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Lo que nadie conocía 1976-10-28 1 Sabana Seca, Toa Baja PR 00:00:00 false

Muy buenas noches, amados hermanos, el Señor nos continúe bendiciendo a todos en esta hermosa noche en que podemos congregarnos para adorar a nuestro Dios y oír Su gloriosa Palabra.

Bueno, esta noche es una noche muy importante, ya que será la última noche que estaremos aquí en Sabana Seca bajo carpa. Todos los hermanos juntos de los diferentes lugares de la isla de Puerto Rico. Y como vimos la carpa cuando la trajimos, aquel lunes la trajimos, y comenzó a llover y la montamos bajo agua, y ya hoy, pues y ayer (digo el miércoles) me parece ha estado lloviendo. Bueno, tiempos de lluvias espirituales (grandes) para nosotros, que son representados por las lluvias materiales. Muchas veces la gente se molesta porque llueve, pero en los días de Elías todo el mundo deseaba que lloviera. Y qué de este tiempo de la lluvia espiritual. Las denominaciones están deseando que llueva y no hay agua para ellas; agua espiritual, van de mar a mar, de pentecostales a bautistas buscando, y no hay nada. ¿Ve? Pero hay un sitio donde está el agua para el pueblo del Señor.

Bueno, yo no sé despedirme, yo casi siempre les digo: "Bueno, hasta luego, nos vemos luego." Y yo creo que nosotros hemos llegado a un tiempo en no nos podremos despedir, porque hemos entrado a una Edad eterna, a un tiempo eterno, a un Mensaje eterno, ¿y estamos qué? Estamos volviendo a lo eterno. Y aún este carapacho, que es temporero, ya dentro de poco será transformado y será eterno también.

Por lo tanto, nosotros sabiendo quiénes somos, y sabiendo que somos los hijos de Dios, que son los eternos, y conociéndonos los unos a los otros, pues ya sabemos quiénes somos. Por lo tanto, solamente podremos decirnos hasta luego. Y en esta noche solamente les puedo decir: Nos veremos el próximo viernes allá en Cayey, todos juntos nuevamente, y seguiremos adelante en todo lo que el Señor nos continuará dando.

Esta noche es la noche número... de cultos todos juntos, es la número cuarenta. Si contáramos los demás cultos, los de los domingos, sería me parece la sesenta ¿verdad? Porque cada dos cultos semanales, pues hay uno el domingo también, pero que solamente están nuestros hermano de aquí de Sabana Seca. Pero todos juntos son solamente cuarenta, yo no sabía eso. Si hubiera quizás sabido eso ni siquiera hubiera deseado para mí que este fuera el último, para que nadie fuera, usted sabe, a estar buscándole cinco patas al gato como decimos nosotros.

Pero esto ha venido en forma que uno no ha planeado, ¿los planes eran para cuándo? La semana pasada (quitarla) ¿verdad? Y por causa de que veíamos que no sería bueno tener una semana sin culto, porque imagínese, sabemos que el Señor nos está dando Su Palabra, sabemos que el Señor está en el asunto. Y si cuando la abrimos aquí, se abrió lunes y ya miércoles teníamos culto, ahora que sabemos lo que hay de parte de Dios para nosotros más ampliamente, pues realmente no desearíamos perdernos en la semana esos cultos. Por lo tanto, si le hubiéramos preguntado a ustedes, pues hubieran dicho lo mismo.

Entonces, en lo que estaba preparado todo allá en Cayey...(quieren sentarse, siéntense un momentito, es que, usted sabe, yo no sé ni despedirme ni hacer nada de esto, usted sabe, pues)... Entonces en Cayey, pues no deseamos que hayan inconvenientes para… principalmente las hermanas que tengan inconvenientes con los niños; entonces se ha estado preparando un poco el terreno, el lugar donde va a estar la carpa, y los servicios sanitarios de los caballeros y de las damas. Y también un poquito de facilidades para que no estén muy incómodos. Entonces todo esto pues ha tomado tiempo, ha habido bastante gasto también, y que ustedes han estado para darnos la mano en esto que va ser para ustedes mismo.

Así que, si usted encuentra que todo allí ha quedado bien, ha sido porque usted ha estado dándonos la mano. Si ha quedado mal, o usted lo ve mal, bueno, para eso fue que usted hizo todo lo que hizo. O sea, si hubiera hecho un poquito más, hubiera quedado mejor. ¿Ve? Hasta donde usted ayudó, hasta ahí se pudo hacer, el resto lo haremos a medida que estemos allá, y el Señor nos siga proveyendo lo que haga falta.

Bueno, esperamos que el Señor nos dé unos días muy buenos allá en Cayey, principalmente de bendiciones celestiales, porque deseamos llegar a la perfección. Y el propósito, como hemos visto, el propósito de parte de Dios es que lleguemos a la perfección; y ya sabemos el plan para Él llevarnos a la perfección.

Aquí hemos tenido, como les dije, cuarenta cultos todos unidos. Este es el número cuarenta, pero esperamos pasar al cuarenta y uno, porque cuarenta es juicio. Si nos quedásemos solamente con cuarenta, y luego se parase todo, entonces ¿sería cómo? Bueno, cuarenta… no es lo que le dijeron aquella gente al Señor: "Nuestros padres comieron el maná en el desierto." Y el Señor les dijo: "Por cuarenta años ¿verdad?" Cuarenta años en el desierto, eso es muerte. ¿Ve? La cosa fue que de los que ellos hablaron fue del desierto, y esos cuarenta años ¿era qué? Tiempo de juicio por cuarenta años.

Bueno, la cosa no es estar cuarenta, sino pasar hacia adelante. Y del cuarenta y uno para adelante era que estaban entrando a la tierra prometida ellos. ¿Ve?

Bueno, yo creo que Dios ha tenido un grande plan, y yo creo que todo esto que ustedes han estado viendo por cuarenta noches consecutivas, de todos unidos en el amor divino; no amor fraternal, porque el amor fraternal falla. En el amor divino, en la Edad de la Piedra Angular. Creo que ha sido una grande bendición para nosotros, para Él mostrar a Su pueblo Su gloria, para Él mostrar Su Palabra, para abrirnos el panorama de una manera que nosotros todos pudiéramos ver el cuadro de la hora en que estamos viviendo.

Y creo que han venido unos mensajes muy importantes en estos días que hemos tenido, y que…fíjese, todos esos mensajes, si hubieran sido predicados el año pasado, o el año atrasado, hubieran sido un escándalo para usted. ¿Verdad? Pero ¿y por qué no se escandalizó? Bueno, porque Dios está en la escena para permitirnos ver y entender las cosas que hoy en día Dios nos ha dejado saber, y ahora lo vemos claro.

Bueno, yo no sé si ustedes notaron que en Semana Santa Dios estuvo moviéndose a la escena, e hizo grandes milagros y maravillas; lo que pasa es que está moviéndose en el campo espiritual. Entonces, quizás nunca usted hubiera pensado o esperado que las cosas fueran tan buenas de parte del Señor para nosotros, y que estuviéramos envueltos en el amor divino en la forma en que estamos en este tiempo.

Como decía el hermano Candelario: "Hemos tenido nuestras diferencias," y cuando él ha tenido que hablarnos fuerte a nosotros lo ha hecho, cuando Adalberto lo ha tenido que hacer, lo ha hecho con nosotros, y así por estilo cuando cada uno ha tenido que pararse y hablar, cada uno lo ha hecho, porque hemos tenido libertad el uno con el otro. No nos miramos quién tiene más años, o quién tiene más canas, ¿ve? Sino que entre nosotros ha habido confianza el uno para con el otro, sabiendo que cada uno de nosotros queremos lo mejor para el pueblo y para nosotros mismos. Nadie quiere colocarse en una posición mala, porque uno ve el tipo de uno ahí en la Escritura, y si uno actúa mal, pues uno ve cuál es el tipo de los que actuaron mal y ve el fin de ellos. Y ya al uno ver el fin, imagínese, quién quiere tener ese fin. Por eso entonces, creo que eso nos ha ayudado mucho entre nosotros.

Y ahora en la hora en que estamos nosotros, y que hemos visto las cosas que hemos visto, yo creo que todos hemos visto cosas que ojo no vio, ni oreja oyó, ni habían subido en corazón de hombre. [Primera de Corintios 2:9]. ¿Ve? Entonces, siempre cuando las cosas de momento se ponen bien negras, dice el hermano Branham: "Eso es (¿cuándo?) cuando va a salir el sol por la mañana. La hora más negra, más difícil (dice) cuando se aprieta bien… la media noche es negra, pero cuando va a amanecer, se pone oscuro," dice el hermano Branham, él dice ahí en un mensaje. Yo no sé si usted ha observado, yo no me he puesto a observar eso en lo natural, pero en lo espiritual uno lo puede ver. Si está hablando de lo espiritual o de lo natural, bueno, yo sé que en lo espiritual uno lo puede ver.

Quizás cuando para todos ustedes era la hora más negra, en que quizás usted nunca había pensado que estas cosas que ahora vemos podrían ser posibles, y podría haber este compañerismo en el amor divino entre nosotros, ¿ha sido qué entonces? La victoria del amor divino, ha sido la victoria del Señor en el corazón de cada uno de nosotros. Aún de entre nosotros los ministros. Podemos decir entonces en esta noche: Dios ha tenido una victoria entre nosotros los ministros, ha tenido una victoria entre ustedes, ha tenido una victoria en medio de Su pueblo.

Por lo tanto, entonces tenemos la victoria de Él. Nadie se puede gloriar, más bien nos gloriamos en Él. Él es el que ha hecho todo lo que ustedes ven que ha sido hecho, nadie ha podido meter la mano, y Él lo ha hecho porque Él prometió que haría estas cosas. Ya de Semana Santa para acá, las cosas, el panorama ha cambiado de una manera maravillosa; cosas que no veíamos antes ahora las vemos, o sea, que de Semana Santa para acá como que comenzó una nueva fase o una nueva etapa, parece que es una etapa final en donde ha sido algo maravilloso para todos nosotros.

Y en estos cuatro meses con dos semanas, con cuarenta cultos todos juntos aquí. Hemos visto también la misericordia de Dios extendida para cada uno de nosotros. Y esto a nosotros nos conmueve en lo interior; cuando quizás muchos de ustedes no habían visto lo que había de parte del Señor, y de lo que Él había prometido, y de lo habría de cumplir. Y quizás algunos de ustedes no entendía, y quizás (quién sabe) algunos antes de Semana Santa, pues pensaban y quizás se sentían un poco inquietos o molestos por... quizás por la forma en que Dios nos estaba hablando desde que nos dio a conocer el Nombre nuevo, y todas estas cosas. Pues, usted sabe, cuando uno no entiende, pues uno (usted sabe), algunas veces comenta, algunas veces pues piensa cosas que no debe de pensar; pero yo creo que estos días que hemos tenido de Semana Santa para acá, ha sido la misericordia de Dios extendida para nosotros, para Sus hijos; ya que para el mundo, dice que se acabó para el mundo, pero Sus hijos, Sus hijos siempre alcanza misericordia en Dios.

Bueno, en esta noche decimos: "Si no hubiera sido porque somos hijos de Dios, no hubiera sucedido lo que ha sucedido, y las cosas no hubieran sucedido como han sucedido, si no hubiera sido porque somos hijos de Dios." Porque cada uno, sinceramente, cada uno en el corazón, sabe que si no hubiera sido por eso no hubiéramos alcanzado misericordia, no la hubiéramos alcanzado, porque había realmente muchas cosas en contra de nosotros delante del Señor. ¿Ve? Pero al alcanzar misericordia, entonces sabemos que era porque éramos hijos, sino... dice, fíjese, la Venida del Señor no la pueden ver a menos que sean aquellos que están predestinados para verla. El plan de Dios para esta hora es para verlo los que son predestinados, y dice: "Usted no lo verá si no es predestinado." ¿Lo ve usted? Esté contento entonces, porque si no lo veía, ahora lo ve.

Bueno, y usted sabe, a Pedro le pasó en una ocasión, que decía: "No, no, no, yo no te negaré," y después lo negó. Y dice que salió fuera y empezó a llorar amargamente. Yo creo que eso ha pasado con nosotros en esta hora, y realmente ahora cuando nos damos cuenta de las cosas como son realmente. Yo sé que usted si no entendía y había hablado algo, y había rechazado algo y se había sentido molesto, después de eso, cuando vi el panorama, yo estoy seguro que usted ha llorado amargamente pidiéndole perdón al Señor: "Señor, perdóname que era que estaba ciego, pero ahora veo." Ah, ahora ve, ¿cómo puede ver? Porque el Señor hizo ese milagro de abrirnos los ojos espirituales para que viésemos lo que teníamos que ver hoy: la Palabra para esta hora. Entonces, lo correspondiente a esta hora, y ahora vemos... Ahora ¿qué es lo que le dijo el Señor a aquel muchacho que sanó y que él no sabía quién lo había sanado? No sabía quién lo había sanado, y cuando se encontró allá en el templo, en el tabernáculo, cuando se encontró allá y vio a aquel Jesús de Nazaret, entonces dijo: "Este es el hombre que me sanó." Y cuando Jesús lo vio le dijo: "Ahora vete y no peques más, para que no te venga algo peor." Entonces eso es lo que nos dice el Señor: "Vete y no peques más, para que no te venga una ceguera espiritual peor, y entonces no puedas ver de aquí en adelante las cosas que Dios tiene para que veamos."

En cuanto a nuestra estadía en Cayey, cuando salió lo del Nombre nuevo, que Dios nos dio a conocer el Nombre nuevo allá en Ponce, luego de haberme permitido saberlo cuando estaba con el hermano Mario Pérez, el hermano García, Agustín García. el hermano Adalberto Pérez y el hermano Candelario, no sé si alguien más estaba con nosotros allá en el monte. Eso fue por allá por Campo Rico, por allá por el río estábamos nosotros, eso fue la ocasión en que el Señor me dio a conocer Su Nombre nuevo, y luego se los prediqué al tiempo a ustedes allá en Ponce. Luego, de ahí para adelante, no sé en que ocasión (o un poquito antes), el Señor me hizo saber que estaríamos juntos, y que el plan era que estuviéramos todos juntos, un solo grupo aquí en Puerto Rico. Y que ahí estuvieran los diferentes ministerios, operando desde ahí para beneficio del pueblo que estaría ahí y del que estaría en otros países.

Entonces, cuando supe eso, en una ocasión le dije al hermano Candelario y al hermano Adalberto, un día de reunión que teníamos, les dije: "Vamos a ir a cierto sitio que quiero decirles algo." Entonces nos fuimos en el Jeep del hermano Candelario, y les dije: "Es hacia Cayey." Fuimos, subimos en un sitio, en un monte por allá, y les dije: "Bueno, esto es lo que el Señor me ha hecho saber," y les di a conocer que el Señor deseaba que fuera un solo grupo aquí en Puerto Rico, estuviéramos todos como un solo grupo, y los diferentes ministerios ahí, y cada cual tendría su entrada económica para el sostén de su familia. Porque imagínese, "el que al Altar sirve, viva del Altar," eso no había ningún problema. Cada uno iba a tener su entrada, no una cosa retazada, o una cosa de miseria, sino realmente lo que necesitase. Y yo creo que en este tiempo los obreros, que en lo material, más beneficios reciben, son los de este tiempo, porque no hay límites en la bendición de parte del Señor.

Bueno, entonces le hice conocer esto al hermano Candelario, al hermano Adalberto. Luego, pues imagínese, de ahí para acá he estado esperando ese día. Lugo en Ponce, en uno de los cultos que tuvimos allá, (no recuerdo el mensaje cómo se tituló), pues en uno de los cultos, entonces yo dije en la predicación que yo estaría en Cayey, porque era...o sea, porque era el plan del Señor, y que allí estaría.

Bueno, ustedes saben, como les dije hace ratito: Mientras ustedes no ve, pues quizás le está extraño. Pero ahora ha llegado el tiempo del cumplimiento de lo que Dios me dio a conocer, y a ellos más bien después acá, yo les decía: "Bueno, realmente yo estaré allí en Cayey conforme a lo que el Señor me ha dado a conocer, y en cualquier momento si ustedes no ven el plan, pues yo iré solo y los esperaré a ustedes allí." No a ponerme a pelear con ellos porque no han llegado, sino... de lo que hablaba el hermano Candelario, entonces que orarán por él, porque su deseo es estar allí. Yo estuve dispuesto todo el tiempo a estar allí aunque fuera solo, pero sabiendo que ellos irían.

Eso fue igual como cuando lo del Nombre nuevo salió; bueno, nadie sabía qué se iba hacer, yo tampoco, estuve esperando. Cuando Dios me dijo, entonces les prediqué en qué se iba a usar el Nombre nuevo. Y después que terminé de predicar ese mensaje sobre el uso del Nombre nuevo, les dije: "Bueno, esto es un asunto en que cada pastor en su congregación lo establecerá cuando él desee hacerlo. Yo no puedo obligar a ninguno a hacerlo, pero yo y mi casa aquí, serviremos al Señor, usaremos el Nombre nuevo aquí." Entonces les dije: "Pero al final todos estaremos haciéndolo." Bueno... ¿fue así o no fue así?

Bueno, empezamos en algunos sitios primero, pero vemos que en los tres sitios ahora se está haciendo.

Bueno, una cosa es cuando algo comienza, y otra cosa es cuando ya ha llegado el final de eso y entonces se ve todo completo.

Entonces, en cuanto a la ida a Cayey, yo no voy allí por un antojo mío. Mire, la humedad me hace daño, hay muchísima humedad allí; en sitios que llueve mucho, bueno, a mí cuando llueve no gusta salir de casa, me gusta quedarme en casa, ni mover el carro de casa. Usted sabe que las carreteras resbalan mucho, el cristal siempre está empañado, y moviéndose el *wiper, y tapones por donde quiera, eso es un problema. Bueno, Él dijo que era para allí, pues ¿qué yo voy hacer? En Ponce, casi todo el tiempo con sol; la humedad no me afecta, no se me tupe la nariz, el catarro no me molesta. Y los sitios húmedos, eso para mí es lo último, pero si lo último es la voluntad del Señor, ahí debo de estar.

Entonces, en Ponce, imagínese: un local con buenas sillas, con aire acondicionado; hubo la oportunidad de comprarlo (porque me lo vendían), sabiendo que no estaría mucho tiempo allí no quise comprarlo, sino que preferí pagar renta, y pague como veinte mil dólares de renta, que eran como una tercera parte de lo que me lo vendían. O sea, que ya estuviera bastante adelantado los pagos, y si me hubiera vendido después lo hubiera vendido a alguna empresa, lo hubiera vendido al edificio, pero no quise estar atado con nada, sabiendo que no iba a estar mucho tiempo, y después sin saber cuál era el día de irme, pues menos. Entonces tampoco quise echarme esa carga sobre la congregación, para que entonces la congregación no se viera forzada a quedarse allí, o a tener que dejarle allí algún ministro dándole culto en lo que se vendía el local.

Bueno, todavía yo no he preguntado en Ponce, cuántos se quieren quedar en Ponce teniendo algunos cultos. Quizás el domingo, que es el último culto allá, pregunte. Ya el local, pues, el último culto será el domingo en aquel local, pero si hay algunos hermanos que desean quedarse allá, pues realmente (en Ponce) pueden quedarse. Y lo único es que probablemente el Señor no me permitirá estar yo al frente de ese grupo, tendrá que Dios proveer alguna otra persona para atenderlo; ya que mi compromiso no es con el pueblo, sino con el Señor. Y al ser con el Señor yo tengo que hacer conforme a como el Señor me dirija, como el Señor me haga saber que debo actuar en esta hora, aunque el pueblo esté de acuerdo o no esté de acuerdo. ya ese es un asunto personal entre Dios y el individuo.

Entonces, yo amo mucho al pueblo, y si lo amo, realmente tendré que demostrárselo diciéndole todo lo que el Señor me diga para ustedes; esa es la única forma que puedo hacerlo. Y ustedes pues tienen que estar consientes de eso, de la responsabilidad que hay sobre los hombros de uno, para entonces no sentirse molesto cuando en algunas ocasiones escuchen algunas cosas las cuales usted no las pueda entender. Quizás usted la encuentra dura si no la entiende de momento, pero después que las entiende: "Oh, que sencillo es el cuadro."

Bueno, realmente entonces, manténgase callado, y entonces oiga toda la Palabra que Dios nos dé. Lo que no pueda entender de momento, lo entenderá después. Ese es el plan de Dios con usted. estése quieto y ore al Señor en lo que usted no pueda entender.

Ahora, en nuestra movida hacia Cayey, hacia Cayey no se moverá ningún grupo. No se moverá el grupo de Ponce, ni el grupo de Fajardo, ni el grupo de Sabana Seca. Es un asunto individual. Porque si se moviera el grupo de Ponce, seguiría siendo el Tabernáculo de la Verdad allá; si se moviera el grupo de Fajardo, entonces el Tabernáculo de la Verdad y el Tabernáculo del Rey; y después cuando se moviera acá el hermano Candelario con el grupo de acá, entonces tres tabernáculos allí: el de Adalberto, el del hermano Candelario y el mío allí. Lo que el Señor dijo allá, que no, no, eso no. ¿Ve?

Entonces, entiendan bien esto: Yo en Ponce en estos días, ¿estaré disolviendo qué? Disolviendo la congregación como grupo, y entonces la responsabilidad queda en los hermanos como individuos. Y están libres para quedarse en Ponce, o irse a Guayama, o irse a Fajardo, o irse a Sabana Seca, o irse donde deseen irse. O si desean estar en Cayey en los cultos que tengamos allí, pueden estar. O sea, que usted estará actuando como individuo de acuerdo a la revelación que tiene de parte del Señor. Allí no estarán ni dos grupos ni tres grupos, sino ¿será qué? Los escogidos del Señor ¿que forman el grupo de qué? El grupo del Hijo que le nació a la Novia... [Corte de audio].

...Ministros y cada hermano tiene libre albedrío, y como tiene libre albedrío yo no se lo puedo quitar a usted. Si yo se lo quito, estaré tomando esa responsabilidad sobre mí. Yo lo único que puedo decir es lo que Dios me dice que diga, y de ahí en adelante es un asunto de Dios con usted, y usted con Dios. Si yo, o Adalberto, o el hermano Candelario, quisiera tener un culto extra, fuera de allá de los que tenemos en Cayey, ya eso es un asunto individual o personal del ministro.

Ahora bien, si los hermanos desean ir, también es algo personal de los hermanos. O sea, que yo no puedo forzar a nadie hacer una cosa ni otra cosa. Si yo me quedase en Ponce, con el local que tenemos y dando cultos allá, y teniendo los de Cayey también, y los hermanos no quisieran ir a los de Cayey y quisieran ir a los de Ponce, pues ya eso es un asunto de los hermanos. Pero si quisieran ir a los de Cayey y no ir a los de Ponce, pues ya eso es una cosa personal de ellos, yo no les forzaré en ningún momento. ¿Ve?

Así tampoco lo podrá hacer el hermano Adalberto, ni el hermano Candelario, ya que todos tenemos libertad para hacerlo. Yo me pude zapatear de los compromisos que tenía en Ponce. Y oraremos por el hermano Candelario para que de una forma correcta, no de una forma incorrecta, de una forma correcta Dios lo liberte de todos esos compromisos que él tiene. Yo al principio traté, cuando le hice conocer, pero siempre pues usted ve, está atado ahora, luego de eso pues vino esa atadura; pero seguiremos orando. Seguiremos orando por el hermano Candelario, y en el final de todo ya usted verá, será como fue en cuanto al uso del Nombre en cada sitio.

Bueno, al principio, al principio parecía que quizás en un sitio o en dos sitios se iba a usar, pero la sorpresa para nosotros…es sorpresa para nosotros, pero para Dios no, ¿porqué? Porque Dios nos dijo, conforme a Su Palabra, que al final todos estaríamos haciendo lo mismo, de la misma manera. Así será también para los que están fuera en otros países. Por lo tanto, no nos vamos a poner a pelear con nadie, oraremos los unos por los otros. Ninguno se atreva hablar de nadie. A lo que vamos allí no es hablar el uno del otro, sino a lo que vamos allí es ¿a qué? A tener esos dos cultos en la semana, para lo que Dios tenga para encarnarlo en nosotros, que lo encarne.

En cuanto a los que no puedan ir por alguna razón o por otra, ya sea por problemas, o porque no creen todo, ya eso es un asunto individual. También nos gustaría ayudarle, trataremos de ayudarle. Y el hermano Candelario ha deseado ayudar estos hermanos que de alguna manera, por una causa o por otra causa, no pueden estar en todos los cultos allá. Eso ha sido su elección, yo no le he forzado para que lo haga, ni que lo haga ni que no lo haga, ya eso es un asunto personal de él. Él desea tener un culto aquí con los hermanos que no pueden ir o que no irán allá, y entre ellos pues estarán también los que no están aquí en esta noche, quizás porque no pueden venir, o no pudieron venir en esta noche, o porque no pueden ver todavía todo el panorama, el cuadro de esta hora. ¿Y qué uno va hacer con ellos? Bueno, hasta donde ha visto, pues de ahí para adelante ayudarle para que vean el resto.

Bueno, ahora, es bueno ser claro en esta noche, ya que todo esto está siendo grabado arriba; no allí, sino allá. Entonces sabemos cuál es la perfecta voluntad del Señor. Todas estas demás cosas, el que lo desee hacer, es su propia elección, y eso es en la permisiva; habrán problemas, pero no los dejaremos solos. Aun el hermano Candelario está conciente, de que él quedarse aquí con los hermanos que no pueden ir, o que no desearán ir, como tampoco están aquí algunos que los domingos vienen, porque no pueden ver todo plan del Señor para esta hora, no lo pueden ver, no lo pueden creer completo, pues ellos no irán allá; porque los domingos vienen. Más bien entonces es un asunto de que no pueden ver parte del plan de Dios para esta hora, ellos estarán aquí en Sabana Seca reuniéndose, y les amamos, oraremos por ellos.

Ahora, ¿se va a poner usted hablar de ellos? Le voy a preguntar una cosa: ¿Cómo estaba usted antes de Semana Santa? ¿No estaba usted igual? Pues ya empezó Dios hacer milagros, abrirle los ojos a usted; si lo hizo con usted ¿usted cree que lo hará con los otros? Bueno, lo que pasa es que cada uno tiene su momento. Y lo más importante, lo más importante también es que el que esté en frente de ellos, pues tenga los ojos abiertos. Él está responsabilizado entonces, de dejarle ver a ellos lo que Él ve. ¿Ve?

Entonces, pues, eso lo apreciamos, lo amamos. ¿Tendrá problemas el hermano Candelario aquí? Va tener problema. Pero allá, los que estemos allá, él puede estar seguro y confiado de que habrá un grupo allá respaldándole aquí. O sea, respaldándole y orando por él para que Dios le ayude a salir de todo, y ayude a salir a los que no han visto el plan, ayude también a sacarlos a flote. Y entonces, cada uno de nosotros podemos decir: "Les esperamos allí." Ellos los viernes van a estar allí. Ahora yo les quiero decir que allí vamos como individuos, no como grupo.

Entonces, sabemos la perfecta voluntad para esta hora, sabemos también la permisiva, y sabemos entonces que tenemos que ayudarnos los unos a los otros. Si Dios no se hubiera movido de Semana Santa para acá, mire, realmente, realmente la cosa hubiera sido muy triste para muchos de ustedes. Y así como usted está agradecido de que Dios ha tenido misericordia, le abierto el cuadro completo, oraremos por los demás para que Dios lo haga también.

En esos días de Semana Santa, bueno, para mí fueron días duros, pero fueron días gloriosos también, fueron días muy gloriosos. Quizás en esta noche no me de tiempo ni a predicar, pero yo creo que con lo que estamos hablando, para lo que viene de la semana que viene en adelante, o para lo que continuará, yo creo que es bueno ir allí conciente del plan del Señor. Porque no queremos que haya problema que podamos evitar.

En esos días de Semana Santa fueron unos días muy gloriosos, para mí, inolvidables. Y grande fue aquel tiempo cuando el Nombre nuevo del Señor fue dado a conocer, y luego colocar el pueblo en la posición correcta para usar el Nombre, luego los cultos de Semana Santa, eso para mí es inolvidable.

Cuando veíamos que aparentemente, pues las cosas no iban a ser una bendición, fue la bendición más grande que ha venido. Yo estuve muy inquieto, como ustedes se inquietan, y como todos los ministros nos inquietamos los unos por los otros, estuve muy inquieto y muy preocupado por ustedes, sabiendo que era una hora muy delicada, y que era una hora muy decisiva para cada uno de nosotros los ministros, y cada uno de ustedes. Era una hora en que no sabíamos cómo Dios podría tornar las cosas: o si para juicio, o si para bendición; si para condenarnos, o si para abrirnos los ojos y sacarnos a la luz las cosas que teníamos que ver.

Vimos... usted, yo creo que se gozó mucho allá en el culto de Caguas, si, eso fue viernes. Pero nosotros los ministros nos gozamos mucho en el culto del jueves en la imprenta con un grupo de ministros, allí fue el momento en que Dios, a nosotros los ministros, nos abrió el cuadro, y cuando nos lo abrió, ahí entonces nos rendimos, ahí entonces fue que Dios nos desarmó a todos. El mensaje yo creo está grabado, y está bien grabado, yo creo que el que lo quiera obtener ya lo pude obtener. Fue un culto para ministros, un mensaje para ministros, pero que ya con lo que sabemos, ya usted está apto para escucharlo. Para usted ahora ese mensaje será... bueno, eso es algo sencillo, para los que ya sabemos. Un mensajito sencillo, pero con ese mensajito sencillo el Señor nos libertó a nosotros los ministros. Fue un momento tan grande para nosotros, que es inolvidable para nosotros los ministros. Titulaba: "El Mensajero del Rey," ¿verdad? "El Mensajero del Rey," ese fue el título de ese mensaje, y donde nos mostró al Rey de reyes y al mensajero del Rey de reyes. ¿Ve?

Entonces, bueno, eso fue un momento grande para nosotros, y luego el viernes (después de ese jueves), ese jueves predicó después el hermano Candelario en Caguas por la noche, y fue un mensaje glorioso, "Expectación," fue ¿verdad? "Expectación," ese fue el tema: "Expectación," y fue algo tremendo, algo glorioso. Y luego el viernes, por el día, fue aquel mensaje titulado "¿Cuál es la Atracción en el Monte?" donde Dios nos prometió que el mensaje, conforme a la Escritura, el mensaje a los judíos se los llevaría los gentiles. ¿Y nos probó qué? nos probó que entonces Elías y Moisés ¿estarían en dónde? Entre los gentiles primero, para podérselo llevar.

Bueno, y yo no sabía lo que sé ahora, lo que Dios me ha mostrado, ya de allá para acá, yo no lo sabía; pero me había mostrado que Moisés y Elías estarían en medio de los escogidos. ¿Ve? Y que el mismo mensaje que tendríamos nosotros, que es el mensaje del Año del Jubileo, ese sería el mensaje que sería llevado a los judíos.

Ahora, imagínese, si sabemos que conforme a los Sellos quien le lleva el mensaje a los judíos es Moisés y Elías, y después ¿nos dice qué? Que son los gentiles los que le llevan el mensaje a los judíos. Entonces uno se da cuenta que Moisés y Elías ¿salen de dónde? De entre los gentiles, de entre los escogidos de acá, de entre los escogidos van y le llevan el mensaje allá. Ahora es sencillo para verlo, pero primero, primero eso era una cosa muy difícil para verla. Y después saber que decía que sería dos profetas: Moisés y Elías. Cuando dice Dios mismo, a través de Elías, y a través de todos los profetas, que Dios no usa dos profetas mayores a la misma vez, y ahí le promete dos profetas mayores al pueblo de Israel. Y saber que estarían en medio de nosotros primero, entonces cuando Dios... recuerdan ustedes que por muchos años estuve diciéndole, cuando Dios me mostró algo sobre los dos profetas: Moisés y Elías, y cuando Él me mostró sobre eso me mostró una cosita nada más, y yo estaba deseoso de predicarla, pero cada vez que empezaba a meterme en eso, el Señor me desviaba.

Recuerdan que yo les dije que Dios promete dos profetas mayores para Israel, a Moisés y Elías, y Dios dice que no tiene dos profetas mayores al mismo tiempo ministrando. Entonces yo les dije que les iba a predicar sobre eso, y les iba dar a conocer cuál era el misterio que había ahí oculto. Bueno, ya yo creo que no hay que predicarle sobre eso, ya sabemos entonces que eso dos profetas: Moisés y Elías, serán dos ministerios de profeta en un solo hombre. es la única forma que pueden ir dos profetas sin Dios romper Su Palabra, que dice que no tiene dos mayores al mismo tiempo. Y van dos mayores, pues van en un solo hombre.

Bueno, y también dice que Jesús regresará allá y ellos lo van a ver. Bueno, va a Elías, va Moisés y va Jesús. ¿No fueron esos los mismos que fueron vistos en el Monte de la Transfiguración? ¿Ve? Dos testigos celestiales, por lo tanto, tienen un mensaje de arriba (celestial). Cuando estaba Jesús ministrando, Elías no se veía por allí, solamente uno. Cuando Elías ministrando, Jesús en el cuerpo literal que tenía, no se veía por allí. Pero ese ministerio que tenía Jesús, estaba en Elías. ¿Ve? Y cuando aparezca Moisés, Jesús y Elías no se verán, pero el ministerio de Jesús, y el ministerio de Elías, estarán ahí en Moisés.

Bueno, ¿por qué? Porque cada vez que se cumple, son tres veces en que el Señor se manifiesta así a través de un hombre: Jesús, Elías y Moisés. Y cada vez que eso ocurre ¿qué pasa? cuando Jesús estaba ¿qué dijo la Voz? "A Él oíd." ¿Ve? No Elías ni Moisés, a Él, Jesús, le toca el turno a Él; pero cuando apareció Elías: "A él oíd." ¿Ve? Y cuando esté Moisés, el pueblo dijo allá cuando Dios hablaba a través de la Columna de Fuego, el pueblo dijo: "Que hable Moisés, porque si sigue Dios hablando de esa manera que está hablando, vamos a morir toditos." Y Dios les dijo: "Así voy hacer." Entonces Dios le hablaba a Moisés y Moisés le hablaba al pueblo.

Bueno, ese es el orden ¿de qué? De la Venida del Señor, de esa manera es que todo eso se cumplirá.

Bueno, ¿por qué? Porque cada uno de ellos tiene el mensaje que corresponde ser dado en el tiempo en que ellos aparecen. Nosotros miraremos a través del velo, y veremos ¿a qué? Veremos a Jesús, a Jesús en el cuerpo aquel que tuvo allá, Jesús en Elías, y Jesús en Moisés. ¿Ve? así que miramos ¿detrás de qué? Del velo. El velo no es nada, el velo nunca será Dios, ni lo fue ni lo será. Pero el que estará detrás ministrando (porque el que ministra es el Señor), ese si será Dios. ¿Ve?

Entonces, dice Elías en el mensaje titulado "Los Ungidos de los Últimos Días," ahí es dicho de la siguiente manera, cuando estaba Elías ministrando, mire lo que dice con relación al Hijo del Hombre y al cuerpo…déjeme ver si lo puedo conseguir por aquí, quizás esto sea el mensaje en esta forma sencilla de despedida, dice (déjeme ver qué página será), página 68 del mensaje titulado "Los Ungidos de los Últimos Días," dice:

"Que el que apareció allá en el río (página 67 empezamos), yo solamente estaba allí presente cuando El apareció, yo no soy el que hace estas cosas y predice estas cosas que suceden tan perfectamente; yo solamente soy uno que está cerca cuando El lo hace, yo solamente fui una voz que El usó para decirlo. No fue lo que yo supe, simplemente fue a lo que me rendí; por medio de lo cual El habló. No soy yo, no fue el séptimo ángel, no, no, fue una manifestación del Hijo del Hombre. No fue el ángel, su Mensaje, fue el misterio que Dios desenvolvió. No es un hombre, es Dios; el ángel no fue el Hijo del Hombre, él fue un mensajero del Hijo del Hombre, el Hijo del Hombre es Cristo, El es del cual ustedes se están alimentando. No se están alimentando de un hombre, un hombre sus palabras pasarán, pero ustedes se están alimentando con la Palabra inagotable del Cuerpo del Hijo del Hombre.

Si usted no se ha alimentado ampliamente con toda Palabra para darse fuerzas para volar sobre todas estas denominaciones y cosas del mundo, ¿No lo hará usted en este momento mientras oramos?"

Bueno, entonces ya vemos que una cosa es el mensajero, ¿y otra cosa es quién? La manifestación del Hijo del Hombre en un velo de carne; pero el velo de carne no es el Hijo del Hombre. El Hijo del Hombre es Cristo, y Él es la Palabra. Entonces, Él lo único que hace es que usa el velo de carne, ¿para qué? Para hablar, y la voz que es oída... usted oye la voz del velo de carne, pero la Palabra, la Palabra que viene en esa voz ¿es la Palabra de quién? De Él. Por lo tanto entonces, es la Palabra de Dios a través de carne humana, que ¿es qué? El alimento para los hijos de Dios, el alimento de las águilas del Señor. Y sabemos dónde volarían las águilas en este tiempo para su alimento espiritual, que vendría ¿a través de qué? De la manifestación del Hijo del Hombre con Elías y Moisés; porque así vendría el Hijo del Hombre manifiesto en el tiempo final.

Entonces, la Palabra expresada en su manifestación a través de carne humana, con Elías y Moisés, no será la Palabra de un hombre, sino que será la Palabra ¿de quién? De Dios a través de un hombre. Usted escuchará la voz de un hombre, pero la Palabra, es la Palabra de Dios. ¿Ve? Será Él hablando, porque si habla de otra forma usted no lo entendería; si Dios habla como habló en el monte allá del Sinaí, y se oía truenos, se veían relámpagos, ¿quién entendía? Nadie, solamente un profeta era el que podía entender. ¿Ve? Porque solamente Dios le habla de esa manera ¿a qué? A Sus profetas; a Job, le hablaba en el torbellino; a otros, le hablaba en truenos, ¿ve? Y en diferentes formas.

Entonces encontramos, que fíjese, en algunas ocasiones Dios le habló al hermano Branham, y cuando le habló ¿qué era lo que pasaba? Los hermanos que estaban cazando con él dicen que escucharon un trueno tronando, y un viento recio que estremecía los árboles y rompías las copas de los árboles, y partió las piedras, y así por el estilo era lo forma en que los demás oían. Pero ¿qué era eso? Era que Dios no estaba hablándole a ellos, sino que le estaba hablando a Su profeta. Y cuando Dios le habla a un profeta le puede hablar, puede ser un trueno lo que usted oiga, y sin embargo, el profeta sabe lo que Dios está hablando. ¿Ve? Porque él tiene las dos conciencias juntas, y al tener las dos conciencias juntas él sabe el idioma de allá, el idioma de la otra dimensión, de la dimensión de Dios.

Pero si nosotros oímos a Dios hablar directamente, lo que oímos es un trueno; para poderlo entender tiene que hablar a través carne humana. Y si lo queremos entender, y saber lo que está hablando ahí, inmediatamente enseguida que lo habla, tiene que hablar a través de alguien que tenga el idioma nuestro. Si habla a través de otro que tenga otro idioma, tenemos que esperar que nos lo traduzcan para saber lo que está hablando. ¿Ve?

Entonces, eso es lo que…usted sabe, la forma en que Dios puede hablar a profetas, pero no al pueblo. Cuando habló así al pueblo, el pueblo estaba temblando y sabía que podía morir en cualquier momento, dijo: "No, no, háblanos a través de carne humana, de esa manera, así, háblale solamente al profeta, a Moisés, y él que nos hable en forma de nuestro idioma." ¿Ve? O sea, en palabras humanas, y esa es la forma que Dios ha usado, y para eso es que Dios levanta profetas cada vez que los levanta. Y cuando levanta al último, que ya sabemos que es Apocalipsis 11, todo lo que falte de Dios dar a conocer, pues lo dará.

Entonces sabemos la forma en que Dios nos hablará en este último tiempo, entonces vemos la forma que Dios le hablará a los gentiles, y la forma en que Dios le hablará ¿a quién? A los judíos, no hay otra forma.

Bueno, entonces, vemos la hora en que estamos, vemos el tiempo glorioso en que estamos viviendo, vemos el alimento de las águilas, vemos cómo vendrá el alimento de las águilas, que es la Palabra de esta hora, ¿vendrá cómo? A través de la manifestación del Hijo del Hombre, con Elías primero, y con Moisés después. Y ese alimento tendrá que salir por los labios ¿de quién? De Elías primero y de Moisés después. No será la Palabra de un hombre, sino la Palabra del que está detrás de eso hombre. Y a medida que viene esa Palabra, y la recibimos, se va encarnando en cada uno de nosotros; inmediatamente que usted la oye y la recibe, capta lo que fue dicho, ahí se encarnó.

Ahora, es un asunto personal entre la persona y Dios, ¿cuánto tiempo tomará, a la persona, que se encarne la Palabra después de salir de la boca del velo de carne que Dios use en Su manifestación, en la manifestación del Hijo del Hombre en este tiempo? ¿Ve? Es un asunto ya entre Dios y la persona, en eso nadie puede meter la mano. Y sabemos que esto es una hora muy grande, y para todo ministros es una bendición tremenda; una bendición tremenda saber que Moisés, cuando vino la primera vez, él quiso tener uno que hablara por él; pero aquello era en la permisiva voluntad del Señor, por eso trajo tanto problema. Y saberlo hoy nosotros los ministros, que Moisés, cuando venga el espíritu ministerial de Moisés, cuando venga por segunda vez, él no vendrá para andar en la permisiva, sino en la perfecta, sabemos entonces los ministros, que él no va a echar esa carga sobre nosotros.

Entonces, Dios le hablará a él, y él le hablará directamente al pueblo, para que esa Palabra se encarne en el pueblo. Entonces, la responsabilidad entonces, pues, ya los ministros de este tiempo estarán tranquilos de que no van a tener esa responsabilidad, y el pueblo estará también tranquilo. Y fíjese, Moisés quiso eso, Moisés quiso eso y Dios se lo permitió, ¿pero saben ustedes una cosa, que el pueblo en una ocasión no quiso eso? Por supuesto el pueblo utilizó, inspirado por Datán y Coré, utilizó a la boca de Moisés para hacerle hacer un becerro de oro, y fue mal hecho; la boca de Moisés lo hizo mal, ¿ve? Habló algo que no fue lo que Moisés le dijo. Eso es una de las causas por la cual, en la segunda ocasión que se manifieste ese espíritu ministerial, no habrá eso. Él lo pidió en su propia voluntad, pero no en la de Dios; fue la parte humana, por tal, poniendo excusa.

Bueno, pero el pueblo dijo "que hable Moisés." ¿Fue eso lo que dijo? "Que hable Moisés." bueno, yo creo entonces, que el espíritu ministerial de Moisés cuando regrese, y el pueblo, van estar en gran armonía. ¿Ve? Y nosotros los ministros vamos a estar muy contentos por eso, no vamos a querer hacer eso, más bien el ministerio tiene otro trabajo glorioso en la obra, menos, menos ser la boca de Moisés… [Corte de audio].

…el Señor, que no sea realmente lo que Dios quiera que se dé a conocer al pueblo del Señor. Por lo tanto, lo oiremos directamente ¿cómo? Lo oiremos directamente a través del ministerio de Elías y Moisés, directamente a través del velo de carne que Dios tendrá para usar en ese tiempo.

Entonces, nosotros solamente podremos repetir lo que ya Dios haya dicho, y el pueblo ya lo haya oído. Entonces el pueblo estará seguro, estará tranquilo: "Están dándonos un repaso de lo que ya fue dicho." ¿Ve usted? Y es una gran bendición para nosotros, para todo los ministros eso es la bendición más grande. ¿Usted cree que Aarón se alegró después? ¡Ja!, cuando se presentó Moisés, después de Aarón haber hecho el becerro de oro, dijo: "Este pueblo me hizo hacerle esto." Empezó a excusarse delante de Moisés.

Yo creo que no, si vemos el cuadro completo, no vamos a tener que excusarnos, porque no vamos a tener que cometer el error que cometió Aarón. ¿Ve? Y el pueblo no nos podrá forzar a nosotros a que le demos algo, y le expliquemos algo, sino que le diremos: "Deja que Dios nos dé a conocer conforme al orden de Su Segunda Venida." ¿Ve? Lo que Dios ha prometido, nos lo dará por Elías y por Moisés, y lo que leamos y oigamos que dijo Elías, y no lo entendamos: "Pues espérate un momentito, que Elías dijo que el Séptimo Sello todavía no estaba abierto al público, pero que vendría el tiempo que sería abierto al público cuando el Señor regresase, cuando el Señor Jesucristo regresase por Su Novia." Y lo pone para el futuro, entonces el Señor Jesucristo, ese mismo ministerio, regresaría ¿para qué? Para entonces públicamente ¿dar a conocer qué? Cuál era el misterio del Séptimo Sello. ¿Y cuál es el misterio del Séptimo Sello? La Segunda Venida del Señor. ¿No es ese acaso el misterio del Séptimo Sello? La Segunda Venida del Señor, es el misterio más grande que en alguna ocasión haya existido; es el misterio más grande que en alguna ocasión haya existido. ¿No lo sabían ustedes? Es el misterio del cual el Señor dijo que nadie conocía, que ni aún los ángeles de Dios conocían. ¿Y de qué misterio era ese que el Señor estaba hablando, que dijo que ni aún los ángeles conocían, y entonces comenzó hablar en parábolas de Israel? ¿Por qué? Porque el Séptimo Sello tenía que ver con Israel.

Entonces, si entendemos las parábolas, lo que significa Israel, y todas esas cosas, y el verano que es el tiempo de la cosecha, ¿ve? Entonces sabemos de ese misterio. Entonces, Él está hablando ahí, miren, se los quiero leer (yo creo que hacer rato hemos entrado a la predicación), dice ahí…está hablando…dice:

"Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.

Y enviará (cuando desciende del Cielo ¿qué hace?) ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro." [San Mateo 24: 30-31].

Bueno, página 151 de "Citas," (tengo aquí marcado 151), ahí en la página 151 dice, hablando acerca…quiero leer página 150 el último párrafo ese y pasa al 151, párrafo 1343 dice:

"Esos misterios serán revelados en los postreros días cuando los siete ángeles…el Mensaje del séptimo ángel, cuando él, no cuando él comienza a hacer eso, sino cuando Él empieza a sonar Su Mensaje. ¿Ven? No los años en preparación, sino cuando él comienza a sonar el Mensaje, estos misterios entonces serán revelados. Y aquí están, no conociéndolos, y ustedes gente, son testigos de eso. Y entonces ese gran observatorio…para que el mundo esté en duda… ellos todavía están preguntándose qué pasó. ¿qué es? ellos todavía ponen en el periódico '¿Sabe cualquier persona sobre cualquier cosa?' que ¿cómo habrá pasado? No hay niebla allí arriba; no hay aire, no hay humedad, treinta millas de alto en el aire. ¡Oh, vaya! 'Habrá señales en el cielo arriba. y cuando estas cosas tienen lugar, terremotos en varios lugares, entones aparecerá la señal en los cielos del Hijo del Hombre.' ese día el Hijo del Hombre se revelará otra vez, y será revelado a Sí mismo… (y ustedes saben cómo: con Elías y con Moisés). los que tienen el Espíritu de Dios esperan estas cosas."

¿Cuándo apareció la señal del Hijo del Hombre en el Cielo? '63. y cuando aparece la señal del Hijo del Hombre en el Cielo ¿qué pasa? Dice:

"Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.

Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro."

Entonces cuando en el '63 viene, entonces el próximo paso ¿era qué? ¿Enviar qué? Sus ángeles, porque a través de Sus ángeles, Sus mensajeros, con Elías y con Moisés, sería que sería llevado a cabo ¿qué? El recogimiento de los escogidos. "Desde un cabo del Cielo hasta el otro," ¿por qué? Porque no son de la Tierra, son del Cielo, nacieron del Cielo, son gentes celestiales; su nacimiento no fue de la Tierra. Por el Señor dijo en una ocasión:

"De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.

Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?" [San Juan 3:3-5].

Eso fue Nicodemo, el gran maestro, frente a otro Maestro. Y un Maestro le estaba enseñando de cosas espirituales, y ese otro maestro lo que sabía era de cosas materiales. Y quería explicar el nuevo nacimiento, meterse otra vez, o nacer por segunda vez de la misma mujer, de la misma madre; o meterse en el vientre y volver a nacer. Pero no en el vientre que tenía que ser engendrado el otro vientre, tenía que nacer del agua y del Espíritu, tenía que nacer de la Palabra. ¿Ve? Entonces tenía que nacer del Espíritu de Dios, ser engendrado por el Espíritu de Dios, y entonces nacer de la Palabra, (ese nuevo nacimiento), y entonces ¿qué pasa? Ese nuevo nacimiento ¿de dónde es? No es de la Tierra, sino del Cielo, es celestial; de la Tierra usted nació ¿qué? Lo que nació fue este cuerpo, y ese nacimiento de la Tierra es lo que nos ha traído tantos problemas; pero el nacimiento del Cielo es lo que nos resuelve todos los problemas. ¿Ve?

Entonces, bueno, ya todavía nos quedan algunos problemitas ahí que son a causa de este cuerpo, pero deje que seamos transformados, y usted verá como se habrán acabado todos los problemas. ¿Ve?

Bueno, ahora fíjese usted de lo que está hablando aquí: "Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta." Entonces en el tiempo de la aparición de la señal del Hijo del Hombre en el Cielo, lo próximo es: los ángeles de Dios, que son Elías y Moisés, aparecer para recoger y reunir a todos los escogidos.

"De la higuera aprended la parábola…" Aquí le vuelve otra vez hablar ¿de qué? De la higuera. "De la higuera aprended la parábola…"

Ahora fíjese, que cuando estaba hablando del Séptimo Sello allá habló de la higuera, y aquí otra vez viene, y cuando está hablando de la Venida del Hijo del Hombre, y de la señal del Hijo del Hombre en el Cielo, y de Él enviar Sus dos ángeles con voz de trompeta, gran voz de trompeta, viene y dice:

"De la Higuera (de Israel) aprended la parábola: Cuando ya su rama está tierna, y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca."

¿Qué es el verano? El verano es el tiempo de la cosecha. ¿Ve? Sabed que está cerca el verano, y si está cerca el verano, pues tiene que aparecer los dos ángeles que van a recoger el trigo. ¿Ve? Tiene que aparecer los que van a cosechar, los que van a segar; a segar, a cosechar, no a cegar para que no vean, sino a cosechar. Los que van a cosechar el trigo, y si usted es trigo, pues va a ser cosechado ¿con qué? Con los ángeles que Dios envía: **a Elías primero y a Moisés después. ¿Ve?

"Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas."

¿Qué está cerca? ¿Qué está a las puertas? Algo. Recuerdan ustedes que el hermano Branham cada vez decía: "Está a las puertas, estamos a la puerta de algo." Bueno, ya mismo le voy a decir…está a las puertas es algo que…dice:

"El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.

Pero del día y la hora nadie sabe (¿de qué? Eso que está a las puertas), ni aun los ángeles de los cielos, sino sólo mi Padre.

Mas como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre."

Entonces, ¿de qué está hablando que está a las puertas? ¿De qué les está hablando que nadie sabe el día ni la hora? ¿Les está hablando de qué? De la Venida del Hijo del Hombre. ¿Y el Hijo del Hombre viene cómo? Con Elías y Moisés. Y esa era la cosa que ¿qué? Que nadie conocía, ni aún los ángeles. Dice:

"Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dando en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca,

y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre." [San Mateo 24:32-39].

¿Y cuántos fueron salvos en ese tiempo? Ocho. Y Él dice: "Así será." Y el hermano Branham, o Elías, dice: "Ocho fueron salvos," y él dice que así será acá. Bueno, yo les puedo decir: ocho serán salvos acá. "Bueno, hermano ¿ocho?" Si, los ocho, los del número ocho; los de la Edad de la Piedra Angular son el ocho, es el ocho, ahí está, así será.

Dice: "Entonces estarán…" **no, déjeme ver más abajito…vamos a dejarlo ahí. "Así será." **Bueno, ¿qué podríamos decir ahí? Vamos a dejarlo quieto ¿verdad? Porque tendríamos que decir lo que dijo Elías: "Esto era una profecía." Entonces, él cuando hablaba esas cosas decía: "Hoy es historia."

Bueno, ya usted sabe la hora en que estamos, y que lo que nadie conocía ¿era qué? El misterio más grande de todos era: la Venida del Señor, la Venida del Hijo del Hombre con Elías y Moisés; ese fue el misterio por lo cual hubo silencio en el Cielo, ese fue el misterio que los Truenos hablaron, (y los Truenos son la Voz de Dios), y eso fue lo que fue hablado. ¿Ve? Y Juan, para poderlo oír, tuvo que venir a este tiempo. ¿Qué le parece eso? Si Juan hubiera escrito lo que los Truenos hablaron, hubiera tenido que haber escrito todas estas cosas que ya usted ha oído, porque él vino acá y las oyó también; pero no le fue permitido escribirlas. ¿Ve usted?

Ahora vamos a ver si lo que les estoy diciendo de que ese misterio que nadie conocía, ni aún los ángeles, vamos a ver si es el misterio de la Segunda Venida del Señor con Elías y Moisés, vamos a ver si ese es el misterio por el cual hubo en silencio en el Cielo. Página 14 del mensaje titulado "Cristo el Misterio de Dios Revelado," dice:

"Ahora, Dios tenía un propósito y un misterio escondido (un misterio, un propósito y un misterio escondido); sobre eso quiero hablar a la iglesia en esta mañana…"

En esta mañana quiero hablar ¿de qué? Del misterio y el propósito escondido que Dios tenía. Mire, este mensaje "Cristo es el Misterio de Dios Revelado," lo que aquí nos está hablando y nos está enseñando Dios a través de Elías, ¿es qué? El misterio del Séptimo Sello. ¿Ve? Dice:

"Ahora, Dios tenía un propósito y un misterio escondido; sobre eso quiero hablar a la iglesia en esta mañana: El misterio escondido que Dios tuvo en Su mente antes del principio del mundo y como se ha venido abriendo hasta llegar a esta misma hora en que vivimos. Luego Uds. entenderán claramente lo que se está haciendo (no lo que se hizo, sino lo que se está haciendo). Este misterio tan grande es algo muy secreto, algo que El ha mantenido como secreto; nadie sabía nada. Ni aun los Ángeles sabían de esto; El no se los reveló (a nadie le había revelado esto). Por eso fue que bajo el séptimo misterio cuando fue abierto el séptimo Sello, hubo silencio. Cuando Jesús estuvo sobre la tierra, le preguntaron cuándo iba a volver. El les respondió: 'Ni el Hijo sabe cuando eso sucederá (Él como hombre, Jesús como hombre, la parte humana no sabía nada de eso).' Entonces Dios tiene todo esto en sí y es un secreto. Por eso hubo silencio en el Cielo por casi media hora, y los Siete Truenos tronaron y a Juan le fue prohibido escribirlo, la venida del Señor."

¿Qué fue lo que le fue prohibido escribir a Juan? La Venida del Señor. Y lo que los Truenos hablaron ¿qué fue? La Venida del Señor, fue el misterio que los Truenos revelaron. Dice:

"Esa es una cosa que todavía El no ha revelado: cómo vendrá y cuándo vendrá."

Cómo y cuándo, cuándo y cómo. ¿Cómo vendrá? ¿Vendrá con el mismo cuerpo que tuvo en Su Primera Venida? ¿Vendrá Él así como era cuando vino en Su Primera Venida, aquel joven como de 33 años con aquella barba? Si viene así, veremos a Jesucristo, un joven barbudo. ¿Le recibirían las iglesias a un joven barbudo predicando? ¿Ah? Bueno, cuando el Señor cumple lo que Él ha prometido, y con relación a Su Venida, todo depende en qué parte se tiene que cumplir Su Venida. Cuando vino en Su Primera Venida vino entre los judíos, y como los judíos tenían barba, y se dejaban crecer la barba, porque era así conforme a la Palabra de Dios, ¿pues vino cómo? Con barba, pero los gentiles se afeitan. ¿Ve? Y si Él cumple Su Segunda Venida entre gentiles, pues viene afeitado; el velo de carne que use, pues se afeitará. ¿Ve? Porque para los gentiles dejarse la barba ¿eso es cosa de qué? de jipi. ¿Ve? Y eso lo dice Elías.

Entonces, ¿aparecerá cómo? Como si fuera un gentil. O sea, el velo de carne que usará será de entre los de Occidente. Entonces, como relámpago que sale del Oriente, ¿y se muestra dónde? En el Occidente. Si se va a mostrar en el Occidente, ¿quién? El Hijo del Hombre, entonces si se muestra en el Occidente, se muestra a través de velo de carne como occidental. Entonces si viene con Elías y Moisés, entonces serán dos velos de carne, ¿ve? Dos velos de carne occidentales, entonces en ellos ¿estará qué? La Tercera Etapa que ¿es qué? La espada en la mano, que ¿es qué? La Palabra. Y él dice, Elías dice: "Tengo que dejar esto de presentación de niños, de estas cositas así." Y aún él estaba hablando de los cultos de sanidad divina, y él trató ¿de qué? De aguantarlos, y dijo: "Porque tengo que ser fiel a la Tercera Etapa." La Tercera Etapa es la Palabra. ¿Ve?

Entonces, él tenía que dar la Palabra, o sea, la Palabra hablada que tenía que venir, eso es lo más importante. Entonces si veía que algo le podía robar el tiempo que tenía para dar la Palabra, tenía que aguantar toda otra cosa para que la Palabra viniera. ¿Ve?

Entonces, también hay otro lugar donde dice: que los Sellos son la Palabra, son la Tercera Etapa. También encontramos que la Tercera Etapa es la espada en la mano, ¿es qué más? Es la visión de la Carpa. ¿Ve? Y sabemos que la Tercera Etapa tiene tres partes, tres partes. Y la Tercera Etapas es la espada en la mano de un profeta, es la Palabra que tiene que venir manifiesta a través de carne humana de un profeta, es Cristo la Palabra manifestándose a través de carne humana, y expresándose y dándose a conocer a Su pueblo. Y sabemos que tiene tres partes, y dos partes fueron con Elías, y la última parte será con y a través de Moisés.

Por eso dice que ¿estaba en qué? En un idioma desconocido. Entonces los que están esperando la Tercera Etapa (la parte que falta, que es la última), deberían de saber que la Tercera Etapa, la última parte que falta, estaría en un idioma desconocido.

Así que, entonces, eso dice… déjeme por aquí buscarles algo, que ya estamos casi concluyendo, estamos casi concluyendo ya aquí, y queremos aprovechar esto aquí. Fíjese: la última parte de la Tercera Etapa, o sea, la tercer parte de la Tercera Etapa está en un idioma desconocido, eso ya lo sabemos; por lo tanto, no sería inglés.

Dice: "Allá en el cañón Sabino…" página 471 de "Los Sellos," dice:

"Y allá en el Cañón Sabino, El me dijo: 'Esta es la tercera etapa.' Hay tres cosas muy grandes…"

Si él dice que son muy grandes, sabemos que son grandes entonces. Que el mundo, la gente y los incrédulos diga: "Eso es una tontería," Dios dice: "Eso es grande." Y dice que hay tres cosas muy grandes, tras de ser grande, dice muy grande.

"Hay tres cosas muy grandes que acompañan la tercera etapa. Una de ellas se abrió ayer, otra hoy, y queda una cosa que no puedo interpretar, porque está en un idioma desconocido. Pero estuve allí parado (Juan también estuvo parado en ese mismo sitio, Juan lo oyó. Y ahora él dice) y lo miré directamente; y esta es la tercera etapa, lo que viene. Y el Espíritu Santo de Dios..."

Oh, entonces ¿qué? La Tercera Etapa, dos de ellas cumplidas, ¿y qué era? El Espíritu Santo de Dios con Elías. ¿Ve? La venida del Espíritu Santo encarnado en Elías. ¿Ve? Y luego la última parte que ¿será qué? Con Moisés, seguirá la Tercera Etapa con Moisés, la última parte.

Ahora mire este última parte lo importante que es, mire, dice:

"Y esta es la tercera etapa, lo que viene. Y el Espíritu Santo de Dios... ¡Oh, hermano! ¡Por eso fue que todo el Cielo estuvo en silencio!"

¿Por qué? Por la última parte de la Tercera Etapa, lo que fue hablado fue lo que trajo el silencio. ¿Ve? Bueno, ni él pudo hablar porque estaba en un idioma desconocido. Aún aunque él quiso hablar, o si quería hablar, no sabía, no podía, porque estaba en un idioma desconocido, y no pudo explicárselo al pueblo; pero él sabía y el entendía de lo que se trataba la cosa, pero lo que fue hablado no lo pudo interpretar. Pero él, siendo profeta, sabía de lo que tenía que estar hablando la Tercera Etapa a través de carne humana. Y entonces eso fue…dice: eso fue por lo cual hubo silencio en el Cielo por casi media hora; no soy yo el que lo digo, fue Elías, que por eso fue que todo el Cielo estuvo en silencio por casi media hora.

Entonces, ¿qué fue lo que la Tercera Etapa, la última parte, reveló o habló a través de carne humana? ¿Qué fue lo que dio a conocer? La Segunda Venida del Señor en público. Y dice aquí en el mensaje "Cristo el Misterio de Dios Revelado," que estamos leyendo en la página 14, dice:

"Por eso hubo silencio en el Cielo por casi media hora, y los Siete Truenos tronaron y a Juan le fue prohibido escribirlo; la venida del Señor (¡Ja!). Esa es una cosa que todavía El no ha revelado (no había revelado): cómo vendrá y cuándo vendrá. Y está bien que no lo dé a conocer. Seguro."

¡Ja!, mire, si llega (cuando estaba Elías), a dar públicamente a conocer la última parte de la Tercera Etapa… bueno, estando Elías allí, no se podían poner a decir que eran Elías ellos también. "No, no, está bien, él es Elías," pero decían: "Pero yo soy Moisés." ¿Ve usted?

Entonces, sabemos que esa partecita final de la Tercera Etapa fue aquello, fue aquello que no podía él dar a conocer así públicamente, por causa de que se levantarían muchos imitadores. Se levantarían muchos imitadores, y si él públicamente dice: "Y lo que va a estar predicando es tal cosa y tal cosa, y él seguirá esto, esto y esto," ¿cuántos imitadores saldrían haciendo lo mismo? "No, él dijo que estaría haciendo esto, y mire, yo lo estoy haciendo." ¿Ve? Pero él públicamente no lo habló abiertamente, por lo tanto, cuando apareciera la última parte de la Tercera Etapa ¿qué era lo que haría? ¿Daría a conocer qué? Daría a conocer lo que nadie conocía. ¿Y qué era eso?... [Corte de audio].

"...a conocer tampoco. Esta es la tercera etapa, y él no sabe nada en cuanto a eso, no lo entiende. Pero hay un secreto debajo de eso... ¡GLORIA A DIOS EN LAS ALTURAS! Yo nunca podré pensar igual como antes por más años que viva, después de haber visto... (ah, él lo vio). Ahora yo sé cual es el próximo paso (lo sabía), pero no sé como interpretar eso (¿Por qué será? Estaba en un idioma desconocido). Pero ya no falta mucho.

Tengo escrito aquí... Si cuando esto sucede, Uds. pudieran ver mi libreta (¡ja!): si cuando esto sucede (o cuando suceda), si ustedes pudieran ver mi libreta."

¡Ja! ¿Qué le tendía ahí escrito a? Está hablando de la Tercera Etapa, de lo que falta; dos partes estaban allá, pero lo viene no lo podía interpretar, y él dice: "Si pudieran ver mi libreta."

Pero fíjese: "Tengo escrito aquí…"

Puntos suspensivos, por poco lo dice. Dice: "Si cuando esto sucede, Uds. pudieran ver mi libreta (ahora, mire lo que Dios dice): '¡PARATE, NO PROSIGAS!"

¡Ja! ¿Por qué? ¡Ja! Si toca un poquito más el diablo puede ver y darse cuenta lo que es, y entonces sacar las imitaciones, y sacarlas también pulidas que engañaría, si fuera posible, aún a los escogidos. ¿Ve?

"Ahora, yo no tengo la costumbre de ser fanático, les estoy diciendo la verdad." ["Los Sellos," pág. 467]. ¿Entonces qué? Es algo que puede sonar fanático.

Bueno, entonces ya vemos de lo que se trata todo el asunto; vemos la Tercera Etapa que tiene tres partes: dos se cumplieron con Elías, la última se cumple con Moisés, y será en un idioma que no es el mismo idioma de las dos primeras partes de la Tercera Etapa, ¿ve? Y es en ese otro idioma en que los Truenos emiten Sus voces consecutivamente, ¿y es que revelan qué? Lo que nunca antes había sido permitido darse a conocer al pueblo de Dios, es aquello por lo cual hubo silencio en el Cielo; esos Truenos tienen ese misterio para darlo a conocer, y entonces cuando eso ocurre, ocurre en un idioma que no es el idioma de inglés. ¿Y qué es lo que ocurre? Los Truenos, que es la Voz de Dios, manifiestos a través de carne humana en una edad celestial, desde el Cielo; desde el Cielo Juan los oyó, y desde el Cielo dan a conocer, hablan, la Voz de Dios habla desde arriba desde el Cielo, desde la Edad de la Piedra Angular a través de Moisés ¿y da a conocer qué? El Séptimo Sello, que ¿es qué? La Segunda Venida del Señor, con Elías primero, y con Moisés después. ¿Para qué? Para recoger a los escogidos, para el mismo Señor entonces encarnarse en nosotros, y nosotros convertirnos en la Palabra hecha carne también. Ese es el propósito ¿por qué? Porque Él haría eso cuando el Señor Jesucristo regresase ¿para qué? Para llevarse ¿a quién? A Su Novia, y si nos va a llevar, ¿entonces tenemos que convertirnos en qué? En la Palabra.

Entonces Él viene en esa forma, se nos da a conocer en Su Segunda Venida, Se nos da a conocer, Se nos revela, y entonces Él empieza a encarnarse en cada uno de nosotros.

Entonces, Él es la Palabra, se está encarnando, seguirá encarnándose en cada uno de nosotros hasta que seamos la Palabra encarnada en su plenitud; como era Jesús, como era Elías, como será Moisés, seremos también nosotros. ¿Ve usted? Entonces seremos todos el único grupo que como grupo, o que como un grupo de creyentes, en nosotros como individuos se encarnará la Palabra. O sea, será la única ocasión, en la historia de la Biblia, que en más de una persona a la vez estará encarnada la Palabra, nunca antes eso había sido posible. ¿Por qué? Cuando vino en Jesús, solamente en Jesús; cuando vino en Elías, solamente en Elías; pero cuando aparezca en Moisés, entonces a través de Moisés se expresa y se va encarnando en cada uno de nosotros, porque Él es la Palabra y viene para ese propósito; porque sin Él encarnarse en nosotros, no nos podemos ir de aquí de esta dimensión terrenal.

Entonces, lo mismo que era Jesús, lo mismo que era Elías, y lo mismo de Moisés, lo seremos todos nosotros; así que no tendremos que envidiarle a nadie nada. Y realmente más bien todos desearon vivir este tiempo que nosotros vivimos, y más que todo ¿hablar qué? El idioma en que la última parte de la Tercera Etapa sería manifiesta, porque sería el tiempo ¿en que se daría a conocer qué? Públicamente el misterio del Séptimo Sello.

Entonces, muchos piensan: "Me gustaría haber vivido en el tiempo de Jesús." Yo no cambiaría este tiempo por aquel. "Me gustaría haber vivido en el tiempo en que Elías estuvo en los Estados Unidos." Yo no cambio este tiempo por aquel. Él dijo: "El Espíritu de Dios se ha ido de la nación americana." Bueno, ¿y dónde estará entonces? ¡Ja! En donde esté la Tercera Etapa en otro idioma. Si dijo que se fue la nación americana, y cuando estaba allá ¿estaba hablando qué? En inglés a través de Elías. Si se fue, pues tiene que estar en algún otro lugar. Cuando estaba allá en Palestina en Jesús, ¿estaba hablando cómo? En el idioma de ellos allá, no estaba hablando inglés¡Ja! Pero cuando se fue de allá, después apareció en Estados Unidos hablando inglés. Y cuando sale de América, pues para algún sitio coge, y dónde esté entonces estará manifiesto; allá estaba con Elías, entonces estará con Moisés.

Entonces Moisés ¿hablará qué? Hablará no inglés, en inglés, si se pone hablar inglés sería como fue cuando el Señor lo mandó, que estaba pastoreando por allá ovejas y le dijo: "Vé allá a Egipto a sacar a Mi pueblo libre, no si voy allá voy a estar... mira que yo soy tardo de habla, así que soy gago, tartamudo, voy allá hablar y voy hablarle el idioma de ellos, hace cuarenta años que yo salí de allá." ¡Jum! ¿Qué no se le olvida en cuarenta años? "Voy a estar allá gagueando como un tartamudo allá, así que consígueme uno, yo necesito uno que sepa hablar bien, que no esté gagueando; ya a mí se me ha olvidado todito, y yo soy tardo de lengua, torpe de lengua, así que…" ¿Ve?

Es lo mismo que la Tercera Etapa, la última parte de la Tercera Etapa en otro idioma que no es el inglés, si esa Etapa es expresada en inglés ¿se oiría cómo? Gagueando todo. ¿Ve? En palabras más claras: Elías tuvo la Tercera Etapa, las dos primeras partes de la Tercera Etapa, y si Elías se hubiera puesto hablar español con el español que tenía, era un tartamudo para nosotros, o un mudo. Lo único que él decía: "Yo lo único que sé es decir amén, gloria a Dios, aleluya, pero he deseado, me gustaría hablar español." Bueno, ¿y qué después que él oyó la última parte de la tercera etapa? De seguro le gustaría hablar el idioma en que él oyó la Tercera Etapa.

Bueno, yo le podría por la Biblia buscar, por los mensajes buscar, en qué idioma la última parte de la Tercera Etapa se manifestaría, yo le podría conseguir ahí todo eso. Bueno, pero no, en esta noche no va, en esta noche estamos ya concluyendo y no queremos tomar más tiempo, pero quizás en otra ocasión. Yo creo que hay algún mensaje, de los que se predicó en Ponce hace algún tiempo, en donde se tocó algo de eso; pero allá en Cayey continuaremos, y esperamos que el Señor siga dándonos Su Palabra, para que esa Palabra se siga encarnando en nosotros. No soy yo el que los invita, ya ustedes saben que es el Señor el que nos invita a todos a dejar que Él se encarne en cada uno de nosotros, y sabemos la forma en que Él se encarna en cada uno de nosotros.

Por lo tanto entonces, el tema de esta noche ¿es cuál? "LO QUE NADIE CONOCÍA." Pero ese tema tiene dos partes: Lo que nadie conocía, y ustedes dicen: "Nosotros lo conocemos," la Segunda Venida del Señor, el misterio del Séptimo Sello, la Segunda Venida del Señor con Elías y Moisés.

Dios nos bendiga a todos en esta noche.

Agradezco en grande manera estos días que hemos estado aquí, agradezco en grande manera la hospitalidad que nos ha brindado nuestro amado hermano Candelario con la congregación de aquí, este terreno que nos ha permitido usar para abrir esta carpa que el Señor nos ha proveído. Y realmente ha sido un tiempo muy maravilloso, en el cual hemos tenido un gran compañerismo espiritual en el amor divino, entre ministros y entre los hermanos uno con otros.

Realmente ha sido algo maravilloso para mí, lo cual yo aprecio, y lo cual espero que haya sido de grande bendición para cada uno de ustedes. Espero que en estos días, cuatro meses con dos semanas, con cuarenta días de culto, (cuarenta días de culto), en esos cuatro meses con dos semanas, cuarenta cultos, en los cuales todos hemos estado juntos, unidos. Espero que haya, en el corazón de cada uno de ustedes, una porción muy grande, un por ciento muy alto de la Palabra encarnada en esos días que hemos estado aquí. El resto, el Señor nos lo seguirá dando en esos cultos que el Señor…que tendremos bajo Carpa allá, y que sabemos que será de grande bendición para cada uno de los escogidos.

Estamos viendo lo que deseó Elías: él deseó y trató, pero lo que él no pudo, ahora nosotros lo hemos podido; lo que nadie conocía, ahora nosotros lo hemos conocido.

Bueno, y es algo sencillo, es algo simple, pero no miramos la cosa por la apariencia exterior, sino por lo que está detrás. Todo lo chequeamos con la Palabra, y al ver que es ciento por ciento la Palabra, entonces, qué podemos decir, sino Amén.

¿Saben ustedes una cosa? ¿Saben ustedes que Elías vio estos días? ¿Saben ustedes que él dijo que él estaba esperando ese tiempo? ¿No saben ustedes que él dijo que cuando eso ocurriera, él le diría a su grupo: "He allí el hombre." Y que su grupo le diría: "Ese es el hombre"? Bueno, ¿él está hablando de qué? Él está hablando de cuando venga la última parte de la Tercera Etapa… fue lo que Bermúdez leyó, la página me parece que 10, del mensaje titulado "Poniéndonos al Lado de Jesús," (déjeme ver), ya hemos terminado, pero queremos…quiero dejarles esto ahí, quiero dejarle esto ahí a ustedes, para que ustedes sepan y vean lo que dijo el hermano Branham que él haría si él estaba vivo aquí en esos días.

Bueno, si no lo estaba, pues lo dijo y está grabado ahí, se lo dijo a su congregación. No crean que porque él se fue no lo dejo dicho, si, está ahí. Pero vamos a ver qué fue lo que él dijo, página 9 y página 10, dice:

"Cada cual tiene que marcar las pisadas en la arena del tiempo. Bien, si pensara que hubiera una denominación, o cualquier otro grupo de creyentes que tenga algo mejor que lo tenemos aquí, hermano, yo quisiera juntar este pequeño cuerpo con eso bien rápido. Lo he esperado, lo he anhelado, he estado prevenido, y he creído que alguien grande llegaría algún día; el gran profeta del que hablo vendrá, de Eliseo."

Bueno, después de Elías ¿quién vino? Eliseo con la doble porción, o sea, ¿de qué está hablando? De un profeta que vendrá con una doble porción ministerial, o sea, con un doble ministerio, y eso no es otra cosa ¿sino qué? Elías y Moisés, o Moisés y Elías; Apocalipsis 11.

"Siempre he creído, y he pensado a lo mejor, que tal vez viviría para ver ese día, cuando pudiera cambiar."

Oh, entonces tiene que haber cambio, si él dice que tendrá que cambiar. Y él dijo también en otro lugar: "Tengo que hacer un cambio de este tabernáculo, una mudanza." Eso mismo es.

"Cuando llegue a ver esa persona que llegaría a la escena, entonces tomaría mi pequeña iglesia y diría: 'hermanos, este es el hombre que hemos buscado, este hombre, ese es él (o este hombre, ese es él), viniendo de aquí (¿ven?) y yo quiero ver la iglesia dirigida en esa forma."

Bueno, eso fue lo que dijo él. Entonces, eso realmente ¿es qué? Ese es el sentir de cada uno de nosotros los ministros; queremos ver lo que Él prometió, y cuando veamos a ese hombre, a ese Eliseo, a ese profeta con esa doble porción, él dijo: "Yo tomaría mí iglesia, este pequeño grupo, y le diría: este es el hombre, ese es él. Y dirigiría a mi iglesia en esa dirección." ¿Ve? ¿Para qué? Para que recibiera el alimento espiritual, y todo lo que Dios tenía. ¿Por qué? Porque todo lo que faltaba de ser dado, el misterio del Séptimo Sello dado a conocer públicamente, pues él sería el que lo daría a conocer, y un sinnúmero de cosas que serían abiertas al público, pero que estaban ahí en la Palabra.

Entonces, ¿ese es el sentir de quién? De nuestro amado hermano Branham, ese es mi sentir, ese es el sentir de todo fiel ministro en esta hora en que nosotros vivimos. Y cuando ese espíritu ministerial de Elías y Moisés es visto, entonces esa es la posición de cada uno de los ministros, así como fue la posición de nuestro amado hermano Branham; él dijo que él deseaba y él esperaría, pero no le llegó ese momento para él hacerlo; pero en los mensajes está, en cuanto al grupo de allá, si quiere o no quiere, ya es asunto del grupo, pero él los dirigió hacia esa dirección. Por eso fue que dirigiéndolos hacia esa dirección les hablaba de uno que vendría, de Elías y Moisés, les hablaba de todas esas cosas, y que esperaran, y dijo: "Estoy poniendo la plataforma para uno que va a venir (¿ve?) Y no pueden estar dos a la vez aquí, si así fuera, a mí me conviene menguar y al crecer." ¿Ve?

Entonces, ese es el sentir mío, allá en Ponce también. Al ver la Palabra que es hablada ahí, al ver lo que Dios ha prometido, entonces, he estado siempre dispuesto para que cuando el espíritu ministerial de Elías y Moisés apareciese, decirle al grupo: "ahí está, ahí está manifiesto el espíritu ministerial de Elías y Moisés, ahí está." Mostrarlo por la Palabra, de modo que todos lo vieran a través del mensaje que le predico, que nadie tuviera que preguntar: "Bueno, ¿y quién…cuál es el velo donde está ese espíritu ministerial?" ¿Ve? Que nadie tuviera esa pregunta, sino que todos supieran a ciencia cierta (la ciencia de Dios) cuál era el velo donde estaría ese espíritu ministerial. Y luego decir: "Bueno, ahí está ese espíritu ministerial manifiesto, vamos a seguir entonces ese espíritu ministerial en todo lo que nos ha de decir." ¿Ve? Así dijo Elías, y entonces yo sigo el ejemplo y el sentir de él, ese mismo sentir, y entonces de esa forma he dirigido los hermanos de Ponce.

Vemos y sabemos que ese espíritu ministerial estará manifestándose, hemos visto muchas cosas, en palabras más claras: hemos visto las cosas que estaban prometidas que ese espíritu ministerial haría en medio de los escogidos acá entre los gentiles cuando estuviera manifiesto. Este es el tiempo de ese espíritu ministerial doble, de Elías y Moisés, estar manifiesto a través de carne humana. Y entonces yo le digo a los hermanos de Ponce: "Bueno, lo que ese espíritu ministerial nos dirija hacer, eso es lo que yo estaré haciendo, y es lo que estaré hablando también."

Por lo tanto, entonces, es a través de ese mismo espíritu ministerial, ha sido ese mismo espíritu ministerial Dios operándolo, quién nos ha mostrado un sinnúmero de cosas; aún lo de estar en Cayey. Unos vendrá primero, otros vendrán después, pero al final, al final todos estaremos juntos. Y no crea que solamente los de aquí de Puerto Rico, sino que esté preparándose para ver visitas de otros países. Así como nosotros salíamos y visitábamos a los Estados Unidos, cuando el espíritu de Elías estaba allá, y de otros países sabemos que tendremos visita.

Bueno, en Semana Santa ¿no tuvimos visita de otros países? Bueno, nos falta las visitas de los Estados Unidos ¿verdad? Puede que sean los últimos, pero ellos, los que son ordenados para verlo, lo van a ver. ¿Cuándo será? Yo no sé, pero ocurrirá en algún momento.

Bueno, una cosa, pues, yo noté, y fue que cuando estuvimos unidos en esos días todos juntos, llegaron las visitas del América Latina. Bueno, yo no sé si cuando ya todos estemos juntos, todos por completo, porque sabemos, y esperamos y deseamos todos que sea de esa manera. Puede ser que, entonces, llegue entonces los hermanos de los Estados Unidos a ver qué es lo que está pasando. Bueno, realmente se van a gozar. Esperamos entonces que para esos días cuando lleguen, bueno, que esté ya la Palabra encarnada completamente en cada de todos nosotros, que haya venido ya hasta lo último, y cuando nos vean, pues ya seamos plenamente la Palabra hecha carne cada uno de los hermanos, cada uno de los ministros. ¿Ve?

Entonces, bueno, oraremos los unos por los otros en amor divino, no amor fraternal porque ese falla, en amor divino. Y nos soportaremos unos a los otros en todo lo que nos tengamos que soportar también, porque ahora sabemos más que antes; ahora lo que nadie conocía, ahora nosotros lo conocemos. ¿Ve? Y sabemos que Dios está dirigiendo al Hijo que le nació a la Novia. ¿Ve?

Así que, estamos muy contentos y muy agradecidos por estos días que hemos pasado aquí en Sabana Seca, y le damos las gracias al Señor por Su inmenso amor, y por Su misericordia para nosotros. Tomen estos días como que hemos sido privilegiados delante del Señor, dándonos esta bendición y esta oportunidad que nos ha dado. También dándole gracias al Señor por Su inmensa misericordia que tuvo de nosotros; porque realmente, si lo miramos bien, Él ha tenido misericordia de nosotros; porque cualquier cosa que Él hiciera, estaba bien hecha, pero nos miró con amor y misericordia.

Ahora, seamos agradecidos. Y como le dijo el Señor a aquel que le abrió los ojos, porque primero no veía, y después cuando vio, vio al Señor Jesús, y lo reconoció después en el tabernáculo, en el templo. Pero ahora que hemos visto y reconocido la Segunda Venida, y Él nos ha abierto los ojos, entonces son las mismas palabras: "Vete y no peques más con el pecado más grande, que es el pecado de incredulidad." Ese es el único pecado. "Vete y no peques más." Son las palabras únicas que pueden caber al ver la misericordia tan grande que Él ha tenido de nosotros. ¿Qué hubiera sido de nosotros? La Palabra no se hubiera podido encarnar como se ha estado encarnando en cada uno de nosotros, y entonces, si no somos la Palabra, no nos vamos de aquí.

Bueno, esto también nos muestra ¿de qué? De que somos escogidos, de que Él por nosotros hace cualquier cosa. Gracias al Señor que no tuvo que matar a ninguno de nosotros, gracias al Señor por eso; porque si lo tuviera que hacer, Él lo haría, por nosotros, Él hace cualquier cosa.

Bueno, entonces caminaremos humildemente de aquí en adelante, con temor reverencial. Y seguiremos adelante nuestros últimos días que nos quedan aquí, y dejaremos que la Palabra se siga encarnando en cada uno de nosotros. Todos están libres para recibir la Palabra y dejar que se encarne en cada uno de nosotros.

Ya es un poquito avanzada la noche, pero realmente esto más que nuestra vida terrenal… [Corte de audio]

…porque usted duerme hoy y mañana vuelve a tener sueño. ¿Ve? Esto es más que cualquier cosa nuestra aquí en la Tierra, esto es la vida de Dios para nosotros, porque es la Palabra de Dios.

Ahora, bueno, para el hermano Branham, él deseó tener un pueblo así como son ustedes; un pueblo que nunca tuviera prisa, (porque él predicaba largo), un pueblo que supiera lo que estaba delante de ellos; pero ellos no sabía que allí estaba la Venida del Señor cumpliéndose con Elías, pero ahora nosotros sabemos más que ellos, y lo que nadie conocía ahora nosotros lo conocemos. Si nosotros actuásemos como actuó aquel pueblo, ellos tendrán más excusas que nosotros. O sea, que nosotros no tendríamos excusa, porque ya nosotros sabemos cosas que ellos no sabían.

Bueno, pero él se hubiera sentido contento, pero cuando vino a Puerto Rico se sintió muy contento con los puertorriqueños cuando estuvieron en sus actividades. ¿Ve? Y yo creo que él se hubiera sentido igual en este tiempo, si estuviera aquí en el ministerio del cuarto Elías. ¿Y cómo usted se hubiera sentido? ¿Cuánto le hubiera gustado que el hermano Branham todavía estuviera vivo y pudiera estar predicándonos algunas noches? Estuviéramos dispuestos a estar ¿cuánto? Siete días en la semana escuchándolo ¿verdad?

Bueno, el cuarto Elías, el ministerio del cuarto Elías, terminó, pero nos es prometido el del quinto Elías y el del segundo Moisés. Así que no hay problema ninguno.

Así que, Dios nos bendiga en esta noche.

Como ya escucharon: los viernes en la noche, y los domingos en la mañana, tendremos estos cultos. Lamento que interfieran con los cultos de acá de Sabana Seca, pero no podemos hacer nada, ya que si los diéramos en la tarde los domingos, yo he estado observando que los domingos por las tardes se forma un tremendo tapón, que eso es bastante problemático para los hermanos ir de regreso a sus hogares. Y lo más importante es que el Señor, conforme a Su dirección, nos ha dirigido hacerlo en la mañana. Pues realmente estamos en la luz ¿de qué? ¿De la tarde o de la mañana? Entonces vamos a tenerlo en la mañana, y es la dirección del Señor en esta forma.

Espero que ninguno se sienta, ni que ninguno piense que no deberíamos tenerlo así, más bien diga: "El Señor sabe todas las cosas." No podemos hacer nada por el momento en cuanto a esto, pero sabemos que algún día estaremos todos juntitos en el culto de los domingos también. Así que tenemos paciencia, (es una de las virtudes), así es, para esperar. Así que, no nos despedimos ¿verdad? Decimos entonces: hasta el viernes próximo.

Dios nos bendiga en esta noche.

Y en cuanto al orden se establecerá allá, en diferentes cosas que serán puestas en orden, bueno, eso se hablará allá, ya que no hay tiempo para hablarlo acá, las hablaremos allá y serán establecidas allá. Y no tendrá nada que ver con la cosas de cómo eran en Ponce antes, o cómo eran en Fajardo, o cómo eran o son en Sabana Seca; será el orden conforme a como Dios haya mostrado para ser establecido bajo la Carpa, no tendrá nada que ver con lo que sea fuera de la Carpa. Quizás no pueda traérselo todo a la misma vez, sino que lo iré trayendo a medida que el Señor me lo vaya dando para dárselo a ustedes.

Bueno, Dios nos bendiga en esta noche, Dios nos guarde. Y dejo por aquí a nuestro hermano Adalberto en la finalización del culto de esta noche, el culto número cuarenta; pero vamos a pasar al cuarenta y uno todos juntos, eso es lo importante; eso es lo importante, el cuarenta y uno estaremos todos juntos. Haga el esfuerzo.