--- title: 'El Día de Jubileo' date: 2005-02-16 activity: 1 place: Topochico city: Monterrey state: Nuevo León country: MX duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes; es para mí un privilegio grande estar con ustedes los que están aquí presentes y los que están a través de internet, del satélite o de cualquier otro medio de comunicación allá en los diferentes países: en Colombia, Paraguay, Brasil, Chile, Norteamérica, Perú, Argentina, República Mexicana, El Salvador, Venezuela, Portugal, y demás países que están a través de internet o del satélite, para también ustedes allá en el África, que Dios les bendiga grandemente. Para esta ocasión leemos en Levítico, capítulo 25, versos 8 al 13, donde dice: “*Y contarás siete semanas de años, siete veces siete años, de modo que los días de las siete semanas de años vendrán a serte cuarenta y nueve años.* *Entonces harás tocar fuertemente la trompeta en el mes séptimo a los diez días del mes; el día de la expiación haréis tocar la trompeta por toda vuestra tierra.* *Y santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis libertad en la tierra a todos sus moradores; ese año os será de jubileo, y volveréis cada uno a vuestra posesión, y cada cual volverá a su familia.* *El año cincuenta os será jubileo; no sembraréis, ni segaréis lo que naciere de suyo en la tierra, ni vendimiaréis sus viñedos,* *porque es jubileo; santo será a vosotros; el producto de la tierra comeréis.* *En este año de jubileo volveréis cada uno a vuestra posesión.”* Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra. Nuestro tema es: **“EL AÑO DEL JUBILEO,”** en donde en ese año el día diez del mes séptimo de cada año era el día del sacrificio de la expiación por el pecado del pueblo, era el día en que el pueblo era perdonado y reconciliado con Dios, y por consiguiente ese era el día grande de jubileo en el año del jubileo. Por lo tanto, nuestro tema es: **“EL DÍA DE JUBILEO.”** En el año de jubileo hay un día de jubileo grande que es el día de la expiación. Y ahora, por cuanto todo esto es tipo y figura de lo que Dios por medio de Cristo, el Mesías, estaría llevando a cabo en Su Programa de Redención, en donde Él expiaría el pecado del pueblo y reconciliaría al ser humano con Dios. En el año del jubileo para todos los seres humanos hay un día de jubileo que fue el día en que Cristo murió en la Cruz del Calvario y luego tres días después (el domingo de resurrección) se levantó de entre los muertos glorificado, y apareció a Sus discípulos, y también ascendió al Cielo y luego descendió y estuvo con Sus discípulos 40 días apareciéndole a ellos en diferentes ocasiones. A través de la Escritura podemos ver que las fiestas dadas al pueblo hebreo, son tipo y figura de cosas que Dios haría en una escala mayor, y que serían cumplidas en nuevas dispensaciones que vendrían después de la Dispensación de la Ley. Luego de la Dispensación de la Ley (que es la quinta dispensación), viene la sexta dispensación, la Dispensación de la Gracia, donde Dios por medio de Cristo estaría cumpliendo un sinnúmero de esas fiestas que fueron dadas al pueblo hebreo. Y luego en la Dispensación del Reino que es la séptima dispensación, Dios también cumplirá la realidad de fiestas que fueron dadas al pueblo hebreo, tales como la fiesta de los tabernáculos, que representa la Dispensación del Reino y representa también el Reino Milenial de Cristo. Ese Reino Milenial en el séptimo milenio, en donde estará establecida la Dispensación del Reino. El Reino Milenial de Cristo estará regido por la Dispensación del Reino. Ahora, el día de jubileo, del año del jubileo era el día de jubileo más grande y glorioso, era en el día de la expiación en donde el ser humano quedaba libre de sus pecados porque quedaba perdonado ante Dios y cubierto con la sangre del animalito, del cordero o del macho cabrío que había sido sacrificado por los pecados del pueblo, era el día de liberación donde el pueblo quedaba libertado, liberado de sus pecados y por consiguiente quedaba liberado del reino de las tinieblas y del rey del reino de las tinieblas, que es el diablo. Y todo esto es tipo y figura de lo que el Mesías, Cristo haría en una escala mayor. Así como Dios libertó al pueblo hebreo por medio del Profeta Moisés, y luego los llevó a la tierra prometida, vean, hubo un sacrificio para poderse llevar a cabo esa liberación. Y ahora, hay un Sacrificio Expiatorio, el cual es el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario, para llevarse a cabo la liberación de todas las personas escritas en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. Ese Sacrificio ha sido colocado en el Día de la Expiación, y por consiguiente también en el año del jubileo, que es el año más importante de todos los años, y ese año era un año que aparecía en la historia del pueblo hebreo, luego de las siete semanas de años, en donde transcurrían 49 años, y luego venía el año cincuenta que es el año de jubileo. Para las personas quedar libres, los esclavos quedar libres, tenían el sacrificio de la expiación por sus pecados el día diez del mes séptimo de cada año; y la trompeta del año del jubileo se sonaba el día diez del mes séptimo del año cincuenta. Y ahora, por cuanto Cristo murió en la Edad de la Piedra Angular, que corresponde al año del jubileo, y siendo Cristo la Piedra también Angular, encontramos que la muerte de Cristo en la Cruz del Calvario es la Expiación por nuestros pecados, ¿para qué? Para quedar libres del reino de las tinieblas y del príncipe de las tinieblas, que es el diablo, y ser colocados en el Reino de Jesucristo, que es el Reino de Dios con Vida eterna. Desde los días de Jesús se ha estado predicando el año del jubileo y se ha estado dando a conocer el día del jubileo, que es el Día de la muerte de Cristo en la Cruz del Calvario, para que todo aquel que escucha la predicación del Evangelio de la Gracia, que viene a ser la Trompeta del año del jubileo proclamando liberación, libertad a todo ser humano que arrepentido de sus pecados viene a Cristo y lo confiesa públicamente como su único y suficiente Salvador; y esa persona arrepentida de sus pecados pide perdón a Cristo, Cristo lo perdona y es bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego, y produce en la persona el nuevo nacimiento, y produce la liberación de la persona, es libertada la persona del reino de las tinieblas y del poder del maligno, del reino del maligno, y queda libre para vivir en el Reino de Cristo por esta vida terrenal y por toda la eternidad. Ahora, encontramos en Ezequiel, capítulo 33 las palabras que expresa acerca de ese jubileo. Vean ustedes aquí, capítulo 33 de Ezequiel, versos 1 en adelante, dice: “*Vino a mí palabra de Jehová, diciendo:* *Hijo de hombre, habla a los hijos de tu pueblo, y diles: Cuando trajere yo espada sobre la tierra, y el pueblo de la tierra tomare un hombre de su territorio y lo pusiere por atalaya,* *y él viere venir la espada sobre la tierra, y tocare trompeta y avisare al pueblo,* *cualquiera que oyere el sonido de la trompeta y no se apercibiere, y viniendo la espada lo hiriere, su sangre será sobre su cabeza.* *El sonido de la trompeta oyó, y no se apercibió; su sangre será sobre él; mas el que se apercibiere librará su vida.* *Pero si el atalaya viere venir la espada y no tocare la trompeta, y el pueblo no se apercibiere, y viniendo la espada, hiriere de él a alguno, éste fue tomado por causa de su pecado, pero demandaré su sangre de mano del atalaya.* *A ti, pues, hijo de hombre, te he puesto por atalaya a la casa de Israel, y oirás la palabra de mi boca, y los amonestarás de mi parte.* *Cuando yo dijere al impío: Impío, de cierto morirás; si tú no hablares para que se guarde el impío de su camino, el impío morirá por su pecado, pero su sangre yo la demandaré de tu mano.* *Y si tú avisares al impío de su camino para que se aparte de él, y él no se apartare de su camino, él morirá por su pecado, pero tú libraste tu vida.* *Tú, pues, hijo de hombre, dí a la casa de Israel: Vosotros habéis hablado así, diciendo: Nuestras rebeliones y nuestros pecados están sobre nosotros, y a causa de ellos somos consumidos; ¿cómo, pues, viviremos?* *Diles: Vivo yo, dice Jehová el Señor, que no quiero la muerte del impío, sino que se vuelva el impío de su camino, y que viva. Volveos, volveos de vuestros malos caminos; ¿por qué moriréis, oh casa de Israel?* *Y tú, hijo de hombre, dí a los hijos de tu pueblo: La justicia del justo no lo librará el día que se rebelare; y la impiedad del impío no le será estorbo el día que se volviere de su impiedad; y el justo no podrá vivir por su justicia el día que pecare.* *Cuando yo dijere al justo: De cierto vivirás, y él confiado en su justicia hiciere iniquidad, todas sus justicias no serán recordadas, sino que morirá por su iniquidad que hizo.* *Y cuando yo dijere al impío: De cierto morirás; si él se convirtiere de su pecado, e hiciere según el derecho y la justicia,* *si el impío restituyere la prenda, devolviere lo que hubiere robado, y caminare en los estatutos de la vida, no haciendo iniquidad, vivirá ciertamente y no morirá.”* Ahora, en todo este pasaje, vean ustedes, encontramos aquí que la Trompeta la toca el Atalaya, el Mensajero de Dios, y el Mensajero de Dios en cada edad toca la Trompeta para que las personas se arrepientan de sus pecados, reciban a Cristo como su único y suficiente Salvador, y obtengan el perdón de sus pecados, y sean limpios de todo pecado con la Sangre de Cristo nuestro Salvador, y así la persona pueda recibir la Vida eterna; pero el que no se apercibiere y no le diere oído a la Voz de la Trompeta, la Voz de la Trompeta del Evangelio de Cristo. ¿Ven? El que no diere oído, el que no prestare atención a la predicación del Evangelio de Cristo, esa persona morirá por sus pecados. Pero el que diere oído a la Voz de Cristo, al Evangelio de Jesucristo y se arrepintiere de sus pecados y fuere bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y recibiere el Espíritu Santo, esa persona habrá obtenido el nuevo nacimiento y esa persona ha obtenido la Misericordia de Dios, esa persona no morirá, esa persona vivirá eternamente con Jesucristo en Su Reino eterno. Ahora, toda persona que escucha la predicación del Evangelio de Cristo y no recibe a Cristo como su Salvador, le sucede como al esclavo que no quiso escuchar la voz de la trompeta, dijo: “Yo me quedo con mi amo y continúo como esclavo.” Esa persona ya no tiene más oportunidad de salir libre, aunque viva para el próximo año de jubileo y escuche la trompeta del año de jubileo, ya no podrá ser libre; porque en el tiempo en que la tenía que escuchar para ser libre, no la escuchó, no prestó atención a esa trompeta y a lo que significaba esa trompeta: significaba la liberación de él, de ser esclavo, para ser libre, de ser esclavo del diablo y del reino del diablo para ser libre y ser colocado en el Reino de Cristo, y vivir con Cristo en Su Reino por toda la eternidad. Por lo tanto, todos los que han escuchado la gran Voz de Trompeta del Evangelio de Cristo, del Evangelio de la Gracia, han salido libres, han sido libertados del reino de las tinieblas, han sido libertados del reino del maligno y han sido colocados en el Reino de Cristo, y han obtenido por consiguiente el nuevo nacimiento, han nacido del Agua y del Espíritu, y han sido colocados con Cristo en Su Reino para vivir por toda la eternidad. Desde los días de Jesús hasta nuestro tiempo se ha estado predicando el Evangelio de Cristo, y principalmente cuando Pedro predicó el Día de Pentecostés, ahí comenzó a predicarse el Evangelio de la Gracia y todavía se está predicando el Evangelio de la Gracia, y esto significa que ha estado siendo sonada la Trompeta del año del jubileo, la trompeta que da a conocer el Día de la Expiación para que el ser humano, que es el Día de la Expiación de Cristo en la Cruz del Calvario, para el ser humano pueda ser reconciliado con Dios por medio del Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario. Por lo tanto, se ha estado tocando la gran Voz de Trompeta del Evangelio de la Gracia, la gran Voz de Trompeta del Jubileo, y ha estado moviendose la forma espiritual del Reino de Dios, y ha estado cumpliéndose la Trompeta del Año del Jubileo y del Día de la Expiación siendo sonada, que es la predicación del Evangelio de la Gracia, del Evangelio de Cristo, para el ser humano recibir una liberación espiritual, una liberación interior y obtener una transformación interior, y ser colocado en el Reino de Cristo nuestro Salvador. Y para este tiempo final, en adición a la gran Voz de Trompeta del Día de la Expiación y del año del jubileo, trompeta que era tocada, sonada el día diez del mes séptimo de cada año; y ahora se ha estado sonando la gran Voz de Trompeta del jubileo y del Día de la Expiación, que es la predicación del Evangelio de Cristo, la Trompeta del Evangelio, para que toda persona que escucha se arrepienta de sus pecados y reciba a Cristo como su único y suficiente Salvador, para que sea libre del reino de las tinieblas y sea colocado en el Reino de Jesucristo con Vida eterna. Y para este tiempo final en adición es sonada la gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino en el Día de la Expiación, en el Día en donde el Sacrificio de Cristo fue colocado, o sea, el Día de la Dispensación de la Gracia. Por lo tanto, en el final de la Dispensación de la Gracia se entrelaza la Dispensación del Reino, bajo el sonido de la gran Voz de Trompeta, de la gran Voz de Trompeta del Evangelio de la Gracia y de la gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino. Con la gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino los escogidos reciben la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Por lo tanto, yo estoy esperando mi transformación física, porque estoy escuchando en el día de jubileo y en el año del jubileo la gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, y la gran Voz de Trompeta del Evangelio de la Gracia. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también. Vean cómo San Pablo nos dice en Primera de Tesalonicenses, capítulo 4, versos 14 en adelante, dice: “*Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.* *Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.* *Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.* *Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor.”* Ahora, podemos ver en este pasaje que hemos leído, que para este tiempo final el mismo Señor... dice: “*Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.”* Y ahora, es para este tiempo en que la Trompeta de Dios, que es la gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, está prometida para sonar, y con esa gran Voz de Trompeta son llamados y juntados todos los escogidos de Dios; es la misma gran Voz de Trompeta de San Mateo, capítulo 24, versos 31, donde dice: “*Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.”* Con esa gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, que es la gran Voz de Trompeta del Día de la Expiación y es la gran Voz de Trompeta del año del Jubileo, con esa gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino son llamados y juntados todos los escogidos de Dios de la Iglesia del Señor Jesucristo; y luego serán llamados y juntados los escogidos de Dios del pueblo hebreo, que son ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, doce mil de cada tribu. Y por consiguiente con el sonido de la gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino en este tiempo final, se completará todo el Programa Divino; y los escogidos que ya han partido, que ya han muerto físicamente, serán resucitados en cuerpos glorificados y nosotros los que vivimos seremos transformados; y entonces todos tendremos un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado como el cuerpo glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo, porque estamos en el día de jubileo y en el año del jubileo. Estamos en el año de jubileo escuchando la gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino y la gran Voz de Trompeta del Evangelio de la Gracia. Yo estoy escuchando la gran Voz de Trompeta del Evangelio de Cristo, del Evangelio de la Gracia y del Evangelio del Reino. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también, por lo tanto, estamos esperando nuestra transformación y esperando también a los muertos en Cristo que resuciten en cuerpos glorificados. Estamos viviendo en el año de jubileo, estamos viviendo en la Edad de la Piedra Angular, que es el año de jubileo o donde se cumple el año del jubileo. Durante las siete edades de la Iglesia se cumplieron las siete semanas de años en el campo espiritual, y luego de las siete edades de la Iglesia, luego tenemos la Edad de la Piedra Angular, en la cual hemos sido llamados y en la cual hemos sido juntados, y estamos por consiguiente en el año cincuenta, en el año del jubileo, escuchando la gran Voz de Trompeta del año del jubileo, la gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo. Por eso bajo la gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, hemos estado escuchando los misterios contenidos en la Segunda Venida de Cristo, hemos estado escuchando todo lo relacionado al misterio de la Segunda Venida de Cristo, porque con la revelación del misterio de la Segunda Venida de Cristo recibimos la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, recibimos la fe para ser libertados físicamente de este mundo, ser libertados de esta dimensión terrenal, y ser llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero en un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado. Esa es la clase de cuerpo que yo pronto voy a recibir. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también, porque todos estamos escuchando la gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino en el año del jubileo, que es la Edad de la Piedra Angular; y por consiguiente estamos experimentando el cumplimiento de las profecías correspondientes a este tiempo final. Y estamos esperando nuestra transformación, porque estamos escuchando la gran Voz de Trompeta del día del jubileo y la gran Voz de Trompeta del año del jubileo, que es la predicación del Evangelio del Reino y la predicación del Evangelio de la Gracia. Ambos giran alrededor de la Venida del Señor: el Evangelio de la Gracia gira alrededor de la Primera Venida de Cristo, como el Cordero de Dios para quitar el pecado del mundo o quitando el pecado del mundo, y la gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la Tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. Por lo tanto, estamos viviendo en el día del jubileo, estamos viviendo en el año del jubileo, estamos viviendo en el tiempo más grande de todos los tiempos, tiempo que desearon vivir todos los Ángeles Mensajeros de las diferentes edades, y los Profetas también de la Dispensación de la Gracia y de la Dispensación de la Ley. Este es el tiempo más grande y glorioso de todos los tiempos, este es el Día de Jubileo, este es el día o año cincuenta actualizado, y por consiguiente estamos en el año del jubileo actualizado en la Edad de la Piedra Angular, para así todos tener la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Vamos a ser sacados de este reino terrenal y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, a la Casa de nuestro Padre Celestial, la Ciudad de nuestro Dios, la Nueva Jerusalén. Yo voy a ser transformado porque estoy viviendo en el día de jubileo, en el año del jubileo. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también. Si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo como su único y suficiente Salvador para tener esta esperanza de una transformación, y un cuerpo glorificado para vivir con Cristo en Su Reino por toda la eternidad, si todavía no ha recibido a Cristo, pues no tiene esta esperanza, pero puede en esta noche recibir a Cristo dando testimonio público de su fe en Cristo y recibiéndolo como su único y suficiente Salvador, para que así Cristo le reciba, le perdone con Su Sangre, le limpie de todo pecado, y produzca en usted el nuevo nacimiento luego que usted sea bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo le bautice con Espíritu Santo y Fuego y produzca en usted el nuevo nacimiento. Vamos a dar unos minutos en lo que todas las personas que no han recibido a Cristo todavía como su Salvador y han escuchado la predicación del Evangelio de Cristo, puedan en esta noche dar testimonio público de su fe en Cristo recibiéndole como su único y suficiente Salvador; para lo cual pueden venir acá al frente, pueden venir a los Pies de Cristo y dar testimonio público de su fe en Cristo. Cristo es la Expiación por nuestros pecados, el que recibe a Cristo es perdonado, es limpiado de todo pecado con la Sangre de Cristo y es justificado ante de Dios, queda como si nunca en la vida hubiera pecado, y queda reconciliado con Dios. Por lo tanto, todos los que todavía no habían recibo a Cristo, lo pueden hacer en esta noche dando testimonio público de su fe en Cristo, y pueden venir acá al frente para orar por ustedes, para que queden incluidos en esta oración que estaré haciendo por ustedes. Pueden continuar viniendo conscientes de que el Sacrificio de Cristo fue representado en el sacrificio del macho cabrío de la expiación del día diez del mes séptimo de cada año. Para la liberación nuestra tenemos un Sacrificio por nuestros pecados que es el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario; para la liberación de todos los esclavos el día diez del mes séptimo de cada año hubo un sacrificio por los pecados del pueblo: el sacrificio del macho cabrío de la expiación. Pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo para que Cristo les reciba, les perdone y con Su Sangre les limpie de todo pecado. Pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, conscientes de que el único Salvador, Redentor, es nuestro amado Señor Jesucristo. Él es el Sacrificio de la Expiación por nuestros pecados, el cual fue representado el sacrificio que se efectuaba el día diez del mes séptimo de cada año en medio del pueblo hebreo, en donde se sacrificaba el macho cabrío de la expiación por los pecados del pueblo. Para los esclavos quedar libres el año del jubileo, en donde se sacrificaba el macho cabrío de la expiación y se proclamaba libertad a los cautivos en toda la Tierra, ahora vean, para ser libertados los cautivos en el reino del maligno, ser libertados de ese reino del maligno y ser colocados en el Reino de Cristo, hay un Sacrificio por nuestros pecados: el Sacrificio en la Cruz del Calvario de nuestro amado Señor Jesucristo. Ese es el Sacrificio de la Expiación por nuestros pecados del día diez del mes séptimo de cada año, y por consiguiente también es el sacrifico para el día diez del mes séptimo año del año cincuenta. Pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo los que faltan por llegar, los que están aquí presentes y los que están en otras naciones escuchando y viendo a través de internet esta actividad. Vamos a dar unos segundos más en lo que llegan las personas que faltan por venir aquí, de los que están aquí presentes y también de los que están en los diferentes países: allá en Puerto Rico, en Venezuela, en Colombia, en Ecuador, en Perú, en Chile, en Bolivia, en Paraguay, en Uruguay, en la República de Argentina, en el Brasil, en toda la República Mexicana, en República Dominicana, en todo el Caribe, en Norteamérica, en Europa, en el África, y en todos los demás países. Pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo, para que queden incluidos en esta oración que estaré haciendo por las personas que están viniendo a los Pies de Cristo en estos momentos. Cristo dijo en San Mateo, capítulo 10 de la siguiente manera, comenzando en el verso 32 hasta el 33, dice Cristo: “*A cualquiera, pues, que me confiese delante de los hombres, yo también le confesaré delante de mi Padre que está en los cielos.”* Todos queremos que Cristo nos confiese delante de nuestro Padre Celestial, para que el Padre Celestial nos de la entrada a Su Reino eterno y vivamos eternamente; y es por medio de Cristo que obtenemos la entrada al Reino de Dios. “*Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.”* Cualquier que niegue a Cristo, que no reciba a Cristo como su Salvador, Cristo lo niega delante del Padre Celestial y el Padre Celestial no le da la entrada en Su Reino eterno a la tal persona, porque negó al Sacrificio de la Expiación por nuestros pecados. Cristo también dijo en el mismo, capítulo 10, verso 28: “*Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno* (a ése, que es Dios, es que tenemos que temer.)*.”* Y ahora, los niños de diez años en adelante también pueden venir a los Pies de Cristo, para que Cristo le reciba en Su Reino, le perdone y con Su Sangre les limpie de todo pecado. Cristo tiene lugar en Su Reino para los niños también. Vamos a estar puestos en pie para orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo. Si falta alguna otra persona por venir, porque ya escuchó y ya ha creído en su alma, ha creído en Cristo, y le falta ahora dar testimonio público de su fe en Cristo recibiendo a Cristo como su único y suficiente Salvador. Lo más importante para el ser humano es la Vida eterna, y la Vida eterna la obtenemos a través de Jesucristo, no hay otra forma para obtener la Vida eterna. Dios nos ha dado Vida eterna y esta vida está en Su Hijo, en Jesucristo el Hijo de Dios. Eso está en Primera de Juan, capítulo 5, verso 10 en adelante; y en San Juan, capítulo 3, verso 16, dice: “*Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”* \[San Juan 3:16\] Lo único que evita que el ser humano se pierda y deje de existir, sea echado en el lago de fuego, lo único que evita eso es ¿quién? Cristo. “*Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”* \[San Juan 3:16\] Lo que impide que el ser humano se pierda es Cristo, el que no recibe a Cristo como Salvador se perderá, el que recibe a Cristo se salvará y vivirá eternamente con Cristo en Su Reino. Jesucristo es nuestro Salvador. “Porque no hay otro nombre bajo el Cielo dado a los hombres en que podamos ser salvos,” dijo San Pedro, en el libro de los Hechos, capítulo 4, verso 12. Todavía pueden continuar viniendo a los Pies de Cristo las personas que faltan por venir, los aquí presentes y los que están a través de internet o del satélite en otras naciones. Vamos ya a orar por las personas que han venido a los Pies de Cristo en esta ocasión, los que están en otras naciones también levanten conmigo sus manos al Cielo, a Cristo, y los que están aquí presentes también, y repitan conmigo esta oración: ***Señor Jesucristo, he escuchado la predicación de Tu Evangelio y he creído en Ti de todo corazón. Señor Jesucristo, yo creo que Tú eres el Sacrificio de la Expiación por mis pecados, Sacrificio que llevaste a cabo en la Cruz del Calvario dos mil años atrás, por lo tanto, yo Te recibo como mi único y suficiente Salvador.*** ***Señor Jesucristo, reconozco que soy pecador y Te ruego me perdones y con Tu Sangre me limpies de todo pecado, y me bautices con Espíritu Santo y Fuego, y produzcas en mí el nuevo nacimiento, luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre.*** ***Señor Jesucristo, salva mi alma, Te lo ruego, en Tus manos encomiendo mi alma, quiero vivir eternamente contigo en Tu Reino. Señor Jesucristo, salva mi alma. En Tu Nombre Eterno y glorioso Señor Jesucristo, Te lo ruego.*** Y todos decimos con nuestras manos levantadas a Cristo, al Cielo: **¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! ¡La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado! Amén y amén.** Por cuanto ustedes escucharon la predicación del Evangelio de Cristo y han creído de todo corazón en Cristo, y lo han recibido públicamente como vuestro único y suficiente Salvador Cristo les ha recibo en Su Reino. Él dijo: “*Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.* *El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”* \[San Marcos 16:15-16\] Ustedes han escuchado la predicación del Evangelio de Cristo y han creído de todo corazón. Y ahora ustedes me dirán: “Pero todavía me falta una cosa: me falta ser bautizado en agua en Su Nombre.” Y me preguntarán: “¿Cuándo me pueden bautizar, cuándo puedo ser bautizado? Porque deseo ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo lo más pronto posible.” Por cuanto ustedes han creído en Cristo de todo corazón, bien pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo hoy mismo, esta misma noche. Pregunto al Reverendo Hugo Rodríguez Mares, si hay agua: Hay agua, hay bautisterios. ¿Hay ropas bautismales? Hay ropas bautismales también. ¿Hay cambiadores de ropas, lugares dónde cambiarse de ropas? También hay lugar dónde cambiarse de ropas. ¿Y hay personas que cuidarán de las ropas de ellos en lo que se bautizan? Así que hay lugar donde cambiarse de ropas, colocarse las ropas bautismales, y personas cuidarán de las ropas de ustedes mientras ustedes serán bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. ***Y que Jesucristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego luego que ustedes sean bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Y que a vuestros familiares, Cristo también los llame y les dé la salvación y Vida eterna, para que estén con ustedes en el Reino de Cristo por toda la eternidad. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén y amén.*** Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta noche, dándoles testimonio de nuestro tema: **“EL DÍA DE JUBILEO,”** el cual corresponde al año del jubileo, y corresponde a la Dispensación del Reino. Que el Señor Jesucristo continúe bendiciéndoles a todos. Muchas gracias por vuestra amable atención y continúen pasando una noche llena de las bendiciones de Jesucristo nuestro Salvador. Dejo nuevamente con ustedes al Reverendo Hugo Rodríguez Mares, para continuar e indicarles hacia dónde cambiar para cambiarse de ropas, colocarse las ropas bautismales y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Que Dios les bendiga y les guarde a todos. “**EL DÍA DEL JUBILEO.”**