--- title: 'Jesús y Su Familia' date: 2009-07-15 activity: 2 place: city: Cúcuta state: Norte de Santander country: CO duration: 00:00:00 public: false youtube: rm: true translations: files: --- Muy buenas tardes, ministros, compañeros en el Reino de Cristo nuestro Salvador; es para mí una bendición y privilegio grande estar con ustedes aquí en Cúcuta (después de unos diecisiete años), y es una bendición grande verles acá y compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios. Aprecio y agradezco mucho el respaldo que le están dando al gran proyecto de La gran Carpa-Catedral, en Puerto Rico. **Y que Dios los bendiga grandemente a ustedes y a vuestras congregaciones y quede registrado en el Reino de los Cielos y en el Banco de los Cielos como tesoros que ustedes están haciendo junto a vuestras congregaciones, para luego disfrutarlos en el Reino del Mesías.** También aprecio y agradezco mucho el respaldo que le están dando a AMISRAEL (no sé si ya vieron algo. Está muy bien). Ya ustedes pueden ver cómo está trabajando AMISRAEL, y cómo el esfuerzo que se hace, se obtiene resultado. En una ocasión en que llegaron donde Jesús, Su madre y Sus hermanos, allá en San Mateo, capítulo 12, versos 46 al 50 (hablando de Jesús), dice: “*Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar.* *Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar.* *Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?* *Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos.* *Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre.”* **Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla.** En este pasaje se muestran dos familias de Jesús. La familia terrenal: María y los hermanos de Jesús; y la familia celestial que son todos los creyentes en Cristo que hacen la voluntad de Dios. La familia terrenal nace según la carne por medio de la unión de un hombre y de una mujer; y toda persona que nace aquí en la Tierra pertenece a esta familia terrenal, a la familia humana, familia que allá en el Huerto del Edén está encabezada por Adán y Eva, y los cuales allá tenían Vida eterna; por cuanto pecaron contra Dios, perdieron la Vida eterna física para ellos y para todo su descendencia, y solamente nos dejaron vida temporera, que fue lo que les quedó. Mal negocio hicieron. Pero ahora, la promesa ha sido que de la simiente de la mujer o la simiente de la mujer, vendría el Mesías, o sea, que el segundo Adán, el segundo Hijo de Dios, porque el primero fue Adán, el segundo Hijo de Dios manifestado en tierra, sería el Mesías con Vida eterna; vendría a la Tierra y restauraría a los seres humanos a la Vida eterna, por medio de un Programa Divino ya predeterminado por Dios desde antes de la fundación del mundo. Cuando hemos nacido en esta Tierra, hemos nacido como hijos de papá y mamá con vida temporera, y cuando hemos nacido de nuevo del Agua y del Espíritu, del Evangelio de Cristo y del Espíritu Santo hemos nacido de Dios, hemos nacido como hijos de Dios en el Reino de Dios; y por consiguiente pertenecemos a una familia celestial, a la familia de Dios con Vida eterna. A esa familia es a la cual se refiere Cristo cuando dice que Sus hermanos, Sus hermanas y Su madre son los que hacen la voluntad de Su Padre que está en los Cielos; y a esa familia también pertenecen María y los hermanos de Jesús, porque son creyentes en Cristo, el segundo Adán. Ahora, vean por medio del segundo Adán, que es Cristo, surge en la Tierra una familia, pero que su nacimiento es del Cielo, porque el nuevo nacimiento es del Cielo; a esa familia pertenecen todos los creyentes en Cristo, los cuales tienen sus nombres escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, y los cuales Dios conoció desde antes de la fundación del mundo. Todos estaban en Cristo. Así como una planta de trigo estaba, ¿dónde? En un grano de trigo; y los granos de trigo de esa planta de trigo, ¿dónde estaban? En ese grano de trigo, así todos estábamos en Cristo, que es el grano de trigo; y la Iglesia del Señor Jesucristo estaba también en Cristo. Por lo tanto, todos los creyentes en Cristo nacidos de nuevo pertenecen a la familia de Jesús celestial, a la familia de Jesús con Vida eterna, que son los hijos del Reino y que son los hijos del Rey de reyes y Señor de señores; y por consiguiente son príncipes y princesas en el Reino de Dios, son las personas de la más alta posición en el Cielo, porque son los hijos del Reino. Y en un reino, ¿quiénes son los que pertenecen a la esfera más importante? El rey, la reina y sus hijos, la familia del rey, la descendencia del rey; esos son los príncipes y princesas que han nacido en el reino y esos son los miembros de la realeza; toda su familia pertenece a la realeza, esa es la familia de Jesús celestial, la familia del Rey, del Rey Jesús, del Príncipe que dio Su vida por todos Sus hermanos y hermanas que vendrían por medio de Él, por medio de un nuevo nacimiento. Por eso San Pablo dice que nuestra ciudadanía está ¿dónde? En los Cielos. ¿Y cómo que está en los Cielos si hemos nacido aquí en la Tierra? Pues todos sabemos que según la carne nuestra ciudadanía está aquí en la Tierra, en el país en el cual hemos nacido. Pero el nuevo nacimiento por cuanto es del Cielo, de la Jerusalén Celestial nuestra ciudadanía del nuevo nacimiento es ¿de dónde? Del Cielo. Por eso en San Pablo habla en esos términos, y esa familia que es del Cielo que su ciudadanía es del Cielo, es la familia de Jesucristo, la familia del segundo Adán, la familia con Vida eterna, Vida que Él ha recibido por medio de Cristo nuestro Salvador; familia que ha sido restaurada a la Vida eterna; y por consiguiente al Reino eterno de Dios. Trabajamos para que todos los pertenecientes a esa familia que todavía no han nacido en ella, crean en Cristo al escuchar el Evangelio, lo reciban como Salvador y Cristo los reciba, los bautice con Espíritu Santo y Fuego, y reciban el nuevo nacimiento, nazcan en la familia de Dios, la familia de Jesús, la familia del segundo Adán, la familia del Hijo de David, la familia con la cual la casa de David es restaurada, la familia heredera del Reino de Dios. Recuerden que el Reino de Dios en la Tierra es el Reino de David y el Trono de Dios en la Tierra es el trono de David, al cual Cristo es heredero. ¿Y nosotros qué? Coherederos con Él. Es el Reino de Cristo y Su familia. Su familia es Su gabinete de trabajo en ese Reino, familia a la cual yo pertenezco. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también. Por lo tanto, adelante trabajando en el Reino de Cristo nuestro Salvador, en todas las formas correspondientes a nuestro tiempo; y sabiendo que nuestra redención, o sea, nuestra transformación y la resurrección de los muertos en Cristo, está muy cerca. Estemos atentos a todas las cosas que están pasando y todas las señales que nos indican que el tiempo está muy cerca para nuestra redención del cuerpo, o sea, nuestra transformación física, muy cerca para pasar a la Vida eterna física, con un cuerpo físico inmortal, incorruptible y glorificado, como el cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador. Ha sido una bendición grande estar con ustedes en estos momentos, testificándoles acerca de la familia de Jesús. “**JESÚS Y SU FAMILIA.”** Que Dios les bendiga y les guarde y nos continuaremos viendo en la actividad próxima que es dentro de algunos minutos. Dentro de una hora, si es que tienen (dos horas)... Así que, nos estaremos viendo allí, oren mucho por esa actividad para que Dios nos bendiga grandemente, derrame Sus bendiciones sobre la Familia celestial de Jesús, que es Su Iglesia. Dios les bendiga y les guarde, y dejo nuevamente por aquí al reverendo Vera para continuar. Dios les bendiga. “**JESÚS Y SU FAMILIA.”**