--- title: 'Los Benditos De Dios' date: 2005-11-16 activity: 1 place: La Piramida city: Santa Cruz de la Sierra state: Santa Cruz country: BO duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenos días, amables amigos y hermanos presentes, y los que están a través de internet o del satélite en diferentes países de la América Latina, del Caribe, de Norteamérica, del Canadá, del Japón, del África y demás naciones. Para esta ocasión leemos en el Génesis, capítulo 14, verso 17 en adelante (eso fue cuando Abraham libertó a Lot y su familia que habían sido llevados cautivos), dice: “*Cuando volvía de la derrota de Quedorlaomer y de los reyes que con él estaban, salió el rey de Sodoma a recibirlo al valle de Save, que es el Valle del Rey.* *Entonces Melquisedec, rey de Salem y sacerdote del Dios Altísimo, sacó pan y vino; y le bendijo, diciendo: Bendito sea Abram del Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra; y bendito sea el Dios Altísimo, que entregó tus enemigos en tu mano.* *Y le dio Abram los diezmos de todo.* *Entonces el rey de Sodoma dijo a Abram: Dame las personas, y toma para ti los bienes. Y respondió Abram al rey de Sodoma: He alzado mi mano a Jehová Dios Altísimo, creador de los cielos y de la tierra.”* Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. “**LOS BENDITOS DE DIOS.”** Los benditos de Dios son aquellos que han sido bendecidos, ¿por quién? Por Dios. Para cada edad y cada dispensación está la bendición de Dios correspondiente a cada tiempo. Algunas personas desean recibir la bendición de Dios sin ubicarse en la dispensación que corresponde para el tiempo en que la persona está viviendo, y sin ubicarse en la edad que corresponde a ese tiempo; y por consiguiente claman por la bendición de Dios y la bendición de Dios no llega, porque no tienen la revelación del tiempo en que están viviendo. Por lo tanto, es necesario tener la revelación divina del tiempo en que la persona está viviendo para poder tener la fe, la revelación, para obtener las bendiciones de Dios y ser así los benditos de Dios. Por ejemplo, una persona quiere nacer de nuevo, quiere entrar al Reino de Dios, pero si no sabe cómo, ni en qué dispensación es que Dios lleva a cabo el nuevo nacimiento de las personas, se coloca bajo la Dispensación de la Ley y nunca va a obtener el nuevo nacimiento. ¿Por qué? Porque esa bendición de Dios es para la Dispensación de la Gracia. Y por consiguiente, para obtener esa bendición hay que escuchar la predicación del Evangelio de Cristo, tiene que nacer la fe de Cristo en el alma de la persona. “Porque la fe viene por el oír la Palabra de Dios (el Evangelio de Cristo).” “Y con el corazón se ceee para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.” \[Romanos 10:10\] Y nace la fe de Cristo en el alma de la persona, la persona cree en Cristo, porque nació la fe de Cristo en su alma y recibe a Cristo como su único y suficiente Salvador, y pide a Cristo perdón por sus pecados, Cristo lo perdona y con Su Sangre lo limpia de todo pecado, es bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego, y produce en la persona el nuevo nacimiento, y le da la bendición del bautismo del Espíritu Santo, y por consiguiente la bendición del nuevo nacimiento. ¿Ven tan sencillo que es? Pero la persona tiene que ubicarse en la dispensación correspondiente a esa bendición de Dios. Ahora, desde la muerte de Cristo en la Cruz del Calvario se abrió la Dispensación de la Gracia, y por consiguiente se detuvo también la semana número setenta; y en esta brecha que hay en la mitad de la semana número setenta está la Dispensación de la Gracia, en donde Dios está derramando Sus bendiciones sobre toda persona que recibe a Cristo como su único y suficiente Salvador. Y así es como la bendición de Abraham ha pasado a los gentiles y ha estado llamando de entre los gentiles un pueblo para Su Nombre. Toda persona que se ubica bajo una dispensación que ya pasó, no puede recibir las bendiciones de Dios para ese tiempo en que está viviendo; y las bendiciones que eran para una dispensación pasada, no las puede recibir tampoco, porque eso correspondía a la dispensación pasada. Ahora vean, aquí tenemos palabras del Apóstol San Pablo en donde él nos habla de estas verdades divinas; por ejemplo, él nos habla en Gálatas y nos dice que los que están bajo la Ley están bajo maldición \[Gálatas 3:10-14 \]. ¿Por qué? Porque están colocados en una dispensación que ya pasó; y en la Dispensación de la Ley nadie pudo guardar la ley. Por lo tanto, ahora bajo la Dispensación de la Gracia es que las personas pueden obtener las bendiciones de Dios por gracia, no por méritos humanos sino por la fe en Cristo; y a través de Cristo obtenemos todas esas bendiciones que están en la Biblia. Y ahora, esas bendiciones de Dios han pasado del pueblo hebreo a la Iglesia del Señor Jesucristo; así como la bendición que era para Manasés - la cual fue hablada cuando Jacob colocó la mano derecha sobre la cabeza de Efraín y la mano izquierda sobre la cabeza de Manasés. Vean, la bendición de la mano derecha es la Bendición de la Primogenitura, la bendición más grande, y pasó a Efraín; y Efraín tipifica a la Iglesia del Señor Jesucristo y Manasés representa al pueblo hebreo. Y ahora, la bendición ha pasado, la bendición de Abraham ha pasado a los gentiles y de entre los gentiles ha estado llamando un pueblo para Su Nombre, un pueblo que ha obtenido el nuevo nacimiento y por consiguiente ha venido a formar parte de la Iglesia del Señor Jesucristo. Un pueblo que es celestial, porque su nacimiento es del Cielo, por medio del nuevo nacimiento; porque el nuevo nacimiento no es terrenal sino celestial, y por eso nuestra ciudadanía está ¿dónde? En el Cielo, porque es del Cielo que hemos nacido. Y ahora, encontramos que este pueblo que forma la Iglesia de Jesucristo y que por consiguiente son las piedras vivas de las cuales nos habla San Pedro, en Primera de Pedro, capítulo 2, versos 4 al 10. Estas piedras vivas que son colocadas en la Iglesia del Señor Jesucristo, en el Templo Espiritual de Cristo, vean, están formando un Templo Espiritual, y cada piedra es colocada en el lugar que le corresponde. Hay piedras que corresponden al lugar santo, a algunas de esas siete etapas de la Iglesia y hay otras que corresponden al Lugar Santísimo, y esas corresponden a la parte más importante del Templo Espiritual de Jesucristo. Así como construyó Moisés el tabernáculo y el rey Salomón construyó el templo, en donde encontramos que hay un atrio, lugar santo y lugar santísimo. Y el lugar santísimo está en el Oeste. Esa es la parte más importante del tabernáculo que construyó Moisés y del templo que construyó el rey Salomón, porque ese es el lugar donde está el arca del pacto, las tablas de la Ley, la vara de Aarón que reverdeció, el maná en una vasija de oro (ahí hay un maná escondido que no se corrompe); y en el lugar santísimo San Pablo nos habla también del incensario con el cual entraba el sumo sacerdote una vez al año. Y ahí es el lugar donde está, sobre el arca del pacto, el propiciatorio que es de oro puro con dos querubines de oro, uno a cada lado, que viene a ser la tapa del arca del pacto. Y de en medio de los dos querubines de oro está manifestada la presencia de Dios en la Nube de Luz o de Fuego; y por consiguiente ese es el Trono de Dios en el Templo .Y todo eso está conforme al Orden del Templo Celestial. Por eso le fue dicho a Moisés que lo hiciera todo, que hiciera esa construcción de acuerdo al modelo que le fue mostrado en el monte. Y ahora, Jesucristo en el Nuevo Testamento está construyendo un Templo Espiritual, nos dice San Pablo. Y ahora, así como el Nombre de Dios estaba en el tabernáculo que construyó Moisés y luego en el templo que construyó el rey Salomón, y en donde estaba el Nombre de Dios, eran bendecidos los miembros del pueblo de Dios; porque la bendición de Dios tiene que ver con el Nombre de Dios. Y ahora, veamos aquí la orden dada a Moisés para Moisés transmitirla a Aarón, su hermano, con relación a la bendición. Vean aquí en Números, capítulo 6, verso 22 en adelante, 22 al 27, dice: “*Jehová habló a Moisés, diciendo: Habla a Aarón y a sus hijos y diles: Así bendeciréis a los hijos de Israel, diciéndoles: Jehová te bendiga, y te guarde; Jehová haga resplandecer su rostro sobre ti, y tenga de ti misericordia; Jehová alce sobre ti su rostro, y ponga en ti paz. Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré* (si no es colocado el Nombre de Dios sobre el pueblo, no puede venir bendición). *Y pondrán mi nombre sobre los hijos de Israel, y yo los bendeciré.”* Y ahora, encontramos en el Nuevo Testamento que el Nombre de Dios está en la Iglesia del Señor Jesucristo. Cristo dijo: “Yo he venido en Nombre de mi Padre.” \[San Juan 5:23\] Y ahora por cuanto Cristo está en Su Iglesia - Él dijo: “Yo estaré con vosotros hasta el fin del mundo,” en San Mateo, capítulo 28. Y ahora, estando Cristo en medio de Su Iglesia la bendición ha pasado del pueblo hebreo a los gentiles, a la Iglesia del Señor Jesucristo. Esa es la bendición de Abraham, la bendición divina, la bendición de Dios; y aquellos que tienen esa bendición de Dios y tienen por consiguiente el Espíritu de Cristo, son los que forman la Iglesia del Señor Jesucristo, y por consiguiente son los benditos de Dios. Es la bendición más grande ser un miembro de la Iglesia del Señor Jesucristo, esa persona ha recibido el Espíritu de Cristo, ha obtenido el nuevo nacimiento, ha obtenido un cuerpo angelical de la sexta dimensión; y por eso cuando un creyente en Cristo nacido de nuevo muere va a vivir al Paraíso en ese cuerpo angelical; y espera allí con los santos que están allí, esperan hasta la resurrección de los muertos en Cristo que ocurrirá cuando Cristo haya completado Su Iglesia. Cristo no puede salir del Trono de Intercesión donde está como Sumo Sacerdote en el Cielo, hasta que haya redimido hasta el último escrito en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero. Y por eso ordenó que se predicara el Evangelio a toda criatura en el mundo entero. “Y el que creyere y fuere bautizado será salvo, más el que no creyere será condenado.” \[San Marcos 16:15-16\] Se predica el Evangelio para que nazca la fe de Cristo en el alma de las personas, y crean y reciban a Cristo como su único y suficiente Salvador, y arrepentidos de sus pecados pidan perdón a Dios por causa de sus pecados y reciban el perdón, y sean bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo los bautice con Espíritu Santo y Fuego y obtengan la bendición de Dios, la bendición de Abraham, y así obtengan la bendición del nuevo nacimiento, de nacer del Cielo. Hemos nacido en la tierra cuando nacimos a través de nuestros padres terrenales, y nacimos por consiguiente en el reino de las tinieblas, pero ahora con el nuevo nacimiento, nacemos en el Reino de Dios, el Reino de luz, el Reino de paz y de felicidad. Y ahí aseguramos nuestro futuro eterno con Jesucristo en Su Reino eterno, con la bendición de Dios *acá* en nuestra alma, por lo cual somos los benditos de Dios. Miren lo sencillo que es todo. Y ahora, yo puedo decir sin lugar a equivocarme que yo soy uno de los benditos de Dios. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también. Si hay alguna persona que todavía no ha recibido la bendición de Dios porque no ha recibido a Cristo como Salvador, puede recibir la bendición de Dios para ser uno de los benditos de Dios en el Cuerpo Místico de Jesucristo, y así tener la paz, la felicidad y el amor de Dios *acá* en su alma, y ser por consiguiente uno de los benditos de Dios. Si hay alguna persona que todavía no ha recibido esa bendición de Dios porque no ha recibido a Cristo como Salvador, puede hacerlo en esta ocasión y yo estaré orando por usted para que Cristo en su Reino le reciba, le bendiga y le dé esa bendición celestial, esa bendición de ser uno de los benditos de Dios. Pueden venir a los Pies de Cristo para recibir a Cristo como Salvador, entregar a Cristo su vida en alma, espíritu y cuerpo, tanto los que están aquí presentes como los que están en otras naciones, para que queden incluidos en esta oración que estaré haciendo por ustedes. Dios tiene mucho pueblo aquí en Santa Cruz de la Sierra, en la República de Bolivia y los está llamando en esta ocasión. Por lo tanto, ya Cristo les abrió el corazón, le habló directamente a su corazón, nació la fe de Cristo en su corazón, en su alma y usted está creyendo en Cristo y ahora tiene la oportunidad, privilegio y bendición de dar testimonio público de su fe en Cristo, recibiéndole como su único y suficiente Salvador para ser uno de los benditos de Dios. Esa es la única forma en que usted puede ser uno de los benditos de Dios: viniendo a ser un creyente en Cristo nacido de nuevo. Un creyente en Cristo miembro de la Iglesia del Señor Jesucristo. Pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo. Cristo tiene lugar en Su Reino para todos ustedes. El Reino de Cristo todavía no se ha llenado, por lo tanto, hay lugar para todos los que desean ser los benditos de Dios y así tener esa bendición eterna con Cristo en Su Reino eterno. Los que se encuentran en otras naciones también pueden venir a los Pies de Cristo para recibir la bendición de Cristo y ser los benditos de Dios. Así que pueden en otras naciones también continuar viniendo a los Pies de Cristo para recibir a Cristo como vuestro único y suficiente Salvador. Pueden continuar viniendo, pueden acercarse más. Ya Cristo por medio de Su Espíritu Santo a través de Su Palabra, le habló directamente a vuestra alma y ya Él le dio Su fe, es la fe de Cristo. No es una fe humana, es la fe de Cristo *acá* en su alma para creer en Cristo como vuestro único y suficiente Salvador. Los niños de 10 años en adelante también pueden venir a los Pies de Cristo, pues ya tienen conciencia del bien y del mal, y tienen también la oportunidad, privilegio y derecho de recibir a Cristo como vuestro único y suficiente Salvador. Todos tienen derecho y oportunidad de ser bendecidos por Dios y ser los benditos de Dios. Es por medio de Jesucristo que Dios nos bendice. Todas las cosas Dios las ha hecho por medio de Jesucristo. Dios creó los Cielos y la Tierra por medio de Jesucristo y Dios está creando una Nueva Raza con Vida eterna por medio de Jesucristo. Y Jesucristo es la Cabeza de esa Nueva Raza, de esa Raza bendecida por Dios. Esa es la Raza de los benditos de Dios. Pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, para orar a Cristo por ustedes, para que Cristo les reciba en Su Reino, les perdone y con Su Sangre les limpie de todo pecado. Y pueden ser bautizados en agua en Su Nombre y Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, y así entren al Reino de Dios y sean los benditos de Dios. Jesucristo se está reproduciendo a través de Su Iglesia en muchos hijos e hijas de Dios; por eso la Iglesia del Señor Jesucristo está representada en una mujer virgen, en una joven desposada; y la Iglesia está desposada con Cristo, para Cristo por medio de Su Iglesia reproducirse en muchos hijos e hijas de Dios. Y por eso Cristo es el Esposo de Su Iglesia. Cristo también dijo: *“Si el grano de trigo no cae en tierra y muere solo queda. Pero si cae en tierra y muere mucho fruto lleva.”* San Juan, capítulo 12, verso 24. El que le apareció a Abraham, Melquisedec, el cual es Cristo en Su cuerpo angelical como Sumo Sacerdote, está haciendo intercesión en el Cielo como Sumo Sacerdote para bendecir a todos aquellos que lo que lo reciben como su único y suficiente Salvador; y darles el nuevo nacimiento, darles Su Espíritu Santo, y así por consiguiente darle la Vida eterna. Y luego que haya completado Su Iglesia, luego que haya llamado y juntado hasta el último escogido de Dios, luego Jesucristo el Sumo Sacerdote del Templo Celestial, Melquisedec, el Sacerdote del Dios Altísimo nos bendecirá con la transformación de nuestros cuerpos, y entonces tendremos una doble bendición de Dios. Y eso es la doble porción. Esa es la Adopción, la Redención del cuerpo para ser inmortales físicamente también. Por lo tanto, en la última manifestación que Cristo tendrá en medio de Su Iglesia nos va a bendecir con esa bendición de la transformación de nuestro cuerpos, y a los muertos en Cristo con la resurrección en cuerpos eternos; y así nos dará parte de Sí mismo, nos dará un cuerpo físico glorificado como Su cuerpo físico glorificado; y así seremos a Su imagen y semejanza y seremos por consiguiente eternos con la bendición de Dios en toda su plenitud. Melquisedec es Jesucristo. Y Melquisedec se hizo carne, se hizo hombre y por eso ministraba y lo que Él pedía o decía ocurría; porque Él es nada menos que el Sumo Sacerdote del Templo Celestial y Rey del Reino Celestial, Sacerdote y Rey. Todavía vienen más personas de camino que ha nacido la fe de Cristo en su alma, al escuchar la predicación del Evangelio de Cristo, y están respondiendo al llamado de Cristo, aprovechando la oportunidad de dar testimonio público de su fe en Cristo, para que Cristo le bendiga, para tener así la bendición de Dios y ser uno de los benditos de Dios. “La bendición de Dios es la que enriquece y no añade tristeza.” \[Proverbios 10:22\]. La bendición de Dios es lo que queremos para nuestra alma. Todavía vienen más personas. Es que Dios tiene mucho pueblo en esta ciudad de Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, y en toda la República de Bolivia; y los está llamando en esta ocasión. Si oyes hoy Su Voz, no endurezcas tu corazón, Él te está llamando para bendecirte. Todavía si falta alguna persona puede venir a los Pies de Cristo, para recibirlo como su único y suficiente Salvador. Algunas veces hay personas que son tímidas y se avergüenzan de que lo vean venir al frente para recibir a Cristo como su único y suficiente Salvador. Pero no se avergüence de Cristo. Cristo no se avergonzó de usted para morir en la Cruz del Calvario por usted . Cristo dijo: “El que se avergonzaré de Mí y de mis palabras, el Hijo de Hombre se avergonzará del tal cuando venga en la gloria de Su Padre.” Vamos a leerlo aquí, tal y como fue dicho en el capítulo 8 de San Marcos, versos 36 al 38, donde dice: “*Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? 37 ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma?* *Porque el que se avergonzare de mí y de mis palabras en esta generación adúltera y pecadora, el Hijo del Hombre se avergonzará también de él, cuando venga en la gloria de su Padre con los santos ángeles.”* Así que el que se avergüence de Cristo y de la Palabra de Cristo delante de los seres humanos, Cristo se avergonzará de la tal persona cuando venga en la gloria de Su Padre con los Ángeles; o sea, cuando venga en Su Segunda Venida se avergonzará de aquellos que se avergonzaron de Él. Pero aquellos que lo han confesado públicamente delante de los hombres y lo han recibido como Salvador, Cristo lo confesará delante de Su Padre Celestial y delante de los Ángeles. Por lo tanto, no podemos avergonzarnos de Cristo. Si alguno estaba tímido y no se atrevía venir a los Pies de Cristo por timidez, porque se avergonzaba de que lo vieran venir a los Pies de Cristo, levántese y diga en su corazón: “Yo quiero vivir eternamente con Cristo, yo quiero ser uno de los bendecidos de Dios. Por lo tanto me levanto y paso al frente y doy testimonio público de mi fe en Cristo y lo recibo como mi único y suficiente Salvador.” Y así Cristo lo recibirá en Su Reino y dará testimonio de usted delante del Padre Celestial. Lo más importante es la Vida eterna. Y estamos aquí en la Tierra para obtener la bendición de la Vida eterna a través de Jesucristo nuestro Salvador. Cristo dijo: “Mis ovejas oyen mi Voz y me siguen.” Por lo tanto, Él esta llamando Sus ovejas y dice: “Y Yo les doy Vida eterna.” Es Vida eterna lo que Él le da a las ovejas que el Padre le ha dado para que las llame y les dé Vida eterna, les dé la salvación y Vida eterna. Por lo tanto, usted ha escuchado porque es una oveja del Señor, que el Padre le dio para que lo llame a usted y le dé Vida eterna. Dios sabía que usted iba a responder a Su llamado. Por eso por medio de la Palabra del Evangelio de Cristo es que Él le llama, porque esa es la Palabra de Dios, es la Voz de Cristo el Buen Pastor, llamando y juntando a Sus ovejas; llamando y juntando a todos aquellos que vendrán a formar parte de la Iglesia de Jesucristo y que por consiguiente serán los benditos de Dios. Todavía veo más personas que vienen, vamos a dar unos segundos y luego oraremos por todos los que han venido a los Pies de Cristo. Vamos a estar puestos de pie para orar por las personas que han venido y por los que faltan por venir que vienen de camino, y por los que en otras naciones también han estado viniendo a los Pies de Cristo. En otras naciones los que faltan por venir los Pies de Cristo pueden continuar viniendo para que queden incluidos en esta oración que estaré haciendo por todos. Vamos a levantar nuestras manos al Cielo a Cristo, los que están aquí presentes y los que están en otras naciones. Vamos a cerrar nuestros ojos y repitan conmigo esta oración los que están viniendo a los Pies de Cristo en esta ocasión; repitan comigo: ***Señor Jesucristo, vengo a Ti habiendo escuchado la predicación de Tu Evangelio, ha nacido Tu fe en mi corazón, creo en Ti de todo corazón, creo en Tu Primera Venida, creo en Tu Nombre; creo que no hay otro Nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que podamos ser salvos. Creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de la Expiación por mis pecados; reconozco que soy pecador y necesito un Salvador. Por lo tanto, doy testimonio público de mi fe en Ti y Te recibo como mi único y suficiente Salvador.*** ***Salva mi alma, Señor Jesucristo, Te ruego perdones mis pecados y con Tu Sangre me limpies de todo pecado y me justifiques; y luego que sea bautizado en agua en Tu Nombre, me bautices con Espíritu Santo y Fuego y produzcas en mí el nuevo nacimiento. Quiero nacer en Tu Reino eterno, quiero vivir eternamente.*** ***Señor Jesucristo, en Tus Manos encomiendo mi alma. Me entrego a Ti en alma, espíritu y cuerpo. Señor Jesucristo, salva mi alma, Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso. Señor Jesucristo. Amén.*** Y con nuestras manos levantadas al Cielo a Cristo todos decimos: **¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén y amén.** Y ahora, Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado, porque ustedes escucharon la predicación del Evangelio de Cristo, nació la fe de Cristo *acá* en vuestra alma y lo recibieron como vuestro único y suficiente Salvador. Cristo dijo: “*Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.* *El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”* Tan simple como eso. Y ustedes escucharon la predicación del Evangelio de Cristo, nació la fe de Cristo en vuestra alma ,y creyeron y dieron testimonio público de vuestra de en Cristo recibiéndole como vuestro único y suficiente Salvador. Ustedes me dirán: “Ya escuché el Evangelio de Cristo, y creí y lo recibí como mi Salvador. Pero todavía me falta ser bautizado en agua en Su Nombre porque Él dijo: ‘El que Creyere y fuere bautizado será salvo.’ Quiero cumplir el mandato de Cristo completo.” Me dirán ustedes. Y me preguntarán: “¿Cuándo me pueden bautizar? Quiero ser bautizado lo mas pronto posible.” Me dirán ustedes. Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón y han dado testimonio público de vuestra fe en Cristo y lo han recibido como vuestro único y suficiente Salvador, bien pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo en estos momentos. ***Y que Jesucristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento y así sean los benditos de Dios.*** ***Y a vuestros familiares Cristo los traiga a Sus Pies y les dé también la salvación y Vida eterna. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.*** Y ahora pregunto al Reverendo Joel Lara si hay agua: Hay agua, hay bautisterios. ¿Hay ropas bautismales también? Hay ropas bautismales también. ¿Hay personas que les ayudarán? Hay personas que les ayudarán también para llegar a los vestidores de ropas, para colocarse las ropas bautismales y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Así que hay ropas bautismales también, para ustedes colocarse esas ropas bautismales y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. ¿También hay ministros que les bautizarán? Hay ministros también que les bautizarán; por lo tanto, bien pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo en estos momentos, así como sucedía en los tiempos de San Pedro y demás Apóstoles: que predicaban el Evangelio de Cristo, las personas creían, recibían a Cristo como Salvador, y eran bautizados en agua en esos mismos momentos y Cristo los bautizaba con Espíritu Santo y Fuego, y producía en ellos el nuevo nacimiento, y venían a formar parte de la Iglesia de Jesucristo; eran añadidos a la Iglesia del Señor Jesucristo y venían a formar parte de los benditos de Dios. Bien pueden ser bautizados en agua y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes, dándoles testimonio de nuestro tema: **“LOS BENDITOS DE DIOS.”** Y hemos visto cómo obtener esa bendición de Dios para venir a ser los benditos de Dios: es a través de Jesucristo nuestro Salvador. Muchas gracias por vuestra amable atención y continúen pasando una tarde llena de las bendiciones de Jesucristo nuestro Salvador. Y los que están en otras naciones, también pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo en estos momentos, porque hay bautisterios, ropas bautismales, y ministros que les bautizarán en el Nombre del Señor Jesucristo en la nación en donde ustedes se encuentren en estos momentos. Y que Cristo les bautice también con Espíritu Santo y Fuego a ustedes que están en otras naciones, y vengan a ser de los benditos de Dios. Muchas gracias por vuestra amable atención. Y que Jesucristo, el Ángel del Pacto, les continúe bendiciendo a todos. Con nosotros el Reverendo Joel Lara para indicarles hacia dónde caminar para colocarse las ropas bautismales y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Que Dios les continúe bendiciendo a todos. “**LOS BENDITOS DE DIOS.”**