--- title: 'Saludo a pastores' date: 2006-05-13 activity: 1 place: city: Goiânia state: Goiás country: BR duration: 00:00:00 public: false youtube: rm: true translations: files: --- Muy buenas tardes, ministros, compañeros en el Reino de Dios; es una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo. Ya ustedes estuvieron escuchando al reverendo Salomón Cunha, hablando acerca de todas las actividades que tuvimos en la República Mexicana, y también en Río de Janeiro; son puertas que Dios ha abierto, y hemos entrado con la Palabra de Dios, y Su Programa correspondiente a este tiempo final; y continuará Dios abriendo más puertas, y continuaremos entrando. Vieron también el terreno de Puerto Rico que ha sido comprado, ya se dio el pronto pago, ya lo tenemos, y ahora estamos pagando las mensualidades; y ustedes son participantes del pronto pago, y de las mensualidades que estamos pagando, pues ustedes han estado colaborando junto a vuestras iglesias con esta labor de la compra de ese terreno, con ese edificio que ustedes vieron. El edificio nada más vale una cantidad de millones de dólares muy grande. No sé si está el reverendo José Benjamín Pérez por ahí. Como él sabe de números de construcción y precio de construcción, él dijo que el metro cuadrado estaba como a unos 200 dólares. ¿Y cuántos metros cuadrados tiene? 50 metros cuadrados por 200 son 10’000.000, por ahí. El puro edificio unos 10’000.000 de dólares, sin los muebles que tiene dentro; y solamente el edificio, sin contar las antenas y sin contar los edificios que están al lado; sin contar los demás edificios que están al lado de las antenas y cosas así. Así que Dios nos ha dado un terreno con un edificio, o un edificio con un terreno de 440.000 metros cuadrados. Y en ese lugar caben muchas personas; porque el problema que tenemos siempre, en todos los países, es que preparan un lugar grande, y al poco tiempo se llena, y hay que buscar uno más grande. Pero Dios ha provisto en Puerto Rico un lugar cómodo, tanto para preparar un edificio que quepan muchas miles de personas, como también para estacionamiento para las personas; porque un lugar de miles de personas necesita un estacionamiento de miles de personas también, y más en Puerto Rico. También en la República Mexicana el reverendo Andrés Cruz ha construido dos edificios juntos, y está construyendo o va a construir un tercer edificio junto también. Actualmente puede acomodar unas 20.000 personas; y con el otro que va a preparar serían de 8.000 a 10.000 personas más; alrededor de 25.000 a 30.000 personas. Y también en otros lugares están buscando terrenos y también lugar o edificios donde puedan reunirse cantidades grandes de personas; con uno que tengan en cada país se puede resolver para actividades grandes, porque a ese lugar pueden venir todas las personas de las demás ciudades y demás estados. Cuando llegue un tiempo del cual el reverendo William Branham dijo que será la Tercera Etapa, no sabemos si esa etapa se va a cumplir en un solo lugar o en muchos lugares, si es en muchos lugares vamos a usar lugares grandes; si no los tenemos, los vamos a alquilar; por lo tanto, ya están hechos: como estadios de fútbol o de béisbol o de baloncesto, o cosas así. Por lo tanto, no va a haber problemas en esa etapa que viene; va a cubrir a la Iglesia Novia; los escogidos que van a ser transformados; y va a cubrir también a las vírgenes insensatas, que son los creyentes en Cristo que no han nacido de nuevo; va a cubrir también al mundo entero, o sea, a todas las demás personas, a toda la humanidad; va a cubrir también por consiguiente al pueblo hebreo. El pueblo hebreo está esperando la venida de Elías. Elías vuelve (conforme a Malaquías, capítulo 4), para los hebreos, en su quinta manifestación, precursando la Venida del Mesías. En algunas ocasiones yo les he leído en el libro hebreo, un libro de los judíos titulado: “La religión de Israel”, en donde está escrito que Elías vendrá y precursará la Venida del Mesías. Por lo tanto, Israel está esperando a ese hombre, que será un hombre de este tiempo que aparecerá; e Israel lo reconocerá, porque reconocerá su Mensaje. Y al reconocer su Mensaje, haga o no haga señales, Israel con los rabinos reconocerán que ese es el Elías que ellos están esperando; y por consiguiente, reconocerán que ese es el tiempo para la Venida del Mesías, porque el precursor aparecerá primero. Ese misterio de la venida del precursor y de la Venida del Mesías es un misterio muy grande. El misterio de la Venida del Mesías es el que causó silencio en el Cielo como por media hora, en Apocalipsis, capítulo 8, verso 1. Encontramos que Israel está a la expectativa. Israel ha estado pasando por la etapa de restauración, pero todavía no está restaurado completamente, porque la restauración total colocará a Israel en el Reino de Dios, que es el Reino de David que será restaurado; o sea, colocará a Israel en la monarquía bajo un Rey, que será el Mesías Príncipe que Israel está esperando. Por lo tanto, estamos en el tiempo más glorioso de todos los tiempos, Israel está despertándose; y el pueblo de Dios, la Iglesia del Señor Jesucristo, también está despertando. Por lo tanto, trabajemos en la Obra de Cristo con entusiasmo y con amor, de todo corazón: vuestro galardón es grande en el Cielo. Yo le doy gracias a Dios por todos ustedes, porque ustedes son parte del equipo de trabajo del Programa de Dios correspondiente a este tiempo final. Para mí es un privilegio y bendición grande trabajar junto a ustedes en la Obra de Dios en este tiempo final, en la edad de la Piedra Angular, que es la Edad de Oro; y por consiguiente es la Edad que traerá la época de Oro para Israel, y también para todos los creyentes en Cristo. Estamos en el tiempo en que de un momento a otro podremos decir que para Israel está rayando el alba; cuando ellos vean y reciban a Elías estará rayando el alba para Israel, como rayaba el alba cuando Jacob se encontró con el Ángel del cual se agarró y no lo soltaba; aunque Jacob toda la noche estuvo agarrado de ese Ángel, pero cuando ya rayaba el alba, el Ángel tenía que irse. Y para este tiempo final, cuando esté rayando el alba, el Ángel tendrá que irse para la Cena de las Bodas del Cordero, para una gran fiesta; por lo tanto, oremos por Israel, oremos también por la Iglesia del Señor Jesucristo, para que pronto se complete, y Jesucristo como Sumo Sacerdote en el Cielo pueda completar Su labor, pueda levantarse del Trono de Intercesión, tomar el Título de Propiedad, abrirlo en el Cielo y hacer Su Obra de Reclamo: resucitar a los muertos creyentes en Él, en cuerpos glorificados, y transformarnos a nosotros los que vivimos. Yo necesito pronto esa transformación, esa es la adopción física. La adopción espiritual es cuando la persona recibe el Espíritu Santo y obtiene el nuevo nacimiento, viene a ser una nueva criatura, ha nacido de nuevo, ha nacido en el Reino de Dios. Cuando nacimos en esta Tierra, no nacimos en el Reino de Dios, nacimos en el reino de las tinieblas; pero cuando nacemos de nuevo, nacemos en el Reino de Dios, en el Reino de Luz, como hijos de Luz. Y ese nuevo nacimiento nos ha colocado en el Reino de Jesucristo, el Hijo de Dios: hemos sido trasladados del reino de las tinieblas al Reino de Luz. Y ahora, no somos hijos de ira, sino que somos hijos de bendición, de salvación; y pronto vamos a recibir el cuerpo en el cual vamos a vivir en el Reino de Jesucristo, que va a ser establecido en este planeta Tierra. Cuando tengamos ese cuerpo, estaremos adoptados físicamente; pero cuando la persona recibe el Espíritu de Cristo, ha sido adoptado espiritualmente como un hijo o una hija de Dios; pero nos falta la adopción física, que es la redención del cuerpo, para ser a imagen y semejanza de Jesucristo: primero recibimos la imagen, el cuerpo angelical; así como Jesús antes de tener el cuerpo físico, lo vemos en cuerpo angelical (esa es la imagen de Dios), el cuerpo angelical de Jesucristo, llamado: “El Ángel del Pacto”, o “Ángel de Jehová”. Y cada creyente en Cristo tiene un ángel, ese es su cuerpo angelical, esa es la imagen de la persona: el cuerpo angelical. Y esa imagen es a imagen de Dios, o sea, es a imagen del cuerpo angelical que Dios tiene; o sea, un cuerpo angelical, igual al cuerpo angelical de Dios; o sea, un ángel igual al Ángel de Jehová; y por consiguiente ese es el Ejército poderoso del Ángel de Jehová, del Ángel del Pacto, de Cristo: son los creyentes en Cristo nacidos de nuevo. Ese es el poderoso Ejército de Apocalipsis, capítulo 17, versos 14 al 15, del Ángel Fuerte, del Rey de reyes y Señor de señores. El mismo Ejército de Apocalipsis, capítulo 19, versos 11 al 21. Ese Ejército que viene en caballos blancos, vestidos de blanco: esa es la Iglesia del Señor Jesucristo, los miembros de la Iglesia de Jesucristo, por tanto en ese Ejército, y de ese Ejército yo soy uno, yo soy uno de ellos. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también. Y ese ejército cuando esté transformado estará vestido como el Rey de reyes y Señor de señores, con cuerpos inmortales y glorificados; y por consiguiente ninguna persona o nación le podrá hacer frente a ese Ejército, y vencerlo. En Apocalipsis, capítulo 17, versos 14 al 15, dice que el cordero vencerá al anticristo. También Apocalipsis, capítulo 19, versos 11 al 21; y también Segunda de Tesalonicenses, capítulo 1, versos 1 al 15. Por lo tanto, pertenecemos a un ejército que obtendrá la victoria en el Día Postrero, por lo tanto, la victoria está profetizada para ese Ejército. Es un privilegio pertenecer al Ejército celestial de Jesucristo, el Rey de reyes y Señor de señores. En el campo espiritual, ese Ejército con su General Jesucristo ha estado luchando, peleando, en contra del príncipe de las tinieblas y del ejército del príncipe de las tinieblas. Y luego cuando tengamos el cuerpo glorificado continuará la lucha, hasta que el enemigo de Dios sea atado, encadenado y echado en el infierno, en el abismo, conforme a Apocalipsis, capítulo 20, versos 1 al 3. Y luego tendremos un Reino Milenial, o sea, un Reino por mil años; eso solamente es la luna de miel, porque ese Reino no será destruido; en ese Reino es que la humanidad tendrá el progreso más grande de todos los tiempos, en donde la humanidad podrá alcanzar la inmortalidad física, y en donde todos conocerán a Dios, y en donde no habrá religiones paganas. Solamente habrá una forma para creer en Dios y adorar a Dios. Y el lugar para ir anualmente los reyes de la tierra, es Jerusalén: desde ahí vendrá la Palabra de Dios, de ahí vendrá la Voz de Dios para Israel y para todas las naciones, y de ahí vendrá la paz para Israel y todas las naciones. Cuando trabajamos en la Obra de Cristo, estamos trabajando en favor de la paz, porque la paz es establecida en el corazón de cada persona; y personas que tienen la paz de Dios en el alma, promueven la paz en medio de su ciudad y de su país, son portadores del mensaje de paz para que el ser humano pueda tener paz con Dios, y pueda estar en paz con Dios. Jesucristo dijo: “Mi paz os dejo, mi paz os doy; no como el mundo la da, Yo os la doy”. Vamos a leerlo tal y como Cristo lo dice aquí en esta versión, para que tengan las palabras exactas. Conforme a esta versión, capítulo 14, verso 27, dice: “La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”. Y ahora, con la paz que Cristo da se va el miedo; y la persona no se turba, sabe de dónde ha venido, porqué está aquí en la Tierra y hacia dónde va; por consiguiente conoce el Programa Divino, y sabe que va a ser establecido en el planeta Tierra el Programa de Dios en el Reino del Mesías, y los seres humanos conocerán a Dios. Dice: “Y aquel día el Señor será Rey sobre toda la Tierra”. La versión que tenemos dice: “Jehová será Rey sobre toda la Tierra, y Jehová será uno, y uno su Nombre”. Por lo tanto, el Monoteísmo obtendrá la victoria, y Jerusalén será el lugar, la ciudad de paz, y de donde saldrá la paz para todas las naciones y de donde saldrá la enseñanza de Dios para todas las naciones. Por lo tanto, tenemos que orar por Israel, tenemos que orar por Jerusalén, tenemos que orar por el pueblo hebreo, para que pronto venga el Reino de Dios a la Tierra, y sea establecido en la nación hebrea, y de ahí se extienda a todas las naciones ese Reino, y todas las naciones vengan a formar parte de ese Reino, y sobre todo las naciones latinoamericanas y caribeñas, las naciones del continente americano. Queremos que todas las naciones vengan a formar parte del Reino del Mesías. Por lo tanto, oramos para que así sea posible. Se está acercando el momento de la Redención de Israel, para volver a ser como era en el tiempo del Rey David y del Rey Salomón; aquel fue el tiempo de la edad de oro del pueblo hebreo, y esa edad de oro volverá en y con el Hijo de David, con un descendiente de David, con uno que se sentará en el Trono de David. Cristo por medio de Su Espíritu Santo dice en Apocalipsis, capítulo 3, verso 12; y Apocalipsis, capítulo 3, verso 21, Él dice (el del capítulo 3, verso 21): “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”. En la misma forma en que Jesús llegó al Trono de Dios y se sentó en el Trono de Dios, así llegará el Vencedor del Día Postrero al Trono de Cristo, que es el Trono de David, y se sentará con Cristo en Su Trono. Eso lo vamos a comprender completamente en un momento: ese momento será cuando lo veamos sentado en ese Trono, y entonces diremos: “Ahora comprendo lo que era dicho en los diferentes mensajes, con relación al que se sentaría con Cristo en Su Trono”. También hay muchas bendiciones para todos los ministros de todos los tiempos; y las bendiciones más grandes son para los de este tiempo. Aprecio y agradezco mucho la colaboración que ustedes han estado aportando, con vuestras oraciones y económicamente, para todo lo que se está realizando en Puerto Rico; lo cual será para beneficio de toda la Iglesia de Jesucristo y del pueblo hebreo, y también para las vírgenes insensatas, que van a creer en cierto momento. Esperamos tener a los Dos Olivos, esperamos tener a los Dos Ungidos con nosotros, en las actividades de Puerto Rico, y en las actividades que se lleven a cabo en esa Tercera Etapa, y en los demás países y también en Israel. Hice una pregunta en estos días, en un lugar… no recuerdo cuál fue. Yo creo que fue México. E hice la pregunta, cuando estaba hablando acerca del Holocausto, o sea, del genocidio que Hitler con su ejército llevó a cabo en contra del pueblo hebreo, y mostré que el tiempo de Moisés, en los días que nació Moisés, días antes hubo un edicto del rey (del faraón), para que las parteras hebreas y todas las parteras que atendían a las mujeres hebreas, cuando estuvieran atendiendo un parto de las hebreas, y vieran que el bebé que venía a nacer era varón, lo mataran, no lo dejaran nacer vivo; o si nacía vivo, que lo mataran también. También en esos días echaban al río a los niños varones (de los hebreos); y en el río lo que habían eran cocodrilos. Es que en el Cielo aparecen señales, y cuando Dios envía un mensajero para una edad, aparece esa señal en el Cielo, porque está aquí en la Biblia, y si está aquí en la Biblia tiene que estar en el Cielo también; porque el Zodiaco, todas esas estrellas, es la primera Biblia. Y si está aquí en esta Biblia escrita, está también allá; y por consiguiente ocurre algo en el Cielo: una señal. Y los magos, que eran astrólogos, que eran los científicos de aquel tiempo, veían esa señal. Y esa señal para el faraón y su reino le traería grandes problemas, porque serían libertados los hebreos y perderían a todos esos esclavos; y se preguntaban: “¿Y quién va a hacer los ladrillos después? ¿Quién va a hacer la mano de obra?”. Esa mano de obra de la construcción, la parte difícil o fuerte de la construcción. Es como si en nuestro tiempo todos los que trabajan en la construcción, dijeran: “Nos vamos toditos a otro país”. Se paraliza la construcción en los demás países. Y así iba a suceder en Egipto; y así sucedió. Para prevenir, fue aconsejado el faraón; porque para que haya un éxodo tiene que haber un líder en el cual esté el Espíritu de Dios dirigiendo todas las cosas, y tiene que ser un profeta. Por lo tanto, para que no apareciera ese profeta, ese líder, ese caudillo, ese libertador, para el tiempo en que tenía que nacer, el faraón mandó a matar a todos los niños; todo niño que nacería, nacería muerto, porque las parteras tenían que matarlo. Y por cuanto en esos días estaban echando los niños varones al río… vean ustedes, aun antes del nacimiento de Moisés y en los días de Moisés cuando nació, vamos a ver lo que nos dice aquí la Escritura. Si Benjie me puede ayudar por ahí donde dice que lo echaban al río. Éxodo 1 (ya lo tengo aquí a la mano), verso 15 en adelante, dice: “Y habló el rey de Egipto a las parteras de las hebreas, una de las cuales se llamaba Sifra, y otra Fúa, y les dijo: Cuando asistáis a las hebreas en sus partos, y veáis el sexo, si es hijo, matadlo; y si es hija, entonces viva. Pero las parteras temieron a Dios, y no hicieron como les mandó el rey de Egipto, sino que preservaron la vida a los niños. Y el rey de Egipto hizo llamar a las parteras y les dijo: ¿Por qué habéis hecho esto, que habéis preservado la vida a los niños? Y las parteras respondieron a Faraón: Porque las mujeres hebreas no son como las egipcias; pues son robustas, y dan a luz antes que la partera venga a ellas”. Ahí también muestra que las mujeres hebreas eran fuertes a causa de que estaban como esclavas, y tenían que trabajar duro; y el que trabaja duro, se pone fuerte; el que no trabaja y no hace ejercicio, es débil. “Y Dios hizo bien a las parteras; y el pueblo se multiplicó y se fortaleció en gran manera. Y por haber las parteras temido a Dios, él prosperó sus familias. Entonces Faraón mandó a todo su pueblo, diciendo: Echad al río a todo hijo que nazca, y a toda hija preservad la vida”. Edicto o sentencia de muerte para todos los varones. El faraón esperaba, ungido por el espíritu del maligno, que el libertador muriera en el río comido por un cocodrilo. Los reyes, los faraones, de aquel tiempo tenían sus magos para estudiar el cielo y ver las señales, y ver para que todo le viniera bien a su reino. Pero cuando se trata de un Programa Divino, no hay mago, ni brujo, ni adivino que pueda destruir ese Programa, no lo pueden evitar; porque contra Dios y Su pueblo no hay adivino, ni mago. Dios lleva a cabo lo que Él prometió. Ahora, vean porqué vino la muerte para los niños varones: porque para aquel tiempo tenía que nacer el libertador, pues era el tiempo para que naciera, porque ya el tiempo de la liberación estaba llegando. Antes de llegar el momento de la liberación, el instrumento que Dios va a usar, tiene que estar presente y ya estar grande para Dios usarlo. En los días de Jesús, el rey Herodes mandó a matar a todos los niños de dos años hacia abajo, porque los magos le dijeron que la estrella que anunciaba al Mesías, ya llevaba dos años apareciendo. ¿Ven? En las estrellas aparece la señal del nacimiento del Libertador. Por lo tanto, en el tiempo de Moisés fue igual. En el tiempo de Jesús, el diablo, Satanás, estaba buscando al Mesías para matarlo, estaba buscando al Libertador, el que sacaría de la esclavitud a todos los hijos e hijas de Dios que estaban esclavizados en el reino de las tinieblas, en el reino del faraón, el diablo. Y ahora, siendo que el pueblo hebreo ha pasado por diferentes persecuciones, las cuales el diablo, usando diferentes instrumentos, ha lanzado en contra del pueblo hebreo, ¿cuál ha sido el motivo? Por cuanto la promesa de Dios para la Venida de Su Reino a la Tierra es para ser cumplida con el pueblo hebreo, el diablo no quiere que exista el pueblo hebreo. También el diablo sabe que el Libertador va a estar en la Tierra y él no sabe dónde nacerá ese Libertador, pero sabe que será del pueblo hebreo; por lo tanto trata de destruir al pueblo hebreo, para que no aparezca ese Libertador. Las persecuciones antes del tiempo de Hitler contra el pueblo hebreo han sido tratando de destruir al que vendrá para el pueblo hebreo, y tratando de destruir la línea, la ascendencia a través de la cual vendrá. Y ahora, nos preguntamos: para el tiempo de Hitler, del 39 al 45, el diablo con su ejército toma a Hitler y al ejército de Hitler para destruir al pueblo hebreo, para acabar con el pueblo hebreo. ¿Pero qué estaba buscando? Estaba buscando a una persona. Recuerden que en Alemania también tienen muchos adivinos (y en aquel tiempo más), y magos, y personas que estudian las estrellas; y para ese tiempo de seguro vieron alguna señal. Para el día de Moisés murieron muchos niños, para el tiempo de Jesús murieron muchos niños, porque Herodes estaba buscando a uno solo, pero como no sabía quién era, entonces acabó con todos los niños de Belén. Y para el tiempo de Hitler, pues entonces Hitler inspirado por el príncipe de las tinieblas, y cada soldado ungido por un espíritu de las tinieblas, trataron de exterminar al pueblo hebreo; porque si lo exterminaban, el Reino de Dios no podría ser establecido, porque con ese pueblo es que Dios tiene el Pacto para establecer Su Reino, que será la restauración del Reino de David. O sea, que las grandes persecuciones han sido en contra del pueblo hebreo, para evitar que se cumpla la promesa de la restauración del Reino de David. Y el diablo, el príncipe de las tinieblas con su ejército de las tinieblas, ha usado personas y ha usado grupos de personas, y ha usado líderes políticos y religiosos para levantarse en contra del pueblo hebreo, y destruir al pueblo hebreo. Destruyendo al pueblo hebreo, también han destruido otras personas que no son del pueblo hebreo; pero la meta siempre ha sido el exterminio del pueblo hebreo, porque es el único pueblo que tiene la promesa de ser el pueblo con el cual Dios establecerá Su Reino para gobernar sobre todas las naciones. Por eso Israel es la nación o pueblo primogénito de Dios. Por eso Dios dijo: “Israel es mi hijo, mi primogénito”. Éxodo, capítulo 4, verso 21 al 25. Por lo tanto, en este tiempo, en algún lugar tienen que estar los personajes que Israel está esperando; y eso Israel lo sabe. Oí decir que en un país (no quiero mencionar el nombre del país), un rabino dijo que el que ellos están esperando, ya tiene que estar en la Tierra; y aun más, dijo: “Ya debe tener canas”. O sea, que ellos no están esperando un jovencito. ¿Qué sabrán ellos que no lo han dado a conocer a los gentiles? ¿Será que ellos también vieron esa señal? ¿Qué saben acerca de esa señal en el Cielo? Porque de Israel saldrá la Estrella. Si salió allá en aquel tiempo de Jesús, en el tiempo de Moisés tuvo que verse alguna señal también en las estrellas; y del 39 al 45 tiene que haberse visto alguna señal en el Cielo. Y aun para la resurrección espiritual de la Iglesia, la restauración de la Iglesia, también en el Cielo se vieron señales: los planetas puestos en línea, y entonces se veía una gran estrella. Eso fue en el siglo pasado, de la mitad del siglo pasado en adelante, de ahí en adelante se vieron esas señales; y aun de seguro se vieron antes de eso también otras señales. Recuerden que antes de nacer la Iglesia el Día de Pentecostés, nació Jesús; la señal del Mesías tuvo que aparecer primero. Bueno, algún día vamos a saber qué señales se vieron en el Cielo en las estrellas del año 39… vamos a decir: De la década del 30 a la década del 40. Cada uno busque información sobre eso, y en alguna reunión de ministros usted la pasa a Salomón y Kélita, o a Bermúdez, o a todos nos pasa una copia. No lo traiga de boca, porque después cuando lo va a hablar se le puede olvidar; tráigalo escrito y la cita de dónde lo sacó; y aun si puede traer el libro, tráigalo también. No sé si Salomón les dijo que hay un libro de un rabino que fue escrito en el año 1250 o 1260 y algo, por ahí; 1290 (por ahí), que habla de muchas cosas que estarían sucediendo. Salomón fue el que escuchó bien, porque el que habló, el que dictó la conferencia, no la dictó en español, la dictó en portugués; y Salomón la entendió bien. Así que él les explique lo que fue dicho de ese libro, y de algún otro libro; y de lo que estarían esperando los hebreos. Fue también como una profecía, ¿verdad? Que él dio; o la toman en la actualidad como una profecía. Por lo tanto, voy a dejar a Salomón, al reverendo Salomón Cunha para que él continúe, y les puede refrescar la memoria, porque ayer me parece que les dijo algo. Y si conseguimos el libro, o aunque sea una copia, vamos a leerla y a pasarles a ustedes también la información. En la conferencia fue dicho que en ese libro estaba escrito que las tribus perdidas, las 10 tribus, se habían ido ¿hacia dónde Salomón? Para el Brasil. Así que ese libro es muy importante y es bueno investigar dónde, en qué biblioteca hay un libro de esos, para ver si nos pueden hacer llegar información sobre el contenido de ese libro, o si nos regalan alguno. Lo vamos a usar bien, eso lo garantizamos. Bueno, vamos a dejar al reverendo Salomón Cunha con ustedes nuevamente. Salomón los mantiene a ustedes sentados y se les entumen las piernas, ¿verdad? Y ahora, pues de pie uno puede mover las piernas, como yo puedo hacerlo; y así, pues, pudieron estar unos minutos de pie, como yo estoy, para experimentar lo bueno que es estar de pie. Si usted va a las actividades allá en el muro de los lamentos, quizás muy pocas personas estén sentados en ciertas áreas (si hay sillas), el resto está de pie, de pie caben más personas, ocupan menos espacio; y el tiempo se pasa volando. Y otra cosa: a casi nadie le da sueño, porque al que le dé sueño, se cae. Así que, es muy bueno estar de pie escuchando la Palabra de Dios. Miren, algunas veces decimos: “Vamos a estar puestos en pie para leer la Escritura, la Palabra de Dios. Vamos a estar en pie para oír la Palabra de Dios”. Y cuando se trae el Mensaje, estamos oyendo la Palabra de Dios también; y hemos estado de pie, y se nos ha ido el tiempo volando, no me dio tiempo ni para decirles que tomaran asiento. Bueno, ha sido una bendición para mí estar con ustedes, dándoles testimonio de la Palabra de Dios. Que Dios les continúe bendiciendo a todos, les guarde y les prospere espiritualmente y materialmente, y les use grandemente en Su Obra en este tiempo final. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén y amén. Con nosotros el reverendo Salomón Cunha nuevamente. Nos veremos mañana, Dios mediante, en la mañana. Oren mucho por mí, por Erica (mi esposa), por Salomón, por Kélita, y por todos los que trabajan en la Obra del Señor. Oren mucho por Miguel, y oren mucho por todos los pastores y por todas las congregaciones; también por las esposas de los pastores, para que sean trabajadoras en la Obra de Cristo, brazo a brazo con sus esposos, que sean de bendición para el ministro y para toda la congregación. Que Dios les bendiga y les guarde a todos. “PALABRAS DE SALUDO”.