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|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|---|
| El rapto espiritual | 1975-04-07 | Ponce | PR | 00:00:00 | false |
Primera de Tesalonicenses, capítulo 4, eso equivale a la página 231 de estas Biblias pequeñas, comenzando en el verso 15 dice: “Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor…”. Eso es Primera de Tesalonicenses, capítulo 4, verso 15 en adelante:
“Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.
Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.
Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.
Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras”.
Oremos al Señor.
Padre, aquí en esta mañana ante Tu presencia estamos, Te damos gracias por Tus bendiciones oh Dios en esta tarde, y Te pedimos hables a nuestros corazones oh Padre celestial.
En esta tarde, oh Dios eterno en todo este día la nación americana está celebrando su independencia, pero Señor, en esta tarde aquí estamos nosotros regocijados en nuestra independencia, oh Dios eterno, porque hemos entrado a una nueva tierra.
Ahora Padre, Te ruego hables a nuestros corazones y nos edifiques a todos, Padre Te lo pido en Tu Nombre Eterno y glorioso, el Hijo de David. Amén. Amén.
En tarde vamos a ponerle por tema a lo que hemos de hablar: “EL RAPTO ESPIRITUAL”.
Siempre que veamos que la Palabra de Dios nos señala que Él ha de hacer algo, literalmente Él ha de hacer algo; pero encontramos que siempre que Dios promete que va hacer algo, siempre Él con anticipación, antes de materializarlo o de realizarlo físicamente, comienza a moverse en el campo espiritual y a efectuarlo primero en los tipos y figuras. Y en los tipos y figuras ocurre lo mismo que ocurrirá literalmente pero en otro campo, o sea, en el campo espiritual.
Ahora fíjense, cuando Dios por Su Palabra nos ha prometido que nos llevará a una nueva tierra, literalmente habrá una nueva tierra y será el milenio, pero encontramos que ya miles de años atrás el Señor comenzó a tipificar lo que habría de hacer en el milenio; y comienza con el pueblo de Israel y comienza a hablarles de que los va a sacar de Egipto y que los va a meter a una tierra que fluye leche y miel.
Esa tierra estaba tipificando el milenio, y también tipificando el milenio está el séptimo día, ¿ven? Y también tipificando el milenio están un sinnúmero de cosas en la Palabra del Señor, lo cual son tipos y sombras, pero luego ya cuando pasamos a la segunda dispensación, encontramos que ya deja los tipos y sombras, tipos y sombras materiales, y entonces entra en tipos y sombras espirituales, señalando lo que vendrá literalmente en el futuro.
Por ejemplo, fíjense, el séptimo día, el día sábado en el Antiguo Testamento, ¿qué representaba? En la segunda dispensación, lo cual sería todo en el estado espiritual, tipificaba el bautismo del Espíritu Santo, porque cuando uno entra en ese sábado, en el bautismo del Espíritu Santo, ha entrado en reposo espiritualmente hablando.
Entonces encontramos que ese séptimo día también representa la séptima edad de la Iglesia, porque sería en la séptima edad de la Iglesia en que aparecería el Señor en carne humana, y estamos viviendo, literalmente estamos viviendo en la séptima edad de la Iglesia, literalmente porque no ha terminado, pero espiritualmente ya no estamos en la séptima edad porque ya terminó espiritualmente porque ya Dios no está tratando con las séptima edad de laodicea.
Ahora, por eso usted encuentra en muchos lugares que el profeta habla ciertas cosas de un tema, sobre un tema, y después busca en otros mensajes sobre ese mismo tema y aparentemente hay una contradicción, porque en un sitio, por ejemplo acerca de la edad de laodicea en un sitio dice que ya terminó, pero usted busca otros sitios y él dice: “No ha terminado”. Entonces, ¿en qué quedamos: terminó o no terminó? Terminó y no ha terminado, porque las dos son la misma Palabra del Señor.
Lo que pasa es que en una está hablando desde un ángulo y en otra está hablando desde otro ángulo, en una está hablando desde el ángulo literal, y desde el ángulo literal no ha terminado porque todavía esta es la séptima edad de la Iglesia, la edad de laodicea que termina en la tribulación, quemada; pero espiritualmente ya terminó porque Dios no está ahí, lo echaron fuera y está sola ya sin el Señor, y el que está allá ahora ¿es quién? El anticristo.
Por eso encontramos que el profeta predicó ese mensaje titulado: “El Edén de Satanás”, y en ese mensaje él nos muestra que el edén de Satanás es laodicea, que es esa última edad; pero nosotros no estamos en el Edén de Satanás, nosotros estamos en el Edén de Cristo, que no es la edad de laodicea, sino la Edad de la Piedra Angular, la edad arriba.
Entonces, ¿y qué ha pasado para que podamos estar fuera del Edén de Satanás y estar arriba en el Edén de Dios? Tuvo que haber un rapto.
Ahora, cuando hablamos del rapto, siempre, siempre tenemos la costumbre de mirar las promesas del Señor desde el punto de vista literal, y el punto de vista o el ángulo espiritual siempre se nos pasa por encima, y eso le pasa a todas las religiones; y nosotros si no abrimos los ojos, la parte importante se nos pasa por encima, y cuando venga la parte literal, como uno no estaba en la parte espiritual cuando se cumplió, pues no estará tampoco en la parte literal cuando se cumpla.
Por ejemplo, sobre este tema del rapto sabemos que el Señor cuando viene por segunda vez en carne humana, dice que cuando desciende hace las tres cosas, ¿qué hace? Aclamación, Voz de Arcángel y Trompeta de Dios. Aclamación que es la revelación de los Sellos, la apertura de los Sellos, Voz de Arcángel que es resurrección, y Trompeta de Dios que es rapto. Esas tres cosas son hechas por el mismo Señor.
Ahora, siempre miramos esas tres cosas desde el punto de vista literal cuando ocurra literalmente, y estamos esperando el cumplimiento literal, pero se nos pasa por encima el cumplimiento espiritual en el cual estamos metidos nosotros.
Fíjense, el Señor hace las tres cosas cuando desciende, produce una aclamación que es el mensaje, el mismo mensaje que se oyó a medianoche cuando: “He aquí el esposo, salid a recibirle”. Es el mensaje de la venida del Señor, porque el séptimo Sello es la venida de Cristo.
Ahora, vemos que ese mensaje que sale es la venida del Señor, la revelación de los Sellos lo que revela es la venida del Señor; entonces viene luego, al venir produce una resurrección primero, trae una resurrección, entonces ¿qué hace en esa resurrección? Resucita a los que están dormidos, no muertos porque los santos no mueren sino que duermen, ¿y dónde están dormidos los santos? Estamos hablando en el campo espiritual, están dormidos durmiendo en los sepulcros denominacionales.
Entonces al estar durmiendo ahí, ellos tienen que oír la Voz del Hijo del Hombre, y al oírla ¿qué hacen? Entonces salen de los sepulcros denominacionales ¿hacia dónde? Salen y se encuentran con Cristo, Dios manifestado en carne, esa es la resurrección espiritual que el Señor produce cuando desciende en carne humana.
Hablando en el sentido espiritual donde estábamos nosotros metidos era en los sepulcros denominacionales de laodicea que no es otra cosa sino un cementerio, porque ahí están los muertos, pero ahí estaban también unos que no eran muertos pero que estaban durmiendo por causa de que el diablo, por causa de que la muerte había entrado, allá en las edades del principio entró la muerte cuando espiritualmente, fíjense, en el principio cuando Dios puso sobre la tierra una pareja, puso a Adán y de Adán sacó a Eva, entonces luego ¿qué sucedió? Al poco tiempo antes de Adán y Eva tener el primer hijo, el diablo engañó a Eva y le produjo el primer hijo.
Entonces luego el hijo que produjo Adán fue un hijo que no fue totalmente la Palabra, por causa de que vino por el sexo, entonces no fue en la perfecta voluntad del Señor porque ese hijo debió de haber venido por la Palabra, y si hubiera venido por la Palabra hubiera nacido o hubiera venido antes de Eva cometer el pecado y hubiera venido como vino Adán, ¿cómo vino Adán? Pues Dios primero formó el cuerpo de la sexta dimensión de Adán, lo formó ahí, hizo a Adán un hombre de la sexta dimensión.
Y luego le hizo un cuerpo de esta dimensión terrenal, y luego lo metió en ese cuerpo terrenal. Aquel hombre espiritual de la sexta dimensión lo metió en esta dimensión en un cuerpo terrenal, y el primer hijo de Adán debió de haber sido de esa misma manera: haber sido tomado polvo, luz cósmica, haber soplado, haberle hecho ese cuerpo luego de haber hecho el hijo en la sexta dimensión.
Primero tenía que ser hecho en la sexta y luego pasarlo a la dimensión nuestra, pero el diablo se adelantó e interrumpió el plan y miró la cosa de tal forma que viniera la parte material primero, y entonces al venir la parte material primero ya es una perversión, y al ser una perversión entonces estaba fuera de la perfecta voluntad del Señor y eso trajo muerte; pero con todo y eso los hijos de Dios tenían que venir, no importa lo que el diablo haga, el diablo no se saldrá con la suya.
Siempre el plan de Dios será llevado a cabo no importa las veces que el diablo trate de interrumpirlo, entonces lo que pasó fue que de todos modos tenían que venir los hijos de Dios, pero entonces comenzó a venir el cuerpo, los hijos en cuerpo físico, y después de cuerpo físico pasar a cuerpo de la sexta dimensión.
Por eso es que los hijos de Dios cuando aparecen aquí en la Tierra, aparecen en cuerpo de carne primero y ni saben que son hijos de Dios, pero cuando por la Palabra hablada, oyen la Palabra hablada, entonces ¿qué sucede? Entonces despiertan a la realidad de que son hijos de Dios, algo dentro capta esa Palabra y vienen a Cristo, y al venir a Cristo entonces les es hecho o es hecho como debió de haber sido hecho del principio.
Entonces es hecho una nueva criatura, una nueva creación, o sea, una creación de la sexta dimensión, y entonces teniendo este cuerpo terrenal de carne que fue el último que debió haber venido, pero vino primero, entonces después nos viene el cuerpo de la sexta dimensión, y nunca antes habíamos habitado en un cuerpo de la sexta dimensión, pero al nacer de nuevo, entonces viene ese cuerpo, y al venir no nos podemos meter en él con este cuerpo, entonces tenemos que esperar hasta que termine nuestro tiempo en este cuerpo o que llegue el tiempo en que seamos transformados para poder juntarnos con el otro cuerpo.
Pero entonces ya tenemos el otro cuerpo, ya entonces somos nacidos hijos de Dios por el nuevo nacimiento, a través del nuevo nacimiento; pero ahora fijémonos en este tema del rapto que es bien importante, y ustedes van a notar todo lo que ha estado sucediendo en este tiempo actual, lo cual no hemos visto desde el ángulo o desde el punto de vista espiritual, lo hemos estado mirando siempre desde el punto de vista literal, literal, literal, y cuando sea o cuando ocurra, pero ya desde el punto de vista o desde el ángulo espiritual hay muchas cosas ya cumplidas.
Ahora, vamos a dar un toquecito en lo literal, cuando ocurra… o el rapto literal ocurrirá, pero antes de ocurrir el rapto literal el profeta dice que hay una visión que está en pie, una visión ahí está en pie, la cual él sabe que todavía no se ha cumplido, y esa visión no es otra sino la visión que el Señor le dio con relación a la carpa.
Él dice: “Eso todavía yo no he visto que se haya cumplido”, él estaba esperando en todo tiempo el cumplimiento de la Visión de la Carpa conforme a como Dios le mostró que debía de acontecer. Encontramos aquí en la página 244 del libro de Notas, esto equivale al mensaje titulado: “La promesa de la Palabra que nunca alla”, y miren dónde él coloca esta Visión de la Carpa en esta ocasión, en la promesa de la Palabra que nunca falla, y fue una promesa de la Palabra dada al profeta el cumplimiento de esta visión, esta visión le fue dada en el año 33 al hermano Branham, la mañana en que él habría de dedicar el primer tabernáculo. Dice el profeta:
“Ese grande don - he tratado de explicar los otros y decir cómo opera. Esto no se puede explicar. Nada más espera. No estará en operación tan perfectamente ahora. Espera cuando ese concilio de iglesias traiga esa persecución, entonces pasará. Esta es la razón, porqué yo vuelvo a orar por los enfermos. Solamente tengo una cosa en mi vida que el Señor me dijo que no se ha cumplido todavía: es ese edificio o carpa donde estará un cuartito y yo tendré que estar adentro orando por los enfermos. Esto no ha pasado todavía que yo sepa. Esta es la única cosa que yo sé”.
Él dice: “Esta es la única cosa que no ha pasado todavía que yo sepa”, dice él, miren, y si él dice: “Que yo sepa no ha pasado”, pues nosotros decimos la misma cosa, literalmente esto no ha pasado todavía, y pasará ¿cuándo dice ahí? En la apretura, cuando la cosa apriete, cuando el concilio mundial de Iglesias tire la apretura, en ese tiempo plenamente se cumplirá literalmente esa visión.
Ahora, vea usted que cuando el Señor le dio esa visión, el Señor le dijo al profeta cuando le mostró un cuartito pequeño y el Pilar de Fuego estaba allí, luego el Ángel del Señor le dice: “Esa es la Tercera Etapa, y yo te encontraré allí”. Vea usted eso, “esta es la Tercera Etapa y yo te encontraré allí”.
Ahora, veamos que el profeta también nos dice que la Tercera Etapa ¿es qué? Vamos a ver qué es la Tercera Etapa conforme a como el profeta nos dice y entonces vamos a ver algo aquí; así sin mucha explicación veremos algo, y luego, pues luego seguiremos adelante.
El profeta nos dice que la Tercera Etapa es los Sellos, la revelación de los Sellos, ¿ve usted eso? Eso fue lo que el Señor le hizo saber cuando le dio también la experiencia de la espada en la mano, luego encontramos que el profeta cuando está hablando en el Séptimo Sello, el profeta comienza a hablar de la Tercera Etapa y narra la historia de la experiencia que pasó con la espada en la mano, y después narra también la experiencia de la Visión de la Carpa y el cuartito pequeño.
Entonces, ¿qué es la Tercera Etapa? Es la Palabra, es los Sellos, pero encontramos por otro lado que el profeta dice que la Visión de la Carpa no se ha cumplido todavía, donde él estará en un cuartito y eso será la Tercera Etapa.
Siempre cuando nos enredamos en lo que Dios ha hablado, es cuando tomamos todo lo que Dios ha hablado, lo juntamos todito y lo miramos desde un solo punto de vista, desde un solo ángulo, entonces cogemos todo eso y lo miramos desde el ángulo literal, ¿y qué pasa? Entonces vemos que por un sitio dice el profeta que no se ha cumplido, y por otro sitio dice que la Tercera Etapa es la apertura de los Sellos, la revelación de los Sellos, entonces nos encontraremos confundidos: “¿O se cumplió o no se cumplió?“ Entonces tenemos que mirar bien la Palabra del Señor, y saber que si dice el profeta que no se ha cumplido, pues no se ha cumplido.
Pero si dice por otro lado que si, que se cumplió y que esa tercera etapa es la apertura de los Sellos, tenemos que también decir que ya se cumplió la Tercera Etapa, entonces tenemos que situarnos en el lugar que se situó el profeta; cuando decía que se cumplió, situarnos en el mismo lugar para ver en qué forma se cumplió, y luego cuando dice que no se ha cumplido, situarnos en la misma posición que él se situó y ver si está hablando literalmente desde esa posición literal, y entonces mirar y ver que literalmente no se ha cumplido.
Pero espiritualmente vemos que es la revelación de la Palabra, que es la Palabra plena de Dios, ¿qué es la Palabra? La Palabra, en el principio era la Palabra, y la Palabra era con Dios y la Palabra ¿era quién? Dios, y la Palabra se hizo ¿qué? Se hizo carne.
Así que podemos ver entonces que la Palabra hecha carne ¿qué es? La Palabra hecha carne no es otra cosa sino la Tercera Etapa ahí en acción, es el Pilar de Fuego encarnado, es la Palabra en Espíritu metida dentro de un lugar pequeño, de un hombre de Dios pequeño, pero que en ese hombre de Dios estaba el ministerio de profeta, y en ese ministerio de profeta es que la Palabra se metería, que el Pilar de Fuego se metería.
Entonces ya vemos que está cumplido allá, y al estar cumplido allá desde ese ángulo espiritual, vemos que entonces comenzó a expresarse a través de ese lugar pequeño, comenzó a expresarse, ¿y qué fueron las cosas que expresó? Los misterios ocultos en la Palabra de Dios, los cuales estaban sellados ahí dentro, pero fueron abiertos y dados a conocer públicamente.
Entonces desde ahí todo lo que Dios tuvo que hacer en esa ocasión para hacer o llevar a cabo el propósito que tenía, lo hizo desde ahí, y la gente no se dio cuenta que la Tercera Etapa en esa ocasión estaba llevándose a cabo, es algo así como la señal, porque la señal es la misma siempre: es el Espíritu Santo.
Entonces encontramos que la señal viene y se encarna en el séptimo mensajero, entonces al estar encarnada en el séptimo mensajero, ¿quién es? Es Dios hecho carne, está hecho carne y comienza hablar, y lo que habla es la Palabra, el mensaje; pero luego cuando termina su labor en carne humana, ¿qué pasa? Pues el cuerpo de carne terminó su labor ahí y lo pone a descansar, pero no nos quedamos solos, lo que salió por labios humanos es la Palabra.
Y ahora, la Palabra que estaba en Espíritu dentro del séptimo mensajero, ahora la Palabra está en forma de mensaje en medio nuestro. Entonces veamos bien para que no se nos pase por encima el plan del Señor, porque si se nos pasa por encima estamos perdidos y nunca llegaremos a lo literal cuando se cumpla, porque primero uno tiene que pasar por la etapa espiritual, para poder entrar a la etapa literal.
Fíjense, antes de usted recibir una transformación literal, primero usted tiene que recibir una transformación espiritual, ¿ve usted cuál es el problema de la gente que no han sido transformados espiritualmente, que no han nacido de nuevo, que están esperando una transformación y un rapto? Y eso nunca llegará para ellos porque no han pasado primero por la transformación espiritual.
Ahora, esa Palabra quedó en medio del pueblo, ahora vea usted que el mismo Pilar de Fuego que estaba en medio del pueblo como Espíritu Santo en medio del pueblo a través de las edades, al final viene ¿y qué? Se mete en carne humana, el Espíritu Santo se mete en carne humana, el Hijo de Dios que es el Espíritu Santo como Hijo de Dios en las edades, se metió en carne humana y apareció en carne humana; y cuando apareció en carne ¿qué era? Ya era entonces Hijo del Hombre, porque Hijo del Hombre es Dios hecho carne apareciendo como profeta.
Entonces luego de esa manifestación sale un mensaje, o sea, ese mismo Espíritu Santo encarnado, luego se hace un mensaje, se hace la Palabra en forma de mensaje y se va su cuerpo de carne, pero se queda el Espíritu Santo en forma de mensaje en medio del pueblo.
Por eso es que ahora no tenemos necesidad de estar viendo el Pilar de Fuego literalmente, porque el profeta dice: “Si usted puede ver la Palabra, usted estará viendo a Jesucristo”. ¿Ven? Entonces tenemos la Palabra en forma de mensaje en medio nuestro, tenemos al Pilar de Fuego en forma de mensaje en medio nuestro, porque es el mismo Dios pero en Morphe, cambiando de forma, y va cambiando de forma y va moviéndose hasta que Él hace la obra que Él desea hacer.
Y recordemos siempre que Dios se perfecciona en tres, entonces va pasando por etapa, por etapa hasta que llega a hacer todo el trabajo que Él quería hacer, entonces vea usted que la Palabra en forma de mensaje, o sea, la revelación de todos los Sellos está en medio del pueblo.
La aclamación está con nosotros: el mensaje, pero ¿qué sucede? Recuerde que cuando estuvo en carne humana, ¿qué hizo? La aclamación trajo la revelación de los Sellos, luego también hizo ¿qué? La resurrección, nos resucitó de las denominaciones, y luego ¿qué más hizo? Nos sacó de ahí y nos llevó en un rapto, un rapto espiritual.
Luego ahora cuando terminó esa manifestación a través de carne humana, queda el Señor pero en forma de Palabra en medio nuestro, en forma de mensaje, y entonces lo mismo que hizo allá entonces vuelve y lo repite acá en forma espiritual, y después que lo haya hecho, entonces pasamos a la forma literal donde se cumplirá para todos los que han participado de la forma espiritual.
El profeta dice que dondequiera que esté la Palabra, estará velada en carne humana, el mensaje de la hora, el cual nosotros hemos creído, estaría velado en carne humana en medio del pueblo de Dios, porque Dios donde se vela siempre, donde se oculta es en carne humana.
Ahora, recordemos que esto es lo que dice el profeta, vamos a leerlo aquí en la página 25, dice:
“Donde quiera esté la Palabra, está velada, oculta”.
¿Ve usted que la Palabra para la dispensación de la gracia en las edades estuvo oculta? Estuvo oculta en cada uno de los mensajeros, y de los mensajeros entonces pasaba al pueblo y en el pueblo permanecía oculta.
Ahora, encontramos que la Palabra, el mensaje que es lo que tenemos actualmente, que es el mismo Dios, porque la Palabra y el mensajero son la misma cosa, y la Palabra que es Dios y Cristo, son la misma persona, y el profeta dice: “El Espíritu Santo y la Palabra son la misma cosa, pero en forma diferente”.
El Espíritu Santo y la Palabra son el mismo, pero en forma diferente. Así que tenemos al mismo Espíritu Santo pero en una forma diferente, ahora lo tenemos en forma de mensaje, de Palabra que ha sido revelada, la revelación de la hora, entonces esa Palabra tiene que moverse en medio del pueblo de Dios.
Para moverse en medio del pueblo de Dios tiene que ser predicada, y para ser predicada, pues tiene esa Palabra, que es el mismo Señor, que es el mismo Dios tiene que velarse, entonces la Palabra siempre comienza a velarse por los ministerios, vea usted esto, comenzó a velarse y se veló en el séptimo mensajero.
Luego tiene que seguir velándose a través de los diferentes ministerios y pasar a todos los escogidos y estar totalmente entonces velada en todos los escogidos. Usted no puede, si va a recibir agua de… el agua esta que uno recibe en su hogar a través de la pluma, para poderla recibir usted tiene que tener la conexión puesta o conectada con la línea que viene del gobierno, para usted entonces tener agua en su hogar, a menos haga una cisterna o haga alguna cosa Dios estas, pero así es la forma normal.
Entonces lo que está conectado con Dios o lo que conecta al pueblo con Dios, Dios ha venido en carne humana y lo que lo conecta con Dios son estos ministerios, y a través de esos ministerios tiene que pasar esa Agua de vida al pueblo, esa Palabra al pueblo en la forma que realmente es, porque tenemos el mensaje, todo el mundo proclama que tiene el mensaje y que predica el mensaje, y que lo predica como el profeta lo dijo.
Pero una cosa es citar, una cosa es predicar el mensaje literalmente como el profeta lo dijo, y otra cosa es saber lo que está diciendo el profeta y desde qué ángulo él está hablando, entonces esa Palabra se tiene que comenzar a velar en los ministerios.
Entonces hay diferentes ministerios en el cuerpo del Señor y entonces comienza a velarse porque la Palabra siempre donde quiera que esté, estará velada en carne humana, si está en medio del pueblo de Dios, está velada en carne humana.
Y para poderse velar en los hermanos, se tiene que velar en ministros primero para que de los ministros pase a los hermanos, entonces encontramos que fíjense, de todos los mensajeros que habían en las edades se veló solamente, en cada uno de ellos estaba velado una porción de la Palabra, pero en el séptimo se veló la plenitud de la Palabra.
Encontramos entonces que la Palabra se veló en el ministerio de profeta, y donde estuvo ese ministerio de profeta, profeta mayor, en ese tiempo ahí se veló Dios en toda su plenitud, el Pilar de Fuego.
Luego tiene que seguir pasando a los ministerios para irse velando en carne humana, entonces si creemos o esperamos que Dios nos deje saber lo que Él ha dicho en este tiempo, todo lo que ha sido hablado, pues esa Palabra tiene que como mensaje, como mensaje meterse en alguno de los ministerios.
Cuando se veló el Pilar de Fuego en este tiempo final en carne humana, no se metió en todos los ministerios, se metió en el ministerio de profeta, el cual lo tenía el séptimo mensajero, ¿ven? Entonces se veló ahí, y ahí estuvo el Pilar de Fuego velado y entonces era Dios que hablaba a través de esa carne, “la carne nada aprovecha“ dice la Palabra, y el que adora a Dios, tiene que adorar a Dios en Espíritu y en verdad y no en carne.
Así que lo importante es lo que estaba dentro de esa carne; siempre la gente tratan de ver a Dios, pero tropiezan ¿dónde? En donde Él se mete, en el velo de carne donde Él se mete, entonces si nosotros sabemos que estas cosas son así, entonces sabemos que si el mensaje de la hora lo habríamos de entender en alguna ocasión de la manera correcta, ese mensaje de la hora que es el mismo Señor pero en forma de mensaje, se tiene que meter dentro de alguno.
Entonces tiene que meterse dentro de alguna persona que tenga el ministerio que corresponde para ese momento, para Dios velarse dentro de ese ministerio y velarse en carne humana y a través entonces de carne humana salir ¿qué? No salir otra mensaje sino salir el mismo mensaje que salió por labios del profeta.
Entonces cuando lleguemos a ver si eso no es la plenitud del Espíritu todavía, más bien esa es la plenitud del mensaje, para preparación, para recibir la plenitud del Espíritu, ¿ven? Entonces eso tiene que ocurrir antes que recibamos la plenitud del Espíritu Santo, tenemos que recibir primero la plenitud del mensaje de la manera correcta, entonces ¿qué es eso? Eso es lo mismo nuevamente repitiéndose en otra etapa, porque el plan de Dios va por etapa, por etapa hasta que llega a completarse todo.
Primero se vela en el séptimo mensajero que tiene el ministerio de profeta, se vela ahí y entonces de ahí sale un mensaje, un mensaje, ¿y qué hace? Nos resucita de las denominaciones, dogmas, credos y tradiciones, y nos rapta y nos sube a la piedra angular, luego queda esa Palabra con nosotros y vuelve y recorre como el reloj. El reloj no tiene nada más que unos doce números ahí.
Oiga, ¿y cuántas horas vivimos en el año? Pero sin embargo el reloj lo que necesita son doce horas para darnos la hora exacta cada día. Si el reloj está bueno por dentro, si por dentro está bueno por fuera se ve bien.
Entonces… Bueno, tiene dos agujas, que son las agujas principales ahí; y entonces vemos que lo mismo que recorre hoy lo va a recorrer mañana, lo mismo.
Por lo tanto, encontramos que lo mismo que Dios recorre en Su primera manifestación, cuando monta sobre el caballo blanco (como dice Apocalipsis)…; entonces recorre ese camino, ¿y qué produce? Produce una aclamación, produce una resurrección y produce un rapto.
Pero Él promete que recorrerá ese camino nuevamente, ¿ve usted? Entonces encontramos que esa Palabra, ese Mensaje, tiene que seguir el mismo proceso que siguió Dios manifestado en carne a través del séptimo mensajero.
No fue el hermano Branham quien hizo todas estas cosas que fueron hechas, sino Dios a través del hermano Branham; fue el mismo Señor, el mismo Pilar de Fuego.
Ahora, vemos que esa Palabra tiene que recorrer en el campo espiritual esa trayectoria nuevamente, y luego eso nos introduce para recibir las cosas literalmente, ¿ve usted?
Entonces vamos a ir a un lugarcito aquí que es muy importante, lo cual, donde el profeta nos dice algo que habría de pasar en este tiempo final.
Cuando un avivamiento acontece, o sea, cuando Dios hace algo (y encontramos que son tres éxodos; en el primero y en el segundo y en el tercero ha pasado la misma cosa): siempre produce tres clases de creyentes.
Pero luego, de la misma forma, o con lo mismo que Él trae o que vienen las tres clases de creyentes, con eso, que es la Palabra, con eso mismo los va separando, ¿ve usted?
Entonces fíjese, cuando viene manifestado en carne humana ¿qué hace?, produce tres clases de creyentes. Pero luego ¿cuándo y cómo habría de venir la separación de las tres clases de creyentes?
Bueno, mire lo que dice por aquí el profeta, lo que habría de pasar en este tiempo [SPN65-0725M “Los ungidos en el tiempo del fin”, pág. 42, párrs. 189-190]:
“189 Jesús dijo que en los últimos días (o en los días finales), cuando el tiempo se ha acabado (es cuando el tiempo de las edades ha terminado, ¿ve?)… cuando el tiempo se ha acabado y la gran resurrección ha venido, que ‘muchos vendrán a sentarse en el Reino’. El Reino de Dios está entre vosotros.
Muchos, la cizaña vendrá a sentarse junto con el trigo. Dirá: ‘¡Oh, espérese un momentito Señor! Yo hablé en lenguas, yo grité, yo bailé en el Espíritu, yo lancé demonios, yo hablé en lenguas, yo hice todas esas cosas’.
¿Qué dijo Él? Fíjese: ‘Obreros de iniquidad, nunca os conocí’.
190 ¿Qué es iniquidad? Pregúntele a cualquiera. Es ‘algo que usted sabe que debe hacer y no lo hace’. Ellos conocen esa Palabra, la oyen.
Usted está escuchando esta cinta, está escuchando este Mensaje. Usted ve al Señor Dios decirlo; usted ve que lo confirma y que Él muestra que es la verdad; y usted sabe que esto es tan claro como el sol que brilla allá afuera; pero ustedes que siguen en su denominación, que siguen en esas cosas falsas, ¡usted, obrador de iniquidad!”.
Ahora fíjese, cuando la resurrección viene, la cizaña viene también a sentarse con el trigo, ¿dónde? En el Reino. Y el profeta dice: “El Reino de los Cielos…”, o “El Reino…”. “El Reino de Dios entre vosotros está”. ¡Qué cosa tremenda les está diciendo ahí! Lo mismo que dijo el Señor cuando vino en aquel tiempo.
Juan decía: “El Reino de los Cielos se ha acercado” [San Mateo 3:1-2]; pero cuando vino Jesús dijo: “Entre vosotros está“ [San Lucas 17:21], porque es que Él era el Reino de los Cielos. La Palabra es el Reino de los Cielos, y la Palabra encarnada allí es el Reino de los Cielos. ¿Ve usted?
Entonces, ¿dónde se habría de sentar la cizaña en el tiempo de la resurrección? En el Reino; y vendrían a reclamar: “Yo hablé en lenguas, yo hice esto, yo hice lo otro”. Pero el Señor les dirá: “Obradores de iniquidad” [San Mateo 7:21-23].
¿Quiénes son ellos? Dice: “… pero ustedes que siguen en su denominación, que siguen en esas cosas falsas, ¡usted, obrador de iniquidad!”.
¿Qué dice el profeta que son las edades de la Iglesia allá? ¿Qué es la Edad de Laodicea? Dice que se denominacionalizó, se convirtió en una denominación.
¿Quiénes son estos obradores de iniquidad, esta cizaña que se vendrá a sentar en el Reino de Dios? Los de Laodicea, que no han salido de Laodicea; y quieren decir que están en el Reino, que están en el Mensaje, que están en la Palabra, pero niegan la Palabra encarnada en este tiempo, y no quieren salir de Laodicea.
Entonces quieren sentarse en el Reino, pero el Señor los descubre y les dice quiénes son ellos: “Ustedes son obradores de iniquidad, ustedes son de Laodicea, que es una denominación; y ustedes no pueden estar aquí”.
Es lo mismo de la parábola de la gran cena de boda, donde el Señor preparó una fiesta muy grande de boda para su hijo; y cuando vino a ver los invitados, había uno metido ahí, ¿dónde? En la bodas, en esa gran cena; estaba uno metido ahí pero no tenía vestido de boda [San Mateo 22:2-14].
Él… ¿qué hizo cuando vio al rey viniendo?
Él comenzó a chequearlos a toditos, y cuando vio a ese que estaba vestido con otra clase de ropa, le dijo: “Oye, tú, ¿cómo entraste aquí?”.
La Biblia dice que enmudeció, se quedó calladito la boca.
—“¿Cómo entraste aquí?”.
¿Por qué? Porque si hubiera entrado por la Puerta, tuviera el traje de Boda como los demás; pero no estaba vestido de Boda porque no entró por la Puerta.
La Puerta ¿cuál es? La Puerta siempre es la misma. ¿Cuál era la Puerta para la segunda dispensación? La Puerta para la segunda dispensación era Dios hecho carne. Él dijo —Dios hecho carne—, la Palabra encarnada dijo [San Juan 10:9]:
“Yo soy la puerta; el que por mí entrare, será salvo”.
Entonces, para entrar en el Plan de Salvación está la Puerta para salvación, que es Dios manifestado en carne con Su Nombre de salvación; pero para entrar a la Cena y a las Bodas, hay que entrar por la Puerta, que es ¿qué? Dios manifestado en carne nuevamente. Y siempre siempre, dice el profeta que el nombre está puesto sobre la Puerta.
Nadie tiene que preguntar cómo se llama el que está allá adentro, solamente lo tiene que leer ahí afuera; y el nombre que tiene ahí es el mismo que tiene el que está adentro.
Entonces, el que vive dentro de esa Casa, que es Dios en toda Su plenitud, se llama como dice ahí afuera, en la Puerta de la Casa.
Bueno, si usted le pone un nombre allá en su casa, para que cuando el cartero llegue pues eche las cartas en donde dice el nombre y la dirección, pues si usted se llama Juan Pérez, bueno sería que le ponga “José”. ¿Verdad que no cuadra? ¿Por qué? Porque el que vive dentro se llama Juan Pérez, entonces corresponde ponerle afuera en la puerta el nombre de “Juan Pérez”. ¿Ve usted? Entonces, el que pasa dice: “Ahí vive Fulano de Tal”.
Entonces, cuando Dios se ha manifestado en carne humana para redimir, ¿dónde puso Su Nombre? En la Puerta, ahí encima, en ese cuerpo; ahí le puso el Nombre del que estaba adentro. Entonces todo el mundo que miraba no tenía que preguntar cómo se llama el que está adentro, sino mirar qué nombre tiene por fuera; y por dentro se llama de la misma manera el que vive dentro.
Entonces así es en este tiempo también: el que vive dentro se llama como dice la Puerta por fuera.
Entonces por eso es que ese es el lugar de adoración, esa es la Casa donde hay que entrar para encontrarse con el que está adentro. Pero hay que pasar por esa Puerta para entrar allá.
Entonces no pasaron por esa Puerta. Se metieron ¿por dónde? Por alguna ventana denominacional, por algún lugar, por algún hueco en la pared, que hicieron para meterse acá dentro, donde está servida una cena. Que es la Cena ¿de quién? De las Bodas, del Cordero.
Y recuerde que habrá una cena y un rapto literal, pero hay una cena y un rapto espiritual. Y los que están en la cena y el rapto espiritual son los que estarán en la cena y rapto literal.
Y el que no esté vestido con la Vestidura de Boda y haya entrado por la Puerta que es la Puerta para entrar a la Gran Cena, entonces:
—“¿Cómo entraste aquí?”.
Se quedó mudo.
—“Por la Puerta no entraste, porque te hubieran puesto la Vestidura. No tienes la Vestidura de Boda, no tienes la Palabra de la Hora”.
Porque la Vestidura de Boda ¿qué es? La Palabra: la Palabra de esta edad, la Palabra de este tiempo.
¿Y cuál es la Palabra de este tiempo? “No tienes a Malaquías 4:5, Lucas 17:30, Apocalipsis 10, del 1 al 7…, no tienes toda esa Palabra. No tienes esa Palabra: Dios hecho carne hoy con Su Nombre Nuevo. Tú no tienes eso, tú no crees eso, tú no tienes eso, ¡tú no estás vestido de eso! ¿Cómo te metiste acá entonces? ¿Cómo te metiste al lado acá para estar comiendo en esa Cena?”.
Suerte que la Cena todavía no había empezado. Vino a ver los invitados. Al Señor no se le cuela nadie (!).
Aparecía que estaba adentro, parecía que iba a recibir el revestimiento, parecía que iba a comer de esa Gran Cena; pero… cuando llegó la hora de comer lo echaron fuera. Se quedó mudo, pero… Bueno, parecía que ya estaba allá adentro, parecía que estaba al otro lado.
A los que servían… A los que servían, que no son otros sino los predicadores; pero los que servían adentro, no los que servían afuera:
“Cójanme a ese individuo, átenmelo de pies y de manos, y échenmelo para las tinieblas de afuera”.
Mire, cuando ocurra el rapto y se entre a la Gran Cena del Cordero allá arriba: ¡nadie va a ser echado de allá! Porque el que puede subir en el rapto y entrar allá, ya no será echado. Es aquí, en la cena espiritual. En ese banquete espiritual es de donde es sacado todo aquel que no esté vestido de Boda.
Entonces ¿qué sucede? “Átenmelo de pies y de manos. Y ustedes que sirven desde el púlpito, ustedes que son los que sirven la comida, los que servían: Átenmelo desde ahí”.
¿Con qué va a ser atado el diablo durante el Milenio? Con la Palabra. No va a tener nada que hacer.
“Átenmelo desde ahí arriba con la Palabra. Atado de pies y manos, bien enredado. Enredado de pies y cabeza, échenmelo para abajo, donde será el lloro y el crujir de dientes”.
¿Dónde? “Échenmelo para Laodicea”, porque ahí es el lloro y el crujir de dientes espiritualmente. Viene una gran tribulación literal, pero espiritualmente también hay una gran tribulación, la cual ocurre antes de la literal.
¿Qué es lo que el diablo hace en la gran tribulación? El diablo literalmente se encarna. Y eso en lo literal, en la gran tribulación, pues estará allí encarnado, y se estará reinando en medio de todo el sistema mundial, gobernándolo todo.
Pero espiritualmente el diablo se ha metido y está sentado en esta Edad de Laodicea, hablando en términos espirituales, y está como rey.
Y el profeta dice en el mensaje titulado “El Edén de Satanás”, dice que Laodicea (esta edad) es el Edén de Satanás, ahí está su trono.
¿Ve usted que espiritualmente ya se está viviendo espiritualmente, el pueblo está viviendo espiritualmente una tribulación tremenda? Siendo gobernados por el mismo diablo, y muriéndose de hambre espiritual y de plagas espirituales; y muerte espiritual los está azotando.
Entonces primero reciben las cosas espiritualmente, y después se materializan y las reciben materialmente. Por eso encontramos que el profeta dice: “La marca de la bestia ya está; en la tribulación les viene el juicio”. ¿Ve usted?
Entonces encontramos que siempre siempre, lo más importante para nosotros es que no se nos escape el cumplimiento de las cosas en lo espiritual; porque entonces recibiremos el beneficio de las cosas literalmente cuando llegue el tiempo.
Ahora fíjense, la cizaña estaría metida en medio del trigo, pero sería separada: “Échenmelo para allá abajo”.
Y entonces pues…, ahí…, dice la Biblia que Laodicea está pobre, ciega (no ve nada), miserable y desnuda. ¿Ve usted? No tenía el traje de Boda y estaba allá metida. Desnuda de la Palabra de Dios. Desnuda, pues cualquier ropa no sirve para estar en la Gran Cena del Cordero, sino que la que sirve es la que Él le pone a uno cuando uno entra por la Puerta.
Ahora, vemos que es triste la condición de la iglesia de Laodicea; es una situación muy triste. En la tribulación el diablo se encarnará allá en lo literal. En lo espiritual está encarnado también (espiritualmente hablando) ahí en la Edad de Laodicea y en todos los que componen el ministerio en Laodicea.
El profeta dice que el diablo trabaja a través del ministerio y Dios también trabaja a través del ministerio. ¿Ve? Dios trabaja a través del ministerio de los hijos de Él.
Los hijos de Él, donde Él ha puesto ministerios, pues a través de ellos Dios trabaja. Pero el diablo trabaja a través del ministerio, de los ministros que hay que están dispuestos a servirle a él; entonces hace todas esas cosas que va a hacer en ese tiempo.
No solamente Laodicea está en una gran tribulación, sino que también ya pronto le espera una resurrección para un juicio final. Mire usted esto, un juicio final por la Palabra, por el Mensaje.
Y recuerde que ya hubo un juicio final por el Pilar de Fuego encarnado a través del profeta: trajo un juicio final, que no es otra cosa sino esto: “Yo acuso a esta generación”. Eso es un juicio final en cuanto a la forma espiritual.
Y eso nuevamente da la vuelta el ciclo, y vuelve y ocurre un juicio final en el campo espiritual, para condenar, para acusar y condenar ¿a qué? A las denominaciones y los que están en las denominaciones.
¿Qué fue lo que fue acusado aquí? Las denominaciones y los líderes de las denominaciones, de haber crucificado a Cristo por segunda vez.
Y entonces luego esa Palabra se encarna… Después que ha dejado su cuerpo el Pilar de Fuego… El Espíritu como Espíritu estaba encarnado, pero ahora quedó como Palabra. Esa Palabra se encarna, produce ¿qué? Produce una aclamación, produce una resurrección, produce un rapto; y luego produce un gran milenio.
Y luego de un gran milenio produce una resurrección espiritual general para un Juicio Final, para que luego le venga la tribulación encima. ¿Ve usted? Entonces sigue pasando como el reloj: por el mismo sitio cada vez que obra.
Ahora, encontramos que esta parte es la parte más delicada, la parte o la etapa donde estamos actualmente; porque siempre, siempre, siempre la humanidad tropieza ¿con qué? Con el velo de carne que Dios usa en cada tiempo.
Cuando el Pilar de Fuego se encarnó, tropezaron con el velo de carne. Cuando esta Palabra se encarne, este Mensaje se encarne: se tiene que encarnar en alguien, para entonces a través de alguna persona salir. ¿Salir qué? El mismo Mensaje, en la forma correcta.
Cuando el Pilar de Fuego se encarnó y vino la Tercera Etapa, ¿qué fue lo que produjo? ¿Qué fue lo que trajo? La revelación de los truenos, la revelación de los Sellos, la revelación de todo el misterio de Dios, entonces quedó como Palabra, como mensaje.
Y cuando el mensaje se encarne en alguien, ¿qué saldrá? Tiene que salir lo mismo, tiene que salir siendo predicado a través de alguien la revelación de los truenos, la revelación de los Sellos, todo el misterio de Dios de la manera correcta; y entonces a medida que sale a través de alguien, se va encarnando en cada uno de los oyentes que son predestinados para ser la encarnación de la Palabra.
Y luego cuando todo eso ocurre, después ¿qué es lo que viene? Después ese mensaje, esa Palabra viene en forma de Espíritu Santo y se mete dentro de cada uno de esos donde el mensaje en toda Su plenitud está encarnado.
Entonces después cuando el Espíritu Santo viene y se mete, ¿qué es eso entonces? Eso es la plenitud del Espíritu Santo en nosotros, eso es lo que estábamos esperando: la rellenura, la doble porción.
Pero mientras tanto lo que se está encarnando es el mensaje en un pueblo, en un grupo de escogidos, bendito el Señor para siempre. Primero se encarnó en el profeta el Pilar de Fuego y estuvo en medio del pueblo de Dios encarnado, o sea, en palabras más claras: el Espíritu Santo en carne humana estuvo en medio del pueblo de Dios, la Iglesia como grupo, la Novia como grupo recibió el bautismo del Espíritu Santo, ¿cómo? ¿Qué es recibir el bautismo del Espíritu Santo? Recibir el Espíritu dentro de uno.
Entonces la Iglesia como grupo recibió el Espíritu Santo en carne humana dentro de ella, ella recibió como grupo el bautismo del Espíritu Santo. Ahora como individuos nos falta recibirlo a nosotros, y eso ocurre después que hayamos recibido el Espíritu Santo como Palabra, como mensaje en toda Su plenitud, luego viene el Espíritu Santo como Espíritu en toda Su plenitud sobre todos nosotros, esta es la parte más importante en la cual estamos viviendo; sin esta en que estamos, no viene la otra.
Siempre nos pasa la misma cosa, que lo que Dios está haciendo en el presente es lo que no podemos ver, siempre hacemos de la misma manera: miramos para atrás, vemos lo grande que Dios hizo: “¡Oh que cosa maravillosa!“ miramos para adelante, vemos lo grande que Dios va hacer, pero no vemos lo grande que Dios está haciendo para beneficio de todos nosotros en el tiempo presente, y no es otra cosa, sino qué está haciendo Él como Palabra, como mensaje: se está encarnando y se está expresando y estamos oyendo nuevamente ¿qué? Lo mismo que fue oído cuando se encarnó en Pilar de Fuego en el séptimo mensajero.
Estamos oyendo ¿qué? Los truenos, los Sellos, el Nombre nuevo, todo eso que habló está siendo hablado nuevamente, está siendo oído, entonces fíjese, cuando fue manifestado allá, eso se encarnó en la Novia como grupo, pero nadie supo lo que fue dicho como individuo, nadie entendió nada, pero como grupo eso se quedó ahí dentro y todo el mundo como grupo aceptó que esa era la Palabra, el mensaje para la hora, pero como individuo nadie, ni ministros ni nadie entendió nada, solamente él sabía quién él era y cuál era su nombre, y nadie más lo entendía.
Pero cuando viene en esta otra etapa como Palabra encarnándose, como mensaje encarnándose y siendo predicado entonces es que podemos entender, y al oír y entender entonces lo recibimos, y al recibirlo eso se encarna en nosotros.
Entonces ¿qué pasa? Se cumple lo que dice el profeta: “La Palabra se está haciendo carne en nosotros, y nosotros nos estamos haciendo o convirtiendo (¿en qué?) en la Palabra”, y cuando eso ocurra totalmente ciento por ciento, es probable que ya algunos tengan el 10%, otros el 20, otros el 30, otros el 40, otros el 90, pero todavía nadie ha llegado al 100 ¿saben? Nadie ha llegado al 100.
Cuando se llegue al 100, entonces, pues ya terminó entonces la labor del Señor manifestándose como mensaje, y viene y se manifiesta como Espíritu Santo metiéndose dentro de cada uno de nosotros, porque eso es lo que nos está prometido, porque es la señal en carne humana, Dios manifestado en carne en el profeta, la señal como Palabra, como mensaje, y la señal como Espíritu Santo que es lo que estamos esperando que venga sobre nosotros.
Vea usted, siempre Dios se mueve en tres formas: se mueve en carne, en Palabra (como Mensaje) y en Espíritu. Es el mismo Dios pero moviéndose en tres etapas diferentes.
Y Él se perfecciona ¿en qué? En tres.
Y ahí es que llegamos nosotros a la perfección: cuando totalmente se encarne el Espíritu como Espíritu en nosotros. Pero primero se tiene que encarnar ¿cómo? En Palabra. Ya se encarnó en medio de Su Iglesia ¿cómo? En carne humana, Dios hecho carne en el séptimo mensajero.
Ahora, este es el tiempo más tremendo, más importante; y es el tiempo en que muchos no entenderán. Y también es el tiempo en que la cizaña (que se quiso colar para la Gran Cena) es echada fuera, echada para la Edad de Laodicea nuevamente.
Son de ahí y para ahí tienen que volver; porque eso ahí es donde van a ser amontonados, y ahí es donde van a ser quemados; tienen que ser amontonados y quemados ahí.
Ahora, veamos que la Tercera Etapa ¿qué era? La Tercera Etapa era la revelación de los Sellos. El Mensaje que había sido abierto, los Sellos que habían sido abiertos era la Tercera Etapa.
Entonces esos Sellos abiertos ¿qué es lo que daban a conocer?, ¿los Truenos qué era lo que daban a conocer? La Venida del Señor en carne humana.
Entonces, luego, cuando ya ha terminado ese tiempo, luego se mueve otra vez la Tercera Etapa, ¿y tiene que ser qué? Nuevamente la revelación de los misterios de Dios, de los Sellos, de los Truenos; todas estas cosas que ya habían sido reveladas al pueblo como grupo, pero que no se habían entendido; pero luego, cuando es revelada al pueblo pero como individuos, en el cual cada cual es responsable por sí, de aceptar o rechazar lo que Dios dijo por el profeta, entonces la cosa es individualmente.
No es si yo entro que usted entra. Es que usted entra si usted es un escogido. Lo verá si es un escogido; si no es un escogido no verá lo que Dios dijo por el profeta.
O sea que lo que Dios habló por el profeta solamente están predestinados para entenderlo aquellos escogidos desde antes de la fundación del mundo.
Eso es lo que hace la separación, dijo el profeta.
Lo que hace la separación de Lot y Abraham, ¿qué era? Dios manifestado en carne. Que Abraham creía en Elohim, que era Dios manifestado en carne, pero Lot no lo podía creer.
¿Quiere que se lo busque? Está por aquí. Mire, eso lo predicó el profeta en el mensaje titulado “La Palabra de Dios requiere total separación” [SPN64-0121 “La Palabra de Dios llama a una separación total de la incredulidad”], en el 1964. Dice:
“73 Ahora noten, Jesús dijo que esto acontecería otra vez. ‘Como en los días de Sodoma, así será la Venida del Hijo del Hombre’. Otra vez el Espíritu de Dios vendría sobre un mortal, en carne humana. Ese hombre comía carne de carnero y bebía leche de vaca, y comía mantequilla y pan, en carne humana. Y Abraham dijo: ‘Es Elohim, Dios manifestado en carne humana’. Jesús prometió que Dios antes de Su Venida sería manifestado en carne humana otra vez. Eso es el Espíritu Santo (solamente hay un Dios) manifestándose a Sí mismo, separando otra vez a Lot de Abraham.
74 Lot escogió al mundo; y Dios destruyó su mundo. Y separa a Abraham y a Lot. Lot, siendo el tipo de un creyente carnal que no creyó que esto era cierto”.
¿Qué fue lo que no creyó que era cierto? No creyó en Dios en carne humana, que era Elohim, Dios manifestado en carne; pero Abraham sí lo creyó. Eso es lo que hace la separación entre los dos grupos.
“[74] Él nada más se fue a Sodoma (…).
76 Lot era un centavo; Abraham era un dólar de plata. Así que tienen que ser cien Lots para equivaler un Abraham”.
¿Ve usted que la separación la hace, ¿qué? Dios cuando viene en carne humana, y cuando llega a la etapa: cuando llega a la etapa para la Palabra (que fue traída por el profeta) encarnarse la Palabra, y ser expresada de la manera correcta; entonces cuando se hace saber que Dios vino en carne humana, y que trajo Su Nombre Nuevo, y que era el Hijo de David (ese título venía acompañando a la manifestación del Hijo del Hombre)… Todas esas cosas ¿qué es lo que hacen? Hace una separación.
“No-no. Yo no creo eso”. Lot no lo podía creer.
¿Pero qué hace Abraham, que tipifica el grupo escogido? “¡Eso sí yo lo creo! ¡Eso sí está clarito! ¡Eso sí yo lo veo!”.
Lot no vio a Dios manifestado en carne. Abraham lo vio y comió con Él. Estuvieron comiendo allí bien y más. ¿Ve usted?
Entonces esto ocurre como individuo. Cuando llega el momento de separación entonces es algo individual. Usted como individuo o lo ve o no lo ve: cuando es dado a conocer en esa etapa de la Palabra, del Mensaje encarnándose y expresándose para beneficio de todo el pueblo de Dios.
Entonces en esa etapa no hay quién ayude a nadie. Si es, el que es: lo verá; y el que no es: no lo verá. Eso es lo que dice el profeta. El que lo tiene que ver: lo verá; y el que no lo tiene que ver: nunca nunca lo verá.
Y nadie se podrá colar. A esta cena espiritual no se podrá colar nadie.
Abraham estaba allá solito cenando, comiendo con Elohim, Dios manifestado en carne. Lot estaba botado por otro sitio. ¿Ve usted?
Entonces, encontramos que cualquiera que trate de colarse va a ser atado de pies y de manos, y va a salir más enredado que cuando entró. ¡Sí!… Va a salir más enredado que cuando entró, por no entrar por la Puerta. Y si no es escogido ¿cómo va a verlo?
¿Ve usted? Esto es una cosa individual entre Dios y la persona.
¿Saben ustedes que la Tercera Etapa es la revelación de la Palabra? Es la Palabra, es la Espada en la mano.
Entonces esa Palabra tiene que ser expresada, predicada; y cuando veamos eso, cumpliéndose lo mismo que fue predicado, los mismos misterios siendo revelados, siendo dados a conocer, eso es Tercera Etapa.
Y la Tercera Etapa ¿es para quién? Y estamos mirando la hora actualmente desde el punto de vista espiritual, cuando lo veamos literalmente que se cumplirá también, ya el que entró en la parte espiritual, estará también allá del lado bueno.
Ahora, vea usted que eso es Tercera Etapa, la Palabra encarnándose, velada en carne humana siendo predicada y los escogidos viéndola y recibiéndola, entonces esa Palabra encarnándose en ellos también, en todos, entonces cuando todos, cuando en todos esté encarnada entonces viene la otra parte, viene entonces el Pilar de Fuego en forma de Espíritu, no en forma de mensaje, no en forma de mensaje, de Palabra, sino en forma de Espíritu y se mete donde esté la Palabra ya encarnada.
Ahora, veamos esta partecita que es muy importante, la cual no debemos de dejar pasar, todavía no estamos en la plenitud del Espíritu, o sea, ninguno hemos recibido la plenitud, primero estamos en el proceso de recibir la plenitud del mensaje, de la Palabra, y luego recibiremos la plenitud del Espíritu.
Todos los que están en el mensaje, dicen: “Yo estoy en el mensaje y tengo la plenitud de la Palabra, porque yo la creo toda”, pero la Biblia dice y el profeta explicó esto: “El que oye mi Palabra tiene vida eterna”, y el profeta dice: “Eso no quiere decir en ningún momento el que oye literalmente sino el que entiende”.
No es decir: “Yo he oído el mensaje”, es el que entiende el mensaje, y esta es la etapa para el mensaje ser entendido porque es la etapa donde la Palabra como mensaje se ha estado encarnando y se ha estado expresando y ha estado siendo oída, para que nosotros vayamos comiéndola esa Palabra y se vaya encarnando dentro de nosotros, esta es la etapa y es Tercera Etapa.
¿Y qué es eso? Lo mismo que fue cuando fue la Tercera Etapa en el profeta. Ahora, fíjense, la Tercera Etapa será para la Novia, para las fatuas y para los perdidos totalmente, ¿ve usted que esas tres cosas se cumplieron cuando estuvo la Tercera Etapa en el profeta? Lo último fue para los perdidos.
Para la Novia fue la revelación de los Sellos dándole a conocer los misterios, abriéndole toda la Palabra, para las fatuas, pues hablándole de su posición en la Palabra y separando a las prudentes de las fatuas, nos separó de allá de las denominaciones.
Hizo la separación, y ahora en esta etapa también es de la misma manera, separación de las fatuas y las prudentes, porque también en esta etapa dentro del mensaje encontramos que están los dos grupos, y aun encontramos hasta los tres grupos, pero que al principio el primer grupo se va, luego queda el otro y después a lo último queda la separación.
Y luego lo último que es escuchado, en esta etapa donde estamos es lo mismo que fue escuchado a lo último en la etapa a través del profeta, ¿qué fue? Fue juicio a través de la Palabra, del mensaje en el cual fue juzgado ¿qué? Las denominaciones, fueron descubiertos todos los espíritus denominacionales, fueron condenados y les vino un juicio y un lago de fuego.
Todo eso se cumplió en lo espiritual y se vuelve a cumplir en lo espiritual, y luego se cumple en lo literal, el final de esta etapa en la cual estamos, que es la Palabra siendo predicada en la forma en que fue revelada con el sentido con que fue dada, esto la última parte será una predicación de juicio.
Y yo creo que estamos muy cerquita de eso, en donde será descubierto y condenado todo espíritu denominacional que se haya colado dentro en medio del pueblo que reclama estar en el mensaje.
Ahora, usted piensa o dice: “Bueno, no… ¿que dentro del mensaje se puede haber colado un espíritu denominacional?“ Bueno, vamos a ver qué dice el profeta, y si encontramos que el profeta dice algo de eso, entonces tenemos que saber que sí, que se han colado siempre en todos los tiempos los espíritus, y que no es ninguna persona que los puede descubrir, sino el mismo Señor por Su Palabra.
Encontramos que en el mensaje de Los Sellos, en el mensaje de Los Sellos, el profeta hablando acerca de los credos, el profeta dice en el mensaje de Los Sellos, página 271 al comienzo casi, dice:
“Cuando usted mezcla algo con el original, se convierte en color de muerte; como dijo Jesús de la semilla de mostaza”.
Ahí lo tienen, cuando se mezcla algo con el color original, con la Palabra pura ¿qué es lo que ha hecho? Usted ha hecho un color de muerte, denominación ¿es qué? Muerte. También dice que es un credo mezclar algo con la Palabra.
¿Y qué son denominaciones? Montón de dogmas, credos y tradiciones, ¿ve usted? Entonces este es el tiempo en que tenemos que ser muy cuidadosos porque la Palabra es pura y fue traída a través del profeta pura.
Y nosotros tenemos que ser muy cuidados porque ya por ahí está pegadito un juicio final que por la Palabra, por el mensaje Dios lo traerá, y ese juicio final será en medio de los que están en el mensaje, porque ya el juicio para todas las denominaciones fue traído cuando Dios estuvo en carne humana en el séptimo mensajero, fueron condenados todos los dogmas, credos y tradiciones, pero ahora en esta etapa viene para ser en medio del pueblo llamado escogido… [corte]… otros, por eso tenemos que estarnos chequeando y chequear el mensaje que predicamos cada vez, no vaya a ser que en algún sitio le añadamos o le quitamos, y si nos damos cuenta que sin querer le hemos quitado o le hemos añadido, enseguida arreglarlo porque cuando llegue ese momento, cuando llegue ese momento que por la Palabra sea predicado juicio, cuando el Señor mueva a hacerse, ya entonces es demasiado de tarde.
Por eso es que este momento actual en que estamos, muchas veces cometemos muchísimos errores, pero podemos arreglarlos antes de que llegue ese momento de juicio, porque en seguida que llegue ese momento, entonces lo que le sigue a eso, ¿qué es? La plenitud sobre aquellos que están bien en la Palabra, que tienen ciento por ciento de la Palabra ya encarnada dentro de ellos.
Los que sean hallados que tienen el 50% de verdad y el 50% equivocado, esos serán hallados en ese juicio, serán hallados muy mal, y vendrá Palabra de juicio y de condenación para ellos por la Palabra del Señor.
Ahora, la etapa en que estamos, pues estamos en una etapa en donde está el pueblo que tiene que oír y tiene que creer, está oyendo y creyendo, pero luego después viene otra etapa, o sea, que la cosa se mueve en tres etapas siempre, tres etapas, primero la Tercera Etapa ¿es para qué? Para la Novia, para los escogidos, luego para las fatuas y después para los perdidos totalmente.
Así que, yo creo que todavía estamos en la parte para los escogidos ¿verdad? Por eso todos los que sean escogidos en la redondez de la Tierra tendrán que oír la Palabra de la manera que es correcta, porque se ha dicho tanto a través del mundo entero, que cada cual tiene la revelación, tiene la revelación de los truenos, y el profeta que si alguno dice, aquí lo mismo lo tengo, en la página 237 dice:
“Si alguien piensa que tiene la revelación de los Siete Truenos, y eso no cuadra con toda la Palabra, entonces hay algo en error”.
Todo el mundo dice que tiene la revelación de los truenos, y la revelación de los truenos, la revelación de los Sellos y todo el misterio que ha sido consumado, todo el mundo dice que la tiene, pero esa Palabra, ese mensaje volaría nuevamente y se encarnaría el mensaje, y luego de encarnarse lo escucharíamos nuevamente como fue escuchado, y vendría en una manera tan sencillo porque ya no vendría en el ministerio de profeta, vendría en otro de los ministerios, porque cuando viene en el ministerio de profeta, cuando viene la Palabra de Dios a través del ministerio de profeta, es Dios hablando a través de labios humanos, y es la mente de Dios hablando conforme a Su propio pensamiento.
¿Y quién entendió la mente del Señor? ¿Y quién le fue a Él su consejero? Así que cuando Dios habla a través de un profeta, ¿quién entiende? Solamente los predestinados saben que es Dios el que está hablando, pero lo que ha sido hablado nadie o casi nadie lo entiende, pero después cuando esa Palabra viene, esa Palabra que fue hablada viene y se mete en otro ministerio, y sale de ese otro ministerio predicado, entonces es que lo podemos entender.
Cuando sale entonces siendo enseñada esa Palabra, siendo esa Palabra velada, metida dentro de alguien, entonces si lo podemos entender y entonces pues lo encontramos fácil, entonces podemos decir: “Pero qué fácil, qué sencillo se ve eso ahora”.
Encontramos que hay muchas cosas en el mensaje y nosotros las leemos, las buscamos y no le encontramos explicación a eso, las miramos por aquí: “Bueno, si yo voy a entender eso según lo estoy leyendo, conforme a mi mente, yo veo ahí una contradicción, si yo leo por aquí lo dijo el Señor de ir a bautizar en el Nombre de Padre, Hijo y Espíritu Santo, y después miro lo que hicieron allá en el Día de Pentecostés: que bautizaron a todo el mundo en el Nombre del Señor Jesucristo, yo veo ahí una contradicción”.
¿Ven? Pero, ¿qué pasa? Pero si eso mismo lo ve a través de esa misma Palabra que se metió en carne humana y luego fue predicada por los discípulos, entonces lo ve y lo entiende bien, ¿ve usted? Porque ya usted no está mirando directamente con su propia mente lo que fue dicho a través de la manifestación de Dios en carne, sino que eso mismo que fue dicho, está pasando a través de algún ministerio, porque hay cinco ministerios en el cuerpo de Cristo, entonces va pasando por los ministerios; y cuando va pasando, entonces cuando llega a usted a través de alguno de los ministerios, eso mismo que vino primero, entonces usted lo puede entender, si lo mira usted por su cuenta entonces no entiende ni papa.
Por eso miramos a través del mensaje del profeta y encontramos que el profeta también dice que nunca Dios tiene dos profetas mayores al mismo tiempo, y lo repite y lo repite y lo repite, después de tanto repetirlo cuando abre el quinto y el sexto Sello, dice que Dios tiene dos profetas ahí para el pueblo de Israel.
Usted dice: “Oye, esto echa a perder todo lo que había dicho”, porque aparentemente hay una contradicción ahí, pero no puede haber ninguna contradicción, eso todo depende de cómo Dios estaba colocado en el profeta hablando eso que habló, entonces cuando lo habló desde una posición, pues no es lo mismo que cuando lo habló de la otra posición.
Entonces si miramos eso, vemos que es una cosa bien sencillita, pero qué duro es meterle la mente a eso, nuestra propia mente y enfrentarnos a eso directamente como fue hablado, porque no nos cuadra por ningún sitio; pero si el Señor, si esa Palabra que fue hablada se vela en carne en alguno de los ministerios, entonces al velarse en carne ¿qué pasa? Entonces donde esté velado, entonces la persona es enseñada por el mismo Señor y entonces el Señor le dice, le deja ver qué quiere decir eso, qué es eso, qué es eso, qué es eso, y entonces después puede pararse y predicar: “Esto es esto, esto es esto”, entonces todo el mundo entonces podemos decir: “Ah, pero ahora mira qué claro está eso, mire que no hay ninguna contradicción”, ¿ven? Pero siempre tiene que estar velada la Palabra de Dios donde quiera que esté.
Ahora, Tercera Etapa y el cuartito pequeño y la espada en la mano es la misma cosa, y después en lo literal lo veremos literalmente, pero ahora estamos en el campo espiritual pasando por esas etapas, y mientras estamos en el campo espiritual siempre, siempre para poder verlo, tenemos que estar en una posición espiritual delante del Señor.
Por aquí tenemos algo más, estamos viendo cómo la cizaña se sentó en el Reino ¿verdad? Junta, pero no cuando esté materializa la cosa allá arriba, porque allá arriba no va a entrar, es acá mientras está en la forma espiritual, y está habiendo la separación, cada cual cogiendo para su sitio.
¿Qué es lo que está haciendo la separación? La misma Palabra cuando la oyen de la manera que es: “Mira, de eso no quiero saber”. ¿Y qué es lo que hacen? Enseguida se separan y no hay ningún problema, es que es el tiempo de separación del trigo y de la cizaña; y entonces ¿qué pasa cuando la cizaña agarra para su sitio y todos cogen para allá para laodicea? ¿Qué es lo que tienen allá? Una fiesta ¿de qué? De carne podrida, del mensaje pasado ya de tiempo.
El mensaje de laodicea ya pasó de tiempo, eso es carne podrida, eso es lo que dice el profeta que es halcones velando carne podrida para comérsela, y él dice: “Están velando conejos podridos por ahí para agarrarlo y comérselo”.
Tienen una fiesta de un fricasé de conejo allá, comiendo conejo podrido, pero eso de nada le alimenta; pero los escogidos tienen una fiesta de comida genuina, tienen una gran cena, la gran cena del Cordero, la gran cena de la Palabra, ¿y qué es eso? El profeta dice: “Eso es una ración de siete ardillas, siete sellos, Siete Truenos por ahí”.
¿Y qué es eso? Espiritualmente hablando fíjense, el profeta por la Palabra iba a cazar y no habían ardillas, y hablaba la Palabra y creaba ardillas, esas ardillas venían por la Palabra hablada, y esa Palabra hablada se materializaba, y después que se materializaba las cazaba, las llevaba para allá, las agarraba, las llevaba.
Y allá pues en una ocasión me parece que fue a la casa de la hermana Hattie Wright y allá le prepararon comida, y así, pues encontramos que eso que literalmente se llevaba a cabo, él iba y cenaba, y cenaban con él, eran participantes de ese fricasé pero no de conejo, sino de ardillas las cuales venían por la Palabra hablada, la revelación de los Sellos, la revelación de los truenos que ha venido por la Palabra hablada, esa es la comida para las águilas: la Palabra hablada materializada.
Y luego de materializada, ¿qué es eso? Esa Palabra materializada ¿qué es? Lucas 17:30 y todas esas Escrituras materializadas, la manifestación del Hijo del Hombre entonces comiéndose ¿qué? La Palabra que se materializó, Dios que se encarnó ahora comiéndonolo espiritualmente, comiéndonos la materialización del Hijo del Hombre, comiéndonos el Nombre nuevo del Señor.
Muchos dicen: “No, no, yo no quiero comer de esa comida”. No, esa es comida de ardillas creadas por la Palabra de Dios, por revelación, fue Dios el que lo habló a través del profeta, y fue Dios el que reveló a través del profeta el misterio de los truenos y de los Sellos.
“No, lo que queremos es conejo, lo que queremos es el mensaje de la edad pentecostal”, ah, ese es de… un fricasé de conejo, pero no, ¿y sabe? Un fricasé de conejo, ahí tienen siete edades de la Iglesia cada mensaje de esos ¿qué es? Carne podrida ya, cada mensaje de esos es carne de conejo en fricasé, ¿para qué? ¿Dónde se lo van a comer? En la edad pentecostal.
Pero arriba hay un grupo que está en la gran cena del Cordero hablando espiritualmente, ¿qué está comiendo? Está comiendo la carne del Hijo del Hombre, la carne del Hijo del Hombre.
A esa gran cena no puede entrar nadie más nada más que los escogidos porque ahí nadie se puede colar, nadie se puede colar, estamos en la gran cena del Cordero en términos espirituales, fuimos raptados, porque antes de la cena viene el rapto, y antes del rapto ¿qué viene? Tercera etapa.
Hemos estado pasando por eso, y eso es como individuos, por supuesto sabemos que habrán países en otros lugares como en los Estados Unidos que a lo mejor todavía no han pasado por esas etapas como individuos, pero tienen que pasar si quieren llegar a comer en la gran cena del Cordero, si quieren comer la carne del Hijo del Hombre.
Entonces a cada sitio y a cada persona le toca su turno, ¿ven? Así que, estamos ahí arriba comiendo, festeando, estamos en la santa convocación, porque la santa convocación era hecha ¿cuándo? El día octavo, no el día séptimo; estamos en la santa convocación en lo espiritual, luego vendrá en lo literal donde seremos llamados, seremos raptados y llevados en la santa convocación para cenar con el gran Rey.
Pero en lo espiritual que es lo más importante ahora, porque muchos miran lo literal y se les pasa por encima lo espiritual, y el que no esté en lo espiritual, en la santa cena espiritual, no estará en la gran cena del Cordero en lo literal; el que no esté en el rapto espiritual hoy, no estará en el rapto literal pronto, porque el grupo que va a ser raptado será el grupo de la piedra angular.
Entonces vemos que todas estas cosas se han estado moviendo en una forma maravillosa en el estado espiritual, el cual es lo más importante para todos nosotros, fíjense, ¿vio que yo les dije que había habido una resurrección de las tradiciones, de laodicea? Luego cuando se ha movido esta otra parte: la Palabra encarnándose en su pueblo, el mensaje encarnándose, ¿qué ha estado sucediendo? Del 74, del 73 para adelante ha estado habiendo ¿qué? Una resurrección espiritual también, y ha estado habiendo ¿qué? Un rapto espiritual.
Nos tenían metidos allá en laodicea espiritualmente hablando, y de momento el Señor nos sacó de allá, del '74 para atrás todo el mundo creíamos que estábamos en la edad de laodicea, y no entendíamos eso de la edad de laodicea y la edad de la Palabra, todo el mundo colocaba la piedra angular despegada, pero cuando el Señor se movió en esta etapa del mensaje siendo manifestado y el mensaje encarnándose, ¿qué ha pasado? Nos ha mostrado que la piedra angular vino, que Dios manifestado en carne ha venido, nos ha mostrado que ya han habido dos coronaciones que es la piedra angular viniendo al mensajero, al séptimo mensajero y que lo coronó con la plenitud, Dios en toda Su plenitud en carne humana.
Luego vino ¿a qué? A la Iglesia y la coronó con la plenitud de Dios en medio de la Iglesia, pero no la plenitud en cada uno de los individuos, sino en medio de la Iglesia. Cuando vino Dios en este tiempo, vino y se metió dentro de la Iglesia, ¿y qué es eso? Dios en toda Su plenitud metido dentro de Su Iglesia en carne, eso es siendo coronada la Iglesia, pero ellos rechazaron la corona.
La corona para la Iglesia hebrea ¿cuál era? Dios en carne humana en medio de ellos, la corona para la Iglesia gentil ¿qué es? Dios en carne humana en medio de la Iglesia gentil, pero los escogidos de todas las edades no lo rechazaron, estaban esperándolo, y cuando vino está coronada la Iglesia como grupo, los escogidos, la Iglesia escogida como grupo está coronada y falta nosotros como individuos ser coronados, es lo único que falta y es lo que estamos esperando que acontezca en cada uno de nosotros como individuos.
Ahora, fíjense qué sencillo es todito esto, es tan sencillo que la sencillez con que Dios hace las cosas es lo que hace que uno si no abre los ojos no vea lo que Dios está haciendo, porque es tan sencillo, es tan… es una forma que el profeta dice que la Tercera Etapa, el Ángel le dijo: “No será un espectáculo público”, que si usted va a buscar las cosas por apariencia, lo menos que tendrá es apariencia, lo menos que tendrá es apariencia.
Si usted va a buscar la Tercera Etapa, que es la revelación de la Palabra, la revelación de los Sellos, de los misterios, si usted los va a buscar por apariencia, mire, usted acepta mejor cualquier predicación, que la verdadera predicación de la Palabra, de los misterios de Dios como son, ¿por qué? Porque no habrá ninguna atracción.
Cuando esa etapa, esa Tercera Etapa de la Palabra siendo traída de la manera correcta, cuando se manifieste, cuando esté en medio del pueblo de Dios, nadie se dará cuenta, sino los escogidos, el resto se ocupará de buscarle faltas a esa Palabra siendo traída, y preferirán escuchar a cualquier predicador que hable bonito y que tenga apariencia de predicador, de ministro de teología y de todas esas cosas o mucha mímica.
Usted sabe que mucha gente, el pentecostalismo principalmente, hemos sabido que cuando en el pentecostalismo los cultos están muy fríos, vienen y dan dos o tres patadas en el piso y se prende la cosa, ¿ven? Mucho ruido, mucha mímica, y ahí reciben, pero es emociones.
Y así pasa, la Tercera Etapa no es una etapa de emociones, sino es la Palabra siendo traída, siendo dada a conocer al pueblo de Dios, y entonces cuando eso ocurre, como todo el mundo dice que tiene la Palabra y que predica la Palabra, quién podrá hacer diferencia, sino los escogidos, porque nadie más, solamente los escogidos son los que podrán ver.
El resto dice que el anticristo, anti-Palabra manifestada a través de predicadores, engañará a todo el mundo y aun a los escogidos si fuera posible; si fuera posible, pero no es posible porque los escogidos son la Palabra, y ellos no escuchan otra cosa, sino la Palabra.
Y cuando los escogidos escuchan la Palabra, ellos ven que es la Palabra y la aceptan, el que no es escogido, dice: “No, no, ¿fulano de tal y fulano de tal? Es mejor oír a través de acá o de allá o de allá, porque esto está dudoso”. Pero no un escogido.
El que es escogido dice: “Eso es Palabra sobre Palabra”, ¿por qué? Porque lo dijo el profeta, porque esta Tercera Etapa no será lo que alguna persona dirá, sino lo que ya Dios dijo volviéndose a oír a través de algún predicador o a través de predicadores, eso será la Tercera Etapa, porque esa Tercera Etapa que es la Palabra, correrá y se meterá a los ministerios, ministerios ordenados por Dios en medio del pueblo de Dios, y entonces pasa al pueblo, y el pueblo la oye y la recibe.
Entonces no habrá más preocupaciones de quién tendrá la verdad, de dónde estará la verdad, dónde estará la Palabra, porque el profeta dice: “Cuando un abismo clama, hay otro para responder”.
Entonces ¿cuál ha sido el clamor a través de tantos y tantos años de nosotros? “¡Oh Señor! Por acá y por allá y todo el mundo predica y dice que tiene la verdad, y cuando uno lo junta todo, uno enseña esto mismo de una manera, otros de otra, unos lo ven de una forma, otros de otra, Señor, quisiéramos ver y oír Tu Palabra a través de alguien, de quién sea, de la manera correcta para recibirla”.
Y cuando un abismo clama, hay otro para responder desde arriba, y entonces ¿qué hace Dios? En esa Tercera Etapa viene y mete esa Palabra, ese mensaje dentro de alguien y entonces empieza a salir, y todo el mundo ¿qué va a pasar? Cuando lo vea salir comienza a mirar, ¿y dónde tropiezan? En el velo siempre.
Pero si miramos no al velo sino a la Palabra que sale y la chequeamos, veremos siempre, siempre que es la Palabra viniendo a través de carne humana para beneficio de todos nosotros, si nos ponemos a pelear, en vez de ser de beneficio ¿de qué va a ser? De juicio porque después de la bendición viene el juicio, y después del juicio todo el mundo cobra el que salga mal en el juicio.
Pero fíjense que siempre que Dios hace algo, siempre también salen las imitaciones, salió Dios usando al hermano Branham, salieron los imitadores también, así que siempre habrán imitaciones, todo el mundo tratando de imitar, pero la cosa es que el profeta dijo: “Esta Tercera Etapa no puede ser imitada porque no será un espectáculo público”.
Todo será tan sencillo que nadie lo podrá imitar ni lo querrá imitar porque no tendrá atracción, y saben que la gente lo que quiere siempre es imitar ¿qué? Lo que atrae, no las cosas sencillas, sino lo que atrae la atención de todo el mundo y lo que produce dinero y lo que produce lo que la gente quiere.
Pero la Tercera Etapa es algo sencillo, lo cual hace la separación, lo cual es para la Novia, para las fatuas y para el mundo.
Estamos viendo todas estas cosas cómo el Señor las ha estado moviendo, cómo Dios ha estado guiando a Su pueblo todos estos tiempos pasados, todos estos años pasados, y no se nos debe escapar a nosotros lo que Dios prometió que habría de hacer, porque después que Él haga eso, ¿qué pasara? Después que Él haga eso el carro prenderá, después que Él haga eso el fuego de Dios, la plenitud de Dios vendrá, y el pueblo de Dios, los escogidos que son comparados con un carro, ese carro prenderá con la plenitud de Dios, y caminará nuevamente el Señor ese camino otra vez: “Yo recorreré este camino otra vez”.
Dios otra vez en toda Su plenitud lo recorrerá, en Espíritu primero lo recorre, en carne otra vez (el profeta), después lo recorre en Palabra y después lo recorre en Espíritu metido dentro de los escogidos, la misma Tercera Etapa pero el carro tenía que hacérsele un arreglito porque había algo malo que no lo dejaba caminar y prender, y fue llevado ¿dónde? A un taller de mecánica para hacerle un chequeo, un arreglo, pero la cosa es que el mecánico no pudo hacerle nada; pero cuando le apareció un hombre bien vestido, él le dijo: “¿Quieres que te explique algo para que puedas lograr arreglar el carro?“ Lo miró, lo vio bien vestido, pero dijo: “Sí, explícame”. - “Hazle esto, hazle esto, hazle esto”.
Fíjense, el profeta dice que el gran mecánico que sabemos que es Dios manifestado en carne, que es el Espíritu Santo encarnado en el séptimo mensajero es el que tiene que decir cómo es que se hace el arreglo, le dijo: “Pon esto, junta esto con esto, junta esto con esto, junta esto con esto, entonces ponlo en tiempo, ¿ves? Junta Malaquías 4:5 con Lucas 17:30”, ya eso es álgebra. Malaquías 4:5 por Lucas 17:30 ¿qué da? Dios manifestado en carne, ese es el resultado, y por ahí sigue, el Séptimo Sello por los Siete Truenos ¿qué da? La Segunda Venida de Cristo, eso es álgebra.
“Entonces junta eso con eso, junta eso con eso y ponlo en tiempo, junta todito eso y después ponlo en tiempo, sácalo de la edad de laodicea y ponlo arriba, ponlo en el tiempo que le corresponde, en el tiempo de la edad de la Palabra. Entonces ponlo ahí y coloca todo en su sitio, y después que esté todo bien…”.
Y yo creo que estamos en el proceso ese de estar poniendo todas las cosas en su lugar, poner esto por aquí, y aquí, y esto aquí, juntando todo lo que corresponde para después. “Ahora, ve, ponle la llave y prendelo y verás como el fuego, la chispa corre y entonces ese carro sale caminando”. Estamos esperando la plenitud, estamos esperando esa chispa que corra, pero hay poner todo en tiempo, juntar todo lo que va con una cosa, juntarlo para verlo de la manera que es; y después que ya todo está listo entonces viene la plenitud de Dios, entonces estamos viendo que Dios está poniendo cada cosa en su lugar para beneficio de todos nosotros.
No hay nadie grande en medio del pueblo de Dios, todos somos pequeños, todos somos iguales, el único grande ¿es quién? El Señor que está en medio de Su pueblo en forma de Palabra, de mensaje, entonces estamos viendo que estamos en esa etapa maravillosa en la cual es de bendición para todo el pueblo del Señor.
Yo creo que estamos bastante avanzaditos en este tiempo y ya algo está por acontecer, allá las naciones americanas, los Estados Unidos están celebrando sus 200, empezando, ellos están empezando; yo creo que nosotros casi estamos terminando, pero ellos están empezando su año número 200, es dudoso que lo vayan a terminar; y si es dudoso que puedan terminarlo, entonces es dudoso que a nosotros nos quede mucho tiempo aquí.
Por lo tanto, ellos celebran su gran fiesta, ellos han visto su estatua de la libertad, pero nosotros hemos visto la estatua de la libertad nuestra: Dios hecho carne, ese es nuestra estatua de la libertad con su brazo levantado, sus brazos de poder levantados, hemos visto que tiene también una corona, coronado, está coronado, y todas estas cosas maravillosas que hemos estado viendo a través de la Palabra del Señor, lo hemos visto como Rey de reyes y Señor de señores en este tiempo.
Ya estamos al final, y ya lo único que falta quizás sean dos o tres cositas de poner en su lugar, y quizás dos o tres partes o miembros del cuerpo de este grupo de escogidos que va a recibir la plenitud, que escuche, quizás están en los Estados Unidos los últimos que faltan.
¿Cómo podemos hacer para que llegue esta parte del mensaje allá a ellos? Bueno, tenemos que hacer nuestra parte por ellos, porque si no, no viene la plenitud sobre nosotros, si no, no viene la plenitud sobre nosotros.
Bueno, hay mucho para los escogidos en esta hora final, tenemos que llegar a ser la Palabra ciento por ciento, ¿cómo nos convertimos en la Palabra ciento por ciento? A medida que la recibimos, ¿y cómo la vamos a recibir? A medida que se nos predica, ¿y cómo la vamos a predicar? A medida que el que la predique la reciba correctamente de parte de Dios.
Entonces estamos en ese proceso bien, un proceso bien avanzado, un proceso bien delicado, un proceso en el cual toditos estamos aprendiendo en esta hora en que estamos, luego lo que Él ha prometido literal, vendrá literal, luego la Tercera Etapa vendrá literal también. Ahora, encontramos que primero se mueve en forma espiritual.
Bueno, vamos a estar puestos en pie en esta mañana. ¿Han visto ustedes el rapto? ¿El rapto espiritual? Eso es lo importante, verlo y saber que uno está adentro, saber que uno fue raptado en ese rapto, luego automáticamente estará en aquel que ha de venir.
Vamos cantar un corito, vamos a cantar ese corito que dice… yo creo que el corito del amén, o el del rapto, hemos estado hablando del rapto.
“EL RAPTO ESPIRITUAL”.