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El Brazo fuerte de Jehová 2002-04-14 1 Bogotá D.C. Cundinamarca CO 00:00:00 false

Muy buenos días, amados amigos y hermanos presentes; es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Reciban todos saludos de mi esposa Erica y también de mis niñas América y Yahannah Gabriela.

Para esta ocasión leemos en Isaías, capítulo 53, y luego San Mateo, capítulo 11, versos 25 al 27. Primero Isaías, capítulo 53, versos 1 en adelante, donde dice:

¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?

Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos.

Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.

Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.

Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.

Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.

Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.

Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.

Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.

Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.

Por tanto, yo le daré parte con los grandes, y con los fuertes repartirá despojos; por cuanto derramó su vida hasta la muerte, y fue contado con los pecadores, habiendo él llevado el pecado de muchos, y orado por los transgresores.”

Y ahora pasamos a San Mateo, capitulo 11, versos 25 en adelante (25 al 27), donde dice:

En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños.

Sí, Padre, porque así te agradó.

Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Nuestro tema para esta ocasión es: “EL BRAZO FUERTE DE JEHOVA.”

EL BRAZO FUERTE DE JEHOVA.”

Tomamos ese tema del capítulo 53, verso 1 de Isaías (el cual leímos ya): “¿Quién ha creído a nuestro anuncio? ¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?”

EL BRAZO FUERTE DE JEHOVA.”

Ahora, para poder comprender el tema: “EL BRAZO FUERTE DE JEHOVA,” tenemos que comprender que toda persona cuando tiene una persona muy importante, la cual es la persona más importante que tiene, siempre se dice: “Este es mi brazo derecho, mi mano derecha.”

Y ahora, la diestra de Dios, la mano derecha de Dios, es Cristo, el Angel de Jehová, el Angel del Pacto.

Así como un hombre que tenga a una persona como su mano derecha, le encomienda a esa persona sus negocios porque ése es su mano derecha (esa persona).

Y ahora, vamos a ver la mano derecha de Dios, que ya sabemos que es Jesucristo nuestro Salvador. Vamos a ver Dios colocando en la persona más importante para Dios, que es Cristo, colocando en El los negocios divinos.

En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.”

Eso está en San Juan, capítulo 1, verso 1 en adelante:

En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.

Este era en el principio con Dios.

Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.

En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.

La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.

Hubo un hombre enviado de Dios...”

Ahora vean, ¿todas las cosas por quién fueron hechas? Por El, el Verbo que era con Dios y era Dios. Sigue diciendo:

Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan.

Este vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él.

No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz.

Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.”

¿Y cómo venía la Luz, el Verbo?, ¿el que creó todas las cosas cómo venía a este mundo? Venía en carne humana, se iba a hacer hombre entre los seres humanos; y así Dios iba a emparentar con la raza humana, iba a venir a ser Pariente Redentor de la raza humana, para poder llevar a cabo la Obra de Redención del ser humano.

Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.

En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.

A lo suyo vino (o sea, al pueblo hebreo), y los suyos no le recibieron.

Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;

los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.

Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros —entre los seres humanos, en medio del pueblo hebreo— (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.” Leí hasta el verso 14 de San Juan, capítulo 1.

Y ahora, continuamos leyendo, dice:

Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo.

Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.

Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.

A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.”

A Dios nadie le vio jamás. Nos dice también la Escritura allá para el tiempo de Moisés, en el capítulo 33, verso 18 en adelante, dice (del Exodo):

El (o sea, Moisés)... El entonces dijo: Te ruego que me muestres tu gloria.

Y le respondió (o sea, le respondió Dios): Yo haré pasar todo mi bien delante de tu rostro, y proclamaré el nombre de Jehová delante de ti; y tendré misericordia del que tendré misericordia, y seré clemente para con el que seré clemente.

Dijo más: No podrás ver mi rostro; porque no me verá hombre, y vivirá (porque nadie ha visto a Dios y nadie puede ver a Dios).

Y dijo aún Jehová: He aquí un lugar junto a mí, y tú estarás sobre la peña;

y cuando pase mi gloria, yo te pondré en una hendidura de la peña, y te cubriré con mi mano hasta que haya pasado.

Después apartaré mi mano, y verás mis espaldas; mas no se verá mi rostro.”

Ahora, vean cómo Moisés quiso ver a Dios y Dios le dijo que no podía verlo. Pero le dijo: “Yo te voy a colocar mi mano sobre ti, y vas a estar colocado sobre la peña y yo pasaré proclamando el Nombre de Jehová, y cuando haya pasado entonces tú vas a ver mi espalda, porque entonces yo quitaré mi mano de sobre ti y entonces podrás ver mi espalda.” Por lo tanto, Moisés vería a Dios en la forma de un hombre, vería la espalda de Dios, la espalda de un hombre que pasaría frente a Moisés.

Ahora, ¿cómo sería este hombre que pasaría frente a Moisés y Moisés vería la espalda de este hombre? Este Personaje se encuentra aquí en el libro del Génesis, capítulo 32, el cual le apareció a Jacob. Dice, capítulo 32, versos 24 en adelante... esto fue cuando Jacob estaba orando a Dios antes de pasar a ver a su hermano; pues Jacob venía de Padan-aram con toda su familia y todas sus ovejas y todos sus ganados, y ahora tenía que encontrarse con su hermano Esaú, el cual había dicho que lo iba a matar, el cual había dicho así por cuanto Jacob había recibido la Bendición de la Primogenitura, y Esaú o Saú, Esaú quería esa bendición pero ya él la había perdido.

Ahora, veamos capítulo 32, verso 24 en adelante del Génesis, dice:

Así se quedó Jacob solo; y luchó con él un varón hasta que rayaba el alba.

Y cuando el varón vio que no podía con él, tocó en el sitio del encaje de su muslo, y se descoyuntó el muslo de Jacob mientras con él luchaba.

Y dijo: Déjame, porque raya el alba. Y Jacob le respondió: No te dejaré, si no me bendices.

Y el varón le dijo: ¿Cuál es tu nombre? Y él respondió: Jacob.

Y el varón le dijo: No se dirá más tu nombre Jacob, sino Israel; porque has luchado con Dios y con los hombres, y has vencido.

Entonces Jacob le preguntó, y dijo: Declárame ahora tu nombre. Y el varón respondió: ¿Por qué me preguntas por mi nombre? Y lo bendijo allí.

Y llamó Jacob el nombre de aquel lugar, Peniel; porque dijo: Vi a Dios cara a cara, y fue librada mi alma.”

Y ahora, si a Dios nadie le vio jamás, ¿cómo Jacob está viendo a Dios cara a cara? ¿Y cómo Moisés vio a Dios de espalda: vio las espaldas de Dios? ¿Y cómo también los padres de Sansón en el capítulo 13 del libro de los Jueces pudieron ver a Dios cara a cara? Veamos, capítulo 13, versos 16 en adelante, dice... 15:

Entonces Manoa dijo al ángel de Jehová: Te ruego nos permitas detenerte, y te prepararemos un cabrito.

Y el ángel de Jehová respondió a Manoa: Aunque me detengas, no comeré de tu pan; mas si quieres hacer holocausto, ofrécelo a Jehová. Y no sabía Manoa que aquél fuese ángel de Jehová.”

No sabía que era el Angel de Jehová, el mismo Angel de Jehová que le había aparecido a Jacob, y el mismo Angel de Jehová que le había aparecido también a Abraham en diferentes ocasiones.

Entonces dijo Manoa al ángel de Jehová: ¿Cuál es tu nombre, para que cuando se cumpla tu palabra te honremos?

Y el ángel de Jehová respondió: ¿Por qué preguntas por mi nombre, que es admirable?”

Toda persona ha deseado conocer el Nombre de Dios; y Dios al manifestarse a través de Su Angel, el Angel de Jehová, toda persona ha querido saber el Nombre del Angel de Jehová. Y ahora:

Y Manoa tomó un cabrito y una ofrenda, y los ofreció sobre una peña a Jehová; y el ángel hizo milagro ante los ojos de Manoa y de su mujer.

Porque aconteció que cuando la llama subía del altar hacia el cielo, el ángel de Jehová subió en la llama del altar ante los ojos de Manoa y de su mujer, los cuales se postraron en tierra.

Y el ángel de Jehová no volvió a aparecer a Manoa ni a su mujer. Entonces conoció Manoa que era el ángel de Jehová.

Y dijo Manoa a su mujer: Ciertamente moriremos, porque a Dios hemos visto.

Y su mujer le respondió: Si Jehová nos quisiera matar, no aceptaría de nuestras manos el holocausto y la ofrenda, ni nos hubiera mostrado todas estas cosas, ni ahora nos habría anunciado esto (no les habría anunciado que iban a tener un hijo, el cual pues sería Sansón, el cual fue uno de los jueces del pueblo hebreo).”

Ahora, podemos ver que muchas personas dan testimonio de que vieron a Dios cara a cara, pero con todo y eso la Escritura dice que nadie jamás ha visto a Dios.

Ahora, estas personas que vieron a Dios cara a cara, vieron a Dios en la forma de un hombre, de un Angel, porque ése es el Angel de Jehová, es Dios en Su cuerpo angelical, en Su cuerpo teofánico; y ese es el Verbo que era con Dios y era Dios y sigue siendo Dios, Dios en Su cuerpo angelical, eso es Dios en el Verbo (Su cuerpo angelical).

Y ahora, el misterio de Dios siendo visto por muchas personas en el Antiguo Testamento y luego la Escritura diciendo que a Dios nadie le vio jamás, el misterio es sencillo: es Dios en un cuerpo angelical, llamado el Angel de Jehová o Angel del Pacto, del cual también nos habla el libro del Exodo en el capítulo 3, pues Moisés quiso conocer el Nombre del Angel de Jehová. Y en el capítulo 3, verso 6 dice (el Angel de Jehová le dice a Moisés):

Y dijo: Yo soy el Dios de tu padre, Dios de Abraham, Dios de Isaac, y Dios de Jacob. Entonces Moisés cubrió su rostro, porque tuvo miedo de mirar a Dios.

Dijo luego Jehová: Bien he visto la aflicción de mi pueblo que está en Egipto, y he oído su clamor a causa de sus exactores; pues he conocido sus angustias,

y he descendido para librarlos de mano de los egipcios, y sacarlos de aquella tierra a una tierra buena y ancha, a tierra que fluye leche y miel, a los lugares del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo.”

Luego, más adelante en el mismo capítulo 3, verso 13 al 14, dice:

Dijo Moisés a Dios: He aquí que llego yo a los hijos de Israel, y les digo: El Dios de vuestros padres me ha enviado a vosotros. Si ellos me preguntaren: ¿Cuál es su nombre?, ¿qué les responderé?

Y respondió Dios a Moisés: Yo Soy el que Soy. Y dijo: Así dirás a los hijos de Israel: Yo Soy me envió a vosotros.”

Aquí Dios le revela Su Nombre a Moisés. En el original son cuatro consonantes las cuales son Y (griega) H W H. Esas cuatro consonantes contienen el Nombre Eterno de Dios.

Ahora, ese Nombre de Dios, vean, lo tiene el Angel de Jehová, porque es el Angel de Jehová que está hablándole a Moisés, porque en el Angel de Jehová está Dios, está Dios en toda Su plenitud.

Ahora, en el capítulo 20, verso 23... verso 20 en adelante del Exodo, dice (Dios dice):

He aquí yo envío mi Angel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado.

Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él.

Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te afligieren.

Porque mi Angel irá delante de ti.”

Y ahora, ¿dónde está el Nombre de Dios? En Su Angel, el Angel de Jehová, el Angel del Pacto. Y el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, es el Verbo que era con Dios y era Dios, porque es el cuerpo angelical de Dios; por eso es llamado el Angel del Pacto o Angel de Jehová. El fue el que libertó al pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto, y El fue el que los llevó al Monte Sinaí y allí les dio Sus Leyes, los diez mandamientos en dos tablas de piedra: el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, que es Cristo en Su cuerpo angelical, en quien habitó y habita la plenitud de Dios.

Para comprender este misterio divino tenemos que comprender qué somos nosotros: somos seres humanos, y por consiguiente la Escritura dice que somos hechos a imagen y semejanza de Dios; así Dios creó al ser humano allá en el principio, dice el capítulo 1 del Génesis, verso 26 en adelante. Dice:

Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.

Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó.”

Y ahora, el ser humano fue creado a imagen y semejanza de Dios. Primero Dios le dio la imagen divina, que es el cuerpo angelical; el ser humano obtuvo primero un cuerpo angelical, y en ese cuerpo angelical Dios colocó el alma de Adán.

Y luego más adelante Dios le creó del polvo de la Tierra un cuerpo físico de carne a Adán, y colocó a Adán en alma y espíritu dentro del cuerpo de carne, y así el ser humano obtuvo en el Génesis la imagen y semejanza de Dios.

La imagen de Dios es Cristo en Su cuerpo angelical, es el cuerpo angelical de Cristo, llamado el Angel de Jehová en el Antiguo Testamento; y por esa causa el Nombre de Dios fue colocado en Cristo, en Su cuerpo angelical, en el Angel de Jehová, el Angel del Pacto.

Y luego la semejanza física de Dios es Cristo en Su cuerpo físico, el cual fue creado en el vientre de la virgen María, cuando el Espíritu Santo hizo sombra sobre María y creó una célula de vida, una célula de sangre, la cual se multiplicó célula sobre célula y se formó así el cuerpo de Jesús, el cual luego nació en Belén de Judea.

Ese cuerpo físico es el cuerpo físico de Dios, la semejanza física de Dios, el cual fue sacrificado en la Cruz del Calvario llevando El nuestros pecados y quitando el pecado del mundo; y luego resucitó glorificado.

Por lo tanto, la imagen y semejanza de Dios es el cuerpo angelical de Dios, que es Cristo en Su cuerpo angelical, el Angel de Jehová, y Cristo en Su cuerpo glorificado. O sea, que Dios tiene cuerpo teofánico angelical (esa es la imagen de Dios) y tiene cuerpo físico glorificado, que es el cuerpo físico glorificado de Jesucristo, el cual se sentó a la diestra de Dios.

Por lo tanto, Jesucristo nuestro Salvador es la diestra de Dios, es la mano derecha de Dios; por eso cuando el pueblo hebreo fue libertado de la esclavitud en Egipto, fue libertado por la diestra de Dios, la mano derecha de Dios: Cristo, el Angel del Pacto, el Angel de Jehová.

Y ahora, la Obra de Redención para el ser humano la realiza la mano derecha de Dios, la diestra de Dios, que es Cristo nuestro Salvador.

Y ahora, hemos visto: “El misterio de la diestra de Dios.”

Hemos visto: “El misterio del poder de Dios.”

JESUCRISTO ES EL PODER DE DIOS PORQUE ES LA DIESTRA DE DIOS.

Y ahora, encontramos que en el pueblo hebreo se reflejó todo lo que Dios realizaría en el Nuevo Testamento, y la liberación que realizaría Dios con el Israel Celestial, que son los hijos e hijas de Dios escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.

Siendo que la diestra de Dios y el poder de Dios, que es Jesucristo, fue el que libertó al pueblo hebreo (el cual pues es el Angel del Pacto que libertó al pueblo hebreo), realizó así el Primer Exodo, el éxodo, la salida del pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto, en donde estaban como esclavos del faraón y del imperio del faraón.

Pero la diestra de Dios, el brazo fuerte y poderoso de Dios, el poder de Dios fue manifestado en la diestra de Dios: Cristo, el poder de Dios, y realizó la liberación del pueblo hebreo, y se manifestó a través del Profeta Moisés, el cual fue instrumento de Dios para ese gran evento de la liberación del pueblo hebreo, la cual estaba prometida en Génesis, capítulo 15, verso 12 en adelante, cuando Dios le prometió a Abraham que su simiente, su descendencia sería - habitaría en una tierra ajena y sería esclava allí, pero Dios los libertaría a los 400 años; por 400 años estarían como esclavos, pero Dios los libertaría luego de ese lapso de tiempo.

Y ahora, para libertarlos, Dios dijo que El extendería Su mano, Su diestra, Cristo en Su cuerpo angelical. Y todo el poder de Dios está en Cristo, porque Cristo es Poder y Sabiduría de Dios, es el Poder y la Sabiduría de Dios. Por medio de Jesucristo en Su cuerpo angelical fue que Dios creó todas las cosas, El es el Verbo que era con Dios y era Dios.

Y ahora, vean, de esto también San Pablo nos dice en Hebreos, capítulo 1, hablándonos acerca de Jesucristo nuestro Salvador, dice capítulo 1, verso 1 en adelante, dice:

Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,

en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;

el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia (¿ven? Cristo es el resplandor de Su gloria y la imagen misma de Su sustancia. Cristo es la imagen de Dios), y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder.”

¿Quién es el que sustenta todas las cosas con la Palabra de Su poder? El Señor Jesucristo, porque en El está Dios en toda Su plenitud; y es por medio de Jesucristo que Dios obra. Todo el Programa de creación lo ha llevado a cabo Dios por medio de Jesucristo. Por eso dice... por eso es que dice: “Y por quien asimismo hizo el universo.” Fue por medio de Cristo que Dios hizo el Universo.

...y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.”

Por eso Cristo luego que resucitó y apareció a Sus discípulos dijo: “Todo poder me es dado en el Cielo y en la Tierra.”

Por lo tanto, la diestra de Dios y sentarse a la diestra de Dios, significa que Cristo ha recibido poder de los Cielos y de la Tierra. Todo el poder lo ha recibido Jesucristo nuestro Salvador. Y recuerden que en un reino el poder está en el que esté sentado ¿dónde? En el trono.

Por lo tanto, Cristo siendo la diestra, la mano derecha de Dios, y siendo el cuerpo donde Dios ha habitado, vean, es Dios manifestado en un cuerpo angelical y en un cuerpo físico glorificado, el cual está ya glorificado; pero mientras estuvo aquí en la Tierra en el cuerpo de carne de Jesús, era Dios manifestado en carne humana para llevar a cabo la Obra de Redención.

Ahora, hemos visto quién es el brazo fuerte de Jehová: es Jesucristo nuestro Salvador.

Y ahora, Dios ha tenido en Su diestra diferentes Mensajeros, tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento.

Dios ha tenido en Su diestra, ha tenido en Cristo, en el Angel de Jehová, Mensajeros-Profetas como: Adán, Abel, Set, también los anteriores a Enoc, Enoc también, Noé también. También tenemos a Abraham, también antes de Abraham tenemos a Set, hijo de Noé, tenemos también a Abraham y tenemos a Isaac, tenemos a Jacob y tenemos los patriarcas, y de entre los patriarcas los principales son José con sus hijos, y Benjamín y Judá, esos son los principales.

Ahora, todas esas personas que he mencionado han sido Mensajeros de Dios, por lo tanto son instrumentos de la diestra de Dios, instrumentos de Cristo, el Angel del Pacto en el Antiguo Testamento.

También tenemos a Moisés, tenemos a Josué, tenemos a Samuel y también a todos los Jueces comenzando desde Josué y terminando con Samuel, tenemos también al rey David y a su hijo Salomón, y tenemos también al Profeta Elías, al Profeta Eliseo, tenemos al Profeta Isaías también, al Profeta Jeremías, al Profeta Ezequiel, al Profeta Daniel, al Profeta Zacarías, hasta Malaquías.

Todos esos han sido Profetas de Dios, Mensajeros de Dios de la diestra de Dios, de la diestra de Dios, que es Cristo, el Angel del Pacto. Fueron Profetas del Angel de Jehová, el Angel de Jehová les reveló Su Palabra a ellos y los ungió con Su Espíritu Santo, y hablaron la Palabra de Dios para el tiempo que les tocó vivir.

Nos dice Dios por medio del Profeta Zacarías en el capítulo 7, verso 11 al 12:

Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír;

y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos.”

Ahora vean, no quisieron escuchar la Ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por Su Espíritu por medio de los Profetas.

Dios en Espíritu y por medio de Su Espíritu hablaba a través de los Profetas; eran ungidos con el Espíritu Santo los Profetas de Dios para hablar la Palabra de Dios para el tiempo en que ellos vivieron. Y el Angel de Jehová, el Angel del Pacto, era el que les hablaba a ellos, porque El es el Espíritu Santo.

Y ahora, encontramos que todos esos hombres de Dios del Antiguo Testamento hasta Juan el Bautista, fueron instrumentos de la diestra de Dios, fueron instrumentos del Angel de Jehová, del Angel del Pacto, del Espíritu Santo.

Y ahora, en el Nuevo Testamento lo que sucedió allá en medio del pueblo hebreo, que es el pueblo de los siervos, va a llevarse a cabo en medio del Israel Celestial, que es el pueblo de los hijos e hijas de Dios escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.

Por lo tanto, todo lo que ha de suceder en el Nuevo Testamento ya fue reflejado en el Antiguo Testamento, allá está el tipo y figura; por lo tanto todo lo que sucedió allá señala lo que sucedería en el Nuevo Testamento.

Por lo tanto, en el Nuevo Testamento ya no se requieren los sacrificios de animalitos ni la sangre de animalitos para cubrirle el pecado a las personas, porque allá en el Nuevo Testamento tenemos el Cordero de Dios, que es Jesucristo, que fue Sacrificado en la Cruz del Calvario, el cual también es el Macho Cabrío de la expiación que murió por nuestros pecados y quitó nuestros pecados.

Por lo tanto lo que era un tipo y figura allá, todos aquellos sacrificios, ahora es una realidad en el Nuevo Testamento en la persona de Jesucristo nuestro Salvador, como el Cordero de Dios quitando el pecado del mundo como lo presentó Juan el Bautista cuando dijo (acerca de Jesús al verlo), dijo: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.”

Por lo tanto, ya no necesitamos animalitos para sacrificarlos y derramar la sangre de esos animalitos para que sean cubiertos nuestros pecados, porque ya tenemos un Sacrificio mejor: el Sacrificio de Jesucristo nuestro Salvador.

Por lo tanto ya los tipos y figuras del Antiguo Testamento cesaron, y ahora tenemos un Nuevo Pacto y tenemos la Sangre de un Nuevo Pacto, que es la Sangre de nuestro amado Señor Jesucristo.

Tenemos la Sangre del Pacto eterno, el Nuevo Pacto es un Pacto eterno establecido por Dios a través de Jesucristo nuestro Salvador; y el que entra a ese Nuevo Pacto, entra a Vida eterna, porque es un Pacto eterno y tiene la Sangre del Pacto eterno, que es la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador, que no cubre nuestros pecados sino que los quita, y nos deja como si nunca en la vida hubiésemos pecado.

Ahora, hemos visto lo que hace la diestra de Dios, que es Jesucristo, el Angel de Jehová, el Angel del Pacto que se hizo hombre, se hizo carne en medio de la raza humana y murió Su cuerpo físico.

Al morir el cuerpo físico de Jesús estaba muriendo el cuerpo físico de Dios, estaba muriendo la semejanza física de Dios, porque ese cuerpo físico de Jesús es el cuerpo físico donde Dios moró en toda Su plenitud. La plenitud de la divinidad moró corporalmente en la persona de Jesucristo nuestro Salvador; por eso el Sacrificio efectuado por Cristo nuestro Salvador fue el que pudo quitar nuestros pecados.

Y ahora, vean lo que dice el Apóstol San Pablo en Primera de Timoteo, capítulo 3, verso 16:

E indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad:

Dios fue manifestado en carne.”

¿Ven? Dios fue manifestado en carne, porque el cuerpo de Jesús es el cuerpo donde Dios fue manifestado en carne en toda Su plenitud; por eso el cuerpo físico de Jesucristo es la semejanza física de Dios; y el cuerpo angelical de Jesucristo, llamado el Angel de Jehová o Angel del Pacto es la imagen de Dios, del Dios Viviente. Por lo tanto en Jesucristo Dios tiene Su imagen y Su semejanza.

Vean lo grande que es nuestro amado Señor Jesucristo: es la persona más grande en el Cielo y en la Tierra también, y es el Verbo que era con Dios y era Dios, y se hizo carne y habitó en medio de la raza humana para llevar a cabo la Obra de Redención.

Y ahora, El ha estableció un Nuevo Pacto, por lo cual El dijo cuando tomó la última cena, partió el pan dando gracias a Dios y dijo: “Comed, este es mi Cuerpo que por vosotros es partido.” Y luego tomando la copa de vino dando gracias a Dios dijo: “Tomad, esta es mi Sangre que vosotros es derramada, esta es la Sangre, mi Sangre del Nuevo Pacto.” La Sangre del Nuevo Pacto, la Sangre de nuestro amado Señor Jesucristo.

Y ahora, las cosas que eran tipo y figura en el Antiguo Testamento son una realidad en el Nuevo Testamento, y ahora tenemos un Nuevo Pacto que ha establecido Dios para el ser humano, para que todo aquel que reciba a Cristo como su Salvador, lave sus pecados en la Sangre de Cristo, sea bautizado en agua en Su Nombre y reciba el Espíritu Santo, entre al Nuevo Pacto, tenga así el nuevo nacimiento y tenga un cuerpo angelical, reciba un cuerpo angelical de la sexta dimensión, un cuerpo angelical como el cuerpo angelical de Jesucristo, llamado el Angel del Pacto o Angel de Jehová, y así tengamos un espíritu teofánico, un cuerpo teofánico de la sexta dimensión.

La sexta dimensión es el Paraíso; por eso fue que Cristo dijo a Nicodemo que era necesario nacer de nuevo.

Cuando nacimos aquí en la Tierra por medio de nuestros padres terrenales obtuvimos un cuerpo mortal, corruptible y temporal, por lo tanto no podemos vivir eternamente con este cuerpo de carne, tiene un lapso de tiempo de vida; y recibimos también un espíritu del mundo, el cual entró al cuerpo físico que recibimos cuando nacimos. Todo en la permisiva voluntad de Dios.

Pero en el Programa de Redención Dios tiene un nuevo nacimiento para toda persona que está escrita en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo; esas son las ovejas que Cristo dijo que el Padre le dio para que les dé Vida eterna. Eso está en el capítulo 10, del Evangelio según San Juan.

Y ahora vean, todas las personas que van a recibir a Cristo como su Salvador tienen desde antes de la fundación del mundo sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.

Cristo dijo: “Mis ovejas oyen mi Voz y me siguen.” También El dijo que el Padre le dio esas ovejas para que les dé ¿qué? Vida eterna. Porque a causa de la caída del ser humano, se perdieron todas las ovejas del Señor, pero Cristo vino a buscar y a salvar lo que se había perdido, que son las ovejas de Dios, las cuales le han sido dadas a Cristo para que las busque y las salve y les dé así Vida eterna.

Y ahora, en el Nuevo Testamento son llamados y juntados todos los hijos e hijas de Dios, los cuales están en el Cielo escritos en el Libro de la Vida del Cordero, que es el Libro de los Siete Sellos de Apocalipsis, capítulo 5, que está en la diestra del que está sentado en el Trono.

Y ahora, en el capítulo 11 de San Juan, verso 52, dice: “Y no solamente...” Hablando acerca de la muerte de Cristo dice:

Esto no lo dijo (el sumo sacerdote)... Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación;

y no solamente por la nación, sino también para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos.”

Y ahora, los hijos de Dios son congregados en uno por medio de creer en Cristo como nuestro Salvador. Todo el Programa para congregar a los hijos de Dios en uno, lo llevó acabo Jesucristo en la Cruz del Calvario, llevando nuestros pecados, quitando nuestros pecados, haciéndose pecado por nosotros y muriendo por nosotros, para que nosotros podamos tener Vida eterna.

Y ahora, El congrega en uno a todos los hijos e hijas de Dios, ¿cómo lo hace El? En San Juan, capítulo 10, verso 14 en adelante, dice:

Yo soy el buen pastor; y conozco mis ovejas, y las mías me conocen (o sea, que El tiene ya las ovejas por las cuales El va a morir, son las ovejas que el Padre le ha dado, y Sus ovejas lo conocen a El dice Cristo),

así como el Padre me conoce, y yo conozco al Padre; y pongo mi vida por las ovejas.

También tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.”

Y ahora, Cristo va a buscar y a salvar todas las ovejas que el Padre le ha dado, y esas ovejas van a escuchar Su Voz; ¿cómo va a hacerlo Cristo?, si cuando El murió, resucitó y ascendió al Cielo, se sentó en la diestra de Dios y está en el Cielo como Sumo Sacerdote haciendo intercesión con Su Sangre por todos los escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, ¿cómo lo va a hacer? Por medio de los Angeles de Su diestra, por medio de los Mensajeros de Su diestra, que son las siete estrellas que aparecen en Apocalipsis, capítulo 1 en la diestra del Señor. Apocalipsis, capítulo 1 dice, verso 12 en adelante, dice:

Y me volví para ver la voz que hablaba conmigo; y vuelto, vi siete candeleros de oro,

y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro.

Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve; sus ojos como llama de fuego;

y sus pies semejantes al bronce bruñido, refulgente como en un horno; y su voz como estruendo de muchas aguas.

Tenía en su diestra siete estrellas...”

Esas siete estrellas son los siete Angeles Mensajeros de las siete edades de la Iglesia, representados en los siete pastores de las siete iglesias de Asia Menor, mencionadas en el libro del Apocalipsis. Sigue diciendo:

...de su boca salía una espada aguda de dos filos (esa Espada aguda de dos filos es la Palabra que sale de la Boca de Dios, de la boca de Cristo); y su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza.

Cuando le vi, caí como muerto a sus pies. Y él puso su diestra sobre mí, diciéndome: No temas; yo soy el primero y el último;

y el que vivo, y estuve muerto; mas he aquí que vivo por los siglos de los siglos, amén. Y tengo las llaves de la muerte y del Hades (o sea, de la muerte y del infierno).

Escribe las cosas que has visto, y las que son, y las que han de ser después de estas.

El misterio de las siete estrellas que has visto en mi diestra, y de los siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias.”

Ahí tenemos en la diestra del Hijo del Hombre, de Cristo, las siete estrellas en Su diestra, que son los siete Angeles Mensajeros de las siete iglesias. Fueron tipificados en los siete pastores de las siete iglesias de Asia Menor mencionados aquí; y en el campo profético son los siete Angeles Mensajeros enviados por Cristo a Su Iglesia durante las siete etapas de Su Iglesia entre los gentiles.

Y estos son los Angeles de la diestra de Jesucristo, el Hijo del Hombre, para la Iglesia del Señor Jesucristo de edad en edad, son los instrumentos que Cristo usaría en las siete edades de la Iglesia entre los gentiles.

¿Y después qué tendría Cristo para Su Iglesia, luego de esos siete Angeles Mensajeros, Profetas de la diestra de Cristo? Luego Cristo dice en Apocalipsis 22, verso 16:

Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”

Y ese es el Angel de la diestra de Jesucristo nuestro Salvador para después de las siete edades de la Iglesia.

Y ahora, hemos visto: el brazo fuerte de Jehová en el Antiguo Testamento, el cual es Jesucristo nuestro Salvador. Y en El estaban los Profetas del Antiguo Testamento, lo cuales fueron los Profetas Mensajeros de la diestra de Dios (o sea, de la diestra de Dios que es Cristo), esos fueron los Profetas de la diestra de Dios, o sea, los Profetas de Cristo del Antiguo Testamento, los Profetas del Angel de Jehová del Antiguo Testamento.

Y ahora, los Profetas Mensajeros del Nuevo Testamento, vienen a ser los Apóstoles y también los siete Angeles Mensajeros de las siete edades de la Iglesia y como último el Angel del Señor Jesucristo, ése es el que en el Reino Milenial de Cristo se sentará con Cristo en Su Trono, porque es el Angel de la diestra de Cristo.

Los Apóstoles Juan y Santiago (los cuales eran hermanos) desearon uno sentarse a la diestra y el otro a la siniestra (el uno a la derecha y el otro a la izquierda) en el Reino de Cristo, en el Reino Milenial de Cristo, pero no le fue permitida su petición, no le fue concedida. Ellos tiene sus tronos, porque hay doce tronos para los doce Apóstoles, como también doce tronos para los doce patriarcas.

Pero esa posición de la diestra y siniestra de Cristo en Su Reino Milenial, Cristo dice: “No está mio darlo, sino a aquellos para quienes está preparado por Dios, para quienes está ordenado por Dios.” Eso está en San Mateo, capítulo 20, verso 20 en adelante.

Ya que veo que ustedes están buscando ahí en sus Biblias, les voy a leer aquí también para que tengan así el cuadro claro. Capítulo 20, verso 20 en adelante, dice:

Entonces se le acercó la madre de los hijos de Zebedeo con sus hijos (esa fue Salomé, hermana de la virgen María. Recuerden que Juan y Santiago eran primos según la carne), postrándose ante él y pidiéndole algo.

El le dijo: ¿Qué quieres? Ella le dijo: Ordena que en tu reino se sienten estos dos hijos míos, el uno a tu derecha, y el otro a tu izquierda.

Entonces Jesús respondiendo, dijo: No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber del vaso que yo he de beber, y ser bautizados con el bautismo con que yo soy bautizado? Y ellos le dijeron: Podemos.”

El que está buscando la bendición de Dios no puede mirar las circunstancias negativas que le rodeen, sino que tiene que mirar lo que Dios ha prometido: la Palabra de Dios, y creerla con toda su alma y buscar esas bendiciones que están prometidas en la Palabra de Dios, y siempre creer con toda su alma que sí puede obtener esas bendiciones de Dios. ¡Sí podemos!

El les dijo: A la verdad, de mi vaso beberéis, y con el bautismo con que yo soy bautizado, seréis bautizados; pero el sentaros a mi derecha y a mi izquierda, no es mío darlo, sino a aquellos para quienes está preparado por mi Padre.”

¿Y para quiénes está preparado por el Padre esta bendición tan grande de la diestra (la derecha) y la izquierda en el Reino de Cristo? Eso está preparado para los Dos Olivos, que son los Dos Candeleros que están delante de la presencia de Dios en el Cielo.

Por lo tanto estarán en la presencia de Cristo en Su Reino Milenial. Esos son los que son llamados los Dos Olivos y los Dos Candeleros, que son los ministerios de Moisés y Elías, esos son los ministerios que estarán allí en ese Reino Milenial de Cristo en la parte más importante.

Ahora, estos ministerios estarán en el Día Postrero en un hombre, que es el Angel del Señor Jesucristo, en quien el Espíritu Santo estará operando esos ministerios; y esos son los ministerios de la presencia de Dios, por lo tanto siempre estarán en la presencia de Dios, por lo tanto en el Reino Milenial estarán en la presencia de Jesucristo.

Esos son los ministerios que tienen la parte del cierre de la Dispensación de la Gracia y la apertura de la Dispensación del Reino.

Esos ministerios, por cuanto el ministerio de Moisés es un ministerio dispensacional, corresponde entonces a un Profeta dispensacional, y será el Espíritu Santo manifestado en el Día Postrero en un hombre operando los ministerios de Moisés y de Elías, y también operará el ministerio de Jesucristo nuestro Salvador.

Por lo tanto ahí estarán siendo operados por el Espíritu Santo los ministerios de Jesús, de Moisés y de Elías; y con esa gran manifestación del Espíritu Santo operando esos ministerios cumplirá Cristo Su Programa correspondiente a este tiempo final, por medio del Angel Mensajero de la diestra del Señor Jesucristo, que es el Angel del Señor Jesucristo, del cual Cristo dice:

Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.” (Apocalipsis, capítulo 22, verso 16).

Y Apocalipsis, capítulo 4, verso 1, dice Cristo con esa Voz de Trompeta:

Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.”

Por lo tanto, las cosas que sucederán después de lo que ya ha sucedido en las siete edades de la iglesia, ahora van a ser dadas a conocer a la Iglesia del Señor Jesucristo, para lo cual hay que subir a la etapa de la Edad de la Piedra Angular, que es la etapa que corresponde a la Iglesia de Jesucristo en este tiempo final; porque la Iglesia de Jesucristo a medida que han ido pasando las etapas, las edades, ha ido subiendo de una edad a otra y ahora se encuentra en la Edad de la Piedra Angular.

Y así como habló el Espíritu Santo por medio de los Angeles de Su diestra: los siete Angeles Mensajeros de las siete edades, habló en cada edad y llamó y juntó a Sus escogidos de cada edad, en este tiempo final Cristo en Espíritu Santo habla y llama y junta Sus escogidos del Día Postrero con la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, y nos coloca dentro de Su Cuerpo Místico de creyentes, nos coloca en un solo Cuerpo Místico de creyentes, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, que es también el Redil de las ovejas del Señor Jesucristo que el Padre le dio para que les diera Vida eterna y las colocará ¿dónde? En Su Redil, que es Su Iglesia.

Y así Cristo ha estado juntando a todos los hijos e hijas de Dios que estaban dispersos, los ha estado juntando en uno, en un solo Cuerpo, que es el Cuerpo Místico de nuestro amado Señor Jesucristo.

La Iglesia de Jesucristo es el Cuerpo de Jesucristo; así como una planta de trigo es el cuerpo del grano de trigo que fue sembrado en tierra; y Cristo dijo: “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, él solo queda; pero si cae en tierra y muere mucho fruto lleva (o sea, muchos granos de trigo, muchos hijos e hijas de Dios).”

¿Dónde nacen los hijos e hijas de Dios? En la planta de trigo, que es la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y ahora, todo esto lo hace Dios con Su diestra, que es Cristo, y Cristo lo hace con los Angeles de Su diestra. Y así ha estado llamando y juntando Sus escogidos de edad en edad; y en este tiempo final está llamando y juntando Sus escogidos del Día Postrero, y colocándolos ¿dónde? En Su Cuerpo Místico de creyentes, los está colocando en un Cuerpo de creyentes que han recibido a Cristo como su Salvador, han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo y han sido bautizados en agua en Su Nombre, y han recibido Su Espíritu Santo y han obtenido el nuevo nacimiento, y han recibido un cuerpo angelical de la sexta dimensión y pronto recibirán un cuerpo físico glorificado que Cristo nos dará en este tiempo final.

La Segunda Venida de Cristo tiene un propósito, y es la resurrección de los muertos en Cristo en cuerpos glorificados y la transformación de nosotros los que vivimos. En Filipenses, capítulo 3, verso 20 al 21, dice:

Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;

el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.”

La Segunda Venida de Cristo es para nuestra transformación. Así como la Primera Venida de Cristo fue para nuestra transformación espiritual interior, en donde nos daría un nuevo nacimiento y nos daría un cuerpo angelical.

Y la Segunda Venida de Cristo es para darnos un cuerpo físico glorificado. Por eso es tan importante en este tiempo final escuchar la Voz de Cristo llamándonos y juntándonos en Su Cuerpo Místico de creyentes, que es Su Iglesia.

Y toda esta manifestación que vimos en el Antiguo Testamento a través de los Profetas de Dios, fue la manifestación del poderoso brazo fuerte de Jehová.

Y toda esa manifestación que vimos en la Primera Venida de Cristo fue la manifestación del brazo fuerte de Jehová, que es Cristo hecho carne en medio del pueblo hebreo. El brazo de Jehová fue manifestado en la forma de un hombre llamado Jesús, porque El es el poder de Dios y El es el brazo fuerte de Dios, El es la mano derecha de Dios.

Y ahora, en el Nuevo Testamento toda esta manifestación que hemos visto del Espíritu Santo a través de los Apóstoles y a través de los diferentes Angeles Mensajeros que Cristo ha enviado, no ha sido otra cosa sino la manifestación del brazo fuerte de Dios en el Nuevo Testamento, o sea, la manifestación de Jesucristo nuestro Salvador en esos Mensajeros que El envió, porque Cristo es el brazo fuerte de Dios, es la mano derecha de Dios.

Sin Cristo Dios no ha hecho nada ni hará nada ni puede hacer nada, El es el Heredero de todas las cosas, y El es el que creó todas las cosas, o sea, Dios por medio de El.

Por eso cuando le decían: “Muéstranos al Padre y nos basta.” En el capítulo 14 de San Juan, Cristo dice: “¿Tanto tiempo que hace que estoy con vosotros Felipe, y no me has conocido? ¿No sabes que el que me ha visto a mí ha visto al Padre? ¿No sabes que yo estoy en el Padre y el Padre en mí?” Vamos a leerlo tal y como está para que tengan el cuadro claro: verso 6 en adelante, dice:

Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.

Si me conocieseis, también a mi Padre conoceríais; y desde ahora le conocéis, y le habéis visto.”

¿Cómo iban a estar viendo a Dios al ver a Jesús? Porque Dios estaba en Jesús en toda Su plenitud, porque el cuerpo físico de Jesús es el cuerpo de Dios, donde Dios moró y mora en toda Su plenitud, cuerpo que fue glorificado cuando fue resucitado, resucitó glorificado.

Los que estaban viendo a Jesús estaban viendo a Dios; así como Abraham y como Jacob estuvo viendo a Dios cuando vio al Angel de Jehová, y también Manoa (el padre de Sansón) dijo que vio a Dios cara a cara, y también Jacob dijo que vio a Dios cara a cara, y también otros hombres de Dios vieron a Dios.

Estaban viendo a Jesucristo en Su cuerpo angelical, donde estaba Dios en toda Su plenitud y donde estaba el Nombre de Dios, y luego cuando el Verbo, el Angel de Jehová, el Angel del Pacto se hizo carne, toda persona que veía a Jesucristo estaba viendo a Dios en carne humana, estaba viendo el Templo de Dios, el cuerpo físico de Dios, donde Dios estaba morando en toda Su plenitud. ¿Ven lo sencillo que es?

Así como cuando yo lo veo a usted y usted me ve a mí, ¿qué puede usted decir? Yo lo estoy viendo a usted y yo puedo decirle a usted: “Yo los estoy viendo a ustedes.” ¿Por qué? Porque estoy viendo el cuerpo físico donde ustedes están morando, ustedes son alma viviente.

Pero vean, Dios dice que a Dios nadie le vio jamás, pero el Unigénito Hijo del Padre El le declaró, el Unigénito Hijo que está en el Seno del Padre le declaró.

Ahora, las personas estaban viendo a Dios en cuanto a Su cuerpo físico, pero en cuanto a Dios en Su esencia estaba dentro del cuerpo de carne y no lo podían ver las personas, porque Dios estaba en Su Templo humano.

Y ahora, yo lo veo a usted y lo que estoy viendo es su cuerpo físico, su templo humano de carne donde usted habita, y cuando usted me ve a mí, está viendo la casa terrenal, el cuerpo de carne donde yo habito, pero usted no puede estar viendo mi alma ni yo tampoco puedo ver su alma.

Por lo tanto lo estoy viendo a usted pero no lo estoy viendo, estoy viendo la casa, el cuerpo de carne donde usted habita pero no estoy viendo su alma, y usted me ve a mí pero lo que ve es mi cuerpo de carne, pero no ve mi alma.

Así era en Jesús: las personas podían ver a Dios en cuanto al cuerpo físico de Dios que es Jesucristo, pero cuando se trata de ver el que estaba dentro de Jesús pues no lo podían ver.

Ahora, por cuanto Dios hizo al ser humano a Su imagen y a Su semejanza, el ser humano es alma viviente con un cuerpo espiritual llamado espíritu, es alma, espíritu y cuerpo físico (cuerpo de carne), es alma, espíritu y cuerpo; así está hecho el ser humano.

Si el cuerpo físico muere terminaron sus días aquí en la Tierra (de la persona), pero la persona sigue viviendo porque tiene otro cuerpo que es el cuerpo espiritual llamado espíritu. El espíritu de la persona es un cuerpo de otra dimensión, pero la persona en sí es alma viviente.

Ahí tenemos una trinidad, el ser humano es trino: cuerpo, espíritu y alma, lo más importante es el alma, porque eso es lo que en realidad es la persona.

Y así también es Dios, por eso encontramos una trinidad en Dios: Cuerpo físico (el cuerpo de Jesús), cuerpo angelical teofánico, Espíritu (el cuerpo angelical de Jesucristo, que es la imagen de Dios). El cuerpo físico de Jesucristo es la semejanza física de Dios. Y Alma que es Dios, Dios como Alma viviente.

Y ahora, tenemos a Dios en Jesucristo en cuerpo, espíritu y alma. Por eso Jesús podía decir: “El Padre que mora en mí.” Como usted puede decir: “Mi alma que mora...” ¿dónde? En este cuerpo que usted tiene.

Como yo también tengo un cuerpo físico, usted también, su alma vive en ese cuerpo físico que usted tiene, si muere usted en el cuerpo físico, su alma sigue viviendo en el otro cuerpo espiritual que está también dentro del cuerpo físico, sale del cuerpo físico, el cuerpo espiritual, y sale también su alma en el otro cuerpo (el cuerpo espiritual) y sigue viviendo en otra dimensión.

Para los que no han recibido a Cristo como su Salvador, al morir pasan a la quinta dimensión que es llamada el infierno; por eso es tan importante recibir a Cristo como nuestro Salvador estando nosotros vivos aquí en la Tierra, para que al partir de esta dimensión terrenal vayamos al Paraíso, que es la dimensión del Angel de Jehová, la dimensión angelical donde van a morar los que parten de esta dimensión terrenal y que han servido a Cristo, lo han recibido como su Salvador.

Cristo en San Juan, capítulo 11, verso 25 en adelante, dice... le dijo Jesús a Marta (está hablando con Marta):

Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.

Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?

(Marta le contestó) Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.”

“Yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.” ¿Y nosotros qué decimos?: “Sí Señor, nosotros también creemos que Jesucristo es el Hijo de Dios que ha venido al mundo para quitar nuestros pecados y darnos Vida eterna.”

Y ahora, Jesucristo, la diestra de Dios, el brazo fuerte de Dios, la mano derecha de Jehová, de Dios, tanto en el cuerpo angelical como en el cuerpo físico, para Dios por medio de Su mano derecha, de Su diestra llevar a cabo la Obra correspondiente al Antiguo Testamento y llevar a cabo la Obra correspondiente al Nuevo Testamento.

La diestra de Dios fue manifestada para liberación del pueblo hebreo, Cristo, el Angel del Pacto fue manifestado para la liberación del pueblo hebreo, para ese Primer Exodo, de sacarlos de la esclavitud de Egipto y llevarlos a la tierra prometida.

Y Cristo, el brazo fuerte de Dios, la diestra de Dios fue manifestado en la Primera Venida del Mesías, la Primera Venida de Cristo, para llevar a cabo el Segundo Exodo y libertar a todos los hijos e hijas de Dios, libertarlos del reino del maligno, del reino del diablo, del reino de las tinieblas, y colocarlos en el Reino de Cristo. Eso está en Colosenses, capítulo 1, verso 12 en adelante, donde dice:

Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;

el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo.”

¿Ven? Nos ha librado, nos ha libertado de la potestad de las tinieblas, de ese reino de las tinieblas del diablo, y nos ha colocado, nos ha trasladado al Reino de Su amado Hijo Jesucristo.

Y ahora, todos los creyentes en Cristo que han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo, los cuales han recibido a Cristo como su Salvador y han sido bautizados en agua en Su Nombre, Cristo les ha dado Su Espíritu Santo y han obtenido el nuevo nacimiento, y han obtenido un cuerpo angelical de la sexta dimensión, un cuerpo angelical de la dimensión del Reino de Jesucristo.

Y ahora, estamos sentados en lugares celestiales en Cristo Jesús Señor nuestro, estamos en Su Reino, el Reino de nuestro amado Señor Jesucristo, fuimos libertados del Reino de las tinieblas y hemos sido colocados en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador en el Segundo Exodo.

Así que el espíritu angelical que hemos recibido al recibir el Espíritu Santo, pertenece a la sexta dimensión, a la dimensión del Reino de Cristo.

Ya hemos recibido la bendición del Segundo Exodo, hemos recibido el Espíritu Santo y hemos entrado así a la tierra prometida del bautismo del Espíritu Santo, y hemos entrado al glorioso Reino de Jesucristo nuestro Salvador. Pero hay un Tercer Exodo.

Hemos visto que ha sido el brazo fuerte de Jehová, la diestra de Dios, Jesucristo en Su cuerpo angelical en el Antiguo Testamento llevando a cabo el Primer Exodo y libertando al pueblo hebreo de la esclavitud de Egipto.

Y hemos visto que el Segundo Exodo lo llevó a cabo también el brazo fuerte de Jehová, Cristo nuestro Salvador para libertarnos del reino de las tinieblas, del reino del diablo, ese éxodo es un éxodo espiritual.

Y ahora, el Tercer Exodo... Vean, el Primer Exodo Dios descendiendo para libertar al pueblo hebreo, el Segundo Exodo Dios, el Angel de Jehová, el Angel del Pacto descendiendo en carne humana para llevar a cabo la liberación de todos los hijos e hijas de Dios, libertarlos del reino de las tinieblas y colocarlos en el Reino de Jesucristo.

Y ahora, el Tercer Exodo es Cristo, el brazo fuerte de Jehová, el que lleva a cabo este Tercer Exodo en este tiempo final, en donde El producirá una liberación física, una transformación física para nosotros, y para los muertos en Cristo una resurrección en cuerpos glorificados.

Ahora, eso es parte del Tercer Exodo. Primero hay un llamado en el Tercer Exodo para todos los hijos e hijas de Dios que estarán viviendo en este tiempo final, y son llamados y juntados en el Cuerpo Místico de Jesucristo nuestro Salvador para pronto recibir la bendición del Tercer Exodo, que es la bendición de la transformación de nuestro cuerpo.

¿Quiénes recibirán la bendición del Tercer Exodo? Todos nosotros, pues todos tienen que primero haber pasado por el Primer Exodo y haber tenido una liberación espiritual, porque el Segundo Exodo es un éxodo espiritual, nos sacó de una condición espiritual del reino de las tinieblas y nos colocó en el Reino de Cristo con Vida eterna.

Y ahora, en el Tercer Exodo hay grandes bendiciones para cada uno de ustedes y para mí también; y el que lleva a cabo el Tercer Exodo y trae las bendiciones del Tercer Exodo es el brazo fuerte de Jehová que es Jesucristo nuestro Salvador.

En Su Segunda Venida El nos dará el cuerpo glorificado y eterno porque nos transformará, y a los que murieron en Cristo, creyentes en Cristo de nuestro tiempo y de edades pasadas, los resucitará en cuerpos eternos y glorificados; para eso es la Segunda Venida de Cristo y el Tercer Exodo señalado en la Escritura.

Por eso en este tiempo está llamando y juntando Sus escogidos con la Gran Voz de Trompeta, y están saliendo para recibir las bendiciones del Tercer Exodo prometidas por Cristo nuestro Salvador.

Y ahora, ya los Profetas Mensajeros, estrellas Mensajeros de la diestra de Cristo para las edades, ya tuvieron su ministerio, y solamente nos queda una estrella.

¿Pero no eran solamente siete? Vamos a ver si son siete o si son ocho, vimos siete en la diestra de Cristo; pero vean ustedes aquí, Dios le dio cada uno de Sus Mensajeros ser la estrella de su tiempo. Pero ahora en el capítulo 12, verso 28 de Apocalipsis, dice: “Y le daré la estrella de la mañana.”

¿Ven que hay otra estrella? La más importante, la Estrella de la Mañana, el Lucero resplandeciente de la Mañana, esa es la octava estrella. Vamos a ver aquí quién es la octava estrella: Apocalipsis 22, verso 16, dice:

Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.”

Cristo es la Estrella resplandeciente de la Mañana. Luego de las siete estrellas y los siete Mensajeros que fueron las estrellas de esas siete edades, habrá otra estrella: la Estrella resplandeciente de la Mañana, y está prometida para ser dada esa estrella al Vencedor del tiempo final.

Por lo tanto el Vencedor del Día Postrero tendrá a Cristo en Espíritu Santo, el Angel del Pacto en él, por lo tanto Cristo en Su Angel es la Octava Estrella, la Estrella resplandeciente de la Mañana, y es el brazo fuerte de Dios, es la diestra de Dios, es la mano derecha de Dios, Jesucristo, el Angel del Pacto, la Estrella resplandeciente de la Mañana, es el brazo fuerte de Jehová para llevar a cabo la Obra correspondiente a este tiempo final.

Pero estará usando un velo de carne llamado en la Escritura: “El Angel del Señor Jesucristo.” Por medio de él estará dando a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, como dice Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, donde dice:

Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.”

Así como Cristo se reflejó por medio de cada una de las estrellas de las edades pasadas, cada Mensajero de las edades pasadas, ahora estará manifestándose por medio de Su Angel Mensajero como la Estrella resplandeciente de la Mañana. Cristo, la Estrella resplandeciente de la Mañana estará manifestándose por medio de Su Angel Mensajero.

Y la Iglesia del Señor Jesucristo en este Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular que es la edad octava y que es una edad eterna, tendrá un Mensajero, una estrella: la Estrella resplandeciente de la Mañana, Cristo en Su Angel Mensajero, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, y así estará manifestando Su poder de revelación para darnos a conocer todas estas cosas.

Ahora, podemos ver que tiene que haber un poder para venir y ser abierta toda la profecía correspondiente al tiempo final.

El poder de la revelación divina lo tiene el brazo fuerte de Jehová, lo tiene Jesucristo nuestro Salvador, El es el que tiene el poder de la revelación divina para revelarnos todas estas cosas que deben suceder pronto, ¿cómo? Por medio de Su Angel Mensajero.

Cristo estará manifestándose por medio de Su Angel Mensajero como la Estrella resplandeciente de la Mañana y como la Raíz y el Linaje de David, y como El ha prometido manifestarse en el Día Postrero.

Por lo tanto se estará manifestando como El lo ha prometido: se manifestará como Hijo de Hombre e Hijo de David también, por lo tanto eso todo lo hace ¿quién? El brazo fuerte de Jehová que es Jesucristo nuestro Salvador.

Pero así como ninguno de los Angeles Mensajeros fue Jesucristo, el Angel del Señor Jesucristo tampoco es el Señor Jesucristo, él solamente es el Mensajero enviado por Cristo, para por medio de él Jesucristo en Espíritu Santo manifestarse y cumplir Su Programa para este tiempo final, y hablarle a Su Iglesia y darnos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.

Este Angel Mensajero es un Profeta dispensacional, y Dios tiene solamente siete Profetas dispensacionales, que son Adán, Set, Noé, Abraham, Moisés, Jesús y el Angel del Señor Jesucristo.

Con el Angel del Señor Jesucristo se completará todo el Programa Divino, y la Iglesia de Jesucristo entrará a eternidad, y cada miembro de la Iglesia de Jesucristo entrará a un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado.

Estarán escuchando la Voz de Cristo, el Angel del Pacto, estarán escuchando la Voz del brazo fuerte de Dios, del brazo fuerte de Jehová, estarán escuchando la Voz del brazo fuerte de Jehová que es Jesucristo nuestro Salvador en Espíritu Santo a través de Su Angel Mensajero.

Ahora, hemos visto que toda la Obra que Dios ha hecho por medio de Su brazo fuerte, por medio de Su diestra, por medio de Jesucristo, ha sido a través siempre de Cristo, el Angel del Pacto, tanto a través de Su cuerpo angelical como también a través de Su cuerpo de carne, a través del cual llevó a cabo la Obra de Redención.

Por eso Jesucristo es la persona más importante que ha pisado este planeta Tierra, y es el único que puede darle Vida eterna al ser humano.

Ninguna otra persona le puede ofrecer a usted Vida eterna, solamente el brazo fuerte de Jehová, que es Jesucristo nuestro Salvador, el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, y El es el que se sentó en el Trono de Dios en el Cielo; pero El tiene un Trono aquí en la Tierra que es el Trono de David, del cual dice:

Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.” (Apocalipsis, capítulo 3, verso 21).

Y el que se sentará en el Día Postrero en el Trono con Cristo será el vencedor del Día Postrero, a través del cual estará Cristo, el brazo fuerte de Jehová manifestándose y dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.

Por lo tanto ese es el Angel del Señor Jesucristo, el que se sentará con Cristo en Su Trono, porque ése es el Angel de la diestra de Jesucristo para este tiempo final.

Por lo tanto, al ser el Angel de la diestra de Jesucristo es el Angel del poder de Jesucristo, como los Angeles Mensajeros de cada edad fueron los Angeles de la diestra de Jesucristo, los Angeles del poder de Jesucristo manifestado en cada edad, a través del Espíritu Santo que se manifestó a través de cada uno de ellos.

Así es para nuestro tiempo: a través del Angel, de la diestra de Jesucristo que es el Angel del Señor Jesucristo, se manifestará el poder de Jesucristo por medio del Espíritu Santo.

No es poder humano, sino el poder de Dios a través del Espíritu Santo en el Día Postrero para abrirnos estos misterios, para darnos a conocer todas estas cosas y para prepararnos para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Todo eso lo hace una sola persona: el brazo fuerte de Jehová, que es Jesucristo nuestro Salvador.

Pero en el brazo fuerte de Jehová podemos ver que El ha tenido Mensajeros, estrellas, Profetas en el Antiguo Testamento, y Apóstoles y Profetas Mensajeros en el Nuevo Testamento; y para este tiempo el Angel del Señor Jesucristo que es el último de los Mensajeros de la diestra del Señor Jesucristo, de la diestra de Dios, o sea, el último de los Mensajeros de Cristo que es la diestra de Dios.

Y ahora, hemos visto el misterio del brazo fuerte de Jehová, ese ha sido nuestro tema para esta ocasión.

Que las bendiciones de Dios por medio de Su brazo fuerte, por medio de Jesucristo, sean sobre todos ustedes y sobre mí también; y pronto se complete el número de los escogidos de Dios en Su Cuerpo Místico de creyentes, y pronto Cristo se levante del Trono del Padre y tome el Título de Propiedad y lo abra en el Cielo, y lo traiga a la Tierra y lo entregue al Mensajero del Día Postrero para que se lo coma y para que todos seamos restaurados a la Vida eterna, y pronto sean resucitados los muertos en Cristo y nosotros los que vivimos seamos transformados y seamos llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Muchas gracias por vuestra amable atención amados amigos y hermanos presentes, y dejo nuevamente con ustedes a nuestro amigo y hermano, el misionero, Rvdo. Miguel Bermúdez Marín para terminar nuestra parte en esta ocasión.

Y bien agarraditos todos del brazo fuerte de Jehová, bien agarrados todos de Jesucristo, el brazo fuerte de Jehová todos los días de nuestra vida para vivir con Cristo por toda la eternidad. No se aparte de Cristo que es el brazo fuerte de Jehová.

Bueno, ya tenemos al Rvdo. Miguel Bermúdez Marín para él terminar nuestra parte en esta ocasión.

Que Dios les bendiga y les guarde a todos.

EL BRAZO FUERTE DE JEHOVA.”