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| Saludo de Bienvenida | 2000-06-19 | 1 | New York | New York | US | 00:05:31 | true |
Muy buenas noches amados hermanos y amigos aquí en la Ciudad de New York en Norteamérica. Es para mí una bendición grande estar con ustedes junto a mi esposa y mi hija América, y también con nuestro hermano Bermúdez, nuestro hermano José Benjamín Pérez y también con la Dra. Nelly Fuentes del Perú, para compartir con ustedes estos dos días en los cuales ya podemos ver que Dios ha estado bendiciendonos y continuará bendiciendonos grandemente para que así nosotros crezcamos espiritualmente como hijos e hijas de Dios hasta que lleguemos a la estatura de un varón perfecto, hasta que lleguemos a la estatura de Jesucristo, hasta que lleguemos a ser a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo.
Mañana, pues, para mañana juntaremos el tema que teníamos para hoy marcado, que Miguel marcó para hoy, lo juntaremos con el tema de mañana, pues ambos temas tratan de la Ciudad de Dios. El que teníamos para hoy era: EL CAMINO A LA CIUDAD ETERNA y el de mañana es: BUSCANDO LA CIUDAD DE DIOS. Así es que juntaremos ambos temas y en esos dos temas unidos esperamos que Dios nos dé un cuadro claro de esa ciudad de nuestro Dios y de cómo buscar esa ciudad y de cuál es el camino a esa ciudad.
Que Dios les continue bendiciendo a todos y bendiga grandemente a los matrimonios que en esta noche han sido realizados delante de Dios.
Es muy importante la realización del matrimonio delante de Dios. Así como también se hace delante de las autoridades, delante de los gobiernos de todas las naciones. También es muy importante realizarlo delante de la presencia de Dios.
Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, bendiga estos matrimonios que en esta noche han sido efectuados delante de Dios y también les bendiga a cada uno de ustedes.
Dejo nuevamente con nosotros al reverendo Miguel Bermúdez Marín, y mientras él pasa para continuar les agradezco a ustedes la bienvenida y acogida que nos han dado a nosotros en este ocasión como también lo hicieron en la otra ocasión en que estuve con ustedes. Miguel no estuvo, ni Erica, pero a mí me ha tocado una doble bendición. Estar en aquella ocasión y estar en esta también.
Bueno, que Dios les bendiga y les guarde grandemente. Con nosotros Miguel.
Por aquí tenemos a Nelly y a Erica y a América, ya ustedes les vieron. Ahí les dan un saludito en señal de aprecio y agradecimiento por la bienvenida y acogida que nos han dado en esta ocasión.
Bueno, que Dios les bendiga y pasen todos muy buenas noches y también tengan buen provecho.