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El Interprete de los sueños 1998-08-09 2 Monterrey Nuevo León MX 00:00:00 false

Muy buenas noches, amados hermanos y amigos presentes, es para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor del tema asignado para hoy, el cual para esta ocasión es: “EL INTÉRPRETE DE LOS SUEÑOS”, conforme a lo que tenemos en el programa para hoy en la noche.

“EL INTÉRPRETE DE LOS SUEÑOS”.

Para poder comprender nuestro tema en esta ocasión, vamos a la escritura en Daniel, capítulo 2, verso 24 al 30, donde dice:

“Después de esto fue Daniel a Arioc, al cual el rey había puesto para matar a los sabios de Babilonia, y le dijo así: No mates a los sabios de Babilonia; llévame a la presencia del rey, y yo le mostraré la interpretación.

Entonces Arioc llevó prontamente a Daniel ante el rey, y le dijo así: He hallado un varón de los deportados de Judá, el cual dará al rey la interpretación.

Respondió el rey y dijo a Daniel, al cual llamaban Beltsasar: ¿Podrás tú hacerme conocer el sueño que vi, y su interpretación?

Daniel respondió delante del rey, diciendo: El misterio que el rey demanda, ni sabios, ni astrólogos, ni magos ni adivinos lo pueden revelar al rey.

Pero hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios, y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días. He aquí tu sueño, y las visiones que has tenido en tu cama.

Estando tú, oh rey, en tu cama, te vinieron pensamientos por saber lo que había de ser en lo por venir; y el que revela los misterios te mostró lo que ha de ser.

Y a mí me ha sido revelado este misterio, no porque en mí haya más sabiduría que en todos los vivientes, sino para que se dé a conocer al rey la interpretación, y para que entiendas los pensamientos de tu corazón”.

Que Dios bendiga Su Palabra en nuestros corazones y nos permita entenderla.

A través de este sueño que el profeta Daniel le va a interpretar a Nabucodonosor, encontramos que Dios va a subir a una posición muy alta al profeta Daniel, y también va a revelarle al rey Nabucodonosor las cosas que sucederán: los imperios que habrán desde el tiempo de Nabucodonosor hasta el Día Postrero.

Vean, Dios le mostró al profeta Daniel que el sueño que tuvo Nabucodonosor mostraba lo que sucedería hasta los Días Postreros; porque esos imperios se estarían moviendo a través del tiempo, desde el tiempo de Nabucodonosor hasta este tiempo final.

Y ahora, solamente hay uno que puede mostrar los sueños... Vamos a pedirle aquí a Miguel nos dé una ayudita por aquí. Como les dije en una de las actividades: siempre Dios tiene alguien que le ayuda a cargar la cruz, y aquí pues no es una cruz sino es mas bien que me ayude por aquí a buscar una cita.

Esto fue cuando Moisés fue criticado por Miriam y su hermano Aarón, y Dios les apareció allí a ellos y les habló fuerte y les dijo quién era Moisés. Porque algunas veces la familia de un profeta no saben ni quién es su propio hermano.

Y ahora, Miriam o María y Aarón eran los hermanos de Moisés y eran mayores que Moisés; o sea que podían pensar en Moisés: “bueno, nuestro hermano menor”, y tratarlo como si fuera algún hermanito así menor y nada más, sin darse cuenta del ministerio que estaba en él.

Y ustedes saben que algunas veces los hermanos mayores critican a los hermanos pequeñitos, a los menores, y los molestan.

Y ahora, se ponen a criticar a Moisés porque Moisés se casó con una mujer, pues, que no era del agrado completo de sus hermanos. Y ustedes saben que algunas veces los hermanos se meten en - la novia que busca su hermano, y algunas veces se casa el hermano y le critican la esposa.

Eso fue lo que pasó, ¿ven? Un problema así de familia: no le caía bien la esposa de Moisés a Miriam y a Aarón. Y tampoco era hebrea, para colmo, y tampoco era de piel así blanquita sino que era morena; y todo eso ocasionó una crítica familiar de parte del sumo sacerdote y de parte de la profetiza Miriam o María contra un profeta dispensacional; o sea, un sumo sacerdote y una profetiza criticando a un profeta dispensacional; y como era su hermano, pues quizás pensaban que eso es algo entre familia, pero Dios no lo miró de esa forma.

Vamos a ver por aquí, ven por aquí Miguel. ¿Qué número? Vamos a colocar Números 12, del 1 en adelante, vamos a buscarlo por aquí…

Vamos a ver por aquí la historia, para que vean esta historia familiar, pero que cuando Dios tiene un profeta dispensacional en la Tierra, ahí hasta la familia tiene que andar derechita sin levantarse en contra de ese profeta dispensacional.

Hasta el 16 parece que vamos a tener que leer aquí esta historia, dice:

“María y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita que había tomado; porque él había tomado mujer cusita.

Y dijeron: ¿Solamente por Moisés ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros? Y lo oyó Jehová”.

Cuando Dios tiene un profeta dispensacional en la Tierra y está en sus funciones ministeriales, el Mensaje de Dios para esa edad y dispensación solamente viene ¿por quién? Por ese profeta.

Nadie más puede decir: “¿Y no está hablando Dios también por mí?”, y otro decir por otro lado: “¿y no está hablando Dios también por mí?”. No. Está hablando nada más que por su profeta dispensacional.

Y ahora salen Miriam y Aarón diciendo: “¿No ha hablado también Dios por nosotros?”, pues María era profetisa y profetizaba, era un don de profecía; pero el ministerio de profeta lo tenía Moisés. Y dice la Escritura, dice San Pablo: “Los que profetizan, sujétense a los profetas”. [Primera de Corintios 14:32]

Y ahora, ella tenía que estar sujeta al profeta dispensacional, que era su hermano; y Aarón, siendo el sumo sacerdote, el líder máximo de los sacerdotes, tenía que estar sujeto a ese profeta dispensacional. Fue por petición de Moisés que Aarón vino a ser el ayudante de Moisés.

Y miren, algunas veces hay ayudantes que le causan problemas a aquel a quien tienen que ayudar; y algunas veces aparecen siendo más ayudados que siendo los ayudadores; y aparecen algunas veces pidiendo y reclamando más que lo que ellos están llamados a hacer. O sea, algunas veces aparecen más como el mensajero (siendo el ayudante), y eso pues no está bien.

Y así estaba sucediendo, y todo parecía un problema familiar, pero delante de Dios dice: “Y Dios escuchó. Y Jehová oyó”.

“Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra”.

O sea que el hombre más manso en medio de dos millones de seres humanos que había en medio del pueblo hebreo de aquel tiempo, era Moisés; y como era el hombre más manso hasta sus hermanos querían mandarlo y criticarlo.

Y el pueblo hebreo siempre criticando: “Nos ha traído hasta aquí para hacernos morir aquí en el desierto a nosotros y a nuestros hijos”. Y Moisés siempre encomendando a Dios todo y pidiendo misericordia para el pueblo, a tal grado que en una ocasión Dios le dijo: “Déjame destruir a este pueblo y yo te pondré sobre un pueblo mayor, de ti yo haré un pueblo mayor”, y Moisés le dijo a Dios: “No, ráeme mejor a mí de Tu Libro”.

Vean cómo Moisés se puso en favor del pueblo, aunque el pueblo no lo comprendía. Moisés le dijo a Dios: “Mira, si Tú los destruyes, este pueblo que Tú has sacado con Tu poder de Egipto, y ahora lo destruyes en el desierto, las demás naciones van a decir: Mira, los libertó de allá de Egipto, los sacó de Egipto para matarlos en el desierto”, y pidió a Dios misericordia; y Dios le concedió su petición.

Y ahora, aparentemente el consejo de Moisés era mejor que lo que Dios le estaba diciendo, aparentemente; pero es que ahí Moisés está colocado en la posición de reflector de Cristo; o sea, se está reflejando Cristo en Moisés.

Y Cristo, vean ustedes, en Su Venida, encontramos que la raza humana estaba a punto de ser destruida. Para el tiempo en que Cristo murió en la Cruz del Calvario la raza humana tenía que ser destruida, pero Cristo tomó nuestros pecados y así se hizo mortal, tomó el juicio de Dios sobre Sí mismo y murió.

Cristo dijo: “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, él solo queda; pero si cae en tierra y muere, mucho fruto lleva”. Si Cristo no moría, quedaba solo, viviendo eternamente aquí en la Tierra; pero ¿a quién le iba a predicar? Quedaba viviendo aquí en la Tierra ¿y con quién iba a hablar? ¿Ha pensado usted lo que sería un hombre solo en el planeta Tierra? Rey sobre el planeta Tierra, pero ¿sobre quién va a reinar un hombre solitario? Todo eso Cristo lo sabía. Y Dios hizo al ser humano para tener compañerismo con él.

Y ahora, Cristo sabiendo todas estas cosas y sabiendo el propósito de Su Venida… que es el propósito del Amor Divino en favor de la raza humana, para ser manifestado sobre la raza humana: “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, pues no se pierda, mas tenga vida eterna”. San Juan, capítulo 3, verso 16.

Ahora, el Amor de Dios manifestado en Jesucristo no permite que la raza humana sea destruida, sino que interviene tomando Él nuestros pecados y muriendo por nosotros, para que nosotros podamos vivir eternamente.

Y ahora, por esa causa es que Moisés, reflejando lo que Cristo haría, intercedió por el pueblo hebreo y obtuvo de parte de Dios su petición; y Dios no destruyó al pueblo hebreo.

Ahora, vean lo que sucedió aquí con Aarón y María y Moisés:

“Y aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre la tierra.

Luego dijo Jehová a Moisés, Aarón y a María: salid vosotros tres al tabernáculo de reunión. Y salieron ellos tres.

Entonces Jehová descendió en la columna de la nube, y se puso a la puerta del tabernáculo, y llamó a Aarón y a María; y salieron ambos.

Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él.

No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa.

Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras; y verá la apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no tuviste temor de hablar en contra de mi siervo Moisés?”

Dios salió en defensa de Moisés. Moisés ni se defendió él mismo, pero Dios salió en defensa de Moisés contra sus propios hermanos Miriam o María y Aarón. Y cuando Dios sale en defensa de un profeta, de Su profeta, ahí ya no hay quién se defienda de ese que está defendiendo a ese profeta de Dios. Porque ¿quién se podrá defender de Dios? Nadie se puede defender de Dios. Solamente reconocer que uno ha fallado y clamar a Dios por misericordia. Sigue diciendo:

“Entonces la ira de Jehová se encendió contra ellos; y se fue.

Y la nube se apartó del tabernáculo, y he aquí que María estaba leprosa como la nieve (porque la ira de Dios se encendió contra Aarón y contra María); y miró Aarón a María, y he aquí que estaba leprosa.

Y dijo Aarón a Moisés: ¡Ah! señor mío, no pongas ahora sobre nosotros este pecado; porque locamente hemos actuado, y hemos pecado”.

Claro que habían actuado locamente. Los criticones, recuerden, siempre tienen problemas delante de Dios, y algunas veces se les zafa la lengua y critican al que menos deben criticar. Y eso les pasó aquí a María y a Aarón, y vean cómo actuaron locamente y pecaron delante de Dios.

Con las críticas se peca delante de Dios. Más bien muestre las virtudes de sus demás hermanos. Y de sus defectos, si puede hablar hábleselos a Dios orando y dígale: “Señor, ten misericordia de mi hermano que tiene ciertas faltas y defectos, pero él es un buen hermano y te ama y él quiere servirte, y él no quiere pecar contra ti. ¡Ayúdalo!”. Ore por él, cuéntele a Dios, suelte la lengua con Dios orando por su hermano, y así estará obrando bien. Pero no la suelte con otras personas para criticar a su hermano; porque le estará haciendo daño a él y Dios estará escuchando eso, como escuchó aquí; y la ira de Dios puede venir sobre usted, y usted sin darse cuenta recibir el juicio divino; como sucedió con María, quedó leprosa por una crítica.

Ahora, sigue diciendo:

“No quede ella ahora como el que nace muerto, que al salir del vientre de su madre, tiene ya medio consumida su carne”.

O sea que quedó María leprosa, como cuando da a luz una mujer un niñito muerto, de ya algunos días de muerto; así es lo que está diciendo Aarón, haciendo esa comparación.

“Entonces Moisés clamó a Jehová…”

Vean, le piden misericordia a Moisés, que tenga misericordia de ellos, que los perdone y que ore a Dios por ellos; porque ellos no podían ir a Dios para orar, sino el único que lo podía hacer era Moisés, al cual Dios escucharía.

“Entonces Moisés clamó a Jehová, diciendo: Te ruego, oh Dios, que la sanes ahora.

Respondió Jehová a Moisés: Pues si su padre hubiera escupido en su rostro, ¿no se avergonzaría por siete días? Sea echada fuera del campamento por siete días, y después volverá a la congregación”.

Mire la forma sencilla en que oró Moisés a Dios, y Dios tiene misericordia de ella a causa de que Moisés le pide que tenga misericordia; y ahora ordena que sea echada fuera del campamento por siete días y después de los siete días regresara, porque después de los siete días ya estaría sana o sanada. Aunque después de ese acontecimiento, después no duró muchos años.

“Así María fue echada del campamento por siete días; y el pueblo no pasó adelante hasta que se reunió María con ellos.

Después el pueblo partió de Hazerot, y acamparon en el desierto de Parán”.

Ahora vean cómo todo esto sucedió, y qué experiencia terrible fue para María haber criticado a su hermano, el cual era el profeta de la quinta dispensación, de la Dispensación de la Ley. Y el susto que pasó también Aarón, porque cuando Aarón vio a su hermana, de seguro se buscó enseguida a ver si ya él también; pero a tiempo clamaron a Moisés pidiendo misericordia. Aarón no esperó que a él también ya le llegará la lepra, porque había ya comenzado el juicio con María y luego continuaría con Aarón.

Ahora, miren cómo Dios dice acerca de los profetas, dice: “Y él les dijo…”, esto está en el verso 6. Leí completo del 1 al 16 del capítulo 12 de Números; ahora el 6, vamos a ver un poquito aquí, verso 6 dice:

“Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras (dijo Dios). Cuando haya entre vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él”.

O sea que le hablará por sueños o por visiones. Y un sueño, un sueño interpretado es una visión. Y ahora:

“No así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa.

Cara a cara hablaré con él, y claramente, y no por figuras (no por símbolos, sino claramente); y verá la apariencia de Jehová”.

Ahora, vean la bendición tan grande que es para Moisés por cuanto es un profeta dispensacional: Dios le habla cara a cara a Su profeta dispensacional.

Y ahora, vean cómo en el caso del profeta Daniel, el cual no es un profeta dispensacional, puede tener sueños, puede tener visiones, y aun le pueden contar a él sueños y él interpretar esos sueños, porque el que dio esos sueños le da a él la interpretación de esos sueños; y aun sueños que algunas personas tienen y se les olvida, como al rey Nabucodonosor.

Él va ante la presencia de Dios y busca la revelación, y Dios le muestra ese sueño que le había dado al rey Nabucodonosor y le da la interpretación de ese sueño. Y él viene a Nabucodonosor y le dice:

“El sueño que tú tuviste fue este; y la interpretación de ese sueño es esta: El sueño fue una estatua que viste con la cabeza de oro, el pecho y los brazos de plata, el vientre y los muslos de bronce, las piernas de hierro, los pies de hierro y de barro cocido. Y con ese sueño Dios te ha mostrado lo que será en los días postreros; todo lo que ha de acontecer Dios te lo ha mostrado a ti”.

Ahora, se requiere saber el significado de ese sueño y Daniel le va a dar el significado. Vean, le dijo Daniel:

“Pero hay un Dios en los cielos, el cual revela los misterios...”

Y para nuestro tiempo hay grandes misterios que han sido profetizados para ser cumplidos. ¿Y quién los podrá revelar? El Dios del Cielo. ¿Y a quién el Dios del Cielo da la revelación de los misterios? Al profeta que Él tenga en ese tiempo en que Él quiere dar a conocer esos misterios; “porque no hará nada el Señor Jehová, sin que antes revele Sus secretos a Sus siervos Sus profetas” [Amós 3:7], por eso es que Él ha enviado siempre profetas, porque la Palabra viene a los profetas, toda revelación divina tiene que venir a y por un profeta.

“… y él ha hecho saber al rey Nabucodonosor lo que ha de acontecer en los postreros días. He aquí tu sueño, y las visiones que has tenido en tu cama:

(Vean: He aquí tu sueño, y las visiones que has tenido en tu cama)

Estando tú, oh rey, en tu cama, te vinieron pensamientos por saber lo que había de ser en lo por venir; y el que revela los misterios te mostró lo que ha de ser”.

Y cuando le dice el sueño, le da también luego la interpretación y le dice: “Y esa cabeza de oro…”. Vean lo que dice, verso 36 de este mismo capítulo 2 de Daniel:

“Éste es el sueño…”

Le contó todo el sueño, y luego le dice... vean, al final del sueño le dice, en lo último que vio, dice (verso 34 en adelante):

“Estabas mirando, hasta que una piedra fue cortada, no con mano, e hirió a la imagen en sus pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó.

Entonces fueron desmenuzados también el hierro, el barro cocido, el bronce, la plata y el oro, y fueron como tamo de las eras del verano, y se los llevó el viento sin que de ellos quedara rastro alguno. Mas la piedra que hirió a la imagen fue hecha un gran monte que llenó toda la tierra.

Éste es el sueño; también la interpretación de él diremos en presencia del rey.

Tú, oh rey, eres rey de reyes; porque el Dios del cielo te ha dado reino, poder, fuerza y majestad.

Y dondequiera que habitan hijos de hombres, bestias del campo y aves del cielo, él los ha entregado en tu mano, y te ha dado el dominio sobre todo; tú eres aquella cabeza de oro”.

El rey Nabucodonosor con su imperio era aquella cabeza de oro de aquella imagen, de aquella estatua que él había visto en sueños. Estatua o imagen que representa el reino de los gentiles desde el tiempo de Nabucodonosor hasta el Día Postrero, en donde el reino de los gentiles estará en los pies de hierro y de barro cocido.

Las diferentes etapas de ese imperio o de esa estatua representan las diferentes etapas del imperio de los gentiles. La segunda etapa de ese imperio, representada en el pecho y los brazos de plata, vean, dice:

“Y después de ti se levantará otro reino inferior al tuyo (ese fue el imperio medo-persa); y luego un tercer reino de bronce, el cual dominará sobre la tierra (ese fue el imperio de Grecia).

Y el cuarto reino será fuerte como hierro; y como el hierro desmenuza y rompe todas las cosas, desmenuzará y quebrantará todo (ese es el imperio romano, el cual fue el que crucificó a nuestro amado Señor Jesucristo. El impero de los Césares, el imperio romano, vean ustedes, es ese cuarto imperio representado en los pies o en las piernas de hierro; dice).

Y lo que viste de los pies y los dedos, en parte de barro cocido de alfarero y en parte de hierro, serán un reino dividido; mas habrá en él algo de la fuerza del hierro, así como viste hierro mezclado con barro cocido.

Y por ser los dedos de los pies en parte de hierro y en parte de barro cocido, el reino será en parte fuerte, y en parte frágil.

Así como viste el hierro mezclado con barro, se mezclarán por medio de alianzas humanas; pero no se unirán el uno con el otro, como el hierro no se mezcla con el barro”.

Y esto está también mostrado en el libro del Apocalipsis, en el capítulo 17, verso 11 en adelante, donde dice:

“La bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a la perdición.

Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia.

Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia”.

Esos son los pies de hierro y de barro cocido. Ahí tenemos los diez dedos de hierro y de barro cocido, y ahí tenemos los diez reyes que le darán su poder y su autoridad a la bestia.

“Pelearán contra el Cordero...”

Así como en la etapa de las piernas de hierro crucificaron a Cristo (la Primera Venida de Cristo), ese cuarto imperio en la etapa de las piernas de hierro; ahora ese mismo cuarto imperio en la etapa de los pies de hierro y de barro cocido se levantará en contra de la Segunda Venida de Cristo:

“Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles”.

Esos que están con él son los escogidos, Su Iglesia, los cuales para el Día Postrero, los que han partido resucitarán en cuerpos eternos, y nosotros los que vivimos seremos transformados; y ahí estará ese poderoso Ejército del Señor Jesucristo, ese poderoso Ejército del Jinete del Caballo Blanco de Apocalipsis 19.

En Apocalipsis 19 también encontramos en el verso 19 en adelante ese enfrentamiento que los pies de hierro y de barro cocido harán en contra de Cristo en Su Segunda Venida, pues los pies de hierro y de barro cocido es el imperio de los gentiles en el Día Postrero, encabezado por el anticristo, el hombre de pecado, en el cual el diablo estará encarnado; y se levantará en contra de Cristo, en contra de la Segunda Venida de Cristo, pero Cristo lo vencerá.

En Tesalonicenses dice San Pablo, Segunda de Tesalonicenses, capítulo 2, que Cristo con el resplandor de Su Venida y el Espíritu de Su boca, que es la Palabra, destruirá al anticristo, al hombre de pecado.

Apocalipsis 19:19

“Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército.

Y la bestia fue apresada, y con ella el falso profeta que había hecho delante de ella las señales con las cuales había engañado a los que recibieron la marca de la bestia, y habían adorado su imagen. Estos dos fueron lanzados vivos dentro de un lago de fuego que arde con azufre.

Y los demás fueron muertos con la espada que salía de la boca del que montaba el caballo, y todas la aves se saciaron de las carnes de ellos”.

Ahora, vean lo que estará sucediendo en el tiempo final: los juicios divinos que caerán durante el tiempo de la gran tribulación serán los que quitarán el reino de los gentiles; y será quitado el dominio del reino de los gentiles, porque será establecido el Reino de Dios en esta Tierra; y será gobernado el mundo completo, todas las naciones, por Cristo desde Su Trono, el Trono de David en Jerusalén, establecido en el glorioso Reino Milenial.

Ahora, vean cómo sigue diciendo el profeta Daniel al rey Nabucodonosor, dice:

“Y en los días de estos reyes el Dios del cielo levantará un reino que no será jamás destruido, ni será el reino dejado a otro pueblo; desmenuzará y consumirá a todos estos reinos, pero él permanecerá para siempre,

de la manera que viste que del monte fue cortada una piedra, no con mano, la cual desmenuzó el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha mostrado al rey lo que ha de acontecer en lo por venir; y el sueño es verdadero, y fiel su interpretación”.

Con la revelación que trajo el profeta Daniel de parte de Dios al rey Nabucodonosor, con relación a este sueño que había tenido Nabucodonosor y se le había olvidado, el cual era un sueño profético, pero por cuanto Nabucodonosor no era un profeta no podía entender ese sueño y aun hasta se le olvido. Pero todo eso obró para bien, para que apareciera en la escena un profeta al cual viene la revelación de Dios y puede interpretar los sueños proféticos.

Y ahora, cuando el rey Nabucodonosor escucha toda esa revelación divina, dice:

“Entonces el rey Nabucodonosor se postró sobre su rostro y se humilló ante Daniel, y mandó que le ofreciesen presentes e incienso.

El rey habló a Daniel y dijo: Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses, y Señor de los reyes, y el que revela los misterios, pues pudiste revelar este misterio”.

Y ahora, ¿cómo revela el Dios del Cielo los misterios a los seres humanos? Pues revelándoselo al profeta que Él tiene para ese tiempo.

Algunas personas se ponen a buscar a otras personas para que les revelen los misterios, en vez de buscar al profeta que Dios tiene para ese tiempo.

Miren, el rey Nabucodonosor buscó a toda persona que decía que sabía interpretar sueños, y ninguno pudo interpretar el sueño porque se le había olvidado; y ellos decían: pues cuéntanos el sueño para darte la interpretación. Miren, aunque les hubiera contado el sueño tampoco iban a darle la interpretación; porque ese era un sueño de Dios, y solamente por medio de un profeta de Dios vendría esa revelación de Dios al rey Nabucodonosor.

Como pasó en el tiempo de José, el sueño que Dios le dio al rey, al Faraón allá en Egipto, fue un sueño mostrado con cosas sencillas: siete espigas hermosas de trigo y siete espigas feas y enjutas que se comieron las siete espigas que estaban hermosas; y al comérselas quedaron, continuaron tan feas como al principio, tan enjutas, todas feísimas. Y luego le mostró que del río subían siete vacas hermosas, gordas, siete vacas gordas; y luego subieron también siete vacas flacas y feas, y se comieron a las vacas gordas.

Vean, eso no es algo que sucede comúnmente, pero Dios quería mostrarle al Faraón lo que iba a suceder; y no se lo iba a mostrar diciéndole al Faraón: “va a suceder tal cosa”, porque el Faraón no era un profeta; y menos un profeta dispensacional al cual Dios le pueda hablar cara a cara y decirle “va a suceder tal cosa” sin usar símbolos, sino hablarle abiertamente.

Y ahora, el rey vio esto y vio que esas vacas flacas se comieron a las vacas gordas y se quedaron tan flacas y tan feas como si no hubieran comido; y le inquietó ese sueño, esos dos sueños, y ordenó a todos los sabios y magos, y a todos los que interpretaban sueños, que vinieran y le interpretaran ese sueño; y ninguno podía. Y vean, era con espigas de trigo y con vacas. Pero cuando Dios da el sueño y no quiere que ninguna otra persona lo sepa sino solamente el profeta que Él tiene para ese tiempo…, y por medio de ese profeta, a ese profeta lo revela para que él lo revele a quien debe revelarlo; nadie podrá conseguir la interpretación de ese sueño o visión a menos que sea el profeta de Dios ordenado para ese tiempo.

Siempre que hay un sueño o una visión, o sueños y visiones que corresponden a un tiempo, para ser cumplidas en un tiempo y tienen que ser conocidas, pues Dios tiene que tener un profeta para ese tiempo, para dar a conocer el misterio de esos sueños y visiones que corresponden a ese tiempo. Y si conseguimos a ese profeta él podrá darnos a conocer la interpretación de esos sueños y visiones que fueron hablados para ser cumplidos en ese tiempo; porque son profecías que tienen que ser cumplidas. Pero las profecías vienen ¿a quiénes? A los profetas, “porque no hará nada el Señor Jehová sin que antes revele Sus secretos a Sus siervos los profetas”.

El Dios del Cielo es el único que puede revelar los misterios, pero los revela ¿a quién? A Sus siervos Sus profetas.

Y ahora, vean cómo el rey Nabucodonosor reconoció que el Espíritu de Dios estaba en el profeta Daniel, dice:

“El rey habló a Daniel, y dijo: Ciertamente el Dios vuestro es Dios de dioses, y Señor de los reyes, y el revela los misterios, pues pudiste revelar este misterio.

Entonces el rey engrandeció a Daniel, y le dio muchos honores y grandes dones, y le hizo gobernador de toda la provincia de Babilonia, y jefe supremo de todos los sabios de Babilonia”.

Pues tuvo en su reino a un hombre que podía hablar con Dios y Dios con él y mostrarle los misterios. Por lo tanto el rey Nabucodonosor aseguró bien su reino para ese tiempo teniendo un profeta ahí a la cabeza de la provincia de Babilonia, a la cabeza ahí de la capital. Siendo el gobernador, lo colocó como gobernador, no tuvo que hacer política, no tuvo que buscar personas que lo apoyaran para salir electo, sino que el rey lo eligió como gobernador al ver que el Espíritu de Dios estaba en él.

Lo mismo que había hecho el Faraón con José: lo colocó como segundo en su reino, y hubo bendición de Dios en Egipto cuando vino la abundancia; y cuando vino el tiempo difícil hubo provisión de alimento allí, porque estaba como segundo en el reino del Faraón un profeta. Así también hizo el rey Nabucodonosor.

Y encontramos que los reyes: por ejemplo, el rey David y el rey Salomón siempre tenían a su lado un profeta. Por ejemplo, el rey David tuvo al profeta Natán, y también otros profetas hubo en aquellos tiempos.

Y ahora, el rey Acab no quería tener un profeta a su lado, no quería tener a Elías, y Elías era el profeta que el rey Acab tenía que tener a su lado para mantener en forma correcta ese reino. Entonces no lo quiso tener de amigo y se lo echo de enemigo, o Acab se hizo enemigo de Elías.

Ahora, todos los reyes que han temido a Dios, han tratado de conseguir al profeta de Dios correspondiente a ese tiempo para tenerlo a su lado, para así poder comprender el Programa de Dios correspondiente a ese tiempo y trabajar bien su gobierno de acuerdo al Programa de Dios correspondiente a ese tiempo; y que la nación pueda servir a Dios con libertad, y que así la bendición de Dios pueda venir para esa nación.

Recuerden que en medio del pueblo hebreo, siempre que la nación hebrea se apartaba de Dios venían los juicios divinos; cuando la nación hebrea se acercaba a Dios y servía a Dios, venían las bendiciones de Dios. Así es también para toda nación.

Ahora, continuando con el intérprete de los sueños. Recuerden que siempre, para cada edad y cada dispensación, hay un intérprete de los sueños y visiones y misterios de Dios correspondientes a ese tiempo y a tiempos futuros, y también los misterios de tiempos pasados son aclarados también en algunas ocasiones por esos mismos profetas.

Ahora, veamos cómo a través de la historia del pueblo hebreo Dios envió diferentes profetas; y al enviar esos profetas ¿qué sucedió? Dios aumentó la profecía. O sea que las cosas que estaban habladas luego vinieron a ser habladas nuevamente con más luz; y otras cosas de las cuales no se había hablado, fueron habladas por esos profetas.

Dice Oseas, capítulo 12, verso 10, dice:

“Y he hablado a los profetas, y aumenté la profecía, y por medio de los profetas usé parábolas”.

Ahora, vean cómo Dios aumenta las profecías: cuando le habla a Sus profetas y los profetas hablan esas profecías, se aumenta así la profecía.

Dios ha estado siempre hablando por medio de Sus profetas. En el capítulo 7, verso 12 de Zacarías dice... verso 11 al 12 de Zacarías, dice, hablando del pueblo hebreo y de los profetas que Él envió:

“Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír;

y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos”.

Viene gran enojo de parte de Dios cuando no quieren escuchar la Voz, la Palabra de Dios enviada por el Espíritu Santo a través de Sus profetas.

Y ahora, en Hebreos, capítulo 1, verso 1 al 2, San Pablo dice:

“Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,

en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.”

Ahora, vean ustedes, Dios habló por medio de los profetas en el Antiguo Testamento y luego habló en los postreros días por Su Hijo Jesucristo. Y ya han transcurrido dos mil años. Y San Pablo dijo que aquellos días eran los Días Postreros que habló Dios por medio de Su Hijo. ¿Cuándo? “En estos postreros días”, dice San Pablo; y ya han transcurrido dos mil años. ¿Y por qué eran aquellos los Días Postreros aunque ya han transcurrido dos mil años? Porque un día delante del Señor es como mil años para los seres humanos, y mil años nuestros acá son para Dios solamente un día.

Y siendo que aquellos días en que Jesús estuvo sobre la Tierra predicando y Dios hablando por medio de Él eran los Días Postreros, por cuanto Jesús cuando tenía de 4 a 7 años de edad comenzó el quinto milenio; y siendo que comenzó el quinto milenio, el quinto milenio es el primero de los milenios postreros. Delante de Dios es solamente el primero de los días postreros, pero para los seres humanos es el primero de los milenios postreros, porque “un día delante del Señor es como mil años y mil años como un día”.

Un día delante del Señor para nosotros es un Día milenial, o sea, mil años. Esos seis días que habla o siete días que habla en el Génesis, en donde Dios llevó a cabo toda esa obra y en el séptimo día reposo, esos son días delante de Dios que para los seres humanos son milenios, siete milenios.

Y ahora, vean cómo desde los días de Jesús, en la Tierra se ha estado viviendo en los Días Postreros. Por eso es que San Pablo y San Pedro están de acuerdo cuando predican que aquellos días ya eran los Días Postreros. ¿Dónde San Pedro predicó que eran los Días Postreros? En el libro de los Hechos, capítulo 2, verso 14 en adelante: en su primer mensaje dijo, cuando allí recibieron el Espíritu Santo y pensaron que estaban borrachos, dice:

“Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras.

Porque éstos no están ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día.

Mas esto es lo dicho por el profeta Joel:

Y en los postreros días, dice Dios,

Derramaré de mi espíritu sobre toda carne,

Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán;

Vuestros jóvenes verán visiones,

Y vuestros ancianos soñaran sueños;

Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días

Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán”.

Ahora, vean para cuándo San Pedro dice que Dios dijo por medio del profeta Joel que Él derramaría de Su Espíritu Santo sobre toda carne; dice San Pedro que Dios lo prometió para los Días Postreros, y está mostrando allí que ya Dios está derramando de Su Espíritu Santo sobre toda carne. ¿Por qué? Porque ya comenzaron los Días Postreros, porque ya comenzó el quinto milenio, que es el primero de los tres milenios postreros. Los Días Postreros delante de Dios son los tres milenios postreros, que son quinto milenio, sexto milenio y séptimo milenio.

Y ahora, de Cristo hacia acá ya han transcurrido dos mil años, o sea, dos milenios, si le añadimos al calendario los años de atraso que tiene. ¿Y delante de Dios cuantos días han transcurrido? Solamente dos días, que son para nosotros dos milenios, o sea, dos mil años; y ya estamos en el séptimo milenio, que es el Día Postrero delante de Dios. Esto es si le añadimos al calendario los años de atraso que tiene; pero si no se los añadimos ya estamos en el 1998, y faltan unos cinco meses para terminar el 1998 y comenzar el 1999 y después comenzar el año 2000; o sea que falta dos años con unos cinco meses, mas o menos, para terminar el sexto milenio.

Vamos a ver, Miguel, por aquí, si nos da otra ayudita por aquí; dos años o tres años con cinco meses por ahí. ¿Cuántos nos faltarían, Miguel, para terminar los seis mil años, y terminar así también los dos milenios? Dos años con cinco meses, y terminan estos dos milenios postreros.

Dos días delante del Señor, dos Días Postreros delante del Señor, y…, o sea que hay que completar el año 2000, vivirlo completo ya con la fecha, año 2000. Entonces faltarían tres años y cinco meses, 2000, el 99. Dos años con cinco meses y se acaban los primeros dos días postreros, y solamente nos queda el último de los Días Postreros, que es el séptimo milenio. Eso es sin añadirle los años de atraso que tiene, pero si le añadimos los años de atraso que tiene ya estamos bien adentrados en el séptimo milenio. Ya estamos mas o menos como estaba el tiempo adentrado en los días que Jesucristo comenzó Su ministerio y terminó Su ministerio. Él lo terminó por ahí por el año 26 al... Vamos a ver: del 26 al 29 del quinto milenio, digo del 26 al 29 porque estamos sacando la cuenta de que Jesús tenía de 4 a 7 años de edad cuando comenzó el quinto milenio, cuando comenzó el primero de los días postreros.

Por lo tanto, son de 4 a 7 años que hay de diferencia, por lo tanto estaba por ahí del quinto milenio del año 26 al año 29; del año 26 si le añadimos 7 años llega al 33... Así es que... pero en la actualidad o después de Cristo hacia acá, se ha estado contando en el calendario, de Cristo hacia acá, contándose desde el primer año de la vida de Cristo hacia acá, y así está el calendario. O sea, que no sé... con los 4 a 7 años que faltaban para terminar el cuarto milenio y comenzar el quinto milenio, se dejaron en el aire por lo que veo. ¿Verdad, Miguel? Y eso pues en algún lugar tienen que aparecer.

El Hno Miguel habla  Ed

Y si nosotros tomamos todos esos cinco días y un cuarto, en 1998 años, y multiplicamos, sacamos esos cinco días y cuarto a esos 1998 días, ustedes encontraran que dan... Vamos a ver...

Miguel vamos a ver si lo sacas por ahí. (El Hno Miguel responde-Ed) No, pero los días para que aquí pues todos puedan ver.

1998 por 5-1/4 (el cuarto ese ustedes lo colocan; le buscan un cuarto a lo que es la cuarta parte de 1998 y ahí tienen los días que da ese cuarto de día al año); y después multiplican 5 por 1998 y les va a dar... ¿Cuántos días le va a dar, Miguel, a todo? (El Hno Miguel responde-Ed)

Son como... el cuarto de día son como 499 días y medio por ahí; pero vamos a ponerle 500 días.

Y los 5 días en 1998 años, vienen a ser 9990; y al sumar todo eso nos da 10.490; y lo dividimos entre 360 días que es lo que tenía el año antes, el año bíblico. ¿Y eso nos va a dar cuánto, Miguel? ¿Nos va a dar como 27 años? (El Hno Miguel responde-Ed) 27 de atraso o de diferencia. O sea, que estaríamos por ahí por el 2027 más o menos, o un poquito más si le sumamos los otros años antes de Cristo que le añadieron también al calendario.

No sabemos cuántos años antes fue. ¿Cuántos años antes? ¿10 años o 100 años antes fue? 160 años antes; ahí hay que buscar cinco días y cuarto más en 160 años. O sea que nos podemos meter a 28 años o 29 años de atraso; y eso significaría que así como Cristo estaba viviendo dos mil años atrás en el año ¿venti qué?, en el año 26 al 29 del quinto milenio, ahora nosotros nos encontramos viviendo por al año 27 al año 29 del séptimo milenio; o sea que estamos viviendo en un tiempo paralelo al tiempo que vivió Jesús en el quinto milenio. O sea, vivió, vamos a decir, estuvo Cristo viviendo y teniendo Su ministerio en el primer tercio del quinto milenio.

Y ahora nosotros nos encontramos en el primer tercio del quinto milenio viviendo en estos días finales; pero no podemos saber y decir cuándo será que los muertos en Cristo resucitarán y nosotros los que vivimos seremos transformados, pero ya estamos en el milenio en que eso tiene que suceder.

¿Saben lo que dijo nuestro hermano Branham en una ocasión? Vamos a ver, él dijo esto en diciembre 29 de 1963; él tenía para esa fecha unos 54 años, y vean lo que él dijo en la página 119, verso 1058 del libro de “Citas”:

“Tal vez sea que estoy construyendo una plataforma para que alguien más suba a ella (y no puede subir a esa plataforma otro que no sea aquel al cual él le está preparando ¿qué?, el camino; porque él es el precursor de uno que vendrá después de él). Tal vez yo sea llevado antes de este tiempo. / Pero yo creo que estamos tan cerca que yo no me moriré de edad avanzada. Y siendo de cincuenta y cuatro años, no me moriré de viejo hasta que él esté aquí”.

¿En la actualidad tendría cuántos años, Miguel? ¿89 años por ahí? 89 años tendría nuestro hermano Branham. Y ahora, ya a los 89 años de una persona de edad avanzada ya se puede haber ido hace tiempo, ya a los 80 años ya uno casi no puede ni con los zapatos; tienen que buscar unos zapatos que sean bien livianitos para caminar mas cómodo.

Y ahora, vean lo que él dice: “Yo no moriré de viejo sin que él este aquí”, sin que ese que viene después de él esté aquí; pues él le está preparando el camino a uno que vendrá después de él.

Y ahora, de ese habló no solamente nuestro hermano Branham: hablaron los profetas del Antiguo Testamento y habló también nuestro amado Señor Jesucristo. Y de este habla también el libro del Apocalipsis.

Ahora, ¿cómo vendrá? Eso es muy importante, saber cómo es que vendrá ese al cual él le está preparando el camino. Dice, también profetizando aquí en la página 166 verso 1485 dice:

“Ahora, yo estaba poniéndome bastante viejo…”

Ya esto es en el año 65, dos años más delante, el año en que él va a partir; y ya se encuentra en el mes de noviembre, y luego él partió en el mes de diciembre; o sea, el mes anterior a su partida, él dice:

“yo estaba poniéndome bastante viejo y pensé: ¿Habrá otro avivamiento, veré otro tiempo?”

O sea, ¿habrá otro tiempo y otro avivamiento? Aquí hubo un tiempo y un avivamiento; cada avivamiento y tiempo de parte de Dios es en cada etapa, en cada edad, donde envía un mensajero.

No puede haber un avivamiento de parte de Dios si Él no envía un mensajero para una etapa. Y hemos tenido el avivamiento de la primera edad, de la segunda, de la tercera, de la cuarta, de la quinta, de la sexta y de la séptima, por medio de la manifestación del Espíritu de Cristo en cada ángel mensajero, donde Dios ha llamado y juntado a Su pueblo en cada edad.

Y ahora él se pregunta: “¿habrá otro avivamiento?” Para que haya otro avivamiento tiene que haber otra edad y otro mensajero, y un Mensaje, para venir una manifestación, una visitación de Dios, una manifestación del Espíritu de Dios trayendo un avivamiento. Y ¿habrá otro avivamiento? Dice:

“¿Habrá otro avivamiento, veré otro tiempo? Y sólo recuerden, del Oeste (vigilen bien) del Oeste vendrá un jinete en un caballo blanco. Cabalgaremos esta senda otra vez. Eso es correcto. Tan pronto como estemos listos. ¿Ven ustedes? Es una promesa”.

Si es una promesa tiene que estar en la Biblia. Si es una promesa, entonces es parte del Programa de Dios que tiene que ser cumplido en el Día Postrero.

Y ahora, ¿cómo vendrá ese Jinete en ese Caballo Blanco? Pues para venir ese avivamiento, ese despertamiento, tiene que venir ese Jinete en ese Caballo Blanco para producir ese avivamiento o despertamiento; y será ese Jinete ¿viniendo de dónde? Del Oeste.

Cuando nos habla de un jinete nos habla de un mensajero, de un profeta viniendo a la escena.

Y ahora, veamos cómo también nos dice en el libro de “Los Sellos” en español, página 212, hablándonos acerca de un avivamiento que viene para la Iglesia de Jesucristo. Libro de “Los Sellos” página 212, dice:

“[104] La Novia todavía no ha tenido un avivamiento; todavía no ha habido allí ningún avivamiento, ninguna manifestación de Dios para sacudir a la Novia. Estamos esperando eso. Se necesitarán esos Siete Truenos misteriosos para despertarla. Él los mandará, lo ha prometido”.

Ahora, ¿cómo vendrá ese avivamiento?, ¿qué producirá ese avivamiento? Los Siete Truenos de Apocalipsis, capítulo 10, que son la Voz del Ángel Fuerte que desciende del Cielo envuelto en una nube. ¿Qué harán esos Siete Truenos al hablarle a la Iglesia, a la Novia de Jesucristo? En la página 128 del libro de “Los Sellos” en español, dice:

“121. Ahora, los Siete Truenos de Apocalipsis permitirán que Él muestre a la Novia cómo prepararse para esa gran fe de traslación”.

¿Qué le mostrará a la Novia, a la Iglesia de Jesucristo? Cómo prepararse para obtener esa fe de traslación, de rapto; la fe de rapto, de traslación, para ser transformados y arrebatados al Cielo y llevados a la Cena de las Bodas del Cordero.

¿Qué es lo que nos da esa fe? Los Siete Truenos de Apocalipsis capítulo 10. ¿Y qué es lo que revelará la Voz de los Siete Truenos de Apocalipsis capítulo 10? Lo que estará revelando será nada menos que el misterio del Séptimo Sello. Página 475 del libro de “Los Sellos”, dice:

“[175] El misterio de ese Sello no fue revelado porque fueron Siete Truenos que tronaron, y allí está perfectamente, porque ninguno sabe nada al respecto, no estaba escrito”.

Y si no estaba escrito lo que hablaron los Truenos, entonces se va a necesitar el intérprete de los sueños y de las visiones para que Dios le muestre a él el misterio contenido en el Séptimo Sello, y le muestre lo que las voces de los Siete Truenos hablaron, y le dé a conocer a Su Iglesia ese misterio. Nadie más podrá descubrir, revelar, ese misterio a la Iglesia del Señor Jesucristo. Se necesita, entonces, el intérprete de los sueños.

Dice también en la página 482 y 483 del libro de “Los Sellos”:

“[199] Vemos, pues, que es un misterio por completo (o sea, el Séptimo Sello), y la hora todavía no ha llegado para que se diera a conocer este misterio. Hemos llegado hasta aquí, y lo demás nos será dado allí: en el tiempo cuando aparezca Jesús nuevamente sobre la Tierra para (llevar) a Su Novia.”

¿Cuándo será revelado el misterio del Séptimo Sello? Cuando aparezca Jesús nuevamente sobre la Tierra para llevarse Su Novia.

Ahora, vamos a ver cómo aparecerá Él para llevarse Su Novia. Porque ella es la que tiene que saber cómo Él viene. En el libro de “Los Sellos”, página 57, dice:

“[16] Y vi otro ángel fuerte descender del cielo, cercado de una nube, y el arco celeste sobre su cabeza…

Ahora, si usted se fija bien, notará que está persona es Cristo, porque aun en el Antiguo Testamento Él fue llamado el Ángel del Pacto; y Él ahora viene directamente a los judíos porque la Iglesia ha llegado a su fin. Bien, ahora continuando:

... y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.

¿Recuerdan el Ángel de Apocalipsis capítulo uno? Este es el mismo. Un ángel es un mensajero, y él es un mensajero a Israel. ¿Ve usted? La Iglesia está a punto de ser raptada, Él viene por Su Iglesia”.

Ahora, vean ustedes cómo viene el Ángel Fuerte que desciende del Cielo, que es Cristo, el cual viene con Su rostro como el sol, o sea que viene como rey. Él viene como el mensajero a Israel porque Él es el Ángel del Pacto, Él viene directamente para el pueblo hebreo; pero Su Iglesia gentil ha llegado a su final, las siete edades de la Iglesia gentil han llegado a su final, y Él entonces viene por Su Iglesia para llevársela a la Cena de las Bodas del Cordero.

Ya han terminado las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, y ahora Cristo, el Ángel del Pacto, el Ángel Fuerte, viene en y a la Edad de la Piedra Angular, donde Su Iglesia es colocada, donde es llamada y juntada por Cristo, y le revela el misterio del Séptimo Sello, el misterio de Su Venida a Su Iglesia. Y dándole a conocer ese misterio, la Iglesia del Señor Jesucristo obtiene la fe para ser transformada y raptada, trasladada a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo.

Ahora, Él viene como el Jinete del Caballo Blanco de Apocalipsis capítulo 19. Él viene como está prometido en la Escritura.

Veamos también en la página 474 y 475, donde dice, en el libro de “Los Sellos”, donde dice el precursor:

“[173] Yo no sé quién será, ni qué va a suceder. ¡No sé! Solamente sé que esos Siete Truenos contienen el misterio por cuya razón hubo silencio en el Cielo. ¿Todos entienden?

174. Quizás sea ahora el tiempo y la hora cuando aparezca esta gran persona que hemos estado esperando. Quizás este ministerio, por el cual he tratado de convertir la gente a la Palabra, ha servido de fundamento. Si así es, entonces les estaré dejando para siempre. No habrá dos aquí al mismo tiempo (o sea, el precursor y el precursado). Y aun si así fuera, él crecerá y yo menguaré.”.

Lo mismo que dijo Juan el Bautista cuando vio que estaba el precursado al cual él le preparó el camino, y vio que estaba en la Tierra y lo presentó. Y después le vienen a decir a Juan: “Mira, aquel del cual tú diste testimonio ahora a él le siguen mas personas que a ti y bautiza también”, Juan dice: “A él le conviene crecer y a mí menguar”. [San Juan 3:26-30] Y lo mismo dice ahora el precursor de la Segunda Venida de Cristo aquí: “A él le conviene crecer y a mí menguar”.

“¡Yo no sé! Pero Dios me ha dado el privilegio de mirar y ver lo que es; lo vi abrirse hasta donde lo vi.”.

Y ahora, veamos cómo es que viene este Jinete del Caballo Blanco de Apocalipsis 19, que es el Jinete que viene ¿de dónde? Del Oeste. Y el Oeste es el continente americano. Y el continente americano consta de Norteamérica, de Centroamérica, de Suramérica y el Caribe. Y ya en la parte norte se cumplió la séptima edad de la Iglesia gentil; y ahora solamente queda Centroamérica, Suramérica y el Caribe, para la Venida del Jinete del Caballo Blanco de Apocalipsis 19, que viene ¿de dónde? Del Occidente.

Con esta profecía que dio el reverendo William Branham, Dios aumentó la profecía de la Venida del Jinete del Caballo Blanco de Apocalipsis 19 y dio más luz acerca del territorio de donde vendría el Jinete del Caballo Blanco de Apocalipsis 19: del Occidente.

¿Y que será Su Venida en el Día Postrero? Este Jinete del Caballo Blanco de Apocalipsis 19 es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, nuestro amado Señor Jesucristo, el Espíritu Santo viniendo en el Día Postrero.

En la página 277 del libro de “Los Sellos” en español, dice el reverendo William Branham orando:

“[240]… pedimos que el Espíritu Santo venga ahora mismo, el Jinete del verdadero caballo blanco, mientras Su Espíritu, el Espíritu de Cristo, entre en confrontación con el anticristo, y Él llame los Suyos.”.

¿Quién es el Jinete del Caballo Blanco de Apocalipsis 19? Es el Espíritu Santo viniendo.

Ahora, vean cómo también en otra ocasión hubo un sueño que tuvo una persona o nuestro hermano Branham. Él cuenta ese sueño, en donde fue visto un Jinete en un caballo militar, grande, blanco, y ese Jinete tenía toda la ropa de un jefe indio puesta y venía cabalgando. Y por cuanto Dios refleja en Sus profetas la Venida del Señor, está reflejando en el reverendo William Branham la Venida del Señor en ese sueño.

Y cuando la persona en el sueño vio al Jinete, dice que era el hermano Branham; porque él era el profeta de ese tiempo, en donde se estaba reflejando la Venida del Señor, la cual, para el Día Postrero será cumplida como ha sido prometida, pero ha sido reflejada en los profetas del Antiguo Testamento y también en los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil.

Y ahora, él dice en la página 168 del libro de “Citas”, verso 1496:

¿Por qué yo un hombre viejo, sufrí toda mi vida?¿Por qué Él me cura ahora?” Había sufrido de problemas en su estomago, pensaban que era gastritis o algo parecido; pero estaba reflejando en él los problemas por los cuales la Iglesia de Jesucristo pasaría durante las siete edades de la Iglesia gentil. Y luego es sanado, porque la Iglesia en la Edad de la Piedra Angular es sanada de todos esos problemas que tenía en las siete edades de la Iglesia gentil.

Y ahora, dice: “Creo que cabalgaré esta senda otra vez, tengo que traer un mensaje.”

El único Mensaje que hay después del Mensaje del precursor de la Segunda Venida de Cristo es el Mensaje del Evangelio del Reino, el Mensaje del Ángel Fuerte que desciende del Cielo, el Mensaje de los Siete Truenos, el Mensaje que revela el misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. Ese es el Mensaje del Evangelio del Reino, que gira al rededor de la Segunda Venida de Cristo, ese es el Mensaje para la Dispensación del Reino. Y ese Mensaje es el que es traído en el Día Postrero por el Jinete del Caballo Blanco de Apocalipsis 19.

Y ahora ¿cómo vendrá este Jinete del Caballo Blanco de Apocalipsis 19? Página 256 del libro de “Los Sellos”, dice:

“Pero cuando el nuestro Señor aparezca sobre la Tierra, el vendrá sobre un caballo blanco como la nieve, y será completamente Emanuel, la Palabra de Dios encarnada en un hombre”.

Eso es la venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, eso es la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, viniendo ¿de dónde? Del occidente. Un Jinete del occidente vendrá sobre ese caballo blanco, sobre ese poder puro de la Palabra de Dios. Así será como vendrá el cumplimiento del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19. La Palabra haciéndose carne en un Hombre del occidente, en el cual estará el Espíritu de Cristo, el Espíritu de Dios manifestado en este Día Postrero para así cumplir Su Venida y abrirle el misterio del Séptimo Sello a la Iglesia de Jesucristo, el misterio de la segunda Venida de Cristo.

Y por medio de esa manifestación en carne humana del Espíritu Santo, del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová hablar con esa gran Voz de los siete truenos y abrir ese misterio de la Segunda Venida de Cristo, que es la Venida del Ángel del Pacto, la Venida del Ángel de Jehová manifestándose en medio de Su Iglesia, velándose en carne humana en Su Ángel Mensajero, y revelándose a través de Su Ángel Mensajero a Su Iglesia en este Día Postrero.

Pero ese Ángel no es el Señor Jesucristo. El solamente es el instrumento del Señor Jesucristo, él solamente es el instrumento del Ángel de Jehová, del Ángel del Pacto, para, por medio de ese velo de carne, el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, Jesucristo en Espíritu Santo, manifestarse en medio de Su Iglesia y darle a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, y revelarle estos grandes misterios correspondientes a este tiempo final.

Ahora, vean como del occidente es que este Jinete del caballo blanco viene y es el que trae ese despertamiento, ese avivamiento a la Iglesia de Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular; y llama y junta a los escogidos de Dios en la Edad de la Piedra Angular y los prepara para ser transformados y raptados en este tiempo final, y llevados así a las Cenas de las Bodas del Cordero en el Cielo.

Ahora, vean como con estos símbolos de un Jinete en un caballo blanco viniendo, Dios muestra la segunda Venida de Cristo, la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová viniendo. También representa la Venida del Señor en un águila, púes, para el tiempo de Moisés también dice que Dios libertó al pueblo, se los llevó, o los sacó como él águila hace con sus pajaritos, con sus aguiluchos sacándolos del nido y llevándolos a volar.

En Deuteronomio nos habla así Dios, en el capítulo 32, verso 11 dice:

“Como el águila que excita su nidada, revolotea sobre sus pollos, Extiende sus alas, y los toma, Los lleva sobre sus alas,

Jehová solo le guió, Y con él no hubo dios extraño.

Lo hizo subir sobre las alturas de la tierra, Y comió los frutos del campo, E hizo que chupase miel de la peña, Y aceite del duro pedernal;”

Así hizo Dios con Israel, como hace el águila con sus aguiluchos, que se los engancha en Sus alas y se los lleva volando. Y Dios como el águila mayor, porque Dios es representado en el águila, y también los hijos de Dios son representados en águilas. Dice que los que temen a Dios, dice que correrán y no se cansarán, y que como el águila se rejuvenecerán. Ahora, podemos ver que a través de la Escritura, águilas representa profetas.

Y ahora, vean como por medio de estos símbolos que son usados en las profecías, Dios profetiza las cosas que han de suceder; y luego cuando el interprete de sueños y visiones aparece, puede tomar esos sueños y visiones, y esos símbolos que están contenidos en sueños y visiones, y darle a conocer el significado de esos símbolos a las personas.

En el libro del Apocalipsis es donde mas símbolos hay, aparecen águilas también, leones; todo eso tiene un significado. El león de la Tribu de Judá es Jesucristo en Su segunda Venida como Rey de reyes y Señor de señores. El también es el águila mayor que viene en el Día Postrero, por eso en la página 14-A, verso 144, dice el precursor de la segunda Venida de Cristo:

“Así que hagamos lo que podemos mientras es de día, y algún día habrá las alas de un águila blanca bajaran y el nos llevará.”

¿Qué significa esto? Vean, “las alas de un águila blanca bajaran y el nos llevará”. Eso nos está hablando de la Venida del Señor en Su manifestación final, es el mismo Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19 el que viene. Y ahora viene con un águila.

Ahora, Cristo es el águila, y sus alas son los ministerios de Moisés y Elías. La Venida de Cristo con Sus ángeles es la Venida del Espíritu Santo, del Ángel del Pacto, velándose y revelándose en carne humana, y manifestando los ministerios de Jesús, de Elías y de Moisés. Ahí tenemos el gran águila Jesús, tenemos Sus alas que son Moisés y Elías. Todo eso manifestado en el Día Postrero, en la manifestación del Ángel del pacto, del Ángel de Jehová, de Jesucristo en Espíritu Santo en Su Ángel Mensajero. Y ahí tenemos el águila que bajaría y, en Sus alas nos llevaría a la Cena de las bodas del Cordero.

También en Malaquías capítulo 4, verso 2 dice:

“Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.”

“En el día en que yo actúe ha dicho Jehová de los ejércitos”, y dice también:

“Y caminaréis sobre sus cenizas” Las cenizas de los que serán quemados, eso será durante el Reino Milenial donde estaremos caminando con Cristo sobre la Tierra, pero ya los malos estarán convertidos en ceniza.

Ahora, ¿Cómo es que podemos saber todas estas cosas, verlas a través de la escritura, a través de los mensajes del precursor de la segunda Venida de Cristo también, y comprender todas estas cosas? Porque está con nosotros el interprete de los sueños; el Espíritu Santo, el Ángel del Pacto manifestado en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino. Y para eso él tiene a Su Ángel Mensajero, a través del cual él nos daría a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final. Por eso dice:

“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”

Y ahora, el interprete de los sueños es el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, y los revela a Su Ángel Mensajero en el Día Postrero. Y Su Ángel Mensajero en el Día Postrero viene a ser el interprete de los sueños para la Iglesia del Señor Jesucristo, ungido con el Espíritu Santo.

Y, ¿Qué harán con ese interprete de los sueños? Si estuviera el rey Faraón de aquel tiempo de José, diría: “Tú serás el segundo en mí trono, en mí reino” Pues ese hubiera sido el que le hubiese interpretado el sueño al rey Faraón o al Faraón. Y era un sueño sencillo ¿Vieron? unas espigas y unas vacas.

Ahora, los sueños y visiones que hay, ustedes pueden ver que son mas complicados. Pero todos son sencillos, porque los dio el que da los sueños y visiones y revela los misterios celestiales.

Y cuando El coloca un profeta en la Tierra, El le revela a ese profeta esos misterios, y son tan sencillos cuando son revelados a ese profeta, como fueron sencillos los que eran sencillos realmente.

Ahora, no hay sueño complicado para Dios, Dios lo coloca en la forma que El quiere, algunas veces los coloca en forma un poco mas complicada, porque hay mas detalles que tienen que ser cumplidos; pero cuando El los revela al profeta que el envía, luego se hacen tan sencillos que hasta los niños los pueden entender.

Y por eso es que los niños para la Edad de la Piedra Angular estarían entendiendo también, lo mismo que los adultos y los jóvenes estarían entendiendo. Y las cosas que los profetas y justos desearon comprender en sus tiempos correspondientes al tiempo final, a nosotros nos ha tocado entenderlas. A vosotros es dado conocer los misterios del reino de los Cielos correspondientes a este tiempo final, ¿Porqué? Porque es enviado a nosotros en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, él Ángel del Señor Jesucristo: “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”. Es la primera vez en que el Señor Jesucristo envía un profeta dispensacional a Su Iglesia para dar a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto.

Es el mismo profeta que le envío al apóstol San Juan para darle la revelación del Libro del Apocalipsis. Ese mismo profeta que cerca de dos mil años atrás le dio la revelación del Apocalipsis a Juan, es el Ángel del Señor Jesucristo, enviado a la Iglesia del Señor Jesucristo en este tiempo final, para darle a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto. Y si le dio esta revelación del Apocalipsis a Juan, pues debe saber lo que significan esos símbolos del Apocalipsis. Pues es el Ángel Mensajero del Señor Jesucristo, al cual Juan quiso adorar, y él le dijo que no lo hiciera, le dijo: “Porque yo soy consiervo tuyo y de sus hermanos”; o sea, un profeta como los demás profetas que son los siervos de Dios. Dios llamó a Sus profetas Sus siervos; dice:

“Porque no hará nada Jehová el Señor, sin que antes revele su secreto a sus siervos los profetas”. Amós, capítulo 3, verso 7.

Y este Ángel del Señor Jesucristo viene revelando las cosas que deben suceder pronto. Porque es un profeta dispensacional que viene con la revelación de todas estas cosas que deben suceder pronto. Porque ese es el profeta que viene con la interpretación de los sueños, visiones y profecías, correspondientes, a este tiempo final.

Y si estuviera presente el rey Nabucodonosor, diría: “Cuéntame acerca de esa etapa de los pies de hierro y de barro cocido”, esa es la etapa, de la cual el Ángel del Pacto por medio Su Ángel Mensajero nos ha contado y nos ha dicho como es esa etapa.

El rey Nabucodonosor no pudo comprender esa etapa, aunque fue dicha esa etapa proféticamente en la interpretación que le dio el profeta Daniel al rey Nabucodonosor de esa etapa de los pies de hierro y de barro cocido.

Vean, la piedra no cortada de manos, que es la segunda Venida de Cristo, viene, y es la que hiere los pies de hierro y de barro cocido, y esa piedra crece y se forma un gran monte, un gran reino, que es el glorioso Reino Milenial de Cristo para ser establecido en la Tierra, y gobernar sobre todo el planeta Tierra.

Ahora, cualquier rey en su tiempo, hubiera tomado a ese interprete de los sueños correspondiente a este Día Postrero y le hubiera dicho: “Tú eres el segundo en mí trono, en mí reino”. Y creen ustedes que un rey que va a gobernar en este planeta Tierra ¿No va a hacer eso? ¿Saben ustedes una cosa? Hay buenas noticias para ese interprete de los sueños. El rey que gobernará este planeta Tierra, nuestro amado Señor Jesucristo, dijo: “Al que venciere yo le daré que se siente conmigo en mí trono; así como yo he vencido y me he sentado con mí Padre en Su trono”. Lo va a colocar como segundo en Su Reino.

Ya eso fue reflejado allá, en tiempos pasados. Así como Dios colocó en Su trono a Jesús cuando ascendió victorioso al Cielo, lo mismo hace Jesucristo con el vencedor: “Así como yo he vencido y me he sentado con mi Padre en su trono”; así es como El dice que lo sentará en Su trono, al vencedor.

Ese vencedor es el Ángel del Señor Jesucristo, el cual es el interprete de los sueños, y también de las visiones y de las profecías correspondientes a este tiempo final. Y eso El lo hace, no por Su propia sabiduría humana, sino por el Espíritu de Dios. Por medio del Espíritu de Dios viene el discernimiento de esos sueños, visiones y profecías, y son revelados a El esos misterios, y El los revela a Su Iglesia en este tiempo final; Y Cristo lo colocará en Su reino.

Al que venciere yo le daré autoridad sobre las naciones, y él las regirá con vara de hierro; ¿ve? al que venciere yo le daré del mana escondido; o sea, la revelación de la Segunda Venida de Cristo como León de la Tribu de Judá: “al que venciere yo le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe”, ¿y quién es el que lo recibe y el que recibe esa piedrecita blanca? El vencedor. Eso es para el Ángel del Señor Jesucristo. Y la piedrecita blanca, es la piedra no cortada de manos, la segunda Venida de Cristo, la cual El la recibe en la Edad de la Piedra Angular, y en él se manifiesta el Espíritu Santo, Jesucristo en el Día Postrero, él lo recibe, le da la bienvenida y El se manifiesta a través de Su Ángel Mensajero en este tiempo final, y manifiesta Sus atributos que El prometió manifestar en este tiempo final, él dice también:

“Al que venciere yo le haré columna en el templo de mi Dios y escribiré sobre el, el nombre de mi Dios y el nombre de la ciudad de mi Dios; la nueva Jerusalén la cual desciende del Cielo de mi Dios y Mi Nombre Nuevo”.

Por eso la manifestación del Nombre Nuevo del Señor Jesucristo, que es el Nombre Eterno de Dios, esa manifestación estará en la manifestación del Verbo, la Palabra encarnada en un hombre; o sea, en el Ángel del Señor Jesucristo, esa será la manifestación del Nombre Eterno de Dios y Nombre Nuevo del Señor Jesucristo, será la manifestación de la Palabra, el Verbo, hecho carne en Su Ángel Mensajero.

Ahora, miren todas las bendiciones que hay preparadas para el interprete de los sueños, y de las visiones y profecías del Día Postrero. Ese es el mismo Ángel que le reveló a Juan el Libro del Apocalipsis, y es enviado a la Iglesia del Señor Jesucristo en este tiempo final, para bendición de todos los escogidos de Dios, para ser llamados, juntados, y preparados para ser transformados y arrebatados al Cielo y llevados a la Cena de las Bodas del Cordero en la casa de nuestro Padre Celestial.

Ahora, hemos visto a través de la historia Bíblica, “EL INTÉRPRETE DE LOS SUEÑOS”; el cual es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, a través del Profeta Mensajero que El ha usado en cada tiempo. Y por eso es que el profeta de cada tiempo que ha usado Dios, para interpretar sueños, visiones y profecías, ha sido llamado “EL INTÉRPRETE DE LOS SUEÑOS”.

Y ahora, lo hemos visto, al interprete de los sueños, moviéndose de edad en edad a través de Sus profetas, a los cuales ha venido la revelación de parte de Dios; y por lo cual han sido también llamados esos profetas interpretes de sueños, de visiones y de profecías.

Y ahora, hemos visto ese movimiento de edad en edad y de dispensación en dispensación del interprete de los sueños, que es el Ángel de Jehová por medio de Sus profetas.

Y en este tiempo final, en la Edad de la Piedra Angular yo estoy viendo al interprete de los sueños, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, interpretando los sueños y revelándoselos a Su Iglesia por medio de Su Ángel Mensajero. A Ese es al cual yo he visto interpretando Sus sueños.

Pero para darlos a conocer a Su Iglesia tiene que usar un velo de carne, y ese velo de carne para el Día Postrero ¿Sería quién? El Ángel del Señor Jesucristo, a través del cual se manifestaría el Jinete del caballo blanco de Apocalipsis, manifestándose, viniendo ¿De dónde? Del occidente. O sea, del continente Americano, de la América Latina y el Caribe, que es la parte que queda para esa manifestación del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, del interprete de los sueños para este tiempo final.

Yo he visto, el interprete de los sueños, interpretando los sueños, y visiones y profecías que Dios le dio a otros profetas, y a personas, y que fueron registradas en los mensajes dados en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento y en los mensajes del reverendo William Branham. Por eso es que sabemos estas cosas; por que está con nosotros en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, en la América Latina y el Caribe “EL INTÉRPRETE DE LOS SUEÑOS”. Y todos los sueños proféticos que hay y que no han sido comprendidos, están siendo abiertos, revelados para ser comprendidos en este tiempo final.

Nos dijo el precursor de la segunda Venida de Cristo (ya para terminar). Dice hablándonos acerca de este Jinete, dice en la página 162, dice:

“Se volverá en el Oeste y cabalgará de vuelta otra vez uno de estos días, sólo recuerden: seguramente lo hará.”

Ahora, ese Jinete viene en el Occidente, cabalga en el Occidente y después ira ¿a dónde? Al oriente, la tierra de Israel.

Ahora ahí, miren esta es una revista hebrea, y miren aquí lo que dice:

“Preparémonos para la llegada del Mesías”. Ellos están esperando. Y ahora, la promesa es que el vendrá ¿De dónde? Del Oeste, o sea, de el continente Americano, de la parte Latinoamericana y Caribeña es que les llegará ese Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, de ahí es de donde les llegará ese Jinete uno de estos días. En la página 161 dice [“Los Sellos”]:

“Cuando podamos obtener todos, podamos obtener una oportunidad, donde ustedes puedan salir de trabajar, y pasar unos pocos días (O sea, salir de trabajar, tomar vacaciones) y pasar unos días en actividades; y podamos colocarnos en alguna parte donde yo pueda hablar sobre esas plagas y cosas que han de caer en esos días y juntar mas o menos dos o tres semanas y reunir eso. Y si el señor me deja vivir para hacerlo y me inspira a hacer así, ¿Ven? Como esas cosas serán bajadas, y esos truenos; entonces ustedes descubrirán lo que ese hombre y esa gente han estado soñando. Y todas esas cosas allí vendrán a pasar.”

Ahora, ¿Cuándo es que se comprenderían todos esos sueños que habían tenido muchas personas? Cuando los truenos estuvieran siendo dados a conocer, y estuvieran siendo dadas a conocer esas plagas, esos juicios divinos, que han de caer sobre la Tierra. Y eso es bajo la predicación del Mensaje del Evangelio del Reino, en donde se predica el día de venganza del Dios nuestro y se muestra a la gente los juicios divinos que han de venir; y todo eso está bajo la predicación de los siete truenos de Apocalipsis capítulo 10. Y los siete truenos de Apocalipsis capítulo 10 nos muestran Su Venida también, y todas las cosas que han de suceder, porque los siete truenos es la Voz de Cristo, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo envuelto en una nube, el cual clama como cuando ruge un León, y los siete truenos emiten sus voces.

Miren, como también nos dice este sueño; ¿Vamos a ver Miguel qué hora tenemos por ahí? Nos dice este sueño ya para terminar, este sueño está un poquito largo pero dice, página 118 [“Los Sellos”]:

“Mi hijo Billy Paul, habla dormido, pero no tiene estos sueños muy a menudo. La otra noche tuvo un sueño que lo estremeció, soñó que estaba en la iglesia y que yo no llegaba todavía y cuando llegué me salía lumbre de los ojos y yo le dije, éste es el tiempo; ya terminó... Y todos empezaron a gritar, no puedo, mis hijos. Mi esposa dijo, “no puedo hacer a Sara que haga oración en la mesa, etc.” Billy Paul dijo, “Tengo que traer a Loyce y al niño”(O sea, su esposa y su hijo) y yo dije. “Loyce no puede venir ahora, el niño esta muy pequeño para saber esto. Billy la hora esta aquí; vale más irnos.” y yo dije “ya es media noche, antes del amanecer Jesús estará aquí y si no es así, soy un falso testigo de Cristo” y alguien habló y dijo, “ningún hombre sabe ni el minuto ni la hora” Yo no dije minuto ni la hora, yo dije “será entre el anochecer y el amanecer” Yo le dije: “vámonos Billy.” y yo dije “este es el tiempo vámonos”, y nos subimos al carro (o sea, al auto) y nos fuimos hacia la montaña y cuando nos fuimos, parecía que la luz del amanecer ya venía, y los cielos estaban obscuros sobre la tierra; el dijo que me salí a un lado del camino y levante mis manos de esta manera, todavía me salía lumbre (O sea, Fuego) de los ojos y dije. Señor yo he hecho esto por tu mandato, yo he hecho esto porque Tú me dijiste que lo hiciera así... yo he hecho estas cosas de acuerdo con lo que tú me dijiste. Y yo hice señas a una grande montaña de granito y una luz sin manos cortó esa piedra de la montaña que pesaba cientos de toneladas y venía. (O sea, venía bajando) Yo dije, “volteen sus cabezas no miren” Todo se acabará en unos cuantos minutos y un grande y santo silencio había por todas partes, cuando esa piedra venía hacía nosotros; Puede ser mas tarde de lo que pensamos. Es exactamente escritural. (¿Miran ustedes?) La piedra sin manos que corto de la montaña. Y alguno de estos días va acontecer así, que ustedes gritarán por algo... Este es un sueño mandado del Señor”.

Ahora, vean como fue vista por Billy Paul en sueños, la piedra no cortada de manos que vio también el profeta Daniel y el Rey Nabucodonosor. Esa piedra no cortada de manos es la segunda Venida de Cristo, es la Venida del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19. La Venida del Verbo hecho carne en el Día Postrero.

Ahora, vean ustedes, cuando esa piedra venía hubo un silencio, y en Apocalipsis capítulo 8, verso 1 cuando el Séptimo Sello fue abierto en el Cielo ¿Que hubo? silencio como por media hora.

Y Ahora, salía fuego de los ojos del Hermano Branham, porque Cristo está reflejando en él, el fuego que aparece en Sus ojos, en Apocalipsis capítulo 1, verso 12 al 20 y Apocalipsis capítulo 10, verso 1 en adelante, porque de los ojos del Hijo del Hombre sale fuego, Sus ojos son como llama de fuego, Su cabeza es como blanca lana, Sus pies como columna de fuego. Vean todos esos son los símbolos que.... Y atributos que estarán siendo manifestados en la Venida del Hijo del Hombre.

Ahora, el Cordero tiene siete ojos en Sus siete cuernos, pero ahora aparece el Hijo del Hombre con Sus dos ojos como llama de fuego. Sus dos ojos como llama de fuego son los ministerios de Moisés y Elías, porque ojos significa profetas, videntes. ¿Ven lo sencillo que es todo?

Ahora, vean como se reflejó también en nuestro hermano Branham en ese sueño, los atributos que Cristo estaría manifestando. Sus dos ojos como llama de fuego son los ministerios de Moisés y Elías siendo manifestados en la Venida del Hijo del Hombre.

Y ahora, vean cuando serían comprendidos estos sueños ¿Cuándo? Cuando los siete truenos estuvieran emitiendo sus voces, que es la Voz de Cristo del Ángel fuerte hablando por medio de Su Ángel Mensajero a Su Iglesia en este Día Postrero.

Ha sido para mí en esta noche un privilegio muy grande estar con ustedes, dándoles testimonio de “EL INTÉRPRETE DE LOS SUEÑOS”.

Y hemos visto que está con nosotros el interprete de los sueños, y que no habrá sueño mandado por Dios a la raza humana correspondiente a Su cumplimiento al Día Postrero que no sea abierto y dado a conocer a los escogidos de Dios. Y no hay ni sueño, ni visión, ni profecía que no sea abierta en este Día Postrero a los Hijos de Dios, porque con nosotros está en este Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular, “EL INTÉRPRETE DE LOS SUEÑOS”.

Por eso es que estamos viendo las Escrituras, las profecías, sueños y visiones y profecías siendo abiertas a nosotros en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino.

Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, el gran interprete de los sueños, sean sobre todos ustedes y sobre mí también.

Y lo que ha sido mostrado que él nos dará a nosotros y ha sido mostrado en sueños, en visiones y en profecías, se materialice en cada uno de ustedes y en mí también, y pronto todos seamos transformados y llevados al Cielo a la Cena de las Bodas del Cordero, a la casa de nuestro Padre Celestial. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.

Muchas gracias por vuestra amable atención; amados amigos y hermanos presentes. Y pasen todos muy buenas noches.

Nos veremos durante los demás días de la semana, en los diferentes lugares donde algunos de ustedes estarán.

Con nosotros nuevamente Miguel Bermúdez Marín.

Pasen todos muy buenas noches.

“EL INTÉRPRETE DE LOS SUEÑOS”.