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Despertando a la realidad 1978-04-13 1 Tucson Arizona US 00:00:00 false

Muy buenas noches, amados hermanos; es para mí de grande bendición poder estar entre ustedes, y una reunión como esta, de ministros, en donde cada persona, cada ministro, tiene el derecho de hablar delante de todos los ministros lo que él dice que ha recibido de parte de Dios, y así todos los ministros le den la oportunidad de oir a cada otro ministro; y así saber si a nosotros se nos ha escapado algo que Dios haya prometido, y que hemos creído que nosotros somos los que lo tenemos que recibir; porque ese es el pensar de cada ministro.

Por causa de la fidelidad a la Palabra de Dios, cada ministro entiende que si Dios va a traer algo al pueblo, ahí tiene un ministro para hacerlo; pero cuando nos reunimos así todos, podemos ver y examinar lo que Dios ha estado haciendo a través de los demás ministros, y ver qué fue lo que no vimos nosotros cuando estábamos solos, sin saber lo que otros estaban predicando.

Algunas veces oímos muchos rumores acerca de los compañeros ministros, y oímos decir: “tal ministro predica tal cosa, tal ministro predica tal cosa”; pero cuando tenemos la oportunidad de estar todos juntos, tenemos la obligación como siervos de Dios de decir el Evangelio que estamos predicando.

Un tiempo así como este fue el tiempo del apóstol Pablo, cuando Dios lo llamó; y él respondiendo al llamado de Dios, buscó a Dios y recibió la revelación de Dios, la revelación correspondiente para aquel tiempo; y después que la tuvo, dice que fue a Jerusalén e hizo saber el Evangelio que él estaba predicando, porque habían muchos rumores de que él estaba predicando así y de esta otra manera, y él fue y dijo la clase de Evangelio que él predicaba.

Y aquí todos estamos en un lugar que espiritualmente Dios a través de un hombre le llamó Jerusalén, y esas palabras tienen mucho significado para todo ministro del Mensaje, y más cuando Dios ha dicho a través del mensajero, el cual fue Elías, que Estados Unidos de América tipifica a Israel.

Por lo tanto nosotros en esta hora tenemos que ser ministros realistas, no podemos estar soñando despiertos, tenemos que enfrentarnos a la realidad. Y para esta noche yo les estoy hablando sobre el tema: “DESPERTANDO A LA REALIDAD.”

Porque si no despertamos a la realidad... Tenemos la historia allá de Israel; y si Estados Unidos representa a Israel, no desearíamos que pase algo así como sucedió allá en el Israel literal.

Recuerde que los tipos y figuras nunca fallan. El cuarto Elías nos dijo: “¿Usted quiere saber lo que viene?” Y eso todos lo queremos saber. El dijo: “Vayan atrás, a lo que pasó en el pasado, vayan a los tipos y figuras, vaya a la sombra; y eso le dirá lo que viene.”

Por lo tanto, teniendo tales advertencias en este tiempo en el cual vivimos, en donde el cuarto Elías nos ha dicho: “Viene algo de parte del Señor, y es ASI DICE EL SEÑOR.” Y si no vigilamos, nos pasará por encima.

¿Y qué es lo que estamos esperando? ¿Qué usted está esperando como ministro? Esa es una buena pregunta.

Recuerde: Israel estaba esperando ¿qué? Lo que los profetas dijeron que Dios iba a hacer. ¿Y cuál fue la promesa más grande para Israel? La promesa de la Venida del Mesías, la promesa del Deseado de todos ellos; y todos estaban esperándolo, todos tenían la Palabra hablada por los profetas; ellos tenían la Palabra, y ellos estaban esperando la Venida del Mesías.

Ellos hicieron algo que los cegó, ellos hicieron algo que les impidió ver lo que ellos estaban esperando; pero con todo y eso, Dios lo cumplió; porque Dios no tiene que ver que usted esté o no esté de acuerdo con lo que El haga, a Dios no le importa que usted esté o no esté de acuerdo con lo que El haga, El de todos modos lo hará; porque El actúa, El cumple lo que El ha prometido, le guste a usted o no le guste.

Por lo tanto tenemos que despertar a la realidad, porque hay promesas, promesas gloriosas para nosotros; pero cuando Dios promete algo grande, tenemos que saber que El siempre lo cumple en simplicidad.

¿Y dónde es que Dios nos ha dicho que tropieza la gente? En la simplicidad en que Dios cumple Sus promesas. Siempre el velo de carne donde Dios cumple Sus promesas es el lugar de tropiezo, es piedra de tropiezo; por tanto ahí tropezó Israel en el cumplimiento de lo que estaban esperando.

¿Y cuál fue la causa por la cual tropezaron? Porque tomaron las promesas escritas, pero que antes habían sido habladas (porque la Palabra antes de ser escrita es hablada, y sigue siendo Dios); tomaron esa Palabra escrita y comenzaron a razonar, comenzaron a especular, comenzaron a darles sus propias interpretaciones; y encontramos que cada levita decía: “tenemos la interpretación correcta.” Y eran sinceros, y conforme a la forma en que ellos veían las promesas escritas, ellos estaban correctos; pero de acuerdo a la manera en que Dios las cumplió, ellos estaban incorrectos.

Ahora, nosotros tenemos que mirar hacia atrás, porque con lo que le ha pasado a otros, tenemos ya suficiente escuela (enseñanza) para saber y aprender que si actuamos de la misma manera que aquellos actuaron, Dios cumplirá lo que El ha prometido y nos pasará por encima y no lo veremos.

Por tanto, miren ustedes a Israel: Dios les cumplió las promesas, ya tiene casi dos mil años, y todavía no lo saben; pero la Escritura dice de la siguiente manera, en Zacarías capítulo 12, el verso 10, dice:

Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron, y llorarán como se llora por hijo unigénito, afligiéndose por él como quien se aflige por el primogénito.”

Aquí encontramos al pueblo de Israel, a todo Israel. Y usted me dice: “¿todo Israel?” Yo le digo: “Sí, todo Israel.” ¿Sabe de cuántos se compone todo Israel para Dios? De 144 mil. Esos son los escritos en el Libro de la Vida del Cordero, ellos están escritos en el Libro de la Redención; por eso el Libro de la Redención tiene que ser abierto para ellos poder venir. Y cuando el Señor se les presenta a ellos, El se les presenta como el León de la tribu de Judá.

Aquí podemos ver a este pueblo que tiene una promesa de Dios, despertando a la realidad después de dos mil años de Dios haberle cumplido la Primera Venida del Mesías.

En la Primera Venida del Mesías no Le pudieron ver; les pasó lo mismo que le pasó a los hermanos de José: que no podían ver quién era su hermano, y todo lo que José hablaba, a ellos les molestaba.

José, conforme a la revelación que recibía de parte de Dios, sin él hacer nada para recibirlo, porque los dones de Dios son sin arrepentimiento; él no hizo nada para recibir aquellos sueños, ni para las interpretaciones de aquellos sueños; él nació profeta, y al nacer profeta las dos consciencias están juntas; por lo tanto eso operaba automáticamente cuando Dios lo hacía funcionar. Así funcionan los profetas; ellos de sí mismos nada tienen que hacer, es Dios el que opera en ellos de la manera que Dios quiere.

Todos ellos estaban muy celosos con José. Hasta aquellos días él era el menor, usted sabe, después fue que llegó el Benjamín.

Encontramos que ellos le vendieron, y eso cumple el tipo de lo que le sucedió al Mesías cuando vino la primera vez, allí estaba el tipo; la próxima vez que ellos ven a José, ellos lo ven entre los gentiles, pero no lo conocen, el rey le había cambiado el nombre, ¿sabían ustedes eso, verdad?

Encontramos que ellos le vieron y él estaba en el trono, era un príncipe, un rey, y nadie podía ir a Faraón si no era por José; por lo tanto cuando Israel volvió a ver a su hermano, a José, lo vio entre los gentiles. ¿Y cómo lo vio? Como rey, como un príncipe, y con un nuevo nombre; y no le conocían, pero él sí los conocía a ellos. El disimuló delante de ellos, porque él tuvo un plan en su corazón, el cual Dios puso en su corazón para que fuera el tipo y figura de lo que sucedería con el Mesías.

Por lo tanto ellos no sabían nada de quién era ese hombre, pero era su propio hermano, pero estaba entre los gentiles, ya casado y con dos hijos.

Encontramos que ese es el tipo de la Segunda Venida del Señor, conforme a lo que dijo el cuarto Elías y todos los profetas que fueron antes que él.

Aquí nos dice el profeta Zacarías que eso sucederá con Israel; por lo tanto Israel va a despertar. El ha despertado políticamente, Dios los ha llevado a su tierra; y cuando ellos estaban regresando y los entrevistaban, a los ancianos les preguntaban: “¿han venido para morir en Israel?” La contestación era: “No. Hemos venido para ver el Mesías.”

Encontramos que ellos despertarán, porque esa es la promesa; pero hay un orden para Dios cumplir esa promesa. Y no es el orden suyo ni el mío, es el orden de Dios.

Y cómo nos gustaría a nosotros ver 144 mil viniendo a la Palabra, despertando a la realidad; todos desearíamos eso, deseamos ver eso.

¿Tendremos la promesa para verlo? Buena pregunta, ¿verdad? Si estuviera el cuarto Elías aquí, ¿le gustaría hacerle esa pregunta?

El Mensaje y el mensajero son la misma cosa, son una cosa; por esa causa aunque el cuarto Elías personalmente no esté, su Mensaje está, y la promesa fue que su Mensaje introduciría la Segunda Venida de Cristo.

¿Usted quiere saber sobre la Segunda Venida de Cristo? ¿Usted quiere saber el orden? Usted tiene quién se lo enseñe, usted tiene a Malaquías 4:5, que fue un profeta vindicado, él fue el último de los profetas antes de la Segunda Venida del Señor; así como Juan el Bautista fue el último profeta antes de la Primera Venida del Señor.

Entre ellos dos no hubo más nadie para preparar al pueblo para recibir el Mesías. Si hubiese habido algún otro, entonces Juan había hecho el trabajo mal, pero él lo hizo muy bien, ¿lo cree usted? El hizo el trabajo perfectamente; por lo tanto no se necesitó otra persona para introducir la Venida del Señor.

No necesitamos otro para que introduzca la Venida del Señor; lo que necesitamos es mirar lo que el cuarto Elías dijo con relación a la Segunda Venida del Señor. El nos introduce a la Venida del Señor, él nos señala la Segunda Venida del Señor; por lo tanto, de la manera que Dios dijo a través del cuarto Elías y de todos los demás profetas, esa es la manera que el Señor vendrá en Su Segunda Venida; no se necesita ningún otro profeta para introducir la Segunda Venida, él la introdujo bien.

Encontramos que tenemos un Mensaje traído por el cuarto Elías que nos dice las cosas que deben suceder. La pregunta era: ¿Y veremos lo que sucederá con Israel?

Vamos a ver lo que nos dice el cuarto Elías, porque él fue un profeta vindicado, y si él fue un profeta vindicado, podemos oir lo que él dijo, y estar confiados de que así será. No se rompa la cabeza tratando de especular, esté despierto para ver el cumplimiento de lo que Dios ha prometido.

La página 359 en español y 429 en inglés del Libro de los Sellos, el cuarto Elías nos dice: “Jacob echó mano a algo que era real (eso fue cuando, usted sabe, iba a enfrentarse con Esaú). Hubo un ángel que bajó del cielo, y Jacob mantuvo sus brazos alrededor del ángel, y allí se mantuvo. Este ángel le dijo: Tengo que irme, ya está amaneciendo. Hermano: ¡El Día está por aparecer, está por llegar!

Pero Jacob dijo: ¡No te voy a dejar ir si no me bendices! No puedes partir, yo me voy a quedar contigo. Yo quiero que venga un cambio a mi situación. Esos son los 144.000, los ganadores de dinero que han sido tan deshonestos con las finanzas, pero cuando ellos por fin vean la cosa verdadera y la posibilidad de agarrarse a ello, allí estarán Moisés y Elías. ¡Amén! Ellos también lucharán con Dios hasta que los 144.000 de las doce tribus de Israel sean llamados y sacados fuera.

Eso sucede justamente antes de comenzar la tribulación.”

Eso fue lo que el cuarto Elías dijo, y eso también fue dicho en otro lugar, de otra forma; y usted tiene que ver cuándo Dios está hablando por un profeta del mismo tema en los diferentes lugares y en las diferentes formas, pero de la misma cosa.

Por ejemplo, usted busca a cada uno de los profetas del pasado, y usted encuentra que cada uno de ellos habló de la Primera Venida del Señor y de la Segunda Venida del Señor, y usted encuentra que uno lo presentó de una manera, otro lo presentó de otra forma; pero es la misma Venida. Conforme al mismo orden de Dios, en diferentes ocasiones lo ha hablado, y usted tiene que vigilar eso para que usted pueda entender, y estar despierto en esta hora, para que no se nos pase por encima lo que Dios ha prometido hacer en este tiempo.

Leemos en la página 30 del Libro de las Edades -en inglés es la página 36,- y nos dice el cuarto Elías, profeta vindicado por Dios:

Y será que en aquel día yo procuraré quebrantar todas las gentes que vinieren contra Jerusalén.

Y derramaré sobre la casa de David, y sobre los moradores de Jerusalén, espíritu de gracia y de oración; y mirarán a mí, a quien traspasaron...” (Zacarías 12:9-10)

Ahora, ¿cuándo volverá el Evangelio a los judíos? Cuando se haya terminado el día de los gentiles. El Evangelio está listo para volver a los judíos. Oh, si tan sólo les pudiera decir algo que está a punto de suceder hoy, en este nuestro día. Esta gran cosa que va a suceder (una gran cosa que va a suceder en nuestro día).”

Por eso es el tema de esta noche: “DESPERTANDO A LA REALIDAD.” Porque nadie quiere estar dormido y que esta gran cosa que Dios ha prometido hacer nos pase por encima y después no haya esperanza.

Recuerde que es un despertar muy triste cuando uno despierta, si uno se acostó esperando algo a cierto tiempo, y que uno se quede dormido, y pase el tiempo, y lo que uno estaba esperando suceda, y uno se lo pierda. Y después uno dice: “¿Por qué me quedaría yo dormido?” Y seguida va donde la esposa, y le dice: “Tú sabías que yo tenía que levantarme a tal hora, tú sabías que yo estaba esperando algo, ¿por qué no me despertaste?”

¿Por qué le va a echar la culpa a ella? ¿Por qué usted no tuvo un reloj despertador para que le despertara y usted pudiera ver lo que estaba esperando?

Tenemos un reloj, usted sabe cuál es. ¿Usted quiere ver la condición de la iglesia? Mire a las mujeres; pero no la mire con ojos codiciosos (usted entiende). Mas bien es una mirada en la cual usted reconoce que esa condición está mostrando la condición espiritual.

¿Y usted quiere saber qué hora es? Mire a Israel, ese es el reloj de Dios. ¿No sabían ustedes que Dios tiene un despertador? Israel es un reloj despertador; por lo tanto usted tiene que estar pendiente para cuando el reloj despertador da la alarma, usted despierte y vea lo que fue prometido; porque algunas veces ponemos el despertador para que nos despierte por la mañana, y cuando la mañana está muy fría y tenemos mucho sueño, le hundimos el botón al despertador para que se calle, y seguimos durmiendo; y después queremos echarle la culpa al reloj o a la esposa; y nunca la queremos llevar nosotros.

Pero tenemos que despertar a la realidad. Y usted y yo no podemos estar echándole la culpa a nadie; si alguien tiene la culpa de que usted se pierda una bendición, mírese en el espejo, y señale, y diga: “ese que yo estoy viendo ahí, es el que tiene la culpa.”

¿Entendió? Por lo tanto no se le puede echar la culpa a nadie, y menos nosotros como ministros. Voy a seguir leyendo:

Esta gran cosa que va a suceder (y recuerden que es en nuestro día) atravesará hasta Apocalipsis 11; y aquellos dos testigos, aquellos dos profetas, Moisés y Elías, trayendo el Evangelio de nuevo a los judíos (¿quién lleva el Evangelio de nuevo a los judíos? Apocalipsis 11: Moisés y Elías. Vamos a seguir para que despertemos a la realidad y veamos lo que el cuarto Elías dijo:). Estamos listos (¿y nosotros?). Todo está en orden. Igual como los judíos trajeron el Evangelio a los gentiles, así también los gentiles se lo llevarán de vuelta a los judíos, y el Rapto acontecerá.”

¿Y no era Moisés y Elías el que le llevaba el Evangelio a los judíos? Y ahora nos dice que los gentiles son los que se lo llevan. ¿No nos dice el cuarto Elías que Dios le va a enviar a ellos un profeta? Y dondequiera que él esté, El se lo va a enviar a ellos. ¿Y dónde podrá estar? ¿Dónde estaba José cuando sus hermanos le reconocieron?

Creo que estamos entendiendo, ¿verdad? Y siendo ministros del Dios Todopoderoso, creyentes en la Palabra de Dios, porque creemos a los profetas de Dios, realmente no tendríamos excusa si no estamos entendiendo; porque yo creo que estamos hablando claro, ¿verdad?

Y espero que a medida que pasen los minutos, el Mensaje -que es del cual he estado predicando- se haga más claro, y entonces podamos quedar completamente despiertos, y entonces ver lo que Dios ha prometido, de la manera que Dios lo ha prometido y no de la manera que usted o yo nos lo podamos imaginar.

Ahora, vean ustedes, ¿dónde fue encontrado José? Entre los gentiles. Vamos a leer en el Mensaje titulado “Fiesta de las Trompetas,” página 41 en español, en inglés no lo tengo a la mano (Página 37 en inglés - Ed.). Yo no pensaba usar ningún libro, y decirles las cosas sin leerles de ningún libro; pero los estoy usando para que usted vea que lo que he estado hablando es lo que el cuarto Elías dijo, y todos los profetas antes de él también hablaron de estas cosas.

Veamos lo que es dicho aquí: “Esto será la trompeta, la fiesta será rechazada, entonces su Mesías será dado a conocer. Noten, ellos conocerán a su Mesías cuando Le vean.”

Ahora vamos a ver cuándo, y cómo, y dónde lo van a ver; porque eso es muy importante; porque Dios tiene un plan y no se le escapa nada. “Cuando Le vean” ¿Lo van a qué? A reconocer.

El viene en poder esta vez; el que ellos buscaron. El viene en poder para la Novia gentil, y los Judíos le van a reconocer a El.” Es lo que dice el cuarto Elías.

¿Y por qué viene para la Novia gentil y no para los judíos? Porque la Novia gentil lo está esperando.

¡Cómo sería que El venga a Israel y no venga a nosotros que lo estamos esperando! Pero El viene a aquellos que Le están esperando, conforme a como El ha prometido.

Ahora, recuerde que El viene porque El lo prometió; no porque usted o yo querramos que El venga, sino porque El cumple Su promesa.

Siendo una promesa, entonces usted tiene que estar alerta, estar despierto, para que usted lo pueda ver cuando El la cumpla; porque El viene a Su Novia gentil, El viene en Su Segunda Venida.

¿Y usted quiere saber cómo será la Segunda Venida del Señor? Mire para atrás, y vea cómo fue la Primera Venida del Señor; porque de la manera que Dios hace una cosa una vez, la sigue haciendo siempre.

Por lo tanto, ¿quiere saber lo que viene? ¿quiere saber cómo viene? ¿quiere saber cuándo viene? Mire hacia atrás y vea cómo vino, cuándo vino, por dónde vino, y qué cosas cumplió.

¿Y qué cosas cumplió El? Lo que El dijo que cumpliría en Su Venida. Y usted tiene que estar despierto a la realidad para entender que El en Su Segunda Venida no va a cumplir nada que no está escrito que El debe hacer en Su Segunda Venida.

¿Cuántas personas en aquellos tiempos quisieron que el Señor en Su Venida cumpliera ciertas cosas que ellos deseaban? Pero El no quiso. ¿Por qué? Porque El no tenía que cumplir aquello.

¿Recuerdan ustedes qué le decían?: “Bueno, ¿qué señal manifiestas tú para nosotros creer? Haz un milagro y nosotros creeremos.” Pero las personas no pueden creer, y no están llamados a creer porque Dios les complazca el deseo del corazón de ellos. Todo el pueblo, todos los ministros, estamos llamados a creer cuando Dios cumple lo que El prometió; y de ahí El no se moverá, no importa lo que usted quiera, si no es lo que El dijo que habría de hacer, El no lo hará; y cualquiera que le trate de impedir, que le trate de estorbar para hacer lo que El ha prometido El le puede decir como le dijo a Pedro: “Apártate de mí Satanás.” Aunque Pedro no era Satanás; pero aquella inspiración que Pedro tuvo en aquel momento no era de Dios; porque la de Dios es que se cumpla lo que está escrito; y estaba escrito de El aquello que El iba a hacer; y cualquier persona que Le estorbara el cumplimiento de la Escritura, El le tenía que decir: “Apártate de mí.”

Ahora, ¿cuántas personas hoy en día, cuántos ministros hoy en día, aguantarían un regaño como ese? ¿cuántas personas, cuántos ministros en este día, si escuchásemos una reprensión como esa, si escuchásemos una palabra como esa que le dijo Jesús a Pedro, cuántos no se ofenderían hoy? ¿verdad?

¿Pero se deberá usted ofender si usted le estorba a Dios en lo que El ha prometido hacer? ¿Cree usted que usted se merece que le diga: “diablo,” o cuánta cosa le quiera decir, y después echarle el brazo y decirle: “Dios te bendiga, hermano”?

¿Entiende usted que Jesús no estaba diciendo que Pedro era un diablo? Pero aquello que Pedro estaba diciendo en aquel momento no venía de Dios, venía del diablo; por lo tanto Pedro estaba siendo allí un instrumento del diablo; y Jesús le está hablando directamente a esa clase de espíritu que está inspirando a Pedro.

Así que tenemos que entender todas estas cosas para nunca ofendernos; porque Dios, cuando El dice algo, El lo dice, no importa que usted se ofenda o no se ofenda, a El no le importa eso. Usted no le puede decir a El cómo El debe de actuar, ni a los profetas de Dios tampoco les puede decir cómo ellos deben de hacer, ni a los profetas de Dios usted tampoco los puede corregir, porque los profetas son la Palabra de Dios.

Por tanto recuerde una cosa: El cuarto Elías dijo: “El problema no es con el pueblo, es con los líderes; ellos son los que enredan las cosas.”

¿Quiénes fueron los que enredaron las cosas allá para la Primera Venida del Señor? ¿Y quiénes fueron después los que dijeron también: “Ese no es el hombre. Sí, nosotros creemos que está prometido, pero ese no es; porque la Escritura dice que es de Belén, y este hombre es de Nazaret.”?

Si hubieran ido a Belén unos treinta años atrás, Lo hubieran visto en Belén. Cuando aquellos magos entraron a Jerusalén guiados por la señal de una estrella, ellos dijeron: “¿dónde está el Rey de los Judíos? porque Su estrella hemos visto.” ¿Sabe lo que dijeron allá? “Aquí no sabemos nada. Esta gente son unos fanáticos; si estuviera en la Tierra, Caifás ya nos lo hubiera dicho.”

Caifás no sabía nada de eso; no habían visto nada; pero aquellos magos estaban viendo la estrella del este, y ellos salieron (les tomó dos años), y cuando llegaron a Israel se metieron a Jerusalén; allí la estrella la dejaron de ver.

Bueno, eran científicos hebreos que creían las profecías, y la profecía también decía que el Señor vendría a Su Templo, y el templo está en Jerusalén: “Pues en Jerusalén tiene que estar.” Pero todavía estaba muy pequeño para entrar a ese templo para predicar, estaba muy pequeño todavía para cumplir aquella profecía que tenía que ver con el templo de Jerusalén.

Y estando en el tiempo para nacer, la profecía correspondiente para ser cumplida era la de nacer en Belén; y esa fue a cumplir allí. Dios guió las cosas de tal manera que en aquel tiempo hubo un censo; y en ese censo cada cual tenía que empadronarse en el pueblo al cual pertenecía, y José y María que estaban por otro lado, tuvieron que ir para Belén de Judea; si no hubiera habido ese censo, un hombre con una esposa embarazada, ya con poco tiempo para dar a luz, no se arriesga en un viaje de esa clase, y sin tener las reservaciones en el hotel allá de Belén. Imagínese, ¿de ustedes cuál se hubiera atrevido salir de esa manera, sin que fuera obligatorio?

Recuerde, Dios obra de cierta manera en ciertas ocasiones, cuando hay Palabra para ser cumplida, que hace que los gobiernos lancen algunas veces persecución encima al pueblo de Dios, para Dios cumplir lo que El ha prometido. Por ejemplo, tenemos la promesa que la tercera etapa no operará en toda su plenitud hasta que llegue la apretura.

Por lo tanto, ¿ve usted? de alguna manera Dios permitirá que venga esa apretura para beneficio nuestro, para El cumplir lo que El ha dicho; porque de otra manera estamos demasiado cómodos, que no daríamos lugar para que Dios cumpla lo que El ha prometido que va a hacer en una escala mayor, y por eso vienen esos problemas.

Pero el hermano Branham dice que somos unos retardados mentales, ¿qué le parece? Eso lo dice en el Mensaje “Desesperación.” Y no nos podemos ofender, porque es la verdad.

Encontramos que el hermano Branham dice: “Si pudiéramos nosotros entrar en desesperación para Dios cumplir lo que El ha prometido no habría necesidad de una apretura, no habría necesidad de un estado de emergencia.” Pero tiene que venir un caso de emergencia para que entremos en desesperación y Dios entrar en escena; y entonces nuestra fe, cuando estamos en apretura, nuestra fe capta rápido. ¿Y qué va a captar? Lo que Dios ha prometido; no puede captar otra cosa; pero cuando estamos muy cómodos: “Bueno, quizás sea de esta forma, o tal vez...” Pero cuando estamos apurados, la fe se agarra de la Palabra tan rápido, que no hay quién le diga que no es de esa manera.

Ahora, fíjense, la promesa es que Israel recibirá el Evangelio, y la promesa es que Moisés y Elías le llevan el Evangelio a los judíos; y también nos es dicho que los gentiles le llevan el Evangelio a los judíos. ¿Dónde coloca a Moisés y Elías? Usted tiene que ser realista, usted no puede estar soñando, porque ya es de mañana, y si es de mañana tenemos que despertar a la realidad.

¿Qué clase de Evangelio es el que recibe Israel? ¿El Evangelio de qué? ¿El Evangelio de la Ley? ¿El Mensaje de la Ley? Ese es el Mensaje de la primera dispensación, y ellos ya pasaron su dispensación. Y luego la segunda dispensación también ha pasado, y ellos todavía están en en la Ley.

Ellos han perdido ¿qué? la fiesta Pentecostal, ellos la han perdido, ellos perdieron esa gran bendición; por eso es que cuando despierten a la realidad, ellos van a llorar, ellos se van a lamentar; pero ellos van a ser consolados, eso nos es dicho en Isaías 61 en la parte que corresponde a la Segunda Venida del Señor; porque El vendrá predicando, anunciando, proclamando, el día de venganza; pero también vendrá consolando ¿a quiénes? a los enlutados.

Israel ha estado enlutado por sus ocho millones de judíos que murieron bajo aquellas persecuciones que Hitler, Mussolinni y Stalin les trajeron; pero allí se estaba cumpliendo que Su Sangre, la Sangre de Aquel Justo que crucificaron, cayó sobre ellos. Ellos dijeron: “Su sangre sea sobre nosotros,” y entonces ellos han tenido que pasar por eso por su ceguedad, por no haber estado despiertos a la realidad, la realidad del cumplimiento de la Palabra, de la promesa para aquel tiempo.

Encontramos que como fueron cegados aquellos que guardaron la Palabra, lo que ellos sabían, la Ley, ellos tendrán vestiduras blancas; porque fueron cegados para Dios poder tomar una Novia de entre los gentiles para Su Nombre. Ese es el caso de ellos.

Encontramos que estamos en el tiempo en que Dios tiene que cumplir lo que El ha prometido. Encontramos que hay promesas para Israel, e Israel despertará a la realidad; pero también hay promesas para nosotros, y nosotros tenemos que despertar a la realidad para que no nos pase lo que les pasó a los líderes religiosos de aquel tiempo. Tenemos que ser sinceros. Tenemos la advertencia del cuarto Elías que vendrá algo de parte del Señor, y será ASI DICE EL SEÑOR. Y si no vigilamos, nos pasará por encima y no nos daremos cuenta. Y luego también dice que muchos dirán: “Pero esperábamos tal cosa y tal cosa, fue dicho tal y tal cosa, y no se ha cumplido.” Se cumplió y no lo vieron, es lo que dice el cuarto Elías. Sigue diciendo: “Y de diez cosas que se esperan, nueve están alrededor, y no la ven.”

¿Ve usted? Por eso es la necesidad de estar despierto a la realidad de lo que Dios prometió para el tiempo en que vivimos; porque Dios lo cumple, y si usted no está despierto, usted no lo verá.

Ahora, miren ustedes, hay la promesa de parte de Dios de que si estamos despiertos, veremos algo suceder; y ese algo para Dios es algo grande, pero cuando Dios lo cumple es algo tan simple que cualquiera dice: “Dios dijo tal cosa y no la ha cumplido.” Pero Dios lo hace tan simple que no se puede ver en grandeza humana; porque Dios siendo tan grande se hace tan simple que la persona más simple tiene que mirar para abajo para poder ver a Dios cumpliendo lo que El ha prometido; porque nadie puede bajar a tanta simplicidad como Dios.

Por lo tanto yo creo en esta noche, que si despertamos a la realidad tendremos que mirar hacia abajo, porque estábamos mirando de otra manera, ¿ve usted? De diez cosas que Dios promete, nos es dicho que nueve están alrededor cumpliéndose, y entonces no se da cuenta la gente.

No queremos ser de esa manera, de que Dios haga algo tan glorioso que El nos ha prometido y que estamos esperando, y que después no lo vayamos a ver; eso sería, en palabras claras, una tremenda desgracia para nosotros, como la fue para los líderes ministros de aquel tiempo en la Primera Venida del Señor.

Ahora vean ustedes que el cuarto Elías coloca a Moisés y Elías llevando el Mensaje a los judíos, conforme a la Escritura; y coloca a la Novia gentil llevándole el Mensaje a los judíos. La pregunta es: “¿Es Moisés y Elías o es la Novia?”

Las dos cosas están bien. Usted tiene que despertar a la realidad para ver lo que Dios ha dicho. Y para verlo cuando Dios lo cumple. No es simplemente decir: “Sí, está aquí.” Aquí usted puede ver la letra, pero cuando esa letra se hace carne, ya usted tiene que mirar ¿qué? esa Palabra hecha carne, y eso es Dios hecho carne; porque Dios es la Palabra, porque “en el principio era la Palabra, y la Palabra era con Dios, y la Palabra era Dios.”

Y seguimos leyendo en el Libro de Los Sellos, en la página 419 en inglés, y 433 en español, eso fue en “Preguntas y Respuestas,” y nos está hablando ahí del ministerio de Moisés y Elías. Y es una promesa, porque si nos fue dicho a nosotros, es una promesa para nosotros. Cuando le preguntaron al hermano Branham de dónde iban a salir Moisés y Elías, si ellos saldrían del desierto, El dice:

Pues la verdad es que hoy en día tendrían que subir hasta el extremo noroeste de la provincia de Columbia Británica del país de Canadá solamente para hallar suficiente desierto para vivir...”

Dios nos está ayudando porque queremos estar despiertos, ese es nuestro deseo, y por esa causa es que cada uno de ustedes está aquí, y por esa causa es que Dios puso en el corazón del hermano Green el que él haga estas cosas; por lo tanto tenemos que aprovechar entonces esta oportunidad que Dios nos ofrece para ver lo que debemos ver.

(El mensajero le indica al traductor que les lea a los presentes la cita bíblica, la cual continúa de la siguiente manera: “Pues la verdad es que hoy en día tendrían que subir hasta el extremo noroeste de la provincia de Columbia Británica del país de Canadá solamente para hallar suficiente desierto donde vivir. Es que ya no hay desierto, lo han derribado todo. Puede que sean amantes del desierto y aún que se queden por mucho tiempo allí. Lo que hay que notar en ellos es aquel espíritu firme que no admitirá ser llevado ni para allá ni para acá. Y Uds. lo reconocerán cuando venga. Uds. lo verán porque están bien despiertos.” - Editor)

Los veremos si estamos despiertos. Este tema, como usted ha visto, no viene con el propósito de entrar en discusión con nadie, es con el propósito que despertemos a la realidad de lo que Dios ha prometido, para que no estemos imaginándonos las cosas y poniéndole nuestra propia interpretación a la Palabra de Dios.

Lo que tenemos que vigilar en ellos, en Moisés y Elías, es su naturaleza: No se dejarán llevar, no se dejarán mover ni para acá ni para allá, se mantendrán en toda la Palabra, en toda la Palabra que les corresponde llevarle a Israel.

¿Y cuál es el Mensaje que ellos tienen que llevarle a Israel? El Evangelio del Reino. Por tanto ellos no se dejarán mover ni para la primera dispensación ni para la segunda dispensación.

¿Entienden ustedes ahora el por qué a los judíos nadie los puede meter a la segunda dispensación? Porque ellos perdieron la fiesta pentecostal; por tanto cuando el Evangelio pase a los judíos no será el Evangelio de la Gracia.

¿Usted cree que Moisés y Elías le van a predicar la Ley a ellos? Ellos tienen que ser sacados de la Ley; esto es lo que dice el cuarto Elías.

¿Y cómo ellos van a recibir el Evangelio del Reino? ¿Cómo lo van a recibir? Yo les voy a decir cómo: Como todos los profetas de Dios reciben el Mensaje que Dios les da para que prediquen.

¿Usted lo cree así? Si no lo cree así, dígame cómo lo va a recibir -el Evangelio del Reino- Moisés y Elías para llevárselo a los judíos.

Encontramos que la promesa para nosotros acá es que veremos ese ministerio surgiendo. El cuarto Elías nos dijo: “El quinto ministerio de Elías no es el cuarto ministerio de Elías, ustedes tienen que hacer la diferencia.” Por esa causa fue que cuando nuestro amado hermano Branham quiso ir a Israel para predicarles, y estaba allá en Egipto, el Angel del Señor le dijo: “Vira para atrás; ni es el tiempo, ni es tu sitio.”

A un profeta de Dios del calibre del hermano Branham, Dios lo hace virar. ¿Y por qué no se lo advirtió antes? Le damos gracias a Dios que esa enseñanza que recibió allí le ayudó de tal manera que él nunca después trató de interferir con el ministerio de otro que tiene que ir allá a predicarles el Evangelio del Reino; porque Dios no permite que un profeta le tome el Mensaje a otro profeta para él llevarlo; porque cada profeta tiene su tiempo; y nadie puede tomar el lugar de otro. Y siendo el hermano Branham sincero, Dios no lo dejó llegar hasta allá, y le habló. No lo estuvo regañando, no lo estuvo reprendiendo, sino que le habló, lo llevó a la Palabra, y le dijo: “No es tu lugar.”

¿Cuál era el lugar del hermano Branham? El ministerio del cuarto Elías. Y no era el tiempo. ¿Y entonces cuándo es el tiempo? Cuando la dispensación gentil termina, entonces corresponde el tiempo para el Evangelio regresar a los judíos.

Ahora, ¿qué Evangelio les hubiera llevado el cuarto Elías? El Evangelio de la Gracia, el Evangelio de la segunda dispensación; pero conforme a la Palabra, Israel recibe el Evangelio del Reino.

De las siete dispensaciones sabemos que hay tres grandes dispensaciones, y cada dispensación tiene su Mensaje; y por esa causa la Dispensación de la Ley fue la primera dispensación, la cual tuvo un mensaje; y la Dispensación de la Gracia viene a ser la segunda dispensación, y tiene su Mensaje, y tiene sus mensajeros, conforme a como fue visto en las edades de la Iglesia; pero el Evangelio del Reino corresponde a la tercera dispensación; y conforme a la Palabra de Dios a través de Sus profetas: ha habido un cambio de dispensación.

Tenemos que despertar a la realidad de lo que es un cambio de dispensación. Y para saber lo que es un cambio de dispensación hay que mirar hacia atrás y ver los cambios de dispensación allá.

Miremos el cambio de dispensación de la primera dispensación a la segunda, veamos cómo las dispensaciones se entrelazan la una con la otra; y ahí es que mucha gente se confunde, y principalmente los ministros.

Encontramos que cuando el Señor Jesús estaba siendo bautizado por Juan, allí estaba comenzando la segunda dispensación, se estaba entrelazando con la primera; pero la gente no entendían eso; sin embargo se estaba entrelazando con la dispensación que estaba terminando.

Encontramos que allí estaba el precursor haciendo lo que debía de hacer; y luego apareció el precursado. Y allí estaban, y la gente decían: “Cuando el Mesías venga no se sabe de dónde será.” Así decían muchos. Otros decían: “Sí se sabe; es de Belén, pero este es de Nazaret.”

Pero El había cumplido lo de Belén cuando nació en Belén, y después Dios le dijo a José: “Vete para Egipto.” Causó que se fuera hacia allá. Y como todas las cosas obran para bien para los hijos de Dios, en todo se está cumpliendo Escrituras; y allí estuvo un tiempo. Y luego cuando murió quien buscaba la muerte de El, el Angel del Señor le dijo a José: “Ahora regresa a Israel, porque el que buscaba la muerte del niño, se murió.”

¿Y qué se cumplió ahí? “De Egipto llamé a mi Hijo.” Una Escritura que ya se había cumplido cuando Israel salió de Egipto, ahora vuelve y se cumple; porque la Escritura tiene múltiples cumplimientos.

Por tanto vemos entonces que se fue a Nazaret. Y la gente decían: “Este no puede ser.” ¿Pero, y cómo tenía que ser conocido el Mesías? Por la Palabra que fue prometida para ese tiempo; porque El era esa Palabra hecha carne.

Los líderes religiosos de aquel tiempo, decían: “Aquí tenemos la promesa del Mesías escrita. Aquí Isaías nos dijo que el Mesías vendría. Tenemos a Isaías 61 aquí.” Pero cuando Jesús lo leyó, les dijo: “Hoy está cumplida delante de ustedes.”

Ya la Escritura, la Palabra escrita, había tomado carne. Y encontramos que los líderes tenían la letra, andaban con Isaías 61 en sus brazos, los que podían andar con él, usted sabe que eran unos rollos grandes, pero los que podían escribirlo en un pedacito de piel y andar con él, podían decir y mostrar: “ando con Isaías 61.”

Pero habían unos discípulos que andaban con un hombre llamado Jesús de Nazaret. ¿Sabe con quién andaban ellos? Con Isaías 61, la primer parte, la Primera Venida.

Ahora usted puede ver que cuando Dios cumple lo que El prometió, Dios lo cumple haciéndolo realidad, haciéndolo carne; y entonces el tiempo para usted tomar ese cumplimiento, y decir: “Gracias a Dios porque ahora tengo en carne humana, viéndola con mis ojos, lo que Tú has prometido. Tengo Isaías 61; no la letra, sino el cumplimiento de la letra.”

Porque la letra mata, pero el Espíritu vivifica. Lo que da vida no es la letra, es el cumplimiento de esa letra; cuando lo cumple y usted lo recibe, eso le da vida. Pero con la letra usted puede hacer lo que han hecho las denominaciones: Novecientas y pico de interpretaciones diferentes del Mensaje de la segunda dispensación; más interpretaciones que las que tenían los líderes religiosos del tiempo de Jesús, muchas más. Hoy en día nosotros con el Mensaje del cuarto Elías podemos caer en el mismo error.

¿Saben ustedes una cosa? ¿Saben ustedes en qué tiempo estamos? En la tercera dispensación. ¿Quién lo dijo? El cuarto Elías. ¿Y saben ustedes lo que es un cambio de dispensación? ¿Saben ustedes lo que es doblar una esquina? ¿Y saben ustedes lo que Dios usa para doblar la esquina? ¡PROFETAS! Eso es lo que está dicho.

Ahora, vamos a examinar por un momento el cambio de la primera a la segunda dispensación.

Encontramos que todas las cosas de la primera dispensación estaban correctas para la primera dispensación; pero cuando llegó la segunda dispensación, las cosas de la primera dispensación vinieron a ser tipos y figuras de las cosas de la segunda dispensación. Dios no echó a un lado Su Palabra.

Muchos piensan que la Ley fue echada a un lado, muchos piensan que los mandamientos fueron echados a un lado. No. Dios lo que hizo fue engrandecer la Ley; y cuando la engrandeció, El había dicho que esos mandamientos eran perpetuos.

Las gentes guardaban el sábado, pero cuando Dios engrandeció el sábado, el sábado se hizo carne, se hizo hombre; y El dijo: “Yo soy el descanso.” Ese es el descanso, ese es el sábado.

¿Ve usted? Dios no quita nada de Su Palabra, Dios lo que hace es que Su Palabra de una dispensación, cuando llega otra dispensación, esto de esta primera dispensación lo engrandece, y entonces la cosa es más grande, es más real, es más gloriosa.

La circuncisión fue ordenada por Dios, pero cuando hubo el cambio de dispensación muchos piensan que la circuncisión fue quitada; pero no fue quitada, más bien fue engrandecida; y entonces la circuncisión fue hecha adentro, conforme a la Palabra de Dios. ¿Ve usted? Dios no quitó la circuncisión, Dios hizo la cosa más grande.

Por lo tanto usted tiene que ver lo que es un cambio de dispensación, para que usted sepa la hora en que está viviendo, y lo que significa un cambio de dispensación.

Usted puede decir: “Yo estoy en la tercera dispensación.” ¿Sabe una cosa? En el tiempo de cambio de dispensación de la primera a la segunda, muchos de los que cambiaron quisieron traer cosas de la primera dispensación para practicarlas en la segunda dispensación como se practicaban allá; y hubo un grande problema allá.

Porque hayan problemas, eso no quiere decir que no sean hijos de Dios, ni que no sean ministros; entre los ministros es que hay problemas, claro que sí. Allá en Puerto Rico hay un dicho, cuando hay un problema bien grande, la gente dicen: “Este es el lío de los pastores.”

Bueno, encontramos de que si hay problemas entre los ministros con relación a las cosas que corresponden para el tiempo en que vivimos, entonces tenemos que entender que Dios, siendo nuestro Dios el que nos ha llamado al ministerio, El tiene que velar por nosotros; y si somos sinceros, esperamos que Dios haga algo para que nos aclare todo el cuadro, y nos deje ver en qué tiempo estamos, y las cosas que corresponden al tiempo en que vivimos.

Cuando eso sucedió allá en el comienzo de la segunda dispensación, habían muchos ministros que tenían miedo, estaban muy temerosos, y decían: “Bueno, esto de la circuncisión, hay que seguir circuncidando porque este fue el pacto que Dios le dio a Abraham, y si no lo seguimos haciendo, vamos a tener problemas.” Pero era que ellos no habían despertado por completo a esa nueva dispensación que había comenzado.

Y entonces encontramos que el mismo apóstol Pedro, el mismo apóstol Santiago, en la circuncisión y en otras cosas que eran del Mensaje de la Ley, pero que en ese nuevo Mensaje de esa nueva dispensación ya esas cosas estaban engrandecidas por Dios...

El apóstol Pablo cuando fue a Jerusalén les dijo: “Yo vine aquí para hacerles saber a ustedes el Mensaje que yo predico entre los gentiles.” Ellos habían oído muchos rumores, pero ahora allí estaba el hombre que tenía el Mensaje para los gentiles. ¿Y a dónde fue? A Jerusalén, a decir la clase de Mensaje que él tenía, la clase de Evangelio que tenía; y no permitió que los que fueron con él fueran circuncidados; él sabía lo que significaba la circuncisión.

En este tiempo encontramos que tenemos que vigilar bien lo que es un cambio de dispensación, porque eso es lo que trae y ha traído tantas interpretaciones sobre el Mensaje que corresponde para este tiempo en que vivimos.

Eso sucedió allá en el comienzo de la segunda dispensación. La historia se está repitiendo, pero nosotros tenemos que hacer como hicieron aquellos hombres de Dios allá: Ellos escucharon, ellos estuvieron reunidos, y estas reuniones fueron conforme al plan de Dios, para que quedara en claro el Mensaje que correspondía ser llevado a los gentiles.

Entonces encontramos que aquellos ministros de Dios se dieron cuenta del cambio de dispensación, se dieron cuenta del ministerio que Dios había colocado en aquel hombre, y se dieron cuenta del Mensaje que él tenía.

Encontramos que el Mensaje para los gentiles vino de entre los judíos, y encontramos que el Mensaje para los judíos irá de entre los gentiles.

Así que ustedes tienen que ver cómo hubo un cambio de dispensación, un cambio de Mensaje.

Encontramos que aún el Nombre de Dios cambió en la nueva dispensación. En la nueva dispensación hubo un cambio de Nombre también. ¿Entienden ustedes ahora porqué tuvieron tantos problemas los discípulos? Por el Nombre que ellos proclamaban en esa nueva dispensación.

Y los líderes de aquel tiempo les decían: “Una cosa les pedimos y les ordenamos: Que no prediquen más en ese nombre.” Ellos dijeron: “¿Es acaso mejor obedecer a hombre que a Dios?”

Y ustedes ¿hubieran dicho lo mismo, o hubieran rechazado el Nombre nuevo para aquella dispensación y se hubieran quedado con el Nombre de la primera dispensación?

Usted tiene que entender que Dios cambió de Nombre, hubo un cambio de Nombre; porque el Nombre que Dios tomó para esa nueva dispensación era de acuerdo a la dispensación y al Mensaje de esa dispensación. Y si iba a predicar un Mensaje de redención, el Nombre tenía que ser un Nombre de redención; y ese Nombre estuvo en un hombre, pero ese hombre era la Palabra hecha carne para aquel día.

¿Dónde Dios puso Su Nombre? En Su Palabra hecha carne, ahí es que Dios pone Su Nombre. ¿Cómo lo va Dios a revelar de otra manera? Dios tiene una forma y Dios no cambia Su forma.

Por lo tanto, ya vimos cómo ocurrió ese cambio de dispensación, de Mensaje y de Nombre. Y los líderes de aquel tiempo decían: “No hablen más en ese nombre. Ese es el nombre de un hijo ilegítimo.” Pero ellos sabían que ese no era el nombre de un hijo ilegítimo, ese era el Nombre de Dios para redención. Y cuando El ascendió a los cielos El recibió un nuevo Nombre; eso es lo que está dicho. Y la promesa es que ese Nombre será revelado en los truenos.

¡Qué reto para todo ministro que diga que tiene la revelación de los truenos! Porque si tiene la revelación de los truenos, tiene que saber, y tiene que predicar, y tiene que mostrar, el nombre Nuevo del Señor Jesucristo. Si no tiene ese nombre, entonces no son los truenos de la Biblia, porque los truenos de la Biblia son la Palabra de Dios, la Voz de Dios.

Vamos a ver qué nos dice el cuarto Elías. Me gusta citar el cuarto Elías, porque fue el último profeta que vino en este siglo veinte, antes de la Segunda Venida del Señor, como precursor de la Segunda Venida del Señor; por lo tanto el que vio de más cerca las cosas para este tiempo fue el cuarto Elías; y para mí es un privilegio leer lo que el cuarto Elías dijo, para que así no haya duda en la mente de mis compañeros ministros.

Sabemos que el nombre Jehová no es el nombre de Dios; ese mas bien es un nombre teológico, un nombre compuesto; pero el Nombre de Dios, el eterno, que fue deletreado por J-V-H-U... Lo estoy deletreando como el cuarto Elías lo deletreó, porque si busco en una Biblia encontraría una letra diferente a la que el hermano Branham cita aquí; yo no sé cuántos de ustedes han encontrado eso, pero yo lo cito como lo citó el cuarto Elías; y yo honro la Palabra del cuarto Elías.

Página 158 en inglés del Libro de los Sellos, en español la 131:

Y ahora Jesús: Su Nombre sobre la tierra fue Jesús el Redentor, porque fue el Redentor cuando estuvo sobre la tierra; pero cuando conquistó el infierno y la muerte; los venció y ascendió, entonces recibió un nuevo Nombre. Por esa razón es que gritan y hacen tanto ruido y no reciben nada (no se enojen conmigo, fue el cuarto Elías el que dijo esto:). Será revelado en los truenos.

Fíjense bien en el misterio. El viene cabalgando. Tiene que haber algo para cambiar esta iglesia. Uds. saben eso. ¡Tiene que venir algo! Ahora noten: Nadie entendía ese nombre, sino El mismo.”

Tenemos que tomar la Palabra, tenemos que tomar lo que ha sido prometido, y dejarnos de imaginarnos cosas; tenemos que despertar a la realidad: ¡necesitamos un cambio! ¿O usted cree que va a ser trasladado sin un cambio?

Ahora, vea usted lo que el cuarto Elías dice: y se necesitan los truenos ¿para qué? para que pueda traer la revelación completa en donde estará el Nombre eterno de Dios dado a conocer al pueblo de Dios. Y cuando eso sea conocido, entonces estaremos escuchando ¿qué? los truenos; pero los truenos verdaderos.

Cuando usted encuentra cualquier predicador que diga que tiene la revelación de los truenos, y no cuadre con la Palabra, no tiene realmente la revelación de los truenos; porque si la tuviera, en los truenos está el Nombre nuevo, en los truenos está la fe para el rapto, en los truenos está todo lo que no fue hablado por el cuarto Elías, porque no le fue permitido, porque todo eso estaba escondido en el Séptimo Sello, y cuando fuera abierto, entonces se conocería lo que estaría ahí.

Y el cuarto Elías dijo: “El Séptimo Sello será abierto en la mera Venida del Señor.” ¡En la Venida del Señor! Por lo tanto para el Séptimo Sello ser conocido por el público, se necesita la Segunda Venida del Señor; porque el Séptimo Sello es identificado con la Segunda Venida del Señor; y la Segunda Venida del Señor se identifica con el Séptimo Sello, porque el Séptimo Sello es la Venida del Señor.

Por tanto, cualquier persona que diga y que reclame que tiene la revelación del Séptimo Sello, tiene que mostrar la Segunda Venida del Señor cumplida en medio del pueblo. Y eso es un reto de la Palabra de Dios.

Por lo tanto cuando despertamos a la realidad, a lo que es una tercera dispensación, y lo que corresponde a una tercera dispensación, entonces encontramos que tenemos que coger todas nuestras ideas, todas nuestras interpretaciones intelectuales, y echarlas al zafacón de la basura, y sentarnos para oir lo que Dios tiene que decir en Su Segunda Venida; porque El dijo que el Séptimo Sello sería abierto al público en Su Segunda Venida.

Por tanto no es cualquier persona el que puede dar a conocer el Séptimo Sello. Nos es dicho que el Séptimo Sello es abierto por lo truenos, los truenos tienen la revelación del Séptimo Sello. Para poder saber la revelación del Séptimo Sello, que es la Segunda Venida del Señor, para poder conocer la Segunda Venida del Señor cumplida en medio del pueblo de Dios, tiene que ser a través de los truenos. Si usted la conoce de otra manera, ¿por dónde usted entró?

Hay una manera: Es la de Dios. El no se moverá de lo que El ha dicho, El cumplirá todo conforme a Su promesa.

Ahora, usted tiene que ver que lo que estamos hablando es más importante para usted y para mí y para todo el pueblo de Dios, que todo lo que usted se puede imaginar; porque si no, no podremos ser transformados; pero tiene que venir algo para transformarnos, tiene que haber una fe para el rapto.

Con la fe de la primera dispensación, que es la Ley, con eso ¿a dónde usted va a llegar? Con la fe de la segunda dispensación, que es la fe de la Gracia, conociendo a Jesucristo como el Cordero de Dios, como el Salvador, con eso no es suficiente para ser transformado.

Fe es revelación. Con la revelación del Mensaje de la primera dispensación ¿a qué llega usted? a convertirse en un guardador de la Ley. Con la fe de la segunda dispensación usted no puede llegar a la transformación y a la traslación. ¿Por qué? Porque el cuarto Elías dijo que tiene que venir algo para cambiarnos, porque con lo que hay no es suficiente para ser transformados.

Y esa fe para el rapto, ¿dónde está? En los truenos. Si usted la busca y la encuentra en otro sitio: usted ha encontrado una gran revelación, tiene una gran fe, pero no es la fe de rapto; porque la fe de rapto está en los truenos. Usted no puede evadir eso, usted tiene que despertar a la realidad y ser un ministro valiente; y un ministro valiente reconoce lo que Dios dice, no está evadiendo la responsabilidad de la hora en que vive.

Tenemos que ser ministros valientes, fieles a la Palabra; porque deseamos que un día El nos diga: “Buen siervo y fiel.” Pero para eso usted tiene que ser fiel, usted tiene que ser valiente, y usted tiene que enfrentarse a la responsabilidad del día en que usted vive; usted no puede predicar lo que le da la gana, usted está llamado a predicar de acuerdo a la dispensación en que usted vive, y si predica otra cosa, usted...

...esa Palabra, en la segunda dispensación, pero los que habían salido de la primera dispensación, se querían venir con el Mensaje pasado para juntarlo con el otro, ellos querían tener dos Mensajes. No pueden haber dos Mensajes a la misma vez en una dispensación. Dios obra y respalda un Mensaje: el que corresponde para esa dispensación.

Bueno, y ahora que hemos hablado de los truenos y hemos mostrado todas las grandes bendiciones que hay en los truenos, yo creo que no hay nadie en esta noche que se atreva a decir: “Yo no quiero saber de los truenos.” Mas bien creo que como ministros de Dios, todos decimos: “Oh, Dios, queremos oir lo que los truenos hablaron, queremos oirlo; porque si lo oímos, conoceremos el Nombre nuevo; si lo oímos, tendremos entonces la fe para el rapto; si lo oímos, entonces podremos ser transformados y ser trasladados, porque deseamos ya irnos de aquí, ya estamos deseosos de ser transformados.”

Yo deseo irme, yo creo que ustedes también; y con tantos problemas que hay en todos los sentidos, desearíamos irnos, desearíamos tener alas como águilas; el salmista dijo: “como palomas,” el hermano Branham dijo también: “como palomas”; nosotros queremos que esa paloma se convierta en águila, el águila puede volar muy lejos.

Queremos irnos, es nuestro deseo; y la promesa es que remontaremos vuelo como águilas. Por lo tanto, yo creo que todos estamos de acuerdo en que necesitamos oir lo que los truenos hablaron, porque de otra manera podemos ganar el mundo entero, pero nunca saldremos de aquí; podremos hacernos ricos aquí en la Tierra, si luchamos por eso, pero nunca saldremos de aquí; pero queremos salir de aquí; y Dios tiene un plan, y ese es el plan que tenemos que aceptar: el de Dios. El de usted puede ser muy bueno, pero no funcionará. El de Dios es el único que funcionará.

Ahora, vamos a ver cómo será que escucharemos los truenos; porque eso es algo muy importante. Fíjese, en el Mensaje titulado “Mirando a Jesús,” el hermano Branham dice: “La gente falla, porque ellos están buscando algo, pero no saben la forma, la manera, para Dios cumplirlo; y cuando Dios lo cumple, fallan en verlo, porque no lo estaban esperando de esa manera.”

Nosotros tenemos que despertar a la realidad y esperar el cumplimiento de las promesas de Dios de acuerdo a como Dios prometió; porque Dios no se saldrá de Su Palabra.

Vamos a ver cómo será que el pueblo de Dios escuchará los truenos. Los Sellos página 57 en español, y 72 en inglés. Ahí encontraremos la manera en que escucharemos los truenos, Dios no se saldrá de esa forma; porque Dios cuando establece una cosa, El está obligado a Su Palabra; usted y yo lo sabemos; no trate de que Dios lo haga de otra manera porque Dios nos echará a un lado y nos dirá como a Pedro: “Apártate de mí.”

El hermano Branham dice así: “Este libro sellado con siete sellos es revelado en el tiempo de los siete truenos de Apocalipsis 10. Demos lectura allí también para tener un mejor entendimiento antes de entrar más profundamente.

Y vi otro ángel fuerte descender del cielo, cercado de una nube, y el arco celeste sobre su cabeza...

Ahora, si Ud. se fija bien, notará que esta persona es Cristo, porque en el Antiguo Testamento El fue llamado el Angel del Pacto; y El ahora viene directamente a los Judíos porque la iglesia gentil ha llegado a su fin. Bien, ahora continuando:

...y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.

¿Recuerdan el ángel de Apocalipsis capítulo uno? Este es el mismo. Un ángel es un mensajero, y él es un mensajero a Israel. ¿Ve usted? (¿VE USTED? Recuerde que el tema es: DESPERTANDO A LA REALIDAD) ¿Ve usted? La iglesia está a punto de ser raptada. El viene por su iglesia.”

¿Ve usted? ¿Ha despertado a esa realidad, de que ese mensajero, ese Angel fuerte que viene, es Cristo y viene directamente a los judíos? Pero la Iglesia gentil está a punto de ser raptada, y entonces siendo el mensajero a Israel viene por la Novia gentil. Y cuando los judíos vean a su Mesías en medio de la Novia gentil, dirán: “Este es al que estamos esperando, este es nuestro Mesías.” Esa es la historia de José repitiéndose.

Ahora, usted puede ver que ese es el Angel fuerte que ruge como un león, o que clama; y cuando ha clamado, ha rugido como un León, siete truenos emiten sus voces. No busque usted los truenos en otra persona. Ahí está señalado quién es esa persona que viene rugiendo como un león.

¿Y por qué? Porque ya no es Cordero, sino que es un León, el León de la tribu de Judá, y tiene el Libro abierto, y desciende, y entonces clama como León.

El anciano dijo que era un León, pero cuando Juan miró, vio un Cordero. ¿Qué pasaba? Estaba saliendo de la intercesión, estaba saliendo ¿de dónde? de la segunda dispensación, y se estaba convirtiendo en el León de la tribu de Judá, el Rey de Israel; ese es el Rey que ellos están esperando, es el Hijo de David, ¿ve usted? Ese es el que se sienta en el Trono de David.

Ahora vea usted que muchas veces nosotros esperamos cosas a la manera nuestra; pero las cosas no son a la manera nuestra, sino es a la manera del que lo prometió; y el que prometió fue Dios. El lo cumple como El prometió.

Encontramos que es el mensajero a Israel, y el mensajero a Israel también encontramos que son Moisés y Elías. ¿Es qué? ¿Qué es eso? ¿Hay alguna contradicción? No hay ninguna contradicción. Eso fue lo mismo que fue visto en el monte de la Transfiguración; porque el Señor dijo: “Muchos de los que están aquí no verán la muerte, hasta que vean al Hijo del Hombre viniendo en Su Reino con poder y gloria.”

Encontramos que el cuarto Elías, hablándonos de lo que aconteció en el monte de la Transfiguración, él nos habla tan claro que nosotros tenemos que despertar a la realidad de lo que es la Venida del Hijo del Hombre en Su Reino.

Como fue mostrado allá en el monte de la Transfiguración, así El tiene que hacerlo acá; porque El no puede mostrar una cosa allá, y después hacer otra cosa acá. Si El hace diferente, El falló; entonces hizo mal los tipos allá; por lo tanto le saldrá mal acá cuando cumpla aquellos tipos. Pero si El cumple lo que prometió de acuerdo a como lo mostró allá, entonces sabemos que no va a fallar; por lo tanto sabemos que no va a fallar, porque aunque a usted o a mí no nos guste, El lo va a hacer de esa manera. Lo mejor para nosotros es despertar a la realidad y reconocer que no sabemos nada, y entonces podremos aprender.

Vamos a ver lo que nos dice el cuarto Elías en Las Siete Edades de la Iglesia, página 59 (en español), página 62 (en inglés):

Y los tres apóstoles vieron el orden de Su Segunda Venida (Dios tiene siempre un orden). Ellos lo vieron transfigurado allí en el monte. Su vestido era resplandecientemente blanco, y Su rostro brilló como el sol en su cenit. Y cuando El apareció, allí estaban Moisés y Elías, uno a cada lado. Así es exactamente como El viene otra vez.”

Si usted espera la Segunda Venida del Señor de otra manera, de seguro que no la va a ver; pero si usted la espera de acuerdo a como Dios prometió, entonces usted va a ver cuando ese Angel fuerte, cuando El aparezca; y eso será Cristo en Su Segunda Venida. El aparecerá en medio de la Novia gentil, y rugirá como un León; y cuando haya rugido, siete truenos emiten sus voces; y después de eso el tiempo no es más, se acabó el tiempo.

Ahora usted puede ver lo que es una promesa de Dios, usted puede ver entonces que si estamos esperando la Segunda Venida del Señor, usted tiene que ser sincero, usted no se puede engañar usted mismo, usted tiene que ir a la Palabra. ¿Por qué? Porque los cielos y Tierra pasarán, pero la Palabra no pasará; como Dios ha dicho, así El hará.

Cuando sea vista la Segunda Venida del Señor, será visto también Moisés y Elías. Si usted ve otra cosa, usted no está viendo lo del monte de la Transfiguración.

Ahora usted puede ver porqué el cuarto Elías pudo decir: “Hay algo tremendo que va a acontecer en nuestro día, y eso se meterá hasta Apocalipsis 11, esos dos profetas.” ¿Y qué más dice? Moisés y Elías llevándole de regreso el Evangelio a los judíos. Y sigue diciendo: “Y como los judíos trajeron el Evangelio a los gentiles, los gentiles lo llevan a los judíos.”

¿De dónde saldrá Moisés y Elías? ¿De dónde saldrá ese Angel fuerte? ¿De dónde? ¿De dónde dice que irá el Libertador a Israel? De Sión. El cuarto Elías dice: “Sión siempre es la Novia. Jerusalén es los 144 mil. Israel.” ¿De dónde irá el Libertador a Israel? De Sión.

Usted tiene que despertar a la realidad para ver lo que está prometido, y ver que no será de otra manera; porque Dios no puede cambiar Su Palabra. Por eso fue que el cuarto Elías dijo: “Ustedes lo conocerán. Observen su carácter. No será movido ni para allá ni para acá.” Ellos no serán movidos ni para la primera dispensación, ni para la segunda dispensación.

Ellos, los 144 mil, no van a recibir el Evangelio de la segunda dispensación, ellos perdieron la fiesta pentecostal, y ellos tienen que salir de la primera dispensación; y nosotros tenemos que ser realistas, y estar despiertos en esta hora, y salir de la segunda dispensación.

¿Y para dónde vamos a coger? Para la tercera dispensación, donde están los truenos, donde está todo lo que ha sido prometido. En la segunda dispensación no están los truenos; porque los truenos los tiene el Angel fuerte que desciende del cielo y ruge como un León; y ese mismo es el que dice que el tiempo se acabó; nadie más tiene la autoridad de parte de Dios para hacerlo.

En esta hora, me pregunto, ¿cuántos serán encontrados sinceramente equivocados, haciendo servicio a Dios fuera de la Voluntad de Dios? Y todo eso lo que ha traído es ¿qué? enfermedad espiritual.

Recuerde que una enfermedad espiritual es peor que una enfermedad literal. Realmente hoy necesitamos milagros espirituales. Y sabemos que ese Angel fuerte, rugiendo como León, ese Angel fuerte, hará milagros espirituales para abrirnos los ojos y dejarnos saber la hora en que vivimos, dejarnos saber qué es una nueva dispensación, dejarnos saber qué es el Nombre nuevo, dónde está.

La pregunta de ustedes es: “Si usted sabe, dígalo.” Es una buena pregunta, ¿verdad?

¿Dónde estaba el nombre de redención de Dios antes de ser dado a conocer al público? ¿Dónde estaba? Estaba velado en carne humana. Ahí estaba. Alguien aquí en la Tierra ha de tener el privilegio de que Dios coloque Su Nombre en esa persona, así como lo hizo en aquel velo de carne allá.

Ahora usted me pregunta: “Entonces, ¿estaría en el apóstol Pablo?” Si hubiera estado en el apóstol Pablo, el Nombre de Dios sería Pablo. Si hubiera estado en el segundo mensajero, Su Nombre sería el Nombre del segundo mensajero; pero sabemos que ellos no eran la Palabra hecha carne en toda Su plenitud; por lo tanto ellos no tuvieron el privilegio de tener ese Nombre en ellos.

Ahora, muchas veces cuando pensamos un nombre, y pensamos el Nombre nuevo del Señor, pensamos de tal manera que entonces nadie podría saber el Nombre; pero la promesa es que será revelado por los truenos, y ahora sabemos nosotros quién es el que tiene los truenos.

Por tanto, él tendrá la revelación completa de la tercera dispensación, él tendrá el Mensaje de la tercera dispensación. Y el Mensaje de la tercera dispensación, ¿cuál es? El Evangelio del Reino. Usted lo sabe, porque estamos en una tercera dispensación; son tres dispensaciones, en esas tres dispensaciones Dios se manifiesta.

Encontramos en la primera a Dios como Padre, encontramos en la segunda a Dios como Hijo, y en la tercera a Dios como Espíritu Santo.

La tercera dispensación es la Dispensación del Espíritu Santo, usted no puede evadir eso; y esa dispensación tiene un Mensaje, y ese Mensaje es el Evangelio del Reino. Después del Evangelio del Reino no hay otro Mensaje; el último Mensaje que se predica sobre esta Tierra es el Mensaje del Evangelio del Reino; y ese Mensaje lo tiene el Angel fuerte, el mensajero a Israel; y ese Angel fuerte, Jesucristo en Su Segunda Venida, viene conforme a Su orden, con Moisés y Elías. ¿Lo puede ver? ¿Puede ver de lo que estamos hablando?

Si despertamos a la realidad, dejaremos de imaginarnos las cosas y nos enfrentaremos a la realidad, y entonces veremos la Dispensación del Espíritu Santo, veremos al Espíritu Santo manifestado; y entonces ¿qué haremos? vamos a ver. Página 134 de los Sellos, 161 en inglés:

Y noten Uds.: Cuando este Espíritu Santo que tenemos, llegue a encarnarse, el que está en nuestro medio ahora mismo en la forma del Espíritu Santo, cuando El llegue a ser encarnado en la Persona de Jesucristo, entonces nosotros le coronaremos como Rey de Reyes y Señor de Señores. Correcto.”

Y entonces ¿será qué? El Rey que están esperando en Israel; pero El viene por nosotros primero. ¿Y cuándo será que El aparece como Rey de reyes y Señor de señores?

Tenemos que despertar, y el llamado de esta noche es: ¡Despertemos a la realidad! Es tiempo ya de despertar. No estamos en el tiempo de la tarde, estamos ya en el tiempo de la mañana. ¿No sabía eso? El tiempo de la tarde fue el cuarto Elías, el tiempo de la tarde fue el tiempo en que el ministerio del cuarto Elías fue manifiesto, y apareció el Hijo del Hombre manifiesto a través del cuarto Elías.

Encontramos que se fue la luz de la tarde, encontramos que Dios dice que El vendría como el Sol de justicia. Vea usted bien eso. Muchas personas piensan que después que termina la luz de la tarde, no hay nada más. Usted está equivocado, usted no entiende que los días comienzan por las tardes. Y si usted va al Génesis, dice: “y fue la tarde y la mañana el primer día.” Y sigue así.

Usted tiene que entender que la luz de la tarde aparece; pero después que se va, esa luz de la tarde dice: “yo recorreré este sendero una vez más.” ¿Y cuando lo vuelve a recorrer? Por la mañana. ¿Y por dónde sale? Por el Este. Ese Sol viene a ser el mensajero del Este, se esconde por el Oeste y vuelve a aparecer por el Este.

El ministerio de Elías opera cinco veces. Operó por cuarta vez en el cuarto Elías, y dijo: “Yo regresaré.” Y buscando la Escritura usted sabe cuándo ese espíritu ministerial regresa; y cuando regresa, regresa por quinta vez; y eso es regresando como el mensajero a Israel.

Entre medio del cuarto Elías y el quinto Elías usted no encuentra un cuatro y medio Elías; usted lo que encuentra es cuarto Elías y quinto Elías; y con el quinto Elías viene...

Y ahora, ¿cómo resolvemos esto? Porque después del cuarto Elías estar predicando, estar diciendo, que Dios no tiene dos profetas mayores al mismo tiempo, y que si los tuviera al mismo tiempo ministrando, rompería Su Palabra, y El no puede romper Su Palabra. ¿Y cómo entonces nos va a presentar al Señor? Y cuando el Señor venga, será la Palabra hecha carne, será un profeta.

Los judíos dicen: “Nosotros estamos esperando al Mesías.” Y cuando se le pregunta a uno que realmente sepa lo que está esperando, él le contesta, cuando uno le pregunta: “Y el Mesías ¿qué será?” El le dirá: “Un profeta.” Porque conforme a la Palabra, el Mesías cuando viene es la Palabra de Dios hecha carne, que es Dios hecho carne.

Cuando vino allá en Su Primera Venida era un profeta, y en El estaba todo, en El estaban todos los demás profetas, en El estaba Elías, en El estaba Moisés, y en El estaban todos los demás profetas.

Y en la Segunda Venida del Señor, en Su Venida, en El estará Moisés y estará Elías, uno a cada lado. Dios no tiene dos profetas mayores al mismo tiempo; y si hubieran dos profetas mayores al mismo tiempo, a uno le conviene menguar y al otro crecer.

A Juan le pasó eso, y cuando le pasó eso, tremendo problema tuvo, mejor hubiera sido para Juan haberse ido antes, hubiera deseado eso. ¿Por qué? Porque cuando Juan introdujo a Jesús, y Jesús comenzó a ministrar ¿qué le pasó a Juan? El ojo profético comenzó a apagarse, y cuando lo metieron a la cárcel (después de haber dicho: “Este es el Cordero de Dios,” después de haber presentado al que él estaba precursando), estando en la cárcel dice a sus discípulos: “Vayan donde Jesús y pregúntele: ¿Eres tú aquel que había de venir, o esperaremos a otro?”

El cuarto Elías dijo: “Yo he llegado hasta aquí...” Quiero leérselo, porque el cuarto Elías sabía lo que pasaría si él estuviera aquí en este tiempo en que Dios cumpliría Su Segunda Venida como el León de la tribu de Judá, como el mensajero a Israel, como el Angel fuerte rugiendo como León. Vamos a ver lo que él dice que le pasaría, y como él lo dice, yo tengo que aceptar que hubiera sucedido de esa manera. Vamos a ver... Quiero leer la página 415 de los Sellos (no lo tengo marcado aquí en inglés), dice el cuarto Elías:

Algo va a suceder. El estará aquí y yo le conoceré. Entonces un día él dijo: ¡He aquí! Allí está (así decía Juan: El estará aquí algún día y yo Lo conoceré. Y cuando llegó, y estuvo frente a El, él dijo: Este es el hombre). ¡Allí está el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo! Mi tiempo ha llegado a su fin. Yo lo he introducido, y ahora debo menguar y desaparecer de la escena; El continuará la obra de aquí en adelante. Dentro de poco estaremos en el Milenio. El tiempo está a la mano.”

Ahora vamos a seguir, porque tenemos que buscarlo para ver lo que el cuarto Elías dijo que le pasaría si él estaba aquí cuando se cumpliera la Segunda Venida del Señor, la aparición del Angel fuerte. Página 474 y 475 de los Sellos, 567 en inglés, dice la siguiente manera:

Ahora, el gran secreto bajo este Sello, yo no lo conozco. ¡No lo pude descifrar; no pude captar lo que decía. Pero yo sé que eran los Siete Truenos tronando rápidamente uno tras otro, haciendo siete estruendos, y eso se abrió hacia algo más que vi. Cuando vi eso, busqué la interpretación y me pasó tan rápidamente que no lo pude descifrar. Eso es correcto. Todavía no es la hora para eso, pero está llegando a ese ciclo, está llegando cerca. Entonces lo que hay que hacer es recordar que les estoy hablando en el Nombre del Señor. Estén preparados, porque no saben en qué hora algo pueda suceder.”

Sigue diciendo más abajo: “Ahora, cuando esta cinta esté en circulación, quizás sea el instrumento para correr a diez mil de mis amigos, porque van a decir: El hermano Branham está tratando de hacerse un siervo o profeta ante Dios. Déjenme decirles esto, mis hermanos: Eso es un gran error. Yo únicamente estoy diciendo lo que vi y las cosas que me han sido dichas. Ud. haga lo que guste. Yo no sé quién será, ni qué va a suceder (no sé quién será, ni qué va a suceder). ¡No sé! Solamente sé que esos Siete Truenos contienen el misterio por cuya razón hubo silencio en el Cielo. ¿Todos entienden?

Quizás sea ahora el tiempo y la hora cuando aparezca esta gran persona que hemos estado esperando. Quizás este ministerio, por el cual he tratado de convertir a la gente a la Palabra, ha servido de fundamento. Si así es, entonces les estaré dejando para siempre. No habrá dos aquí al mismo tiempo. Y aun si así fuera, él crecerá y yo menguaré. ¡Yo no sé! Pero Dios me ha dado el privilegio de mirar y ver lo que es; lo vi abrirse hasta donde lo vi.”

Ustedes pueden ver que siempre un profeta habla del próximo profeta que ha de venir, y ustedes saben que el ministerio que Dios puso en las manos del cuarto Elías fue precursar la Segunda Venida del Señor; y eso fue lo que él estuvo haciendo siempre. No podemos negar lo que la Palabra de Dios dice: él estuvo precursando a otro que vendría después de él. Y ese sería ¿quién? el Señor Jesucristo en Su Segunda Venida, conforme a Su orden. Entre el precursor y el precursado no hay más profetas (en medio de ellos no hay más profetas).

¿Quién de ustedes podría precursar la Segunda Venida del Señor y preparar al pueblo y colocarlo en su lugar mejor de lo que lo hizo el cuarto Elías? Sabemos que ninguno. El hizo la precursión completa, por eso pudo irse. El anunció lo que sucedería, lo próximo sería la Segunda Venida, y él nos mandó a vigilar la Segunda Venida. Si nos sorprende dormidos, es por dormilones; pero él dijo que vigilásemos.

En este tiempo quizás cualquiera dice: “Hermano Branham dijo muchas cosas y pensó muchas cosas, y ahora parece que era de su cabeza, parece que era su propio pensamiento.” Los profetas cuando se sujetan a la Palabra de Dios y han recibido la revelación de Dios para el tiempo en que ellos viven, aún su propio pensamiento como hombre está sujeto a la Palabra, y ellos como hombres pueden pensar de acuerdo a la Palabra.

Ahora, muchos dirán: “Bueno, estábamos pensando...” ¡Oh! ¿ahora estaban pensando? Pero algunos años atrás estaban creyendo, pero hoy cualquiera puede decir: “Yo estaba pensando...” Bueno, si estaba pensando, tenga mucho cuidado, porque primero usted decía que estaba creyendo. Quizás era que usted estaba creyendo no acá adentro, sino acá en los sentidos; y al creer acá en los sentidos y no ver el cumplimiento de las cosas que el cuarto Elías dijo, de acuerdo al pensamiento suyo, usted piensa: “Bueno, yo pienso que el hermano Branham, su pensamiento estaba equivocado cuando él pensó que el año 1977 debía poner fin a los sistemas mundiales e introducir el Milenio.”

¿Sabe usted lo que es la introducción al Milenio? Entonces si no sabe, mejor es que se quede callado, y espere a oir lo que es la introducción al Milenio, para que entonces sepa si se cumplió o no se cumplió.

Quisiera conseguir por aquí donde el hermano Branham... y como nosotros creemos a los profetas vindicados, y él es un profeta vindicado. Yo quiero leerles donde él nos dice a nosotros lo que es la introducción al Milenio, lo que se verá y lo que Dios cumplirá cuando sea vista la introducción al Milenio. Usted no podrá ver otra cosa sino lo que dijo el cuarto Elías, porque él fue el precursor de la Segunda Venida del Señor.

Vamos a ver, página 26 del Mensaje titulado “Revelación, Capítulo Cuatro, Parte I,” y en inglés 474 (eso debe de ser en el libro). Si acaso la traducción en español tiene alguna falla, yo le pido que me ayude, y usted lo busque en su propio idioma, y usted verá si eso significa lo que realmente Dios dijo a través del cuarto Elías, y si eso que dice ahí es lo que veremos cuando veamos la introducción al Milenio.

Dice así el cuarto Elías: “El tomó a Pedro, a Jacobo y a Juan a un monte alto, para ser testigos. Pedro, Jacobo y Juan; y ellos viendo el Reino de Dios viniendo en poder, y ellos viendo la Venida del Reino de Dios mostrado. ¡Amén! Oh, ellos fueron traídos a ver el Reino de Dios en ensayo mientras venía, la introducción del Milenio. Ellos vieron el ensayo.”

Nosotros estamos llamados a despertar a la realidad para ver la introducción al Milenio. El cuarto Elías dijo: “1977 debe poner fin a los sistemas mundiales e introducir el Milenio.” ¿Y qué será visto cuando sea vista la introducción al Milenio? Lo que fue mostrado en el monte de la Transfiguración. Si usted ve otra cosa, usted está soñando. ¡Despierte a la realidad!

Encontramos que el cuarto Elías dijo: “Debe poner fin a los sistemas mundiales.” Y usted mira y dice: “Los sistemas mundiales están funcionando, los gobiernos de los países están funcionando.”

El cuarto Elías dijo: “La Venida de esa Piedra que vio Daniel salir del monte, hirió la imagen en los pies. La Venida de esa Piedra pone fin a los sistemas mundiales. La Venida de esa Piedra es la que dice: El tiempo ha terminado, el tiempo de los gentiles ha concluido.” Así usted puede ver que el cuarto Elías, aún en lo que él pensaba, o en lo que él predicó, o en lo que él predijo, él no estaba equivocado. (Quienes estamos equivocados somos nosotros, por darle nuestra propia interpretación y estar esperando una cosa de una manera que no es la forma en que Dios dijo que la iba a cumplir).

Cuando sea vista esa Piedra aquí en la Tierra, cortada del monte. ¿Y de qué monte? Del monte de Sión, la Novia de la cima del monte. De ahí es cortada esa Piedra. Daniel vio la Segunda Venida del Señor, y dijo que vio una piedra no cortada de manos, vio una piedra no cortada por términos teológicos de un seminario, vio una piedra no cortada con un corte eclesiástico de alguna denominación; fue una piedra cortada por la mano de Dios, fue formada por la mano de Dios.

¿Y de dónde salió? Del monte de Sión; porque de Sión es que va el Libertador para Israel. ¿Y a dónde vendrá el Señor en Su Segunda Venida? Pues a Sión, a Su Novia. ¿Ve usted? Y en Sión ¿qué hará? Conforme a la Palabra, como dijo el profeta Joel, y se los quiero leer, Joel, capítulo 3, verso 16 en adelante, nos dice de la siguiente manera: “Y Jehová rugirá desde Sion (¿De dónde va a rugir el Señor? Desde Sión. Y cuando ruge, siete truenos emiten sus voces, porque El viene como León de la tribu de Judá), y dará su voz desde Jerusalén (Jerusalén. Ahí está señalado el pueblo hebreo. El cuarto Elías dijo: Sión siempre es la Novia, y Jerusalén es los judíos, los 144 mil), y temblarán los cielos y la tierra; pero Jehová será la esperanza de su pueblo, y la fortaleza de los hijos de Israel.”

Yo creo que en esta noche, con todo lo que hemos escuchado, creo que hemos oído bastante fuerte la alarma para despertar a la realidad. No podemos ser hipócritas. Sabemos que tenemos que dar cuenta de nuestros ministerios al final del camino, por tanto, queremos ser hallados fieles en esta hora en que vivimos.

Tenemos que reconocer que en la Primera Venida del Señor hubo un tiempo señalado en que El debía aparecer para manifestar el ministerio para aquel tiempo, pero ya hacía varios años que El estaba allí.

El nació allá en Israel, y conforme a la enseñanza hebrea todos estaban esperando al Mesías; ¿Y cuántos no jugarían con El cuando era un muchachito? ¿Y a cuántos no le haría trabajos de carpintería? Y después, cuando llegó el tiempo señalado: tres años y medio antes de cumplirse 1954 años del trato de Dios con los judíos, por allí apareció Juan el Bautista bautizando, y apareció un joven carpintero siendo bautizado por Juan; y Juan dice: “Este es el hombre que yo estoy diciendo que viene detrás de mí.” Pero El había estado con ellos por 29 años y medio; y algunos decían: “Cuando el Mesías venga no sabremos de dónde será.” Otros decían: “Será de Belén.” Otros decían: “Será de acá.” No estaban de acuerdo en que aquel era el Mesías, pero sí lo era.

¡Qué grande llanto y qué grande sufrimiento cuando estos judíos Le reconozcan en medio de la Novia gentil en Su Segunda Venida, y se den cuenta que es el mismo que vino la primera vez!

Ahora, ustedes entiendan que el Señor para cumplir Su Primera Venida, El necesitó una virgen. Así estaba escrito, y en el vientre de una virgen El creó el cuerpo en donde El estaría velado en carne humana, y ese fue el cumplimiento de la profecía.

Y tantas cosas malas que hablaron del cumplimiento de la profecía; decían: “Es un hijo ilegítimo. Miren, María salió embarazada y todavía no está viviendo con José.” Pero había quedado embarazada por la Palabra hablada. Cuando el Espíritu Santo hizo sombra sobre ella, Dios había creado ahí esa célula que fue multiplicándose, célula sobre célula, hasta que apareció el cuerpo donde Dios moró en toda Su plenitud.

Y tanta mala fama que dieron sobre El; decían: “Bueno, ya esto no es nuevo para nosotros; antes que este, vino Teudas y Judas.” Pero ese no era Teudas ni Judas, ese era Jesús, el cumplimiento de las promesas para ese tiempo; pero la gente no pudieron creer, estaban ciegos, no estaban despiertos; y siempre que Dios va a hacer algo, el diablo se adelanta para hacer una perversión, para que cuando venga lo correcto, la gente digan: “Ya de eso tenemos muchísimo. Uno más que apareció.” Pero ese que apareció era el verdadero, los otros eran unos engañadores. Jesús dijo: “Los que vinieron antes que yo, fueron unos ladrones y salteadores.”

Ahora, usted tiene que entender que siempre que Dios va a hacer algo, el diablo se adelanta para hacer una imitación, para que cuando venga lo que Dios ha prometido, el pueblo esté tan desilusionado con tantos falsos que han venido, que digan: “este es uno más, ya tenemos bastantes, no queremos uno más”

Pero ese “uno más” es el verdadero; porque El siempre viene cuando ya el diablo ha hecho un montón de imitaciones. Eso es lo que es el Séptimo Sello, la Segunda Venida del Señor, y por esa causa no podía ser abierto públicamente en el tiempo del cuarto Elías, porque si el cuarto Elías lo abre públicamente, entonces el diablo hubiera hecho mucho daño, hubiera imitado entre lo correcto y lo incorrecto, hubiera habido muchos problemas; pero Dios dijo que eso sería revelado en el mismo tiempo de Su Segunda Venida; y vemos quién es el que lo revela: Es el mismo Señor Jesucristo en el cumplimiento de Su Segunda Venida.

¿De dónde espera el pueblo el cumplimiento de la Segunda Venida? Tiene que ser de acuerdo a como fue en la dispensación pasada. Usted dice: “¿Entonces tendremos que buscar una virgen donde se haya encarnado o donde Dios haya creado un cuerpo?” Yo le voy a contestar: Sí, la tenemos que encontrar.

¿Y dónde la encontraremos? Recuerde que Dios lo de una dispensación pasada lo engrandece en la próxima dispensación. Tenemos que buscar una Virgen, una Virgen que un ángel le haya dado un Mensaje, y en el vientre de esa Virgen haya sido creado un cuerpo, haya sido creado, haya sido formado, ¿qué? el Hijo prometido.

Y esa Virgen la encontramos en la Virgen pura y sin mancha, la Novia del Señor Jesucristo, que con el Mensaje del ángel mensajero, el cuarto Elías, quedó embarazada; por eso el cuarto Elías dice: “La Virgen está embarazada, la Novia está preñada.” Tenemos que despertar a la realidad para ver el nacimiento de ese Hijo de la Novia, y ese Hijo de la Novia es el Hijo prometido, es el Hijo esperado, es el Señor Jesucristo en Su Segunda Venida, la Novia lo tiene que parir.

Cuando el cuarto Elías se fue, él dijo: “Está embarazada.” El Hijo de la promesa es el Mesías. ¿De dónde tiene que venir el Mesías? De la Novia; porque “profeta como yo os levantará el Señor,” dijo Moisés, y eso se cumplió en Jesús, volvió a cumplirse en el hermano Branham, y se cumple nuevamente en el Angel fuerte que desciende del cielo. Será el velo de carne de uno de nuestros hermanos, en donde Dios cumplirá Su Segunda Venida como el León de la tribu de Judá, y vendrá rugiendo como un León.

Pero ¿qué dirán en este tiempo? “Eso no lo podemos creer.” Así decían allá. Pero Dios no tuvo que ver con que creyeran o no creyeran. Dios cumple Su Palabra, y El dijo que Sus ovejas oirían Su Voz y la seguirían; y las ovejas de Dios, los hijos de Dios, conforme a lo que están esperando, ellos recibirán lo que están esperando de la manera en que Dios lo prometió.

Por eso mi Mensaje en esta noche es: “DESPERTANDO A LA REALIDAD.” Tenemos que despertar. Israel está por despertar, para saber y conocer la Segunda Venida del Señor en medio de la Novia gentil, así como Israel reconoció a José en medio de los gentiles, y lo reconoció como rey.

Así que ustedes pueden ver que no son juegos lo que Dios dijo a través del cuarto Elías. Todo lo que Dios dijo ha estado cumpliéndose de una manera simple, y esa manera simple es lo que hace que la gente tropiece. ¿Por qué? Porque Dios cuando anuncia una cosa grande, la cumple en forma sencilla.

Dios es un Dios en morphe, Dios se va velando en carne humana, en diferentes velos de carne, a través de las edades y dispensaciones; y en esos velos de carne es que tropieza la gente, cuando no deberían tropezar, y más bien buscar la Escritura, ¿para qué? Para hacer como se hacía en el tiempo de las lavanderías chinas; que en las lavanderías chinas picaban un papelito y le daban la mitad al cliente y se quedaban ellos con la otra mitad; y eso es lo que tenemos que hacer: Despertar a la realidad, tener nuestro pedazo de papel con lo que está escrito y juntarlo con el otro pedazo, y tienen que concordar, si no concuerdan, no habrá ropa limpia.

Usted está esperando un cuerpo limpio, un nuevo cuerpo; pero tiene que tener la parte que le corresponde a usted tener, y juntarla con el cumplimiento de eso; y eso entonces cuadrará: El mismo Señor descenderá del cielo con aclamación, voz de arcángel y trompeta de Dios, y los muertos en Cristo resucitarán primero, y nosotros que vivimos seremos transformados.

¿Quiénes? ¿Cómo dijo el cuarto Elías? Los que quedemos, los que veamos la Venida del Señor. ¿Así lo dijo él? Así lo citó él en una ocasión. Yo les voy a dejar esa partecita para que usted la busque. Creo que fue en el Mensaje titulado “El Rapto.”

Así que usted tiene que ver la Segunda Venida del Señor para poder ser transformado; si no la ve, usted nunca obtendrá lo que está esperando; porque usted querrá que Dios lo cumpla de la manera que usted lo interpreta; pero Dios es Su propio intérprete, y El interpreta Su Palabra cumpliendo lo que El ha prometido.

La última vindicación, la vindicación final, de que el cuarto Elías era el precursor de la Segunda Venida del Señor, ¿cuántos la conocen? ¿cuántos saben cuál es la última vindicación? El fue vindicado con señales, con maravillas, con prodigios.

¿Pero cuántos saben cuál es la vindicación final de que el hermano Branham fue el precursor de la Segunda Venida del Señor? Tuvo muchas vindicaciones, pero hay una vindicación final; por lo tanto, si El estuviera aquí nos gustaría preguntarle: “¿Cuál es la vindicación final de que usted es el precursor de la Segunda Venida del Señor?” Pero no tenemos ningún problema, porque el Mensaje y el mensajero son la misma cosa; por lo tanto vamos a ver lo que él dice que es la vindicación final. Leamos en la página 365 en español y 326 en inglés, en el Libro de las Edades, y es en el Mensaje de la Edad de Laodicea, dice:

Aunque él no será popular, sí será vindicado por Dios. Así como Jesús vindicó a Juan, y el Espíritu Santo vindicó a Jesús, nosotros podemos tener la confianza de que este hombre será primeramente vindicado por el Espíritu obrando en su vida con hechos de poder que serán indiscutibles, y no hallados en ningún otro lugar; y Jesús mismo, al volver, le vindicará, así como lo hizo con Juan. Juan testificó que Jesús venía. Este hombre también, como Juan, testificará que Jesús viene. Y el mismo regreso de Cristo probará que este hombre era en verdad el verdadero precursor de Su segunda venida. Esta es la evidencia final de que este hombre en verdad era el profeta de Malaquías 4, porque Jesús mismo aparecerá al fin de la edad gentil.”

Ahora usted puede ver cuál es la vindicación final de que nuestro amado hermano Branham era el precursor de la Segunda Venida del Señor: será el mismo regreso del Señor. Y el Señor en Su regreso lo vindicará, y mostrará que él no estuvo equivocado, y que él hablaba verdad.

Sabemos que la Primera Venida del Señor ocurrió tres años y medio antes de cumplirse los 1954 años del trato de Dios con los judíos. Tres años y medio antes de cerrar esos 1954 años, allí estaba el Mesías, vindicando a Juan.

Tenemos que despertar a la realidad. 1954 años se cumplieron en el 1977, nos dijo el cuarto Elías. Quizás él no sabía sumar y multiplicar muy bien, pero él dijo la verdad. Usted sabe que algo tiene que haber sucedido, y ese algo tiene que haber sucedido en los últimos tres años y medio de los 1954 años, y ese mismo fue el tiempo del ministerio del Señor allá en Su Primera Venida.

Por lo tanto, el tiempo de los gentiles ha concluido; por esa razón fue que él podía decir que en el año 1977 la introducción al Milenio tenía que estar hecha. También tenemos que entender que por esa causa él podía decir que los reinos gentiles, en el año 1977 serían heridos por esa piedra. También esos fueron los últimos años del ministerio del Señor allá en Su Primera Venida. Y con eso se paró el tiempo para los judíos, y Dios los abandonó. Y en el año 1977 fue el tiempo final para los gentiles.

Sabemos que las promesas de Dios se han estado cumpliendo en simplicidad, conforme a como Dios prometió, y es la simplicidad lo que dice el cuarto Elías que cegó a los teólogos en Su Primera Venida; y él dice que el Señor en Su Segunda Venida cegará los ojos de los teólogos. No seamos teólogos.

Usted dice: “Pero yo no he ido a un seminario para alcanzar un grado de doctorado.” Dios le puede decir teólogo a cualquiera sin tener que ir a una universidad. Cuando una persona toma la Palabra de Dios y hace como los teólogos hacen, y le da su propia interpretación, delante de Dios esa persona está en la misma posición de un teólogo; porque Dios no escoge teólogos para decirle al pueblo lo que significa Su Palabra.

Dios se manifiesta a través de carne humana, a través de Sus profetas, y nos es dicho que los profetas son un intérprete de la Palabra de Dios, pero es Dios a través de un profeta el que interpreta esa Palabra; por eso los profetas no pueden hablar de sí mismo, y si se ponen a hablar de sí mismo cosas que no deben hablar, Dios les deja quedar mal, y después tienen que llorar y arreglar las cosas, ¿qué más pueden hacer? reconocer que han fallado, y arreglar la cosa, y empezar de nuevo.

Así que ustedes tienen que entender que la revelación del Séptimo Sello tiene que seguir en el orden como vinieron los seis sellos anteriores. Fue a través de profeta, porque Dios no tiene otro orden para revelar al pueblo la Palabra. Dios la revela al profeta, y el profeta la revela al pueblo, ese es el orden de Dios. Así tiene que venir la revelación del Séptimo Sello.

Y todos estamos de acuerdo con eso; por lo tanto no necesitamos un teólogo que nos diga: “esto significa tal cosa, y esto que está por acá significa tal cosa,” porque Dios ha prometido que dará la revelación del Séptimo Sello. El tiene que por obligación tener un profeta, para hacerlo a través de un profeta; porque no hay otra forma para venir la revelación de Dios para el pueblo. Primero tiene que venir al profeta; porque “no hará nada el Señor, sin que revele sus secretos a sus siervos los profetas.” Eso es la Ley de Dios, ese es el orden de Dios, Dios no se puede salir de ahí, no trate de sacarlo de ahí, para decirle a Dios: “yo tengo los libros,” “tú me tienes que revelar a mí.”

Primero averigüe si usted es un profeta; porque si no lo es, usted está pisando terreno peligroso, usted está en un lugar que no es su lugar; usted está colocado en el lugar que le corresponde ocupar al Señor en Su Segunda Venida con Moisés y Elías; eso es conforme al orden de Su Venida, no podemos quitarle el lugar a otro.

Y eso era lo que el hermano Branham siempre decía, que tratamos de quitarle la pelota al que la lleva, porque queremos también nosotros llevarla. No se meta en problemas con Dios, ocupe su posición. Si usted no ha sido llamado para ocupar esa posición en la cual Dios dará a conocer el misterio del Séptimo Sello, y que Dios rugirá a través de ese mensajero a Israel, el cual aparece en Apocalipsis 10, del 1 al 6, manténgase apartado de eso, porque se verá en problemas usted y su congregación.

Por tanto despertemos a la realidad. Dios ha estado cumpliendo lo que El ha prometido. y en esta noche tenemos que reconocer que hemos sido más ignorantes de lo que fueron los judíos. Ellos tenían la fecha, ellos tenían lo que debía acontecer, y si hubieran sacado bien las cuentas, y hubieran esperado al hombre, de la manera en que Dios dijo que lo iba a enviar, lo hubieran visto; pero le dieron su propia interpretación; todavía lo están esperando.

Y cuando lo vean, El les dirá: “Esta es la segunda vez. En la primera Venida me crucificaron allá, en el velo de carne que traje allá me crucificaron.” Y ahora en el velo de carne que tome acá, entonces ellos le van a ver; porque Dios es Dios en morphe, que va cambiando de velo. El es el mismo ayer, hoy y siempre; excepto en su cuerpo físico, porque El va cambiando de forma, va cambiando de velo, y ahí es que la gente lo pierde de vista, y después dicen: “Nosotros creemos a Moisés, y El viene y nos dice: “Si conocieran a Moisés y creyeran a Moisés, creerían en mí; porque Moisés habló de mí.”

Y hoy tenemos que despertar a la realidad de que el cuarto Elías habló de otro que vendría, el cual sería el Angel fuerte, el cual vendría rugiendo como un León, y los truenos siendo escuchados; por lo tanto en Su aparición, en Su venida, cuando El se revele, cuando El se dé a conocer, tenemos una forma para conocerlo: Vaya a la Palabra, busque las promesas que están ahí, y vea para que usted sepa lo que se ha estado cumpliendo; porque lo que está escrito, tiene que cuadrar con lo que esté pasando; si no cuadra, no es; hay que esperar a otro.

Así que tenemos que ser sinceros, porque después de haber estado esperando por tantos años la Segunda Venida del Señor, y que la vayamos a perder, ¿qué usted pensaría de usted como ministro? ¿que fue un buen ministro, que fue un ministro tan fiel y tan celoso que cuando el mismo Mesías que usted mismo predicaba que habría de venir, viene y se identifica con la Palabra prometida, usted viene y dice: “eso es del diablo, yo no puedo creer eso.”? Allá usted, el problema es suyo, no es de Dios; el asunto de Dios es cumplir lo que El prometió; el asunto suyo, por causa de su libre albedrío, es creerlo o rechazarlo, eso nadie se lo puede quitar; por eso está en sus manos.

¡DESPERTEMOS A LA REALIDAD! Dios les bendiga, Dios les guarde, y Dios nos ayude a despertar antes que Israel despierte. Ya será demasiado tarde cuando Israel sepa lo que está pasando entre la Novia gentil.

Dios les bendiga a todos. Cuando salgamos, si usted ha oído algo muy duro para usted, después que salgamos, seguimos siendo hermanos; aún estando aquí somos hermanos.

Yo les amo. Lo que he hablado no lo he hablado para contradecir lo que usted pueda creer o lo que usted esté predicando en su congregación, o las cosas que han estado siendo habladas aquí por mis compañeros ministros, que con sinceridad han dicho el evangelio que están predicando.

Yo me he parado aquí con toda la libertad que me ha sido dada, y en respuesta a la invitación que el hermano Green me hizo en el mes de noviembre que yo estuve aquí en Phoenix y en Tucson, predicando aquí en el “Community Center,” y desde esa ocasión yo acepté la invitación para estar aquí en esta reunión de ministros. El mes pasado recibí la invitación, y yo dije: “Esta debe ser la reunión que el hermano Green dijo que iba a tener.” Y me invitó, porque deseaba que yo estuviera entre los ministros para dar a conocer lo que estoy predicando.

Y en esta noche les he dado a conocer el Evangelio que predico; no es de la primera dispensación, ni el de la segunda dispensación, sino el de la tercera dispensación. Creo que he sido sincero con ustedes, y he identificado el Mensaje que Dios ha puesto en mis manos para predicar, y lo he identificado como el Evangelio del Reino correspondiente a la tercera dispensación.

Si usted quiere aplicarme el Mensaje de la primera dispensación, o el de la segunda dispensación, para contradecir el Mensaje del Evangelio del Reino, el Evangelio de la tercera dispensación, usted buscará y encontrará muchas cosas para hacerlo.

Recuerde: En el tiempo del comienzo de la segunda dispensación, los que no querían aceptar el nuevo Mensaje de la nueva dispensación, hicieron eso; no lo haga usted. Si usted no lo puede creer, por favor, cállese la boca, guarde todo en su corazón, póngase a orar; si no le gusta; Dios me ha dado este Mensaje, y a mí me gusta porque es la Palabra de Dios prometida para la tercera dispensación.

Por lo tanto yo les recomiendo que si no lo puede creer, se quede callado. Recuerde: Los que se pusieron en contra en los cambios de dispensaciones, lo que Dios habló de ellos no fue nada bueno.

¿Ustedes quieren seguir en el Mensaje de la segunda dispensación? Si desean, continúen. Eso fue lo que Pablo les dijo a ellos, ¿verdad? “¿Ustedes quieren guardar la Ley, el Mensaje de la primera dispensación, y no quieren el de la segunda? Pues guárdelo; pero tiene que guardarlo completo; porque el que lo quebrante en algo, ha violado toda la Ley.” Por tanto, si desea en el Mensaje de la segunda dispensación, guárdelo completo. Y cuando se dice completo, usted tiene que entender lo que es el Mensaje de la segunda dispensación, y todo lo que había en ese Mensaje.

Así que Dios les bendiga, Dios les guarde. Yo he sido sincero con ustedes, y les he hablado desde lo profundo de mi corazón, y les he dado a conocer lo que Dios ha encomendado en mis manos, y yo apreciaré de ustedes que no hablen detrás de mis espaldas.

Si usted lo puede entender y desea oir más, los Mensajes que yo predico en Puerto Rico, son grabados y luego son llevados a imprenta, y son colocados en folletos, y luego son traducidos, y hay algunos traducidos ya al inglés.

Por favor, si desea saber el resto de las cosas que usted puede pensar que yo no he podido decir, solicite la literatura; y por favor ore por mí, porque yo necesito que usted ore por mí, y yo oraré por usted para que Dios haga lo que El ha prometido que va a hacer con ustedes.

¿Estamos en acuerdo? Yo creo que sí. Por lo menos de mi parte yo lo estoy. Yo soy su hermano, y estas cosas que me han sido encomendadas yo sé que como humano no califico para ellas. ¿Pero qué usted quiere que yo haga? Si Dios hubiera puesto en usted estas cosas que yo les he dicho, para que usted las dijera, ¿no las hubiera dicho? ¿Y qué pensaría usted de los que hablaran en contra suya sin entender? Pues piense usted que yo no deseo pensar mal de usted. Pues no hable mal de mí, ni del Mensaje que yo les he predicado, y les he identificado como el Evangelio del Reino.

Yo espero de ustedes que sean comprensivos, yo espero que ustedes entiendan lo que es tener una carga como esta de la cual les he estado hablando. Así que cuando salgamos, como les dijo el intérprete, hay dos o tres libritos en inglés, que cualquier hermano que lo solicite, le serán facilitados. Si ya lo tiene, porque lo recibió, pues entonces no lo tome y déjelo para otro ministro que no lo tenga. Yo sé que a muchos ministros desde la imprenta de Puerto Rico le enviaron algunos folletos en inglés. Y yo sé que algunos de ustedes sabían de las cosas que yo estoy predicando allá. Pero he venido aquí sabiendo que ustedes son ministros de Dios que desean oir todas las cosas que Dios tenga para nosotros. Yo también soy de esa manera. Que Dios les bendiga, Dios les guarde, y perdónenme que les haya tomado tanto tiempo, pero esto es más importante que el sueño suyo.

Bueno, usted sabe que usted y yo vamos a ser juzgados algún día por esto. Yo aprecio la atención de ustedes, y la invitación del hermano Green: Que Dios lo bendiga.

DESPERTANDO A LA REALIDAD.”