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El poder de la revelación 1975-09-07 Ponce PR 00:00:00 false

“Responderá Jehová, y dirá a su pueblo: He aquí yo os envío pan, mosto y aceite, y seréis saciados de ellos; y nunca más os pondré en oprobio entre las naciones”. [Joel 2:19].

Oremos al Señor en esta mañana:

Padre nuestro que estás en el Cielo, Dios eterno. He aquí en esta mañana ante Tu presencia estamos, Te estamos adorando y glorificando, oh Señor. Y Te pedimos en esta mañana que nos enseñes Tu Palabra, la cual Tú has revelado a través de Tu manifestación en carne humana en este tiempo final.

Oh Dios eterno, Tú eres el gran maestro, el cual nos enseñaría todas las cosas. Te pido en esta mañana que Tú te manifiestes como maestro, y nos enseñes Tu Palabra en esta mañana. Te lo pido todo oh Padre celestial, en Tu Nombre Eterno y glorioso del Hijo de David. Amén, amén.

En esta mañana vamos a platicar sobre un tema sencillo, en el cual vamos a ver las cosas que el Señor nos quiere dar para esta mañana; son las 11:00 menos cuarto, esperamos tempranito ya estar fuera.

Vamos a ponerle como tema a la enseñanza de esta mañana: “EL PODER DE LA REVELACIÓN”.

“EL PODER DE LA REVELACIÓN”.

Muchas personas, encontramos que no les interesa la revelación, pero les interesa tener poder, y les interesa ver señales, maravillas, milagros tremendos, pero cuando se les habla de revelación, no les interesa la revelación.

Pero en esta mañana, vamos a ver: “EL PODER DE LA REVELACIÓN”. El poder que tiene la revelación, el cual poder es manifiesto cuando está la revelación, porque de nada le sirve a una persona tener milagros, señales y maravillas, si no tiene la revelación; pues el diablo en cualquier momento lo enreda y lo tendrá engañado, y todos esos milagros y señales y ese poder con el cual es hecho esos milagros y señales, quien lo utiliza es el diablo para su propio beneficio, y utiliza a las tales personas, por cuanto carecen de la revelación.

Por lo tanto, de nada le sirve tales o cuales milagros o señales que puedan hacer, porque también para los tales el Señor dijo [San Mateo 7:22]: “Muchos en aquel día me dirán: Señor, Señor, en tu Nombre eché fuera demonios, en tu Nombre hablé nuevas lenguas, en tu Nombre hice esto e hice lo otro, en tu Nombre hice grandes milagros y señales; o sea, en tu Nombre fue manifestado un grande poder a través de mí”.

Pero carecían de la revelación genuina, de la revelación verdadera, y entonces el diablo los engañó y les hizo pensar que porque tenían poder o porque hacían milagros y señales, pues ya todo estaba bien y que estaban obrando conforme a la voluntad de Dios.

Encontramos entonces, que lo más importante de todo para los hijos de Dios es la revelación, y cuando está la revelación, entonces en la revelación hay poder, y habiendo revelación entonces el poder no será usado sin son ni ton, sino que será usado de la manera correcta, o sea, que no será usado para una exhibición o para el pueblo demostrar que tiene poder, sino que más bien ese poder será manifiesto cuando hay necesidad de que sea manifiesto.

Entonces, encontramos que principalmente ese poder será manifiesto en contra del diablo y de todas las obras del diablo; sabemos que las enfermedades son obra del diablo, porque Dios no enferma a Su pueblo.

Pero sabemos que hay enfermedades mayores a las enfermedades materiales o físicas que los seres humanos tienen, y como el Poder de Dios, el Poder de la Revelación es manifestado para combatir todo poder del diablo, entonces en el aspecto más amplio en que se manifestará el Poder de la Revelación, es en el aspecto espiritual.

También en el físico por consecuencia, pero en el campo espiritual es el campo en que más ampliamente se manifestará el Poder de la Revelación, porque ese es el campo en que más el diablo ataca; y ese es el campo que realmente tiene importancia, porque encontramos que una persona puede ser ciega literal o cojo literal, pero sin embargo puede entrar al Reino de los cielos, puede irse en el rapto si es un hijo de Dios, pero sin embargo una persona ciega espiritual no llega a ningún lugar, una persona coja espiritual no llega a ningún lugar.

Por lo tanto, el Poder de la Revelación..., en la revelación hay tanto poder, que se manifiesta para beneficio del pueblo de Dios y comienza a obrar en el campo espiritual, y las gentes comienzan a esperar milagros y señales físicas, y las señales y milagros más grandes están aconteciendo en el campo espiritual, y las gentes no las pueden ver, porque ellos están mirando en el campo natural o en el campo físico.

Encontramos que nos ha sido prometido que habrían grandes milagros y señales en medio del pueblo de Dios (página 281). Y recuerde que esto tiene doble cumplimiento, tiene cumplimiento literal, cuando venga el revestimiento literal, cumplimiento literal, pero tiene también cumplimiento espiritual, el cual está en pleno cumplimiento actualmente. Dice el hermano Branham en esa página 281 de Los Sellos. Dice:

13.

¿Ve usted? Esto tiene cumplimiento literal, y ese poder estuvo en el hermano Branham manifiesto, el poder de la Palabra hablada, y podía hablar la Palabra y venían a la existencia ardillas y todas estas cosas; y podía hablar la Palabra y que un brazo le apareciera alguna persona, dependía si la persona tenía fe.

Pero la fe del pueblo no había subido a ese nivel todavía, y por eso encontramos que habiendo ese poder en él, sin embargo encontramos que plenamente no fue manifiesta, al decir plenamente, me refiero a una forma..., una forma más amplia, sino que solamente nos fue dada la muestra o el prólogo de lo que había en él, y de lo que habrá en los escogidos, y que Dios manifestará ese poder a través de los escogidos, en donde está la revelación completa y correcta de la Palabra de Dios para esta hora.

Entonces, encontramos que el hermano Branham dice que lo que hemos visto parcialmente manifestado en él, lo veremos totalmente manifiesto al final cuando llegue la apretura. Así que si estamos esperando grandes señales y grandes milagros físicos actualmente, recuerde que eso es para cuando venga la apretura.

Actualmente están aconteciendo grandes milagros, grandes señales, pero en lo espiritual; ¿quiere que le muestre algunos? Porque el hermano Branham dice que el milagro más grande es en lo espiritual, no en lo físico. Una persona puede, estando ciega, ser sanada, y después vuelve y queda ciega, porque cierra los ojos cuando se muere, y dejó de ver; una persona puede estar paralítica y ser sanada, pero cuando muere volvió a quedar paralítica, no se puede mover más.

Pero una persona ciega en lo espiritual, que no ve las cosas espirituales, que no ve la Palabra de Dios, que no ve lo que Dios ha hecho en este tiempo final, en este siglo XX, o una persona que esté paralítica o que esté coja, cojeando en cuanto a lo que Dios ha hecho y ha dicho en este tiempo a través de su manifestación en carne humana, Dios puede hacer un milagro con él, puede abrirle los ojos si está ciego, y entonces lo que él leía y no veía lo que significaba, de momento, ¡ah!, vio: “Pero ahora yo veo y entiendo esto”.

Pero, ¿qué fue lo que pasó? Dios hizo un milagro, y entonces al abrirle los ojos espirituales, entonces ahora puede ver, ¿usted cree que eso Dios lo ha hecho? ¿Cuántos años estuvimos con el Mensaje, con el libro de Los Sellos, con el libro de Las Edades, y con diferentes mensajes que Dios trajo a través del hermano Branham (Porque fue Dios), y leíamos todas estas cosas aquí?

Pero, que maravilloso cuando Dios del 74 para adelante vino e hizo el milagro de abrirnos los ojos; y entonces empezamos a ver, ¿por qué no veíamos primero? Porque todavía estábamos metidos en la Edad de Laodicea; aunque había comenzado otra edad y otra dispensación, estábamos metidos en la segunda dispensación y en la séptima edad de la Iglesia, que es la última edad de la segunda dispensación.

Entonces, ¿qué fue lo primero que Dios hizo? Vino y nos dijo: Lo primero es que no estamos en la edad de Laodicea, sino que estamos —y la Novia del Señor está— en la Edad de la Piedra Angular. Todo el mundo decía: "Pero qué raro, el hermano Branham en algunos sitios dice que estamos en la Edad de Laodicea; pero en otros sitios también dice que no estamos en la Edad de Laodicea, que terminó”.

¿Y quién podía entender esas cosas? Estando nosotros metidos allá en la Edad de Laodicea, creyendo que estábamos en la Edad de Laodicea, no podíamos ver nada porque la Edad de Laodicea está ciega, y toda persona que esté metido ahí, estará ciego, y lo que hay ahí es oscuridad, tinieblas, ¿qué se puede ver? Podíamos leer los mensajes de principio a fin y de fin a principio, y no veíamos nada, pero todo estaba ahí, pero no lo veíamos.

Entonces Dios tiene que tomar a ese pueblo, ese pueblo escogido, y coger y mover a alguien arriba para que vea todo el cuadro, y después que lo ve, bajar para abajo y decirle al pueblo: “Ahí no es el sitio de ustedes, es acá arriba. Suban para acá arriba para que ustedes puedan ver, porque arriba lo que hay es luz, en la Piedra Angular es el lugar de la luz, porque Dios es luz”.

Entonces cuando subimos para arriba, ¿qué pasó? Nuestros ojos fueron abiertos, el milagro más grande que Dios ha hecho entre nosotros, en cuanto a milagros, es que nos abrió los ojos espirituales para ver toda la Palabra de Dios; entonces al subirnos allá arriba, pues los que están arriba no están ciegos, los que están ciegos son los que están en Laodicea, ciegos, pobres, desventurados y desnudos, y no lo saben.

Entonces, estando allá arriba, entonces el Señor empieza a enseñarles: “Esto es esto, esto es esto, esto es esto”, porque el que enseña es el Señor; yo me paro aquí, pero yo no tengo nada para ustedes, si el Señor no tiene algo para enseñarnos, pues entonces no vamos a aprender nada. Entonces viene el Señor y comienza luego, porque primero nos pone en la posición que nos corresponde para poder Él hacer lo que va hacer y luego enseñarnos.

Y luego comienza a enseñarnos la manifestación plena de Dios en carne, y que en la manifestación de Dios en carne está Su Nombre Nuevo, y que ahí en esa manifestación en carne, que es la manifestación del Hijo del Hombre, ahí el otro título que acompaña a Hijo del Hombre es Hijo de David, y que ha venido como Rey de reyes y Señor de señores, para casarse con Su Reina, con Su Novia, y que ha venido como el León de la tribu de Judá para llamar a Su Novia que se coloque en su posición correcta.

Durante las edades de la Iglesia el pueblo del Señor estuvo ¿cómo? El Señor estuvo en las edades de la Iglesia como Cordero, y entonces el pueblo del Señor estuvo ¿cómo? Como un pueblo Cordero, como corderos que eran llevados al matadero; y por eso durante las edades de la Iglesia se los echaban a los leones y así por el estilo, los quemaban, porque estaban tipificados como ovejas, como corderos; y el Espíritu Santo estaba tipificado como paloma.

Pero ya cuando terminan las edades de la Iglesia entonces viene el Señor, no como Cordero, sino como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, y entonces trae el nombre de Rey de reyes y Señor de señores, y entonces el Espíritu Santo qué hace cuando entonces deja de obrar a través de carne ¿Cómo entonces se mueve el Espíritu Santo después que dejó la manifestación de Dios en carne? Se mueve no como paloma, sino como águila.

Como águila, entonces encontramos que el Espíritu Santo también en Su manifestación en carne estaba ahí metido ¿cómo? Como águila, como águila. Y en Su manifestación en carne ¿era qué? El águila unida con el león; en Su primera manifestación en carne ¿era qué? La paloma unida con el cordero, ¿ve usted? Porque son naturalezas similares: la naturaleza del cordero es sencilla, humilde, y puede venir cualquier otro animal a caerle encima y él se queda lo más quietecito y recibe todos los golpes; y la paloma es un animal, mansa, pura, y por eso tipifica al Espíritu Santo.

Pero, cuando viene y terminan las edades de la Iglesia, entonces viene el día grande y terrible del Señor, el día de venganza, el día del juicio; entonces ¿cómo aparece? Aparece como león, porque donde usted ve a un león, ahí lo que va haber es juicio, porque el león va acabar con todo el mundo; entonces todo el mundo se queda calladito, y si usted ve el león y águila, son dos naturalezas de batallas, de guerra, de comer carne.

Pero el cordero no come carne, el cordero no ataca a nadie, la paloma tampoco; porque vino primero para anunciar el año agradable del Señor; pero ya cuando viene como león, viene como Juez y viene como Rey, entonces viene a regir, viene a poner cada cosa en su sitio, y viene también a clamar por Su Reina, por Sus escogidos, que se coloquen al lado de Él.

Primero ellos estaban como corderos, como ovejas, pero ahora viene y clama para que se coloquen al lado de Él, y como Él está como León, entonces la Esposa del Señor se coloca en la posición de leona reina, con el Rey, el León de la tribu de Judá, entonces puede rugir con la Palabra, y entonces puede juzgar con la Palabra, y lo que sea juzgado así como ella dice, así se queda; ¿ve usted? Porque es un tiempo de juicio, este es un tiempo de todo ser colocado como debe ser colocado, este es un tiempo en que todas las cosas tienen que ser vistas como son.

Por lo tanto, hay una combinación de león y águila en este tiempo, en lo cual encontramos que la manifestación humana es león, pero la manifestación espiritual de Dios es águila. El Espíritu Santo vendrá plenamente sobre los escogidos de Dios como un águila, y vendrá ¿para quién? Para los que están en la posición de leones.

Entonces, el Señor vino como el León de la tribu de Judá, ¿y los escogidos son? La leona, la Esposa de el León de la tribu de Judá, la Reina, o sea, ella es la Leona de la tribu de Judá.

Entonces encontramos que cuando plenamente venga el Espíritu Santo, va haber un juicio tremendo sobre esta tierra, hablado a través de los escogidos, porque ellos juzgarán este mundo. Por lo tanto, lo mismo que salió de labios de Su manifestación como León en el hermano Branham, es lo mismo que saldrá en la manifestación de Dios en los escogidos, en la leona, el mismo juicio, ahora pasando y siendo mundialmente.

Así que este mundo no sabe lo que le espera, pero los escogidos saben cuál es su posición, a ellos les han sido abiertos los ojos espirituales, ha sido hecho un milagro muy grande en este tiempo, y los que estaban cojos (hablando en términos espirituales), cojeando en la Palabra…

Cojear en la Palabra, vamos a ver qué podría mostrarnos lo que es cojear en la Palabra. Cojear en la Palabra vendría a ser algo así como usted hoy estar creyendo una cosa y mañana estar creyendo otra: está cojeando en la Palabra. “Vean, por aquí dice Dios a través del hermano Branham tal cosa; ajá, eso es así”. Y ya mañana o pasado, venir y decir: "No, eso no era así, sino que es así como dicen por acá."

¿Ven? Está cojeando en la Palabra. Entonces Dios viene, hace el milagro de sanarlo de esa cojera, de sanarlo también de paralítico (si está paralítico espiritualmente en la Palabra), que no camina para ningún sitio en la Palabra, Dios lo liberta y entonces camina en la Palabra, entonces ya va caminando firme en la Palabra, y entonces puede caminar sobre la Palabra, sabe que el terreno que está pisando es un terreno firme, un terreno genuino, y de que ya mañana no tendrá que caminar por otro terreno, sino que por donde caminó ahí, seguirá siendo de esa manera siempre.

Por ejemplo, para los que estaban con Joel, la Palabra que hoy podrían decir: que Dios se había manifestado en carne y que tenía un Nombre Nuevo; porque encontramos que algunos por un lugar o por otro, por un país, por otro país, unos sabían que Dios se había manifestado en carne, lo habían visto intelectualmente, lo vieron con el intelecto.

Otros sospechaban o pensaban que el Nombre Nuevo del Señor era el nombre del hermano Branham, otros pensaban tal o cual cosa, en cada sitio cada cual tenía un chispito, porque lo había visto por el intelecto, entonces por eso no podían tener un Mensaje completo, sino alguno tenían un chispito, otros tenían otro, pero cuando le llegaba el momento de ser probado a ver si lo que tenían o lo que ellos pensaban que era la verdad, a ver si realmente ellos lo tenían por revelación, ¿qué pasaba? Los hacían virar para atrás.

Entonces, cuando cualquier persona puede decir: “Bueno, yo creía o predicaba de esto, pero me hicieron virar para atrás”. Eso nada más le dice a usted y me dice a mí, que entonces lo que usted tenía no era genuina revelación, sino que era que usted por el intelecto lo había visto ahí y lo repetía, pero revelación no tenía ninguna con relación a eso, porque si hubiera tenido revelación, no hay diablo que lo haga virar para atrás. Y eso ha pasado a través de todos los países donde el Mensaje está.

Si usted escucha predicadores de otros países, ellos predicaban que Dios se había manifestado en carne, pero lo estaban predicando de una manera intelectual, y estaban como el papagayo: repitiendo; lo leían ahí y lo repetían, pero no sabían lo que significaba Dios manifestarse en carne; no sabían que cada vez que Dios se manifiesta en carne Él trae Su Nombre ahí; y no sabían que cuando Dios se manifiesta en carne ocurre un cambio de dispensación, y de ahí para adelante, el Nombre que se usa para adorar y servir a Dios es el Nombre que está en esa manifestación de Dios en carne.

No sabían nada de eso, porque lo que estaban haciendo era repitiendo como el papagayo, intelectualmente leían y repetían, y creían que estaban predicando el Mensaje del profeta, creían que estaban predicando el Mensaje de la hora, pero más bien lo que estaban era leyéndole al pueblo la revelación que había sido dada, pero no sabían lo que significaba eso que había sido revelado.

Pero cuando llegó el tiempo de Dios abrirnos públicamente todo lo que Él reveló a través de Su manifestación en carne, y comenzó a dejarnos saber lo que era la manifestación de Dios en carne y lo que significaba para nosotros, y el Nombre Eterno de Dios que estaba ahí, y el cambio de dispensación, y el cambio de adoración; es la misma adoración pero cambiando el Nombre, porque cada vez que Dios cambia de velo, entonces tiene un Nombre Nuevo, entonces ahora el Nombre que tomó fue Su Nombre Eterno, por lo tanto no va haber más cambios.

Entonces había que cambiar también... había que cambiar entonces el Nombre que se usaba para adoración; y todas estas cosas estaban reservadas para Dios un día abrirnos los ojos para que las pudiéramos ver; tenía entonces Dios que hacer un milagro con Sus escogidos: abrirles los ojos, sacarlos de la Edad de Laodicea, subirlos arriba, abrirles los ojos, y entonces comenzar Él mismo a enseñarnos a través de mensajes de enseñanza, comenzar a enseñarnos todos esos misterios que fueron revelados ya, cuando Él estuvo en carne humana aquí en la Tierra.

Entonces cuando Dios empieza hacer eso, ahí es que se sabe quién era el que tenía la revelación genuina, y quién no tenía ninguna, quién era el que estaba repitiendo como el papagayo sin saber lo que estaba predicando. Entonces cuando ven lo que realmente es lo que fue revelado a través de Dios manifestado en carne, entonces dicen: “No, no, no, no, eso sí que yo no lo puedo creer, eso sí que no lo puedo creer”. Y uno le puede buscar los mensajes (hablando en términos generales, mundialmente en diferentes países), le puede uno buscar los mensajes y decirle: “Pero mire, aquí está grabado, y usted decía que Dios se había manifestado en carne humana, que Dios se había hecho hombre en este tiempo, que Dios estaba plenamente en el hermano Branham, aquí está, usted lo predicó”. “No, no, no, no, pero yo no quise decir eso”.

¿Ve usted? Entonces para todo hay tiempo. Este es el tiempo más glorioso para el pueblo del Señor, porque este es el tiempo en que Dios ha estado haciendo los milagros más grandes y más gloriosos, ¿y qué pasó en aquel tiempo, en la primera venida de Cristo? Qué los que decían que veían y que sabían mucho, el Señor les dijo [San Mateo 23:16]: “Fariseos ciegos, guías de ciegos”.

Los líderes grandes siempre han sido ciegos guiando a los ciegos. Por lo tanto, cualquier ministro que se coloque en la Edad de Laodicea y diga que estamos en la Edad de Laodicea, ese es un ciego guía de ciego. ¿Ve usted?

Entonces podemos ver que la revelación tiene un poder muy grande, la revelación tiene tanto poder que se mueve en los dos campos: en el campo espiritual y en el campo físico; pero que cuando se mueve en el campo espiritual es cuando más grandes son los milagros.

Vea usted el poder de la revelación, cómo ha estado manifestándose y abriéndole los ojos a los ciegos, a los ciegos espirituales, estábamos ciegos espirituales, metidos ahí sin ver realmente lo que fue hecho por Dios en este tiempo final, sin ver el Nombre Nuevo del Señor, sin ver cómo teníamos que adorar hoy, sin ver cómo teníamos que orar. Y el hermano Branham dice, en la página 130 de Los Sellos:

Pág. 131, párr.131

¿Qué era? El Nombre Nuevo que recibió el Señor cuando ascendió. Y así pasa cuando uno está ahí metido en la Edad de Laodicea, no se recibe nada; pero cuando Dios hace ese milagro como lo ha estado haciendo y lo seguirá haciendo con todos los predestinados donde quieran que se encuentren, porque la revelación de la Palabra llegará hasta ellos; o sea, la enseñanza de todo lo que fue revelado tendrá que llegar a cada predestinado.

El resto la rechazará, pero el verdadero predestinado recibirá un milagro de parte del Señor, porque juntamente con la revelación de la Palabra cuando es enseñada, juntamente ahí, el poder de Dios está; y ese poder de Dios se manifiesta para beneficio de los escogidos, y entonces ocurre un milagro en cualquier escogido que pueda oír la enseñanza de la revelación de Dios. Ocurre un milagro y entonces dice: “Pero yo lo veo, yo veo eso”. Otros pueden decir: “Yo no veo nada”. Pero el escogido dice: “Yo sí lo veo, yo veo esas cosas, yo veo a Dios manifestado en carne”.

¿Cuándo es que él puede ver estas cosas? Cuando las puede escuchar siendo enseñadas en esta hora en que estamos viviendo, porque ese es el propósito para lo cual está viniendo la enseñanza de todo lo que ya fue revelado.

Recuerde bien eso: Estamos en tiempo de la enseñanza, no estamos en tiempos en que Dios está revelando Su Palabra, ya Él la reveló, y la reveló a través de Su manifestación en carne, todos los misterios ya están revelados; cuando usted está aquí presente y viene para adorar a Dios y para oír la Palabra de Dios, no esté esperando que Dios nos revele nada, ya Él lo reveló todo; más bien estemos esperando que Dios nos enseñe lo que ya Él reveló, y a eso venimos aquí, y eso es lo que queremos que Él nos enseñe.

Porque en la revelación hay un poder muy grande, y cuando lo que Él reveló nos es enseñado, entonces ocurren los milagros espirituales en nuestra vida, y en la vida de nuestros seres queridos; por eso ahora usted puede decir: “Yo veo el Nombre Nuevo del Señor, yo veo la nueva dispensación, yo veo que no estamos en Laodicea sino en la Piedra Angular, yo veo la manifestación de Dios en carne, yo veo la forma correcta para adorar hoy”. Y muchas cosas más usted ve ¿verdad?

Pero, antes del 74, ¿veía eso? No veíamos nada. Antes del 74 usted no sabía nada de esto, sin embargo usted tenía los libros, las grabaciones y todo, sin embargo no lo veía porque se necesitaba que Dios hiciera un milagro espiritual; ¿y cómo lo hizo? Esa es la pregunta: ¿Cómo hizo ese milagro?

Bueno, para usted y todos nosotros ver el Nombre Nuevo del Señor, ver la manifestación de Dios en carne, ver que el Mensaje que reciben los judíos es el Mensaje que tienen los escogidos, para ver la venida del Señor en este tiempo en carne humana y verlo como el Hijo de David viniendo a la Novia gentil, ¿cómo fue que el Señor nos abrió los ojos para que viéramos todas estas cosas? ¿No recuerdan ustedes aquella noche cómo nos los abrió? Nos los abrió a través de la enseñanza de la Palabra; porque el poder está ahí, en la enseñanza.

Entonces... Porque la enseñanza no es otra cosa sino la revelación de la Palabra que fue traída ahora siendo enseñada, y tiene tanto poder, que a toda persona predestinada que le llegue, le abre los ojos, entonces puede ver. ¿Cuántos en esta mañana pueden decir: “Yo veo en este tiempo”?

Podemos decir: “Desde el 74 vemos como nunca antes habíamos visto, ahora podemos ver y saber que estábamos ciegos a lo que realmente era el Mensaje de la hora”; porque mucha gente dice: “Yo estoy en el Mensaje de la hora”. Pero no saben ni lo que es el Mensaje de la hora. El Mensaje de la hora es Malaquías 4:5, Zacarías 14:7 y Lucas 17:30. ¿Y qué es eso? Dios hecho carne, Dios manifestado en carne en este tiempo final en el séptimo mensajero, ¿y qué es eso? Eso es la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, ese es el Mensaje.

¿Cuál era el Mensaje durante las edades de la Iglesia? El Mensaje durante las edades de la Iglesia, y estar en el Mensaje era estar ¿en qué? En Cristo que había venido la primera vez, estar en Dios manifestado en carne que vino como el Cordero de Dios; y estar en el Mensaje hoy, es estar en Dios manifestado en carne que vino como el León de la tribu de Judá, creer todas esas cosas, creer en el Nombre que trajo también. ¿Ve usted?

Ahora nosotros sabemos quiénes están en el Mensaje y quiénes no están en el Mensaje, y ahora sabemos que hay tanto poder en la revelación, cuando viene siendo enseñada hay tanto poder, que deja todo claro, que descubre todas las cosas que estén ocultas, que si el diablo trata de meterse en medio de los escogidos, queda en descubierto.

Miren, el diablo trata de meterse en medio de los escogidos..., ya quizás en el próximo Mensaje, ya viene la Palabra siendo enseñada de tal manera, todo lo que Dios reveló viene siendo enseñado de tal manera, que todo el mundo es: “Humm, el diablo está por ahí rondando”; no solamente eso, ve las obras que quiere hacer el diablo, y aun ve las personas que quiere el diablo usar.

Ahora, nosotros a las personas las amamos, y lo que hacemos es que tratamos de arrebatárselos de las manos del diablo para que no se pierdan; por eso nadie debe malinterpretarnos a nosotros cuando la Palabra viene cortante y se lleva a todo el mundo por el medio, porque con eso, como único se puede ayudar a los demás es que los demás puedan ver cómo están delante de la Palabra de Dios, y si se encuentran fuera de la Palabra, y si se encuentran actuando en armonía con el plan del diablo y no con el plan de Dios: salir de ahí y colocarse en el plan de Dios. ¿Ve usted?

Entonces, esta es una hora muy difícil, es una hora bien clara, y es una hora en que todas las cosas están al descubierto, porque es la hora que estaba prometida que no habría nada oculto que no fuera dado a conocer; por lo tanto, todo está siendo dado a conocer a través de la revelación que vino. Ahora a través de la enseñanza estamos viendo todo claro. ¿Ve usted?

Entonces, hay tanto poder ahí, que el diablo no se puede parar delante de ese grupito pequeño que tiene la genuina enseñanza de la revelación de Dios. En cualquier forma que venga el diablo a tratar de engañarlos, ese grupito pequeño le puede decir: Te conozco bacalao, aunque vengas disfrazao. Ese es un proverbio que dice mucho más de lo que uno puede decir con palabras.

Se puede disfrazar en el velo de carne que se quiera disfrazar; pero como nosotros no miramos los velos de carne, nosotros lo que miramos es lo que está detrás de los velos de carne. Nosotros no le miramos la cara a los predicadores o a los ministros para decir: “La cara de ese me gusta, así que le voy a creer todo lo que diga”, “la forma de predicar de ese me gusta, le voy a creer todo lo que me diga”; no, lo que hacemos es: “Si tiene la Palabra, que la predique, que de chequeársela me encargo yo”.

De chequeársela, hay un pueblo que conoce la Palabra, y él la chequea (ese pueblo) y dice: “¡humm, ahí hay algo fuera de lugar, por aquí hay algo fuera de lugar también!” ¿Y qué pasa? No puede el diablo luchar contra ese pueblo que tiene una completa y clara revelación de la Palabra de Dios.

Ahora, mire lo que dice aquí el hermano Branham en Las Edades de la Iglesia, página 6 y página 7, dice:

Pág. 6, párr. 13
14.

Fíjense una cosa, recibir la revelación, y luego con la revelación entonces discernir entre los dos espíritus: el espíritu del anticristo y el Espíritu de Cristo, porque esos dos espíritus se manifiestan ¿cómo? Esos dos espíritus se manifiestan desde el púlpito, se manifiestan a través de la predicación de la Palabra. Entonces el Espíritu de Cristo se manifiesta ¿cómo? Trayendo la Palabra completa, sin añadirle ni quitarle; y el espíritu del anticristo se manifiesta añadiéndole o quitándole a la Palabra en algún lugar.

Es sencillo conocer ambos espíritus; y entonces el pueblo de Dios se queda con el Espíritu de Cristo, porque ese es el espíritu que está dentro de ellos, y el diablo engañaría, si fuera posible, aun a los escogidos. ¿Por qué? Porque aun los escogidos escucharían el espíritu del anticristo manifestándose... [CORTE DE AUDIO Minuto 43:27 CAMBIA CALIDAD DEL AUDIO]... que es lo que se manifiesta en un ministro, en un predicador, es el espíritu contrario a la Palabra, sabe que es un espíritu anti-Palabra, y que lo que hace es que ataca por alguna forma la Palabra verdadera, quitándole o añadiéndole en algún lugar, o desprestigiando esa verdadera Palabra, esa verdadera enseñanza. ¿Qué pasa? Entonces, como los escogidos han recibido el milagro más grande que puede una persona recibir, el cual es el milagro espiritual en el cual le han sido abiertos sus ojos espirituales, entonces él puede ver y conocer lo correcto y lo incorrecto, y él entonces se queda con lo correcto.

Pero aquellos a los cuales no le han sido abiertos sus ojos espirituales, ¿qué es para ellos? Cualquier cosa suena bien; ellos pueden ser engañados, y serán engañados porque no pueden ver; entonces al no poder ver, entonces ellos se dejan llevar por las apariencias humanas, y ellos prefieren mejor creerle a la gente importantemente grande o a la mayoría, en vez de creerle a la sencilla enseñanza de la Palabra, la cual ha estado viniendo, y la cual ha estado haciendo milagros grandes y maravillosos en lo espiritual en nuestras vidas, abriendo nuestros ojos, y también libertándonos de toda parálisis, de toda cojera y también ha estado restituyendo los miembros del cuerpo que le faltan al cuerpo. (¿Nos paramos ahí un momento?).

En lo literal vendrá eso; cualquier hermano que le falte un brazo, un dedo, un pie o cualquier miembro del cuerpo, le será restaurado cuando llegue el momento en que la plenitud de Dios venga a nosotros; pero antes de eso, los miembros del cuerpo también serán restaurados, pero no los miembros físicos del cuerpo suyo, sino los miembros del Cuerpo de Cristo; los miembros de ese Hijo que habría de nacer serían restaurados, ¿y qué es eso? Bueno, cuando usted pierde un brazo, ya usted no anda con el brazo, ese brazo está por otro sitio; cuando pierde una pierna, esa pierna está por otro sitio. ¿Ve usted?

Entonces, los miembros del Cuerpo verdadero de Cristo, unos están por un lado, otros están por otro, otros están por otro; y en el Mensaje, en la Palabra, unos están por un lado, otros están por otro, unos están creyendo una cosa, otros otra, otros otra, ¿y qué hace Dios? Viene y hace el milagro grande y maravilloso de restaurar los miembros del Cuerpo.

Restaurarlos ¿a qué? A la Palabra genuina, a la Palabra que se hizo carne en este tiempo, y entonces ¿qué hace? Lo restaura a su posición original; ¿cuál era la posición original de los hijos del Señor allá en el tiempo apostólico? La posición original era en la Palabra que se había hecho carne en medio de ellos, y ellos creían en esa Palabra que se había hecho carne, la cual tenía el nombre de Jesús, y ellos estaban ahí en esa Palabra; y ellos la predicaban, ellos predicaban la Palabra que se había hecho carne, y la predicaban conforme al plan que había para ese tiempo; la predicaban para salvación, para redención. ¿Ve usted?

Ellos estaban en la Palabra y creían en la Palabra que se había hecho carne, o sea, creían en Jesús, en Jesucristo. Creer en Jesucristo durante las edades era creer en la Palabra y estar en el Mensaje y estar en el Cuerpo. Entonces creer en la Palabra hoy ¿es qué?, creer en la Palabra que se hizo carne, Dios manifestado en carne con Su Nombre Eterno y glorioso.

Entonces Dios tiene un grupo de escogidos predestinados alrededor del mundo; unos están creyendo una cosa, otros están creyendo otra, ¿por qué? Porque sus predicadores o sus maestros (que tienen delante de ellos) les están enseñando mal, pero cuando llegue ese momento de Dios restaurar los miembros del Cuerpo, los del Cuerpo de Cristo, ¿qué hace? Entonces envía Su Palabra y los sana, envía Su Palabra y los restaura; entonces esa misma Palabra que se hizo carne, entonces viene en forma de enseñanza, y cuando llega a los escogidos, a los predestinados, no importa que estén fuera Cuerpo, viene y los junta al Cuerpo, los junta a ese grupito pequeño que creen en toda la Palabra de Dios como ha sido revelada, como ha sido revelada por Dios a través de Su manifestación en carne.

Entonces, ¿qué es lo que ha estado sucediendo con el Cuerpo Místico verdadero de Cristo, el cual es Su Novia, Su Esposa, el cual ahora tiene o ha comenzado a dar a luz un niño? ¿Qué es lo que está sucediendo? Que está juntando los miembros de ese Cuerpo, está juntándolos; algunos son de Estados Unidos, otros son de Venezuela, otros son de Colombia, otros son de Puerto Rico y así por el estilo.

Juntándolos ¿en qué? Juntándoles en Cristo, la Palabra; juntándolos en Dios manifestado en carne con todo lo que conlleva la Venida del Señor en carne humana: Conlleva un Nombre Nuevo, conlleva una nueva dispensación, conlleva un nuevo orden de adoración, conlleva una forma de un Nombre para adorar (el Nombre Eterno de Dios, ya no el nombre de las edades pasadas), y conlleva un sinnúmero de cosas, las cuales el Señor nos está dando a conocer, nos está enseñando en esta hora en la cual estamos.

Ahora, veamos que todos esos milagros que están aconteciendo son más grandes que los que van a acontecer en lo literal, son más grandes; los literales vienen a consecuencia que ya las cosas espirituales fueron hechas, cuando es hecho en el campo espiritual después viene en el campo material o literal, porque las cosas espirituales y alrededor de las cosas espirituales, se van materializando las cosas que veremos con nuestros ojos.

O sea, alrededor de la Palabra se va materializando lo que será visto en el futuro. Pero primero lo vemos en lo espiritual, y siempre cuando las cosas ocurren en lo espiritual es cuando se les pasa por alto a las gentes, cuando ocurre en lo físico cualquiera lo ve, ¿quién no lo va a ver cuando ocurre en lo físico? Cualquiera lo ve, pero cuando ocurre en lo espiritual es que los que tienen ojos espirituales lo pueden ver, y así es hecho el milagro de abrirle los ojos.

Ahora veamos, veamos que... encontramos que el Señor prometió que habría de enviar ¿qué? Habría de enviar: pan, mosto y aceite (mosto es vino); habría de enviar pan, vino y aceite; pan, pues es comida, y el pan literal es el alimento que sostiene nuestros cuerpos para darnos fuerza, para darnos crecimiento, y así que podamos llegar a la estatura que debemos de llegar.

El mosto o vino. Es lo que estimula, es el estímulo causado por la revelación; o sea, el vino..., vamos a leerlo, el vino es lo que ocasiona que la persona se ponga contenta, feliz, alegre, se olvide de las penas, de los pesares, de los problemas y esté feliz y contento en su vida; por eso es que usted encuentra que las gentes que tienen muchos problemas y no sirven al Señor, se van a beber, se van de fiesta y eso; porque ellos dicen que el beber, el tomar, les hace olvidar las penas y los pone contentos, y aunque tengan muchísimos problemas se les olvida todo y se sienten contentos, porque el vino, la bebida, los estimula, ¿Ven? Se ponen hasta guapos, se ponen en tal situación como que son gentes grandes, poderosas, y como que no hay problemas para ellos; eso es el vino.

Ahora veamos, miren, el aceite tipifica al Espíritu Santo siempre, tipifica al Espíritu Santo; pero el vino no, el vino tipifica otra cosa.

Ahora vamos a verlo como el hermano Branham nos lo enseña y así entonces van a ver el cuadro completo de la hora en que estamos, y de qué es lo que nos tiene a nosotros tan contentos, tan felices, aún con todos los problemas que tenemos, porque cada día tendremos más problemas; pero cada día habrá más estímulo, más alegría, más felicidad. ¿No está acaso usted más contento este año que el año pasado? ¿No está usted más contento este año, que en el año 65, 66 y 67? ¿No está usted más estimulado este año?

Ahora fíjense, fíjense en esto: una persona que está esperando algo y crea firmemente que lo que está esperando viene de tal en tal [SALTO DE AUDIO], y no le viene ¿qué le pasa? Se desilusiona, se pone triste y no quiere seguir para adelante; pero qué. Pero nosotros desde el 65 estamos esperando el rapto, y pasó el 65, y cuando llegó el 66 quizás alguna persona podría pensar: “Bueno, si pasa esta fecha, ya la otra voy a estar sin ánimo”.

Pero, ¿qué pasó? Ya para el otro año tenía más ánimo, más entusiasmo, más alegría para seguir adelante; pasó el 70, ¿y qué le pasó a usted? Más entusiasmo, más estímulo para seguir adelante, pasó el 73 y esperábamos también; porque todos los años hemos estado esperando el rapto; cuando digo, rapto, me refiero al rapto en lo literal, o sea, el traslado de nosotros hasta allá; porque el rapto en lo espiritual ya aconteció, el rapto en lo espiritual ya aconteció con nosotros; pero en lo físico… ser** trasladado a la otra dimensión todavía.

Entonces cuántos pensarían: “Bueno, si pasa la fecha del 73, ¿cuántos habremos de quedar?”. Pero, no ha notado usted una cosa; ¿cuántos habíamos en el 73? Un grupito más pequeño del que hay ahora ¿verdad? Así que no se fue, ¿por qué? Porque hay algo por dentro de usted que lo está estimulando, entonces hay tanto estímulo, que aunque pase lo que pase en su vida, aunque pase lo que pase en medio del pueblo de Dios, aunque acontezca el escándalo que acontezca, usted siga para adelante, porque usted está estimulado por dentro por la revelación de la Palabra. ¿Ve usted?

Entonces, hay algo que le da esa fuerza, ese entusiasmo, ese impulso, para seguir hacia adelante, ahora vamos a ver rapidito, 269 dice [Los Sellos]:

[195.]“Entonces Él tiene escrito 'VIDA', y viene sobre un caballo blanco. Y acá está un hombre con tres poderes mezclados, llamado 'Muerte', juntando sus súbditos terrestres; pero Cristo está juntando Sus súbditos que son nacidos del Cielo”.

¿De dónde usted nació? Su primer nacimiento fue de la Tierra, con sus papás; pero su segundo nacimiento fue celestial, fue de arriba, entonces, Él viene juntando a Sus súbditos que son nacidos del Cielo:

195
196

...239 [Los Sellos], estamos viendo el significado de vino y aceite, sigue diciendo:

[35.] “Ahora, el aceite simboliza al Espíritu Santo, y hallamos que el aceite y el vino están relacionados en la adoración; siempre están relacionados. Ahora, dije que el vino (y esto es lo que me fue revelado) simboliza el poder del estímulo por la revelación (vino simboliza el poder del estímulo por la revelación). Cuando algo ha sido revelado, entonces produce estímulo al creyente porque es presentado por revelación. Es algo que Dios ha dicho, es un misterio, algo que no entienden; pero después de un tiempo, Dios lo revela y lo vindica. Recuerden: Si la verdad es revelada, entonces también será vindicada”.

La 230, la página 230, dice:

[216.]“En otras palabras: Si tú agarras algunos de mi rebaño, que están llenos de mi vino y mi aceite —aceite y vino son la Palabra pura— y los vas a matar, porque eso es lo que estás haciendo, no los vayas a forzar a rezar Avemarías o cosas semejantes, o que digan tus credos. Déjalos. Ellos saben a dónde van. Porque están ungidos con mi aceite y al tener esa unción, también tienen el vino del gozo, porque conocen mi Palabra prometida: 'Os resucitaré en el Día Postrero".

¿Ve usted?

Ahora seguimos a la 240, página 240, dice [Los Sellos]:

[38.] “El poder de la revelación trae estímulo al creyente. El poder del vino natural trae estímulo a la persona que se siente todo derrotado; pero el poder de la revelación de la Palabra trae estímulo de gozo para el creyente, es estímulado de satisfacción...”.

¿Hoy usted se siente satisfecho por todo lo que Dios nos ha dado a conocer, por todo lo que Dios reveló a través de Su manifestación en carne, que hoy en día lo estamos enseñando? ¿Usted se siente satisfecho por eso? ¿Usted se siente contento y feliz con eso? Es el estímulo.

"...estímulo de saber que es vindicado y probado. Esto es llamado en las Escrituras: el vino nuevo, o aun mejor dicho: vino espiritual. Así como el vino natural estimula, el vino nuevo hace lo mismo a medida que se revela la Palabra de Dios, la cual es Espíritu. La Palabra misma es Espíritu. ¿Lo creen Ustedes así? Vamos a leerlo en el capítulo 6 de Juan, para que no vayan por allí diciendo que alguien lo dijo. Veamos quien lo dijo, entonces sabremos si es la verdad o no.

El espíritu es el que da vida; la carne nada aprovecha: las palabras que yo os he hablado, son espíritu, y son vida. Juan 6:63.

La Palabra misma es Espíritu, es el Espíritu en forma de Palabra. Luego cuando es vivificada, el Espíritu de la Palabra comienza a obrar por hechos”.

¿Ve usted? Entonces usted puede ver lo que es el vino, es vino espiritual, es el vino nuevo; entonces ese vino nuevo, cuando es recibido por un cuero nuevo, los cueros nuevos, pueden retener ese vino, pero los cueros viejos cuando llegan a recibir ese vino nuevo, cuando llegan a recibir ese vino nuevo, tiene tanto poder ese vino que revienta esos cueros viejos, lo revienta y se pierde todo ese vino nuevo, se pierde, ellos no lo pueden retener, para ellos, toda la revelación se echó a perder para ellos, de nada le ha servido.

Pero cuando es un cuero nuevo, no un cuero viejo de Laodicea, sino un cuero nuevo de la Edad de la Palabra, un escogido, entonces ese vino nuevo, esa revelación de la Palabra es vaciado en él, y entonces ese vino nuevo produce ese estímulo en la vida de esa persona; porque tiene tanto poder ese vino, y empieza ese vino ¿a qué? A fermentar, y a medida que va fermentando en la vida del creyente, ese creyente comienza a sentir por dentro esa Palabra que está recibiendo.

¡Oh! Comienza a hacerle algo por dentro, o sea, los cueros luego comienzan a estirarse porque tienen un aceite por dentro, ¿qué aceite? El Espíritu Santo; porque el vino y el aceite caminan juntos, entonces tienen el aceite del Espíritu Santo y entonces comienzan a estirarse, comienzan a sentir por dentro eso, comienzan a estirarse, comienzan a crecer espiritualmente.

Entonces, ese vino nuevo, ese poder empieza a manifestarse dentro de ellos y les produce ¿qué? Estímulo, alegría, felicidad, entusiasmo, y no importa la distancia, están tan entusiasmados, tan estimulados. ¡Oh! Que lo que quieren ¿es qué? Lo que quieren es oír la Palabra del Señor y agradar al Señor en todo lo que Él quiere que le agraden.

Por eso es que se les puede decir a ustedes, cada vez que usted hace algo fuera de lugar, se puede decir: “Estas cosas están fuera de lugar”; y si no le gusta a usted que se le corrija esas cosas, entonces usted se puede quedar en su casa, aquí no debe venir más; usted dice: “¿Y para dónde voy a coger?”. ¿Ve usted? ¿Por qué? Porque usted aunque cometa errores, porque es humano, sin embargo tiene algo por dentro: vino nuevo, que lo estimula, lo entusiasma, y aunque cometa sus errores, ahí tiene los diáconos que le dicen: “No va en** la parte de delante de los demás: mire, esto está fuera de lugar”. Usted no va a decirle al diácono: “um, um, eso no es así, usted no me puede mandar a mí, pues yo hago lo que yo quiero hacer”.

Usted está estimulado con el vino nuevo, y ese vino nuevo le dice a usted que usted debe caminar como está en la Palabra, y que el diácono puede llamarle la atención, y usted bajar la cabeza y decirle: “Hermano, ayúdeme, perdone y ayúdeme en todo lo que usted pueda”. ¿Por qué? Porque usted tiene ese vino nuevo dentro, y ese vino nuevo dice cuál es la posición suya y cuál es la posición del diácono y cuál es la posición que usted tiene también.

Entonces, vea usted que hay un entusiasmo por dentro tan grande, que usted no está mirando apariencias, sino que usted lo que mira es la Palabra; la Palabra es lo que usted busca siempre, y usted entonces adora también al Señor con todo el corazón suyo; usted no canta aquí para que nosotros lo escuchemos a usted, usted canta para el Señor, porque Él lo está escuchando y entonces usted va, está tan entusiasmado, tan estimulado, como estaba esta mañana, que cantaba con todo el corazón, con todas sus fuerzas, con toda su alma, porque usted cuando canta, usted está sirviéndole al Señor, y Él dijo [San Mateo 22:37]: “Servirás al Señor con todo tu corazón, con todas tus fuerzas, con toda tu mente”.

Por lo tanto, usted sabe que Él así es que le gusta que usted le sirva, que usted le cante; entonces como ha hecho en la manera que Él quiere que usted lo haga, entonces usted no va a cantar sin fuerza, porque Dios le ha dado fuerza a usted, canta con todas sus fuerzas como debe de cantar, no tratando de sobresalir de los demás, sino en el tono que [SALTO EN EL AUDIO], con fuerza, con ánimo, con alegría, sabiendo que Él está escuchando.

Miren ustedes, vamos a poner un ejemplo: miren ustedes a las artistas, los artistas que han logrado obtener fama y han logrado ganarse al pueblo, a la gente, es porque ellos cantan con entusiasmo, con alegría, usan sus fuerzas, su talento, todo lo que tienen para cantar, de tal manera que le agrade a la gente.

Ahora, vean ustedes esos artistas que cantan todos tirados, pues la gente no le interesa, ¿usted cree que al Señor le interesa que un canto para Él esté tirado? Mire, mejor cállese y no dañe las cosas, cuando usted aprenda a servir a Dios con todas sus fuerzas, con toda su alma, con todo lo que Dios le ha dado, hágalo. “¡Ah! Pero es que no tengo una voz buena”. Si Dios le dio..., ¿quién le dio esa voz que usted tiene?, ¿qué fue lo que Dios le dijo a Moisés? Moisés le dijo [Éxodo 4:10]: “Mira Señor, cómo yo voy a ir a sacar a ese pueblo si... y cómo yo voy a ir a hablarle a ese pueblo, si yo soy tartamudo”.

¿Saben que al Señor no le agradó eso? Porque Dios le dijo [Éxodo 4:11]: “¿Quién hizo al hombre mudo? ¿Quién fue el que dio la lengua? Pues si yo te mando allá a hablar, te mando a hablar con esa lengua muda que tienes, porque quiero Yo manifestarme a través de esa lengua muda que no sabe hablar bien”. Ya hasta se le había olvidado el idioma de los egipcios, sería algo así como irle a hablar a ellos... como uno que no sabe inglés casi, irle hablar allá a los americanos, ¿quién le van a entender? Casi nadie, pero así Dios quería: usar algo que casi ni se entendía bien para Él glorificarse. ¿Ve usted?

Entonces, encontramos que usted no le puede decir al Señor: “Pero, Señor es que yo no tengo una voz bonita como la tiene fulano o zutano”. ¿Quién le dio esa voz a usted? ¿Quién le dio esa lengua a usted? Pues como la tiene úsela, trate de darle un mejor uso, trate de acoplarse lo mejor posible, trate de cantar en su casa también, para que la sepa usar, porque Él la dio para que usted la use; si nunca la usa, nunca sabrá cantarle al Señor.

Entonces fíjese, si usted toma todos los animales que hay en el campo, todos alaban a Dios, aun los árboles alaban a Dios, baten sus hojas; y usted si coge los animales separados, dice: “Que voz más fea tiene ese animal”. Por ejemplo, de noche, de noche cada cierta... cada una o dos horas, de noche, si usted va al campo, de noche empieza a oír como un cantío, canta del grillo, canta el sapo, canta…, canta cuanto animal hay; y usted oye esa música y la oye bien bonita; pero si usted coge un sapo aparte y se lo lleva y se pone a oírlo solo, encuentra que no se oye muy bonito.

Pero Dios lo que tiene es un coro; y usted es parte de ese coro, ¿ve usted? Entonces, todos juntos cantando, cuando eso llega a la presencia de Dios, se oye un coro en armonía; unos tienen una voz bien gruesa, unos la tienen finita. Mire, usted escucha algunos instrumentos musicales... que si usted lo escucha solo, usted diría: “¿Qué es eso? ¿Y qué clase de música tiene ese instrumento?”. Por ejemplo, escucha el contrabajo, que eso es el sonido que da..., usted dice: “¿Para qué sirve ese sonido?”; pero lo escucha en una orquesta, y ahí es que se oye bien.

Entonces su voz..., no le esté poniendo faltas a su voz, eso fue lo que Dios le dio, no le ponga falta a lo que Dios le dio a usted, es buena porque Dios se la dio. Entonces en ese coro de escogidos cante al Señor, cante estimulado, con alegría. ¿Ve usted? Entonces, si alguien dice que usted no sabe cantar, no le dé importancia a eso; ¡y usted, hermano o hermana!, si sabe cantar un poquito mejor que el otro, no se las esté echando, Dios fue el que le dio esa voz a usted, así que usted no tiene de qué gloriarse, no critique a los demás, sino cante como Dios le dio para usted cantar al Señor.

Aquí hay un director de cánticos; no se le vaya adelante, ni se le vaya atrás tampoco; vaya al compás con él, como él haga y como él dirija los cánticos, hágalo usted también; él es como el director de una orquesta o de una sinfonía, de un coro, eso es lo que hace el que dirige los cánticos aquí; oren por él siempre, nunca lo critiquen a él tampoco, porque él hace lo que hace con lo que Dios le dio para hacer; siempre encuentre que él lo hace bien, porque si ustedes se acoplan al que está dirigiendo, todo sale bien.

Entonces, ayúdenle en todo lo que puedan, oren por él también, porque ese también es un ministerio en medio del pueblo, un ministerio de ayuda, como lo es también los diáconos, porque Dios requiere de la adoración de Su pueblo.

Ahora, el Señor en esta mañana nos está dando diferentes cosas aquí, así que nos está enseñando muchísimas cosas de diferentes temas; yo creo que hay un propósito en lo que el Señor nos está hablando en esta mañana, y lo estamos aprovechando.

Ahora sigue diciendo el hermano Branham, dice [Los Sellos, pág. 241, párr.40]:

“Dios le reveló a Moisés lo que debía hacer: Moisés lo habló y sucedió. Así sucede cuando en verdad viene de Dios. Ahora, hallamos que esto estimula y da gozo porque es la Palabra de Dios, y el vino nuevo siempre estimula cuando revela la Palabra. Entonces a veces trae gozo sin medida. Vimos también cómo a veces trae tanto gozo hasta el punto que nos encontramos inundados. Yo sé que existe mucho fanatismo y gentes manufacturada que tienen estas cosas únicamente cuando están tocando la música. Yo creo en estas cosas, pero he visto gente que mientras está sonando la música, están saltando y gritando, pero cuando cesa la música, ellos también se callan.

[41.] Eso estaría bien, si la gente vive decentemente; pero cuando Ud. comienza a presentarles la Palabra, y eso es lo que trae vida —la Palabra— y el gozo del estímulo del vino nuevo... Y así fue allá en el Día de Pentecostés cuando la Palabra fue vindicada”.

Así que usted, si ve algún hermano que está bien estimulado y usted no lo está tanto como él, no lo critique; y usted que está bien estimulado no critique al que no se sienta bien estimulado, ore por él, para que se contagie con ese estímulo, porque lo único que estimula es la Palabra, cuando nos viene directamente, y podemos ver todo lo que fue revelado.

La música, eso no es lo que estimula; si usted es estimulado por la música, eso se le va. Si usted es estimulado por la Palabra revelada, entonces cuando la Palabra revelada, que fue revelada en Malaquías 4:5, cuando entonces viene y es enseñada, entonces somos estimulados. Déjese estimular por la Palabra, eso es lo único que trae el verdadero estímulo que realmente necesitan todos los hijos de Dios.

Muchas personas se dejan estimular por sueños, no haga eso: “¡Oh! Tuve un sueño tan glorioso, tan bonito, y esto y lo otro, estoy tan contento; o tuve tal o cual visión, o tal o cual experiencia”. Y se pone muy estimulado, eso no es lo que debe estimularlo a usted, porque eso se le pasa, si el sueño no le salió como lo soñó, ya se le fue pasando el estímulo, está ***, o se cumplió todo menos una cosa, ¿ve usted? Se le fue yendo el estímulo, porque ese no es un verdadero estímulo.

Pero cuando el estímulo suyo es con la Palabra revelada ¿quién lo podrá apagar? Nadie lo puede apagar, porque usted ve la Palabra, se agarra de ella, y siempre estará contento con esa Palabra, siempre estará estimulado, feliz, contento y agradecido al Señor, ¿quién podrá quitarme el estímulo que nos ha producido la manifestación de Dios en carne, el Nombre Nuevo y todas estas cosas? ¿Quién podrá quitarme ese estímulo que Él nos ha traído?

Vamos a pasar por aquí a la página 128, ya estamos concluyendo, 128 y 129...; ahora sí lo encontré rápidamente (el sitio), vamos a pararlo aquí, y vamos a ver, ahora para concluir: “EL PODER DE LA REVELACIÓN”.

T:1:21 “Si la Iglesia llega a recibir la revelación genuina de la Palabra de Dios, y llega a conocer los dos espíritus, el Espíritu de Cristo, la forma que se mueve, y el espíritu del anticristo, llega ella a tener una verdadera revelación de Dios, es un ejército invencible que el diablo nunca podrá derrotar. Ella estará estimulada todo el tiempo, y Ella sabrá a qué atenerse en cada momento, Ella caminará hacia adelante siempre estimulada, es como fue con los discípulos del Señor, ellos tenían el aceite y tenían el vino; el aceite era el bautismo del Espíritu Santo, lo cual nosotros tenemos, y el vino era la revelación para aquella hora, el vino nuevo es la revelación de la manifestación de Dios en carne para aquel tiempo, y esa revelación cuando se metía dentro de alguna persona, lo estimulaba tanto que lo hacía actuar como si fueran personas locas”.

Imagínense, creyendo en un joven de Nazaret diciendo que era Dios hecho carne, y que ese nombre era el Nombre de Dios para Redención, creyendo esas cosas y bautizando en ese nombre. Para la gente aquello era una cosa de locos, ¿ven que los hacía actuar como gente loca? Pero eran locos para el mundo, pero gente cuerda para Dios; para Dios ellos no estaban locos, ellos estaban correctos y estaban estimulados por el vino nuevo.

El vino nuevo, el vino que estimula al pueblo de Dios, el vino nuevo, el vino para esta tercera dispensación está en medio del pueblo de Dios; ya el vino está en medio del pueblo de Dios hace tiempo, y eso es lo único que nos estimula a todos nosotros y nos llena de alegría, de felicidad.

¿Cómo se sintió usted aquella noche de 1974, cuando nos fue hablado claramente, y abiertamente nos fue enseñado el Nombre Nuevo del Señor, la manifestación de Dios en carne, el Señor viniendo en esta ocasión como el Hijo de David? ¿Se sintió bien contento, bien feliz usted? Eso es estímulo, fue estimulado, ¿por qué? Por el vino nuevo, cuando vino y cuando nos fue servido, cuando nos fue enseñado.

¿Cómo se sintió cuando supo que el Nombre era para usarlo? ¡Oh, pero qué cosa más gloriosa! ¡Ya podemos usar también el Nombre Nuevo del Señor! Yo creo que cuando ustedes supieron del Nombre Nuevo, antes de decirles que era para usarlo, ya todos ustedes estaban pensando: “Bueno, de seguro es para usarlo, ¿cuándo entonces vamos a usarlo?” Ustedes estaban contentísimos, estimulados, deseosos de comenzar a usarlo, porque era tanto el estímulo que no podían aguantar, y muchos empezaron a usarlo en sus oraciones privadas, en sus casas, ¿por qué? Porque era tanto el estímulo, que no podían aguantar.

Es que una persona que está realmente estimulada por el vino nuevo, nadie lo puede aguantar, ¿quién puede aguantarlo? ¿quién pudo aguantar a los discípulos del Día de Pentecostés en adelante? Nadie, porque estaban estimulados con el vino nuevo y tenían el aceite por dentro.

¿Quién podrá detener a este grupito pequeño? Nadie, porque tienen el vino nuevo, y lo tienen por dentro, no se *** que venga alguien entre ellos y los escuche usando el Nombre Nuevo del Señor; eso para nosotros es honra, es una honra nosotros usar ese Nombre glorioso y eterno de Dios, es un privilegio que Dios nos ha dado, el cual ninguno pudo durante las edades de la iglesia..., aún el hermano Branham no pudo usarlo públicamente.

Sin embargo, nosotros tenemos ese privilegio, él lo sabía, pero públicamente no podía hacer nada; él sabía todas estas cosas, pero públicamente, abiertamente no podía hablarlas, tenía que traerlas, dándolas por revelación; y cuando las cosas son dadas así, cuando Dios revela algo, lo revela de tal manera que nadie lo entiende en todo el sentido, y como todo el mundo estaba en la edad de Laodicea, nadie veía nada.

Pero cuando vino el tiempo de salir, entrar a la Piedra Angular que es Luz, y Él comenzar a enseñarnos todo lo que ya nos había revelado; entonces eso nos ha estimulado de tal manera, que no importa quien se pare y comience a hablar en contra de todas estas cosas, estamos tan confiados, tan felices, tan satisfechos, que no nos importa quién se levante en contra; nadie podrá hacernos virar para atrás, porque esto no ha venido por el intelecto, sino que ha venido por la revelación divina, y ha venido siendo enseñado por el Señor, nadie ha metido la mano en estas cosas, y cualquiera que trate de meterla o la meta, interrumpe el plan de Dios, o... y le añade o le quita en algún lugar.

Si ustedes los ministros y ustedes los hermanos, todos pudiéramos ver como ministros y hermanos el plan del Señor, ni yo, ni ningún ministro se atrevería a tratar de adelantarse a lo que Dios nos está enseñando, y nadie tampoco se atrevería a aguantarse, sino que caminaríamos todos al compás de la enseñanza que el Espíritu de Dios nos está dando... [CORTE DE AUDIO] Ningún fanatismo se puede meter en medio nuestro porque hace daño a la enseñanza de la Palabra del Señor. Yo mismo no me atrevo, ni me he atrevido a enseñar nada que pueda ocasionar que el pueblo entre en fanatismo, y en cuanto a tratar de adelantarme o de atrasarme al plan del Señor, no me he atrevido hacer nada de eso, sino que he dejado que cada vez que el Señor quiere enseñarnos algo, Él lo haga.

Yo no he tratado de coger yo mismo el Mensaje, y coger y buscar por aquí y por allá para tratar de traerles una enseñanza, y colarla como que es el Señor trayéndonos una enseñanza, sino que cuando no he tenido nada he predicado un mensaje normal, un mensaje corriente, quizás un mensaje estilo, pastoral o estilo evangelístico, pero no me he metido, ni he querido tocar nada que pueda tener que ver con lo que el Señor está enseñándonos.

Para cuando ha habido algún mensaje de enseñanza, que realmente ha venido de parte de Dios para todos nosotros, me he parado aquí y les he dicho lo que Dios me ha dejado ver, me ha dejado saber en el Mensaje, y eso ha sido no porque yo lo dije, sino porque es Dios a través del hermano Branham que lo dijo, eso es ¡Así dice el Señor!

La manifestación de Dios en carne es así dice el Señor, porque fue Dios a través del hermano Branham que lo dijo; el Nombre Nuevo del Señor es Así dice el Señor porque fue Dios a través del hermano Branham que lo dijo; el Señor como Hijo de David en este tiempo, Rey de reyes y Señor de señores, eso es Así dice el Señor porque fue Dios a través del hermano Branham que lo dijo.

Entonces, también la adoración hoy en el Nombre Nuevo del Señor, eso es Así dice el Señor, porque fue Dios a través del hermano Branham que lo dijo; porque no hemos querido ni añadirle, ni quitarle, sino dejar que Él se manifieste como nuestro maestro, y nos enseñe todo lo que Él quiera enseñarnos.

Por lo tanto, hemos visto entonces: “EL PODER DE LA REVELACIÓN”.

¿Ha visto usted el Poder de la Revelación manifestado en su vida? ¿Ha visto cómo le abrió los ojos a usted? ¿Ha visto cómo lo sanó de la parálisis que teníamos? ¿Estábamos paralizados en Laodicea? No podíamos caminar; ¿vio cómo nos sanó también de la cojera? ¿No dijo el hermano Branham que la Novia estaba fuera de paso? Pero de paso estaba fuera de paso, estaba coja, dando un paso donde no iba.

Estaba en el paso séptimo, en el paso de Laodicea, y nos sanó esa cojera, nos puso en el paso que nos correspondía, en el paso de la Palabra de la Piedra Angular, nos metió en paso; porque es que a través de las edades de la Iglesia había que dar el paso, caminar hacia adelante, caminando al compás del Evangelio; pero ¿qué pasó cuando hubo el momento de dar el otro paso para caminar y pararnos en la Piedra Angular?, no querían caminar hacia adelante y quisieron quedarse en el paso de la Edad de Laodicea, y eso es estar fuera de paso, porque no estamos en el paso de Laodicea, sino en el paso de la Piedra Angular.

Entonces, el Señor, por lo menos hay un grupito, y esperamos que les sane el Señor y la meta en paso a todos los escogidos a través de todos los lugares donde se encuentren ellos; por lo menos a nosotros ya nos metió en paso, estamos ahora al compás del Evangelio, estamos ahora al compás del Evangelio del Reino, estamos ahora al compás de la tercera dispensación, con el Evangelio que corresponde a la tercera dispensación, que es Dios manifestado en carne en esta tercera dispensación, con Su Nombre Eterno y con la predicación del Evangelio del Reino.

No como el Evangelio de la Gracia, porque ya terminó, ya la Redención terminó, ya el año agradable del Señor ya terminó, y estamos en el Día de Venganza, estamos en el Día del Señor. ¿Ve usted? Entonces estamos predicando el Evangelio del Reino, el cual también los judíos... los dos profetas se lo llevarán a los ciento cuarenta y cuatro mil. Estamos predicando el Evangelio del Reino, y el Reino de los Cielos ¿quién es? Siempre es Dios manifestado en carne.

Bueno, vamos a pararlo aquí, hemos visto todas estas cosas, hemos visto: “EL PODER DE LA REVELACIÓN”.

Haciendo las cosas que ha hecho espiritualmente en la vida de cada uno de nosotros, y pronto lo vamos a ver también manifiesto físicamente, haciendo milagros también; pero como estamos en esta otra etapa, pues nos interesa más esta etapa. Si el Señor nos dice: “Haz esto en lo físico”, pues lo hacemos. Pero mientras tanto estamos dedicándonos a etapa que es la que no queremos que se nos escape.

Así que gracias al Señor porque EL PODER DE LA REVELACIÓN es una realidad en medio nuestro; lo hemos visto manifiesto, y qué grandes cosas ha hecho, y qué grandes cosas está haciendo, está haciendo cosas tan grandes que ya pronto nos tendrá preparados para recibir la plenitud de Dios.

Dios nos bendiga en esta mañana, Dios nos guarde, vamos a estar puestos en pie. Les dije que íbamos a tener un mensaje corto, comenzamos a las 11:00 menos cuarto, y son las 12:20; eso es un milagro para mí, ¿nos tomamos cuánto? Una hora con veinte minutos. ¿Una hora con veinte minutos? No, una hora con treinta y cinco minutos, algo así, una hora y media casi, eso es un milagro para nosotros.

Sabemos que los mensajes de enseñanza..., sabemos que el que no entiende y no está impuesto a oír predicaciones de enseñanza, pues para ellos es poquito duro, porque no es como un mensaje evangelístico o mensajes así, sino que son mensajes, poco a poco buscando por aquí, buscando por allá, trayendo esto por aquí, juntando esto y presentándolo al pueblo del Señor.

Ustedes que estuvieron en la escuela, ustedes..., los maestros que tuvieron en la escuela, cuando le daban las clases, ¿iban como una ametralladora? No, iban poco a poco enseñando por aquí, esto es esto, esto es esto, y así es cuando se predica un mensaje de enseñanza, no puede haber prisa en el predicador y en los que oyen tampoco pueden tener prisa.

Pero Dios tiene un pueblo predestinado, el cual tiene una unción especial para oír la enseñanza de la Palabra sin prisa, y si a usted le da sueño, pues venga preparado para que no le dé sueño; descanse en su casa, duerma en su casa; y si a usted el café le ayuda para que no le dé sueño, pues, es mejor tomarse una taza de café y no perder el mensaje.

Pero venga preparado, sin prisa para oír lo que Dios tenga que decirnos a todos nosotros, porque de eso depende ¿qué? Depende que estemos preparados para recibir la plenitud; no venga a dormir aquí, duerma antes de venir aquí; duerma antes de venir aquí, búsquele la solución a ese problema si usted lo tiene, pero aquí no venga a dormir, venga a oír Palabra de Dios. Bueno, esté bien estimulado para que no se duerma.

Bueno, si seguimos vamos a... en esta mañana el Señor nos ha dado muchísimas cosas por todos los lados, pero lo que yo estoy viendo es que cuando usted prepara el terreno es porque va a sembrar algo, es porque va a venir algo, y cuando usted le quita algunas cositas a las matas que tiene es para que den buen fruto; y si el Señor está haciendo esto en esta mañana, debe venir algo por ahí que Él no quiere que perdamos; Él quiere quitar todas esas cosas para que las veamos y no se nos pase por encima.

Esto a mí me dice (a mí, me dice) que tengo que estar a la expectativa, en contacto directo con el Señor, porque de un momento a otro debe venir un mensaje de enseñanza por ahí bien importante, un mensaje bien decisivo para todos los escogidos, eso es lo que me dice esto a mí; por lo tanto, tengo que estar a la expectativa; y ustedes oren por mí para que esté a la expectativa, porque tengo bastante trabajo en casa, allí en la construcción, y todas estas cosas. Oren por mí, para que no vaya yo a dejar que pase, o dar tiempo al tiempo, sino que cuando baje, cuando llegue, que yo lo pueda captar y enseguida predicárselo a ustedes.

Así que oren y ayúdenme en esta parte, para que el Señor me ayude, para que yo pueda terminar también todos los trabajos que estoy haciendo allí en la casa, terminarlo lo más pronto posible, porque eso no es lo que yo debo de estar haciendo, pero como necesito la casa para mi familia y para mí, y para preparar el cuartito para estudiar y todas esas cosas, pues tengo que hacerlo; pero oren para que sea hecho lo más pronto posible, y que el Señor, pues me provea todo lo que necesito: dinero, mano de obra, personas si hacen falta para que me ayuden, pues que me las provea también, porque a mí lo que me interesa ¿es qué? Que lleguemos rápido a recibir la plenitud.

Yo enseguida que termine, pues, todos esos trabajos, pues seguiré como estaba primero, un poquito dura la vida, es la vida que uno vive o que uno lleva, la vida diaria para uno poder estar en contacto directo con el Señor, y captar y recibir todo; es bastante dura. Uno mismo ni se entiende bien, ni se puede uno mismo entender por qué uno es así, y los que lo rodean a uno, aún ni la misma esposa, ni la familia nunca podrán entender completamente a uno, y menos, quizás ustedes si llegan a ver la forma en que uno tiene que estar.

Fíjense, los profetas (yo no soy profeta), pero los profetas, fíjense la vida de ellos es por los montes, por los desiertos, y si tienen esposas, las mismas esposas de ellos ni los pueden entender; la hermana Branham le decía al hermano Branham, le decía: “Tú no me amas a mí, porque tú te vas a cazar con tus amigos, te pasas cazando; y cuando llegas de cazar, llegas, me saludas, saludas a los nenes y todo eso, y enseguida coges el bote y te vas a pescar al río. Y más bien no estás conmigo como se supone que un matrimonio esté”.

Los demás hermanos, ustedes no tienen problema en sus hogares en ese sentido, ni sus esposas, porque esa es la forma que deben de estar: con sus esposas y todas estas cosas. Pero uno que tenga un ministerio como de profeta o algo así como maestro, en su hogar la cosa es un poquito más dura.

Fíjense, el hermano Branham llegaba de cazar con sus amigos y cogía el bote, saludaba en la casa, y cogía el bote y se iba a pescar otra vez, no podía estar casi en la casa; estaba en esa situación, y era por causa del ministerio, él le gustaría estar quieto, pero no se podía estar quieto, él le gustaría llevar una vida como la llevaban todos los demás hermanos, pero no podía por causa del ministerio.

Así también es en esta hora, es un momento duro, y en el ministerio es bastante duro para que pueda venir toda la enseñanza que necesitamos tener; no es uno tratando de esforzarse para buscarla, no es uno buscándola, sino uno colocándose en la posición que debe para recibirla, porque ella viene, pero si uno no está preparado, viene y uno no la capta y se le va.

¿Ven? Entonces bueno, si ustedes algún día fuesen por casa, no les esté raro que de día en algunas ocasiones me encuentren tirado por allí por el piso durmiendo; quizás cualquiera que no entienda puede decir: “En vez de estar trabajando o estudiando, está durmiendo”. Pero, si quiere verme despierto, vaya de noche; entonces a lo mejor me encuentra de 9:00 a 5:00, o a 6:00 de la mañana despierto, en lo que debo de estar despierto, buscando al Señor en Su Palabra y estudiando los mensajes.

O sea que hasta la vida, por lo menos mía, de día casi no puedo estudiar; mucho ruido, las nenas, la gente y los carros, entonces lo aprovecha uno para descansar, y de noche se pone a estudiar, pero cualquiera... yo le digo eso a ustedes, para que ustedes sepan todas estas cosas, y que si algún día, pues me llegan a ver, no les esté raro estas cosas, o si alguien... llega a oído de ustedes algo, ustedes sepan por qué es que uno tiene que ser de esa manera, porque de otra manera, entonces el plan de Dios para los escogidos se echaría a perder.

Así que ustedes oren mucho por mí. Si ustedes desean que el Señor nos enseñe más, oren para que el Señor nos enseñe más; si no quieren más, pues no oren, no nos dará más el Señor, o quizás el Señor entonces haga algo con los que quieren y con los que no quieren, y ponga a los que quieren, los ponga solitos para que reciban todo lo que haya.

Cuando usted viene a los cultos nunca venga con prisa, no sabemos lo que el Señor nos tenga. Yo no quiero estar aquí sintiéndome como que usted necesita irse o quiere irse, sépase que si usted viene aquí, aquí venimos para adorar a Dios y para oír la enseñanza de la Palabra; y el que tenga prisa, lo mejor que puede hacer es no venir.

Bueno, vamos a cantar un corito, y luego seremos despedidos en oración en esta mañana. Vamos a cantar el Corito del Amén, a menos que ustedes... ¿se recuerdan todavía del último que cantaron? Pues vamos a pedirle al hermano Elías que pase por aquí; así, pues... pase por acá hermano Elías, el corito último que cantamos en el devocional. Es un corito muy bueno, y un corito bien estimulante, vamos a cantarlo.

Intervención del director de cantos

Amén, gloria al Señor. Señor, yo iré, Mensajero del gran Rey. Ese grupito pequeño es el mensajero del gran Rey, por eso en ellos está ese Mensaje y ellos darán ese Mensaje al mundo entero.

Vamos a inclinar nuestros rostros, vamos a ser despedidos en oración en esta mañana. Oren mucho también por mi garganta para que en el próximo culto esté como una campana. Todos nuestros rostros inclinados:

Padre nuestro que estás en el Cielo, Dios Eterno, he aquí en esta mañana ante Tu presencia estamos. Te damos gracias por Tus bendiciones, gracias Padre por esta bendición de poder estar aquí adorando y glorificando Tu Nombre. Gracias Señor por Tu Palabra que hemos escuchado en esta mañana, Señor, en la cual Tú nos enseñas cosas, Señor, que debemos nosotros tener listas.

Oh Dios Eterno, cosas en las cuales nosotros nos hemos descuidado un poco, pero que, Señor, te pedimos nos ayudes para enderezar estas cosas.

Y, oh Dios Eterno, estimúlanos a todos para actuar conforme a como debemos actuar en esta hora. Sigue obrando en nuestras vidas y preparándonos para lo que Tú, Señor, has de hacer a través de nosotros y en nuestras vidas Señor.

Ahora, oh Dios Eterno, Padre celestial, guía nuestras vidas en todo momento, cuídanos de todos los peligros. Señor, ayúdanos a entender que las cosas que oímos de Ti siendo enseñadas, no debemos de estarlas comentando Señor, sino guardarlas en nuestro corazón para que sigan encarnándose en nuestro corazón, siga encarnándose esa Palabra en nuestra alma, oh Dios, y pueda venir la plenitud tuya, el Espíritu en nosotros.

Ahora, ve con cada uno de nosotros, oh Señor. Cuídanos de todos los peligros del camino, que Tu Ángel que acampa en nuestro rededor nos cuide en todo momento. Y en Tu Nombre Eterno y glorioso, el Hijo de David, te lo pido todo, oh Dios Todopoderoso. Amén, amén.

Y el pueblo del Señor dice: ¡Amén! Dios nos bendiga a todos en esta mañana.

“EL PODER DE LA REVELACIÓN”.