obsidian/es/conferencias/2001/07/spa-2001-07-20-1-eternament...

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title: 'Eternamente jovenes'
date: 2001-07-20
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Muy buenas noches, jóvenes en este encuentro (¿y que más Miguel?)... En este encuentro evangelístico: **“Eternamente Jóvenes;”** es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa para con cada uno de ustedes jóvenes, y con los niños, y los adultos y ancianos también.
En esta ocasión quiero leer en Primera de Corintios, capítulo 15, versos 45 en adelante, dice:
“*Así también está escrito: Fue hecho el primer hombre Adán alma viviente; el postrer Adán, espíritu vivificante.*
*Mas lo espiritual no es primero, sino lo animal; luego lo espiritual.*
*El primer hombre es de la tierra, terrenal; el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo.*
*Cual el terrenal, tales también los terrenales; y cual el celestial, tales también los celestiales.*
*Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.*
*Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.*
*He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados,*
*en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.*
*Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.*
*Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.”*
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
Nuestro tema es: **“ETERNAMENTE JÓVENES.”**
“**ETERNAMENTE JÓVENES.”** Ese es nuestro tema para esta ocasión.
Y ustedes que están en esa edad de jóvenes quisieran ser eternamente jóvenes, no avanzar en cuanto a los resultados de la edad a medida que la edad, los años pasan, sino que le pasen 50 años, 100 años, 500 años, 1000 años, un millón de años y permanecer jovencitos. Ese es el deseo de todos lo jóvenes, y también de todas las personas adultas también.
Los niños, pues miren, quieren ser jóvenes, los ancianos quieren ser jóvenes, los adultos quieren ser jóvenes, y los jóvenes quieren permanecer siendo jóvenes. Esa es la edad de la flor de la juventud.
Y ahora, si ese anhelo, clamor, está en el alma de todo ser humano, tiene que ser porque hay de parte de Dios la posibilidad de la persona obtenerlo.
Usted no puede tener sed si no hay agua para saciar la sed, usted no puede tener hambre si no hay alimentos para comer, usted no puede tener necesidad de respirar oxígeno si no hay oxígeno para respirar.
Y así por el estilo, vean ustedes, se necesita que haya en el corazón de la persona un clamor, un deseo, para poder comprender que de parte de Dios hay la respuesta a ese deseo, y que Dios le dará conforme al deseo, la petición de su corazón a la persona.
Ahora, para lograr obtener lo que la persona anhela, tiene que someterse a la forma establecida por Dios. Dios tiene una forma establecida para la persona obtener aquello que anhela en su alma.
Y ahora, vamos a ver el anhelo del alma de todo ser humano, que es el anhelo de ser eternamente joven. Vamos a ver el orden divino para lograr ser joven eternamente.
Dios es eterno, y Dios creó al ser humano para vivir eternamente. Antes de Dios colocar al ser humano en este planeta Tierra, en un cuerpo físico de carne tomado del polvo de la Tierra y creado por Dios del polvo de la Tierra, Dios había creado al ser humano en otra dimensión (o sea, en la sexta dimensión), o sea, le había dado un cuerpo de la sexta dimensión, antes de darle el cuerpo físico de esta dimensión.
Cuando le dio el cuerpo teofánico, cuerpo angelical; en Adán, vean ustedes, estaba todo, y toda la autoridad y poder estaba en Adán. Y fue colocado Adán en su cuerpo angelical en el Edén, y gobernaba sobre los animales y sobre todo lo que estaba allí en el Huerto del Edén y en todo el planeta Tierra, pero no podía labrar la tierra; porque en un cuerpo angelical no se puede estar tomando unas herramientas de trabajo aquí en la Tierra (de las que nosotros usamos), para una persona en un cuerpo angelical ponerse a trabajar en la finca para cosechar.
Lo primero es que nosotros trabajamos porque tenemos necesidad. El ser humano lucha y trabaja para obtener lo que necesita; trabaja, y si trabaja en algún sitio le pagan, y con eso que le pagan compra alimento, alimentos para él y su familia, y compra ropa para él y su familia, y también paga el auto (si ha comprado un auto). O sea, que lo que el ser humano hace es trabajando obtener lo que necesita, para con eso comprar y obtener todo lo que necesita para cubrir sus necesidades terrenales.
Ahora, en el cuerpo angelical no hay necesidades. No se come en el cuerpo celestial, por lo tanto no le puede usted servir un plato de comida a una persona que esté en el cuerpo celestial, cuerpo angelical, porque ese cuerpo no fue diseñado para estar comiendo las cosas terrenales; y no tiene necesidad de trabajar, no trabaja como se trabaja aquí, porque no tiene que cubrir necesidades terrenales; y no duerme, porque el sueño para nosotros es para recuperar nuestro cuerpo, para que se recupere y obtenga energías, fuerza, y podamos continuar viviendo. Si la persona no duerme, pues llega el momento que se muere, y entonces si que duerme.
Así que, es correcto dormir la cantidad de tiempo necesaria para la persona. Hay unos que duermen poco pero hay otros que duermen demasiado, y duerme mucho y trabajan poco; pero hay que balancear bien la vida terrenal, porque esta vida terrenal que Dios nos ha dado tiene un propósito en el Programa de Dios.
Por lo tanto, tenemos que apreciar la bendición de estar viviendo en este planeta Tierra en estos cuerpos mortales, terrenales, temporales, y que se nos ponen gradualmente avanzados en edad y se van envejeciendo y se nos va acabando el tiempo aquí en la Tierra. Por eso hay que entender el propósito para el cual nosotros estamos aquí en la Tierra.
Estamos aquí en la Tierra por un propósito divino: para hacer contacto con la Vida eterna y recibir a Cristo como nuestro Salvador, lavar nuestros pecados en Su Sangre, ser bautizados en Su Nombre y recibir Su Espíritu Santo, y así obtener el nuevo nacimiento, y así nacer del Agua y del Espíritu, y así nacer en el Reino de Cristo en la sexta dimensión, y por consiguiente nacer en el Cuerpo Místico de Cristo, que es Su Iglesia.
La Iglesia del Señor Jesucristo, aunque los miembros de ella viven en la Tierra en el tiempo que les toca vivir, sin embargo no es una Iglesia terrenal, es una Iglesia Celestial; y sus cuerpos teofánicos los reciben las personas cuando reciben el Espíritu Santo, la persona recibe un cuerpo angelical, teofánico, de la sexta dimensión.
Cuando la persona nació en la Tierra, pues recibió un espíritu de la quinta dimensión, un espíritu del mundo, y recibió un cuerpo en la permisiva voluntad de Dios, un cuerpo mortal, corruptible y temporal; y gracias a Dios que este cuerpo es temporal, porque el otro que El ha prometido para nosotros es eterno.
Y ahora, Dios no quiso que el ser humano viviera en un cuerpo terrenal, mortal eternamente, y por eso lo sacó del Huerto del Edén.
Y ahora, Dios le da la oportunidad al ser humano que coma del Arbol de la Vida, el cual es Cristo, para que pueda vivir eternamente con un cuerpo angelical teofánico, y con un cuerpo físico glorificado.
Ahora, lo primero que recibimos en esta Tierra es el cuerpo mortal, corruptible y temporal, y el espíritu del mundo, y eso nos coloca ¿dónde? En el reino de las tinieblas, el reino del diablo.
Pero vean, al recibir la persona a Cristo como nuestro Salvador, dice San Pablo lo que ocurre en la persona, Colosenses, capítulo 1, verso 12 en adelante, dice:
“*Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;*
*el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,*
*en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.”*
Ahora, así como Dios libertó al pueblo hebreo a través del Profeta Moisés de la esclavitud en Egipto, lo libertó del faraón y de ese reino, de ese imperio del faraón.
Ahora, aquello fue tipo y figura de la liberación que Jesucristo llevaría a cabo del Israel Celestial. En el Israel terrenal (el pueblo hebreo) se reflejó el Israel Celestial.
Y ahora, así como Dios, Cristo... ¿por qué? Porque el que libertó al pueblo hebreo fue Cristo en Su cuerpo angelical obrando a través del Profeta Moisés, porque Jesucristo antes de tener Su cuerpo de carne llamado Jesús El es el Angel de Jehová, el Angel del Pacto, que aparece en el Antiguo Testamento. Ese Angel de Jehová o Angel del Pacto es Jesucristo en Su cuerpo angelical, cuerpo teofánico.
Por eso en San Juan, capítulo 8 versos 56 al 58, Cristo dijo:
“Abraham deseo ver mi día; lo vio, y se gozó.
Le dicen a Jesús: No tienes aún cincuenta años, ¿y dices que has visto a Abraham?
Cristo les dice: Antes que Abraham fuese, yo soy.”
¿Cómo era antes que Abraham? Pues el Angel de Jehová en Su cuerpo angelical. El cuerpo angelical es un cuerpo parecido a nuestro cuerpo pero de otra dimensión, de la sexta dimensión.
Hay siete dimensiones: la sexta dimensión es el Paraíso, la séptima dimensión es la dimensión de Dios, la quinta dimensión, pues es el infierno, y la cuarta dimensión es la dimensión de las ondas, donde están moviéndose las imágenes de la televisión y las voces también de los que hablan en la televisión o en la radio, y donde quedan grabadas todas las palabras de ustedes también.
Todo lo que ustedes hablen queda grabado en esa cuarta dimensión, y por eso es que la Escritura dice: “Por tus palabras serás justificado o condenado.” \[Nota - San Mateo 12:37\] Porque todo queda grabado.
Y aun los pensamientos del corazón de las personas quedan grabados, y Dios los puede traer a la vista y oído de las personas.
Dice el Rvdo. William Branham que los pensamientos de las personas, hablan más fuerte en el Cielo que nuestras palabras; o sea, que cuando usted está pensando, usted está hablando más fuerte que cuando está hablando físicamente. O sea, que en el Cielo lo están escuchando más fuerte cuando usted está pensando que cuando está hablando.
Cuando usted está hablando habla al nivel normal, pero cuando está pensando usted está gritando, es como si estuviera gritando, o sea, a voz en cuello —dicen en algunos lugares—, o sea, está hablando con su corazón a gritos. Por eso también el salmista dice: “Mi alma clama por ti.” \[Nota - Salmo 42:1\]
Ahora, el ser humano, vean ustedes, tiene grandes promesas de parte de Dios, y Cristo, el Angel del Pacto en el Antiguo Testamento, que es el Angel de Jehová, vino en carne humana y fue conocido por el nombre de Jesús, para El llevar a cabo la Obra de Redención.
El dijo en San Mateo, capítulo 18, verso 10, y también en San Lucas, capítulo 19, verso 10: “Porque el Hijo del Hombre vino para salvar lo que se había perdido.” — “Yo he venido para salvar lo que se había perdido.”
Ahora, todos los pensamientos divinos, vean ustedes, fueron afectados con la caída del diablo en el Cielo.
Y ahora, con la caída de ser humano en el Huerto del Edén, todas las personas que nacerían en la Tierra, nacerían en el reino de las tinieblas, porque el reino del maligno estaría gobernando el planeta Tierra con todo lo que tiene, y por consiguiente todo ser humano nacido en la Tierra pertenecería a ese reino de las tinieblas; pero Cristo vino a salvar lo que se había perdido.
Así como salvó, libertó al pueblo hebreo del imperio del faraón, Cristo en Su Primera Venida llevando a cabo Su Obra de Redención ha salvado lo que se había perdido, y nos ha librado del reino de las tinieblas, del diablo, y nos ha trasladado al Reino Suyo, al Reino de Jesucristo.
Por lo tanto, los creyentes en Cristo nacidos de nuevo no pertenecen al reino de la quinta dimensión, no pertenecen al reino del infierno, del diablo, sino que pertenecen al Reino de Cristo. Por lo tanto, han sido colocados en lugares celestiales en Cristo Jesús, Señor nuestro, y han recibido un cuerpo teofánico angelical jovencito para toda la eternidad; y así comienza en la vida de los creyentes en Cristo la juventud eterna.
Antes de poder tener un cuerpo físico, eterno y joven para toda la eternidad, tiene que obtener primero un cuerpo angelical, teofánico, jovencito para toda la eternidad. El cuerpo angelical teofánico es joven para toda la eternidad, tiene Vida eterna.
Ahora, Cristo en una ocasión dice: “Yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia.” O sea, que nunca se les acabe, eso es Vida eterna. Y al tener Vida eterna entonces se tiene juventud eterna y se tiene felicidad eterna, y todo lo que tiene es eterno.
Y ahora, primero recibimos el cuerpo teofánico, cuerpo angelical, es el mismo orden que Dios usó para traer a Adán a existencia en esta Tierra: primero le dio un cuerpo angelical, teofánico, de la sexta dimensión.
Pero luego de la caída ya los seres humanos no pueden pasar por la sexta dimensión, primero para obtener el cuerpo teofánico angelical, sino que nacen en la Tierra, obtienen un cuerpo físico, mortal, corruptible y temporal con un espíritu del mundo, un espíritu de la quinta dimensión que los inclina hacia el mal. Pero el Espíritu de Cristo nos guía siempre hacia el bien.
Ahora, Dios le dio primero un espíritu, cuerpo teofánico a Adán. Recuerden que el espíritu de la persona es un cuerpo de otra dimensión, parecido a nuestro cuerpo pero de otra dimensión. Le dio un cuerpo a Adán teofánico, y luego le creo un cuerpo del polvo de la tierra; ése es el mismo orden con Cristo.
Antes de Cristo tener el cuerpo de carne ya tenía el cuerpo angelical teofánico, y es llamado el Angel del Pacto o Angel de Jehová en el Antiguo Testamento; luego Dios le dio un cuerpo de carne creando en el vientre de María una célula de vida, la cual se multiplicó célula sobre célula, y así se formó el cuerpo de Jesús: una célula de sangre fue colocada allí, creada por Dios, fue por creación divina.
Y ahora, recuerden que el cuerpo físico es de la tierra, del polvo de la tierra. Por lo tanto, Dios tomó allí un lugar en el polvo de la tierra que estaba en forma de carne, estaba en forma de una mujer virgen llamada María, y allí creó un cuerpo físico, colocando una célula de sangre, una célula de vida creada por Dios, la cual se multiplicó célula sobre célula.
Y Dios para el Día Postrero luego de completar la Nueva Creación, creándoles un cuerpo angelical a cada alma de Dios que ha venido a la Tierra para hacer contacto con la Vida eterna, luego que se haya completado el número, luego que se haya completado la Iglesia de Jesucristo, entonces Cristo se levantará del Trono del Padre, tomará el Título de Propiedad (que es el Libro de los Siete Sellos), lo abrirá en el Cielo, y reclamará todo lo que El ha redimido con Su Sangre, y le dará un cuerpo físico, glorificado, eterno, a cada creyente que ha partido los resucitara en cuerpos glorificados, y luego a nosotros los que vivimos nos transformará.
Y ahí tenemos el mismo orden establecido por Dios: Primero el cuerpo angelical teofánico, que es el espíritu, y luego vendrá el cuerpo físico y glorificado. Será un cuerpo físico, igual al cuerpo físico glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo, será un cuerpo jovencito para toda la eternidad, para ser jóvenes eternamente.
Cuando Cristo resucitó, vean ustedes, El tenía unos 33 años cuando murió en la Cruz del Calvario, pero cuando resucitó, resucitó en condición glorificada y Sus discípulos no lo conocían.
Los que tienen unos 33 años ó 40 años y han partido, cuando regresen tampoco sus familiares los conocerán, ¿por qué? Porque resucitará en un cuerpo glorificado, eterno, inmortal, incorruptible y jovencito que representará de 18 a 21 años de edad. No estará representando los 33 ó 40 que tuvo, ó 50 años que tuvo cuando murió el cuerpo físico, sino que estará representando la edad que Dios ha escogido para el cuerpo eterno.
O sea, la apariencia en edad del cuerpo eterno es de 18 a 21 años de edad. Así se va a ver el cuerpo nuevo que Cristo nos dará, y así se verá el primer día, el primer año, el primer siglo, el primer milenio, el primer millón de años, y así se verá los primeros, el primer billón de años, y así se verá por toda la eternidad, y eso es eternamente jóvenes para vivir con Cristo por toda la eternidad.
Cristo, vean ustedes, al resucitar en condición glorificada, también resucitó y se veía más joven de lo que se veía cuando El estaba en Su ministerio terrenal, se veía más joven que cuando El murió.
Ahora, podemos ver el misterio porqué Sus discípulos no lo conocían cuando resucitó, aun los mismos jóvenes de la actualidad cuando sean transformados, las demás personas ni los conocerán, ¿por qué? Porque el cuerpo que recibiremos será perfecto y será eterno, y tendrá todo el poder divino en él manifestado.
Así que, va haber un cambio favorable para todos nosotros. Yo no le prometo nada; pero Cristo es el que ha prometido una resurrección para los creyentes en El. Cristo en San Juan, capítulo 11, dice... versos 25 en adelante, dice:
“*Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.*
*Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?*
(Marta) *Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.”*
Y todos los que han creído en Jesucristo como el Hijo de Dios que ha venido al mundo y lo han recibido como su Salvador, creen que Cristo nos resucitará si nuestro cuerpo físico muere, y si permanece vivo hasta que los muertos en Cristo sean resucitados, pues seremos transformados. Nosotros lo creemos con toda nuestra alma. Por eso estamos esperando nuestra transformación: para ser eternamente jóvenes.
Este es el Programa de Dios dado a Cristo para llevarlo a cabo, es el Programa de la creación de una Nueva Raza, es la creación de una Nueva Raza con Vida eterna, con juventud eterna, y con un cuerpo glorificado y eterno, y con todo el poder divino en esa raza manifestado.
Y de esa raza ya tenemos la muestra, ya tenemos el primero, que es nuestro amado Señor Jesucristo; por eso la promesa es que seremos a Su imagen y a Su semejanza: a Su imagen, Su imagen es Su cuerpo teofánico, su cuerpo angelical, por lo tanto El ha prometido que nos daría un cuerpo angelical, cuerpo teofánico; y a Su semejanza, eso es el cuerpo físico y glorificado que El ha prometido para nosotros, igual a Su cuerpo físico glorificado.
Para Cristo sentarse en el Trono del Padre y reinar, recibir toda la autoridad en el Cielo y en la Tierra, tuvo que recibir Su resurrección, ser glorificado, y entonces se sentó en el Trono de Dios cuando ascendió al Cielo.
Y ahora, nosotros para reinar con Cristo por el milenio y por toda la eternidad, tenemos que obtener un cuerpo glorificado y eterno, el cual Cristo ha prometido para cada uno de nosotros.
Y ahora, todo este Programa de Redención que Cristo ha llevado a cabo muriendo en la Cruz del Calvario, vean ustedes, gira alrededor del mismo Cristo, creando una Nueva Raza con Vida eterna, es para la creación de una Nueva Raza, una Nueva Raza que gobernará con Cristo en este planeta Tierra, y gobernará con Cristo en el universo completo. O sea, que todo estará siendo gobernado por esta Nueva Raza con Vida eterna, de la cual Cristo es la cabeza, y por consiguiente es el Rey de esta Nueva Raza.
Cuando llevamos las buenas nuevas del Evangelio, le estamos llevando las buenas nuevas de la Venida de Cristo como Cordero de Dios muriendo en la Cruz del Calvario, para darnos Vida eterna, quitar nuestros pecados y hacernos una nueva criatura, hacernos una nueva criatura de una Nueva Raza con Vida eterna.
Cuando damos a conocer el Evangelio, les estamos anunciando lo mismo que Moisés le anunció al pueblo hebreo, lo cual Dios se lo anunció primero a Moisés: que Dios libertaría a Su pueblo; les estamos hablando de la liberación que Cristo prometió que llevaría a cabo, la cual El la ha llevado a cabo, y se materializa esa liberación en la persona cuando recibe a Cristo como su Salvador, es libertado del reino de las tinieblas y colocado en el Reino de Jesucristo.
Hubo personas en el tiempo de Cristo que no querían recibirlo, y El les dice: “Ustedes no quieren venir a mí para recibir Vida eterna.” Esto es así porque el que lo rechaza, rechaza la Vida eterna. “El que no cree ya ha sido condenado, porque no ha creído en el Nombre del Unigénito Hijo de Dios, pero el que cree tiene Vida eterna y no vendrá a condenación, mas pasó de muerte a vida.”
“*Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”* \[Nota - San Juan 3:16\]
Para que el alma de la persona no se pierda, porque lo más importante de la persona es su alma; el cuerpo es la casa donde vive la persona. “Si nuestra casa terrestre, nuestro cuerpo terrestre se deshiciese (dice San Pablo), tenemos un edificio no hecho de manos.” O sea, tenemos el cuerpo teofánico angelical que Cristo nos ha dado, y en adición el cuerpo físico y glorificado que El nos dará.
Ahora, lo más importante del ser humano es su alma: “¿De qué le vale al hombre si ganare todo el mundo y perdiere su alma?” San Mateo, capítulo 16, versos 26 al 28:
“*¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?*
*Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.”*
Ahora, podemos ver que el alma de la persona es lo más importante, y la salvación es para el alma de la persona, por eso El nos dará un nuevo cuerpo físico, como también nos da un nuevo cuerpo espiritual, que es el cuerpo angelical o teofánico, ése es el espíritu que El nos da.
Ahora, podemos ver el Programa Divino para llegar a ser eternamente joven.
Nuestra vida está escondida en Cristo Jesús, Señor nuestro. Nuestra juventud está escondida en Jesucristo, nuestro Salvador. “En El estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.” Dice San Juan, capítulo 1, verso 1 al 18.
Ahora, podemos ver que sin Cristo no hay Vida eterna; pero con Cristo tenemos Vida eterna, y por consiguiente recibimos de Cristo juventud eterna en el cuerpo espiritual, en el espíritu (o sea, en el cuerpo angelical); y recibiremos Vida eterna física al recibir el cuerpo físico glorificado, y seremos libertados físicamente también, como ha sucedido en lo espiritual.
Por lo tanto, para este tiempo final habrá una liberación física, lo cual será la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos.
Ahora, hemos visto el Programa para ser eternamente jóvenes. Cristo en San Marcos, capítulo 16, dice... capítulo 16, verso 15 en adelante (15 al 16), dice:
“*Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.*
*El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”* Tan simple como eso.
Dios hace las cosas grandes en forma sencilla, para que todos puedan alcanzar la eterna juventud y ser eternamente jóvenes.
El nombre de cada uno de ustedes y el mío también, está escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, desde antes de la fundación del mundo. Estábamos en Dios eternamente, por eso El viene a salvar lo que se había perdido, lo que estaba en la eternidad: esas almas de Dios, esas simientes de Dios.
Y ahora, El en el Programa de Salvación viene a darle Vida eterna a todas esas almas, esas ovejas que se habían perdido, porque El vino a buscar y a salvar lo que se había perdido, para darnos Vida eterna, restaurarnos a la Vida eterna, y así ser todos eternamente jóvenes.
Si le dicen a las personas: “Hay un lugar donde ustedes pueden ir para comprar cierto alimento, y cierta agua o cierta bebida que al tomarla, la persona se rejuvenece y vive eternamente.” Pues eso era lo que los conquistadores españoles estaban buscando: la fuente de la juventud.
Ahora, si se les dice así: “Hay un lugar, y tienen que pagar tanto para conseguir esa comida y esa agua.” Las personas trabajarían por años para conseguir el dinero e ir a comprar porque saben que después van a vivir eternamente, y después pueden trabajar para ellos y ganar mucho más de lo que habían invertido en la compra de la comida y el agua que les dio Vida eterna.
O sea, que dirían, entenderían y sabrían que sería la inversión mejor de su vida, pensarían: “Pues, yo puedo trabajar toda mi vida y gasto todo lo que he ganado y después me muero, pero si logro ahorrar para comprar eso que venden, y me dará eso Vida eterna y juventud eterna, pues después voy a ganar más dinero y tengo una eternidad para vivir y ganar dinero.”
Toda persona estaría buscando ese alimento y esa bebida, y gastarían todo lo que se han ganado en su vida terrenal. Pero miren, Cristo les ofrece Vida eterna sin pagar ni un solo centavo, porque ya el precio de la salvación y la Vida eterna ya Cristo la pagó, fue Su propia vida.
Ahora, las personas ven esto tan sencillo, que dicen: “¡No puede ser!” Pero sí puede ser. Cristo, el que lo prometió, resucitó y está vivo y jovencito, Su resurrección probó que lo que El ha prometido es verdadero.
Y así como el hombre celestial: Jesucristo, el Segundo Adán, así serán también todos los creyentes en Cristo, todos los que han comido del Arbol de la Vida, que es Jesucristo, nuestro Salvador, recibiéndolo como nuestro Salvador, lavando nuestros pecados en Su Sangre, siendo bautizados en Su Nombre y recibiendo Su Espíritu Santo.
Ahora, podemos ver que tenemos la eterna juventud garantizada por el Dueño de la Vida eterna, que es Jesucristo: “En El estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.” El dijo también: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida; y nadie viene al Padre sino por mí.” San Juan, capítulo 14, verso 6. Y también El dijo: “Yo soy la Luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas, mas tendrá la luz de la vida.” San Juan, capítulo 8, verso 12.
Y ahora, también en el capítulo 6, verso 68, por ahí, nos dice... eso está por ahí por San Mateo, por ahí, donde dice, cuando Cristo ve que se van marchando las personas porque tropezaron en las palabras que Jesús habló, y los discípulos dicen en sus corazones: “Dura es esta Palabra, ¿quién la puede soportar?” Juan 6:65 al 68, entonces Cristo dice... pues ellos decían eso en sus corazones, pero Jesús está escuchando los pensamientos del corazón de ellos, está discerniendo los pensamientos del corazón de ellos, y dice a ellos: “¿Quieren ustedes también irse?” Le dice Pedro: “¿Y a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna.”
No hay otra persona que tenga palabras de Vida eterna, El es la Vida eterna. Por lo tanto, El tiene las palabras de Vida eterna para que nosotros las recibamos y tengamos Vida eterna.
Ahora, es Jesucristo el que nos garantiza que seremos eternamente jóvenes. “Los Cielos y la Tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.” Dijo Jesucristo. Por lo tanto esas palabras no pasarán.
Seremos eternamente jóvenes, ya somos jóvenes eternamente en el cuerpo angelical, cuerpo teofánico, y seremos jóvenes eternamente en el cuerpo físico y glorificado que El nos dará en este tiempo final.
Por lo tanto, estas buenas nuevas las pueden llevar a todas las personas, y mostrarle a todas las personas quién es el que garantiza que tendremos eterna juventud, y que está al alcance de toda persona obtener eterna juventud.
Ahora, ¿quiénes serán eternamente jóvenes? Todos nosotros porque hemos creído en El, lo hemos recibido como nuestro Salvador, hemos lavado nuestros pecados en Su Sangre, hemos sido bautizados en Su Nombre en agua, y hemos recibido Su Espíritu Santo, y hemos sido sellados con Su Espíritu Santo y vamos a ser transformados en este tiempo final.
Ahora, le damos gracias a Cristo por la bendición de ser eternamente jóvenes, aunque todavía físicamente no hemos obtenido el cumplimiento de esa promesa, pero potencialmente ya la tenemos. Pero tiene que materializarse en nuestros cuerpos recibiendo cada uno de nosotros una transformación, lo cual pronto vendrá.
Y lo que llaman platillos voladores o carros de fuego tendrán que ver con esa transformación que va a venir, como tuvo que ver con la partida del Profeta Elías el carro de fuego, o carro de fuego que se lo llevaron, y así por el estilo.
Ahora, dejamos eso quietecito ahí, porque tendríamos que tomar tiempo para explicar lo de los carros de fuego. Así que eso será para otra ocasión en que Miguel coloque ese tema de los carros de fuego, y ahí entonces hablaríamos acerca de los carros de fuego y veríamos con más detalles el misterio que hay en los carros de fuego.
Ha sido para mí en esta ocasión un privilegio y bendición grande estar con ustedes, dándoles testimonio de que seremos eternamente jóvenes; ya en lo espiritual lo somos, ya nuestro cuerpo teofánico es un cuerpo jovencito para toda la eternidad. Pero nos falta el cuerpo físico, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, el cual pronto vamos a recibir.
***Que las bendiciones de nuestro amado Señor Jesucristo, el Angel del Pacto, nuestro Salvador, sean sobre todos ustedes y sobre mí también; y pronto se complete el número de los escogidos en el Cuerpo Místico de Cristo, y pronto Cristo se levante del Trono del Padre, resucite a los muertos en Cristo y nos transforme a nosotros los que vivimos, y nos lleve con El a la Cena de las Bodas del Cordero, a la Casa de nuestro Padre Celestial en el Cielo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.***
Muchas gracias por vuestra amable atención, y continúen pasando una noche llena de las bendiciones de nuestro amado Señor Jesucristo.
Les veré a los que estarán mañana en la actividad de Xalapa, y los que estarán en la actividad del domingo en la mañana en Veracruz, ahí también estaremos.
El domingo en Veracruz les veré, y allá, pues en Xalapa y en Veracruz tendremos unos temas muy importantes. En Xalapa tendremos “DIOS OBRA EN NUESTRO FAVOR.” Y eso es bueno saberlo, tener a Dios obrando a favor nuestro eso es una bendición.
Y luego en Veracruz el tema es: “TENIENDO A DIOS DE NUESTRA PARTE.” Es más o menos lo mismo, eso es para el sábado: “TENIENDO A DIOS DE NUESTRA PARTE.” Allá en Veracruz.
Y luego el domingo en la mañana vamos a ver un tema aquí muy importante: “EL PARALELISMO ENTRE JESUS Y SU ANGEL.”
Oren mucho por ese tema porque quizás hay cosas que no se las pueda decir, pero hasta donde Dios me permita darles a conocer les estaré dando a conocer.
Bueno, vamos a dejar por aquí a nuestro amigo y hermano, el misionero y Rvdo. Miguel Bermúdez Marín, para finalizar nuestra parte con ustedes jóvenes, y así ya ustedes puedan continuar la actividad de ustedes, y nosotros continuar nuestro viaje hasta el lugar donde llegaremos en esta noche.
Bueno, que Dios les continúe bendiciendo a todos, que Dios les guarde, y con nosotros nuestro amigo y hermano Miguel Bermúdez Marín, el cual es joven por dentro; porque recuerden que en el cuerpo teofánico somos jóvenes; y va a ser joven por fuera también cuando reciba el nuevo cuerpo. Así que ustedes no le llevan ninguna ventaja. Así va a ser, porque Jesucristo, nuestro Salvador, lo ha prometido para ustedes, para él y para mí también.
Bueno, que Dios les continúe bendiciendo a todos, que Dios les guarde, y con nosotros nuestro amigo y hermano Miguel Bermúdez Marín.
“**ETERNAMENTE JÓVENES .”**