--- title: 'El Mensajero del Rey' date: 2006-02-26 activity: 1 place: city: Ciudad de México state: country: MX duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenos días, amados amigos y hermanos presentes, y los que están a través de internet o del satélite en otras naciones; es una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Para lo cual quiero leer en Malaquías, capítulo 3, verso 1 en adelante, donde dice: “*He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos.”* Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. Nuestro tema es: **“EL MENSAJERO DEL REY.”** Ya que Dios es el Rey del Universo, el Señor es el Rey de toda la Creación, en este pasaje nos dice que Él envía Su Mensajero. Por lo tanto, es el Mensajero del Rey, del Rey de los Cielos y de la Tierra. En este capítulo 3 de Malaquías nos habla del Mensajero del Rey, y luego en Malaquías, capítulo 4 nos dice (verso 5 al 6): “*He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible.* *El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.”* Aquí tenemos el Mensajero del Rey. En ambos pasajes Dios claramente nos habla del Mensajero que Él envía, y por consiguiente si es enviado de Dios, que es el Rey de los Cielos y de la Tierra, pues ese Mensajero es el Mensajero del Rey. Y ahora, veamos las cosas que estará haciendo ese Mensajero, y a quién le estará preparando el camino. Dice aquí: “*He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí...”* Le estará preparando el camino al que lo envía, porque es el Mensajero del que lo está enviando; Mensajero es: “Enviado,” es “Apóstol,” es “Ángel.” Un Ángel es un Mensajero. Y hay Ángeles del Cielo y hay Ángeles de la Tierra, seres humanos enviados por el Dios creador de los Cielos y de la Tierra. Y ahora, este Mensajero del cual habla aquí que le preparará el camino, porque lo envía delante de Él, es un hombre, un Profeta, el cual vendrá con un Mensaje para preparar al pueblo para la Venida del que lo envía, del Señor, del Ángel del Pacto. El Señor, el Ángel del Pacto al aparecer en la Tierra, será el mismo Dios de Abraham con Su cuerpo angelical, llamado: “El Ángel del Señor,” o “Ángel del Pacto,” en el Antiguo Testamento. El mismo Ángel de Dios o Ángel del Pacto que le apareció a Moisés y le dijo: “Yo Soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.” ¿Cómo puede ser un Ángel el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob? Porque es nada menos que Dios en Su cuerpo angelical, y por eso es llamado: “El Ángel de Dios,” o “Ángel del Pacto.” Y a Él es al cual le estará preparando el camino este Mensajero que está prometido en Malaquías, capítulo 3, verso 1. Y ese Mensajero viene con un Mensaje para preparar al pueblo, llamar al pueblo y tenerlo listo; estará el pueblo esperando el que viene después del Mensajero que le prepara el camino al Señor, al Ángel del Pacto, el cual aparecerá en carne humana y será el Mesías Príncipe prometido para Israel, será el deseado de todas las naciones; porque todas las naciones desean la Venida del Mesías para que se siente en el Trono de David y reine sobre Israel y sobre todas las naciones, y sean resueltos todos los problemas, no solamente de Israel, sino de la humanidad; porque la solución a todos los problemas que tienen las naciones está en el Mesías Príncipe estableciendo Su Reino en medio del pueblo hebreo. Y traerá la paz para Israel y para todas las naciones. Por lo tanto, este Mensajero del Rey es un Mensajero de Paz, es el Mensajero de Paz enviado delante del Mesías para preparar un pueblo bien dispuesto. Dice en Isaías, capítulo 52, verso 7: “*¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios reina!”* Y ahora, vean ustedes que este Mensajero del Rey cumplirá también esta profecía, porque vendrá trayendo alegres nuevas para Israel y para todas las naciones, y estará anunciando la paz en un mundo que está en conflictos de todas las clases. Ahora, es enviado un Mensajero de Paz que anuncia buenas nuevas del bien. Ahora, siendo que la Venida del Mesías tiene dos partes, Su Primera Venida como Cordero para morir, como el Sacrificio de Expiación por los pecados de Su pueblo Israel, y de todo ser humano, como dice Isaías, capítulo 53, verso 10: “*Con todo eso, Jehová* (o sea, el Señor; esta versión usa el nombre Jehová) *quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.”* Aquí nos muestra que el Mesías Príncipe, del cual habla, profetiza este capítulo 53 de Isaías, pondrá Su vida en Expiación por el pecado; y si pone Su vida en Expiación por el pecado, tiene que morir; y por consiguiente todos los pecados del ser humano son colocados en el Mesías Príncipe. Y por cuanto la paga del pecado es muerte, Él muere, no porque tenía pecado de sí mismo, sino porque los pecados de Israel y de toda la humanidad fueron colocados en Él, Él los tomó y entonces se hizo mortal. Él dijo: “Nadie me quita la vida, Yo la pongo por mí mismo para volverla a tomar.” Por lo tanto, Él pondría Su vida en Expiación por el pecado, y luego volvería a tomar la vida, volvería a vivir. Y ahora, también Daniel en el capítulo 9, nos habla acerca del pecado y dice que va a ser quitado. En el capítulo 9 de Daniel, verso 24, dice: “*Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo* (o sea, sobre Israel) *y sobre tu santa ciudad* (o sea, sobre Jerusalén)*, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad...”* Todo esto sería cumplido por el Mesías en Su Primera Venida. Sigue diciendo: “*...para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.* *Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.* *Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías* (la vida al Mesías le sería quitada; y sigue diciendo)*, mas no por sí* (o sea, que Él no se la quitaría)*; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario; y su fin será con inundación, y hasta el fin de la guerra durarán las devastaciones.”* “Y el pueblo de un príncipe que ha de venir,” o sea, el pueblo romano del Príncipe que habría de venir allí, entró a Jerusalén y la destruyó en el año 70, bajo las órdenes del general romano Tito Vespasiano, el cual más adelante vino a ser el rey, el príncipe, el César, el emperador o rey del imperio romano. Ahora, podemos ver que ya Jerusalén fue destruida en el año 70 de la Era común o Cristiana, el templo también fue destruido; pero antes de eso el Mesías estaría en la Tierra y la vida al Mesías le sería quitada. Y eso sería el Sacrificio de Expiación por el pecado para quitar el pecado y expiar la iniquidad. Para quitar el pecado tiene que haber un Sacrificio de Expiación, y la Sangre de ese Sacrificio limpia al ser humano de todo pecado, la Sangre del Mesías Príncipe, lo cual fue tipificado en el sacrificio del macho cabrío de la expiación de Levítico, capítulo 23, versos 26 al 29, para la reconciliación de cada persona con Dios. Usted no puede ser reconciliado con Dios sin un Sacrificio de Expiación por el pecado. En el Antiguo Testamento se efectuaba el sacrificio del macho cabrío de expiación el día diez del mes séptimo de cada año en el templo allá en Jerusalén. Y ahora, no hay templo desde el año 70 de la Era común, y por consiguiente tampoco hay sacrificio de expiación por el pecado del pueblo; y sin un sacrificio el pecado no puede ser quitado de la persona, y la paga del pecado es muerte, y por consiguiente la persona está bajo condenación, y la muerte le persigue, está condenado a muerte; ya sea persona o nación. Y ahora, ¿qué puede hacer la humanidad si no hay templo, no está el templo en Jerusalén donde se efectuaba el sacrificio de expiación por el pecado del pueblo? No hay ningún problema, el Mesías Príncipe vendría y moriría como el Sacrificio de Expiación por el pecado del ser humano; y con Su Sangre limpiaría al ser humano de todo pecado, para lo cual se predicaría el Evangelio de la Gracia, para darle a conocer a todo ser humano el misterio de la Venida del Mesías y Su Sacrificio de Expiación en la Cruz del Calvario, para que así todo ser humano tenga la oportunidad de creer, porque la fe viene por el oír. “Y con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.” \[Romanos 10:10\] Por consiguiente, la predicación del Evangelio de Cristo trae la fe de Cristo al alma de la persona por medio del Espíritu Santo usando el Evangelio de Cristo, y nace la fe de Cristo en el alma de la persona, y la persona cree en la Primera Venida del Mesías, cree en Su muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por sus pecados (los pecados de la persona), y da testimonio público de su fe en Cristo, recibiéndolo como su único y suficiente Salvador; obtiene el perdón de sus pecados, es limpio con la Sangre de Cristo de todo pecado, es bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego, y produce en la persona el nuevo nacimiento; y así la persona nace a una nueva vida: a la Vida eterna en el Reino eterno de Dios, que es el Reino de Jesucristo. Y ahora, el ser humano nacido de nuevo es una nueva criatura, ha entrado al Reino de Dios, ha obtenido la Vida eterna, y ahora persevera sirviendo al Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob todos los días de su vida, ha sido colocado en el Redil del Señor, que es la Iglesia del Señor Jesucristo. Y ahora, la persona ha quedado reconciliada con Dios, y la persona ha entrado al Nuevo Pacto, que es el Pacto de Paz, del cual dio testimonio el Espíritu Santo a través del Profeta Jeremías cuando dijo en el capítulo 31, versos 31 en adelante: “*He aquí que vienen días, dice Jehová, en los cuales haré nuevo pacto con la casa de Israel y con la casa de Judá* (o sea, con el reino del Norte y con el reino del Sur)*.* *No como el pacto que hice con sus padres el día que tomé su mano para sacarlos de la tierra de Egipto* (o sea, que no será como el Pacto que hizo en el tiempo de Moisés con el pueblo hebreo)*; porque ellos invalidaron mi pacto, aunque fui yo un marido para ellos, dice Jehová.* *Pero este es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice Jehová: Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón; y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo.”* Y ahí nos muestra ese Nuevo Pacto del cual el Apóstol San Pablo también da testimonio en Romanos, y también en otros pasajes donde nos habla de un Nuevo Pacto. De este Nuevo Pacto también da testimonio San Pablo en el capítulo 8, verso 6 en adelante de Hebreos: “*Pero ahora tanto mejor ministerio es el suyo, cuanto es mediador de un mejor pacto, establecido sobre mejores promesas.* *Porque si aquel primero hubiera sido sin defecto, ciertamente no se hubiera procurado lugar para el segundo.* *Porque reprendiéndolos dice:* *He aquí vienen días, dice el Señor,* *En que estableceré con la casa de Israel y la casa de Judá un nuevo pacto;* *No como el pacto que hice con sus padres* *El día que los tomé de la mano para sacarlos de la tierra de Egipto;* *Porque ellos no permanecieron en mi pacto,* *Y yo me desentendí de ellos, dice el Señor.* *Por lo cual, este es el pacto que haré con la casa de Israel* *Después de aquellos días, dice el Señor:* *Pondré mis leyes en la mente de ellos,* *Y sobre su corazón las escribiré;* *Y seré a ellos por Dios,* *Y ellos me serán a mí por pueblo;* *Y ninguno enseñará a su prójimo,* *Ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor;* *Porque todos me conocerán,* *Desde el menor hasta el mayor de ellos.* *Porque seré propicio a sus injusticias,* *Y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.* *Al decir: Nuevo pacto, ha dado por viejo al primero; y lo que se da por viejo y se envejece, está próximo a desaparecer.”* Y ahora, el Apóstol hablándonos de este Nuevo Pacto, nos muestra que es el Nuevo Pacto que Dios ha establecido a través del Mesías Príncipe en Su Primera Venida, en donde la Sangre del Nuevo Pacto es la Sangre del Mesías Príncipe derramada en la Cruz del Calvario. En Hebreos, capítulo 13, versos 20 al 21, dice San Pablo: “*Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno,* *os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos. Amén.”* Y ahora, aquí nos muestra el Apóstol San Pablo que la Sangre del Nuevo Pacto es la Sangre de Jesucristo. Ya Dios no acepta sangre de animalitos, no acepta ya sacrificios de machos cabríos, y la sangre de machos cabríos para el ser humano ser cubierto de todo pecado (o sea, los pecados del ser humano ser cubiertos), porque ya hay un Sacrificio perfecto con una Sangre perfecta que no cubre el pecado sino que quita el pecado. “Porque la Sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado.” Dice Primera de Juan, capítulo 1, verso 7. Y por consiguiente ya no se requieren sacrificios de animalitos. Aquello fue el tipo y figura de lo que sería el Sacrificio del Mesías Príncipe en Su Primera Venida. De entre los gentiles Dios ha estado llamando un pueblo para Su Nombre, lo cual fue tipificado, representado allá en el tiempo de Oseas y de lo cual San Pablo en Romanos, capítulo 9, versos 25 al 27, cita, diciendo: “*Como también en Oseas dice:* *Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo,* *Y a la no amada, amada.* *Y en el lugar donde se les dijo:* *Vosotros no sois pueblo mío,* *Allí serán llamados hijos del Dios viviente.”* O sea, que de entre los gentiles Dios llamaría un pueblo para Su Nombre, y ahí llamaría hijos e hijas del Dios viviente. Y ahora, esto fue allá representado en estos descendientes de Oseas. En Oseas nos dice en el capítulo 1, verso 6 en adelante, dice: “*Concibió ella otra vez, y dio a luz una hija. Y le dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ruhama, porque no me compadeceré más de la casa de Israel, sino que los quitaré del todo.* *Mas de la casa de Judá tendré misericordia, y los salvaré por Jehová su Dios; y no los salvaré con arco, ni con espada, ni con batalla, ni con caballos ni jinetes.* *Después de haber destetado a Lo-ruhama, concibió y dio a luz un hijo.* *Y dijo Dios: Ponle por nombre Lo-ammi, porque vosotros no sois mi pueblo, ni yo seré vuestro Dios.* *Con todo, será el número de los hijos de Israel como la arena del mar, que no se puede medir ni contar. Y en el lugar en donde les fue dicho: Vosotros no sois pueblo mío, les será dicho: Sois hijos del Dios viviente.* *Y se congregarán los hijos de Judá y de Israel, y nombrarán un solo jefe, y subirán de la tierra; porque el día de Jezreel será grande.”* Y ahora, aquí vemos el reino del Norte y el reino del Sur, el reino del Sur que corresponde a las dos tribus (la tribu de Judá y la tribu de Benjamín): las tribus que quedaron para David y su descendencia; y las otras diez tribus que quedaron para Jeroboam, un descendiente de Efraín. Y ahora, el pueblo que fue señalado como pueblo de Dios, ahora aparece ser Judá; y luego el pueblo que aparece como que no es pueblo de Dios, es el reino del Norte que fue esparcido por las naciones. Pero luego bajo la Dispensación de la Gracia, Dios estaría llamando un pueblo para Su Nombre, y todos los que vienen a los Pies de Cristo, Dios les da potestad de ser hechos hijos de Dios, y son llamados hijos e hijas de Dios, y son colocados bajo un Nuevo Pacto y cubiertos con la Sangre del Nuevo Pacto, la Sangre del Mesías Príncipe que murió en la Cruz del Calvario. Y para el tiempo final dice: “*Y se congregarán los hijos de Judá y de Israel, y nombrarán un solo jefe, y subirán de la tierra; porque el día de Jezreel será grande.”* Y ahora, tenemos la promesa de parte de Dios que para el tiempo final habrá un reconocimiento de parte de Dios del pueblo hebreo, en donde el reino del Norte con el reino del Sur tendrán un solo jefe. Y eso corresponde al Mesías Príncipe, para el tiempo final realizar ese gran evento prometido. Y será el hijo de David el que vendrá a ser el jefe del reino del Norte y también del reino del Sur. Y ahí será que los dos reinos vendrán a ser un solo reino, y así estará restaurada la Casa de David, el tabernáculo caído de David será restaurado y la dinastía de David será restaurada, y el Reino de David será restaurado. En Ezequiel, capítulo 34, dice (verso 22 en adelante): “*Yo salvaré a mis ovejas, y nunca más serán para rapiña; y juzgaré entre oveja y oveja.* *Y levantaré sobre ellas a un pastor, y él las apacentará; a mi siervo David, él las apacentará, y él les será por pastor.* *Yo Jehová les seré por Dios, y mi siervo David príncipe en medio de ellos.* *Yo Jehová he hablado.* *Y estableceré con ellos pacto de paz...”* Todas las naciones buscan la paz. Israel busca la paz, la anhela de todo corazón. Pero no habrá verdadera paz, la paz imperecedera, fuera de este Pacto de Paz que será establecido por el Mesías Príncipe, el Hijo de David que vendrá en este tiempo final, y establecerá Su Reino, que es el Reino de Dios, y se sentará sobre el Trono de David al cual Él es heredero, y establecerá ese Nuevo Pacto de Paz con Israel. Y Jerusalén tendrá verdadera paz; y hará honor a su nombre, porque actualmente tiene muchos problemas. Pero aunque aparentemente no hay esperanzas de paz para Israel y para las naciones, proféticamente tenemos la promesa de que habrá paz en Israel. Dios ha dicho: “Yo daré paz en este lugar,” hablando de Israel. Y Él lo va a hacer, y será bajo el Reino del Mesías. Fuera de ese Reino del Mesías la única paz que los seres humanos pueden tener, hablando de las naciones, es una paz por medio de tratados humanos políticos, diplomáticos, pero que no es permanente. Surge algún problema entre gobernantes o diplomáticos, y ya se acabó la paz. Aun está profetizado que vendrá un lapso de tiempo en donde dirán: “Paz y seguridad.” Y dice la Escritura: “Cuando digan: paz y seguridad, vendrá destrucción repentina, de repente vendrá destrucción.” \[Primera de Tesalonicenses 5:3\] Eso es una tercera guerra mundial que vendrá de repente. Por lo tanto, esa paz que van a conseguir y que van a proclamar paz, cuando digan: “paz y seguridad,” luego lo que le va a seguir será destrucción; una guerra y también grandes terremotos, grandes maremotos y grandes catástrofes en el planeta Tierra. En Primera de Tesalonicenses, capítulo 5, verso 1 al 10, nos habla el Apóstol San Pablo de esto. Pero él dice para los creyentes... Primera de Tesalonicenses, capítulo 5, verso 1 en adelante, dice: “*Pero acerca de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de que yo os escriba.* *Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor vendrá así como ladrón en la noche;* *que cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la mujer encinta, y no escaparán.* *Mas vosotros, hermanos, no estáis en tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón* (o sea, que no estamos en tinieblas para que vayamos a ser sorprendidos en ese día que vendrá)*.* *Porque todos vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de las tinieblas.* *Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y seamos sobrios.* *Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se embriagan, de noche se embriagan.”* Y ahora, tenemos ahí la profecía bíblica de que cuando digan: “Paz y seguridad,” vendrá destrucción repentina; dice San Pablo: No sobre los creyentes en Cristo nacidos de nuevo, sino sobre ellos, o sea, sobre el mundo. La única paz duradera que está prometida para Israel y para la humanidad es bajo el Reino del Mesías Príncipe y bajo el Nuevo Pacto, que Él establecerá con el pueblo hebreo, y en donde todas las naciones incluyendo a Israel, tendrán una misma forma de creer en Dios. Dice: “Y el Señor será uno y uno Su Nombre.” “En aquel día el Señor...” en la traducción que normalmente se usa en español, dice: “Y Jehová será uno y uno Su Nombre.” Y dice: “Y Jehová será rey sobre toda la Tierra.” ¿Por qué? Porque Dios colocará Su Rey sobre el Monte de Sion. También el salmista nos habla del Mesías en el capítulo 2 y nos dice de la siguiente manera... capítulo 2, verso 6 en adelante, dice: “*Pero yo he puesto mi rey* *Sobre Sion, mi santo monte.* *Yo publicaré el decreto;* *Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú;* *Yo te engendré hoy.* *Pídeme, y te daré por herencia las naciones.”* ¿Ven? Es el Mesías Príncipe el que heredará todas las naciones, y todas las naciones que existirán en el Reino Milenial estarán dentro del Reino del Mesías, pertenecerán a ese Reino. “*Y como posesión tuya los confines de la tierra.* *Los quebrantarás con vara de hierro;* *Como vasija de alfarero los desmenuzarás.”* Lo mismo que hace la Piedra no cortada de manos que hiere a la imagen en los pies de hierro y de barro cocido, en Daniel, capítulo 2, versos 34 al 45. Es el mismo personaje: el Mesías Príncipe del cual habla aquí. “*Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes;* *Admitid amonestación, jueces de la tierra.* *Servid a Jehová con temor,* *Y alegraos con temblor.* *Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino;* *Pues se inflama de pronto su ira.* *Bienaventurados todos los que en él confían.”* Y ahora, este es un pasaje mesiánico, el cual se estará cumpliendo. Aquí este pasaje mesiánico si lo comenzamos en este mismo capítulo 2, desde el verso 1, habla de la Primera Venida del Mesías y de la Segunda Venida del Mesías. Y ahora, el Mensajero del Rey de dos mil años atrás, así como todos los enviados de Dios (los Profetas), fueron Mensajeros del Rey de los Cielos y de la Tierra, de entre ellos hubo uno que fue el precursor de la Primera Venida del Mesías, el cual fue Juan el Bautista: un hijo de un sacerdote hebreo. Luego para el tiempo final tenemos la promesa de que antes que llegue el día de Jehová grande y terrible, o sea, antes de que llegue ese tiempo en que los juicios divinos van a caer sobre la raza humana: tiempo conocido por el Cristianismo como la gran tribulación y también como la apretura de Jacob, antes que llegue ese lapso de tiempo, Dios enviará a Elías. Eso está en la lectura que tuvimos al comienzo en Malaquías, capítulo 4, donde nos dice de la siguiente manera: “*He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible.* *El hará volver el corazón de los padres hacia los hijos, y el corazón de los hijos hacia los padres, no sea que yo venga y hiera la tierra con maldición.”* Antes que Dios hiera la Tierra con maldición, el Profeta Elías estará presente como el Mensajero del Rey hablando del Reino que va a ser establecido en la Tierra, el Reino de Dios, que es el Reino de David, y tendrá para Israel un Mensaje de paz: el Mensaje de Paz, de la Paz que va a ser establecida en el Reino Mesiánico para Israel y para todas las naciones. Por lo tanto, para el Día Postrero, para el cual está la promesa de la Venida de Elías antes que venga el día de Jehová grande y terrible, tendremos en medio de la raza humana un hombre en el cual estará el Espíritu de Dios operando el ministerio de Elías. Elías fue un Profeta para Israel y para todas las naciones. Y Elías fue un Profeta del reino del Norte. Por lo tanto, en medio de las diez tribus del Norte, él tuvo su ministerio, y no se extrañe que aparezca en este tiempo final, en medio de las diez tribus del Norte que están esparcidas por las naciones. En este libro hebreo titulado: *“La Religión de Israel,”* vean lo que dice, y por consiguiente lo que está esperando Israel. En la página 73, dice: “*Cuando llegue el tiempo del reino de la fe israelita, Dios enviará a su profeta Elías que ‘unirá el corazón de los padres al de sus hijos, y el corazón de los hijos al de los padres,’ y proclamará así paz universal imperecedera.”* El Mensajero del Rey será también el Mensajero de la Paz imperecedera. “*Ése es el verdadero precursor del Mesías judío* (y ahí vean lo que está esperando el pueblo hebreo)*... Ése es el verdadero precursor del Mesías judío, el ángel de la unión y de la concordia en el mundo.”* ¿Vieron lo sencillo que es todo? Y ahora, podemos ver que el Mensajero del Rey, el enviado del Rey para este tiempo final, será el Mensajero de la paz para Israel y para toda la humanidad; y ése será el Profeta Elías que aparecerá en la escena de la raza humana (en la escena), y tendrá el Mensaje de las buenas nuevas para Israel, vendrá con el Mensaje del Reino para Israel, anunciándoles que pronto el glorioso Reino de Dios, que es el Reino de David, será restaurado a Israel, y por consiguiente la paz para Israel vendrá en ese Reino. Y habrá paz en Israel como dice Dios: “Yo daré paz en este lugar (hablando de Israel).” \[Hageo 2:9\] Y también dice que “la paz correrá como un río.” \[Isaías 48:18\] Y en Isaías, capítulo 9 nos habla algo importante acerca de la paz, pues todos queremos la paz. Pero no queremos una paz que se nos acabe, aunque en lo que llega la permanente, pues es bueno que tengamos una temporal; porque nadie quiere guerra, todos queremos la paz. En el capítulo 9, verso 6 al 7, hablando del Mesías Príncipe, del niño que nacería, dice: “*Porque un niño nos es nacido, hijo nos es dado, y el principado sobre su hombro; y se llamará su nombre Admirable, Consejero, Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de paz.”* ¿Por qué se llamará ese niño Dios fuerte, Padre eterno, Príncipe de Paz? Porque el Padre eterno, el Dios fuerte, estará en Él, será Dios manifestado en carne, será la plenitud de la divinidad en carne humana en la persona del Mesías Príncipe que nacería en Israel en la tribu de Judá, en Belén de Judea, porque sería un descendiente de David. Ahora vean, es Príncipe de Paz, por lo tanto, con el establecimiento de Su Reino, siendo Él Príncipe de Paz, ¿qué es lo que va a establecer? Paz para Israel, paz para Jerusalén, paz para todas las naciones. Por eso fue tipificado en Salomón, Salomón como descendiente de David, hijo de David, y también un hombre de paz. Dice: “*Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite* (vean, no va a tener límite la paz)*...”* La paz cubrirá a todo Israel y a todas las naciones; y habrá paz en todos los campos de la vida del ser humano. Dice: “*Lo dilatado de su imperio y la paz no tendrán límite, sobre el trono de David y sobre su reino, disponiéndolo y confirmándolo en juicio y en justicia desde ahora y para siempre. El celo de Jehová de los ejércitos hará esto.”* No será una obra humana sino una obra divina lo que hará esto que está aquí prometido. El cumplimiento de esta promesa será exclusivamente de Dios. Dios será el que cumplirá esta promesa. Por lo tanto, la paz será en el Imperio del Mesías, ahí estará la paz imperecedera que estará proclamando el Mensajero del Rey, el Mensajero de la Paz del Día Postrero, que será Elías en su quinta manifestación; porque el ministerio de Elías ha tenido cuatro manifestaciones, el Espíritu de Dios operando ese ministerio en Elías Tisbita; luego por cuanto fue en él (en Elías Tisbita), la primera persona en que operó ese ministerio; luego en todas las demás personas que opere ese mismo ministerio, serán conocidos como Elías, como en el imperio romano los reyes o emperadores eran “el César” de cada tiempo, llevaban ese título de César. Y en el Reino de David los descendientes de David llevan el título de David. Por eso cuando dice que levantará a David para que sea el pastor de Israel, será el Mesías Príncipe ese David, el Mesías Príncipe tendrá el título de David; así como los emperadores, reyes del imperio romano llevaban el título del César o César. En otros campos también encontramos en diferentes campos de la vida de las naciones, que hay nombres, un nombre que lleva toda persona que pertenece a esa dinastía. Por lo tanto, encontramos por ejemplo en el Catolicismo, el líder máximo siempre llevará el nombre del Papa. ¿Ven? No importa que su nombre sea otro, pero llevará el título del Papa. Y así es en las dinastías. Por eso cuando se nos habla de que Dios levantará a David como Príncipe, eso es un hombre que está esperando el pueblo hebreo, y el cual será el Mesías Príncipe; y él será la esperanza del pueblo hebreo, para obtener la paz imperecedera. Pero antes que aparezca manifestado, revelado el Mesías Príncipe, aparecerá Elías. Si vigilamos, para poder ver al Mesías Príncipe, primero tenemos que ver a Elías, porque Elías está prometido para estar en medio del pueblo de Dios. Y ahora, por cuanto Elías era profeta a los judíos y también a los gentiles, vigilen porque va a venir para gentiles y hebreos también; o sea, que va a estar entre gentiles y entre hebreos, y la Iglesia del Señor Jesucristo para este tiempo final estará compuesta en su mayoría por descendientes hebreos, que fueron esparcidos sus antepasados por diferentes naciones. Y los que fueron esparcidos por España y por otros países como Portugal, luego se movieron a la América Latina y el Caribe, y a Norteamérica. Por lo tanto, tenemos todo ese continente de habla hispana, y portuguesa que tiene miles o millones de descendientes hebreos que fueron desterrados de su tierra: Israel. Pero Dios dijo que iba buscar Sus ovejas; y si las va a buscar, las va a buscar dondequiera que estén. El mismo Jesús dijo: “Id primero a las ovejas perdidas de Israel.” \[San Mateo 10:6\] Para los seres humanos están perdidas las diez tribus, pero para Dios no, Él sabe dónde están. ¿Y con qué las llamaría? Conforme a Isaías, capítulo 27, verso 13, será con gran Voz de Trompeta, con Trompeta grande. Dice: “*Acontecerá también en aquel día, que se tocará con gran trompeta, y vendrán los que habían sido esparcidos en la tierra de Asiria, y los que habían sido desterrados a Egipto, y adorarán a Jehová en el monte santo, en Jerusalén.”* \[Isaías 27:13\] ¿Con qué serán recogidos? Con gran Trompeta. Por eso el mismo Jesús siendo Profeta dijo en San Mateo, capítulo 24, verso 31: “*Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.”* O sea, no dice exclusivamente Israel, o la tierra de Israel, sino: Desde un extremo de la Tierra hasta el otro; o de un extremo del Cielo hasta el otro. Depende en cuál de los Evangelios usted lea. Y esos Ángeles... recuerden que Mensajero es: “Enviado,” es “Ángel.” Un Ángel Mensajero es un hombre enviado por Dios a Su pueblo con un Mensaje del Cielo. Y para el tiempo final los dos Olivos y las dos ramas de Olivos de Zacarías, capítulo 4, verso 1 al 14; y Apocalipsis, capítulo 11, versos 3 al 14, son los dos Ungidos que están delante de la presencia de Dios. Y esos son los ministerios de Moisés y de Elías. Por lo tanto, primero verán a Elías y después verán a Moisés. Ese es el orden establecido por Dios para ser cumplido en el tiempo final, para ver al Mesías Príncipe primero verán a Elías y luego a Moisés, o sea, los ministerios de Elías y de Moisés; y luego verán al Mesías Príncipe. Y cuando el pueblo vea a Elías comienza el movimiento milenial, comienza el movimiento para la restauración del Reino de David en medio del pueblo hebreo. Así como hubo un movimiento grande para David ser colocado en el Trono; hubo un movimiento grande, y muchas personas estuvieron brazo a brazo con David, guerreros valientes, personas valientes, hombres y mujeres valientes. Y así también habrá personas valientes que lucharán en favor de la restauración del Reino de David en medio del pueblo hebreo. Y eso será el movimiento milenial para la restauración del Reino de David y establecimiento del Reino Mesiánico en medio del pueblo hebreo y en medio de todas las naciones; porque ese Reino crecerá y llenará toda la Tierra. Por lo tanto, hay esperanzas para el pueblo hebreo, esperanzas de paz, y para todas las naciones. Y esa esperanza de paz que habrá para Israel y para todas las naciones, la estará dando a conocer el Mensajero del Rey, que será el Mensajero de la Paz para Israel y toda la humanidad; y será un hombre de este tiempo final, del cual dio testimonio también el reverendo William Branham y dijo: “Yo creo que será un hombre de este tiempo ungido con el Espíritu de Elías.” \[Libro de *“Los Sellos,”* página 399. Preguntas y respuestas, No. 11\] Israel en lo que leímos aquí también cree lo mismo, está esperando un hombre, un hombre de carne y hueso y sangre. Y también está esperando al Mesías Príncipe y está esperando al Mesías Príncipe como un hombre, un hombre que aparecerá en la Tierra; así como también están esperando a Elías, a un hombre que aparecerá en este planeta Tierra. Y ahora, ese hombre será el Mensajero del Rey y tendrá el Mensaje de Paz para Israel y para todas las naciones, y será un hombre que estará bendito por Dios. Vamos a ver aquí capítulo 52 que leímos al comienzo, verso 7, dice: “*¡Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: ¡Tu Dios reina!”* Vean todo lo que está contenido en el Mensaje de ese Mensajero del Rey, de ese Mensajero de Paz. Ese Mensajero de Paz será conocido por Su Mensaje, porque Su Mensaje será lo que fue prometido que él estaría proclamando; y él conocerá cómo proclamar ese Mensaje de Paz, de amor y de felicidad para Israel y para todas las naciones. Vean aquí en Romanos también nos dice San Pablo: “*¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas* (o sea, buenas noticias)*!”* \[Romanos 10:15\] Son buenas nuevas para Israel y para todas las naciones, el Mensaje del Mensajero del Rey, del Mensajero de la Paz, son buenas noticias para la humanidad. La humanidad se encuentra en muchos problemas: guerras, problemas de toda índole. Pero hay esperanza para Israel y para todas las naciones, en la Venida del Príncipe de Paz, del Mesías Príncipe, el cual establecerá Su Reino en la Tierra, establecerá el Reino de Dios, que es el Reino de David, el cual será restaurado; y así el tabernáculo de David será restaurado, será levantado, y la Monarquía de David será establecida o restaurada en el planeta Tierra, e Israel tendrá la Edad de Oro nuevamente en una forma multiplicada a lo que fue la edad de oro en el tiempo del rey David y del rey Salomón. Aquello ahora viene a ser tipo y figura de lo que será la Edad de Oro del Mesías Príncipe en Su Reino Milenial. Y ahí yo voy a estar. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también. “**EL MENSAJERO DEL REY.”** El Mensajero de Paz, el Mensajero que viene con la bendición de Dios para Israel y para todas las naciones, con la bendición del anuncio de la paz imperecedera que va a ser establecida en la Tierra por el Mesías Príncipe que vendrá a Israel en este tiempo final. Viviremos en paz, y por consiguiente habrá prosperidad y felicidad para la raza humana. Todo eso está contenido en el Mensaje del Mensajero del Rey. Y el Mensaje del Mensajero del Rey para Israel será el Mensaje del Evangelio del Reino. Por lo tanto, no estará insistiendo con el pueblo hebreo de que reciban a Cristo como Salvador. Estará predicándoles el Evangelio del Reino. El Evangelio de la Gracia es predicado en medio del Cristianismo y es para el Cristianismo. Pero el Mensaje del Evangelio del Reino, Israel lo recibirá; porque el Mensaje del Evangelio del Reino tiene la revelación divina de la restauración del Reino de David en la Tierra, y se efectuará el movimiento milenial o movimiento pro el Mesías y Su Reino, el Reino de David para ser establecido en este planeta Tierra. Muchas personas y muchas naciones serán pro la restauración del Reino de David, porque comprenderán que será la única forma en que la humanidad recibirá la paz imperecedera, y recibirá la bendición del Cielo, y todos los problemas quedarán resueltos, y las deudas de todas las naciones quedarán saldas en ese Reino, porque será un reino o un imperio de prosperidad. Habrá un cambio de gobierno en el planeta Tierra, el cual impactará a todas las naciones. Y de eso es que estará hablando el Mensajero del Rey, el Mensajero de la Paz, que conforme a la profecía será Elías, que vendrá antes que venga el día grande y terrible del Señor. Antes que venga esa etapa de la gran tribulación o Apretura de Jacob, estará presente en la Tierra Elías, en medio de las diez tribus perdidas y también luego en medio de las dos tribus: la tribu de Judá y la tribu de Benjamín. Por lo tanto, el Mensajero del Rey tendrá el Mensaje de esperanza para toda la humanidad, y no hay esperanza para la humanidad fuera de lo que estará diciendo el Mensajero del Rey, el Mensajero de la Paz, el Elías prometido para venir en este tiempo final. “EL MENSAJERO DEL REY, El MENSAJERO DE LA PAZ.” Ya hemos visto quién será ese Mensajero del Rey: Elías, el Profeta Elías, un hombre en el cual el Espíritu de Dios estará operando ese ministerio, un hombre de este tiempo, y Su Mensaje será el Mensaje del Evangelio del Reino para el pueblo hebreo. Pero para el Cristianismo le hablará del Evangelio de la Gracia, le hablará de Jesucristo porque Él conocerá el Mensaje del Evangelio de la Gracia y el Mensaje del Evangelio del Reino. Él conocerá el Mensaje para la Dispensación de la Gracia y el Mensaje para la Dispensación del Reino. Y Él sabrá hacer la separación entre el Mensaje de la Gracia y el Mensaje del Reino, y Él tendrá el Cetro del Rey o Espada del Rey, la Palabra de Dios para este tiempo final, la Palabra del Rey, la Palabra creadora de Dios. Y los que son de Dios escucharán la Voz de Dios a través del Mensajero del Rey, del Mensajero de la paz, porque en Él estará Dios en Espíritu Santo hablándole a Su pueblo, y llamando y juntando a Su pueblo, a todos Sus escogidos. Bajo el Nuevo Pacto el Cristianismo ha estado recibiendo grandes bendiciones de Dios, millones han estado recibiendo a Cristo como su único y suficiente Salvador, han estado pidiendo perdón a Cristo por sus pecados, Cristo les ha perdonado y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado, han sido bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo los ha bautizado con Espíritu Santo y Fuego, y ha producido en ellos el nuevo nacimiento. Y Él, Cristo, los ha colocado, los ha trasladado en Su Reino, los ha sacado del reino de las tinieblas y los ha colocado en el Reino de Dios, que es el Reino del Mesías Príncipe, Reino que está en la esfera espiritual, pero que pronto va a estar también en la esfera física sobre y con el pueblo hebreo y sobre todas las naciones y con todas las naciones en favor de la raza humana. La restauración de ese Reino será para beneficio de la raza humana, por eso la esperanza no solamente de Israel sino de la humanidad es la Venida del Mesías en el tiempo final, para el establecimiento de Su Reino, para que traiga la paz, la felicidad, la prosperidad y el amor para toda la raza humana. Si no viene el Mesías nunca, la raza humana dejará de existir, y tiene que ser en este nuevo milenio que ha comenzado, porque es éste milenio que ha comenzado, es el milenio postrero. Y ahora, no les voy a decir en qué siglo. Vamos a dejar eso quietecito ahí, pero en uno de los siglos de este nuevo milenio Israel tiene que ser restaurado al Reino de David, y el Reino de David por consiguiente tiene que ser restaurado en Israel, de otra manera Israel dejará de existir. No les voy a decir en qué siglo, pero hay un siglo en que si no aprovecha Israel para la restauración del Reino de David, no podrá luego obtener esa restauración. En el Programa de Dios cada cosa tiene su tiempo, y si uno deja pasar el tiempo, después ya no hay oportunidad. Pero el movimiento milenial marcará, marcará que el pueblo estará en el tiempo para la restauración del Reino de David y Trono de David en el cual se sentará el Mesías Príncipe. Todo esto será un fenómeno sociológico conforme a la sociología, pero será aun más que eso: será un milagro divino, en el cumplimiento de las promesas divinas. Si usted ya recibió a Cristo como Salvador, fue bautizado en agua en Su Nombre, y Cristo lo bautizó con Espíritu Santo y Fuego, usted obtuvo el nuevo nacimiento, y usted está reconciliado con Dios, y yo también. ¿Y quiénes son esas personas que han sido reconciliadas con Dios? Todos ustedes y yo también. Si hay alguno que todavía no ha recibido a Cristo como Salvador y nació la fe de Cristo al escuchar la predicación del Evangelio de Cristo, puede dar testimonio público de su fe en Cristo recibiéndole como vuestro único y suficiente Salvador. Y yo oraré por usted para que Cristo le reciba en Su Reino. Puede venir *acá* al frente para dar testimonio público de vuestra fe en Cristo y yo oraré por usted. Puede venir. Vamos a dar unos minutos en lo que vienen. Y los que se encuentran en otras naciones escuchando la predicación del Evangelio de Cristo a través de internet o del satélite, también pueden venir a los Pies de Cristo los que no habían venido a Cristo. Dios tiene mucho pueblo en esta ciudad: Ciudad México, Distrito Federal, y los está llamando en esta ocasión. Si oyes hoy Su Voz no endurezcas tu corazón, tú sabes que Él te está llamando, y te está llamando para darte Vida eterna, te está llamando para reconciliarte con Dios, para que puedas vivir eternamente en el Reino de Dios. En las demás naciones también pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo. Lo que se ve en la Iglesia del Señor Jesucristo desde el Día de Pentecostés hacia acá, es lo mismo que en el Judaísmo se ve cuando se convierten al Judaísmo los gentiles: son recibidos y también pasan por una etapa de bautismo y hasta de cambio de nombre, o adquieren otro nombre. En este tiempo estamos viendo lo que se veía en el tiempo de los Apóstoles que predicaban ungidos por el Espíritu Santo, y la Palabra iba directamente al alma de las personas, y las personas respondían al llamado de Dios, recibiendo a Cristo como su único y suficiente Salvador; y eran bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y Cristo los bautizaba con Espíritu Santo y Fuego y producía en las personas el nuevo nacimiento, nacían del Agua y del Espíritu, de la predicación del Evangelio y del bautismo del Espíritu Santo. Y así era como iba creciendo la Iglesia del Señor Jesucristo, a medida que Dios iba añadiendo a Su Iglesia los que serían salvos; porque Cristo añade a Su Iglesia los que han de ser salvos a medida que vienen a los Pies de Cristo las personas. Dios está llamando y juntando a Sus escogidos en este tiempo final con gran Voz de Trompeta, con la gran Voz de Trompeta que fue prometida para llamar y juntar a los escogidos de Dios. La gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino y la gran Voz de Trompeta del Evangelio de la Gracia. Esas dos trompetas, esas dos Trompetas grandes están sonando en este tiempo final y están llamando y juntando a los escogidos de Dios. Pronto se va a completar la Iglesia del Señor Jesucristo, y Cristo va a resucitar a los muertos creyentes en Él en cuerpos glorificados, y a los que vivimos nos va a transformar, y vamos a tener cuerpos eternos, inmortales, incorruptibles y glorificados como el cuerpo glorificado de Jesucristo, el cual está tan joven como cuando se fue al Cielo. El cuerpo glorificado representa de 18 a 21 años de edad, así está la apariencia física de nuestro amado Señor Jesucristo en el cuerpo glorificado que Él tiene, y así será la apariencia física mía. ¿Y de quién más? De cada uno de ustedes cuando recibamos la transformación, cuando recibamos el cuerpo nuevo, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado que Él ha prometido para mí. ¿Y para quién más? Para cada uno de ustedes también es la promesa, no es solamente para mí, es para todos los que escuchan la predicación del Evangelio de Cristo y nace la fe de Cristo en su alma, y reciben a Cristo como su único y suficiente Salvador dando testimonio público de su fe en Cristo, y son bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo los bautiza con Espíritu Santo y Fuego, y produce en ustedes el nuevo nacimiento; es no solamente para mí esa bendición, sino para ustedes también. Los niños de diez años en adelante también pueden venir a los Pies de Cristo, pues tienen ya edad en la cual tienen conocimiento del bien y del mal y pueden recibir a Cristo como su único y suficiente Salvador. Pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo los que faltan aquí en el Distrito Federal de la República Mexicana, o sea, en Ciudad México, y también los que se encuentran en otras naciones conectados con internet o a través de satélite. Dios les está llamando a ustedes también que se encuentran en otras naciones, porque el nombre de ustedes está escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida, y también el nombre de ustedes que están aquí presentes está escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida. Por esa causa ustedes están en esta actividad, el Espíritu de Dios los trajo para escuchar la predicación del Evangelio de Cristo y nacer la fe de Cristo en su alma, para recibir a Cristo como vuestro único y suficiente Salvador. Todavía veo que vienen más personas de camino, vamos a dar unos segundos en lo que llegan, pueden continuar viniendo, pues Dios tiene lugar en Su Reino para todos ustedes, y los está llamando. Si oyes hoy Su Voz no endurezcas tu corazón, Él te está llamando para colocarte en Su Reino para que vivas eternamente con Él. Tenemos que asegurar nuestro futuro eterno. ¿Y qué compañía de seguro nos puede asegurar nuestro futuro eterno? Ni siquiera nos puede asegurar nuestra vida temporal. Aunque algunas veces decimos: “Yo tengo asegurada mi vida.” Pero si la pierde, ¿qué sucede? El seguro lo cobran sus familiares. Por lo tanto, no tiene asegurada su vida, lo que todo ser humano tiene asegurada es la muerte, de la cual no puede escapar. Pero puede tener asegurado su futuro eterno, la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno, para que cuando se le acabe la vida temporal, tenga la Vida eterna para vivir con Cristo en Su Reino por toda la eternidad. No hay compañía que le pueda asegurar a usted su futuro eterno, pero hay una persona que nos puede asegurar nuestro futuro eterno, y Su Nombre es SEÑOR JESUCRISTO. Con Él yo aseguré mi futuro eterno, con Él yo aseguré mi vida, con Él yo aseguré mi alma, con Él yo estoy asegurado para vivir eternamente. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también. Todavía vienen más personas de camino, vamos a esperar unos segundos en lo que llegan, para que queden incluidos en esta oración. Todavía también veo que vienen niños de camino, los cuales también quieren vivir eternamente, quieren tener asegurado su futuro eterno. Cristo no se avergonzó de nosotros para morir por nosotros en la Cruz del Calvario al tomar nuestros pecados. Y nosotros no nos avergonzamos de Cristo, damos testimonio público de nuestra fe en Cristo y lo recibimos como nuestro único y suficiente Salvador. Todavía veo que vienen más personas de camino, es que Dios tiene mucho pueblo en esta ciudad y en toda la República Mexicana y los está llamando. Unos segundos y oraremos por todos ustedes. Estamos dando unos segundos porque así como ustedes quieren entrar al Reino de Dios para vivir eternamente, ellos también desean vivir eternamente. Vamos todos a estar en pie para orar mientras esperamos las personas que vienen de camino. Cuando la persona recibe a Cristo como Salvador, recibe la paz imperecedera. Él dijo: “Mi paz os dejo, mi paz os doy, no como el mundo la da, Yo os la doy.” Capítulo 14, verso 27 de San Juan. Es la paz del Nuevo Pacto y bajo el Nuevo Pacto, la cual Él nos da. Vamos ya a orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo. Todavía veo que vienen más personas. Es que Dios tiene mucho pueblo en esta ciudad, y los está llamando. Han escuchado la Voz de Dios, no solamente en sus oídos sino *acá* en el alma. Los que vienen de camino pueden abrirse paso para que puedan llegar. Todos queremos estar en el Reino Milenial del Mesías Príncipe, todos queremos estar con Cristo en Su Reino, todos queremos estar en Israel en ese Reino Milenial del Mesías, y todos oramos por Israel y oramos por la restauración del Reino de David en Israel. Todos queremos que venga la bendición de Dios para la humanidad, todos queremos la paz para toda la humanidad. Vamos a estar listos para orar, veo que vienen más personas todavía, vamos a prepararnos para orar. Veo por *este* lado que vienen más personas, unos segundos y ya oraremos. Vamos a levantar nuestras manos al Cielo a Cristo, todos los que están presentes y los que están en otras naciones, y los que han venido a los Pies de Cristo para dar testimonio público de su fe en Cristo, repitan conmigo esta oración que estaré haciendo. Todavía si falta alguno puede llegar. Veo personas que vienen de camino. Con nuestras manos levantadas al Cielo todos los que han pasado al frente para recibir a Cristo como Salvador, repitan conmigo esta oración los que han venido para dar testimonio público de su fe en Cristo, y los que están en otras naciones que han venido, que han pasado al frente para dar testimonio de su fe en Cristo, repitan esta oración: ***Señor Jesucristo, he escuchado la predicación de Tu Evangelio y ha nacido Tu fe en mi corazón, en mi alma, creo en Ti, creo en Tu Primera Venida, creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que podemos ser salvos; creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de la Expiación por mis pecados; creo en Ti de todo corazón, creo que Tú eres el Señor, creo que Tú eres Señor y Cristo, y reconozco que soy pecador y necesito un Salvador. Tú eres mi único y suficiente Salvador, doy testimonio público de mi fe en Ti, y Te recibo como mi único y suficiente Salvador.*** ***Salva mi alma, me entrego a Ti en alma, espíritu y cuerpo. Te ruego perdones mis pecados, y con Tu Sangre me limpies de todo pecado, y me bautices con Espíritu Santo y Fuego, luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre, y produzcas en mí el nuevo nacimiento. Quiero nacer en Tu Reino eterno, quiero vivir eternamente Contigo en Tu Reino. Salva mi alma, Te lo ruego. En Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén y amén.*** Y con nuestras manos levantadas al Cielo todos decimos: **¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén y amén.** Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado, por cuanto ustedes escucharon la predicación del Evangelio de Cristo. Y Cristo dijo: “*Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.* *El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”* \[San Marcos 16:15-16\] Tan simple como eso. Ustedes me dirán: “Ya escuché la predicación del Evangelio de Cristo, nació la fe de Cristo en mi alma, creí de todo corazón en Cristo y lo recibí como mi único y suficiente Salvador, di testimonio público de mi fe en Cristo, pero me falta ser bautizado en agua en Su Nombre. Y ustedes me preguntarán: “¿Cuándo me pueden bautizar? Quiero cumplir el mandato de Cristo lo más pronto posible.” Me dirán ustedes. Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, bien pueden ser bautizados en agua en estos momentos. ***Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. En el Nombre del Señor Jesucristo.*** ***Y a vuestros familiares Cristo los traiga a Sus Pies y les dé la salvación y Vida eterna, para que estén con ustedes en el Reino eterno de Jesucristo, viviendo por toda la eternidad.*** Y ahora, pregunto al ministro, el reverendo Jorge Hernández Martínez si hay agua, hay bautisterios: Hay agua, hay bautisterios. ¿Hay ministros que les bautizarán? Hay ministros que les bautizarán también. ¿Hay ropas bautismales? Hay ropas bautismales también para que la ropa de ustedes no se moje. Hay ropas bautismales. ¿Hay vestidores de ropa también? Hay vestidores de ropa en ambos lados; donde están las cortinas azules en ambos lados, esos son los vestidores de ropa, y allí también hay ropas bautismales que serán provistas por las personas que les estarán ayudando. También cuidarán de vuestras ropas en lo que ustedes serán bautizados. Por lo tanto, bien pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Y que Jesucristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento; como sucedía en el tiempo de San Pedro, de San Pablo y demás Apóstoles que predicaban y miles de personas venían a los Pies de Cristo, y luego los bautizaban en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y luego recibían el Espíritu Santo y obtenían así el nuevo nacimiento, y así quedaba asegurado el futuro de ellos en la Vida eterna, y así es también para ustedes. Esa es la forma de asegurar nuestro futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno. No hay otra persona que nos pueda asegurar nuestro futuro eterno, y nosotros le ponemos más atención a la vida venidera que a la vida temporal. La etapa en que vivimos es para prepararnos para entrar a la Vida eterna. Por lo tanto, hacemos lo que Cristo dijo, Él dijo: “Buscad primeramente el Reino de Dios y su justicia.” \[San Mateo 6:33\] Eso es lo que ustedes están haciendo en esta ocasión. Dejo al reverendo Jorge Hernández Martínez con ustedes, y también al ministro en cada país que está frente al auditorio que está conectado por y con internet o por algún satélite. También los que están en otras naciones pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. ***Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.*** Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes, dándoles testimonio de nuestro tema: “EL MENSAJERO DEL REY,” que es el Mensajero de la Paz, y que conforme a como vimos en las Escrituras es el Profeta Elías de Malaquías, capítulo 4, versos 1 al 6; y del cual habló Jesucristo en San Mateo, capítulo 17, versos 10 al 13, del cual dijo: “A la verdad Elías vendrá primero y restaurará todas las cosas.” Que las bendiciones de Jesucristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también. Muchas gracias por vuestra amable atención, y con ustedes el reverendo Jorge Hernández Martínez. “**EL MENSAJERO DEL REY.”**