--- title: 'Saludo a damas' date: 2006-07-27 activity: 1 place: city: Buenos Aires state: country: AR duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenas tardes, damas, hermanas en el Reino de Jesucristo, de Dios; es una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de saludo en esta ocasión. Hemos visto a través de las Escrituras el valor del ser humano, el cual es tan grande, que fue hecho a imagen y semejanza de Dios, y por consiguiente lo más que se parece a Dios, es el hombre. Y por consiguiente el valor del ser humano para Dios, es lo más grande que hay de entre todas las cosas que Él creó, y por consiguiente el precio para la redención del ser humano fue también el más grande de todos los precios, fue el precio de la muerte de Cristo en la Cruz del Calvario derramando Su Sangre por nosotros, ése fue el precio de la redención para el ser humano creado a imagen y semejanza de Dios. Y por consiguiente Dios nos ama, porque la muestra de Su amor fue que dio a Su Hijo unigénito para que muriera por nosotros en la Cruz del Calvario, para que así todo aquel que en Él crea (en Cristo y Su muerte, Su Sacrificio en la Cruz del Calvario), no se pierda, mas tenga Vida eterna, para que sea restaurado a la Vida eterna y viva con Dios en Su Reino eterno. Hemos visto que el valor del ser humano es demasiado de grande para poder calcularlo con una computadora, solamente lo podemos calcular de acuerdo a Dios; y la demostración de Su amor tan grande, es que ha dado Su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree no se pierda, mas tenga Vida eterna. O sea, que podemos ver por consiguiente el valor del ser humano delante de Dios; humanamente no hay un valor que le podamos poner en cuanto a dinero, y en cuanto a lo que las personas le llaman “valor,” acá humano. Solamente Dios es el que le da el verdadero valor al ser humano. Y ahora, viendo que el ser humano es la corona de la creación, y que hay un Programa Divino para la restauración del ser humano a la Vida eterna de la cual cayó, por medio del pecado en el Huerto del Edén que entró por un hombre: por Adán, y perdió la raza humana la Vida eterna al perderla Adán y Eva; y lo que luego pudieron darnos por heredad, fue vida temporal. Ahora por medio de un Segundo Adán, que es Jesucristo, nos restaura al Reino de Dios y por consiguiente a la Vida eterna, y entramos a esa restauración en la forma en que entró Adán y en que Adán apareció en la escena. Él entró a la Vida eterna cuando Dios creó al ser humano a Su imagen (esa fue la primer parte): a Su imagen es conforme al cuerpo angelical de Dios. Dios hizo al ser humano un ser angelical, un ser espiritual, un hombre con un cuerpo angelical; y era varón y hembra conforme a las Escrituras, y luego le formó, le creó un cuerpo del polvo de la tierra, y era varón y hembra también en esa dimensión terrenal. Y era un cuerpo a la imagen del cuerpo que Dios iba a tener en la Tierra, un cuerpo físico, un cuerpo de carne, el cual es nada menos que el cuerpo de Jesucristo, el cual apareció en la Tierra dos mil años atrás y el cual luego que murió y resucitó, está transformado, glorificado; y por consiguiente resucitó glorificado, y eso nos muestra que en el proceso de la restauración para el ser humano, primero el ser humano nace, es restaurado a la Vida eterna, naciendo en la Vida eterna y por consiguiente en el Reino eterno, que es el Reino de Dios, el único Reino que tiene Vida eterna, porque es un Reino eterno, y obtiene el cuerpo angelical como el cuerpo angelical de Dios. Y el cuerpo angelical de Dios, es el Ángel del Señor que le apareció a Moisés allá en el desierto y que libertó a través de Moisés al pueblo hebreo; estuvo en Moisés, o sea, en palabras más claras se metió dentro de Moisés y a través de Moisés hablaba y a través de Moisés obraba, porque Moisés de sí mismo no hizo ningún un milagro, ni habló nada de sí mismo, fue Dios por medio de Su Ángel, Dios por medio de Su cuerpo angelical hablando. Y el Ángel de Dios, ese cuerpo angelical, es llamado también el Espíritu Santo, porque un espíritu es un cuerpo de otra dimensión, parecido a estos cuerpos de esta dimensión terrenal pero de otra dimensión. Por lo tanto, ese Ángel es un Ángel de otra dimensión, pero que luego ese Ángel aparecería en la Tierra conforme a Malaquías, capítulo 3, donde dice que enviará Su Mensajero delante de Él, “y luego vendrá a Su templo el Señor, el Ángel del Pacto a quien deseáis vosotros, he aquí viene ha dicho el Señor.” Eso está en Malaquías, capítulo 3, verso 1. Y ahora, cuando vino el precursor, el cual fue Juan el Bautista, luego apareció el precursado, del cual Juan dijo: “He aquí, éste es del cual yo dí testimonio, del cual yo dije que vendría después de mí.” Y ahora, cuando vino, era nada menos que Dios con Su cuerpo angelical dentro de un cuerpo de carne, para que lo podamos entender más fácilmente, eso es toda esa revelación divina, de la Divinidad en Cristo: ése es el misterio grande; era Dios con Su cuerpo angelical dentro de un cuerpo de carne, y ahí tenemos a Dios en alma, en Espíritu (el Ángel), en carne (el cuerpo físico de Jesús). Tan simple como eso. Y ahora, encontramos en medio de la raza humana dos mil años atrás, a Dios apareciendo en la escena vestido de una vestidura humana, para llevar a cabo la redención del ser humano, porque para Dios el ser humano tiene un valor incalculable, tan grande que Él se manifestó en Jesús para la Obra de la Redención; porque Dios es el único Salvador, el único Redentor, y para eso tenía que manifestarse en carne, para traer la redención del ser humano. Y ahora, ya estamos desde hace dos mil años disfrutando de esa restauración, de esa salvación, en la fase espiritual; y ya nuestra alma tiene Vida eterna; ya lo otro es más fácil, el cuerpo nuevo que vamos a tener ya es más fácil, que será un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado que recibirán los muertos en Cristo (muertos nacidos de nuevo que resuciten), resucitarán en cuerpos glorificados, en cuerpos nuevos, jóvenes y eternos, y los que vivimos y permanecemos vivos hasta ese momento, seremos transformados. Si alguno se va antes no hay ningún problema, regresará con un cuerpo glorificado, y luego ya estaremos en Vida eterna física también, y con Vida eterna física, con cuerpos eternos y glorificados, como el cuerpo glorificado de Jesucristo. Y ahora, han transcurrido ya dos mil años, en donde se ha estado predicando el Evangelio de Cristo y millones de seres humanos han estado recibiendo a Cristo como Salvador, y se ha estado predicando que ya Cristo vino por primera vez y vendrá por segunda vez, y que va a resucitar a los muertos creyentes en Él y va a transformar a los vivos que estén en ese tiempo. Y hay personas ignorantes que han dicho: “Eso de que Él viene lo están predicando desde hace dos mil años atrás y no ha venido,” y piensan que no vendrá. Es que no saben que en ese lapso de tiempo entre la Primera Venida de Cristo y Su Segunda Venida, está el llamado de todos los escogidos de Dios para formar la Iglesia del Señor Jesucristo, y que no se perderá ni uno de ellos. Eso es una garantía que nos da el mismo Dios a través de Cristo, Él dice que ninguna de Sus ovejas se perderá; por lo tanto, tenemos esa seguridad, y eso nos da paz acá en nuestra alma, eso de que alguno pueda pensar que un escogido se puede perder, está muy lejos de la Escritura; lo que la Escritura dice es que hemos sido predestinados, elegidos desde antes de la fundación del mundo. Por lo tanto, tenemos una garantía aquí en la Escritura, y la Escritura es la Palabra de Dios. Y ahora, estamos en este tiempo en donde Cristo ya debe haber venido, debe haberse cumplido todo, y en donde el Título de Propiedad debe de ser tomado o haber sido tomado de la mano de la diestra del que está sentado en el Trono, y no aparecía nadie allá en el Cielo para que tomara ese Libro y Juan lloraba mucho. Es que allí él está viendo, lo que estarían viendo acá en la Tierra los que estarían en la Tierra, viendo que todavía faltaban unos cuantos escogidos, para completar la Iglesia del Señor Jesucristo. Vamos a pensar que desde que llegó el fin de la séptima edad, ya ese llamado para tomar el Libro comenzó a escucharse en el Cielo, y no aparecía el que tenía que tomar el Libro, que solamente podía ser una sola persona, que tenía que ser digno para tomar el Libro y leer lo que estaba contenido ahí. Y Juan lloraba mucho porque no se había hallado a ninguno digno para hacer esa labor, y solamente uno podía hacerla. O sea, que algunas personas piensan: “No, cualquier persona puede hacer lo que haya que hacer.” No. Cuando Dios tiene un Programa, tiene personas para hacer las cosas correspondientes a ese Programa. Y ahora, tenía que ser una persona que no estuviera contaminada con el pecado, que apareciera en la Tierra no por medio de la unión de un hombre y de una mujer para tener hijos, sino por creación divina, apareciera en la Tierra, o sea, que su cuerpo viniera por creación divina. Y solamente uno podía ser esa persona: el Mesías Príncipe, pero Él estaba en el lugar de intercesión y no aparecía, ¿por qué? Porque todavía faltaban algunas personas escritas en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero por ser llamadas y juntadas. Y para ser llamadas y juntadas el Evangelio tiene que ser llevado, para que lo escuchen el mensaje de la Hora, o sea, la predicación del Evangelio, en el mensaje correspondiente al momento, a la edad y dispensación correspondiente. Y con ese mensaje correspondiente a cada edad, cuando el Mensajero lo proclama, de ahí se extiende a los demás predicadores, los demás Mensajeros o demás ministros que escuchan y creen, los cuales también están ordenados por Dios para ese propósito, y ellos lo llevan a sus Iglesias, lo llevan por las diferentes ciudades y lugares, y comienzan a venir las personas y comienzan a formarse las congregaciones, y comienza así a completarse el número de escogidos de esa edad. Y luego que termina y que se completa el número de escogidos de esa edad, pasa a otra edad y sucede lo mismo, hasta que lleguen a la Edad de la Piedra Angular, en donde sale el mensaje para la Edad de la Piedra Angular, el mensaje se extiende a otros ministros, y esos ministros lo llevan por todos los lugares y son llamados los escogidos correspondientes a esa edad. Y cuando haya entrado el último, se acabó ya el recogimiento de los escogidos de la Iglesia, porque se habrá completado, y entonces Cristo habrá terminado de hacer intercesión por Sus escogidos que formarían Su Iglesia, y entonces saldrá y tomará el Título de Propiedad, hará Su Obra de Reclamo y resucitará a los muertos creyentes en Él y a los vivos los transformará. Tan simple como eso. ¿Qué estamos haciendo para que llegue hasta el último escogido a la Iglesia? Si no estamos haciendo nada, tenemos que hacer algo, y es ¿qué? Hacer que llegue el mensaje a todos los lugares, trabajar en esa labor, tanto orando como yendo personalmente en los momentos en que podemos ir para las actividades, para estar en las actividades evangelísticas, misioneras y así por estilo, y también estar asistiendo a las actividades de la congregación, y también económicamente poniendo la parte que Dios coloque en el corazón, colocar en la obra. Todo lo que coloquemos en la obra, lo vamos a tener en forma multiplicada en el Reino de Cristo, eso es estar haciendo tesoros en el Cielo. Ahora vean, ¿qué tenemos que estar haciendo actualmente? Haciendo que llegue el mensaje por todos los lugares, y preparando todas las cosas que tengamos que preparar, y preparándonos para esa transformación, estar listos en todo, todos los días de nuestra vida como si fuera en el momento, en el día en que uno está viviendo. Cada minuto, cada hora, cada día, cada mes, cada año, estar listos. O sea, no estar pensando: “No, eso tiene que ser para de aquí a 20 años o 10 años.” No: “Eso yo lo estoy esperando para hoy; y si no ocurre hoy, lo espero mañana, espero mi transformación día a día, y en alguno de los días se va a hacer una realidad.” Estamos preparándonos también para una etapa en donde el poder de Dios va a ser manifestado en toda Su plenitud, y esa etapa ya la conocemos como la Tercer Etapa, en donde también van a surgir grandes maravillas, grandes milagros. Escuché una vez que una persona decía, por cuanto había escuchado del reverendo William Branham acerca de grandes milagros que van a ocurrir en la Tercera Etapa, decía: “Cuando yo vea eso, entonces yo voy a creer.” Pero el hermano Branham, dice que eso será en un tiempo en donde ya no habrá oportunidad para redención, o sea, que ya habrá entrado todo el grupo de los escogidos, y los que quedarán para ese tiempo, van a pasar por la gran tribulación. O sea, que las personas que piensan: “Cuando yo vea eso entonces voy a creer,” va a tener para entonces, pues, afirmarse en las cosas de Dios para pasar su gran tribulación y dar su vida allí. Pero el creyente no tiene que ver milagros para creer, el creyente lo que tiene es que recibir una cosa. Dice la Escritura que la fe viene ¿cómo: Por el ver milagros? No, por oír la Palabra. “Y con el corazón se cree para justicia, y con la boca se confiesa para salvación.” \[Romanos 10:10\] Cuando el escogido escucha, nace la fe de Cristo *acá*, cree de todo corazón y entonces dice: “Yo lo creo,” da testimonio público de su fe, y por consiguiente para los escogidos lo que necesitan es escuchar la Voz de Dios, la Palabra de Dios para el tiempo en que están viviendo. Ahora, en nuestro tiempo hemos visto que miles ya han oído, han escuchado la Palabra de Dios, y todavía siguen escuchando la Palabra de Dios otras personas a las cuales llega el mensaje; y esa es una labor en la cual todos estamos trabajando, unos en una forma y otros en otra forma. También nos estamos preparando para esa Tercera Etapa, en donde van a suceder grandes cosas y en donde se va transmitir para todos los lugares, o sea, que no se preocupen en tratar de saber dónde va a ocurrir, porque los que estén en ese sitio también van a necesitar pantallas para ver, porque va a estar mucha gente y no se va a ver a simple vista, a menos que se esté muy cerca. Y principalmente la parte de los milagros y señales, eso va a ser en una forma muy privada, que aun los que estén solamente van a ver cuando entran y cuando salen, pero lo que pasará adentro de un lugar pequeño que vio el reverendo William Branham, esa parte por lo que fue hablado, va a ser bien privado para que no haya imitaciones. Y el resto, pues se podrá ver por las pantallas. Nosotros también tenemos pantalla grande que hemos conseguido, y así está sucediendo en los diferentes países, porque luego de donde... si se va a cumplir esa promesa en diferentes países, todas las congregaciones en donde estén, no importa desde qué lugar y en qué lugar esté sucediendo, va a ser transmitido por satélite, por medio de televisión y por medio de esos medios de comunicación, y lo van a ver igual que como si estuvieran presentes. Así que, por esa parte no importa en el país en que estén viviendo. Algunos quizás pensarían: “No, yo cuando llegue ese momento me voy a mudar.” Más bien esté tranquilo o tranquila; estén tranquilas que nos vamos a mudar cuando tengamos el nuevo cuerpo, entonces nos vamos a ir para la Cena de las Bodas del Cordero al Cielo, y allá, pues después de ahí ya no tendremos problemas. Y aun si habrá una mudanza antes de irnos, pues ya será en cuerpos glorificados que podemos estar en un sitio y de momento podemos estar allá en otro sitio. O sea, que no tendremos limitación, en palabras más claras, podremos vivir en muchos sitios a la misma vez. Así que, las bendiciones que hay para los escogidos son muy grandes. Todo esto es porque el valor de los hijos e hijas de Dios es muy grande ante Dios, y Dios tiene todas esas bendiciones para Sus hijos, Sus hijos son Su familia. Estamos en el tiempo más glorioso de todos los tiempos; por lo tanto, aprovechemos este tiempo, que es un tiempo que desearon ver, desearon vivir, desearon disfrutar y desearon trabajar en él en la Obra del Señor, pero a todos nosotros nos ha tocado vivir en este tiempo. Es un tiempo de luz, donde a medida que Dios va obrando, podemos estar viendo y entendiendo que no es una obra humana, sino que es la Obra de Dios, es la Obra de correspondiente a nuestro tiempo. Y todo eso se reflejó en las edades pasadas, en los escogidos de Dios y los Mensajeros de Dios de las edades pasadas, aunque el pueblo de cada edad no comprendió quién era su Mensajero, excepto algunos, algunas personas, pero en nuestro tiempo sí podemos comprender, porque la historia se está repitiendo. Así que, estamos viviendo en el tiempo más glorioso de todos los tiempos. Adelante trabajando en la Obra del Señor, todos los días que nos quedan aquí en la Tierra, que son muy pocos, pero bien aprovechados, bien aprovechados producirán más que cientos de años que estemos viviendo aquí en la Tierra. Que Dios les bendiga, les guarde, y les use grandemente en Su Obra en este tiempo final. Y oren mucho por el misionero, reverendo Miguel Bermúdez Marín y también por su esposa Ruth, y por toda la labor que él está llevando a cabo, y por todas las personas que están trabajando brazo a brazo con él. ¿Y quiénes más están trabajando brazo a brazo con Miguel en esa Obra? Ustedes también y yo también. También les agradezco la cooperación y vuestras oraciones, por la obra en Puerto Rico y por el terreno, por el pronto pago para el cual ustedes colaboraron; ya se dio el pronto pago del terreno y ahora también están colaborando para los pagos mensuales, lo cual yo les agradezco y también la Iglesia allá en Puerto Rico les agradece grandemente a ustedes. Y también a vuestros ministros, y a vuestros esposos también ustedes damas, vuestros esposos que les permiten trabajar en la Obra del Señor y les permiten colaborar económicamente también. También les agradezco lo que han estado haciendo por AMISRAEL, vuestras oraciones y también vuestras colaboraciones en la parte económica. Ustedes ya han visto también cómo se está trabajando en AMISRAEL, y aunque no podemos tenerles físicamente a todos ustedes, y a todas ustedes en AMISRAEL trabajando, se les ha dado la oportunidad que puedan estar con nosotros en vuestras oraciones y también económicamente. Y también algunas de las personas, que han sido seleccionadas para trabajar con nosotros en AMISRAEL, y para así estar llevando a cabo esa obra que es algo, en cierta forma, independiente de la labor de las Iglesias, y no deseamos, pues, que sea interrumpida; por eso se está haciendo en esta forma en favor de todo el Programa Divino que tiene para este tiempo. Y espero, pues que si en alguna ocasión se necesita alguna de ustedes para trabajar en AMISRAEL, que sepan que se les va a hacer saber; pero mientras tanto pueden estar orando por AMISRAEL y sus labores y las personas que están en AMISRAEL, y también pueden colaborar económicamente, lo pueden hacer o directamente o a través del pastor de la congregación donde ustedes están. Espero que también no vayan a estar yendo, o a embajadas o a sinagogas, o a tratar de evangelizar a los judíos. Estén en vuestras congregaciones, más bien llevando el Evangelio con los grupos de evangelismo, trabajando también con los niños, y con vuestros pastores trabajando unidas, y orando también por la Iglesia, por vuestras congregaciones, también por nosotros, por AMISRAEL, y también por Miguel y por mí también y por todos los que trabajan en la Obra del Señor, por todos los pastores también. Y orando por el pueblo hebreo también, por lo judíos, los cuales están en estos días en una situación difícil. Por lo tanto, orando por ellos también y orando por este conflicto en el Medio Oriente, que pronto sea resuelto todo lo que tiene que ser resuelto, y venga la tranquilidad para el Medio Oriente. Que Dios les continúe bendiciendo grandemente, que Dios les guarde; y adelante en todas las labores que están haciendo en vuestras congregaciones, vuestras comunidades, también con lo que estén haciendo con AMISRAEL; y si no están haciendo nada y de corazón desean hacer algo, trabajar, orando por AMISRAEL y toda la labor que se está haciendo o económicamente, también están libres para hacer. Y también con los pagos que se están realizando en Puerto Rico, los pagos mensuales, también pueden continuar colaborando, lo cual les agradezco grandemente por lo que hacen por Puerto Rico, y por AMISRAEL y por Miguel Bermúdez Marín. La obra que Miguel está haciendo no es la obra de él, es la Obra de Dios en unión a ustedes y a todas las congregaciones de todos los países, junto con los ministros. Y cuando él me invita y yo tengo el tiempo para estar en esos viajes, pues acepto la invitación de Miguel y le acompaño en esos viajes misioneros, lo cual para mí es de grande bendición, y he dicho siempre: Si yo tuviera que elegir entre la Iglesia y toda esta labor de la Iglesia, e Israel y el trabajo con Israel, me quedaría con la Iglesia. Aparentemente cualquiera diría: “Después que ya tenemos las puertas abiertas, ¿dejaría todo?” Claro que sí, ¿por qué? Porque cuando se complete la Iglesia y seamos transformados ya no tendremos limitaciones; pero si en el Programa de Dios está el que esté con dos pueblos, aunque es difícil con uno, y con dos, pues es más difícil; pero si está conforme a la voluntad de Dios, Dios me va a ayudar, y Dios lo va a hacer más fácil con dos que con uno. Así que, todo está diseñado por Dios, por lo tanto todo va a funcionar bien, todo va a funcionar y vamos a obtener siempre la victoria; van a notar que no estoy tratando de evangelizar a los judíos, y ellos tampoco estarán tratando de judaizarme a mi, nos mantenemos así, y no hay ningún problema. Así que, Dios tiene un Programa con los judíos, y lo va a cumplir; los amamos mucho, queremos lo mejor para ellos, queremos la paz para Israel, queremos las bendiciones de Dios para Israel, queremos la felicidad, el amor y la prosperidad para Israel y también para todas las naciones. Pero hay un Programa en donde está todo eso contenido, y en ese Programa y con ese Programa es que yo estoy, quiero y estoy trabajando en favor del pueblo hebreo, el Programa de Dios correspondiente a este tiempo final. Así que, ustedes estarán al tanto de lo que estará sucediendo con esta labor en favor del pueblo de Dios. Y ya en Puerto Rico una hora antes de comenzar el devocional ya transmiten (vamos a decir): “el noticiero.” Ya hay un noticiero donde se transmiten todas las cosas que se están realizando, las actividades de AMISRAEL, todo lo que está sucediendo y entonces los hermanos sin decirles que lleguen más temprano... Vean, siempre las personas tienen que tener un incentivo para hacer las cosas; por ejemplo, la gente trabaja pero no trabaja por deporte; sino que trabajan porque le pagan, tienen un incentivo, y con lo que les pagan compran comida, compran ropa para los niños, sus hijos, para toda la familia y para pagar los gastos para ir a la escuela y para tener, pagar la casa si deben, o para comprar casa y para pagar el auto si tienen auto, y así por el estilo; o sea, que hay un incentivo para madrugar a ir... para trabajar mucho. Y dice: “*He aquí vengo pronto y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra.”* Y cuando pensamos en eso, entonces buscamos a ver de qué tamaño será la obra, porque de acuerdo al tamaño será también el galardón para la persona. Por lo tanto, todos queremos que nuestro trabajo sea grande, porque de acuerdo al tamaño de la obra y de la calidad de la obra, va a ser el galardón. Así que, si eso no es un incentivo para trabajar, entonces busquen otro; Él ha dicho en la Escritura que reinaremos con Él, o sea, como Reyes y Sacerdotes. Y los reyes, pues son ricos siempre, están en la posición más alta, y esos Reyes, pues son los que han trabajado con Cristo en Su Obra en cada una de sus etapas, han obtenido la victoria, son Reyes que han obtenido la victoria, los cuales estarán en el Reino de Cristo. Bueno, vamos a dejar por aquí a Miguel de nuevo. No sé si tenía para pasar a Kélita. ¿Ya les explicó lo que es AMISRAEL y todo? Entonces, pues, ya entonces podemos decir como Miguel, que nos den un permisito para ya pasar a la reunión de ministros. Y oren para que Dios también me dé todo lo que debo hablar allá, en la reunión de ministros. Que Dios les bendiga y les guarde, y con nosotros nuevamente, con todos nosotros el misionero, reverendo Miguel Bermúdez Marín. Dios les bendiga. “**PALABRAS DE SALUDO A LAS DAMAS.”**