obsidian/es/conferencias/2002/02/spa-2002-02-01-1-palabras_de_saludo-BOGCO.md

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title: 'Palabras de saludo'
date: 2002-02-01
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city: Bogotá D.C.
state: Cundinamarca
country: CO
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Muy buenas noches, amados hermanos y amigos presentes aquí en el Gaitán; es una bendición grande estar con ustedes y estar escuchando el tema: “TOMANDO UN PUEBLO PARA SU NOMBRE,” lo cual hemos visto a través de la Escritura. Y hemos visto que somos personas privilegiadas, al ser cada uno de nosotros como individuos, ser parte de ese pueblo que está siendo tomado para Su Nombre, desde el Día de Pentecostés hacia acá.

Y en este tiempo está El llamando y tomando los últimos que completarán ese pueblo llamado para Su Nombre.

Así que saber que uno pertenece a ese pueblo llamado para Su Nombre, es un motivo grande de gozo y de agradecimiento a Cristo, y uno está consciente de que, por ejemplo, sus amistades lo conocieron a usted, le conocieron a usted cuando le vieron.

**¿Y Dios desde cuándo le conoce a usted y a mí?** Desde antes de la fundación del mundo, cuando El escogió desde antes de la fundación del mundo las personas que iban a formar parte de ese pueblo para Su Nombre.

Así que, vean ustedes desde cuándo nos conoce Dios: desde la eternidad.

Por lo tanto, siendo conocidos por Dios desde antes de la creación, entonces estamos seguros en Dios, y estamos seguros en ser parte de ese pueblo que está siendo tomado para Su Nombre. A tal grado que miren lo que Cristo hizo por nosotros, lo planificó ya desde antes de la fundación del mundo. Dice... vamos a ver... Primera de Pedro, capítulo 1, verso 18 en adelante, dice:

“*Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,*

*sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación.”*

**¿Con qué hemos sido rescatados?** Con la Sangre de Cristo. Hemos sido rescatados como el pueblo hebreo fue rescatado de Egipto (de ese imperio egipcio y el faraón), fueron rescatados y llevados a la Tierra prometida; y ahora nosotros hemos sido rescatados con la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador.

Por eso es que el pueblo hebreo tuvo que sacrificar un cordero pascual antes de su liberación: para ser librados de la muerte los primogénitos del pueblo hebreo. Y para ser librados de la muerte los Primogénitos de Dios, tuvo que ser sacrificado un Cordero Pascual, que es Jesucristo nuestro Salvador, para poder ser libertados y salir en este Exodo hacia la tierra prometida.

Y vean, la tierra prometida del bautismo del Espíritu Santo, donde recibimos el cuerpo angelical, pues recibimos el nuevo nacimiento, para eso tenemos que tener el Sacrificio del Cordero Pascual; o sea, que la persona antes tiene que recibir a Cristo como su Salvador, como el Cordero de Dios que murió y derramó Su Sangre por todos nosotros, para librarnos de la segunda muerte, para librarnos de la muerte espiritual y de la muerte física que vendrá en el lago de fuego.

El nos libra de la muerte; porque la paga del pecado es la muerte, pero El nos libra de esa sentencia, de la paga del pecado, y nos da Vida eterna, nos restaura a la Vida eterna.

“*Sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,*

*ya destinado desde antes de la fundación del mundo.”*

**¿Desde cuándo Cristo fue destinado para morir como el Cordero de Dios en la Cruz del Calvario?** Desde antes de la fundación del mundo. Y si fue destinado desde antes de la fundación del mundo para morir, entonces tenía que saber por quién iba a morir, o sea, que tenían que estar también en el pensamiento de Dios aquellos por los cuales Cristo iba a morir; porque no va Dios a programar en Su mente la muerte del Cordero de Dios, a Cristo muriendo en la Cruz, sin tener por quién morir, tiene que tener una causa por la cual morir.

Por lo tanto, cuando El pensó en Cristo para morir en la Cruz, pensó en nosotros para ser lavados con la Sangre de Cristo.

Así que esto no es una cosa de ahora sino desde antes de la fundación del mundo: que Dios nos conoce y estamos en Su Programa en Su mente, porque en Su mente estaba Su Programa, y luego ha estado manifestándose, realizándose ese Programa.

Vea, aquí dice: *“Ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros.”*

Fue manifestado en los postreros tiempos por amor ¿de quiénes? De todos nosotros.

Y ahora, los postreros tiempos por cuanto comenzaron en los días de Jesús, porque comenzó el primero de los Días Postreros, que es el quinto milenio, vean, fue manifestado el Cordero de Dios, manifestado en la Tierra; pero todo eso ya estaba en la mente de Dios, por lo tanto todo ese Programa ya estaba en otra dimensión, pero tenía que materializarse aquí en la Tierra.

Y nosotros estábamos en la mente de Dios, por lo tanto estábamos en otra dimensión, pero teníamos que ser manifestados aquí en la Tierra en carne para obtener los beneficios del Programa de Redención que llevaría a cabo Cristo, el Cordero de Dios, para así formar parte del pueblo que es tomado para Su Nombre.

Por eso somos un pueblo tomado para Su Nombre, y por eso es que Dios ha estado tomando un pueblo para Su Nombre desde el Día de Pentecostés hacia acá; y algún día entrará, será llamado y tomado hasta el último de los que formará ese pueblo para Su Nombre; y cuando sea llamado el último y entre a ese pueblo llamado para Su Nombre, pues se habrá completado el pueblo llamado para Su Nombre, para el Nombre del Señor Jesucristo; y entonces vendrá la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos.

Este pueblo llamado para Su Nombre, tomado para Su Nombre, es un pueblo perteneciente a una nueva creación que Cristo está llevando a cabo. Y Cristo es el Segundo Adán, y es el Primero, el Primogénito, el primero de esa nueva raza, de esa nueva creación con Vida eterna.

La raza antigua que cayó en el Huerto del Edén no tiene Vida eterna. Por eso nuestro cuerpo por cuanto pertenece a esa raza antigua que cayó, pues no tiene Vida eterna nuestro cuerpo físico; pero en la nueva raza que Cristo está creando, que es este pueblo tomado para Su Nombre, El nos da Su Espíritu Santo y obtenemos el nuevo nacimiento y obtenemos un cuerpo angelical, eterno.

Y luego cuando se complete la Iglesia de Jesucristo, este pueblo tomado para Su Nombre, entonces nos dará el cuerpo físico, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, porque este pueblo que El está tomando para Su Nombre es un pueblo descendiente del Segundo Adán, con Vida eterna; y éste será el pueblo que reinará con Cristo, que gobernará los destinos de este planeta Tierra y del Universo completo con nuestro amado Señor Jesucristo, que es el Primero, el Primogénito, la Cabeza de este pueblo que El está llamando para Su Nombre.

Por lo tanto, conscientes de que pertenecemos al pueblo tomado para Su Nombre, agradecemos a Cristo este privilegio tan grande: pertenecer a la Familia de Dios, la descendencia de Dios, viniendo por medio de Jesucristo, por medio del nuevo nacimiento; y en el Día Postrero en adición nos dará el cuerpo físico, eterno y glorificado, igual al cuerpo glorificado de Cristo, y entonces seremos a imagen y semejanza de Jesucristo nuestro Salvador, y entonces estará en pie este pueblo tomado para Su Nombre, esta nueva raza estará en pie con Vida eterna física con un cuerpo glorificado. Y esa es la raza del nivel más alto de toda la creación de Dios, por eso será la que gobernará no solamente el planeta Tierra sino el Universo completo.

Esa es la raza que tiene el Real Sacerdocio, el Sacerdocio de Melquisedec, del cual Cristo es el Sumo Sacerdote, El es Melquisedec, y nosotros somos los hijos del Rey y Sacerdote Melquisedec. El también es el Rey Melquisedec, y nosotros somos hijos del Rey Melquisedec, que es Jesucristo nuestro Salvador, y nosotros somos - y El es el Juez de los Cielos y de la Tierra, y nosotros somos hijos del Juez de los Cielos y de la Tierra, de nuestro amado Señor Jesucristo.

Por eso es que somos coherederos con Cristo; a todo lo que Cristo es heredero, somos nosotros también coherederos con El, somos coherederos con Cristo del planeta Tierra completo, somos coherederos con Cristo del Universo completo, de toda la creación, somos coherederos con Cristo de un cuerpo glorificado y eterno; así como El tiene un cuerpo glorificado, nosotros somos coherederos con El, por lo tanto tendremos un cuerpo glorificado también, como el de nuestro amado Señor Jesucristo, ¿por qué? Porque somos miembros del pueblo que El está tomando para Su Nombre.

Así que conscientes de que somos el pueblo tomado para Su Nombre, los escogidos de Dios del Día Postrero, le damos gracias a Cristo por esa bendición y privilegio tan grande, y le servimos con toda nuestra alma todos los días de nuestra vida, trabajando siempre en Su Obra, porque en Su Obra es que El lleva a cabo todo Su Programa en la edad correspondiente al tiempo en que nos toca vivir; así como llevó a cabo Su Obra en cada edad, en el tiempo correspondiente a cada edad, y tuvo al Mensajero de cada edad, y al pueblo de cada edad, las personas que pertenecieron al pueblo tomado para Su Nombre de cada edad; y así es en nuestro tiempo también.

Así que con esta bendición tan grande que tenemos de parte de Dios, tenemos gozo y ánimo para trabajar en la Obra de Cristo en este tiempo final, para que El complete este pueblo que El está tomando para Su Nombre, y entonces cuando lo complete, habrá completado la creación en el campo espiritual, habrá dado a cada persona escrita en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, habrá dado el cuerpo angelical, y luego le corresponde darnos el cuerpo físico, eterno y glorificado, igual al cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador.

Es para este pueblo tomado para Su Nombre la promesa y bendición de un cuerpo angelical y un cuerpo físico glorificado, para ser así a imagen y semejanza de Jesucristo nuestro Salvador.

Bueno, ha sido para mí una bendición grande estar con ustedes, tanto en el video como también en persona, dándoles testimonio de este pueblo que El está tomando para Su Nombre. El está tomando un pueblo para Su Nombre.

**¿Qué ha hecho El con usted y conmigo?** Nos ha tomado para Su Nombre, y nos ha colocado en Su Cuerpo Místico de creyentes.

Bueno, que Dios les continúe bendiciendo a todos, que Dios les guarde, y reciban saludos de mi esposa Erica y también de mi niña América (los niños), y también de Yahannah Gabriela, la cual ya tiene dos meses y medio, y ya pues está para estar sirviendo a Cristo. Los bebés aunque usted no se lo imagine, ellos sirven a Cristo en diferentes formas, aun cuando se les toma un video o una foto, y las personas los ven, llega al alma de las personas algo, un Mensaje celestial, ¿ven? Y ya Dios comienza a abrir el corazón de las personas.

Bueno, que Dios les continúe bendiciendo a todos, que Dios les guarde, y dejo con ustedes al ministro, vuestro ministro, el Rvdo. Fernando Cubillos. Y que Dios te bendiga Fernando por la invitación para estar aquí con ustedes, fue un privilegio estar con ustedes.

“**PALABRAS DE SALUDO.”**