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La Obra del Séptimo Sello 2000-01-01 1 Cayey PR 03:01:38 false true

Muy buenas tardes ministros y colaboradores en el Cuerpo Místico de Cristo en la Edad de la Piedra Angular. Es para mí motivo de grande bendición y regocijo estar con ustedes en este primer día del año 2000 al cual hemos llegado, al año 2000 conforme al calendario gregoriano.

Cuándo íbamos a pensar, por allá por el año 65 por allá, los de… los que son de ese tiempo, de los cuales hay algunos aquí (por aquí tenemos también algunos, por acá también) … Han transcurrido ya 30 años y algo, y miren, Dios nos ha permitido llegar al año 2000 y así tener la oportunidad de trabajar más en la Obra de Cristo, y tener más conocimiento, más conocimiento o entendimiento de todo el Programa Divino correspondiente a este tiempo final.

Y es un misterio lo que ha estado Dios desenvolviendo, llevando a cabo, como es un misterio lo que estuvo sucediendo durante las siete edades de la Iglesia. Ahí un misterio divino se abrió en cada edad, el Espíritu de Dios se manifestó en cada edad por medio del mensajero de cada edad y se llevó a cabo la Obra correspondiente a cada edad.

Pero los que vivieron en esos días no supieron que un misterio divino se estaba cumpliendo y no conocieron cuál era ese misterio; pero estuvieron predicando a Cristo, y Cristo estuvo llevando a cabo Su Obra correspondiente a cada tiempo, y estuvo llamando y juntando a Sus escogidos de cada edad los cuales tienen sus nombres ¿dónde? escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, o sea, en el Libro de los Siete Sellos.

Y ahora, veamos lo que nos dice Apocalipsis, capítulo 8, verso 1 en adelante, donde dice:

“Cuando abrió el séptimo sello, se hizo silencio en el cielo como por media hora”.

“LA OBRA DEL SÉPTIMO SELLO”.

Para poder ver lo que estará sucediendo bajo el Séptimo Sello, tenemos que ver las Escrituras que hablan del Día Postrero. Por ejemplo, cuando el Señor Jesucristo estuvo hablando en el Mensaje profético sobre el Monte de los Olivos (Él estuvo hablando allí), y en todo lo que profetizó, encontramos que profetizó cosas que estarían cumpliéndose en cada uno de esos Sellos.

Y luego, cuando llegó al momento de hablar acerca del Séptimo Sello, de revelar el misterio del cumplimiento del Séptimo Sello aquí en la Tierra, encontramos que Él solamente llegó a hablar acerca de la Señal del Hijo del Hombre en el Cielo y viendo al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del Cielo.

Pero cuando le toca hablar acerca del cumplimiento del Séptimo Sello aquí en la Tierra, materializado aquí en la Tierra, miren lo que Él habló: capítulo 24, verso 30 en adelante, dice…, recuerden que en el capítulo 24, verso 3, los discípulos le preguntan a Jesús, le dicen [San Mateo]:

“Dinos, ¿cuándo serán estas cosas, y qué señal habrá de tu venida, y del fin del siglo?”.

“Qué señal habrá de Tu Venida, y del fin del siglo”. Y comienza Cristo a dar las señales de Su Venida y del fin del siglo. Dice en el capítulo 24, verso 30 en adelante (aquí nos está hablando de la señal de Su Venida, la señal del Hijo del Hombre en el cielo, y también señal del fin del siglo):

“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo (ahí tenemos claramente la señal de la Venida del Señor manifestada en el cielo); y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.

Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, …”.

Los ángeles siendo enviados son los Ángeles que llevarán a cabo la Gran Cosecha, y esa es la señal del fin del siglo, en donde Cristo estará enviando a Sus Ángeles y estarán llamando y juntando a Sus escogidos.

“… y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro”.

Y ahí tenemos la señal del fin del siglo y la señal del Hijo del Hombre en el cielo, que es la señal de la Venida del Señor para el Día Postrero.

Y ahora, cuando le toca hablar aquí acerca de la Venida del Hijo del Hombre, dice:

“De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca.

Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas.

De cierto os digo, que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca.

El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

Pero del día y la hora nadie sabe, ni aun los ángeles de los cielos, sino solo mi Padre.

Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre”.

Y ahora vean ustedes, comienza a dar las señales que estarán manifestándose en la Tierra para ese tiempo. Nos habla de la higuera, y cuando nos habla de la higuera, nos está hablando de Israel; y [e] Israel tiene la promesa de: un grupo de escogidos —12.000 de cada tribu— ser llamados y juntados en el tiempo final.

O sea que Dios volverá a tratar con el pueblo hebreo, porque tiene tres años y medio para confirmarle el pacto al pueblo hebreo y para que entren al Nuevo Pacto, porque ya el antiguo pacto está fuera de vigencia; por lo tanto, ellos necesitan entrar al Nuevo Pacto para recibir las bendiciones de Dios. Y todo eso estará sucediendo en el tiempo final.

Y ahora, por cuanto el calendario gregoriano tiene sus diferencias de fechas y atrasos y todas estas cosas, y contiene 365 días y ¼ al año; y el calendario profético solamente tiene 360 días al año…

Y ahora, si Dios usa el calendario profético, como aparece usándolo bajo el ministerio de los Olivos de Apocalipsis, capítulo 11; y Zacarías, capítulo 4, veamos…; si Dios aplica ese calendario profético que usa con el pueblo hebreo, lo aplica también a Su Iglesia, y lo aplica a toda la Dispensación de la Gracia, estaríamos ¿dónde? en el año 2020 al 2030 o 35 o 36 por ahí. O sea, del 2020 al 2036 estaríamos si Dios llega a aplicar ese calendario profético desde los días de Jesús hasta este tiempo final. Si lo llega a aplicar con los gentiles, vean ustedes dónde nos lleva el calendario profético.

Ahora, eso lo dejamos quietecito. Pero tenemos que ver, que cuando le tocaba hablar del Séptimo Sello aquí, de la Venida del Hijo del Hombre en medio de la raza humana, comienza a hablar en parábolas, comienza a hablar de la higuera, que es el pueblo hebreo. ¿Por qué? Vamos a ver por qué nos habla del pueblo hebreo. En la página 128 y 129 del libro de Citas (para los que tengan ese libro), en el párrafo 1143 dice:

1143 - “Debajo de la Séptima Trompeta…”.

Esa Séptima Trompeta es la Séptima Trompeta de Apocalipsis, capítulo 11, verso 15 en adelante. Vean que está en el capítulo 11, que es el capítulo de los Dos Olivos.

1143 - “Debajo de la Séptima Trompeta es para Israel lo mismo que el Séptimo Sello fue para la Iglesia”.

Lo que es el Séptimo Sello para la Iglesia es la Séptima Trompeta para el pueblo hebreo.

Ahora podemos ver la relación que hay entre la Iglesia y el pueblo hebreo. El pueblo hebreo representa a la Iglesia del Señor Jesucristo, porque el pueblo hebreo es el Israel terrenal y la Iglesia de Jesucristo es el Israel celestial.

1143 - “Hallamos debajo del Séptimo Sello, que cuando estas almas que estaban debajo del altar allí, las cuales recibieron túnicas; fueron dadas túnicas, no porque las merecieran, porque estaban en la dispensación cuando Dios todavía estaba tratando con merced con los Gentiles (o sea que reciben las túnicas antes de cerrarse la Puerta…) …”.

Y ahora, vean ustedes algo más:

1143 - “¡Qué perfectos entonces son la Séptima Trompeta y el Séptimo Sello!”.

¿Por qué? Porque son una cosa; lo mismo que el… el Séptimo Sello para la Iglesia es la Séptima Trompeta para el pueblo hebreo.

Y ahí mismo, en esa misma página, el párrafo 1144 dice [Citas]:

1144 - “Ese Séptimo Sello no ha abierto todavía, Uds. saben; esa es Su venida.”

Y ahora, el Séptimo Sello siendo la Venida para la Iglesia de Jesucristo, la Séptima Trompeta es la Venida para el pueblo hebreo, la Venida de Cristo.

Y ahora, en la página 129 dice, verso 1150 dice [Citas]:

1150 - “Ahora, tan pronto como esta Iglesia, el misterio del Séptimo Sello es conocido, y los judíos son llamados por el misterio de la Séptima Trompeta que son dos profetas Elías

y Moisés”.

Luego, el párrafo 1152 dice [Citas]:

1152 - “Él dijo que la Gran Trompeta tocaría (La Gran Trompeta, no trompetas ahora, Fiesta de Trompetas, hay dos de ellos, Moisés y Elías para llamar las Trompetas), sino que debajo de la Gran Trompeta (la venida del Señor, para anunciar a José volviendo…)”.

Vean por qué el reverendo William Branham cuando Dios le reveló que iba a tener un hijo y que le pusiera por nombre José, él lleno de gozo dijo: “Viene José, viene José”. [65-1126 “Obras es la fe expresada”, párr. 239-243, 277-280 / Libro “La Introducción de la Segunda Venida de Cristo a Su Iglesia”, págs. 105-106] Porque él es tipo y figura de la Segunda Venida de Cristo.

Y ahora, siendo el precursor de la Segunda Venida de Cristo, pues estaba anunciando que vendría nuestro José, Cristo en Su Segunda Venida; y, por lo tanto, cuando Dios le revela que va a tener un hijo y que su nombre va a ser llamado José —que le ponga por nombre José—, él tiene que estar sonando ahí la Trompeta, le suena la Trompeta a su esposa: “Viene José, viene José”. Y eso es lo que ha estado haciendo en su ministerio terrenal: anunciándole la Segunda Venida de Cristo a la Iglesia del Señor Jesucristo.

Por eso el reverendo William Branham dijo en el mensaje “Señor, ¿es este el tiempo?”, él dijo a una persona que tuvo un sueño, la persona ahí vio a nuestro hermano Branham y entonces le dijo el hermano Branham: “Cuando tú veas una… a Séfora, no te detengas ahí” [SPN62-1230E “Señor, ¿es esta la señal del fin?”, pág. 21-22, párr. 163-169]. Pues Séfora fue la esposa de Moisés, por lo tanto, representa la Ley. “Y cuando tú veas a una señora muy anciana, no te detengas ahí tampoco”. O sea, esa es una denominación antigua; o sea, son las denominaciones que se formaron luego de los mensajeros de cada edad. Por ejemplo, vino Wesley, y luego que él se fue, se formó la denominación wesleyana o metodista; y antes de eso había venido Lutero, y cuando se fue Lutero, pues se formó la denominación luterana; y así por el estilo.

Y encontramos así las diferentes denominaciones representadas en mujeres. Y luego…, y le dice: “Pero cuando tú veas a mi esposa, detente ahí, esa es mi Iglesia”. Porque ella representaba a la Iglesia en esa etapa, bajo el ministerio del reverendo William Branham.

Pero vean ustedes, de esa Iglesia nacería José, vendría José, viene José. Es que no puede venir de una edad que ya pasó, tiene que venir de esa edad o de ese tiempo de esa Iglesia que está bajo el ministerio del séptimo ángel mensajero de la séptima edad, de ahí tiene que surgir todo lo correspondiente a la Venida del Señor; o sea que de ahí tiene que surgir, y entonces venir el cumplimiento de esa promesa.

Y ahora, vean ustedes, así como vino de María el cumplimiento de la Venida del Hijo prometido en Su Primera Venida… Pero él, vean ustedes, tuvo su ministerio; él tenía que seguir adelante en su ministerio.

También el pueblo hebreo está representado en una mujer, por lo tanto, vean ustedes, del pueblo hebreo vino el Mesías.

Y miren cómo surgió: cuando Juan estaba bautizando apareció Jesús, y fue bautizado, y vino a ser un discípulo de Juan el Bautista. Y de ahí, del grupo de Juan el Bautista, surgió el cumplimiento de la Venida del Mesías; esa promesa siendo cumplida en Jesús de Nazaret, un discípulo de Juan el Bautista. Y era de la misma familia, eran primos. Y, por lo tanto, también eran hermanos como hebreos: eran de la nación hebrea, nacidos en la nación hebrea; por lo tanto, son hermanos. Y son hijos de Abraham; la simiente real de Abraham vino allí.

Y ahora, el precursor y el precursado son familia. Y en la Segunda Venida de Cristo el precursor y el precursado serán hermanos: serán redimidos por la Sangre de Jesucristo. Y El que vendrá después de él, pues primero tendrá que ser un tiempo discípulo: tiene que estar primeramente en el Mensaje del precursor (como estuvo Jesús), para luego comenzar Su ministerio y continuar en el ministerio. Así como Juan… aunque estaban Juan y Jesús a la misma vez…, miren lo que dice el reverendo William Branham en el mensaje de Los Sellos, página 474 al 75 dice:

“173. Yo no sé quién será, ni qué va a suceder. ¡No sé! Solamente sé que esos Siete Truenos contienen el misterio por cuya razón hubo silencio en el Cielo. ¿Todos entienden?

  1. Quizás sea ahora el tiempo y la hora cuando aparezca esta gran persona que hemos estado esperando. Quizás este ministerio, por el cual he tratado de convertir a la gente a la Palabra, ha servido de fundamento. Si así es, entonces les estaré dejando para siempre. No habrá dos aquí al mismo tiempo (o sea que está hablando de otro hombre que vendrá). Y aun si así fuera, él crecerá y yo menguaré”.

O sea que va a venir uno que va a tener un ministerio que irá en una forma progresiva, eso es: creciendo. ¿Cómo van los niños que nacen? Van creciendo. Eso va en una forma progresiva.

Y ahora, “él crecerá”. Eso es lo mismo que dijo Juan el Bautista acerca de Jesús, cuando le dijeron: “Mira, ahora Aquel del cual tú diste testimonio, ahora a Él le siguen más personas que a ti y bautiza más gente que tú” [San Juan 3:26-27].

Juan no se puso celoso. Él dijo: “El hombre no puede hacer nada de sí mismo, si no le fuere dado de Dios (o sea que lo que Él está haciendo ha sido dado de Dios)”. Juan lo presentó, y quizás pensaron: “Juan ahora se va a poner celoso, y va a levantarse en contra de Jesús y va a hablar en contra de Jesús”. Pero Juan dijo: “No puede hacer el hombre nada de sí mismo, si no le fuere dado de Dios”, o sea que lo que Él está haciendo ha sido dado de Dios para que Él lo haga.

Juan se puso gozoso en saber que uno de sus discípulos estaba cumpliendo la promesa de la Venida del Mesías. Si alguien no la cumplía de los discípulos de Juan, ¿qué sucedería? Pues entonces Juan no era el precursor de la Venida del Mesías.

Por eso cuando estuvo preso le mandó dos discípulos, de los de confianza, a preguntarle a Jesús: “¿Eres tú Aquel que había de venir o esperaremos a otro?”. Jesús le manda decir a Juan: “Digan a Juan lo que ustedes están viendo”. Pues Jesús allí estaba predicando a los pobres, y estaba sanando a los enfermos, los cojos estaban siendo sanados y estaban caminando, los ciegos estaban recibiendo la vista, y los muertos estaban siendo resucitados; y le manda decir a Juan con sus discípulos lo que está sucediendo: “Digan ustedes lo que ustedes han visto que está sucediendo. Digan a él que los cojos están caminando, los ciegos están viendo, los muertos están siendo resucitados y a los pobres está siendo predicado el Evangelio”. [San Lucas 7:18-23, San Mateo 11:2-6]

Vean, no le mandó decir a Juan: “Sí, Yo Soy”, sino que le mandó decir a Juan lo que Él estaba haciendo; y lo que Él estaba haciendo era lo que el Mesías estaría haciendo en Su Venida.

Por lo tanto, Juan tenía que ir a la Escritura. Juan sabía que el Mesías sería el Cordero de Dios que quitaría el pecado del mundo; y sabía que el Mesías sería el Ungido con el Espíritu de Dios que haría todas estas cosas que dijo el profeta Isaías en el capítulo 61, cuando dijo: “El Espíritu del Señor está sobre Mí, por cuanto me ha ungido” [Isaías 61:1], y comienza a decir ahí para qué había sido ungido. Eso fue lo que leyó Jesús en San Lucas, capítulo 4, cuando al final después dijo [verso 21]: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”.

Y ahora, ¿quién le está dando a conocer a Juan el Bautista que esa Escritura se ha cumplido? Pues allí están siendo cumplidas las promesas de lo que el Mesías haría, por lo tanto, le da: “Vayan, den esa noticia a Juan de lo que está sucediendo”.

Toda persona tiene que ir a la Escritura para comparar lo que está sucediendo, lo que está haciendo esa persona, con lo que está prometido que hará esa persona.

Y ahora, lo que estaba Jesús haciendo en Su ministerio era lo que el Mesías haría en Su Primera Venida bajo Su ministerio. Y al final, al final de Su Venida: la Obra de Redención en la Cruz del Calvario. Pero tenía que tener un ministerio, para luego ser adoptado; y luego de estar adoptado, llevar a cabo la Obra de Redención en la Cruz del Calvario.

Ahora, dice el precursor de la Segunda Venida de Cristo [Los Sellos, pág. 474]:

“[174]. No habrá dos aquí al mismo tiempo. Y aun si así fuera, él crecerá y yo menguaré”. ¡Yo no sé! Pero Dios me ha dado el privilegio de mirar y ver lo que es (o sea que él sabía lo que era, aunque no lo comprendía plenamente); lo vi abrirse hasta donde lo vi”.

O sea que él vio, por lo tanto, él podía hablar algo acerca de eso; pero no podía revelar el misterio, porque ¿cuántos imitadores se hubieran levantado? Miles de imitadores, y cubrirían el territorio donde esa promesa tiene que ser cumplida.

Ahora, miren lo que… En la página…, vamos a ver aquí; hay dos lugares aquí, vamos a ver cuál le…

Recuerden que este es un misterio muy grande del Reino de Dios, y Dios, pues ha estado manteniendo ese secreto de ese misterio. Vamos a ver…, Miguel, si tienes a la mano el lugar donde dice: “que veamos estas cosas”, o sea, en el estudio ver todas estas cosas y lo demás, lo que no podamos ver, lo veremos en Su Venida. Ya eso se los vamos a conseguir. En la 98 nos dice, del libro de Los Sellos, dice:

“14. En el capítulo 4, Juan fue levantado para ver las cosas que fueron, que son y que están por venir. Pero la iglesia termina al final del capítulo 3, y Cristo la levanta (“arrebatados en las nubes para recibir al Señor en el aire”), y no se menciona otra vez hasta en el capítulo 19, cuando Él regresa como REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES juntamente con la Iglesia.

  1. Ojalá antes de Su Venida podamos ver todas estas cosas en detalle, pero si no nos alcanzara el tiempo, veremos todo cuando Él venga; así que no es tan importante”.

Así que no es tan importante allá si no logran ver todo.

Y ahora, vamos a ver, el misterio del Séptimo Sello no lograron verlo porque no fue abierto, aunque le fue dicho a todos qué era la Venida del Señor. Pero ese misterio, por cuanto no fue abierto, entonces, vean ustedes, El que crecerá, al cual él le está preparando el camino, por cuanto no fue abierto ese misterio, no saben quién será El que vendrá después de él, El que va a crecer. Y si va a crecer, y el precursor va a menguar, entonces el precursor estaría llevando a cabo una Obra y luego vendría el precursado llevando a cabo la Obra que le corresponde llevar a cabo, y esa Obra es la que va a crecer.

¿Y por qué tiene que crecer esa Obra? Porque de esa Obra depende la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos. Porque la única esperanza para la Iglesia de Jesucristo es la Venida del Señor para este tiempo final.

Dice el reverendo William Branham que después de la Obra de Redención de Cristo en la Cruz del Calvario, todo descansa sobre la Segunda Venida de Cristo.

Y ahora, este misterio del Séptimo Sello, por cuanto no fue abierto en aquel tiempo, el pueblo que estuvo con el precursor de la Segunda Venida de Cristo no pudo comprender lo que será, cómo será y cuándo será, y dónde será, y quién será.

Él dice aquí: “Yo no sé quién será”. Y si él no sabía quién será, pues tampoco los que estaban en su tiempo sabían quién sería. Pero le está preparando el camino a uno que vendrá después de él, y que estará llevando a cabo una Obra que irá creciendo, irá en una forma progresiva. Y el misterio de esa Obra que estará llevando a cabo será revelado a los escogidos de Dios.

Miren ahora en la página 482 y 483 del libro de Los Sellos, dice: “Ahora…”. “Entonces encontramos que…” (no):

“194. Entonces, yo creo que para nosotros que no conocemos esto (o sea, el Séptimo Sello), no será conocido hasta ese tiempo, pero sí será revelado en aquel día, en la hora cuando debe ser revelado; lo que nosotros debemos hacer, es ser sumamente reverentes ante Dios, y servirle y hacer todo lo que sabemos hacer, y vivir vidas justas, vidas cristianas.

  1. Entonces encontramos que nos ha sido abierto el Sexto Sello, y lo vemos. Sabemos que el Séptimo Sello no puede ser abierto al público hasta que llegue esa hora. Ahora, hubo alguna razón por la cual Dios permitió la declaración de estos Siete Truenos, porque tiene que venir. Hallamos que Cristo, el Cordero, tomó el Libro en Su mano y abrió el Séptimo Sello, pero es un misterio escondido, nadie lo conoce; y eso cuadra exactamente con lo que Él dijo, que nadie conocería cuándo sería Su Venida. Tampoco conocerían nada acerca de este misterio de los Siete Truenos. Entonces esas dos cosas están unidas, de eso ya tenemos conocimiento, porque lo demás nos ha sido abierto, pero esto no. Pero sentado allá en el cuarto, vi esto abrirse y mostrar estos Siete Truenos. Ahora no más hasta allí podemos llegar”.

O sea que él vio abrirse ese…: “Pero sentado allá en el cuarto, vi esto abrirse y mostrar estos Siete Truenos”. Dice:

“196. Confío que cada uno sirva a Dios y hagan lo que es correcto; ámenle toda su vida y sírvanle, y Dios se encargará de lo demás.

  1. Ahora, en la Obra completa tenemos, por la gracia de Dios, todos los misterios de los seis Sellos que habían sido sellados, y sabemos y entendemos que el Séptimo Sello no será dado a conocer al público (esto es un misterio para los escogidos de Dios para el momento correspondiente).
  2. En la hora de Su Venida, cuando acontecerá la destrucción de la Tierra, ustedes saben, cuando le hicieron la pregunta en cuanto a cuándo sería la señal de Su Venida y del fin del mundo, en Mateo 24 (verso 3). Él les contestó eso y les habló de Israel estando de nuevo en su país, en el versículo 31; pero luego se fue a las parábolas (diciendo):

De la higuera aprended la parábola: Cuando ya su rama se enternece, y las hojas brotan, sabéis que el verano está cerca.

Así también vosotros, cuando viereis todas estas cosas, sabed que está cercano, a las puertas.

Mateo 24:32-33

  1. Está hablando de Israel en su propia patria. Pero, ¿notaron que Él no habla nada de la revelación de este Séptimo Sello; y también acá en Apocalipsis, en la apertura de los Sellos, también lo omitió? Vemos, pues, que es un misterio por completo, y la hora todavía no ha llegado para que se diera a conocer este misterio. Hemos llegado hasta aquí, y lo demás nos será dado allí: en el tiempo cuando aparezca Jesús nuevamente sobre la Tierra para llamar a Su Novia, o lo que llegue a suceder en ese tiempo”.

Él viene por Su Novia, por Su Iglesia.

Y ahora miren, página 469 [Los Sellos]:

“153. ¿Y notaron que dije que uno de esos ángeles era muy raro? Me pareció muy distinto a los demás. Estaban en una constelación con tres a cada lado y uno arriba; y el que estaba a mi lado, contando desde la izquierda hacia la derecha, ese sería el séptimo Ángel. Él era más brillante y significaba más para mí que los demás. Les dije que tenía el pecho así robusto y estaba volando hacia el Oriente. Les dije también que: “Me levantó, me alzó.” ¿Se acuerdan?

  1. Ahora, ¡aquí está! Era el que tenía el Séptimo Sello”.

Ese Ángel es el que tiene el Séptimo Sello.

Para los otros siete ángeles de las siete edades tener sus ministerios y cumplirse el misterio de Cristo en cada edad, tenía que estar aquí en la Tierra cada uno de ellos en la edad correspondiente; pero ahora los encontramos en esa nube formada por ángeles, en sus cuerpos teofánicos, y ahí también está en Su cuerpo teofánico este Ángel que era diferente a los demás.

Ahora podemos ver aquí que este misterio de este Ángel es el misterio del Séptimo Sello, es el que tiene el misterio del Séptimo Sello. Para lo - y para cumplir el Séptimo Sello, ese Ángel tiene que estar aquí en la Tierra; porque si el Séptimo Sello tiene que ser cumplido en la Tierra, pues tiene que estar el Ángel que tiene el Séptimo Sello.

Y para conocer el misterio del Séptimo Sello, ese Ángel tiene que llevar a cabo la Obra que le corresponde en este tiempo final.

Así que vean la bendición que la Iglesia del Señor Jesucristo en este tiempo final tendrá, en donde ya no tendrá ninguno de los siete ángeles mensajeros, pero tendrá una bendición muy grande bajo la manifestación del Séptimo Sello.

El Séptimo Sello tiene que cumplirse aquí en la Tierra; pero el reverendo William Branham dice en la página 472, dice [Los Sellos]:

“164. Noten bien el Mensaje del tiempo del fin (este Sello) ... (o sea, el Séptimo Sello) Él nos ha revelado los seis Sellos, pero no dice nada del séptimo. El Sello del tiempo del fin…”.

Vean cuál es el Sello del tiempo del fin: es el Séptimo Sello. Por lo tanto, el Mensaje que revela el misterio del Séptimo Sello es el Mensaje del tiempo del fin.

“[164]. El Sello del tiempo del fin, cuando empiece será algo completamente secreto, según la Biblia.

Cuando comience. Así como comenzó la Primera Venida de Cristo en medio del pueblo hebreo: era un secreto. Solamente José y María sabían que había nacido en Belén de Judea el Mesías (porque era el niño que nació por medio de la virgen María); y luego los pastores que llegaron siendo enviados por el Arcángel Gabriel, el cual les dijo que había nacido en Belén de Judea un Salvador, el cual es Cristo el Señor [San Lucas 2:8-11]. Y luego los magos o sabios que vinieron del oriente (de Caldea, por allá de Babilonia), y llegaron a donde estaba el Mesías, y ya tenía alrededor de 2 años de edad; por eso no lo encontraron en un pesebre, sino que lo encontraron en una casa [San Mateo 2:9-11].

Ya era tiempo que José tuviera una casa, no se iba a quedar allí en un pesebre. Era un hombre trabajador, era un carpintero; y siendo un carpintero, o tomó o le facilitaron una casa de la familia, o alquiló una, o construyó una; pero estaba en una casa el niño Jesús.

Y ahora, vean ustedes, fue un misterio el nacimiento de Jesús, fue un misterio aun estando en el vientre de María; fue un misterio la virgen, la mujer a través del [de la] cual vendría el Mesías, de la cual había profetizado Isaías en el capítulo 7, verso 14, cuando dijo: “La virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y se llamará Su Nombre Emanuel”. Y ahora, cuando le ponen por - el nombre, le ponen por nombre: Jesús. Parecía que el Arcángel Gabriel estaba contradiciendo lo que dijo el profeta Isaías, pero no lo estaba contradiciendo, sino que estaba dando a conocer el Nombre de Emanuel, el Nombre de Dios con nosotros. [San Mateo 1:21, San Lucas 1:31]

Y ahora, vean ustedes cómo todo eso se estaba cumpliendo; ese es el Séptimo Sello de allá de aquel tiempo, la Venida del Señor. Porque la Venida del Señor para el Día Postrero es el Séptimo Sello.

Vean, como cuando hubo - llego el tiempo para ser presentado al Señor —fue presentado a los ocho días—, y Simeón y Ana, dos ancianos, estuvieron allí presentes (uno… los dos estaban bien ancianos); y Simeón había recibido la revelación del Espíritu de Dios, de que no moriría hasta ver al Mesías. Y vean, ya ancianito vio al Mesías, y luego dijo: “Ahora despide a tu siervo en paz” [San Lucas 2:25-32]. Si Dios le dijo: “No morirás hasta que veas la Salvación de Israel, al Mesías”, es porque iba a morir; pero podía estar tranquilito Simeón, dormir tranquilo; y le podían decir:

—“Oye, te vas a morir de un momento a otro”.

—“No, eso no es así; yo sé cuándo me voy a morir”.

—“Pero cómo vas a saber tú cuándo te vas a morir, si casi nadie sabe cuándo se va a morir”.

—“Sí. Dios me dijo que yo no moriré hasta ver el Mesías. Cuando yo lo vea, entonces ya de un momento a otro me voy”.

Y cuando vio al Mesías, entonces dijo: “Ahora, Señor, despide a tu siervo en paz”. Ya ese día de seguro, cuando se recostó, le dijo a su familia:

—“Miren, hoy puede ser el momento, esta noche puede ser, o hoy puede ser el momento que yo tenga que partir”.

—“Pero, ¿por qué?”.

—“Porque ya mis ojos han visto la Salvación de Israel. Por lo tanto, hoy, mañana o pasado, no pasará este año sin que yo me vaya”.

Y ahora, Ana, una anciana, tenía más de 100 años; llevaba 87 años u 84 años, de 84 a 87 años viuda, y había vivido con su esposo 7 años. 84 y 7 son 91 años… había vivido con su esposo 7, o sea que desde que se casó hasta ese momento habían transcurrido 91 años, y se casaría (digamos que) de 15 años en adelante (para ponerle poca edad), de 15 a 20; si era de 15, pues ya tenía (¿cuánto?) 106 años como poco; si era de 20, pues tenía 111 años. Así que era profetiza también, así que algo le había revelado Dios.

Y siendo una anciana… Dice que estaba en el templo siempre, orando y ayunando [San Lucas 2:37]; mientras los jóvenes están comiendo y durmiendo, ella estaba orando y ayunando. Ahora, ella también vio la Salvación de Israel [San Lucas 2:38].

Luego, cuando ya se tiene que ir a Egipto… Vean por qué todo obra para bien.

Y ahora, Herodes, cuando vio que los magos sabios no volvieron a él para darle la noticia de que habían encontrado al Mesías (porque Herodes lo que quería era matar al Mesías siendo un niño) …Vean que no tienen piedad esas personas de esa clase así; no esperó que creciera para matarlo, sino que pensaba matarlo siendo un niño. Con un ejército viene para matar un niño, para hacerle la guerra a un niño. Ni siquiera tenía sus pantalones en su sitio (y de seguro no usaban pantalones como en este tiempo, así que…), no los podía tener en su sitio para, aunque fuera él mismo, hacerle frente a un niñito; tenía que venir con un ejército y lanzas y espada para matar a un niñito. ¿Ven que el diablo usando a esas personas no tiene compasión de nadie, ni de los niñitos?

Algunas personas piensan: “Bueno, es que es un niñito; no le van a hacer nada”. Si lo encontraban, lo iban a matar; pues mandaron a todos los niños…, porque dijeron: “bueno, es que hay tantos niños de 2 años más o menos, que cuál será el Mesías, de ellos; mátenlos a todos” [San Mateo 2:16-18]. Así pasó en el tiempo de Moisés, que mataban a los niños; cuando veía la partera que era un niño, por orden del faraón tenía que matar a ese niño, no podía nacer vivo. Y en ese tiempo fue que nació Moisés. [Éxodo 1:15]

Vean cómo el diablo, cuando sabe que el mensajero para una dispensación, Moisés y Jesús tenían que venir, seguida trata de hacer algo para acabar con todos los niños. Pero bajo el misterio del Séptimo Sello no hay problema, porque el diablo no sabe lo que es, ni cómo es; ni puede imitar ni puede hacer nada, porque no sabe lo que es.

Y ahora, ese misterio del Séptimo Sello Dios lo escondió bien en Su mente; y para el tiempo de Su manifestación, de Su cumplimiento, Su comienzo también será un secreto (dice el reverendo William Branham).

Por lo tanto, podrá pasar el Séptimo Sello en la Tierra en Su comienzo, cumpliéndose ya el Séptimo Sello, y nadie darse cuenta que el Séptimo Sello está en pleno cumplimiento en la Tierra; como estuvo en pleno cumplimiento la Venida del Mesías desde que nació en Belén de Judea. Aun desde que estaba en el vientre de María, ya estaba allí el Mesías; pero eso era un secreto.

Ya cuando comienza Su ministerio con el pueblo hebreo es que ya se revoluciona todo el pueblo, y se revoluciona la religión hebrea, y se revolucionan los líderes religiosos, y dicen: “Este Hombre hay que acabarlo. Este Hombre se va a llevar a toda la gente; miren, todo el mundo se va tras Él”. Y se le iban a quedar (¿qué?) las sinagogas y el templo vacío, porque todos se le iban a ir con Jesús; o sea, tenían miedo y celo de Jesús. Así que se iban a quedar sin gente, y eso significaba para ellos sin sueldo y sin dinero para comprar comida; y todo lo que habían estudiado iba a ser - a quedar sin uso.

Todo eso lo pensaban ellos. Y pensaban que entonces iban a venir los romanos, iban a destruir la ciudad de Jerusalén y el templo, e iban a tener todos esos problemas. Pero miren, todos esos problemas los iban a tener si rechazaban al Mesías. Y rechazaron al Mesías, y los tuvieron; lo que ellos temían les sucedió.

Y ahora vean ustedes, ellos no se dieron cuenta que ese era el Mesías. Y aunque ellos veían que nadie podía hacer aquellas cosas si Dios no estaba con él (por cuanto no estaba de acuerdo Jesús con ellos y ellos tampoco estaban de acuerdo con Jesús), no querían que prosperara la Obra de Jesús, no querían ellos que lo que Juan el Bautista dijo se cumpliera: “A Él le conviene crecer” [San Juan 3:30]. Ellos no querían que creciera Jesús en Su Obra correspondiente a Su Primera Venida.

Pero vean, aunque el diablo usó a esos líderes, de los cuales Jesús dijo en algunas ocasiones que eran del diablo, eso fue… [San Juan 8:44]; de seguro ellos se sintieron muy ofendidos, pero, si era la Verdad, Jesús se las podía decir.

Y ahora, vean ustedes cómo en los últimos tres años y medio de Cristo en la Tierra en el cumplimiento de Su Primera Venida fue que se conoció en medio de Israel (por algunas personas) que el Mesías estaba en la Tierra y tenía un ministerio, y era el que estaba llevando a cabo todas esas maravillas en medio del pueblo hebreo; pero, sin embargo, no lo recibió la religión de su tiempo, y las sectas de esa religión (la religión bajo la Ley, compuesta por las sectas: fariseos y saduceos, y otros más), vean, no lo recibieron; porque “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron” [San Juan 1:11].

Ahora vean, ese misterio de la Primera Venida de Cristo estaba tan oculto de los ojos de los sabios y entendidos, que no lo pudieron ver, no lo pudieron entender y recibir; pero le fue revelado a los niños, a las personas sencillas, y ellos lo recibieron. Cristo dijo: “Gracias Padre” o “Te alabo, Señor del Cielo y de la Tierra, que escondiste estas cosas de los sabios y entendidos, y las revelaste a los niños. Porque así te agradó”. Capítulo 11 de San Mateo, verso 25 en adelante.

Y ahora, si la Primera Venida de Cristo, de la cual en el Antiguo Testamento se dio mucha información y se supo que sería por medio de una virgen, y se supo que nacería en Belén de Judea, y hubo un sinnúmero más de profecías, y con todo y eso fue un misterio, ¿cómo será la Segunda Venida de Cristo?

Ahora, dice el reverendo William Branham: “Será en su comienzo - su comienzo será un misterio por completo”.

Y ahora, ese es el misterio bajo el Séptimo Sello, que será revelado a la Iglesia de Jesucristo; porque bajo el misterio del Séptimo Sello siendo cumplido en la Tierra se llevará a cabo la Obra de Cristo correspondiente a este tiempo final, y nos dará la fe para ser transformados y raptados en este tiempo final.

Y cuando se complete esa labor, cuando se complete o se cumpla plenamente ese Séptimo Sello, toda la Obra del Séptimo Sello, entonces…, y sean recogidos todos los escogidos de Dios…; vean que bajo la Séptima Trompeta son llamados 144.000 hebreos. Y lo que es la Séptima Trompeta para el pueblo hebreo es el Séptimo Sello para la Iglesia.

Bajo el Séptimo Sello son llamados y juntados los escogidos del Día Postrero en el Cuerpo Místico de Jesucristo; los últimos miembros del Cuerpo Místico de Cristo son llamados y juntados en la Iglesia de Jesucristo, pero toda esa labor está sellada bajo el Séptimo Sello.

Y en el cumplimiento del Séptimo Sello, a medida que vaya siendo cumplido, se va llevando a cabo toda esa labor; y la mayor parte de la gente no sabrá que se está cumpliendo el Séptimo Sello. Y dirán: “Ese es un movimiento de alguna persona, un movimiento religioso”, pero no se darán cuenta que es un movimiento del Espíritu de Dios llamando y juntando a Sus escogidos del Día Postrero; de entre los gentiles, primeramente, y después llamará y juntará los escogidos del pueblo hebreo.

Ahora podemos ver que bajo el misterio del Séptimo Sello se estará llevando a cabo una Obra muy importante en medio de la raza humana.

Vean lo que dice el reverendo William Branham; dice en la página 80 del libro de Los Sellos:

“[102]. Entonces salió el Cordero y Sus días de intercesión habían cesado, los días de mediación; entonces es cuando este Ángel aparecerá. Espere hasta que lleguemos a los sellos mismos y Él dirá: El tiempo no será más. Entonces entra a la media hora de silencio; y fíjense bien las cosas que sucederán durante esa media hora del Séptimo Sello, Dios mediante”.

Encontramos también en la página 81, que nos dice [Los Sellos]:

“108. Ahora fíjense bien: Entonces es Él, el Cordero, Quien toma Su lugar majestuoso cuando Sus santos llegan para coronarle Rey de reyes y Señor de Señores”.

Y encontramos en diferentes lugares que, con la resurrección de los muertos en Cristo y transformación nuestra, tendremos un Rey coronado; ahí es donde los santos le coronarán como Rey de reyes y Señor de señores.

Cuando apareció la señal del Hijo del Hombre en el cielo, allí lo encontramos (a Cristo) coronado por los ángeles; eso es lo que dice el reverendo William Branham con relación a esa señal en el cielo. Vean, en la - en el mensaje: “Yo había oído, pero ahora veo” [65-1127E “Yo había escuchado más ahora veo”, párr. 209], vamos a ver la página 39 lo que dice, en el verso 195, dice:

“[195] ¿Mostramos esas revistas y cosas, un año antes que ocurriera? La ciencia está perpleja con ello. Allí estaba el Señor Jesucristo coronado y con aquella peluca blanca tal como usted lo ve en la Biblia, en Revelación 1 y en Daniel, Juez Supremo de Cielo y Tierra”.

Y ahora, ¿dónde se corona a la persona? Pues en la cabeza.

Veamos aquí en el mensaje: “Tratando de hacer servicio a Dios fuera de Su voluntad” [65-1127B “Tratando de hacer un servicio a Dios sin ser la voluntad de Dios”, párrs. 91-92], página 23 dice, hablando de esta nube de ángeles dice… cuando le fue dicho por el Ángel a nuestro hermano Branham, que tenía la foto en la mano, le fue dicho - y la estaba mirando, le dijo: “Voltéala hacia la derecha”. Él la tenía así mirándola, y le fue dicho: “Voltéala hacia la derecha”, y ahí se ve el rostro de Jesús formado por los ángeles. Y aquí tenemos la barba, y aquí tenemos el cabello blanco del Señor. Y ahora vamos a ver lo que él dice aquí, cuando le dice:

“[91] Dijo: Voltéalo derecho.

92 Yo Pensé, Quizás esa Voz quiere decir que lo voltee a la derecha. [En Inglés right, significa: correctamente o derecha. —Trad.] Y cuando lo hice, Uds. ven lo que es: La Cabeza (o sea, el Rostro) de Cristo, de Hofmann, a la edad de treinta y tres años”.

O sea, la pintura que hizo Hofmann de Cristo a edad de 33 años, así es como se ve en esta nube. Dice:

“[92] Miren, vean su barba negra, su rostro, sus ojos, su nariz y el resto. Vea la parte de Su Pelo aquí descendiendo. Y Él está cubierto con esa peluca del Ángel blanco, para mostrar que el Mensaje de Él siendo Dios, es la Verdad. Él es el Juez Supremo del universo, Juez Supremo del Cielo y la tierra. Él es Dios, y ninguna otra cosa sino Dios. Él es Dios expresado en forma humana llamado el Hijo de Dios, siendo el Hijo la máscara (o sea, siendo el Hijo el velo de carne a través del cual Él se manifiesta).

Y ahora podemos ver con más detalles cómo es que está formado el rostro del Señor, el cabello blanco del Señor y la barba del Señor. El Cabello blanco: el Ángel que era diferente a los demás; y la Barba aquí: los ángeles mensajeros de las diferentes edades.

Y ahora, esta es la señal del Hijo del Hombre en el cielo. Y él dice que fue coronado, Cristo ahí, por los ángeles. Y luego nos habla que Cristo será coronado como Rey de reyes y Señor de señores aquí en la Tierra; y ya está mostrado en el Cielo lo que Dios va a hacer aquí en la Tierra. Porque Él antes muestra en el Cielo lo que Él va a hacer en la Tierra.

Y ahora, Cristo, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo envuelto en una nube conforme a Apocalipsis, capítulo 10, dice el reverendo William Branham que es el Ángel del Pacto. En el libro de Los Sellos, capítulo 57 dice:

[16]. Y vi otro ángel fuerte descender del cielo, cercado de una nube, y el arco celeste sobre su cabeza...

  1. Ahora, si usted se fija bien, notará que esta persona es Cristo, porque aun en el Antiguo Testamento Él fue llamado el Ángel del Pacto; y Él ahora viene directamente a los judíos porque la Iglesia ha llegado a su fin. Bien, ahora continuando:

...y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.

  1. ¿Recuerdan el Ángel de Apocalipsis capítulo 1? Este es el mismo. Un ángel es un mensajero, y él es un mensajero a Israel. ¿Ve usted? La Iglesia está a punto de ser raptada, Él viene por Su Iglesia”.

El Ángel Fuerte que desciende del Cielo, Cristo, el Ángel del Pacto, viene para el pueblo hebreo, pero primero tiene que venir por Su Iglesia, porque Él detuvo su trato con el pueblo hebreo a la mitad de la semana setenta y se tornó a los gentiles. Y Él no puede tornarse al pueblo hebreo y tratar con el pueblo hebreo estando tratando con los gentiles.

Por lo tanto, Él tiene que llevar a cumplimiento toda Su Obra entre los gentiles, Obra que Él está llevando a cabo en la creación del Israel celestial, la creación de Su Iglesia.

Y ahora, en la creación de Su Iglesia lo que Él está llevando a cabo es la creación de una Nueva Raza; y por eso es que el primeramente nos da el cuerpo teofánico. Cuando creemos en Cristo como nuestro Salvador, lavamos nuestros pecados en Su Sangre y recibimos Su Espíritu Santo, así recibimos el nuevo nacimiento y recibimos el cuerpo teofánico de la sexta dimensión.

Y para el Día Postrero en adición nos dará el cuerpo físico eterno y glorificado, y entonces estaremos en la Nueva Creación completos: con el cuerpo físico eterno y glorificado y con el cuerpo teofánico dentro del cuerpo físico. Y así estaremos con un cuerpo glorificado igual al cuerpo de Jesucristo nuestro Salvador.

Porque Él es la cabeza de esa Nueva Raza. Si Él es la cabeza, entonces seremos a Su imagen y a Su semejanza; y ya saldremos de lo último que nos queda de la antigua raza, ya saldremos de lo último que nos queda del primer Adán, y seremos plenamente igual al Segundo Adán.

Ahora, Él lleva - llega a la culminación de Su Obra en y bajo el Séptimo Sello. Bajo el Séptimo Sello es que Él realiza Su Obra final, en donde todos llegaremos a la perfección, porque todos llegaremos a ser a imagen y semejanza de Cristo nuestro Salvador.

Y ahora, así como la Primera Venida de Cristo, vean ustedes, nos ha dado la bendición de obtener el nuevo nacimiento y obtener un cuerpo teofánico de la sexta dimensión, Su Venida bajo el Séptimo Sello nos dará la bendición de recibir el cuerpo físico eterno y glorificado.

Vean, la Venida del Señor tiene dos partes, y por consiguiente hay dos partes importantes en el Programa de la Redención: es la bendición de recibir el cuerpo teofánico, primeramente, y después el cuerpo físico eterno y glorificado.

Sin la Segunda Venida de Cristo no hay cuerpo físico eterno y glorificado para ninguna persona; ni siquiera para los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia, y mucho menos para las personas que pertenecen a esas edades bajo el ministerio de esos mensajeros.

Y ahora, hay un misterio muy grande ahí para poder obtener el cuerpo eterno inmortal y glorificado.

Cristo, el Ángel del Pacto, toma de la diestra del que está sentado en el Trono el Libro de los Siete Sellos, el Libro sellado. Él, cuando termine Su Obra aquí bajo el Séptimo Sello y complete a Sus escogidos y así se complete Su Iglesia, habrá hecho la intercesión hasta por el último de los escogidos de Dios en el Trono de Intercesión en el Cielo.

El recogimiento de los últimos escogidos de Dios ya hemos visto que es por medio del ministerio del Espíritu Santo de Cristo, el Ángel del Pacto, a través de Su Ángel Mensajero, enviado con la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino llamando y juntando los escogidos del Día Postrero.

El Mensaje del Evangelio del Reino gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo; así como el Mensaje del Evangelio de la Gracia gira alrededor de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario, para recibir el bautismo del Espíritu Santo y así recibir el nuevo nacimiento y recibir el cuerpo teofánico de la sexta dimensión.

Y ahora, para este tiempo final, cuando se complete el número de los escogidos de Dios, se habrá completado toda esa labor que Cristo llevaría a cabo para recoger Sus escogidos y que nazcan Sus escogidos en el Reino de Dios y obtengan sus cuerpos teofánicos. Y luego viene la Obra de Reclamo, donde Él reclamará todo lo que Él ha redimido con Su Sangre, y resucitará a los muertos en Cristo y a nosotros nos transformará.

Ya cuando eso suceda, ya estarán completos en el Cuerpo Místico de Cristo todos los escogidos de Dios, estará completo el Cuerpo Místico de Cristo.

Y ahora, cuando eso suceda, Cristo adoptará al mensajero que esté en el Día Postrero en la Edad de la Piedra Angular, el mensajero que Él esté usando para manifestarse, y por medio de ese mensajero llamar y juntar a Sus escogidos del Día Postrero; como usó a cada mensajero de cada edad, y llamó y juntó a los escogidos de cada edad en el territorio correspondiente a cada edad.

Ahora, por cuanto el Séptimo Sello está ahí cerrado: el misterio del territorio, el misterio del instrumento que Él usaría, el misterio del Mensaje que él predicaría y el misterio del pueblo que él llamaría (por cuanto está todo sellado bajo el Séptimo Sello), vean ustedes, nadie lo conocería; pero Cristo cumpliría ese misterio, Cristo llevaría a cabo la Obra bajo ese Séptimo Sello; y cuando se complete esa Obra, vendrá la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos.

Y ahora, así como fue un privilegio para cada persona y cada ministro trabajar en la Obra de Cristo de cada edad, y fue un privilegio para el mensajero de cada edad trabajar en la Obra de Cristo en cada edad bajo el Sello que se estaba cumpliendo en cada edad; encontramos que para nosotros es un privilegio grande trabajar en la Obra de Cristo, y trabajar con toda nuestra alma, con amor divino.

Y ahora, miren ustedes, un privilegio y bendición que no tuvieron en edades pasadas lo tenemos nosotros, y es: conocer cuál es nuestra edad, cuál es nuestro Mensaje, cuál es el Ángel Mensajero, y cuál es el territorio, y cuáles son la gente que llamaría y juntaría en este tiempo final, dónde estarían.

Porque es como ir al… al mar, a pescar: un pescador que sepa dónde están los peces, no pierde tiempo. Otras personas dirán: “Mira, aquí hay mucha agua”. Hay mucha agua en todo el mar, pero lo que va a buscar no es agua sino peces. Por lo tanto, el pescador que tiene el conocimiento de en qué área están los peces, pues va a ese lugar y consigue peces. Y usted ve a otras personas que tiran su anzuelo y no sacan nada, o tiran sus nasas y no sacan nada. ¿Por qué? Porque no saben dónde están.

Algunas personas podrán decir: “No, si todo eso es agua, todo eso es mar, y ese es el territorio de los peces. En todo ese mar hay peces”. Claro que hay peces. Pero los peces, así como la gente, tienen sus lugares, tienen sus lugares donde ellos principalmente se mantienen; y los buenos pescadores conocen esos lugares.

No dijo Cristo a Sus discípulos: “Venid en pos de Mí, y Yo os haré pescadores de hombres” [San Mateo 4:18-19]. ¿Y no dice que en el fin del siglo el Hijo del Hombre enviará Sus Ángeles para llevar a cabo esa labor? O sea que todavía hay pesca. Eso está en San Mateo, capítulo 13, verso 47 al 50, donde dice, vamos a ver:

“Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces;

y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera.

Así será al fin del siglo: (¿cómo será al fin del siglo? Así:) saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos,

y los echarán en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes”.

O sea que habrá una pesca milagrosa. Y bajo la dirección de esa pesca estará el Espíritu Santo en los Ángeles del Hijo del Hombre, que son los ministerios de Moisés y Elías, el ministerio de los Dos Olivos manifestados en el Ángel del Señor Jesucristo.

Vean ustedes, a través de las diferentes etapas… Por ejemplo, en el tiempo de los apóstoles y también en el tiempo de los ángeles mensajeros, por cuanto Cristo los hizo pescadores de hombres, así como Pedro y los - Juan, y Santiago, y otros, eran pescadores…

Miren ustedes, cuando resucitó Cristo, encontramos que todos estaban turbados, aunque ya habían visto a Cristo; y en una ocasión por allá por el capítulo 21 de San Juan, miren lo que sucedió ahí [verso 1]:

“Después de esto, Jesús se manifestó otra vez a sus discípulos junto al mar de Tiberias; y se manifestó de esta manera:

Estaban juntos Simón Pedro, Tomás llamado el Dídimo, Natanael el de Caná de Galilea, los hijos de Zebedeo, y otros dos de sus discípulos (ya ahí terminó. Y luego de eso, dice:).

Simón Pedro les dijo: Voy a pescar…”.

O sea, “voy a trabajar”, porque ese era el trabajo de Pedro. Y como ellos están aquí en Tiberias, en el - junto al mar, pues ahí hay peces, y tenían que comer; y por ahí, pues tenían embarcaciones. Y si no eran las de Pedro o las del padre de Juan y Santiago, pues los pescadores entienden: “Mira, préstame tu lanchita, que tengo que ir a pescar para aquí - para comer algo nosotros, que no tenemos nada”. Y si eran las embarcaciones de ellos, pues tampoco tenían problemas.

“Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo”.

Y ahora, siendo Pedro y los apóstoles hechos pescadores de hombres por Cristo, esto aquí físico tipifica lo espiritual. Y recuerden que Pedro era el que tenía las Llaves. Y recuerden que como el Evangelio vino de los hebreos a los judíos ¿cómo? - de los judíos a los gentiles ¿cómo? Por medio del ministerio de Pedro, primeramente (que le predicó a los gentiles en la casa de Cornelio) [Hechos 10:1-48]), y luego por medio de San Pablo, el cual fue enviado a los gentiles [Hechos 22:17-21].

Así como vino el Evangelio por medio de Pedro y Pablo a los gentiles, el Evangelio retornará a los hebreos ¿cómo? Por medio de Moisés y de Elías. O sea que en Pedro y Pablo se refleja el ministerio de Moisés y de Elías.

Y ahora vean ustedes, Pedro dice: “A pescar; voy a pescar”. Y ahora los Ángeles del Hijo del Hombre en San Mateo, capítulo 13, verso 47 al 50, salen a pescar, tiran las Redes. Pero recuerden que una red grande es bueno que haya muchas personas trabajando, ayudando, porque después también los beneficios son para todos.

Y ahora, para el Día Postrero, vean ustedes… Para aquellos días Pedro dijo: “Voy a pescar”, y fueron a pescar. Para - Después del Día de Pentecostés Pedro tiró la Red, y allí ¿cuántos fueron, Miguel?, ¿cuatro mil o cinco mil? [Hno. Miguel: cuatro… cuatro mil… el Día de Pentecostés…] Cuatro mil personas el Día de Pentecostés; tiró la Red... [Hno. Miguel: Tres mil, tres mil] Tres mil personas, y después la segunda ocasión fue que… [Hno. Miguel: cuatro mil], cuatro mil personas.

Vean, buen pescador también en el campo espiritual Pedro, y con él estaban los apóstoles (los demás pescadores) para recoger todos esos peces espirituales. Por eso el cristianismo está representado en el símbolo del pez o de los peces. Por eso dice: “Venid en pos de Mí, y Yo os haré pescadores de hombres”.

Y ahora, vean cómo iban con Pedro a pescar. El Día de Pentecostés pescaron mucho. Luego, en la segunda ocasión que Pedro predicó pescaron también muchos; y después ellos, vean ustedes, atendían todas esas personas que habían sido llamadas y juntadas en ese tiempo. Y el Señor iba añadiendo a Su Iglesia los que habían de ser salvos [Hechos 2:46-47].

Y ahora, por cuanto Pedro era el líder, en donde…, el que tenía las Llaves del Reino de los Cielos, pues a pescar iban del Día de Pentecostés en adelante bajo la dirección del Espíritu de Dios a través de San Pedro; era el líder allá en medio de la Iglesia entre los hebreos. Y luego el líder para la primera edad fue San Pablo.

Y ahora, entre los gentiles podían decir los ministros: “Pues a Pescar vamos con Pablo”. Y en cada edad podían decir los ministros: “A pescar vamos con nuestro mensajero: a pescar gente para nuestra edad, a pescar peces para nuestra edad y colocarlos en el Reino de Dios”.

Y ahora, para el Día Postrero: pues a Pescar nos vamos con los Ángeles del Hijo del Hombre enviados para tirar la Red y sacar la Red llena de peces. Y eso está representado aquí, en esta pesca que hicieron, en la cual Pedro fue el que tomó la iniciativa. Y recuerden que Pedro y Pablo representan para el Día Postrero a Moisés y Elías.

Y ahora, miren ustedes todo lo que sucedió [San Juan 21:3]:

“Simón Pedro les dijo: Voy a pescar. Ellos le dijeron: Vamos nosotros también contigo. Fueron, y entraron en una barca; y aquella noche no pescaron nada.

Cuando ya iba amaneciendo, se presentó Jesús en la playa; mas los discípulos no sabían que era Jesús.

Y les dijo: Hijitos, ¿tenéis algo de comer? Le respondieron: No.

Él les dijo: Echad la red a la derecha de la barca, y hallaréis. Entonces la echaron, y ya no la podían sacar, por la gran cantidad de peces.

Entonces aquel discípulo a quien Jesús amaba (o sea, ese era Juan el apóstol, el primo de Jesús. Porque Juan y Jacobo eran hijos de Salomé, y Salomé era hermana de la virgen María) dijo a Pedro: ¡Es el Señor! Simón Pedro, cuando oyó que era el Señor, se ciñó la ropa (porque se había despojado de ella), y se echó al mar.

Y los otros discípulos vinieron con la barca, arrastrando la red de peces, pues no distaban de tierra sino como doscientos codos (o sea que estaba cerquita).

Al descender a tierra, vieron brasas puestas, y un pez encima de ellas, y pan”.

¿Quién cocinaría? Pues Jesús. ¿Y quién pescaría? Pues Jesús. Y si no sacó algo de allí del mar, pues lo creó allí; así que no tenía ningún problema.

“Jesús les dijo: Traed de los peces que acabáis de pescar”.

O sea que iban a - tenían ya el fuego prendido, un pececito; pero como venían más personas, había que echar más peces al fuego (ahí al fogón, o sea, a las brasas de fuego) para que todos pudieran comer. O sea que iban a desayunar pescado.

“Subió Simón Pedro, y sacó la red a tierra, llena de grandes peces, ciento cincuenta y tres; y aun siendo tantos, la red no se rompió”.

Esos son peces escogidos. Cuando en el campo se consiguen los frutos más grandes y hermosos, pues son los frutos escogidos; son frutos de exportación (¿verdad?). Y también en esto de la pesca tenemos los peces grandes y hermosos, que son los mejores peces aquí.

Y ahora vean ustedes, 153 peces no es mucho, pero si son grandes, ya llena toda la red. Y ahora vean ustedes, la Red del Evangelio del Reino será llena por peces buenos; esos son los que el Ángel le estaba enseñando a nuestro hermano Branham para en la Tercera Etapa ser pescados; de peces se pasa a pescado. [Citas, pág. 12, párr. 97]

Y ahora vean ustedes, en la Tercera Etapa, que es la Palabra hablada… La Tercera Etapa, que es esa manifestación de Cristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, en el Día Postrero estará recogiendo esos buenos peces por medio de la manifestación de los ministerios, ya no solamente de Elías en su cuarta manifestación, sino de Elías en su quinta manifestación y de Moisés en su segunda manifestación: los Ángeles del Hijo del Hombre para tirar la Red y traerla a la orilla llena de peces grandes.

Y ahora, siendo que esos son peces escogidos, representa a los escogidos de Dios tanto de entre los gentiles como del pueblo hebreo, que son 144.000 hebreos.

Así que para este tiempo final tenemos la promesa de una pesca milagrosa. Y en esa pesca milagrosa, miren ustedes todo lo que Dios ha estado haciendo en la América Latina y el Caribe. Son peces escogidos.

Ahora podemos ver por qué, aunque visitó la América Latina y el Caribe (pero muy poco), el precursor de la Segunda Venida de Cristo no trabajó plenamente en la América Latina y el Caribe. ¿Por qué? Porque no podía tirar su Anzuelo o su Red para acá; Dios tenía reservado ese territorio para la Tercera Etapa, que es la etapa en donde Él llama y junta a Sus escogidos del Día Postrero para completar Su Iglesia.

Y después la Red será tirada para el este. La Red será tirada para el este, que es el pueblo hebreo, y pescará 144.000 hebreos, que serán los eunucos ¿y los guardianes del templo, verdad? Guardianes del templo [Apocalipsis 14:4, 570925 “Preguntas y respuestas Hebreos, parte I”, párrs. 39; 73-74, 60-1210 “Edad de la Iglesia de Filadelfia”, párr. 251].

Así que vean ustedes que hay una pesca milagrosa prometida para este tiempo final.

¿Y qué vamos a hacer o decir nosotros? ¡A pescar nos vamos este año 2000, para continuar esa gran pesca milagrosa! la cual está profetizada.

Ya, miren ustedes, ya ¿cuántos son?, ¿cientos o miles? Ya están en el Reino de Dios, pero todavía faltan más. Y después tiraremos la Red hacia el lugar que corresponde. Pero antes, ninguno puede estar diciendo: “No, yo me voy a ir a pescar para otro lado. Yo no voy a estar acá con ustedes, sino yo me voy para allá”. No se vaya para allá, porque al que le toca recibir esa revelación es al que tendrá el ministerio de los Ángeles del Hijo del Hombre.

Si se va una persona para allá, va a tratar de pescar y lo que va es a espantar los peces. Y uno que espanta peces, a ese nadie lo quiere (los pescadores), porque ese cada vez que trata de pescar lo que hace es espantar los peces; y cuando se mete al agua, comienza a caminar y espanta todos los peces. Así que sea un buen pescador y esté bajo la dirección del Espíritu de Dios.

El liderato del Espíritu de Dios siempre ha sido a través de un instrumento en cada edad. Cuando la gente ha hecho un sistema humano para dirigirse ellos mismos, han dejado la dirección del Espíritu de Dios. La dirección del Espíritu de Dios en cada edad ha estado siempre a través de un hombre, un mensajero.

Si encontramos el mensajero correspondiente a cada edad, hemos encontrado al Espíritu Santo dirigiendo a Su Iglesia en esa edad. Pero cuando la gente pone a un hombre, o ponen hombres para ser sus líderes, para ser los que los guíen, pues han dejado la dirección del Espíritu de Dios.

Pero cuando reconocemos al Espíritu Santo manifestado a través del mensajero correspondiente al tiempo de cada edad, pues hemos reconocido el liderato del Espíritu Santo en Su Iglesia en cada edad en el mensajero de cada edad. ¿Vieron lo sencillo que es todo?

Y ese líder, pues no lo pone un hombre, lo pone Dios. Los hombres ponen líderes, pero el Espíritu Santo pone un líder: su instrumento correspondiente a cada edad. Pero la gente pone muchos líderes, muchas cabezas; pero Cristo pone siempre, Su Espíritu Santo pone un hombre a través del cual Él manifestarse.

En algunas personas - o en algunas ocasiones ese hombre quizás no le puede decir al pueblo todas las cosas, porque todavía no ha recibido la revelación de esas cosas; y él estará hablando, pues de las cosas que él ha recibido. Algunos quizás digan: “Yo me voy a adelantar. Yo veo esto por aquí, así que yo voy a seguir solo”. Sigue solo, y cuando viene a ver, está más enredado que… que todo lo que usted pueda pensar.

Como, por ejemplo, hay un dicho que dice, cuando una persona está bien enredada, dice: “Tú estás más enredado que una mosca en una tela de araña (o un mosquito en una tela de araña)”, y así por el estilo. Ustedes saben que cuando se enredan ahí, difícilmente salen. Y así les pasa a las personas que por su propia cuenta tratan de conseguir las cosas. Están caminando solos, porque no están caminando bajo la guianza del Espíritu Santo, porque la guianza del Espíritu Santo siempre ha sido a través del mensajero que Él envía para cada edad. Fuera, fuera de esa guianza, no hay otra guianza de parte del Espíritu de Dios.

Y ahora, cuando salen a pescar, si no están bajo la guianza del Espíritu Santo, están pescando solos. Y miren ustedes, los discípulos - Pedro y los discípulos salieron a pescar, pero sin la guianza de Cristo; no pescaron nada. Toda la noche pescando y no pescaron nada, pero cuando Cristo les dijo: “Tiren la red hacia la derecha de la barca, y hallaréis”, o sea que esa es una Palabra, eso es un ASÍ DICE EL SEÑOR. “Y hallaréis”.

O sea que vuestro trabajo en el Señor no es en vano [1 Corintios 15:58]. Nuestro trabajo ¿en qué? En el Señor. Pero el trabajo que ellos habían hecho por su propia cuenta, miren, fue en vano; se cansaron, y no tuvieron ni un pescadito para comérselo y desayunar.

Pero es ahora, cuando está amaneciendo, que la pesca milagrosa se lleva a cabo: y es ahora, cuando está amaneciendo espiritualmente, que la pesca milagrosa se lleva a cabo.

Estamos en el tiempo más glorioso de todos los tiempos, en el tiempo en que la Obra del Séptimo Sello se está llevando a cabo. Y recuerden que los Sellos al y para ser abiertos, primero tiene que cumplirse la Obra. Y Cristo, vean ustedes, ha llevado a cabo Su Obra correspondiente a las diferentes edades, y podemos ver lo que sucedió bajo esos Sellos que fueron cumplidos en las siete edades.

Y ahora, para Cristo levantarse del Trono de Intercesión en el Cielo, tiene que Su Obra de Intercesión llegar a Su final. Y eso sucede con… eso sucede con la entrada del último de los escogidos a la Red del Evangelio, y al Cuerpo Místico, por consiguiente, de Jesucristo nuestro Salvador, o sea, a la Iglesia de Jesucristo.

Ahora, la Iglesia de Jesucristo está en la Edad de Oro, la Edad de la Piedra Angular, y están llegando a la Edad de Oro los escogidos, están siendo recogidos —por eso es que trabajamos en la Obra de Cristo—; y eso representa estar pescando en este tiempo final, pescando los peces grandes, los peces buenos, los escogidos de Dios.

Y en cada país pues son colocados en cada congregación, son establecidas las congregaciones, y son alimentados ahí los escogidos de Dios; y a medida que va viniendo, llegando el Mensaje, van recibiéndolo, ¿y qué está sucediendo ahí, cuando ellos están recibiendo el Mensaje? Pues están comiendo el pan espiritual de la Palabra de Dios. Porque no solamente de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios [San Mateo 4:4].

La Palabra de Dios que sale de la boca de Dios para cada edad la comen los escogidos de cada edad; ese es el alimento espiritual para los escogidos de Dios en cada edad.

Por aquí tengo algunas cosas, vamos a ver. Para hacer el rapto, o sea, para ser transformados y raptados, se necesita una cosa y es: la Palabra de Dios. El reverendo Wiliam Branham nos dice (vamos a buscar aquí) …, nos dice que necesitamos la Palabra para hacer el rapto. Les voy a dar algunas citas: el mensaje “La Unión invisible”, y vamos a ver si lo tenemos por aquí. El mensaje “La Unión invisible”, página 41, el reverendo William Branham dice que necesitamos…necesitamos que la Palabra se haga carne en nosotros [65-1125 “La Unión Invisible de la Novia de Cristo”, párrs. 267-268]. La Palabra se hace carne ¿cómo? A medida que la recibimos, a medida que recibimos la Palabra se hace carne en nosotros.

Y ahora, una cosa muy importante es saber cuál es la Palabra prometida para nuestro tiempo; porque si no conocemos cuál es la Palabra prometida para nuestro tiempo ¿qué palabra se va a hacer carne en nosotros?, ¿qué palabra vamos a recibir entonces?

Vamos a ver… Para hacer el rapto necesitamos la Palabra. En la página 51 y 52 del mensaje “Probando Su Palabra” [64-0816 “Probando Su Palabra”, párrs. 236], nos dice…, dice:

“[236] … ahora vigile de cerca, “como en los días de Sodoma, así será en la venida del Hijo del Hombre, cuando el Hijo del Hombre sea revelado”. Nunca más como una iglesia; la Iglesia es llamada, “En ese día que el Hijo del Hombre será revelado”. ¿Qué? Unir la Iglesia a la Cabeza, unir, el casamiento de la Novia. El llamado del Novio vendrá justo a través de esto, cuando el Hijo del Hombre descenderá y vendrá en carne humana para unir a los dos. La Iglesia tiene que ser la Palabra, Él es la Palabra, y los dos se fusionan juntos, y, para hacer eso, tomará la manifestación de la revelación del Hijo del Hombre. No a un hombre del sistema eclesiástico. ¿Ve lo que quiero decir? ¿Ve?, es el Hijo del Hombre, Jesucristo descenderá en carne humana entre nosotros, y hará Su Palabra tan real que esta unirá la Iglesia y Él como uno, la Esposa, entonces ella se irá al Hogar, a la Cena Nupcial. Amén. Ella ya está unida ya, nosotros vamos a la Cena Nupcial, no a las bodas. “… sienta su carne… padezca entre la carne de hombres poderosos, porque la boda del Cordero ha llegado”. Pero el Rapto nos lleva a la Cena Nupcial. Cuando la Palabra se une, aquí, con la persona, y ambos vienen a ser uno. Y ¿qué hace entonces? Manifiesta al Hijo del Hombre otra vez, no a los teólogos eclesiásticos. ¡El Hijo del Hombre! La Palabra y la Iglesia vienen a ser uno. Todo lo que el Hijo del Hombre hizo, Él era la Palabra, la Iglesia hace la misma cosa”.

Y ahora, tenemos la promesa de la manifestación del Hijo del Hombre dos veces. La página 22 del libro de Citas, y 23, dice (verso 183 de la página 22 del libro de Citas dice):

183 - “El hijo del hombre está ahora siendo revelado desde el Cielo. ¿Vendrá después de un tiempo, hermano Branham? Es ahora. Y yo deseo no hacer esto tan personal en esta reunión, espero que su espíritu dentro de usted que es dado por Dios, pueda leer lo que estoy hablando. El Hijo del Hombre ya ha venido de Su gloria y se está revelando a Sí mismo por los cuantos años pasados a Su Iglesia en Su misericordia; enseñándoles Su gran presencia, haciendo las mismas cosas que El hizo cuando Él estuvo aquí en la Tierra, revelándose a Sí mismo como Él lo hizo a Abraham antes de la destrucción. Él ha venido ahora en misericordia revelándose a Sí mismo a la Iglesia; se han reído y lo han escarnecido. La siguiente vez que Él se revele a Sí mismo, será en el juicio al mundo y las naciones que se olvidaron de Dios y pecaron su manera de gracia... Su Día de Gracia”.

O sea, Su Día de la Dispensación del Reino - de la Dispensación de la Gracia.

Y ahora, ¿qué es esta Venida o manifestación del Hijo del Hombre? Página 147 del libro de Citas, dice el verso 1310:

1310 “Ahora, Jesús mismo dijo: En el día cuando el Hijo del Hombre se esté revelando, en otras palabras, el Hijo del Hombre, el ministerio de Jesucristo Mismo.’”.

Es el ministerio de Jesucristo mismo manifestado el que cumple la Venida y manifestación del Hijo del Hombre.

Y cuando el ministerio de Cristo esté manifestado en el Día Postrero y esté acompañado con los ministerios de Moisés y de Elías, ya esa es una manifestación final para la Iglesia en una nueva edad, La Edad de la Piedra Angular, la Edad de Oro; y con esa manifestación es que completa los escogidos del Día Postrero en Su Iglesia, y luego ahí es donde cambia de Cordero a León, en esa manifestación. Y cambia, de Dispensación de la Gracia a Dispensación del Reino.

Ahora, se requiere tener, tener la Palabra para hacer el Rapto, la Palabra de Cristo, del Hijo del Hombre, revelándonos Sus misterios, para así ser alimentados e ir creciendo, y llegar a madurez y llegar así a la estatura de un varón perfecto.

Hay un mensaje que estoy buscando por aquí, es el mensaje “La Unión Invisible de Cristo y Su Iglesia”. Es probable que se haya quedado allá en la oficina. En ese mensaje es que él… aquí lo tengo. Página… página 40 y 41, vamos a ver qué página de estas es. En la página 40 dice [65-1125 “La Unión Invisible de La Novia de Cristo”, párrs. 255-270]:

“255 En el principio Ud. era la simiente, por su primer matrimonio. Ahora Ud. sabe lo que es cierto. Exactamente como yo dije del aguilucho, cuando él oyó la Voz del Novio, él fue a Él, la Palabra de Dios, ungida y vindicada, para los días finales.

256 Noé fue la Palabra vindicada para su día. ¿Creen eso? [La congregación dice: Amén. —Ed.] Bueno, hoy su mensaje no funcionaría.

257 Moisés fue la Palabra vindicada para su día. ¿Creen eso? [La congregación dice: Amén. —Ed.] No funcionaría para hoy. (No funcionaría ahora) Jesús…

258 Juan fue la Palabra vindicada. ¿Creen eso? [La congregación dice: Amén. —Ed.] No funcionaría en los días de Jesús. Con certeza que no. No, señor. La ley y los profetas, hasta Juan; desde entonces el Reino de los Cielos”.

Y así sigue hablando, dice [65-1125 “La Unión Invisible de La Novia de Cristo”]:

“259 ¡Los apóstoles, esos que manifestaron la Biblia! Aquí sale Lutero, en la reforma, su iglesia no funcionará hoy día. La de Wesley no funcionaría; tampoco la pentecostal. Funcionó en sus días.

260 Pero es otro día. Esta es la apertura de los Siete Sellos”.

Dice el verso 205:

“261 Ahora noten, la Palabra ungida de su día, de la cual Uds. son una parte, por predestinación”.

Por eso es que las personas de cada edad, cuando la Palabra ungida de su día se cumple en el mensajero, pues ¿qué pasa? Los que han sido elegidos y predestinados son parte de esa Palabra desde antes de la fundación del mundo, y cuando es manifestada en el mensajero, aparecen los que fueron allá predestinados con esa Palabra; son parte de esa Palabra, son simiente de Dios.

Y ahora vamos a ver en el verso 209, aun un poquito antes, vamos a ver… 207 dice:

“262 El Novio, quitó tu bochorno, “y lo puso en el Mar del Olvido, por el lavacro del Agua de la Palabra y la Sangre de Su Vida”; eso es lo que la Biblia dice. Tu primer esposo con el cual estabas casado, el mundo, el Novio ungido, el cual te preordenó, te ha lavado por medio del lavacro de las Aguas. Por ¿la iglesia? [La congregación dice: “No”. —Ed.] Eso no suena correcto. ¿O suena correcto? [“No”.] Posiblemente encuentres eso en el almanaque, pero no en la Biblia de Dios. “Por el lavacro del Agua de la Palabra”; ¡y la Palabra!

“263 Estás parándote completo justificado, como si nunca lo hubieses hecho en el principio (o sea, como si nunca hubieses pecado): Éste es mi Mensaje para la Iglesia ahora. Según Uds.… según nos vamos del aire, solo un minuto. Estás parándote, estás parándote en la Palabra de Dios y con la Palabra de Dios, cada amén, cada tilde, cada título. ¿Dónde estás parado? Yo estoy tratando de decirles: arránquense de esos forros. Y salgan aquí afuera, en el trigo, donde Ud. puede madurar delante del Sol. Oigo la venida de la siega”.

Y el forro es la séptima edad, la Edad de Laodicea. El que se queda en la séptima edad, la Edad de Laodicea, se quedó en el forro, pero no está en el Trigo. El Trigo sube a la Edad de la Piedra Angular, para madurar con la Luz del Sol de Justicia saliendo en un nuevo día, en un nuevo día dispensacional.

Vamos a ver aquí. Vamos a ir un poquito más abajo, dice (211, verso) [65-1125 “La Unión Invisible de La Novia de Cristo”]:

“268 ¡Oh, esa unión espiritual de Cristo en Su Iglesia ahora, cuando la carne se está convirtiendo en Palabra y la Palabra está convirtiéndose en carne, manifestada, vindicada! Justo lo que la Biblia decía que acontecería en este día, está ocurriendo, día por día. Claro, se está acumulando tan rápidamente, fuera en esos desiertos, y cosas acontecen, que yo no podría ni aun ir al paso de ellas. Estamos cerca de la Venida de Jesús, para ser unidos con Su Iglesia, donde la Palabra se convierte en la Palabra. ¡El llamado del Espíritu Santo, escudriñando los corazones!

269 Estás parándote completamente. Nunca pecaste, en primer lugar. Dios ni lo sabe; está en el Mar del Olvido. Ud. nunca lo hizo. Fuiste acusado de ello, por el acusador. Pero realmente, desde el principio, estabas predestinado para ser hijo o hija de Dios. Estás parado ahí, lavado. Y tu antiguo libro de divorcio es puesto fuera, y es muerto, absolutamente fuera de la existencia, aun (en o) de la mente de Dios.

270 Eres la Novia virtuosa de Cristo, lavada en la Sangre de Cristo. Preciosa, virtuosa, sin pecado, El Hijo de Dios parándose con una Novia-Palabra”.

Y ahora vamos a ver otro lugar. Ya vimos que necesitamos la Palabra para hacer el rapto. Ya vimos aquí que la Palabra se hace carne, tiene que hacerse carne, se va haciendo carne en nosotros. Vamos a ver este misterio, para que así cada uno permita que la Palabra se haga carne en su vida.

Vamos a ver en el mensaje “Fe perfecta” qué nos dice, en la página 16 y 25 y 26; vamos a la 16 primero, y después ustedes leen la 25 y la 26… [63-0825E “La Fe Perfecta”, párr. 93]

CORTE DEAUDIO

[93] “… Palabra. Y Ud. llega a ser la Palabra a medida…”.

CORTE DEAUDIO

¿Y cómo vamos a recibir la Palabra? En la página 83, 84 y 85…, pero vamos a leer solamente la 85 del mensaje “Tratando de hacer servicio a Dios” [65-1127B “Tratando de hacer un servicio a Dios sin ser la voluntad de Dios”, párr. 313]… aquí hay que leer… la página 83, vamos aquí, dice:

“313 Cristo es nuestra arca, la Palabra. Ellos quisieron traer su denominación”.

Esto fue cuando David fue a llevar el arca a su ciudad y la colocaron en un carro de bueyes: eso representa colocar la Palabra en una denominación.

“[313] Él no puede, noten, no puede ser llevado en carros nuevos denominacionales, Su Mensaje no puede ir sobre en el carro de una nueva denominación cuando Él está supuesto a estar contenido y venir en el corazón de un profeta”.

Entonces la Palabra que se tiene que hacer carne en la Iglesia de Jesucristo como Cuerpo Místico en cada miembro del Cuerpo Místico de Cristo, ¿cómo tiene que venir? En el corazón de un profeta; porque toda Palabra y toda revelación divina tiene que venir por medio de (¿qué?) de un hombre, de un profeta. “Porque no hará nada el Señor Jehová, sin que antes revele Sus secretos a Sus siervos Sus profetas”. Amós, capítulo 3, verso 7.

Por lo tanto, la revelación de los Siete Truenos, que dan la revelación, que dan a conocer el misterio del Séptimo Sello, que abre el misterio del Séptimo Sello como lo están esperando las personas que han recibido el Mensaje del reverendo William Branham…

El que no lo esté esperando en esta forma establecida por la Palabra de Dios: esa revelación viniendo a un profeta, pues nunca recibirán la revelación de los Siete Truenos que dan a conocer el misterio del Séptimo Sello; y, por consiguiente, nunca tendrán la Fe de Rapto, la revelación para ser transformados y raptados, e ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Porque la Fe de Rapto está ¿dónde? En los Siete Truenos revelando el misterio del Séptimo Sello; porque ese es el misterio que revelan los Siete Truenos, y los Siete Truenos es la Voz de Cristo, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo clamando como cuando ruge un león y siete truenos emitiendo sus voces.

O sea que estar escuchando los Siete Truenos es estar escuchando la Voz del Ángel Fuerte que desciende del Cielo. No hay otra forma para escucharlo. Y Cristo, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo, el Verbo, la Palabra, tiene que venir a Su Iglesia en el Día Postrero.

Y ahora, ¿cómo tiene que venir el Arca, la Palabra, Cristo, contenido? En el corazón de un profeta. Porque el corazón es el Trono de Cristo, de Dios, en el ser humano. Por lo tanto, tiene que venir en Su Trono, en el Trono de Cristo, en el Trono de Cristo de ese profeta, que es el corazón, el alma de ese profeta.

Por eso a través de la Biblia encontramos que la Palabra ha venido ¿cómo? A través de profetas, porque esa es la forma de venir el Arca del Pacto, Cristo, la Palabra.

Y ahora pasamos a la pág. 85 (leímos en la 83 al final y 84 al principio, y ahora pasamos a la página 85), dice [65-1127B “Tratando de hacer un servicio a Dios sin ser la voluntad de Dios”]:

“[318] Hay un solo Arca: ese es Jesucristo (o sea, hay una sola Arca, ¿y esa Arca es quién? Jesucristo), ¡y Él es la Palabra!

319 Noten, Dios le dijo al profeta, dijo: “Come el rollo”, en el Viejo Testamento”.

Ese fue a Ezequiel que le dijo así [Ezequiel 3:1-3]; y también Jeremías encontró las Palabras en el templo y las comió [Jeremías 15:16]. Y ahora, en el Nuevo Testamento, vamos a ver lo que él dice:

[319] “Él al profeta del Nuevo Testamento, Él le dijo: “Come el librito”. ¿Por qué? ¡Para que el profeta y la Palabra fueran uno! ¿Ve? Esa es el Arca, la Palabra de Dios”.

Y para que la Palabra y el profeta sean unos, le da el Librito. Y para que la Iglesia y cada miembro del Cuerpo Místico de Cristo sean uno con la Palabra, pues ese mensajero le da esa Palabra que él se come, y se hace esa Palabra, se hace ese Librito uno con él; ahora, le da esa misma Palabra, para que la Palabra y la Iglesia-Novia de Cristo se hagan una sola cosa, y para que cada uno de nosotros como individuos seamos una sola cosa con Él. Y así, vean ustedes, seamos una sola cosa con Cristo.

Así es como se hace carne la Palabra, así es como viene la Palabra tanto al Cuerpo Místico de Cristo en la Edad de la Piedra Angular y a cada uno de nosotros como individuos; sin esa Palabra, no podemos hacer el rapto.

Y esa es la Palabra que Cristo, el Ángel Fuerte, le da en ese Librito a comer a Su profeta del Nuevo Testamento; él se la come y se hace uno con esa Palabra, con ese Librito. Y se le da a comer a los escogidos de Dios y se hacen uno con esa Palabra, se hacen la Palabra; vienen a ser la Palabra hecha carne.

Y ahora vean el porqué queda grabado en videos y en folletos también el Mensaje del Día Postrero en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, para que pueda ser pasado ese Mensaje sin ser alterado a todo el Cuerpo Místico de Cristo.

Cualquier persona que dice: “No, si yo también he leído la Biblia, yo puedo también dar explicaciones”. Esa es la explicación suya. Pero nosotros necesitamos la revelación del Ángel Fuerte que desciende del Cielo con el Librito abierto en Su mano clamando como cuando ruge un león, y dándole ese Título de Propiedad, el Librito a ese profeta, para que se lo coma, para que pueda profetizar luego.

Y ahora, esa es la revelación divina, la Voz de Cristo clamando como cuando ruge un león y siete truenos emitiendo sus voces. Esa es la revelación que recibe el Ángel del Señor Jesucristo en el Día Postrero y esa es la revelación que le pasa a la Iglesia del Señor Jesucristo; él se come ese Librito, él lo escucha (a Cristo hablándole), él escucha los Siete Truenos, y él le transmite a la Iglesia de Jesucristo lo que él ha escuchado de parte de Jesucristo, de parte del Ángel Fuerte que desciende del Cielo. Y él se come ese Librito, ese Título de Propiedad.

Y al darle toda esa revelación a la Iglesia de Jesucristo, le da la oportunidad a toda persona que pueda recibir esa Palabra y hacerse uno con la Palabra: que la Palabra se haga carne en él y que la carne se haga Palabra, y así sea preparada la persona para ser transformado y raptado.

No es con palabras humanas que nos hacemos la Palabra y la Palabra se hace carne, sino es con la Palabra de Cristo, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo; y le da esa revelación, la escucha el Ángel del Señor Jesucristo, el profeta del Día Postrero, y recibe el Título de Propiedad y se lo come.

Sin ese Título de Propiedad no hay restauración para los hijos de Dios a todo lo que perdió Adán y Eva en la caída. Pero por cuanto estamos en el tiempo en que seremos restaurados a la vida eterna, pues tiene que ser regresado a la Tierra; a los que serán restaurados tiene que ser regresado el Título de Propiedad.

Por eso Cristo lo toma, lo abre en el Cielo y lo trae, ¿para quién? Para dárselo, dárselo a un hombre; y que ese hombre le dé a conocer a toda la Iglesia de Cristo el contenido, y así todos comamos ese Título de Propiedad para ser restaurados a la vida eterna.

Vean el porqué no pudieron ser restaurados a la vida eterna física los escogidos de edades pasadas: porque no era el tiempo todavía para ese propósito, y no se estaba cumpliendo en los tiempos pasados el Séptimo Sello.

Bajo el Séptimo Sello es que seremos todos restaurados a la vida eterna. Bajo el Séptimo Sello y Su Obra, y la Obra del Séptimo Sello, es que viene la Palabra prometida para el Día Postrero manifestada en carne humana, y para hacerse carne en ustedes y en mí; y así poder ser restaurados a la vida eterna.

Dice el reverendo William Branham que alrededor de la Palabra que recibió Abraham y Sara se materializó el nuevo cuerpo, la - se materializó ese rejuvenecimiento en Abraham y Sara. Y él dice: “Así será: la Palabra que recibimos, alrededor de esa Palabra, se materializará el nuevo cuerpo”. O sea que el que no tenga la Palabra no puede estar esperando el nuevo cuerpo, porque la Palabra no se ha hecho carne en él.

Pero puede decir: “Nosotros creemos la Biblia, y nosotros creemos o el Mensaje de Pablo, o el Mensaje de Lutero, o el Mensaje de Wesley o el Mensaje pentecostal”. Pueden creer todo lo que quieran creer, pero si no reciben la Palabra de Cristo para el Día Postrero que Él le da al mensajero del Día Postrero, no podrán hacerse - no podrá hacerse carne esa Palabra y ellos no podrán hacerse la Palabra, y por lo tanto, pues no podrá venir la transformación para sus cuerpos.

La Fe de Rapto está en los Truenos; y sin obtener la revelación que traen los Truenos, no hay Fe de Rapto. Por lo tanto, no hay transformación para las personas que no tengan esa Fe, esa Revelación del rapto.

Y solamente se puede recibir más arriba, en la Edad de la Piedra Angular. Por eso dijo: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas”. Eso es Apocalipsis, capítulo 4, verso 1. Y luego Apocalipsis 22, envía Su Ángel, para darnos a conocer todas estas cosas que deben suceder. Porque en el Ángel del Señor Jesucristo estará la Palabra haciéndose carne y la carne haciéndose Palabra. Y él compartirá con todos nosotros esa bendición.

Ahora, podemos ver que no es cosa de discusiones, no es cosa de tratar de ser el primero o tener un liderato, sino es cosa de: Cristo llevando a cabo la Obra del Séptimo Sello y nosotros reconociendo esa Obra de Cristo en este Día Postrero, y nosotros reconociendo esa manifestación de Cristo, el Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, a través del mensajero que Él tiene para el Día Postrero.

Y así estamos bajo el liderato del Espíritu Santo, de Cristo, el Ángel del Pacto; y así estamos bajo la Enseñanza de Cristo, el Ángel del Pacto; y así estamos escuchando la Voz de Cristo, la Voz de los Siete Truenos clamando como cuando ruge un león; y así estamos comiéndonos el Título de Propiedad; y así estamos bajo la Obra del Séptimo Sello en este tiempo final.

Ahora podemos ver que estamos viviendo en un tiempo muy importante en el cual tenemos que aprovechar para comer, pero comer no cualquier cosa: comer la Palabra que se tiene que hacer carne en nosotros.

Hay comezón de oír, dice San Pablo [2 Timoteo 4:3]; y también el Ángel se lo recordó al reverendo William Branham [57-0120M “La imitación del cristianismo”, párrs. 33-38]. Pero, vean ustedes, por cuanto hay comezón de oír, la gente busca para oír a cualquier persona que hable acerca de asuntos religiosos o que hable de cualquier otra cosa; pero los escogidos de Dios desearán escuchar una sola cosa: la Palabra de Dios, la Palabra de Cristo para este Día Postrero. La Palabra de Cristo para el Día Postrero, que es la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, la Voz de Cristo, la Voz del Ángel del Pacto clamando como cuando ruge un león y siete truenos emitiendo sus voces.

No queremos escuchar otras cosas. ¿Por qué? Porque otras cosas no nos van a producir la preparación para ser transformados y raptados, otras cosas no nos van a producir ese milagro de la Palabra hacerse carne en nosotros; si buscamos otras cosas, pues eso es lo que se va a hacer carne en nosotros, y eso no nos va a transformar.

Lo que nos prepara para ser transformados es que la Palabra correspondiente a nuestro tiempo se haga carne en nosotros como individuos; porque la transformación viene para ser manifestada alrededor de esa Palabra que está encarnada en los escogidos de Dios. Si no hay - si no está la Palabra encarnada, no habrá transformación para nosotros.

Por eso es que yo siempre les he dicho que no podemos perder tiempo hablando de nosotros mismos; porque el Mensaje, la Palabra, que se tiene que hacer carne, es la que trae el Ángel del Pacto, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo, el cual es el mensajero a Israel, y que viene por Su Iglesia, primeramente; para darnos Su Palabra, para darnos esa revelación contenida en Su Voz clamando como cuando ruge un león y siete truenos emitiendo sus voces.

Esa es la Palabra que nosotros necesitamos. Por eso ustedes notarán que aun en Puerto Rico yo algunas veces puedo estar y decirle a Miguel (o a cualquiera): “Colócate un video”, y yo me quedo estudiando, y me quedo estudiando o me quedo escuchando y apuntando también, porque no voy a hablar nada de mí mismo; y si hay una grabación que sea importante para ese momento, entonces algunas veces prefiero que sea escuchada y no tomarle el tiempo que los hermanos necesitan para que se haga carne en ellos esa Palabra.

Ahora, vean ustedes cómo se hace carne la Palabra. Ese mismo Título de Propiedad, así como se hace carne en el Ángel Mensajero que lo recibe, se hace carne en cada escogido que recibe esa Palabra.

Todos queremos ser transformados, ninguna - ninguno se quiere quedar aquí, porque aquí las cosas no van a estar muy buenas, pero hay otro lugar donde las cosas estarán super buenas, en una gran fiesta, la fiesta de las Bodas del Cordero, esa recepción gloriosa; por lo tanto, todos queremos estar allá.

Y por eso, tanto nosotros como ministros tomamos esa Palabra y no perdemos tiempo escuchando otras cosas, y le pasamos esa Palabra tal y como está —está en folletos y en videos—, y no perdemos tiempo dándole nosotros palabras nuestras, humanas, a la congregación. Ni los cansamos tampoco nosotros, para después, al final, ponerle un video, cuando ya están cansados; ni tampoco le ponemos un video, y después, al final, tomamos el tiempo para empezar a predicar o hablarles, y sacarles del corazón todo lo que oyeron en el video, porque no le sería de beneficio a ellos. Si hay algún anuncio que hacer al final, lo hacemos; si hay alguna cosita sencilla que darles a conocer, alguna actividad o algo, lo hacemos; pero queremos que se vayan con esa Palabra que escucharon ahí en el corazón, y esa Palabra se arraigue en el corazón, se haga carne plenamente en el corazón.

Ahora miren ustedes, en el tiempo de Moisés, ¿a quién venía la Palabra? Pues a Moisés. Cuando hay un profeta dispensacional, a nadie más llega la Palabra. Y cuando hay un profeta mensajero de una edad, a nadie más llega la Palabra sino a ese mensajero para esa edad.

Y ahora, en el tiempo de Moisés, encontramos que estaba Moisés, el pidió un ayudante, pero la Palabra vendría a Moisés y Moisés pondría en la boca de su ayudante esa Palabra. Pero su ayudante en una ocasión, juntamente con su hermana Miriam (y eran hermanos) dijeron en una ocasión…, por causa de que Moisés estaba casado con una mujer que no era del agrado de ellos por el color de la piel.

Y vean, criticar solamente el color de la piel de su esposa, y además hablar lo que hablaron, desagradó a Dios a tal grado, que Dios iba a quitar de existencia a Aarón y a Miriam [Números 12]. Y Miriam era una profetiza, hermana de… Era una profetiza, pero no era el profeta de esa dispensación; y los que profetizan tienen que estar sujetos al profeta. Y ahora, Aarón era el sumo sacerdote, pero estaba sujeto al profeta de esa dispensación.

Y ahora miren, por hablar lo que hablaron, criticaron el color de la piel de la esposa de Moisés … no se sabe que otras cosas dijeron, solamente está lo necesario ahí; o sea que era un asunto familiar (aparentemente), pero vean ustedes, Dios intervino en ese asunto familiar.

Y luego dijeron: “¿Pero no ha hablado Dios también por nosotros?”. Pues miren, Dios no había hablado por medio de ellos, sino por medio de Moisés; y Moisés puso en la boca de Aarón lo que tenía que hablar.

Así que no podían estar diciendo que Dios había hablado por medio de ellos; era por medio de Moisés el Mensaje para esa dispensación. Trataron de ocupar el lugar de Moisés, y eso no se puede hacer. Toda revelación viene por medio del mensajero para esa edad o para esa dispensación.

Y tratar de ocupar la posición de ese mensajero, o sea, tratar de obtener por sigo mismo revelación o revelaciones para sí mismo o para dárselas al pueblo, era meterse en el ministerio del profeta de esa dispensación o de esa edad, era convertirse la persona en un imitador; no había sido ungido para ese trabajo, y estaba tratando de ocupar la posición del mensajero de esa edad o de esa dispensación.

Y dice el reverendo William Branham que imitar a Moisés, tratar de imitar a Moisés esas personas, era muerte para ellas [64-0614E “El Raro”, párr. 74].

Y ahora, vean ustedes, Dios es muy celoso cuando Él coloca un ministerio en una edad o en una dispensación. Él solamente tiene uno para cada edad y uno para cada dispensación.

Y ahora, Dios encontramos que vindica al que Él ha enviado, y está con el que Él ha enviado. Y la Palabra que Dios coloca en el corazón y en la boca de ese mensajero es la que Dios respalda; y ese es el mensajero que es vindicado, confirmado por Dios como el mensajero de esa edad o de esa dispensación.

Los que tratan de ocupar su lugar se buscan un problema con Dios. Eso fue lo que sucedió con los que trataron de imitar al reverendo William Branham en las dos primeras etapas, donde el Ángel le mostró cómo pescar; y ahí en esas etapas, el Ángel le dijo: “La primera etapa fue la de la señal en la mano, y al tú mostrar en público esa señal, vinieron personas: vieron, y se pusieron a imitar. Y luego, la otra señal que fue dada, y tú la mostraste públicamente, luego vinieron imitadores también, comenzaron a imitar” [Citas, pág. 12, párr. 97].

¿Y qué causó todo eso? Un problema grande, porque la vista de la gente entonces se puso en todos esos imitadores y entonces le dieron de codo al verdadero mensajero de Dios, y luego criticaron al verdadero mensajero de Dios; y luego, lo echaron fuera de la séptima edad, y se quedaron ellos con la séptima edad. Pero no hay problema, la séptima edad no tiene promesas, es vomitada de la boca de Dios juntamente con todas esas personas; que vendrán diciendo: “Pero en Tu Nombre hicimos tal cosa, echamos fuera demonios, sanamos enfermos, hablamos lenguas”, todas esas cosas, pero vean ustedes dónde son colocados, y son echados a la gran tribulación.

El Ángel del Señor se molestó con Moisés, y vean, también se molestó con el reverendo William Branham. Le dice: “Lo que te dije que no hicieras, eso hiciste. Mira todo el montón de imitaciones que has causado”. O sea que eso fue un regaño, con amor, pero fue un regaño.

Y un regaño con amor duele más que un regaño en otra forma. Porque a un regaño en otra forma, algunas personas contestan y se desahogan; pero un regaño con amor, con qué puede contestar, sino como hizo el hermano Branham: pedirle perdón. “Señor, perdóname”, se… reconocer que lo hizo mal. Aun en una ocasión dijo: “Si Tú quitas Tu Espíritu y lo pones, lo das a otra persona”, porque se vio, él se sintió tan triste en algunas ocasiones, que hasta pidió eso, pero eso no es concedido nunca: el que es mensajero para una edad, tiene que terminar su ministerio; y después el Espíritu de Dios pasa a otro mensajero.

Antes de tiempo no podía pasar, tiene que pasar en el tiempo correspondiente; y él lo vio pasando de él a otro y hablándole a otro cuando lo vio en la Visión de la Carpa, en esa Tercera Etapa, que corresponde a la pesca de los peces grandes.

Bueno, miren todo lo que le mostró el Ángel, y todos los significados, los simbolismos, y cómo nos trae a este tiempo final.

Y ahora, nosotros nos encontramos en el tiempo más grande y glorioso de todos los tiempos; ninguno tratamos de ser grandes, el grande es Cristo, el Ángel del Pacto, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo; nosotros somos instrumentos de Cristo y queremos recibir Su Palabra, que se haga carne en nosotros y que se haga carne en nuestros hermanos que están en nuestras congregaciones; y que complete Cristo a Su Iglesia, y se haga carne en los que faltan por venir también. Y que todos seamos transformados.

Eso es lo que deseamos; eso es lo que yo deseo para todos ustedes, para todos los hermanos en las diferentes congregaciones, y también para mí y mi familia y la congregación donde Dios me ha colocado. No deseo nada más, por eso no me pongo a pelear con nadie, más bien sigo adelante; y si surgen situaciones o problemas en el camino, trato de que eso no me quite la paz ni me quite la comunión con Dios, y sigo hacia delante recibiendo la Palabra y dándola al pueblo.

Y cuando Dios pida cuenta a cada uno como individuo, y a cada ministro como ministro, ahí pues se arreglarán las cosas; o sea, ahí pues Dios arreglará cuenta, y entonces saldrá en la Obra y bajo la Obra del Séptimo Sello la historia suya como ministro o como colaborador en el Cuerpo Místico de Cristo, y la labor y obra de cada persona en el Cuerpo Místico de Cristo.

Yo trato de ayudarlos a todos, pero no me voy a poner a pelear con ninguno, con personas, sino: les amo con toda mi alma, les amo con amor divino y quiero lo mejor para todos ustedes. Así como yo quiero ser transformado, quiero que cada uno de ustedes también sea transformado.

Ustedes han estado a mi lado trabajando en la Obra de Cristo por muchos años (la mayoría de ustedes), y yo deseo que todos ustedes también estén en el glorioso Reino Milenial, y antes de eso en la Cena de las Bodas del Cordero, y antes de eso, pues estemos aquí en esa etapa que ha de venir, que seamos transformados y estemos en esa etapa de 30 a 40 días con esa manifestación plena de Dios en todos nosotros.

Así que, adelante sirviendo a Cristo, trabajando en Su Obra, evitando problemas los unos con los otros, y dándoles a las congregaciones la Palabra como ha salido, sin darle interpretaciones a Ella; porque la Palabra que se va a encarnar y que se tiene que encarnar para ser transformados, es la Palabra que sale de la boca de Dios; no las explicaciones humanas que puedan ser dadas humanamente, sino la revelación del Espíritu de Dios que viene para nuestro tiempo.

Así que aprovechemos bien el tiempo nosotros y también hagamos que nuestras congregaciones aprovechen bien el tiempo, para que se haga carne en ellos y en todos nosotros la Palabra de nuestro tiempo y seamos transformados lo más pronto posible.

Ya yo no quiero estar mucho tiempo acá, en esta dimensión terrenal, en este cuerpo; quiero estar ya pronto en el nuevo cuerpo. Y eso se logrará ¿cómo? Haciéndose carne en todos nosotros la Palabra correspondiente a nuestro tiempo; y no nos podemos ir de aquí hasta que eso ocurra hasta en el último de los escogidos de Dios.

Así que trabajemos conscientes de esta realidad. Nadie quiere ser un pastor para que las ovejas que pastorea vayan a quedar para la gran tribulación, sino que todos queremos ser pastores que nuestras ovejas (que Él, Cristo nos ha dado) sean transformados y sean llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Así que, donde usted desea ser llevado por Cristo, piense también en cada miembro de la congregación donde Dios lo ha colocado a él - a usted, para que así les tengan la Palabra a su tiempo; y sean siervos fieles y prudentes como pastores, teniéndoles el alimento espiritual a su tiempo para que se haga carne en ellos también.

Vean, ¿qué son nuestras células?, ¿qué es nuestro cuerpo? Pues células, y si… y a medida que comemos se van convirtiendo en células todos los alimentos que comemos; dejamos de comer, y ya comenzamos a ponernos flacos, y después nos morimos. ¿Por qué? Porque no hay con qué producir nuevas células, y todo se va agotando hasta que la persona se muere.

Ahora vean ustedes que hay un proceso, cómo hay un proceso físico, el cual tipifica el espiritual. Queremos llegar a la estatura de un hombre perfecto.

Y ahora, cuando ustedes quieren que sus hijos lleguen a la estatura de una persona adulta, ¿qué hacen? Llevar comida para la casa, que coman; y si los ve un poquito desanimados para comer, consigue alguna vitamina o algo que les de hambre, que les de apetito, para que coman; y también hagan ejercicios.

Y así también, vean ustedes, nosotros nos ejercitamos, hacemos ejercicio: nos ejercitamos llevando el Mensaje, nos ejercitamos trabajando en la Obra de Cristo; porque no vamos a comer para estar sentados, sino trabajando en la Obra de Cristo.

Así que como individuos comemos y trabajamos en la Obra de Cristo; como Cuerpo Místico de Cristo comemos y trabajamos en la Obra de Cristo, y cada ministro como ministro lo hace así también, y cada congregación como congregación también come la Palabra y también trabaja en la Obra de Cristo.

Pues somos agradecidos por lo que Él ha hecho por nosotros, por lo tanto, ahora nosotros hacemos todo lo que Él nos permite hacer en Su Obra para beneficio de Su Obra.

Bueno, vamos a ver cuál era el tema: “LA OBRA DEL SÉPTIMO SELLO”.

Recuerden que todos estamos haciendo historia bajo la Obra del Séptimo Sello. La historia de nuestra vida delante de Dios, la historia espiritual nuestra, está siendo hecha bajo la Obra del Séptimo Sello; y estamos trabajando bajo la Obra del Séptimo Sello. Y se está llevando a cabo, se está haciendo también la Obra del Séptimo Sello.

Y cuando en el Milenio - Reino Milenial se hable del Séptimo Sello, se mostrará qué fue el Séptimo Sello y la Obra que hizo el Séptimo Sello, la Obra de Cristo bajo el Séptimo Sello en esta Tierra en medio de seres humanos.

Bueno, hemos visto estos misterios del Reino de Dios bajo el Séptimo Sello, y hemos visto por qué la Obra que se está llevando a cabo en este tiempo ha ido en una forma progresiva: porque le conviene crecer a la Obra bajo el Séptimo Sello.

Quizás algunas personas no tienen explicación (y no hay explicación humana para ese crecimiento que se ve año tras año); algunos, pues no saben que es la Obra del Séptimo Sello y bajo el Séptimo Sello llevada a cabo por el Espíritu Santo, por el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, Cristo, en este tiempo final.

Así como no podían comprender la Obra que estaba siendo llevada a cabo por San Pablo, y veían que un hombre tan perseguido y que los líderes de la religión hebrea decían que era una plaga: “Este hombre hay que matarlo, hay que salir de él porque es una plaga, es un problema para la nación”; sin embargo, la Obra que él llevaba a cabo iba en forma progresiva, ¿por qué? Porque no era la obra de un hombre, era la Obra del Espíritu Santo, de Jesucristo a través de un hombre. Esa Obra en cada edad tiene que crecer hasta que llegue a Su máximo de crecimiento.

Y ahora, la Obra que tiene que crecer es la Obra bajo el Séptimo Sello; por eso ustedes pueden ver ese crecimiento que tiene de año en año. Y algunos no tienen explicación, pero sí nosotros tenemos explicación: es la Obra del Séptimo Sello y bajo el Séptimo Sello, la Obra de Cristo, el Ángel del Pacto, bajo el Séptimo Sello.

Así que, sigamos adelante, recibiendo la Palabra, que siga haciéndose carne en nosotros la Palabra, y sigamos trabajando en la Obra de Cristo bajo el Séptimo Sello, para que así aparezcamos como siervos fieles y prudentes cuando Él lleve a cabo ese juicio; no el Juicio Final, sino el juicio que tiene que ser llevado a cabo.

Los que están en el Paraíso le dijeron al hermano Branham que él sería juzgado [63-0322 “El Quinto Sello”, párrs. 400-404], y así cada ángel mensajero. ¿Y cómo será para nosotros en nuestro tiempo? Ya vamos a ver.

Así que nuestra obra sea hallada fiel y correcta bajo el Séptimo Sello, sea hallada bajo el Séptimo Sello; no sea hallada una obra de nuestra propia cuenta, sino que sea hallada esa obra bajo el Séptimo Sello. Y así recibamos la recompensa del Señor, porque Él dijo que viene el Hijo del Hombre con Sus Ángeles para recompensar a cada uno según sea sus obras [San Mateo 16:27, Apocalipsis 22:12].

Bueno, hay grandes promesas, grandes recompensas para todos los que estarán en este tiempo final trabajando bajo la Obra del Séptimo Sello. Aparecemos como colaboradores de Cristo en Su Obra bajo el Séptimo Sello, instrumentos de nuestro amado Señor Jesucristo bajo la Obra del Séptimo Sello.

La Obra del Séptimo Sello se está llevando a cabo, y luego a nivel mundial va a ser abierto o va a ser abierta esa Obra, ese misterio (o sea, va a estremecer al mundo), y va a llegar hasta el pueblo hebreo; porque bajo el Séptimo Sello para la Iglesia es lo mismo que bajo la Séptima Trompeta para Israel; o sea que pasa - la Obra del Séptimo Sello pasa para el pueblo hebreo bajo la Obra de la Séptima Trompeta.

Y ahí vamos a dejarlo quieto, porque de esa Obra para el pueblo hebreo siempre he tratado de no explicar mucho, porque por el momento la Obra está acá. Por lo tanto, necesitamos conocer de acá, y dejarlos a ellos quietecitos allá; y que el que quiera tratar de hacer la obra allá, lo haga, y verán ni…si ni Pedro, ni San Pablo, ni ninguno de ellos logró convertir al pueblo hebreo como nación a Cristo, menos lo van a lograr otras personas; solamente lo lograrán los Dos Olivos, los ministerios de los Dos Olivos en el Ángel que viene con el Sello del Dios vivo.

Y Él no le va a revelar a nadie cómo es esa Obra, Él no le va a revelar a nadie cómo es que funciona para que nadie trate de adelantarse. Recuerden que eso fue lo que hizo el hermano Branham: le enseñó a otros, y otros aprendieron, y entonces interrumpieron la Obra del Espíritu Santo a través de Su mensajero de la séptima edad.

Ahora vean el porqué yo les hablo hasta donde puedo hablarles; pero lo que tengo que guardar para mí, lo tengo que guardar para mí; y trabajar de acuerdo a la forma o de acuerdo a como Él me muestra, y así nunca fallará esa labor.

Y así no tendremos tampoco personas tratando de imitar, no tendremos personas interrumpiendo la labor de este Día Postrero. Y si alguno se levanta para interrumpir, pues no sabrá ni la mecánica, y mucho menos la dinámica; por lo tanto, no va a llegar muy lejos. No va a llegar muy lejos, y no se sabe si llegará a la transformación.

Así que ya ustedes pueden ver el porqué yo tengo que mantener silencio en algunas cosas para evitar que sucedan imitaciones o sucedan cosas que no deben suceder y vayan a hacer un sistema denominacional.

Que Dios nos ayude y nos libre de cosas como esas.

En la forma en que Dios lo ha diseñado para nuestro tiempo es que funcionará; y no queremos otra, sino la que Él diseñó. Con la que Él diseñó basta para los escogidos que van a ser transformados. Así que yo me quedo con la que Dios diseñó, con la forma de Dios.

Dios me haya ayudado todos estos años, y me continuará ayudando; porque me he quedado con la forma (¿de quién?) de Dios.

Y vamos a ser transformados. No sé el año, por eso no les he dicho nunca el año; y si Dios me lo dice, y me dice: “Pero eso es para que lo sepas tú”, entonces me quedo calladito también; pero vamos a ser transformados. Lo que necesitamos es que se haga carne la Palabra de nuestro tiempo en nosotros; y se está haciendo carne en nosotros en la Edad de Oro, la Edad de la Piedra Angular.

No se desvíe de la Palabra, no se arriesgue saliéndose de la Palabra; manténgase en la Palabra bajo la Obra del Séptimo Sello, porque la Obra del Séptimo Sello se está llevando a cabo. Y luego, Dios dará testimonio a nivel mundial de la Obra que Él ha llevado a cabo bajo el Séptimo Sello, y dirá: “Esto era el Séptimo Sello y la Obra que sería llevada a cabo bajo el Séptimo Sello”. Y después bajo el Séptimo Sello se seguirá trabajando.

“LA OBRA DEL SÉPTIMO SELLO”.

Si buscan en la página 246 encontrarán, del libro de Los Sellos, encontrarán algo ahí, eh… 246 dice:

“72. Ahora quiero que noten: Este es el último de los jinetes por los cuales se revela la obra del anticristo. Mañana veremos las almas bajo el altar, luego el juicio, luego la salida al fin de la edad; y será el fin del tiempo y de todas las cosas. En ese Séptimo Sello son derramadas las copas y todo lo demás”.

Pero, ¿no era bajo el Sexto Sello? El Sexto Sello viene con el Séptimo Sello; porque el Sexto Sello es la Venida del Hijo del Hombre, el Séptimo Sello es la Venida del Hijo del Hombre y el Sexto Sello son los Ángeles del Hijo del Hombre, y el Hijo del Hombre viene con Sus Ángeles. ¿Vieron qué sencillo es todo?

Ahora, si buscan en la página 361 y 363 del libro de Los Sellos, encontrarán ahí algo muy importante también. Dice…, está hablando de Apocalipsis, capítulo 11, dice el penúltimo párrafo (aquí hay que entrar un poquito antes):

“150. Entonces en Daniel 12 leímos que todos aquellos cuyos nombres fueron hallados escritos en el Libro, esos serán libertados. Ahora, aquí Dios está a punto de dar libertad a su segundo hijo, Israel, después de la tribulación. Ahora, Israel, es el hijo de Dios, y Él lo va a libertar en el tiempo de la tribulación, exactamente de la misma manera como lo hizo en Egipto”.

Y por eso es que va a mandar al que - el ministerio que usó para libertar a Israel en Egipto, el ministerio de Moisés. Y ahora pasa aquí a Apocalipsis 11, citando los Dos Testigos:

“[151]. Y daré a mis dos testigos, y ellos profetizarán por mil doscientos sesenta días, vestidos de sacos.

Estas son las dos olivas, y los dos candeleros que están delante del Dios de la tierra.

Y si alguno les quisiere dañar, sale fuego de la boca de ellos (ustedes recuerdan que de la boca de Cristo sale la espada —la Palabra) …’”.

Eso es Apocalipsis 19. Y ahora, miren:

“[151]. ‘…, y devora a sus enemigos: y si alguno les quisiere hacer daño, es necesario que él sea así muerto.

Apocalipsis 11:3-5

  1. Sabemos que el fuego del capítulo 19 de Apocalipsis, viene de Cristo, una espada sale de Su boca, la cual es la Palabra. ¿Correcto? Oh, hermano, obtenga el conocimiento de estas cosas para la apertura del Séptimo Sello mañana. Con la espada, Dios devora a Sus enemigos.
  2. Ahora fíjense en esto: Cuando estos dos profetas están profetizando, si cualquier hombre les hace daño, entonces fuego sale de su boca, el Fuego del Espíritu Santo —la Palabra. La Palabra es Dios, la Palabra es fuego, la Palabra es Espíritu, la cual procede de sus bocas”.

Y ahí vamos a dejar un poquito esto aquí quietecito. Pasamos a la página 363, donde dice, por ahí el párrafo tres [Los Sellos]: “162. Y acá en Apocalipsis…”; hay que empezar un poquito antes. Dice:

“[160]. Y ahora aquí vemos el Sexto Sello ya abierto. Usted dirá: “Eso es algo muy misterioso. ¿Cómo sucedió?” Aquí está la clave, el secreto: fueron los profetas, porque así lo dice la Biblia. Ellos lo pueden abrir en cualquier tiempo; pueden hacer lo que quieran con la naturaleza (por lo tanto, tendrán el Título de Propiedad). Y hacen lo mismo que hicieron en su ministerio anterior porque ya saben cómo hacerlo. ¡Amén! ¡Gloria!

  1. Cuando yo vi esto, me levanté de la silla y comencé a dar vueltas en el cuarto. Pensé: “¡Oh, cuán agradecido estoy, Padre Celestial!” Allí está, eso es. Ellos abrieron ese Sexto Sello. ¡Amén! Fíjense en ellos. Si alguno les dañare, fuego sale de su boca —la Palabra (eso es ¿qué? La Palabra hablada; y eso es la Tercera Etapa). El Espíritu Santo vino sobre los apóstoles, y también fuego, la Palabra, procedió de sus bocas.
  2. Y acá en Apocalipsis capítulo 19, vemos la misma cosa: “Y de su boca sale una espada aguda.” La Palabra. Es Cristo el que viene, y con esta espada aniquila a Sus enemigos, ¿correcto? Ahora, Él ya viene. Fíjense bien.
  3. Estos tienen poder para cerrar los cielos, para que no llueva durante los días de su profecía. ¡Eso sí es poner una interrupción a la naturaleza!”.

Y eso fue lo que fue reflejado cuando el hermano Branham le habló a la tormenta y la tormenta le obedeció; eso es poder, control sobre la naturaleza, reflejando allí lo que Él hará más adelante bajo el ministerio que estará manifestado bajo el Sexto Sello y bajo el Séptimo Sello.

Hemos visto LA OBRA DEL SÉPTIMO SELLO, y hemos visto cómo va a la Obra del Séptimo Sello; y lo grande de todo es que estamos dentro de la Obra del Séptimo Sello.

Y no todos… y no todos los ministros en todos los países de otras naciones o de otros continentes, no todos ellos pueden decir así como nosotros. Asi que, por esto le estamos muy agradecidos, a Cristo; y le pedimos que Él nos ayude, que Él nos cuide, nos guíe, y también nos use en Su Obra; y que seamos nosotros fieles a Él, llevando la Palabra tal y como viene, la cual queda en videos y en folletos para que se haga carne en todos los escogidos del Día Postrero, tanto los hermanos de las congregaciones como también en todos los ministros.Y así pronto seamos transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero.

Señor, úsanos grandemente en Tu Obra, llevando el Mensaje para que llegue hasta el último de los escogidos y sea recogido, y se complete así el Cuerpo Místico Tuyo, Tu Iglesia, en este Día Postrero. Y nos transforme pronto, y nos lleve Contigo a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Bueno, ahora sí. Muchas gracias por vuestra amable atención y sigan pasando un año nuevo 2000, y todo el año 2000 sea de grande bendición para ustedes y para mí y para todo el Cuerpo Mísitico del Señor Jesucristo.

Dejo con nosotros nuevamente a Miguel Bermúdez Marín para continuar y finalizar en esta ocasión. Ya yo creo que nos pasamos de la hora, ¿verdad, Miguel? [Hno. Miguel: 2 horas, pasamos como de 2 horas…] ¿De la segunda hora ya nos pasamos?…¿3? [Hno.: 2:27] ¿2:27? [Hno.: 2:57] [Hno. Miguel: Faltaban 3 minutos] Le dejo tres minutos a Miguel aquí para…

Bueno, Miguel, entonces, que Dios te bendiga a ti y a todos ustedes ministros y colaboradores, y que Dios les use grandemente en Su Obra en este tiempo final.

Y que pronto nos transforme. Mi deseo es que sea en este año, porque mientras más pronto, más pronto viene esa manifestación plena, más pronto estamos estrenando un cuerpo nuevo; y más pronto iremos a esa gran fiesta que está preparada y que está prometida en la Biblia, la Cena de las Bodas del Cordero. Y más pronto comienza el… termina - empieza la tribulación, termina, y comienza el Reino Milenial.

Bueno, entonces que Dios les bendiga, les guarde, y les use grandemente en Su Obra en este Día Postrero.

Con nosotros Miguel Bermúdez Marín para continuar.

“LA OBRA DEL SÉPTIMO SELLO”.