--- title: 'Una vez más' date: 2006-05-05 activity: 1 place: city: Cárdenas state: Tabasco country: MX duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenas noches, amables amigos y hermanos presentes; es una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios. Para esta ocasión nos acompaña el señor Gilbert Pianco, sobreviviente del Holocausto, el cual es mi amigo personal, y le pido a Dios Sus bendiciones para él. El domingo van a ver a Erica, va también a cantar, va a estar también en las actividades del 58º aniversario del establecimiento de Israel como una nación libre y soberana, luego la verán en el video que se tomará, y esperamos grandes bendiciones de parte de Dios para estos días. Para esta ocasión leemos en parte de la historia de uno de los jueces del pueblo hebreo, el juez número decimotercero, o sea, el juez número 13 de los jueces del tiempo post-Moisés. Samuel fue el último de los jueces, pero Sansón fue el número 13, o sea, decimotercero, y esto fue en la etapa de la teocracia en medio del pueblo hebreo, en donde Dios gobernaba el pueblo hebreo a través de un hombre que Él enviaba cada cierto tiempo. Vamos a ver parte aquí de la historia, o sea, el final de la historia de este hombre tan importante en el cual encontramos una fuerza sobrenatural, pero no era una fuerza humana, sino que era el poder de Dios manifestado en esa forma a través de un hombre. Dice en el capítulo 16, versos 23 al 31 del libro de los Jueces: “*Entonces los principales de los filisteos se juntaron para ofrecer sacrificio a Dagón su dios y para alegrarse; y dijeron: Nuestro dios entregó en nuestras manos a Sansón nuestro enemigo.* *Y viéndolo el pueblo, alabaron a su dios, diciendo: Nuestro dios entregó en nuestras manos a nuestro enemigo, y al destruidor de nuestra tierra, el cual había dado muerte a muchos de nosotros.* *Y aconteció que cuando sintieron alegría en su corazón, dijeron: Llamad a Sansón, para que nos divierta. Y llamaron a Sansón de la cárcel, y sirvió de juguete delante de ellos; y lo pusieron entre las columnas.* *Entonces Sansón dijo al joven que le guiaba de la mano: Acércame, y hazme palpar las columnas sobre las que descansa la casa, para que me apoye sobre ellas.* *Y la casa estaba llena de hombres y mujeres, y todos los principales de los filisteos estaban allí; y en el piso alto había como tres mil hombres y mujeres, que estaban mirando el escarnio de Sansón.* *Entonces clamó Sansón a Jehová, y dijo: Señor Jehová* (en las otras versiones dice: ‘Señor’)*, acuérdate ahora de mí, y fortaléceme, te ruego, solamente esta vez, oh Dios, para que de una vez tome venganza de los filisteos por mis dos ojos.* *Asió luego Sansón las dos columnas de en medio, sobre las que descansaba la casa, y echó todo su peso sobre ellas, su mano derecha sobre una y su mano izquierda sobre la otra.* *Y dijo Sansón: Muera yo con los filisteos. Entonces se inclinó con toda su fuerza, y cayó la casa sobre los principales, y sobre todo el pueblo que estaba en ella. Y los que mató al morir fueron muchos más que los que había matado durante su vida.* *Y descendieron sus hermanos y toda la casa de su padre, y le tomaron, y le llevaron, y le sepultaron entre Zora y Estaol, en el sepulcro de su padre Manoa. Y él juzgó a Israel veinte años.”* Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. Tomamos este verso 28, que dice: “*Entonces clamó Sansón a Jehová, y dijo: Señor Jehová, acuérdate ahora de mí, y fortaléceme, te ruego, solamente esta vez...”* “UNA VEZ MÁS.” “UNA VEZ MÁS, SEÑOR.” Siendo que Sansón es uno de los jueces del pueblo hebreo, en la época en que la Teocracia estaba en vigor en medio del pueblo hebreo, Sansón (aquí el hijo del sol), tipifica al Mesías Príncipe, tipifica al pueblo hebreo también; porque siendo éste uno de los hombres de Dios de esa época a través de los cuales Dios reinó sobre el pueblo hebreo, ya que en la teocracia y en la teocracia Dios reina a través de un hombre. En la Monarquía un hombre reina para Dios, esa es la diferencia. Y ahora, encontramos a un hombre sobre el cual el poder sobrenatural... no se cortaba el cabello y tenía siete quedejas, o siete trenzas o siete rizos, y eso nos habla de plenitud, porque el siete nos habla de algo completo. Y por cuanto ese cabello así dividido en siete, es señal importante que muestra que el poder de Dios estaba en él, a tal grado que cuando le cortaron el cabello quedó sin fuerzas, o sea, el Poder de Dios, la fuerza de Dios no se podía manifestar en él; le sacaron los ojos los filisteos en la cárcel y se burlaban de él, quedó como un hombre normal. Luego mientras estaba en la cárcel comenzó a crecerle el cabello y en la fiesta del dios Dagón, cuando se embriagaron y estaban muy gozosos allí en el templo, en donde tenían una segunda planta y ahí hubo como tres mil personas (entre hombres y mujeres en la segunda planta); estaban ahí los príncipes y filisteos también, pidieron que trajeran a Sansón, para que les sirviera de payaso, para que les sirviera de juguete para ellos mofarse de Sansón. Y Sansón le pidió al que lo guiaba, que lo colocara entre las dos columnas principales sobre las cuales se sostenía el templo, aquel edificio. Sansón sabía que de sí mismo no tenía ese poder tan grande que en otras ocasiones se había manifestado, él sabía que era el Poder de Dios, y él deseaba una manifestación del Poder de Dios para ese momento, y le acercan a las columnas, las palpó y ahí oró a Dios y le dice: “*... Señor Jehová, acuérdate ahora de mí y fortaléceme* (o sea, pide todo el Poder ese que antes se manifestaba en él)*... y fortaléceme te ruego, solamente esta vez, oh Dios, para que de una vez tome venganza de los filisteos por mis dos ojos.”* Y Dios escuchó la oración de Sansón, colocó sus manos sobre las columnas y él hizo fuerza sobre las columnas y cayó el edificio; y así lo que él dijo: “Muera yo con los filisteos,” se cumplió, pero murieron más filisteos en ese solo momento que en toda la vida, murieron más filisteos en ese momento que todos los que había matado anteriormente. Y ahora, esto nos habla del día de venganza del Dios nuestro, en donde el juicio divino caerá sobre la raza humana, esto nos habla de la victoria que Dios dará al Sansón, que como pueblo es el pueblo hebreo y como hombre es el Mesías Príncipe que ha de venir para el día de venganza del Dios nuestro; por eso Dios dice: “No os venguéis vosotros mismos.” \[Romanos 12:19\] Vean aquí en Deuteronomio, vamos a leer un pasaje en donde nos habla de este día de venganza. Deuteronomio, capítulo 32, versos 39 en adelante, dice: “*Ved ahora que yo, yo soy,* *Y no hay dioses conmigo;* *Yo hago morir, y yo hago vivir;* *Yo hiero, y yo sano;* *Y no hay quien pueda librar de mi mano.* *Porque yo alzaré a los cielos mi mano,* *Y diré: Vivo yo para siempre,* *Si afilare mi reluciente espada,* *Y echare mano del juicio,* *Yo tomaré venganza de mis enemigos,* *Y daré la retribución a los que me aborrecen.* *Embriagaré de sangre mis saetas,* *Y mi espada devorará carne;* *En la sangre de los muertos y de los cautivos,* *En las cabezas de larga cabellera del enemigo.* *Alabad, naciones, a su pueblo,* *Porque él vengará la sangre de sus siervos.”* O sea, que vengará la sangre de Su pueblo, vengará la sangre de todo el pueblo de Dios que ha sido perseguido y masacrado a través de todos los tiempos; y la sangre de los mártires judíos que murieron en el Holocausto, será vengada juntamente con la sangre de los que murieron en otras etapas de la historia de la raza humana. Esto es para el día de venganza del Dios nuestro. Sigue diciendo: “*Y tomará venganza de sus enemigos,* *Y hará expiación por la tierra de su pueblo.* *Vino Moisés y recitó todas las palabras de este cántico a oídos del pueblo, él y Josué hijo de Nun.”* Vean, esto tiene que ver con lo que nos dice Dios en Isaías, capítulo 61, vamos a ver lo que nos dice en este pasaje para que tengamos el cuadro claro, dice capítulo 61, verso 1 al 2: “*El Espíritu de Jehová el Señor está sobre mí, porque me ungió Jehová; me ha enviado a predicar buenas nuevas a los abatidos, a vendar a los quebrantados de corazón, a publicar libertad a los cautivos, y a los presos apertura de la cárcel;* *a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová, y el día de venganza del Dios nuestro; a consolar a todos los enlutados.”* Y ahora, en la predicación o proclama del día de venganza del Dios nuestro, se anuncia bajo la predicación del Evangelio del Reino el juicio divino que ha de venir sobre la raza humana, para vengar la sangre de Sus siervos, para vengar la sangre de los mártires hebreos y cristianos que han muerto bajo las persecuciones de tiempos pasados. También en el capítulo 63 de Isaías, verso 1 en adelante, dice: “*¿Quién es éste que viene de Edom, de Bosra, con vestidos rojos? ¿éste hermoso en su vestido, que marcha en la grandeza de su poder? Yo, el que hablo en justicia, grande para salvar.* *¿Por qué es rojo tu vestido, y tus ropas como del que ha pisado en lagar?* *He pisado yo solo el lagar, y de los pueblos nadie había conmigo; los pisé con mi ira, y los hollé con mi furor; y su sangre salpicó mis vestidos, y manché todas mis ropas.* *Porque el día de la venganza está en mi corazón, y el año de mis redimidos ha llegado.”* ¿Ven? Así que, hay un tiempo llamado el día de venganza, el cual está tipificado ahí en el momento en que Sansón pidió a Dios que una vez más fuera manifestado el Poder de Dios en él, Dios le diera esa fortaleza divina que en otras ocasiones había tenido. Vean, también en el capítulo 26 de Isaías, donde nos dice... capítulo 26, versos 20 al 21, dice: “*Anda, pueblo mío, entra en tus aposentos, cierra tras ti tus puertas; escóndete un poquito, por un momento, en tanto que pasa la indignación.* *Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos.”* Esto está por venir, esto es lo mismo de Malaquías, capítulo 4. En Malaquías, capítulo 4, nos dice: “*Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama.”* Este es el día de venganza del Dios nuestro, en donde la radioactividad se desatará por medio de bombas nucleares en una tercera guerra mundial que será atómica, y alterará toda la naturaleza; la temperatura subirá a unos grados muy altos y se acelerará; se va a acelerar el derretimiento de los polos, a tal grado que muchas islas y las costas van a desaparecer. Por lo tanto, es tiempo de que todos busquen a Dios antes que llegue ese día, porque ese es el día de venganza del Dios nuestro, pero antes de venir el juicio divino, Dios extiende Su misericordia al ser humano. Sigue diciendo: “*Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación; y saldréis, y saltaréis como becerros de la manada.”* El Sol de Justicia saliendo, eso es la Venida del Mesías. “*Hollaréis a los malos, los cuales serán ceniza bajo las plantas de vuestros pies, en el día en que yo actúe, ha dicho Jehová de los ejércitos.”* Y durante el Reino Milenial del Mesías, los redimidos de Dios, el pueblo de Dios caminará sobre la ceniza de los impíos, que morirán bajo el juicio divino en ese día ardiente como un horno que ha de venir. “*Acordaos de la ley de Moisés mi siervo, al cual encargué en Horeb ordenanzas y leyes para todo Israel.* *He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible.”* Aquí tenemos la promesa de la venida de Elías, antes que venga ese día de Jehová grande y terrible, antes que venga el día de venganza del Dios nuestro, antes que Dios derrame Sus juicios divinos sobre la raza humana, aparecerá un hombre en la Tierra proclamando el día de venganza del Dios nuestro; proclamando, anunciando el juicio divino que ha de venir sobre la Tierra, y también anunciando el Reino de Dios que ha de ser establecido en la Tierra, lo cual será la restauración del Reino de David en medio del pueblo hebreo, en donde Jerusalén vendrá a ser la Capital no solamente de Israel sino de todas las naciones, e Israel será el Distrito Federal de ese Reino del Mesías. Hablando de Elías, dice: “*El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.”* Antes que Dios venga y hiera la Tierra con maldición, Dios tendrá aquí en el planeta Tierra a Elías, el cual será un hombre que aparecerá en esta Tierra, y será un Profeta dispensacional para gentiles y para hebreos, porque el ministerio del Profeta Elías operó para hebreos y para gentiles también. El ministerio de Moisés fue para judíos (para hebreos), aunque le habló a gentiles también, al faraón y al pueblo egipcio gobernado por el faraón. Y ahora, en este tiempo final bajo el ministerio del Profeta Elías, una vez más la humanidad, una vez más el Cristianismo, una vez más el pueblo judío verá el Poder de Dios manifestado en toda Su plenitud. Por eso es que cuando usted lee en libros hebreos con relación al tiempo final y a la restauración del Reino de David, encontrarán que se habla de la Venida del Mesías, y que antes de ver al Mesías, aparecerá el Profeta Elías preparándole el camino, precursando la Venida del Mesías. Israel, el pueblo hebreo está esperando ver al Profeta Elías, un hombre, un Profeta con el ministerio correspondiente al tiempo final, a través del cual una vez más Israel y los gentiles verán el Poder de Dios manifestado en toda Su plenitud. Será para bendición del pueblo hebreo y para bendición del Cristianismo, de los creyentes en Jesucristo, porque bajo el Poder de Dios, del Dios Todopoderoso manifestado, grandes bendiciones divinas vendrán para el Cristianismo y para el Judaísmo. Algunas veces las personas se preguntan: “¿Qué ha sucedido con las diez tribus del reino del Norte, el reino de Israel?” Pues desde de los días de Roboam (hijo de Salomón) el reino de David fue dividido en dos reinos, y a la descendencia de David le tocó el reino del Sur compuesto por dos tribus: la tribu de Judá y la tribu de Benjamín; y el reino del Norte está compuesto por diez tribus, y le tocaron esas diez tribus a Jeroboam, un descendiente de Efraín. ¿Y por qué le tocaron a un descendiente de Efraín? Porque Efraín recibió la Bendición de la Primogenitura. Esto sucedió a causa de que Salomón permitió que sus esposas tuvieran templos paganos y adoraran ídolos, y el mismo Salomón asistió y adoró ídolos también. Una cosa que Dios abomina y Dios le había advertido a Salomón, que si adoraba ídolos, entonces su reino no sería estable. Por lo tanto, el Reino de David fue dividido no en los días de Salomón por amor a David, sino en los días del hijo de Salomón que fue Roboam. Los problemas que le vinieron en el pasado al pueblo hebreo y los que le pueden venir, han sido por causa de la idolatría, porque la idolatría da a luz un sinnúmero de problemas más. El pueblo hebreo cuando estuvo en Egipto, vio la parte religiosa de Egipto, el cual tenía la adoración a los ídolos, y la adoración a ídolos es adoración demoníaca, o sea, es adoración satánica. Algún día en algún libro que escriba, dedicado a mostrar el origen de la idolatría, estaré hablando acerca de todas estas cosas, y estaré mostrando el origen del becerro de oro que Aarón le hizo al pueblo, a pedido de un grupo de personas que quisieron cambiar de Dios y de adoración. Cualquier persona piensa: “¿Un becerro de oro, ¿qué significa eso?” Si vamos al origen de la adoración al becerro de oro, nos lleva al tiempo de Nimrod; y no vamos a explicar mucho, porque eso lo van ustedes a leer y a escucharlo en alguna otra ocasión. Miren cómo luego también Jeroboam, para que el pueblo no fuera a Jerusalén a adorar a Dios y se volviera a Roboam, el hijo de Salomón (Jeroboam) colocó un becerro de oro en Dan y el otro en Bet-el. Vean cómo el pueblo hebreo que es el pueblo que recibió la revelación del Dios verdadero, cómo fue inclinado en diferentes ocasiones bajo ciertos líderes a la idolatría: es que en el mundo espiritual hay una lucha, una lucha del reino del bien contra el reino del mal; y el reino del mal inclina al pueblo hacia la idolatría y hacia todas las cosas malas que siguen a la idolatría. Ahora, encontramos que una vez más el Poder de Dios va a ser manifestado, vean y el Poder de Dios fue manifestado a través de Sansón, para destruir el templo y el ídolo que estaba allí, Dagón, el ídolo del Dios de los filisteos, o sea que eso muestra que el Poder de Dios va a ser manifestado para destruir la idolatría, y permanecer la verdadera adoración al Dios verdadero. Vean, eso dará lugar al cumplimiento de Zacarías, capítulo 14, verso 9, que dice: “*Y Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre.”* Y aquí encontramos la victoria del Monoteísmo judío, y por consiguiente la victoria de la religión del pueblo de Dios, y por consiguiente toda la Tierra, toda la Tierra será llena del conocimiento de la gloria del Señor, como dice Habacuc, capítulo 2, verso 14, y por consiguiente la humanidad recibirá bajo la enseñanza del Dios Altísimo, el conocimiento del único Dios Creador de los Cielos y de la Tierra, y por consiguiente va a desaparecer la idolatría, va a desaparecer todas las demás religiones que promueven enseñanzas contrarias a las enseñanzas del Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, e Israel estará restaurado, será restaurado a como era en el tiempo del rey David y del rey Salomón. Israel ha entrado en el proceso de restauración; ya está como una nación libre y soberana, y pronto el Espíritu de Dios regresará al pueblo hebreo, se manifestará y traerá la parte de la restauración del Reino, pues en la actualidad el Reino no está restaurado, solamente está viviendo bajo un sistema humano, el cual está mejor que vivir como en el tiempo de Hitler. Y ahora, ya comenzó esa restauración para el pueblo hebreo conforme a Ezequiel, capítulo 37, versos 1 al 14, y vendrá la otra parte de la restauración de Ezequiel, capítulo 37, versos 15 al 28, en donde será restaurado el Reino de David, porque el Reino de David conforme a Primera de Crónicas, capítulo 28, versos 4 en adelante; y también Primera de Crónicas, capítulo 29, versos 21 en adelante, el Reino de David es nada menos que el Reino de Dios en este planeta Tierra, y el Trono de David es el Trono de Dios en este planeta Tierra, o sea, el Trono terrenal de Dios y el Reino terrenal de Dios, es el Reino de David con el Trono de David. Ése es uno de los misterios del Reino de David, en el cual el Mesías Príncipe será el Rey, en el cual el Mesías Príncipe se sentará sobre el Trono de David y reinará sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones: el único Reino que gobernará el mundo entero, el único Reino que por decreto divino está señalado para gobernar sobre toda la humanidad, y para venir sobre el pueblo hebreo y sobre todas las naciones la paz duradera, la paz que tanto anhela Israel y todas las naciones. Vean, aquí en el capítulo 29 de Primera de Crónicas, versos 22 en adelante dice, hablando el rey David sobre Salomón, dice: “*Y comieron y bebieron delante de Jehová aquel día con gran gozo; y dieron por segunda vez la investidura del reino a Salomón hijo de David, y ante Jehová le ungieron por príncipe, y a Sadoc por sacerdote.* *Y se sentó Salomón por rey en el trono de Jehová en lugar de David su padre, y fue prosperado; y le obedeció todo Israel.”* ¿En qué Trono se sentó Salomón? En el Trono de Jehová, en el Trono de Dios, en el Trono terrenal de Dios, porque el Reino de David es el Reino terrenal de Dios. En el capítulo 28 también del verso 5 en adelante dice (de Primera de Crónicas), dice el Rey David: “*Y de entre todos mis hijos (porque Jehová me ha dado muchos hijos), eligió a mi hijo Salomón para que se siente en el trono del reino de Jehová sobre Israel.”* El Trono del Reino de Dios es el Trono de David. Y ahora vean que sencillo es todo. Cuando se habla de la Venida del Reino de Dios a la Tierra para el tiempo final, se está hablando de la restauración del Reino de David, por eso es que a Jesús le preguntaban: “¿Restaurarás Tú el Reino a Israel en este tiempo?” Porque ése ha sido el anhelo de Israel: La restauración del Reino, y eso es la restauración del Reino de David. En la época del rey David y del rey Salomón, Israel vivió su etapa, su edad de oro, y con la restauración del Reino de David volverá la edad de oro para Israel, en donde Israel vendrá a ser el Distrito Federal del Reino del Mesías que será Universal, y Jerusalén será la Capital del mundo, y ahí estará el Trono del Mesías Príncipe, y entonces Jerusalén, la Ciudad de paz y de la Ciudad de paz vendrá la paz, no solamente para Israel sino para toda la humanidad. Por eso es que necesitamos que una vez más el Poder de Dios sea manifestado en toda Su plenitud, como está prometido para ser manifestado en este tiempo final, para que sea establecido el Reino de Dios, que es la restauración del Reino de David y toda la humanidad conozca al Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, y sea establecido así el Reino de Dios en la Tierra, que será la restauración del Reino de David. Para la preparación del pueblo y para prepararle el camino al Mesías para este tiempo final, veremos primero a Elías preparándole el camino, preparando el pueblo, hablándole acerca de estas cosas para venir pronto la restauración del Reino de Dios, que será la restauración del Reino de David. Esa es una de las cosas que los que van a conocer a Elías en Su Venida, verán y escucharán Estará hablándonos acerca de la Venida del Reino de Dios, explicándonos claramente que será la restauración del Reino de David y del Trono de David siendo ocupado por el Mesías Príncipe, y bajo ese ministerio del Profeta Elías comenzará el movimiento milenial, preparándole el camino al Mesías Príncipe que está prometido para venir en el tiempo final. Por lo tanto, Israel conocerá a Elías en Su Venida y el Cristianismo también lo verá, porque el Profeta Elías allá en el principio fue Profeta no solamente para Israel sino para gentiles también. Y ahora, bajo el ministerio del Profeta Elías veremos una vez más el Poder de Dios manifestado en toda Su plenitud, el Profeta Elías, el cual pudo cerrar el Cielo por tres años y medio y el cual dijo: “No habrá lluvia, ni aún rocío sino por mi Palabra,” que hombre tan poderoso y conocedor del Poder de Dios. ¿Cómo un hombre puede decir: “No va a haber lluvia sino por mí Palabra, ni aún rocío.” Es que lo que él le llama: “Mi Palabra, sino por mi Palabra,” es la Palabra de Dios, que Dios había colocado en su boca, y la Palabra de Dios es creadora. Cuando el Profeta Elías hablaba la Palabra de Dios, eso era Dios hablando a través de un hombre; y será Dios hablando nuevamente a través de un hombre en este tiempo final, y por la Palabra creadora vendrán a existencia todas las cosas que sean habladas, y vendrá la restauración del Reino de Dios. Así como Dios creó por Su Palabra los Cielos y la Tierra, hablando fue que Dios creó las cosas, y hablando será que Dios hará la obra correspondiente a este tiempo final. No hay nada más poderoso o más poderosa que la Palabra de Dios, y como Él ha dicho, así será, y como Él diga, así será. Nuevamente tendremos la visita del ministerio del Profeta Elías con la Palabra de Dios en su boca; y una vez más veremos el Poder de Dios manifestado para prepararle el camino al Mesías y para la restauración del Reino de Dios en la Tierra, que será la restauración del Reino de David. Es importante que toda persona antes que venga el día de Jehová grande y terrible, ardiente como un horno, haya sido restaurado, reconciliado con Dios a través de un Sacrificio. En el Antiguo Testamento en Levítico, capítulo 23, versos 26 al 29, nos habla del día diez del mes séptimo de cada año, donde se ofrecía o sacrificaba un macho cabrío en expiación por los pecados del pueblo; y toda persona se arrepentía de sus pecados, obtenía el perdón y quedaba cubierto con la sangre de expiación y quedaba reconciliada con Dios. Y el que no se afligía en su alma por haber pecado contra Dios y no pedía perdón a Dios por sus pecados, no quedaba reconciliado con Dios y Dios lo cortaba del pueblo, perdía el derecho, oportunidad y privilegio de vivir un año más. Era cada año que tenía que ser confirmado el derecho a continuar viviendo, y el que no le daba importancia a eso, pues perdía ese privilegio y bendición y oportunidad de continuar viviendo. Ese sacrificio de expiación, tipifica el Sacrificio expiatorio del Mesías Príncipe que sería realizado en Su Venida, como el sacrificio de la expiación por el pecado del pueblo. ¿Que el Mesías Príncipe tenía que morir? Vamos a ver lo que nos dice el Profeta Isaías, uno de los grandes Profetas de Israel, uno de los grandes Profetas del pueblo hebreo, uno de los grandes Profetas de los judíos, en el capítulo 53, que es un pasaje mesiánico, que nos habla de la Venida del Mesías como el Siervo del Señor. Dice en el capítulo 53, verso 10: “*Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.”* Aquí nos dice: “Cuando haya puesto Su vida en Expiación por el pecado.” Si alguien pone su vida en expiación por el pecado de una o más personas... En el Antiguo Testamento el macho cabrío de la expiación era colocado en lugar de la persona para llevar los pecados del pueblo, para el juicio divino caer sobre ese macho cabrío; y la paga del pecado es muerte, por eso tenía que morir en lugar de la persona el macho cabrío. Y el Mesías Príncipe al poner Su vida en Expiación por el pecado, toma todos los pecados del pueblo y muere en lugar de las personas, para que la persona pueda vivir eternamente, para que la persona pueda ser reconciliada con Dios, por lo tanto, el Mesías Príncipe pondría Su vida en expiación por el pecado. Y ahora, también el Profeta Daniel en el capítulo 9, nos dice hablándonos acerca de las palabras que el Ángel o Arcángel Gabriel le habló, dice capítulo 9, verso 20 en adelante, dice: “*Aún estaba hablando y orando, y confesando mi pecado y el pecado de mi pueblo Israel, y derramaba mi ruego delante de Jehová mi Dios por el monte santo de mi Dios;* *aún estaba hablando en oración, cuando el varón Gabriel, a quien había visto en la visión al principio, volando con presteza, vino a mí como a la hora del sacrificio de la tarde.* *Y me hizo entender, y habló conmigo, diciendo: Daniel, ahora he salido para darte sabiduría y entendimiento.* *Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende, pues, la orden, y entiende la visión.* *Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.* *Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas...”* Siete semanas y sesenta y dos semanas, son sesenta y nueve semanas, y esas son semanas proféticas, cada semana representa siete años; sesenta y dos semanas más siete semanas anteriores, son sesenta y nueve semanas, que son cuatrocientos ochenta y tres años; setenta semanas son cuatrocientos noventa años, porque son semanas proféticas, semanas de años. Ahora, dice: “*... Se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.* *Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías.”* La vida al Mesías le sería quitada. Para que se lleve a cabo una Expiación por el pecado la vida le tiene que ser quitada al que vendrá a ocupar el lugar del pecador; y el Mesías Príncipe siendo el Eslabón entre Dios y el ser humano llevaría, tomaría el pecado de la humanidad y moriría en lugar del ser humano, y por consiguiente en la semana número setenta le sería quitada la vida al Mesías. O sea, que está establecido un tiempo para la vida al Mesías ser quitada, y después de eso miren lo que sucederá, dice el verso 26: “*Y después de las sesenta y dos semanas...”* Y antes de las sesenta y dos ya han transcurrido siete, en total sesenta y nueve semanas: “*Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías...”* Por consiguiente en la semana número setenta le será quitada la vida al Mesías, en el ciclo de la semana setenta, que corresponde del año 483 al 490 de esa profecía, le sería quitada la vida al Mesías. Sigue diciendo: “*Mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.”* Y luego de ser quitada la vida al Mesías, más adelante el pueblo de un príncipe que ha de venir, dice: “Destruirá la ciudad (o sea, Jerusalén) y el santuario.” Luego de la muerte del Mesías, la destrucción de Jerusalén y del templo vendría. En el año 70 de la Era Común o Cristiana Jerusalén fue destruida por el general Romano Tito, el príncipe o el pueblo de un príncipe que había de venir, el pueblo de ese príncipe era Roma, el pueblo romano, y el príncipe era el general Romano Tito. Y ahora, Jerusalén fue destruida y el templo también, pero antes de eso el Mesías Príncipe tenía que morir. Ya han transcurrido dos mil años y el pueblo hebreo no ha tenido templo, y por consiguiente no ha tenido sacrificio de expiación por sus pecados en el templo, que era el sacrificio del macho cabrío de la expiación en el día diez del mes séptimo de cada año. Sin sacrificio de expiación por el pecado, Dios ve los pecados del pueblo y viene la ira de Dios, el juicio divino sobre el pueblo. Pero... ¿no hay un Sacrificio por el pecado que el Mesías Príncipe haría? Pues Él pondría Su vida en Expiación por el pecado, o sea, moriría por el pecado, llevando los pecados del pueblo para reconciliar el pueblo con Dios. Para el año 483 de las setenta semanas de Daniel, o sea, no me refiero al año del calendario, sino al año de estas setenta semanas de Daniel; o sea, desde la salida de la Palabra para restaurar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas y sesenta y nueve semanas. Para aquellos tiempos que salió la Palabra para la restauración de Jerusalén, comenzó a contar el ciclo de las setenta semanas de Daniel, y al cumplirse la semana número setenta, el Mesías Príncipe... o sea, al terminar la semana número sesenta y nueve el Mesías Príncipe tenía que aparecer en Su ministerio y morir en la semana número setenta, y moriría en Expiación por el pecado del pueblo, le sería quitada la vida al Mesías. Para ese tiempo, dos mil años atrás, se tiene que conseguir en la historia del pueblo hebreo un hombre que haya cumplido esa profecía, y ése es el Mesías Príncipe que moriría en Expiación por el pecado del pueblo. Buscando a través de la historia de los judíos, no encontramos a un hombre que pueda cumplir o en quien se haya cumplido esa profecía, excepto en una sola persona: Jesús de Nazaret. No hay otra persona en la historia que haya muerto y que se haya identificado como el Mesías Príncipe, y que haya cumplido todas las profecías mesiánicas correspondientes a aquel tiempo. Convenía que Israel estuviera ciego a quién era Jesús, porque si no estaba ciego, veía que Él era el Mesías, lo recibía y entonces no se realizaría la Expiación por el pecado de Israel y de todas las naciones y de todo ser humano. Todo obró para bien: con la muerte de Jesús la humanidad se benefició, incluyendo el pueblo hebreo. Para el tiempo en que murió Jesús toda la humanidad tenía que morir, porque era el tiempo del juicio divino por el pecado de la humanidad, pero todo el pecado de la humanidad lo tomó Jesucristo y murió en lugar del ser humano; por eso Jesús es el Eslabón entre Dios y el ser humano, tenía que ser un ser que naciera en la Tierra sin pecado, y que voluntariamente se ofreciera como el Sacrificio de la Expiación por el pecado del ser humano. No hay otro que llene los requisitos para ser el Mesías Príncipe que aparecería y moriría en la semana número setenta; por eso es que se ha estado predicando el Evangelio de Jesucristo desde aquellos tiempos hasta nuestro tiempo, para que el ser humano obtenga la Misericordia de Dios, obtenga el perdón y sea limpio de todo pecado con la Sangre de Expiación del Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario y sea reconciliado con Dios. Yo recibí a Cristo como mi único y suficiente Salvador, obtuve el perdón de mis pecados y fui limpio con Su Sangre de todo pecado, por lo tanto ya he sido restaurado a la Vida eterna, mi alma tiene Vida eterna, y voy a ser restaurado físicamente también a la Vida eterna cuando Él me dé un cuerpo eterno y glorificado. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también. Ya no se necesitan sacrificios de animalitos, ya el Sacrificio perfecto lo realizó el Mesías Príncipe en la Cruz del Calvario, un Sacrificio para el pueblo hebreo y para todo ser humano que vive en este planeta Tierra. Ese es el único Sacrificio para ser reconciliado el ser humano con Dios, no hay otro; ya no hay templo en Jerusalén, templo de Dios, no hay sacrificio de expiación; pero hay un Sacrificio que fue realizado en la Cruz del Calvario, y es el único que Dios acepta, y es el único Sacrificio que ha sido recibido en el Cielo, en el Templo Celestial. Aunque el en templo terrenal no hay sacrificio, en el Templo Celestial está el Sacrificio de Cristo, porque Él murió por todo ser humano. Por lo tanto, la Sangre de ese Sacrificio está en el Cielo, y Él está como Sumo Sacerdote según el Orden de Melquisedec en el Templo Celestial haciendo intercesión. Por lo tanto, aunque no hay templo en Jerusalén, donde estaba el templo de Salomón, ni hay sacrificio, en el Templo celestial si hay un Sacrificio, hay una Sangre: la Sangre de Cristo; hay un Sumo Sacerdote: Jesucristo, según el Orden de Melquisedec, que es el Orden eterno del Templo Celestial. Por lo tanto, todo ser humano puede obtener la Misericordia con Dios y puede ser reconciliado con Dios para vivir, no un día más, sino vivir eternamente en el Reino de Dios: Si muere físicamente, va a ser resucitado en un cuerpo glorificado y eterno y joven para toda la eternidad. Si usted no ha sido reconciliado con Dios todavía, porque no ha recibido el Sacrificio de Expiación, el Sacrificio de Cristo, lo puede hacer en esta noche, y yo oraré por usted para que Cristo le reciba en Su Reino, le perdone y con Su Sangre le limpie de todo pecado. Vamos a dar unos minutos para que usted pueda pasar al frente y yo oraré por usted. Los que están a través de internet o del satélite, también pueden venir a los Pies de Cristo y yo oraré por ustedes. Todos ustedes que están a través del satélite Amazonas, en el canal WSS: “El Mensajero de la Paz,” pueden venir a los Pies de Cristo también en estos momentos. Vamos a dar unos minutos en lo que vienen a los Pies de Cristo, para ser reconciliados con Dios por medio del Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario. Ya el Sacrificio fue efectuado, y es ahora la responsabilidad de todo ser humano creer y recibir ese Sacrificio, como el Sacrificio de Expiación por sus pecados. La Escritura dice que la fe viene por el oír, ¿el oír qué? La Palabra de Dios, el Evangelio de Cristo. “Y con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.” \[Romanos 10:10\] Por lo tanto, ahora tienen la oportunidad de confesar públicamente a Cristo como su único y suficiente Salvador, ¿para qué? Para salvación, para obtener el perdón de sus pecados, ser limpios de todo pecado con la Sangre de Cristo, ser bautizados en agua en Su Nombre, y recibir Su Espíritu y ser así reconciliados con Dios para vivir eternamente con Cristo en Su Reino. Pueden continuar viniendo también los niños de diez años en adelante, pues ya tienen conocimiento del bien y del mal y pueden venir a los Pies de Cristo. En las demás naciones también pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, en los auditorios o en las iglesias o templos donde se encuentren, para que queden incluidos en esta oración que estaré haciendo por todos ustedes que están a través de internet o del satélite, o aquí presentes. Vamos a esperar unos momentitos, pues Dios tiene mucho pueblo en este lugar, y los está llamando. Si oyes hoy Su Voz, no endurezcas tu corazón, Él te está llamando para darte la Vida eterna. Dios tiene mucho pueblo aquí en Cárdenas, Tabasco, Estados Unidos Mexicanos, y en todas las ciudades de los Estados Unidos Mexicanos, y los está llamando en este tiempo final. Es un asunto de Vida eterna recibir a Cristo como único y suficiente Salvador. Dios dijo que establecería un Nuevo Pacto con Israel y con Judá, y la Sangre del Nuevo Pacto, es la Sangre del Mesías. ¿Dónde vamos a encontrar los descendientes de las diez tribus del Norte? Bajo un Nuevo Pacto en medio del Cristianismo. Todavía continúan viniendo más personas que como ustedes, ha nacido la fe de Cristo en su alma, creen en Cristo y vienen para dar testimonio público de su fe en Cristo, recibiéndole como único y suficiente Salvador. ¿Quieren entrar al Nuevo Pacto, ser limpiados con la Sangre del Nuevo Pacto y ser restaurados al Reino de Dios, ser restaurados a la Vida eterna y obtener la paz que está bajo el Nuevo Pacto, recibirla acá en su alma? Todavía continúan viniendo más personas. Pueden venir los que faltan por venir. Vamos a estar puestos en pie para orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo; los que faltan por venir, pueden venir para que queden incluidos en esta oración que estaré haciendo. Dios ha prometido llamar a Sus hijos, a Su pueblo, y los llama bajo un Nuevo Pacto, los establece dentro de un Nuevo Pacto, el cual prometió a través del Profeta Jeremías en el capítulo 31, versos 31 al 36. Los establece dentro del Reino de Dios, Reino que está en la esfera espiritual, pero que va a ser manifestado en la esfera física; y ese Reino, es el Reino del Mesías, ese es el Reino de David que será restaurado. Todavía continúan viniendo más personas, vamos a esperar unos segundos en lo que llegan los que vienen de camino. Algunas veces hay personas tímidas, y les da vergüenza pasar al frente para recibir a Cristo, pero para recibir a Cristo y recibir la Vida eterna, a usted no le puede dar vergüenza ni timidez, Él no fue tímido ni le dio vergüenza morir por mí y por usted en la Cruz del Calvario. Por lo tanto, no nos podemos avergonzar de Él. Él dijo: “El que se avergonzare de mí delante de los hombres, Yo me avergonzaré de él delante de mi Padre que está en los Cielos; y el que me confesare delante de los hombres, Yo le confesaré delante de mi Padre que está en los Cielos.” De eso es que habla Cristo en San Mateo, capítulo 10, versos 32 al 33. ¿Queremos que Cristo nos confiese delante del Padre Celestial? Entonces confesemos públicamente a Cristo como nuestro único y suficiente Salvador. Ya vamos a orar por todas las personas que han venido a los Pies de Cristo. Si falta todavía alguno, puede venir inmediatamente; los que están en otras naciones también pueden venir; los que faltan por venir a los Pies de Cristo, pueden pasar al frente donde se encuentran en otras naciones en otros auditorios o en otras iglesias. Ya vamos a orar por todos, vamos a levantar nuestras manos al Cielo a Cristo, y repitan conmigo esta oración los que han venido a los Pies de Cristo en estos momentos: ***Señor Jesucristo, he escuchado la predicación de Tu Evangelio, ha nacido Tu fe en mi corazón, creo en Ti, creo en Tu Primera Venida, creo en Tu Nombre, como el único Nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que podemos ser salvos; creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el único Sacrificio por mis pecados, reconozco que soy pecador y necesito un Salvador.*** ***Señor Jesucristo, doy testimonio público de mi fe en Ti y Te recibo como mi único y suficiente Salvador. Salva mi alma, perdona mis pecados y con Tu Sangre límpiame de todo pecado, y bautízame con Espíritu Santo y Fuego, y sea producido en mí el nuevo nacimiento luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre, en donde me identificaré contigo en Tu muerte, sepultura y resurrección. En Tus manos encomiendo mi alma, sálvame Señor, Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén.*** Y ahora, con nuestras manos levantadas al Cielo a Cristo, todos decimos: **¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén y amén.** Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado. Él dijo en San Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16: “*Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.* *El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”* Tan simple como eso. Para eso es que se predica el Evangelio de Cristo: para que las personas puedan creer, porque la fe viene por el oír, el oír la Palabra, el Evangelio de Cristo, para poder dar testimonio público de su fe en Cristo y recibirlo como único y suficiente Salvador. Una persona no puede creer, a menos que escuche la predicación del Evangelio de Cristo, a menos que escuche el Evangelio de Cristo. Por lo tanto, por cuanto ustedes han escuchado y han creído y han recibido a Cristo como Salvador, me preguntarán: “¿Cuándo me pueden bautizar? Pues Él dijo: ‘El que creyere y fuere bautizado, será salvo.” Y usted me dirá: “Quiero cumplir el mandato de Cristo completo, quiero ser bautizado lo más pronto posible. ¿Cuándo me pueden bautizar?” Es la pregunta de vuestro corazón. Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, bien pueden ser bautizados en estos momentos en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Toda persona que recibe a Cristo como Salvador, muere al mundo. Cuando el ministro lo sumerge en las aguas bautismales, tipológicamente está siendo sepultado; cuando lo levanta de las aguas bautismales tipológicamente está naciendo a una nueva vida, está resucitando, está naciendo a la Vida eterna, resucitando a la Vida eterna en un nuevo Reino, el Reino de Dios, el Reino del Mesías, el Reino de Cristo. Por lo tanto, bien pueden ser bautizados en agua en estos momentos, conociendo el simbolismo del bautismo en agua, en donde el ser humano se identifica con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección. ***Y que Jesucristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. Y a vuestros familiares Cristo los traiga a Sus Pies y les dé también la salvación y Vida eterna. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.*** Y ahora, dejo al reverendo José Cruz Alfaro, para que les indique si hay agua. ¿Hay agua? Hay agua, hay bautisterios. ¿Hay ropas bautismales también? Hay ropas bautismales también. ¿Hay vestidores de ropa, lugar dónde colocarse las ropas bautismales? ¿Hay ropas bautismales también? También hay ropas bautismales y personas que les ayudarán a llegar a los vestidores de ropa. ¿Y también ministros que les bautizarán también? Hay ministros que les bautizarán. Por lo tanto, bien pueden ser bautizados. ***Y que Jesucristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.*** Bueno, vamos a pedirle al reverendo José Cruz les indique hacia dónde caminar para colocarse las ropas bautismales. También los que están en otras naciones a través de internet o del satélite, pueden ser bautizados en estos momentos en agua, pues donde ustedes se encuentran hay bautisterios y ministros que les bautizarán. Que Dios les bendiga y les guarde, y continúen pasando una noche llena de las bendiciones del Señor Jesucristo, y nos continuaremos viendo por toda la eternidad. Muchas gracias y buenas noches. “**UNA VEZ MÁS.”**