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El Bautismo del Espíritu Santo 2001-05-17 3 Puebla MX 00:00:00 false

Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes; es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Reciban un saludo de mi esposa Erica, y también de mi niña América para los niños, los Cachorritos del León de la Tribu de Judá.

Para esta ocasión leemos en el libro de los Hechos, capítulo 19, versos 1 al 7, esto fue cuando San Pablo estuvo por Efeso y se encontró con unos discípulos de Juan el Bautista y les preguntó si habían recibido el Espíritu Santo, dice:

Aconteció que entre tanto que Apolos estaba en Corinto, Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Efeso, y hallando a ciertos discípulos,

les dijo: ¿Recibisteis el Espíritu Santo cuando creísteis? Y ellos le dijeron: Ni siquiera hemos oído si hay Espíritu Santo.

Entonces dijo: ¿En qué, pues, fuisteis bautizados? Ellos dijeron: En el bautismo de Juan.

Dijo Pablo: Juan bautizó con bautismo de arrepentimiento, diciendo al pueblo que creyesen en aquel que vendría después de él, esto es, en Jesús el Cristo.

Cuando oyeron esto, fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús.

Y habiéndoles impuesto Pablo las manos, vino sobre ellos el Espíritu Santo; y hablaban en lenguas, y profetizaban.

Eran por todos unos doce hombres.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Nuestro tema es: “EL BAUTISMO DEL ESPIRITU SANTO.”

Es un misterio grande en medio del cristianismo el bautismo del Espíritu Santo, pero esta promesa del bautismo del Espíritu Santo está en diferentes lugares de la Escritura. Si vamos al libro de Proverbios, en el capítulo 1, verso 23, dice:

Volveos a mi reprensión (esto es: arrepentíos y convertíos)...

Volveos a mi reprensión;

He aquí yo derramaré mi espíritu sobre vosotros,

Y os haré saber mis palabras.”

Ahora, vean ustedes cómo el bautismo del Espíritu Santo está prometido ya desde el Antiguo Testamento.

Ahora, en Joel... en Joel, capítulo 2, también nos habla del bautismo del Espíritu Santo, y nos dice Dios por medio del Profeta Joel... vamos a buscar este pasaje, el Profeta Joel nos habla de este gran evento, en el capítulo 12, verso 28, dice:

Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.

Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.”

Y ahora, en el Antiguo Testamento todavía vamos a ver algunos lugares más, en Isaías, capítulo 44, verso 3, dice:

Porque yo derramaré aguas sobre el sequedal, y ríos sobre la tierra árida; mi Espíritu derramaré sobre tu generación, y mi bendición sobre tus renuevos.”

Aquí también tenemos la promesa del Espíritu de Dios ser derramado.

Y ahora, la promesa es que será derramado sobre la generación; ¿qué generación? La generación de Jacob, de Israel. Y tenemos al Jacob, al Israel, como pueblo, pero también tenemos que Israel, Jacob, dice en el Exodo, capítulo 4... Exodo, capítulo 4, verso 22, dice:

Y dirás a Faraón: Jehová ha dicho así: Israel es mi hijo, mi primogénito.”

Y ahora, siendo que Israel como nación es el hijo primogénito de Dios, como nación es la primera nación creada por Dios.

Ahora, toda Escritura aplicada a Israel como primogénito, es aplicada a todo Primogénito de Dios, incluyendo a nuestro amado Señor Jesucristo, que es el Hijo Primogénito de Dios como persona, y también es el Hijo Unigénito de Dios.

Y ahora, encontramos que cuando Cristo nació en Belén de Judea, en esos días aparecieron los magos buscando al Mesías en Jerusalén, pero el rey Herodes se interesó, porque el rey Herodes no quería que otro rey naciera, no quería el rey Herodes perder su trono, y quería encontrar a ese niño que había nacido, el cual sería el Rey de Israel, para matarlo; y reunió a los doctores de la ley, reunió a los sacerdotes principales, y preguntó a ellos dónde tenía que nacer el Mesías, el Cristo. Ellos le dijeron: “En Belén de Judea, porque así está escrito en el libro de Miqueas, por lo tanto tiene que ser en Belén de Judea.”

Y ahora, con esa información que ya el rey tenía, de que el Mesías tenía que nacer en Belén de Judea, porque así fue profetizado por el Profeta Miqueas en el capítulo 5, verso 2, vean, dice: “Oyendo...” Dice capítulo 2 de San Mateo, dice:

Cuando Jesús nació en Belén de Judea en días del rey Herodes, vinieron del oriente a Jerusalén unos magos,

diciendo: ¿Dónde está el rey de los judíos, que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el oriente, y venimos a adorarle.

Oyendo esto, el rey Herodes se turbó, y toda Jerusalén con él.

Y convocados todos los principales sacerdotes, y los escribas del pueblo, les preguntó dónde había de nacer el Cristo.

Ellos le dijeron: En Belén de Judea; porque así está escrito por el profeta:

Y tú, Belén, de la tierra de Judá,

No eres la más pequeña entre los príncipes de Judá;

Porque de ti saldrá un guiador,

Que apacentará a mi pueblo Israel.

Entonces Herodes, llamando en secreto a los magos, indagó de ellos diligentemente el tiempo de la aparición de la estrella (y ellos entonces le dijeron que hacia dos años que ya la estrella había comenzado a aparecer, estaba apareciendo desde hacía dos años ya);

y enviándolos a Belén, dijo: Id allá y averiguad con diligencia acerca del niño; y cuando le halléis, hacédmelo saber, para que yo también vaya y le adore.

Ellos, habiendo oído al rey, se fueron; y he aquí la estrella que habían visto en el oriente iba delante de ellos, hasta que llegando, se detuvo sobre donde estaba el niño.

Y al ver la estrella, se regocijaron con muy grande gozo.

Y al entrar en la casa, vieron al niño con su madre María, y postrándose, lo adoraron; y abriendo sus tesoros, le ofrecieron presentes: oro, incienso y mirra.

Pero siendo avisados por revelación en sueños que no volviesen a Herodes, regresaron a su tierra por otro camino.

Después que partieron ellos, he aquí un ángel del Señor apareció en sueños a José y dijo: Levántate, y toma al niño y a su madre, y huye a Egipto, y permanece allá hasta que yo te diga; porque acontecerá que Herodes buscará al niño para matarlo.

Y él, despertando, tomó de noche al niño y a su madre, y se fue a Egipto,

y estuvo allá hasta la muerte de Herodes; para que se cumpliese lo que dijo el Señor por medio del profeta, cuando dijo: De Egipto llamé a mi Hijo.”

¿Ven? Y ahora, se cumplió en Cristo también esa profecía: “De Egipto llamé a mi hijo.” Y se cumple en los escogidos de Dios, los Primogénitos escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, que son llamados del Egipto espiritual que es el mundo, y del Egipto espiritual que es el reino de las tinieblas, el reino del diablo.

Así que, vean ustedes cómo se cumple esta profecía en los Primogénitos de Dios.

Y ahora, Dios derramará de Su Espíritu sobre Su generación, derramará de Su Espíritu sobre la generación del Israel terrenal, en el Día Postrero cuando los llame, cuando llame ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, y los selle el Angel con el Sello del Dios vivo, los cuales aparecen en el capítulo 7 de Apocalipsis, verso 2 en adelante, y luego aparecen ya sellados en sus frentes en Apocalipsis, capítulo 14, verso 1 en adelante.

Y ahora, Dios derramará de Su Espíritu también sobre la generación de Jacob, de Israel, que es Cristo, el Primogénito de Dios, porque Israel tipifica a Cristo y tipifica a la Iglesia del Señor Jesucristo.

Vean, Israel, Jacob, tubo un cambio de nombre, de Jacob por Israel; y Cristo dice que El ha tenido un Nombre Nuevo que le ha sido dado. Eso está en Apocalipsis, capítulo 3, verso 12, y Apocalipsis, capítulo 2, verso 17, donde viene la Piedrecita blanca con un Nombre Nuevo, y la piedrecita blanca es Cristo en Su Segunda Venida, y es con un Nombre Nuevo que viene en el Día Postrero; y la Iglesia del Señor Jesucristo tiene también la promesa de recibir un cambio de nombre.

Ahora, podemos ver que este es un misterio grande que corresponde a los Primogénitos de Dios: los primogénitos de Dios como nación, el pueblo hebreo; los Primogénitos de Dios, como Cristo, el Primogénito de Dios; y los Primogénitos de Dios como la Iglesia del Señor Jesucristo; y el Primogénito del Señor Jesucristo como el Angel del Señor Jesucristo.

Y uno de los primogénitos de la Iglesia del Señor Jesucristo será el primero, el Primogénito de los Mensajeros, que obtendrá la Adopción sin ver muerte; los demás ya murieron, no tuvieron la Adopción física, solamente la Adopción Espiritual, al recibir el Espíritu Santo y obtener el nuevo nacimiento, obtener el cuerpo teofánico; esa es la Adopción Espiritual, en donde obtenemos un cuerpo espiritual, que es un cuerpo angelical de la sexta dimensión.

Pero la Adopción física es nuestra transformación, donde obtendremos el cuerpo físico eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, esa Adopción no la ha recibido ningún Angel Mensajero de las edades pasadas, ni ningún grupo de las edades pasadas.

Pero esa Adopción la recibirán los escogidos del Día Postrero, de la Edad de la Piedra Angular, con el Angel del Señor Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular, porque son los Primogénitos de Dios del Día Postrero, como personas, como individuos, y el Mensajero como Angel Mensajero es el Primogénito de Dios como Mensajero Primogénito de Cristo, en la Nueva Creación que Cristo está llevando a cabo. Porque la Escritura dice: “He aquí yo y los hijos que Dios me dio.”

De todos los hijos que Dios le ha dado a Cristo, vean ustedes, los cuales son los Primogénitos de Dios, tendrá un grupo de escogidos del Día Postrero que serán los primeros, los Primogénitos que serán adoptados estando en cuerpos de carne sin ver muerte. Y también el Mensajero sin ver muerte será adoptado, recibirá su transformación; por lo tanto esos son los que ocuparán el primer lugar en el Reino de nuestro amado Señor Jesucristo.

Y por eso es que así como el Primogénito de Dios: Jesucristo, fue el que obtuvo la Adopción y murió y resucitó, Su cuerpo en una condición glorificada y se sentó en el Trono de Dios; así también de los Mensajeros, el Primogénito de los Mensajeros recibirá su Adopción, y será el que se sentará con Cristo en Su Trono. Y el grupo de escogidos del Día Postrero, siendo el grupo de los Primogénitos del Día Postrero, serán los que estarán más cerca del Señor Jesucristo. Y eso si que es algo grande en el Programa Divino.

O sea, que la parte administrativa en el Reino de Cristo, la parte administrativa que corresponde a esa etapa, le corresponde al Mensajero con el grupo de su edad; como la parte administrativa de cada edad pasada corresponde al Mensajero de cada edad, cuando estén en la Tierra en el Reino Milenial, cada Angel Mensajero con su grupo.

Ahora, la administración total de ese Reino glorioso la llevará a cabo Cristo, y estará Cristo obrando con Su Angel que se sentará con El en Su Trono y con el grupo de ese Angel Mensajero. Y ahí lo vamos a dejar. Pero con lo que ya han oído, yo creo que saben que la bendición que nos ha tocado en el Programa Divino es la más grande de todas las bendiciones que El tiene para Su Iglesia de edad en edad.

En el Antiguo Testamento, en el tabernáculo, encontramos que Moisés construyó ese tabernáculo, tenía atrio, tenía lugar santo y lugar santísimo, y para llegar a donde estaba Dios, tenían que pasar por el atrio, y después pasar al lugar santo, y después pasar al otro lado de la cortina, del velo, para llegar al lugar santísimo, entrar al lugar santísimo donde estaba Dios, sobre el propiciatorio en medio de los dos querubines de oro, y donde estaba la Gloria de Dios allí manifestada en la luz de la Shekinah, la luz de la Columna de Fuego.

Ahora, de edad en edad hemos visto que se ha estado materializando en seres humanos el tabernáculo de Dios: de Adán hasta Cristo el Atrio, de Cristo hasta el séptimo Angel Mensajero el Lugar Santo. San Pablo hablando de su tiempo, que corresponde al Lugar Santo, donde estaba el candelabro con sus siete lámparas, lo cual representa la Iglesia del Señor Jesucristo con sus siete edades y sus siete mechas encendidas, que son los siete Angeles Mensajeros encendidos con el fuego del Espíritu Santo.

El mismo fuego que estuvo en el primer Angel Mensajero luego pasó al segundo Angel Mensajero y del segundo al tercero, y así por el estilo. De lámpara en lámpara fue pasando el fuego del Espíritu Santo, y así se recorrieron las siete etapas o edades de la Iglesia del Señor Jesucristo, donde estuvo el Espíritu Santo velado y revelado en la porción correspondiente a cada edad en el Mensajero correspondiente a cada edad, así estuvo el Espíritu Santo en la Iglesia (en Su Iglesia), manifestado de edad en edad. Y esas siete etapas o edades corresponden al Lugar Santo; por eso San Pablo decía: “Ahora profetizamos en parte, en parte conocemos, en parte profetizamos; ahora vemos como en espejo en oscuridad, pero cuando venga lo que es perfecto, lo que es en parte será quitado (y dice), entonces nosotros veremos cara a cara.” [Nota - Primera de Corintios 13:12]

Ahora, la antesala para ver cara a cara, a Dios, a Cristo en Su Templo, en Su Templo Espiritual, que es Su Iglesia, la antesala es el Lugar Santo, las siete etapas de la Iglesia del Señor Jesucristo, donde se va caminando, viendo la Gloria del Señor como en espejo en oscuridad, pero la promesa es que vendrá un tiempo en que veremos cara a cara.

Ahora, ¿dónde estaba la Gloria de Dios manifestada en toda Su plenitud en el templo? En el lugar santísimo. Por lo tanto, hay que pasar al Lugar Santísimo para ver cara a cara la Gloria del Señor manifestada, la Gloria de la Shekinah, de la Columna de Fuego sobre el propiciatorio. Y de edad en edad cada Angel Mensajero colocó su grupo en la edad que le tocaba vivir dentro del Lugar Santo, viendo la Gloria de Dios como en espejo en oscuridad, porque las siete edades corresponden al tiempo de la noche.

Pero ahora la promesa es que vendrá un tiempo en que veremos cara a cara, por lo tanto hay que pasar donde está la Gloria de Dios manifestada, y es en el Lugar Santísimo; tras el velo del Lugar Santísimo está la Gloria de Dios manifestada en Su Templo, Su Iglesia, como estuvo en el tabernáculo que construyó el Profeta Moisés.

Ahora, vean ustedes una cosa muy importante: al Lugar Santísimo solamente podían entrar Moisés y su hermano Aarón. Luego que murió Moisés, luego solamente el sumo sacerdote. Dentro del Lugar Santísimo estaba la Gloria de Dios sobre el propiciatorio en medio de los dos querubines de oro.

Y ahora, encontramos que es al Lugar Santísimo que entraba el sumo sacerdote y veía la Gloria de Dios y entraba Moisés y veía la Gloria de Dios.

Por lo tanto, para el Día Postrero habrá un ministerio que entrará al Lugar Santísimo, y tiene que ser un ministerio dispensacional, porque el ministerio de Moisés era un ministerio dispensacional. En Moisés estaba el ministerio de Profeta, de libertador, estaba el ministerio también de sumo sacerdote; pero cuando pidió un ayudante a Dios, entonces el ministerio del sumo sacerdocio fue colocado en Aarón. Por eso fue que Dios se molestó con Moisés: por pedir un ayudante, porque entonces tenía que colocar el sumo sacerdocio en ese ayudante que Dios le daría a Moisés.

Pero vean ustedes, con todo y eso, Moisés todavía entraba al Lugar Santísimo y veía allí la Gloria de Dios en medio de los dos querubines de oro.

Dice el libro del Exodo, capítulo 25, versos 21 en adelante, dice:

Y pondrás el propiciatorio encima del arca, y en el arca pondrás el testimonio que yo te daré.

Y de allí me declararé a ti, y hablaré contigo de sobre el propiciatorio, de entre los dos querubines que están sobre el arca del testimonio, todo lo que yo te mandare para los hijos de Israel.”

Ahora, vean cómo Dios le dice a Moisés que de entre los dos querubines de oro que están sobre el propiciatorio, de allí, de en medio de los dos querubines de oro, Dios se declarará a Moisés, y le revelará todo lo que Moisés tiene que hablarle al pueblo hebreo.

El ministerio de Moisés, vean ustedes, era un ministerio que entraba y ministraba en el Lugar Santísimo, fue el que edificó el templo a Dios, fue el que tomó la sangre de los becerros, y machos cabríos, y los llevó al Lugar Santísimo, y esparció con su dedo siete veces sobre el propiciatorio, fue el que también esparció sobre los utensilios del tabernáculo y sobre el mismo tabernáculo, cuando él realizó esa labor que Dios le ordenó realizar para la expiación del templo, del tabernáculo, y de todas las cosas que estaban allí, y para la expiación también del pueblo.

Ahora, vean ustedes, en el capítulo 9 de Hebreos, verso 16 en adelante, dice:

Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador.

Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive (o sea, no es válido entre tanto que el testador vive).

De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre (vean, esto es lo relacionado al primer Pacto).

Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo,

diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado.

Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio.

Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.

Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos.

Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios.”

Y ahora, así como fue purificado el tabernáculo y los utensilios del tabernáculo y el pueblo, con la sangre de aquellos sacrificios que habían sido realizados, y Moisés llevó esa sangre y esparció sobre ella en el tabernáculo, en el lugar santísimo, y luego fuera del lugar santísimo y sobre el pueblo; tipo y figura de lo que el Sumo Sacerdote, Cristo, el Sumo Sacerdote Melquisedec, Sacerdote del Dios Altísimo del Templo Celestial, haría con todos los que están representados en el tabernáculo que construyó Moisés; y esas personas son los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo, porque el tabernáculo representa a la Iglesia del Señor Jesucristo, como también el Templo Celestial.

Por lo tanto, encontramos que con un mejor sacrificio que el que se hizo en el tiempo de Moisés y el que hacían en cada ocasión, serían purificados los seres celestiales que son los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo; y todo el Tabernáculo, el Templo Celestial sería purificado así con todos sus utensilios. Por eso en el Templo Celestial aparecen las siete lámparas de fuego, que son los siete Angeles Mensajeros, son los siete Espíritus de Dios enviados por toda la Tierra, los cuales se materializaron en cada Angel Mensajero.

En cada Angel Mensajero hubo un espíritu teofánico enviado de Dios en carne humana, en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo; y esos fueron los siete Angeles Mensajeros, de las siete edades de la Iglesia del Señor Jesucristo.

También encontramos los veinticuatro ancianos, que son los doce patriarcas del Antiguo Testamento, hijos de Jacob, y los doce Apóstoles del Señor. Vean, y todo esto está en el Templo Celestial. Y cuando Cristo murió en la Cruz del Calvario, los doce Patriarcas con todos los santos del Antiguo Testamento, que tenían sus pecados cubiertos con la sangre de aquellos sacrificios que ellos habían efectuado, esos pecados fueron quitados por la Sangre de Cristo, y entonces pudieron resucitar con Cristo el día de la resurrección de Cristo.

Y ahora, vean ustedes, cómo con ese Sacrificio Perfecto de Cristo, las cosas Celestiales mismas son purificadas.

Veamos en el libro del Apocalipsis, las siete lámparas y también los 24 ancianos, dice en Apocalipsis, capítulo 4, verso 4 al 5:

Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas.”

Son los doce patriarcas y los doce Apóstoles que suman veinticuatro. Y ellos, vean ustedes, siendo y estando en el Cielo aquí en esta visión Apocalíptica, son personas Celestiales que han sido redimidas por la Sangre del Señor Jesucristo, por el Sacrificio Perfecto, con el cual las cosas celestiales han sido purificadas, seres que han venido a la Tierra, sus almas han venido a la Tierra, para obtener esa purificación con la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador.

Ahora vean, cuando Juan tiene esta visión todavía no se habían completado los veinticuatro ancianos en el Cielo, porque Juan todavía estaba vivo; pero allí está él, allí está su trono, y está en la visión representado en el personaje que está sentado en ese trono. Recuerden que son visiones simbólicas que representan aquí a personas, representan a los doce patriarcas y a los doce Apóstoles.

Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios.”

Y ahora, los siete Espíritus de Dios que recorren toda la Tierra son esos siete Angeles Mensajeros con el Espíritu Santo recorriendo toda la Tierra, cada uno en su edad; todavía ellos no habían venido todos a la Tierra, estaba San Pablo, pero los otros Mensajeros todavía no se habían manifestado en la Tierra, pero vean, están aquí en el Cielo, representados en estas siete lámparas; y cuando se materializa en la Tierra esta visión de las siete lámparas, entonces en los siete Angeles Mensajeros, en las siete edades de la Iglesia.

La Iglesia con sus siete Angeles Mensajeros están ¿dónde? Delante del Trono en el Cielo, en el Templo Celestial; o sea, que el Templo Celestial se está materializando en carne humana en seres humanos, los Angeles Mensajeros, los Apóstoles también, los patriarcas del Antiguo Testamento y en los Mensajeros con sus grupos de edad en edad; y se materializa lo que corresponde al Trono en este tiempo, en la Edad de la Piedra Angular, en seres humanos, en los escogidos del Día Postrero, con el Angel Mensajero del Señor Jesucristo.

Ahora, podemos ver dónde nos encontramos representados en el Cielo. Jesús dijo:

Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.” [Nota - San Juan 3:13]

Y nosotros también hemos descendido del Cielo, para ser purificados con la Sangre de Cristo y confirmar nuestro lugar en la Vida eterna; y nuestra vida está escondida ¿dónde? En Cristo. Ahí está la Vida eterna para usted y para mí también.

Y ahora, hemos visto los veinticuatro ancianos: doce patriarcas y doce Apóstoles acá en el Templo Celestial, delante del Trono; y hemos visto también las siete lámparas de fuego, que son los siete Angeles Mensajeros con las siete edades de la Iglesia del Señor Jesucristo. Todo eso ya se ha materializado. Y ahora lo que se está materializando es lo que corresponde al Trono del Señor. Por lo tanto, nuestra Edad es la Edad del Trono, nuestra Edad es la Edad que corresponde al Lugar Santísimo, en donde estará el ministerio de Moisés.

Recuerden que Moisés entraba al Lugar Santísimo, y recibía la revelación divina para el pueblo hebreo, ¿de dónde? De Dios, de sobre el propiciatorio donde estaba Dios, el Angel del Pacto en la Columna de Fuego, allí estaba resplandeciendo la Gloria de Dios, la Gloria de la Shekinah; tenía que pasar a través de la cortina, del velo; porque el velo que estaba allí en la puerta, encontramos que impedía que el pueblo del lugar santo viera la Gloria de Dios cara a cara. Pero cuando Moisés o Aarón entraban al lugar santísimo (que eran los únicos que podían entrar), entonces ellos veían la Gloria de Dios allí en esa Luz de la Shekinah, la Luz de la Columna de Fuego.

Ahora, podemos ver que para ver cara a cara, como dice San Pablo, hay que pasar del Lugar Santo de las siete edades de la Iglesia, al Lugar Santísimo de la Edad de la Piedra Angular; ese es el lugar en donde la Gloria de Jesucristo estará manifestada en Su Iglesia en este tiempo final. Ahí es donde los escogidos de Dios verán al Hijo del Hombre viniendo en la Gloria de Su Padre, con Sus Angeles en este tiempo final.

Y ahora, encontramos que para la Iglesia del Señor Jesucristo, el Espíritu Santo viniendo de edad en edad es el Espíritu Santo, Cristo en Espíritu Santo en el Angel Mensajero de cada edad, y en el Día Postrero en Su Angel Mensajero, en el cual estará manifestado en ese velo de carne y estará revelado a Su Iglesia en este tiempo final, en la Edad de la Piedra Angular, para llamar y juntar a Sus escogidos en la Edad de la Piedra Angular, en el Lugar Santísimo de ese Templo espiritual de Cristo, para darles la revelación del Séptimo Sello, la revelación de la Segunda Venida de Cristo, y prepararlos así para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Ahora, para la Iglesia del Señor Jesucristo, la Venida del Espíritu Santo de edad en edad, hemos visto cómo ha sido; pero para cada persona como individuo ha sido el Espíritu Santo viniendo a la persona, y produciendo el nuevo nacimiento en la persona, y dándole un cuerpo teofánico angelical a cada individuo, un cuerpo angelical como el cuerpo angelical de nuestro amado Señor Jesucristo, que es llamado el Angel de Jehová o Angel del Pacto.

Y ahora, cada creyente en Cristo nacido de nuevo tiene un cuerpo angelical, un cuerpo teofánico, ese es su Angel, el Angel que lo guarda, el Angel guardián de cada creyente.

Ahora, por eso es que cuando Pedro estuvo preso y fue libertado por el Señor y se fue a la casa donde estaban orando por él, tocó a la puerta y una joven llamada Rode fue a abrir la puerta, pero cuando vio que era Pedro de gozo no abrió la puerta sino que se regresó a la sala donde estaban orando por Pedro y les dijo a todos: “Es Pedro.” Y le dicen a ella: “Rode, tú estas loca, no es Pedro es su Angel.”

La Iglesia primitiva sabía que cada creyente tiene un cuerpo angelical, ese cuerpo angelical teofánico que recibe cuando obtiene el nuevo nacimiento.

El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende.” [Nota - Salmo 34:7]

Ese Angel de Jehová para cada persona como individuo es su cuerpo angelical, su cuerpo teofánico.

También dijo Cristo en una ocasión, hablando de los pequeñitos representados en los niños, los cuales representan a los escogidos de Dios, a los miembros de la Iglesia de Jesucristo, dijo: “Sus Angeles ven el rostro de mi Padre cada día.” [Nota - San Mateo 18:10]. Y también dijo: “No os gocéis de que los espíritus se os sujetan en mi nombre, sino gozáos de que vuestros nombres están escritos en el Cielo.” [Nota - San Lucas 10:20]. ¿Dónde en el Cielo? En el Libro de la Vida del Cordero; es ahí donde están escritos los nombres de los Primogénitos de Dios, conforme a Hebreos, capítulo 12, verso 22 al 23, dónde dice:

Sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles,

a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos (la congregación de los Primogénitos es la Iglesia del Señor Jesucristo, que tiene los escogidos de Dios, los cuales están inscritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero), a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos (los Espíritus de los justos hechos perfectos son los cuerpos teofánicos, los cuerpos angelicales que reciben al nacer de nuevo), a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.”

Hemos venido a la Tierra para ser purificados por la Sangre de Cristo y entrar al Nuevo Pacto y quedar cubiertos con la Sangre del Nuevo Pacto, para vivir con Cristo por el Milenio y por toda la eternidad.

Ahora, hemos visto todo esto acerca del bautismo del Espíritu Santo para cada individuo y también para el Cuerpo Místico de Cristo como Iglesia.

Vean ustedes, siempre hay un Angel para el individuo, pues recibe el Angel, un Angel, cuerpo teofánico, el cuerpo angelical, para la Iglesia, pues recibe el Angel Mensajero de cada edad en el cual viene el Espíritu Santo, Cristo manifestado, velado y revelado en cada edad.

Ahora, el bautismo del Espíritu Santo es el Espíritu de Cristo viniendo a la persona como individuo, y viniendo a la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes, viniendo en el Angel Mensajero de cada edad.

Ahora, el Espíritu Santo es el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, el cual en Ezequiel, capítulo 9, es el varón vestido de lino.

Y ahora, veamos acerca del bautismo del Espíritu Santo: el bautismo del Espíritu Santo es el Sello del Dios vivo, es el Sello con el cual hemos sido sellados para el día de la Redención.

Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.” (Efesios, capítulo 4, verso 30). Y en Efesios, capítulo 1, nos dice San Pablo, hablándonos del bautismo del Espíritu Santo, dice, capítulo 1, verso 13 al 14:

En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,

que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.”

Y ahora, las arras de nuestra herencia es el bautismo del Espíritu Santo, y hemos sido sellados con el Espíritu Santo, el Espíritu Santo de la promesa, y hemos recibido un cuerpo angelical, cuerpo teofánico, el cual es nuestro Angel, para nosotros como individuos; y para nosotros como parte del Cuerpo Místico de Cristo, el Angel es el Mensajero correspondiente a cada edad.

El grupo de cada edad tuvo su Angel, la Iglesia del Señor Jesucristo en cada edad tuvo su Angel, el Angel Mensajero de cada edad; como también la Iglesia de Jesucristo para el Día Postrero tendrá al Angel del Señor Jesucristo, donde estará Cristo manifestado en el Día Postrero.

Y cada Angel Mensajero tiene su Angel: que es su cuerpo teofánico. Y cada miembro de la Iglesia de Jesucristo como individuo tiene su Angel, que es su cuerpo teofánico, cuerpo angelical, que recibió cuando recibió el Espíritu Santo, al creer en Cristo como su Salvador, lavar sus pecados en la Sangre de Cristo, y ser bautizado en el Nombre del Señor Jesucristo y recibir el Espíritu Santo; y así obtuvimos el nuevo nacimiento y recibimos el cuerpo angelical, teofánico, de la sexta dimensión, un cuerpo parecido a nuestro cuerpo pero de otra dimensión, pero jovencito, inmortal. Y para el Día Postrero recibiremos el cuerpo físico, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado.

Ahora, el bautismo del Espíritu Santo también es el Título de Propiedad, el bautismo del Espíritu Santo también es el Verbo, la Palabra. El bautismo del Espíritu Santo es el anillo de boda para la Iglesia del Señor Jesucristo, es también el acta de casamiento, es también las arras del Espíritu, que viene a ser el pronto pago hasta el día de la Redención de nuestro cuerpo, es el Consolador nuestro, es el nuevo nacimiento, es la Tierra Prometida, es el aceite de las vírgenes prudentes; pues el aceite representa al Espíritu Santo y las vírgenes prudentes tenían el aceite en sus lámparas, o sea, el Espíritu Santo dentro de ellas, tenían el bautismo del Espíritu Santo.

Es la revelación de Cristo a la persona, es el cuerpo angelical de Cristo, el Espíritu Santo, es el cuerpo angelical teofánico de Cristo, es también el cuerpo teofánico, cuerpo angelical, de cada creyente, eso es el Espíritu Santo en la persona.

Y ahora, es también el Espíritu Santo el Arbol de la Vida, que estaba en el Huerto del Edén en el libro del Génesis y que está en el Apocalipsis también; es Cristo en Su cuerpo teofánico, es también el Agua de la Vida. El Espíritu Santo es el Agua de la Vida Eterna. Por eso Cristo en el capítulo 4 de San Juan le ofreció a la mujer samaritana Agua de Vida; ella pensó en agua natural, pero Cristo le estaba dando de Agua Celestial.

Vean, capítulo 4 de San Juan, verso 14 (para no leer mucho), dice:

Mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna.”

Y en el capítulo 7 de San Juan, verso 37 al 39, dice:

En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.

El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva.

Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.”

Cuando Jesús fue glorificado entonces el Espíritu Santo vendría y vino al pueblo.

Y ahora, en el libro del Apocalipsis, nos dice en el capítulo 21, verso 5 al 7:

Y el que estaba sentado en el trono dijo: He aquí, yo hago nuevas todas las cosas. Y me dijo: Escribe; porque estas palabras son fieles y verdaderas.

Y me dijo: Hecho está. Yo soy el Alfa y la Omega, el principio y el fin. Al que tuviere sed, yo le daré gratuitamente de la fuente del agua de la vida.

El que venciere heredará todas las cosas, y yo seré su Dios, y él será mi hijo.”

Aquí tenemos la promesa de la Fuente del Agua de la Vida disponible para el que quiere tomar, para que obtenga la gran victoria en el Amor Divino.

Cristo en Su Primera Venida y Cristo en Su Segunda Venida es la Fuente del Agua de la Vida, en Su Primera Venida para tomar de la Fuente del Agua de la Vida y recibir Vida eterna y recibir un cuerpo teofánico angelical, al recibir el Espíritu Santo, y en Su Segunda Venida para tomar de Cristo en Su Segunda Venida, y recibir el cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, que El ha prometido para todos nosotros.

Primero tenemos que tomar de la Fuente de la Vida, de la Fuente del Agua de la Vida en Su Primera venida, para obtener el bautismo del Espíritu Santo y obtener el cuerpo angelical; y luego en adición en el Día Postrero, luego que hayan tomado de la Fuente del Agua de la Vida y hayan recibido el cuerpo teofánico todos los escogidos de Dios, los que estarán tomando de la Fuente del Agua de la Vida en Su Segunda Venida, recibirán el cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado.

Y entonces así como espiritualmente estamos manifestados como hijos e hijas de Dios y estamos adoptados como hijos e hijas de Dios, porque tenemos el Espíritu de Adopción, que es el bautismo del Espíritu Santo donde hemos obtenido el cuerpo angelical, el cuerpo teofánico; también seremos adoptados físicamente, y entonces tendremos el cuerpo glorificado y eterno, igual al cuerpo glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo, cuerpo que será jovencito para toda la eternidad, representará siempre de 18 a 21 años de edad.

En Apocalipsis, capítulo 22, verso 16 dice, 16 al 17:

Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.

Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.”

Y ahora, en el Día Postrero tendremos la revelación de la Primera Venida de Cristo y de la Segunda Venida de Cristo, para tomar de la Fuente del Agua de la Vida en Su Primera Venida, y obtener el nuevo nacimiento, obtener el Espíritu Santo; y luego así tomar también del Agua de la Vida, que es Cristo en Su Segunda Venida, el cual es la Fuente del Agua de la Vida para obtener el cuerpo glorificado, eterno, inmortal, incorruptible que El ha prometido para todos nosotros.

Y ahora, hemos visto este misterio del bautismo del Espíritu Santo, es un misterio que está abierto para todos los escogidos de Dios de este tiempo final.

El bautismo del Espíritu Santo son las vestiduras blancas que el novio coloca a todos los que van a las bodas, como en la parábola de las bodas, en donde hubo uno que no tenía vestido de boda, y el señor de la casa dijo: “Tú entraste aquí sin tener vestido de boda.” El vestido de boda es el bautismo del Espíritu Santo donde recibimos la vestidura de la boda, que es la vestidura espiritual del cuerpo teofánico, del cuerpo angelical.

Ahora, esa vestidura de boda, esa vestidura blanca hay que tenerla limpia, y la única forma de mantener limpia esa vestidura blanca es con la Sangre de nuestro amado Señor Jesucristo.

Dice en Apocalipsis, capítulo 22, verso 14:

Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida, y para entrar por las puertas en la ciudad (de la Nueva Jerusalén).”

Ahora, para entrar por las puertas de la Ciudad de la Nueva Jerusalén, hay que tener la vestidura blanca y hay que tenerla limpia, lavada con la Sangre del Cordero.

Ahora, vean ustedes, dice:

Bienaventurados los que lavan sus ropas, para tener derecho al árbol de la vida.”

Vamos a ver en Apocalipsis, capítulo 7, verso 14 en adelante, dice: “Yo le dije...” Cuando Juan vio esa multitud que nadie podía contar y le pregunta al anciano, Juan: ¿Quiénes son estos y de donde han venido? Dice, verso 13:

Entonces uno de los ancianos habló, diciéndome: Estos que están vestidos de ropas blancas, ¿quiénes son, y de dónde han venido?

Yo le dije: Señor, tú lo sabes. Y él me dijo: Estos son los que han salido de la gran tribulación, y han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero.”

En Apocalipsis, capítulo 12 también, vean ustedes, verso 10 en adelante, dice:

Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.

Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos, y menospreciaron sus vidas hasta la muerte (¿cómo se obtiene la victoria? Por medio de la Sangre del Señor Jesucristo).

Por lo cual alegraos, cielos, y los que moráis en ellos. ¡Ay de los moradores de la tierra y del mar! porque el diablo ha descendido a vosotros con gran ira, sabiendo que tiene poco tiempo.”

Cuando el diablo sea echado del Cielo y se encarne en la tierra en el anticristo, cuando sea echado del Cielo y venga a la Tierra, sea echado por tierra, se encarnará en el anticristo, y entonces estará con gran ira contra los moradores de la Tierra, porque de ahí en adelante solamente le quedarán tres años y medio, que son los tres años y medio de la gran tribulación.

Ahora, podemos ver que hay algo muy importante en este tiempo final, para con los hijos de Dios, y hay también un peligro grande, pero Cristo nos librará de todo peligro, el Espíritu Santo nos librará de todo peligro.

Ahora, Cristo envía Su Angel para dar testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final. Apocalipsis 22, verso 6 dice:

Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.”

Es por medio de la revelación que trae el Angel del Señor Jesucristo que son dadas a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final.

Y ahora, estamos viviendo nosotros en el tiempo más glorioso de todos los tiempos del Programa Divino para la Iglesia del Señor Jesucristo, tiempo que corresponde al Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Cristo, ese Lugar Santísimo es la Edad de la Piedra Angular.

Y ahora, para el tiempo de San Pablo cuando se encontró con los discípulos de Juan el Bautista, preguntó a ellos: “¿Recibieron ustedes el Espíritu Santo cuando ustedes creyeron?” Le dicen: “Ni sabemos que hay Espíritu Santo.” Sin embargo Juan les había anunciado, Juan el Bautista les dijo que el que vendría después de él, el cual era el Cordero de Dios, dijo: “El les bautizará con Espíritu Santo y fuego.”

Para los creyentes en Cristo era la promesa del bautismo del Espíritu Santo, es para los creyentes en Cristo la promesa del bautismo del Espíritu Santo, es para la Iglesia del Señor Jesucristo que tienen (los creyentes en El) la promesa también de la Venida del Espíritu Santo manifestado en carne humana en el Angel Mensajero correspondiente a cada edad.

Ahora, en aquellos días estaba el Espíritu Santo en Pablo, entre los gentiles y estaba el Espíritu Santo también en cada individuo creyente en Cristo nacido de nuevo.

Ahora, para el Día Postrero, para la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes, tenemos la promesa de la Venida del Espíritu Santo para el Cuerpo Místico de Cristo; así como vino manifestado en cada Angel Mensajero, estará en este tiempo final manifestado en el Angel Mensajero del Señor Jesucristo.

Y ahora, los discípulos de Juan dijeron: “Ni sabemos si hay Espíritu Santo o no.” Pero estaba prometido que para ese tiempo habría Espíritu Santo para los creyentes en Cristo, lo que sucede es que aquellos eran creyentes en Juan, y tenían que ser creyentes en Cristo para recibir el Espíritu Santo y luego darse cuenta que sí, que hay Espíritu Santo para los creyentes en Cristo.

Y ahora, para los creyentes en Cristo en adición al bautismo del Espíritu Santo donde recibimos las primicias del Espíritu, que es el cuerpo teofánico o angelical, luego tenemos la plenitud del Espíritu Santo para los escogidos de Dios, lo cual será cuando tengamos el cuerpo físico, eterno, inmortal y glorificado, eso será la plenitud de la Adopción, la plenitud del Espíritu Santo en cada uno de los escogidos de Dios, de los que están vivos cuando seamos transformados, y de los que están en el Paraíso, porque sus cuerpos murieron, los cuales serán resucitados en cuerpos eternos.

Y ahora, para la Iglesia del Señor Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes tenemos la promesa de la Venida del Espíritu Santo en carne humana.

Dice el Rvdo. William Branham en la página 134:

Y noten Uds.: Cuando este Espíritu Santo que tenemos llegue a encarnarse, el que está en nuestro medio ahora mismo en la forma del Espíritu Santo, cuando El llegue a ser encarnado en la Persona de Jesucristo, entonces nosotros le coronaremos como Rey de Reyes y Señor de Señores.”

¿Está o no está ahí la promesa? Está ahí la promesa para la Iglesia del Señor Jesucristo, para recibir el Espíritu Santo viniendo en carne humana en el Día Postrero.

También en el libro de los “Sellos,” página 146, dice (el último párrafo):

Y al mismo tiempo que el diablo cae del Cielo y se encarna en un hombre (o sea, se encarne en el anticristo), el Espíritu Santo sube y viene encarnado en un hombre.”

¿Tenemos o no tenemos la promesa de la Venida del Espíritu Santo en carne humana en el Día Postrero, para la Iglesia del Señor Jesucristo? ¡Claro que sí! Pero, ¿qué dirán los seguidores del precursor? Quizás podrán decir: “Ni sabemos que el Espíritu Santo vendrá en un hombre encarnado.” Pero ahí está, ahí está la promesa, sí.

Y ahora, en la página 277 en español, dice el Rvdo. William Branham orando:

Pedimos que el Espíritu Santo venga ahora mismo, el Jinete del verdadero caballo blanco, mientras Su Espíritu, el Espíritu de Cristo, entre en confrontación con el anticristo, y El llame los Suyos.”

Y así como llamó de edad en edad a Sus escogidos, en este tiempo final estaría llamando a sus escogidos de entre los gentiles y después a los escogidos del pueblo hebreo, y eso conlleva también un enfrentamiento contra el anticristo en este tiempo final. El Espíritu Santo vendrá manifestado en carne humana y tendrá un enfrentamiento en contra del espíritu del diablo que estará encarnado en el anticristo.

En la página 270 del libro de los “Sellos,” también dice, esto es la Venida del Jinete del Caballo Blanco de Apocalipsis 19, enfrentándose al jinete del caballo amarillo de Apocalipsis, capítulo 6... el jinete del caballo amarillo acá del capítulo 6 de Apocalipsis, verso 7 al 8, vean quién es:

Cuando abrió el cuarto sello, oí la voz del cuarto ser viviente, que decía: Ven y mira.

Miré, y he aquí un caballo amarillo, y el que lo montaba tenía por nombre Muerte, y el Hades le seguía (o sea, el infierno); y le fue dada potestad sobre la cuarta parte de la tierra, para matar con espada, con hambre, con mortandad, y con las fieras de la tierra.”

Ese es el anticristo, el hombre de pecado, que viene en un caballo amarillo, pero Cristo en Apocalipsis 19 viene en un Caballo Blanco y con El vienen los redimidos por Cristo en caballos blancos y con vestiduras blancas, las vestiduras blancas lavadas en la Sangre de nuestro amado Señor Jesucristo.

Y ahora, en la página 270, del libro de los “Sellos,” dice:

Aquí vemos la Vida y la Muerte llegando a su último encuentro. El caballo blanco de Vida verdadera y el caballo amarillo de credos mezclados. La cosa está llegando a un verdadero reto.”

Ese es el reto del Día Postrero sobre el Monte de Sión, en donde Cristo, el Angel del Pacto, el Espíritu Santo, estará en la Tierra manifestado en carne humana, y el diablo estará en el anticristo, en el hombre de pecado manifestado en carne humana, en el cuerpo de carne del hombre de pecado, del anticristo y ahí habrá un reto, un enfrentamiento en este tiempo final.

La Vid Verdadera tendrá a Cristo, la vid falsa tendrá al anticristo.

Y ahora, vamos a dejar ahí un poquito quieto esto.

Miren en la página 271, dice:

El que viene sobre el caballo blanco es la Palabra y la Vida, vindicado por Sus santos resucitados que vienen con El.”

¿Con quién van a venir los santos cuando resuciten? Con Cristo, el Angel del Pacto, el Espíritu Santo, que estará encarnado en el Día Postrero, con El van a estar los santos cuando resuciten; y nosotros los que vivimos cuando seamos transformados también estaremos con Cristo, el Angel del Pacto, el Espíritu Santo hecho carne en el Día Postrero, y estará hecho carne en el Angel Mensajero del Día Postrero, de la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.

Y ahora, en la página 256 del libro de los “Sellos,” dice el Rvdo. William Branham, párrafo 3:

Pero cuando nuestro Señor aparezca sobre la tierra, El vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emanuel —la Palabra de Dios encarnada en un hombre.—”

Si conseguimos ese hombre, entonces podremos ver la Palabra encarnada en ese hombre, podremos ver al Espíritu Santo, el Verbo, la Palabra hecha carne en el Día Postrero, dándonos a conocer todos los misterios divinos correspondientes a este tiempo final, y llamando y juntando a los escogidos, y preparándonos para ser transformados en este tiempo final.

Y ahora, hemos visto este gran misterio del Espíritu Santo viniendo a Su Iglesia, a Su Iglesia como Cuerpo Místico de creyentes de edad en edad, velado y revelado en el Angel Mensajero de cada edad, y en el Día Postrero en el Angel Mensajero del Señor Jesucristo, para Su Iglesia en la Edad de la Piedra Angular.

Hemos visto también el Espíritu Santo en cada individuo, el cual es la vestidura blanca, es el aceite en las lámparas de las vírgenes prudentes, es también la circuncisión en el corazón, en el alma, y así por el estilo.

Podemos ver que el bautismo del Espíritu Santo para los escogidos es el TODO, es el Agua de la Vida eterna, es la Vida eterna, es nuestra circuncisión, es el nuevo nacimiento, es el cuerpo teofánico, es el cuerpo angelical. Todas estas cosas lo es el Espíritu Santo para todos los creyentes en Cristo nacidos de nuevo.

Y ahora, por medio del bautismo del Espíritu Santo hemos sido colocados en el Cuerpo Místico de Cristo, somos miembros del Cuerpo Místico de Cristo, y hemos sido colocados dentro del Nuevo Pacto, y estamos cubiertos con la Sangre del Nuevo Pacto, que es la Sangre de nuestro amado Señor Jesucristo.

Es por medio del bautismo del Espíritu Santo que nacemos en el Reino de los Cielos, en el Reino de Cristo, es por medio del bautismo del Espíritu Santo que nacemos de nuevo, es por medio del bautismo del Espíritu Santo que nacemos en la Iglesia del Señor Jesucristo, y es por medio del bautismo del Espíritu Santo que somos colocados dentro del Nuevo Pacto, porque el Espíritu Santo es la Vida de la Sangre de Jesucristo.

Y con el Espíritu Santo en nosotros, tenemos aplicada la Sangre de Cristo en nuestra alma, en nuestro corazón, y estamos dentro de ese Nuevo Pacto con la Sangre del Nuevo Pacto aplicada en nuestra alma, y el Espíritu Santo es la Señal, la Señal de que la Sangre ha sido aplicada a nuestra alma y en nuestra alma.

Por lo tanto, el bautismo del Espíritu Santo es la cosa más importante para cada persona, eso es lo que produce el nuevo nacimiento en la persona, eso es lo que produce la nueva criatura o Nueva Creación, y hace del individuo una nueva criatura en una Nueva Raza, que es una Raza Celestial, de la cual Jesucristo es el primero.

El es el principio de la Creación de Dios, Cristo está creando una Nueva Raza con Vida eterna. Por eso cuando se complete el número de los escogidos, cuando haya recibido el Espíritu Santo hasta el último que tiene su nombre escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, entonces Cristo nos dará el cuerpo glorificado, y entonces estaremos todos en pie juntamente con los muertos en Cristo como una Nueva Raza, con cuerpos físicos, eternos, inmortales y glorificados, será la raza de los inmortales con nuestro amado Señor Jesucristo, el Inmortal que ascendió al Cielo.

Ahora, podemos ver que somos inmortales, aunque nuestro cuerpo físico es mortal, pero nuestra alma es inmortal, y nuestro cuerpo teofánico que hemos recibido al recibir el Espíritu Santo es inmortal también, y nuestro cuerpo físico que hemos de recibir, el cual será glorificado es inmortal también, y entonces estaremos como inmortales para el Milenio, ¿y para cuándo más? Para toda la eternidad.

Esto es porque estamos escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, y somos los Primogénitos de Dios escritos en el Cielo. Por lo tanto el Espíritu Santo ha venido a nosotros como individuos, y ha venido a Su Iglesia como Cuerpo Místico de creyentes, para producir la nueva criatura en cada persona que tiene su nombre escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.

Y ahora, en el Programa de la Creación de una Nueva Raza con Vida eterna, podemos ver dónde nos encontramos: nos encontramos ya para comenzar la coronación de esa Nueva Raza, dándole Cristo a esa Nueva Raza un cuerpo eterno y glorificado, lo cual va a suceder dentro de muy poco tiempo.

Este es el tiempo del coronamiento, en donde Cristo coronará Su Obra de la Creación de una Nueva Raza, dándonos el cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado.

Por eso le damos gracias a Jesucristo: por colocarnos en la Edad de la Piedra Angular, que es la Edad de la Corona, para el coronamiento de esta Nueva Raza que El está creando, lo cual entenderemos más claro cuando tengamos el cuerpo nuevo. Ahí entenderemos todas las cosas sin ningún problema.

Ahora, hay cosas que quizás no podamos comprender, pero sabemos que están prometidas, y por consiguiente tienen que ser cumplidas a los escogidos de Dios estas promesas divinas.

Cristo está cumpliendo el bautismo del Espíritu Santo para todos los creyentes en El, y cumplirá también la transformación de nuestros cuerpos y la resurrección de los muertos en Cristo; para eso es que Jesucristo en Espíritu Santo viene a Su Iglesia y viene a cada persona como individuo. Es una Nueva Raza que Dios está creando, y la está creando y la gente no se han dado cuenta que Dios está llevando a cabo una Nueva Creación de una Nueva Raza con un segundo Adán, el cual tiene Vida eterna, y por consiguiente todos los descendientes de Cristo son personas con Vida eterna que reciben de parte de Cristo.

La generación de Jesucristo, o sea, la descendencia de Cristo que son los redimidos por Cristo, son los que reciben el Espíritu Santo, Dios prometió derramar de Su Espíritu sobre la descendencia de Cristo.

Y ahora, por eso es que nosotros, como los santos de las edades pasadas han recibido el Espíritu Santo, porque somos esa descendencia de Jesucristo nuestro Salvador, somos hijos de Dios por medio de Jesucristo nuestro Salvador, el cual ha producido el nuevo nacimiento y nos ha dado el cuerpo teofánico, y nos dará el cuerpo físico y eterno que El ha prometido para nosotros; y así estaremos físicamente también adoptados como hijos e hijas de Dios y como herederos de Dios y coherederos con Cristo, recibiendo nuestra heredad y recibiendo poder en la Tierra y en el Cielo también.

EL BAUTISMO DEL ESPIRITU SANTO.”

Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes, dándoles testimonio de: “EL BAUTISMO DEL ESPIRITU SANTO.”

Que las bendiciones del Espíritu Santo prometidas para este tiempo final, sean sobre todos ustedes y sobre mí también; y pronto se complete el número de los escogidos de Dios, y pronto los muertos en Cristo sean resucitados en cuerpos glorificados y nosotros seamos transformados y todos llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Ha sido una bendición grande estar con ustedes, dándoles testimonio de: “EL BAUTISMO DEL ESPIRITU SANTO.”

Y hemos visto que el Angel del Señor Jesucristo de cada edad no fue el Señor Jesucristo, y hemos visto también que el Angel del Señor Jesucristo para la Edad de la Piedra Angular no es el Señor Jesucristo; este Angel que le dio a Juan la revelación del Apocalipsis no es el Señor Jesucristo, es un Profeta dispensacional enviado por Cristo a Su Iglesia, para darnos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final.

Así que, hemos visto el bautismo del espíritu santo para nosotros como individuos y para la Iglesia como Cuerpo Místico de creyentes.

Que Dios les continúe bendiciendo a todos, y les guarde y les acompañe todos los días de vuestra vida. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Dejo con ustedes a nuestro amigo y hermano, Miguel Bermúdez Marín para finalizar nuestra parte en esta ocasión, mientras cantamos juntamente con este cántico grabado que nos habla del Hombre que nos transformó, del Hombre, Jesucristo, el cual también prometió darnos el Espíritu Santo, y nos ha dado Su Espíritu Santo.

Con nosotros el cántico y también nuestro amigo y hermano Miguel Bermúdez Marín.

EL BAUTISMO DEL ESPÍRITU SANTO.”