--- title: 'El último tiempo' date: 2006-04-19 activity: 1 place: city: New York state: New York country: US duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes; es una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Para lo cual leemos en Primera de Juan, capítulo 2; dice verso 18 en adelante: “*Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo.* *Salieron de nosotros, pero no eran de nosotros; porque si hubiesen sido de nosotros, habrían permanecido con nosotros; pero salieron para que se manifestase que no todos son de nosotros.* *Pero vosotros tenéis la unción del Santo, y conocéis todas las cosas.* *No os he escrito como si ignoraseis la verdad, sino porque la conocéis, y porque ninguna mentira procede de la verdad.* *¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo.* *Todo aquel que niega al Hijo, tampoco tiene al Padre. El que confiesa al Hijo, tiene también al Padre.* *Lo que habéis oído desde el principio, permanezca en vosotros. Si lo que habéis oído desde el principio permanece en vosotros, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre.* *Y esta es la promesa que él nos hizo, la vida eterna.”* Que Dios bendiga nuestros corazones con Su Palabra y nos permita entenderla. Nuestro tema para esta ocasión es lo que dice el Apóstol Juan: “Ya es el último tiempo.” “**EL ÚLTIMO TIEMPO.”** Juan el Apóstol señala que ya en aquellos días era el último tiempo. Siendo que él dice que ya es el último tiempo, aquél tiempo en que él estaba viviendo, entonces esto se refiere a los días postreros; como nos dice el Apóstol San Pablo en Hebreos, capítulo 1\*, versos 1 al 3, donde dice: “*Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,* *en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.”* Y ahora, San Pablo dice que aquellos días en que Jesús estuvo en la Tierra eran los días postreros. Los días postreros también son señalados por el profeta Joel en el capítulo 2, donde dice hablando acerca de los postreros días... capítulo 2, versos 28 al 32 de Joel: “*Y después de esto derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y profetizarán vuestros hijos y vuestras hijas; vuestros ancianos soñarán sueños, y vuestros jóvenes verán visiones.* *Y también sobre los siervos y sobre las siervas derramaré mi Espíritu en aquellos días.* *Y daré prodigios en el cielo y en la tierra, sangre, y fuego, y columnas de humo.* *El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová.* *Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo; porque en el monte de Sion y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual él habrá llamado.”* Y ahora, nos habla Dios acerca de este tiempo final, y cuando nos habla del tiempo final o de los días postreros, vean, desde aquellos días de los Apóstoles, ya se estaba viviendo en los días postreros. Vean aquí en el libro de los Hechos, San Pedro hablando, dice capítulo 2, versos 15 en adelante (eso fue el Día de Pentecostés), dice: “*Porque éstos no están ebrios , como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día.* *Mas esto es lo dicho por el profeta Joel:* *Y en los postreros días, dice Dios,* *Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne,* *Y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán;* *Vuestros jóvenes verán visiones,* *Y vuestros ancianos soñarán sueños;* *Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días* *Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.* *Y daré prodigios arriba en el cielo,* *Y señales abajo en la tierra,* *Sangre y fuego y vapor de humo;* *El sol se convertirá en tinieblas,* *Y la luna en sangre,* *Antes que venga el día del Señor,* *Grande y manifiesto;* *Y todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo.”* Aquí nos habla de un tiempo glorioso de salvación, en donde las personas estarán invocando el Nombre del Señor. Por lo tanto, el Nombre del Señor para salvación estará siendo invocado por todas las personas que estarán escuchando la predicación del Evangelio de Jesucristo nuestro Salvador. Por lo tanto, nos habla de un tiempo, el cual es un ciclo divino de salvación y Vida eterna, porque se estará predicando la salvación y Vida eterna en el Nombre del Hijo de Dios, en el Nombre del Señor; y por consiguiente en ese Nombre habrá salvación, porque el nombre Jesús significa: “Salvador.” \[Hechos 4:12\] “Y no hay otro Nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que podamos ser salvos.” Y ahora, viendo que los días postreros son nada menos que los milenios postreros de Cristo hacia acá, Cristo tuvo Su ministerio en el quinto milenio y comenzaron los días postreros cuando comenzó el quinto milenio. Delante de Dios son los días postreros, para los seres humanos son los milenios postreros; y por consiguiente hay Misericordia de parte de Dios para todos aquellos que reciben a Cristo como su único y suficiente Salvador. Ahora, de los días postreros hay uno que es el Día Postrero. ¿Ven? De los días postreros delante de Dios, así como para los seres humanos, los días postreros de la semana son jueves, viernes y sábado, los tres días postreros. Pero de esos tres días postreros hay uno que es el último el día postrero, que es el sábado. Y ahora, delante de Dios, “un día delante de Dios es como mil años para los seres humanos.” Segunda de Pedro, capítulo 3, verso 8; y el Salmo 90, verso 4, el cual es un salmo del profeta Moisés. Y ahora, la raza humana ha estado viviendo de Cristo hacia acá en los días postreros, los milenios postreros para los seres humanos; y delante de Dios los días postreros. Y de los días postreros delante de Dios, el último de esos días postreros es el séptimo milenio de Adán hacia acá, que también es el tercer milenio de Cristo hacia acá . Ya han transcurrido dos mil años de Cristo hacia acá, y por consiguiente ya estamos en el tercer día de los tres días postreros, el tercer día de los días postreros delante de Dios, que para los seres humanos es el tercer milenio de Cristo hacia acá. Y ahora, de los días postreros, ahora hemos entrado al Día Postrero, al último de esos días postreros ante Dios, que es el último milenio de esos siete milenios de Adán hacia acá, y tres milenios de Cristo hacia acá. Y ahora, estamos en el último de los días postreros para ser parte del Programa que Dios tiene para este tiempo final. Conforme al calendario gregoriano ya estamos dentro del Día Postrero por seis años, y por consiguiente las cosas que Dios ha dicho que va a realizar en el Día Postrero, las ha comenzado a realizar y continuará realizando todo lo que corresponde al Día Postrero, al tercer milenio de Cristo hacia acá. Y ahora, estamos en pleno Día Postrero, ya comenzó y somos bienaventurados en vivir en el Día Postrero donde Dios va a cumplir todas las cosas correspondientes a este tiempo final. Estamos en el último tiempo. De los últimos tiempos, en el último, en el milenio postrero. Vean lo que le dice el Arcángel Gabriel al Profeta Daniel en el capítulo 8, versos 15 en adelante, dice: “*Y aconteció que mientras yo Daniel consideraba la visión y procuraba comprenderla, he aquí se puso delante de mí uno con apariencia de hombre.* *Y oí una voz de hombre entre las riberas del Ulai, que gritó y dijo: Gabriel, enseña a éste la visión.* *Vino luego cerca de donde yo estaba; y con su venida me asombré, y me postré sobre mi rostro. Pero él me dijo: Entiende, hijo de hombre, porque la visión es para el tiempo del fin.”* Esta visión es para el tiempo del fin. Es lo que le dice: “*Mientras él hablaba conmigo, caí dormido en tierra sobre mi rostro; y él me tocó, y me hizo estar en pie.* *Y dijo: He aquí yo te enseñaré lo que ha de venir al fin de la ira; porque eso es para el tiempo del fin.”* Y ahora, nosotros estamos viviendo en el último tiempo, estamos viviendo en el último de los días postreros, y por consiguiente estamos viviendo en el Día Postrero delante de Dios, que es el milenio postrero, el séptimo milenio desde Adán hacia acá o tercer milenio de Cristo hacia acá. Este es el milenio más glorioso de todos, porque este es el milenio en el cual los escogidos de la Iglesia de Jesucristo, los que faltan, serán llamados y juntados en el Cuerpo Místico de Jesucristo; y Cristo completará Su Obra de Intercesión en el Cielo, se levantará del Trono del Padre, tomará el Título de Propiedad y hará Su Obra de Reclamo, resucitando a los muertos creyentes en Él en cuerpos glorificados, y transformando a los que estarán vivos, creyentes en Cristo nacidos de nuevo. Y por consiguiente llegarán los miembros de la Iglesia de Jesucristo a la glorificación, llegarán a ser a imagen y semejanza de nuestro amado Señor Jesucristo. Se ha estado predicando por dos mil años el Evangelio de Cristo y se ha estado anunciando la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario, y también se ha estado anunciando la Segunda Venida de Cristo, anunciando que Él vendrá, que Él retornará. Y ahora, para este tiempo final se va a completar la Obra de Intercesión de Cristo en el Cielo, y Él va a cumplir Su Venida. El Señor Jesucristo está como Sumo Sacerdote en el Cielo, Él también es el Cordero de Dios, pero Él cuando concluya Su labor de Sumo Sacerdote en el Cielo, de Intercesor, de Abogado, se convertirá en el León de la Tribu de Judá, el Rey de reyes y Señor de señores, para hacer Su Obra de Reclamo, y reclamar todo lo que Él ha redimido con Su Sangre preciosa, reclamar a todos los que lo han recibido como Salvador, si han muerto resucitarlos en cuerpos glorificados, eternos, inmortales, como el cuerpo glorificado que tiene nuestro amado Señor Jesucristo. Y a los que vivimos, transformarnos y darnos la inmortalidad física, dándonos un cuerpo nuevo y glorificado, y joven para toda la eternidad. Ésa es la clase de cuerpo que yo necesito. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también. Conscientes de que estamos en el último tiempo, y de los días postreros o tiempos postreros (el último de ellos), los que todavía no han recibido a Cristo. Si oyes hoy Su Voz, no endurezcas tu corazón, Él te está llamando porque tú eres un hijo o una hija de Dios, y tu nombre está escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida, y por esa causa estás escuchando la predicación del Evangelio de Jesucristo, Dios por medio de Jesucristo te ha traído para escuchar la predicación del Evangelio de Cristo. Y tú que estás a través de internet o del satélite en estos momentos escuchando, es porque tu nombre está escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida, y Dios te ha traído para escuchar Su Evangelio y que nazca la fe de Cristo en tu alma, y lo recibas como tu único y suficiente Salvador. Él está llamando y juntando Sus últimos escogidos en este tiempo, porque estamos en el último tiempo, estamos ya en el Día Postrero, séptimo milenio de Adán hacia acá o tercer milenio de Cristo hacia acá. Por lo tanto, si oyes hoy Su Voz, no endurezcas tu corazón, tú eres una oveja del Señor y Él te está llamando para darte Vida eterna. Por lo tanto, no te detengas; no te detengas sino recíbelo como tu único y suficiente Salvador. Él es nuestra única esperanza. “**EL ÚLTIMO TIEMPO.”** Ya estamos en el último tiempo. Desde los días de los apóstoles ya la humanidad estaba en el último tiempo. La Dispensación de la Gracia está dentro del último tiempo. Por lo tanto, la Dispensación de la Gracia y la Dispensación del Reino corresponden al último tiempo. Y lo último del último tiempo, es nuestro tiempo, bajo el séptimo milenio de Adán hacia acá o tercer milenio de Cristo hacia acá, donde se está haciendo un entrelace dispensacional. Por lo tanto, en este último tiempo millones de seres humanos han recibido a Cristo como su único y suficiente Salvador. Y yo he sido uno de ellos. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también. Si hay alguno que todavía no ha recibido a Cristo como Salvador y ha nacido la fe de Cristo en su alma, y ha comprendido que no hay otra esperanza para usted sino Jesucristo, puede recibirlo en estos momentos, pues ya nació la fe de Cristo en su alma y ahora tiene la oportunidad de dar testimonio público de su fe en Cristo, recibiéndolo como su único y suficiente Salvador, para lo cual puede venir acá al frente y yo oraré por usted para que Cristo le reciba. Y los que están a través de internet o del satélite también pueden venir a los Pies de Cristo si todavía no lo han hecho en alguna ocasión. YA ES EL ÚLTIMO TIEMPO. Las profecías que dio el Arcángel Gabriel al profeta Daniel en este capítulo del cual leímos, le fue dicho a Daniel en el capítulo 8, verso 19: “*Y dijo: He aquí yo te enseñaré lo que ha de venir al fin de la ira; porque eso es para el tiempo del fin.”* Y ahora, viviendo nosotros en el último tiempo, no podemos hacer otra cosa sino asegurar nuestro futuro eterno con Jesucristo nuestro Salvador. Pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo los que faltan por venir. Y los que están a través de internet o del satélite también pueden venir a los Pies de Cristo, para asegurar vuestro futuro eterno con Cristo en Su Reino. Es un asunto de Vida eterna recibir a Cristo como único y suficiente Salvador. Dios tiene mucho pueblo aquí en la ciudad de New York, Dios tiene mucho pueblo entre los latinoamericanos también, y los está llamando. Es que hay muchos nombres de latinoamericanos escritos en el Cielo en el Libro de la Vida. Y no lo saben ellos, hasta que escuchan la predicación del Evangelio de Cristo y llega esa Palabra *acá* al alma de la persona. Vamos ya a orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo. Si falta alguna persona, puede venir. Vamos a estar puestos en pie. Los que están en otras naciones, pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo los que faltan por venir para ya orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo. Vamos a levantar nuestras manos al Cielo a Cristo, vamos a cerrar nuestros ojos los que están aquí presentes y los que están a través de internet, y los que han venido a los Pies de Cristo repitan conmigo esta oración: ***Señor Jesucristo, vengo a Ti habiendo escuchado la predicación de Tu Evangelio, ha nacido Tu fe en mi corazón, creo en Ti, creo en Tu Nombre, creo en Tu Primera Venida y creo en Tu muerte como el Sacrificio de la Expiación por mis pecados. Reconozco que no hay otro nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que podamos ser salvos. Reconozco que soy pecador y necesito un Salvador.*** ***Señor Jesucristo, doy testimonio público de mi fe en Ti y Te recibo como mi único y suficiente Salvador. Salva mi alma, Te lo ruego. Perdona mis pecados y con Tu Sangre límpiame de todo pecado, y bautízame con Espíritu Santo y Fuego, luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre, y sea producido así el nuevo nacimiento en mí. Quiero nacer en Tu Reino eterno, quiero nacer a la Vida eterna, quiero entrar a Tu Reino, quiero vivir Contigo por toda la eternidad. Me rindo a Ti, me entrego a Ti en alma, espíritu y cuerpo; y Te ruego me salves. Salva mi alma, Señor, Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso. Señor Jesucristo. Amén y amén.*** Y ahora con nuestras manos levantadas al Cielo a Cristo, decimos: **¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén y amén.** Ya Cristo les ha recibido en Su Reino, y ahora ustedes me dirán: “Ya le recibí como mi único y suficiente Salvador, pues Él dijo: *‘Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.* *El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.’* Escuché la predicación de Su Evangelio, nació la fe de Cristo en mi alma, creí y lo recibí como mi Salvador. Pero me falta ser bautizado en agua en Su Nombre.” Y ustedes me preguntarán: “¿Cuándo me pueden bautizar?” Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, bien pueden ser bautizados en agua en estos momentos. ¿Hay agua? Hay agua, hay bautisterio. Bien pueden ser bautizados en agua en estos momentos. ***Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.*** ***Y a vuestros familiares Cristo los traiga a Sus Pies y les dé también la salvación y Vida eterna. En el Nombre del Señor Jesucristo, para que así estén con ustedes en el Reino de Cristo por toda la eternidad.*** ¿Hay ropas bautismales también? Hay ropas bautismales también. ¿Hay ministros que les bautizarán? Hay ministros también que les bautizarán. ¿Hay personas que les ayudarán también? Hay personas que les ayudarán a llegar a donde están los vestidores de ropa y cuidarán también de vuestras ropas. Por lo tanto, bien pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Ha sido para mí un privilegio y bendición grande estar con ustedes en esta ocasión. Muchas gracias por vuestra amable atención. Y que Jesucristo les continúe bendiciendo a todos. Dejo nuevamente al reverendo Carlos para indicarles hacia dónde caminar, para colocarse las ropas bautismales y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Que Dios les bendiga y les guarde a todos. “**EL ÚLTIMO TIEMPO.”**