--- title: 'La palabra inédita de Dios' date: 2005-08-07 activity: 1 place: city: Goiânia state: Goiás country: BR duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenos días, amables amigos y hermanos presentes aquí en Goiânia, Goías, República del Brasil, y demás naciones que están conectadas con internet en diferentes lugares de la América Latina, del Caribe, de Norteamérica, del Canadá, de Europa, del África, del Japón y demás naciones. ***Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén.*** Para esta ocasión leemos en el libro de los Hechos, capítulo 12, verso 9 en adelante para que tengamos el cuadro claro. Esto fue cuando San Pedro estaba preso, pues Herodes mandó a tomarlo preso, luego de ya haber matado a Jacobo a espada, y vio que había agradado a los hebreos, entonces mandó a tomar preso a Pedro para al otro día matarlo también. Pero vean lo que sucedió, vamos a leer este pasaje para que tengamos el cuadro claro. Capítulo 12, vamos a leer desde el verso 5, esta Escritura: “*Así que Pedro estaba custodiado en la cárcel; pero la iglesia hacía sin cesar oración a Dios por él.* *Y cuando Herodes le iba a sacar, aquella misma noche estaba Pedro durmiendo entre dos soldados, sujeto con dos cadenas, y los guardas delante de la puerta custodiaban la cárcel.* *Y he aquí que se presentó un ángel del Señor, y una luz resplandeció en la cárcel; y tocando a Pedro en el costado, le despertó, diciendo: Levántate pronto. Y las cadenas se le cayeron de las manos.* *Le dijo el ángel: Cíñete, y átate las sandalias. Y lo hizo así. Y le dijo: Envuélvete en tu manto, y sígueme.* *Y saliendo, le seguía; pero no sabía que era verdad lo que hacía el ángel, sino que pensaba que veía una visión.* *Habiendo pasado la primera y la segunda guardia, llegaron a la puerta de hierro que daba a la ciudad, la cual se les abrió por sí misma; y salidos, pasaron una calle, y luego el ángel se apartó de él.* *Entonces Pedro, volviendo en sí, dijo: Ahora entiendo verdaderamente que el Señor ha enviado su ángel, y me ha librado de la mano de Herodes, y de todo lo que el pueblo de los judíos esperaba.* *Y habiendo considerado esto, llegó a casa de María la madre de Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos, donde muchos estaban reunidos orando.* *Cuando llamó Pedro a la puerta del patio, salió a escuchar una muchacha llamada Rode,* *la cual, cuando reconoció la voz de Pedro, de gozo no abrió la puerta, sino que corriendo adentro, dio la nueva de que Pedro estaba a la puerta.* *Y ellos le dijeron: Estás loca. Pero ella aseguraba que así era. Entonces ellos decían: ¡Es su ángel!* *Mas Pedro persistía en llamar; y cuando abrieron y le vieron, se quedaron atónitos.* *Pero él, haciéndoles con la mano señal de que callasen, les contó cómo el Señor le había sacado de la cárcel. Y dijo: Haced saber esto a Jacobo y a los hermanos. Y salió, y se fue a otro lugar.* *Luego que fue de día, hubo no poco alboroto entre los soldados sobre qué había sido de Pedro.* *Mas Herodes, habiéndole buscado sin hallarle, después de interrogar a los guardas, ordenó llevarlos a la muerte. Después descendió de Judea a Cesarea y se quedó allí.* *Y Herodes estaba enojado contra los de Tiro y de Sidón; pero ellos vinieron de acuerdo ante él, y sobornado Blasto, que era camarero mayor del rey, pedían paz, porque su territorio era abastecido por el del rey.* *Y un día señalado, Herodes, vestido de ropas reales, se sentó en el tribunal y les arengó.* *Y el pueblo aclamaba gritando: ¡Voz de Dios, y no de hombre!* *Al momento un ángel del Señor le hirió, por cuanto no dio la gloria a Dios; y expiró comido de gusanos.* *Pero la palabra del Señor crecía y se multiplicaba.* *Y Bernabé y Saulo, cumplido su servicio, volvieron de Jerusalén, llevando también consigo a Juan, el que tenía por sobrenombre Marcos.”* Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. Tomando este pasaje del capítulo \*12, verso 22, donde dice: “*Y el pueblo aclamaba gritando: ¡Voz de Dios, y no de hombre!”* De ahí tomamos esas palabras para tener por tema: **“LA PALABRA INÉDITA DE DIOS.”** La Palabra inédita es la Palabra de Dios que ha estado en la Mente de Dios eternamente y que no era conocida, excepto por Él mismo. Pero que por cuanto nadie conoce las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios, así tampoco nadie conoce las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él. Y ahora, la Palabra inédita de Dios son los pensamientos de Dios desconocidos para la raza humana, pero que el Espíritu de Dios, el Espíritu Santo, los da a conocer a la raza humana por medio de Sus diferentes Profetas enviados en diferentes tiempos. Esa es la Palabra inédita de Dios, es una Palabra que no tiene añadiduras de ideas humanas, es la Palabra pura de Dios; y por consiguiente es la Palabra creadora de Dios. \[Génesis 1:1\] “En el principio creó Dios los Cielos y la Tierra,” y fue con la Palabra inédita Suya. Él habló y las cosas vinieron a existencia. Dios habló por medio del Verbo que era con Dios y era Dios, y por medio del cual creó todas las cosas. Y no hay cosa alguna creada por Dios, que no haya sido por medio del Verbo. Dios por medio del Verbo, que es Cristo, el Ángel del Pacto, la Palabra, el cual se hizo carne y habitó en medio de la raza humana; y a través de ese Velo de carne también estuvo hablando en medio de la raza humana, y eso que Él hablaba era la Palabra inédita de Dios, la Palabra pura de Dios. En Hebreos, capítulo 1, verso 1 al 3, dice: “*Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas,* *en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;* *el cual, siendo el resplandor de su gloria, y la imagen misma de su sustancia, y quien sustenta todas las cosas con la palabra de su poder, habiendo efectuado la purificación de nuestros pecados por medio de sí mismo, se sentó a la diestra de la Majestad en las alturas.”* Y ahora, encontramos que el Dios creador de los Cielos y de la Tierra, el cual habló a existencia todas las cosas por medio de Cristo en el cuerpo angelical, encontramos que estuvo hablando por medio de los Profetas desde Adán hasta Juan el Bautista. Y luego dice San Pablo: “*...en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo.”* Por medio de Jesucristo, el Hijo de Dios, Dios creó el Universo; por medio de Él. ¿Y para quién? Para Él, para Jesucristo. Por lo tanto, toda la Obra de Creación, que es una Obra inédita de Dios por medio de la Palabra inédita de Dios, encontramos que el Heredero a esa Creación es Jesucristo. Y ahora, por medio de la Palabra inédita de Dios siendo hablada es que las cosas han venido a existencia; esa Palabra ha estado en los Profetas del Antiguo Testamento y eso ha sido la revelación de la Palabra de Dios, de los pensamientos de Dios siendo dados a conocer a los seres humanos, por medio de la Palabra inédita de Dios. Hemos visto cuál es la Palabra inédita de Dios: son los pensamientos divinos que estaban ocultos a la raza humana, pero que son traídos a la raza humana por medio del Espíritu de Dios, el que escudriña aún lo profundo de Dios; y por consiguiente escudriña los pensamientos de Dios y los trae a la raza humana a través de los Profetas por medio de la Palabra inédita de Dios siendo hablada en cada tiempo. Esa Palabra es creadora. Por eso encontramos que los Profetas eran enviados, y Dios les decía: “Dí así al pueblo.” Y ellos decían: “Así dice Jehová.” No eran ellos, era Dios a través de ellos hablando Su Palabra inédita, Su Palabra que estaba oculta de los ojos de los sabios y de los entendidos. Luego que esa Palabra ha sido hablada, esa es la revelación de Dios para el pueblo en ese tiempo. Por consiguiente la revelación divina para el pueblo de Dios viene a través de la Palabra inédita de Dios, es la Palabra inédita de Dios siendo dada a conocer al pueblo de Dios. Encontramos que en diferentes tiempos algunas personas han tomado esa Palabra inédita y le han añadido algunas cosas; y ya han hecho lo que hacen algunos artistas y compositores con un cántico, una música que fue preparada y que es inédita; y luego que ya salió a la luz, algunas personas luego le hacen arreglos y también le quitan algunas palabras o le añaden otras, pensando que van a producir algo mejor que aquello que fue traído originalmente. Por lo tanto, hacen de esa música una composición híbrida, porque le añadieron o le quitaron; pero la original es la que tiene valor, porque ésa es la composición, la música inédita. Por lo tanto, aunque no parezca tan hermosa como la que hagan haciéndole arreglos, la original es la inédita. Y la Palabra de Dios original dada por el Espíritu Santo a través de Sus diferentes Profetas Mensajeros es la Palabra inédita de Dios, esa es la que tiene valor; lo que le hayan añadido algunos grandes estudiosos no tiene valor, han hecho una Palabra con añadiduras, y han añadido tradiciones y enseñanzas humanas. El pueblo en este pasaje que leímos clamó: ¡Voz de Dios y no de hombres! Por lo tanto, el pueblo quería la Palabra inédita de Dios. El Apóstol Pedro predicaba la Palabra inédita de Dios. Por eso es que Dios hacía grandes maravillas y miles de personas recibían la fe de Cristo y daban testimonio público de su fe en Cristo, recibiendo a Cristo como su único y suficiente Salvador. ¿Pero qué del sumo sacerdote y del concilio del sanedrín, el concilio de la religión hebrea compuesto por setenta sabios (mas el sumo sacerdote, que hacía el número 71)? ¿Qué de la palabra que ellos hablaban al pueblo y que decían que era la Palabra de Dios, y menospreciaban lo que San Pedro y los demás Apóstoles estaban predicando, y decían que eso que predicaban era una locura, era un camino de herejía, ese camino que tenían esos Apóstoles.? Ahora, comparemos lo que Pedro y los Apóstoles estaban predicando y las enseñanzas que el sumo sacerdote y el concilio del sanedrín le estaba dando al pueblo. El concilio del sanedrín, encabezado por el sumo sacerdote, les estaban dando la Palabra escrita de Dios con cosas añadidas, tradiciones. Cristo dijo a ellos: “Vosotros invalidáis la Palabra de Dios por vuestras tradiciones.” Por lo tanto, la Palabra de Dios, si se le añade a ella es invalidada, pierde el efecto de bendición para las personas, y no puede producir lo que está prometido para el pueblo, deja de ser la Palabra inédita de Dios, y viene a ser letra; y la letra mata, pero el Espíritu vivifica \[Segunda de Corintios 3:6\]. Por lo tanto, al añadirle lo que tienen es la Palabra inédita de Dios a la cual le han añadido y han hecho una composición humana, y por consiguiente eso es voz de hombre, voz de grandes hombres, sabios humanos que le han dado su propia interpretación a la Palabra de Dios. Y cuando ellos hablan esa Palabra con cosas añadidas, eso es voz de hombres, el pueblo está escuchando voz de hombre. Pero cuando Dios levanta un Mensajero al cual le da Su Palabra inédita por medio del Espíritu Santo y le abre esa Palabra inédita y le abre esos misterios que no eran conocidos, y él los habla, ésa es la Palabra inédita de Dios. Y cuando toma lo que fue hablado por los Profetas, por Jesús y los Apóstoles y los diferentes Mensajeros que Cristo ha enviado, y lo da al pueblo, con el mismo Espíritu, con la misma revelación que el Espíritu Santo lo trajo por medio de esos Mensajeros, ese Mensajero le está dando al pueblo la Palabra inédita de Dios, y por consiguiente el pueblo está escuchando ¡Voz de Dios! En Amós, capítulo 8, nos dice de la siguiente manera. Vamos a leer ese pasaje, el cual es muy importante. Capítulo 8 de Amós, verso 11 al 12, dice: “*He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová* (¿de oír qué palabra? La Palabra inédita de Dios)*.* *E irán errantes de mar a mar; desde el norte hasta el oriente discurrirán buscando palabra de Jehová, y no la hallarán.”* Vean, irán desde el Norte hasta el Oriente. El Norte del planeta Tierra y el Oriente del planeta Tierra; el Oriente allá, el Medio Oriente, y el Oriente total; el Medio Oriente corresponde al área donde está Israel; y el Oriente total, eso es por allá por la China. Y el Norte corresponde a toda esa área europea. Y ahora, vean ustedes, desde la parte Norte hasta el Oriente, la humanidad buscaría la Palabra de Jehová, y no la hallarían. Y ahora, una persona que quiere buscar la Palabra de Dios, tiene que saber cómo viene, dónde Dios coloca Su Palabra; porque si no sabe una persona que no sepa qué tipo de árbol produce mangos, puede ir a buscar mangos en un árbol de palmera o de aguacate, pero no va a conseguir mangos. O si quiere conseguir naranjas en un árbol, tiene que saber qué clase de árbol produce naranjas. Hay personas que desean buscar y encontrar la Palabra de Jehová, y Dios dice que enviará hambre a la Tierra, no hambre de pan ni sed de agua, sino de oír la Palabra de Jehová, y dice: “Y no la hallarán.” Y ahora, en este tiempo estamos viviendo en esas condiciones, como también fue en el tiempo de Samuel. En el tiempo de Samuel hubo escasez de la Palabra de Dios. La Escritura nos habla de ese tiempo de Samuel, pero a Samuel vino la Palabra de Dios, la Voz de Dios. Y ahora, por medio del Profeta Samuel el pueblo tenía Voz de Dios y no de hombre. Por lo tanto, tenemos que saber cómo es que viene la Voz de Dios, porque el pueblo tiene hambre y sed no de pan y agua, sino de oír la Palabra de Dios, oír la Voz de Dios. Y si el pueblo quiere escuchar la Voz de Dios, Dios hará escuchar Su Voz, para lo cual el pueblo necesita saber cómo encontrar la Voz de Dios en este tiempo en el cual estamos viviendo; porque todos queremos escuchar Voz de Dios y no de hombre, queremos escuchar la Palabra inédita de Dios, como la escucharon otras personas en tiempos pasados. Y ahora, vamos a ver el Orden Divino. Cristo en San Mateo, capítulo 4, verso 4, dijo: “No solamente de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios.” Él citó esa Escritura de Deuteronomio, capítulo 8, donde está hablada esa Palabra por el mismo Dios a través del Profeta Moisés. Por eso el Mensaje que predicaba Moisés era la Palabra inédita de Dios, era la Palabra de Dios por medio de Su Ángel, el Ángel de Jehová a través del Profeta Moisés. La Palabra inédita de Dios la recibía Moisés del Ángel de Jehová, y el pueblo la recibía a través del Profeta Moisés. Era Dios por medio de Su Ángel, por medio de Su Espíritu Santo hablando a Moisés y a través de Moisés al pueblo. Ahora, veamos en Deuteronomio capítulo18, versos 15 al 19, donde dice: “*Profeta de en medio de ti, de tus hermanos, como yo, te levantará Jehová tu Dios; a él oiréis.”* ¿Por qué el Profeta Moisés dice: “A él oiréis.”? Porque ese Profeta levantado por Dios tendrá la palabra inédita de Dios para el pueblo, y esa Palabra es creadora, es la Espada del Espíritu que sale de la Boca de Dios a través de un Profeta. Sigue diciendo el Profeta Moisés: “*...conforme a todo lo que pediste a Jehová tu Dios en Horeb el día de la asamblea, diciendo: No vuelva yo a oír la voz de Jehová mi Dios, ni vea yo más este gran fuego, para que no muera.* *Y Jehová me dijo: Han hablado bien en lo que han dicho.* *Profeta les levantaré de en medio de sus hermanos, como tú; y pondré mis palabras en su boca...”* **¿Dónde Dios coloca Su Palabra inédita?** En la boca del Profeta que Él envía. Por lo tanto, la Palabra inédita de Dios viene por medio del Espíritu Santo a través de labios humanos, a través de un Profeta, donde Él coloca Su Palabra inédita para ser revelada al pueblo. No hay otra forma para conocer la Palabra inédita de Dios, la Palabra que no está revelada al pueblo, pero que es revelada al pueblo cuando Dios la coloca en la boca del Mensajero, del Profeta que Él tiene para ese tiempo. Y ese Mensaje que da ese Profeta es la revelación divina de y con la Palabra inédita de Dios. No puede venir con otra cosa, no puede venir con una palabra manipulada humanamente, tiene que venir con la Palabra inédita de Dios, para traer así la revelación de Dios para ese tiempo para el pueblo de Dios. Sigue diciendo, leímos donde dice: “*...y pondré mis palabras en su boca, y él les hablará todo lo que yo le mandare.”* Entonces, **¿dónde encontramos la Palabra inédita de Dios?** En el Profeta que Dios envía. **¿Y qué habla ese Profeta?** Él hablará la Palabra inédita. Y por esa causa es que encontramos a los Profetas que Dios ha enviado que han hablado de las cosas que van a suceder, y han sucedido. Y hay otras que están en proceso para suceder, ¿por qué? Porque fueron habladas por la Palabra inédita de Dios, y por consiguiente esas son cosas de la Palabra inédita de Dios. A través de Su Palabra Dios revela las cosas que han de suceder, porque la Palabra inédita de Dios es creadora, y por consiguiente se tiene que cumplir, se tiene que materializar lo que es hablado por esa Palabra inédita de Dios. Esa Palabra al ser revelada, hablada, abre el misterio de Dios para ese tiempo. Sigue diciendo: “*Mas a cualquiera que no oyere mis palabras que él hablare en mi nombre, yo le pediré cuenta.”* Por lo tanto, delante de Dios es muy grave no escuchar la Palabra inédita de Dios colocada en la boca de un Profeta Mensajero, el cual no habla otra cosa sino lo que Dios le mande hablar para ese tiempo; y esa es la Palabra inédita de Dios, y por consiguiente esa es Voz de Dios para el pueblo de Dios. ¿Vieron lo sencillo que es todo? Ahora, el que no escuche y prefiera escuchar la letra con añadiduras, cosas que le hayan añadido a la Palabra de Dios, no obtendrá las bendiciones de Dios, porque una Palabra de Dios que ha sido dada, si se le añade, queda esa Palabra inefectiva, para ése que le añade y para las personas que escuchan esa Palabra alterada, esa Palabra que ha sido contaminada con añadiduras humanas, con tradiciones e interpretaciones humanas. El pueblo de Dios clamó: ¡Voz de Dios y no de hombre! Por consiguiente eso es lo que el pueblo quiere: escuchar la Voz de Dios. Hay hambre y sed en la Tierra, en el alma de todo ser humano, hambre y sed de oír la Palabra de Dios, la Palabra de Jehová, la Voz de Dios, la Palabra inédita de Dios. Y ahora, hemos visto que siempre ha sido encontrada esa Palabra inédita de Dios en la boca de un Profeta que Él ha enviado de tiempo en tiempo, porque en ese Mensajero ha estado el que trae la Palabra inédita de Dios. **¿Y quién es el que trae la Palabra inédita de Dios?** El Espíritu Santo. El Espíritu Santo es el que tiene esa comisión. Por esa causa es que el Apóstol Pedro y Pablo vinieron hablando por medio del Espíritu Santo en ellos la Palabra inédita de Dios. Ahora, vean ustedes aquí en Primera de Corintios, capítulo 2, verso 9 en adelante, dice: “*Antes bien, como está escrito:* *Cosas que ojo no vio, ni oído oyó,* *Ni han subido en corazón de hombre,* *Son las que Dios ha preparado para los que le aman.”* Y si son cosas que no han subido al corazón de los seres humanos, ni han sido vistas, entonces son inéditas, son inéditas de Dios. Y ahora, sigue diciendo San Pablo (eso está en Primera de Corintios, capítulo 2, pasamos al verso 10): “*Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu* (es el Espíritu el que revela las cosas de Dios, y por consiguiente es el Espíritu Santo el que viene con la Espada de dos filos, la Palabra de Dios revelada, la Palabra inédita de Dios)*; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios* (es el Espíritu Santo el que lo escudriña todo)*.* *Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios.* *Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido.”* Y ahora, encontramos que así como el Apóstol Pedro hablaba por el Espíritu Santo, el Apóstol Pablo también habla por el Espíritu Santo, o sea, el Espíritu Santo en Él hablándole a la Iglesia del Señor Jesucristo; y por consiguiente el Mensaje de San Pablo es un Mensaje inédito de Dios, el cual las personas no pueden añadirle o quitarle porque lo dañarían; o sea, lo harían inefectivo para el pueblo. Sigue diciendo San Pablo: “*...lo cual también hablamos, no con palabras enseñadas por sabiduría humana, sino con las que enseña el Espíritu, acomodando lo espiritual a lo espiritual.”* Es el Espíritu Santo el que enseña, Él es el Maestro. “*Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.* *En cambio el espiritual juzga todas las cosas; pero él no es juzgado de nadie.* *Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.”* Y ahora, el que enseña al pueblo de Dios es el Espíritu de Dios, eso fue lo que dijo Cristo en San Juan, capítulo 14, verso 26: “*Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas.”* **¿Quién es el Maestro de la Iglesia del Señor Jesucristo y por consiguiente de cada creyente en Cristo?** El Espíritu Santo, el Espíritu Santo trayendo la Palabra inédita de Dios por medio de Sus diferentes Mensajeros. “*...y os recordará todo lo que yo os he dicho.”* Por lo tanto, tenemos al Maestro, al Espíritu Santo que trae la Palabra inédita de Dios, esa Palabra Creadora. Por eso encontramos al Espíritu Santo hablando a través de San Pedro y demás Apóstoles y hablando a través de San Pablo. Y con esa Palabra inédita Dios llamando y juntando a todos los que formarían la Iglesia del Señor Jesucristo. Y así ha estado Dios por medio de Su Palabra inédita, la cual es Creadora, creando Su Iglesia, creando un Templo Espiritual llamado: “La Iglesia del Señor Jesucristo.” San Pablo dijo: “¿No sabéis que vosotros sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros.” \[Primera de Corintios 3:16\] Por lo tanto, cada creyente en Cristo como individuo también es un Templo de Dios, un Templo humano para Dios morar en usted, y Dios manifestarse en usted y a través de usted a otras personas. Por lo tanto, mantenga la Palabra inédita de Dios acá en el alma, siempre hablando: ¡Voz de Dios y no de hombre es lo que yo quiero escuchar y recibir acá en mi alma! Y por consiguiente así como cada persona en el tiempo que le tocó vivir, buscó y encontró esa Palabra inédita de Dios en el Mensajero correspondiente a cada tiempo, y encontró al Espíritu Santo manifestado en el tiempo correspondiente a través de los diferentes Mensajeros que Él ha enviado. Toda persona en el tiempo de Moisés que quería escuchar la Palabra inédita de Dios, tenía que escucharla a través de Moisés; y el Mensaje que Moisés estaba dándole al pueblo por consiguiente; porque ése era un Mensaje no de hombre sino de Dios, y por consiguiente era Voz de Dios para el pueblo. Vean ustedes, en el Éxodo, capítulo 23, verso 20 al 23 lo que nos dice el mismo Dios: “*He aquí yo envío mi Angel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado.* *Guárdate delante de él, y oye su voz...”* **¿Qué Voz hay que escuchar?** La Voz del Ángel de Jehová, la Voz del Espíritu Santo, la Voz de Cristo en Espíritu Santo en medio del pueblo de Dios; porque Él es el que trae la Palabra inédita de Dios para el pueblo, y usa Sus diferentes Mensajeros en los diferentes tiempos. En el tiempo de Moisés, Moisés era el hombre en el cual estaba el Ángel de Jehová manifestándose y hablándole al pueblo la Palabra inédita de Dios. “Porque no hará nada el Señor Jehová, sin que antes revele Sus secretos a Sus Siervos Sus Profetas.” Dice Amós, capítulo 3, verso 7. Por lo tanto, la Palabra inédita de Dios siempre ha venido por medio del Espíritu Santo manifestado en un Profeta Mensajero que Él ha enviado en cada edad y en cada dispensación. Pero el que trae la Palabra es el mismo siempre: es el Espíritu Santo, el Ángel de Jehová, Cristo en Espíritu Santo en medio de Su pueblo, tanto en medio del pueblo hebreo, como luego en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo. Y por consiguiente el Mensaje traído por el Espíritu Santo a través de cada Mensajero que Él ha enviado es ¡Voz de Dios! para el pueblo de Dios. Continuemos leyendo, leímos donde dice: “*Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él.”* **¿Dónde está el Nombre de Dios?** En Su Ángel, el Ángel de Jehová que es Cristo en Su cuerpo angelical. Y cuando se hizo carne fue conocido por el nombre de Jesús, y Él dijo: “Yo he venido en Nombre de mi Padre y no me recibís.” El pueblo hebreo no lo recibió. Y dijo: “Cuando otro venga en su propio nombre, a él recibiréis.” \[San Juan 5:43\] Ése otro es el anticristo, el hombre de pecado. Cuando el pueblo hebreo escuchó a Pilato que les dijo: “He aquí vuestro Rey, ¿he de crucificar a vuestro Rey?” Los líderes religiosos incitaron al pueblo para decir: “No tenemos otro rey, sino a César.” Por lo tanto, ellos recibieron a otro rey, a César, y no a Jesucristo, no al Rey de los Judíos, sino al rey de los romanos, el César, el cual tenía la trayectoria babilónica. El César, ese imperio romano, venía de Babilonia. O sea, que la trayectoria del imperio babilónico llegó hasta el imperio romano. O sea, que las diferentes etapas del reino de los gentiles son las diferentes etapas del imperio babilónico; y por consiguiente el cesar era el representante de ese reino; y el pueblo hebreo, o sea, las personas de aquel tiempo dijeron que ese rey, el cesar, era el único rey que ellos tenían, ignoraron las promesas, las profecías bíblicas de la Palabra inédita de Dios, y dijeron que se quedaban con César como rey. En este tiempo se va a ver más claramente en su máxima expresión lo que es el rey que ellos dijeron que ellos tenían; porque eso desembocará en el anticristo, por consiguiente lo van a recibir, porque ellos allá dijeron que el cesar era su rey, y no Jesús. Pero Dios va a intervenir. El reino del anticristo va a ser destruido por Jesucristo, y por consiguiente el imperio de los gentiles originado en Babilonia va a desaparecer; y los reinos de este mundo serán de Jesucristo, serán del Rey verdadero de Israel: el Mesías Príncipe, el descendiente de David. Y ahora, podemos ver lo importante que es escuchar la Palabra inédita de Dios, que es la que trae el Espíritu Santo. El Espíritu Santo no trae palabra de hombres, trae la Palabra de Dios directamente de la Mente de Dios, para darla a conocer al pueblo de Dios. Por esa causa: Si oyes hoy Su Voz, no endurezcas tu corazón, es la Voz inédita de Dios hablándote directamente a tu alma, y alimentando tu alma con la Palabra de Dios. “Porque no solamente de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios.” \[San Lucas 4:4\] Sigue diciendo: “*Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere...”* **¿Qué Voz tenemos que escuchar?** La Voz del Ángel de Jehová, la Voz del Espíritu Santo, la Voz de Cristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia. Esa misma Voz la va a escuchar el pueblo hebreo muy pronto, va a estar escuchando la Voz de Dios por medio del Ángel de Jehová, del Mesías, del Cristo, y Él tendrá una forma correcta para dejar escuchar Su Voz. Será a través de los ministerios de los dos Olivos, será a través de los ministerios de los dos Ungidos que están delante de la presencia de Dios; por consiguiente para este tiempo final estarán en la Tierra los dos Olivos, estarán primeramente en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, estarán en medio del Cristianismo, y después en medio del pueblo hebreo. Y por cuanto en este tiempo final, la descendencia de Abraham se ha extendido tanto en todo el planeta Tierra; y a causa de las persecuciones que han sufrido los hebreos, todas las naciones están llenos de descendientes hebreos, aunque muchos ni saben que son descendientes hebreos. Conforme a los estudiosos hebreos el Occidente, lo cual corresponde al territorio latinoamericano y caribeño, y también Norteamérica corresponde al Occidente, o sea, al Oeste del Planeta Tierra. La América Latina y el Caribe tiene millones de descendientes hebreos que ni saben que son descendientes hebreos. Conforme a las profecías el llamado final antes de Dios sentarse en el Monte de Sion como Rey para gobernar, tienen que ser llamados a la Palabra pura de Dios, a la Palabra inédita de Dios todos esos descendientes hebreos que están en el Occidente. Y conforme al Programa Divino será con la Palabra inédita de Dios, que es la Voz de Dios y no de hombre, es la Voz de Dios por medio del Espíritu Santo; y por consiguiente dándonos Su Mensaje final. Sigue diciendo acá la Escritura, el verso 22: “*Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te afligieren.* *Porque mi Ángel irá delante de ti...”* Y ahora estamos en un tiempo donde el pueblo quiere oír la Voz de Dios y no de hombre; y por consiguiente la Voz de Dios por medio de Su Espíritu Santo por medio de Su Ángel estará siendo escuchada. Vean aquí en Zacarías, capítulo 7, verso 11 al 12, cuando el pueblo hebreo no quiso escuchar a los Profetas que Dios envió, no quisieron escuchar a Dios hablando por medio de Su Espíritu Santo a través de los Profetas; o sea, que el Espíritu Santo siempre tendrá un velo de carne, llamado un Profeta, para a través de ese hombre hablar la Palabra inédita de Dios. Y esa Palabra es la revelación de Dios para el pueblo de Dios. Dice: “*Pero no quisieron escuchar, antes volvieron la espalda, y taparon sus oídos para no oír;* *y pusieron su corazón como diamante, para no oír la ley ni las palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por su Espíritu, por medio de los profetas primeros; vino, por tanto, gran enojo de parte de Jehová de los ejércitos.”* Y aquí podemos ver que Dios por medio de Su Espíritu envió Palabra al pueblo hebreo a través de los Profetas. Pero el pueblo hebreo no quiso oír la Ley ni las Palabras que Jehová de los ejércitos enviaba por Su Espíritu. Encontramos que Dios por medio de Su Espíritu Santo viene hablando a través de hombres, hablando ¿qué? Su Palabra inédita, la cual todos necesitamos escuchar, porque queremos escuchar ¡Voz de Dios y no de hombre! Y ya estamos viendo cómo es que viene la Voz de Dios: viene por medio del Espíritu Santo a través de un Profeta en todo tiempo. Esa es la forma para venir esa Palabra inédita de Dios. No hay otra forma. Hay muchos predicadores muy buenos, pero la Palabra inédita de Dios viene por medio de un Profeta en el cual el Espíritu de Dios se manifiesta para traer esa Palabra de Dios al pueblo. Y el pueblo estará escuchando Voz de Dios y no de hombre. Y ahora, vean ustedes en los días de Jesús: en los días de Jesús hubo grandes predicadores, y el sumo sacerdotes y su suegro Anás; Caifás el sumo sacerdote y su suegro Anás eran grandes hombres, y el concilio del sanedrín y los sacerdotes de aquel tiempo, todos enseñaban la Biblia, el Antiguo Testamento, la Torá, y los Profetas y los Salmos. Pero apareció uno llamado Jesús, el cual vino con el Espíritu Santo hablando la Palabra inédita de Dios, y por eso Él podía decir: “El que oye mi Palabra y cree al que me envió, tiene Vida eterna, y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.” \[San Juan 5:24\] El que escucha la Palabra inédita de Dios y nace la fe en su alma y la cree de todo corazón, recibe la bendición de parte de Dios. Ahí es donde está la bendición de Dios: en la Palabra inédita de Dios. Vean aquí en San Juan, capítulo 15, verso 26 al 27: “*Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.* *Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el principio.”* Y ahora, el Espíritu Santo, el Ángel de Jehová vendría dando testimonio ¿de quién? De Jesucristo. A través de los Apóstoles estuvo dando testimonio de Jesucristo; cuando ellos predicaban el Evangelio de Cristo, era el Espíritu Santo en ellos dando testimonio de Jesucristo, ellos hablaron ungidos por el Espíritu Santo, fue el Espíritu Santo a través de ellos, era la Palabra inédita de Dios, el Evangelio inédito de Dios. Luego dice: “*Y vosotros daréis testimonio también...”* Y ahora, **¿de quién iban a dar testimonio ellos?** Ellos no iban testimonio de sí mismo. Pedro no iba a dar testimonio diciendo: “Yo era un pescador, tuve muchísimos problemas; di a crédito pescado, algunos me pagaron y otros no.” Esos son problemas humanos, no va a estar glorificando los problemas, no va a estar tampoco hablando de sus faltas, de sus errores y de sus pecados, ¡ya los colocó en la Sangre de Cristo, no los va a sacar de la Sangre de Cristo para exhibirlos! Porque Dios entonces los vería, y le diría: “Los tienes en tus manos, eres un pecador, los sacaste de la Sangre donde Yo los metí. Por lo tanto, son tuyos de nuevo.” No saquen vuestras faltas, errores y pecados de la Sangre de Jesucristo, la Sangre de Jesucristo nos limpió de todo pecado. El que saca sus faltas, errores y pecados para exhibirlos delante de la gente, es como aquel que se bañó; estaba lleno de fango y se bañó y quedó limpio, y luego toma todo el sucio que había echado en el agua o que el agua le había sacado, toma todo ese sucio y se lo pasa de nuevo; como el cerdo que se vuelve al revolcadero y muestra cómo estaba antes de ser limpio. Los pecados los dejamos en la Sangre de Cristo, y damos testimonio de Cristo, de Su Amor por nosotros. Cuando hablamos de nuestros pecados decimos que Cristo nos perdonó y con Su Sangre nos limpió de todo pecado. No vamos a estar exhibiendo al viejo hombre, él murió, no lo vamos a resucitar para mostrarlo al público, sino el nuevo hombre. “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece.” \[Filipenses 4:13\] “Si alguno está en Cristo nueva criatura es.” \[Segunda de Corintios 5:17\]. No vamos a estar criticando tampoco a las demás personas, y mucho menos a los creyentes en Cristo. No vamos a estar sacando los pecados de las otras personas para decir que tal persona pecó. Dios verá a esa persona que ha hecho eso, y dirá: “Los tienes en tus manos, son tuyos, porque ya él no los tiene. Yo a la persona lo limpié de todo pecado, y ahora si tú los sacaste de la Sangre donde estaban, ahora son tuyos.” Miren lo que sucede: una persona se baña bien y toda la tierra que tuvo ya quedó allá en el agua. Pero si otra persona para mostrar lo sucio que estaba el otro, viene con toda esa agua sucia para mostrarla, ¿quién la tiene? Esa otra persona. Por lo tanto eso es de él, ya el que fue bañado ya está limpio. Por lo tanto, lo que hacemos es orar por todos nuestros hermanos y darles gracias a Cristo porque nos perdonó y con Su Sangre nos limpió de todo pecado. Damos testimonio no de nuestras faltas, no de nuestros pecados, sino que damos testimonio de Cristo y Su Sangre con la cual nos limpió de todo pecado. Por lo tanto, el Espíritu Santo es el que hace esa obra. El Espíritu Santo da testimonio de Cristo, y el Espíritu Santo en la persona da testimonio de Cristo. ¿O hay acaso alguna persona más importante de la cual tengamos nosotros que dar testimonio? El tiempo nos falta para dar testimonio de Cristo. Por lo tanto, no tenemos tiempo para dar testimonio de otra cosa, sino de Jesucristo. ESTAMOS CENTRADOS EN CRISTO. ÉL ES EL TODO EN TODO EN NUESTRA VIDA. Como Pablo decía: “No vivo ya yo, vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, de Jesucristo.” \[Gálatas 2:20\] La vida de San Pablo estaba centrada en Cristo. ¿Y la de quién más? La de cada uno de nosotros también. Por lo tanto, damos testimonio de Cristo, y el Espíritu Santo da testimonio ¿de quién? De Cristo. Y ahora, veamos aquí en San Juan, capítulo 16, versos 12 en adelante (12 al 14), dice: “*Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar* (o sea, que Jesucristo tenía muchas cosas que darle a conocer a los creyentes en Él, pero en aquellos momentos no las podían sobrellevar)*.* *Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.”* El que revela, el que da a conocer las cosas que han de venir es el Espíritu Santo. A través de los Profetas del Antiguo Testamento profetizó de las cosas que iban a suceder. En el Nuevo Testamento a través de Jesucristo habló de cosas que habrían de suceder. A través de San Pedro también, a través de San Pablo también, y así por el estilo; porque el que profetiza es el Espíritu Santo. Él es el que conoce los pensamientos de Dios, el que escudriña aun lo profundo de Dios y lo da a conocer a la Iglesia de Jesucristo en el Nuevo Testamento por medio de Sus diferentes Mensajeros. Y por consiguiente Él es el que también llama y junta a todos los escogidos de Dios, a todas las ovejas que el Padre le dio a Cristo, para que les dé Vida eterna; y por consiguiente las ovejas oyen la Voz de Cristo por medio de Su Espíritu Santo llamándolos a través de la Palabra inédita de Dios, para venir a formar parte de la Iglesia del Señor Jesucristo. Sigue diciendo: “*El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.* *Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.”* Y ahora, encontramos que es el Espíritu Santo, el Espíritu de Cristo, el que daría a conocer todas las cosas, guiaría a la Iglesia a toda justicia y a toda verdad, le enseñaría todas las cosas y daría testimonio de Cristo. Por lo tanto, la Palabra inédita de Dios la trae el Espíritu Santo a la Iglesia del Señor Jesucristo, como la trajo en el Antiguo Testamento al pueblo hebreo, y siempre usando seres humanos, Mensajeros, Profetas de etapa en etapa. Algunas personas de en medio del Cristianismo han pensado que en el Nuevo Testamento Dios no tiene Profetas. El mismo Cristo dijo que enviaría Profetas. Algunos han pensado que el último Profeta fue Juan el Bautista, y por eso piensan que ya no hay más Profetas. Pero si Juan el Bautista fuera el último Profeta de todos los Profetas de Dios, entonces Jesús no fue un Profeta. Pero todos saben que Jesús fue el Profeta mayor que Dios envió a la Tierra. Pero cómo podemos entender las palabras de Jesús de San Mateo, capítulo 11, versos 9 al 14, donde nos dice que los Profetas hasta Juan profetizaron, los Profetas del Antiguo Testamento llegaron hasta Juan. Pero los Profetas del Nuevo Testamento comienzan con Jesús, con el mayor de todos los Profetas. Y Jesucristo ha colocado en Su Iglesia Apóstoles, Profetas, Evangelistas, Pastores y Maestros. Efesios, capítulo 4, verso 11; y también en una de las Cartas a los Corintios el Apóstol San Pablo también nos habla de Apóstoles y de Profetas en la Iglesia del Señor Jesucristo. Por lo tanto, en la Iglesia del Señor Jesucristo están los Apóstoles, los Profetas, los Evangelistas, los Pastores y los Maestros. Y si alguna persona o ministro o iglesia alguna dice que en la Iglesia de Jesucristo no hay Profetas, está identificándose él o esa iglesia como una iglesia que no pertenece a la Iglesia de Jesucristo, porque la Iglesia del Señor Jesucristo sí tiene Apóstoles. Los Apóstoles son los Misioneros, un Misionero es un Apóstol que sale llevando el Evangelio y estableciendo congregaciones e iglesias. Y un Profeta es un hombre con la dos conciencias juntas, enviado por Cristo en el Nuevo Testamento como fueron enviados en el Antiguo Testamento por Dios, para recibir la revelación divina, la Palabra inédita de Dios, ser colocada en el alma y en la boca de ese hombre, y luego ese hombre por medio del Espíritu Santo hablar esa Palabra inédita de Dios, para Dios en ese tiempo crear esa parte de la Iglesia del Señor Jesucristo. La Iglesia del Señor Jesucristo, la cual es un Templo Espiritual, ha estado siendo construida por el Espíritu Santo. “No es con ejército ni con fuerza, sino con mi Espíritu ha dicho Jehová de los Ejércitos.” (Zacarías, capítulo 4, verso 1 al 14). Allí en el candelabro o candelero con siete lámparas y dos árboles de olivos y dos ramas de olivos que vierten aceite como oro, allí está mostrada la Iglesia del Señor Jesucristo, también el pueblo hebreo como nación. Y allí están los dos Olivos que son los dos Ungidos que están delante de la presencia de Dios. Por lo tanto, en la Iglesia del Señor Jesucristo está el Espíritu Santo para traer Su Palabra inédita, la Palabra inédita de Dios. Para este tiempo final en que vivimos, la humanidad tiene hambre y sed de oír la Palabra de Dios. El pueblo hebreo tiene hambre y sed de oír la Palabra de Dios. **¿Cómo está prometida la Venida de esa Palabra de Dios para el pueblo?** Tiene que ser de acuerdo a como está prometida la Venida de esa Palabra inédita. En Malaquías, capítulo 4, está la respuesta. Antes que venga la gran tribulación esta profecía estará siendo cumplida y estaremos viendo esa profecía siendo materializada. En el capítulo 4 de Malaquías, versos 1 al 6 nos muestra un cuadro profético claro de la gran tribulación, de los juicios divinos que han de venir sobre la raza humana al final del reino de los gentiles. Dice: “*Porque he aquí, viene el día ardiente como un horno, y todos los soberbios y todos los que hacen maldad serán estopa; aquel día que vendrá los abrasará, ha dicho Jehová de los ejércitos, y no les dejará ni raíz ni rama.”* Ése es el día de venganza del Dios nuestro. Ése es el día señalado para el juicio divino caer sobre la raza humana como cayó en el tiempo de Noé cuando vino el diluvio y destruyó a todos los que no creyeron. No entendieron y vino el diluvio y se los llevó a todos. Las personas tienen que entender el tiempo en que están viviendo. Jerusalén no entendió el tiempo en que estaba viviendo, no reconoció la visitación que Dios le hizo a través del Mesías, de Jesús, y luego que rechazó al Mesías, luego los juicios divinos vinieron más adelante sobre Jerusalén. El templo fue destruido y la ciudad fue destruida, ¿por qué? Porque no conocieron el tiempo de Su visitación. Eso está en San Lucas, capítulo 19, versos 41 al 46. Por lo tanto, tenemos que estar conscientes del tiempo que nos ha tocado vivir y de la Palabra inédita de Dios prometida para ser dada al pueblo de Dios. Y ahora, el pasaje que leímos: capítulo 4, verso 1 de Malaquías nos muestra el cuadro claro de lo que será el día ardiente como un horno, el día de Jehová grande y terrible, la gran tribulación. “*Mas a vosotros los que teméis mi nombre, nacerá el Sol de justicia, y en sus alas traerá salvación.”* Ahí tenemos la promesa de la Venida del Mesías, la promesa de la Venida del Señor. Y las alas son los dos Olivos, los dos Ungidos que están delante de la presencia de Dios; porque el Hijo del Hombre vendrá en la Gloria de Su Padre con Sus Ángeles y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras. Nos dice Jesús en San Mateo, capítulo 16, versos 26 al 28. Y en el Monte de la Transfiguración (en el capítulo 17 de San Mateo, versos 1 al 9), nos mostró la visión de lo que será la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles. Cristo se transfiguró allí, Su rostro resplandeció como el sol, y aparecieron a cada lado de Jesús, Moisés y Elías. Esos son los dos Ungidos que están delante de la presencia de Dios, esos son los Ángeles del Hijo del Hombre para Su Venida en este tiempo final. Esos son los Ángeles del Hijo del Hombre enviados con la gran Voz de Trompeta para llamar y juntar a todos los escogidos; y por consiguiente esa gran Voz de Trompeta, que es la Voz de Dios, y no de hombre, es la Palabra inédita de Dios para la Iglesia de Jesucristo y después para el pueblo hebreo. Con esa Palabra inédita de Dios en este tiempo final serán recogidos todos los escogidos de la Iglesia de Jesucristo, y serán llenos de la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero para disfrutar esa gran Fiesta Celestial. Con esa misma Palabra inédita de Dios de la gran Voz de Trompeta serán llamados y juntados ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, doce mil de cada tribu; y así será como el Evangelio pasará al pueblo hebreo; ciento cuarenta y cuatro mil hebreos creerán, reconocerán que la expiación por los pecados fue la muerte de Cristo en la Cruz del Calvario, reconocerán la muerte de Cristo como la Expiación por sus pecados, lo cual ya la Iglesia de Jesucristo ha reconocido por dos mil años, y luego lo reconocerá el pueblo hebreo para poder obtener el perdón de sus pecados como nación y como individuos, para entrar también al Nuevo Pacto y quedar cubiertos con la Sangre del Nuevo Pacto, que es la Sangre del Mesías derramada en la Cruz del Calvario. Vean aquí en Isaías, capítulo 59, versos 19 en adelante, dice: “*Y temerán desde el occidente el nombre de Jehová...”* ¿Desde dónde? Desde el Occidente, el Oeste del planeta Tierra, que es el Continente Americano, incluyendo todo el Caribe. Por lo tanto, en el Occidente temerán el Nombre de Jehová; por consiguiente habrá una manifestación grande de parte de Dios para el llamado de toda esa simiente de Abraham que está dispersa entre los latinoamericanos y caribeños. Recuerden que la muerte de Cristo en la Cruz del Calvario tenía un propósito. San Juan, capítulo 11, versos 51 en adelante, el sumo sacerdote Caifás dijo (versos 49 en adelante): “*Entonces Caifás, uno de ellos, sumo sacerdote aquel año, les dijo: Vosotros no sabéis nada;* *ni pensáis que nos conviene que un hombre muera por el pueblo, y no que toda la nación perezca.* *Esto no lo dijo por sí mismo, sino que como era el sumo sacerdote aquel año, profetizó que Jesús había de morir por la nación;* *y no solamente por la nación, sino también para congregar en uno a los hijos de Dios que estaban dispersos.”* Para congregar en UNO a los hijos de Dios que estaban dispersos por el mundo entero. Y eso es lo que ha estado sucediendo: por medio de la predicación del Evangelio de Cristo han estado siendo recogidos todos los hijos de Dios en las diferentes naciones, un pueblo ha estado siendo llamado para Su Nombre, para el Nombre del Señor. Y para este tiempo final, el llamado final surge en el Occidente, en el Continente latinoamericano y caribeño, y de ahí se extiende a todas las naciones del planeta Tierra. El llamado final de la gran Voz de Trompeta es la Voz de Dios y no de hombre, es la Voz de la Palabra inédita de Dios para gentiles y hebreos. Esa es la Voz de Dios y no de hombre. Y ahora, continuamos leyendo aquí en Isaías, capítulo 59, verso 19, dice: “*Y temerán desde el occidente el nombre de Jehová, y desde el nacimiento del sol su gloria; porque vendrá el enemigo como río* (o sea, el anticristo vendrá como río, o el diablo en el anticristo)*, mas el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él.”* El Espíritu de Dios, el Espíritu Santo, levantará bandera en contra del anticristo, y eso será el ministerio de los dos Olivos, eso es el Espíritu Santo levantando bandera en contra del anticristo. “*Y vendrá el Redentor a Sion, y a los que se volvieren de la iniquidad en Jacob, dice Jehová.* *Y este será mi pacto con ellos, dijo Jehová: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y para siempre.”* Y ahora, dice: “*Y vendrá el Redentor a Sion, y a los que se volvieren de la iniquidad en Jacob, dice Jehová.* *Y este será mi pacto con ellos, dijo Jehová: El Espíritu mío que está sobre ti, y mis palabras que puse en tu boca, no faltarán de tu boca, ni de la boca de tus hijos, ni de la boca de los hijos de tus hijos, dijo Jehová, desde ahora y para siempre.”* Y ahora, los que se volverán de la iniquidad para entrar a un Nuevo Pacto, tendrán la bendición de tener el Sacrificio de Cristo, del Mesías que los limpiará de todo pecado. De esto fue que habló San Pablo en Romanos, capítulo 11, versos 25 al 27 cuando dijo: “*Porque no quiero, hermanos, que ignoréis este misterio, para que no seáis arrogantes en cuanto a vosotros mismos: que ha acontecido a Israel endurecimiento en parte, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles* (o sea, hasta que haya entrado a la Iglesia de Jesucristo hasta la última persona que será parte de la Iglesia de Jesucristo, esto es hasta que haya entrado la última oveja que el Padre le dio a Cristo para que la buscara y le diera salvación y Vida eterna)*;* *y luego todo Israel será salvo, como está escrito:* *Vendrá de Sion el Libertador,* *Que apartará de Jacob la impiedad.* *Y este será mi pacto con ellos,* *Cuando yo quite sus pecados.”* Para quitar los pecados tiene que haber arrepentimiento y tiene que haber un Sacrificio de Expiación por los pecados; ya el pueblo hebreo no tiene templo, no tiene sacrificios de animalitos por los pecados. Pero hay un Sacrificio por los pecados de gentiles y de hebreos: el Sacrificio de Jesucristo en la Cruz del Calvario, ése es el Sacrificio de la Expiación por los pecados de los hebreos y de los gentiles. Vean, aquí está en el capítulo 53 de Isaías, verso 10, hablando del Mesías dice: “*Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.”* Este pasaje es mesiánico, un pasaje mesiánico, es una profecía mesiánica, la profecía de la primera parte de la Venida del Señor. La Venida del Señor tiene dos partes: la Primera Venida como Cordero de Dios para quitar el pecado del mundo. Juan el Bautista dijo “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” Por lo tanto, presentó a Cristo como el Sacrificio por el pecado, Sacrificio que iba a ser efectuado más adelante en la Cruz del Calvario. Cuando Él murió, allí Él colocó Su Vida en Expiación por el pecado del pueblo hebreo y de todos los seres humanos. El Mesías tenía que morir como la Expiación por los pecados del ser humano en Su Primera Venida. Ya eso estaba profetizado y ya eso se cumplió. Y en Daniel, capítulo 9, versos 21 en adelante (21 al 26), dice: “*..aún estaba hablando en oración, cuando el varón Gabriel, a quien había visto en la visión al principio, volando con presteza , vino a mí como a la hora del sacrificio de la tarde.* *Y me hizo entender, y habló conmigo, diciendo: Daniel, ahora he salido para darte sabiduría y entendimiento* (este Arcángel Gabriel da sabiduría y entendimiento, porque tiene acceso al Libro de la Verdad)*.* *Al principio de tus ruegos fue dada la orden, y yo he venido para enseñártela, porque tú eres muy amado. Entiende, pues, la orden, y entiende la visión.* *Setenta semanas están determinadas sobre tu pueblo y sobre tu santa ciudad, para terminar la prevaricación, y poner fin al pecado, y expiar la iniquidad* (si va a poner fin al pecado y va a expiar la iniquidad, pues tiene que haber un sacrificio de expiación, tiene que efectuarlo el Mesías Príncipe en Su Primera Venida)*, para traer la justicia perdurable, y sellar la visión y la profecía, y ungir al Santo de los santos.* *Sabe, pues, y entiende, que desde la salida de la orden para restaurar y edificar a Jerusalén hasta el Mesías Príncipe, habrá siete semanas, y sesenta y dos semanas; se volverá a edificar la plaza y el muro en tiempos angustiosos.* *Y después de las sesenta y dos semanas se quitará la vida al Mesías, más no por sí...”* Y ahora, aquí también tenemos la profecía que la vida al Mesías le sería quitada, ¿para qué? Para así expiar la iniquidad y poner fin al pecado, quitar el pecado. Ese misterio de la muerte del Mesías está en el misterio de la Primera Venida de Cristo, vino para morir porque recibió esa comisión divina de poner Su Vida en Expiación por nuestros pecados. La Expiación por nuestros pecados es la muerte de Cristo en la Cruz del Calvario. Ya no hay sacrificios de animalitos, y si alguien hiciera algún sacrificio de animalitos, Dios no los aceptaría, ¿por qué? Porque ya fue efectuado el Sacrificio perfecto por nuestros pecados. Y la Palabra del Evangelio de Cristo dada por el Espíritu Santo, que es la Palabra inédita de Dios, da testimonio de ese Sacrificio de Expiación por nuestros pecados. Cuando la persona escucha la predicación del Evangelio de Cristo, nace la fe de Cristo en su alma, cree en Cristo de todo corazón, da testimonio público de su fe en Cristo, recibiendo a Cristo como su Salvador y siendo bautizado en agua en Su Nombre, y Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego y produce en la persona el nuevo nacimiento, y la persona nace a la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno. Y la persona ya ha obtenido la Vida eterna, y ya pertenece al Reino Celestial, y por consiguiente es una nueva criatura, “las cosas viejas pasaron, he aquí todas son hechas nuevas.” \[Segunda de Corintios 5:17\] Por lo tanto, escuchando la Palabra inédita de Dios, la Voz de Cristo por medio de Su Espíritu Santo, obtenemos la salvación y Vida eterna. Así es como recibimos la fe de Cristo para obtener la salvación y Vida eterna. Todos queremos estar siempre escuchando la Palabra inédita de Dios siendo predicada. La predicación del Evangelio de Cristo, el Evangelio de Cristo puro como lo predicaban los Apóstoles en los tiempos pasados. Por lo tanto, ¡queremos Voz de Dios y no de hombres, queremos la Palabra inédita de Dios! Y eso es también lo que quiere el pueblo hebreo, eso es lo que quieren ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, y eso es lo que quieren todos los descendientes hebreos que se encuentran en la América Latina y el Caribe, y también en Norteamérica. Y eso también es lo que quieren los hebreos y descendientes hebreos que ni saben que son descendientes hebreos, que están en otras naciones también, y también los que están en la Tierra de Israel. ¡Todos queremos Voz de Dios y no de hombre! Porque la Voz de Dios es la Palabra inédita de Dios traída por el Espíritu Santo a través de Sus diferentes Mensajeros. Para este tiempo final por medio del ministerio del Espíritu Santo en medio de Su Iglesia y después en medio del pueblo hebreo, el Espíritu Santo estará dándonos la Palabra inédita de Dios, y será a través del ministerio prometido aquí en la Escritura. Y este ministerio tendrá que ver con gentiles y con hebreos. Dice capítulo 4, verso 5 al 6 de Malaquías: “*He aquí, yo os envío el profeta Elías, antes que venga el día de Jehová, grande y terrible.”* Antes que venga la gran tribulación Dios envía al Profeta Elías. El Profeta Elías, el ministerio de Elías ha estado en la Tierra en diferentes ocasiones, ha sido el Espíritu Santo operando ese ministerio en Elías Tisbita, en Eliseo, en Juan el Bautista, en el Reverendo William Branham; y luego para el Día Postrero en el Ángel del Señor Jesucristo, el último Profeta Mensajero que será un Profeta dispensacional con un Mensaje dispensacional, y ese Mensaje será la Palabra inédita de Dios, eso será el Mensaje del Evangelio del Reino juntamente con el Mensaje puro del Evangelio de la Gracia, y esa será la Voz de Dios y no de hombre, esa será la gran Voz de Trompeta, la Trompeta final, para todos los hijos e hijas de Dios, y para todo ser humano que vive en esta Tierra. Y esa Voz será el Alimento Espiritual para el alma de los seres humanos, será la Voz de Dios por medio de Su Espíritu Santo hablándonos Su Palabra inédita, Su Palabra que estaba oculta y que es abierta, dada a conocer a los hijos e hijas de Dios en este tiempo final. “**LA PALABRA INÉDITA DE DIOS.”** Esa es la Voz de Dios y no de hombre, esa es la Voz que yo quiero escuchar todos los días de mi vida, esa es la Voz del Espíritu Santo, la Voz de la Tórtola del Espíritu Santo. Esa es la Voz de la Tórtola que se estaría escuchando en este tiempo final, la Voz del Espíritu Santo y eso es por medio del ministerio que estará operando el Espíritu Santo, llamado “el ministerio de Elías,” para ser manifestado en medio de la Iglesia de Jesucristo primeramente y después en medio del pueblo hebreo, bajo la manifestación quinta del ministerio de Elías. Por lo tanto, así es como los gentiles y los hebreos estarán escuchando la Voz, la Palabra inédita de Dios, y eso es Voz de Dios y no de hombre, eso es lo que está prometido para gentiles y para hebreos; y eso es lo que llamará y juntará ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, bajo el ministerio del Ángel que viene con el Sello del Dios vivo, que viene con el Espíritu Santo en Apocalipsis, capítulo 7; y en Apocalipsis, capítulo 14, aparecen ya recogidos ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, doce mil de cada tribu. Eso es lo que está prometido, y eso cumplirá el ministerio de los dos Olivos, el ministerio de Moisés y de Elías siendo operados por el Espíritu Santo; y por consiguiente el Espíritu Santo hablando la Palabra inédita de Dios. Y las cosas que no habían sido reveladas en tiempos pasados estarán siendo reveladas en este tiempo, y por consiguiente eso será una revelación inédita, una Palabra inédita, la Palabra inédita de Dios para gentiles y para hebreos también. “**LA PALABRA INÉDITA DE DIOS.”** Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, dice: “*Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”* Ese Ángel de Jesucristo trae la Palabra inédita de Dios para dar testimonio de estas cosas en las iglesias, dar testimonio de estas cosas que deben suceder pronto, conforme a Apocalipsis 22, verso 6; Apocalipsis, capítulo 4, verso 1; y Apocalipsis, capítulo 1, verso 1 al 3. Así es como estará la Iglesia de Jesucristo y el pueblo hebreo: escuchando y recibiendo la Palabra inédita de Dios. Y el pueblo hebreo y los gentiles tienen hambre y sed de oír la Palabra de Dios, la Palabra inédita de Dios, ya están cansados de oír religión. Pero quieren oír la Palabra inédita de Dios, y eso es un ASÍ DICE EL SEÑOR quieren oír, quieren oír la Voz de Dios y no de hombre, la Voz de Dios y no la voz de hombres dándoles sus propias interpretaciones a la Palabra de Dios. Yo quiero Voz de Dios y no de hombres, quiero la Palabra inédita de Dios por medio del Espíritu Santo. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también, y ustedes que están a están a través de internet también, y de los que escucharán esta conferencia bajo este tema: **“LA PALABRA INÉDITA DE DIOS.”** Si hay alguna persona que no había escuchado la Palabra inédita de Dios y no había recibido a Cristo y nació la fe de Cristo en su alma en esta ocasión, y ya está creyendo en Cristo, puede dar testimonio de su fe en Cristo, porque la fe viene por el oír la Palabra inédita de Dios. “Y con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.” \[Romanos 10:10\] Puede dar testimonio público de su fe en Cristo, confesando su fe en Cristo, recibiéndolo como su único y suficiente Salvador, para lo cual daré unos minutos para que usted pueda venir a los Pies de Cristo, y yo oraré por usted para que Cristo le bendiga, le reciba y le perdone y con Su Sangre le limpie de todo pecado. Los que están en otras naciones también pueden venir a los Pies de Cristo, para que Cristo les reciba en Su Reino. Los niños de diez años en adelante también pueden venir a los Pies de Cristo, pues ya tienen edad en la cual conocen lo que es bueno y lo que es malo, tienen conciencia por consiguiente del bien y del mal. Vamos a estar puestos en pie, vamos a orar por las personas que en otras naciones han venido a los Pies de Cristo. Si hay alguno aquí que todavía no ha venido puede venir para que quede incluido en esta oración. Cristo dijo: “Dejad a los niños venir a mí y no se lo impidáis, porque de los tales es el Reino de los Cielos.” \[San Mateo 19:14\] Por lo tanto, Cristo tiene lugar en Su Reino para los niños también. Cristo dijo: “Si no fuerais como uno de estos niños, de estos pequeñitos, no entraréis al Reino de los Cielos.” \[San Lucas 18:17\] Eso significa que hay que nacer de nuevo para ser un niño, hay que nacer del Agua y del Espíritu: “*Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.* *El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”* (San Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16). Predicamos el Evangelio de Cristo, el Evangelio inédito de Dios para que nazca la fe de Cristo en el alma de las personas, y reciban a Cristo como su único y suficiente Salvador, para que Cristo les dé la Salvación y Vida eterna, y puedan vivir eternamente con Cristo en Su Reino eterno. Mientras vivimos en esta Tierra tenemos la oportunidad de asegurar nuestro futuro eterno con Jesucristo en Su Reino eterno. Después que la persona muere, si no aseguró su futuro eterno con Cristo mientras vivió en la Tierra, ya no tiene oportunidad de decir: “Ahora yo quiero recibir a Cristo.” Los llamamientos se hacen mientras estamos aquí en la Tierra. Por eso todos tienen oportunidad de escuchar y recibir a Cristo como único y suficiente Salvador mientras viven aquí en la Tierra. Nadie va a un cementerio a predicarle a los muertos y decirles que vengan a recibir a Cristo, ya están muertos físicamente; y en alma y espíritu ya están en el lugar que les corresponde. Si no aseguraron su futuro eterno con Cristo, pues no están en el Paraíso. Así que tenemos que asegurar nuestro futuro eterno. Algunas personas dicen, los jóvenes: “Yo estoy joven, todavía me faltan años para morir.” Si lee los periódicos y ve las noticias, encontrará que los jóvenes mueren también, y que los niños mueren también, y que no hay una edad en específico en la cual la persona vaya a morir. Una persona de poquitos años, un niño, puede morir siendo niño; y sin embargo un anciano de 80 ó 90 años todavía continuar viviendo. ¿Ve? Porque la vida aquí en la Tierra no tiene un año en específico de la vida de la persona en que tenga que morir, puede morir en cualquier momento. Por lo tanto, tenemos que tener asegurado nuestro futuro eterno todos los días de nuestra vida terrenal, para que si nos sorprende la muerte física, vayamos al Cielo, al Paraíso, para allí esperar la resurrección en un cuerpo nuevo y eterno. Por lo tanto, tenga asegurado su futuro eterno ¿con quién? Con Jesucristo nuestro Salvador. Su muerte en la Cruz del Calvario es el Sacrifico de la Expiación por nuestros pecados. Vamos ya a orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo en esta ocasión aquí en esta actividad en Goiânia, Goías, República del Brasil; y también por ustedes que están en otras naciones que han pasado al frente para recibir a Cristo como Salvador. Si todavía falta alguno en las demás naciones que están por internet o por el satélite, puede venir a los Pies de Cristo para que quede incluido en esta oración que estaré haciendo dentro de algunos segundos Vamos todos a estar en reverencia, nuestras manos levantadas al Cielo a Cristo, los que están aquí presentes y los que están en otras naciones a través de internet o del satélite. Vamos a cerrar nuestros ojos, y los que han recibido a Cristo como Salvador en esta ocasión, repitan conmigo esta oración: ***Señor Jesucristo, he escuchado la predicación de Tu Evangelio, nació Tu fe en mi alma, creo en Ti de todo corazón, reconozco que soy pecador, y reconozco que Tú eres el único Salvador; reconozco Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrifico de Expiación por mis pecados.*** ***Señor Jesucristo, reconozco que soy pecador y Te ruego tengas Misericordia de mí; doy testimonio público de mi fe en Ti y Te recibo como mi único y suficiente Salvador.*** ***Señor Jesucristo, salva mi alma, Te lo ruego, perdona mis pecados y con Tu Sangre límpiame de todo pecado, y bautízame con Espíritu Santo y Fuego. Y Te ruego produzcas en mí el nuevo nacimiento, luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre. En Tus Manos encomiendo mi alma, salva mi alma Señor Jesucristo. Quiero nacer en Tu Reino eterno, quiero vivir Contigo por toda la eternidad.*** ***Señor Jesucristo, en Tus Manos encomiendo mi alma, salva mi alma, Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén y amén.*** ***Padre Celestial, estas personas que han venido a los Pies de Tu Hijo amado Jesucristo, Te ruego los recibas en Tu Reino y produzcas en ellos el nuevo nacimiento, y así les des la Vida eterna. En Tus Manos los encomiendo en el Nombre de Jesucristo, Tu Hijo amado. Amén y amén.*** Y ahora, por cuanto Cristo dijo: “*Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.* *El que creyere y fuere bautizado, será salvo.”* Usted me dirá: “Ya escuché, creí y recibí a Cristo como mi Salvador, pero todavía me falta ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, quiero ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo lo más pronto posible, quiero cumplir su mandato, quiero que Él me bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en mí el nuevo nacimiento. Por lo tanto, quiero ser bautizado en agua lo más pronto posible, para identificarme con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección. ¿Cuándo me pueden bautizar?” Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, bien pueden ser bautizados en agua en estos momentos. ***Y que Cristo, el Ángel del Pacto, les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. En el Nombre del Señor Jesucristo.*** ***Y a vuestros familiares Cristo los traiga a Sus Pies y les dé también la salvación y Vida eterna. En el Nombre del Señor Jesucristo.*** Y ahora, pregunto al Reverendo Salomón Cunha si hay agua aquí: Hay agua, hay un bautisterio. ¿Hay ropas bautismales también? Hay ropas bautismales también. ¿Hay ministros que les bautizarán en agua? También hay ministros que les bautizarán en agua. ¿Y personas que les ayudarán para llegar hasta el lugar donde colocarse las ropas bautismales? También hay personas que les ayudarán y personas que cuidarán de vuestras ropas también. Por lo tanto, bien pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. ***Y que Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento.*** Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de: **“LA PALABRA INÉDITA DE DIOS.”** Muchas gracias por vuestra amable atención, y continúen pasando un día lleno de las bendiciones de Jesucristo nuestro Salvador. Dejo al Reverendo Salomón Cunha para continuar e indicarles hacia dónde caminar para colocarse las ropas bautismales y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Que Dios les continúe bendiciendo a todos. “**LA PALABRA INÉDITA DE DIOS.”**