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|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
| Fundamentados sobre la roca | 2000-07-12 | 1 | Xalapa | Veracruz | MX | 01:22:11 | true |
Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes; es para mí motivo de gozo y bendición estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Me acompañan mi esposa Erica, mi hija América, y también la doctora Nelly Fuentes del Perú, y como han visto también nuestro Hno. Bermúdez está en este recorrido; y estamos aquí para compartir con ustedes unos momentos espirituales de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final, para así ver dónde nos encontramos en el Programa Divino.
Para lo cual quiero leer en San Mateo, capítulo 7, versos 24 al 29, donde nos dice Dios, Cristo:
“Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca.
Descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y golpearon contra aquella casa; y no cayó, porque estaba fundada sobre la roca.
Pero cualquiera que me oye estas palabras y no las hace, le compararé a un hombre insensato, que edificó su casa sobre la arena;
y descendió lluvia, y vinieron ríos, y soplaron vientos, y dieron con ímpetu contra aquella casa; y cayó, y fue grande su ruina.
Y cuando terminó Jesús estas palabras, la gente se admiraba de su doctrina;
porque les enseñaba como quien tiene autoridad, y no como los escribas.”
Nuestro tema es: “FUNDAMENTADOS SOBRE LA ROCA.”
“FUNDAMENTADOS SOBRE LA ROCA.”
Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.
En esta parábola tenemos nosotros que ver a cada persona como individuo, y también tenemos que ver al mundo religioso. El mundo religioso está representado en esta parábola y también cada ser humano que vive en este planeta Tierra; con esta parábola se cubren todos los campos de la vida del ser humano, se cubren a todos los seres humanos y se cubren todos los campos del ser humano: el religioso, el político, el económico, el social; todos estos campos están cubiertos aquí.
Vean ustedes, Cristo siempre enseñó que lo más importante para el ser humano era buscar el Reino de Dios y Su justicia. “Buscad primeramente (lo que es primero, es primero), primeramente el Reino de Dios y Su justicia.”
Y ahora, viendo que lo primero es el Reino de Dios y Su justicia, para todo ser humano el Reino de Dios es lo primero, porque lo más importante para el ser humano es la Vida Eterna, y solamente está en Cristo; por lo tanto, el Reino de Jesucristo tiene esas bendiciones, el Reino de Dios tiene esas bendiciones, para el ser humano; fuera de Jesucristo no hay Vida Eterna.
En San Juan, capítulo 3, le enseñó Cristo a Nicodemo que era necesario nacer de nuevo, porque el que no nazca de nuevo no puede ver el Reino de Dios, y Nicodemo pensó en un nacimiento por medio de una mujer, pensó en su madre, cómo podía entrar en el vientre de su madre y nacer de nuevo, y le pregunta eso a Jesús, pero Jesús le explica y le dice que es necesario nacer del agua y del Espíritu. “Porque el que no nazca del agua y del espíritu, no puede entrar en el Reino de Dios”; y toda persona desea entrar al Reino de Dios.
Y ahora, para eso toda persona tiene que edificar su casa, que es su vida personal, sobre la roca, y la Roca es Cristo, revelado en cada edad y en cada dispensación. Por eso miren ustedes cómo en el Antiguo Testamento hubo muchos pueblos; pero el pueblo hebreo estaba edificado, como nación, sobre la Roca, que es el mismo Cristo en el Antiguo Testamento, conocido como el Angel de Jehová, y estaba sobre la Roca de la revelación de Cristo para aquel tiempo.
Hubo otros pueblos que tenían también religiones y que estaban establecidos como pueblo; pero no tenían la Roca, la revelación del Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob; por lo tanto, no conocían al Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob; así que no estaban edificados sobre la Roca, no estaban edificados sobre la revelación de Dios, de Cristo, para aquel tiempo, y así ha sido de etapa en etapa y de dispensación en dispensación.
Vean, en el tiempo de Noé, Noé estaba edificado en su fe, sobre la revelación de Dios para aquel tiempo, y la revelación de Dios para aquel tiempo, era la revelación de Cristo para aquel tiempo; porque el Angel del Pacto, el mismo Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob que le hablaba a Abraham, a Isaac y a Jacob, el mismo Dios de Noé.
Y vean ustedes lo importante que es estar edificada la fe de la persona sobre la Roca, la Roca de la revelación de Dios para el tiempo en que la persona está viviendo, la Roca de la revelación de Jesucristo para el tiempo en que la persona está viviendo.
Y ahora, vean ustedes también cómo en aquel tiempo de Noé hubo muchas religiones y hubo muchas formas de pensar, tanto en lo religioso, como en lo político, como en lo social, como en lo económico y en todos los demás campos de la vida del ser humano, en el tiempo de Noé, o sea, el mundo antediluviano.
Pero todo aquello era arena movediza, todo aquello era fundado sobre la arena, estaban fundados sobre la economía de aquel tiempo, y fundados sobre las religiones de aquellos tiempos, estaban fundados sobre los gobiernos, sobre la política de aquellos tiempos; pero todo eso era estar fundado sobre la arena, pues estaban fundados sobre conceptos humanos y enseñanzas humanas: política humana, economía humana, todo humano; pero vean ustedes, Noé estaba fundado sobre la Roca, porque él estaba fundado sobre la revelación de Dios, de Cristo para aquel tiempo.
Y aunque parecía contraria la forma de pensar de la gente y de la ciencia de aquel tiempo, porque no llovía para aquellos tiempos, sino que de la Tierra subía un rocío (y eso era durante la noche) y así se rociaba la vegetación, así recibía la humedad la vegetación; y la gente pensaba: “Este hombre está loco, porque dice que va a caer un aguacero, así como cuando uno se mete bajo la ducha, así que va a caer un aguacero, o sea, que Dios va a darle un duchazo de agua a este mundo, cuando Dios no tiene esta clase de duchas como nosotros tenemos en los hogares.” Pero miren, si la gente puede tener una ducha en los hogares que tira agua, lluvia de arriba, cuanto más Dios que creó el agua.
Y ahora, Dios le iba a dar un duchazo de agua a este mundo, en donde lo iba a lavar, le iba a sacar todo el sucio, todos esos microbios, toda esa humanidad antediluviana que vivía en aquellos días de Noé, que estaban afectando la vida de la Tierra; porque el continuo pensar de ellos era mal, y de mal en peor, su continuo pensar era malo ante la presencia de Dios.
Y ahora, Noé continuaba diciendo, predicando, anunciando, profetizando, que venía un diluvio de agua, y pasaban los años, pasaban las décadas, pasaban también los cientos de años; o sea, pasaron los primeros diez años, y dijeron. “No, eso no va a suceder, miren ya van diez años, y un hombre que esté profetizando que va a venir algo de parte de Dios, pues eso debe venir el mismo año, y miren, ya lleva diez años y nada ha sucedido.”
Pero la paciencia de Dios estaba allí manifestada, ¿por causa de quién? De Noé y su familia, y entonces Dios en Su paciencia soportó a la humanidad ante-diluviana, por amor a Noé y su familia. Pero ya el mundo antediluviano cuando Dios le apareció a Noé, él tenía 500 años, y cuando le apareció y Noé tenía 500 años, ya la humanidad estaba lista para ser destruida; ya Dios había juzgado la humanidad, cuando le apareció a Noé, y encontró que estaba falta, que estaba en pecado ante de Dios y que esa generación no tenía arreglo.
Dios tiene un tiempo para derramar Sus bendiciones sobre la humanidad, pero también tiene un tiempo para El juzgar y condenar, y ya aquel tiempo había venido para la humanidad antediluviana; pero luego vemos que se extiende la Misericordia de Dios por 100 ó 120 años más, ¿para quién? Para Noé; porque vean ustedes, ninguna persona se convirtió a Dios en todos esos años en que Noé estaba construyendo el arca.
Pero fueron días de Gracia y Misericordia para Noé y su familia, a quien Dios halló justo ante Su presencia, y aunque el ser hallado justo ante la presencia de Dios, no significa que la persona no haya cometido errores, faltas o algún pecado, sino que Noé por cuanto tenía el sacrificio, y él ofrecía a Dios el sacrificio de esos animalitos por el pecado, eran cubiertos los pecados de él y los pecados de su familia con la sangre de esos animalitos.
Y el deseo de Noé era vivir bien ante Dios, temía a Dios, y halló gracia delante de Dios, y por consiguiente Dios se reveló a Noé y le reveló lo que haría en ese tiempo, ¿por qué? “Porque no hará nada el Señor Jehová, sin que antes revele Sus secretos a Sus siervos Sus profetas.” Amós, capítulo 3, verso 7.
Y ahora, Dios le revela a Noé todo lo que va a hacer para aquel tiempo, el juicio divino que ha de venir sobre la raza humana; y ahora Noé es el que se come esa revelación divina, y es el Portador del Mensaje de Dios para aquella generación que había llegado a su final.
Y ahora, Noé es el que está profetizando el juicio divino que ha de venir sobre la raza humana para aquel mundo antediluviano. Los días de Noé son muy importantes, ¿por qué? Porque el mismo Jesús habló de ellos y los colocó paralelos a los días de la Venida del Hijo del Hombre. Como fue en los días de Noé, así será la Venida del Hijo del Hombre, así será el día en que el Hijo del Hombre se revelará, así será el día en que el Hijo del Hombre vendrá.
Por lo tanto, los días de Noé deben ser estudiados desde el punto de vista profético, para ver qué representan todas aquellas cosas de allá, en este tiempo en el cual nosotros vivimos. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, lo cual también está sucediendo en este tiempo final.
El avance de las construcciones es una señal grande, muchas urbanizaciones se llevan, se realizan, se construyen, y muchos edificios se construyen, y así por el estilo, y se venden muchas casas y muchas propiedades y alimentos también. Comprando y vendiendo; ése es el comercio; y construyendo, ésa es la construcción, y así por el estilo, y la humanidad en este tiempo está en auge con estas cosas; y casándose y dándose en casamiento, y comiendo y bebiendo; vean, comiendo y bebiendo en lo normal, pero también comiendo y bebiendo en fiestas, fiestas por todas partes; así está el mundo en este tiempo.
Pero Cristo dijo que así sería el día en que el Hijo del Hombre se revelaría, ésa sería la condición en que estaría, estaría como en los días de Noé, y en los días de Noé la humanidad había llegado a su final y Dios la había juzgado y la había encontrado culpable; por tanto estaba ya sentenciada a la destrucción, y así está la humanidad en este tiempo en el cual nosotros vivimos.
Ahora, Noé era el que tenía la revelación de todas las cosas que sucederían en aquel tiempo. Y para este tiempo final Jesucristo, dice:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”
¿De qué cosas? De estas cosas que deben suceder pronto, como dice Apocalipsis, capítulo 4, verso 1, donde Cristo dice con esa Voz de Trompeta:
“Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.”
Por lo tanto Cristo llama a Su ángel a subir, y luego por medio de Su ángel llama a Sus hijos a subir a donde El está, que es la Edad de la Piedra Angular, para mostrarle todas estas cosas que deben suceder pronto.
Y ahora, ¿cómo se las va a mostrar? Apocalipsis 22, versos 6, dice cómo nos mostrará todas estas cosas que sucederán, dice:
“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.”
Las cosas que han de suceder pronto son mostradas por este Angel del Señor Jesucristo: “...para mostrar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto,” dice Apocalipsis, capítulo 22, verso 6.
Y ahora, el Portador de la revelación divina es el Angel del Señor Jesucristo, enviado por Jesucristo, para dar testimonio, para anunciar las cosas que han de suceder pronto en este planeta Tierra, las cosas que han de suceder después de las que ya han sucedido después de las siete etapas o edades de la Iglesia; ya han sucedido en el Cuerpo Místico de Cristo muchas cosas durante las siete etapas o edades de la Iglesia, y ya envió Sus mensajeros y terminaron su labor.
Y ahora, hay cosas que tienen que suceder después de las siete etapas o edades de la Iglesia del Señor Jesucristo, todas esas cosas estarán sucediendo en la etapa de la Edad de la Piedra Angular, que es la etapa del Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Jesucristo.
Y ahora, nos encontramos en la etapa donde Cristo llama a Sus hijos a subir, a la Edad de la Piedra Angular, para mostrarles todas las cosas que deben suceder pronto en este tiempo final, ¿para qué? Para que estén fundados, fundamentados, sobre la revelación divina correspondiente a este tiempo final, que es la revelación de Jesucristo para Su Iglesia para el Día Postrero, para el Día Postrero y para la Edad de la Piedra Angular y para la Dispensación del Reino.
Así como ha estado fundada la Iglesia de Jesucristo en la revelación de Cristo de edad en edad, en este tiempo final también es así. Y vean cómo Cristo siempre es la Piedra del Angulo, por lo tanto Cristo revelado es la Piedra del Angulo, y la revelación de Cristo revelado es Piedra Angular para los hijos e hijas de Dios.
Sin esa revelación Divina no podemos comprender cómo está Cristo en Su Iglesia en este tiempo final, como tampoco podríamos comprender cómo estuvo Cristo en cada edad en medio de Su Iglesia; pero por medio de la revelación divina que fue dada por Dios, sabemos que fue Cristo en Su Iglesia de edad en edad, velado y revelado en el ángel mensajero de cada edad.
Esa es la forma en que Cristo ha estado en Su Iglesia llamando y juntando a Sus escogidos de edad en edad; Cristo se ha identificado con Su ángel mensajero de cada edad, y a ese ángel mensajero ha venido la revelación de Jesucristo, y él la ha dado al pueblo, y han quedado fundados, fundamentados en la Roca. Vean la forma sencilla en que quedan fundados sobre la Roca los hijos e hijas de Dios de cada edad.
Y ahora, viendo que Cristo lo que está construyendo es una Casa, un Templo, Su Iglesia, Su Templo Espiritual, Su Iglesia es fundada sobre la Roca, sobre la revelación de Jesucristo.
Y ahora, la revelación de Cristo es el fundamento para la Iglesia.
Y ahora, la revelación de quién es Jesucristo para Su Iglesia, es fundamental, porque es el fundamento para Su Iglesia.
Y ahora, sabiendo que Jesucristo es el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, que se hizo carne, el cual es Emanuel —que traducido es Dios con nosotros—; porque el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, y no hay otro Dios, ése es el Dios de los Cielos y de la Tierra, el que creó los Cielos y la Tierra en el principio, y luego se hizo Carne y apareció en medio del pueblo hebreo y fue conocido por el nombre de Jesús. El es Dios hecho carne. Por eso cuando le dicen: “Muestranos al Padre y nos basta”; allá en el capítulo 14 de San Juan, Cristo le dice a Felipe: “Tanto tiempo hace que estoy con vosotros Felipe, ¿y todavía no me has conocido? ¿No crees que yo estoy en el Padre y el Padre en mí, y el que me ha visto a mí ha visto al Padre, no crees esto?”
Y ahora, nosotros sí lo creemos, pero ellos en aquel tiempo no comprendían ese misterio, no comprendían la encarnación de Dios, no comprendían la encarnación del Angel de Jehová, que es el mismo Dios con Su Cuerpo Teofánico, el cual también obtendría un cuerpo físico, un cuerpo de carne, el cual El crearía en el vientre de una virgen; y esa virgen bienaventurada vino a ser la virgen María, y eso concuerda con las Palabras de Dios en el Génesis, donde dijo que la simiente de la mujer heriría en la cabeza a la serpiente.
Y ahora, podemos ver que este misterio de Cristo es revelado a todo hijo e hija de Dios, por lo tanto la Iglesia del Señor Jesucristo está fundada sobre revelación, sobre la revelación, la revelación de quién es Jesucristo nuestro Salvador; y de edad en edad está la revelación de quién es Jesucristo de edad en edad. Por lo tanto los escogidos de Dios están fundados sobre la Roca, porque están fundados sobre la revelación, la revelación de quién es Jesucristo nuestro Salvador en cada edad.
Y ahora, nos ha tocado a nosotros vivir en el tiempo más grande y glorioso de todos los tiempos, el tiempo en donde Jesucristo dice: “Yo Jesús he enviado mí ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”; para así recibir la revelación de Jesucristo para este tiempo final. Recuerden que este Angel es el enviado con la revelación de Jesucristo. Dice en el Apocalipsis, capítulo 1, verso 1 al 3:
“La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan.”
El Portador de la revelación de Jesucristo es el Angel del Señor Jesucristo; y ahora, a Juan le dio esta revelación en forma simbólica, y para el tiempo final en el último capítulo del Apocalipsis: capítulo 22, verso 16, dice Jesús:
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”
Vean ustedes cómo este Angel del Señor Jesucristo aparece desde el capítulo 1, hasta el capítulo 22 del Apocalipsis, porque es el Portador y Revelador de la revelación de Jesucristo; por lo tanto, este Angel es en el Programa Divino muy importante, para Cristo y para Su Iglesia. Sin este Angel no hay revelación Apocalíptica; ¿cómo va a ser? Pues claro que no, porque él es el Enviado de Jesucristo, él es el Enviado de Dios con la revelación de Jesucristo, sin ese Angel no tendríamos un libro llamado el Apocalipsis, sin ese Angel Juan no hubiese recibido esta revelación del Apocalipsis, esta revelación de Jesucristo.
Y ahora, Juan en el capítulo 19 del Apocalipsis, dice, verso 6... vamos a ver verso 7 al 10; vean, escucha, escucha al Angel dándole a conocer estas cosas, hablándole estas cosas, revelándole estas cosas, dice:
“Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.
Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.
Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero. Y me dijo: Estas son palabras verdaderas de Dios.
Yo me postré a sus pies para adorarle. Y él me dijo: Mira, no lo hagas; yo soy consiervo tuyo, y de tus hermanos que retienen el testimonio de Jesús. Adora a Dios; porque el testimonio de Jesús es el espíritu de la profecía.”
Y ahora, vean cómo Juan mira y ve a este Angel, lo ve como si fuera Jesucristo, y por eso trata de adorar al Angel, porque ve a Jesucristo velado y revelado en Su Angel; por eso encontramos que en algunas ocasiones el Angel habla como Angel; pero en otras ocasiones encontramos que Jesús habla por Su Angel, y entonces Juan viendo esta revelación tan grande quiso adorar al Angel, porque vio la revelación de Jesucristo en Su Angel, vio a Cristo velado y revelado en Su Angel, vio que éste era el Instrumento de Jesucristo, ve que éste era el velo, a través del cual Cristo estaba velado y revelado.
Y ahora, Juan quiso adorarlo pero el Angel le dice que no lo haga, que adore a Dios. Luego en el capítulo 22, vean, ya con eso Juan tenía que entender que no podía tratar más de adorar al Angel; pero miren ustedes en el capítulo 22, versos 6 en adelante, dice:
“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto (¿a quién ha enviado? A Su Angel. ¿Para qué? Para mostrar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto).
¡He aquí, vengo pronto! Bienaventurado el que guarda las palabras de la profecía de este libro.”
Son personas bienaventuradas las que guardan las Palabras de la profecía de este libro, que Revela el Angel del Señor Jesucristo a través del cual Cristo se vela y se revela; Cristo coloca Su palabra en el corazón y en la boca de ese Angel Mensajero. Sigue diciendo:
“Yo Juan soy el que oyó y vio estas cosas. Y después que las hube oído y visto, me postré para adorar a los pies del ángel que me mostraba estas cosas.
Pero él me dijo: Mira, no lo hagas; porque yo soy consiervo tuyo (‘¿porque yo soy qué? Porque yo soy consiervo tuyo.’ ¿Y qué más?), de tus hermanos los profetas, y de los que guardan las palabras de este libro. Adora a Dios.”
Vean cómo trató de adorar al Angel nuevamente, a los pies del Angel, pero le fue prohibido nuevamente, porque este Angel no es el Señor Jesucristo, él es el Instrumento de Jesucristo, pero no es Jesucristo.
El Rvdo. William Branham hablando acerca de este Angel, dice en el libro de “Las Siete Edades de la Iglesia,” (libro traducido al español pero sin editar), dice que este Angel del Señor Jesucristo es un Profeta.
Siendo que este Angel del Señor Jesucristo es un Profeta, entonces vamos a ver en la página 15 de este libro de “Las Siete Edades,” sin editar; este Angel en espíritu le dio la revelación a Juan del Apocalipsis. Cuando se dice que en espíritu: “Estando en espíritu le dio la revelación,” es estando en cuerpo teofánico; porque el espíritu de toda persona es un cuerpo de otra dimensión; no tiene carne ni huesos, como tenemos nosotros en esta dimensión, en este cuerpo; pero es un cuerpo de otra dimensión.
Y ahora, para que tengan una idea más clara, en el capítulo 8 de San Juan, versos 56 en adelante dice, Jesús dice:
“Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó.
Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?
Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy”
¿Y cómo era Cristo antes de Abraham? Pues si nació en Belén de Judea a través de la virgen María, lo que nació en Belén de Judea a través de la virgen María fue el cuerpo de carne de Jesús, pero Su Espíritu que está dentro de ese cuerpo, era antes de nacer Su cuerpo de carne allí en Belén de Judea.
¿Y saben quién era ese Espíritu que estaba dentro de Jesús de Nazaret? Era el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, el que libertó al pueblo hebreo, el que fue visto por Moisés en una Columna de Fuego, en una llama de Fuego, y también fue visto de espalda por Moisés, como un Hombre, un ángel. Y fue visto por Manoa, el padre de Sansón, también, y no sabía que era el Angel de Jehová; pero cuando Manoa ofreció a Dios el sacrificio del corderito y el fuego subía, en esa llama de fuego subió el Angel de Jehová, y entonces Manoa dijo a su esposa: “Hemos de morir, porque hemos visto a Dios cara a cara”; porque el Angel de Jehová es el mismo Dios en Su Cuerpo Teofánico, en ese cuerpo angelical llamado el Angel de Jehová en el Antiguo Testamento; y Jesucristo es el Angel de Jehová que se hizo carne, se hizo hombre y habitó en medio de la raza humana.
Y ahora, tenemos en la Escritura la Palabra dicha que “el Angel de Jehová acampa en derredor de los que le temen y los defiende”; y cada persona tiene un ángel, ése es su espíritu; por eso Jesús hablando de unos niños dijo: “Sus ángeles ven el rostro de mí Padre cada día.”
La Iglesia que comenzó el día de Pentecostés, en el tiempo de los apóstoles, conocía de este misterio; y por eso cuando Pedro estaba preso y fue libertado, luego apareció Pedro a la puerta del hogar donde estaban orando por él, y tocó, y una joven llamada Rode fue hasta la puerta, para abrir la puerta, y cuándo vio que era Pedro de gozo no abrió la puerta, y regresó a donde estaban las personas orando por él —digamos—, regresó a la sala donde estaban orando por Pedro, o a un lugar apartado donde estaban orando por Pedro, y les dice: “Pedro está a la puerta.” Ellos le dicen: “Rode, estas loca. ¡No es Pedro, es su ángel!”
Por lo tanto, podían pensar: “O es que ya está para morir...” Ustedes saben que algunas personas cuándo ven de momento que pasa una persona y se les desaparece, dicen: “Es su espíritu, así que va a morir esa persona, va a morir.” Y si es un familiar en seguida llaman allá o van allá, a ver si está enfermo o que es lo que pasa, porque ya lo vieron caminando en espíritu por algún lugar.
Bueno, ellos allá conocían acerca del misterio del ángel que tiene cada persona, que es su espíritu; y ángel de Dios tienen los cristianos, los hijos de Dios.
Pero todo ser humano tiene un cuerpo espiritual; dependiendo del cuerpo que la persona tenga en el cuerpo espiritual, es el lugar para donde va la persona.
Por eso es necesario el nuevo nacimiento: para que la persona que al nacer en esta Tierra ha recibido no solamente un cuerpo de este mundo, mortal, corruptible y temporal, sino que también ha recibido un espíritu del mundo, un espíritu de la quinta dimensión que inclina a la persona hacia el mal. Por eso la persona necesita nacer de nuevo, para al recibir a Cristo como su Salvador, lavar sus pecados en la Sangre de Cristo, ser bautizado en Su Nombre (en el Nombre del Señor Jesucristo), pueda recibir el Espíritu Santo, y entonces pueda obtener un cuerpo teofánico, un espíritu teofánico de la sexta dimensión; y ése es el ángel que tiene cada cristiano, es de Dios, porque viene de Dios por medio del nuevo nacimiento.
Cuando la persona nace en esta Tierra, obtiene un espíritu del mundo, un ángel pero del mundo; pero cuando nace de nuevo recibe un espíritu de Dios, un cuerpo teofánico de Dios, un ángel de Dios; por eso es que en el milenio y en la eternidad seremos como los ángeles, que ni se casan ni se dan en casamiento.
Y ahora, viendo que antes de Cristo estar aquí en la Tierra, El ya estaba en la Tierra; pero en Su cuerpo teofánico, es el mismo que estuvo con Adán, el mismo Dios que estuvo con Adán en Su cuerpo teofánico y con todos los profetas del Antiguo Testamento, pero luego se hizo carne, el Verbo, que es el Angel de Jehová; ese cuerpo angelical, cuerpo teofánico, se hizo carne y habitó entre nosotros.
Y en ese cuerpo teofánico pues está Dios, por eso el Verbo era con Dios y el Verbo era Dios, por eso dice: “Por El fueron hechas todas las cosas, y sin El nada de lo que ha sido hecho, fue hecho”; porque Dios fue el que creó todas las cosas, pero Dios las creó estando dentro de ese cuerpo teofánico, de ese cuerpo angelical.
Y por eso es que la Escritura nos enseña que por Cristo y para Cristo fueron creadas todas las cosas, porque Jesucristo es el mismo Dios que se hizo Hombre y habitó en medio de los seres humanos, se hizo Dios a la semejanza de los seres humanos, porque Dios creó al ser humano a Su imagen y semejanza; lo más que se parece a Dios es el hombre, y lo más que se parece al hombre es Dios, porque Dios creó al ser humano a Su imagen y a Su semejanza.
Y ahora, podemos ver que Cristo ministró en esta Tierra en el Antiguo Testamento como el Angel del Pacto, y cuando aparece en la Tierra sigue siendo el Angel del Pacto pero en carne humana; por eso el Nuevo Pacto está fundado, basado en el Sacrificio de Cristo, el Angel del Pacto; el Angel del Pacto en carne estableció el Nuevo Pacto bajo Su Sangre derramada en la Cruz del Calvario.
Y ahora, podemos ver que Jesucristo ministró antes de estar en la Tierra, por eso es que El puede decir: “Antes que Abraham fuese, Yo Soy”; ministró en Su cuerpo teofánico, cuerpo Angelical; por eso era llamado el Angel de Jehová.
Y ahora, Cristo dice que El tiene un Angel que El envía a Juan, para darle la revelación del Apocalipsis, y para dar testimonio a las iglesias de todas estas cosas que deben suceder pronto.
Y ahora, tenemos que este Angel del Señor Jesucristo ha ministrado antes de venir a la Tierra en carne humana, ministró a Juan el apóstol la revelación Apocalíptica.
Y ahora, veamos lo que explica el Rvdo, William Branham acerca de este Angel del Señor Jesucristo; recuerden que cuando el Angel del Pacto apareció, apareció como un hombre en carne humana, y apareció como Profeta.
Y ahora vamos a ver cómo estará este Angel del Señor Jesucristo, y cómo será conocido. La página 15 del mensaje de “Las Siete Edades de la Iglesia,” sin editar, dice el Rvdo. William Branham:
“Y eso fue enviado... ‘Y la declaró enviándola por medio de Su ángel a Su siervo Juan.’ No sabemos quién era el ángel. La Biblia no declara quién era el ángel. Pero sí sabemos que era un profeta (es un Profeta en su cuerpo teofánico), porque la Biblia después dice: ‘Yo Jesús he enviado a mi ángel para daros testimonió de estas cosas en las iglesias (Aquí dice el Rvdo. William Branham:)... ‘Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas, las cuales pronto acontecerán (o sea, que está uniendo dos versos: el del capítulo 22, el capítulo 22, verso 16, y capítulo 22, verso 6, está uniéndolos ahí).
Después encontramos que cuando Juan empezó a adorar al ángel, el ángel dijo: ‘Mira, no lo hagas,’ Apocalipsis 22. Y él dijo: ‘Porque soy consiervo tuyo, y de los profetas.’ Pudo haber sido Elías. Pudo haber sido uno de los profetas... Juan era un apóstol, pero este profeta fue enviado. Juan siendo un apóstol... Fíjense en la naturaleza de sus otras epístolas: eso prueba que no era Juan quien lo escribió.”
O sea, que Juan no escribió de sí mismo el libro del Apocalipsis, sino que es una revelación que recibió de otra persona: del Angel del Señor Jesucristo, enviado por Jesucristo; y por consiguiente le dio en términos de Profeta, en forma de hablar de profeta le dio toda esa revelación Apocalíptica, usando los símbolos correspondientes.
“...eso prueba que no era Juan quien lo escribió, porque no tiene la naturaleza de Juan. Fíjense en Primera de Juan y Segunda de Juan, y lo demás (o sea, y Tercera de Juan), y leanlo. Y miren la naturaleza de ello (o sea, miren la forma de Juan escribir), después miren la naturaleza de esto (o sea, miren la forma en que esta escrito el libro del Apocalipsis). Juan era un escritor y era un apóstol, pero éste es el Espíritu de un profeta.”
¿Y cómo puede un espíritu de un Profeta antes de venir a la Tierra en carne humana, estar dando un Mensaje, estar dando una revelación allá a Juan el apóstol? Pues en la misma forma en que Jesucristo antes de venir en carne humana a la Tierra, estaba en el Antiguo Testamento en medio del pueblo hebreo; estuvo con Abraham, con Isaac, con Jacob, es Melquisedec que le apareció a Abraham y le dio pan y vino, es el Elohím que estuvo con Abraham y comió con Abraham, porque Abraham le preparó un becerro, una becerra tierna y le dio pan también, y le dio leche y queso; Abraham hizo todo eso, una buena comida para Elohím. Y Elohím estaba con Sus arcángeles Gabriel y Miguel, aparecieron como tres hombres aquí en la Tierra y por eso pudieron comer; Dios creó para cada uno de ellos: Gabriel y Miguel, y para Sí mismo, un cuerpo, porque Dios es el Creador.
Y ahora, ese mismo Elohím es el mismo Jesucristo, el mismo Angel de Jehová, el mismo Dios en Su Cuerpo Teofánico que se materializó allá para comer con Abraham, para hablar con Abraham y para confirmar la promesa del hijo que le había prometido a Abraham, y para darle a conocer a Abraham el juicio divino que vendría sobre Sodoma y Gomorra. “Porque no hará nada el Señor Jehová sin que antes revele Sus secretos a Sus siervos Sus profetas.”
Y ahora, podemos ver que en la misma forma en que ministró Jesús en el Antiguo Testamento, antes de estar en carne humana, ahora está ministrando el Angel del Señor Jesucristo enviado por el mismo Jesucristo. También tenemos el que caso de un profeta que después que había partido, ministró, y fue Samuel, el cual luego apareció de nuevo a Saúl, porque Saúl quería hablar con él, y luego le dijo todo lo que le iba a pasar, seguía siendo profeta, le profetizó lo que le pasaría: que moriría Saúl y también su hijo.
Y ahora, ya en el Nuevo Testamento no se puede hacer eso, porque en el Antiguo Testamento estaban bajo la sangre de animalitos; pero ahora en el Nuevo Pacto se está bajo la Sangre del Nuevo Pacto, que es la Sangre de Jesucristo.
Y ahora, vean ustedes, también encontramos a dos profetas más en otra ocasión, ministrando, hablando, son los profetas Moisés y Elías, los encontramos en el Monte de la Transfiguración hablando con Jesús, rodeados de gloria, pues están en sus cuerpos teofánicos.
Y ahora, vean ustedes, estaban hablando con Jesús, acerca de la partida de Jesús a Jerusalén, seguían siendo profetas; o sea, que cuando los santos, cuando los profetas y el pueblo de Dios, los hijos de Dios, mueren físicamente, muere su cuerpo físico, no van a un lugar para estar con los brazos cruzados, sino que están allá haciendo algo; lo que sucede es que no están con los trabajos terrenales, las luchas terrenales que acá nosotros tenemos, allá solamente son las cosas de Dios, en lo que Dios tenga para ellos en esa dimensión.
Por lo tanto, hay que esperar a que estemos con el nuevo cuerpo, para saber qué es lo que ellos están haciendo allá, o si usted quiere saber antes, entonces Dios lo tiene que llamar y decirle: “Ya tus días aquí en la Tierra terminaron y ven para el Paraíso, para que acá estés ya reposando, descansado de las luchas terrenales, y entonces veas también lo que se hace acá.”
Pero preferimos estar acá, trabajando acá en la Obra de Cristo; pues si Cristo nos ha mandado a esta dimensión terrenal a vivir, es para que estemos aquí hasta que el mismo Cristo diga: “Tu tiempo ha terminado.” Y cuando el tiempo haya terminado para alguna persona, queremos que Cristo se la lleve en la forma más cómoda posible, con los menos sufrimientos posibles, aunque eso lo determinará Dios; pero siempre nuestro deseo es que sufra lo menos posible o que no sufra nada.
Ahora, los familiares, pues tienen que estar conscientes de que está en el Paraíso y que está gozando allá, por lo tanto sus familiares no deben estar sufriendo acá, sino, deben darle gracias que estaba sirviendo a Cristo hasta el momento en que partió, por lo tanto está en el Paraíso tranquilito, gozándose y mirando hacía acá abajo, y si mira hacía acá abajo y ve sus familiares llorando, podrá pensar: “Bueno, yo aquí disfrutando, gozándome ¿y porqué están allá llorando? ¿Es que no saben que yo estoy acá en el Paraíso?”
Así que, el consuelo para los cristianos que tienen la partida de un ser querido, el cual termina sus días aquí en la Tierra, no debe ser de sufrimiento, de llantos y cosas así, sino de agradecimiento a Dios que se lo llevó en el tiempo mejor, y que Dios fue el que dio y el que quitó, como dijo Job: “Dios dio, Dios quitó, sea el Nombre de Jehová bendito, sea el Nombre del Señor Jesucristo bendito.”
Ahora, continuemos aquí, dice:
“Juan era un escritor y era un apóstol, pero este es el espíritu de un profeta. Era una persona completamente diferente (o sea, diferente a Juan). No eran los escritos de Juan, no era la revelación de Juan, esa era la revelación de Dios, de Jesucristo a las iglesias.”
Ahora, podemos ver cómo se han estado cumpliendo todas estas visiones que este Angel, que este profeta le dio a Juan el apóstol, y Juan vino a ser el escritor; pero todas están ahí en forma simbólica, en símbolos, y lo único que se requiere, que se necesita, es que Jesucristo envíe Su Angel a Su Iglesia, para darle testimonio de todas estas cosas, y que le abra toda esas profecías que todavía no han podido ser comprendidas.
Y así entonces lo escogidos de Dios entenderán, para lo cual Cristo ha prometido diciendo:“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”
Y así la Iglesia del Señor Jesucristo en este tiempo final estará bien fundada, bien fundamentada sobre el fundamento de la Roca.
“FUNDAMENTADOS SOBRE LA ROCA.”
El Mensaje revelado de Cristo a través de Su Angel, hace que estemos fundamentados sobre la Roca en este tiempo final, fundados sobre la revelación de Jesucristo, de quien es Jesucristo nuestro Salvador, para nuestro tiempo, como ha sido para diferentes tiempos y edades.
Y ahora, teniendo la revelación de Jesucristo para nuestro tiempo, estamos fundamentados sobre la Roca de la revelación de quién es Jesucristo; y ahora podemos trabajar en Su Obra con más entusiasmo, con más animo, con más fuerza y con metas más definidas, y con Amor Divino manifestado en y desde nuestras almas hacia Cristo en este tiempo final.
Podemos amarlo más, porque mientras más uno sabe de Cristo, más puede expresarle su amor. Y en este tiempo en el cual vivimos, fundados sobre la Roca, permaneceremos sirviéndole a Cristo, y recibiremos nuestra transformación; los muertos en Cristo van a ser resucitados, cuando se complete el número de los escogidos de Dios, y Cristo salga del lugar de Intercesión en el Cielo, y luego toma el Título de Propiedad, y luego se manifestará Cristo en toda Su plenitud en la Tierra.
El adoptará a Su Angel y se manifestará por medio de Su Angel, y El adoptará a Su Iglesia, eso es: transformará nuestros cuerpos; como transformará el cuerpo del Angel del Señor Jesucristo, también transformará el cuerpo de cada escogido de este tiempo final, cuando los muertos en Cristo resuciten y los veamos, entonces seremos transformados y entonces estará completamente adoptada la Iglesia de Jesucristo, cada hijo e hija de Dios del pasado y de este tiempo, estarán adoptados.
La Adopción es la Redención del cuerpo, la transformación de nuestros cuerpos, para los que vivimos, y la resurrección de los muertos en Cristo en cuerpos eternos, ésa es la Adopción para todos los hijos e hijas de Dios, para todos los que han tenido el fundamento correcto, para todos los que han estado fundamentados sobre la Roca.
Los que no han estado fundamentados sobre la Roca, son como el hombre que edificó su casa sobre la arena, que vinieron vientos, vino tempestad y vino el río, y dio sobre la casa y se llevó la casa, destruyó la casa, vino la muerte y destruyó todo.
Y ahora, el que fue fundado o fundamentado sobre la Roca, en San Lucas nos dice, hablándonos de esta misma parábola de Jesús; San Lucas, capítulo 6, verso *46 en adelante, dice:
“¿Por qué me llamáis, Señor, Señor, y no hacéis lo que yo digo?
Todo aquel que viene a mí, y oye mis palabras y las hace, os indicaré a quién es semejante.
Semejante es al hombre que al edificar una casa, cavó y ahondó y puso el fundamento sobre la roca;
y cuando vino una inundación, el río dio con ímpetu contra aquella casa, pero no la pudo mover, porque estaba fundada sobre la roca.”
Cavó y ahondó para edificar la casa sobre la roca; por eso es que nosotros tenemos que cavar y ahondar en el conocimiento de Dios y Su Programa, en el conocimiento de Jesucristo nuestro Salvador; no es un asunto de la persona venir solamente el domingo a la Iglesia y después no ver más su Biblia hasta el próximo domingo.
Es necesario que la persona se mantenga estudiando, leyendo la Biblia, leyendo los mensajes, escuchando así la Palabra de Dios, para que siga profundizando en las cosas de Dios, siga ahondando para que su casa esté bien fundada sobre la Roca.
Por lo tanto, se requiere que la persona crezca en el conocimiento de Jesucristo y todo Su Programa, conozca Sus doctrinas (las doctrinas de Cristo), conozca todas estas cosas de Cristo y Su Reino, para que así la persona esté bien fundada sobre la Roca.
No sea la persona un creyente pasajero, un creyente que solamente va los domingos a la Iglesia, para que no digan que es un hereje, sino que digan: “ése es un cristiano.” No debe ser así, la persona debe profundizar en la Palabra de Dios, en todo el Programa de Cristo, para nuestro tiempo, como también debe conocer el Programa que Cristo ha realizado en edades pasadas y en dispensaciones pasadas.
Y vean, cuando profundizamos, entonces podemos ver porqué Cristo podía decir: “Antes que Abraham fuese, Yo Soy.” Y podía decir: “Abraham deseó ver mí día lo vio y se gozó.” ¿Cómo vamos a entender esto si no profundizamos en las Escrituras, no profundizamos en las cosas de Dios, en la Biblia? Entonces cuando profundizamos, entonces podemos ver que aquel Elohím que le pareció a Abraham, con Sus arcángeles Gabriel y Miguel, era Jesucristo en Su cuerpo teofánico.
¿Ven? Pero si uno no profundiza, entonces no entiende la Palabra, no comprende lo que Cristo ha hablado, no comprende lo que los apóstoles hablaron, y mucho menos comprenderán lo que el libro del Apocalipsis ha hablado.
Pero ahora, al profundizar, hasta podemos ver quién es este Angel: es un Profeta, el cual en su cuerpo teofánico, cuerpo angelical, le fue enviado a Juan el apóstol, Jesucristo lo envió, para que le diera a conocer toda esta revelación del Apocalipsis; pero ese Angel para el tiempo final, Jesucristo lo envía a Su Iglesia.
“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”
Y ahora, podemos ver este misterio: profundizando en la Escritura, profundizando en toda la Palabra de Cristo, tanto en el Nuevo Testamento, como en el Antiguo Testamento, podemos entonces comprender todas estas cosas, porque a vosotros es concedido conocer, entender, los misterios del Reino de los Cielos, para que así estemos fundamentados sobre la Roca.
“FUNDAMENTADOS SOBRE LA ROCA.”
Ahora, podemos ver estos misterios.
Y ahora miren el misterio de la Santa Cena: Cristo, encontramos que ordenó la Santa Cena: “Haced esto en memoria de mí.” Y ahora, encontramos que cuando Melquisedec apareció a Abraham que venía, que regresaba de la victoria sobre unos reyes que se habían llevado a Lot, y Abraham los persiguió, y libertó a Lot y su familia y a otras personas; Melquisedec, el Rey de Salem le apareció a Abraham, y Abraham pagó a El los diezmos de todo, y luego Melquisedec le dio pan y vino a Abraham; Melquisedec, el Rey de Salem, Sacerdote del Dios Altísimo, Rey y Sacerdote (sin padre, sin madre). Dice San Pablo en Hebreos, capítulo 7. ¿Y ahora quién es éste? Ese Melquisedec es el Señor Jesucristo en Su Cuerpo Teofánico; y ahora ya le dio pan y vino, y allí aparece representada la Santa Cena.
Y ahora, encontramos también que cuando Dios fue a libertar al pueblo hebreo el día antes del pueblo hebreo salir de Egipto, Dios le ordenó al Profeta Moisés que para el día antes sacrificaran un cordero pascual; lo tomarían el día 10 del mes primero, el mes de Nisán o Abid del calendario religioso hebreo, lo tendrían desde el día 10, el día 10, el día 11, el día 12, el día 13; y el día 14 lo sacrificarían, ése es el cordero pascual.
Cada persona, cada familia, tendría su cordero para sacrificarlo el día 14. Y entonces tomarían la sangre de ese cordero en una vasija, y con un hisopo colocarían sobre el dintel y los postes de las puertas de sus hogares; y el cordero, la carne del cordero, el cordero lo asarían, y luego lo colocarían dentro de la casa y lo comerían durante la noche, todos estarían reunidos en esa casa, toda la familia; y así la vida del primogénito de esa familia, sería preservada su vida, no moriría el primogénito en esa noche en que Dios visitaría a los egipcios, y morirían todos los primogénitos de los egipcios. Pero Dios no permitiría entrar la muerte a los hogares donde estaría la sangre aplicada, en el dintel de los postes de esos hogares. Luego, Dios les ordenó a Moisés y al pueblo, que en memoria de ese día, y de ese cordero pascual que ellos sacrificaron, todos los años en el mismo día y el mismo mes llevarán a cabo la pascua en memoria de aquello que ya había sucedido.
Y ahora, Cristo el día de la pascua o en la última pascua que El tuvo aquí en la Tierra, encontramos que tomó pan, dio a Sus discípulos, diciéndoles: “Esta es mí Carne que por vosotros es partida, comed esto.” Y luego dio el vino, el vino en la copa, y dijo: “Esta es mí Sangre que por vosotros es derramada, tomad en memoria de mí.”
En memoria de Cristo y Su Sacrificio en la Cruz del Calvario se realiza la Santa Cena. El pan es símbolo del Cuerpo de Cristo, y el vino es símbolo de la Sangre de Cristo que ha sido derramada por nosotros, la cual es la Sangre del Nuevo Pacto.
En la Santa Cena estamos conmemorando, y así estamos celebrando el día de la Redención, el día en que Cristo nos redimió en la Cruz del Calvario, con Su Cuerpo crucificado y Su Sangre derramada, con la cual nos limpió de todo pecado.
En cada ocasión en que tomamos la Santa Cena, estamos celebrando, conmemorando, el día de nuestra salvación, de nuestra Redención allá en la Cruz del Calvario; por eso Cristo dijo: “Haced esto en memoria de mí.” Por lo tanto, no nos olvidaremos del Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario, lo estaremos recordando en cada ocasión en que tomamos la Santa Cena, en memoria de Cristo y Su Sacrificio en la Cruz del Calvario.
Y toda persona que la toma indignamente, juicio come y bebe, dice San Pablo en Primera de Corintios, capítulo 11, versos 23 al 31, dice: “Y por eso hay algunos debilitados, otros enfermos y otros han muerto (otros duermen).” Eso es para los que toman la Cena indignamente.
Pero para los que toman la Cena dignamente; si tomarla indignamente les causa todos esos problemas, tomarla dignamente nos trae grandes bendiciones de parte Dios, es para salud, porque en la Santa Cena está Cristo representado, está representado el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario, y en el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario están todas las bendiciones de Dios, todas las bendiciones de la Redención, para cada uno de ustedes y para mí también.
Por tanto, en la Santa Cena están representadas todas las bendiciones, para cada uno de ustedes y para mí también, y tomándola dignamente obtenemos grandes bendiciones de Cristo, pues al tomarla, estamos tomando el Cuerpo de Cristo, comiendo el Cuerpo de Cristo y bebiendo Su Sangre tipológicamente, espiritualmente, no literalmente.
Y ahora, por cuanto estamos tipológicamente comiendo Su carne y bebiendo Su Sangre, en Su carne y Su Sangre están todas las bendiciones para nosotros, por lo tanto, estamos comiendo y bebiendo bendiciones de Dios, de Cristo, para todos nosotros.
En esta noche me hicieron saber que ya tienen la Santa Cena para todos los creyentes que en esta noche han de tomar la Santa Cena, todos los que han creído en Cristo como Su Salvador, han sido bautizados en Su Nombre pueden tomar la Santa Cena, porque es para cada uno de nosotros en memoria de Jesucristo, recordando así el Sacrificio de Cristo por todos nosotros.
Por cuanto tenemos la Santa Cena en esta noche en memoria de Cristo, pasará el Rvdo. Miguel Bermúdez Marín, para ministrar la Santa Cena en esta noche para todos nosotros.
Mientras tenemos el cántico que nos habla del Hombre que nos transformó, pasará el Rvdo. Miguel Bermúdez Marín, para ministrar en esta noche la Santa Cena.
Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta noche, dándoles testimonio de los que están FUNDAMENTADOS SOBRE LA ROCA.
Muchas gracias por vuestra amable atención, y continúen recibiendo grandes bendiciones de nuestro amado Señor Jesucristo en esta noche.
“FUNDAMENTADOS SOBRE LA ROCA.”