--- title: 'Saludo a los ministros' date: 2006-10-05 activity: 1 place: city: Buenos Aires state: country: AR duration: 00:00:00 public: false youtube: rm: true translations: files: --- Muy buenas tardes, ministros, compañeros en el Cuerpo Místico de Cristo; es para mí una bendición grande estar con ustedes a través de la línea telefónica en esta actividad, en esta reunión de ministros aquí en Buenos Aires, Argentina. Aprecio y agradezco mucho a todos ustedes toda la colaboración, la ayuda que han estado dando en todo ese apoyo a Puerto Rico, para la compra del terreno allá en Puerto Rico, para el pronto pago y también para los pagos mensuales, para los cuales ustedes también han estado colaborando; les agradezco mucho todo lo que están haciendo. Y que Dios los bendiga grandemente por todo lo que están haciendo junto a sus iglesias. Estando nosotros bajo el Nuevo Pacto, tenemos las grandes bendiciones correspondientes al Nuevo Pacto, en donde todos pertenecen a un Orden Celestial, el Orden de Melquisedec; y por eso es que somos Reyes, Sacerdotes y Jueces, conforme a ese Orden Celestial; aunque del orden terrenal no sean, los miembros de la Iglesia de Jesucristo, no sean descendientes de reyes terrenales, y no sean descendientes de sacerdotes de Israel, de Aarón o de alguna otra persona (Aarón es el que tiene el orden sacerdotal levítico); aunque no sean descendientes de Aarón, con todo y eso, todos los del Nuevo Pacto son Reyes y Sacerdotes y Jueces del Orden Celestial, y por consiguiente, son más importantes que los del orden terrenal. Es un Orden Celestial que está por encima de todo orden terrenal. Y en la Venida del Reino de Dios, cuando sea establecido físicamente, ese Orden Celestial estará siendo establecido en este planeta Tierra; y por consiguiente, allí hemos de estar con Cristo, para el funcionamiento de ese Orden Celestial aquí en la Tierra en Su Reino terrenal. Y por eso en el Rey David y en Salomón se reflejó lo que será el Mesías Príncipe y Su Reino, que será establecido en la Tierra; por eso en el Salmo 2 y el Salmo 110, nos habla que... nos dice: “*Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy”* Y también dice que: “Eres según el Orden de Melquisedec, Sacerdote según el Orden de Melquisedec.” De ese Orden Celestial, vean ustedes, es el Reino que va hacer establecido aquí en la Tierra, y lo cual será la restauración del Reino de David. Todos los demás reinos de la Tierra son de un orden terrenal; el único que corresponde al Orden Celestial, y que es la representación del Orden Celestial es en el Reino de David con el Trono de David; y ese será el Reino y Trono del Mesías en la Tierra cuando sea establecido en Israel. Así que bajo este Orden Celestial están todas las bendiciones celestiales bajo el Nuevo Pacto, por eso es tan importante que los que son celestiales entren al Nuevo Pacto; y por eso Cristo ordenó ir por todo el mundo predicando el Evangelio a toda criatura, para que el que crea y sea bautizado, sea salvo y el que no crea sea condenado. Todos los que son de Dios escucharán la Voz de Dios, pues Él dijo: “El que es de Dios la Voz de Dios oye.” Y también Él dijo: “Mis ovejas oyen mi Voz y me siguen.” (San Juan capítulo 10, versos 26 al 30.) Así que podemos ver que es bajo el Nuevo Pacto donde están todas las bendiciones del Cielo para todos los que entran al Nuevo Pacto a través de escuchar la predicación del Evangelio de Cristo, recibirlo como Salvador, lavar sus pecado en la Sangre de Cristo, siendo también, y siendo bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y recibiendo el Espíritu de Cristo, y así obteniendo el nuevo nacimiento; y así quedan dentro del Reino de Dios, el cual esta en la esfera espiritual, y quedan dentro del Nuevo Pacto, con todas las bendiciones que están bajo el Nuevo Pacto. Así que adelante, porque hay grandes bendiciones de parte de Dios bajo el Nuevo Pacto para la Iglesia del Señor Jesucristo, y por consiguiente, para todos lo ministros y sus congregaciones de este tiempo final. Que Dios los bendiga grandemente y les guarde; y ya nos veremos en al actividad de la noche, Dios mediante. Dejo con ustedes nuevamente al Reverendo Guillermo por aquí. El Reverendo Guillermo Rodríguez por aquí con ustedes.