual en el Antiguo Testamento fue llamado el Angel de Jehová. Cada creyente tiene su Angel; y ahora, y todo ser humano tiene su Angel, lo que sucede es que si no ha creído en Cristo, no lo ha recibido, no ha recibido el Espíritu Santo, su ángel es de la quinta dimensión.

Ahora, encontramos que se requiere que todo ser humano reciba a Cristo como su Salvador, para que pueda tener Vida eterna en sí mismo, y esa Vida eterna solamente la puede colocar Cristo en la persona.

Ahora, Cristo dice: “Yo Soy la resurrección y la vida, el que cree en mí aunque esté muerto vivirá, y todo aquel que vive y cree en mí no morirá eternamente. ¿Crees esto?” Claro que sí, nosotros lo creemos.

Por lo tanto, la muerte física para los creyentes en Cristo es solamente ir de vacaciones a un lugar mejor que este planeta Tierra, donde no hay los problemas que hay aquí en la Tierra, no hay ni contaminación en el aire por el smog de los autos y de las fábricas y así por el estilo.

No hay tráfico así de automóviles, ni hay trancones o tapones así en el tráfico, ni hay inundaciones como aquí en la Tierra, no hay tampoco trabajos para ir a trabajar, porque allí ni se trabaja, ni se duerme porque no hay noche tampoco, ni se trabaja porque no hay trabajo, ese es un lugar para ir a descansar, a descansar de las labores y trabajos terrenales, y tampoco se come, porque en el cuerpo espiritual no se come, por lo tanto no hay que cocinar tampoco allí.

Así que las amas de casa descansan también de sus trabajos de la cocina, y las personas descansan de los trabajos terrenales. Allí es para servir a Dios todos los días que se esté allí en el Paraíso, y para estar cada persona y cada grupo con su Mensajero.

¿Recuerdan que en el Antiguo Testamento cuando moría cada hombre de Dios: Abraham, Isaac, Jacob, los patriarcas y así por el estilo, se decía: “Durmió y fue reunido con su pueblo.”? Y así es para los creyentes en Cristo: pasan al Paraíso cuando mueren físicamente y son reunidos con Su pueblo, con los creyentes en Cristo que ya han partido. Pero esa muerte física del cuerpo es temporal, aunque el cuerpo físico ya no va a volver a vivir (ese mismo cuerpo); pero Cristo dará un nuevo cuerpo (pero eterno) con vida en sí mismo, un cuerpo glorificado cuando los resucite en el Día Postrero.

El Día Postrero es el Séptimo Milenio de Adán hacia acá o Tercer Milenio de Cristo hacia acá. “Porque un día delante del Señor es como mil años y mil años como un día.” Dice el Profeta Moisés en el Salmo 90, verso 4, y también San Pedro en Segunda de Pedro, capítulo 3, verso 8. Ahí nos habla que un día delante del Señor es como mil años y mil años como un día.

Y ahora, el que vive y cree en Jesucristo no morirá eternamente. Por lo tanto, toda persona está llamada a asegurar la Vida eterna de su alma; porque el cuerpo físico, será otro, el que El nos dará (con Vida eterna), pero el alma será la misma, porque eso es lo que usted es en realidad.

“¿Y de qué le vale al hombre si ganare todo el mundo y perdiere su alma?” Dice Cristo en San Mateo, capítulo 16, versos 26 en adelante.

Ahora, hay que asegurar la vida del alma, la vida de nuestra alma.

Las personas aseguran los autos, aseguran sus casas, se aseguran ellos mismos: seguros médicos, seguros de vida, pero todo eso es seguro para el cuerpo físico y las propiedades que son para el cuerpo físico; pero se les olvida colocar el seguro más importante, que es el seguro para el alma.

Y ahora, la pregunta sería: ¿y qué compañía de seguro vende esa clase de seguro? La compañía Celestial, el Reino de Dios, ése es el único que tiene ese seguro; y ese seguro tenía un precio tan alto que nadie lo podía pagar, pero vino el Dueño de los Cielos y de la Tierra, que creó los Cielos y la Tierra: Jesucristo, y pagó el precio de ese seguro, pagó el precio de nuestra salvación, de la salvación del alma.

¿Y qué yo haré para tener ese seguro, el seguro de la Vida eterna para el alma nuestra, para mi alma? Póngase en la lista: “Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo tú y tu casa.” Así dijo San Pablo al carcelero allá cuando estaba preso San Pablo.

También cuando San Pedro predicó el Día de Pentecostés y dio a conocer el misterio de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario, las personas dijeron: “¿Qué haremos?” Pedro dice: “Arrepentíos y bautícese cada uno de vosotros en el Nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y recibiréis el Don del Espíritu Santo.” Y así la persona obtiene ¿qué? El nuevo nacimiento, y nace en el Reino de Cristo y ha obtenido el seguro completo de su alma, que es un seguro de Vida eterna.

El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.” (Eso está por ahí por San Juan, capítulo 5, verso 24).

Por lo tanto, todo ser humano está llamado a asegurar su alma con el único seguro que hay para el alma, el seguro que es Jesucristo, El es el que nos asegura nuestra alma con Vida eterna.

Ninguna otra persona, ni ninguna compañía le puede asegurar Vida eterna para su alma, solamente Jesucristo nuestro Salvador. Y toda persona quiere vivir eternamente.

Si en alguna nación descubrieran algo que les pudieran añadir 100 años de vida a cualquier persona, la gente llovería a ese lugar, irían a ese lugar a comprar eso que les puede alargar la vida 100 años.

Pero hay alguien que tiene algo que les puede alargar la vida para toda la eternidad, y ese es Jesucristo, y no le cobra ni un centavo, porque El ya pagó el precio de la salvación y Vida eterna para nuestra alma.

Y ahora, encontramos que José siendo colocado en Egipto, fue colocado con un propósito divino: para la preservación de vida de su familia, para que la descendencia de Abraham, de Isaac y Jacob y los patriarcas no perecieran de hambre, sino que pudieran continuar viviendo y pudiera formarse una nación: la nación hebrea, y pudiera así Dios cumplir Sus promesas hechas a Abraham en esa y con esa nación.

Ahora, vean este otro sueño que tuvo José. Ya vimos porqué odiaban a Cristo, así como sucedió con José. Siempre que Cristo decía algo grande que se cumpliría en El, entonces lo odiaban más, y cuando le decía a la gente: “Tus pecados te son perdonados.” Entonces decían: “¿Quién es este hombre que perdona pecados si solamente Dios puede perdonar pecados?” Y se molestaban más con Jesús, y Cristo les decía: “Bueno, para que sepan que el Hijo del Hombre tiene poder, tiene autoridad para perdonar pecados, a ti te digo (o sea, al paralítico): levántate.”

Ahora, eso les molestaba más, porque entonces les probaba que sí, no solamente podía perdonar los pecados sino sanar a las personas, y ellos no podían. Siempre los que no pueden se ponen celosos y enojados con los que pueden. Eso es así en la mayor parte de las cosas de la vida.

En vez del que no puede, decir: “Enséñame, yo quiero aprender de ti para también poder hacer lo que tú haces, y así, pues no me voy a enojar contigo ni te voy a tener envidia, enséñame a trabajar como tú trabajas para yo obtener lo que tú obtienes, y yo me voy a poner de tu lado, voy a trabajar contigo para que tú tengas más.”

En vez de ponerse del lado de Jesús y decirle: “Nosotros te vamos a respaldar para que así Dios siga obrando a través de ti y nos bendiga a todos, y salga de aquí (de la tierra de Israel) la bendición para todas las naciones y nosotros respaldándote a ti.” Pero no lo hicieron así.

Ahora, vamos a continuar viendo lo de la vida de José. Ahora el verso 9, ya leímos el 8 donde decía:

Le respondieron sus hermanos: ¿Reinarás tú sobre nosotros, o señorearás sobre nosotros? Y le aborrecieron aun más a causa de sus sueños y sus palabras.

Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí.

Y lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti?

Y sus hermanos le tenían envidia.”

¿Ven? Ellos sus sueñitos que podían tener quizás eran sueños tontos, pero los que tenía José eran sueños de Profeta, sueños dados por Dios que tenían que ser cumplidos.

Y sus hermanos le tenían envidia, mas su padre meditaba en esto.”

Porque su padre, Jacob, era un Profeta también, y Jacob había tenido sueños proféticos también y había visto al Angel de Jehová, por lo tanto Jacob meditaba en estos sueños y podía pensar y decir: “Gracias a Dios que me ha salido un hijo Profeta.”

Ahora, la interpretación de ese sueño, que todos ellos se iban a inclinar delante de José, vean, están representados aquí los patriarcas en once estrellas; ¿pero no son doce patriarcas? Claro que sí, once patriarcas, once estrellas se iban a inclinar delante de uno de los patriarcas, delante de una estrella mayor: José.

Siempre, vean ustedes, Dios le habló a Abraham que su simiente, su descendencia sería como la arena que está frente al mar, que está en la orilla del mar (la playa), y que también sería como las estrellas del Cielo.

Tanto la simiente terrenal está representada en forma maravillosa como también la simiente espiritual, porque todos los creyentes en Cristo, los que son de la fe en Cristo son hijos de Abraham, esos son de la fe, de la fe de Abraham, y esos son estrellas, estrellas; por eso los Mensajeros de cada edad son tipificados en siete estrellas.

Pero vean, así como Jacob tenía doce patriarcas, eran doce estrellas; pero cuando José ve el sueño, solamente ve once estrellas inclinándose delante de él, y al sol y a la luna.

¿Por qué no ve doce? Porque él es la estrella que ellos están viendo, José ve once y ellos ven una, ven esa que está delante de ellos, delante de la cual ellos se están inclinando.

Cristo tiene en Su Iglesia siete estrellas, pero El dice: “Al que venciere, yo le daré la estrella de la mañana.” En Apocalipsis, capítulo 2, verso 28, y en Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, Cristo dice:

Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.”

Y ahora, Cristo ha hecho la promesa que le va a dar al Vencedor la Estrella de la mañana, o sea, que ese Vencedor va a recibir la estrella de la mañana, va a recibir a Cristo en Su Segunda Venida. Y eso es recibir a Cristo, el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, el Angel Fuerte que desciende del Cielo en Apocalipsis, capítulo 10, eso es recibir a Cristo, el Angel del Pacto, el Espíritu Santo, la Columna de Fuego, el Sello del Dios Viviente.

Y el que recibe el Sello del Dios Vivente está en Apocalipsis, capítulo 7, es el Angel que sube de donde nace el sol, el cual tiene el Sello del Dios Viviente, y viene para llamar y juntar ciento cuarenta y cuatro mil hebreos (doce mil de cada tribu).

Y ahora, encontramos que cuando el Rvdo. William Branham vio los Angeles que le aparecieron y lo arrebataron al Cielo, él vio siete y uno de ellos era muy diferente a los demás.

¿Por qué él ve siete? Porque el Rvdo. William Branham es uno de los siete Angeles de las siete edades; pero hay uno de los siete que él ve que es diferente a los demás, por lo tanto ese no pertenece a ninguna de las siete edades de la Iglesia.

Pero vean ustedes, si contamos los siete que él vio, más él (que está viendo los siete), ya hay ocho, los siete Angeles Mensajeros de las siete edades y hay otro Angel que era diferente a los demás, ese Angel es el que tiene la estrella resplandeciente de la mañana, ese es el Angel que tiene el Séptimo Sello.

Ahora, podemos ver que así como los patriarcas eran doce estrellas, una de esas estrellas era la estrella mayor: José, era Profeta, un hombre con las dos conciencias juntas, y era el hombre que había sido ordenado para la preservación de vida.

Ahora, encontramos que José representa a Cristo.

Ahora, Cristo fue vendido por cierta cantidad de piezas de plata como lo fue José. Encontramos que allá en Egipto Dios lo bendijo, y se sentó en una posición bien importante y recibió el sello del faraón, del rey, le fue entregado el sello, el anillo del rey, con el cual sellaba todos los documentos, y lo que era sellado con ese sello era válido y no podía ser invalidado.

Y Cristo cuando ascendió al Cielo victorioso y se sentó en el Trono de Dios y El es el que tiene el Sello de Dios, del Dios Vivo, el Espíritu Santo; y con el Espíritu Santo El sella a todos Sus hijos, a todas las personas que lo reciben como su Salvador; y toda persona que es sellada con el Sello del Dios Vivo, el Espíritu Santo, es sellado para vivir por toda la eternidad. En Efesios, capítulo 4, verso 30, dice:

Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.”

El Día de la Redención es el día en que Cristo resucitará a los muertos creyentes en El en cuerpos glorificados y nos transformará a nosotros los que vivimos, para ese día y para esa resurrección de los muertos en Cristo y transformación de nosotros los que vivimos, hemos sido sellados con el Sello del Dios Vivo, hemos sido sellados con el Espíritu Santo.

Y ahora, encontramos que Cristo está sentado en el Trono del Padre; y así como José llevaba a cabo todos los negocios del faraón, y nada se hacía, sino por orden de José, que era el que tenía el sello del rey, el sello del faraón, encontramos que nada se hace ni en la Tierra ni en el Universo sino lo que ordena Jesucristo nuestro Salvador desde el Trono Celestial, porque El se ha sentado en el Trono Celestial; y cuando se sienta alguien en un trono es para gobernar; y todo lo que se hace en esa nación lo ordena el que está sentado en el trono.

Y todo lo que se hace en el Universo completo es ordenado por que está sentado en el Trono, Jesucristo, que se ha sentado con el Padre en Su Trono.

Cristo cuando resucitó y luego apareció a Sus discípulos dijo: “Toda potestad me es dada en el Cielo y en la Tierra.” Por lo tanto, todo el Poder divino, toda la potestad divina la tiene Jesucristo nuestro Salvador, porque se ha sentado con el Padre en Su Trono.

Y ahora, encontramos que es Jesucristo el que está gobernando, reinando desde el Trono del Padre sobre toda la Creación, sobre todo el Universo.

El al sentarse - al ascender al Cielo victorioso y sentarse en el Trono del Padre recibió un Nombre que es sobre todo Nombre. El recibió un Nombre Nuevo; así como José, cuando ascendió a esa posición tan importante de gobernante y de padre de faraón (porque aquí dice José en lo que leímos que fue puesto por padre de faraón), y por señor y por gobernante. Y así ha sido Cristo colocado en el Reino Celestial de Dios y colocado en el Trono de Dios.

Y José recibió un nombre nuevo en el capítulo 41 del Génesis, vamos a ver aquí, ahí hay un misterio grande también en ese cambio de nombre. Dice, capítulo 41, verso... verso 38 en adelante, dice:

Y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios?”

¿Y acaso ha sido hallado otra persona como Jesús en quien ha estado el Espíritu de Dios en toda Su plenitud? No, por lo tanto no hubo otro mejor para sentarse en el Trono Celestial de Dios.

Y dijo Faraón a José: Pues que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay entendido ni sabio como tú (y para Dios no hay entendido ni sabio como Jesús, no lo hay).

Tú estarás sobre mi casa, y por tu palabra se gobernará todo mi pueblo; solamente en el trono seré yo mayor que tú.”

Y ahora, faraón colocó a José sobre su casa para que gobernara su casa, y en la casa del faraón solamente faraón era mayor que José, los demás eran menores, o menores que José, el único mayor que José era faraón, y el único mayor que Jesús es Dios, el Padre Celestial.

Y ahora, veamos aquí en Hebreos, capítulo 3, verso 5 al 6, donde dice:

Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir;

pero Cristo como hijo sobre su casa (¿ven?, así como faraón colocó a José sobre su casa para que gobernara sobre su casa, ahora Dios ha colocado sobre Su Casa, la Casa de Dios, a Jesús)... pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza.”

Y ahora, Cristo ha sido colocado como Gobernante, como Rey sobre la Casa de Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo; y Cristo es Gobernante de los Cielos y de la Tierra.

Por lo tanto, todo el Reino de Dios y toda la creación está sujeta a Jesucristo nuestro Salvador, El ha sido colocado en esa posición. Dice en Colosenses, capítulo 1, verso 15 en adelante:

El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.

Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.

Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;

y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia, él que es el principio, el primogénito de entre los muertos, para que en todo tenga la preeminencia;

por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,

y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.

Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha reconciliado.”

La reconciliación del ser humano con Dios es a través de Jesucristo nuestro Salvador, y la persona cuando recibe a Cristo como su Salvador está recibiendo la reconciliación con Dios, recibe a Cristo para ser reconciliado con Dios el ser humano.

También en Filipenses, capítulo 2 nos dice San Pablo en el verso 9 al 10 de Filipenses, capítulo 2, dice:

Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre,

para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra;

y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre.”

El Señor de todo, de toda la Creación es Jesucristo para la gloria de Dios.

Y ahora, así como ante José se doblaba toda rodilla, ante Jesús se dobla toda rodilla de los que están en el Cielo y de los que están en la Tierra.

Para que en el nombre de Jesús se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y en la tierra, y debajo de la tierra.”

También en Colosenses nos habló y en Efesios; en Colosenses, capítulo 3 también nos habla, pero vamos a ver lo que dice en Efesios, capítulo 1, verso 21, y 3, verso 15. Efesios, capítulo 1, verso 21, dice: “Sobre todo principado y autoridad...” Aquí hay que comenzar un poquito antes, dice capítulo 1, verso 17 en adelante, dice:

Para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él.”

¿Ven? Cada día la persona debe tener más conocimiento de Jesucristo nuestro Salvador por medio del Espíritu de revelación: “Os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él.”

Ese es el conocimiento que usted debe estar obteniendo cada día, no debe estancarse.

Alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado...”

O sea, para que sepamos para qué El nos llamó, para que sepamos qué hemos de recibir nosotros en Su Reino, para que sepamos toda la herencia que nos corresponde como hijos e hijas de Dios, para que sepamos que como coherederos con Cristo, herederos de Dios y coherederos con Cristo, hay una herencia, la cual nos pertenece porque somos hijos e hijas de Dios nacidos de nuevo, nacidos en el Reino de Cristo.

...Para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos.”

Tenemos que saber para qué El nos ha llamado, cuál es la esperanza que tenemos: tenemos la esperanza de una Vida eterna en un cuerpo nuevo, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado.

Tenemos la esperanza de la Vida eterna en cuerpos jóvenes y glorificados; tenemos la esperanza de estar como Reyes y Sacerdotes en el Reino de Cristo, gobernando con Cristo sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones, aquí en la Tierra y en el Universo completo.

Porque somos los miembros del gabinete de gobierno de Jesucristo nuestro Salvador, y somos también el gabinete del Orden Sacerdotal de Melquisedec; de ese Orden Jesucristo es el Sumo Sacerdote, y nosotros somos Sacerdotes con El de ese Orden Celestial del Templo Celestial.

Y así como el Reino Celestial (el Reino de los Cielos), el Reino de Dios va a ser establecido literalmente en la Tierra, por lo cual Cristo dijo a Sus discípulos (enseñándolos a orar) que oraran diciendo: “Venga tu Reino, hagase Tu voluntad como en el Cielo aquí en la Tierra, también aquí en la Tierra.”

También el Orden Sacerdotal de Melquisedec va a ser establecido aquí en la Tierra, y el Orden Judicial Celestial va a ser también establecido aquí en la Tierra. Todo eso en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador, que es el único Reino de Dios, es el único Reino reconocido en la Biblia como el Reino de Dios.

Por eso Cristo es el heredero al Trono de David, porque el Trono de David es el Trono terrenal de Dios que gobernó sobre el pueblo hebreo, y por consiguiente el Reino de David es el Reino de Dios en la Tierra, y será restaurado el Reino de Dios en la Tierra.

Por eso los discípulos antes de Cristo ascender al Cielo, en el capítulo 1 del libro de los Hechos le preguntan a Jesús: “¿Restaurarás tu el reino a Israel en este tiempo?” Por cuanto no era para ese tiempo, Cristo dijo: “No toca a vosotros saber los tiempos y las sazones, que el Padre puso en su sola potestad.”

Por lo tanto no era para ellos en aquel tiempo conocer esos misterios del Reino de Dios siendo restaurado, lo cual es el Reino de David siendo restaurado al pueblo hebreo.

Y ahora, continuamos aquí en Efesios, capítulo 1, verso 18, dice:

...y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos.”

Recuerden que los santos de los cuales habla la Escritura son los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo, el pueblo celestial de los santos de Dios es los miembros de la Iglesia de Jesucristo, es la Iglesia de Jesucristo con todos los redimidos por la Sangre de Cristo nuestro Salvador.

Esas son las personas celestiales, las cosas celestiales que con mejores sacrificios que los sacrificios de los animalitos serían limpiados, pues serían limpiados con el Sacrificio de Cristo y la Sangre de Cristo que El derramó en la Cruz del Calvario, las cosas celestiales son purificadas con una Sangre Celestial: la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador.

Y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza,

la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,

sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero.”

Y ahora, Cristo al ascender al Cielo victorioso se sentó en el Trono de Dios, a la diestra de Dios en lugares celestiales, sobre todo principado, sobre toda autoridad, sobre todo señorío, sobre todo poder. Todo poder, todo señorío, toda autoridad está sujeta a Cristo, el cual está a la diestra de Dios en el Trono de Dios.

También de esto habló Cristo... de esto fue de lo que le habló Cristo al sumo sacerdote cuando él preguntó si El era el Cristo, el Mesías, el Hijo de Dios, en San Mateo 26, verso 64, dice: “Jesús le dijo...” 63, dice:

Mas Jesús callaba. Entonces el sumo sacerdote le dijo: Te conjuro por el Dios viviente, que nos digas si eres tú el Cristo, el Hijo de Dios.

Jesús le dijo: Tú lo has dicho; y además os digo, que desde ahora veréis al Hijo del Hombre sentado a la diestra del poder de Dios, y viniendo en las nubes del cielo.”

Y ahora, veamos a Jesús, luego de ya estar sentado en el Trono de Dios, hablando en Apocalipsis, capítulo 3, verso 21,de esa bendición tan grande que El recibió cuando ascendió al Cielo victorioso y se sentó a la diestra de Dios. Dice capítulo 3, verso 20 al 21 del Apocalipsis:

He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.

Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.”

¿Ven? Aquí Cristo ya da, está dando testimonio de que ya El se sentó en el Trono del Padre.

Y ahora, El hace la promesa aquí para el Vencedor que abrirá la puerta y con el cual Cristo cenará: “Y cenaré con él y él conmigo.”

He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.”

Está la puerta del corazón que tiene que ser abierta de esa persona, y está la puerta de esa edad que tiene que ser abierta para Cristo entrar a esa edad; tiene que abrirse una puerta en este tiempo final en la Edad de la Piedra Angular. Esa es la puerta abierta en el Cielo para todos los escogidos de Dios, y Cristo es la Puerta.

La Segunda Venida de Cristo es la Puerta abierta para la Dispensación del Reino y para la Edad de la Piedra Angular, así como Cristo en Su Primera Venida es la Puerta abierta para la Dispensación de la Gracia.

Y ahora, el Vencedor, la promesa es que le dará Cristo que se siente con El en Su Trono, dice:

Le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.”

Cristo venció, obtuvo la victoria aquí en la Tierra y ascendió al Cielo victorioso y se sentó con el Padre Celestial en el Trono Celestial.

El Trono Celestial es el Trono del Padre, y solamente el Hijo de Dios podía sentarse en ese Trono con un cuerpo glorificado, tenía que obtener la victoria para poderse sentar en ese Trono con ese cuerpo glorificado.

Pero ahora, Cristo dice que El tiene un Trono, además del Trono Celestial del Padre hay otro Trono. ¿Que hay otro Trono además del Trono Celestial? Claro que lo hay. Vamos a marcar por aquí lo de José, porque todavía estamos aquí en lo de José.

Hay otro Trono y es llamado el Trono de Jesús... vamos a buscar otro Trono que pueda ser reconocido como Trono de Dios. En... Ya les voy a dar la Escritura de ese Trono, está en Primera de Reyes, capítulo 1, ahí nos habla de ese Trono, pero vamos a dejar... vamos a ver algo más, vamos a buscar Primera de Crónicas. En Primera de Crónicas, capítulo 28 y capítulo 29 también.

En el capítulo 28 de Crónicas, verso 5 en adelante, esto fue cuando Salomón heredó el Trono de David... comenzaremos un poquito antes, dice (verso 2):

Y levantándose el rey David, puesto en pie dijo: Oídme, hermanos míos, y pueblo mío. Yo tenía el propósito de edificar una casa en la cual reposara el arca del pacto de Jehová, y para el estrado de los pies de nuestro Dios; y había ya preparado todo para edificar.

Mas Dios me dijo: Tú no edificarás casa a mi nombre, porque eres hombre de guerra, y has derramado mucha sangre.

Pero Jehová el Dios de Israel me eligió de toda la casa de mi padre, para que perpetuamente fuese rey sobre Israel; porque a Judá escogió por caudillo, y de la casa de Judá a la familia de mi padre; y de entre los hijos de mi padre se agradó de mí para ponerme por rey sobre todo Israel.

Y de entre todos mis hijos (porque Jehová me ha dado muchos hijos), eligió a mi hijo Salomón para que se siente en el trono del reino de Jehová sobre Israel.”

¿Para que se siente en qué Reino o en qué Trono? En el Trono del Reino de Jehová sobre Israel.

El Reino de David y el Trono de David es el Trono del Reino de Jehová sobre Israel, es el Trono terrenal del Reino terrenal de Dios sobre el pueblo hebreo; pero el Trono Celestial es el Trono de Dios desde el cual toda la Creación es gobernada.

Y me ha dicho: Salomón tu hijo, él edificará mi casa y mis atrios; porque a éste he escogido por hijo, y yo le seré a él por padre.”

Y ahora vean, el que se siente en el Trono para Dios está escogido por Dios como Hijo de Dios, y para esa persona Dios es Su Padre, porque está tipificando a Cristo el Hijo de Dios. Por eso el Mesías es el Hijo de David, está tipificado en David, y está tipificado ¿en quién? En Salomón; por lo tanto el Mesías es el Hijo de David, es el Salomón mayor y es también el David mayor, porque se sentará en el Trono de David.

Y ahora, vamos a ver otra Escritura en el capítulo 29 de Primera de Crónicas, que está aquí cerquita del que ya leímos, dice versos 22 al 23 para no leer mucho:

Y comieron y bebieron delante de Jehová aquel día con gran gozo; y dieron por segunda vez la investidura del reino a Salomón hijo de David, y ante Jehová le ungieron por príncipe, y a Sadoc por sacerdote.

Y se sentó Salomón por rey en el trono de Jehová en lugar de David su padre, y fue prosperado; y le obedeció todo Israel.”

¿En qué Trono se sentó Salomón? Dice: “Y se sentó Salomón por rey en el Trono de Jehová en lugar de David su padre.”

David se había sentado en el Trono de Dios, de Jehová, el Trono de Dios de esta Tierra y en esta Tierra sobre el pueblo hebreo; por lo tanto el Reino de David era el Reino de Dios en esta Tierra sobre el pueblo hebreo, y el Trono de David era el Trono de Dios terrenal sobre el pueblo hebreo.

Y ahora, en Lucas, San Lucas, capítulo 1, vamos a ver al Angel Profeta de la revelación del libro de la verdad. San Lucas, capítulo 1, verso 30 en adelante, dice:

Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.

Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre Jesús.

Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;

y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.”

Y ahora, ¿quién es el heredero al Trono de David? Jesucristo, el Hijo de Dios que nacería a través de la virgen María.

Y ahora, siendo que el Trono de David corresponde a Cristo, el cual es el heredero, le corresponde el Reino de David, por lo tanto el Reino de David será restaurado y ese será el Reino Milenial de Cristo, el Hijo de David.

Y ahora, ese es el Trono de Jesucristo al cual El es heredero, ese es el Trono del cual Cristo dice: “Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi Trono, así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono.”

Por lo tanto habrá un Vencedor que se sentará con Cristo, a la diestra de Cristo en ese Reino Milenial, será el que estará a la diestra del Señor Jesucristo.

Recuerden que los Apóstoles vieron la Venida del Reino de Dios en el Monte de la Transfiguración, y luego Jacobo y Juan quisieron sentarse uno a la derecha y el otro a la izquierda, ahí no se le escaparía ninguna bendición; la que no agarraba uno la agarraba el otro, y la madre de ellos: Salomé (hermana de la virgen María), sería una mujer muy importante en ese Reino, teniendo sus hijos como el de la derecha (uno de ellos) y el de la izquierda (el otro).

Ahora, la diestra nos habla del poder, de la autoridad, por eso Cristo al sentarse a la diestra de Dios en el Trono de Dios podía decir: “Todo poder me es dado en el Cielo y en la Tierra.” Porque la diestra de Dios es el Poder de Dios; y en Cristo está todo el Poder de Dios.

Y ahora, Cristo ha prometido sentar al Vencedor a Su diestra; por lo tanto, la promesa de Apocalipsis, capítulo 2, verso 26 en adelante será cumplida con ese Vencedor, y dice así, capítulo 2, verso 26 al 27, dice:

Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin (¿ven? Es para el que esté en el fin del tiempo), yo le daré autoridad sobre las naciones,

y las regirá con vara de hierro, y serán quebrantadas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre.”

Como Cristo lo recibió del Padre y luego dijo: “Todo poder me es dado en el Cielo y en la Tierra.” Ahora, Cristo recibió todo el poder y autoridad del Trono de Dios celestial.

Y ahora, Cristo otorgará al Vencedor poder sin limitaciones, al Vencedor del Día Postrero que obtendrá la gran victoria en el Amor Divino y se sentará con Cristo en Su Trono (el Trono de David), y por consiguiente estará sentado a la diestra de Cristo, y por consiguiente le será concedido poder, autoridad sobre todas las naciones. Dice:

...Y las regirá con vara de hierro, y serán quebrantadas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre.”

¿Ven? Es paralelo a como sucedió con Cristo ascendiendo al Cielo y sentándose en el Trono del Padre y sentándose a la diestra de Dios, eso significa recibiendo todo el poder y autoridad de Dios para reinar, gobernar; por eso podía decir: “Todo poder y autoridad, todo poder me es dado en el Cielo y en la Tierra,” porque el Trono de Dios Celestial gobierna y tiene autoridad sobre el Cielo y la Tierra.

Ahora, el Trono de David está sujeto al Trono Celestial, es la representación en la Tierra del Trono Celestial.

Por lo tanto, Cristo va a transferir del Trono Celestial Poder y autoridad al Trono terrenal, al Trono de David, y va a darle autoridad al Vencedor, le va a dar autoridad sobre todas las naciones, así como Cristo, así como le dio Dios a Cristo poder y autoridad sobre los Cielos y la Tierra.

O sea, que ahí todo poder y autoridad fue conferido a Jesucristo nuestro Salvador, pero ahora Cristo va a conferir poder y autoridad al Vencedor en ese Reino: el Reino de David y Trono de David. O sea, que va a ser transferido poder y autoridad del Cielo, del Trono Celestial al Trono terrenal de Cristo, y va a dar poder y autoridad al Vencedor, al que se sentará con Cristo en Su Trono, al que estará a la diestra de Cristo.

Esta es la posición más alta en el Reino de Cristo. Como la posición más alta en el Cielo que Dios daría a una persona es la de sentarse en el Trono de Dios, y eso es estar sentado a la diestra de Dios.

Así, vean, es paralelo a lo que sucedió en el Cielo, es paralelo a lo que sucederá en la Tierra, en el Reino Milenial de Cristo; y aún más para que vean la forma paralela en que todo eso se mueve para que puedan tener un cuadro claro; miren el paralelismo cómo se mueve en todo el Programa de Cristo con Su Iglesia, en medio del Israel Celestial. En el capítulo 2, verso 17 del Apocalipsis, dice:

El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.”

Recuerden que es el Espíritu Santo, Cristo en Espíritu Santo el que está en medio de la Iglesia hablándole de edad en edad por medio del Mensajero de cada edad.

Al que venciere, daré a comer del maná escondido...”

¿Dónde estaba el maná escondido en el tabernáculo que construyó Moisés? En el lugar santísimo. ¿Dónde estará el Maná escondido de la revelación divina de la Segunda Venida de Cristo? En el Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Cristo.

Cuando se habla de una maná escondido, pues nadie se lo ha podido comer, porque está bien escondido, y la revelación del misterio de la Segunda Venida de Cristo, del misterio del Séptimo Sello, ha estado bien escondido, ¿dónde? En el Templo Espiritual de Cristo en el Lugar Santísimo.

Es la revelación del Séptimo Sello, esa es la revelación que dará a comer Cristo al Vencedor, y él la compartirá con todos los escogidos de Dios que estarán en la Edad del Lugar Santísimo, la Edad de la Piedra Angular.

Y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.”

Y ahora, la promesa es que también le dará una piedrecita blanca, ¿qué es eso? Es la piedra no cortada de manos que vio el Profeta Daniel cuando le interpretó el sueño al rey Nabucodonosor en el capítulo 2 del libro de Daniel.

La había visto en sueños el rey Nabucodonosor y también la vio el Profeta Daniel y supo el significado de esa piedra; esa piedra es la Segunda Venida de Cristo; y con la Segunda Venida de Cristo el reino de los gentiles llegará a su final y será establecido el glorioso Reino Milenial de Cristo nuestro Salvador.

La gran tribulación sacará de existencia el reino de los gentiles que estará gobernado por el anticristo y será establecido (luego de la gran tribulación), será establecido el glorioso Reino Milenial de nuestro amado Señor Jesucristo.

Es esa piedrecita que vio el Profeta Daniel no cortada de manos, que hiere a la imagen en los pies de hierro y de barro cocido y los desmenuza, y luego esa piedra crece y viene a ser un gran Reino que llena o que llenó toda la Tierra, porque el Reino de Cristo es un Reino que cubrirá el mundo entero. Es un imperio, y Cristo es el Rey. Un imperio, un Reino, que gobernará sobre el planeta Tierra completo y sobre toda persona que vive en la Tierra, y sobre las aves, los peces, los animales, o reptiles, sobre todo lo que estará sobre la Tierra, y sobre toda la vegetación también.

O sea, que bajo la dirección de ese Reino será que se trabajará la agricultura, se trabajará también todo lo que tenga que ver con la ganadería, con las aves, con los peces, la pesca también, todo, ¿por qué? Porque todo pertenece a ese Reino y será gobernado por el Reino de Jesucristo nuestro Salvador, nada quedará fuera.

Y ahora, esa piedrecita no cortada de manos es esa piedra blanca, esa piedrecita blanca que viene con un Nombre Nuevo; es la Segunda Venida de Cristo con un Nombre Nuevo. Como José cuando obtuvo la victoria y se sentó en esa posición como segundo en el reino del faraón, recibió un nombre nuevo.

En Génesis, capítulo 41, verso 45, dice:

Y llamó Faraón el nombre de José, Zafnat-panea...”

Y Zafnat-panea significa: “El que revela cosas secretas.” No dejen pasar por alto eso: “El que revela cosas secretas.”

Por consiguiente, donde esté ese nombre cosas secretas estarán siendo reveladas. Ahora, dice:

Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.”

La piedrecita blanca es la Segunda Venida de Cristo, y tiene un Nombre Nuevo que ninguno conoce, sino aquel que lo recibe, será el Vencedor el que recibirá esa piedrecita con ese Nombre Nuevo, y va a recibir ese Nombre que ninguno conoce sino aquel que lo recibe. No dice: “Y aquel que la recibe,” sino: “Aquel que lo recibe.” O sea que recibe ese Nombre Nuevo.

¿Que habrá un hombre que recibirá ese Nombre Nuevo? Si Cristo estuviera aquí le preguntaríamos y El nos contestaría, pero lo tenemos aquí en la Biblia.

Vamos a ver, ya la pregunta fue hecha, si El tiene un Nombre Nuevo o no lo tiene, pues ya aquí dice que la piedrecita blanca tiene un nombre nuevo.

Y ahora, vamos a ver si Cristo confirma que El tiene un Nombre Nuevo, y que El va a dar ese Nombre Nuevo a una persona, al que le dé la piedrecita blanca, el que recibe esa piedrecita blanca recibirá ese Nombre Nuevo, el que reciba a Cristo en Su Segunda Venida, el que reciba a Cristo, el Angel Fuerte que desciende del Cielo, el que reciba al Angel del Pacto, al Angel de Jehová, al Espíritu Santo en el Día Postrero.

Recuerden que la Primera Venida de Cristo, ¿qué fue? La Venida del Espíritu Santo, del Angel del Pacto en toda Su plenitud en carne humana en un cuerpo que El creó para llevar a cabo la Obra de Redención, y tenemos la promesa para el Día Postrero que el Espíritu Santo vendrá en carne humana, se hará carne en el Día Postrero.

Y ahora, vamos a ver aquí en Apocalipsis, capítulo 3, verso 12, si Cristo confirma que El tiene un Nombre Nuevo y qué va a hacer El con ese Nombre Nuevo. En Apocalipsis, capítulo 3, verso 12, dice:

Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios...”

O sea, que le va a hacer una persona bien importante, será el que estará a la diestra de Cristo; y esa es la posición más importante en el Reino de Cristo, como la posición más importante en el Cielo es el de la diestra de Dios, el que está a la diestra de Dios, y esa posición la tiene una sola persona: Jesucristo nuestro Salvador:

Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios (lo ha prometido, vean: Escribiré sobre él el Nombre de mi Dios...), y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.”

¿Tiene o no tiene Cristo un Nombre Nuevo? El lo dice, y si El lo dice nosotros con toda nuestra alma lo creemos, ¡Sí Señor, tú tienes un Nombre Nuevo! ¿Por qué? Porque El lo dice y nosotros creemos Su Palabra.

Y ahora, la cosa es que todo el mundo quiere saber, quiere conocer entonces cuál es ese Nombre Nuevo. Eso es lo más sencillo de todo. ¿Tenemos que ir al Cielo para preguntar, tenemos que ir al Cielo para ver cuál es el Nombre? Dice:

Y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.”

Si conseguimos esa persona, ese Vencedor ahí estará el misterio. Cristo dijo: “Yo he venido en Nombre de mi Padre.” Y el que vino en Nombre del Padre fue el que se sentó en el Trono de Dios. Para sentarse en el Trono de Dios tenía que tener el Nombre de Dios, para sentarse en el Trono de Dios tenía que ser el Hijo de Dios.

Y ahora, para sentarse en el Trono de Cristo el Vencedor tiene que ser un hijo de Cristo, tiene que ser un miembro de la Iglesia de Jesucristo, tiene que ser uno de los hijos de Jesucristo y tiene que ser un Profeta Mensajero dispensacional, porque el que se sentó en el Trono de Dios en el Cielo cuando estuvo en la Tierra era un Profeta dispensacional, tenía las dos conciencias juntas.

Y ahora, el que se sentó en el Trono de Dios tuvo que obtener la victoria y tuvo que en El estar la plenitud de Dios, tuvo que el Espíritu de Dios obrar por medio de El y cumplir el Programa Divino correspondiente a aquel tiempo, aquel tiempo mesiánico, fue el que vino después de Juan el Bautista.

Juan le preparó el camino, el Mensaje de Juan fue el fundamento, Juan puso el fundamento con su Mensaje y después apareció Jesús.

Juan decía: “Después de mí viene uno, un hombre, un varón del cual yo no soy digno de desatar la correa de su calzado.” Por lo tanto tenía al pueblo esperando a un hombre que viniera después de Juan el Bautista.

Y ahora, Cristo obra en forma paralela a como el Padre obró. Por lo tanto para poder comprender todo el Programa Divino que Dios ha estado llevando a cabo y el que llevará a cabo en este tiempo, conseguimos en el Antiguo Testamento el tipo y figura, y estando el tipo y figura allá veremos cómo todo se va a mover acá, y podremos ver cómo estará obrando Cristo, estará obrando ¿cómo? Como el Padre obró; como el Padre obró así obrará Cristo, porque vean El dice:

Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.”

¿Ven? En la misma forma, y también dice:

Al que venciere, yo le daré autoridad sobre las naciones, y las regirá con vara de hierro, así como yo he recibido de mi Padre.”

¿Ven? Es la misma forma, por lo tanto es - El obra en forma paralela a como obró el Padre con Jesús, obrará Jesús con el Vencedor del Día Postrero.

Y ahora, así como el Padre colocó Su Nombre en Su Hijo Jesús, porque todo hijo viene en el nombre de su padre, y el hijo que va a ser adoptado pues tiene que venir en el nombre del que lo va a adoptar: su padre.

Y ahora, en la misma forma Cristo ha prometido hacer, ahora El dice: “Escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.”

Ese Nombre Nuevo está prometido para ser revelado en este tiempo final.

El Séptimo Sello que es la Segunda Venida de Cristo será revelada, manifestada y conocida con un Nombre Nuevo, porque esa Piedrecita Blanca, la cual es dada al Vencedor tiene un Nombre Nuevo que ninguno conoce sino aquel que lo recibe; por lo tanto el que lo recibe es el que podrá revelar estas cosas. Zafnat-panea: “El que revela cosas ocultas.”

Lo más oculto de Dios y de los misterios de Dios es la Segunda Venida de Cristo con un Nombre Nuevo. Ese es el secreto más grande de todos los secretos.

Ya la Primera Venida de Cristo no es un secreto, ya se cumplió y ha sido dada a conocer por medio de la predicación del Evangelio de la Gracia, por medio de la predicación del Evangelio del Reino es que se estará dando a conocer en este tiempo final el misterio de la Segunda Venida de Cristo y Su Nombre Nuevo.

Y los Truenos de Apocalipsis, capítulo 10, que es la Voz de Cristo clamando como cuando ruge un león y siete Truenos emitiendo sus voces, es lo que revela el Séptimo Sello, revela el misterio del Séptimo Sello, revela el misterio de la Segunda Venida de Cristo como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo y con un Nombre Nuevo.

Ahora, todo eso tanto... vamos a dejarlo ahí, les iba a citar algo, pero quedaría muy abierto ese misterio y no conviene por ahora; pero recuerden que todo está en la Biblia, pero todo lo oculta Dios y lo revela cuando El desea revelarlo. Eso está en Deuteronomio, capítulo 29,verso 29 ahí, ahí El dice algo, dice:

Las cosas secretas pertenecen a Jehová nuestro Dios.”

¿Y cómo pueden ser reveladas las cosas secretas? Por medio de los Profetas de Dios a los cuales Dios les revela esas cosas secretas y ellos la dan a conocer a las personas.

Y para el Día Postrero donde esté el Nombre de la piedrecita blanca, ahí está el Nombre del que revela las cosas secretas que están prometidas para ser reveladas en este tiempo final.

El Séptimo Sello está prometido para ser revelado en este tiempo final, que es el misterio de la Segunda Venida de Cristo con un Nombre Nuevo; y así por el estilo hay otras cosas que le siguen al misterio de la Segunda Venida de Cristo. Pero el misterio más grande es la Segunda Venida de Cristo, y alrededor de la Segunda Venida de Cristo giran todas las demás cosas, el eje principal es la Segunda Venida de Cristo para este tiempo final, y las demás cosas pues van a girar alrededor de la Segunda Venida de Cristo, todas las demás profecías serán cumplidas alrededor de la Segunda Venida de Cristo. Sigue diciendo:

Mas las reveladas son para nosotros y para nuestros hijos para siempre, para que cumplamos todas las palabras de esta ley.”

Y ahora, las reveladas son para nuestros hijos, para nosotros y para nuestros hijos. ¿Y cómo vinieron las reveladas? Por medio del Espíritu de Dios a través de los Profetas. Y si hay otras cosas secretas de Dios para ser reveladas al pueblo tienen que venir en el mismo orden: por medio de Profetas.

Por lo tanto, para el tiempo final siendo que hay promesa de que Dios revelará a Su Iglesia y después al pueblo hebreo el misterio del Séptimo Sello, el misterio de la Segunda Venida de Cristo, tiene que haber un Profeta Mensajero dispensacional en medio de la Iglesia de Jesucristo y después en medio del pueblo hebreo, para las cosas secretas de Dios ser reveladas en este tiempo final, las cosas secretas correspondientes a este tiempo final. Y solamente por medio de ese instrumento es que podrán ser reveladas estas cosas.

Nadie podrá recibir revelación propia suya, a menos que sea por medio de ese instrumento de Cristo.

Ahora en Apocalipsis, capítulo 4, verso 1, dice:

Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo (aquí tenemos la Voz de Cristo como una Trompeta, una Gran Voz de Trompeta) ...y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.”

Las cosas que sucederán después de las que ya han sucedido durante las siete edades o etapas de la Iglesia, las cosas que sucederán después de las que ya han sucedido en estos dos mil años aproximadamente de Cristo hacia acá.

Ahora hay cosas que tienen que suceder en este tiempo final, y Cristo ha prometido darlas a conocer, para lo cual nos llama a subir más arriba de la séptima edad de la Iglesia, nos llama a subir a la Edad de la Piedra Angular, porque es ahí donde El estará velado y revelado dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.

Cristo, el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, el Espíritu Santo estará velado y revelado a través de carne humana en el último Profeta Mensajero que será un Profeta dispensacional y que estará en la Iglesia del Señor Jesucristo, el cual recibirá las grandes bendiciones de Dios.

Tiene que ser un hijo de Dios para poder obtener la bendición de que Cristo escriba sobre él el Nombre de nuestro Dios, de la ciudad de nuestro Dios y también Su Nombre Nuevo, para que pueda ser escrito el Nombre Nuevo que trae la piedrecita blanca, que trae Cristo en Su Segunda Venida.

Cristo, la piedrecita blanca, Cristo, el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, el Espíritu Santo viniendo en el Día Postrero viene con un Nombre Nuevo.

Ahora, ¿cómo es que vamos a conocer todas estas cosas? En el capítulo 22, verso 6, dice:

Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.”

¿Para qué ha enviado a Su Angel? Para mostrar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto; esa es la forma en que la Iglesia del Señor Jesucristo conocerá todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final.

Ese Angel del Señor Jesucristo que le dio a Juan el Apóstol la revelación del Apocalipsis, dice el Rvdo. William Branham que es un Profeta, fue un Espíritu de Profeta, un hombre en la dimensión sexta, un hombre de la sexta dimensión, un Profeta en su cuerpo teofánico angelical el que le dio a Juan la revelación del Apocalipsis.

Ese es el portador de la revelación de Jesucristo y ese es el que para este tiempo final Cristo envía a Su Iglesia, para darle a conocer a la Iglesia todas estas cosas que deben suceder pronto.

Porque en ese Angel Mensajero así como Cristo en Espíritu Santo se veló y se reveló a través de cada Angel Mensajero del pasado, como lo hizo también en el Antiguo Testamento, por medio de los Profetas se veló y se reveló y después en toda Su plenitud en Jesús, luego Cristo en Espíritu Santo se ha velado y se ha revelado por medio de los Angeles Mensajeros de edad en edad.

Para el Día Postrero se velará y se revelará a través de Su Angel Mensajero. Y por medio de ese Angel Mensajero le dará a conocer a la Iglesia todas las cosas que deben suceder pronto en este tiempo final.

Por medio de ese Angel Mensajero será que el Espíritu Santo estará trayendo el último Mensaje para la raza humana, porque será el Mensaje del Evangelio del Reino en el cual estarán revelados todos los misterios correspondientes a la Dispensación del Reino.

Ahí estará revelado el misterio del Séptimo Sello, el misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, y por consiguiente en ese Angel estará escrito el Nombre, en este Angel es en el cual Cristo escribirá el Nombre de nuestro Dios, de la ciudad de nuestro Dios y Su Nombre Nuevo.

Ese es el Angel que recibe la piedrecita blanca, la Segunda Venida de Cristo con un Nombre Nuevo, ese es el Angel que recibe a Cristo en Su Segunda Venida; y por consiguiente los escogidos de la Edad de la Piedra Angular también recibirán a Cristo en Su Segunda Venida, y todos seremos transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Dice en Apocalipsis o en Filipenses, capítulo 3, verso 20 al 21:

Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;

el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.”

¿Para qué es la Segunda Venida de Cristo? Para nuestra transformación, para la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos.

Y ahora, la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, la fe de Rapto, gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo, alrededor del Séptimo Sello.

Así como la fe para recibir una transformación interior, espiritual gira alrededor de la Primera Venida de Cristo como Cordero de Dios en Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario.

Y por medio de la predicación del Evangelio de la Gracia obtenemos esa revelación, obtenemos ese conocimiento y recibimos a Cristo como nuestro Salvador y confesamos a Cristo nuestros pecados, Cristo nos ha perdonado, nos ha limpiado con Su Sangre de todo pecado, hemos sido bautizados en agua en Su Nombre, y hemos recibido Su Espíritu Santo, y hemos obtenido el nuevo nacimiento y hemos obtenido un cuerpo angelical teofánico, hemos obtenido una transformación interior, en donde hemos obtenido un cuerpo angelical teofánico, como el cuerpo angelical de Cristo.

Y con la revelación del Séptimo Sello, la revelación de la Segunda Venida de Cristo obtendremos la fe, la revelación para ser transformados y obtener un cuerpo físico, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, como el cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador.

Ahora, hemos visto estos misterios divinos correspondientes a este tiempo final. ¿Y quién es el que revela los misterios ocultos, los misterios ocultos de Dios? Cristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia.

Pero tiene que tener un instrumento al cual revelárselos y ungirlo con Su Espíritu, para que hable ungido con el Espíritu Santo y sea el Espíritu Santo el que hable a través de El todos estos misterios ocultos de Dios, para así que tengamos la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Cristo ha sido el Enviado para la preservación de vida, por eso El vino y murió en la Cruz del Calvario. Cristo es nuestro José mayor en el cual se cumplió todo lo que fue reflejado en José, el hijo de Jacob.

Cristo en Su Primera Venida es nuestro José para la preservación de vida, y ha traído preservación de vida espiritual para que tengamos vida espiritual; y Cristo en Su Segunda Venida es nuestro José para la preservación de la vida física en cuerpos físicos, glorificados.

El es el preservador de la vida porque El es la Vida eterna; por lo tanto la gloria la damos ¿a quién? A Jesucristo nuestro Salvador que es nuestro José mayor y El es el preservador de la Vida eterna espiritual y física para todos los creyentes en El. El es el enviado para preservación de vida; no de vida temporal sino de Vida eterna.

Por eso es tan importante que todo ser humano que quiera preservar su vida para toda la eternidad lo reciba como su Salvador, porque Cristo es el Preservador de la Vida eterna para todo ser humano.

Ninguna persona puede preservar su vida para toda la eternidad porque ninguna persona de sí mismo tiene Vida eterna, solamente tenemos vida temporal que no nos dura en estos cuerpos mortales, casi nunca llega a 100 años.

Son pocos los que pasan de 100 años, y llegar a 100 años eso es llegar con mucho esfuerzo, y pasar de 100 años es llegar, continuar con más esfuerzos en la vida, porque esa es la clase de vida que hemos obtenido desde la caída del ser humano hacia acá.

Pero toda persona que quiera preservar su vida, quiera preservar su alma con Vida eterna, necesita al Preservador de la Vida eterna, que es Jesucristo nuestro Salvador.

No busque a otra persona, es Jesucristo nuestro Salvador, por eso El fue enviado por el Padre para preservación de vida para todo ser humano, El es el que puede preservar la vida de la persona para toda la eternidad.

El que oye mi Palabra y cree al que me ha enviado tiene Vida eterna y no vendrá a condenación mas pasó de muerte a vida. Pero el que no lo recibe ya es condenado, porque no creyó en el unigénito hijo de Dios.”

Ahora vean, en San Juan, capítulo 3, verso 13 en adelante, dice:

Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.

Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así es necesario que el Hijo del Hombre sea levantado,

para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”

La única forma de evitar que el ser humano se pierda es creyendo en Jesucristo nuestro Salvador, la única forma de usted evitar perderse, perder la vida, es recibiendo a Cristo, la única forma que hay para usted vivir eternamente, para que su alma no se pierda sino que viva eternamente, la única solución es Jesucristo, esa es la solución para la preservación de la Vida eterna para el alma del ser humano.

Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.

Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.

El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.”

Y ahora, es un asunto de creer o no creer; creer para tener Vida eterna, Vida eterna que Cristo le otorga a los creyentes en El; el que no cree, pues no tiene Vida eterna porque ningún ser humano de sí mismo tiene Vida eterna, solamente Cristo tiene Vida eterna porque El es la Vida eterna. Y solamente los que lo reciben son los que reciben Vida eterna de parte de Jesucristo.

Cristo dice en Apocalipsis, capítulo 22, verso 16:

Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.”

El Angel Mensajero del Señor Jesucristo viene para dar testimonio de todas estas cosas en las Iglesias, viene dando testimonio de Cristo y de toda la Obra de Cristo que El realizó en Su Primera Venida, y de la Obra que ha estado realizando en medio de Su Iglesia y de la Obra que está realizando en este tiempo final, y de la Obra que El realizará más adelante.

El viene con toda la revelación de Jesucristo para dar testimonio de todas estas cosas en las Iglesias, él viene para dar a conocer todas las cosas que han de suceder pronto en este tiempo final, porque él viene revelando las cosas secretas de Dios.

Por eso, así como el nombre de José, el nuevo nombre que recibió significa: “El que revela cosas ocultas.” El Nombre que tendrá ese Mensajero tendrá que ver con la revelación de las cosas ocultas y tendrá que ver con todo el programa correspondiente a este tiempo final.

Por lo tanto, él estará dando testimonio de Cristo, porque el Espíritu Santo en El estará dando testimonio de Jesucristo nuestro Salvador.

Y él estará revelando al pueblo de Dios todo el Programa Divino correspondiente a este tiempo final en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, y así seremos preparados para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

ENVIADO PARA PRESERVACIÓN DE VIDA.”

¿Quién es el enviado para preservación de vida? Nuestro amado Señor Jesucristo.

Su Primera Venida y Su Segunda Venida es para preservación de vida, para que tengamos Vida eterna primero espiritual, y luego en Su Segunda Venida nos dará Vida eterna física también, en un cuerpo físico, glorificado, eterno, inmortal, incorruptible, como el cuerpo glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo.

Por lo tanto, los que han recibido a Cristo como su Salvador, han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo, han sido bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y han recibido Su Espíritu Santo, han nacido en el Reino de Cristo, han nacido en la Iglesia de Jesucristo, tienen un cuerpo angelical teofánico y recibirán en este tiempo final un cuerpo físico glorificado también.

Y ahora, ¿dónde están esas personas? (Nota - Los presentes responden: “¡Amén!”) Estamos aquí.

Y ahora, los que faltan de recibir a Cristo como su Salvador, faltan de ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, para Cristo bautizarlos con Su Espíritu Santo y así obtener el nuevo nacimiento y nacer en el Reino de Cristo.

Por lo tanto, los que todavía no han recibido a Cristo como su Salvador, recuerden recibimos a Cristo para obtener el perdón de nuestros pecados y para recibir el Espíritu Santo y obtener el nuevo nacimiento y nacer en el Reino de Cristo, y así confirmar nuestro lugar en la Vida eterna, para vivir eternamente con Cristo en Su Reino.

Por lo tanto, los que no lo han recibido todavía (a Cristo) como su Salvador, pueden levantar sus manos para orar por ustedes y así Cristo les reciba, les perdone, les salve, y sean bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo para que Cristo los bautice con Espíritu Santo y Fuego y obtengan el nuevo nacimiento.

Pasaré al Rvdo. Miguel Bermúdez Marín para que ore por todas las personas que quieren recibir a Cristo como su Salvador, para que Cristo los perdone, los salve y los bautice con Su Espíritu Santo, y así nazcan de nuevo, porque el que no nazca de nuevo no puede entrar al Reino de Dios.

ENVIADO PARA PRESERVACIÓN DE VIDA.”

Ese ha sido nuestro tema, y el enviado para preservación de vida ha sido nuestro amado Señor Jesucristo.

En Su Primera Venida vino para preservación de vida y en Su Segunda Venida es para preservación de vida física para todos los hijos e hijas de Dios.

Muchas gracias por vuestra amable atención amados amigos y hermanos presentes, y los que a través de esta conferencia en video están escuchando.

Dejo nuevamente al Rvdo. Miguel Bermúdez Marín para continuar, y orar por todas las personas que levantarán sus manos para recibir a Cristo como su Salvador. Y también las personas que se habían apartado de Cristo, en esta ocasión vengan de nuevo a Cristo para que Cristo les restaure en Su Iglesia, levantando también sus manos y nuestro hermano Bermúdez orará por ustedes también.

Ya tenemos al Rvdo. Miguel Bermúdez Marín para orar por todos los que quieren recibir a Cristo como su Salvador y ser reconciliados con Dios.

Que Dios les continúe bendiciendo a todos y les guarde, y con nosotros el Misionero, Rvdo. Miguel Bermúdez Marín.

ENVIADO PARA PRESERVACIÓN DE VIDA.”

(NOTA - Smog: Niebla baja con hollines, humos y polvos en suspensión que cubren grandes extensiones por encima de las ciudades, producidos por las fábricas y el humo de los autos).