--- title: 'Los hermanos de Jesús' date: 2007-04-27 activity: 1 place: city: São José dos Campos state: São Paulo country: BR duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes y los que están a través de internet o del satélite Amazonas o a través de algún otro medio de comunicación, es un privilegio grande para mí estar con ustedes. Para esta ocasión leemos en el evangelio según San Mateo, capítulo 12, versos 46 al 50, y dice de la siguiente manera: “*Mientras él aún hablaba a la gente, he aquí su madre y sus hermanos estaban afuera, y le querían hablar.* *Y le dijo uno: He aquí tu madre y tus hermanos están afuera, y te quieren hablar.* *Respondiendo él al que le decía esto, dijo: ¿Quién es mi madre, y quiénes son mis hermanos?* *Y extendiendo su mano hacia sus discípulos, dijo: He aquí mi madre y mis hermanos.* *Porque todo aquel que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos, ése es mi hermano, y hermana, y madre.”* “**LOS HERMANOS DE JESÚS.”** En este pasaje Jesucristo nos dice que Sus hermanos son aquellos que hacen la voluntad del Padre celestial; y por consiguiente, siendo que para el cristianismo y para parte del judaísmo Jesús es el Mesías Príncipe, los creyentes en Cristo, los que hacen la voluntad del Padre, son los hermanos, hermanas y madre de Jesús, pertenecen a una Familia celestial y por consiguiente son los hijos e hijas de Dios. Así como tenemos familia, tenemos hijos e hijas por la unión en amor con una persona (esto es en el matrimonio), encontramos que se tienen hijos e hijas y por consiguiente los unos y los otros son hermanos, ellos son la familia de su padre y su madre. Y ahora, la familia terrenal es tipo y figura de la Familia celestial, como el templo terrenal que tuvo el pueblo hebreo hecho por el rey Salomón, y también el tabernáculo que tuvo el pueblo hebreo en el desierto hecho por Moisés y el orden sacerdotal allí establecido, son tipo y figura del Templo celestial y del Orden sacerdotal del Templo celestial que es el orden de Melquisedec, tipificado en la Tierra en el orden de Aarón u orden levítico sacerdotal; por consiguiente lo que podemos ver en la Tierra representa, tipifica, lo que está en el Cielo. Y ahora, así como hay familia terrenal, hay Familia celestial, así como hay padres terrenales, hay Padre celestial de los hijos e hijas de Dios. Y ahora, **¿cómo aparecen en la Tierra esos hijos e hijas de Dios, de los cuales Jesucristo dice que ellos son Sus hermanos?** Están escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero, y vienen a la Tierra para ser redimidos por la Sangre de Cristo derramada en la Cruz del Calvario, por medio de ese Sacrificio Expiatorio es que estas personas obtienen su redención y nacen en el Reino de Dios como hijos e hijas de Dios. Por eso es que Jesucristo habló del nuevo nacimiento. Cuando nacemos en la Tierra a través de nuestros padres terrenales, nacemos como hijos de nuestros padres terrenales y por consiguiente nacemos a una vida temporal. Pero todos aquellos que reciben a Cristo como único y suficiente Salvador, tienen una bendición muy importante, y es la del nuevo nacimiento. Cristo dijo a Nicodemo en el capítulo 3 de San Juan, versos 1 al 6: “*De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca del Agua y del Espíritu, no puede entrar al Reino de Dios.”* No entrarán al Reino de Dios las personas que no nazcan de nuevo del Agua y del Espíritu, o sea, de la predicación del Evangelio de Cristo, donde nace la fe de Cristo en el alma de la persona, la persona cree en Cristo y da testimonio público de su fe en Cristo, recibiéndole como único y suficiente Salvador y es bautizada en agua en Su Nombre, eso es nacer del Agua, nacer de la Palabra, del Evangelio de Cristo, las Aguas del Evangelio de Cristo. Y luego nacer del Espíritu es nacer del Espíritu Santo, lo cual ocurre cuando la persona recibe el Espíritu de Cristo, obtiene el nuevo nacimiento, nace a una nueva vida, a la Vida eterna en un nuevo Reino, el Reino de Dios. Por eso es tan importante nacer del Agua y del Espíritu, para así obtener un nacimiento en el Reino de Dios. En el Reino de Dios se nace como hijo o hija de Dios. Por eso es tan importante que la persona escuche la predicación del Evangelio de Cristo para que nazca la fe de Cristo en su alma, lo reciba como su Salvador, sea bautizado en agua en Su Nombre y Cristo lo bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en la persona el nuevo nacimiento, nazca como un hijo o hija de Dios en el Reino de Dios, y por consiguiente nazca como un hermano de Jesucristo. Esos son los hermanos verdaderos de Jesucristo, hermanos del Cielo, de la Familia celestial; no de la familia terrenal. Y ahora, estos son los hermanos del Mesías, estos son los hermanos del Ángel del Pacto, estos son los hermanos del Verbo que era con Dios y era Dios. El Verbo que era con Dios y era Dios se hizo carne y habitó entre los seres humanos en medio del pueblo hebreo y fue conocido por el Nombre de Jesús. Y ahora, todos los hermanos de Jesús son las personas creyentes en Él que han recibido el Espíritu de Cristo y han obtenido el nuevo nacimiento, han nacido como hijos e hijas de Dios y por consiguiente como hermanos de Jesús. Los hermanos de Jesús, esas personas en su alma son simiente de Dios, hijos e hijas de Dios, elegidos por Dios y predestinados para ser adoptados hijos e hijas de Dios, esa adopción se lleva a cabo creyendo en Cristo al escuchar el Evangelio de Cristo, ser bautizado en agua en Su Nombre y recibir el Espíritu de Cristo. Y ahí la persona ha obtenido el nuevo nacimiento y por consiguiente ha obtenido la adopción espiritual de hijo o hija de Dios, nació en al familia de Dios, nació en la Iglesia del Señor Jesucristo, nació como un hijo o hija de Dios y por consiguiente pertenece a la Familia celestial, la Familia de la fe, la Familia del Mesías, la Familia de Melquisedec, del Rey de Salem, del Rey de Paz, del Rey de reyes y Señor de señores y Sumo Sacerdote del Templo celestial. Por esa causa todos los creyentes en Cristo han sido lavados por la Sangre de Cristo y han sido hechos para nuestro Dios, Reyes y Sacerdotes y Jueces, Apocalipsis, capítulo 1; Apocalipsis, capítulo 5 y Apocalipsis, capítulo 20 nos habla de que son Reyes y Sacerdotes para nuestro Dios, y reinarán con Cristo mil años y luego por toda la eternidad, reinarán como Reyes y también estarán como Sacerdotes del Orden sacerdotal celestial de Melquisedec que será establecido en este planeta Tierra, en el Reino del Mesías. Y ahora, hemos visto: “LA FAMILIA DE JESÚS.” Vean aquí el capítulo 1 de San Juan, versos 12 al 13 lo que nos dice: “*Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;* *los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.”* Esas personas son los hermanos de Jesucristo, por eso al nacer de nuevo obtienen la imagen de Dios que es la imagen de Jesucristo, el cuerpo angelical de Cristo, por consiguiente son hechos a imagen de Jesucristo; o sea, que al nacer de nuevo obtienen esa imagen de Cristo, que es un cuerpo angelical como el cuerpo angelical de Cristo llamado el Ángel del Pacto o Ángel de Jehová. Y luego serán a la semejanza física de Jesucristo nuestro hermano mayor, obtendrán la transformación del cuerpo y tendrán entonces un cuerpo glorificado y eterno como el de Jesucristo y joven para toda la eternidad. Los que murieron creyentes en Cristo nacidos de nuevo, serán resucitados en cuerpos eternos y glorificados y jóvenes para toda la eternidad, y entonces toda la Familia de Jesucristo, todos los hermanos de Jesucristo estarán iguales a Jesucristo, con cuerpo angelical y cuerpo físico glorificado y jóvenes para toda la eternidad, y esa será la Familia de Jesucristo, los hermanos y hermanas de Jesucristo que reinarán con Cristo por el milenio y por toda la eternidad. Ese será el gabinete de gobierno de Cristo. Ellos tendrán el Orden de Melquisedec, siendo establecido ese Orden en la Tierra, por lo tanto, el Orden del Reino celestial será establecido en la Tierra con las personas de ese Orden celestial de Melquisedec, que son Jesucristo y Sus hermanos. Los hermanos de Jesús nacidos de nuevo, nacidos del Cielo, estarán con Él reinando por el milenio y por toda la eternidad, y esa será la casa de David restaurada, la familia de David restaurada, con la dinastía de David restaurada y Reino de David restaurado en este planeta Tierra en Israel, para gobernar sobre Israel y sobre todas las naciones. Y en ese Reino es que habrá paz para Israel y para todas las naciones, la paz imperecedera; pero mientras llega ese momento se lucha por obtener paz temporal en lo que llega la paz permanente. Es una bendición y privilegio grande ser uno de los hermanos de Jesús. Yo soy hermano de Jesús. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también. Si hay alguna persona que todavía no ha nacido en el Reino de Dios como un hermano o hermana de Jesucristo, puede venir a los Pies de Cristo, para que Cristo le reciba en Su Reino y produzca en usted ese nuevo nacimiento, de modo que usted pueda decir: “Yo soy hermano de Jesucristo,” o puede decir que es hermana de Jesucristo, y Jesucristo puede decirle a usted: “Estás en lo correcto, tú eres mi hermano o mi hermana.” Y Él puede decir: “Yo Soy tu hermano mayor.” Vean ustedes, en el capítulo 25 de San Mateo lo que Jesucristo dice en el juicio de las naciones, en el capítulo 25 de San Mateo, cuando juzga a naciones y personas que ayudaron a los hermanos de Jesucristo, esto es, ayudaron a los creyentes en Cristo nacidos de nuevo en el tiempo que les tocó vivir, y sobre todo para los que estarán viviendo en este tiempo final. Capítulo 25, verso 40, dice: “*Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.”* **¿Quiénes son estos hermanos más pequeños, o sea, menores que Jesucristo?** Son los Ángeles Mensajeros y los apóstoles con todos los creyentes de las diferentes etapas de la Iglesia, pues la Iglesia es la Casa de Dios, o sea, la Familia de Dios, los descendientes de Dios. Y ahora, ya vimos lo que dice a las ovejas que estaban a Su derecha en ese juicio de las naciones, y ahora vamos a ver lo que dice a los que están a la izquierda representados en los cabritos, ya vimos lo que dijo a las ovejas, ahora vamos a ver lo que dice a los cabritos: “*Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos?* *Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis.* *E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna.”* Recuerdan ustedes que Jesús dijo en una ocasión: “Cualquiera que diere un vaso de agua fresca a uno de estos mis hermanos más pequeños, o sea, a uno de estos pequeñitos, no perderá su recompensa.” Y aquí está dando la recompensa a los que hicieron bien a los hermanos de Jesús, que son los creyentes en Jesucristo nacidos de nuevo; y a los que no le hicieron bien, no tendrán la bendición de la Vida eterna. Por lo tanto, no entrarán al Reino de Cristo las personas que hayan hecho mal a los creyentes en Cristo nacidos de nuevo, ni siquiera podrán entrar a ese Reino los que le hayan negado un vaso de agua fresca a los hermanos de Jesucristo. Cuando un padre de familia se encuentra con otra persona que ayudó a un hijo suyo, el padre de familia dice: “Por cuanto hiciste esto a mi hijo, ayudaste a mi hijo, lo hiciste a mí, lo estabas haciendo a mí.” Es como si lo estuviera haciendo directamente a la persona, pero lo está haciendo en forma indirecta, pero cuenta que lo está haciendo al padre de familia, y está honrando a ese padre de familia. Y ahora, podemos ver la bendición tan grande que tienen los hermanos de Jesucristo y la bendición que son para todas las demás personas, pueblos, lenguas y naciones, ellos tienen la bendición de Dios, y todo el que los ayuda recibirá bendición. “**LOS HERMANOS DE JESÚS.”** Si hay alguna persona que todavía no ha nacido en el Reino de Dios, como un hijo o hija de Dios y por consiguiente como un hermano o hermana de Jesucristo, puede venir a los Pies de Cristo para que Cristo produzca en usted ese nuevo nacimiento y quede reconciliado con Dios el Padre celestial, para vivir por toda la eternidad en el Reino de Dios. Vamos a dar unos minutos para que puedan venir a los Pies de Cristo las personas que no lo han hecho todavía, pueden pasar acá al frente y yo estaré orando por usted. La Familia más importante que hay sobre la Tierra es la Familia de Dios, y esos son los hermanos de Jesucristo el Salvador, el Mesías, esas personas acá en el alma son simiente de Dios, son alma de Dios que han venido a la Tierra para obtener la redención a través de Jesucristo, ser restaurados al Reino de Dios y por consiguiente a la Vida eterna para vivir eternamente con Cristo en el Reino de Dios. Vamos a estar puestos en pie para orar en estos momentos. Si falta alguna persona por venir de los que están aquí presentes o de los que están por internet o el satélite en otras naciones, pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo. Vamos ya a orar, vamos a levantar nuestras manos al Cielo, a Cristo, y los que han venido a los Pies de Cristo repitan conmigo esta oración con nuestros ojos cerrados: ***Señor Jesucristo, vengo a Ti habiendo escuchado la predicación de Tu Evangelio, nació Tu fe en mi corazón, creo en Ti de todo corazón, creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que podemos ser salvos. Creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de Expiación por mis pecados y por los de todo ser humano.*** ***Señor, reconozco que soy pecador y necesito un Salvador. Sálvame, Señor, Te lo ruego, me entrego a Ti, me rindo a Ti en alma, espíritu y cuerpo, y así doy testimonio de mi fe en Ti: recibiéndote como mi único y suficiente Salvador.*** ***Sálvame, Señor, Te lo ruego. Señor, perdona mis pecados y con Tu Sangre límpiame de todo pecado, y bautízame con Espíritu Santo y Fuego luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre y sea producido en mi el nuevo nacimiento. Quiero nacer en Tu Reino, quiero ser un hermano Tuyo. Señor, sálvame, Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén y amén.*** Y con nuestras manos levantadas a Cristo al Cielo, todos decimos: **¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén y amén.** Y ahora, me preguntarán: “¿Cuándo me pueden bautizar?” Pues Cristo dijo: “*El que creyere y fuera bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”* Usted me dirá: “Quiero cumplir el mandato de Cristo completo, ya lo recibí como mi Salvador porque creí, y ahora quiero ser bautizado en agua en Su Nombre como Él lo ordenó, quiero nacer de nuevo, quiero vivir eternamente con Cristo. ¿Cuándo me pueden bautizar?” Es la pregunta de ustedes. Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, bien pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo en estos momentos. **Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego.** Y ahora, dejo al reverendo Gian del Corto, para que les indique hacia dónde caminar para colocarse las ropas bautismales y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. **Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.** También los que están otras naciones pueden ser bautizados en agua en estos momentos todos los que han creído, allá también hay bautisterio, hay agua, hay ropas bautismales, hay vestuarios y hay ropas (también) bautismales y personas que les ayudarán y ministros que les bautizarán. Ustedes también pueden ser bautizados en estos momentos en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, en donde ustedes se estarán identificando con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección. El bautismo en agua es simbólico, el agua no quita el pecado, el bautismo en agua es simbólico, tipológico. Cuando usted recibe a Cristo muere al mundo. Cuando el ministro lo sumerge en las aguas bautismales tipológicamente está siendo sepultado. Y cuando lo levanta de las aguas bautismales el ministro, usted tipológicamente está resucitando a una nueva vida, a la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno. Por lo tanto, bien pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y nos continuaremos viendo por toda la eternidad en el glorioso Reino de nuestro hermano mayor, nuestro amado hermano mayor: Jesucristo nuestro Señor. Que Dios les bendiga y les guarde a todos. Con nosotros el reverendo Gian del Corto. “**LOS HERMANOS DE JESÚS.”**