--- title: 'Conociendo las promesas divinas' date: 2006-08-05 activity: 2 place: city: Monterrey state: Nuevo León country: MX duration: 00:00:00 public: false youtube: rm: true translations: files: --- Muy buenas tardes, ministros, compañeros en el Reino de Dios, ustedes que están aquí presentes y los que están a través del satélite Amazonas, en el canal WSS: “El Mensajero de la Paz,” y también los que están a través de internet en diferentes naciones. ***Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.*** Aprecio y agradezco mucho la colaboración de ustedes ministros con vuestras congregaciones, para el pronto pago del terreno que se compró en Puerto Rico para la Obra de Dios, y también para los pagos mensuales que se están llevando a cabo. Les agradezco todo lo que están haciendo en favor de Puerto Rico y de esa propiedad que se compró, la cual esperamos sea de grande bendición para toda la Obra de Dios correspondiente a este tiempo final. **Y que Dios les pague abundantemente, les recompense abundantemente por lo que han hecho y por lo que están haciendo y continuarán haciendo.** También les agradezco lo que han estado haciendo y lo que continuarán haciendo por AMISRAEL, que es una ONG que trabaja en favor de la humanidad, por la paz de toda la humanidad, que desea la paz en el Medio Oriente, desea la paz para Israel, para Jerusalén y para todos los que habitan en el Medio Oriente. Sabiendo que la paz para la humanidad saldrá de Jerusalén, conforme a las promesas divinas, y que el Mesías Príncipe establecerá el Reino de Dios sobre la Tierra, y Jerusalén vendrá a ser la Capital del mundo, y el territorio de Israel será el Distrito Federal; conscientes de esa realidad bíblica, trabajamos en favor de todo ese Programa Divino que se llevará a cabo en el tiempo correspondiente, y que será de bendición para los palestinos, los libaneses, los sirios, los iraníes, los irakíes y todo el mundo árabe, todo el mundo musulmán. Y que será de beneficio, de bendición también, para todo el cristianismo y por consiguiente también para toda la humanidad, pues la humanidad obtendrá la paz que tanto ha estado anhelando por miles de años, la paz que perdió con la caída del ser humano en el Huerto del Edén. Después de la caída del ser humano, el ser humano lo que ha tenido son algunas etapas de paz temporal, porque la paz que perdió el ser humano fue la paz imperecedera; y ésa será restaurada a la raza humana, a las naciones en el Reino del Mesías. Pero desde tiempos pasados Dios ha permitido a la raza humana, ha permitido al pueblo hebreo también tener etapas de paz, como en el tiempo de Salomón (no en todo el tiempo del rey Salomón, sino en una parte del tiempo del rey Salomón) cuando Dios le dio paz con sus vecinos, y luego el rey Salomón obtuvo un reino que tenía paz; pero no era la paz imperecedera, era paz temporal, la cual le fue quitada a causa de que el rey Salomón pecó contra Dios, permitió a sus esposas gentiles que venían de diferentes naciones gentiles, la mayor parte de ellas hijas de reyes vecinos, y Salomón para tener buenas relaciones con esas naciones se emparentó, o esos reyes se emparentaron con Salomón, dando en matrimonio a sus hijas. Pero luego ellas trajeron su religión en medio del pueblo hebreo, y Salomón les construyó templos para los dioses de esas esposas reinas y entró la idolatría en medio del pueblo hebreo; y para colmo Salomón asistió a las actividades religiosas en esos templos y dice que adoró a diferentes dioses, como lo son Astarot, Quemos, Moloc y así por el estilo, lo cual desagradó a Dios. Y al desagradar a Dios, trajo entonces la ira de Dios sobre Israel; y el reino que le había entregado el rey David a Salomón, fue dividido en el tiempo de Roboam hijo de Salomón, y diez tribus fueron dadas a Jeroboam, un descendiente de Efraín y por consiguiente descendiente de José; y por cuanto José por medio de sus hijos tenía la Bendición de la Primogenitura, miren hacia dónde se fue el grueso del reino de David (o sea, diez tribus). Le quedaron dos doceavas partes al descendiente de Salomón: a Roboam, y pasaron diez tribus a Jeroboam, y así quedó el reino dividido; y para colmo, Jeroboam también cometió el mismo error colocando dos becerros de oro, y estableció no solamente eso, sino que hizo también los lugares de adoración y estableció sacerdotes para esa adoración. Podemos ver que el pueblo hebreo ha sido muy influenciado por la idolatría que otros pueblos tenían, y eso es lo más daño que le ha hecho a Israel. Miren, solo saliendo de Egipto libertados por Dios por medio del Profeta Moisés, cuando Moisés sube al monte para recibir las tablas de la ley y tarda la cantidad de tiempo correspondiente para ese propósito... Miren, ¿cuánto tiempo han tardado algunos países para obtener sus leyes? Pero miren, el pueblo hebreo iba a tardar poco tiempo, pocos días con Moisés arriba en el monte para recibir las leyes divinas, los diez mandamientos. Podemos decir que es el pueblo que en más corto tiempo ha recibido las leyes, los diez mandamientos. Ahora, encontramos que en medio del pueblo hebreo hubo personas que habían practicado la idolatría en Egipto y conocían acerca de la adoración al becerro de oro; y estando Moisés en el monte con Dios, algunos del pueblo, un grupo del pueblo, líderes, pidieron a Aarón que les construyera un dios porque no sabían de Moisés. Y Aarón construyó un dios conocido de los egipcios y por consiguiente conocido ¿de quién? De los hebreos que vivían en Egipto, y luego adoraron a ese becerro de oro; y cuando Moisés descendió del Monte, porque ya Dios le había dicho también: “Tu pueblo, o sea, el pueblo que tu sacaste...” ahora, Dios no le dice a Moisés: “Mi pueblo,” sino: “Tu pueblo.” Así que, eso es muy importante entenderlo. Ahora, Moisés luego de pasar tanto trabajo para guiarlos a Dios, ahora se encuentra con el pueblo en medio de la idolatría, lo cual fue un pecado grande ante Dios. Dios los libertó de Egipto y de la religión de Egipto, de la idolatría, por lo tanto, estaban llamados a seguir a Dios y esperar por el Profeta de Dios, porque cualquier persona no es Profeta; ni siquiera Aarón servía para guiar al pueblo, Aarón no podía decir: “Ahora yo soy el sumo sacerdote o soy el ayudante de Moisés, ahora vamos a caminar nosotros.” Dios ha tenido siempre Profetas, para a través de esos Profetas guiar a Su pueblo, son hombres enviados por Dios de edad en edad y de dispensación en dispensación; no puede ocurrir una edad o una dispensación, si no envía Dios un Mensajero para esa edad o para esa dispensación. Con la presencia de un Mensajero enviado por Dios para una edad o para una dispensación, es que se abre esa edad o se abre esa dispensación, cuando Dios le da Su mensaje a ese Mensajero y él lo capta, y aunque no lo entienda muy bien lo habla y las cosas comienzan a suceder, las cosas que Dios tiene programadas para esa edad. Y aun el pueblo entra en esa edad y algunas veces sin saber cuál es su Mensajero, pero saben que ese hombre tiene algo de Dios y saben que su mensaje llega *acá* al corazón. Ahora, cuando se habla de Profetas, cualquier persona piensa: “Voy a estudiar mucho para ser un Profeta de Dios.” Ese título con todo lo que conlleva ser un Profeta, no lo tienen en las universidades ni en los seminarios, ni en los institutos bíblicos; ese es un ministerio del Cielo otorgado por Dios a aquellos que Dios ha escogido desde antes de la fundación del mundo para ese propósito. Por esa causa es que aparecen en la Tierra con las dos consciencias juntas, esa es la diferencia entre un Profeta y una persona común o un predicador común. Un Profeta puede oír y ver de la dimensión de Dios aun estando despierto o dormido, aun en sueño o aun estando despierto, pasa a esa dimensión aun con los ojos abiertos, como encontramos a Abraham, a Isaac, a Jacob, y así por estilo. Miren, por ejemplo, Dios descendiendo con Sus Ángeles Gabriel y Miguel y comiendo con Abraham el día antes de la destrucción de Sodoma y Gomorra, y luego dos de esos personajes misteriosos fueron donde Lot, y comieron con Lot también. No quería comer, pero Lot se los llevó, los invitó con mucho amor y cariño, y vean, almorzaron con Abraham y cenaron con Lot. Luego, en otra ocasión encontramos, o antes de esa ocasión (eso fue en el capítulo 18 y 19, lo de Abraham y Lot con estos Ángeles), pero en el capítulo 14 del Génesis, encontramos a Melquisedec apareciéndole a Abraham y dándole pan y vino, y bendiciendo a Abraham. Ese Melquisedec es nada menos que el mismo Dios. San Pablo dice en el capítulo 7 y todos esos capítulos por ahí de su carta a los Hebreos, que era sin padre y sin madre y sin principio de días y sin fin de tiempo. ¿Y quién puede ser ése? Uno solo: Dios. Algunos quizás pensaron que era otro personaje, un hijo de Noé: Sem, pero Sem tenía padre y madre, principio de días y fin (también) de tiempo, porque murió; pero el único que no ha tenido principio de días y fin de tiempo y ni padre, ni madre, es Dios. Era Dios apareciéndole a Abraham en Su cuerpo angelical, cuerpo angelical llamado el Ángel de Dios, en el cual le aparecía a Abraham y a otros personajes (le apareció también a Jacob). Jacob luchó con un Ángel, un varón, un hombre, y le dijo el Ángel: “Suéltame porque ya raya el alba.” Y Jacob le dijo: “No te soltaré hasta que me bendigas. Ése es el trato, tú quieres que te suelte y yo te voy a soltar, pero luego que tú me bendigas.” O sea, que Jacob sabía que esa persona no era cualquier individuo, él sabía que esa persona tenía la bendición del Cielo para él. Jacob estaba muy nervioso. Para que tengan un ejemplo cómo estaría, vieron el video donde un hombre tan importante como este embajador, que fue embajador en Brasil, él embajador Daniel Gazit y que es y que está en relaciones exteriores, es el director de relaciones exteriores para la América Latina y el Caribe; y viendo la situación en que se encuentra el Medio Oriente, y que Irán quiere tener uranio y que para tener energía, para producir energía en favor de la ciudad, de su país, pero que detrás de eso está la facilidad para construir bombas atómicas. Siempre la humanidad, cosas que sirven para bien también las usa para mal, también las usa en el campo militar; y si quiere borrar del mapa a Israel, con lo más fácil que se borra del mapa a un país es con una bomba atómica, porque con rifles es difícil. Escuchaba también en algunas ocasiones personas que decían de allá del Medio Oriente: “Queremos tener el poder nuclear, bombas atómicas (cosas así) para poder pelear contra Israel.” Esa es la condición que se vive en el Medio Oriente, e Israel tiene que defenderse, porque Israel si no hacen nada, los acaban. Son muchos países en contra de Israel; y así como cada persona es responsable por su familia y tiene que defenderla, también el Estado de Israel tiene que defender al pueblo. Así que, vean, esa es la situación allá, y ahora, se encuentran como se encontraba Jacob en el tiempo en que regresaba de Padan-aram, regresaba a la tierra prometida. Israel está regresando a la tierra prometida, ya hay algunos allá, pero está en ese proceso de regreso a su tierra; ya han regresado muchos de la tribu de Judá y de la tribu de Benjamín y muchos también o algunos de la tribu de Leví; pero faltan las diez tribus que fueron desarraigadas y han perdido su identidad como tribu, y los descendientes de esas tribus, la mayor parte ni tienen papeles que los identifiquen como descendientes de esas tribus. ¿Pero se le habrán perdido a Dios esas tribus? A Dios no se le pierde nada. Lo único que dice la Biblia que se perdió ¿qué fue? El hijo de perdición, y eso ya estaba escrito. Pero esas tribus no son hijas de perdición, y además de eso están las promesas de que Israel será restaurado totalmente, de que el Reino de David será restaurado totalmente, de que las tribus del Norte encabezadas por Efraín, porque él fue, esa tribu fue la que recibió la bendición de heredar a través de Jeroboam el reino, la parte del reino correspondiente al Norte. Así que, el Reino de David fue dividido, y la mayor parte la tiene Efraín, y Judá se quedó con dos tribus nada más: la de Benjamín y la de Judá; o sea, que para David solamente le quedó dos tribus, y eso es para... en la monarquía de David que fue dividida solamente consta ahora de dos tribus, porque las otras diez tribus fueron dadas a Efraín o a un descendiente de Efraín, y fueron desterradas esas diez tribus. Y ahora, han cubierto todo Europa, todo el continente americano y el Caribe, y de seguro en muchas otras naciones también se encuentran, se han extendido por el mundo entero, y Dios las ha escondido en esa forma; y luego por medio del Evangelio han estado siendo halladas esas personas descendientes de esas tribus, y sin saber la mayor parte de ellos que tienen sangre judía, han estado respondiendo al llamado del Evangelio y han estado siendo restauradas al Reino de Dios que está en la esfera espiritual, que es esa esfera manifiesta en los creyentes en Cristo, en la Iglesia del Señor Jesucristo. Y ahora... y todavía faltan más por venir, pues entre los gentiles fueron esparcidas esas tribus al ser desterradas, y ahora si buscamos la trayectoria de esas tribus hasta el tiempo nuestro, encontraremos que la América Latina y el Caribe está llena de descendientes hebreos de esas tribus, y aun de la tribu de Judá y de la tribu de Benjamín también y de los levitas también. Así que, Dios va a llamar a los descendientes de esas tribus conforme a la promesa divina. Palo de Efraín, o palo de José en la mano de Efraín y sus compañeros (o sea, las diez tribus), y palo de Judá y sus compañeros (o sea, las dos tribus: Judá y Benjamín). Y en la misma forma que Dios le dijo que hiciera al Profeta, será que Dios hará, ahí está representando Dios el Profeta, y Dios va a juntar esas tribus a como eran en el tiempo del rey Salomón y como era después de siete años de reinado del rey David. Vean, el reino de David comenzó con dos tribus y después se juntaron a él las otras diez tribus; y luego cuando fue roto, quedó en la misma forma como era antes de estar unificado Israel como un reino bajo la monarquía. Y ahora, se comenzará de nuevo, se comenzará, y eso va a ocurrir porque está prometido, si no Dios no tendría que hacer eso, pero como Dios ha prometido que va a restaurar a Israel. Vean, por eso le preguntaban: “¿Cuál es la esperanza de Israel con relación a la venida del Mesías?” Que restaure a Israel, la restauración de Israel a la monarquía de David, y eso es lo que está prometido, por eso están esperando el cumplimiento de esa promesa, por eso es que en los libros hebreos o del judaísmo, encontramos en algunos de ellos que están esperando al Profeta Elías. ¿Y qué tiene que ver el Profeta Elías con la restauración del Reino? Vamos a ver aquí, éste es el un libro hebreo o judío, se titula: *“La Religión de Israel,”* y aquí en la página 73... recuerden que el Reino universal que va a ser establecido es el Reino del Mesías, con Capital en Israel, que será Jerusalén, e Israel, el territorio de Israel será el Distrito Federal. Vean, aquí en esta página dice: “*Cuando llegue el tiempo del reino de la fe israelita, Dios enviará a su Profeta Elías ‘que unirá el corazón de los padres al de los hijos, y el corazón de los hijos al de los padres,’ y proclamará así la paz universal imperecedera. Ése es el verdadero precursor del Mesías judío, el ángel de la unión y de la concordia en el mundo.”* ¿A quién están esperando? Al Profeta Elías, Malaquías dice: “He aquí yo envío el Profeta Elías (¿cuándo?) antes que venga el día grande y terrible del Señor.” O sea, que antes de venir ese tiempo en donde los juicios divinos van a caer sobre la raza humana, Dios enviará al Profeta Elías; y miren si lo están esperando, si es algo que en realidad lo han tomado en serio. Para el día de la pascua ellos hacen algo muy interesante, que da testimonio de su fe en lo que Dios ha prometido para Israel. Página 77, de este mismo libro, dice: “*Una de las costumbres más interesantes del Pésaj* (o sea, de la pascua) *es la colocación de una copa de vino para el Profeta Elías...”* ¿Y quién se atreverá a sentarse en esa silla? Y después que le pregunten: “¿Cuál es tu mensaje?” Y no concuerde con lo que Elías tiene que estar predicando: “*... que ascendió al Cielo en un carro de fuego, y regresará para anunciar al Mesías.”* O sea, que tendrá un mensaje claro para Israel, e Israel lo va a reconocer, por eso es que para Israel como nación, han tratado de convertirlos al Cristianismo y no han podido, Israel como nación no ha aceptado, Israel como pueblo no ha aceptado; pero como individuos hay millones en estos dos mil años que han transcurrido, que han aceptado a Cristo como Salvador (como individuos), pero Israel como nación no, ¿por qué? Porque para Israel el Profeta Elías es el precursor de la Venida del Mesías. Para la Primera Venida del Mesías hubo un Elías: Juan el Bautista, para la Venida del Mesías a Israel tenemos la promesa que Dios enviará a Elías antes que venga el día grande y terrible del Señor. Por lo tanto, lo están esperando y lo van a recibir. Aun el reverendo William Branham hablando acerca de ese Profeta que va a recibir el pueblo hebreo, Israel, dijo que Dios enviará un Profeta, y les hablará y ellos van a creer; ellos no creen, a menos que sea un Profeta identificado en la Escritura, prometido en la Escritura que ha de aparecer en el tiempo final. Por eso cuando vemos a Israel buscando algo de parte de Dios, ya sabemos lo que es, ellos están buscando; y muchos de entre los grupos religiosos dicen que ya tiene que estar en la Tierra el que ellos están esperando, ellos están esperando dos promesas: Elías y al Mesías. Y el único que les podrá introducir, dar a conocer al Mesías, será Elías. No será un grupo religioso, no será un grupo denominacional, será un hombre el que ellos recibirán. Ese hombre tendrá las dos consciencias juntas y sabrá lo que debe hablar a Israel. Él también será el que tendrá el ministerio del Día Postrero, que será un ministerio dispensacional. Cuando hablamos de un ministerio dispensacional, un profeta dispensacional, es el tipo de ministerio de profeta más grande que Dios tiene. De todos los profetas que Dios ha tenido, solamente siete están en la lista divina como profetas dispensacionales, que son: Adán, el Profeta Mensajero de la Dispensación de la Inocencia. Set, el Profeta Mensajero de la Dispensación de la Consciencia (de los días de Set comenzaron a llamarse del nombre de Dios). Luego Noé, el Profeta de la Dispensación del Gobierno Humano. Y vean, Dios iba a traer un juicio divino a nivel mundial, porque cuando envía un Profeta dispensacional, hay una obra mundial para ser llevada a cabo, y por consiguiente hay un mensaje para la humanidad, y hay un Profeta dispensacional que recibe ese mensaje, Profeta que Dios envía para ese tiempo. Y lo que él recibe de parte de Dios, lo dice lo crean o no lo crean, y algunas veces es muy difícil lo que él dice que va a suceder, porque aparentemente las cosas, la situación no es propicia para que ocurra eso que él está diciendo. Como en el tiempo de Noé, no llovía en ese tiempo, hay países en que no llueve, solamente cae una llovizna, o sea, algunas ciudades como Lima, Perú, y hay otras ciudades más. Y ahora, Noé predicando que va a haber, que va a venir un diluvio y no llovía en ese tiempo, decirle que va a llover a una persona que nunca ha visto lluvia, es decirle algo lo cual parece una locura. Es como una persona decirle a otra persona, en una casa en donde no hay agua: “Ve, báñate en la ducha.” Esa persona dirá: “Éste está tratando de tomarme de tonto.” Pues eso mismo parecía en el tiempo de Noé, y no conocieron, no entendieron que eso era así, hasta que vino el diluvio, hasta que comenzaron a ver la lluvia. Las cosas de Dios cuando son habladas hay que creerlas por fe, porque es la Voz de Dios hablando; y las cosas que se ven, vienen ¿de dónde? De las que no se ven, son hechas de las que no se ven. Y lo grande es ver las cosas y en las cosas que no se ven, las cosas que se van a ver más adelante, las cosas que se van a concretar; porque antes de cumplirse una promesa, pues no está esa promesa materializada, se va a cumplir más adelante, y ahí es donde la persona usa la fe. Y ahora, en el tiempo de Noé fue así, y vean, solamente ocho personas de todos los que hubo en aquel tiempo, que eran millones; y una civilización, no como algunos piensan, de indígenas o de indios, sino de gente que estaban bien preparadas. La ciencia ha estado descubriendo que tenían un conocimiento muy grande en los diferentes campos del saber. Y ahora, para nuestro tiempo estamos viviendo como en los días de Noé, de lo cual dijo, habló Jesucristo, que será como en los días de Noé la venida del Hijo del Hombre, el tiempo en que el Hijo del Hombre se manifestará. O sea, que ver cómo la ciencia se ha multiplicado, cómo las construcciones se han multiplicado en los diferentes países, y cómo se han estado casando y dándose en casamiento (eso es casándose, divorciándose y volviéndose a casar), y también un sinnúmero de cosas más que Jesús dijo que marcarían el tiempo en que el Hijo del Hombre vendría. Por lo tanto, no podemos cerrar nuestros ojos a esas señales, sino buscar y ver el cumplimiento de esas señales, pues Jesús dijo a los de su tiempo: “Ustedes pueden escudriñar los Cielos, ustedes pueden ver en los Cielos las señales para la lluvia y las señales para el tiempo en que no va a llover.” Eso está en Mateo, capítulo 16. San Mateo, capítulo 16, dice (verso 1 al 4): “*Vinieron los fariseos y los saduceos para tentarle, y le pidieron que les mostrase señal del cielo.* *Mas él respondiendo, les dijo: Cuando anochece, decís: Buen tiempo; porque el cielo tiene arreboles.* *Y por la mañana: Hoy habrá tempestad; porque tiene arreboles el cielo nublado. ¡Hipócritas! que sabéis distinguir el aspecto del cielo, ¡mas las señales de los tiempos no podéis!”* Cuando nos habla de las señales de los tiempos, nos habla de las señales que estarán siendo manifestadas para el cumplimiento de eventos divinos; por ejemplo: fue manifestada la señal de la estrella llamada: “La Estrella de Belén,” y miren, no la vieron o la ignoraron, podían decir: “Eso en otros años o en otros tiempos se ha visto, eso es una alineación planetaria, o eso es tal cosa.” Hubo uno que sí estaba interesado, ¿saben quién fue? Herodes, pero no para adorar a Jesús, sino para ir a matar a Jesús con su ejército, porque le tenía miedo a un niño que iba a nacer, pero ese niño estaba prometido en la Escritura. Y él preguntó: “¿Dónde tiene que nacer el Mesías?” Le dijeron: “En Belén de Judea, porque así está escrito en Miqueas, hablando acerca de un niño que nacerá y que será Señor de Israel.” Y preguntó: “¿Y cuánto tiempo hace que la estrella está apareciendo?” Investigó bien, fue el más interesado, y le dicen: “Hace dos años...” Los magos le dicen: “Hace dos años que esta estrella está apareciendo, lo cual es la señal en el Cielo de que el Mesías ha nacido en la Tierra.” Es que el firmamento, todas estas estrellas son tipo y figura de seres humanos. A Abraham Dios le dijo: “Mira las estrellas y cuéntalas, si las puedes contar, así será tu descendencia.” ¿Ven? El tipo y figura de la descendencia de Abraham ahí en las estrellas del Cielo. El lucero de la mañana ¿a quién representa? A Cristo, el sol representa a Cristo, representa a Dios, y así por el estilo usted encontrará una representación en el firmamento, porque “los Cielos cuentan la gloria de Dios y la expansión denuncia la obra de Sus manos.” La luna, la luna representa la Iglesia del Señor Jesucristo y representa también al pueblo hebreo. Y ahora, podemos ver que por esa causa es que Abraham miraba al Cielo y estaba leyendo la Biblia; Job miraba al Cielo y estaba leyendo la Biblia: porque ésa es la primera Biblia. Luego tenemos la Biblia escrita que es la poseemos; también tenemos la naturaleza, que es la Biblia. Por eso, por ejemplo los seres humanos son representados en árboles, también en animales. El Mesías está representado en el león, en el León de la Tribu de Judá para Su Segunda Venida, pero para Su primera en el cordero. Y también en árboles, vean, Israel: la higuera; las demás naciones: los demás árboles, y así por el estilo ustedes encontrarán que en la misma naturaleza está la representación de pueblo de Dios; y aun el ministerio de Moisés y Elías, de los dos ungidos que están delante de la presencia de Dios conforme a Zacarías, capítulo 4, verso 1 al 14 y Apocalipsis, capítulo 11, verso 1 al 14, están representados ¿en qué? En dos árboles de olivo y dos ramas de olivo. Ahora, tenemos que entender las señales que ocurren en el Cielo, las señales que están establecidas, que están profetizadas para que no nos pasen por encima; por ejemplo, en el tiempo de Moisés estaban matando a todos los niños que iban a nacer: si eran varones el faraón dijo que los mataran. Recuerden que los reyes de aquellos tiempos como los de hoy también (lo único que aquellos lo hacían más abiertamente, los de hoy lo hacen más secretamente), ellos tenían sus magos, sus astrólogos, sus psíquicos y también cuando aparecía un Profeta de Dios, y ellos veían que ese era un hombre que tenía contacto con Dios seguida (digamos) lo nacionalizaban: “Con este me quedo yo en mi reino, porque con este yo tengo conexión con Dios (como hicieron con José en Egipto, como hicieron con Daniel en Babilonia y así por el estilo).” Es que cuando aparece un hombre de esa clase, estos reyes decían: “En este hay espíritu de los dioses del Cielo,” lo que está es el Espíritu Santo en ellos, eso es lo que está, y ellos cuando ven un hombre así, dicen: “Éste es el que necesitamos nosotros en nuestro reino.” Y vean, era cierto, con José se salvó todo Egipto, con Daniel en Babilonia prosperó Babilonia, y Daniel vino a ocupar una posición política de gobernador de Babilonia y José había ocupado la posición de virrey, la posición de primer ministro allá en el reino del faraón. Es que de acuerdo a las diferentes formas de verlo y en diferentes naciones, en algunas se usa virrey, pero en otras, el primer ministro es la persona importante que administra todas las cosas. Y faraón dijo que nadie movería su pie en Egipto sin José, o sea, que era el que mandaba ahí, faraón estaba tranquilito, dijo: “Con este hombre yo no voy a tener que trabajar mucho, este hombre lo hace todo y yo lo que hago es...” y además de eso le dio también su anillo; o sea, que José era el que mandaba, y prosperó Egipto, y fue tan buen comerciante (estos asuntos comerciales) que obtuvo todo el dinero de los egipcios y después como ya no tenían más dinero, y también obtuvo sus ganados, todo, y después ya no tenían más dinero y tenían hambre, y dijeron: “Ahora, aquí estamos, nos compran por comida,” porque cuando hay hambre lo que se necesita es comida, y se arrima la persona al que tiene comida. Y los compró también, todo para faraón, todo para el rey; es tipo y figura de lo que Cristo ha hecho: comprar por medio de Su Sacrificio a todos para el Reino de Dios; por eso José es tipo y figura de Cristo. Ahora, José, vean, no solamente era una persona religiosa, o sea, no solamente era una persona espiritual sino un político también, y mejor que el faraón. El faraón disfrutó una etapa muy buena, aunque hubo hambre en toda la Tierra y hubo con esa sequía y problemas de siete años, hubo grandes problemas, pero faraón controlaba todo el territorio, todos venían a Egipto a comprar alimento. Ahora, viendo que aun antes de ocurrir todo esto, ya José lo había visto cuando era un jovencito, él se había visto en sueños con un manojo de cebada o de trigo, y sus hermanos cada uno con un maso o manojo de trigo o de cebada (después los buscan y sabrán de qué es), y luego vio que los manojos de cada uno de ellos se inclinaban hacia el de él; y luego se enojaron mucho con José, y ya le tenían envidia, parece que los sueños que los otros tenían no los favorecían a ellos, o no tenían sueños o los sueños que tenían no tenían ningún valor. Luego tuvo otro sueño que colmó la copa de sus hermanos, en donde vio once estrellas, y ya sus hermanos no tenían que decirle a José: “Interprétanos ese sueño,” ya sabían que José siempre soñaba en favor suyo propio, en su favor, es que Dios le daba los sueños que iba a materializar en su vida. Y ve once estrellas, el sol y la luna inclinándose delante de él, y ya no, ahí él no ve inclinándose delante de otra estrellas sino delante de él mismo, ya está más personificada la cosa, y ahí se enojan con él y aun su mismo padre Jacob dice: “¿Qué sueño es este que tú has tenido?” Porque Jacob siendo Profeta también entendió. “¿Qué es esto de que tu madre y yo nos vamos a inclinar delante de ti, y tus hermanos?” Y para colmo ya la madre de José había muerto. “¿Cómo es esto?” Había muerto cuando nació Benjamín. “¿Cómo es esto?” Pero estuvo meditando y se dio cuenta que su hijo le había salido Profeta también, era el amado de Jacob. Y cuando un padre que es Profeta sabe que un hijo le salió Profeta, se pone muy contento, aunque sabe que ese hijo va a tener problemas, se van a poner celosos con él, pero sabe que Dios estará con él. Vean, le regaló, le hizo, y le regaló una vestidura, una túnica; le regaló una túnica de muchos colores que tipifica el Espíritu Santo; así que ya Jacob sabía que su hijo era el elegido de Dios, que el ministerio Profético estaba en José. Ahí podemos ver que antes de José tener todos esos éxitos, ya Dios se lo había mostrado, ya estaba en el Programa de Dios. Siempre hay un programa, y cuando Dios envía un Profeta, no lo envía para que él haga su propia historia, sino para que se cumpla en él, el Programa de Dios: y esa será la historia de ese hombre, el cumplimiento del Programa de Dios, y por consiguiente la labor de ese hombre será en ese programa. Hay algunos Profetas que ni querían ir a atender el llamado de Dios como Moisés, como Jonás, pero eran Profetas ya ordenados por Dios desde antes de la fundación del mundo. También Jeremías, decía: “No puedo hablar, yo soy niño.” “No hay forma de escaparse, no digas que eres niño, a todo lo que yo te mande, tú vas a ir. Yo te escogí desde que estabas allá en el vientre, ya tu estabas escogido para ser Profeta.” O sea, que uno no puede discutirle a Dios, uno viene a la Tierra por y para un propósito divino; y para eso es que tenemos que vivir y amar el propósito divino para el cual hemos venido; cualquier otra cosa es pasajera, cualquier otra cosa que la persona escoja, no tiene valor comparado con el Programa Divino para el cual usted está en la Tierra. Ahora, Israel está en la Tierra con un propósito divino, Israel es llamado el hijo primogénito de Dios como nación, “Israel es mi hijo, mi primogénito.” Cuando se dice: “Mi hijo,” es una cosa grande, y cuando se dice: “Mi primogénito,” ya eso es lo máximo, porque solamente uno puede ser un primogénito. Una persona puede tener muchos hijos y decir: “Estos son mis hijos,” pero luego dice: “Y éste es mi hijo mayor, o sea, mi primogénito.” E Israel como nación, como pueblo es el único pueblo primogénito de Dios, porque no puede haber nada más que uno. Y ahora, Israel está en una etapa muy difícil, pero va a salir de ella; es una etapa como la que pasó Jacob cuando tenía que enfrentarse a Esaú (su hermano), y le tenía mucho miedo. Por eso ustedes escucharon ahí un hombre muy importante que decía sobre lo que Irán piensa, con relación a tener ese reactor atómico, y ellos saben (los judíos), que detrás del pretexto de la producción de energía eléctrica para la nación de ellos, de Irán, detrás de eso está también el plan de la fabricación de bombas nucleares. Y este hombre tan importante decía: “Y tenemos mucho miedo.” ¿Ve? Como decía Jacob, como estaba Jacob, Jacob hasta repartió su familia, una parte la mandó adelante hizo un campamento, e hizo otro campamento con otra parte de su familia, porque si hieren esta parte, este campamento, se salva el otro, el otro grupo; mandó a Lea adelante: a Lea y a todos los hijos de Lea y de la esclava o sierva de Lea. Y a Raquel, Raquel la dejó en otro campamento, pero echó adelante el de Lea, porque Raquel era la amada por Jacob y ahí iba también su hijo amado: José, y también en el vientre (hay que verificar la... en el vientre de Raquel iba Benjamín; si ya estaba concebido). Y ahora, Jacob era un estratega bueno, y preparó todo bien, la parte humana, dijo: “Bueno, hago esto así y ahora me quedo solo.” Se quedó solo y ahí le apareció el Ángel de Dios, que es el mismo Ángel que más adelante le aparece a Moisés, el mismo Ángel que le aparecía a Abraham y a Isaac, es el mismo Dios en Su cuerpo angelical. Y ahora, cuando se encuentra con ese Ángel, ese Varón no lo soltó, lo agarró bien y le rogó, dice Oseas que le rogó, lloró y le rogó, en Oseas, capítulo 12, dice verso 3 al 4, dice: “*En el seno materno tomó por el calcañar a su hermano, y con su poder venció al ángel.* *Venció al ángel, y prevaleció; lloró, y le rogó* (¿ven? Lloró y le rogó)*; en Bet-el le halló, y allí habló con nosotros.”* O sea, que ese momento fue de desesperación para Jacob, porque su hermano Esaú había dicho: “Cuando muera mi padre, yo mataré a mi hermano,” y ahora viene con unos cuatrocientos o cuatrocientos cincuenta hombres con espadas, armados para encontrarse con Jacob, Jacob dijo: “Viene para matarme.” Ése es el tipo y figura de lo que corresponde a este tiempo. Israel se encuentra en el tiempo en donde se va a encontrar con ese mismo Ángel, el Ángel del Pacto que está prometido para venir, y se va a agarrar de ese Ángel del Pacto y ahí estarán los dos Olivos en favor de Israel, para que todo eso se lleve a cabo correctamente y ellos van a tener la bendición de ver el cumplimiento de las promesas de la Venida de Elías y de la Venida del Mesías. Les había dicho que en Egipto, cuando nació Moisés, estaban matando los niños que iban a nacer, le habían dado la orden a las parteras, una de ellas era: “Fúa,” y ellas no lo hicieron así, tenía que nacer Moisés. Y luego en los días que nació Jesús, también estaba pasando lo mismo: el rey mandó a matar a todos los niños de dos años hacia abajo, porque los reyes le dijeron que hacia ya dos años que estaba apareciendo la estrella, el rey calculó y dijo: “Pues debe tener algunos dos años, pero para no fallar, mató a todos los niños de dos años hacia abajo y uno de ellos va a ser ese niño que está prometido para ser rey sobre Israel.” Pero Dios lo mandó para Egipto, cuando le apareció el Ángel a José y le dijo: “Vete a Egipto porque buscarán al niño para matarlo,” después que se fueron los reyes, ya tenía que irse José con María y el niño para Egipto, porque los magos no iban a regresar a donde Herodes y Herodes se iba a poner furioso, y Herodes iba a decir: “Encontraron al Mesías, lo adoraron (porque iban a adorarlo) y ahora no lo quieren descubrir.” Si regresaban a donde Herodes, era porque no lo habían encontrado: “No lo hemos encontrado (pero no regresaron).” Y para ese tiempo apareció una señal en el Cielo, esa señal fue vista y debió entender el concilio del sanedrín, que ésa era la estrella que iba a salir de Jacob y que tenía que representarse en una estrella en el Cielo. Y vean, para ese tiempo vino la muerte a causa del Mesías, como vino la muerte en Egipto para todos los niños, ¿por qué? Porque para ese tiempo los magos vieron ciertas señales en el Cielo, que para el reino de Egipto anunciaba destrucción, anunciaba que vendrían problemas y ellos relacionaron todo eso, con algún niño que iba a nacer, y vendría a ser después un hombre que les iba a traer muchos problemas a Egipto. Cuando nació Jesús, también el rey Herodes vio un peligro en ese niño que iba a nacer, porque un rey debe ver el peligro para él cuando nace otro que es un rey, un niño rey y que no es un hijo de él, sabe que le va a quitar el reino. Y ahora, ¿qué tiene que ver todo eso con nuestro tiempo? Que Dios ha dicho que habrá señales en el Cielo, y esas señales no las podemos ignorar. Cada novecientos setenta y tres años (creo que es, no recuerdo bien, pero creo que son cada novecientos setenta y tres años), aparece esa señal en el Cielo que apareció en el tiempo de Moisés y en el tiempo de Jesús, o sea, para el nacimiento de Moisés y para el nacimiento de Jesús; y por consiguiente el enemigo de Dios, que es el diablo o Satanás, sabe que esas señales indican el nacimiento de un líder muy importante que luchará en contra del reino de las tinieblas. Y por eso el enemigo ha tratado de destruir a los Mensajeros que Dios ha enviado, y cuando ve que ocurren ciertas señales en el Cielo que indican que Dios envía o está enviando un Mensajero a la Tierra que está naciendo en la Tierra o va a nacer, entonces el diablo trata de destruir a los niños que van a nacer en esos días; y si tiene que destruir a los padres también y a las familias y a pueblos completos, lo hace; y más si sabe del territorio donde tiene que ocurrir, trata de destruir el territorio completo. Hace unos casi setenta años, vamos a decir para no dar la fecha exacta, de sesenta a sesenta y seis años atrás, apareció la misma señal que apareció cuando Moisés y cuando Jesús nació. Y por cuanto el pueblo hebreo está esperando a dos personajes: a Elías y al Mesías, y esa señal apareció en el Cielo, aunque las gentes no sepan y no comprendan lo que significó, el diablo sí sabe. Y encontramos la *Shoah* o el Holocausto por el cual el pueblo judío pasó, porque sabe que será un judío, y por consiguiente desde dos mil años atrás, para no ir más atrás, han tratado de destruir a los judíos o a los hebreos; porque mientras haya un hebreo en la Tierra, hay esperanza de que venga el Mesías; si quitan, si matan a todos los judíos... ¿ven? Por eso es que algunos dicen que el problema son los judíos, que hay que acabar con todos; pero la bendición son los judíos, los hebreos. “*En ti serán benitas todas las naciones, el que te bendiga será bendito, y el que te maldiga será maldito.”* ¿Ven? Hay una bendición para los que bendigan a Israel y hay una maldición para los que los maldigan. Por lo tanto, el diablo o Satanás a través de diferentes personas, y naciones, y líderes políticos y religiosos se han lanzado en contra de Israel en diferentes tiempos y también así será para este tiempo, para destruir a Israel. Detrás de todo eso está el gobierno del mundo entero, que va a ser establecido por el Mesías, porque le quieren arrebatar el gobierno de la humanidad al Mesías, por lo tanto detrás de todo eso, detrás de la bendición que hay, está el reino universal que va a ser establecido, le quieren arrebatar el reino universal al Mesías, para eso tienen que matar a todos los judíos. El que tenga a Jerusalén con el territorio de Israel, es el que gobernará sobre el mundo entero, tan simple como eso. Por eso ustedes ven que muchas naciones quieren tener el territorio completo. Así es no solamente con el pueblo de sus vecinos, hay otros pueblos también que le han pegado el ojo al territorio de Israel, y a su capital Jerusalén. Es que ahí, es que el Mesías Príncipe se sentará para gobernar; cualquier pueblo puede decir: “Esto era nuestro antes.” Miren, no importa de quien haya sido o en qué manos haya estado, el único dueño es Dios, y Dios da un territorio a quien Él quiere darlo; y lo otro, Esaú lo perdió cuando vendió su primogenitura. En la primogenitura estaba el territorio de Israel completo con Jerusalén como capital, y lo perdió al vender la Bendición de la Primogenitura y ya es tarde para recuperarlo, ya es tarde para recuperarlo para su descendencia. Así que, le echen la culpa a Esaú, fue mal negociante. Jacob es el tipo y figura de los buenos comerciantes y de los hombres espirituales que se agarran de Dios para buscar primero la bendición de Dios, y que cuando están en tiempos difíciles se agarran más de Dios y no lo sueltan. Era un saludito solamente, pero como están las cosas en estos días, como están las cosas en estos días hay mucho para hablar. Les dije que en el Cielo hubo una señal grande igual a la que hubo en el tiempo de Moisés, del tiempo del nacimiento de Moisés y del tiempo del nacimiento de Jesús. ¿Será que los judíos, los rabinos, y el grupo de sacerdotes están siendo preparados para el templo que ellos esperan sea restaurado en el Reino del Mesías? ¿Será que ellos se han dado cuenta de esa señal y por eso muchos dicen que ya tiene que estar en la Tierra?, y no solamente eso, algunos ya piensan en qué edad debe tener. Del treinta y nueve en adelante, treinta y nueve y cuarenta, estuvo apareciendo esa señal en el Cielo, y quizás llegó hasta el cuarenta y dos, pero vamos a dejarlo por ahí del treinta y nueve al cuarenta y uno; y miren Hitler destruyendo a los judíos, aunque por pretexto, colocar a los judíos como una raza inferior y como una plaga que tenía que ser destruida. ¿Y saben ustedes cuál fue el último judío que mató Hitler? ¿Ninguno sabe? Él mismo, porque según información, su madre tenía raíces hebreas, así que odiaba tanto a los judíos que mató al último judío. ¿Cería que descubrió a lo último que él era judío o que ya lo sabía? Estamos en un tiempo muy, pero que muy importante para todos los hijos e hijas de Dios, estamos en un tiempo muy importante para Israel, e Israel lo sabe. Ya ustedes están viendo cómo se están moviendo las cosas allá en Israel, y cómo ya hay una buena amistad entre Israel y el Cristianismo, está progresando; antes no era así, ahora está progresando, y yo espero que siga progresando esa relación, y que Dios ayude a Israel en estos momentos, porque la intención que tienen en contra de Israel es borrarla del mapa, aunque no pueden borrar algo que no tienen en el mapa; y en el mapa de sus vecinos no aparece Israel, no aparece el Estado de Israel, o sea, que no lo han reconocido, por eso no lo ponen en sus mapas. Pero Israel como nación, si Dios no interviene la borrarían del planeta Tierra, la borrarían de su territorio; aunque si lo hacen en este tiempo, hay más judíos y hay más hebreos, cuando digo “judíos y hebreos,” me refiero a judíos por el reino del Sur y hebreos por el reino del Norte. Así que el grupo grande todavía está fuera de la tierra prometida, pero Dios ha dicho que los va a juntar allí, no habrá reino de David restaurado, sin que estén las doce tribus allí. Eso de que algunas personas piensan que ya fueron desarraigadas y borradas y ya se perdieron, pero Dios salva al que se pierde, Él vino para buscar y salvar lo que se había ¿qué? Perdido, y esas diez tribus Dios las salvará. Para eso vino en Su Primera Venida y vendrá en Su Segunda Venida: para salvar a las tribus perdidas. ¿Ven? Como vino para salvar al pecador, vendrá para salvar como Rey a las tribus perdidas, y salvar a las que ya están allá, pero que están perdidas también espiritualmente. Por eso está establecido que Dios hará un Nuevo Pacto por la casa ¿de quién? De Judá. ¿Y con cuál más? Con la casa de Israel, o sea, con las dos tribus del Sur y las diez tribus del Norte, el reino del Norte y el reino del Sur. Por lo tanto, no se puede pensar que ya esas diez tribus se perdieron y ahora todos son llamados judíos por la tribu de Judá, no; van a aparecer, van a ser identificadas, para lo cual dice Isaías, 27, verso 13 que se tocará con gran Trompeta, y van a venir ¿quiénes? Los desterrados y los esparcidos, los de Judá, del reino de Judá y los del reino del Norte, el reino de Israel: es llamado el reino de Israel. O sea, que cuando único se llama Israel, es cuando están las doce tribus juntas; cuando están solamente las dos tribus se llaman Judá o reino de Judá; y las que heredaron el nombre Israel fueron las diez tribus, pero cuando están juntas entonces se le aplica el nombre Israel. Bueno, vamos a dejar eso quietecito ahí porque hay mucho de que hablar, y es bueno que tomen un receso para alimentos, y luego pues continuarán en las actividades de este día, y ya mañana estaré nuevamente con ustedes. No tendré mucho tiempo porque tengo que salir luego de la actividad para otra ciudad; pero oren mucho por mí, para que Dios me ayude en todo, y me dé todo lo que debo hablar mañana, y que Dios así nos bendiga con Su Palabra mañana y que nos abra las Escrituras y también el corazón y el entendimiento para comprender. Quizás mañana ahondaremos sobre, si es necesario, si Dios me da para hablar, sobre lo que está esperando Israel, y cuando se le pregunta a los que creen en la promesa de la Venida del Mesías, porque hay también judíos que no creen en la Venida del Mesías prometida para el tiempo final, porque hay diferentes líneas, están los ultra-ortodoxos, están también los ortodoxos, están los reformistas, están los conservadores y así por el estilo, y cada uno tiene su propia interpretación. Y hay algunas líneas que no creen en la promesa de la Venida del Mesías y la restauración del Reino con el Mesías Príncipe como Rey, pero la Escritura sigue todavía diciendo que vendrá; pero hay otros que sí creen y creen que es para este tiempo, y que ya no es un niño ni tampoco un jovencito. Así que, vamos a dejarlo ahí y mañana vemos algunas otras cosas; ya ustedes pueden ver porqué la inquietud que ustedes notaron en todas estas actividades que se llevaron a cabo allá en Israel. No sé si recuerdan el rabino llamado Dudy, ése es un Rabino ortodoxo o ultra-ortodoxo, un hombre muy rico, hasta donde he oído mucho, tiene periódicos y tiene muchas propiedades y es muy respetado allí en Israel y muy conocido, quizá uno de lo más conocidos o el más conocido, y ése alimenta diariamente, unas 16.000 personas, pues tiene sus organizaciones para dar alimento a los necesitados, tiene también oficinas en Francia, en New York y en otros países. Y ahí ustedes vieron, que estaba diciendo que después que uno va tres veces a un sitio o algo así, ya es parte de ese sitio, y estaba diciendo que espera que lo recibamos en AMISRAEL como parte de AMISRAEL, entonces estaba hablándonos que quiere trabajar junto a nosotros en esa labor; un ortodoxo o un ultra-ortodoxo, quiere que trabajemos juntos, para la labor que estamos llevando a cabo nosotros juntamente con la que él está llevando a cabo, o sea, que algo está pasando en Israel. El libro: “La Restauración del Reino de David,” que ustedes, muchos de ustedes tienen le fue entregado a él y yo creo que fue entregado al principio, y después de eso yo creo que fue que él estuvo hablando en esa forma; y los ortodoxos y ultra-ortodoxos creen en la Venida del Mesías prometida y creen que es ya para este tiempo, muchos de ellos o todos ellos; o sea, que están a la expectativa esperando el cumplimiento de lo que Dios les ha prometido. Y cuando se le pregunta a algunos judíos que creen en la Venida del Mesías, si se les pregunta: “¿Quién será el Mesías?” “Será uno que estará hablando de paz y que traerá la paz para Israel.” Y ahí en lo que leímos dice que Dios enviará Su Profeta Elías, el cual... vamos a ver cómo lo dijo aquí: “*Cuando llegue el tiempo de la fe Israelita, Dios enviará a Su Profeta Elías ‘que unirá el corazón de los padres al de sus hijos y el corazón de los hijos al de los padres,’ y proclamará así la paz universal imperecedera.”* Vean cómo es que ellos van a estar esperando la aparición de Elías, no van a estar esperando la aparición de Elías como un viejito con un bastoncito pidiendo un bocado de comida, un poquito de agua, sino uno que estará predicando y proclamando la paz imperecedera, dice: “Ése será el verdadero precursor del Mesías.” Y en otros escritos de otros autores, también hablan de la Venida del Mesías, y hablan parecido, es que es una promesa en Malaquías, capítulo 4, verso 1 al 6. Hay personas que piensan: “De un momento a otro comienza la gran tribulación.” ¿Por qué en vez de estar buscando la gran tribulación no buscan al que tiene que venir antes de la gran tribulación? Porque la señal del tiempo para la gran tribulación, le antecede la aparición de Elías, la aparición de los Ángeles del Hijo de Hombre llevando a cabo la cosecha. Eso fue lo que Cristo mostró en la parábola del trigo y de la cosecha y en la parábola de la red de San Mateo, capítulo 13, versos 37 al 43; y San Mateo, capítulo 13, versos 47 al 50. ¿Ven? Dice que eso será para el tiempo final, para el fin del tiempo, para el fin del siglo, para el fin de la Dispensación de la Gracia, eso será lo que marcará el tiempo final. Por lo tanto, cuando las personas dicen: “Estamos en el tiempo final,” y se quedan con los brazos cruzados sin hacer nada, están perdiendo mucho tiempo, deben buscar qué cosas Dios estará haciendo en este tiempo, qué ha prometido para este tiempo, no sea que se nos pase por encima el Programa que Dios está llevando a cabo en este tiempo final, y ese Programa tiene que estar *aquí* escrito en la Biblia, no sea que les pase como les pasó a los del tiempo de Noé que no conocieron, y vino el diluvio y se los llevó a todos; no sea que les pase así y venga la gran tribulación y se los lleve a todos, la gran tribulación con los juicios divinos que van a caer en la gran tribulación. Bueno, Miguel siempre dice: “Un poquito más, el postre.” ¿Y saben ustedes una cosa? Que me encontré que en los judíos hay también esa tendencia del postre, ya en la parte no solamente física sino también la espiritual. En alguna ocasión les voy a buscar dónde es que se habla de eso, para que ustedes vean que esto que Miguel, pues siempre quiere el postre, no solamente en lo espiritual, sino que también en lo físico, porque es como decimos nosotros: “un dulcero,” le gustan los postres, eso pues lo trae en la sangre; ya que los que conocen la historia de Venezuela, el general Bolívar, tuvo de entre sus generales, dos generales de apellido Bermúdez, y de uno de esos generales desciende Miguel, y esos eran judíos. Así que, no se han perdido, las tribus perdidas no están perdidas, su descendencia está, y tienen bastantes costumbres de los judíos, siempre donde hay una reunión de judíos siempre hay comida, y a Miguel también le gusta eso; y ustedes buscan las fiestas hebreas y siempre hay comida, bueno, donde hay bendición hay comida. La comida desaparece cuando están las naciones bajo el juicio divino, pero donde hay bendición siempre hay comida, tanto física como espiritual. Bueno, Miguel parece que todavía quiere más postre, pero vamos a pedirle por aquí, que ya tuvimos el almuerzo y también el postre. Así que, Miguel ya puedes pasar por aquí. Que Dios les bendiga y les guarde a todos, y con ustedes nuevamente el Misionero reverendo Miguel Bermúdez Marín, fiel compañero en el ministerio por... ¿cuántos años Miguel? Desde el 71 para acá (del 71 para acá); y en México fue que comenzamos juntos a trabajar, aunque ya nos conocíamos, no tanto, pero ya nos conocíamos hacía años, pero trabajando brazo a brazo desde el 71 hacia acá, y han pasado volando esos años. Pero no hay problema, nosotros lo hemos pasado volando también, y por eso es que quizás los hemos encontrado tan cortos. Y yo estoy tan fuerte como cuando comencé en el ministerio, y cada día con más ánimos para trabajar en la Obra del Señor. Y desde que comencé hasta este tiempo, puedo decir: “Ya estoy unos (digamos desde el 62 ó 63), ya estoy unos 43 años más cerca de mi transformación.” Bueno, vamos a dejar a Miguel por aquí, él dirá lo de la parte de él, cómo se siente él, pues él es el mejor que puede dar testimonio de cómo se siente. Pero para que tengan una idea. ¿Cuántos años tiene tu mamá Miguel? 104 años. ¿Y de qué enfermedad padece? No tiene ninguna enfermedad. Me dice Miguel que en una ocasión fue y pregunta a su familia, a sus hermanas: “¿Cómo están ustedes?” Le dicen: “Estamos todas llenas de achaques, nos duele por acá y por acá, y la única que no tiene problemas es mi mamá.” Y tenía ¿cuántos? Algunos noventa y algo de años; estaba cumpliendo 103 años y sin problemas; con 104 años. Bueno, aquí diselo a ellos para que ellos sepan, o sea, que está hecho de un material que dura mucho tiempo, esto es como el guayacán, o como algún otro tipo de árbol que dura mucho tiempo, que es fuerte. Y en cuanto a mi mamá, ¿cuántos tenía? Cerca de 90 años también, por ahí mi mamá cuando partió. Así que yo le digo a Miguel: “Con los años que tienes, estás jovencito, puedes pasar de cien años sin ningún problemas.” Así que, estamos tan fuertes como cuando comenzamos, para seguir con ustedes ministros que están aquí presentes, y los que están en otras naciones junto a vuestras congregaciones, y junto a la congregación de Puerto Rico y a la de Valencia, Venezuela, y junto a todas las congregaciones hasta que lleguemos a la meta de nuestra transformación. Bueno, que Dios les continúe bendiciendo, ya Miguel. Si seguimos con el postre, Miguel, ya nos tomaría mucho tiempo. Así que Dios me los bendiga a todos, les guarde y les use grandemente en Su Obra. Dios les bendiga. “**CONOCIENDO LAS PROMESAS DIVINAS.”**