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| La enseñanza de un Padre | 1977-07-10 | 1 | US | 00:00:00 | false |
Muy buenos días, amados hermanos, el Señor nos continúe bendiciendo en esta mañana. Nos hemos tardado un poquito, me tardé un poquito en llegar hasta aquí ahora, ya que no sabía quién iba a predicar, y todavía no sé (más bien voy a empezar a hablar un poquito); y entre los dos, el hermano Adalberto y yo, pues yo creo que estos últimos días nuestros aquí entre ustedes, pues no vamos a saber a lo mejor quién es el que va a predicar, sino que vamos a empezar —los dos estaremos dispuestos para que el Señor nos use—; y si nos quiere usar el en el mismo culto los dos a la vez, una partecita uno y otra otro, pues así dejaremos que el Señor obre.
Más bien, llegué tarde de hacer diligencias (anoche estaba por el área metropolitana) y llegué por la madrugada a casa (no he estado estudiando); pero le estaba diciendo al Señor anoche y esta mañana: “Pero si Tú deseases usarme hoy por la mañana, Señor, en Tus manos estoy”, no me voy a… ni me puedo negar, ni deseo negarme. Ya Tú sabes cómo estoy —no he podido ni estudiar ni nada—, pero ya eso es asunto de Él. Y el hermano de Aldaberto y yo, pues estaremos en todos estos días, los dos puestos en las manos del Señor, y vendremos aquí, y quizás yo empiece a hablar y después él continue; como pasó antier, el viernes; y veremos a ver que el Señor nos tenga para todo, para bendición de todo.
Vamos a buscar nuestras Biblias, en Proverbios, capítulo 4; y vamos a ver ahí. Proverbios, capítulo 4, dice de la siguiente manera:
- “Oíd, hijos, la enseñanza de un padre,*
- Y estad atentos, para que conozcáis cordura.*
- Porque os doy buena enseñanza;*
- No desamparéis mi ley.*
- Porque yo también fui hijo de mi padre,*
- Delicado y único delante de mi madre.*
- Y él me enseñaba, y me decía:*
- Retenga tu corazón mis razones,*
- Guarda mis mandamientos, y vivirás.*
- Adquiere sabiduría, adquiere inteligencia;*
- No te olvides ni te apartes de las razones de mi boca;*
- No la dejes, y ella te guardará;*
- Amala, y te conservará.*
- Sabiduría ante todo; adquiere sabiduría;*
- Y sobre todas tus posesiones adquiere inteligencia.*
- Engrandécela, y ella te engrandecerá;*
- Ella te honrará, cuando tú la hayas abrazado.*
- Adorno de gracia dará a tu cabeza;*
- Corona de hermosura te entregará.*
- Oye, hijo mío, y recibe mis razones,*
- Y se te multiplicarán años de vida”.*
Vamos a dejarlo hasta aquí, y vamos a ir delante del Señor para ver qué es lo que Él nos tiene en esta mañana:
Dios Eterno, he aquí ante Tu presencia estamos. Te rogamos Señor, en esta mañana Tú Te muevas poderosamente en la revelación de Tu Palabra y nos enseñes Tu Palabra en esta mañana Señor.
He aquí estamos aquí, sabiendo y reconociendo que somos Tus hijos; y Te rogamos que Tú como nuestro Padre celestial nos enseñes Tu Palabra Señor. Te lo ruego en el Nombre del Hijo de David. Amén, amén.
Bueno, en estos días pasados, el día de los padres, tuvimos un sencillo mensaje titulado “EL PADRE COMPLACIDO”, o algo parecido era el tema, no recuerdo muy bien. Y el Señor nos ayudó en grande manera en ese tema. Y en esta mañana pues, vamos a ver lo que el Señor nos tenga bajo el tema: “LA ENSEÑANZA DE UN PADRE”.
Aquí conforme a como nos dice el proverbista Salomón, el hijo de David, nos dice:
- “Oíd, hijos, la enseñanza de un padre…”.*
Ahora, fíjese, hay muchos padres aquí en la Tierra que la enseñanza que le dan a sus hijos no es la enseñanza correcta; y que al tomar la enseñanza que le dan sus padres, aprenden cosas que no debieron nunca haber aprendido. Bueno, lo que pasa es que los hijos aprenden de su padre, y su padre es el ejemplo para todo hijo; y él con palabras y con sus hechos —los cuales habla más duro que sus palabras— le enseña a su hijo. Y siempre usted encuentra que la persona más importante para los hijos es su papá, ¿ve? Siempre todo hijo admira a su padre, y siempre todo hijo cree y espera que su padre sea una persona honrada, honesta; y siempre todo hijo ve a su papá como la persona más importante que hay, como la persona más honesta, como la persona más grande. Y eso lo ve así los hijos cuando están, usted sabe, creciendo.
Ahora luego cuando entran en el conocimiento del bien y del mal, luego se dan cuenta si su padre es un padre correcto, y que también si ellos han estado aprendiendo lo que es correcto o han estado aprendiendo algo incorrecto de sus padres, por el mal ejemplo, por la mala enseñanza que le han dado, o han aprendido algo correcto por la buena enseñanza que han recibido de su padre.
Ahora, aquí en este tema: “LA ENSEÑANZA DE UN PADRE”, es algo muy importante; porque dice aquí el proverbista:
- “Oíd, hijos, la enseñanza de un padre…”.*
Ahora, vamos ahí un poquito más adentro en este tema.
El profeta Isaías… el profeta Isaías, allá en el capítulo 28, el profeta Isaías en el capítulo 28, él estuvo hablando algo aquí que vamos a tomar para leerlo. Es dicho por el proverbista: “Hijos, oíd la enseñanza de un padre”. Y ahora aquí el profeta Isaías en el capítulo 28, verso 9, dice:
- “¿A quién se enseñará ciencia, o a quién se hará entender doctrina? ¿A los destetados? ¿a los arrancados de los pechos?*
- Porque mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá;*
- porque en lengua de tartamudos, y en extraña lengua hablará a este pueblo, a los cuales él dijo: Este es el reposo; dad reposo al cansado; y este es el refrigerio; mas no quisieron oir.*
- La palabra, pues, de Jehová les será mandamiento tras mandamiento, mandato sobre mandato, renglón tras renglón, línea sobre línea, un poquito allí, otro poquito allá; hasta que vayan y caigan de espaldas, y sean quebrantados, enlazados y presos”.*
Bueno, ahora la pregunta es: ¿A quién se enseñará ciencia? ¿A los detestados, a los niñitos? O ¿a quién se enseñará ciencia?
Bueno la Palabra en esta mañana en el tema nos dice: “LA ENSEÑANZA DE UN PADRE”.
Por lo tanto, entonces recomienda a todo hijo oír la enseñanza de un padre.
Ahora como ya vemos, tenemos que ver a qué padre es que vamos a oírle enseñanza; porque encontramos que la enseñanza de un padre puede hacer que su hijo al final de su vida o en el trayecto de su vida, cuando entra en el dominio de su propia vida, que ya no está bajo la dirección de su padre, puede ser que la enseñanza que aprendió, entonces sea tan buena que le ayude grande manera en toda su vida; y tenga que decir: “Yo agradezco lo que soy, la forma de vivir mía, la forma correcta de vivir, la forma correcta de actuar, la agradezco a que mi padre me enseñó bien”. Pero también se dan los casos en que hay hijos que actúan muy mal y después los padres le llaman la atención, y ellos algunas veces le dicen: “Bueno, es que esto lo aprendí de ti, esto fue lo que tú me enseñaste”.
Ahora, todos como hijos de Dios, estamos llamados a oír la enseñanza de nuestro Padre celestial. Y fíjese, es la enseñanza de un padre la que realmente tenemos que oír. Por eso el Señor dijo: “No… [CORTE DE AUDIO @11:26], ¿ve? En esta Tierra no llaméis Padre a nadie” [San Mateo 23:9].
Ahora eso no quiere decir que usted no le puede llamar a su papá terrenal papá, sino más bien es algo superior a eso, a lo cual él se está refiriendo. Porque cuando una persona, cuando una persona llega el tiempo en que Dios hace algo conforme a Su Plan y toda persona en esta Tierra viene y lo rechaza, es ¿por qué? Porque no está escuchando las enseñanzas de su Padre celestial y está escuchando la enseñanza de cualquier otro que se ha colocado en la posición del Padre celestial. ¿Ve?
Entonces, encontramos que eso es así a través de todos los tiempos; y ahora en la hora en que nosotros estamos viviendo, en el momento que nos ha tocado vivir a nosotros, Él ha prometido para este tiempo que ha de hacer ciertas cosas conforme a Su promesa; y conforme a Su promesa, aquí para este tiempo, como cuando fue para el tiempo del Señor Jesucristo, aquí nos dice Isaías, capítulo 54, verso 13, nos dice:
- “Y todos tus hijos serán enseñados por Jehová; y se multiplicará la paz de tus hijos”.*
Ahora, vean ustedes, que es una promesa que todos los hijos serán enseñados ¿por quién? Por Jehová.
Ahora sabemos que cuando vino en Su Primera Venida Él estuvo allí enseñando, pero no recibieron Su enseñanza, no pudieron creerla; la rechazaron, y mire las consecuencias que le vinieron al pueblo de Israel a causa de haber rechazado la enseñanza de su Padre celestial, el cual había venido en carne humana, se había hecho hombre; y rechazando Su enseñanza, entonces, vea usted: el proverbista dice que se oiga la enseñanza de un padre; y dice que “los días serán alargados para que todo te salga bien” y todas estas cosas que el proverbista nos dice.
Ahora, rechazar la enseñanza de un padre ¿es qué? Es traer ruina y destrucción sobre sí mismo, toda aquella persona que rechaza la enseñanza de Su Padre celestial.
Eso fue lo que sucedió al pueblo de Israel y por esa causa entonces fueron desparramados por todo el mundo y todas esas consecuencias por la cual ellos pasaron fue la consecuencia de haber rechazado la enseñanza de Su Padre celestial que vino en forma de carne humana, y al rechazarla, pues rechazaron ¿qué? A Su Maestro.
Entonces, cuando el Padre Se presenta para enseñar a Sus hijos, Se presenta entonces ¿cómo qué? Como Maestro Él era el Maestro. ¿Ve? Y Él estaba allí para enseñar a todos los hijos de Israel.
Ahora encontramos que nos está prometida también la Segunda Venida del Señor y ellos están esperando, los hebreos están esperando la Venida del Señor; ellos pues por supuesto han ligado, han juntado, han confundido la Primera Venida con la Segunda Venida, ¿ve? Porque ellos no saben que viene primero, por primera vez para arreglar el problema del pecado, y después viene la segunda vez sin relación alguna con el pecado. O sea, que la segunda vez no tiene nada que ver para Él morir para pagar el precio del pecado, porque eso lo arregla en la Primera Venida.
Por eso dice que en Su Segunda Venida no tendrá ninguna relación con el pecado, ya eso fue arreglado, ¿ve? Viene más bien a buscar a los que Él redimió, y luego ¿qué sucede? Luego viene también a anunciarle a Israel ¿qué? Anunciarle a Israel la hora en que se encuentran, a tocarle la Trompeta para que ellos se den cuenta de lo que ha pasado.
Bueno, encontramos que el caso es como el caso de José, al que ellos… a José, fíjese, José… era hasta el tiempo que él fue vendido, él era el menor; hasta el tiempo que él fue vendido, él era el menor de los hijos de Jacob, el menor. Solamente había ¿cuántos? Habían 11, de los 11 el menor era José. Y el número 11 entonces fue vendido, porque fíjese, su papá era muy encariñado con él, porque era el hijo que le nació de la esposa que él amaba.
Porque Jacob trabajó, como ya ustedes saben, allá en la casa de su suegro Labán, él trabajó por allá 7 años, conforme el trato que hizo con su tío, con su tío; pues conforme el trato que él hizo con su tío, pues él trabajó unos 7 años por Raquel (porque se enamoró de Raquel). Y ustedes saben que cuando una persona se enamora está dispuesta a pagar el precio que haya que pagar. Y enamorado, pues usted sabe, dijo: “Bueno, yo quiero casarme con Raquel, ¿cuáles son los requisitos?”.
Bueno, el papá de la muchacha, pues era un poquito listo, usted sabe.
— “Bueno, trabájate 7 años por ella, y entonces será tuya, te casarás con ella. (Vamos a sacarle aquí al muchacho antes de que se case, a sacarle el jugo, que trabaje, que demuestre que es un hombre de trabajo para saber a quién, en manos de quién vamos a poner esta muchacha)”.
Bueno, pero por otro lado, usted sabe, estaba la listeria; y Jacob, Jacob-Israel todavía era Jacob, aunque tenía la bendición: la primogenitura, pero él todavía no había tenido una experiencia con Dios en la cual su nombre fuera cambiado. Por lo tanto, mientras era Jacob, era un mentiroso, era un engañador, era todo eso; todo ese salía automáticamente de él; aun siendo ¿qué? Aun siendo el que tenía la primogenitura ya, porque ya en su negocio, pues se la había, la había obtenido.
Y Dios decía de Jacob: “Bueno, a Jacob amé y a Esaú aborrecí” [Romanos 9:13]. Bueno entonces, pero él necesitó un cambio de nombre, usted sabe. Ahora mientras no lo tuvo, era un mentiroso, un listo (eso estaba influyendo en su vida).
Ahora, fíjese, Jacob pues estaba por allá por su tierra, tuvo que salir huyéndole a Esaú, y se fue allá a la casa de la familia de ellos, a la casa de la familia de Abraham. ¿Ve? Y allí pues, fue a la casa de la familia de la mamá, o sea, a la casa donde salió Raquel; fue a la casa allá y conoció a su tío, que era el hermano de Raquel —a su tío Labán; y allí pues se enamoró de su prima hermana. En aquellos tiempos, pues era permitido, usted sabe, casarse los primos hermanos. Aún Abraham, Abraham y Sara eran hermanos, y eran hermanos de padre. Por eso fue que él dijo, él dijo aquella verdad, pero con un doble propósito.
Allá cuando Abraham fue con Sara y estaba ya rejuvenecida, dijo: “Estás muy bonita Sara, y cuando lleguemos allá se va a enamorar de ti, me van a matar a mí para quedarse contigo”. ¿Ve? Porque no se la podían quitar a él, porque eso estaba prohibido aun en los reinos gentiles, en medio de los reinos de los gentiles estaba prohibido eso: tomarle la esposa a otro hombre. Pero, le mataban, mataban al hombre y ella quedaba viuda. Y él dijo: “Aquí pues, Sara, tú estás muy joven; y yo lo que pienso es que tú puedes quedar viuda. Así que tú eres mi esposa, pero también eres mi hermana. Vamos a presentarnos allá por este lado, como hermanos”.
Bueno, por poco Dios acaba con una nación completa y con el rey, por haber pensado tomar la esposa de un profeta de Dios. Y eso que el rey no sabía que era esposa de él, y eso que el rey ni sabía que era un profeta.
Bueno, Dios, usted sabe lo hubiera hecho, pero le dio una oportunidad para que el rey estuviera consciente de que lo que le pasaría era por causa de eso, y de que él estaba consciente.
Pero cuando el rey supo eso dijo: “No, no, yo he estado haciendo esto con limpieza de mi corazón; más bien me he enamorado de la muchacha y Abraham dice que es su hermana, así que él va a ser mi cuñado. Y él no ha dicho nada, no está en contra; así que no hay ninguna oposición. Yo he hecho todo esto con limpieza de mi corazón”. De seguro, pues Sara iba a ser la reina de ese sitio.
Bueno y la cosa, pues aparentemente no estaría tan mala para Abraham en lo material y para Sara tampoco… [CORTE DE AUDIO @22:20]… Entonces estaba mal y Dios intervino.
Bueno por no decir toda la verdad Abraham, por poco Dios acaba con una nación. Bueno, no se sabe cuánto tiempo duró ese lapso de tiempo, desde que ella fue separada para ser la esposa de ese rey hasta que se arregló el problema; a, porque dice que entonces Dios cerró la matriz de todas las mujeres de ese reino (y de los animales me parece también), así que imagínese lo que iba a pasar. Y eso era ¿qué? Empezando; porque cuando Dios le apareció al rey en sueño le dijo: “Estás muerto, eres hombre muerto; eres hombre muerto porque la mujer con quien te piensas casar, la mujer a quien tú piensas hacer la reina, es casada, y su esposo es un profeta”. Bueno, imagínese qué situación tremenda.
Bueno, imagínese, el mismo rey hasta regañó a Abraham: “Lo que tú has hecho por poco tú, por poco tú haces que Dios me destruya a mí, destruya todo, todo este reino por causa de tú no hablarme claro; porque es que tu hermana es muy bonita y yo me enamoré de ella; y la cosa… no había ninguna oposición de tu parte”.
Así que era un negocio limpio, según el rey. Y Abraham, pues no estaba protestando de la situación, él más bien tenía temor o miedo; pero Dios había hecho promesa a Abraham, y de seguro pues, Abraham encomendó el caso a Dios: “Bueno Señor, mi situación aquí es difícil; aquí si llegan a saber que ella es mi esposa, me van a matar. Señor, en Tus manos está, intervén Tú; yo ni me atrevo a actuar en esta situación”.
Bueno, fíjese ya Abraham estaba rejuvenecido, Sara estaba rejuvenecida también, ¿ve usted? Así que Abraham y Sara eran intocables. ¿Quién tocará a alguno de los escogidos después que esté transformado? ¿Quién tocará alguno de los escogidos de los que han de resucitar? Bueno, eran intocables; por lo tanto, Dios se movía a la escena.
Ahora, luego, encontramos más adelante que Abraham tuvo a través de Sara, tuvo a Isaac; y luego Isaac a través de Raquel… no, déjeme ver. Raquel… no es Raquel, más bien Raquel me parece es la de la de Jacob. A través de Rebeca, a través de Rebeca... El hermano Branham dice que Rebeca era una muchacha trigueña, trigueñita, o sea, usted sabe, el color de este: piel canela (como le dicen), era una muchacha así (eso está en uno de los mensajes); y bueno esa fue la que Dios le proveyó para… [CORTE DE AUDIO @25:50]… eran, también eran de la misma familia; porque Abraham le dijo: “Vete, búscame allá en mi descendencia, en mi parentela, búscame una compañera, una novia para mi hijo Isaac” [Génesis 24:1-7]. Luego se encontraron, y a primera vista quedaron enamorados, fue Dios obrando en todo.
Luego de Rebeca, Isaac tuvo a través de Rebeca, tuvo a Esaú y a Jacob (y eran gemelos). Entonces desde que estaban en el vientre, lo que tenían era una tremenda pelea —una tremenda pelea desde que estaban en el vientre; y nacieron, y aun naciendo siguieron peleando el uno con el otro. Y todo lo que… la pelea que tenían era ¿por qué? Por la primogenitura (desde el vientre).
Me parece que cuando fue consultado el caso de la condición de Sara, digo, de Rebeca, no sé quién fue el que…. no sé si fue uno de los profetas o alguien que dijo: “Lo que pasa es que en tu vientre lo que hay son dos pueblos, y están batallando ahí; lo que hay es una pelea, una lucha ahí” [Génesis 25:21-23]. O sea, la lucha era por la primogenitura. Y él… nació Esaú primero y Jacob después; pero Jacob era el que tenía la promesa.
Pero Jacob, de la manera que él hizo, consiguió que Esaú le vendiera la primogenitura; y después al tener la bendición, entonces era que tenía el problema grande. Ustedes algunas veces pues pueden notar que hay cosas, problemas que usted no tiene, pero cuando alcanza cierta bendición, entonces como que le viene un problema; eso le pasó a Jacob. Jacob cuando logró conseguir la primogenitura a través de aquel negocio… o sea, que Jacob o Israel es comerciante todo el tiempo; y compra, compra todo lo que lo que puede comprar. Bueno, hace tratos espirituales y tratos físicos también.
Entonces, ya con la primogenitura comprada… Bueno ahora tenía el problema de que después a Esaú no le gustaba mucho el negocio que había hecho, pero ya lo había hecho. Y después, cuando llegó el día de recibir la bendición de Isaac, ya Isaac estaba viejito y tenía ya… ya estaba tan viejito que ya sus ojos se habían nublado, ya no veía, ya estaba ciego. Y entonces, bueno, llegó el tiempo de bendecir… antes de morir pues llegaba el tiempo de toda esa bendición que estaba sobre él pasarla al primogénito. Y cuando llegó ese tiempo, ya entonces la mamá de Jacob, de Jacob y Esaú: Rebeca, estaba pendiente; estaría ya también viejita, pero estaba pendiente, porque era algo muy importante, que antes de morir tenía que pasarle esa bendición a otro por la Palabra hablada; hablar la Palabra, y por esa Palabra entonces pasaba al que le tocaba seguir, seguir en el timón.
Y entonces, cuando llegó ese tiempo, y ya pues Rebeca veía que ya Isaac de un momento a otro iba a morir, estuvo muy pendiente, y le dice a Jacob: “Ya está para de un momento a otro llamar para echar la bendición, para después morir, así que vete, caza por allá, ¿tú no eres cazador? (el cazador es, pues usted sabe, Esaú es un buen cazador), pero tú quizás te vas a cazar por allá, lo que vas es a tener problemas, tú no eres cazador, vete allí al corral de los cabritos y tráeme para acá, vamos a hacer esto bien hecho ya… él te había vendido la primogenitura, ahora lo que falta es que tu papá te eche la bendición. Vamos a buscar un cabrito, a prepararlo bien, y después el cuero del cabrito te lo ponemos sobre los brazos, porque tu hermano es bien velludo y tú eres lampiño, así que hay un problema tremendo. Bueno, y el olor, el olor de tu ropa y el olor de la ropa de tu hermano tampoco concuerda, una túnica o una ropa de tu hermano, se pone por ahí y allá llega el olor”.
Imagínese un hombre de los montes que suda tanto y después bregando, bregando con animales y todo eso, pues hay un problema ahí: “Pero lo vamos a resolver. Lo resolvemos también”.
O sea, que no estaban mirando ningún obstáculo, sino, al mirar el obstáculo, mirando por encima de eso la solución, y hacia adelante.
Bueno, prepararon todo, y Jacob le decía:
—“Mami, ¿y si papi se da cuenta que yo no soy Esaú y soy Jacob, y en vez de bendecirme me maldice?”
—“Despreocúpate de eso hijo mío; toda maldición y toda cosa que venga en contra de ti sea contra mí, yo me hago responsable de todo; no te preocupes, hijo mío”.
En todo eso, usted sabe, está el Plan de Dios, y Dios dijo: “A Jacob amé y a Esaú aborrecí”. Ahora, ¿cómo iba a moverse la cosa para que todo eso fuera cambiado? Bueno, ahí vemos cómo se movió todito eso.
Entonces, vemos que Esaú menospreció la primogenitura, la bendición de Dios la menospreció por un plato de lentejas; como hacen muchas personas, que por dinero, que por un buen trabajo, por una buena posición social o por una buena posición religiosa, ¿qué hacen? Venden su primogenitura y menosprecian la Palabra de Dios, la enseñanza de Su Padre celestial, la cual es la única que le podrá ayudar, porque ahí es que está la bendición.
Entonces, encontramos que llevaron a cabo todo; e Isaac, pues ya estaba cieguito, viejito también; y entonces llega Rebeca, la mamá de Jacob, la esposa de Isaac… Bueno, ya estaba ancianita de seguro también, y prepara esa comida tan tremenda. Jacob parece que no era muy buen cocinero, pero su mamá sí. Entonces le prepara todito y se pone él a… el cuero del animalito que habían usado para la comida, y se pone… (hasta donde recuerdo) me parece que puso también una ropa de su hermano, cosa que tuviera el perfume, el olorcito ese; porque tenían que cerrar todos los lugares por donde pudieran conocer que no era Esaú, digo, que no era Jacob, sino que era Esaú.
Bueno, entonces se acerca a Jacob con el potaje, con esa comida, con ese guiso en la hora, pues de comer de Isaac, de Isaac, y su mamá le dice: “Vete, dile que has salido a cazar, encontraste una buena caza, y vete rápido antes que llegue tu hermano, porque a eso fue que fue tu hermano, a cazar para allá para preparar una comida, un buen guiso (parece que a Isaac le gustaba esos buenos potajes, esos buenos guisos que hacía su hijo mayor). Bueno, él fue a eso, para preparar una buena comida a tu papá, para después decirle: Padre, bendíceme ya, tú estás para morir, bendíceme; y ya Isaac está para bendecirlo está deseoso ya, y esos son los planes, así que adelántate, adelántate y ve”.
Bueno ahora el otro problema, ¿sabe qué era? Ese no tuvo solución, solamente Dios fue el que obró ahí; era la voz, la voz de uno y la voz del otro eran diferentes. Bueno, pero llevaba todo, menos la voz.
Bueno se acercó allá al lugar donde estaba Isaac, su padre, allá ancianito y ciego, y le dice:
— “Papá, he ido a cazar y Dios me ha dado una buena cacería, y he hecho una buena comida para ti, para que tú la comas y me bendigas, me eches la bendición de tu primogénito. Yo soy tu hijo Esaú, yo soy tu primogénito (era su primogénito porque ya tenía la primogenitura). Yo soy tu primogénito”.
Isaac le dice:
— “Oye, hijo mío, tu voz, tu voz me está rara, échate para acá, ven acá (le tocó los brazos), dame tus brazos acá”.
Le tocó los brazos todos peluditos, bien velludo, ya usted sabe era el cuero de un animal, de un animal que fue sacrificado para que una bendición pudiera pasar a Jacob. Bueno, dice:
— “Tus brazos son los brazos de Esaú; acércate más hijo mío [el hermano William inspira], el olor de tu ropa es el olor de mi hijo primogénito Esaú, pero tu voz es la de Jacob”.
Qué problema tendría ahora, y no poder ver. Gracias al Señor que era ciego. Bueno, ¿ve que todo obra para bien?
Así que, fíjese, cuando un profeta de Dios le pasa algo así, cómo… porque todos ellos fueron profetas de Dios: Abraham, Isaac, Jacob, todos ellos, y entonces le sucedió eso, pero fue para bendición. Es igual que el hermano Branham: enfermo del estómago por tanto tiempo, pero era para bendición; quizá para él era duro, pero era una bendición para el pueblo de Dios.
Bueno, ya ustedes saben de eso, no lo van a entrar en eso.
Entonces, le dice:
— “Bueno, la verdad, tus brazos son los brazos de Esaú; el olor de tu ropa es el olor de la ropa de Esaú, pero la voz es la voz de Jacob”.
Bueno, ¿cómo estaría de nervioso Jacob allí?
— “Bueno, papi, aquí está la comida come”.
Comió, le gustó. Pero estaba usted sabe… porque pronunciar una bendición sobre una persona y que no sea esa persona; o sea, mire, en palabras más claras: tanto una bendición como una maldición que sea hablada por Palabra de Dios, eso es como decimos nosotros: es como la mancha de plátano, de guineo, que no sale. Bueno, ya ustedes saben el término, lo que eso significa acá, en términos acá puertorriqueño.
Entonces, ellos tenían mucho cuidado cuando iban a bendecir o cuando iban a maldecir, porque ellos sabían quiénes eran ellos; ellos sabían que ellos eran profetas de Dios, a los cuales la Palabra de Dios venía y a través de los cuales la Palabra de Dios salía para el pueblo, y para bendición o maldición de los demás.
Bueno, y entonces tenía que bendecir; y ahí se presentó el momento, y estaba medio confundido Isaac ya viejito, y no podía ver; y quien le podía ayudar un poco sería Rebeca, y Rebeca estaba ¿de parte de quién? Estaba de parte de Jacob, era el nene mimado ¿de quién? De su mamá. Así que todo estaba a favor de Jacob. Y la comida que le hicieron, se le hicieron al gusto de Isaac, ya ancianito.
Así que ella conocía el gusto de su esposo, así que le gustó la comida y le bendijo creyendo que era Esaú. Pero era el primogénito porque ya tenía la primogenitura.
Bueno, entonces, después que Jacob recibió la bendición lo más contento.
— “Ya la tengo mami, la bendición ya no hay quien me la despinte”.
— “Sí, hijo mío, pero ya mismito recuerda que viene por ahí Esaú con lo que fue a cazar y lo trae; y cuando venga a tu papá, recuerda que le traerá ese potaje, esa comida tan tremenda, que cuando él se la coma, cuando él se la coma es para bendecirle, y ya está abastecido. Así que, atente, o sea, sé valiente ahora para enfrentar las consecuencias de una bendición como la que tú has recibido. Estate firme, porque tú lo que has recibido es una cosa tan grande, que a causa de eso vas a tener problemas, vas a pasar por una apretura fuerte; pero yo estoy a tu lado, no te preocupes, le buscamos la salida a la cosa; le buscamos la vuelta a la cosa y todo va a salir bien. Así que anímate, no tengas miedo, vamos a esperar que llegue”.
Llegó Esaú, preparó su comida (sabía cocinar bien), la preparó, prepararon todo y cuando va:
— “Papá, fui a cazar como te dije, Dios me ha dado una buena cacería, he conseguido un buen animalito, lo he preparado a tu gusto y aquí está para que te lo comas y entonces me bendigas”.
Y cuando oyó la voz de Esaú, dice:
— “¿Quién tú eres?”
— “Yo soy tu hijo, el primogénito, Esaú”.
Dice:
— “Alguien, tu hermano vino y me trajo la comida, dijo que eras tú, yo comí y le bendije”.
Usted sabe, la bendición de primogenitura, del primogénito; o sea, que toda la bendición… [CORTE DE AUDIO @42:10]…
Entonces, bueno:
— “Pero papá, ¿qué tú has hecho?”
— “No, tu hermano; tú sabes que yo soy ciego, y eran tus brazos, era tu ropa, lo único que me tuvo raro fue tu voz, pero todo lo demás eras tú”.
— “Pero papá, pero come y bendíceme; ¿no hay otra bendición por ahí para mí?”
— “Hijo la bendición del primogénito es una sola; y el que está presente y la toma cuando es pronunciada, para ese se queda. No hay más bendición de primogénito; la que había era una y la tenía reservada, porque la recibí de Abraham, de mi padre Abraham, pasó a mí y de mí ahora al primogénito, y ese la recibió Jacob. Tu hermano vino con engaño a mí y se ha llevado la bendición tuya”.
— “Pero papá, que…”.
— “No hay arreglo”.
Es que cuando un profeta de Dios por Palabra de Dios habla una bendición, no hay quien le dé para atrás a eso. Por es que aún el profeta Balaam cuando quería maldecir a Israel dijo “que no podía maldecir lo que Dios ya había bendecido”. Y después dijo: “Y el que maldiga a Israel será maldito, y al que la bendiga será bendito”. Así que hay que actuar de acuerdo a como Dios ha actuado. Si Dios bendice a alguien, pues nosotros ¿qué? Bendecirlos, no maldecirlo, porque entonces es contrario a lo que ya Dios ha hablado, y entonces ¿qué pasa? Como ya Dios bendijo, y entonces uno tira una maldición, ¿qué pasa? Esa maldición le cae a la persona porque no le puede caer a quien Dios ha bendecido. O sea, que la persona que maldice algo que Dios ha bendecido, se está tirando en contra de él mismo; y cualquiera que trate de bendecir algo que Dios ha maldecido, se busca tremendo problema también, ¿ve?
Por eso el hermano Branham dice que cuando la mano de Dios, el juicio de Dios está sobre alguien, una maldición está sobre alguien, cualquiera que meta la mano tendrá problemas con Dios.
Bueno, ahora vea usted que cuando llegó Esaú no había bendición para él, pero y le dice:
— “Pero papá, ¿no hay alguna otra por ahí, no tienes algo por ahí?”
Y entonces, bueno, comió parece, probó algo de la comida (no recuerdo bien) y luego le echó cierta clase de bendición, parece que fue, una bendición ahí sencillita que tenía que luchar y que su vida iba a ser dura y todas las cosas.
Bueno la cosa es que ya Dios ha dicho antes de haber nacido los niños, Él dijo: “A Jacob amé y a Esaú aborrecí”, antes aún de nacer. Así que ya ustedes pueden ver cómo entonces se movieron las cosas de la manera en que se movieron.
Ahora, ¿qué pasa? Jacob, Jacob se vio en grandes problemas. Fíjese siempre una bendición grande que uno recibe, al tener una bendición grande, después uno tiene ciertas apreturas y ciertos problemas a causa de la bendición que hay. Pero eso, eso pues entonces, cuando Esaú supo lo que había pasado dijo: “Ahora cuando papi muera, mató a mi hermano por haberme hecho lo que me hizo”. Y fue oído, fue sabido, lo supo su mamá, y le dijo a Jacob: “Muchacho, ahora la cosa está dura: ha dicho tu hermano que cuando muera su papá, muera Isaac, el próximo muerto eres tú. Así que, ven acá ahora, hay una salida, hay una solución a este problema. Tú vete a la casa de mi padre, vete allá a vivir y cuando se haya apaciguado la ira de tu hermano, yo te mando a avisar para que te vengas para acá otra vez. Vete unas vacacioncitas para allá a vivir un tiempo hasta que la cosa, pues, pasa el enojo de tu hermano, porque está hervido (como decimos nosotros), lo que tú le has hecho: le compraste la primogenitura y después, ahora lograste que tu papá te bendijese, ahora tienes todas las bendiciones”.
Bueno ellos eran, ellos creían en la Palabra hablada, en las bendiciones habladas por Palabra hablada a través de los instrumentos de Dios.
Así que la lucha no era por cualquier… no era por propiedades ni nada, era por una bendición; porque las propiedades se pueden desaparecer, pero la bendición eso permanece para siempre.
Entonces, salió huyendo Jacob y se fue hacia allá, hacia la familia de su mamá; por supuesto, y de su papá, porque por aquella área era que vivían sus descendientes o sus padres. Y entonces, por allá, pues en su huida tuvo una experiencia. Usted sabe cuándo se acostó en una almohada de piedra, en una cabecera de piedra, pues allí tuvo una experiencia; y Dios le apareció, le habló y todas estas cosas; huyendo tuvo cierta experiencia, y se fue a vivir allá.
Luego, encontramos que luego de trabajar por… ahora se me pueden turbar los nombres Raquel y Rebeca, trabajar por Raquel, luego le dan a Lea; y vino a darse cuenta de esa clase de negocio que le hizo el suegro, vino a darse cuenta después que ya no había remedio, por la mañana.
Bueno, pero, es que cuando hay una bendición de parte de Dios en una persona, mire, no hay negocio malo que se le haga a esa persona que Dios no lo convierta en una bendición. O sea, que no hay, no hay pedrá (como decimos nosotros), no hay pedrá que se le tire que no se le convierta en bendición.
Entonces, encontramos que… y ahí se cumple lo que lo que dice la Escritura: “Todas las cosas obran a bien” [Romanos 8:28].
— “Bueno, está bien, yo a la que amo es a Raquel, a esa es a la que yo amo”.
— “Bueno, pues trabaja entonces 7 años más”.
— “Bueno, está bien, negocio hecho”.
Trabajó 7 más, son entonces 14; pero consiguió a la que él amaba.
Bueno, pues ahora tenía dos; y como en ese tiempo era permitido, bueno, pues no había ningún problema. Aunque en cuanto al ambiente familiar, sí siempre hubieron problemas, siempre hubieron celos y sus cositas. Imagínese, porque de todas, pues una es, una era la que amaba; y entonces, pues usted sabe siempre…
Igual Abraham, Abraham, pues Sara le dijo: “Toma a mi sierva egipcia Agar, y ten el hijo ahí a través de ella, y entonces será un hijo mío a través de ella”. La tomó y después la muchacha al salir encinta, entonces imagínese cómo le pasaría por el frente a Sara, con su barriguita y Sara una viejita ya, y no podía tener… y no podía quedar encinta ella. Quizá para muchas personas en este tiempo pues eso no es nada bonito, tener, estar una muchacha o una señora embarazada, pero en aquellos tiempos y para los hijos de Dios eso significa mucho.
Bueno, y como ella, entonces cada vez estaría exhibiendo su barriguita delante de Sara, y la tenía tan molesta ya, o sea, dándole fiero, dándole fiero y ya Sara estaba tan molesta, ya se sentía celosa Sara, y entonces bueno le dice: “Mira, bota esa muchacha para allá que me tiene ya molesta”. Y había problema familiar ¿ve? Porque es que… mire, en los tiempos pasados, aunque se podía tener más de una compañera, solamente un hombre puede amar una sola; y entonces las otras se ponen celosas; y las otras entonces se ponen a molestar a la que ama el esposo, y entonces: problema familiar. Por eso en el principio no fue así: un hombre y una mujer.
Bueno, entonces vemos que Sara… Agar se fue huyéndole, imagínese cómo se portaría a Sara con ella. Sara, pues estaba celosa y la trataría bastante recia, bastante dura sería Sara con su sierva Agar. Imagínese, siendo sierva y después estando en esa condición, teniendo una bendición tan grande, imagínese entonces, Sara estaba muy molesta y la muchacha pues le hacía sentirse molesta. Porque si se hubiera portado humilde, decirle: “Bueno, sí Sara, yo soy tu sierva y tú no has podido darle un hijo a mi señor Abraham, y tú has visto a bien que ese hijo que tú debes tener, pues sea a través de mí. Y ya pues está ahí, ya puedes ver que está ahí, es tu hijo; porque yo soy tu sierva, yo soy tuya y el niño es tuyo también. Así que no hay problema Sara, no va a haber problema entre nosotros; seguiremos siendo tuyo, y yo lo criaré; yo seré tu sirvienta y la sirvienta de él, así que no hay problema Sara; ha sido una bendición para mí poder ocupar ese lugar, esa posición tuya y tú me lo has concebido”. Pero la muchacha entonces se colocó en tal posición, que entonces trató de humillar a Sara, y eso pues no estaba bien.
Bueno, entonces tuvo que salir huyendo de la casa de Abraham, huyendo… y por allá huyendo por el desierto le apareció el Ángel y le dice: “Vira para atrás, vira para atrás y ponte sumisa a Sara que es tu ama, y has todo lo que ella te dice; y sé humilde, que lo que te ha estado pasando es por haberte puesto de la manera que te has puesto, y te has puesto a darle fiero a tu… y a molestarla de esa manera. Así que la culpable eres tú de lo que te está pasando. Vira para atrás; porque el que está en tu vientre es un hombre grande, y será príncipe también, príncipe de muchos pueblos. Así que vira para atrás, vete allá, ese es un hijo de Abraham lo que hay ahí en tu vientre, es simiente de Abraham”. Viró para atrás, tuvo el hijo; y ya ustedes saben el resto de la historia.
Bueno después los muchachitos también había problemas entre ellos.
Bueno, esos son los problemas que habían allá en aquellos tiempos. Así que, por eso hemos llegado a un tiempo en que cada hombre ha llamado a tener una sola esposa, conforme a la Biblia.
Bueno, fíjese, Jacob —vamos a seguir el caso de Jacob. Jacob entonces a través de Lea tuvo unos cuántos hijos. Luego, fíjense, cada una de sus esposas… Lea que era la hermana mayor, tenía una sierva, y Raquel también tenía una sierva. Jacob tuvo hijo a través de Lea y a través de la sierva de Lea; tuvo hijo a través de Raquel y a través de la sierva de Raquel. Así era en aquellos tiempos, y era permitido, estaba correcto.
Y las 12 tribus de Israel son descendientes ¿de qué? De Jacob a través de Lea y a través de la sierva de Lea, y a través de Raquel y de la sierva de Raquel.
Ahora, fíjese, encontramos que cuando nació el hijo de Jacob a través de Raquel, pues ese hijo fue José, el primero; el primero y fue entonces el hijo de la bendición.
Bueno, eso lo hablaremos en otra ocasión.
Encontramos que sus hermanos estaban muy celosos, era el menor hasta el momento, era el menor, era el número 11; y ese menor, pues era profeta desde antes de la fundación del mundo. De los demás no se dice que eran profetas, los demás no se dice que eran profetas; pero de ese menor, de José se dice que tenía sueños e interpretaba sueños desde muchachito, era un muchachito; y que su papá le hizo una túnica, una túnica de diferentes colores como un arcoíris. “Bueno, ahí viene, ahí viene nuestro hermano que tiene un vestuario, una ropa de arcoíris”.
Bueno, era una vestimenta un poco diferente a la de los demás hermanos; y los demás hermanos veían que su papá, bueno con el que tenía todos sus amores (como decimos nosotros) era con el menorcito; y ya Jacob estaba viejito y ese era el nene mimado de él. Y Jacob siendo profeta y viendo, y viendo que, en José, pues la misma cosa estaba moviéndose en él: tenía sus sueños sus visiones, y pero que también alguna de ellas, pues usted sabe, Jacob lo encontraba un poquito duro; cuando tuvo aquella… aquel sueño de que vio aquellos manojos, vio la luna, el sol, las estrellas que se postraban delante de él, y vio aquellos manojos grandes que se postraban delante de él. Y todas esas cosas pues lo que significaba ¿era qué? Jacob y que Israel completo, que es la… que representa la mamá de él, y que los demás hermanos son las tribus, pues se inclinarían un día delante de él; ellos lo entendieron, cuando José le dio ese sueño, ellos le decían: “¿Y tú quieres decir que nosotros nos vamos a inclinar delante de ti, tú que eres el menor?” Y cada vez que lo veían, era el muchachito de mandado también como David, usted sabe, era el muchachito de mandado, y cada vez que lo veían: “Ahí viene el soñador ese”.
Pero José no podía hacer nada, si él nació con ese equipo por dentro. ¿Qué podía hacer él? Pues dejar que funcionara; y José lo creía. “Bueno, algún día será así, estoy viendo estas cosas por anticipado”.
¿Ve usted los profetas? Por anticipado viendo el futuro de él, y entonces no importaba por dónde tuviera que pasar, pero al final sería como él vio que Dios le mostró. — “Entonces vamos a coger este muchacho, ya nos tiene tan molesto con esto de estos sueños que tiene y la cosa es que según vemos el significado de esos sueños todo es a favor de él y en contra nosotros, él es el único que sale bien en sus sueños”.
¿Ve? Hay que tener mucho cuidado siempre, porque cuando Dios tiene instrumentos, pues Dios le muestra lo que le tiene que mostrar; y si los instrumentos son fieles a Dios, pues usted tiene que ver que los instrumentos pues van a tener una grande bendición en el Plan que Dios le está mostrando.
Entonces, bueno, en una ocasión que su papá lo mandó de mandado allá a llevarle, no sé si queso también o cosas así, allá a los demás pastores a llevarle alimento a los demás pastores, a los pastores que estaban por allá. Entonces lo vieron y dijeron: “Mira, ahí viene el soñador ese; mira, mira, mira su túnica de colores, mira es él, es el único que viste así; es el único que viste así, tiene una vestidura ahí de colores”.
Bueno, así que el Ángel Fuerte va a aparecer a Jacob, a Israel; así es. ¿Con qué? Con el arco de siete colores. Ahora, eso no es literalmente una vestidura literal, sino que es el Pacto, habla de pacto.
Ahora, ven que se acerca y dicen: “Vamos a aprovechar la oportunidad ahora, como esta, no hay ninguna; ya vamos a liquidarlo y se acabó el problema. Porque es que es que también es el que le da queja de nosotros a papá, y cuando papá quiere saber algo, cómo nos portamos busca a José. Bueno, y el único que está bien parado con papá es él. Así que hay que arreglar este problema familiar”. ¿Ve?
Hermanos, pero de diferentes ¿qué? Madres; y también hermanos de diferentes padres tienen sus problemas. Deben de llevarse bien, pero algunas veces tienen sus diferencias.
Y ahora, pues quiere resolver su problema y entonces dicen: “Vamos a coger y vamos a matarlo”. Uno de los hermanos, quién fue, no sé si fue Judá o Rubén, dice: “Cómo van a cometer ese pecado tan grande, y para después que hacer eso, papá al saber eso se va a morir, vamos a hacer que se muera papá. No, no, no, no hagamos eso. Yo no estoy de acuerdo con mi hermano el menor, pero eso, eso es una solución demasiado, demasiado de mala. Yo creo que no somos tan malos como para hacer algo como eso, ¿cómo van ustedes a ponerse con eso? Miren, y les aconsejo, miren mejor, mejor vamos a hacer algo: no lo matemos, vamos a cogerlo y a vendérselo, a hacer negocio con eso que pasan por ahí, los ismaelitas, y que… se lo vendemos, y por allá lo venden como esclavo, y por allá sigue viviendo, pero no lo matemos”.
Entonces cogieron y lo echaron en una cisterna vacía, en un pozo vacío, lo echaron ahí y esperar; y cuando pasaron aquellos, aquellos ismaelitas, aquellos árabes por allí, pasaron que iban para Egipto, le dijeron: “Bueno, tenemos aquí algo para venderles a ustedes. Bueno tenemos ese muchacho ahí, ¿cuánto nos dan por él? Vamos a hacer negocio”. Usted sabe que, como les dije, los judíos hacen negocios de toda clase de negocio.
Bueno, imagínese, eran hijos de Jacob. Jacob compró una primogenitura, hizo un montón de negocios, hacía negocios físicos, negocios espirituales, toda clase de negocios. Bueno, aquí van a hacer un negocio con su hermano. “Se lo vamos a vender. Mire para allá que ejemplar ahí, un muchachito jovencito; lo pueden criar por allá, lo pueden vender bien vendido, así que…”. Y llegaron a un acuerdo en el negocio por casi 30 piezas de plata, algo así, ¿verdad? Porque eso tipificaba ¿qué? Al hijo de Jacob, de Israel, que habrían de vender los judíos, el cual ¿fue quién? Jesucristo…. [CORTE DE AUDIO @63:29]…
…el hijo menor de los que había hasta ese tiempo, de los hijos de Jacob, el hijo menor. Pero era el hijo mayor de los hijos de Raquel, de Raquel.
Bueno, se lo vendieron, se lo llevaron para allá; pero como era rey ya usted sabe lo que pasó. todo fue subiendo hacia arriba hasta que llegó al trono gentil. Y allá bueno, un príncipe allá en el trono, allá de Egipto, allá en un trono gentil sentadito a la diestra del faraón; y nadie podía ir al faraón, al rey, a menos que fuera a través de él; y nadie sabía quién era aquel.
Bueno fue que salió de allá de Israel y pasó esa simiente por tantos caminos: pasó de la casa de Potifar pasó a la cárcel, de la cárcel pasó a al palacio del rey cuando llamaron uno que supiera interpretar un sueño (me parece que fue) que había tenido el rey, y ahí, pues Dios lo tenía allí listo; salió porque allá hasta en la cárcel misma, Dios lo usó para interpretar dos sueños, con dos sueños que interpretó… y uno era el panadero y era el otro el copero —uno murió y el otro retornó a la casa del rey para seguir trabajando allá—. Y entonces a través de ese pasó el mensaje de que había uno preso, que había un preso, un presidiario, que podía interpretar sueños. ¿Ve?
Entonces, Dios le dio un sueño del rey. Mire lo sencillo que Dios obra.
Bueno la cosa siguió hacia adelante; y cuando el rey oyó la interpretación, cuando oyó la interpretación, dijo y supo que el Espíritu del Dios Eterno estaba en ese muchacho. Y en aquellos tiempos cuando veían que el Espíritu Eterno de Dios estaba en un hombre, eso no encontraban ni dónde ponerlo; eso pasó con Daniel también. No encontraban ni dónde ponerlo, porque ellos, para ellos, y conforme a la Biblia, para ellos, un hombre donde estuviera el Espíritu de Dios ¿era qué? Dios en la Tierra; era el instrumento a través del cual Dios obraba.
Por lo tanto, entonces, ellos entonces… usted lee la Escritura que dice: “Yo dije: dioses sois” [Salmo 82:6], y dijo dioses a aquellos a quienes es hecha Palabra de Dios, aquellos a quienes viene la Palabra. ¿Y a quiénes viene la Palabra? A los profetas: “Porque no hará nada el Señor, sin que antes (¿qué?) sin que antes revele sus secretos a sus siervos los profetas” [Amós 3:7]. Por lo tanto, entonces cuando ellos encontraban una persona de ese calibre, bueno, esa era la persona más cerca del rey. Y seguida lo pusieron en la posición que tenían que ponerle. Y bueno: “El sueño ha sido interpretado correctamente, ahora tú, a ti, al cual Dios y a través del cual vino la interpretación, también tiene que saber la solución para cuando venga ese problema de la escasez que va a venir. Por lo tanto, entonces encárgate tú de todo, tú eres el segundo después de mí (le dijo el rey), haz lo que tú tengas que hacer”.
Mandó a preparar los alfolíes, llenó todos los alfolíes; mandó a sembrar todo lo que se pudiera sembrar, almacenó todo, y cuando llegó el hambre había alimentos bajo el mandato de José; alimento almacenado. ¿Ve usted?
Cuando le dio hambre, cuando el hambre estaba tan fuerte que en Israel no había alimentos, oyeron que en Egipto había. Pero no sabían quién era el que estaba a cargo de ese alimento. Nadie podía ni comprar ese alimento, ni vender ese alimento (que tipifica Alimento espiritual), entonces nadie podía hacer nada, si no, si no era a través de José.
Bueno, y ya ustedes saben que cuando llegaron, llegaron los 10 hermanos de José, los 10 hermanos, porque el número 11 ya había llegado allí hacía tiempo, ya estaba allí esperándolos. Entonces cuando llegaron allá a Egipto iban… “Bueno, hemos venido aquí porque queremos comprar alimento, porque allá en Canaán no hay alimento y nos vamos a morir de hambre, ya la cosa está, es muy seria; y nuestro padre Jacob nos ha enviado, nuestro padre Israel nos ha enviado para que compremos alimentos, y compremos también paja, pasto, para los animales”. Y cuando José ve esos 10 varones que llegan allí, averigua y ve que son los hijos de Jacob, se da cuenta que son sus hermanos, y comienza, hace una investigación allí, entonces la cosa comenzó a moverse en su corazón; comenzó a sentir, a sentir esa atracción, comenzaron sus sentimientos internos a moverse, porque Dios lo estaba moviendo, ¿ve?
Antes no, antes no, no, no, ni mandó averiguarse por allá ni nada, ¿ve? ¿Por qué? Porque siendo un profeta tiene el equipo por dentro, y hasta que Dios no le da al botoncito para que tenga el sentimiento ese, es un canto de palo, no siente nada; pero cuando Dios le hunde ese botón automático… Mire, no hay envase dónde recoger todas las lágrimas que pueda botar.
Y entonces pues ya empezaba la cosa a moverse; y entonces cuando se da cuenta que son sus hermanos, los mira y dice: “Bueno…”, hace un plan, hace un plan: “Véndanle el alimento, el dinero que van a dar, échenselo dentro otra vez de su equipaje, y hagan una cosa…”. Fue algo, algo pasó (no recuerdo bien, no recuerdo bien cómo fue). Yo creo que llegaron, comieron allá en Palestina, pero se le acabó el alimento y después mandaron a buscar más (algo así fue). Y cuando mandaron a buscar más, siguieron la conversación, y entonces algo pasó en lo cual acusaron, los acusaron, los hicieron virar para atrás después, y los acusaron de espía. Y entonces, imagínese, siendo rey allí José, entonces les tenía un caso preparado (como decimos nosotros), pero no para meterlos presos, sino un caso preparado para traérselos todo para acá.
Bueno, les preparó un caso de tal manera que aparecían allí de momento como espías, como conspiradores; y entonces les hizo decir su papá quién era y si había más hermanos. Y cuando les dicen:
— “Sí, hay otro más, el menor; es el que está con papá siempre, pero ese no… ese es el nene de él y ese no, ni viene con nosotros en estos negocios ni nada”.
Entonces José le dice:
— “Bueno, si eso que ustedes dicen es la verdad, y si ustedes no son unos traidores, aquí se va a quedar preso (yo no sé quién fue), hasta que ustedes me traigan ese nene como señal (¿de qué?) de que ustedes están diciendo la verdad”.
Y cuando José dice eso, entonces empiezan... y eso a todo a través de intérprete. Él sabía hebreo, pero a través de intérprete era que estaba hablándoles. Y cuando están reunidos allá después solos y así hablando los unos con los otros de qué hacer ahora, que pide que traiga el nene menor. Y entonces, pues Jacob que ya estaba viejito se iba a morir si le quitaban el nene de la falda (como decimos nosotros).
Entonces bueno, el uno al otro, empieza a acusarse: “Bueno, el culpable eres tú, ¿por qué te pusiste a decir que teníamos otro hermanito menor allá? si tú sabes que papá no quiere cuenta con él. Papá no lo deja salir ni con nosotros, porque ya sabe lo que le pasó con el otro; sabe que… y todavía no sabe que fuimos nosotros. Así que, imagínate, no lo deja… perdió el primero, no va a perder el segundo. Así que, ¿por qué te pones tú a decir que tenemos otro hermanito por allá? Ahora la cosa se nos ha complicado, y ahora pues no podemos llevar el alimento hasta que traigamos el menor, y es orden del rey; así que aquí nos matan a todos”.
¿Y qué pasa? Allá José entendiendo todo lo que hablaban, su pelea, y después dicen… sigue la cosa la cosa, la cosa (y no recuerdo si fue en ese mismo momento o en otro, cuando ya estaba Benjamín, no recuerdo si fue ahí o antes o en este otro caso, que dice)… bueno, la cosa, la cosa, pues está difícil; así que no encontraban ni qué hacer ellos. Pero la orden era que tenían que ir a buscar al muchacho.
Y lo fueron a buscar, y allá le contaron al papá: “Bueno, allá hay un varón honrado y honesto, que es el príncipe de allá, un hombre justo, y tenemos un problema ahora y no nos quiere vender el alimento a menos que le llevemos a nuestro otro hermano; porque él dice que somos espías nosotros y que somos traidores, y la única forma es que le llevemos a nuestro hermano menor para que él nos pueda vender el alimento, sino no nos venden nada”.
Bueno, imagínese para Jacob eso fue duro; pero a lo último la cosa siguió apretando y seguía el hambre y seguía el hambre, y si no mandaba al muchachito no podían ir para allá, ¿ve? O sea, tenían que ir con el muchachito como señal de que eran hombres serios, hombres honestos y que no eran traidores.
Y bueno, ya a lo último Jacob permite que lleven el muchachito para poder traer alimento. Y entonces cuando llega allá y llegan: “Bueno, aquí estamos y hemos traído a nuestro hermanito, porque nuestro padre Jacob nos ha dado el permiso para traerlo. Hemos traído a nuestro hermanito Benjamín”. Imagínese, cuando José lo ve, porque eran hermanos de padre y madre, los únicos dos hermanos de padre y madre eran José y Benjamín. Cuando lo ve, ve su hermanito, imagínese cómo estaría. En una ocasión ya estaba casi a punto de llorar al ver a su hermanito, que tuvo que virar la cara, y tuvo que hacer algo allí para aguantar todito.
Bueno, luego después viene y les vende el alimento; y entonces pone, pone la copa, la copa de él la meten en el bolso o en el saco del alimento de Benjamín; y los mandaron. Y entonces cuando van de camino, una caravana policíaca del ejército de allá de Egipto los detiene por el camino: “Están arrestados todos, ha habido un robo, y se han robado la copa, la copa de José, del príncipe, y donde se encuentre, si se encuentra en alguno de ustedes, la cosa está seria”. Pero era todo preparado (como decimos nosotros) un caso que José les preparó. Pero todo eso que les preparó… bueno, él sabía cómo hacer las cosas y tenía autoridad para hacerla. Imagínese era hijo de Jacob también; ya usted sabe que sabía, sabía hacer ciertas cosas para que le salieran de cierta manera. Y todos los profetas han sido así; saben cómo hacer ciertas cosas; pero José lo estaba haciendo correctamente, ¿ve?
Entonces bueno, buscan todos los sacos y donde se encuentra en el de José, digo, en el de Benjamín. Cuando la encuentran, este no puede regresar a Palestina, tiene que venir preso para acá, porque se ha encontrado la copa del rey ahí. Y entonces los demás hermanos dijeron: “Ahora sí que se nos ha puesto la cosa bien seria. Ahora vinimos con el muchacho, convencimos a papá que lo mandara, y ahora es preso y no lo podemos, no podemos regresar a donde papá sin el muchacho. Así que no podemos regresar para allá si no va el muchacho, porque papá se va a morir”. Y allá, pues, imagínese, que caso tremendo; y José allí con ellos, y en la corte ahí y José allí, el príncipe que estaba a cargo de todo allí. Y entonces ellos empiezan a decirle que no pueden regresar allá porque se muere su papá si no le llevan el muchachito”.
Y entonces, ya José no podía aguantar, José no podía aguantar y les dice: “Yo soy, (abrazó a su hermanito menor y dice), yo soy José vuestro hermano”. Ya no pudo aguantar más, le dijo quién era; y entonces fue que se asustaron más, ellos que estaban asustados, lo peor de todo era que este hombre, ahora que estamos apretados, ahora que él diga que es el muchacho que nosotros vendimos, ahora se nos ha puesto la cosa peor, ahora va a tomar venganza de nosotros y la cosa va a estar en una situación tan triste para nosotros”. Y entonces el uno al otro echándose la culpa allá: “Tú tienes la culpa por… y ahora fíjate, tú sí eres el culpable por haber hecho…”. Echándose la culpa unos a los otros. Y José le dice: “No, no tengan temor ustedes, las cosas están bien; todo lo que ustedes hicieron Dios fue el que dirigió las cosas para preservación de vida. Ustedes saben ahora que, si yo no estuviera aquí en la posición que estoy, ustedes se hubieran muerto, porque dónde iban a conseguir comida. Dios me ha traído hasta aquí, hasta los gentiles para que haya alimento para poderlo llevar a Israel. Por lo tanto, entonces no tengan temor”.
Allí lloraron, se abrazaron… ¿Y cómo fue la situación allí? Una cosa tremenda. Y lloró allí y supieron entonces quién era José, y que aquellos eran los hermanos de José y que su papá estaba por allá por Palestina; y el rey lo supo, el faraón lo supo y le dijo a José: “Pues si son tus hermanos y tu papá está por allá y hay hambre allá, tráetelos a todos para acá; porque si aquí hay alimento es porque tú eres el que lo has tenido preparado, porque tú has sido el instrumento que Dios nos ha enviado; pues si tú nos has dado alimento a nosotros, trae a tu familia también para que ellos coman con nosotros acá”.
Bueno, y ya ustedes saben, ustedes saben la historia.
Ellos encontraron a su José entre los gentiles, en un trono. ¿Ve? Y eso es lo que el hermano Branham dice que será cuando ellos se encuentren con su José. Ellos lo encontrarán sobre un trono, ¿ve? Como Rey sobre un Trono y con alimento para ellos.
Entonces, encontramos que también nos dice, el hermano Branham conforme a lo que dice el profeta Isaías, que ellos van a preguntar: “¿Y esas heridas?” ¿Ve? Fue el mismo que vendieron, que vendieron ellos allá por 30 piezas de plata aproximadamente, es el mismo José que ellos se encuentran allá, pero entre los gentiles ahora. Y el mismo Jesús que ellos vendieron allá, es el mismo Jesús que ellos encuentran en Su Segunda Venida entre los gentiles.
Entonces, ahí es que entonces hay Alimento espiritual —no es el físico— es Alimento espiritual, porque ellos están muriendo ¿de qué? De hambre. Muchos se están muriendo de hambre y otros ya se han muerto. Pero los predestinados, los 144.000 no se morirán de hambre por completo; porque antes del último suspiro espiritual ellos recibirán Alimento espiritual.
Bueno, encontramos que tienen hambre, realmente hay hambre, y ellos están en la tierra que Dios les ha prometido; pero ellos tienen todo menos espíritu. Es como el ejército que vio Ezequiel, Ezequiel 37, un ejército poderoso; él primero vio unos huesos secos, y Dios le dice: “Hijo del Hombre, ¿vivirán estos huesos?”. Ezequiel le dice: “Señor, Tú lo sabes”. Ya cuando uno lo que ve, lo que ve son unos huesos, y secos, eso es que ya el muerto se murió, y hace tiempo que los gusanos se comieron la carne. Realmente es un milagro y grande que unos huesos secos —irreal— vuelva cada hueso y se junte, y después nervios sobre ellos, después piel, carne y piel, y después que entre espíritu en ellos. “Bueno Señor, eso solamente Tú lo sabes, la situación es triste”.
Bueno, Dios le dice: “Bueno, profetiza Hijo del Hombre, y empieza la labor”. Y entonces empezó la labor, y comenzó entonces: los huesos se juntaron, vino piel sobre ellos, vino nervios, piel, carne, piel sobre ellos; y después toda esa gente, todo ese ejército en pie, pero sin vida, sin espíritu. Un poderoso ejército, un poderoso cuerpo, pero sin vida, sin vida espiritual en este tiempo. Poderoso ejército que cualquier nación le tiene miedo [FINAL PRIMER AUDIO].
…están muertos necesitan una resurrección.
Espiritualmente necesitan ¿qué? Necesitan que el espíritu de vida entre a ellos. Y entonces cuando están así Dios le dice a Su profeta, le dice: “Hijo del Hombre, llama al espíritu de los cuatro vientos, de las cuatro esquinas de la tierra; llámalo y que entre a ese ejército”. El profeta habló la Palabra y entonces entró espíritu en ellos, y entonces allí estaban ese ejército y con vida.
Entonces, de todo lo que falta, lo que falta es lo último: que ellos reciban vida espiritual. Y Dios le decía: “Hijo del Hombre, di, llama al espíritu”. ¿Ve? Este es el tiempo, este es el día ¿de qué? Del Hijo del Hombre, la Edad del Hijo del Hombre. Por lo tanto, entonces, es el tiempo para ser llamado ese espíritu de las cuatro esquinas de la tierra, para que entre en ellos el mismo espíritu de vida que nos dio vida a nosotros acá entre los gentiles, que sea el mismo espíritu que ellos recibirán, es el mismo Espíritu Santo; eso es lo que dice el hermano Branham: ellos recibirán ese mismo Espíritu Santo que los gentiles recibieron.
Entonces cuando ellos, entonces lo reciban, ya los gentiles no lo reciben más. ¿Por qué? Porque ya los que quedan aquí en la Tierra, ya lo recibieron. Entonces ¿qué pasa? La misma vida que tenemos nosotros, la misma vida espiritual, es la que ellos recibirán.
Ahora eso es lo que está faltando y eso es lo que está por acontecer ya dentro de poco.
Estamos en esa hora tan gloriosa, en la cual pues todo eso está por acontecer. Y todo eso tiene que ser por la Palabra hablada.
Para eso acontecer entonces Dios se tendrá que presentar a ellos a través de carne humana, y entonces ellos tendrán que oír la enseñanza de un padre, de Su Padre celestial el cual es nuestro Padre celestial; pero que, para Él hablar, pues necesita usar a alguien ¿ve?
Entonces, ellos han de escuchar ¿qué? La enseñanza de un padre, ellos han de estar atentos a la enseñanza de Su Padre; porque la Escritura dice: “Y seréis todos enseñados de Dios” [Isaías 54:13; San Juan 6:45].
Ahí se le ha de cumplir eso a ellos como a nosotros. ¿Por qué? Porque Dios Se manifestará para enseñar, Él enseñará a Sus hijos. Él entonces Se manifestará, obrará y será entonces Él, nuestro Maestro. Él es el Maestro, el cual nos enseña todas las cosas que Él ha prometido que ha de enseñarnos. Y en Deuteronomio, capítulo 32, verso 2 dice:
- “Goteará como la lluvia mi enseñanza…”.*
¿Y qué es lo que Israel está esperando? Conforme a la promesa en Joel, dice: “Lluvia temprana y tardía como al principio”. Y entonces ahí es la promesa que Dios le hace a Israel en Joel, capítulo 2 (ahí Joel o Yoel, como ustedes quieren leerlo), ahí es hecha la promesa de que Dios enviará Lluvia temprana y tardía como al principio. Por lo tanto, entonces ese es el tiempo en que habrá una restauración en Israel.
Entonces al haber una restauración para Israel, dice, mire capítulo 2, dice:
- “Tocad trompeta en Sion…”.*
¿Cuál es la que se va a tocar? La séptima. ¿Cuál es la que se va a tocar? La séptima Trompeta de las trompetas de la Fiesta de las Trompetas.
- “Tocad trompeta en Sion, y dad alarma en mi santo monte; tiemblen todos los moradores de la tierra* (oh, mire lo que viene), porque viene el día de Jehová, porque está cercano.
- Día de tinieblas y de oscuridad, día de nube y de sombra; como sobre los montes se extiende el alba* (el alba es amanecer, ¿verdad?), así vendrá un pueblo grande y fuerte; semejante a él no lo hubo jamás, ni después de él lo habrá en años de muchas generaciones.
- Delante de él consumirá fuego, tras de él abrasará llama; como el huerto del Edén será la tierra delante de él, y detrás de él como desierto asolado; ni tampoco habrá quien de él escape.*
- Su aspecto, como aspecto de caballos, y como gente de a caballo correrán.*
- Como estruendo de carros saltarán sobre las cumbres de los montes; como sonido de llama de fuego que consume hojarascas, como pueblo fuerte dispuesto para la batalla.*
- Delante de él temerán los pueblos; se pondrán pálidos todos los semblantes.*
- Como valientes correrán, como hombres de guerra subirán el muro; cada cual marchará por su camino, y no torcerá su rumbo.*
- Ninguno estrechará a su compañero, cada uno irá por su carrera; y aun cayendo sobre la espada no se herirán.*
- Irán por la ciudad, correrán por el muro, subirán por las casas, entrarán por las ventanas a manera de ladrones.*
- Delante de él temblará la tierra, se estremecerán los cielos; el sol y la luna se oscurecerán, y las estrellas retraerán su resplandor”.*
Apocalipsis 11… digo Joel 2. Digo, eso es lo que Apocalipsis 11 va a hacer ¿verdad? Y Apocalipsis 11 estará a cargo de ese ejército; y ese es el tiempo en que el Arcángel Miguel se levantará por los hijos del pueblo de Israel. Así que delante de él abrazará ¿qué? Dice:
- “Delante de él consumirá* (¿qué?) fuego tras de él abrasará llama; como el huerto del Edén será la tierra delante de él, y detrás de él como desierto asolado…”.
¿Cómo quedará la Tierra después de todo eso? Como desierto asolado, preparadita para venirla a habitar de nuevo.
Bueno, ahora mire: yo les dije que Apocalipsis 11 está a la cabeza de su ejército. Déjeme ver:
- “Y Jehová dará su orden delante de su ejército* (estoy leyendo ahí mismo Joel el próximo verso, el verso 11); porque muy grande es su campamento; fuerte es el que ejecuta su orden; porque grande es el día de Jehová, y muy terrible; ¿quién podrá soportarlo?”
¿Quién podrá soportarlo? El cuarto Elías dijo: solamente el Redil del Señor. Solamente estar en el Redil del Señor es lo único que puede soportar todo eso que viene. Bueno lo que yo les iba a leer es otra cosa, pero ya estamos por aquí; vamos a tener que seguir por ahí mismo. Dice:
- “Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento.*
- Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo.*
- ¿Quién sabe si volverá y se arrepentirá y dejará bendición tras de él, esto es, ofrenda y libación para Jehová vuestro Dios?*
- Tocad trompeta en Sion, proclamad ayuno, convocad asamblea.*
- Reunid al pueblo, santificad la reunión, juntad a los ancianos, congregad a los niños y a los que maman, salga de su cámara el novio, y de su tálamo la novia.*
- Entre la entrada y el altar lloren los sacerdotes ministros de Jehová, y digan: Perdona, oh Jehová, a tu pueblo, y no entregues al oprobio tu heredad, para que las naciones se enseñoreen de ella. ¿Por qué han de decir entre los pueblos: Dónde está su Dios?*
- Y Jehová, solícito por su tierra, perdonará a su pueblo”.*
Ahora no hay otro tiempo más grande de todos los tiempos, no hay otro tiempo más grande en que uno tiene más seguridad de que Dios perdonará a Su pueblo; porque es el tiempo en que Dios está llamando a Su pueblo para un sincero arrepentimiento, para rasgar, no nuestros vestidos, sino nuestro corazón. ¿Ve?
Ahora, esto se mueve así para nosotros y se moverá así para ellos; por eso es que ellos van a estar llorando y lamentándose tanto.
- “Responderá Jehová, y dirá a su pueblo: He aquí yo os envío pan, mosto y aceite, y seréis saciados de ellos; y nunca más os pondré en oprobio entre las naciones.*
- Y haré alejar de vosotros al del norte, y lo echaré en tierra seca y desierta; su faz será hacia el mar oriental, y su fin al mar occidental; y exhalará su hedor, y subirá su pudrición, porque hizo grandes cosas.*
- Tierra, no temas; alégrate y gózate, porque Jehová hará grandes cosas”.*
¿Y cuándo es el tiempo para decirle… [CORTE DE AUDIO @10:54]…
- “Tierra, no temas; alégrate y gózate…”.*
Es en el año del jubileo, porque la tierra está ¿qué? La naturaleza… [CORTE DE AUDIO @11:02]… con gemidos indecibles ¿por qué? Por [CORTE DE AUDIO @11:06]… la redención de la Tierra, lo cual es en el año del jubileo en que la tierra vuelve, retorna las manos de los hijos de Dios, los cuales no la van a tratar como la están tratando los hijos del diablo en este tiempo: quitando los montes ¿ve? Sacándole el petróleo, el oro y todas esas cosas del corazón de la tierra y dejándola vacía por dentro ¿ve?
Así que la tierra, la tierra entonces recibe también el Mensaje; los árboles del campo, los animales; es un Mensaje ¿para qué? Para todo lo que estaba en el original …[CORTE DE AUDIO @11:43]… regresar a su posición original, regresar nuevamente a las manos de los hijos de Dios y los hijos de Dios a las manos de Dios.
Sigue diciendo:
- “Tierra, no temas; alégrate y gózate, porque Jehová hará grandes cosas* (conforme a Apocalipsis 11 y otras Escrituras más).
- Animales del campo, no temáis; porque los pastos del desierto reverdecerán, porque los árboles llevarán su fruto, la higuera y la vid darán sus frutos.*
- Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio.*
- Las eras se llenarán de trigo, y los lagares rebosarán de vino y aceite.*
- Y os restituiré los años que comió la oruga, el saltón, el revoltón y la langosta, mi gran ejército que envié contra vosotros.*
- Comeréis hasta saciaros, y alabaréis el nombre de Jehová vuestro Dios, el cual hizo maravillas con vosotros; y nunca jamás será mi pueblo avergonzado.*
- Y conoceréis que en medio de Israel estoy yo, y que yo soy Jehová vuestro Dios, y no hay otro; y mi pueblo nunca jamás será avergonzado”.*
Así que, usted puede ver entonces que todas estas cosas se mueven entre los gentiles, tienen su cumplimiento entre gentiles y después pasa [CORTE DE AUDIO @13:15]…
Por lo tanto, entonces si Israel va a tener una restauración entonces primero la tiene ¿qué? El grupo de escogidos gentiles tiene su restauración y después entonces el grupo hebreo es restaurado; y entonces usted podrá notar que es en ese tiempo en el cual estamos, en el cual hay una restauración total para los escogidos de entre los gentiles y luego pasa la restauración para los escogidos de los judíos.
Y ahora en Zacarías 14, nos dice, verso 9 en adelante. nos dice:
- “Y Jehová será rey sobre toda la tierra…”.*
“Sobre toda la Tierra”, por eso puede después conforme a Apocalipsis 10 y Apocalipsis 11, si es Rey sobre toda la Tierra, entonces puede entonces hacer lo que tenga que hacer sobre los pecadores, sobre los que se han rebelado en contra de Dios y han menospreciado el Plan que Dios le ofreció para ser redimidos en la segunda dispensación.
- “Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre”.*
Bueno, vamos a dejar esto por aquí quietecito. ya parece que estas cositas son del Mensaje de allá. Pero lo que yo veo es que hemos sido privilegiados de parte del Señor; hemos pasado por diferentes pruebas, por tiempos malos; pero después de los tiempos malos vienen los tiempos buenos. y aún, aún estamos dispuestos a pasar las pruebas por las cuales tengamos que pasar; y venimos aquí sabiendo que tenemos incomodidades aquí, en lo físico, tenemos muchísimos inconvenientes aquí, tenemos hasta calor. Quizás los hermanos de Ponce si se ponen a pensar en el calor que hace aquí bajo la carpa, quizás si no se dan cuenta de la bendición que en lo espiritual Dios nos tiene aquí, dicen: “Bueno, salimos de Ponce que es el sitio más caliente, pero teníamos aire acondicionado allá, para ir a uno de los sitios más fríos de la Isla, en donde de día no se puede soportar casi el calor”. Bueno son los contrastes ¿ve?
Estábamos en Ponce, el sitio más caliente, pero teníamos aire acondicionado; estamos en el sitio ahora de los sitios más fríos, pero los domingos en la mañana, los domingos en la mañana aquí está calentito.
Bueno, pero hemos ido pasando por las diferentes pruebas y etapas que el Señor nos ha ido metiendo por diferentes pruebas y etapas para que salga todo lo que hay en nuestro corazón. y lo que deseamos que todo lo malo que hay dentro nuestro corazón salga para que no haya nada malo en nuestro corazón. Y entonces fíjese, si hay algo malo en su corazón, algo malo que no debía de estar, pues en todas estas pruebas sale; y al salir… “¡eso, eso tan malo estaba ahí y ha salido! Señor, ahora que ha salido, perdóname, Señor, y no dejes que nunca más se meta eso dentro de mí”. ¿Ve? Porque si nunca sale y hay algo, pues tiene que haber algo para salga, para que lo saque y entonces usted se arrepienta; y entonces después usted… y que salgan también las cosas buenas que hay en usted. ¿Ve? Usted sabe que usted puede ver una china mondadita y todas esas cosas, pero hasta que no se parte, no se rompe y se exprime, lo que hay dentro no se puede usar ¿ve? Así que todo eso que hay dentro de esa china es útil si se le da esa prueba, ese apretón y eso, y así pasa con nosotros: esa prueba hace que salga todo eso bueno que hay dentro de nosotros.
Bueno ya estamos llegando a nuestro fin, ya todo está moviéndose, como ya hemos visto en estos días. Ya pues Israel está en su sitio; y ya si algo faltase dentro de nosotros, de Dios dárnoslo, o nos lo da antes de nosotros irnos hacia allá o en el regreso. Ahora sabemos que en la resurrección, pues hay algunas cositas que Él nos va a dar; eso es para ese tiempo. Eso es para ese tiempo, para ser trasladados, eso hay que dejarlo quietecito para ese tiempo. Y ya entonces pues, lo que sea pues vendrá.
Así que Él nos va a dar a conocer y nos va a mostrar cómo salir de esta dimensión y pasar a la otra. Pero eso es lo vamos a salir de aquí después que ellos reciban el Mensaje. Eso es lo que dice el cuarto Elías, dice que ellos se encontrarán con ese Ángel como Jacob se encontró con aquel Ángel, ellos serán bendecidos los 144.000 serán sellados por ese Ángel, y luego viene el rapto.
Así que, entonces, pues ya sabemos la parte que nos toca en todo esto, sabemos lo que tenemos que hacer; y con todo lo que Dios nos ha dado vamos a trabajar. Ya hemos empezado y vamos a dejarnos usar del Señor hasta que Él haga todo lo que Él ha prometido, porque deseamos ya irnos de esta dimensión para descansar de nuestros trabajos.
Así que, todo está llegando a su fin, todo está moviéndose de tal manera que yo mismo he estado botando algunas cositas. No sé si ustedes han notado que el viernes ya solamente tenía la Biblia en mi mano y nada más, y un papelito ahí que ni casi lo miré; y hoy puse todos los libros aquí, y no sé cuántos he buscado por ahí (no recuerdo), pero porque se está moviendo una etapa en la cual pues, yo creo que no vamos a tener necesidad de tener tantos libros así probablemente. Y yo creo que una de las cosas que más vamos a usar es el Antiguo Testamento para que Israel vea, vea el Plan de Dios conforme a cómo está en el Antiguo Testamento, y después mostrarle que el Antiguo Testamento muestra lo mismo que muestra el Nuevo.
Si ellos logran ver el Antiguo Testamento, ven el Nuevo también; y entonces ven… y como único se puede ver el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento, es ¿de dónde? ¿Cómo se puede ver la primera dispensación y la segunda dispensación de la manera correcta? ¿Desde dónde? Desde la Tercera Dispensación es como único se puede ver. Y así entonces yo espero de parte del Señor que Él nos ayude para… ¿cómo podríamos decir? Para mostrarle a Israel, para decirle a Israel la hora en que estamos y lo que Dios dice de él, y lo que Dios está haciendo y va a hacer por ellos.
Aquí entre nosotros, pues la forma de hablar de nosotros aquí, pues de seguro si ellos estuvieran entre nosotros no nos van a entender; porque ya pues ustedes ven el Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento mirando desde la tercera dispensación, y vemos todito eso claro; pero ellos no han visto todavía el Nuevo Testamento. De seguro si estuvieran entre nosotros no… tropezarían, no podrían ver; pero nosotros estamos aquí entre amigos, ustedes son mis amigos, ¿por qué? Porque yo les he dicho todo lo que Dios me ha dicho a mí; y lo que Él me ha dado a conocer a mí, lo que Él me ha dicho, lo que Él me ha revelado, pues yo se los he hecho saber a ustedes; y por eso entonces ustedes son mis amigos; o sea, somos amigos y somos hermanos, hermanos y amigos, ¿ve?
No solamente hermanos, sino hermanos y amigos; porque hay hermanos que no se tienen confianza el uno al otro, y aunque son hermanos no se dicen las cosas los unos a los otros, ¿ve? Pero al ser amigos entonces les he hecho saber todo lo que Dios me ha hecho saber, no solamente de ustedes sino de los 144.000 también.
Bueno, yo espero que ustedes, pues ustedes pues hayan entendido bien y no malinterpreten nada, ni se pongan a interpretar tampoco nada; Dios nos interpreta o nos da a conocer todo lo que Él ha interpretado o lo que Él interpreta, y así seguiremos nosotros adelante.
Tenemos una grande labor por delante, una grande labor por delante nos queda; pero sabemos que es la última aquí en la Tierra ¿ve? Con la cual, con la cual serán libertados los 144.000 y todos los demás que hayan de ser salvos.
Por lo tanto, siendo la última labor nuestra aquí en la Tierra, ya lo último, entonces cada uno, cada uno entonces pónganse en las manos del Señor, dígale al Señor: “Señor, aquí estoy, úsame como Tú desees usarme a mí, en la forma que Tú desees, déjame ver la forma que Tú quieres usarme, y úsame Señor”. Así también yo deseo estar en esta hora para que Él haga lo que desee hacer y luego pues irnos de aquí.
Así que, Dios nos bendiga en esta mañana, Dios nos guarde.
El calor está bastante fuerte. Imagínese estamos en verano, el calor está bastante fuerte para usted que está allá sentado y para mí que estoy más cerca aquí de… no le puedo coger miedo al calor; porque si le cojo miedo al calor y no le digo las cosas que Dios me ha dado para decirles, entonces ustedes no serían mis amigos y yo su amigo, no seríamos amigos, si le oculto las cosas que Dios me da a conocer.
Y de alguna manera pues hay que hacerlo, aunque haya frío o, aunque haya calor o aunque haya lluvia, o sea, que no puedo poner “pero”, no puedo poner excusas. Sé que no las podré poner; por lo tanto, lo mejor es con alegría y con gozo uno hacer lo que uno sabe que debe de hacer. Cada uno entonces nos colocamos en esa posición, y con alegría y regocijo nos dejamos usar en la forma que Dios quiere usarnos en esta hora.
Ahora, si del corazón de alguno de ustedes, a causas de las pruebas por las que pasamos llega a salir algo que no deba salir; por ejemplo, llega a salir algo como en el pueblo de Israel cuando iban por el desierto, imagínese 40 años caminando por el desierto, eso había frío, calor, frío, calor; y habían buenas temperaturas en primavera y en otoño, pero cuando llegaba el frío, un frío y en un desierto, debe sentirse ¿verdad? Esos vientos en un desierto, viento fuertes y después frío debe ser bastante duro; y después el calor en un desierto, y cuando el pueblo decía: “Tenemos sed”, y no había agua, y Dios dice: “Todo eso fue para que saliera lo que había dentro del corazón”. Nosotros tenemos aire acondicionado aquí, al lado de lo que ellos tenían por 40 años por el desierto.
Bueno, y no van a hacer tantos tampoco, usted sabe. Pero lo que haya mal dentro de usted tiene que salir, y al salir entonces ahí arrepiéntanse y arregle todo. No le estoy diciendo que está perdido o que se va a perder, sino que aproveché, para que entonces al descubrir que algo que no debe salir salió, ahí entonces arrepentirse y que no salga eso más; y lo que salga sea bueno delante del Señor, agradable delante del Señor.
Bueno, realmente en estos días de verano hace calor. Los domingos, los domingos, y el año del Jubileo que es domingo eso es un año de calor; porque es año ¿de qué? De Jubileo, es año, y es en verano; así que en lo espiritual es bien caliente, y en lo físico también el verano es caliente. Y delante del Señor, el verano delante del Señor para este mundo, en tiempo de verano quema la paja. Por lo tanto, entonces es bastante caliente. Usted sabe que cuando usted va por la carretera en el tiempo de verano, así ve ese pasto seco, y en algunos momentos ve que se prenden fuego por aquí o por allá, automáticamente se prende esos pastos cuando llega a cierta temperatura, y de la tierra salen ciertos gases que ocasionan que se prendan esos pastos que están secos, ¿por qué? Porque es tiempo de verano, tiempo de sol caliente; y así también dice que toda la hierba mala que hay aquí en la tierra se va a aprender conforme a Apocalipsis 11, y conforme a otras Escrituras más. Malaquías 4, también lo dice, dice que serán estopa, y no les dejará ni raíz ni rama.
Así que usted sabe que cuando digo la hierba mala me refiero a otra hierba mala, no a la hierba literal sino a la hierba espiritual: a la cizaña y a todas esas otras hierbas; y es en este tiempo que todo eso va a ser arreglado.
Así que, más caliente que ahora va a ser la tribulación. ¿Para quién? Pues para los que han dejado pasar la oportunidad y la bendición que Dios le ha dado. Así que es mejor en esta hora sufrir, pasar pruebas y no tener que pasar pruebas y sufrir allá uno, y sin remedio; aquí por lo menos hasta podríamos remediarlo un poco si el Señor nos ayudase, si no pues lo dejamos así.
Ahora para ponerle aire acondicionado a esto da un poquito de trabajo, imagínese, ¿cómo le vamos a poner el aire? Habría que comprar una de esas cerradas, que son cerradas, no sé si Dios nos la provee imagínese, es que Él nos quiere así.
Así que, Dios nos bendiga en esta mañana o en este día, Dios nos guarde.
El tema de esta mañana ha sido “LA ENSEÑANZA DE UN PADRE”, ¿ve? Entonces sigamos la enseñanza de nuestro Padre celestial para esta hora, para esta tercera dispensación, que es la enseñanza del año del Jubileo, que es la enseñanza de la total liberación; y al entrar en el Plan de la liberación, recibiremos toda la liberación, la liberación completa por etapas, cada una en su tiempo; e Israel también recibirá liberación.
Bueno, si es un tiempo de liberación, la Biblia dice, cuando fue Dios a libertar a Israel en el tiempo de liberación, Dios dijo: “He descendido para libertar a mi pueblo; por lo tanto, ve (le dijo un nombre) y liberta mi pueblo”. Así que el Libertador allá salió de entre los gentiles y fue allá a los judíos; y todo eso ocurrió ¿dónde? En medio de los gentiles se movió todo eso, porque Egipto también era gentil.
Así que, el libertador les llegó allí, fue a ver a sus hermanos, les llegó [CORTE DE AUDIO @30:52]… de liberación, y en este tiempo: “de Sión saldrá el libertador”, dice la Escritura, ¿para qué? Para proclamar el año ¿de qué? De la libertad, el año de liberación.
Así que, estamos en esa etapa, en esta hora. Que el Señor nos ayude, que el Señor nos bendiga. Estamos en el Tercer Éxodo, ¿ve? En el Tercer Éxodo; por lo tanto, entonces seamos cuidadosos, porque ya con lo que han pasado otros, ya debemos de haber aprendido las cosas buenas y las cosas malas. Tenemos dos dispensaciones: la primera [CORTE DE AUDIO @31:42]… aprender bastante.
Dios nos bendiga [CORTE DE AUDIO @31:45]… Dios nos guarde. Y cada día ame más al Señor, sírvale cada día con más ánimo, con más regocijo, y haga conforme al Plan que Dios tiene para esta hora con usted. Ríndase [CORTE DE AUDIO @32:03]… a Dios.
Bueno por aquí, déjeme ver qué hora es. Yo creo que el hermano Adalberto [CORTE DE AUDIO @32:10]… hoy.
Ahora hemos llegado un momento, a una etapa, que ya estamos por dar un viajecito por ahí; y ahora no sabe quién es el que predica en cada ocasión que estemos aquí; aun estando ahí los dos, pues no sabemos [CORTE DE AUDIO @32:30]… Hemos llegado, hemos visto, bueno el primero que se para [CORTE DE AUDIO @32:34]… usar que siga para adelante y se deje usar del Señor.
Así que eso es lo que hemos visto; y no sabemos cómo… más bien hacerlo [CORTE DE ADUIO @32:48]… muchacho, somos casi hasta contemporáneos; yo tengo unos 37 años y él tiene 36, yo le llevo 1. Y somos muchachos en el sentido de que no somos personas de muchos años de experiencia así ministerial, de haber estado en tal o cual denominación y ver cómo se bregan las cosas, de eso no sabemos nada; ni él ni él ni yo hemos estudiado en ningún sitio, y más bien no sabemos cómo bregar con ustedes.
Lo único que sabemos, es decir: “Señor, qué Tú quieres que hagamos, ¿qué tenemos que hablar Señor?, ¿cómo guiamos a este pueblo?” ¿Ve? Así que ustedes pues en esa parte considere de nosotros.
Imagínense cuando el pueblo estaba por el desierto allá y le dio sed y tenían… empezaron a quejarse en vez de decir: “Mira Moisés, Dios te ha dado tal y tal cosa, ora al Señor, y si ya la pruebita pasó, que el Señor nos dé agua ahora”. Pero se pusieron bravos con el instrumento de Dios, que Dios se desagradó.
Bueno, más bien entonces fue peor para ellos. Así que con esas experiencias pues nosotros entonces tenemos que saber todas esas cositas y ayudarnos los unos a los otros; ustedes me pueden ayudar a mí mucho a mí, pueden ayudar mucho al hermano Adalberto; y nosotros nos dejaremos usar del Señor para bendición de ustedes, para que Dios les bendiga a ustedes. Pero entiendan y sepan, que somos ignorantes, que no sabemos nada; y que lo único que sabemos es cuando el Señor nos dice: “Esto es así”, entonces es que lo vinimos a saber, y se los hacemos saber a ustedes. O sea, que tanto necesitamos nosotros de Dios como ustedes también.
Así que todos somos iguales aquí, nos consideramos entonces los unos a los otros; y ahora que estamos hablando de esto, consideren al hermano de Adalberto allá, ya llevamos un montón de meses y todavía las entrevistas no se le han acabado; y cuando ustedes vayan y hablen con él, vayan al grano del problema. O sea, si el problema, si el problema es un problema de tal cosa, no vayan a llevarle los problemas que tuvieron antes de usted de recibir el Evangelio del Señor, que eso le fue perdonado ya, que no tiene ninguna relación con el problema que le ha venido después de todo eso, ¿ve? Y sea corto, porque hay muchos más que también están desesperados y necesitan. Y vaya al grano y hágalo con sinceridad, poque ni yo ni el hermano Adalberto está interesado en saber sus problemas, ni en saber lo malo que usted ha sido o lo bueno que usted ha sido; en lo que estamos interesados es que usted reciba misericordia.
Y si no hay otra forma para usted recibirla, pues algunas veces hay que saber algunas cositas que son muy buenas de usted o que son muy malas, que usted se avergüenza y uno se avergüenza también de que usted haya pasado por eso, pero no lo vamos a dejar que se lo lleve el diablo a usted; tenemos que hacer algo a favor de usted ahora que hay tiempo; y entonces, pues, antes de irnos deseamos que ya todo esto haya terminado. Y como siempre hemos dicho: “Vete, no peques más”, no se deje enredar de nuevo del diablo, para después ver: “Mira hermano, volví a caer en lo mismo”, y después vuelve: “Hermano…”.
Bueno, váyase y no peque más para que no le vuelva algo peor. ¿Qué si va a tener prueba después que arregla todo? Seguro más fuerte todavía, pero ya con lo que usted conoce pues tiene con qué resistir.
Así que, o sea, que la cosa no es, como usted sabe, no vaya a pensar que se está haciendo como alguna religiones que estamos confesando a la gente, confesando a la gente y eso es [CORTE DE AUDIO @37:37]… y vienen a la próxima semana otra vez. no, no, no estamos haciendo nada de eso, sino que estamos enfrentando la necesidad del pueblo, para ayudarles a salir del hoyo en que estaba cada uno de ustedes, en los problemas que tenía; y si no lo hacemos nosotros para ayudarles con lo que Dios nos ha dado y la dirección que nos ha dado para hacer esto, ¿quién lo va a hacer? ¿Usted?
Mire, su mente, su pensamiento cada día lo coge y le dice que está condenado, que está perdido. tiene que Dios usar a alguien para decirle que cuando usted arregla eso y lo reconoce, y dice que, y reconoce que usted ha sido culpable, que ha fallado y eso, y entonces que se ore por usted, y decirle: “Bueno quedó arreglado todo delante de Dios, olvídate de eso ya; porque ya Dios lo he hecho al mar del olvido”. ¿Ve? Su mente, su pensamiento siempre lo estará condenando; por lo tanto, después que usted ha arreglado algo, olvídese del pensamiento suyo, si usted lo arregló de todo corazón, está arreglado no dude en ningún momento; porque, así como su fe, su fe echó fuera ese espíritu malo y usted quedó libre, su incredulidad después lo vuelve a traer.
Así que ande entonces listo, ande entonces listo para que no le venga una cosa peor y después diga: “Volví a caer en lo mismo [CORTE DE ADUIO @39:15]… ¿y cómo fue que se pudo meter ese espíritu otra vez cuándo fue sacado? ¿Ve? Así como su fe lo echó fuera, su incredulidad lo vuelve a traer; y entonces viene acompañado.
Bueno, más bien estas cosas que han estado siendo hechas, yo nunca las hubiera hecho, ni le hubiera dicho que hiciera estas cosas si Dios no me hubiera dirigido; lo hubiera dejado ver que hiciera esto y me hubiera ordenado para hacer esto, ¿ve? ¿Para qué yo quiero saber los problemas? O ¿para que queremos nosotros saber lo malo que usted ha sido? Si es que todos hemos tenido fallas. Pero de parte del Señor al no haber otra solución pues hay que encarar la situación, le guste al diablo o no le guste; después que le agrade a Dios, que diga el diablo lo que quiera, aunque diga que… aunque el diablo diga que estamos, que se está haciendo, que estamos haciendo como hacen los curas, confesando a la gente, si el diablo quiere decir que eso que estamos haciendo ahí, que diga lo que quiera decir, que diga lo que quiera decir; lo importante es qué dice Dios, eso es lo importante: qué es lo que dice Dios para esta hora, y eso es lo que nos interesa. Si usted desea agradar al Señor, usted sabrá cómo agradarlo.
Bueno, no sé por qué ha surgido esto ahora. Pero todas estas cosas queremos que todo esté arreglado, y que escape todo el pueblo, todos los escogidos escapen antes que sea demasiado tarde; pero que no estén metidos todos los días o cada vez… imagínese, arregle lo que tenga que arreglar y no deje caer, no se deje caer otra vez en las mismas cosas; porque, recuerde: el que peca voluntariamente, ya la cosa después puede venirle juicio.
Así que… y vaya al grano cuando hable con el hermano Adalberto, vaya al grano. Ya lleva unos cuantos meses, él es la persona que Dios ha puesto a mi lado; si no yo tuviera, yo mismo personalmente que estar frente a todo eso, y entonces no podía recibir los Mensajes que el Señor nos ha venido dando. Por eso es que, siempre he tratado ¿de qué? De que usted no me diga nada a mí. ¿Por qué? Porque Dios tiene algo para decirle a mí para que yo se lo diga a ustedes.
Y he tratado también de esquivar el llevar a cabo culto de sanidad divina, por causa de que no he deseado ligar la enseñanza que está viniendo con cultos especiales de sanidad divina; porque entonces la vista, el corazón y la mente suya se pondría en actividades de campañas, sanidad divina, milagros; entonces uno viene y predica aquí: “No, si yo lo que estoy esperando es lo que viene después de eso”. Cuando lo más importante es la enseñanza de nuestro Padre celestial.
Entonces, bueno cualquiera puede decir: “Bueno, no debí estar esquivando eso porque necesitamos también sanidad y nuestros cuerpos se enferman”. Bueno, si usted lo puede solucionar con una medicinita, mire, soluciónalo y déjeme quieto a mí; déjeme tranquilo que estoy muy ocupado. No es que yo me niegue [CORTE DE AUDIO @43:32]… en este tiempo sabe esto tiene su tiempo y pronto está por llegar ese tiempo, pero deseo, deseo más bien esperar que llegue ese tiempo y aprovechar el tiempo ahora en lo que hay que aprovecharlo; porque de otra manera, de otra manera estaré poniendo la carreta delante de los bueyes, es que dicen ¿verdad?
Bueno, vamos a llevar entonces mejor la enseñanza primero y después que Dios respalde esa enseñanza que ya tenemos, ese Mensaje del Evangelio del Reino, Dios dé testimonio de que ese es el Mensaje del Evangelio del Reino, el Mensaje de la tercera dispensación.
Bueno, mi deseo es hacer como se debe de hacer. Yo he cometido mis errores como ustedes también; le he fallado al Señor en muchas ocasiones y en las ocasiones que he descubierto o que Dios me ha permitido ver que le he fallado, pues se lo he dicho a Él [CORTE DE AUDIO @44:38]… en las que le he fallado y todavía no lo sé, todavía no le he pedido perdón, le digo: “Señor los errores ¿quién los entenderá? Líbrame de los que me son ocultos, que no esté metiendo las patas sin saber que las estoy metiendo”. Pero seguida que entienda que he fallado en algo, pues mi corazón está dispuesto a arreglarlo todo.
Ahora, mi deseo es que en cuanto al ministerio que Dios ha puesto sobre mis hombros, es que Él lo opere de la manera que Él desea operarlo, y cada cosa en su sitio; no deseo yo usar el ministerio, sino que Él lo use.
Bueno, ya con la experiencia de otro nos basta a nosotros. Mire el hermano Branham hablando de estas clases de ministerio como la que él tenía, mire lo que él dice, y hablando de sanidad divina y estas cosas. mire lo que él dice aquí en la página 7 y página 8 del mensaje, del libro de Citas, párrafo 60 dice:
- “60 - Yo creo que he mal usado un gran Don Divino Profético* (un gran don profético) y lo he usado en la manera de Sanidad Divina y no pienso que ello ha agradado a Dios o causado a Dios que piense tanto de mí en hacer eso. Porque ello no tendría mucho efecto. Él nunca me dijo que por ello la gente sabría, Él dijo que eso en un tiempo fue hecho. El representó aún a Moisés en la misma manera. Moisés fue a Egipto y ejecutó sus milagros una vez. Eso lo asentó. Él tomó su mano y sanó de lepra y tornó su bastón en una culebra y para atrás a un bastón y eso lo asentó para siempre y yo pienso después de diez años cruzando América de aquí allá y cruzando a través de cada ciudad, la gente lo entiende. Es la verdad. La última vez dijo: “Ora por la gente”, y eso es lo que intento hacer”.
¿Ve? Ahora vea usted, Moisés no estuvo cada vez, él hizo el milagro de la mano, del bastón, y cuando Dios le dijo: “Haz entonces tal cosa”, fue e hizo tal cosa. O sea, que no estuvo él haciendo cosas por su cuenta. ¿Por qué? Porque lo que él tenía era un gran Don profético, para una obra profética, para un cumplimiento profético para aquel tiempo. Por lo tanto, entonces no se podía poner a usar ese Don profético de esa manera con una… enfocar ese Don profético que había, el ministerio profético enfocarlo a una manera de sanidad divina, sino más bien era traer el Mensaje profético correspondiente para ese tiempo. Y si ese Mensaje necesitaba que Dios hiciera algo, Dios le iba a decir: “Bueno, hazte tal cosa”, pero si no, seguía dando el Mensaje profético.
Y el hermano Branham dice:
- “60 - Yo creo que he mal usado un gran Don Divino Profético (que Él ha puesto en mi) y lo he usado en la manera de Sanidad Divina…”.*
¿Ve? Así que ya usted puede ver entonces porque en Los Sellos, en Los Sellos, él dijo que iba a dejar a un lado más bien el aspecto este de actividades de sanidad divina y dedicar esos días ¿a qué? A la Palabra, a dar el mensaje profético que tenía que dar. Y él siempre [CORTE DE ADDIO @49:14]…
…ir directamente el mensaje profético, y si Dios me dice en alguna ocasión: “Ve y ora por fulano de tal”, voy y oro, y le digo lo que Dios me diga; y ya está todo”. Él siempre trató de hacer eso; y entonces pues ya pues usted puede ver que hay que entonces dedicar la clase de ministerio para lo que es ordenado de parte del Señor; y si Dios quiere en alguna ocasión hacer algo, pues Él lo hará saber.
Mientras tanto, entonces, entonces se sigue adelante y se hace, y se afrontan las necesidades del pueblo de la manera mejor que se puedan afrontar; pero no desviar, pero no desviar un ministerio para una cosa, para afrontar la necesidad de una cosa y sacarlo del trabajo que a él le corresponde, porque eso afectaría a la Obra del Señor y Dios no se agradaría.
Bueno esa es la causa por la cual, por la cual, pues ustedes han notado que yo no me he ido por esa línea. Yo sé que algún día, algún día Dios va a obrar algo y van a ver literalmente milagros grandes; pero eso estarán ordenados desde antes de la fundación del mundo para ser hechos. Pero lo importante en esta hora es el Mensaje del año del Jubileo, el Mensaje de liberación que es lo que necesitamos.
Por lo tanto, esa es la causa… y algunas veces algunos de ustedes van donde mí, algunas veces van donde mi con algún caso y algunas veces yo les digo: “Vayan donde el hermano Adalberto y hablen con él, y que ore por usted”, o algunas veces le digo: “Vaya donde el hermano que es doctor y hable con él, y él le da cualquier cosita y eso…”, pero no es que no deseo ayudarles, sino que es que no deseo salirme de la línea que debo estar por ahora, hasta que se hablado completamente el Mensaje del año del Jubileo, después Dios va a hacer algunas cositas, pero eso está en el futuro y hay que esperar que llegue ese tiempo. Yo de mí mismo no estoy interesado en hacer nada sino la voluntad de Dios, y yo creo que ustedes también. Yo mismo, yo mismo también pues lo que puedo remediar con alguna medicina lo remedio; y si entonces no hubiera, no hubiera medicina pero algún mal mío; entonces pues Señor ahí está, si Tú me dejas morir por no haber remedio pues ya eso es un asunto Tuyo. Usted sabe que si Él tiene algo para hacer pues Él es que entonces se va a encargar de todo.
Bueno están viniendo toditas estas cositas, pero yo creo que ahora usted puede ir entendiendo un poquito mejor estas cosas. No es que en ningún momento yo niegue o no desee atenderle, es por causa del ministerio; y esa es la causa por qué Él me ha dejado ver todas esas cosas y luego que me las ha dejado ver, entonces yo tengo que actuar de acuerdo a lo que Él me muestra, para que yo actúe de esa manera y así no entonces atarme yo, y entonces pues estar atado yo a las personas, en vez de estar atado a Dios.
Así que más bien yo no me ciño, sino que me ciñe Él; y si me ciñe Él no me puedo dejar ceñir de ninguna otra persona, que si se muere fulano de tal, que si vaya que se va a morir. Bueno avísele al hermano de Adalberto para que entonces prepare todito y vaya y despida el funeral. Ahora si Dios me dice, si Dios me dice: “Ve y ora por él para que no se muera”, pues ya la cosa cambia. Pero si se muere, pues está en un sitio mejor, menos problemas da (si es que está dando problemas).
Así que, si ustedes ven en algunas ocasiones que no les choque eso, ya usted sabe qué es lo que pasa. Imagínese cuando Lázaro se estaba muriendo y mandaron a buscar a Jesús ¡ja! Dijo: “Eso, no se preocupen por eso”, y no fue nada y se murió el muchacho, el joven. ¿Qué pensaría cualquier persona? Bueno lo más malo: “Mire metido aquí cuando necesitaba, y ahora cuando necesitábamos nosotros no aparece por todo este; y ahora cuando aparece después que no hay remedio”. ¿Ve usted?
Así que uno no puede… las cosas, el Plan de Dios es el que tiene que llevarse a cabo y si se tiene que morir quién se tenga que morir, pues lo enterramos hasta la resurrección. Ahora si Dios dice: “No, él no se va a morir, ve allá y dile que no se muera”, pues entonces ya la cosa cambia.
O sea, lo importante en esta hora es el Mensaje que llegue a nosotros, y en eso es que tengo que estar ocupado y Dios nos ha dado buenos, un buen personal para trabajar con todos ustedes, unos en una cosa, otros en otra, ya ustedes saben cuál [CORTE DE AUDIO @55:18]… lo que Dios ha puesto sobre mis hombros, también reconozcan que Dios ha puesto sobre los otros hermanos y la que está sobre usted.
Y entonces lo que usted ve, que si usted viene donde mí yo le voy a decir ve a fulano de tal, vaya primero, mejor directamente allá que si él tiene algún problema entonces vamos a hablar él y yo entonces veremos a ver qué es lo que no ha podido resolver; pero mientras tanto, usted haga de esa manera; y entonces pues… hasta la parte de dinero y todo eso, como yo siempre les he dicho Dios me ha permitido ver el Plan de Dios en esta parte también de cómo administrar las cosas, y a mí ni me gusta bregar con nada esto de dinero. Así que ya ustedes saben entonces cómo hacer toditas estas cosas, no es que yo le deprecié también lo que usted desea dar para la Obra del Señor, sino que Dios tiene las cosas todas bien ordenadas para que cada cual trabaje en el lugar que Dios le ha puesto, y así pues que no haya confusión.
Bueno quizás [CORTE DE AUDIO @56:31]… de tiempo, bueno pero nunca, nunca nos pasamos si estamos todavía en la Tierra es que no estamos preparados para todavía habernos ido, así que mientras estamos aquí, algo tiene el Señor para decirnos, para darnos a conocer lo cual nos va a ayudar a estar preparados para ese momento que tenemos que irnos de aquí.
Así que Dios nos bendiga y Dios nos guarde en esta en este día.
** “LA ENSEÑANZA DE UN PADRE”.**
Bueno tomen la Palabra del Señor, todas estas enseñanzas, como las enseñanzas que Dios tiene para esta hora, nuestro Padre celestial para darnos a conocer, para enseñarnos a nosotros en esta hora para que seamos semejantes a Él.
"LA ENSEÑANZA DE UN PADRE"