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| Palabras de saludo de bienvenida | 2002-06-24 | 1 | Monterrey | Nuevo León | MX | 00:00:00 | false |
Muy buenas tardes, a todos los presentes; es para mí una bendición grande estar nuevamente con ustedes, para compartir con ustedes unos días alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Reciban todos saludos de mi esposa Erica, y también de mis niñas América y Yahannah Gabriela.
En esta gira esperamos grandes bendiciones de parte de Cristo, porque El ha prometido grandes bendiciones para nosotros para este tiempo final, por eso estamos esperando grandes bendiciones de parte de Jesucristo, nuestro Salvador; por lo tanto lo creemos con toda nuestra alma, y se materializarán para nosotros en estos días.
Y que Dios les use grandemente a ustedes llevando el Mensaje por todos los lugares, llevando también las invitaciones para que estén en las actividades que hemos de tener en estos días, y que Dios traiga a los pies de Cristo muchas personas escritas en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero; y les use a ustedes para llevárles el Mensaje, llevárles las invitaciones para estas actividades, para que así les cuente a ustedes toda esa labor, y sean ustedes instrumentos de Cristo nuestro Salvador.
Desde el Día de Pentecostés hacia acá comenzó una resurrección espiritual, el alma de seres humanos siendo resucitados y siendo colocados en Vida, y en la Vida eterna. Y todavía sigue la resurrección espiritual llevándose a cabo. Por eso San Pablo dice en Efesios, capítulo 5, verso 14:
“Despiértate, tú que duermes,
Levántate de entre los muertos,
Y te alumbrará Cristo.”
Porque Cristo es la Luz del mundo, y Cristo dice: “Yo Soy la Luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas, mas tendrá la Luz de la Vida, la Lumbre de la Vida eterna.” Ese es Jesucristo nuestro Salvador.
Por lo tanto, el que sigue a Cristo tiene la Luz de la Vida eterna, y obtiene el cuerpo angelical al obtener el nuevo nacimiento, al recibir el Espíritu Santo, y tiene así la Luz de la Vida, y vive despierto en los días que le toca vivir, vive despierto viendo la Obra maravillosa de Jesucristo en nuestro tiempo; y viendo también la Obra que ha hecho de edad en edad en el pasado, y viendo la Obra que hizo en Su Primera Venida, y viendo también la Obra que hizo en el Antiguo Testamento; porque en toda la Biblia, el Antiguo y Nuevo Testamento, la Obra la hace uno solo: JESUCRISTO NUESTRO SALVADOR, que es el Angel de Jehová, el Angel del Pacto en el Antiguo Testamento y en el Nuevo es Jesucristo; y El está en Espíritu Santo en medio de Su pueblo, Su Iglesia.
La Columna de Fuego, Jesucristo, el Espíritu Santo, es el que hace la Obra. Por eso en Zacarías, capítulo 4, dice que no es con ejércitos ni es con fuerza, sino con mi Espíritu, ha dicho Jehová de los Ejércitos, ha dicho el Señor.” Y la Obra de nuestra resurrección es una Obra no de ejércitos terrenales, no de hombres, sino del Espíritu de Dios, trayendo a Redención todas esas almas de Dios que estaban perdidas, pero que estaban con Dios antes de la fundación del mundo; porque Cristo vino a buscar y a salvar ¿qué? lo que se había perdido; y viene a resucitar espiritualmente el alma de cada persona que tiene su nombre escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero; una resurrección espiritual primero, para después traer una resurrección física, para los creyentes en Cristo; y los que permanezcamos vivos hasta ese momento, entonces no tendremos que ver muerte, sino que seremos transformados.
Así que podemos ver esta resurrección tan grande espiritual que comenzó el Día de Pentecostés, y podemos ver cómo ha llegado a nosotros también, para luego recibir una resurrección física los muertos creyentes en Cristo, pero han tenido una resurrección espiritual. Y los que creímos si permanecemos vivos, entonces seremos transformados, y entonces tendremos un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible, y despertaremos a la Vida eterna física; y eso es una resurrección física; aunque sea una transformación que obtengamos, pero eso será como morir tan rápidamente y luego resucitar, como en un abrir y cerrar y ojos, o un abrir de ojos que es más rápido; porque abrir y cerrar toma el tiempo de cerrar los ojos y después abrirlos; pero un abrir: ya los ojos están cerrados, por lo tanto es un abrir de ojos, ya despertaremos en la eternidad con cuerpos eternos; y entonces veremos a Jesucristo nuestro Salvador en Su cuerpo glorificado, y entonces veremos que nosotros seremos como El y El como nosotros; porque entonces tendremos la misma clase de cuerpo físico glorificado, que el que tiene nuestro amado Señor Jesucristo. Eso es para ustedes adultos, para ustedes jóvenes y para ustedes niños también.
América me decía hace algún tiempo atrás, hace algunos años, en la madrugada que fue a la oficina donde yo estaba estudiando, eso como a las 2:00 a 4:00 de la mañana; se levantó de la cama y fue donde yo estaba estudiando, y me dice: “Papi, yo quiero decirte algo.” Me toca la puerta (como siempre lo hace), y me dice, me pregunta: “Papi, ¿puedo entrar?” Le digo: “Sí.” Entra y me dice: “Papi quiero decirte algo, quiero decirte algo.” Y yo le pregunto: “¿Y qué es América?” Me dice: “Tú vas a ser transformado, y luego yo voy a ser transformada; tú vas a tener un cuerpo jovencito, y yo también voy a tener un cuerpo jovencito, ya no voy a ser una nenita como soy ahora, voy a ser una jovencita.”
¿Ven? Hasta los niños entienden esto, porque han recibido una resurrección espiritual y están esperando una física, si parten; o una transformación si permanecen vivos hasta que llegue ese momento. América pues cree que va a ser transformada, no va a morir y a resucitar, sino a ser transformada; y así también los niños lo creen: van a ser transformados y van a tener un cuerpo jovencito como de 18 a 21 años de edad.
Por lo tanto, cuando llegue ese momento, pues nuestros niños serán los únicos niños que habrán pasado de niñitos a jóvenes en un momento, en un abrir de ojos.
Bueno, queremos las bendiciones que Dios tiene para ustedes niños, y también para ustedes jóvenes, para ustedes adultos, y para los ancianos también.
Así que, adelante sirviendo a nuestro amado Señor Jesucristo, y ...... en lo que van a hacer ahora de ir llevando las invitaciones y literatura también: que Dios les bendiga y los use grandemente en esa labor, que sea prosperada vuestra labor, y que Dios los use grandemente en Su Obra. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Y que también nos dé Su Palabra todos estos días, nos abra las Escrituras, y la lleve directamente al alma de todos los oyentes, al corazón directo de todos los oyentes que estarán presentes, y los que estarán a través de diferentes medios de comunicación, y los que luego verán esas conferencias a través de videos. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Bueno, nuevamente nuestro hermano Bermúdez con nosotros para finalizar nuestra parte en esta ocasión.
Que Dios les bendiga y pasen todos muy buenas tardes.
“PALABRAS DE SALUDO: BIENVENIDA.”