--- title: 'Éste es el Heredero' date: 2006-12-31 activity: 1 place: city: Goiânia state: Goiás country: BR duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenas tardes, amados amigos y hermanos presentes acá en el Brasil y los que están a través de internet o del satélite en diferentes naciones, y ustedes allá en Puerto Rico. **Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto sean sobre todos ustedes; y que Cristo, el Ángel del Pacto en esta ocasión nos abra las Escrituras y nos enseñe lo que debemos conocer, y nos abra el entendimiento para comprender. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.** Para esta ocasión esperamos grandes bendiciones de parte de Dios. Hoy es el último día del año, 31 de diciembre, y le damos gracias a Dios por todas las bendiciones que nos ha dado en este año 2006 conforme al calendario gregoriano, y le pedimos a Dios perdone nuestros errores, nuestras faltas y nuestros pecados que hemos cometido durante el año 2006. Oremos: ***Dios eterno, Te alabamos y glorificamos, y Te damos gracias por Tus bendiciones, Te damos gracias por este año 2006, en donde tantas bendiciones nos diste y todavía hoy nos continúas dando bendiciones en este último día del año.*** ***Señor, Te rogamos tengas misericordia de nosotros, perdona nuestras faltas, errores y pecados que hayamos cometido durante el año 2006, Te rogamos con Tu Sangre nos limpies de todo pecado, nos justifiques y guíes nuestras vidas todos los días que nos has dado para vivir en esta Tierra. Prepáranos para el nuevo año que comenzará luego de las 12:00 de la noche; al terminar las 12:00 de la noche comenzará un nuevo año conforme al calendario gregoriano para los gentiles, y Te rogamos que en este nuevo año nos guíes, nos fortalezcas y nos des la victoria y nos des grandes bendiciones, y también nos uses grandemente en Tu Obra. En Tus manos nos encomendamos en el Nombre del Señor Jesucristo.*** ***Señor, en Tus manos está Tu Iglesia, añade a Tu Iglesia los que faltan, para que pronto, Señor, la Obra de Reclamo sea hecha, los muertos en Cristo sean resucitados y los que vivimos seamos transformados, y todos llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. En el Nombre del Señor Jesucristo Te lo ruego, oh Padre Celestial. Amén.*** Y ahora, leemos la Escritura en el capítulo 21 de San Mateo, versos 33 al 46, y dice así: “*Oíd otra parábola: Hubo un hombre, padre de familia, el cual plantó una viña, la cercó de vallado, cavó en ella un lagar, edificó una torre, y la arrendó a unos labradores, y se fue lejos.* *Y cuando se acercó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores, para que recibiesen sus frutos.* *Mas los labradores, tomando a los siervos, a uno golpearon, a otro mataron, y a otro apedrearon.* *Envió de nuevo otros siervos, más que los primeros; e hicieron con ellos de la misma manera.* *Finalmente les envió su hijo, diciendo: Tendrán respeto a mi hijo.* *Mas los labradores, cuando vieron al hijo, dijeron entre sí: Este es el heredero; venid, matémosle, y apoderémonos de su heredad.* *Y tomándole, le echaron fuera de la viña, y le mataron.* *Cuando venga, pues, el señor de la viña, ¿qué hará a aquellos labradores?* *Le dijeron: A los malos destruirá sin misericordia, y arrendará su viña a otros labradores, que le paguen el fruto a su tiempo.* *Jesús les dijo: ¿Nunca leísteis en las Escrituras:* *La piedra que desecharon los edificadores,* *Ha venido a ser cabeza del ángulo.* *El Señor ha hecho esto,* *Y es cosa maravillosa a nuestros ojos?* *Por tanto os digo, que el reino de Dios será quitado de vosotros, y será dado a gente que produzca los frutos de él.* *Y el que cayere sobre esta piedra será quebrantado; y sobre quien ella cayere, le desmenuzará.* *Y oyendo sus parábolas los principales sacerdotes y los fariseos, entendieron que hablaba de ellos.* *Pero al buscar cómo echarle mano, temían al pueblo, porque éste le tenía por profeta.”* Y ahora, tomamos uno de estos versos el cual dice (el verso 38): “*Mas los labradores, cuando vieron al hijo, dijeron entre sí: Este es el heredero.”* “**ÉSTE ES EL HEREDERO.”** Ése es nuestro tema: **“ÉSTE ES EL HEREDERO.”** A través de la Escritura leemos que hay un Reino celestial el cual gobierna sobre toda la Creación, ése es el Reino de Dios, Dios es el Rey, tiene un Trono y gobierna sobre toda la Creación; en ese Reino hay Ángeles y hay Arcángeles que están sobre esos Ángeles, y todo ese Reino es dirigido por Dios. En ese Reino encontramos Ángeles principales como el Arcángel Gabriel y como el Arcángel Miguel; y hay otros Arcángeles también. Encontramos que en la Tierra han aparecido en diferentes ocasiones para llevar a cabo cosas muy importantes, pues han venido de parte de Dios y por consiguiente han venido del Reino celestial para llevar a cabo una misión muy importante en la Tierra. Ellos intervinieron en el Huerto del Edén donde fueron colocados Ángeles con espadas de fuego para no dejar entrar al Paraíso al ser humano que había pecado, para que no tomara del Árbol de la Vida y comiera y viviera eternamente, por cuanto ya había pecado, y en la condición de pecador el ser humano no puede vivir eternamente porque continuaría siendo un pecador por toda la eternidad. Y ahora, encontramos a los Ángeles de Dios en otras ocasiones que le han aparecido a personajes como a Noé, a personajes como a Abraham. En el tiempo de Abraham le apareció Melquisedec, el cual es el mismo Dios en Su cuerpo angelical, y ese cuerpo angelical es llamado el Ángel de Dios o Ángel de Jehová o Ángel del Pacto, ese cuerpo angelical es Cristo en Su cuerpo angelical. Por eso Jesucristo dijo en San Juan, capítulo 8, verso 56 al 58: “Abraham deseó ver mi día; lo vio, y se gozó.” Le dijeron entonces los judíos: “No tienes aun cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?” Cristo les dice: Antes que Abraham fuese, Yo Soy.” ¿Cómo era Cristo antes de Abraham? Era el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, el mismo que le apareció a Abraham como Melquisedec, el mismo que le apareció a Abraham con dos Arcángeles más; uno de ellos era el mismo Dios que le apareció a Abraham, pero apareció con Sus Arcángeles en una investigación de juicio y también para confirmarle a Abraham que el hijo que Dios le había prometido vendría el próximo año. Y ahora, el próximo año... un año delante del Señor es como mil años, después de la sexta dispensación vendría la séptima dispensación. En la séptima dispensación habrá una bendición grande para todos los hijos de Dios. Luego del sexto milenio viene el séptimo milenio, donde también habrá una bendición grande para todos los hijos de Dios. En algún momento del séptimo milenio, al cual ya hemos entrado conforme al calendario gregoriano, vendrá la bendición de la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de los que estamos vivos, y entonces tendremos a todos los hijos e hijas de Dios en cuerpos glorificados, ya adoptados; porque la adopción es el cuerpo nuevo, o sea, la adopción del cuerpo, o sea, la redención del cuerpo. Y ahora, estamos esperando la redención del cuerpo, en donde el cuerpo de cada hijo de Dios, será un cuerpo eterno, inmortal e incorruptible y glorificado; pero este cuerpo que tenemos ha sido muy útil para nosotros, porque con este cuerpo hemos tenido la oportunidad de recibir a Cristo como nuestro Salvador, hemos tenido la oportunidad de servir a Cristo, hemos tenido la oportunidad de vivir en esta Tierra dando testimonio de Cristo que es la Verdad, que es el Camino, que es la Vida eterna, hemos tenido la oportunidad de ser rociados con la Sangre de Cristo. Por lo tanto, este cuerpo ha sido muy útil para mí, ¿y para quién más? Para cada uno de ustedes también, pero Él tiene un cuerpo nuevo y eterno y joven para cada creyente en Él. Y ahora, estando nosotros en el tiempo final necesitamos comprender todas estas cosas para conocer lo que Dios nos ha dado: Él nos ha dado Vida eterna por medio de Jesucristo, por lo tanto necesitamos comprender qué Él nos ha dado al darnos la Vida eterna, porque hay muchas bendiciones en la Vida eterna para todos los herederos de Dios. Y ahora, recuerden una cosa: que a todo lo que el Mesías Príncipe es heredero, también lo son los creyentes en Él. Jesucristo dijo en una ocasión: “Yo Soy la Luz del mundo, el que me sigue no andará en tinieblas, mas tendrá la luz, la lumbre de la vida.” O sea, que cada creyente en Cristo tendrá el Espíritu Santo, y por consiguiente tendrá un cuerpo angelical y será a imagen de Dios. Y luego será a semejanza de Dios, porque tendrá un cuerpo físico glorificado, cuando Jesucristo resucite a los muertos creyentes en Él en cuerpos glorificados y a los que vivimos nos transforme. Y ahora, somos herederos a un cuerpo angelical y a un cuerpo físico glorificado. A todo lo que Cristo es heredero, somos nosotros herederos también. Así como Él dice que Él es la Luz del mundo, Él también dice: “Vosotros sois la luz del mundo.” Y ahora, así como Cristo es la Estrella resplandeciente de la mañana, conforme a Apocalipsis, capítulo 22, verso 16 y Apocalipsis, capítulo 2, verso 28, y también conforme al libro de Números, donde de Israel saldrá una estrella; cuando los magos llegaron a Jerusalén comenzaron a clamar diciendo: “¿Dónde está el Rey de los judíos que ha nacido? Porque su estrella hemos visto en el Oriente.” Ellos vivían al Este de Israel, o sea, vivían al Oriente de Israel, y ellos estando en el Oriente miraron hacia Israel y vieron la señal en el Cielo, ellos mirando de Este a Oeste vieron la señal del Mesías, ellos vieron la Estrella del Mesías, ellos vieron esa constelación de esos planetas, porque eran unos sabios estudiosos de las estrellas, y por consiguiente ellos conocían esas señales que eran manifestadas en el Cielo, las cuales daban testimonio de lo que Dios estaría haciendo en la Tierra. Siempre que Dios va a hacer algo en la Tierra lo muestra en el Cielo. Por esa causa ellos supieron que el Mesías ya estaba en la Tierra; pero los grandes sabios religiosos de Israel no lo sabían, ellos tenían la Biblia, el Antiguo Testamento y ahí también hablaba de la Venida del Mesías, y decía que una virgen concebiría y daría a luz un hijo, y sería Emanuel, que traducido es “Dios con nosotros.” Eso está en Isaías, capítulo 7, verso 14, y por esa causa en San Mateo, capítulo 1, nos habla del Mesías, el cual estaba en el vientre de María y que era Emanuel, que traducido es “Dios con nosotros.” Y ahora, encontramos que la promesa era que Dios estaría con nosotros los seres humanos y sobre todo el pueblo hebreo, estaría Dios en medio de los seres humanos, en medio del pueblo hebreo manifestado en carne humana en el niño que nacería a través de una virgen, la cual vino a ser la virgen María; por eso ella es la mujer más bienaventurada de todas las mujeres, porque fue la única mujer que ha tenido un hijo sin la unión con un hombre, fue por medio de creación divina. Y ahora, ese cuerpo llamado Jesús, vino a ser la Casa de Dios, el Templo humano de Dios. Por eso cuando Jesús estuvo frente al Templo en una ocasión, en el capítulo 12, verso 16 al 20 de San Juan: “Destruyan este templo y en tres días Yo lo levantaré.” Ellos pensaban en el templo físico, pero el templo físico solamente era tipo y figura del cuerpo de Jesús, que es un Templo espiritual donde estaba morando Dios, y donde estaba obrando y a través del cual estaba realizando todos aquellos milagros y maravillas, y estaba hablándole al pueblo hebreo, era Dios con nosotros en medio del pueblo hebreo. El cuerpo de Jesús es el cuerpo humano de Dios, el cual ya fue glorificado y por consiguiente ese cuerpo recibió su adopción, la redención del cuerpo, la glorificación. Pero Dios por medio de Cristo traerá a gloria (a glorificación) muchos hijos, porque a todo lo que Cristo es heredero, también los creyentes en Él son herederos, pues son coherederos de Dios o coherederos con Cristo. Y ahora, encontramos que así como Cristo es la Luz del mundo, los creyentes en Cristo también son la Luz del mundo, y son los que forman la Iglesia del Señor Jesucristo, y también Cristo es la Estrella resplandeciente de la mañana. Y ahora, en Job, capítulo 38 nos habla de estrellas y nos dice que cuando Dios creaba, Él estaba con todos Sus hijos, los hijos de Dios se regocijaban cuando Dios estaba creando todas las cosas. Eso está por Job, capítulo 38, verso 4, en donde dice que todos los hijos de Dios, las estrellas, se regocijaban. Y ahora, si Cristo es la Estrella resplandeciente de la mañana, todos los creyentes en Él son estrellas también. Por eso cuando Dios le mostró a Abraham en una noche estrellada, ese cielo estrellado y le dijo: “Así será tu descendencia, tu simiente (o sea, como las estrellas del cielo).” Y le dijo: “Cuentalas si las puedes contar.” Todavía los científicos con sus potentes telescopios no han podido contar todas las estrellas, ¿y cómo Abraham sin un telescopio iba a contar las estrellas? Son billones de estrellas, por lo tanto no se pueden contar, pero Dios sabe cuántas son. Ahora, la ciencia dice que hay estrellas y hay luceros, pero eso no lo vamos a explicar por el momento. Cristo dice que Él es la Estrella resplandeciente de la mañana, o sea, el Lucero de la mañana. De eso habla Pedro también: “Cuando salga el Lucero de la mañana (o sea, la Estrella de la mañana).” No nos está hablando del lucero literal que sale en la mañana, nos está hablando de Cristo, porque el lucero o estrella de la mañana tipifica a Cristo, Cristo surgiendo en medio de la raza humana. Cuando está ya pasando la noche, cuando está rayando el alba, el lucero de la mañana se ve como la estrella más brillante de todas, y aún cuando ya está la luz saliendo, todavía se ve esa estrella, ese lucero de la mañana. La humanidad ha estado viviendo en la etapa de la noche durante la Dispensación de la Gracia, pero en medio de la noche Cristo ha estado alumbrando el alma y el entendimiento de los creyentes en Él, pero la humanidad ha estado viviendo en una etapa de noche, de oscuridad, de tinieblas. Y ahora, tenemos la promesa de que el Reino de Dios va a ser establecido en la Tierra, y eso traerá la etapa del Día, la etapa de Luz para la raza humana. Por eso la Escritura dice en Malaquías, capítulo 4, verso 2: “*Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación.”* Y ahora, el nacimiento del sol se entrelaza con la estrella de la mañana, con la luz de la estrella de la mañana, o sea, que la estrella de la mañana que representa a Cristo, precursa el sol y por consiguiente precursa el Reino de Dios en la Tierra, porque el Sol alumbrando gobernará sobre toda la Tierra; y donde la luz del sol llega, las tinieblas desaparecen. Y ahora, encontramos que para este tiempo final se estará entrelazando la Dispensación del Reino con la Dispensación de la Gracia, y por consiguiente en ese entrelace estaremos escuchando mucho acerca de la Venida del Reino de Dios para este tiempo final, y estaremos escuchando que en este tiempo final las bendiciones prometidas con relación a la Venida del Reino de Dios serán cumplidas, y el heredero que dos mil años atrás estuvo en esta Tierra y fue rechazado, otra vez estará en la Tierra manifestándose. Él ha estado en Espíritu Santo durante toda la Dispensación de la Gracia en medio de Su Iglesia; en palabras más claras ha estado en Su cuerpo angelical en medio de Su Iglesia, como estuvo en Su cuerpo angelical en medio del pueblo hebreo y era llamado el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová. Ese mismo Ángel de Dios ha estado en medio de Su Iglesia todo el tiempo. Israel terrenal representa, tipifica a la Iglesia del Señor Jesucristo. Y ahora, encontramos que así como estuvo en medio del Israel terrenal, ha estado en medio del Israel espiritual, de Su Iglesia, Su Iglesia está compuesta por judíos y gentiles (o sea, por hebreos y gentiles). Y ahora, así como al final de la Dispensación de la Ley apareció Emanuel, o sea, Dios velado en carne humana en la persona de Jesucristo para cumplir Su promesa, apareció para morir y llevar a cabo la redención de todos los hijos e hijas de Dios. Esos hijos de Dios que están representados en las estrellas del cielo, esos hijos de Dios que son la Luz del mundo. Y ahora, para este tiempo final el Ángel del Pacto, el Ángel de Dios, el Ángel de Jehová, que es Cristo en Su cuerpo angelical, el cual se hizo carne: para la Iglesia la promesa es que estará nuevamente en medio de ella manifestándose, para darle la fe para ser transformada y llevada con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Por lo tanto, nuevamente estará el heredero en medio de Su Iglesia, como estuvo en medio del pueblo hebreo. Y ahora, eso es el heredero como el Mesías Príncipe, el heredero como Rey es el Mesías Príncipe, y todos los creyentes en Él son herederos de Dios y coherederos con Cristo, ellos son los miembros de Su Iglesia, y por consiguiente Su Iglesia es la heredera, la Reina heredera con Cristo. Hay muchas religiones en el mundo, muchos grupos religiosos, pero la Iglesia Novia del Señor Jesucristo es la Esposa del Cordero y por consiguiente es la heredera porque es la Esposa del heredero, ella es la Novia con la cual el Rey se casará e irá con ella, o ella irá con Él a la gran fiesta en el Cielo, llamada la Cena de las Bodas del Cordero. Hemos visto al heredero y hemos visto también a la heredera: la Iglesia del Señor Jesucristo. Y ahora, ella es un pueblo espiritual. Y ahora, el pueblo físico heredero al Reino de Dios, ese es el pueblo de Israel, ese es el pueblo heredero al Reino y del Reino de Dios en la Tierra. En medio del pueblo de Israel será establecido el Reino de Dios, y eso será la restauración del Reino de David, y el heredero a ese Reino y a ese Trono es el Mesías Príncipe. Por eso el Arcángel Gabriel cuando le apareció a la virgen María le dio una buena noticia de que tendría un hijo, y que ese hijo sería Hijo de Dios y Dios le daría el Trono de David, y dijo que se sentará sobre el Trono de David y reinará sobre Israel. Vean aquí San Lucas, capítulo 1, verso 30 en adelante, dice: “*Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.* *Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.* *Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;* *y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.”* Y ahora, tenemos aquí la promesa: el Reino de David será restaurado, sobre el Trono de David se sentará el Mesías Príncipe y gobernará, reinará sobre Israel y sobre toda la humanidad, y por consiguiente toda la humanidad conocerá a Dios, toda la humanidad creerá de una misma forma, se acabarán las diferencias religiosas, habrá paz en el campo religioso. Dice Zacarías, capítulo 14, verso 9: “*En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre.”* Y también dice: “*Y Jehová será rey sobre toda la tierra.”* Y ahora, podemos ver la victoria del Dios de Israel, que es el Rey de Israel, y esto será para el Reino Milenial; y de año en año subirán a Jerusalén las personas, y también los reyes de la Tierra subirán a Jerusalén, las naciones subirán a Jerusalén para adorar a Dios en la Fiesta de los Tabernáculos, y por consiguiente la bendición saldrá de Israel para todas las naciones, de ahí llevarán la bendición de año en año para todas las naciones, y la paz saldrá de Jerusalén para todas las naciones. Esto será para el séptimo milenio. En algún año del séptimo milenio dará comienzo el Reino Milenial, luego de los tres años y medio de la “Apretura de Jacob,” que es la gran tribulación, pero no sabemos cuándo comenzará la gran tribulación, pero será después del rapto o arrebatamiento de la Iglesia del Señor Jesucristo, los cuales serán transformados e irán con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, porque la Iglesia Novia de Jesucristo no pasará por la gran tribulación, sino que se irá con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, a esa gran fiesta celestial, a la fiesta más importante que se haya realizado en el Cielo. Por lo tanto, los creyentes en Cristo tienen una promesa muy grande para ser cumplida en este tiempo final, porque ellos como creyentes son los herederos de Dios y coherederos con Cristo de toda la herencia divina. A todo lo que Cristo es heredero yo soy coheredero, ¿y quién más? Cada uno de ustedes también. Y ahora, hemos visto quién es el heredero y quiénes son los coherederos con Cristo como individuos, como creyentes en Cristo; y luego hemos visto de entre todas las naciones cuál es la nación heredera del Reino de Dios, y desde esa nación Dios gobernará a través del Mesías Príncipe, Dios gobernará sobre Israel y sobre todas las naciones, y la humanidad juntamente con Israel obtendrá la paz que tanto ha deseado: la paz imperecedera, y también la obtendrán todas las naciones. “EL HEREDERO.” Hemos visto quién es el heredero: es el Mesías Príncipe, éste es el heredero. ¿Y cuál es el pueblo heredero como nación? El pueblo hebreo; como individuos y como pueblo espiritual la Iglesia del Señor Jesucristo. ÉSTE ES EL HEREDERO, el Mesías Príncipe, Jesucristo, Él es el heredero al Trono de David y Reino de David, y Él también es el heredero al Reino celestial, Él es el Rey en el Cielo, está sentado sobre el Trono de Dios, Él es el heredero en la sexta dimensión y en esta dimensión terrenal también. Por lo tanto, hemos visto quién es el heredero como Rey que se sentará sobre el Trono de David y que se ha sentado sobre el Trono de Dios en el Cielo; y también si quieren ver aun más quién es el heredero como Mensajero para sentarse con Cristo en Su Trono, pues dice: “*Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.”* \[Apocalipsis 3:21\] Será uno de los Mensajeros de la Iglesia del Señor Jesucristo, será el último de los Mensajeros que corresponde a la etapa o Edad de la Piedra Angular, que es una edad eterna, y por consiguiente de ahí en adelante toda bendición vendrá a esa etapa o edad con ese grupo de escogidos y con ese Mensajero que Dios enviará a Su Iglesia. Todo lo que Dios vaya a hacer lo hará por medio de ese Mensajero y su grupo, y aunque parezca algo extraño, eso es y será la verdad. Vean ustedes, Dios obró siempre por medio de Cristo, el Ángel del Pacto llamado el Verbo de Dios, el Logos, y cuando se hizo carne continúo obrando a través de Él. En el Antiguo Testamento, por cuanto no tenía un velo de carne, usaba velos de carne llamados Profetas; luego tuvo Su velo de carne el cual murió como Sacrificio vivo en Expiación por nuestros pecados, y resucitó glorificado. Y luego desde el Día de Pentecostés en adelante ha tenido velos de carne: Apóstoles, profetas, evangelistas, pastores, maestros y así por el estilo, seres humanos a través de los cuales se ha manifestado Cristo en Espíritu Santo, el Ángel del Pacto y ha llevado a cabo obras maravillosas en medio de Su Iglesia durante estos dos mil años que han transcurrido del día de Pentecostés hacia acá. Para este tiempo final tenemos la promesa de la manifestación más grande de Cristo, el Ángel del Pacto, será una manifestación en toda su plenitud, vendrá la transformación de los vivos en Cristo, la resurrección de los muertos en Cristo que antecede a nuestra transformación, y entonces con esa manifestación de Dios en medio de Su Iglesia, todos los hijos e hijas de Dios obtendrán su adopción, que será la redención del cuerpo, la glorificación. Así como Cristo decía: “Padre glorifica a Tu hijo.” Ahora, será la glorificación de todos los hijos e hijas de Dios, por lo tanto: PADRE, EN EL NOMBRE DE JESUCRISTO GLORIFICA A TUS HIJOS, GLORIFICA A TU IGLESIA. Pronto va a ser completada Su Iglesia y luego vendrá la glorificación de la Iglesia, o sea, la glorificación física que será la adopción del cuerpo, la transformación de los vivos luego de la resurrección de los muertos en Cristo. La glorificación espiritual, pues es el bautismo del Espíritu Santo donde obtenemos el cuerpo angelical y donde por consiguiente nacemos en el Reino de Dios, entramos al Reino de Dios. Ahora, estamos esperando la glorificación física, la transformación nuestra, en donde obtendremos el cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, eso es una promesa para mí, ¿y para quién más? Para cada uno de ustedes también, para cada miembro de la Iglesia de Jesucristo, para cada persona nacida de nuevo, la cual ha nacido del Agua y del Espíritu en el Reino de Dios. Y ahora, hemos estado viendo quién es el heredero: Cristo es el heredero y nosotros somos coherederos con Cristo a toda la herencia divina: al Reino de Dios, al Trono de Dios y a todas las cosas del Reino de Dios, a todo ese gobierno de Dios que será establecido en la Tierra, y por consiguiente tendremos una parte muy importante en ese Reino de Dios, estaremos como los miembros de ese Reino trabajando en la administración de ese Reino, la cual hemos estado realizando en el campo espiritual. Pero viene el campo físico para ese Reino Milenial, en donde ya no estaremos en los trabajos terrenales que en la actualidad hacemos en esta Tierra, ya estaremos en los trabajos del Reino físicamente, o sea, en la administración de ese Reino con Cristo. Son grandes bendiciones que me esperan en ese Reino a mí, ¿y a quién más? A cada uno de ustedes también. Por eso la Escritura dice que Jesucristo nos ha redimido, nos ha limpiado con Su Sangre de todo pecado, y nos ha hecho para nuestro Dios Reyes y Sacerdotes, y reinaremos sobre la Tierra, dice que reinaremos por mil años, y después, pues por toda la eternidad, porque será un Reino que será para siempre, no será dejado a otro pueblo. Por lo tanto, estamos muy agradecidos a Dios por el privilegio de ser miembros de ese Reino, ser miembros del Gabinete del Mesías Príncipe para el establecimiento de ese Reino en la Tierra, y así como hemos trabajado en lo espiritual, en ese Reino que ha estado en lo espiritual, en la esfera espiritual por dos mil años, trabajaremos también en la esfera física cuando sea establecido en este planeta Tierra. ¿Por qué todavía estamos aquí sin ser transformados? (porque yo todavía no estoy transformado y ustedes tampoco, excepto en la esfera espiritual) Es que todavía faltan algunos escogidos, algunos hijos e hijas de Dios, alguna simiente de Dios, algunas almas de Dios que tienen que venir a los Pies de Cristo, para ser rociados con la Sangre de Cristo y ser limpiados de todo pecado, y ser bautizados en agua en Su Nombre y ser llenos del Espíritu de Cristo y obtener el nuevo nacimiento, y nacer en el Reino de Dios como herederos de Dios y coherederos con Cristo. Cuando nace un rey hay una fiesta grande en todo reino, y cuando nace un rey en el Reino de Dios hay una fiesta grande en el Cielo, por eso Cristo dijo que cuando un pecador se arrepiente hay gozo en el Cielo, hay gozo delante de Dios y delante de los Ángeles de Dios, porque nace un rey en el Reino de Dios; así como cuando nació Jesucristo hubo gozo en el Cielo y también entre los pastores y entre José y María y las personas que supieron acerca del nacimiento de Jesucristo, porque había nacido en la Tierra, en Belén de Judea el Rey de Israel. Y ahora, siempre que nace un rey, hay gozo en el Reino de ese rey. Estos reyes que nacen, nacen en el Reino Celestial que está en la esfera espiritual como la Iglesia del Señor Jesucristo, y por lo tanto hay gozo en la Iglesia de Jesucristo, en los que están en la Tierra y en los que están en el Cielo, los cuales ya han partido, y también hay gozo en medio de los Ángeles y hay gozo en Dios también, porque es un hijo pródigo que está regresando al hogar: recibe el anillo, que es el Espíritu Santo; recibe la vestidura, que es el bautismo del Espíritu Santo; y así ha recibido un cuerpo angelical. Y ahora, hemos visto que éste es el Rey, que éste es el heredero; el Mesías Príncipe es el heredero al Reino de Dios en la Tierra y también al Reino de Dios en el Cielo. Y Su Iglesia, que está compuesta por los creyentes en Él, son los herederos y coherederos con Cristo a ese Reino que será establecido en la Tierra; y también el Reino Celestial; y la Iglesia como Cuerpo Místico de creyentes, o sea, la Iglesia, es la Esposa del Cordero y por consiguiente es la heredera, es la Reina que reinará con el Rey por el Milenio y por toda la eternidad. Y ahora, hemos visto que éste es el heredero, el Mesías Príncipe para sentarse en el Trono de David. La Iglesia de Jesucristo como Cuerpo Místico de creyentes, cada creyente en Cristo como individuo, y el pueblo hebreo, la nación hebrea, el pueblo como nación es Israel, el heredero como nación, pues la Iglesia de Jesucristo entra al Cuerpo Místico de Cristo como individuos, no como nación, porque la bendición de nación corresponde a Israel. Y ahora, hemos visto que el Reino de Dios ha estado en medio de los gentiles, como dijo Cristo que el Reino de Dios sería dado a otro pueblo, el cual llevaría los frutos de él, hijos e hijas de Dios. Y ahora, éste es el heredero, el Mesías Príncipe como individuo, como Rey, heredero del Trono de David; la Iglesia de Jesucristo como la Esposa Reina del Rey, del Mesías, cada creyente en Cristo como individuo, pues son Reyes y Sacerdotes de ese Reino y Jueces también, pertenecen a la Corte Judicial de ese Poder Judicial, de ese Reino, pertenecen al Orden Sacerdotal de ese Reino, según el Orden de Melquisedec, pues es del Orden del Reino Celestial que será establecido en esta Tierra, y pertenecen a ese Reino celestial que será establecido en la Tierra. Por lo tanto, ellos son los herederos, y la nación hebrea o judía como le llaman, es la nación heredera a ese Reino, y eso será la restauración del Reino de David para los judíos, con el Mesías Príncipe descendiente de David, al cual están esperando por miles de años. Y ahora, hemos visto que éste es el heredero: el Mesías Príncipe que vino y murió en la Cruz del Calvario, ascendió al Cielo, se sentó en el Trono de Dios y por consiguiente heredó el Trono de Dios, y por consiguiente heredó el Reino de Dios de toda la Creación. Por eso Él dijo en San Mateo, capítulo 28, versos 16 al 20: “*Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra.”* Solamente el que está sentado en el Trono es el que puede tener todo Poder en el Cielo y en la Tierra, ése es el heredero de los Cielos y de la Tierra: el Señor Jesucristo, el Mesías Príncipe, y por eso Él va a establecer en la Tierra el Reino de Dios, y ahí estaremos porque somos herederos de Dios y coherederos con Cristo Jesús Señor nuestro, conforme a las palabras de San Pablo en Romanos, capítulo 8, versos 14 al 31. “**ÉSTE ES EL HEREDERO.”** Ése ha sido nuestro tema para esta ocasión. Si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo como Salvador, lo puede hacer en estos momentos; usted está escuchando la predicación del Evangelio de Cristo porque el nombre suyo está escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida, y por esa causa Dios le guió para estar escuchando la predicación del Evangelio de Cristo, usted es parte de ese Programa Divino, usted es parte del Reino de Dios. Cristo no se puede levantar del Trono de Dios, hasta que Él haya redimido hasta el último escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. Pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo los que faltan por venir, también los que están en otras naciones pueden venir a los Pies de Cristo, pues Cristo tiene mucho pueblo en todas las naciones: en el Brasil, en Colombia, en Venezuela, en Perú, en el Ecuador, en Chile, en Bolivia, en Paraguay, en Uruguay, en Argentina, en Puerto Rico, en República Dominicana, en todo el Caribe, en Norteamérica, en el África y en todas las naciones y los está llamando en este tiempo final, para completarse o para completar Su Iglesia y traer la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de los que estamos vivos. Todavía vienen más personas que han escuchado y ha nacido la fe de Cristo en su alma; los que están en otras naciones también pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, pues Cristo tiene lugar para ustedes también en Su Reino. En todas las naciones pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, los que faltan por venir. Los niños de diez años en adelante también pueden venir a los Pies de Cristo, porque Cristo tiene lugar en Su Reino para los niños también. Estamos dando unos segundos en lo que llegan los que faltan por venir, en las demás naciones pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, para que Cristo les reciba en Su Reino. Es un privilegio y bendición grande entrar al Reino de Dios, entrar por consiguiente a la Vida eterna. Estamos en el tiempo más grande de todos los tiempos, en el tiempo en que de un momento a otro entra el último escogido, y entonces se cerrará la Puerta de la Dispensación de la Gracia y ya no habrá más oportunidad para entrar al Reino de Dios; pero no se puede cerrar hasta que haya entrado hasta el último escogido de Dios. Por esa causa predicamos el Evangelio de Cristo en todas las naciones, y el que es de Dios oye la Voz de Dios y sigue a Cristo, lo recibe como su Salvador. Vamos a estar puestos en pie todos, ya estamos listos para orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo, en las demás naciones también puestos en pie, todos los que están a través del satélite Amazonas y los que están a través de internet en otras naciones (todos puestos en pie). Vamos a orar por los que han venido a los Pies de Cristo. Si todavía falta alguna persona por venir, de los que están aquí presentes o de los que están en otras naciones, pueden venir, Cristo les está llamando, “Si oyes hoy Su Voz, no endurezcas tu corazón.” Él te está llamando porque tú eres un alma de Dios y por eso te está llamando. Si oyes hoy Su voz, no endurezcas tu corazón, recíbele como tu único y suficiente Salvador, Él vino para buscar y salvar lo que se había perdido, o sea, a cada hijo de Dios, a cada oveja de Dios. Vamos ya a orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo, vamos a levantar nuestras manos al Cielo, a Cristo. Con nuestros ojos cerrados, repitan conmigo esta oración, los que han venido a los Pies de Cristo aquí y los que están en otras naciones también. ***Señor Jesucristo, escuché la predicación de Tu Evangelio y nació Tu fe en mí, creo en Ti de todo corazón, creo en Tu Primera Venida, creo en Tu Nombre como el único Nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que podemos ser salvos, creo en Tu muerte como el Sacrificio de Expiación por mis pecados, creo que Tú eres el único Salvador, Redentor. Doy testimonio público de mi fe en Ti reconociendo que soy pecador y reconociendo que necesito un Salvador, un Redentor, y Te recibo como mi único y suficiente Salvador.*** ***Señor, salva mi alma, perdona mis pecados y con Tu Sangre límpiame de todo pecado, y bautizame con Espíritu Santo y Fuego y sea producido en mí el nuevo nacimiento. Salvame, Señor, me rindo a Ti, me entrego a Ti en alma, espíritu y cuerpo. Salvame, Señor, Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo, y bautízame con Espíritu Santo y Fuego, y sea producido en mí el nuevo nacimiento. Quiero entrar a Tu Reino, quiero vivir eternamente Contigo en Tu Reino, salvame Señor, Te lo ruego en Tu Nombre eterno Señor Jesucristo. Amén y amén.*** Y con nuestras manos levantadas al Cielo, todos decimos: **¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén y amén.** Y ahora, ustedes me dirán: “Quiero ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo lo más pronto posible, pues Él dijo: ‘El que creyere y fuere bautizado será salvo.’ Ya creí y lo recibí como mi único y suficiente Salvador, y ahora quiero ser bautizado en agua en Su Nombre, ¿cuándo me pueden bautizar?” Es la pregunta desde lo profundo de vuestro corazón. Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, ¿hay agua? Hay agua, hay bautisterios, hay ropas bautismales también, hay ropas bautismales también. ¿Hay personas que les ayudarán? Hay personas que les ayudarán a llegar a los vestidores de ropa y luego también a los bautisterios, y luego para regresar a los vestidores y colocarse vuestras ropas nuevamente. Por lo tanto, bien pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. **Y que Jesucristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.** Esto también es para ustedes que están en otras naciones y recibieron a Cristo como vuestro único y suficiente Salvador. Por lo tanto también ustedes pueden ser bautizados en agua en estos momentos. **Y que Dios también les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.** Que Dios les continúe bendiciendo a todos, y nos continuaremos viendo por toda la eternidad. Dejo con ustedes al reverendo Salomón Cunha (reverendo Salomón Cunha ya lo tenemos aquí), y en cada nación y en cada lugar que está en esta trasmisión a través del satélite Amazonas o de internet, dejo al ministro encargado, para que les indique hacia dónde caminar, para colocarse las ropas bautismales y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. **Y que Cristo también a ustedes les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén**. Ya tenemos aquí al reverendo Salomón Cunha, para indicarles hacia dónde dirigirse, para colocarse las ropas bautismales y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Que Dios les continúe bendiciendo a todos los aquí presentes y los que están en otras naciones, y a ustedes allá en Puerto Rico también. Que Dios les bendiga a todos. “**ÉSTE ES EL HEREDERO.”**