85 KiB
| title | date | activity | place | city | state | country | duration | public | youtube | translations | files |
|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
| La revelacion del dia postrero | 2000-11-09 | 1 | Concepción | Biobío | CL | 02:17:46 | true |
Muy buenos días, amados amigos y hermanos presentes aquí en Concepción, República de Chile; es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes este tema: “LA REVELACION DEL DIA POSTRERO.” En donde esperamos que Dios nos permita ver, nos permita comprender cuál es la Revelación del Día Postrero de parte de Dios para nosotros.
Para lo cual quiero leer en San Juan, capítulo 16, versos 12 al 15, donde dice Jesús:
“Aún tengo muchas cosas que deciros , pero ahora no las podéis sobrellevar.
Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.
El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.
Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
Nuestro tema es: “LA REVELACION DEL DIA POSTRERO.”
Para poder comprender la Revelación del Día Postrero, necesitamos conocer las profecías bíblicas correspondientes al Día Postrero: las profecías bíblicas del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento, que hablan proféticamente las cosas que sucederán en el tiempo final, y desde el Génesis hasta el Apocalipsis encontramos esas profecías.
Y ahora, en el libro del Apocalipsis (el último libro de la Biblia) tenemos a Cristo enviando un Mensajero, Su Angel, con un y para un propósito divino.
En Apocalipsis, capítulo 1 dice de la siguiente manera:
“La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan.”
Y ahora, la revelación de Jesucristo conforme al libro del Apocalipsis, en el primer capítulo y primer verso, viene por medio del Angel del Señor Jesucristo, enviado por el mismo Señor Jesucristo. La revelación de Jesucristo la trae el Angel del Señor Jesucristo.
Y ahora, a través del libro del Apocalipsis encontramos que este Angel Mensajero del Señor Jesucristo, el cual es un espíritu de Profeta que está dándole esta revelación al Apóstol San Juan, le muestra a Juan - todos estos misterios que Juan escribió son mostrados en símbolos, pero esos símbolos tienen un significado.
Para que podamos comprender mejor acerca de ese Angel, dice el Rvdo. William Branham en la página 301 y 302 del libro de “Los Sellos,” hablando de ese Angel, dice:
“Noten bien: En el tiempo cuando Dios iba a librar al mundo antes del diluvio, El mandó un águila (o sea, a Noé).”
Los Profetas están representados en Aguilas, como también Dios se representa en Aguila, y representa a Moisés en un Aguila. Por eso en el Exodo, capítulo 19, verso 1 al 9, Dios dice de la siguiente manera:... y quiero leerlo para que ustedes vean el porqué en la Escritura se usa este término de ‘águilas,’ para los Profetas de Dios y para el mismo Dios. Capítulo 19, verso 4 al 6 del Exodo, dice:
“Vosotros visteis lo que hice a los egipcios, y cómo os tomé sobre las alas de águila, y os he traído a mí.”
Y ahí, Moisés siendo un Profeta era el Aguila mayor, un Profeta Mensajero dispensacional, eso es un Aguila mayor. Y los hijos de Dios son águilas también, porque son hijos de Dios: el Aguila mayor; pues Dios es el mayor de todos, porque es nuestro Padre Celestial. Y si nuestro Padre se representa en un Aguila, Sus hijos son representados en águilas también.
Por eso el mismo Señor hablando en San Mateo 24 dijo: “Donde estuviere el cuerpo muerto, allí se juntarán las águilas.” ¿Y de qué cuerpo muerto es que habla? Del Cuerpo muerto del Hijo del Hombre.
Donde esté el Mensaje, la revelación divina de la Primera Venida de Cristo como Cordero de Dios y en Su Obra de Redención, siendo dado a conocer ese misterio de la Primera Venida de Cristo de edad en edad, en la edad correspondiente, ahí se juntarán las Aguilas de Dios para comer la Carne y beber la Sangre del Hijo del Hombre, recibiendo a Cristo como nuestro Salvador, lavando nuestros pecados en Su Sangre, y siendo bautizados en Su Nombre y recibiendo el Espíritu Santo, y por consiguiente recibiendo el nuevo nacimiento.
La Vida de la Sangre es el Espíritu. El Espíritu Santo es la Vida de la Sangre de Jesucristo que fue derramada allá en la Cruz del Calvario.
Y ahora, Cristo dijo que el que no coma Su Carne y beba Su Sangre, no tiene vida permaneciente en sí (o sea, no tiene Vida eterna).
Y ahora, nos comemos Su Carne al creer en Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario, y recibirlo como nuestro Salvador, y nos tomamos Su Sangre cuando recibimos Su Espíritu Santo, porque la Vida de la Sangre es el Espíritu Santo; y así somos sellados con el Sello del Dios vivo, que es el Espíritu Santo.
En Efesios, capítulo 4, verso 30, dice:
“Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.”
Para el día en que vamos a ser transformados, hemos sido sellados con el Espíritu Santo; y por eso los que serán transformados serán los que tienen el Espíritu Santo, los que han recibido el Espíritu Santo en el tiempo que les ha tocado vivir; porque esos son los que han nacido de nuevo por medio del Espíritu Santo.
Y ahora, este misterio de las águilas, y del Rvdo. William Branham representando los Profetas de Dios como Aguilas, representando a Noé como un Aguila y a Moisés como un Aguila, y así por el estilo. Vean, es que los Profetas son representados en Aguilas. Un águila ve más que las demás aves, y un Profeta ve más que los demás seres humanos, porque tiene las dos conciencias juntas.
“En el tiempo cuando Dios iba a librar al mundo, antes del diluvio, El mandó un águila. Cuando decidió librar a Israel, también mandó un Aguila (a Noé, primero para antes del diluvio, y a Moisés para la liberación del pueblo hebreo). ¿No cree Ud. que cuando Juan estaba en la Isla de Patmos, este Mensaje era tan perfecto que aún no podía ser confiado a un Angel? Ahora, un ángel es un mensajero, pero ¿sabía Ud. que aquel mensajero era un profeta?”
Y ahora, vean cómo el Rvdo. William Branham señala que ese Angel del Señor Jesucristo enviado a Juan el Apóstol es un Profeta.
“¿Lo creen? Vamos a probarlo. Veamos Apocalipsis, 22:6 para ver si no fue un águila. El era un ángel, un Mensajero, pero era un Profeta, el cual reveló a Juan completamente este libro de Apocalipsis.”
Y en el libro de “Las Edades,” en español, el Rvdo. William Branham señala que este Angel... en la página 15 del libro sin editar de “Las Edades,” en español, señala que este Angel que le da la revelación a Juan es un espíritu de Profeta; por lo tanto si es un espíritu de Profeta, tiene que hacerse carne en algún tiempo del Programa Divino, para ser enviado a la Iglesia del Señor Jesucristo y darle a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final.
Pero a Juan fue enviado para darle a conocer todas esas cosas que sucederían, desde aquellos tiempos hasta este tiempo final, pero se las dio a conocer en símbolos que estaban sellados, para ser luego revelados al pueblo en el tiempo correspondiente.
Por lo tanto, las cosas que han estado sucediendo en la Iglesia del Señor Jesucristo y en el mundo entero, desde los días de los Apóstoles hacia acá, está todo sellado en este libro del Apocalipsis.
Y ahora, Jesucristo es el que ha enviado Su Angel.
Y ahora, veamos:
“...El cual reveló a Juan completamente este libro del Apocalipsis. Ahora veamos lo que Juan vio:
‘Yo Juan soy el que ha oído y visto estas cosas. Y cuando los hube oído y visto, me postré para adorar delante de los pies del Angel que me mostraba estas cosas.
Y él (el Angel) me dijo: Mira, no lo hagas. (Ningún verdadero profeta recibirá adoración, o mensajero alguno): porque yo soy siervo contigo, y con tus hermanos los profetas, y con los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.’
(Apocalipsis, 22:8-9).” Ese es el Angel de Jesucristo.
Ahora, pasando a la página 302 del libro de “Los Sellos,” dice:
“Ahora, el Libro era tan importante, y es la Palabra de Dios. ¡Cuidado! Cuando la palabra de Dios es revelada, tiene que ser traída por el Profeta porque solamente a él llega la palabra de Dios.”
Cuando el pueblo de Dios en algún tiempo está esperando de parte de Dios, la Palabra revelada para el pueblo, tiene que entender que Dios tiene que enviar un hombre con las dos conciencias juntas, y eso es un Profeta al cual venga la revelación de Dios, para que luego la dé al pueblo. Así ha sido de etapa en etapa, de edad en edad, y de dispensación en dispensación a través de toda la Biblia. Y Dios no cambia Su forma de obrar. “Porque no hará nada el Señor Jehová sin que antes revele sus secretos a sus siervos sus profetas.” (Amós, capítulo 3, verso 7).
Y Deuteronomio, capítulo 18, versos 15 en adelante, también da testimonio de esta verdad divina, Moisés hablando, dice:
“Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis.”
¿A quién dice el Profeta Moisés que el pueblo está llamado a escuchar? Al Profeta que Dios levanta de en medio del pueblo: “A él oiréis.”
Aunque en las ocasiones diferentes en que Dios levantó Profetas de en medio del pueblo hebreo, y los envió con la revelación divina para aquel tiempo, encontramos que los grandes líderes religiosos, como el sumo sacerdote y el concilio de la religión hebrea, el concilio del sanedrín y los doctores de la ley y los sacerdotes, los persiguieron y a muchos de ellos mataron; y también los reyes del pueblo hebreo y los diferentes gobiernos del pueblo hebreo, a muchos persiguieron y a muchos mataron, aún siendo hombres enviados por Dios para darle al pueblo hebreo la Palabra de Dios.
Y ahora, ¿por qué dice el Profeta Moisés: “A el oiréis?” Dice:
“Conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en Horeb (o sea, el Monte Sinaí) el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oír la voz de Jehová mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera.”
Cuando Dios estaba dándole los diez mandamientos al Profeta Moisés en el Monte Sinaí, el monte estaba temblando, estaba encendido en fuego, y también había oscuridad alrededor del monte, y también truenos, relámpagos, y lluvia también. De todo esto hubo en el Monte Sinaí, porque era como una tempestad lo que allí estaba sucediendo con la presencia de Dios sobre el Monte Sinaí. El monte mismo estaba temblando.
Y para que tengan el cuadro claro, miren cómo San Pablo explica también esto en Hebreos, capítulo 12, verso 18 en adelante, dice:
“Porque no os habéis acercado al monte que se podía palpar (que se podía tocar), y que ardía en fuego, a la oscuridad, a las tinieblas y a la tempestad (¿Ven? Una tempestad era lo que había allí, pero era de Dios que estaba allí, y estaba temblando el monte completo y todas estas cosas estaban sucediendo),
al sonido de la trompeta, y a la voz que hablaba, la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase más (¿ven? Lo mismo que Moisés dijo ahí, ahora Pablo lo está repitiendo con más detalles, dando a conocer todo lo que estaba sucediendo allí)... la cual los que la oyeron rogaron que no se les hablase más (o sea, que Dios no hablara más con ellos en esa forma),
porque no podían soportar lo que se ordenaba: Si aun una bestia tocare el monte, será apedreada, o pasada con dardo;
y tan terrible era lo que se veía, que Moisés dijo: Estoy espantado y temblando.”
El mismo Moisés, dice Pablo, que dijo que estaba espantado y temblando. Allá en el Exodo, donde leímos, ahí no está la explicación, pero Pablo la obtiene en alguna forma. Siendo Profeta, Pablo podía ver y captar todo lo que había estado sucediendo allí, y también podía conseguir información en los libros que ellos tenían acerca de lo que allí estaba pasando. Ahora, dice:
“Sino que os habéis acercado al monte de Sión...”
El Monte de Sión es la Iglesia del Señor Jesucristo, es otro Monte; donde así como Dios habló sobre el Monte Sinaí, ahora está hablando sobre el Monte de Sión, que es Su Iglesia. Está hablando de etapa en etapa en Su Iglesia y sobre Su Iglesia de edad en edad, en las diferentes partes de ese monte, las diferentes edades de ese monte.
¿Y cómo está hablando de etapa en etapa? A través del Mensajero de cada edad, al cual viene la revelación de Dios:
“Porque no hará nada el Señor Jehová sin que antes revele sus secretos a sus siervos los profetas.” [Amos 3: 7 - Editor].
Y ahora, de edad en edad no hará nada el Señor sin que antes revele Su secreto al Mensajero de cada edad, para Dios hacer lo que ha prometido hacer en cada edad.
“... Sino que os habéis acercado al monte de Sión, a la ciudad del Dios vivo,
Jerusalén la celestial...”
La Jerusalén Celestial es la Iglesia del Señor Jesucristo. Los miembros del Cuerpo Místico de la Iglesia de Jesucristo son los habitantes de la Nueva Jerusalén que estará en la Tierra, después del Reino Milenial. Se levantará un Monte alto en la Tierra en el territorio de Israel, que será producido por los volcanes, y ese será el terreno... pero los habitantes de esa Ciudad son los miembros del Cuerpo Místico del Señor Jesucristo, y también estarán los santos del Antiguo Testamento en el territorio que les corresponde.
“...Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles,
a la congregación de los primogénitos (¿y cuál es la congregación de los Primogénitos? La Iglesia del Señor Jesucristo)... a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos (o sea, que tienen sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, que es el Libro de Los Siete Sellos), a Dios el juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos.”
Y los espíritus de los justos hechos perfectos, es los espíritus de los justos obteniendo el nuevo nacimiento los creyentes en Cristo, y así obteniendo un cuerpo teofánico, que es un espíritu teofánico de la sexta dimensión; y así obtenemos un espíritu perfecto.
Así es como los espíritus de los justos son hechos perfectos; porque el que recibimos cuando nacimos en la Tierra por medio de nuestros padres terrenales, no era perfecto, era la permisiva voluntad de Dios, era un espíritu del mundo. Pero ahora por medio del nuevo nacimiento obtenemos un espíritu perfecto; los espíritus de los justos hechos perfectos son los espíritus de los justos que Cristo les da con el nuevo nacimiento; esos son espíritus teofánicos de la sexta dimensión, de esa clase de espíritu son los espíritus de los Profetas: de la sexta dimensión.
“A Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.”
El mediador del Nuevo Pacto es nuestro amado Señor Jesucristo, y la Sangre del Nuevo Pacto es la Sangre de nuestro amado Señor Jesucristo. Y cuando la persona recibe a Cristo como su Salvador, lava sus pecados en la Sangre de Cristo, es bautizado en Su Nombre y recibe el Espíritu Santo, la persona ha entrado al Nuevo Pacto y está bajo la Sangre del Nuevo Pacto; y tiene un Mediador entre Dios y la persona, que es nuestro amado Señor Jesucristo. El es el Sumo Sacerdote del Templo Celestial.
Así como en medio del pueblo hebreo tenían un mediador que era el sumo sacerdote, el que llevaba la sangre de la expiación al lugar santísimo, el día diez del mes séptimo, para la expiación realizarse y ser reconciliado el pueblo hebreo con Dios cada año.
Y ahora, para la reconciliación de los miembros del Israel Celestial, tenemos un Sumo Sacerdote en el Templo Celestial que intercede por nosotros. El que por medio de Su Sacrificio, llevando Su Sangre al Lugar Santísimo del Templo Celestial, El hace la Obra allí de Intercesión, intercede por nosotros, y nos reconcilia con Dios.
Vean cómo es la reconciliación bajo el Nuevo Pacto: Ya no se necesitan sacrificios de animalitos como en el Antiguo Testamento, y ya no necesitan ser circuncidadas las personas físicamente, porque ahora la circuncisión es en el corazón, en el alma. El dice: “Circuncidaos vuestros corazones.” Aquella circuncisión física era tipo y figura de la circuncisión nueva que sería hecha en el alma, en el corazón; como también los sacrificios de aquellos animalitos eran tipo y figura del Sacrificio de Cristo.
Todo aquello del Antiguo Testamento era el tipo y figura, la sombra de lo que habría de venir; por lo tanto aquello no era perfecto, era en parte. Pero cuando viniera lo que es perfecto, que es Jesucristo, e hiciera el Sacrificio Perfecto, lo que era en parte sería quitado y entonces permanecería lo que es perfecto: el Sacrificio de Cristo, Su Obra de Redención realizada por Cristo por medio de Su Sacrificio, y permanecería Jesucristo como Sumo Sacerdote del Templo Celestial.
Ya no se necesita un sumo sacerdote en un templo en Jerusalén, para que haga Intercesión por el pueblo y efectúe la reconciliación del pueblo hebreo con Dios, haciendo el sacrificio de la expiación del macho cabrio, el día diez del mes séptimo; porque ya todo aquello que hacían, Cristo lo ha hecho en el Cielo con Su propio Sacrificio, en el Templo Celestial.
Por eso cuando Cristo murió y resucitó, El no fue con Su Sangre al templo terrenal allá en Jerusalén, para colocar Su Sangre sobre el propiciatorio en el lugar santísimo del templo terrenal, sino que El ascendió al Cielo y fue al Templo Celestial, entró al Lugar Santísimo, y allí se presentó con Su Sangre, para hacer Intercesión por el Israel Celestial, por toda persona que tiene su nombre escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo; *hebreos (o sea, judíos) y gentiles también, que tengan sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, tienen un Sumo Sacerdote en el Templo Celestial, tienen un Intercesor en el Templo Celestial, que intercede por todos nosotros y nos reconcilia con Dios. Así es la reconciliación bajo el Nuevo Pacto.
Y si alguno ha pecado, Abogado tenemos para con el Padre: a Jesucristo, el Hijo, El es nuestro Intercesor, el que está entre Dios y nosotros, para interceder por nosotros; y Su Sangre, la Sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado, por eso ya no se necesitan sacrificios de animalitos. Cuando la persona obtiene esa revelación, sabe que no necesita ya esos sacrificios ni tampoco necesita una circuncisión física, porque la circuncisión es en el corazón, y la hace el Espíritu Santo.
Cuando la persona ha recibido al Espíritu Santo en su alma, la persona ha quedado circuncidada en su corazón, en su alma, tiene el Sello del Dios vivo, tiene la señal: la señal del Nuevo Pacto aplicada en su alma, y por consiguiente tiene la Sangre aplicada en su alma, porque la Vida de la Sangre es el Espíritu Santo; el Espíritu Santo acá, aplica la Sangre en nuestras almas, y así estamos sellados con el Sello del Dios vivo, que es el Espíritu Santo, para el Día de la Redención, para el Día de la Redención que es el día en que Cristo resucitará a los muertos creyentes en El, y nos transformará a nosotros los que vivimos. Eso es la Redención del cuerpo: nuestra transformación. Cuando obtengamos el nuevo cuerpo hemos obtenido la redención del cuerpo. Eso es la Adopción de la cual habla San Pablo en Romanos, capítulo 8, versos 14 al 29.
Y ahora, todo esto es bajo el Nuevo Pacto que ha sido establecido por Cristo, y bajo la Sangre del Nuevo Pacto, que es la Sangre de nuestro amado Señor Jesucristo.
Y ahora, todo esto vean cómo ocurre para la persona como individuo, para los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo, para las personas pertenecientes a ese Cuerpo Místico de creyentes, los cuales han recibido a Cristo como su Salvador, han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo, han sido bautizados en Su Nombre y han recibido el Espíritu Santo, y así han obtenido el nuevo nacimiento, del cual Cristo le habló a Nicodemo, cuando le dijo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca de nuevo, no puede ver el Reino de Dios.” [San Juan 3:5 - Editor].
Nicodemo pensó en un nacimiento natural por medio de su madre de nuevo, y ya estaría muy anciana, si él estaba ya viejo. El dijo: “¿Cómo puede hacer esto? ¿Puede acaso el hombre ya siendo viejo?” Por cuanto él era el que estaba interesado en entrar al Reino de Dios, pues está hablando de sí mismo. “¿Puede acaso el hombre ya siendo viejo entrar en el vientre de su madre, y nacer de nuevo?” Cristo le muestra que no es un nacimiento por medio de una mujer, y le dice: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca del Agua y del Espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios.”
Para entrar a formar parte de la Iglesia del Señor Jesucristo, la persona necesita nacer del Agua y del Espíritu. De esto fue que le habló a la mujer samaritana, cuando le ofreció Agua de Vida eterna, eso es el Espíritu Santo. Y en San Juan... eso fue San Juan, capítulo 4, y San Juan, capítulo 7, verso 37, Cristo ahí también habla del Espíritu Santo, y dice de la siguiente manera... San Juan, capítulo 7, verso 37 al 39:
“En el último y gran día de la fiesta...” Esto fue la fiesta de los tabernáculos, y es en el último y gran día, finalizando la fiesta de los tabernáculos... si leen el capítulo - desde el comienzo del capítulo 7, encontrará que se refiere a la fiesta de los tabernáculos, vean, al principio, dice:
“Después de estas cosas, andaba Jesús en Galilea; pues no quería andar en Judea, porque los judíos procuraban matarle.
Estaba cerca la fiesta de los judíos, la de los tabernáculos.”
¿Ven? Esa era la fiesta donde El se encontraba, y fue en el último día de la fiesta de los tabernáculos. La fiesta de los tabernáculos siendo la última fiesta, la cual ocurre el mes séptimo luego que se ha efectuado el día de la expiación, que es el día diez del mes séptimo, luego le sigue esa fiesta de los tabernáculos, y es la última fiesta; siendo la séptima fiesta, representa el Reino Milenial, y siendo que representa el Reino Milenial, también representa la séptima edad de la Iglesia gentil, representada en la iglesia de Laodicea.
Y ahora, así como al final del milenio viene un juicio, el juicio final, y luego viene el fuego que quemará las cosas en la Tierra,; recibirá la Tierra, el planeta Tierra, un bautismo en fuego, fuego físico y fuego espiritual, donde no quedará ni enfermedades, ni gérmenes, ni demonios, ni el mismo diablo. ¿Pero qué será de nosotros? Pues nosotros tendremos cuerpos eternos y glorificados, y nos iremos con Cristo a algún otro lugar: al lugar que El tenga ya determinado, o sino nos iremos a la séptima dimensión, o nos podemos ir a la sexta dimensión, no tendremos problemas.
Y los que salgan bien en el juicio final, pues serán colocados en algún otro lugar, planeta o dimensión, en lo que la Tierra pasa por ese bautismo en fuego, lo cual es el último bautismo en fuego que la Tierra recibe; porque antes de ese recibe un bautismo en fuego (pero menos fuerte) durante la gran tribulación, donde el fuego atómico se va a desatar; eso vendría a ser como las primicias; como sucede en el ser humano, las primicias del Espíritu, en donde recibimos el cuerpo teofánico; y la plenitud, cuando recibamos el cuerpo glorificado y eterno.
¿Ven? Con las primicias del bautismo en fuego durante la gran tribulación, la Tierra no cambia totalmente, pero con el bautismo en toda su plenitud después del juicio final y después del Milenio, la Tierra cambiará totalmente; y ya la Tierra tendrá una nueva forma, ¿por qué? Porque surgirá del corazón de la Tierra una montaña muy alta en forma de pirámide que será la Nueva Jerusalén, el terreno donde estarán los escogidos para reinar con Cristo por toda la eternidad; y ahí estará el Trono de Jesucristo y el Trono de Dios. Eso significa que la séptima dimensión estará conectada en esa Ciudad, con la dimensión visible que habrá también en esa Ciudad; porque Dios estará allí.
O sea, que miren el Programa tan grande que Dios tiene con el planeta Tierra, por eso Dios ha cuidado tanto este planeta Tierra. En el Programa Divino está tener en este planeta Tierra el Trono de Cristo, y también... vamos a leerlo aquí para que tengamos el cuadro claro: en el capítulo 21, versos 22 en adelante de Apocalipsis, dice:
“Y no vi en ella templo; porque el Señor Dios Todopoderoso es el templo de ella, y el Cordero.
La ciudad no tiene necesidad de sol ni de luna que brillen en ella; porque la gloria de Dios la ilumina, y el Cordero es su lumbrera.
Y las naciones que hubieren sido salvas andarán a la luz de ella; y los reyes de la tierra traerán su gloria y honor a ella.
Sus puertas nunca serán cerradas de día, pues allí no habrá noche.
Y llevarán la gloria y la honra de las naciones a ella.
No entrará en ella ninguna cosa inmunda, o que hace abominación y mentira, sino solamente los que están inscritos en el libro de la vida del Cordero. (esos serán los habitantes de la Nueva Jerusalén).”
Y sigue diciendo en el capítulo 22, verso 1 en adelante:
“Después me mostró un río limpio de agua de vida, resplandeciente como cristal, que salía del trono de Dios y del Cordero.”
Vean, el Trono de Dios y del Cordero estará ¿dónde? En la Nueva Jerusalén. Vean el Programa tan grande que Dios tiene con este planeta Tierra. Y sigue enumerando un sinnúmero de cosas más en esa y de esa ciudad.
“En medio de la calle de la ciudad, y a uno y otro lado del río, estaba el árbol de la vida, que produce doce frutos, dando cada mes su fruto; y las hojas del árbol eran para la sanidad de las naciones.
Y no habrá más maldición; y el trono de Dios y del Cordero estará en ella, y sus siervos le servirán.”
El Trono de Dios y del Cordero estarán allí en esa Ciudad. Ahí podemos ver cómo estará fusionado el Trono de Dios y del Cordero.
El Trono de Jesucristo es el Trono de David; pero Cristo se sentó en el Trono del Padre en el Cielo.
Y ahora, en la Nueva Jerusalén estará fusionado el Trono del Padre y el Trono de Jesucristo, en esa nueva ciudad.
Siendo que esa ciudad es en forma de una pirámide, entonces la Tierra tendrá esa forma de pirámide en esa parte del planeta; por lo tanto, la Tierra se verá (viéndola desde lejos, desde el espacio), se verá como un trompo. ¿Saben lo que es un trompo, verdad? Se verá como un trompo. Por lo tanto, la Tierra girará correctamente en la eternidad, como un trompo bien aplomadito girando, así girará la Tierra, porque todo el Programa de Dios girará alrededor del Trono de Dios y del Cordero, que estarán ahí. Y por consiguiente, girará alredor de esa gran Ciudad: la Nueva Jerusalén, una Ciudad que será más grande que las ciudades que hay en la actualidad.
Ahora, podemos ver que hay un Programa muy grande para este planeta Tierra.
Hemos visto esa gran Ciudad ahí en la Biblia ¿Y saben ustedes una cosa? Que cada parte de esa ciudad tiene un significado: En las puertas están los doce nombres de los patriarcas, y en los muros están los nombres de los Apóstoles.
O sea, el muro de la ciudad tiene doce fundamentos, que son y que tienen los doce nombres de los Apóstoles del Cordero, de Jesucristo. O sea, que ese muro representa los Apóstoles, pues allí están sus nombres, y tienen un color cada fundamento de esos doce fundamentos que tiene. Y las puertas, vean ustedes, tienen los nombres de los doce patriarcas, hijos de Jacob. O sea, que cada parte de esa Ciudad está representando seres humanos que han vivido en la Tierra y han sido instrumentos de Dios, para la Obra de Dios.
Vean, los Apóstoles y los doce patriarcas aparecen en Apocalipsis, capítulo 4 y capítulo 5, sentados en veinticuatro tronos. Por eso cuando los Apóstoles le dicen a Jesús en el capítulo 19 de San Mateo: “Nosotros hemos dejado todo, y Te hemos seguido, ¿qué tendremos nosotros contigo?” El Señor les dice: “Ustedes recibirán cien veces lo que ustedes han dejado, y la Vida eterna.”
Solamente la Vida eterna es suficiente, pero además de eso hay recompensas para los hijos de Dios. “Porque nuestro trabajo en el Señor no es en vano,” dice Dios por medio de San Pablo. Y Cristo mismo dice: “He aquí vengo pronto y Mi galardón conmigo (¿para que?) para recompensar a cada uno conforme a sus obras.” (Apocalipsis, capítulo 22, verso 12).
Por eso toda persona que trabaja en la Obra de Cristo será recompensada. El que no hace nada, no podrá recibir premio; porque Cristo no ha hecho ningún premio para los vagos.
El único premio de los vagos es el que le dio al siervo negligente, al cual le fue dado un talento en la otra parábola, que significa lo mismo, le fue dada una mina, y la enterró, la envolvió en un pañuelo (en un paño) y la enterró en la tierra, y no hizo nada con eso que Dios le dio. Se dedicó a sus propios negocios, pero no a los negocios del Señor.
Debió haber leído lo que dijo Jesús cuando tenía doce años, y lo fueron a buscar y estaba allá hablando con los doctores allá de la Ley y aquellos hombres sabios; y preguntándole a ellos y contestándole a ellos las preguntas, y se maravillaban de Su sabiduría. Y cuando José y María vienen a buscarlo, porque se había quedado en el templo, y ellos se habían ido, y ellos no se habían dado cuenta que se había quedado el niño Jesús.
Y le dicen: “¿Porque nos has hecho esto? Te hemos estado buscando.” Jesús les dice: “¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me conviene estar?” No en los negocios de José, sino del Padre Celestial; porque Jesús no era hijo de José, era hijo de Dios. Su cuerpo no fue engendrado por José en el vientre de María, sino fue creado por Dios en el vientre de María.
Y a todo hijo e hija de Dios le conviene estar ¿dónde? En los negocios de nuestro Padre Celestial, trabajando en ellos. Esos son los negocios principales para los hijos e hijas de Dios, por eso trabajamos en la Obra del Señor Jesucristo todos los días de nuestra vida, con toda nuestra alma, con Amor a Cristo; y por Amor a Cristo trabajamos en Su Obra. Aunque también trabajamos en fábricas o en construcción o en diferentes lugares, o negocios propios para el sostén de nuestras familias, pero también trabajamos lo más que podemos en la Obra del Señor, que es lo principal.
Ahora, podemos ver que así es como se hace tesoros ¿dónde? En el Cielo. Los que uno hace aquí en la Tierra son temporales, porque cuando la persona se muere se quedaron aquí; pero los que ha trabajado en la Obra de Cristo, se los lleva con él, porque eso queda colocado en el Reino de los Cielos, queda almacenado allá en el Banco de Dios, queda almacenado en favor de la persona.
Ahora, podemos ver porqué Cristo dijo: “Haced tesoros (¿dónde?) en los Cielos, donde ni ladrones minan, ni el orín, ni la polilla corrompen.” Ese es el lugar para hacer nosotros nuestros tesoros para toda la eternidad. Porque los tesoros que uno hace aquí en la Tierra son para un lapso de tiempo de vida que tenemos aquí, pero después no se los puede llevar la persona. Pero los que hacemos en el Reino de los Cielos, eso es para ¿cuánto? Para el Milenio y para toda la eternidad.
Y es mientras estamos aquí que hacemos tesoros para la eternidad, como hacen tesoros algunas personas para cuando estén ancianos, y entonces como no pueden trabajar, entonces tener con qué vivir.
Pero nosotros hacemos tesoros en el Reino de los Cielos para el futuro, para la Vida eterna que tendremos en el Reino de Dios; y ahí tendremos todos esos tesoros y recompensas de parte de Dios dados a nosotros; porque El recompensará a cada uno conforme a sus obras.
El nos dio un ejemplo de lo que será la distribución de esos tesoros, cuando dijo que a los que trabajaron, luego dice en lo de las minas, le dice: “Has sido fiel (al que trabajó con las minas que le fueron dadas).” Dice que lo coloca sobre tantas ciudades. O sea, que ya eso nos habla de una bendición muy grande en el Reino de Dios. Le dice algo así, como: “Gobierna sobre tantas ciudades.” O sea, que habrá una bendición grande para los Angeles Mensajeros que han trabajado en la Obra de Cristo con el grupo de cada Angel Mensajero.
Así que, hay algo ahí grande. Por ejemplo: si durante el Reino Milenial la Tierra es distribuida en continentes, como está en la actualidad que hay unos cuantos continentes. ¿Cuántos continentes Miguel? Cuatro... cinco continentes. Si fuesen 7 u 8 continentes, pues entonces tenemos siete Angeles Mensajeros de siete edades. O sea, que - y luego la distribución: ese sería el rey de ese continente, o de esa nación, y luego su reino sería distribuido y administrado con los ministros y los demás hermanos que han trabajado en esa edad.
O sea, que hay algo ahí de lo cual no hablamos mucho, pero hay algo ahí de parte de Dios. Porque si somos Reyes y Sacerdotes para reinar con Cristo, pues no va a haber un rey, no van a haber reyes que sean reyes y no tengan sobre quien reinar. Si hay reyes, pues hay un reino; pero todos esos Reyes estarán encabezados por un Rey: Jesucristo, el Rey de reyes y Señor de señores. O sea, que será un Reino que tendrá confederado todos los reinos de esta Tierra en ese glorioso Reino de Jesucristo.
Y ahora, eso es para que ustedes tengan una idea de las grandes bendiciones que hay ¿para quiénes? Para todos nosotros en el glorioso Reino Milenial y luego en la eternidad.
Ahora, les hablaba de la Nueva Jerusalén. Les dije que se verá en forma de un trompo cuando Dios establezca la Nueva Jerusalén aquí en la Tierra, lo cual será después del Reino Milenial, y después que se haya llevado a cabo el juicio final. Porque ya para la Nueva tierra... porque ya el primer cielo y la primera tierra no existirá. Ya no existirá lo que hubo: la atmósfera que hubo durante el milenio ni la tierra que hubo durante el milenio tampoco estará, sino que será todo transformado con ese bautismo en fuego que habrá sobre todo el planeta Tierra, y ya recibirá un cambio el planeta Tierra.
Y ahora, ¿cómo será después la Tierra? La que estaba durante el Milenio que podían pisar, ya quizás esa esté abajo y esté en el centro de la Tierra; y de adentro salga la nueva Tierra que estará sobre la Tierra.
Ahora, podemos ver que ese Reino Eterno después del Milenio, tendrá los cuarteles generales de Dios aquí en la Tierra. O sea, que el universo completo será gobernado desde este puntito tan pequeño llamado el planeta Tierra.
¿Ven que el Programa de Dios con el planeta Tierra es grande? Del planeta Tierra viene nuestro cuerpo, nuestro cuerpo que tenemos; y el cuerpo que recibiremos viene por creación divina de este planeta Tierra, de ahí Dios creará el nuevo cuerpo.
Y ahora, podemos ver que nosotros estamos ligados a este planeta Tierra; y podemos decir que en lo físico, ésta es nuestra casa, como fue la casa de Jesús en Su cuerpo físico, este planeta Tierra.
Y ahora, con el cuerpo transformado, pues el cuerpo será - será un cuerpo interdimensional, podrá pasar a cualquier dimensión, y por consiguiente podrá viajar al planeta más lejano de la galaxia más lejana, en el mismo tiempo que usted puede venir de donde está a donde estoy yo. ¿En qué forma? Piense usted en llegar de donde usted está, hasta aquí, ¿cuánto tiempo le tomó? Un segundo o menos de un segundo. Ese mismo tiempo le toma a usted pensar en estar en el planeta más lejano de la galaxia más lejana. ¿Ven? No hay tiempo, es tan rápido. Y si hay algo más rápido que el pensamiento, pues eso lo tendremos nosotros en el nuevo cuerpo también.
Por lo tanto, la forma de transportación nuestra será la más rápida, porque esa es la de nuestro amado Señor Jesucristo, el cual ascendió al Cielo, llegó a la Casa de nuestro Padre Celestial, a la séptima dimensión, y vean ustedes, no tuvo que tomar ni un avión ni un cohete para llegar allá, todavía tampoco los han construido, ni los construirán.
La ciencia humana no ha podido llegar a ese conocimiento de fabricar un instrumento para pasar de una dimensión a otra dimensión, en persona. Ha podido pasar de una dimensión a otra, la voz, las imágenes, y así por el estilo. Pero todavía no ha podido pasar de una dimensión a otra el cuerpo por medio de algún instrumento científico que haya fabricado.
Ahora, podemos ver que hay una bendición muy grande para el planeta Tierra, y también para cada persona que sirve a Cristo. En la misma forma en que Dios redime al ser humano, El redime a Su Iglesia, y El redime al planeta Tierra.
El planeta Tierra como cada individuo y como la Iglesia de Jesucristo, y como sucedió también con el pueblo hebreo, que es el tipo y figura del Israel Celestial, vean ustedes, se pasa por justificación, luego santificación, luego bautismo del Espíritu; ya eso son las primicias; y luego la plenitud del Espíritu, donde recibiremos el cuerpo nuevo.
El planeta Tierra pasa por justificación con el bautismo del tiempo de Noé, que es el diluvio; pasa por santificación, por medio de la Sangre de Cristo derramada en la Cruz del Calvario; pasa por las primicias del bautismo en fuego que es durante la gran tribulación; y luego pasa por el bautismo pleno en fuego, que es al final del Milenio, luego del juicio final, donde la Tierra pasará por ese bautismo en fuego que la cambiará físicamente.
Esas son etapas por las cuales se tiene que pasar cada persona como individuo, también el planeta Tierra y la Iglesia del Señor Jesucristo. Todo esto es para la restauración, es una Obra de Restauración para ser colocados en el original, en la Vida eterna.
Y ahora, encontramos que la Iglesia del Señor Jesucristo pasó por justificación en el tiempo de Lutero; por santificación en el tiempo de Wesley, por eso ustedes pueden ver que Lutero predicó: “El justo por la fe vivirá.” Eso es Justificación. Wesley predicó la Santificación, y enseñó: “Sed santos, porque Yo Soy Santo; y sin santidad nadie verá al Señor.”
Y ahora, esas son etapas por las cuales la Iglesia ha estado pasando para ser restaurada a la Vida eterna. Ser restaurada una Iglesia que no dejará de existir. Tiene que venir una Iglesia a una etapa restaurada totalmente, que no termine esa etapa, sino que siga por el Milenio y por la eternidad.
Y ahora, siendo que estas son etapas por las cuales la Iglesia como Cuerpo Místico de Cristo pasa: justificación, santificación, y bautismo del Espíritu Santo en la séptima edad (esto es las primicias, con la restauración de los dones del Espíritu). Luego para el Día Postrero la Iglesia del Señor Jesucristo recibe el Espíritu Santo. ¿Ven? Son las mismas etapas ahora para la Iglesia del Señor Jesucristo para ser restaurada a Vida eterna.
Para este Programa de Restauración, Cristo ha enviado de etapa en etapa (de Su Programa de Restauración) a un Mensajero. Para la etapa de justificación Cristo envió a Lutero, con el Mensaje para esa etapa de justificación; para la etapa de santificación envió a Wesley. ¿Ven? Cada una de esas etapas de restauración tiene su edad.
Dios no puede efectuar una obra de estas, de restauración, fuera de una edad; tiene que tener una edad y un Mensajero con un Mensaje. Luego viene la séptima edad y Su Mensajero es el Rvdo. William Branham. Y después tenemos la Edad de la Piedra Angular; la Edad de la Piedra Angular, para cumplir Cristo la promesa de venir el Espíritu Santo en el Día Postrero.
Y vamos a ver esa promesa para la Iglesia del Señor Jesucristo. Y todo esto es para la restauración de la Iglesia totalmente, en donde los miembros de la Iglesia de Jesucristo obtendrán el cuerpo glorificado, y será una Iglesia cambiada completa, con cuerpos eternos y glorificados. ¿Ven?
Para que ocurra eso en el Programa de la Restauración de la Iglesia del Señor Jesucristo, El tiene todas estas etapas. Vamos a ver en la página 134 del libro de “Los Sellos,” dice el Rvdo. William Branham:
“Y noten ustedes: Cuando este Espíritu Santo que tenemos llegue a encarnarse...” Aquí tenemos la promesa del Espíritu Santo para ser encarnado en medio de la Iglesia de Jesucristo. Por lo tanto, tendrá que tener un Mensajero, y tiene que tener una Edad especial la Iglesia, en donde eso se cumpla; y la Edad es la Edad de la Piedra Angular, por lo tanto, tiene que tener la Edad de la Piedra Angular un Mensajero, y tiene que ser un Mensajero Dispensacional. Dice:
“Cuando este Espíritu Santo que tenemos llegue a encarnarse, el que está en nuestro medio ahora mismo en la forma del Espíritu Santo, cuando El llegue a ser encarnado en la Persona de Jesucristo, entonces nosotros le coronaremos como “Rey de reyes y Señor de señores.”
Y ahora, vean ustedes lo que está prometido aquí.
Y ahora, en la página 277 del libro de “Los Sellos,” también, nos habla algo sobre el Espíritu Santo, y dice, orando dice el Rvdo. William Branham:
“Pedimos que el Espíritu Santo venga ahora mismo, el Jinete del verdadero caballo blanco, mientras Su Espíritu, el Espíritu de Cristo, entre en confrontación con el anticristo, y El llame los Suyos.”
Ahora, tenemos aquí la promesa de que el Espíritu Santo entrará en confrontación con el anticristo.
Y ahora, el Espíritu Santo, este Jinete del Caballo Blanco de Apocalipsis 19, el cual es el Verbo, tiene por nombre: El Verbo de Dios, y también tiene un nombre que ninguno entendía, y Su Nombre es: ‘El Verbo de Dios.’
Vamos a leerlo aquí en Apocalipsis 19, para tener el cuadro claro, verso 11 en adelante, dice:
“Entonces vi el cielo abierto; y he aquí un caballo blanco, y el que lo montaba se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea.
Sus ojos eran como llama de fuego, y había en su cabeza muchas diademas; y tenía un nombre escrito que ninguno conocía sino él mismo.”
¿Ven que tenía un nombre escrito que ninguno conocía, sino El mismo?. Ese nombre es el Nombre Nuevo del Señor Jesucristo y Nombre Eterno de Dios. Porque en Apocalipsis, capítulo 2, verso 17, dice: “Al que venciere yo le daré a comer del maná escondido, y le daré una Piedrecita blanca, y en la Piedrecita un nombre nuevo escrito que ninguno conocía, sino aquél que lo recibía.”
Vamos a leerlo también para que tengamos correctamente todo bien ordenado: Apocalipsis capítulo 2, verso 17:
“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe.”
El que recibe la Piedrecita blanca es el que recibe el Nombre Nuevo; y la Piedrecita blanca es Cristo. El es la Piedra no cortada de manos que hirió a la imagen que vio Nabucodonosor, y le interpretó el Profeta Daniel en el capítulo 2, versos 34 al 45 de la profecía de Daniel.
Y ahora, la Piedrecita blanca viene con un Nombre Nuevo. No es una piedra literal, sino Jesucristo, la Piedra del Angulo, la Piedra que los edificadores rechazaron. El es esa Piedrecita blanca. Y El ha dicho: “Al que venciere yo le daré una Piedrecita blanca, y en ella un Nombre Nuevo escrito.”
Por lo tanto, el Vencedor del Día Postrero recibirá a Cristo en Su Segunda Venida con un Nombre Nuevo. Ese es el único que podrá recibirlo con un Nombre Nuevo, porque todos los demás predicadores del cristianismo están esperando la Segunda Venida de Cristo con el nombre: ‘Jesús.’ Pero este Vencedor recibirá a Cristo con un Nombre Nuevo en Su Segunda Venida.
Y se preguntarán algunas personas: “¿Pero acaso Cristo tiene algún Nombre Nuevo? Esto ha estado en la Biblia aquí en el Apocalipsis desde que Juan lo escribió.
¿Y con tantos años de estudio de la Biblia que vengan a preguntar ahora los grandes estudiantes de la Biblia con grados de teología, que si en la Biblia hay algún lugar en donde diga que Cristo tiene un Nombre Nuevo?. Pues miren, ahí dice que esa Piedra tiene un Nombre Nuevo; y todos saben que esa Piedrecita es Cristo en Su Segunda Venida.
Pero ahora vayamos un poquito más adelante, a Apocalipsis, capítulo 3, verso 2, donde dice:
“Al que venciere yo lo haré columna en el templo de mi Dios.”
No es que lo va a hacer una columna de concreto o de bronce o de hierro, o de oro, sino que lo va a hacer una persona importante en Su Templo, y Su Templo es Su Iglesia.
Cuando Pablo fue a Jerusalén para estar reunido con los Apóstoles, luego él dice que él se dio cuenta que Santiago y Jacobo eran las columnas de la Iglesia allá en Jerusalén (o sea, las personas principales allá), juntamente con el Apóstol San Pedro.
Y ahora, en Eclesiastés nos habla, y vamos a ver en qué lugar de Eclesiastés o Proverbios... Proverbios 9. Recuerden que Jesucristo es Sabiduría, Poder y Sabiduría de Dios, Sabiduría y Poder de Dios. Leamos el capítulo 8, verso 12 (primero), dice:
“Yo, la sabiduría, habito con la cordura,
Y hallo la ciencia de los consejos.”
Y luego si leemos el mismo capítulo 8 o Proverbios, número 8, verso 22 en adelante, dice:
“Jehová me poseía en el principio,
Ya de antiguo, antes de sus obras.
Eternamente tuve el principado, desde el principio,
Antes de la tierra.”
Y si seguimos leyendo hasta el verso 16 encontraremos una descripción hermosa de Cristo. Dice, el verso 30, dice:
“Con él estaba yo ordenándolo todo,
Y era su delicia de día en día,
Teniendo solaz delante de él en todo tiempo.
Me regocijo en la parte habitable de su tierra;
Y mis delicias son con los hijos de los hombres.”
Esta descripción aquí de la sabiduría es una descripción de Cristo, que es Sabiduría de Dios y Poder de Dios. Por lo tanto, toda la Sabiduría de Dios es manifestada por medio de Cristo, y todo el Poder de Dios es manifestado por medio de Cristo. En El está todo.
Y ahora, el capítulo 9 de Proverbios o el Proverbios número 9, verso 1 en adelante, dice:
“La sabiduría edificó su casa,
Labró sus siete columnas.”
Y ahora, Cristo edificando Su Casa, que es Su Iglesia, ha labrado Sus siete columnas, que son los siete Angeles Mensajeros de las siete edades de la Iglesia.
Y ahora, en este pasaje que leímos:
“Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios (tiene para hacer columna en el Templo de nuestro Dios, al Vencedor del Día Postrero), y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.”
¿Tiene o no tiene Jesús un Nombre Nuevo? El mismo lo dice. Y va a escribir sobre el Vencedor, al cual lo hará columna en el Templo de nuestro Dios, va a escribir sobre él el Nombre de nuestro Dios, Nombre de la Ciudad de nuestro Dios, y Su Nombre Nuevo. Por lo tanto, el Vencedor tendrá una bendición muy grande. Así como Salomón edificó dos columnas en el templo de Dios, cuando construyó el templo de Dios, y le colocó nombres de personas a esas columnas: Boaz a una de ellas, y a la otra Jaquín.
Y ahora, vean ustedes cómo se tipificó, cómo se representó allá lo que Cristo hará en Su Templo. Si allá fueron edificadas esas dos columnas y le fue colocado un nombre a cada una de ellas, Cristo en Su Templo Espiritual, vean ustedes, coloca Sus columnas en Su Templo: las columnas de las siete edades y también columna en el Templo de nuestro Dios para este tiempo final. El Mensajero de cada edad es la columna del Templo de Dios para cada edad; y los Apóstoles allá fueron instrumentos muy importantes como fundamento, la base allá para levantar ese Templo Espiritual.
Y ahora, en esta columna aquí, El va a colocar el Nombre de nuestro Dios, Nombre de la Ciudad de nuestro Dios, y Su Nombre Nuevo. Tenemos los ministerios de Los Dos Olivos, los ministerios de Moisés y Elías. Ahí tenemos dos buenas columnas.
Bueno, hemos visto este misterio del Nombre, y que conforme a la promesa divina será escrito sobre el Vencedor.
Ahora, podemos ver que todo eso está dentro de la revelación del Día Postrero; porque en las edades pasadas no fue obtenida la revelación de estos misterios de la Iglesia del Señor Jesucristo. Estos misterios corresponden a la Iglesia del Señor Jesucristo; por lo tanto, estos misterios son cumplidos dentro de ese Templo Espiritual de Cristo.
Así como en el templo que construyó Salomón y el tabernáculo que construyó Moisés, estaba el Nombre de Dios. Dios dijo que en la ciudad que El escogiera para poner allí Su Nombre, allí llevarían sus sacrificios y allí adorarían a Dios; y la ciudad que fue escogida fue Jerusalén, donde fue construido el templo y donde iba el pueblo a ofrecer sus sacrificios y ofrendas a Dios, y a adorar a Dios.
¿Y en qué parte del templo estaba el Nombre? En el lugar santísimo sobre el arca del pacto, porque allí estaba el Angel de Jehová, que es el que tiene el Nombre de Dios. Y en el sumo sacerdote estaba también el Nombre de Dios escrito en una lámina de oro, amarrada con unos hilos o cordones sobre la frente, y ahí estaba el turbante, que era la mitra que usaba el sacerdote. Sobre la mitra quedaba la placa o lámina de oro con el Nombre de Dios: “Santidad a Jehová.” Santidad a YHWH. ¿Ven?
Y ahora, encontramos que Jesucristo siendo el Sumo Sacerdote, pues tiene el Nombre de Dios. El dice: “Y mi Nombre Nuevo.” Cuando El ascendió a los Cielos recibió un Nombre Nuevo. Por eso dice: “Y escribiré sobre él el Nombre de Dios y el Nombre de la ciudad de nuestro Dios y mi Nombre Nuevo.”
Ahora, veamos lo que dice el Rvdo. William Branham aquí en la página 131 del libro de “Los Sellos:”
“Y ahora Jesús: Su Nombre sobre la tierra fue Jesús el Redentor, porque fue el Redentor cuando estuvo sobre la Tierra.”
Recuerden que el nombre Jesús significa: ‘Redentor, Salvador.’ El nombre es de acuerdo a la Obra que El va a hacer. El nombre Jesús está ligado a la Obra de Redención. El Nombre Nuevo del Señor Jesucristo está ligado a la Obra del Reclamo.
“...pero cuando conquistó el infierno y la muerte; los venció y ascendió, entonces recibió un nuevo Nombre. Por esa razón es que gritan y hacen tanto ruido y no reciben nada. Será revelado en los truenos.
Fíjense en el misterio. El viene cabalgando (eso es Apocalipsis 19). Tiene que venir algo para cambiar esta Iglesia.”
¿Qué es lo que cambiará a la Iglesia? El Jinete del Caballo Blanco de Apocalipsis 19, viniendo con un Nombre Nuevo, con un Nombre que nadie conoce para llevar a cabo la Obra que tiene que hacer en ese tiempo.
“¡Tiene que venir algo! Ahora noten: Nadie entendía ese nombre, sino El mismo.
‘Y estaba vestido de una ropa teñida en sangre; y su nombre es llamado el Verbo de Dios.
Y los ejércitos que están en el cielo le seguían en caballos blancos, vestidos de lino finísimo, blanco y limpio.
Y de su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las gentes; y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor, y de la ira del Dios Todopoderoso.
Y en su vestidura y en su muslo tiene escrito este nombre: Rey de reyes y Señor de señores.’
(Apocalipsis 19: 13-16).
Allí viene el Mesías, allí es donde está.”
Y ahora, vamos a ver entonces cómo es que viene el Jinete del Caballo Blanco de Apocalipsis 19, que es el Angel del Pacto, el Espíritu Santo, con un Nombre que nadie entendía.
Siendo que el Nombre de Dios está en el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, como lo dice Dios por medio del Profeta Moisés en el Exodo, capítulo 23, verso 20 en adelante, dice:
“He aquí yo envío mi Angel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado.
Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él.”
¿Dónde está el Nombre de Dios? En el Angel de Jehová, que es el cuerpo teofánico de Dios, y que es el mismo Jesucristo en Su cuerpo teofánico. El es el Espíritu Santo, el Angel de Jehová.
“Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te afligieren.
Porque mi Angel irá delante de ti.”
Ahora, podemos ver dónde está el Nombre de Dios: En Su Angel, en Su cuerpo teofánico.
Y ahora, en la manifestación del Angel de Jehová en carne humana en Jesús, fue usado el nombre ‘Jesús,’ que significa ‘Salvador o Redentor,’ porque esa sería la Obra que el Angel de Jehová haría a través de ese velo de carne.
Pero El tiene un Nombre Nuevo, Jesús dice que El tiene un Nombre Nuevo; el cual conforme a como dice el Rvdo. William Branham, lo recibió cuando ascendió victorioso al Cielo. Ese es el Nombre con el cual viene en Apocalipsis, capítulo 19, Cristo, el Angel del Pacto, el Espíritu Santo, para cumplir Su Programa correspondiente a este tiempo final.
Y ahora, vamos a ver aquí ese misterio. Recuerden que leímos ya la página 134, que dice:
“Cuando este Espíritu Santo que tenemos llegue a encarnarse, el que está en nuestro medio ahora mismo en la forma del Espíritu Santo, cuando El llegue a ser encarnado en la Persona de Jesucristo, entonces nosotros le coronaremos como ‘Rey de reyes y Señor de señores.”
Viene como Rey de reyes y Señor de señores. Por eso en Apocalipsis 19, señala que tiene escrito en Su vestidura y en Su muslo: “Rey de reyes y Señor de señores.”
Y ahora, veamos cómo sucederá todo esto que aquí está señalado. Leímos también que el Rvdo. William Branham orando dice:
“Pedimos que el Espíritu Santo venga ahora mismo...” En la página 277:
“Pedimos que el Espíritu Santo venga ahora mismo, el Jinete del verdadero caballo blanco, mientras Su Espíritu, el Espíritu de Cristo, entre en confrontación con el anticristo, y El llame los suyos.”
Y para este tiempo final habrá una confrontación del Jinete del Caballo Blanco de Apocalipsis 19, con el jinete del caballo amarillo de Apocalipsis, capítulo 6, verso 7 al 8. El jinete del caballo amarillo es el anticristo. Y habrá un enfrentamiento del Espíritu de Cristo, el Jinete del Caballo Blanco de Apocalipsis 19, con el anticristo.
Y ahora, ¿cómo estarán para este enfrentamiento? Eso es muy importante. En la página 270 de este mismo Mensaje de “Los Sellos,” dice (en español):
“Aquí vemos la Vida y la muerte llegando a su último encuentro. El caballo blanco de Vida verdadera y el caballo amarillo de credos mezclados. La cosa está llegando a un verdadero reto.”
Más abajo dice:
“Hay solo un color original: el blanco. Cualquier otro color es algo mezclado. Cristo está sobre la Palabra completamente blanca y sin adulterio desde el principio. ¡Amén! Todo color sería blanco si no hubiese intervenido alguna química.”
Y en la página 271, dice:
“El que viene sobre el caballo blanco es la Palabra y la Vida, vindicado por Sus santos resucitados que vienen con El.”
Y ahora, veamos en la página 146, para que veamos lo que será el cumplimiento de la venida del caballo amarillo, que es el anticristo en el Día Postrero; y lo que será la Venida del Jinete del Caballo Blanco de Apocalipsis 19, que es Cristo, el Angel del Pacto viniendo, el Espíritu Santo viniendo a la Iglesia del Señor Jesucristo en el Día Postrero.
“Y al mismo tiempo que el diablo cae del Cielo y se encarna en un hombre, el Espíritu Santo sube y viene encarnado en un hombre.”
‘El Espíritu Santo sube y viene encarnado en un hombre.’ Y para este tiempo final tendremos en la Tierra esos dos espíritus: el Espíritu de Dios encarnado en un hombre, y el espíritu del diablo encarnado en otro hombre, en el anticristo.
Y ahora, podemos ver que eso será para la Iglesia del Señor Jesucristo, la Venida del Espíritu Santo encarnado en un hombre, la Venida del Espíritu Santo para darnos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final; y darnos la fe, la revelación para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, darnos la revelación del Día Postrero, y mostrarnos el gran misterio de la Venida de Cristo como el León de la Tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, en Su Obra de Reclamo, con un Nombre Nuevo.
Y ahora, veamos la página 256 del libro de “Los Sellos,” también, dice el Rvdo. William Branham:
“Pero cuando nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, El vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emmanuel —la Palabra de Dios encarnada en un hombre.—”
Si conseguimos ese hombre, veremos al Espíritu Santo viniendo en el Día Postrero a la Iglesia del Señor Jesucristo, en el cumplimiento de Apocalipsis 19, viniendo el Espíritu Santo, el Jinete del Caballo Blanco de Apocalipsis 19, a la Iglesia del Señor Jesucristo en un hombre del Día Postrero, del Cuerpo Místico del Señor Jesucristo. Y solamente Dios tiene para cada edad un Mensajero, tiene el hombre a través del cual se manifestará el Espíritu Santo en cada edad.
Por lo tanto, para el Día Postrero, para la Edad de la Piedra Angular, El tendrá un hombre en el cual manifestarse en el Día Postrero, será el Angel del Señor Jesucristo. Por eso dice:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.” (Apocalipsis 22, verso 16).
Apocalipsis, capítulo 4, verso 1, dice con esa Voz de Trompeta:
“Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.”
Las que sucederán después de las que ya han sucedido en las siete etapas o edades de la Iglesia del Señor Jesucristo. Y para darlas a conocer, Cristo, el Angel del Pacto, el Espíritu Santo, dice en Apocalipsis 22, verso 6:
“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto (las cosas que han de suceder pronto).”
Hemos visto la forma en que vendrá el Espíritu Santo a Su Iglesia en el Día Postrero, dándole a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto: es por medio de Su Angel Mensajero en quien estará Cristo en Espíritu Santo, manifestándose y enseñándole a Su Iglesia todas estas cosas que deben suceder pronto, cosas que no podían llevar los creyentes en Cristo en las edades pasadas, porque no era el tiempo para conocer estas cosas, y no podían ser reveladas en el tiempo de Jesús, porque no era el tiempo para ellos conocer esas cosas.
Pero nosotros estamos viviendo en el tiempo en que necesitamos conocer estas cosas; porque estas cosas que están prometidas para ser reveladas, son las que nos dan la fe, la revelación para ser transformados y raptados, e ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Por lo tanto, necesitamos tener la revelación del Día Postrero, donde todas estas cosas son abiertas a la Iglesia del Señor Jesucristo.
En la página 373 del libro de “Las Edades,” dice el Rvdo. William Branham:
“Así dice el ‘Amén.’ Jesús es el Amén de Dios. Jesús es el ‘Así sea’ de Dios. Amén significa lo final, significa aprobación, significa promesa prevaleciente, significa promesa que no cambia, significa el sello de Dios.”
Y si significa el Sello de Dios, el Amén, el Amén sellará Su Iglesia como Cuerpo Místico de creyentes en el Día Postrero.
“Quiero que se fije bien ahora, para que vea algo muy precioso y hermoso. Dije que esta es la revelación del tiempo del fin, la revelación de Sí mismo. Cuando el día de la gracia termine, entonces dentro de poco empezará el Milenio. ¿Verdad?”
Ahora podemos ver que la revelación de Jesucristo mismo, viniendo Jesucristo en Espíritu Santo para el Día Postrero, y velándose y revelándose a Su Iglesia en el Día Postrero por medio de Su Angel Mensajero, eso será el Espíritu Santo viniendo en carne humana en Su Angel Mensajero, para darnos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final.
Esa es la forma en que el Espíritu Santo estará enseñando a Su Iglesia en este tiempo final. No hay otra forma para la Iglesia del Señor Jesucristo conocer todas estas cosas que deben suceder pronto; excepto por medio de Su Angel Mensajero a través del cual estará Jesucristo en Espíritu Santo, ungiéndolo y usándolo, colocando en su corazón y en su boca esa Palabra revelada, para que la dé a conocer a Su Iglesia, y así obtengamos la revelación del Día Postrero, que es la revelación del Séptimo Sello, la revelación donde todo el misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la Tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, es abierto a la Iglesia del Señor Jesucristo.
En la página 376 del libro de “Las Edades,” dice el Rvdo. William Branham:
“Nosotros ahora conocemos a Dios hasta el límite de nuestros sentidos. Pero algún día será cara a cara. Eso es para esta Edad. El viene al fin de esta Edad. Realización parcial será hecha. REALIZACION PERFECTA, REALIZACION COMPLETA. Hemos estado mirando a través de un espejo oscuro, pero muy pronto será cara a cara.”
Viendo cara a cara al Espíritu Santo viniendo en el Día Postrero, y velándose y revelándose por medio del Angel del Señor Jesucristo, y lo escucharemos dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto; y así estará revelándonos todo el misterio correspondiente a este tiempo final. Y así estará dándonos la revelación del Día Postrero, que es la revelación del Séptimo Sello. En la página *376, dice:
“No os dejaré huérfanos, vendré a vosotros.’
El mandó al Consolador. El fue el Consolador. El volvió en forma del Espíritu Santo sobre la Iglesia. El es el Testigo fiel y verdadero en medio de la Iglesia; pero algún día volverá otra vez en forma de carne. Entonces probará que El es el único Poderoso Sabio, Cristo Jesús el Señor de la Gloria, el Testigo Fiel y Verdadero, Creador y Sustentador, Realización perfecta, el Amén de Dios.”
¿Ven quién es el Amén? Es Cristo, el Angel del Pacto, el cual para el Día Postrero, Cristo, el Angel del Pacto en Espíritu Santo, vendrá a Su Iglesia en la Edad de la Piedra Angular en carne humana, en la carne humana del Mensajero del Señor Jesucristo, del Angel del Señor Jesucristo que es un Profeta Dispensacional. Y entonces nos estará hablando cara a cara a través de ese Angel Mensajero, todas estas cosas que deben suceder en este tiempo final, y estará mostrándonos las que ya se han cumplido y las que están en proceso de cumplimiento, y las que se cumplirán más adelante; y así estará mostrándonos el gran misterio del Séptimo Sello que los Truenos de Apocalipsis, capítulo 10 dan a conocer.
Por eso el Rvdo. William Branham dijo que los Truenos le darán la fe para el Rapto a la Iglesia. Página 128 del libro de “Los Sellos,” dice:
“Ahora, los Siete Truenos de Apocalipsis permitirán que El muestre a la Novia cómo prepararse para obtener esa gran fe de traslación.”
Sin escuchar la Voz de los Siete Truenos, que es la Voz de Cristo, el Angel Fuerte que desciende del Cielo y clama como cuando un león ruge, porque viene como león y Siete Truenos emiten Sus voces. Sin escuchar esos Truenos, sin escuchar la Voz de Cristo dándonos a conocer el misterio del Séptimo Sello, ninguna persona puede ser transformada y llevada con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.
Ninguna persona puede conocer el misterio del Séptimo Sello si no escucha la Voz de Cristo, la Voz del Angel Fuerte, la Voz del Angel del Pacto, viniendo en el Día Postrero en Su manifestación final a través de Su Angel Mensajero del Día Postrero, hablándonos y dándonos a conocer el misterio del Séptimo Sello, el misterio de la Segunda Venida de Cristo con un Nombre Nuevo, como León de la Tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.
Todas estas cosas que no fueron reveladas en tiempos pasados, corresponden a la revelación del Día Postrero que viene por medio de Jesucristo, el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, el Espíritu Santo, manifestado por medio de Su Angel Mensajero en la revelación final de Jesucristo a Su Iglesia, a través de carne humana, como se reveló por medio de cada Angel Mensajero a través de carne humana en la porción correspondiente a cada edad. Y todo fue sencillo en cada una de esas manifestaciones, y aún más sencillo será en este tiempo final; porque Dios obra en forma sencilla, siempre usando (siempre) a un hombre sencillo.
Cuando Dios va a hacer una cosa grande, busca, envía un hombre sencillo, pero con las dos conciencias juntas, y lo usa; y esa cosa grande que Dios prometió por medio de las profecías, se cumple en forma sencilla. ¿Por qué? Porque envió un hombre sencillo. Y si va a hacer una cosa más grande, ¿qué hace? Envía uno más sencillo todavía.
O sea, que Dios siempre obra en sencillez, en simplicidad. Y para obrar en simplicidad, pues tiene que ser por medio de una persona sencilla. No una persona que vaya a estar hablándonos en unos términos teológicos y términos demasiado de finos, que tengamos que tener cada uno un diccionario, y decir: “Un momentito, vamos a buscar aquí qué significa lo que dijo, esa palabra que usó.”
Siempre envía alguien sencillo que hable los términos comunes de las personas, de modo que las personas sencillas lo puedan entender, y hasta los niños lo entienden también. Y los que han estudiado mucho, pues bajan un poquito y lo entienden también.
O sea, que Dios obra a un nivel al cual pueden llegar los que han estudiado mucho, bajar y entender también. Los que son sencillos, por cuanto no tienen una educación alta, de grandes universidades, con palabras de diccionario, pues escuchan una conferencia que se usen muchos términos demasiados de pulídos, de finos, y no entienden nada, porque no pueden subir a ese nivel.
Pero Dios obra en ese nivel sencillo, y los que han estudiado mucho no pueden quedarse con el orgullo que han estudiado mucho, porque antes de llegar allá arriba, para subir tenían que haber estado abajo, y conocieron toda esa forma de conversación del común del pueblo. Así que pueden bajar y entender, si quieren entender y quieren oír la Voz de Dios.
Por eso es que de vez en cuando aparece uno que ha estudiado mucho y que tiene una buena posición, y dice: “Yo entiendo ese Mensaje, y yo lo creo.” ¿Ven? Bajó a la forma común de hablar y captó todo lo que ha sido revelado. Pero si se queda en ese nivel alto, y dice: “No, esos términos en que se hablan son muy comunes, son del común del pueblo y yo soy de la alta sociedad.” Pues se queda allá arriba y no recibe la bendición de Dios.
Ahora, Dios obra en esa forma sencilla.
Miren cómo Cristo nos habla acerca de que tiene que ser en esa forma sencilla. Vamos a ver un pasaje, vamos a buscar un pasaje... Miguel si me lo puedes conseguir, cuando Juan el Bautista mandó a preguntar... mientras yo busco otro por aquí para... San Lucas (ténmelo pendiente ahí)...
San Lucas, capítulo 4, verso 17 en adelante, dice:
“Y se le dio el libro del profeta Isaías (esto fue en la sinagoga); y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito:
El Espíritu del Señor está sobre mí,
Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres...”
Y los pobres casi nunca tienen las facilidades de mandar a sus hijos a la universidad ni ellos mismos ir a la universidad, para obtener un vocabulario más pulido y una profesión alta.
Y ahora, dice:
“Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres.
Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;
A pregonar libertad a los cautivos,
Y vista a los ciegos;
A poner en libertad a los oprimidos;
A predicar el año agradable del Señor.
Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.
Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.”
Y estaba predicando, dándole buenas nuevas a los pobres, las buenas nuevas de la Dispensación de la Gracia, las buenas nuevas del Año Agradable del Señor.
Y ahora, en el otro pasaje... ¿cuál? San Mateo 11, verso 2:
“Y al oír Juan, en la cárcel (ya lo habían metido preso)...
Y al oír Juan, en la cárcel (Juan el Bautista) los hechos de Cristo, le envió dos de sus discípulos,
para preguntarle: ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro?
Respondiendo Jesús, les dijo: Id, y haced saber a Juan las cosas que oís y veis.
Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio;
y bienaventurado es el que no halle tropiezo en mí.”
O sea, que al final les dice: “Y le dicen a Juan: bienaventurado el que no halle tropiezo en mí, no vaya Juan a tropezar.” Porque como que casi tropezaba: “¿Pero será este el Mesías? No me viene ni a visitar por aquí. ¿Será este al que yo le preparé el camino, yo lo presenté como el Mesías que vendría después de mí.” Pero como que su visión profética en la cárcel, como que se opacó un poquito.
Y si no era Jesús el que habría de venir después de Juan, pues entonces tendría que ser otro de los discípulos de Juan. Y si no había ningún otro que cumpliera los requisitos para ser el Mesías, entonces Juan no era el precursor de la Primera Venida de Cristo.
O sea, que ahí Juan está viendo un problema profético y quiere saber, quiere que Jesús le confirme si El es el Mesías; porque el que había dicho que Jesús era el Mesías, era Juan. No fue Jesús que le dijo a Juan, sino Juan a Jesús, o Juan de Jesús.
Pero ahora Jesús le dice a los discípulos de Juan: “Vayan a Juan y le dicen a Juan lo que ustedes han escuchado y lo que ustedes han visto.” Jesús en esa ocasión estaba sanando a los enfermos allí, y eso lo vieron los discípulos de Juan.
Veamos San Lucas, capítulo 7, donde lo explica. Capítulo 7 de San Lucas, verso 18 al 35, dice... un poquito antes, verso 11, comenzaremos en el verso 11 de San Lucas, capítulo 7:
“Aconteció después, que él iba a la ciudad que se llama Naín, e iban con él muchos de sus discípulos, y una gran multitud.
Cuando llegó cerca de la puerta de la ciudad, he aquí que llevaban a enterrar a un difunto, hijo único de su madre, la cual era viuda; y había con ella mucha gente de la ciudad (si era el único hijo, y era viuda, era el sustento de la casa ese hijo de esa viuda).
Y cuando el Señor la vio, se compadeció de ella, y le dijo: No llores.
Y acercándose, tocó el féretro; y los que lo llevaban se detuvieron. Y dijo: Joven, a ti te digo, levántate.”
Cristo hablándole a un muerto que va en una caja, y le dice: “Joven, a ti te digo: levántate” Es como cuando está acostado durmiendo uno de los hijos de una persona, y va el padre y le dice: “Hijo, levántate” Es porque está durmiendo.
Y para Cristo, el morir es dormir. Porque la persona no muere, en realidad solamente muere el cuerpo físico, pero la persona sigue viviendo en el cuerpo espiritual. Por lo tanto, Cristo despierta a ese joven, le dice: “Joven, a ti te digo, levántate (O sea, despiértate).” Y entró de nuevo el espíritu y el alma de ese joven, al cuerpo que ya había abandonado.
Muchas de las personas que han tenido esta experiencia, que han muerto y después han resucitado, han dicho que cuando ellos han muerto, han salido del cuerpo, se han visto salir del cuerpo, y luego se han estado viendo el cuerpo allá acostado, y ellos tratan de hablar o de hacer algo, pero nadie los escucha, porque están hablando en otra dimensión. Y después han entrado de nuevo al cuerpo, y se han levantado.
Ahora, dice:
“Entonces se incorporó (o sea, se levantó)...
Entonces se incorporó el que había muerto, y comenzó a hablar. Y lo dio a su madre.”
Vean cómo Cristo tuvo compasión de ella.
Vean cómo Cristo ve nuestras necesidades, nuestros problemas, y vean cómo Dios que estaba en Cristo, estaba viendo la situación de esta mujer viuda, y era el único hijo y murió; o sea, ya se quedó - se había quedado sin esposo, no tenía más hijos, y se había quedado sin ese hijo, se quedó solita en el mundo. Pero vean, Cristo tuvo compasión de ella.
“Y todos tuvieron miedo (todos los que vieron esa resurrección tuvieron miedo), y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y: Dios ha visitado a su pueblo.”
Era la visitación de Dios en carne humana, cumpliendo lo que había dicho el Profeta Isaías. ¿Ven, que es cumpliendo lo que ha dicho Dios ya que va a hacer?. Se los leí en Isaías capítulo 61, ahí está:
“El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos (esos son los pobres), a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;
a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová...”
Y ahí se detuvo, ¿y porqué no continuó leyendo? Porque miren lo que a continuación decía: “y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados.”
El día de venganza del Dios nuestro y a consolar a todos los enlutados, corresponde a Su Venida para el Día Postrero, corresponde a la Venida del Espíritu Santo para el Día Postrero en donde estará revelando el misterio del Día de venganza del Dios nuestro, anunciando que viene el Día de venganza del Dios nuestro, que es en la gran tribulación, y el porqué viene ese Día de venganza del Dios nuestro para la raza humana.
La predicación del Día de venganza del Dios nuestro no se llevó a cabo en la Primera Venida de Cristo, no se llevó a cabo en la Venida del Espíritu Santo hecho carne en Jesús, porque eso es para la Venida del Espíritu Santo en el Día Postrero en carne humana en medio de Su Iglesia, en donde estará dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final.
Y ahora, ¿qué dice en San Lucas, cuando terminó de decirles todo lo que estaba prometido aquí en la Escritura, por lo cual vendría el Mesías y vendría ungido con el Espíritu Santo para llevar a cabo todas esas labores ahí? Encontramos que luego les dice: “Hoy se ha cumplido esta escritura delante de vosotros.”
Luego a Juan, cuando Juan mandó a preguntar (Juan el Bautista) ¿qué hizo Jesús? Les mostró allí todas esas cosas que El hizo, y le dijo: “Vayan a Juan y le dicen lo que han visto y han oído.”
Juan tenía que ir a la profecía de Isaías y ver que el Mesías en Su Primera Venida haría todas esas cosas que Jesús estaba haciendo; era la identificación Escritural de que Jesús era el Mesías, porque estaba cumpliendo lo que haría el Mesías en Su Primera Venida. Sigue diciendo, y dice:
“Y todos tuvieron miedo, y glorificaban a Dios, diciendo: Un gran profeta se ha levantado entre nosotros; y: Dios ha visitado a su pueblo (siempre Dios visita a Su pueblo por medio de un hombre, de un Profeta).
Y se extendió la fama de él por toda Judea, y por toda la región de alrededor.
Los discípulos de Juan le dieron las nuevas de todas estas cosas. Y llamó Juan a dos de sus discípulos.”
Vean, los discípulos de Juan le dijeron a Juan el Bautista que estaba en la cárcel: “Mira lo que ha estado haciendo Jesús.” Le dieron a conocer que había resucitado al hijo de la viuda de Naín, y las demás cosas que había hecho.
“Y llamó Juan a dos de sus discípulos,
y los envió a Jesús, para preguntarle: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro?
Cuando, pues, los hombres vinieron a él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a ti, para preguntarte: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro?
En esa misma hora sanó a muchos de enfermedades y plagas, y de espíritus malos, y a muchos ciegos les dio la vista.
Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio;
y bienaventurado es aquel que no halle tropiezo en mí.”
¿Ven? Cuando llegan los discípulos de Juan a preguntarle, Jesús hizo todas aquellas señales en cumplimiento a lo que decía Isaías, y les dijo: “Vayan y digan a Juan lo que ustedes han visto y lo que han oído.”
Juan tenía que ir (Juan el Bautista) a lo que estaba prometido por Isaías, capítulo 61 que haría el Mesías, y allí estaba cumplido. Jesús podía decir allí: “Hoy se ha cumplido esta Escritura que dijo Isaías,” como lo dijo en San Lucas capítulo 4.
Y ahora, para el tiempo final así como ha venido el Espíritu Santo al individuo, al recibir a Cristo como su Salvador, lavar sus pecados en la Sangre de Cristo, ser bautizado en Su Nombre y recibir el Espíritu Santo, y obtener el nuevo nacimiento y recibir un cuerpo teofánico; ahora a la Iglesia del Señor Jesucristo para el Día Postrero le está prometido que vendrá el Espíritu Santo en carne humana, y está prometido que el Espíritu Santo nos dará a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final.
Dice Apocalipsis, capítulo 4, verso 1, es Cristo con esa Voz de Trompeta, el Angel del Pacto diciendo:
“Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.”
Y ahora, ¿dónde vamos a subir? Vamos a subir a la Edad de la Piedra Angular, porque ya las demás edades terminaron. Ya el Espíritu de Dios que estuvo en cada Angel Mensajero, ya terminó Su labor con ellos, porque ya ellos se fueron.
Y ahora, es en la Edad de la Piedra Angular todo el Programa Divino para este tiempo final, donde El dice:
“Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.”
Y ahora, ¿cómo las va a mostrar? Dice Apocalipsis 22, verso 6:
“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.”
¿Qué estará haciendo el Angel del Señor Jesucristo enviado por Cristo, en donde estará Jesucristo en Espíritu Santo, velado y revelado en medio de Su Iglesia? Estará el Espíritu Santo por medio de Su Angel Mensajero, revelándole a Su Iglesia todas estas cosas que deben suceder pronto.
Apocalipsis 22 , verso 16, dice:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”
¿Qué estará haciendo el Angel del Señor Jesucristo? Dando testimonio de estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final, y eso es la identificación Escritural del Angel del Señor Jesucristo, estará dando a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final.
Y ahora, podemos ver quién es el Angel de Jesucristo y qué estará haciendo en este tiempo final, en esta etapa correspondiente a estos días. Luego tendrá más cosas para el Espíritu Santo, Jesucristo, el Angel del Pacto, hacer por medio de El. Pero cada cosa tiene su momento, su tiempo en el Programa de Dios.
El no podrá hacer una cosa que está señalada por Dios para hacer en el año que viene, no la podrá hacer en este año. Cada cosa tiene su tiempo.
Lo que El tiene para cierto momento, hay que esperar ese momento para que Cristo lo haga por medio de Su Angel Mensajero. Pero hay que estar disfrutando lo que está haciendo en el presente, y luego disfrutaremos lo que El hará más adelante.
Y ahora, podemos ver cuál es el misterio de lo que estará dando a conocer el Espíritu Santo por medio de Su Angel Mensajero, que será el Ungido por el Espíritu Santo, por la Columna de fuego para este tiempo final, como fue ungido por el Espíritu Santo, por la Columna de fuego cada Angel Mensajero en cada edad que le tocó vivir a cada Angel Mensajero.
Y ahora, para este tiempo final ese Angel Mensajero estará ungido con el Espíritu Santo, hablando todas estas cosas que deben suceder pronto, y estará mostrándolas por medio de la Escritura y por medio de las profecías que dio Dios por medio del precursor de la Segunda Venida de Cristo: el Rvdo. William Branham.
Y ahora, podemos ver que para este tiempo final nuestro entendimiento sería abierto, para entender todas estas cosas que deben suceder pronto. Y todo esto por medio de la revelación del Día Postrero, que viene por medio de la manifestación del Espíritu Santo a través del Angel Mensajero del Señor Jesucristo.
Hemos visto el misterio de la Revelación del Día Postrero. Esa es la revelación del Séptimo Sello, la Revelación del misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la Tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo
Todo el Programa de Dios para este tiempo final, gira alrededor del Séptimo Sello, alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la Tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo.
Toda la Revelación del Día Postrero gira alrededor del Séptimo Sello. Por lo tanto, la revelación el Día Postrero nos estará dando a conocer el misterio del Séptimo Sello, estará abriéndonos el misterio del Séptimo Sello, el misterio de la Segunda Venida de Cristo. Y ese misterio estará siendo abierto por el Espíritu Santo a través de Su Angel Mensajero enviado, ungido por el Espíritu Santo para dar testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final.
Hemos visto claramente el misterio de la revelación del Día Postrero.
“LA REVELACIÓN DEL DIA POSTRERO.”
Esa es la Revelación que nos da la fe para ser transformados y raptados en este tiempo final.
Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de: “LA REVELACIÓN DEL DIA POSTRERO.”
Que las bendiciones de Jesucristo, el Angel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y pronto se complete el número de los escogidos de Dios en el Cuerpo Místico de Cristo, y pronto se complete toda la revelación divina para el Día Postrero, que Cristo ha prometido darnos a conocer.
Y pronto Cristo termine de hacer Intercesión hasta por el último de los escogidos, y se levante del Trono, tome el Título de Propiedad, lo abra en el Cielo, y reclame todo lo que El ha redimido con Su Sangre Preciosa, y resucite a los muertos en Cristo en cuerpos eternos, y a nosotros nos transforme.
Y todos juntos con un cuerpo eterno y glorificado, tengamos en nuestro medio la manifestación plena del Espíritu Santo en el cumplimiento de las demás cosas que faltan por ser realizadas por el Espíritu Santo. Y el Espíritu Santo en toda Su plenitud tenga esa manifestación prometida para 30 a 40 días después que hayamos obtenido el cuerpo eterno, y estremezca el mundo entero; y luego nos lleve con El a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.
Muchas gracias por vuestra amable atención amados amigos y hermanos presentes, y continúen pasando un día o una tarde llena de las bendiciones de nuestro amado Señor Jesucristo. Nos veremos en la próxima actividad —los que estén en la próxima actividad— por aquí cerca, o por acá (por acá cerca) en Chiguayante.
¿Estaremos a qué hora Miguel? 6:00 de la tarde, en donde tendremos el tema... Aquí es: “LA REVELACION DEL DIA POSTRERO.” Vamos a verificarlo aquí... vamos a verificarlo aquí con la... “EL MENSAJERO DEL DIA POSTRERO.”
Así que para este tema ya ustedes tienen algo bastante adelantado, porque hemos hablado de la Revelación del Día Postrero, del Mensaje del Día Postrero, del Mensajero del Día Postrero.
¿Y quieren que les diga algo más del Día Postrero? El pueblo del Día Postrero. ¿Dónde está ese pueblo? ¡Aquí está! Y en diferentes lugares de la América Latina y el Caribe, y también en algunas otras naciones.
Por lo tanto, todo lo correspondiente al Día Postrero está en este Día Postrero. Por lo tanto, todas las bendiciones que Cristo ha prometido para el Día Postrero, ¿para quiénes son? ¡Para nosotros, la gente del Día Postrero, los escogidos del Día Postrero!
Bueno, vamos a tener a nuestro amigo y hermano, el misionero, el Rvdo. Miguel Bermúdez Marín, para finalizar nuestra parte en esta ocasión, mientras escuchamos y cantamos este cántico que nos habla de Jesucristo, el Hombre que nos transformó. Nos transformó interiormente y para este Día Postrero nos transformará también exteriormente, nos transformará exteriormente como El lo ha prometido.
Por eso les doy testimonio de este Gran Evento que debe suceder pronto en este tiempo final. Esta es una de las cosas que deben suceder pronto, antes que se pongan viejitos los jóvenes, y ya no tengamos los escogidos de este Día Postrero para ser transformados.
La mayor parte de ustedes permanecerán vivos para ver a los muertos resucitados, y cuando los veamos ser transformados.
Bueno, que Dios les continúe bendiciendo a todos. Y tenemos el cántico que nos habla de Jesucristo, el Hombre que nos transformó. Todos podemos cantar, juntamente con este cántico grabado que tenemos aquí en estos momentos.
Que Dios les bendiga y les guarde a todos.
“LA REVELACION DEL DIA POSTRERO.”