--- title: 'El Sacrificio Universal' date: 2005-02-20 activity: 2 place: city: Monterrey state: Nuevo León country: MX duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenos días, amados amigos y hermanos presentes aquí en Monterrey, República Mexicana; es para mí un privilegio y bendición grande estar con ustedes aquí, y también con todos ustedes en los diferentes países a través de internet y del satélite allá en Puerto Rico, en Venezuela, en Colombia, en Ecuador, en Perú, en Bolivia, en Chile, en Paraguay, en Argentina, en Brasil, en República Dominicana, en todo el Caribe, también en la República Mexicana (en toda la República Mexicana), también en Guatemala, también en Honduras, en El Salvador, en Nicaragua, en Costa Rica, en Panamá, en Norteamérica, en Europa, en el África, y demás países. ***Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y nos bendiga grandemente en esta ocasión, nos abra el corazón, para recibir la Palabra, y nos abra el entendimiento para comprenderla, y nos abra las Escrituras y nos revele Su Palabra en estos momentos. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén y amén.*** Para estos momentos leemos en Efesios, capítulo 1, versos 3 en adelante, donde dice: “*Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo,* *según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él,* *en amor habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,* *para alabanza de la gloria de su gracia, con la cual nos hizo aceptos en el Amado,* *en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia,* *que hizo sobreabundar para con nosotros en toda sabiduría e inteligencia,* *dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo,* *de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.* *En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad,* *a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo.* *En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa,* *que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria.”* Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. Tomamos el verso 7 que dice: “*En quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados según las riquezas de su gracia.”* Nuestro tema es: **“EL SACRIFICIO UNIVERSAL.”** El ser humano desde que fue colocado en el Huerto del Edén con Vida eterna, y luego que pecó perdió la Vida eterna, encontramos que el ser humano ha estado realizando sacrificios por sus pecados. Dios le dio a Adán pieles para cubrir la desnudez de Adán y Eva, y por consiguiente eso conlleva un sacrificio: la muerte de un animalito, para así tomar las pieles de este animalito y darlas a Adán y Eva. Fue el primer sacrificio realizado en la Tierra, por Adán y Eva, y desde ahí en adelante se han estado llevando sacrificios de animalitos por el pecado del ser humano. Estos sacrificios han sido realizados, y Dios instituyó el sacrificio por los pecados del ser humano allá en el Huerto del Edén, cuando le dio a Adán y a Eva pieles de un animalito el cual había muerto, había sido sacrificado. Y ahora, todo esto ha sido así porque en la mente de Dios desde antes de la fundación del mundo estaba el Sacrificio perfecto que quitaría el pecado del ser humano, y por consiguiente antes de venir lo a lo que es perfecto que ha de venir. Pero cuando venga lo que es perfecto, lo que es en que es perfecto, tiene que estar manifestado en la Tierra lo que es en parte, lo cual tipifica parte será quitado. Por lo tanto, esos sacrificios de animalitos que eran realizados por los creyentes en Dios, no eran perfectos, porque los animales no tienen alma, y por consiguiente la sangre de los animales no puede quitar el pecado, y el espíritu del animal no puede venir al ser humano. Por lo tanto, aquellos sacrificios de animalitos solamente eran el tipo y figura del Sacrificio perfecto que sería realizado por el Mesías en Su Primera Venida, de lo cual nos habla San Pedro en Primera de Pedro, capítulo 1, verso 18 en adelante, donde nos habla de la forma en que nosotros hemos sido rescatados, dice: “*Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,* *sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,* *ya destinado desde antes de la fundación del mundo.”* Vean desde cuando estaba ya destinado Cristo para morir y derramar Su Sangre con la cual nos rescataría, con la cual realizaría nuestra Redención, ya eso estaba destinado por Dios desde antes de la fundación del mundo en la mente de Dios. Por lo tanto, ya todo estaba predestinado por Dios, y aquellos por los cuales moriría Cristo como un Cordero inmolado, ya también estaban destinados, estaban en la mente de Dios aquellos por los cuales Él moriría y a los cuales Él limpiaría de todo pecado con Su Sangre preciosa. Por lo tanto, las cosas no sucederían por mera casualidad, sino porque hay un Programa Divino ya establecido por Dios desde antes de la fundación del mundo para ser llevado a cabo, para el ser humano ser redimido, para el ser humano ser perdonado y limpiado de todo pecado con la Sangre de Cristo, y ser reconciliado con Dios y restaurado a la Vida eterna. Por lo tanto, ya hay un Programa Divino para llevar a cabo la redención del ser humano. Por esa causa es que en Isaías, capítulo 53 hablándonos acerca de la Venida del Mesías está profetizado lo siguiente, capítulo 53, verso 7 en adelante... aún un poco antes, porque todo este pasaje, este capítulo habla del Mesías como el siervo de Dios que tomaría nuestros pecados y que por consiguiente la paga del pecado, que es muerte, la muerte vendría sobre Él. Dice Isaías 53, verso 1 en adelante: “*¿Quién ha creído a nuestro anuncio?¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?* *Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos.* *Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.”* Vean, todas estas cosas están profetizadas acerca del Mesías, para cuando venga el Mesías, y todo esto se cumpliría en el Mesías, y en el único hombre que se han cumplido estas profecías, son o es en nuestro amado Señor Jesucristo. Sigue diciendo: “*Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.* *Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.* *Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.* *Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.”* El pecado de todos nosotros Dios lo cargó, ¿en quién? En el Mesías, Jesucristo, el Hijo de Dios; y por cuanto la paga del pecado es muerte, por esa causa tuvo que morir Jesucristo por nuestros pecados que fueron colocados en Cristo. Se hizo pecado por nosotros: “*Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.* *Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.* *Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.* *Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.”* Y ahora, podemos ver aquí claramente que el Mesías en Su Primera Venida pondría Su Vida en Expiación por el pecado. Vean: “*Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.”* Y ahora, si pone Su Vida en Expiación por el pecado, y luego va a ver linaje, un linaje, el linaje de los hijos e hijas de Dios; y luego va a vivir por largos días, pues va a morir, luego va a resucitar y Su Sacrificio, Su muerte será el Sacrificio de la Expiación por nuestros pecados, y las personas que verán, escucharán y verán, comprenderán que el Sacrificio de la Expiación por nuestros pecados ya no es un sacrificio de un animalito sino el Sacrificio de un Hombre: de Jesucristo el Hijo de Dios, creerán en Él, nacerá la fe de Cristo en sus corazones, creerán de todo corazón en Cristo y lo recibirán dando testimonio público, lo recibirán como su único y suficiente Salvador. Ya no tendrán animalitos como sacrificios por el pecado sino que tendrán el Sacrificio de Cristo por sus pecados, y este Sacrificio es un Sacrificio Universal para todo ser humano que vive en la Tierra, y también es un Sacrificio Universal para unir, reunir en Cristo todas las cosas: las que están en los Cielos y las que están en la Tierra. O sea, que del Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario dependen las cosas terrenales y también las cosas celestiales, es el único Sacrificio Universal. No hay otro Sacrificio Universal por los pecados del ser humano para reconciliar al ser humano con Dios, y para juntar, unir las cosas que están en el Cielo con las cosas que están en la Tierra. Solamente por medio de ese Sacrificio es que es posible para Dios el juntar las cosas celestiales y las cosas terrenales. Vean aquí, dice: “*Dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo,”* \[Efesios 1:9\] Y ahora, el misterio de Su voluntad es dado a conocer en el Evangelio de Cristo, el Evangelio de la Gracia donde se predica la Primera Venida de Cristo y Su muerte en la Cruz del Calvario como la Expiación por nuestros pecados, para ser perdonados y limpiados de todo pecado con la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador, y ser reconciliados con Dios, ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y recibir el Espíritu Santo y obtener el nuevo nacimiento y así entrar al Reino de Dios y ser restaurados a la Vida eterna y estar reconciliados con Dios. Esta Obra de Redención, en donde la persona obtiene la salvación y la Vida eterna, es efectuada por Jesucristo y Su Sacrificio Expiatorio en la Cruz del Calvario. Y por medio de Cristo y Su Sacrificio en la Cruz del Calvario, Su Sacrificio Expiatorio, Dios reúne en Cristo y en la Dispensación del cumplimiento de todas las cosas, reúne las cosas que están en el Cielo (o en los Cielos) y las que están en la Tierra. Dios le ha dado un Nombre, que es sobre todo Nombre, para que en el Nombre de Jesús se doble toda rodilla. Se doble toda rodilla de los que están en la Tierra y también de los que están en el Cielo, o sea, que en el Nombre de Jesús se dobla toda rodilla conforme a como está profetizado. Por lo tanto, se dobla toda rodilla de los hombres y se dobla toda rodilla de los Ángeles también. Por eso dice: “Adórenle todos los Ángeles,” y también los creyentes en Cristo le adoran. Dios ha estado reuniendo en Cristo todas las cosas: las que hay en los Cielos y las que hay en la Tierra, porque Su muerte en la Cruz del Calvario es el Sacrificio Expiatorio Universal para los que están en la Tierra y para los que están en el Cielo; por medio de ese Sacrificio Dios junta en Cristo todas las cosas, y el Reino de Dios pertenece a Cristo y el Reino Milenial que será establecido en la Tierra pertenece a Cristo. Por lo tanto, Dios, todo lo que Él ha hecho, todo lo que Dios ha creado, lo ha hecho por medio de Jesucristo, Dios no ha obrado nada, excepto a través de Jesucristo. “*En el principio creó Dios los cielos y la tierra.”* ¿Y cómo los creó? San Pablo y San Pedro, y también San Juan en el capítulo 1, nos muestra que fue por medio de Cristo. Dice, San Juan, capítulo 1, verso 1 en adelante: “*En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.* *Este era en el principio con Dios.* *Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.”* ¿Ven? Y ahora, el Verbo que era con Dios y era Dios es Cristo en Su cuerpo angelical. Y: “*Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.”* Dios por medio de Cristo, el Verbo de Dios, creó todas las cosas. Y ahora, en el mismo capítulo 1, verso 9 al 10 de San Juan, dice: “*Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.* *En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.”* Vean, y ahora aquella Luz verdadera (el Verbo, Cristo), aquella Luz verdadera vendría a este mundo, ¿cómo vendría? En carne humana. Por eso cuando vino, Él dijo: “*Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.”* La Luz de la Vida eterna la obtienen aquellos que reciben a Cristo como su único y suficiente Salvador, porque Cristo y Su Sacrificio en la Cruz del Calvario es el Sacrificio Universal, el Sacrificio Universal Expiatorio para toda persona. No hay otro Sacrificio Expiatorio, ya los sacrificios de animalitos que se efectuaban en el Antiguo Testamento cesaron, y para que no ofrezcan más sacrificios de animalitos y no ofrezcan más el sacrificio de la expiación, del macho cabrío de la expiación del día diez del mes séptimo de cada año, ya el templo que estaba en Jerusalén fue destruido y allí lo que está es la Mezquita de Omar. Por lo tanto, no hay ya ni siquiera un templo en el cual el pueblo hebreo pueda ofrecer el sacrificio del macho cabrío de la expiación. Pero no hay ningún problema, ya el Sacrificio Universal Expiatorio para el pueblo hebreo, para todo hebreo y para todo ser humano fue efectuado en Jerusalén por nuestro amado Señor Jesucristo en la Cruz del Calvario. Ese es el único Sacrificio Universal por nuestros pecados. Es nuestro Sacrificio Expiatorio para obtener el perdón de nuestros pecados, ser limpios de todo pecado por la Sangre de Su Sacrificio, la Sangre de Cristo, ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y recibir el Espíritu Santo y así obtener el nuevo nacimiento y así haber nacido del Agua y del Espíritu, de la predicación del Evangelio de Cristo y del Espíritu Santo, y así nacer o haber nacido en el Reino eterno de nuestro Dios, que es el Reino de Jesucristo nuestro Salvador, así haber nacido como hijos e hijas de Dios en el Reino del Hijo de Dios. Vean, en el Antiguo Testamento también encontramos el sacrificio del cordero pascual; fue efectuado ese sacrificio en Egipto y la sangre fue colocada sobre el dintel y los postes de los hogares hebreos, y fue asado, ese cordero que fue sacrificado fue asado y colocado en los hogares hebreos. Todo eso lo hicieron el día 14 del mes de Abid, que es la víspera de la pascua; y ya en la tarde comenzó el día quince, y ya comenzó la pascua para el pueblo hebreo allá en Egipto, y tenían que estar dentro de esos hogares, y tenían que estar comiendo el cordero pascual; y no podían salir de sus hogares hasta la mañana, y luego la pascua (el pueblo hebreo) tenía que todos los años celebrarla en memoria de aquella pascua que habían efectuado en Egipto. Ahora vean, en el Nuevo Testamento el Apóstol Pablo nos dice en Primera de Corintios, capítulo 5, verso 7 de la siguiente manera: “*Limpiaos, pues, de la vieja levadura, para que seáis nueva masa, sin levadura como sois; porque nuestra pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros.”* Y ahora, en el Nuevo Testamento ya no hay que estar llevando a cabo un sacrificio de un cordero pascual para estar celebrando la pascua el día... sacrificarlo el día catorce del mes de Abid y comerlo desde la tarde del día quince, porque ya nuestra Pascua, la cual es Cristo, ya fue Sacrificada. Vean en la víspera de la pascua durante la noche de la víspera de la pascua Cristo celebró la pascua, la Última Cena, y luego durante el día de la víspera de la pascua fue Sacrificado, fue Crucificado, fue Sacrificada nuestra Pascua. Y ahora, desde el Día de Pentecostés en adelante nació un nuevo día, aunque durante la noche de ese día de la pascua, luego que Cristo fue crucificado, fue sepultado en un sepulcro que estaba en una cueva (el cual era de José de Arimatea), y Cristo en Espíritu bajó al infierno y le predicó a los espíritus que estaban allí encarcelados, los cuales eran los espíritus de la gente antediluviana que había sido desobediente a Dios, que no había escuchado el Mensaje de Dios a través del Profeta Noé, y cuando vino el diluvio los destruyó a todos. Y luego, vean ustedes, por haber sido desobedientes a Dios, al Mensaje de Dios a través del Profeta Noé, ¿cuando murieron a dónde fueron? Al infierno. Eso está en Primera de Pedro, capítulo 3, donde nos dice: “*Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios,”* Vean por qué sufrió Cristo: para llevarnos a Dios, para reconciliarnos con Dios. Cristo dijo en San Juan, capítulo 14, verso 6: “*Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.”* Es por medio de Cristo que nos allegamos a Dios, y Cristo murió, sufrió por nosotros, ¿para qué? Para llevarnos a Dios, reconciliarnos con Dios. “*Para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne.”* Cristo murió físicamente, pero Su alma y Su Espíritu no murió. Vean: “*Para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu;* *en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados.”* ¿Ven? Él fue Espíritu en Su cuerpo espiritual, Su cuerpo angelical el cual es llamado el Ángel del pacto o el Ángel de Jehová en el Antiguo Testamento. “*...en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados,”* Cuando se nos habla de Cristo yendo en Espíritu, es Cristo yendo de Su cuerpo Espiritual, Su cuerpo Angelical que es llamado el Ángel del Pacto o Ángel de Jehová en el Antiguo Testamento, en el cual está el Nombre de Dios, y el cual es el Verbo que era con Dios y era Dios; también Dios estaba en Él, el cual es el cuerpo Angelical de Dios, es la imagen del Dios Viviente. En ese cuerpo Angelical que se parece a nuestro cuerpo físico, Cristo fue al infierno y predicó a los espíritus encarcelados. Dice: “*...en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados,* *los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé.”* La paciencia de Dios esperaba, la paciencia de Dios con Noé y su familia, en lo que terminaban el arca y entraban al arca, para que cuando viniera el diluvio se salvaran, no murieran en el diluvio. Dice: “*...los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua.”* Y ahora, en los días de Noé la paciencia de Dios esperaba mientras se preparaba el arca, pero cuando Noé terminó la construcción del arca, Dios ordenó a Noé que entrara al arca, y ahora vendría el diluvio. Y ahora, vean ustedes cómo nuestro amado Señor Jesucristo al morir en la Cruz del Calvario por todos nosotros murió físicamente, pero Su Espíritu fue al infierno, donde estaban las almas en sus cuerpos espirituales, los que habían sido desobedientes en los días de Noé. Cristo tuvo que ir al infierno, ¿por qué? Porque toda persona con pecado tiene que (al morir) ir al infierno, lo único que puede impedir que una persona vaya al infierno al morir es que sea sin pecado, y para ser sin pecado tiene que haber recibido a Cristo como su Salvador, haber lavado sus pecados en la Sangre de Cristo y haber sido limpio con la Sangre de Cristo de todo pecado. Dice Primera de Juan, capítulo 1, verso 7: “*...pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.”* ¿Ven? Lo único que limpia al ser humano de todo pecado es una sola cosa: La Sangre de nuestro amado Señor Jesucristo. Y el propósito de nuestra existencia en este planeta Tierra es que nosotros seamos limpios de todo pecado con la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador, y para lo cual tenemos que ser rociados con la Sangre de Cristo, y Cristo es el que puede rociar con Su Sangre a toda persona. Por lo tanto, toda persona necesita recibir a Cristo como su único y suficiente Salvador para ser rociado con la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador y ser limpio de todo pecado; ese es el propósito de nuestra existencia en este planeta Tierra. Primera de Pedro, capítulo 1, verso 2, dice: “*...elegidos según la presciencia de Dios Padre en santificación del Espíritu, para obedecer* (para obedecer ¿qué? Obedecer al Evangelio de Cristo) *y ser rociados con la sangre de Jesucristo.”* ¿Ven? Estamos aquí destinados desde antes de la fundación del mundo para ser santificados y ser rociados con la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador, y así ser limpios de todo pecado, ser justificados y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo arrepentidos de nuestros pecados, y ser bautizados por el Espíritu Santo y obtener el nuevo nacimiento, y así nacer del Agua y del Espíritu y entrar al Reino de Dios, entrar al Reino de Cristo, y así estar o ser reconciliados con Dios y restaurados a la Vida eterna y restaurados al Reino eterno de Dios. Todo esto se obtiene por medio de una sola cosa: por medio del Sacrificio Universal de nuestro amado Señor Jesucristo, porque ese es el Sacrificio Expiatorio Universal para los que están en la Tierra, y con ese Sacrificio Cristo junta las cosas que están en el Cielo y las cosas que están en la Tierra. Ese es el único Sacrificio Expiatorio Universal, con el cual son restauradas a la Vida eterna y por consiguiente a Dios las cosas que están en la Tierra y las cosas que están en el Cielo. No hay otro Sacrificio Expiatorio por el ser humano, no hay otro Sacrificio por las cosas que están en la Tierra y por las cosas que están en el Cielo, solamente hay un Sacrificio Expiatorio Universal; y la buena noticia es que es el Sacrificio de Jesucristo en la Cruz del Calvario. La muerte de Cristo en la Cruz del Calvario para las muchas personas que estaban allí presentes era una tragedia, pero para los creyentes en Cristo fue el Sacrificio Expiatorio Universal para reconciliar con Dios al ser humano, para reconciliar con Dios las cosas Celestiales y las cosas terrenales también. Por lo tanto, como ciudadanos celestiales, como personas celestiales hemos recibido de parte de Dios el Sacrificio Expiatorio Universal, para ser reconciliados con Dios. Estamos escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo, y nuestros nombres están en el Cielo, somos personas celestiales. Y por medio del Sacrificio Expiatorio Universal Cristo nos ha reconciliado con Dios y nos ha dado la salvación y Vida eterna. Cristo dijo en San Lucas, capítulo 19, verso 10: “*Porque el Hijo del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.”* Esas son las ovejas que el Padre le dio a Cristo para que les dé, las busque y les dé salvación y Vida eterna; y Cristo nuestra pascua ya ha sido Sacrificado por todos nosotros, ya nuestra Pascua fue Sacrificada en la Cruz del Calvario. Y ahora, vean ustedes en la víspera de la pascua allá en Egipto, el cordero pascual fue sacrificado, pero luego vino la tarde y en la tarde terminó la víspera de la pascua y comenzó la pascua; y en la pascua tenían ellos que estar ya dentro de sus hogares con la sangre aplicada en el dintel y los postes de sus hogares y con el cordero dentro ya asado para tener la cena, comer ese cordero pascual. Y ahora, después de la víspera de la pascua, en donde Cristo nuestra pascua ya fue Sacrificado, ha venido el Día de la pascua en el Cielo en el Programa Divino, que es la Dispensación de la Gracia, en donde toda persona está llamada a estar dentro de la Casa de Dios, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, en donde está la Sangre de Cristo, del Cordero de Dios, del Cordero Pascual aplicada en la Puerta, está aplicada en el dintel y los postes de la Puerta de la Casa de Dios. Cristo dijo: “Yo Soy la Puerta, el que por mí entrare será salvo; y entrará y hallará pastos.” San Juan, capítulo 10, verso 9. Y ahora, la Puerta de la Casa de Dios, la Puerta de la Iglesia del Señor Jesucristo es Cristo nuestro Salvador. Toda persona está llamado a entrar por Cristo, escuchando la predicación del Evangelio de Cristo y naciendo la fe de Cristo en su alma, en su corazón y creyendo en Cristo de todo corazón, y confesando a Cristo públicamente, dando testimonio público de su fe en Cristo recibiéndolo como su único y suficiente Salvador. Y arrepentido de sus pecados, pidiéndole perdón a Cristo por sus pecados, y siendo bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo bautizándolo con Espíritu Santo y Fuego y produciendo en la persona el nuevo nacimiento, y así la persona entrando al Reino de Dios, entrando la persona por la Puerta, que es Cristo, entrando a la Casa de Dios, entrando al Reino de Dios y ahí tener la Vida eterna, porque el que entra al Reino de Dios entra a la Vida eterna. Y ahora, estamos viviendo desde el Día de Pentecostés en adelante, estamos viviendo en la pascua, Cristo murió en la víspera de la pascua y ahora estamos viviendo desde que Cristo resucitó, estamos viviendo en la pascua. Cristo es nuestra pascua. Y ahora, toda persona está llamada a estar dentro de la Casa de Dios y tener a Cristo, el Sacrificio de la Expiación por nuestros pecados, y estar comiéndose a Cristo. Cristo dijo: “El que no coma mi carne y beba mi Sangre, no tiene vida en sí.” Por lo tanto, tenemos que estar creyendo en Cristo de todo corazón, y teniendo la Sangre de Cristo aplicada *acá* en nuestra alma, para estar limpios de todo pecado y estar reconciliados con Dios, y estar esperando que termine el Día de la Pascua, que es el Día de la Dispensación de la Gracia. Y ya en la mañana... dice: “Que no salgan de las casas durante ese lapso de tiempo de la noche, no salgan de los hogares.” Vean, la Dispensación de la Gracia es la parte que corresponde desde la caída del sol hasta la mañana, hasta que raya el alba, hasta ahí llega la Dispensación de la Gracia. Por lo tanto, corresponde al tiempo de la noche, de la pascua donde la muerte está visitando todos los hogares y a todas las personas, y solamente estarán seguros aquellos que estarán en la Casa de Dios comiéndose el Cordero pascual, a Cristo, recibiendo las enseñanzas de Cristo, escuchando la Palabra de Cristo y manteniéndose limpios con la Sangre de Cristo nuestro Salvador, esas personas estarán en la Iglesia del Señor Jesucristo. Fuera de la Iglesia del Señor Jesucristo la muerte para el alma de los seres humanos está hiriendo a los seres humanos; los seres humanos en su alma están muriendo espiritualmente por millones, y si luego la persona muere físicamente sin Cristo, irá al infierno, donde fueron los antediluvianos que no creyeron al Mensaje de Noé. No hay seguridad fuera de Cristo, no hay seguridad fuera de la Casa de Dios. Por lo tanto, para la preservación de la vida de los primogénitos, los primogénitos tenían que estar ¿dónde? Dentro de la Casa de Dios, dentro de la casa de ellos que tipifica la Casa de Dios, la Iglesia del Señor Jesucristo. Es en la Iglesia del Señor Jesucristo, la Casa de Dios, donde están los Primogénitos de Dios, los escogidos de Dios desde antes de la fundación del mundo por los cuales Cristo murió en la Cruz del Calvario. Y los que todavía no están dentro de la Casa de Dios por medio del Evangelio de la Gracia, por medio del Evangelio de Cristo, están siendo llamados y juntados ¿dónde? En la Iglesia del Señor Jesucristo, que es el Cuerpo Místico de Jesucristo nuestro Salvador, y así aseguran su futuro eterno, así es como son preservados para Vida eterna: por medio del Sacrificio Expiatorio Universal de nuestro amado Señor Jesucristo. Luego, así como en la mañana ya salieron los hebreos libres, en la mañana espiritual, en la mañana espiritual de la pascua, del Día de la pascua (porque comienza primero en la tarde, y después todo el día es día de la pascua también, luego que pasa la noche). Y luego, miren ustedes, cuando raya el alba, está rayando un nuevo día, un nuevo Día dispensacional, el nuevo Día dispensacional del Reino, de la Dispensación del Reino; es ahí donde físicamente saldrán libres físicamente con un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado todos los escogidos de Dios, serán resucitados los muertos en Cristo y nosotros los que vivimos seremos transformados. Pero ya en lo espiritual salimos libres, fuimos libres cuando recibimos a Cristo como nuestro único y suficiente Salvador, fuimos libertados del reino de las tinieblas, fuimos libertados del faraón, el diablo, y de su reino. El diablo es el príncipe del reino de las tinieblas, donde han estado los hijos de Dios, pero han sido libertados por Cristo y han sido colocados en el Reino de Jesucristo, el Hijo de Dios. Y luego cuando en lo físico obtengamos nuestra liberación física, que será nuestra transformación para los que vivimos y la resurrección de los muertos en Cristo en cuerpos glorificados, ya estaremos libres del reino de las tinieblas físico y estaremos en el Reino físico de nuestro amado Señor Jesucristo, que es el Reino Milenial de Cristo, para vivir con Cristo por toda la eternidad, y reinar con Cristo por el Milenio y por toda la eternidad. Por lo tanto, reconociendo el Sacrificio Expiatorio Universal de Cristo es que obtenemos todas estas bendiciones. Hemos visto que este Sacrificio Universal de Cristo fue tipificado en el sacrificio del cordero pascual y en el sacrificio del macho cabrío de la expiación; el sacrificio del macho cabrío de la expiación era para las personas obtener el perdón de sus pecados y ser reconciliados con Dios. Ya no se llevan a cabo sacrificios de animalitos; y cualquiera que los lleve a cabo está atrasado por dos mil años, porque ya hay un Sacrificio Perfecto que fue efectuado dos mil años atrás en la Cruz del Calvario. Juan dijo: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” Y el Ángel que le apareció a José (el marido de la virgen María) hablando acerca del niño que tenía la virgen María en su vientre, le dijo... dice capítulo 1, verso 20 al 21 de San Mateo... José, pues estaba pensando en dejar secretamente a la virgen María, porque estaba embarazada y no era de él el niño, y vean dice: “*Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David...”* ¿Por qué le dice: “José, hijo de David”? Porque José es un descendiente del Rey David por la línea del rey Salomón, y la virgen María es descendiente del rey David por la línea de Natán el hijo de David. “*Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.* *Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.”* El único que salva a Su pueblo de sus pecados tiene un Nombre SEÑOR JESUCRISTO. Por lo tanto, no hay otro Salvador, no hay otro Redentor, y no hay otro Sacrificio Universal por nuestros pecados; solamente hay un solo Salvador y Su Nombre es Señor Jesucristo, y hay solamente un Sacrificio Universal Expiatorio, y es el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario. San Pedro en el libro de los Hechos, capítulo 4, verso 12, dijo: “*Porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.”* Por lo tanto, si no hay otro nombre, entonces no podemos buscar a otra persona u otro nombre, sino solamente uno: a nuestro amado Señor Jesucristo para que nos dé la salvación y Vida eterna, y así aseguremos nuestro futuro eterno con Jesucristo en Su Reino eterno. Yo he asegurado mi futuro eterno con Jesucristo en Su Reino eterno, al creer en la Primera Venida de Cristo y en Su Sacrificio Universal en la Cruz del Calvario por mis pecados. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también. Si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo y no ha creído en Su muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrifico Universal por el pecado suyo, por el pecado de usted, pero quiere vivir eternamente, quiere entrar al Reino de Dios para vivir eternamente, puede en estos momentos venir a los pies de Cristo dando testimonio público de vuestra fe en Cristo, para que Cristo le reciba en Su Reino, le perdone y con Su Sangre le limpie de todo pecado, y así el Sacrificio Expiatorio Universal de Cristo haga en usted la labor, sea usted limpio de todo pecado y sea reconciliado con Dios, y sea restaurado a la Vida eterna en el Reino eterno de Jesucristo nuestro Salvador. Por lo tanto, bien puede en estos momentos venir a los Pies de Cristo dando testimonio público de vuestra fe en Cristo, y yo estaré orando por usted para que Cristo le reciba en Su Reino, le perdone y con Su Sangre le limpie de todo pecado, y le bautice con Espíritu Santo y Fuego luego que usted sea bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. También los que están a través de Internet o del satélite allá en Puerto Rico, en Venezuela, en Colombia, en Ecuador, en Perú, en Bolivia, en Chile, en Paraguay, en Argentina, en Uruguay, en toda la República del Brasil, en toda la República Mexicana, en Guatemala, en El Salvador, en Honduras, en Nicaragua, en Costa Rica, en Panamá, también en el Caribe, en República Dominicana y demás países del Caribe. También los que están en Norteamérica, y los que están en Europa, y los que están allá en el África, y los que están en otras naciones en estos momentos viendo y también escuchando esta conferencia, pueden venir a los pies de Cristo para dar testimonio público de vuestra fe en Cristo, recibiéndole como vuestro único y suficiente Salvador, para que Cristo les perdone y con Su Sangre les limpie de todo pecado, y sean bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en ustedes el nuevo nacimiento. Para que sea posible la salvación de cada uno de nosotros ha sido efectuado en la Cruz del Calvario el Sacrificio de la Expiación por nuestros pecados, el Sacrificio Expiatorio Universal de nuestro amado Señor Jesucristo. Pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo los que están aquí presentes y también los que están en otras naciones, para que queden incluidos todos en esta oración que estaré haciendo por todos los que están viniendo a los Pies de Cristo en estos momentos. Lo más importante para el ser humano es la Vida eterna, no hay otra cosa más importante que la Vida eterna. Por esa causa vino Cristo a la Tierra para que nosotros podamos recibir la Vida eterna. Por lo tanto, el Sacrificio de Cristo en Su Primera Venida no fue en vano, fue lo que nosotros necesitábamos para obtener el perdón de nuestros pecados, ser limpios de todo pecado, y ser bautizados en Su Nombre en agua y recibir Su Espíritu Santo y obtener la Vida eterna. Sin ese Sacrificio Expiatorio de Cristo en la Cruz del Calvario, que es el Sacrificio Universal para todo ser humano, sin ese Sacrificio no podíamos obtener la Vida eterna, se necesitaba ese Sacrificio. Por esa causa Cristo vino y dio Su vida por nosotros en la Cruz del Calvario, para salvar a las ovejas que el Padre le dio para que les diera Vida eterna. Sin Cristo nosotros estábamos perdidos, pero con Cristo estamos salvos y con Vida eterna. Todavía vienen más personas que como ustedes quieren vivir eternamente y han creído en el Sacrificio Expiatorio Universal de nuestro amado Señor Jesucristo, es el único Sacrificio reconocido por Dios como el Sacrificio de la Expiación por los pecados del ser humano. No hay otra cosa que Dios acepte, para que el ser humano sea perdonado por Dios y sea limpiado de todo pecado, y sea justificado ante Dios y sea restaurado a la Vida eterna, y por consiguiente reconciliado con Dios. No hay otro sacrificio y no hay otra cosa con la cual usted pueda ser reconciliado con Dios, y no hay otra cosa con la cual usted pueda ser limpio de todo pecado. Usted va al supermercado o a la farmacia y le pide a la persona que allí atiende, un detergente o algún líquido o alguna crema o algo con lo cual usted pueda ser limpio de todo pecado, y él le dirá: “Aquí no vendemos ese producto.” Lo que sucede es que el producto que limpia al ser humano de todo pecado es la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador, no hay otra cosa con la cual usted pueda ser limpio de todo pecado. Y si no hay otra cosa, pues no vamos a buscar otra cosa. Vean, en Apocalipsis, capítulo 1, versos 5 al 6, dice: “*Y de Jesucristo el testigo fiel, el primogénito de los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra. Al que nos amó, y nos lavó de nuestros pecados con su sangre.”* ¿Ven? Él nos amó y nos lavó de nuestros pecados con Su Sangre: “*Y nos hizo reyes y sacerdotes para Dios, su Padre; a él sea gloria e imperio por los siglos de los siglos. Amén.”* Y ahora, por cuanto Él nos amó, Él con Su Sangre derramada en la Cruz del Calvario en Su Sacrificio Expiatorio universal nos limpió de todo pecado. En Apocalipsis también, capítulo 5, versos 8 en adelante está el testimonio bíblico de lo que ha hecho la Sangre de Cristo por mí. ¿Y por quién más? Por cada uno de ustedes también. Apocalipsis, capítulo 5, verso 8 en adelante; mientras leo esta Escritura pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo dando testimonio público de vuestra fe en Cristo. Dice capítulo 5 del Apocalipsis, verso 9 en adelante, dice: “*Y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado.”* ¿Quién fue inmolado? Jesucristo, el Cordero de Dios, fue inmolado en la Cruz del Calvario: “*Porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;* *y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.”* Cristo con Su Sangre nos ha redimido para nuestro Dios, y nos ha hecho para nuestro Dios Reyes y Sacerdotes, y vamos a reinar sobre el planeta Tierra con Cristo en Su Reino eterno. En Apocalipsis, capítulo 20 también, versos 4 al 6, dice: “*Y vi tronos, y se sentaron sobre ellos los que recibieron facultad de juzgar; y vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios, los que no habían adorado a la bestia ni a su imagen, y que no recibieron la marca en sus frentes ni en sus manos; y vivieron y reinaron con Cristo mil años* (y reinaron con Cristo, ¿cuánto? Mil años, ¿y después? Por toda la eternidad)*.”* Ahora, podemos ver que por medio de Cristo y Su Sacrificio en la Cruz del Calvario ha sido asegurado nuestro futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno. Por lo tanto, toda persona que desea vivir eternamente, escuchará la predicación del Evangelio de Cristo y recibirá a Cristo como su único y suficiente Salvador. Al escuchar la predicación del Evangelio de Cristo ya sabe cómo obtener el perdón de sus pecados, cómo ser limpio de todo pecado por medio de la Sangre de Cristo, y cómo obtener la salvación y Vida eterna. Venimos a los Pies de Cristo dando testimonio público de nuestra fe en Cristo, para recibir de Cristo el perdón de nuestros pecados y recibir la Vida eterna, porque Dios nos ha dado Vida eterna, y esta vida está en Su Hijo, en Jesucristo. Por lo tanto, para recibir la Vida eterna, pues tenemos que venir a aquél en quien está la Vida eterna. Cristo dijo en San Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16: “*Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.* *El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”* Tan simple como eso. Es un asunto de creer para ser salvo, y es un asunto de no creer para ser condenado. Es un asunto de creer en el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario como el Sacrificio Universal de nuestra Expiación para ser salvos, o es un asunto de no creer en Cristo y Su Sacrificio en la Cruz del Calvario para ser condenado. Por lo tanto, es un asunto de fe en Cristo para obtener la salvación y Vida eterna y asegurar nuestro futuro eterno con Jesucristo en Su Reino eterno. Cristo dijo en San Mateo, capítulo 10, verso 32 al 33: “*A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.”* Cualquier persona que confiesa públicamente a Cristo como su Salvador, recibiéndolo como su Salvador y siendo bautizado en agua en Su Nombre arrepentido de sus pecados, y Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego, el Padre le ha dado, ¿qué? La entrada a Su Reino eterno, le ha dado la Vida eterna en Su Reino eterno, la persona recibe del Agua y del Espíritu y por consiguiente ha entrado al Reino de Dios. ¿Y qué para los que no confiesan públicamente a Cristo como su Salvador? “*Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.”* Cualquiera que niegue a Cristo, cualquiera que no venga a los Pies de Cristo arrepentido de sus pecados, reconociendo a Cristo como su único y suficiente Salvador, y reconociendo la muerte de Cristo en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de la Expiación por sus pecados, esa persona que no confiesa públicamente a Cristo como su Salvador, no será confesado delante de Dios como un creyente en Cristo, no será confesado como un creyente en el Sacrificio de la Expiación por sus pecados. Por lo tanto, la persona no ha aceptado el Sacrificio Expiatorio Universal de Cristo por sus pecados, y por consiguiente la persona no está perdonada de pecados, y por consiguiente la persona no puede recibir la Vida eterna, no puede entrar al Reino de Dios para vivir eternamente con Cristo en el Reino eterno de Dios. Pero todos queremos vivir con Cristo en Su Reino eterno, para lo cual lo hemos recibido como nuestro único y suficiente Salvador, hemos reconocido y creído y aceptado Su muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio Expiatorio Universal por nuestros pecados. Esa es la forma en que entramos a la Vida eterna, esa es la forma establecida por Dios para el ser humano ser reconciliado con Dios y obtener la Vida eterna. En el mismo capítulo 10, verso 28, Cristo dice: “*Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.”* Hay que temer, ¿a quién? A Dios, que es el que puede destruir el cuerpo y el alma en el infierno. Y para no ser destruidos en el infierno en alma, espíritu y cuerpo, pues tenemos que tener el Sacrificio Expiatorio Universal de Cristo, el cual fue realizado en la Cruz del Calvario; tenemos que tener a Cristo y creer en Su muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio Expiatorio por nuestros pecados, y recibirlo por consiguiente como nuestro único y suficiente Salvador. Y así damos testimonio público de nuestra fe en Cristo, y somos bautizados en agua, arrepentidos de nuestros pecados somos bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo nos bautiza con Espíritu Santo y Fuego, y produce en nosotros el nuevo nacimiento. Por eso Pedro el Día de Pentecostés, al final de su Mensaje dijo, en el capítulo 2 del libro de los Hechos, versos 34 en adelante: “*Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice:* *Dijo el Señor a mi Señor:* *Siéntate a mi diestra,* *Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.* *Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.”* Dios ha hecho a Jesús Señor y Cristo. Por eso llamamos a Jesús SEÑOR JESUCRISTO: porque en Jesús habitó la plenitud de la Divinidad, la plenitud de Dios, que es Padre, Hijo y Espíritu Santo: “*Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?* *Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.”* Llama al pueblo al arrepentimiento, y los llama a ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y dice: *“Y recibiréis el don del Espíritu Santo.”* El Don del Espíritu Santo es dado, luego que la persona arrepentido de sus pecados viene a Cristo, y luego es bautizada en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, le pide perdón a Cristo por sus pecados, Cristo le perdona, es bautizada en agua en el Nombre de Jesucristo, Cristo también le limpia con Su Sangre preciosa. Y luego que es bautizada en agua, Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego y produce en la persona el nuevo nacimiento, y así la persona nace a una nueva vida: a la Vida eterna en el Reino eterno de Jesucristo nuestro Salvador, y así la persona ha asegurado su futuro eterno con Jesucristo en Su Reino eterno. No importa que la persona se ponga vieja luego y no importa que muera, ya tiene su futuro eterno asegurado con Cristo en Su Reino eterno. En la resurrección Cristo lo resucitará en cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado para vivir por toda la eternidad con un cuerpo joven, igual al cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador. Y nosotros que estamos vivos si permanecemos vivos hasta ese momento, pues seremos transformados y entonces tendremos el cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, y seremos a imagen y semejanza de Jesucristo nuestro Salvador. Por eso es tan importante recibir a Cristo como nuestro único y suficiente Salvador, Su muerte en la Cruz del Calvario es el Sacrificio Expiatorio Universal por nuestros pecados. Si todavía falta alguna persona por venir a los Pies de Cristo dando testimonio público de su fe en Cristo, puede venir. Y los niños también de diez años en adelante, también pueden venir a los Pies de Cristo en estos momentos. Cristo tiene lugar en Su Reino para los niños también. Él dijo: “Dejad a los niños venir a mí, y no se lo impidáis, porque de los tales es el Reino de los Cielos.” También los que están en otras naciones, también pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo en estos momentos para que queden incluidos en esta oración que estaré haciendo por todos los que están viniendo a los Pies de Cristo. Todos los que están viniendo a los Pies de Cristo quieren asegurar su futuro eterno con Jesucristo en Su Reino eterno, han creído en Cristo, han creído en Su Sacrificio Expiatorio en la Cruz del Calvario, que es el Sacrificio Universal por nuestros pecados, y Cristo ha prometido darles Vida eterna. Vamos a estar puestos en pie para orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo. Si todavía falta alguna persona y se ha sentido tímida para venir, recuerde que para recibir la Vida eterna uno no puede ser tímido. Si le ofrecen un millón de dólares a una persona que sea tímida, se le va la timidez, ¡cuánto más Cristo ofreciéndole la Vida eterna! Por lo tanto, no podemos ser tímidos para recibir a Cristo como nuestro único y suficiente Salvador. Cristo no fue tímido para morir por mí. ¿Y por quién más? Por cada uno de ustedes en la Cruz del Calvario. Cristo valientemente dio Su vida en Expiación por nuestros pecados en la Cruz del Calvario, y así fue establecido el Sacrificio Expiatorio Universal por los pecados del ser humano. Es el único Sacrificio Universal, y Su Sangre es la Sangre del Nuevo Pacto, al cual entran todos los creyentes en Cristo, y el Nuevo Pacto es un Pacto en donde el ser humano obtiene la Vida eterna. Vamos ya a orar por las personas que han pasado. Si todavía falta alguna en las diferentes naciones que están conectadas por internet o por el satélite en estos momentos, puede venir para que quede incluida en esta oración que haré por las personas que han venido a los Pies de Cristo. Y si todavía falta alguno de los que están aquí presentes por venir a los pies de Cristo, puede venir para que Cristo le reciba en Su Reino, le perdone y con Su Sangre le limpie de todo pecado, diga: “Yo quiero recibir la Vida eterna, yo quiero vivir eternamente con Cristo en Su Reino; por lo tanto, yo paso al frente dando testimonio público de mi fe en Cristo y lo recibo como mi único y suficiente Salvador.” Vamos a levantar nuestras manos al Cielo, a Cristo. Vamos a cerrar nuestros ojos y repitan conmigo esta oración: ***Señor Jesucristo, vengo a Ti habiendo escuchado la predicación de Tu Evangelio y habiendo nacido Tu fe en mí.*** ***Señor Jesucristo, doy testimonio público de mi fe en Ti, creo en Tu Primera Venida, creo en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio Expiatorio Universal por mis pecados, y Te recibo como mi único y suficiente Salvador.*** ***Reconozco que soy pecador, Te ruego perdones mis pecados y Te ruego me limpies de todo pecado con Tu Sangre preciosa, y me bautices con Espíritu Santo y Fuego y produzcas en mí el nuevo nacimiento, luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre.*** ***Señor Jesucristo, en Tus manos encomiendo mi alma, salva mi alma, Señor Jesucristo, Te lo ruego, quiero vivir contigo en Tu Reino por toda la eternidad.*** ***Señor Jesucristo, en Tus manos encomiendo mi alma, salva mi alma, Te lo ruego. En Tu Nombre eterno y glorioso Señor Jesucristo. Amén y amén.*** Y todos con nuestras manos levantadas al Cielo decimos: **¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén y amén.** Por cuanto ustedes han escuchado la predicación del Evangelio de Cristo y han creído en Cristo de todo corazón, Él dijo: “*Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.* *El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”* Por cuanto ustedes han escuchado la predicación del Evangelio de Cristo y han creído de todo corazón, Cristo les ha recibido en Su Reino. Él dijo: *“El que creyere y fuere bautizado, será salvo.”* Ustedes me dirán: “Quiero ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo lo más pronto posible, quiero cumplir el mandato de Cristo completo. ¿Cuándo me pueden bautizar?” Es la pregunta de vuestro corazón. Por cuanto ustedes han creído de todo corazón en Cristo, bien pueden ser bautizados en agua en estos mismos momentos en el Nombre del Señor Jesucristo. Para lo cual pregunto al reverendo Epifanio López si hay agua: Hay agua, hay bautisterios. ¿Hay ropas bautismales? Hay ropas bautismales también. ¿Hay también vestidores de ropa o lugar dónde cambiarse de ropas? Hay lugares también, lugar donde cambiarse de ropas, donde colocarse las ropas bautismales. Y luego que sean bautizados en agua regresarán a los vestidores de ropa, en donde se pondrán de nuevo las ropas de ustedes que estarán secas y regresarán a sus hogares gozosos y agradecidos a Cristo por la salvación de vuestra alma. Habrá personas también que les ayudarán y también cuidarán de vuestras ropas, en lo que ustedes serán bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Cristo dijo: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.” Pero ustedes han creído y ahora corresponde el momento al bautismo en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, por el cual clama vuestra alma. Que Dios les continúe bendiciendo a todos. Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes, dándoles testimonio de: **“EL SACRIFICIO UNIVERSAL,”** el Sacrificio Universal de Jesucristo en la Cruz del Calvario, que es el Sacrificio Expiatorio por nuestros pecados. Por lo tanto, ustedes han creído en ese Sacrificio y ustedes reciben todas las bendiciones que hay en ese Sacrificio: el perdón de vuestros pecados y la limpieza de vuestros pecados con la Sangre de Jesucristo, nuestro Salvador, y por consiguiente la Vida eterna. ***Que Dios les continúe bendiciendo a todos, y que Jesucristo, el Ángel del Pacto, les bautice con Espíritu Santo y Fuego luego que ustedes sean bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo.*** ***Y a vuestros familiares Cristo los traiga también a Sus Pies, y les dé la salvación y Vida eterna para que estén con ustedes en el Reino eterno de Cristo por toda la eternidad. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén y amén.*** Muchas gracias por vuestra amable atención, y dejo con ustedes al Reverendo Epifanio López para que les indique hacia dónde caminar las damas y hacia dónde caminar los caballeros, para colocarse las ropas bautismales y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Que Dios les bendiga y les guarde a todos, y con nosotros nuevamente el Reverendo Epifanio López. “**EL SACRIFICIO UNIVERSAL.”**