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Saludo en el cumpleaños 2000-06-11 2 Cayey PR 00:11:58 true

Muy buenas noches a todos los presentes; es para mí una bendición grande estar en esta noche con todos ustedes que han venido de otros países, ministros y hermanos que han venido de otras naciones y también nuestros hermanos de aquí de Puerto Rico, para pasar estos momentos de compañerismo en este cumpleaños número 60 que Dios me ha permitido tener junto a mi esposa Erica, mi hija América, mi madre también, Nereida Santiago, quien fue el instrumento que Dios usó para traerme a esta Tierra, a esta dimensión, para cumplir el propósito divino por el cual El me envió a este planeta Tierra, y para así conocerlos a todos ustedes y compartir con ustedes en este tiempo final en y el Programa Divino correspondiente a este tiempo final, y darles testimonio de todo el Programa Divino que corresponde a este tiempo final; por lo cual yo le doy gracias a Dios de haberme enviado a esta Tierra usando a mi madre y a mi padre terrenal...

Mi madre aquí presente, ya con ochenta y... ¿cuántos años, mami? Como 84 por ahí, más o menos; un poquito más, un poquito menos, por ahí. Y ya ustedes la vieron recitando también y tocando la armónica o sinfonía (como decimos nosotros algunas veces); siempre está con buen ánimo y con buen apetito, y también con buen humor, hace chistes también, se ríe y todo; ha mantenido, pues, ese ambiente, esa forma de ser siempre; y siempre, pues, la encontramos así alegre, contenta; la vimos siendo bautizada también, luego que Erica fue bautizada (¿el mismo día fue?), al otro día fue bautizada mami también; y ha sido una bendición grande y un privilegio grande que Dios me haya traído a esta Tierra por medio de mami y papi. Y que Dios bendiga a mami también grandemente en esta noche. Y espero y deseo verlos en el Reino Milenial a mis padres terrenales y en toda la eternidad.

También están por aquí mi hermana Delia y mis sobrinos, y también mis hijas Raquel y Loyda, también estaban por aquí acompañándome (...por allí está Loyda). Y los otros hijos están en Texas, ya están grandes también. Y aquí tenemos a América también, la chiquitina. Y Dios me ha dado, pues, una bendición grande en este tiempo.

Este es el tiempo más grande y glorioso de todos los tiempos: el tiempo en el cual todos los profetas del Antiguo Testamento y los apóstoles y los mensajeros de las siete edades con sus grupos quisieron vivir; sin embargo nosotros, sin nosotros elegir este tiempo, nos ha tocado vivir, porque así estaba en el Programa de Jesucristo nuestro Salvador; por eso hemos aparecido en este tiempo final para ocupar nuestro lugar en el Reino de Dios, en la Iglesia del Señor Jesucristo, y así confirmar nuestro lugar, nuestra posición en la vida eterna. O sea, que estamos viviendo en este tiempo no porque nosotros quisimos vivir en este tiempo, sino porque Dios quiso que nosotros viviésemos en este tiempo para entrar a Su Programa correspondiente a este tiempo final.

Y yo le doy gracias a Cristo por haberme enviado en este tiempo y haberme enviado en medio de todos ustedes; tanto ustedes que se encuentran aquí como todos los latinoamericanos y caribeños, aunque algunos se encuentren en Norteamérica y en otros países y en otras naciones y en otros continentes también.

Ha sido esta tarde y esta celebración de cumpleaños y también de aniversario de boda, para mí una bendición grande junto a mi esposa Erica y a mi niña América y a mi hija Loyda y a mi hija Raquel, y al lado de mi madre, y también junto a todos ustedes.

Le doy gracias a todos los ministros y le agradezco a todos los ministros su presencia, y también a todos los hermanos que han venido de otros países, y también los de Puerto Rico, ministros y también hermanos.

Le doy gracias también a todos los que han colaborado en la cocina para que pudiésemos tener esta cena y las demás cosas que han preparado. A todos los que también han preparado - en la preparación de toda la actividad junto a Erica para poder llevar a cabo todo este programa, tanto a los que han cantando como a los que han dirigido, Benji y Griselle, y a todos los que han hecho algo para que se realizara esta actividad y todo este programa que se ha llevado a cabo en esta actividad.

Y también a Julio Cruz y a Humberto Pérez, a Moisés, y también a Billy, a Wito, a José (o sea, Cheo), y también a Manuel y a Manuel (porque hay dos Manueles); y a cada uno de los que han hecho algo para que fuese posible esta actividad de cumpleaños número 60 y aniversario número 8, en donde me he sentido muy feliz junto a mi esposa y mi madre y mis hijos, y junto a todos ustedes.

Si me ha quedado alguien al cual no les he dado las gracias, pues... le agradezco también a quienes no he mencionado su presencia aquí en esta ocasión y lo que han hecho en esta ocasión. Y a mi esposa Erica que ha organizado todo junto a un grupo de personas que ha estado brazo a brazo con ella trabajando en todos estos preparativos, como Ada, Santita y Mary también (Mary Arroyo), Luces... y todos los que ella mencionó y los que no mencionó pero que hicieron algo... Mary también (acá Mary, la que está acá) y Yoly también por acá... Bueno, han sido muchos los que han trabajado para esta actividad de cumpleaños número 60 y aniversario número 8 de Erica y yo. El cumpleaños mío pero... el aniversario es de los dos.

Para mí es una bendición grande estar con ustedes no solamente en esta noche, sino todos estos años que he estado con ustedes trayéndoles la Palabra de Dios, y todo el tiempo que me falte estar con ustedes en este cuerpo terrenal y después cuando esté en el nuevo cuerpo también será una bendición y un privilegio grande continuar con ustedes y ustedes estar también en el cuerpo eterno, y continuar todos juntos en el Reino Milenial.

Que las bendiciones de Jesucristo, el Angel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y nos use grandemente en Su Obra en este tiempo final; y pronto se complete el número de los escogidos de Dios y pronto Cristo termine Su Obra de Intercesión, haga Su Obra de Reclamo y resucite a los muertos en Cristo en cuerpos glorificados y a nosotros nos transforme; y luego de una manifestación plena, que durará de 30 a 40 días, nos lleve a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Muchas gracias a todos y que continúen pasando una noche llena de las bendiciones de nuestro amado Señor Jesucristo. Que Dios les bendiga y les guarde a todos.

Actividad de Cumpleaños 60 del Hno. William y Octavo Aniversario de Bodas.”