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|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
| Dios esta edificando Su casa | 2000-11-11 | 1 | Santiago de Chile | Región Metropolitana | CL | 01:33:53 | true |
Muy buenas noches amados amigos y hermanos presentes. Es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final.
Para lo cual quiero leer en el Salmo 127, versos 1 al 2 donde nos dice:
“Si Jehová no edificare la casa, En vano trabajan los que la edifican; Si Jehová no guardare la ciudad, En vano vela la guardia.
Por demás es que os levantéis de madrugada, y vayáis tarde a reposar, Y que comáis pan de dolores; Pues que a su amado dará Dios el sueño.
He aquí, herencia de Jehová son los hijos; Cosa de estima el fruto del vientre”.
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
Nuestro tema es: DIOS ESTÁ EDIFICANDO SU CASA.
Así como un joven cuando se casa con una joven va a edificar su casa, va a edificar su familia, porque su casa no son las cuatro paredes sino su familia.
Y ahora la Casa de Dios es la familia de Dios que Él está edificando y esa Casa es Su Iglesia, la cual es la descendencia de Dios, los hijos e hijas de Dios, que vienen a este planeta tierra en cuerpos de carne para identificarse con Dios recibiendo a Cristo como nuestro Salvador, lavando sus pecados en la Sangre de Cristo, siendo bautizados en Su Nombre, en el Nombre del Señor Jesucristo y recibiendo el Espíritu Santo y así naciendo en la Casa de Dios.
Porque el que no nazca de nuevo no puede ver el Reino de Dios. El que no nazca del agua y del espíritu no puede entrar en el Reino de Dios, dijo Cristo a Nicodemo en el capítulo 3, verso 1 en adelante de San Juan.
Y ahora este misterio del nuevo nacimiento es grande pero es sencillo para ser entendido.
Así como hemos nacido en esta tierra y hemos obtenido un cuerpo mortal, corruptible y temporal, y un espíritu del mundo en la permisiva voluntad de Dios, y por consiguiente hemos nacido en el reino del maligno, del diablo, y por eso todo ser humano que nace en esta tierra, nace en este mundo que está controlado, gobernado por el diablo porque él es el príncipe de este mundo, dice la Escritura. Y si es el príncipe de este mundo, el gobernante de este mundo, toda persona que nace en esta tierra, nace en el reino del príncipe de este mundo y el príncipe de este mundo es el diablo.
Ahora, cada persona que nace en esta tierra, nace entonces en un reino de esclavitud en donde el faraón de ese reino es el diablo, así como estuvo el pueblo hebreo esclavizado en Egipto.
Vean que los que quedaron esclavizados en Egipto no fueron los que nacieron en la tierra de Israel, fueron los que nacieron ¿dónde? En Egipto.
José no estaba esclavizado en Egipto, ni los patriarcas tampoco, pero luego los que nacieron en Egipto, esos quedaron esclavizados en Egipto por el faraón que no conocía a José y esclavizó a los hebreos.
Pero Dios prometió libertarlos con mano fuerte, con mano poderosa. Cuando Dios dice: “con mano fuerte, con mano poderosa”, eso es arrebatándole de las manos del faraón a Su pueblo y castigando al faraón. Porque Dios le dijo a Abraham en Génesis, capítulo 15, lo que Él haría.
Ahora vean ustedes que las cosas que suceden ya Dios las sabe y Dios tiene la solución a todos los problemas de Su pueblo.
Génesis, capítulo 15, versos 12 en adelante dice:
“Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el temor de una grande oscuridad cayó sobre él.
Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años. (Ahora vean, Dios le está hablando aquí a Abraham de su descendencia y todavía no había tenido ni siquiera a Isaac. Y ya Dios le está diciendo lo que le va a suceder a su descendencia, le está diciendo lo que será la historia de la descendencia de Abraham en una tierra extraña.)
Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; (¿ven?) y después de esto saldrán con gran riqueza”.
Ahora, Dios permite en muchas ocasiones que traten mal a los hijos de Dios, lo permite en algunas ocasiones, pero luego juzga a las personas que los han tratado mal. Porque no tienen ningún derecho de tratar mal a un hijo o una hija de Dios. Pero la Escritura dice: “No venguéis vosotros mismos”. [Romanos 12:19] ¿Por qué? Por que Él dice: “Mía es la venganza. Yo pagaré”.
Si la persona paga lo pueden meter preso, si se desquita, pero si es Dios el que paga, el que trate, luego, de impedir ese pago que Dios le hará, también cobra y el juicio divino entonces se hace realidad para aquellos enemigos de los hijos e hijas de Dios.
Todo eso está representado en lo que Dios hizo en contra de los enemigos del pueblo hebreo cuando Dios cumplió lo que Él prometió.
Y ahora, Egipto gobernado por el faraón, representa al reino de las tinieblas gobernado por el diablo, y allí estaban los descendientes de Abraham esclavizados. Pero la promesa era que serían oprimidos cuatrocientos años y luego serían libertados.
“Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza”.
¿Y cómo van a salir con gran riqueza unos esclavos? Quizás muchos interpretarían esa profecía pero cuando Dios la cumplió fue más sencillo. Dios le dijo a Moisés: “Dile al pueblo que le pidan a sus vecinos prendas, ropa, joyas, de todo”. [Éxodo 12:35]
Y eso era en cierto día, cierto momento, fue cuando cayó el temor de Dios sobre el pueblo egipcio, cuando vino la muerte sobre los primogénitos, y querían ya que el pueblo hebreo se fuera, porque decían: “Vamos a morir todos si se quedan aquí”. Se dieron cuenta que Dios estaba con el pueblo hebreo y Dios estaba juzgando a Egipto y todo lo que pedían los hebreos se los daban, para que se fueran rápido.
Y cuando se fueron, se fueron ricos. Por trabajar, por estar allí cuatrocientos treinta años, recibieron su bonificación que Dios se la reclamó, se las dio.
Vean ustedes, y todo eso luego era, para que por el desierto, construyera Moisés un templo. Pero siempre el enemigo trata de estorbar el Programa de Dios y cuando Moisés estaba recibiendo la Ley Divina en el Monte Sinaí, se levantaron en medio del pueblo algunos que no estaban de acuerdo con Moisés, porque siempre que Dios envía un profeta mensajero de una edad no todos están de acuerdo con él, y cuando envía un Profeta Dispensacional tampoco están de acuerdo con él algunas personas, que quieren, pues, ser líderes también, y quieren decir lo que hay que hacer. Pero lo que hay que hacer es una sola cosa, lo que Dios dice, y Dios lo revela al mensajero. ¿Ven lo sencillo que es?
Ahora, en medio del pueblo no hay que estar buscando liderato porque el que tiene el liderato o liderazgo es Dios y Él lo desempeña por medio del mensajero que Él coloca en medio de Su pueblo. Ese es el orden Divino.
Si uno se sale de ese orden Divino se encontrará luchando en contra de Dios al luchar en contra del mensajero que Dios envía.
Ahora, toda revelación viene al mensajero para una edad, si se está abriendo una edad. Pero si es una dispensación la que se está abriendo, la que se está entrelazando, pues Dios envía el mensajero dispensacional y a ese es que viene la revelación para esa nueva dispensación.
Ninguna otra persona sabe nada acerca del mensaje correspondiente a esa nueva dispensación, solamente Dios y no hará nada el Señor Jehová sin que ante revele Sus secretos a sus siervos sus profetas. [Amos 3:7] A cada profeta, para cada dispensación.
Ahora, siempre es un misterio cada edad y el final y comienzo de una nueva edad, y por consiguiente, es un misterio el mensajero para esa edad y el mensaje que Dios le da para esa edad. Pero ese mensaje es la Palabra de Dios para esa edad y ese mensajero es la Palabra de Dios para esa edad porque en ese mensajero está la Palabra de Dios para esa edad. Y el pueblo que lo recibe es el pueblo para esa edad en donde se hace realidad la Palabra de Dios.
Y ahora, en medio del pueblo hebreo encontramos allá en Egipto, y luego cuando salieron, encontramos que hubo problemas, siempre hay problemas, porque el diablo trata de estorbar el Programa de Dios.
Y hay personas que se dejan usar por el enemigo he interrumpen el Programa de Dios. Pero cuando Dios esté repartiendo los galardones, ahí se *echará de ver lo que sucedió y las interrupciones que cualquier persona haya causado. Si es un escogido de Dios y causó interrupciones, cuando estemos siendo juzgados por Cristo, en un juicio no para condenación, sino para galardones, ahí se va a ver todas esas cosas. Y es probable que aún antes de ser transformados haya algo, porque si los mensajeros de cada edad que están en el paraíso con su pueblo, han de venir a la tierra, cada uno con su grupo, y cuando el reverendo William Branham estuvo allá en el Paraíso y vio a su grupo, que eran millones de personas, y lo saludaron, todos jovencitos en cuerpos teofánicos, jovencitos y él también en cuerpo teofánico jovencito y con su cabello completo, él dice: “¿Dónde está Jesús? Quiero ver a Jesús, el fue mi Salvador en la tierra ”. Le dicen: “Por ahora no lo puedes ver”. “¿Cómo que no lo puedo ver? “No. Él está más arriba”. Porque ellos en el Paraíso están en la Sexta Dimensión, pero el Señor Jesucristo está en el Trono de Padre en la séptima dimensión haciendo intercesión por todos los que tienen sus nombres escritos en el cielo en el Libro de la Vida del Cordero.
Y los que están en el Paraíso no pueden subir a la séptima dimensión, tienen que obtener el cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado igual al cuerpo de Jesucristo. Cristo subió a la séptima dimensión en cuerpo glorificado.
Por lo tanto, todos los escogidos, para subir a la séptima dimensión tienen que tener su cuerpo glorificado para ir a la casa de nuestro Padre celestial, a la Cena de las Bodas del Cordero.
Él estaba muy interesado en ver a Jesús. Entonces le dicen: “Por ahora no lo puedes ver, Él está más arriba, pero Él vendrá a ti y te juzgará”. Y ahora el que quería ver a Jesús, ahora lo piensa bien. Y pregunta: “Pero ¿por qué tengo que ser juzgado? Y, ¿San Pablo será juzgado?” “También San Pablo. Tienes que ser juzgado porque tú eres un líder, o sea, un mensajero y tendrás que ser juzgado por lo que tú has predicado”.
¿Ven por qué un mensajero de una edad o de una dispensación tiene que saber de lo que está hablando? Porque todo lo que hable va a producir un efecto. Y el efecto que debe producir es el efecto que Dios quiere que produzcan las palabras que son habladas por ese mensajero.
Moisés tuvo problemas al hablar o hacer cosas que Dios le ordenó hacer pero las alteró y al alterarlas causó problemas y se causó problemas él mismo y, por ejemplo, cuando pidió un ayudante, Dios quería que Moisés fuera la persona que hablara la Palabra creadora para el pueblo, pero Moisés decía: “Es que yo tengo problemas. Desde que Tú me hablas a mí, y aún desde antes tengo problemas para hablar, soy tartamudo”. Dios le dice: “¿Quién creó, quién hizo al mudo o al tartamudo o al ciego? ¿No soy yo?”
Ahora, ¿cómo Dios escoge un hombre con ese problema para traer mensaje de la Dispensación de la Ley? Pero dice también la Escritura en boca de, en lengua de ¿qué? De tartamudo hablaré a este pueblo. [Isaías 28:11] Así que no había ningún problema.
Mire, mientras más problemas tenía Moisés para hablar, más se glorificaba Dios Porque la Gloria es para Dios, no podía decir: “Un Mensaje como éste tenía que venir por un hombre que supiera hablar bien”. No. Dios lo quería traer por medio de un tartamudo, de uno que tenía problemas para hablar. Traerlo en simplicidad para que el hombre no se lleve la gloria, sino, que se la den a Dios.
Ahora, Moisés sabía que tenía un hermano, su hermano mayor, que hablaba bien, y entonces está pensando en uno que hable bien, y está pensando en su hermano, y dice: “Envía por el que debes enviar”. Ese era su hermano. Y Dios se enojó con Moisés y luego le dice: “¿No conozco yo a tu hermano?” ¿Ven? Porque estaba pensando en su hermano que sabía hablar bien. “¿No conozco yo a tu hermano que habla bien, que sabe hablar bien? Él te va a recibir.
En la permisiva voluntad de Dios, Dios le concedió un ayudante para que hablara por Moisés, cosa que Dios no quería, porque Dios pone Su Palabra en la boca de Sus profetas. Pero ahora le dice a Moisés: “Yo pondré Mi Palabra en tu boca, y tú la pondrás en la boca de tu hermano”. O sea que Moisés le tenía que decir a Aarón lo que Aarón tenía que hablar, o sea, que Aarón no podía hablar lo que él quisiera.
Y ahora, Dios le dice a Moisés: “Y tú serás para él en lugar de Dios, y él será para ti en lugar de profeta”.
Vamos a ver si lo conseguimos rápidamente, capítulo 4, verso 10 en adelante, dice, del Éxodo: hay que comenzar un poquito antes, parece. Aquí le está dando las señales… vamos a comenzar en el verso 8:
“Si aconteciere que no te creyeren ni obedecieren a la voz de la primera señal, creerán a la voz de la postrera.
Y si aún no creyeren a estas dos señales, ni oyeren tu voz, tomarás de las aguas del río y las derramarás en tierra; y se cambiarán aquellas aguas que tomarás del río y se harán sangre en la tierra.
Entonces dijo Moisés a Jehová: ¡Ay, Señor! nunca he sido hombre de fácil palabra, ni antes, ni desde que tú hablas a tu siervo; porque soy tardo en el habla y torpe de lengua.
Y Jehová le respondió: ¿Quién dio la boca al hombre? ¿o quién hizo al mudo y al sordo, al que ve y al ciego? ¿No soy yo Jehová?
Ahora pues, ve, y yo estaré con tu boca, y te enseñaré lo que hayas de hablar.
Y él dijo: ¡Ay, Señor! envía, te ruego, por medio del que debes enviar”. (Pero Dios no debía enviar por medio de nadie, si estaba enviando al que debía enviar, a Moisés. Por medio de ése era que Dios quería obrar. Ese era el que tenía las dos conciencias juntas).
Entonces Jehová se enojó contra Moisés, y dijo: ¿No conozco yo a tu hermano Aarón, levita, y que él habla bien? Y he aquí que él saldrá a recibirte, y al verte se alegrará en su corazón.
Tú hablarás a él, y pondrás en su boca las palabras, y yo estaré con tu boca y con la suya, y os enseñaré lo que hayáis de hacer.
Y él hablará por ti al pueblo; él te será a ti en lugar de boca, y tú serás para él en lugar de Dios.
Y tomarás en tu mano esta vara, con la cual harás las señales.
Así se fue Moisés, y volviendo a su suegro Jetro, le dijo: Iré ahora, y volveré a mis hermanos que están en Egipto, para ver si aún viven. Y Jetro dijo a Moisés: Ve en paz”.
Ahora miren ¿por qué se enoja Dios con Moisés porque le dice que no sabe hablar bien, que tiene problemas, que es tardo para hablar y le dice que envíe por el que debe enviar?
Pedirle a Dios un ayudante, Moisés y ¿Dios enojarse con Moisés por eso? Es que Dios, en Moisés, había colocado los ministerios de profeta y de sumo sacerdote, y cuando Moisés pide un ayudante, el ministerio de sumo sacerdote pasa a su hermano Aarón. Aunque Moisés todavía, luego, seguía ministrando también como sumo sacerdote, pues entraba al Lugar Santísimo, que ninguna otra persona podía entrar, hablaba con Dios y Dios con él y fue el que dedicó el Templo y el que tomó la sangre de la expiación y esparció sobre el propiciatorio, y así dedicó el Templo. Él fue, no fue Aarón el que lo dedicó, sino Moisés porque ese era el hombre de Dios, el profeta de esa nueva dispensación.
Cuando hay un profeta dispensacional todos esos ministerios están en él. El ministerio más grande es el ministerio de un profeta dispensacional, pues Dios puede usarlo como sumo sacerdote, como rey, como legislador, como profeta, o sea, en la escala más alta que Dios puede usar a un hombre en la tierra.
Y por eso es que Dios le habla y le da el mensaje para una nueva dispensación y puede hacer el entrelace dispensacional, cosa que ninguna otra persona puede llevar a cabo.
Dios, para cada edad, tiene en Su Programa, lo que Él va a hacer y otra cosa no funciona. Y para cada dispensación Él tiene ya lo que Él va a hacer y otra cosa no funciona. No importa la mucha sabiduría que tengan las personas, no funciona otra cosa sino lo que Dios prometió para ese tiempo.
En la página 156 del Libro de Citas en el párrafo 1399, dice el reverendo William Branham:
“Para esa cierta edad, Dios ha predestinado esa cierta cosa para suceder y no hay otra cosa que pueda tomar su lugar. No importa lo que es, cuántos logros hechos por el hombre, nada puede tomar su lugar. El predestinó al hombre, tal vez un hombre ignorante. Él pudo haberle predestinado como otro tipo de hombre. Cualquier cosa que él sea, Él le da su clase, su don, le da su naturaleza, su estilo, y lo que sea que es, cómo él se expresa, y todo lo que hace. Él hace que el hombre de la hora tome el pueblo de la hora.”
La recoja ¿con qué? Con el Mensaje que Dios le dio. Con ese Mensaje, al predicarlo, son recogidas las personas de esa edad o de esa dispensación y colocadas en el Programa de Dios. No hay otra cosa que pueda hacer esa labor.
Tenemos otros lugares donde el reverendo William Branham habla acerca de esa forma de Dios obrar.
Y para que venga un avivamiento en cierto tiempo Dios siempre tiene un mensajero. No puede venir un avivamiento para una edad o dispensación si Dios no tiene al mensajero para esa edad o dispensación, y tiene que prepararlo primero, y darle Su Mensaje para que él lo predique y así surja el avivamiento para esa edad o esa dispensación.
Ese es el representante en el cual Dios viene manifestado en Espíritu Santo para hablarle a Su pueblo. Otra cosa no puede ocupar el lugar de ese mensajero aunque sea un hombre ignorante humanamente, ese es el mensajero de Dios para ese tiempo.
Ahora podemos ver este misterio de por qué Dios envió a Moisés siendo Moisés una persona con problemas en su habla pero era el hombre predestinado por Dios. Dios no lo escogió cuando nació, sino, desde antes de la fundación del mundo.
Y ahora, podemos ver el por qué Dios no le quería dar un ayudante a Moisés porque quería operar en Moisés el ministerio de sumo sacerdote y así que otra persona no tuviera influencia sobre el pueblo hebreo, sino solamente Moisés, porque Moisés estaba rendido a Dios.
Encontramos que cuando Moisés ascendió al monte para recibir la Ley Divina, Aarón quedó abajo con el pueblo y cuando líderes del pueblo, principe del pueblo veían que Moisés no bajaba. Él no les dijo: “Dentro de cuarenta días regresaré”. Y se desesperaron y dijeron a Aarón: “Has para nosotros dioses para presentarlos al pueblo, dioses que nos guíen, dioses, y así decir que fueron los que nos sacaron, nos libertaron de Egipto”. [Éxodo 32:1]
Y le pidieron que hiciera un becerro de oro, que era un dios egipcio, ¿verdad, Miguel? Egipcios para decir que ese fue el dios que los sacó de Egipto.
Y Aarón actuó ahí en forma irresponsable. Podía decir: “Es que si no lo hacía, me iban a matar”. Es mejor muerto pero cumpliento con su deber, en el puesto del deber, y no vivo en desobediencia delante de Dios.
Y ahora Aarón le dice al pueblo y a sus príncipes: “Mujeres y toda persona que tenga prendas, zarcillos y todas las cosas de oro, traigan todo eso. Las riquezas que Dios le dio ahora miren cómo las van a usar. Y recogieron el oro e hicieron un becerro de oro.
Hay personas que las bendiciones materiales que Dios le da las usan incorrectamente, en vez de usarlas para beneficio de la obra de Dios y así almacenar tesoros en el cielo. Pero prefieren malgastar la bendición material que Dios le da y hasta que otra persona se quede con esa bendición si se muere la persona, que otra persona se queden con la bendición en vez de llevársela para el cielo, haciendo tesoros en el cielo.
Pero eso muestra lo mucho que apreciaba esa bendición que Dios le dio. La forma en que la persona usa la bendición que Dios le da muestra el aprecio que tiene por esa bendición y el agradecimiento que le tiene a Dios por la bendición que le ha dado. “Donde esté vuestro tesoro allí estará vuestro corazón”, [San Mateo 6:21] así dijo Jesucristo. Y también dijo: “Haced tesoros en el cielo donde ni ladrones minan, ni la polilla ni el orín corrompen.” [San Mateo 6:20] Y también dijo: “Buscad primeramente el reino de Dios y Su justicia, y las demás cosas serán añadidas”. [San Mateo 6:33]
Ahora tenemos que ser realistas en estas cosas porque pertenecemos a un reino, el Reino de Jesucristo y tenemos que vivir conforme a las leyes de Su Reino. Ahora podemos ver que estando en Su Reino Él nos da a conocer los misterios de Su Reino. Los misterios del Reino de los Cielos, los cuales son dados a conocer a los escogidos de Dios. Los discípulos preguntan a Jesús cuando le habla acerca de la parábola o en parábolas, al pueblo, y preguntan: ¿Por qué Tú les hablas por parábolas al pueblo? Cristo les dice: “Por que a vosotros es concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos, mas a ellos, no es concedido, sino por parábolas”. [San Mateo 13:10 al 11] Escuchan hablar acerca del Reino de los Cielos en esa forma en parábolas pero no comprenden.
Pero para los escogidos está concedido conocer los misterios del Reino de los Cielos. Y por eso viene la revelación divina al mensajero de cada edad para dar a conocer los misterios del Reino de los Cielos correspondientes a cada edad.
Y así son recogidos los hijos e hijas de Dios, los miembros del Reino de los Cielos en la edad que les toca vivir. Por eso usa siempre a un hombre en cada edad.
En el mensaje de Las Siete Edades de la Iglesia, en la página 265, dice el reverendo William Branham, citamos de él porque fue el precursor de la Segunda Venida de Cristo y el profeta mensajero de la séptima edad de la Iglesia Gentil. Fue el profeta donde el ministerio de Elías fue manifestado por cuarta ocasión. Dice en la página 265 del mensaje o libro de las Siete Edades de la Iglesia, dice en el penúltimo párrafo:
“Como ya hemos mencionado, Jesús se identifica con el mensajero de cada edad. Ellos reciben de Él la revelación de la Palabra para cada edad. Esta revelación de la Palabra saca del mundo a los escogidos de Dios y los coloca en unión completa con Cristo Jesús”.
¿Ven? La labor que se realiza por medio del mensajero, la Obra que hace el Espíritu Santo por medio del mensajero trae al mensajero la revelación él predica esa revelación que ha recibido y Cristo reúne, junta a sus escogidos de esa edad. Son colocados por medio del ministerio que opera el Espíritu Santo en ese mensajero, son colocados en unión completa con Cristo en el cuerpo Místico del Señor Jesucristo.
Ahora podemos ver cómo es que obra Dios para colocar en Su Cuerpo Místico de Creyentes a las personas que están escritas en el cielo en el Libro de la Vida del Cordero en la edificación de la Casa de Dios, edificación que está realizando Cristo en Espíritu Santo en Su manifestación por medio del mensajero de cada edad, de cada etapa de la Iglesia del Señor Jesucristo.
Por eso son llamados estrellas, porque reflejan la Luz de Cristo, el Sol de Justicia. Y por eso son los líderes de su edad, de su grupo y tienen una responsabilidad muy grande con Dios y con su pueblo. Y por eso serán juzgados por Cristo, serán juzgados por lo que han predicando en el tiempo que les tocó vivir. No juzgados para ser condenado, sino para dar cuentas a Dios.
Como un mayordomo, es juzgado por su señor, no para condenarlo, sino para tener al día todos los negocios de su señor.
Y ahora encontramos que el mayordomo en la Casa de Dios, en cada edad, es el mensajero de cada edad, al cual su Señor ha colocado sobre Su Casa en cada edad.
Ahora la pregunta que hace Cristo es: ¿Quién es el siervo fiel y prudente, el mayordomo fiel y prudente? En San Lucas dice: “El mayordomo” o en San Marcos. En San Mateo dice: “el siervo”. [San Mateo 24:45 al 46] [San Lucas 12:42]
Y ahora, ¿quién es el siervo, el mayordomo fiel y prudente al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo? De cierto os digo, que cuando su señor venga y le halle haciendo así, dándole el alimento a tiempo y llevando a cabo la Mayordomía en la Casa de Dios correctamente, alimentando a la Casa de Dios, los hijos e hijas de Dios y trabajando en esa construcción de la Casa de Dios.
Ese siervo fiel y prudente que esté viviendo en el tiempo final tiene una bendición grande, porque dice: “¿Quién es el siervo fiel y prudente al cual puso su señor sobre su casa para que les dé el alimento a tiempo?
¿Quién es? Porque Él tiene los siete siervo fieles y prudentes de las siete edades, siete mayordomos fieles y prudentes, pero ¿quién es el mayordomo fiel y prudente que estará en el tiempo final alimentando a los hijos de Dios con la Palabra de Dios correspondiente al tiempo final? Ese tendrá la bendición más grande de todas. Ese será un mensajero dispensacional.
“De cierto os digo que cuando su señor venga y le halle haciendo así, sobre todos su bienes le pondrá”. Le pondrá como mayordomo, como administrador en una escala mayor. Eso tiene que ver con la promesa: “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”. Apocalipsis, capítulo 3, verso 21.
Y también con la promesa de Apocalipsis, capítulo 2, verso 26 al 28, donde dice:
“Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones,
y las regirá (las gobernará) con vara de hierro (O sea, no es con mano blanda, sino, con mano dura, mano de hierro, vara de hierro) y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre”.
O sea, que la misma autoridad que ha recibido del Padre, porque él al sentarse en el Trono de Dios, recibió autoridad sobre todas las naciones, sobre el planeta tierra completo y sobre el universo completo. Y en esa misma forma, ahora Cristo dará al vencedor que se sentará con Él en Su Trono.
Ahí hay un misterio muy grande pero que es muy sencillo, y que cuando estemos en ese Reino Milenial lo comprenderemos mucho mejor.
Ahora sabemos que ese tiene que ser un mensajero dispensacional, porque es para el tiempo final la promesa dada ahí para ser cumplida.
Ahora, cuando Dios envía un profeta dispensacional, ha enviado la clase de profeta más grande que puede enviar, y de esa clase de profeta, ¿cuántos tiene? Solamente siete profetas dispensacionales. Y ya Él ha tenido seis, y el que corresponde al tiempo final es el séptimo para la séptima dispensación.
Ahora, estando nosotros en un tiempo como el tiempo de Moisés, y como el tiempo de Abraham, y como el tiempo de Noé, y como el tiempo de Jesús, o sea, un tiempo como el tiempo de esos profetas dispensacionales, tenemos nosotros que estar muy atentos al y en el Programa de Dios para no fallar y poder recibir todas las bendiciones que Él tiene para todos nosotros.
Ya con lo que hemos visto en la Biblia acerca de la historia de los mensajeros y el grupo de los mensajeros dispensacionales de las dispensaciones pasadas, debemos haber aprendido para actuar en la forma en que agrademos a Dios. Y podemos recibir las bendiciones de Dios sin perder ni una sola.
Ahora, podemos ver que en el tiempo de Moisés, Dios le concedió en la permisiva voluntad un ayudante, vimos que le trajo problemas. Cuando descendió del monte el pueblo estaba adorando a otro dios, no al Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.
Ahora, Moisés continuó hacia adelante, pidió la misericordia de Dios para el pueblo y le fue concedida la bendición y continuó adelante con el pueblo, molió el becerro de oro, se lo dio a tomar, lo echó por el río se lo dio a tomar a pueblo y luego continuó trabajando en la obra de Dios para aquel tiempo.
Ahora, Aarón, después estaba muy nervioso y dando explicaciones, si no hubiera hecho lo que hizo no tenía que dar explicaciones. Es mejor no hacer las cosas incorrectamente para después no estar buscando explicaciones sino , estar tranquilo y continuar sirviendo a Dios.
Porque Dios para cada tiempo nos da a conocer Su perfecta voluntad por medio del mensaje correspondiente al tiempo que le toca vivir a la persona.
Ahora, en el tiempo de Moisés, Moisés, vean ustedes, fue usado por Dios para la liberación del pueblo hebreo en el tiempo señalado por Dios. Porque Dios tiene todo en orden aun de tiempo. Fuera de tiempo no puede cumplirse lo que Dios tiene para cierto tiempo.
Ahora la liberación del pueblo hebreo está también tipificando la liberación que Cristo realizaría con todas las almas de Dios que estarían esclavizadas en el reino del maligno. Por eso cuando llegamos a la tierra tenemos que decir presente al llamado de Cristo para ser trasladados del reino de las tinieblas al Reino de Jesucristo.
Y eso tiene una mecánica, es creyendo en Cristo como nuestro Salvador, lavando nuestros pecados en Su Sangre, siendo bautizados en Su Nombre y recibiendo el Espíritu Santo y así naciendo de nuevo, naciendo en un nuevo reino, en el Reino de Jesucristo, nuestro Salvador.
Y así se cumple en el campo espiritual esa liberación, pero también Él tiene una liberación física para todos nosotros para ser llevada a cabo en este tiempo final. Para ser libertados físicamente también y ser sacados del reino de este mundo, este reino terrenal, de mortales y ser llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Para eso tiene que Cristo libertarnos físicamente, dándonos un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado. Por eso nuestro tiempo es paralelo al tiempo de Moisés y al tiempo de Jesús.
Y ahora, en la obra de Reclamo es que recibiremos nuestra liberación física en la Casa de Dios. Es en la Casa de Dios donde se llevará a cabo esa liberación, y la Casa de Dios es la Iglesia del Señor Jesucristo, esa es la Casa que Él está edificando, Cristo en Espíritu Santo usando mensajeros de edad en edad. Pablo dijo: “Yo como perito arquitecto he puesto el fundamento [Primera de Corintios 3:10] También Pablo dice: “Yo planté, Apolos regó…” [Primera de Corintios 3:6] pero cada uno mire cómo sobreedifica, porque la casa de Dios va siendo edificada, etapa sobre etapa.
Y ahora cada mensajero es el que tiene que saber cómo sobreedifica, porque a ese viene la revelación para Cristo por medio de ese mensajero edificar una nueva etapa de Su Iglesia, una nueva edad ¿con qué? Con piedras vivas, seres humanos que vienen a formar esa Casa de Dios. Porque Dios está edificando Su Casa y Su Casa es es Su familia, Sus hijos e hijas y esa llamada la Iglesia del Señor Jesucristo, la Casa de Dios compuesta por los hijos e hijas de Dios.
San Pedro hablándonos de esta casa en Primera de Pedro, capítulo 2, verso 4 al 9, dice:
“Acercándoos a él, piedra viva, desechada ciertamente por los hombres, mas para Dios escogida y preciosa,
vosotros también, como piedras vivas, sed edificados como casa espiritual y sacerdocio santo, para ofrecer sacrificios espirituales aceptables a Dios por medio de Jesucristo. (Es por medio de Jesucristo que hacemos las cosas para Dios. Por eso usamos el Nombre del Señor Jesucristo. Todo lo que hagáis, ya sea de palabras o de hechos, hacedlo todo en el Nombre del Señor Jesucristo, dice San Pablo)
Por lo cual también contiene la Escritura:
He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa;
Y el que creyere en él, no será avergonzado.
Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen, La piedra que los edificadores desecharon, Ha venido a ser la cabeza del ángulo;
y:
Piedra de tropiezo, y roca que hace caer, m porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.
Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable”.
Y ahora, podemos ver, que la Casa de Dios, que es Su Iglesia, está siendo construída con piedras vivas que son seres humanos, personas que reciben a Cristo como nuestro Salvador, lavan sus pecados en Su Sangre, la Sangre de Cristo, son bautizados en el Nombre del Señor Jesucristo y reciben el Espíritu Santo. Y así nacen en la Casa de Dios como hijos e hijas de Dios, así como nacimos en nuestra familia terrenal, en esa familia nacimos como hijos o hijas.
Y ahora en la Casa de Dios, nacemos como hijos o hijas por medio del nuevo nacimiento, y así se va construyendo la Casa de Dios, la Iglesia de Jesucristo, la familia de Dios; como ha sido construida nuestra familia terrenal por medio de la unión de nuestros padres terrenales, fue creciendo la familia, fue creciendo la casa, la familia de nuestros padres terrenales.
Y ahora la familia de Dios ha ido creciendo a tal grado que ya son millones de hijos e hijas de Dios en la Casa de Dios. Los que vivieron en edades pasadas, encontramos que ya están en el Paraíso y quedan dos o tres de la séptima edad, quizás, por ahí todavía, pero que ya sus años estas avanzados, quizás, o que esas personas sean de nuestra edad y todavía no han llegado a nuestra edad, pero llegarán si son de nuestra edad.
¿Quiéren saber si hay más personas? Pues lleven el mensaje, porque con ese mensaje es que tienen que salir todos los escogidos de Dios de la Edad de la Piedra Angular como con el mensaje de cada mensajero tenían que salir los escogidos de cada edad.
Y ahora, y eso es lo que los coloca en unión con Cristo en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo y así vienen a ser parte de la Casa de Dios, de ese Templo Espiritual que es la Iglesia de Jesucristo compuesta por los redimidos de Jesucristo, nuestro Salvador.
Es Jesucristo el que está construyendo el Templo de Dios que es un Templo compuesto por seres humanos, en donde Dios, primeramente, mora en las primicias del espíritu y morará luego en la plenitud. Cuando seamos transformados ya tendrémos la plenitud de Dios en nosotros manifestada, y seremos iguales a Jesucristo nuestro Salvador.
Ese es el Templo que para este tiempo final, está prometido que será ungido y Dios morará en él en toda su plenitud.
Así como Moisés levantó el templo y lo dedicó Dios, y así como Salomón levantó el templo, construyó el templo y lo dedicó a Dios, y Dios entró y moró en ese templo, en el lugar santísimo sobre el propiciatorio en medio de los dos querubines de oro.
Y ahora, podemos ver, que hay un misterio ahí, donde estaba el lugar santísimo, donde Dios moró en medio de los dos querubines de oro, estaba en el occidente que es el oeste, por lo tanto, en el Templo Espiritual de Cristo, el Lugar Santísimo, tiene que estar ¿dónde? En el oeste también.
Por eso estamos viviendo en el oeste, el continente americano, la parte latinoamericana y caribeña porque Cristo está construyendo esa parte de Su Templo espiritual, el Lugar Santísimo con piedras vivas, seres humanos que lo reciben como su Salvador, lavan sus pecados en Su Sangre, son bautizados en Su Nombre y reciben el Espíritu Santo y así nacen en la Casa de Dios, nacen en el Templo Espiritual de Cristo y vienen a ser parte de ese Templo Espiritual.
Ese es el Templo más importante porque es un Templo compuesto por piedras vivas, seres humanos, así como Cristo es la Piedra del Ángulo la cual es la Piedra principal de esa Casa, porque Él es el principio de la creación de Dios, Él es el primogénito de Dios y nosotros somos sus hermanos, piedras vivas también.
Ahora podemos ver que esta casa que Dios está edificando es la Iglesia del Señor Jesucristo siendo edificada, siendo construida con piedras vivas, seres humanos y es una bendición grande ser parte de esa casa, de la Casa de Dios.
El salmista hablaba acerca de estar en la Casa de Dios, de estar en el atrio de la Casa de Dios y esa parte fue la que le tocó a él y a los que vivieron antes de Cristo por que esa era la etapa del atrio de la Casa de Dios.
Luego de Cristo hacia acá, los creyentes en Cristo nacidos de nuevo, pertenecen al lugar santo de la Casa de Dios , y luego para el Día Postrero mirando hacia la historia de la Iglesia, vemos que han transcurrido siete etapas de la Iglesia entre los gentiles más el tiempo de los apóstoles allá en la tierra de Israel, luego de haber recibido el Espíritu Santo el día de pentecostés. Todos ellos pertenecen al lugar santo de la Casa de Dios, del Templo Espiritual de Cristo.
Pero encontramos que un templo para Dios sin lugar santísimo no es un templo que Dios va a aceptar. Hemos visto cómo han sido edificadas esas etapas con seres humanos de edad en edad y en los diferentes territorios y los diferentes mensajeros siendo los instrumentos de Cristo a través de los cuales Cristo estuvo en esa labor, edificando Su casa, construyendo Su casa.
Pero ahora, para el día postrero, tiene Cristo que construir el Lugar Santísimo de Su Casa porque ese es el lugar donde Cristo morará en toda Su plenitud, donde Cristo manifestará Su Gloria en toda Su plenitud, donde Cristo nos transformará, donde Cristo adoptará Su Iglesia, sus escogidos, y donde Cristo será visto manifestado en toda Su plenitud.
Ahí en esa parte de la Casa de Dios que es el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, que es la Edad de la Piedra Angular, será la manifestación grande de Jesucristo en el Día Postrero. En esa parte es que la Gloria de Dios será vista manifestada, es en la parte alta del Templo Espiritual de Cristo.
Las edades pasadas tuvieron su manifestación, pero ahora le toca a la parte más alta, la parte del Lugar Santísimo, la Edad de la Piedra Angular para el avivamiento del Día Postrero y para la manifestación plena de Cristo.
Siempre que Dios va a dar un avivamiento tiene un mensaje y tiene un mensajero y hasta que no aparece el mensajero con el mensaje, no comienza el avivamiento en la Casa de Dios, para llamar y juntar los escogidos de Dios en la Casa de Dios. Eso es lo que es el avivamiento en cada etapa, son llamados y juntados los escogidos de Dios y así forman la parte de la Casa de Dios de ese tiempo. Y ahora podemos ver, qué lugar no ha tocado a nosotros en la Casa de Dios.
El salmista deseando estar, vivir en los atrios, era un buen deseo, y estamos de acuerdo a la parte que le tocó a él y a todos los que vivieron en el Antiguo Testamento. Los de las edades pasadas, desear vivir en el lugar santo de la Casa de Dios, era un deseo correcto, pero ahora desear vivir en el Lugar Santísimo de la Casa de Dios está correcto porque esa es la etapa que nos corresponde a nosotros para ver la Gloria de Dios, la Gloria de Jesucristo manifestada en la Casa de Dios sobre el propiciatorio en medio de los dos querubines de oro, los cuales en la Casa de Dios son los ministerios de Moisés y Elías.
Y ahora en la misma forma en que Moisés construyó el templo o tabernáculo, y en la misma forma en que el rey Salomón construyó el templo, Cristo ha estado construyendo Su Templo Espiritual. Y ahora nos encontramos en la parte más importante de la Casa de Dios, la parte del Lugar Santísimo para ver todo lo que está ordenado por Dios para ser manifestado ahí en la Casa de Dios, la Casa de Jesucristo, que es Su Templo Espiritual.
Cuando Juan, el apóstol, se comió el librito abierto, siendo que Juan, el apóstol, tipifica a la Iglesia del Señor Jesucristo con sus ángeles mensajeros, de edad en edad, vean ustedes, el ángel mensajero de cada edad ha estado representado en Juan, el apóstol, y también la Iglesia completa del Señor Jesucristo de cada edad; porque el mensajero de cada edad es el líder de cada edad.
Y ahora es el mensajero el que recibe el mensaje para darlo al pueblo, para que se cumpla el Programa de Dios correspondiente a ese tiempo.
Y ahora, el Título de Propiedad está en el Trono de Dios, en la diestra de Dios, que es el Libro de los Siete Sellos.
Así como Cristo ha estado en Su Templo Espiritual materializando todo lo que está en el Templo Celestial, tiene que materializar en este tiempo lo que está en el Lugar Santísimo del Templo Celestial, y tiene que traer ese Título de Propiedad a Su Templo Espiritual, a Su Iglesia. Por lo tanto, tiene que tener el lugar dónde colocar ese Título de Propiedad. Todo eso también fue tipificado cuando Dios le dijo a Moisés que colocara las tablas, las piedras, las tablas de la ley, en el arca del pacto.
Ahora veamos lo que el reverendo William Branham dice acerca del Libro de los Siete Sellos que Cristo toma en Apocalipsis, capítulo 5, lo abre en el cielo y luego lo trae a la tierra. En Apocalipsis capítulo 10, y se lo entrega a un hombre. Ese libro sellado con siete sellos en el cielo, nadie podía tomarlo y abrirlo, ni siquiera mirarlo. Ninguna persona de los que estaban en el cielo, ni en la tierra, ni debajo de la tierra, solamente uno, Jesucristo, era el único que lo podía tomar y abril pero estaba en el Trono de Intercesión, haciendo intercesión por todas las personas que están escritas en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, todos los escogidos que están escritos allí en ese Libro de los Siete Sellos, que es el Libro de la Vida del Cordero. Ese es el libro de la redención, el Título de Propiedad de los Cielos y de la Tierra.
Pero ahora cuando lo toma en el cielo y lo abre, luego lo trae a la tierra y se lo entrega a un hombre. Hay un misterio ahí. En el mensaje: TRATANDO DE HACER SERVICIO A DIOS FUERA DE SU VOLUNTAD, en la página 85, dice el reverendo William Branham:
“Hay tan solo un arca, ese es Jesucristo, y ¡Él es la Palabra! Noten, Dios le dijo al profeta, dijo, “Come el rollo,” en el Antiguo Testamento. Al profeta del Nuevo Testamento, Él dijo, “Come el librito.”
Eso fue cuando el Ángel Fuerte de Apocalipsis 10 le dio el libro de los Siete Sellos abierto a Juan, el apóstol y le dijo: “Cómelo, será dulce en tu boca pero en tu vientre será amargo o viceversa. Juan lo comió y veamos lo que dice Juan qué sucedió cuando comió ese librito. Capítulo 10, verso 8 en adelante, del Apocalipsis:
“La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo, y dijo: Ve y toma el librito que está abierto en la mano del ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra.
Y fui al ángel, diciéndole que me diese el librito. Y él me dijo: Toma, y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel.
Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre.
Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes”.
En ese librito está todo lo que tiene que profetizar el que se come ese librito. Y por cuanto Dios está reflejando lo que va a hacer en este tiempo final, cuando Cristo toma el Título de Propiedad y lo trae a la tierra y se lo entrega a un hombre para que se lo coma, para que después profetice sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes. Y el mensaje profético para muchos pueblos, naciones y lenguas para el Día Postrero corresponde a los dos olivos. Por lo tanto, la presencia de Cristo en Espíritu Santo estará ahí dándole el Título de Propiedad al mensajero del Día Postrero para que se lo coma y luego profetice sobre muchos pueblos, naciones y lenguas.
Y así Cristo en Espíritu Santo estará por medio de ese mensajero hablándole al pueblo. Es la Voz del Espíritu Santo. “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. Así como habló por medio de los mensajeros el Espíritu Santo en las iglesias y así habló para todo el mundo, para toda persona, estará hablando en este tiempo final.
Y ahora es desde el Lugar Santísimo, no desde el lugar santo de las edades pasadas en donde habló por medio de los siete ángeles mensajeros sino, desde el Lugar Santísimo. Tampoco desde el atrio, donde habló por medio de los profetas del Antiguo Testamento, sino, desde el Lugar Santísimo de la Casa de Dios, del Templo Espiritual de Cristo.
Y estará hablando de en medio de los dos querubines de oro, que representan en el Templo Espiritual de Cristo los ministerios de Moisés y Elías, los ministerios de los dos olivos. Por eso el ministerio de los dos olivos de Apocalipsis, capítulo 11, es el ministerio del Día Postrero en la Casa de Dios.
Y ahora, siendo que estos ministerios hablarán al pueblo hebreo, encontramos que así como Dios le dijo a Moisés, en el capítulo 25, verso 20 al 23, del Éxodo, que desde allí, desde el lugar santísimo, en medio de los dos querubines de oro, Él se manifestaría a Moisés y le hablaría todo lo que tenía Moisés que decirle al pueblo hebreo.
Y ahora, todo lo que Dios tiene para decirle al pueblo hebreo lo hablará desde el Lugar Santísimo de Su Templo Espiritual de en medio de los ministerios de los dos olivos, del medio de los ministerios de Moisés y Elías que estarán siendo manifestados en el Ángel del Señor Jesucristo.
Ese es el que, para el Día Postrero, se come ese Título de Propiedad para tener el mensaje profético del Día Postrero. Su mensaje profético será de acuerdo al contenido de ese Título de Propiedad.
Ahora, podemos ver, ese misterio del Libro de los Siete Sellos siendo traído a la tierra por Cristo, el Ángel fuerte que desciende del cielo, el Ángel del Pacto para que se lo coma un hombre y luego profetice sobre muchos pueblos, naciones y lenguas y luego pasa al capítulo 11 de Apocalipsis, a los ministerios de Moisés y Elías que son los dos olivos.
Lo cual fue mostrado también en Zacarías, capítulo 4, verso 1 al 14, los cuales son los dos olivos, los dos ungidos que están delante de la presencia de Dios. Por lo tanto ese es un ministerio que viene de delante de la presencia de Dios con Palabra que viene de la presencia de Dios para la Iglesia y para el mundo entero. Y todo esto es en la Casa de Dios, Casa que Cristo está edificando de etapa en etapa en Su manifestación que tiene por medio de cada ángel mensajero.
Y ahora nos encontramos en la etapa final donde Cristo está construyendo el Lugar Santísimo de Su Templo Espiritual colocando todo en orden y colocando Su Palabra ahí en el Lugar Santísimo para tener Su manifestación final y llevar a cabo la adopción de todos los hijos e hijas de Dios.
Fue en la etapa de la Edad de la Piedra Angular, en la Primera Venida de Cristo, que la Gloria de Dios fue manifestada a través de Jesús donde estaba el Ángel del Pacto hecho carne, el ángel que tenía el nombre de Dios, se hizo carne, vino en carne humana y entonces llevó a cabo la obra correspondiente a aquel tiempo.
Y por eso murió, pero resucitó, y con él resucitaron los santos del Antiguo Testamento, resucitaron el la Edad de la Piedra Angular de aquel tiempo. Y la resurrección de los muertos en Cristo para el Día Postrero es para la Edad de la Piedra Angular.
Y hasta un niño se puede dar cuenta de eso. ¿Por qué? Porque ya pasaron las siete edades y no ocurrió la resurrección en las siete edades y solamente queda la Edad de la Piedra Angular, por lo tanto tiene que ser en la Edad de la Piedra Angular.
Y ahora tiene que haber un mensajero con un mensaje dispensacional, en la Edad de la Piedra Angular que es el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta, Trompeta final, llamando y juntando a los escogidos del Día Postrero para ser preparados para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Vean todas las cosas que han sucedido en la Casa de Dios la Iglesia de Jesucristo y las cosas que para este tiempo final tienen que estar sucediendo en la Casa de Dios, las cuales podemos ver a través del mensaje correspondiente a este tiempo final.
Fuera de ese mensaje ninguna persona podrá comprender lo que está sucediendo en la Casa de Dios, ni siquiera podrán saber en qué parte de la Casa de Dios se está viviendo en este tiempo final. Pero los que están al tanto de lo que Dios está hablándole a Su Iglesia en Su Casa, saben que está hablando en Su Iglesia y a Su Iglesia en Su Casa en la etapa del Lugar Santísimo, la etapa de la Edad de la Piedra Angular.
Miren lo fácil que es escuchar la Voz de Dios, es por medio del mensajero correspondiente a cada tiempo. Cada persona necesita escuchar la Voz de Dios por medio del mensajero correspondiente a su tiempo y “el que tenga oido para oir, oiga lo que el espíritu dice a las iglesias”. Lo cual es por medio del mensajero correspondiente a cada tiempo.
Los pertenecientes a una edad, oyen la Voz de Dios por medio de ese mensajero y nosotros para este tiempo final escuchamos la Voz de Dios, la Voz de Jesucristo, la Voz del Espíritu Santo en la Edad de la Piedra Angular.
Y es por medio de un mensaje dispensacional, el mensaje de la Dispensación del Reino bajo el ministerio de un mensajero dispensacional que es el Ángel del Señor Jesucristo.
Por eso Juan quiso adorarlo y el ángel le dijo que no lo hiciera. Eso mostró que era un hombre, un profeta, no era Jesucristo. Jesucristo lo envía para dar testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto y así nos enseña todo el misterio del Programa de Dios correspondiente a este tiempo final. Y así somos edificados en la Casa de Dios, en la parte que nos corresponde en este tiempo final. Somos colocados como piedras vivas en la Casa de Dios, en la parte más importante, la parte del Lugar Santísimo.
Y es tan grande esa bendición que todavía no hemos comprendido ni una cuarta parte de la bendición tan grande que tenemos en la Casa de Dios. Es la parte de la Casa donde la Gloria de Jesucristo estará manifestada y el mundo entero la verá. Cuando seamos transformados el mundo entero verá la Gloria de Jesucristo manifestada en toda su plenitud y después nos iremos con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero en el cielo.
Ahora hemos vista para que Dios está edificando Su Casa que es Su familia, Su descendencia. Somos descendientes de Dios, por eso es que Él nos está haciendo a Su imagen y a Su semejanza, a imagen y semejanza de Cristo por medio del nuevo nacimiento obtenemos la imagen, el cuerpo teofánico y luego obtendremos la semejanza física, un cuerpo glorificado y eterno igual al de Jesucristo y jovencito para toda la eternidad. Y entonces, seremos totalmente a imagen y semejanza de Jesucristo. Somos descendientes de Dios.
Toda persona ha deseado ser descendiente de un rey para ser un príncipe, y ahora hemos descubierto que somos hijos del Rey más importante, del Rey de reyes y Señor de señores, del Rey de los Cielos y de la Tierra. Por eso somos reyes y sacerdotes con Él, y por eso reinaremos con Cristo por el milenio y por toda la eternidad.
Dios está edificando Su Casa y está en la etapa final, pronto será dedicada la Casa de Dios, a Dios, para Dios morar en toda Su plenitud, en donde todos estaremos transformados. Dios dice: “Y glorificaré …” vamos a ver, en Isaías 60, verso 7, dice: “… y glorificaré la casa de mi gloria”. Y la Casa de Su Gloria es Su Iglesia. Ya no es el tabernáculo que construyó Moisés porque ya no está, tampoco es el templo que construyó Salomón, pero es Su Iglesia, la Iglesia del Señor Jesucristo.
Él glorificará la Casa de Su Gloria, Él glorificará cada miembro de Su Casa, de Su familia y así tendremos un cuerpo glorificado como el de nuestro amado Señor Jesucristo. Y así estará la Casa de Dios glorificada para Dios estar manifestado en toda Su plenitud en su Iglesia y en cada miembro de Su Iglesia como individuo. Y así es cómo llegaremos a la inmortalidad física también, y entonces seremos los inmortales del Reino de Dios, de la Casa de Dios.
Si fuese la casa que Dios glorificará, una casa de madera o algo así, volverían a hacer sacrificios de animalitos, y con eso invalidarían el sacrificio perfecto de Jesucristo nuestro Salvador. Pero ¿saben ustedes una cosa? En la Casa de Dios está el sacrificio perfecto, que es el sacrificio de Jesucristo, nuestro Salvador. Y por eso es que desde esa Casa es que Dios extenderá Su misericordia para el pueblo hebreo, y durante el Reino Milenial.
Ahora pueden ver, por qué sin estar luego, Cristo, en el trono de intercesión con Su Sangre haciendo intercesión, Dios, Cristo extenderá Su misericordia, es porque en Su Templo está Su Sangre aplicada en nuestras almas por medio del Espíritu Santo que está en nosotros. Y el Espíritu Santo estará también vestido de carne pero glorificada en Su Casa, por lo tanto, ya Cristo no estará trabajando desde el Trono, sino que estará desde el Trono de arriba, sino que estará trabajando desde Su Templo que estará glorificado y Él morará en medio de Su Templo, de Su Iglesia y desde ahí será que Él obrará en el Reino Milenial. Y así fusionará, Cristo, el Trono de David con el Trono Celestial.
Bueno, vamos a dejar eso quietecito ahí, porque ahí, como decimos nosotros, hay mucha tela para cortar. Así es que vamos a dejar eso quietecito ahí, y vamos a darle gracias a Cristo por la edificación de Su Casa, la Casa de Dios y por darnos la bendición de ser parte de esa Casa, la Casa de Dios, ser parte de esa familia, la familia de Dios. Por eso Él los llama hermanos y no se avergüenza de llamarnos hermanos. Y nosotros no nos avergonzamos de llamarlo nuestro hermano mayor, Jesucristo es nuestro hermano mayor.
¿Y saben lo que Él dice de nosotros? Él dice que cualquiera que diere un vaso de agua fría a uno de estos mis pequeñitos, de estos mis hermanos más pequeños, no perderá su recompensa. [San Mateo 10:42]
Recuerden que en San Mateo, capítulo 25, en el juicio de las naciones, encontramos que los que no hicieron nada en favor de aquellos pequeñitos, fueron condenados. Los que dijeron: “Pero ¿cuando te vimos desnudo y no te cubrimos, en la cárcel no te visitamos y hambriento y no te dimos de comer?” Y así por el estilo. Él dice: “por cuanto no lo hiciste a uno de estos mis hermanos más pequeños, mis hermanos.” Esos son los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo, esos son Sus hermanos.
Por eso somos sus hermanos, hermanos de Jesucristo, menores a Él, Él es nuestro hermano mayor.
Y ahora Él dice: “Anunciaré a mis hermanos Tu Nombre”. Y también dice: “En medio de la congregación te alabaré”. [Salmos 22:22] En medio de la congregación ¿de quiénes? En medio de la congregación de Sus hermanos.
Y así está compuesta la Casa de Dios, por los hermanos de nuestro amado Señor Jesucristo, hermanos de Jesús.
Ahora podemos ver a Dios edificando Su Casa de etapa en etapa y podemos ver cómo la está edificando en este tiempo. Está en la etapa final, la etapa de terminación.
Recuerden que siempre en una construcción la etapa de terminación es la que le da el toque a esa construcción. Y, por consiguiente, se necesita obreros de terminación. No cualquier obrero sirve para trabajos de terminación. Y no cualquier mensajero sirve para un trabajo de terminación, en donde se coloca la Piedra Angular.
Bueno, vamos a dejarlo quietecito ahí, ya saben que no se… para trabajar ahí tiene que ser un pueblo bien especial, con un mensaje especial, y un mensajero especial, un mensajero dispensacional. Esa es la etapa de la bendición más grande para la familia de Dios, la Casa de Dios, esa es la etapa más gloriosa de todas las etapas. Todos los mensajeros y sus grupos desearon vivir en nuestro tiempo, pero nadie nos podía quitar esa bendición. Ya Dios la había predestinado desde antes de la fundación del mundo, así es que estén conscientes, que Dios está edificando Su Casa y que nosotros somos esa piedras vivas con las cuales Cristo está edificando Su Casa y está edificando la parte más importante de Su Casa.
Por tanto, ahí en esa parte de la Casa de Cristo, la Casa de Dios, que es Su Iglesia, tiene que materializar, Cristo todo lo que está en el Lugar Santísimo del tabernáculo que construyó Moisés, del templo que construyó Salomón y del Templo que está en el Cielo.
Tiene que hacerse carne ahí, hacerse realidad en la Casa de Dios y ser dedicada esa Casa para Dios morar en toda Su plenitud en Su Casa.
Dios está construyendo Su Casa y pronto terminará la construcción, y será dedicada a Dios para Él morar en toda su plenitud en Espíritu Santo, en medio de Su Casa.
Ha sido para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión dándoles testimonio de la edificación de la Casa de Dios.
Mañana estaré nuevamente con ustedes en la mañana y también en la tarde, en la segunda actividad. Tendremos como tema: LA OBRA DEL DÍA POSTRERO, para la mañana y LA OBRA DE LA FINAL TROMPETA, para la tarde. Ambos temas se complementan el uno con el otro, por lo tanto, en ambos temas veremos el cuadro claro de la Obra que Dios está llevando a cabo en el Día Postrero. Y esperamos que Dios nos abra la Escritura y nuestro entendimiento para comprender todo lo que Él nos dé a conocer mañana en la mañana y en la tarde.
Oren mucho por esa actividad de mañana ya que será también el último día de actividades de nuestra estadía aquí en la República de Chile, y esperamos, pues, que Dios, bajo esos temas, nos abra muchas Escrituras.
Así que oren mucho para y por la actividad de mañana y oren mucho por mí y por mi garganta, aunque tenga problemas no voy a pedir como Moisés, sino voy a pedir que Dios me ayude y ustedes oren a Dios para que Él me ayude y la garganta esté como una campana para mañana.
Bueno que Dios les bendiga y les guarde y nuevamente con nosotros el reverendo Miguel Bermúdez Marín para finalizar nuestra parte en esta ocasión, mientras cantamos el cántico que nos habla acerca del hombre que nos transformó. Todos podemos cantarlo mientras tenemos la música, y seguimos el cántico mientras lo escuchamos.
Vamos a pedirle a nuestro hermano Miguel pase por aqui para continuar.