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Un pueblo agradecido 2000-06-23 1 Austin Texas US 00:44:46 true

Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes; es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Me acompañan también mi esposa Erica y también mi niña América; por aquí les puede dar un saludito, también América les puede dar un saludito a todos; también nos acompaña en este recorrido nuestra hermana del Perú, la doctora Nelly Fuentes, y también nuestro Hermano Bermúdez a quien han escuchado ustedes en esta ocasión, y también Bejie por aquí con la cámara.

Es realmente un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión y ver que aquí en Austín, Texas, hay hijos e hijas de Dios que aman a Dios y agradecen a Dios la bendición de estar en la Casa de Dios que es el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo.

En esta ocasión leemos lo que dijo el rey David, el rey más importante que ha pisado esta Tierra después de Jesucristo, el Rey de reyes y Señor de señores, el rey David es un hombre conforme al corazón de Dios; decimos “es,” porque los santos no mueren sino que pasan a otra dimensión. En el Salmo 27, versos 4 en adelante, dice... y también en Efesios, capítulo 2. Ahora leemos el Salmo 27, verso 4 en adelante, dice:

Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré;

Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida,

Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.

Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal;

Me ocultará en lo reservado de su morada;

Sobre una roca me pondrá en alto.”

Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.

Nuestro tema es: “UN PUEBLO AGRADECIDO.”

El rey David tenía una petición a Dios, había demandado a Dios en algo, y era en que estuviera él (David, el rey David) en la Casa de Jehová todos los días de su vida. El rey David siendo también profeta sabía lo que significaba estar en la Casa de Dios; por eso él en una ocasión deseó estar... vamos a ver en el Salmo 122 y 127, vamos a ver 122, dice:

Yo me alegré con los que me decían:

A la casa de Jehová iremos.”

Y ahora, el gozo para el rey David era ir a la Casa de Dios con los que le decían: “A la Casa de Jehová iremos, iremos contigo.”

Y ahora, el rey David siendo un hombre tan importante en su propio reino, vean ustedes, amaba a Dios, era un hombre conforme al corazón de Dios, y se gozaba en ir a la casa de Dios, al templo, al tabernáculo para adorar a Dios y para inquirir de Dios y para orar a Dios y para glorificar a Dios.

Ahora el rey David, vean ustedes, era un hombre muy importante; pero por cuanto era conforme al corazón de Dios, servía a Dios y era agradecido a Dios. El rey David, vean ustedes, también decía en el Salmo 84, verso 1 al 2:

¡Cuán amables son tus moradas,

oh Jehová de los ejércitos!

Anhela mi alma y aun ardientemente desea los atrios de Jehová;

Mi corazón y mi carne cantan al Dios vivo.”

Ahora vean cómo este rey no se avergonzaba de alabar a Dios, de ir a la Casa de Dios, porque era un hombre conforme al corazón de Dios y era un hombre agradecido a Dios. Y se requiere que cada persona como individuo sea agradecido a Dios, sea agradecida a Dios cada persona; y que el pueblo de Dios como pueblo, como Cuerpo Místico de Jesucristo sea un pueblo agradecido a Dios. Y un pueblo agradecido a Dios es un pueblo que se goza en ir a la Casa de Dios para adorar a Dios.

Y ahora, el rey David era esa clase de persona, y de edad en edad y de dispensación en dispensación hemos tenido personas agradecidas a Dios, y hemos tenido un pueblo agradecido a Dios de edad en edad y de dispensación en dispensación, los cuales han estado con el mensajero de su edad y de su dispensación sirviendo a Dios.

Ahora, el rey David anhelaba estar en los Atrios de la Casa de Dios. Y Dios ha estado creando, construyendo, una nueva Casa; y ahora miren cómo nos dice el Salmo 127 y verso 1, dando aquí testimonio dice:

Si Jehová no edificare la casa,

En vano trabajan los que la edifican.”

Por lo tanto tiene que ser una Casa edificada por Dios, tiene que ser una Casa edificada conforme al plano divino. El templo que construyó el rey Salomón y el tabernáculo que construyó el profeta Moisés fueron conforme al plano divino, conforme al modelo que Dios le mostró en el Cielo; por eso encontramos que las cosas que están en el Cielo fueron representadas tanto en el tabernáculo que construyó el profeta Moisés como también en el templo que construyó el rey Salomón. Y por eso Dios escuchaba la oración del pueblo, aceptaba los sacrificios que los sacerdotes y el sumo sacerdote efectuaban en el tabernáculo que construyó Moisés y luego en el Templo que construyó el rey Salomón; porque eran unos templos conforme al modelo del Templo Celestial; era nada menos que Dios usando tanto a Moisés como usó al rey Salomón para la construcción de un templo aquí en la Tierra conforme al modelo del que está en el Cielo, para Dios manifestarse en esta Tierra tanto en el tabernáculo que construyó Moisés como en el templo que construyó el rey Salomón.

Y ahora vean ustedes, el profeta Moisés y también el rey Salomón tenían sabiduría del Cielo para construir esos templos: el tabernáculo que construyó Moisés y el templo que construyó el rey Salomón; pues los planos del templo que construyó el rey Salomón le fueron dados a Salomón por su padre David, y David recibió de parte de Dios la revelación de la construcción, de cómo construir ese templo allí en Jerusalén; o sea, que no fue conforme a la voluntad de Salomón o voluntad de David sino conforme a la voluntad de Dios que fue construido el templo por Salomón. Por lo tanto esos planos fueron hechos por el rey David usando, pues, a sus ingenieros, a sus arquitectos, y así por el estilo; pero Dios le mostró a David cómo construir ese templo allí en Jerusalén; tenía que ser un templo con sabiduría para que pudiese representar el Templo que está en el Cielo, porque un templo hecho por voluntad humana no es hecho conforme al diseño del que está en el Cielo.

Ahora, en Proverbios, capítulo 1, y en Proverbios, capítulo 24, verso 3, nos dice... vamos a ver el capítulo 24, verso 3, dice:

Con sabiduría se edificará la casa,

Y con prudencia se afirmará;

Y con ciencia se llenarán las cámaras

De todo bien preciado y agradable.

El hombre sabio es fuerte,

Y de pujante vigor el hombre docto.

Porque con ingenio harás la guerra,

Y en la multitud de consejeros está la victoria.”

Y ahora vean cómo con sabiduría dice aquí que se edifica la casa; por eso tanto el profeta Moisés como el rey Salomón necesitaron sabiduría celestial para construir una casa aquí conforme al Templo que está en el Cielo, al Templo Celestial que fue hecho con la sabiduría de Dios.

Y ahora, en el capítulo 9 de Proverbios, dice:

La sabiduría edificó su casa,

Labró sus siete columnas.”

Y aquí la sabiduría es Cristo nuestro amado Salvador; o sea, que aquí cuando nos habla que la sabiduría edificó Su Casa y labró Sus siete columnas nos está hablando de Cristo, aquí Cristo está revelándose, es una revelación de Cristo aquí, ¿por qué? Porque en el Nuevo Testamento es Cristo el que construiría una nueva Casa, un Nuevo Templo para Dios.

Y ahora, veamos lo que nos dice San Pablo en Hebreos, capítulo 3 y versos 1... o versos 5 al 6 para no leer mucho, dice:

Y Moisés a la verdad fue fiel en toda la casa de Dios, como siervo, para testimonio de lo que se iba a decir;

pero Cristo como hijo sobre su casa, la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza.”

Y ahora esta Casa de Dios de la cual nos habla aquí somos nosotros, la Casa de Dios, la descendencia de Dios, los hijos e hijas de Dios, la Familia de Dios, y ese es el Templo Espiritual de Jesucristo que es Su Iglesia.

Y ahora, en Efesios también San Pablo nos habla de esta Casa en el capítulo 2, verso 19 al 22 y dice:

Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios (somos conciudadanos de los santos y miembros de la Familia de Dios, hijos e hijas de Dios, pertenecemos a la Familia más importante no solamente de esta Tierra sino de los Cielos también),

edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,

en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor;

en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu.”

Y ahora, un Nuevo Templo está siendo construido por Jesucristo con piedras vivas que son los creyentes en Jesucristo que Lo han recibido como su Salvador, han lavado sus pecados en la Sangre de Cristo, han sido bautizados en Su Nombre y han recibido Su Espíritu Santo y así han nacido de nuevo en la Casa de Dios, y vienen a formar parte de la Familia de Dios, de la Casa de Dios como hijos e hijas de Dios, son piedras vivas, seres humanos vivos que forman esta Casa Espiritual, este Templo Espiritual.

De Adán hasta Cristo se vivió en el tiempo del Atrio o de los Atrios de la Casa de Dios. Y del día de pentecostés hacia acá, hasta el final del ministerio del precursor de la Segunda Venida de Cristo se ha vivido en el Lugar Santo de la Casa de Dios. Y en este tiempo final en el cual nosotros estamos viviendo nos ha tocado vivir en el Lugar Santísimo de la Casa de Dios.

Vean cómo ha estado siendo construida esta Casa de Dios. Moisés fue fiel en toda la Casa de Dios en la parte correspondiente al Atrio de la Casa de Dios. Y ahora, del día de pentecostés hacia acá encontramos que Jesucristo es el que ha sido colocado sobre la Casa de Dios que es Su Iglesia. Y del día de pentecostés en adelante encontramos que El ha colocado a Sus apóstoles y luego a Sus siete ángeles mensajeros, cada uno en el tiempo correspondiente en cada etapa de la Iglesia de Jesucristo correspondientes esas etapas al Lugar Santo de ese Templo Espiritual.

Y ahora, la sabiduría que es Cristo, porque El ha sido hecho por Dios para nosotros Sabiduría y Poder de Dios.

Y ahora, Cristo que es la sabiduría de Dios, por eso es que dice que Dios llevó a cabo la creación con sabiduría; y también la sabiduría clamando en Proverbios, dice: “Dios me poseyó desde el principio.” Y El dice que por El Dios creó todas las cosas; porque por medio de Cristo fue que Dios creó todas las cosas, fue por medio del Verbo, el Angel del Pacto, que es Jesucristo en Su cuerpo teofánico en el cual estaba Dios manifestado en toda Su plenitud creando el universo completo.

Y ahora, Cristo, la Sabiduría, ha estado edificando la Casa de Dios, la Iglesia del Dios viviente de etapa en etapa. Y la Sabiduría edificó Su Casa y fundó Sus siete columnas que son los siete ángeles mensajeros con las siete edades de la Iglesia entre los gentiles. Ahí tenemos las siete columnas de la Casa de Dios durante las siete etapas o edades de la Iglesia. Y ahora, vean cómo fue reflejado en estas siete columnas que habla Proverbios, capítulo 9.

Y ahora, la Casa de Dios es la Iglesia del Señor Jesucristo formada por los nacidos de nuevo en el Cuerpo Místico de Jesucristo.

Y ahora en el tiempo final Cristo dice en el capítulo 3, verso 12:

Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios.”

En adición a las siete columnas, los siete ángeles mensajeros de las siete edades, encontramos aquí la promesa para el Vencedor, de ser hecho una columna en el Templo de nuestro Dios: “Yo lo haré columna en el templo de mi Dios.” Y el Templo de nuestro Dios es la Iglesia del Señor Jesucristo.

Y ahora, esto es que será una persona importante en la Iglesia del Señor Jesucristo, por lo tanto será una persona muy importante en el Reino de Dios, como también lo son los siete ángeles mensajeros y los doce apóstoles del Señor Jesucristo; porque a los doce apóstoles y de los doce apóstoles Cristo dice que los sentará en doce tronos y juzgarán a las doce tribus de Israel. Y para el Vencedor, al cual El lo hará columna en el Templo de nuestro Dios, dice que escribirá sobre él el Nombre de nuestro Dios, el Nombre de la Ciudad de nuestro Dios, la Nueva Jerusalén la cual desciende del Cielo, de Dios, y dice: “y mi Nombre Nuevo.” Escribirá sobre el Vencedor el Nombre Eterno de Dios, Nombre de la Ciudad de nuestro Dios y Nombre Nuevo del Señor Jesucristo, el cual es el mismo Nombre de Dios.

Y ahora, también nos dice... vean ustedes, cualquier persona puede pensar: “Bueno, ya Dios tiene 24 tronos, 12 para los 12 patriarcas y 12 para los 12 apóstoles; así que nadie más tiene la promesa de sentarse en un trono.” Cuando algunos piensan que ya se acabaron los tronos prometidos para sentarse personas, Cristo dice en Apocalipsis, capítulo 3, verso 21:

Al que venciere, yo le daré que se siente conmigo en mi trono.”

Si no hay más tronos, para el Vencedor del tiempo final Cristo dice: “Yo le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.”

Cristo al sentarse en el Trono del Padre recibió autoridad sobre todas las cosas en el Cielo y en la Tierra, y El es el que ha estado gobernando desde el Trono del Padre y ha estado haciendo Intercesión por todos los que tienen sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero.

Y ahora, al que venciere Cristo le sentará con El en Su Trono, así como Cristo se sentó con el Padre en Su Trono al ascender victorioso al Cielo, y le fue dada autoridad. “Todo poder me es dado en el Cielo y en la Tierra.” Dijo Jesucristo.

Y ahora, en la misma forma que el Padre hizo con Jesús al vencer, Cristo hará con el Vencedor en el Día Postrero, en donde Cristo le dará la gran victoria en el Amor Divino al Vencedor junto con el grupo del Vencedor del Día Postrero. Y dice en Apocalipsis, capítulo 2, versos 26 al 28: “Al que venciere y guardare mis obras...” Vamos a ver:

Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin (o sea, hasta el fin, hasta el fin del tiempo) yo le daré autoridad sobre las naciones,

y las regirá con vara de hierro, y serán quebrantadas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre.”

Cristo la puede la tornar al Vencedor, ¿por qué? Porque Cristo la recibió del Padre y ahora Cristo la comparte con el Vencedor, porque a lo que Cristo es heredero, somos nosotros herederos con El; y a lo que Cristo es heredero, es heredero el Vencedor, el cual en el Día Postrero estará viviendo y estará obteniendo la gran victoria en el Amor Divino.

En este tiempo final en el cual estamos nos ha tocado la parte del Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Jesucristo. El Salmista David decía que él anhelaba los Atrios de la Casa de Dios. Luego los que vivieron durante el tiempo de los apóstoles y tiempo de los siete ángeles mensajeros deseaban el Lugar Santo de la Casa de Dios. Y ahora los escogidos del Día Postrero anhelan el Lugar Santísimo de la Casa de Dios, para contemplar la hermosura de la gloria de Dios manifestada en el Lugar Santísimo sobre el Propiciatorio.

Y ahora, en la Casa de Dios es que nosotros estamos colocados por medio de haber creído en Cristo como nuestro Salvador, haber lavado nuestros pecados en Su Sangre, haber sido bautizados en Su Nombre y haber recibido Su Espíritu Santo y por consiguiente haber recibido el nuevo nacimiento y haber recibido así el cuerpo teofánico de la sexta dimensión; y por consiguiente haber sido trasladados del reino de este mundo y del reino de las tinieblas, del maligno, al glorioso Reino de la luz de nuestro amado Señor Jesucristo.

Y ahora, hemos sido colocados en el Reino del amado Hijo de Dios, Jesucristo, con vida eterna.

Y ahora, estando nosotros en el Reino de Jesucristo, en el Reino de los Cielos, la Iglesia de Jesucristo, somos agradecidos a Dios como individuos, por estar como individuos en la Casa de Dios, en el Lugar Santísimo de la Casa de Dios que es el lugar más importante; y como Cuerpo Místico de creyentes somos un pueblo agradecido a Dios por estar en la Casa de Dios, es el privilegio más grande el estar en la Casa de Dios en este tiempo final y estar en la parte más importante de la Casa de Dios: el Lugar Santísimo de la Casa de Dios, de la Iglesia del Señor Jesucristo que es Su Templo Espiritual.

Así como hubo un pueblo bien agradecido a Dios que vivió en el tiempo del Atrio y vivió en el Atrio en el Antiguo Testamento hasta los días de Jesús; y luego hubo un pueblo de los días de Jesús hasta estos días que han transcurrido durante las siete etapas o edades de la Iglesia, que fueron los apóstoles con todos los creyentes que siguieron a los apóstoles y luego a los siete ángeles mensajeros, con los que siguieron en cada a los mensajeros de cada edad; durante esas siete etapas de la Iglesia entre los gentiles hubo un pueblo bien agradecido a Dios, fueron los escogidos de Dios, la Iglesia del Señor Jesucristo con el ángel mensajero de cada edad.

¿Y después de todos esos grupos y mensajeros y personas como individuos que fueron agradecidos a Dios, habrá otro grupo de hijos e hijas de Dios, habrá un pueblo de Dios que será agradecido a Dios en este tiempo final como Cuerpo Místico de creyentes y como individuos, y habrá otro mensajero también agradecido a Dios? ¿Qué dicen ustedes? ¡Claro que lo hay! Y está en el Cuerpo Místico de Cristo en la Edad de la Piedra Angular. Y ese pueblo es el pueblo que escucha la Voz de Cristo en la Edad de la Piedra Angular en el Lugar Santísimo de Su Templo Espiritual, y el Mensajero es el Angel del Señor Jesucristo que escucha la Voz de Cristo y le transmite al pueblo de Jesucristo lo que Cristo le revela; y así hay un pueblo con un mensajero, con el Angel de Jesucristo, que es un pueblo agradecido a Dios por la bendición y privilegio de estar en la Casa de Dios; lo cual conlleva el ser hijos e hijas de Dios en este tiempo final.

Somos identificados como hijos de luz, somos identificados como hijos e hijas de Dios, somos identificados como escogidos de Dios, somos identificados como predestinados de Dios, somos identificados como los primogénitos de Dios escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero, y esos son los que en este tiempo final son el pueblo agradecido a Dios con el mensajero de Dios para el Día Postrero, y después vendrá el grupo de 144 mil hebreos que será un grupo de hebreos, 12 mil de cada tribu, que será un pueblo agradecido a Dios también; pero primero que ellos nosotros en este tiempo final entre los gentiles; así como el rey David era un rey agradecido a Dios.

Y nosotros como Reyes y Sacerdotes, somos Reyes y Sacerdotes agradecidos a Dios. Es un privilegio muy grande ser un hijo o una hija de Dios, es un privilegio tan grande que desde lo profundo de nuestra alma surge, brota, nuestro agradecimiento a Dios por ser hijos e hijas de Dios y estar en la Casa de Dios en el Lugar Santísimo escuchando Su Voz y contemplando la Gloria de Dios en este tiempo final.

Ha sido para mí una bendición grande estar con ustedes dándoles testimonio de EL PUEBLO AGRADECIDO A DIOS DE ESTE TIEMPO FINAL; como hubo un pueblo agradecido a Dios con un mensajero en cada edad.

Ahora, podemos ver que los correspondientes a cada edad con su mensajero fueron un pueblo agradecido a Dios, y todavía sigue siendo un pueblo agradecido a Dios que está en la sexta dimensión. Pero ahora los que están en esta dimensión y que son un pueblo agradecido a Dios, son los que están en la Edad de la Piedra Angular; aunque todos son, todos los que creen en Jesucristo agradecen a Dios la bendición de ser creyentes en Cristo; pero los más agradecidos son los que están en la Casa de Dios en el Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Jesucristo nuestro Salvador.

Mañana veremos el llamado de: “VEN HOY A JESUCRISTO,” el llamado de venir a Jesucristo en este tiempo final para los últimos escogidos, hijos e hijas de Dios, que viven en este planeta Tierra, con los cuales se completará el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo, los cuales al venir se juntarán con los escogidos que ya están en la Casa de Dios, y vendrán a ser también personas agradecidas a Dios, y vendrán a formar parte del pueblo agradecido a Dios.

Ya veremos con más detalles ese llamado de Cristo para este tiempo final. Hoy hemos visto a UN PUEBLO AGRADECIDO A DIOS.

¿Y dónde está ese pueblo agradecido a Dios? Aquí estamos en esta noche reúnidos agradeciéndole a Dios por nuestra salvación, agradeciéndole a Dios por Su Espíritu Santo, agradeciéndole a Dios por habernos colocado en Su Casa en el lugar más importante de Su Casa: en el Lugar Santísimo de Su Templo Espiritual.

Ha sido para mí un privilegio grande darles testimonio de este pueblo agradecido a Dios.

Mientras que escuchamos a Erica y América en el cántico que nos habla del Hombre que nos transformó, el cual es Jesucristo nuestro Salvador, al cual le agradecemos todo lo que El ha hecho por todos nosotros: nos redimió con Su Sangre Preciosa al ser sacrificado como Cordero de Dios en la Cruz del Calvario, por lo cual le estamos a El más que agradecidos por Su Amor, por Su Bondad, y por Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario en favor de todos nosotros.

Escuchemos acerca del Hombre que nos transformó; y mientras escuchamos este cántico pasará nuevamente nuestro amado amigo y hermano, el Rvdo. Miguel Bermúdez Marín para finalizar nuestra parte en esta ocasión.

Que Dios les bendiga y les guarde y pasen todos muy buenas noches.

UN PUEBLO AGRADECIDO.”