--- title: 'Los Obreros del Templo de Dios' date: 2001-07-07 activity: 1 place: city: Austin state: Texas country: US duration: 01:30:38 public: true youtube: rm: true translations: files: --- Muy buenas tardes, ministros, compañeros en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino; es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo. Para lo cual quiero leer en el Salmo 127, verso 1; y también Proverbios, capítulo 9, verso 1; y capítulo 24, verso 3. Leemos el Salmo 127, verso 1. Dice: *“Si Jehová no edificare la casa,* *En vano trabajan los que la edifican;* *Si Jehová no guardare la ciudad,* *En vano vela la guardia”.* Y en Proverbios, capítulo 9, verso 1 en adelante, dice: *“La sabiduría edificó su casa,* *Labró sus siete columnas”.* Y en Proverbios, capítulo 24, verso 3, dice: *“Con sabiduría se edificará la casa,* *Y con prudencia se afirmará;* *Y con ciencia se llenarán las cámaras* *De todo bien preciado y agradable.* *El hombre sabio es fuerte,* *Y de pujante vigor el hombre docto”.* Y ahora, para que tengamos un cuadro claro de lo que hemos de hablar en esta ocasión, leemos Primera de Crónicas 22, verso 14, donde dice (dice el rey David): *“He aquí, yo con grandes esfuerzos he preparado para la casa de Jehová cien mil talentos de oro, y un millón de talentos de plata, y bronce y hierro sin medida, porque es mucho. Asimismo he preparado madera y piedra, a lo cual tú añadirás.* *Tú tienes contigo muchos obreros, canteros, albañiles, carpinteros, y todo hombre experto en toda obra.* *Del oro, de la plata, del bronce y del hierro, no hay cuenta.* *Levántate, y manos a la obra; y Jehová esté contigo”.* Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. Nuestro tema es: “OBREROS DEL TEMPLO DE DIOS”. **“LOS OBREROS DEL TEMPLO DE DIOS”.** En estos pasajes que hemos tenido, hemos visto, en esta ocasión que habló el rey David, que Dios puso en el corazón del rey David el construir una Casa para Dios; así como lo había hecho con el profeta Moisés, al cual le reveló el modelo del tabernáculo que Dios quería que construyera; y lo primero que le mostró, para la construcción de ese tabernáculo, fue el arca del pacto. Y ahora, encontramos que Moisés fabricó, construyó ese tabernáculo, y tuvo obreros que trabajaron en la construcción de ese tabernáculo; y fue un templo, un tabernáculo para Dios, en donde Dios moró. Fueron bienaventurados aquellos obreros que trabajaron en la construcción de ese tabernáculo, y fueron más bienaventurados los que trabajaron en la parte del lugar santísimo y en la construcción del arca del pacto, con todo lo que conllevaba la construcción del arca del pacto; porque el arca del pacto tipifica a Cristo, donde está la Palabra de Dios, y es la Palabra de Dios; y el propiciatorio tipifica el Trono de Dios en el Cielo, por lo tanto también tipifica a Cristo, que es el Templo de Dios y Trono de Dios cuando estuvo aquí en la Tierra, el lugar de morada de Dios, el Hombre-Templo de Dios. Por eso frente al templo en Jerusalén, que había construido el rey Herodes, dijo: “He aquí uno mayor que el templo”[1](https://carpa.com/es/conferences/2001/07/los-obreros-del-templo-de-dios#sdfootnote1sym). Porque un Templo de carne, un Templo humano, es mayor que un templo de piedras y de madera y metales terrenales. Ahora, también Él dijo: “Destruyan este Templo, y en tres días lo levantaré”[2](https://carpa.com/es/conferences/2001/07/los-obreros-del-templo-de-dios#sdfootnote2sym). Pero las personas que no comprendían que se refería al Templo de Su cuerpo…, que es el Templo donde Dios estaba habitando en toda Su plenitud…, pues ya Dios no habitaba en el templo aquel que estaba en Jerusalén. Aquel lo construyó el rey Herodes y ni siquiera tenía el arca del pacto, ni siquiera tenía el propiciatorio, y por consiguiente no tenía la Columna de Fuego allí. Y ahora, ¿dónde estaba la Columna de Fuego? Estaba en el Templo humano: Jesús. Se había hecho carne en un nuevo templo: un Templo humano, el cual nació de la virgen María; y cuando Juan el Bautista bautizó a Jesús, vino el Espíritu Santo en toda Su plenitud sobre Jesús, y moró en toda Su plenitud en Jesús. Y ahora, por eso podía decir, hablando de Su cuerpo como el Templo de Dios: “Destruyan este Templo y en tres días lo levantaré (lo resucitaré)”. Ahora, encontramos que al tercer día Cristo resucitaría, levantaría ese Templo que sería destruido, o sea, que sería crucificado, matado. Y ahora, por cuanto la Iglesia del Señor Jesucristo (y cada miembro de la Iglesia de Jesucristo) está representada en Jesucristo, encontramos que la Iglesia del Señor Jesucristo también pasaría por una etapa —como Iglesia— en la cual, luego de haber nacido el Día de Pentecostés, llegaría el tiempo en que sería crucificada espiritualmente, lo cual sucedió en Nicea; y luego pasaría por un tiempo de sepultura; y luego al tercer día vendría la resurrección de la Iglesia. Tendría sus diferentes etapas por las cuales pasaría para obtener esa resurrección; y ahora, eso es la restauración de la Iglesia del Señor Jesucristo. Ahora, la Iglesia del Señor Jesucristo está representada en el tabernáculo que construyó Moisés, porque aquel fue el templo de Dios en medio del pueblo hebreo; y luego en el templo que construyó el rey Salomón, porque aquel fue el templo de Dios en la Tierra, en medio del pueblo hebreo, en la tierra prometida. Y ahora no está ni el tabernáculo que construyó Moisés, ni el templo que construyó el rey Salomón. En el templo que construyó el rey Salomón hubo personas bienaventuradas: fueron los que trabajaron en la construcción de ese Templo, y el pueblo que ofrendó para Dios, para la construcción de ese templo. Y ahora, si fueron bienaventurados todos ellos (los que trabajaron en una forma o en otra forma en la construcción de ambos templos), son bienaventurados también los que trabajan en la construcción del Nuevo Templo que Cristo está construyendo. Y así como tuvo el rey Salomón muchos obreros, tuvo el rey Salomón muchos obreros, canteros, albañiles, carpinteros, y todo experto en toda obra; así también Cristo, el Hijo de David, en la construcción del Nuevo Templo, que es Su Iglesia, ha tenido muchos obreros de edad en edad; y ha tenido un mensajero junto al cual ha colocado obreros, ministros fieles y prudentes, que han trabajado con sus congregaciones brazo a brazo en la construcción de ese Templo. Y en cada edad el mensajero ha tenido que colocar la parte, construir —Cristo por medio del mensajero— la parte del Templo correspondiente a esa edad; y ha colocado junto al mensajero valientes colaboradores, ministros que han trabajado brazo a brazo con su grupo de trabajo, con colaboradores también que han tenido esos ministros (otros ministros también junto a ese ministro), y diferentes personas de su congregación, que han tenido diferentes talentos para ser de ayuda en la construcción de ese Templo. Y ahora, vemos que así ha sido de edad en edad hasta llegar hasta nuestro tiempo. San Pablo hablándonos de la construcción de ese Templo, y el reverendo William Branham también hablándonos de la construcción de ese Templo…, dice en la página 265 del libro de *Las Edades*, dice el reverendo William Branham: *“96. Como ya hemos mencionado, Jesús se identifica con el mensajero de cada edad. Ellos reciben de Él la revelación de la Palabra para cada edad. Esta revelación de la Palabra saca del mundo a los escogidos de Dios y los coloca en unión completa con Cristo Jesús. Estos mensajeros son llamados estrellas porque brillan con una Luz prestada o reflejada, la Luz del Hijo, Jesús. También son llamados estrellas porque son ‘portadores de luz’ en la noche. Así que en la oscuridad del pecado, ellos traen la Luz de Dios a Su pueblo”.* Y ahora, hemos visto con quién se identifica Jesucristo de edad en edad: con el mensajero de cada edad. Se vela y se revela en el mensajero de cada edad, y llama y junta a los escogidos de cada edad, y coloca en el Cuerpo Místico de Cristo, en el Templo de Dios, la Iglesia de Jesucristo, coloca esas piedras vivas. Pero junto a ese mensajero hay otras personas, otros obreros, trabajando brazo a brazo con él. Ahora, lo que está sucediendo, ¿qué es? Está realizandose la construcción del Templo de Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo. Ahora, hay muchas personas que trabajan en el campo religioso, en el campo espiritual, en medio del cristianismo; y trabajan y trabajan; pero todos tienen que saber que la obra de cada persona será probada, y el Día declarará si esa fue una obra correcta en la construcción del Templo espiritual de Dios, o sea, en la construcción de la Iglesia del Señor Jesucristo. El Día la declarará: el Día Postrero. El Día del Señor declarará si esa obra pertenece a la construcción del Cuerpo Místico de Cristo; o si fue un ranchito que hizo por allá y dijo que era la Iglesia del Señor Jesucristo; si construyó, si hizo una denominación: construyó un rancho, y le hizo un rancho a la gente. Pero el que trabajó brazo a brazo con el mensajero de cada edad en la Obra de Cristo: estuvo en la construcción de este Templo espiritual, de la Iglesia del Señor Jesucristo. Y su obra será declarada, en el Día Postrero (en el séptimo milenio de Adán hacia acá y tercer milenio de Cristo hacia acá), que esa fue una obra en la perfecta voluntad de Dios; por lo tanto, esa obra pasará la prueba. Pero recuerden que los que no pasen la prueba, la prueba de la Palabra… La obra de cada cual será probada por el fuego, y el que no pase la prueba, recuerden que de la boca del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, sale una espada de dos filos; y de Apocalipsis, capítulo 11, verso 3 en adelante, sale fuego de sus bocas, fuego de la boca de los Dos Olivos. El fuego de Apocalipsis 11 es la espada de dos filos de Apocalipsis 19, del Jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19: es la Palabra saliendo de la boca de Cristo. Eso es lo que dice el reverendo William Branham en la página 361 del libro de *Los Sellos*. Dice: *“152. Sabemos que el fuego del capítulo 19 de Apocalipsis, viene de Cristo, una espada sale de Su boca, la cual es la Palabra. ¿Correcto? Oh, hermano, obtenga el conocimiento de estas cosas para la apertura del Séptimo Sello mañana. Con la espada, Dios devora a Sus enemigos.* *153. Ahora fíjense en esto: Cuando estos dos profetas están profetizando, si cualquier hombre les hace daño, entonces fuego sale de su boca, el Fuego del Espíritu Santo —la Palabra. La Palabra es Dios, la Palabra es fuego, la Palabra es Espíritu, la cual procede de sus bocas. Fíjense en Moisés: Allá en Egipto estaban maltratando a los judíos, Faraón no los dejaba ir. Entonces Dios puso Su Palabra en la boca de Moisés, eran los pensamientos de Dios entrando al corazón de Moisés; y entonces él sale para expresar estos pensamientos, y cuando los expresa, vienen a ser la Palabra de Dios”.* Habló las diferentes plagas, y vinieron a existencia; eran los pensamientos de Dios colocados en el corazón y la mente del profeta Moisés. Y cuando habló esos pensamientos divinos que recibió de parte de Dios, ¿qué sucedió? Los habló y luego se materializaron. Recuerden que antes de Moisés hablar, Dios le hablaba a Él; y colocaba en Moisés, en el corazón y la boca de Moisés, lo que Moisés tenía que hablar. Eso fue lo que Dios le dijo allá en el Monte Sinaí cuando le llamó: le dijo: “Yo pondré en tu boca lo que tú haz de hablar; pondré mis Palabras en tu boca”. Ahora, podemos ver que este misterio del fuego saliendo de Su boca, es el mismo misterio de la Palabra saliendo de Su boca. Y ahora, Cristo será el que determinará qué obra pertenece a la construcción del Templo espiritual de Cristo, y qué obra no pertenece; quién trabajó realmente en la Obra del Señor Jesucristo, en la construcción del Templo de Dios, la Iglesia del Señor Jesucristo; y quién trabajó pero su obra no es contada como parte de la construcción de la Iglesia del Señor Jesucristo. Ahora veamos, cuando una persona trata de hacer una denominación o hace una denominación, toda labor que hace queda fuera de la construcción del Templo espiritual de Cristo; y la persona ha traído muerte al traer a existencia una denominación. En la página 282, del libro de *Las Edades,* dice el reverendo William Branham: *“55. Yo acabo de decir que esta edad dio lugar a un gran desarrollo del espíritu denominacional. Si la actitud de* *los corintios de: ‘Yo soy de Pablo, yo de Cefas’ en alguna ocasión fue manifestada, ha sido ahora. Hubo luteranos, hussitas, el partido de Zwinglio, etc. Tal fragmentación del Cuerpo fue deplorable, estaban viviendo un nombre pero estaban muertos. Ciertamente estaban muertos, murieron en el mismo momento en que se organizaron”.* Cuando una persona trata de hacer una denominación, está buscando la muerte para él y para todos los que se unen a él, la muerte espiritual. Y si recibe muerte espiritual, luego no va a recibir vida cuando sea juzgado. Ahora vean: *“Ciertamente estaban muertos, murieron en el mismo momento en que se organizaron”*. Por eso cuando alguna persona invita a los obreros del Templo espiritual de Cristo a organizarse en una denominación, los verdaderos obreros del Cuerpo Místico de Cristo le dicen: “¡No! ¡Eso es muerte!”. Y en el momento en que una persona forma una denominación, una organización, una denominación: él, con los que se unen a él: mueren. Dice: *“… murieron en el mismo momento en que se organizaron. Los grupos grandes se organizaron y se unieron en matrimonio con el Estado* (eso fue cuando se unió la religión y el Estado)*; allí encontraron el fin, fueron liquidados”.* Y ahora, vamos a ver algo que nos dijo nuestro hermano Branham en el libro de *Citas*. Página 167 dice, párrafo 1488 hasta el 1490, dice: *1488 - “Ahora, ¿han notado ustedes, cada tres años después de una gran reunión, lo que tiene lugar? Una denominación* (o sea, luego tiene lugar una denominación; comienzan bien, y después terminan mal)*. Esto es veinte años* (o sea, ‘ya tenemos veinte años’)*…”.* En el tiempo del hermano Branham, para esos días, dice: “Tenemos veinte años”. *“Esto es veinte años* *y ninguna denominación. Querido Cordero moribundo, que nunca haga eso”.* ¿Ven? Por eso el hermano Branham nunca estableció una denominación, para todos ser llamados por el mismo nombre y tener un presidente denominacional a cargo de esa denominación; y al morir ese presidente entonces elegirían a otro presidente. El hermano Branham se mantuvo libre y mantuvo libre al pueblo, para que cada congregación con su ministro fuera independiente y trabajara en la Obra de Cristo, y mantuvieran compañerismo los unos con los otros. Estaban unidos en Amor Divino a través de la Palabra de Dios para su tiempo, pero nunca formó una denominación. Si hubiera sido correcto el formar una denominación, él lo hubiera hecho; si hubiera sido correcto formar nosotros una denominación, ya lo hubiera hecho; pero no es permitido formar una denominación; y por eso nunca yo les he dicho que formemos una denominación. Aun le puse en Puerto Rico un nombre sencillo, para que nadie tomara ese nombre para luego todos los demás ponerle ese mismo nombre a su grupo. Tomamos el nombre: “La Carpa”, para que así nadie tomara ese nombre para ponérselo a su grupo; lo cual, si alguno lo ha hecho, lo ha hecho mal. Cada persona debe buscarse un nombre y registrarlo en el Gobierno, así como un grupo independiente. Hay países en donde no lo permiten, y entonces se juntan algunos ministros y bajo un nombre trabajan como asociados, pero se mantienen independientes, y eso es autónomos funcionando en el Programa de Dios. Cuando una congregación va para otro país a trabajar, no debe ponerle el nombre de su congregación a grupo alguno que abra en otro país, o a los demás grupos que abra en otro país, no sea que Dios le cuente como denominación o un espíritu denominacional a esa persona, todo eso que está haciendo. Recuerden que después del trabajo que hagamos vendrá un juicio para todos los obreros que han trabajado en la Obra de Dios. Aun los ángeles mensajeros serán juzgados por lo que han predicado y lo que han trabajado en la Obra de Cristo, y sus grupos también. Así que tenemos que tener mucho cuidado en estas cosas, para evitar que la obra nuestra sea rechazada por Dios y sea quemada en el fuego. Ahora, continuamos leyendo aquí. Dice: *“Querido Cordero moribundo, que nunca haga eso* (o sea, que nunca haga una denominación)*. Si yo me voy en esta generación, que la gente que cree este Mensaje nunca vayan a aceptar una denominación. Dios… ¡Ustedes morirían allí mismo!”.* Al aceptar una denominación, al hacer, formar una denominación, ahí es la muerte espiritual para ese grupo de ministros y sus congregaciones. *“¡Recuerden* *eso! ¡La misma hora que* *ustedes mencionen* *denominación entre ustedes, no me importa cuán sinceros ustedes son, tomen un hombre por su* *líder* *en vez del Espíritu Santo para confirmar esta Palabra, esa es la hora que ustedes mueren!”.* Es el Espíritu Santo el que de edad en edad ha confirmado Su Palabra prometida para cada edad, por medio del mensajero de cada edad; porque en el mensajero de cada edad se ha hecho carne la Palabra, y a través del mensajero ha venido la Palabra de Dios para esa edad; y ha sido así vindicada, confirmada, hecha realidad, la Palabra prometida para cada edad. Pero cuando hacen una denominación es la denominación la que dice lo que la gente tienen que entender, tienen que creer, y es la denominación la que le dice a la gente las cosas que ellos piensan que ya Dios hizo, y las cosas que ellos piensan que Dios está haciendo, y las cosas que ellos piensan que Dios va a hacer; porque ellos interpretan las cosas que están prometidas, las interpretan a su manera, o sea, con una mente humana, es por razonamiento humano; y no tienen la revelación del Espíritu Santo para su edad, la cual viene solamente por medio del mensajero de cada edad. Pero el pueblo y los obreros fieles, que trabajan en el Cuerpo Místico de Cristo de edad en edad, tienen la revelación divina para su edad por medio del mensajero de la edad; a través del cual el Espíritu Santo revela a él Su Mensaje, Su Palabra prometida para esa edad, y luego él la revela al pueblo. Eso es el Espíritu Santo a través de ese mensajero revelándole a los obreros Su Palabra prometida para ese tiempo, y revelándosela a todo el pueblo. Y ese es el Mensaje de la edad en que los obreros están viviendo de etapa en etapa, de edad en edad. Y ese Mensaje, esa Palabra revelada, es la que tienen que ir llevando, moviendo, ¿para qué? Para que Dios llame y junte a los escogidos de Dios para ese tiempo, y se vaya así construyendo el Templo de Dios en la etapa correspondiente a esa edad. Cualquier otra persona que no esté en armonía con el Mensaje correspondiente a esa edad (que es dado por Cristo al mensajero; y del mensajero pasa a los ministros y al pueblo), cualquier persona que no esté en armonía con ese Mensaje de esa edad, su obra no es contada como parte del Templo espiritual de Cristo. Ahora, podemos ver lo importante que es mantenerse bajo el liderazgo del Espíritu Santo en cada edad. Y el liderazgo del Espíritu Santo en cada edad viene a través del mensajero de cada edad. Ese no es un hombre que los ministros han colocado ahí para que sea su líder, ese no es un hombre que ha sido colocado para ser el presidente de una denominación, o que ha fundado una denominación; sino que ese es el hombre colocado por Dios en la Tierra, en Su Cuerpo Místico de creyentes, para estar frente a la construcción del Templo espiritual de Cristo; a través del cual el Espíritu está de edad en edad llevando a cabo la construcción de ese Templo. Y junto a ese mensajero coloca obreros para trabajar en la Obra de la construcción de ese Templo. Ahora, vamos a continuar leyendo. Leímos: *1488 - “¡La misma hora* *que ustedes mencionen denominación entre ustedes, no me importa cuán sinceros ustedes son, tomen un hombre por su líder en vez del Espíritu Santo para confirmar esta Palabra, esa es la hora en que ustedes mueren!”.* Luego, en el párrafo que le sigue, párrafo 1489, dice: *1489 - “La muerte del Pentecostés* (o sea, de los pentecostales, de la séptima edad de la Iglesia) *produce el arrebatamiento de la Novia.* *¿Ven? La muerte de Lutero produjo a Wesley* (o sea, a los wesleyanos con Wesley)*”.* O sea que al morir la edad luterana, cuando se organizó, luego surgió la edad wesleyana; salieron de los luteranos los wesleyanos; la vida que estaba en esa edad luterana salió a otra edad con Wesley, otra etapa de la construcción del Templo espiritual de Cristo. *“¿Ven? La muerte de Lutero produjo a Wesley. ¿Ven? La muerte de Wesley produjo Pentecostés. La muerte de Pentecostés produce el Mensaje ahora”.* Y el párrafo 1490, de esta misma página 167, dice: *1490 - “Y ustedes tienen que morir en la edad Pentecostal* (o sea, a la séptima edad)*, no dejar nada de ello sobrando, quemarlo con fuego, porque va a ser quemado como el tallo de donde salió el trigo”.* ¿Ven? De la séptima edad luego sale el trigo para subir más arriba. Recuerden que la vida va subiendo del tronco, sigue subiendo de edad en edad, hasta llegar a la parte alta. Dice: *“… porque va a ser quemado como el tallo de donde salió el trigo. El tallo, la denominación, tiene que ser quemado. Por eso, no lleven su denominación al Mensaje nuevo. Esta es la Palabra”.* Y ahora, no es el hermano Branham sino el mensajero de la séptima edad de la Iglesia entre los gentiles. Estuvo en la séptima edad, porque fue el mensajero de la séptima edad de la Iglesia, la Edad de Laodicea, la edad pentecostal; pero luego fue echado fuera el Espíritu Santo, y por consiguiente su mensajero; pues cuando echaron fuera el mensajero, echaron fuera el Espíritu Santo que estaba en el mensajero. ¿Y qué pasó con él? Quedó entre la séptima edad y la Edad de la Piedra Angular. Pero él anuncia que viene la Edad de la Piedra Angular, él anuncia que viene una nueva etapa. Vamos a ver la página… vamos a buscar una página aquí, página 134, párrafo 1193, dice: *1193 - “Conviértase en parte de la Palabra, en parte de la Palabra de hoy. Usted no puede ser parte de la Palabra del día de Moisés”.* Y eso es lo que hacen los que quieren tener los sacrificios de animalitos, los que quieren guardar día sábado, los que quieren ser circuncidados, y así por el estilo. ¿Qué quieren ser ellos? La Palabra del tiempo de Moisés. Pero el reverendo William Branham dice: *“Usted no puede ser parte de la Palabra del día de Moisés. Esa parte de hecho está, eso fue los pies. Estamos en la Cabeza ahora. Esto es Cristo. No el tiempo de los brazos allá en Lutero; no, este es el tiempo de la Cabeza: Cristo, la Piedra Angular, viene al Cuerpo. / Y vemos la gran reforma de Lutero en aquella edad, y de Wesley, y de los pentecostales. Ahora estamos esperando la Piedra Angular de la Ciudad”.* Y en la página 134 misma que estamos leyendo, el párrafo 1197, dice: *1197 - “Él prueba todas Sus Palabras - todas Sus Palabras. Solo piensen en ello: ¡Todas Sus Palabras! Y ustedes eran Su Palabra. Él era la Palabra, y ustedes eran parte de Su Palabra. Y eso es la razón que ustedes fueron mandados acá, para confirmar su lugar en la vida. No creo que ustedes captarán eso. Él es la Palabra. ¿Ahora lo captan? Él estaba en los pies en Lutero, en los muslos en Wesley, en los hombros en pentecostés. ¿Ven lo que quiero decir? Él es la Cabeza. Ustedes tienen una parte que se junta, esta hora que ahora estamos viviendo”.* O sea que el tiempo del reverendo William Branham, la hora en que estaban ellos viviendo, dice aquí, en el año 1964, en el mensaje “Probando Su Palabra”, dice: *“… esta hora que estamos viviendo ahora. No la parte de los pies, no la parte del muslo, no la parte del hombro, sino la parte del cuello”.* Y eso es lo que está *aquí,* la parte del cuello; pero luego viene la Piedra Angular, la Cabeza. Es muy importante conocer todo este misterio de la Edad de la Piedra Angular, para así recibir los beneficios de lo que Dios ha prometido para este tiempo final, porque de otra forma perdemos los beneficios correspondientes a este tiempo final. Ahora, nos encontramos nosotros no en el tiempo ni de los pies, ni de los muslos, ni de los hombros, ni del cuello tampoco: Nos encontramos en el tiempo de la Cabeza, que es la Edad de la Piedra Angular; para, como obreros del Templo de Dios, trabajar en la construcción de esa edad. No trabajamos en la construcción de una edad pasada; porque los obreros para la construcción de una edad pasada ya estuvieron aquí con su mensajero, y trabajaron en la Obra de Cristo, y construyeron la parte de la Iglesia de Jesucristo, la parte de ese Templo espiritual correspondiente a esa edad. Y no les vamos a dañar su trabajo, no vamos a romper su trabajo para hacerlo nosotros. Tenemos mucho trabajo en nuestra edad. Por eso los dejamos quietecitos a ellos, descansando en el Paraíso con el grupo de escogidos de su edad, y decimos: “El trabajo que hicieron estuvo bien hecho; pero a nosotros nos ha tocado trabajar más arriba: en la Edad de la Piedra Angular”, la edad perfecta, la edad que será construida y será hallada perfecta por Jesucristo nuestro Salvador; por lo cual será una edad eterna, la Edad de la Cabeza, la Edad de la Piedra Angular, donde hemos sido nosotros colocados para estar trabajando como obreros en el Templo de Dios. Ahora, hemos visto lo importante que es trabajar conforme al Plano de Dios. Hay un Plano, un diseño establecido por Dios para la construcción de ese Templo; y no puede ser alterado. Por lo tanto, trabajemos como buenos obreros en la construcción del Templo de Dios, en mutuo compañerismo y en mutuo acuerdo todos nosotros. En una construcción (y si es una construcción muy importante), si los obreros están peleándose el uno con el otro, un obrero hace algo para que el trabajo que haga el otro le salga mal, y entonces la construcción toda sale mal. Pero si están todos en armonía y bajo la dirección del ingeniero, y del maestro de obra colocado para estar al frente de la obra, y estar trabajando conforme a como el maestro de obra dice que trabajen…; porque el que tiene el plano… Ustedes buscan en una construcción, y ¿van a encontrar que todos los obreros que están trabajando en la construcción tienen el plano? No, porque cada uno diría: “No, no. Esto es lo que hay que hacer”. El otro diría: “No, esto otro”. Lo tiene el maestro de obra colocado por el ingeniero. Por lo tanto, el Ingeniero y Contratista es Cristo. ¿No fue Él el que ordenó buscar obreros? ¿No fue Él el que ordenó contratar obreros? ¿No fue Él el que contrató obreros? Él es el que contrata los obreros, y contrata a todos los obreros, incluyendo al maestro de obra. No va a poner un maestro de obra que trate de saber más que el Ingeniero y Arquitecto y Constructor, que es Jesucristo; porque le haría un templo no para Dios. Esa es la clase de templo que hacen las denominaciones, esa es la clase de templo que hacen las organizaciones: hacen un templo, pero Dios no lo acepta, porque no es un templo conforme al diseño celestial establecido por Dios; y no están bajo la dirección del Ingeniero, Arquitecto y Constructor, que es Cristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia. Aunque digan que lo están, no lo están. Están construyendo una casa denominacional. Pero la verdadera Iglesia del Señor Jesucristo es construida por Cristo, el Dueño, Arquitecto, Ingeniero y Constructor, con los obreros que Él ha contratado de edad en edad, y el Maestro de Obra correspondiente a cada edad, que es el mensajero de cada edad, a través del cual los pensamientos del Ingeniero y del Arquitecto y Constructor (los cuales están plasmados en el Plano), son transmitidos al Maestro de construcción: él conoce todas esas rayas y esos números que están ahí, en ese Plano, los demás obreros no, porque ellos no fueron instruidos para estar leyendo el Plano sino para estar trabajando en la construcción del Templo de Dios. Cada Maestro de construcción recibe el Plano: recibe la revelación divina para su edad; tiene las dos consciencias juntas, y por eso puede recibir el Plano, puede recibir los pensamientos divinos revelados a él para esa edad en que está viviendo; para que construya, con los obreros que Dios le ha dado, construya esa parte del Templo de Dios, esa parte de la Iglesia del Señor Jesucristo, esa edad de la Iglesia. En el Maestro de construcción está Cristo en Espíritu Santo siempre, obrando y llevando a cabo a través de él la Obra de construcción de ese tiempo. Y los que están brazo a brazo con ese mensajero están brazo a brazo con el que está en y con ese mensajero: están brazo a brazo con Cristo en Espíritu Santo, que está en ese mensajero. Y ahora: “Si Jehová no edifica la Casa, en vano trabajan los edificadores”. Si Jehová, Jesucristo en Espíritu Santo, no es el que está edificando Su Casa en cada edad, por medio del Maestro de construcción y con los obreros de construcción de ese tiempo, en vano trabajan los otros que trabajan, creyendo que están trabajando en la construcción del Templo de Dios, de la Iglesia del Señor Jesucristo, compuesta por los escogidos de Dios. Ahora, veamos lo que dice San Pablo en Primera de Corintios, capítulo 3, verso 9 en adelante. Dice: *“Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios”.* Y ahora, vean ustedes, somos colaboradores de Dios; como todos los que trabajan en la construcción —digamos— de un edificio, son colaboradores con el ingeniero, el arquitecto y el maestro de construcción. Por lo tanto, todos son colaboradores del Dueño de ese Edificio, son todos colaboradores de Dios, porque es un Templo para Dios el que está siendo construido. Y San Pablo dice que todos nosotros “somos colaboradores de Dios, y vosotros labranza de Dios, edificio de Dios”; “y vosotros (dice) Templo de Dios, edificio de Dios, labranza de Dios”. O sea, eso es la Iglesia del Señor Jesucristo: el edificio de Dios, la labranza de Dios, el Templo de Dios; y nosotros somos colaboradores de Dios trabajando en Su Obra en este tiempo; así como fueron colaboradores de Dios los que trabajaron en cada edad con el mensajero de cada edad, en el cual estuvo Jesucristo en Espíritu Santo llevando a cabo la Obra de construcción. Por lo tanto, si Jehová, Jesucristo en Espíritu Santo, edifica Su Casa, pues no trabajamos en vano en Su Casa, porque estamos trabajando bajo el liderazgo de Jehová, de Jesucristo, el Ángel del Pacto, el Espíritu Santo, en nuestra edad; como trabajaron en edades pasadas bajo el liderazgo del Espíritu Santo el mensajero con el grupo de obreros de su tiempo. *“La sabiduría* (dice) *edificó su casa”*, dice en Proverbios, capítulo 9, verso 1. Y en Proverbios, capítulo 24, verso 3, dice: “Con sabiduría se edifica la casa”. Y ahora, Jesucristo ha sido hecho Sabiduría de Dios. En Proverbios también, capítulo 8, está aquí Cristo identificado cuando dice este capítulo 8, verso 12: *“Yo, la sabiduría, habito con la cordura,* *Y hallo la ciencia de los consejos”.* Y aquí este: *“Yo,* *la* *sabiduría,* *habito* *con* *la* *cordura”*, ese ‘Yo’ es Cristo. Vean, vamos a ver: en el mismo capítulo 8, verso 22, en adelante, dice: *“Jehová me poseía en el principio,* *Ya de antiguo, antes de sus obras.* *Eternamente tuve el principado, desde el principio,* *Antes de la tierra”.* Y ahora, en Apocalipsis, capítulo 3, verso 14, dice que Jesucristo es el principio de la Creación de Dios. Y aquí Cristo se identifica como el que tiene el principado; es Cristo, la Sabiduría, identificado aquí; es Cristo, la Sabiduría, revelado aquí como la Sabiduría. Vean, dice… sigue diciendo: *“Antes de los abismos fui engendrada;* *Antes que fuesen las fuentes de las muchas aguas.* *Antes que los montes fuesen formados,* *Antes de los collados, ya había sido yo engendrada;* *No había aún hecho la tierra, ni los campos,* *Ni el principio del polvo del mundo.* *Cuando formaba los cielos, allí estaba yo;* *Cuando trazaba el círculo sobre la faz del abismo;* *Cuando afirmaba los cielos arriba,* *Cuando afirmaba las fuentes del abismo;* *Cuando ponía al mar su estatuto,* *Para que las aguas no traspasasen su mandamiento;* *Cuando establecía los fundamentos de la tierra,* *Con él estaba yo ordenándolo todo,* *Y era su delicia de día en día,* *Teniendo solaz delante de él en todo tiempo.* *Me regocijo en la parte habitable de su tierra;* *Y mis delicias son con los hijos de los hombres”.* Este es Cristo aquí como la Sabiduría de Dios. Por eso dice el capítulo 9, verso 1, ahí mismo: *“La sabiduría edificó su casa,* *Labró sus siete columnas”.* Y ahora, en la Casa de Dios que Cristo está edificando, Cristo ha labrado sus siete columnas, que son sus siete ángeles mensajeros con sus siete edades. ¿Pero se habrán acabado las columnas en el Templo de Dios? Recuerden que una columna en el Templo espiritual de Dios es una persona importante; y estos siete ángeles mensajeros son siete personas importantes en la construcción de este Templo espiritual: fueron las columnas en la construcción de este Templo, para la construcción de cada edad. Pero ahora, para la Edad de la Piedra Angular, la promesa de Cristo en Apocalipsis, capítulo 3, verso 12, es: *“Al* *que* *venciere,* *yo* *lo* *haré* *columna* *en* *el* *templo* *de* *mi* *Dios”.* Por lo tanto, ese Vencedor es el Ángel Mensajero del Señor Jesucristo, enviado a la Iglesia del Señor Jesucristo para ser la persona instrumento de Cristo; y Cristo en Espíritu Santo velarse y revelarse en él y a través de él, y colocar en él Sus pensamientos divinos, y a través de él traer esos pensamientos divinos en forma de Palabra hablada, para que se materialice en Su Iglesia la construcción del Lugar Santísimo; la construcción del Lugar Santísimo, que es la construcción de la Edad de la Piedra Angular con piedras vivas. Y los que estarán con ese mensajero serán los obreros fieles y prudentes que Cristo colocará a su lado en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular, y en el entrelace de la Dispensación del Reino con la Dispensación de la Gracia. Toda persona que habrá trabajado —cuando se termine toda la labor y estemos transformados—, toda persona que habrá trabajado junto a cada mensajero, de acuerdo a la guianza del Espíritu Santo a través de cada mensajero, será contado como un obrero que trabajó en la construcción del Templo de Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo. Los que trabajaron por su cuenta, a su manera, según sus propios pensamientos, pues no trabajaron conforme a los pensamientos divinos que fueron revelados al mensajero, y él los puso por obra trabajando en la Obra de Cristo y dándolos a conocer, dándolos a conocer por medio del Mensaje que trajo ese mensajero. El Mensaje de cada mensajero fueron los pensamientos de Dios para cada edad, expresados a través del mensajero; y así es para la Edad de la Piedra Angular. La Palabra de Dios para la Iglesia de Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular son los pensamientos divinos expresados por medio del mensajero de la Edad de la Piedra Angular. Y ahora, hemos visto cómo la Sabiduría ha estado edificando Su Casa, Su Iglesia, que es el Templo de Dios, la Iglesia del Señor Jesucristo. Y hemos visto cómo hemos sido identificados en esta construcción del Templo espiritual de Cristo como obreros del Templo de Dios; lo cual es un privilegio muy grande. Y no vamos a perder esta bendición tratando de construir una denominación, tratando de construir otra casa, la cual Dios no va a aceptar. Así que permaneceremos firmes, con gozo y con fuerzas y con ánimo y con entusiasmo, trabajando en la construcción del Templo de Dios como obreros del Templo de Dios. Hemos visto quiénes son los obreros del Templo de Dios. Nuestro tema ha sido: **“LOS** **OBREROS** **DEL** **TEMPLO** **DE** **DIOS”.** Ahora, en esa construcción hemos visto cómo son unidos a Cristo los escogidos escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero; y con ellos es formado este Templo para Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo. El reverendo William Branham nos mostró ahí, en la página 265 del libro de *Las Edades,* que Cristo se identifica con el mensajero de cada edad, y le revela Su Palabra a Su mensajero; él la predica, y son llamados los escogidos de Dios para esa edad, y son colocados en unión completa con Cristo esos escogidos; son sacados del mundo, del reino de las tinieblas, del reino del diablo, y son colocados en el Reino de Cristo, en la Iglesia del Señor Jesucristo, para la edad que les toca vivir; es esa la forma en que son unidos con Cristo. Vean, en la página 116, párrafo 1022, dice el reverendo William Branham: *1022 - “Y en los últimos días, como nos ha sido dicho, así como fue en los días de Sodoma, la Novia se unirá por la Palabra de Dios hecha manifiesta en la carne”.* ¿Cómo será la unión de la Iglesia con Cristo? Por medio de la Palabra de Dios hecha manifiesta en carne. Así fue en cada edad pasada y así es en nuestra edad. Vamos a ver en la página 259, párrafo 1414, lo que dice ahí (que va con esto), dice… más abajo dice: *1414 - “Es la Palabra la que da el sí o el no”.* Y es la Palabra, Cristo, el que identifica quién es parte de Su Iglesia-Novia, de Su Templo, y quién no. Y es Cristo, la Palabra, el que identifica quiénes son obreros del Templo de Dios y quiénes no son obreros del Templo de Dios. Ahora, hemos visto este misterio de LOS OBREROS DEL TEMPLO. Eso está también en las diferentes parábolas. Por ejemplo, en la parábola donde el padre de familia[3](https://carpa.com/es/conferences/2001/07/los-obreros-del-templo-de-dios#sdfootnote3sym) tenía preparado una fiesta de boda para su hijo, mandó a buscar a los invitados, y ellos comenzaron a excusarse porque no quisieron venir; y entonces el padre de familia mandó a buscar por los caminos, por las plazas y por todos los lugares, a la gente, a toda clase de personas; y cuando vino el Siervo que fue enviado, el Espíritu Santo, obrando y llamando por medio de Sus diferentes mensajeros, llamando a la gran fiesta… Pues son bienaventurados los que son llamados a la Cena de las Bodas del Cordero[4](https://carpa.com/es/conferences/2001/07/los-obreros-del-templo-de-dios#sdfootnote4sym). Y todos han sido llamados, invitados; pero los que son llamados y reciben esa invitación, la aceptan: son bienaventurados. El llamado salió. Y luego el Siervo, el Espíritu Santo, le dice al Padre: “Ya he hecho como mandaste y todavía hay lugar”. Durante las siete edades se hizo como mandó Dios, el Espíritu Santo hizo como Dios mandó, obrando a través de Sus mensajeros y los obreros que brazo a brazo estuvieron con ese mensajero, y, dice: “Y todavía hay lugar”. Y ahora, cuando todos pensaron que ya la Casa estaba llena, porque ya había enviado al séptimo ángel mensajero, y tuvo su ministerio y se fue, todo el mundo pensó: “Ya la Casa está llena, ya no hay más lugar”. Pero miren, hay lugar *acá* arriba, en la etapa de la Edad de la Piedra Angular. Entonces el Padre de Familia mandó por los diferentes lugares, a las salidas de los caminos, a llamar a cojos, a mancos, a todos, y dijo: *“Para que se llene mi casa* (y que se llene mi Casa)*”.* A la salida de los caminos denominacionales…, porque hay muchos caminos, y todos dicen que llevan a Dios, y todos dicen que tienen a Cristo. Pero miren ustedes, ahora: a la salida de todos los caminos, por lo tanto tienen que salir, es a la salida de todos los caminos; tienen que salir de todos esos caminos personas para entrar a la Gran Fiesta de las Bodas; tiene que llenarse la Casa, la Iglesia del Señor Jesucristo; tiene que llenarse de los invitados, que son los que tienen sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, desde antes de la fundación del mundo. Y luego salió el Espíritu Santo y buscó a la salida de los caminos, y llenó la Casa; lo cual pronto se completará, se cumplirá en toda su plenitud. Ya esta parte que quedaba, la cual dijo el Espíritu Santo al Siervo: “Ya he hecho como dijiste y todavía hay lugar”, ahora ese lugar es la Edad de la Piedra Angular; se ha estado llenando, pero todavía está buscando los que faltan; y no sabemos cuántos faltan, pero por medio de Él llevar el Mensaje por todos los lugares —que es la Voz de Cristo para nuestro tiempo— son llamados y juntados los escogidos del Día Postrero en esa parte que quedaba vacía; y es la parte más importante, porque es la parte del Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Cristo. No puede Dios venir a Su Templo, Su Iglesia, que está construyendo Cristo, hasta que esté construida y dedicada a Dios. Y Cristo no la puede dedicar a Dios, para que more en toda Su plenitud en Su Iglesia, hasta que esté construido ese Templo espiritual para Dios. Pero pronto se completará esa construcción, porque el Espíritu Santo está trabajando en esa construcción en esa parte final. Jehová, Cristo, el Espíritu Santo, es el que está edificando Su Casa, pero está usando instrumentos, obreros de construcción, de construcción del Templo para Dios. No son cualquier tipo de obreros. Son obreros de construcción de terminación; porque es la parte más importante del Templo de Dios, es la parte donde Dios morará en toda Su plenitud, y en donde Dios adoptará a Sus escogidos. A través de los apóstoles y a través de los siete ángeles mensajeros, Dios nos dio una muestra de lo que Él hará más adelante, en la Edad de la Piedra Angular. Por eso el reverendo William Branham, en la página 119 del libro de *Citas,* dice: “Lo que ustedes han visto manifestado en parte, será manifestado en toda su plenitud, en todo Su poder; y eso será cuando venga la apretura; y entonces será esa la Tercera Etapa, la cual será para…”. Vamos a leerlo (porque ya veo que ustedes también están buscando). Dice en el párrafo 1057, al final dice, hablando de la Tercera Etapa dice: *1057 - “Ella habla por sí mismo. Pero traté de explicar los otros (o sea, las otras etapas) e hice un error en mi opinión. Yo no digo que el Señor me dijo esto. Esto será lo que empezará la fe para el rapto, para irse. Yo tendré que quedarme callado por un tiempecito. Ahora recuerden (y tú que estás oyendo esta cinta): tú vas a ver un cambio en mi ministerio luego,* *decayendo, no levantándose; decayendo. Ya estamos en la edad y no puede ir más allá* (no puede ir fuera del tiempo que a él le corresponde)*. Tenemos que esperarnos aquí un minuto hasta que esto acontezca acá para alcanzarlo* (o sea que no acontecerá allá en la etapa que él estaba, sino en otra etapa)*. (…) Y entonces viene el tiempo, y la presión está en un lugar donde tú estás oprimido, entonces mira (lo que estoy preparando para decirte en estos momentos): Mire la Tercera Etapa entonces, será absolutamente y totalmente para los perdidos, pero será para la Iglesia y la Novia…”.* O sea, que el mundo va a ver esa Tercera Etapa manifestada en todo su poder; también la Iglesia, las vírgenes insensatas o fatuas, que van a pasar por la gran tribulación, van a ver esa etapa también; porque será para ellas también. Y será para la Novia, para los escogidos, que van a ser raptados con Cristo. Y luego también el pueblo hebreo va a ver esa etapa y dirá: “¡Esto es lo que nosotros estamos esperando!”; porque el Séptimo Sello obrará para Israel también, como el Sexto Sello también obrará para Israel. Por eso es tan importante la construcción del Templo de Dios: porque es en el Templo de Dios, cuando Él, Cristo, lo dedique a Dios como lo dedicó Moisés a Dios, y como lo dedicó Salomón a Dios, Cristo lo dedicará a Dios, ese Templo ya construido y perfecto; y Dios entrará en ese Templo en toda Su plenitud, y tendremos un Templo transformado, tendremos un Templo eterno, tendremos a cada miembro del Templo espiritual de Cristo con cuerpos eternos, inmortales, incorruptibles y glorificados. Y entonces, vean ustedes, todo el poder de Dios estará ahí, todo el poder de Dios dado a Cristo estará ahí, manifestado en toda Su plenitud. Y será la primera ocasión en que todo el poder de Dios estará colocado en la Iglesia del Señor Jesucristo para llevarse a cabo esa Tercera Etapa, en donde ocurrirán los grandes milagros, maravillas y señales que están profetizados para ser cumplidos en la Carpa que fue vista en la visión que tuvo el reverendo William Branham. Y por cuanto todos los milagros y maravillas y señales grandes, dijo el reverendo William Branham que son para Moisés y Elías —y eso es para la Edad Judía—, vean ustedes cómo está ligado el ministerio de Moisés y Elías, de los Dos Olivos, con la Visión de la Carpa. Para que ocurran todas esas señales y milagros y maravillas en el cumplimiento de la Visión de la Carpa, tienen que estar los ministerios de Moisés y Elías en la Iglesia del Señor Jesucristo, ¿dónde? En la Edad de la Piedra Angular. ¿Dónde estaban en el tabernáculo que construyó Moisés? Estaban en el lugar santísimo, representados allí en los dos querubines de oro; porque esos dos querubines de oro en el Cielo representan a Gabriel y Miguel; y en la Tierra, en la Iglesia de Jesucristo, representan a los Dos Olivos. Luego, cuando Salomón construyó el templo, en adición colocó en el lugar santísimo dos querubines de madera de olivo cubiertos de oro. La madera de olivo representa la humanidad y el oro representa la Divinidad: la parte humana con la manifestación de la parte divina, de la Divinidad, bajo el ministerio de los Ángeles del Hijo del Hombre, que vienen con Gran Voz de Trompeta llamando y juntando a todos los escogidos de Dios, los cuales son los ministerios de Moisés y Elías, los ministerios de los Dos Olivos. Esos son los ministerios para el Lugar Santísimo en el Día Postrero. Ahora, podemos ver que eso dará cumplimiento a la promesa profética de San Mateo, capítulo 16, verso 26 en adelante, donde dice: “¿De qué le vale al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con Sus Ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras”. Y Él viene con Sus Ángeles. Y tiene que venir ¿a dónde? A Su Templo, Su Iglesia. Y tiene que colocarse sobre el Propiciatorio, Cristo tiene que colocarse ahí, el Hijo del Hombre; y a cada lado los Ángeles del Hijo del Hombre, que son los ministerios de Moisés y Elías; como fueron vistos en el Monte de la Transfiguración (en el capítulo 17 de San Mateo) cuando llevó a Pedro, Jacobo y Juan, y se transfiguró delante de ellos en aquel monte alto, llamado actualmente el Monte de la Transfiguración; y aparecieron a cada lado de Jesús: Moisés y Elías, mostrando el orden de la Venida del Hijo del Hombre en el Reino de Su Padre, viniendo en gloria con Sus Ángeles. Y ahora, vean las grandes bendiciones que hay para el Templo de Dios. Y nosotros somos bienaventurados en ser los obreros del Día Postrero, en la construcción del Templo de Dios en la etapa correspondiente al Lugar Santísimo de ese Templo, que es la etapa de la Edad de la Piedra Angular. Por eso es que en Apocalipsis, capítulo 10, Cristo, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo; en Apocalipsis, capítulo 5, toma el Título de Propiedad, el Libro; y luego lo abre en el Cielo. El reverendo William Branham dice que eso será cuando se haya completado el Cuerpo Místico de Cristo, cuando haya entrado hasta el último de los escogidos de Dios. ¿Ven? ¿Por qué? Porque viene, Cristo toma el Título de Propiedad en el Cielo, lo abre en el Cielo, y lo trae a la Tierra; y en Apocalipsis, capítulo 10, se lo entrega a un hombre; el hombre se lo come, y entonces le es ordenado profetizar. Por lo tanto, la profecía del Día Postrero sobre muchos pueblos, naciones y lenguas viene por medio de ese que se come el Librito que trae Cristo abierto. Y tiene que estar en la Iglesia, porque Cristo trae a Su Iglesia ese Librito para ser colocado en el Lugar Santísimo. Por eso cuando es revelado todo este misterio, los escogidos de Dios también se estarán comiendo ese Librito a medida que se van comiendo el Mensaje que Cristo en Espíritu Santo trae por medio de Su Ángel Mensajero. Cuando Cristo se levante del Trono del Padre y venga con el Librito abierto en Su mano, y lo entregue a un hombre, al mensajero del Día Postrero: lo adoptará; porque ese es el Título de Propiedad, el cual tuvo Adán, pero cuando pecó le fue quitado, y Dios permaneció con él en Su diestra. Y Cristo ha estado redimiendo a todas las personas que tienen sus nombres ahí escritos, en el Libro de la Vida del Cordero. Vean, cuando Dios sacó al ser humano del Huerto del Edén, vean ustedes todo lo que perdió: perdió el Título de Propiedad. El diablo no tiene el Título de Propiedad. Dios lo tiene en Su diestra. Y Cristo está haciendo Intercesión por todos los que están ahí escritos, porque Cristo conoce los nombres de todos los que están ahí escritos. Por consiguiente, cuando se complete el número de los escogidos de Dios, escritos en el Libro de la Vida del Cordero, el Libro de los Siete Sellos, entonces Cristo se levantará del Trono del Padre, tomará el Título de Propiedad y lo abrirá en el Cielo, y hará Su Obra de Reclamo: resucitará a los muertos en Cristo y nos transformará a nosotros los que vivimos. Ahora, podemos ver que hay un Programa todavía para ser cumplido más adelante, cuando esté terminado el Templo de Dios. Y no podemos decir otra cosa sino lo que dijo el rey David a Salomón: “¡Manos a la Obra!”. Ya hemos empezado, pero continuemos con las manos puestas en la Obra de Cristo, el Templo espiritual de Cristo, construyendo, trabajando en la construcción de ese Templo. Ahora, ya hemos puesto manos a la Obra, ya llevamos muchos años, pero todavía nos queda trabajo en la Obra; y Cristo nos está apurando. Porque así como todo edificio que construyen, o toda urbanización que construyen, le es dado al contratista un término de tiempo para entregar esa construcción; y a Cristo le ha sido dado también un término de tiempo. Por eso aparece, en Apocalipsis, capítulo 5, que en el Cielo fue dicho que se presentara una persona para tomar el Libro y abrir sus Sellos. Por lo tanto, del Cielo nos están apurando. Desde que sale la Voz diciendo que se presente uno para tomar el Libro y abrir sus Sellos, es tiempo de que ya esté terminado. Cristo no se puede levantar del Trono del Padre para tomar el Libro, hasta que esté terminado ese Templo para Dios; porque aunque se escucha el llamado y Él lo escucha, Él no puede levantarse del Trono del Padre para tomar el Libro, ¿por qué? Porque no ha terminado de redimir hasta el último de los que están escritos ahí, en el Libro de la Vida del Cordero; y por consiguiente no está en el Templo de Dios hasta el último de los escogidos todavía; y por consiguiente no está completo el Templo de Dios. Y Dios no aceptaría un Templo incompleto para Dios morar en toda Su plenitud. Esa es la causa de ese lapso de tiempo, de… diríamos, ese lapso de tiempo que ocurre entre el llamado y la presentación de Cristo para tomar el Libro: es por causa de nosotros. Pero gracias a Dios que no se levanta del Trono, aunque escuche Su Voz, la Voz de Dios, la Voz pidiendo que alguien se presente. ¡Gracias a Dios!, porque si se llegaba a levantar, y ese llamado… si ese llamado salió, digamos, en el setenta y algo… quedarían fuera muchas personas, si Cristo se levantaba en el 74 —digamos—, y tomaba el Libro; quedaban fuera todos los que han venido después del 74. Así que trabajemos conscientes de la realidad de quiénes somos en el Programa de Dios: Somos los obreros del Templo de Dios, trabajando con todas nuestras fuerzas, con todo nuestro entusiasmo, con todo nuestro ánimo; y con todo nuestro agradecimiento a Cristo por habernos colocado como obreros en la construcción del Templo de Dios; lo cual es un privilegio para todos nosotros. **“LOS OBREROS DEL TEMPLO DE DIOS”.** “LOS OBREROS DE LA CONSTRUCCIÓN DEL TEMPLO DE DIOS”. Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes, dándoles testimonio de: **“LOS OBREROS DEL TEMPLO DE DIOS”**, o sea, de la construcción del Templo de Dios. Que el Espíritu Santo les fortalezca, les dé fuerzas para trabajar en esta construcción, ¡cada día con más ánimo y con más fuerzas!, y conscientes de lo que estamos realizando en el Templo de Dios. Que Dios les use grandemente a todos ustedes, y a mí también, en la construcción del Templo de Dios. Y use también a todos los colaboradores que Dios ha colocado junto a ustedes, y use también a todos los miembros de la congregación donde Dios los ha colocado a ustedes; y use, por consiguiente, a todos los miembros del Cuerpo Místico de Cristo en todas las naciones, y a todos los obreros del Cuerpo Místico de Cristo, junto al Ángel del Señor Jesucristo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén. Y que pronto se complete el Templo espiritual de Cristo; y pronto Cristo se levante del Trono del Padre, tome el Título de Propiedad, lo abra en el Cielo, resucite a los muertos en Cristo y nos transforme a nosotros los que vivimos, y nos lleve con Él a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén. Muchas gracias por vuestra amable atención, amados ministros, compañeros, obreros del Templo de Dios. Y dejo nuevamente con ustedes a nuestro amigo y hermano Miguel Bermúdez Marín, para finalizar nuestra parte en esta ocasión. Y nos veremos en la actividad de la noche, Dios mediante; y también en las actividades de mañana, Dios mediante. Que Dios les bendiga y les guarde a todos. **“LOS OBREROS DEL TEMPLO DE DIOS”.** *\[Revisión abril 2021\]*
[1](https://carpa.com/es/conferences/2001/07/los-obreros-del-templo-de-dios#sdfootnote1anc) San Mateo 12:6
[2](https://carpa.com/es/conferences/2001/07/los-obreros-del-templo-de-dios#sdfootnote2anc) San Juan 2:19
[3](https://carpa.com/es/conferences/2001/07/los-obreros-del-templo-de-dios#sdfootnote3anc) San Lucas 14:16-24
[4](https://carpa.com/es/conferences/2001/07/los-obreros-del-templo-de-dios#sdfootnote4anc) Apocalipsis 19:9