--- title: 'La Gran Voz de Trompeta' date: 2004-10-21 activity: 1 place: city: Sumaré state: São Paulo country: BR duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes; es para una bendición grande para mí estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo y bendición de parte de Dios. Reciban todos saludos de mi esposa Erica, y los niños reciban saludos de América y de Yahannah Gabriela. Para esta ocasión leemos en San Mateo, capítulo 24, versos 30 al 31, y dice de la siguiente manera: “*Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria.* *Y enviará sus ángeles con gran voz de trompeta, y juntarán a sus escogidos, de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro.”* En San Marcos, capítulo 13, versos 26 al 27, también nos habla lo mismo y nos dice: “*Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en las nubes con gran poder y gloria.* *Y entonces enviará sus ángeles, y juntará a sus escogidos de los cuatro vientos, desde el extremo de la tierra hasta el extremo del cielo.”* Para esta ocasión nuestro tema es: **“LA GRAN VOZ DE TROMPETA.”** Por cuanto la gran Voz de Trompeta llama y junta a los escogidos de Dios, nosotros estamos muy interesados en conocer el misterio de la gran Voz de Trompeta. La gran Voz de Trompeta es la Voz de Cristo, es Jesucristo hablando y llamando a Sus escogidos en el Día Postrero. La Voz de Cristo ha estado en medio de Su Iglesia de edad en edad, hablándole a Su Iglesia por medio de los Apóstoles y por medio de Sus diferentes Mensajeros que Él ha enviado durante las diferentes etapas o edades de la Iglesia de Jesucristo. En cada edad Cristo en Espíritu Santo habló por medio del Mensajero de cada edad, y eso fue la Trompeta de Cristo, de Dios, la Voz de Dios, la Voz de Cristo hablándole a Su Iglesia en cada edad, y llamando a Sus escogidos de cada edad. Y para este tiempo final, encontramos que ya estamos al final del Programa Divino en el tiempo en que los últimos escogidos de Dios serían llamados y juntados con la gran Voz de Trompeta. Por cuanto la Voz de Trompeta es la Voz de Cristo, y ha estado en las diferentes etapas de Su Iglesia, hablándole a Su Iglesia y enseñándole todas las cosas que deben conocer. Para este tiempo final revisamos la historia de la Iglesia y encontramos que la Voz de Cristo fue la Voz de la Trompeta de Dios, para cada edad; y por consiguiente fueron llamados y juntados los escogidos de Dios, fue la predicación del Evangelio de Cristo por medio del Espíritu Santo a través de los Apóstoles y diferentes Ángeles Mensajeros que Él envió, cada uno en su tiempo, con el Mensaje de Cristo para cada edad. Para el tiempo final, que es el que nosotros vivimos, la promesa es que tendremos la gran Voz de Trompeta, o sea, la Voz de Cristo hablándonos con un Mensaje dispensacional; y ese Mensaje es el Mensaje del Evangelio del Reino, que gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la Tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. Está tipificado también en la Lluvia Tardía que caería sobre los escogidos de Dios, sobre la Iglesia del Señor Jesucristo, sobre el trigo del Señor, que son los escogidos de Dios. Para este tiempo final la Iglesia del Señor Jesucristo, los escogidos de Dios tendrán la Lluvia Tardía de la predicación del Evangelio del Reino, y tendrán la Lluvia Temprana de la predicación del Evangelio de la Gracia. La predicación del Evangelio de la Gracia la ha tenido la Iglesia desde el Día de Pentecostés en adelante. Esa es la Lluvia Temprana de la Enseñanza de la Primera Venida de Cristo como el Cordero de Dios quitando el pecado del mundo en la Cruz del Calvario. Y para este tiempo final en adición a la Lluvia Temprana de la predicación del Evangelio de Cristo, del Evangelio de la Gracia, tendremos la Lluvia Tardía de la predicación del Evangelio del Reino, que es la gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, en el cual tendremos la revelación divina del Séptimo Sello, la revelación divina del misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la Tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. Por cuanto en cada edad Cristo habló por medio de cada Mensajero, y luego que habló por medio de uno, un lapso de tiempo y después habló por otro Mensajero, que Él envió, o sea, que habló en una forma que tuvo diferentes etapas y diferentes pausas. Pero ahora en el tiempo final la gran Voz de Trompeta es la Voz de Cristo hablándonos como el León de la Tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores. Es la Voz de Cristo, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo, la Voz de Cristo como el León de la Tribu de Judá, clamando y Siete Truenos emitiendo Sus voces. Por eso es la gran Voz de Trompeta, habla consecutivamente Su Mensaje del Evangelio del Reino por un solo Mensajero: por el Ángel del Señor Jesucristo, que es un Profeta, el cual le dio a Juan el Apóstol la revelación del Apocalipsis estando en Su cuerpo angelical. Y para el Día Postrero estará en cuerpo humano en medio de la Iglesia de Jesucristo, y será el Profeta Mensajero del Señor Jesucristo, para Su Iglesia y para el pueblo hebreo, a través del cual Jesucristo en Espíritu Santo estará hablando con la gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, y estará llamando y juntando Sus escogidos de entre los gentiles en el Cuerpo Místico de Cristo, que es Su Iglesia; y luego llamará y juntará ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, doce mil de cada tribu. Por lo tanto, todo ese misterio de la séptima trompeta que es sonada en Apocalipsis, capítulo 11, verso 15 en adelante, por el séptimo Ángel, el Séptimo Ángel del Señor Jesucristo, que es el Ángel del Señor Jesucristo, no Ángeles de las Siete edades, sino un Ángel Mensajero dispensacional, el cual suena la gran Voz de Trompeta, la Trompeta final, conforme a San Mateo, capítulo 24, verso 31; y esa Trompeta final es el Mensaje de Jesucristo. Cristo mismo en Espíritu Santo hablando a través de Su Ángel Mensajero, y llamando y juntando a Sus escogidos de este tiempo final. Esa es la gran Voz de Trompeta que yo estoy escuchando en este tiempo final. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también. Con el Mensaje de esta gran Voz de Trompeta, del Evangelio del Reino, todos los misterios de Jesucristo y de Su Iglesia son dados a conocer a la Iglesia del Señor Jesucristo. Los misterios que no fueron dados a conocer en edades pasadas, y los que fueron dados a conocer en edades pasadas son ampliados para ser comprendido en una forma mayor. Por lo tanto, este es el tiempo más glorioso de todos los tiempos. Si oyes hoy Su Voz no endurezcas tu corazón, es la Voz de Cristo llamándote para juntarte con todos los escogidos de Dios en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo, que es Su Iglesia. Es en Su Iglesia donde Él llama y junta a Sus escogidos del Día Postrero, y les da la fe para ser transformados y raptados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, nos da la fe para nuestra transformación. Así como por medio del Evangelio de la Gracia nos dio la fe para ser transformados espiritualmente, interiormente, y obtener así el nuevo nacimiento y obtener el cuerpo angelical, creyendo en nuestro amado Señor Jesucristo como nuestro único y suficiente Salvador, creyendo en Su Primera Venida y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario muriendo por nosotros, y siendo así el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario el Sacrificio de la Expiación por nuestros pecados, creyendo en Su Primera Venida y Su muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de la Expiación por nuestros pecados, recibimos la fe para ser transformados interiormente, obtener el perdón de nuestros pecados, ser limpiados con la Sangre de Cristo de todo pecado, ser bautizados en agua en Su Nombre y recibir Su Espíritu Santo y obtener el nuevo nacimiento, y así nacer a la Vida eterna en el Reino eterno de nuestro amado Señor Jesucristo, y así tener la Vida eterna. Recibimos a Cristo, ¿para qué? Para que nos dé Vida eterna. “Porque no hay otro nombre bajo el Cielo en el cual podamos ser salvos, no hay otro nombre bajo el Cielo en el cual podamos recibir la Salvación y Vida eterna.” Por esa causa todo ser humano que viene a vivir a esta Tierra, necesita recibir a Cristo como su único y suficiente Salvador, para lo cual pues necesita escuchar la predicación del Evangelio de Cristo para que la fe de Cristo nazca en su alma; porque la fe viene por el oír, el oír ¿qué? La Palabra e Dios, el Evangelio de Cristo. “Con el corazón se cree para justicia (o sea, con el alma), y con la boca se confiesa para salvación.” Se da testimonio público de nuestra fe en Cristo, recibiendo a Cristo como nuestro único y suficiente Salvador. Y le pedimos perdón a Cristo por nuestros pecados, Cristo nos perdona, Cristo nos limpia con Su Sangre preciosa de todo pecado, somos bautizados en agua en Su Nombre, y Él nos bautiza con Espíritu Santo y Fuego, y produce en nosotros el nuevo nacimiento; y así es como nacemos en el Reino eterno de Jesucristo nuestro Salvador. Así es como entramos al Reino de Dios, porque así es como nacemos del Agua y del Espíritu. Nacer del Agua es nacer del Evangelio de Cristo, escuchar el Evangelio de Cristo, y creer en Cristo como nuestro único y suficiente Salvador, y ser bautizados en Agua en Su Nombre. Y nacer del Espíritu es nacer del Espíritu Santo, recibir el Espíritu Santo; y así nacemos a una nueva vida: a la Vida eterna en el Reino eterno de Jesucristo nuestro Salvador. Nuestros padres terrenales hicieron mucho por nosotros: nos dieron un cuerpo físico pero con una vida temporal o temporera; no nos pudieron dar Vida eterna; pero mucho nos dieron. Pero ahora para obtener la Vida eterna pasamos por esta vida terrenal en estos cuerpos temporales para recibir a Cristo como nuestro único y suficiente Salvador, y ser rociados con la Sangre preciosa de Jesucristo, la cual nos limpia de todo pecado; porque la Sangre de Jesucristo, el Hijo de Dios, nos limpia de todo pecado. Todo aquel que cree en Cristo no se perderá, sino que tiene Vida eterna, y no perecerá jamás. Vean lo que Cristo dice en Apocalipsis, y también en San Juan. Vean aquí en San Juan, capítulo 11, cuando estaba hablando con Marta, la hermana de Lázaro, dice Cristo: en el capítulo 11, verso 23 en adelante, Jesús hablando con Marta, le dice: “*Jesús le dijo: Tu hermano resucitará.* *Marta le dijo: Yo sé que resucitará en la resurrección, en el día postrero.* *Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá.* *Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?* *Le dijo: Sí, Señor; yo he creído que tú eres el Cristo, el Hijo de Dios, que has venido al mundo.”* ¿Y nosotros qué decimos? ¡Sí Señor, nosotros también lo creemos! Por lo tanto, Jesucristo es la resurrección y la Vida, la Vida eterna, y el que cree en Jesucristo, aunque esté muerto, vivirá. Si muere físicamente, lo que muere es su cuerpo físico. Pero la persona en alma y en espíritu, o sea, en cuerpo angelical va al Paraíso a vivir, donde están todos los santos de Dios, donde están los Apóstoles y todos los creyentes en Cristo que murieron en tiempos pasados. Y luego en la resurrección Cristo los resucitará con cuerpos eternos físicos glorificados, como el cuerpo glorificado que tiene Jesucristo, el cual es un cuerpo joven, que representa de 18 a 21 años de edad y todavía no se ha puesto viejo, y lleva unos dos mil años que resucitó y subió al Cielo y está a la Diestra de Dios. Esa es la clase de cuerpo que Jesucristo tiene para mí. ¿Y para quién más? Para cada uno de ustedes también. Esta es una bendición para todo creyente en Cristo. Por eso es importante conocer el misterio de la gran Voz de Trompeta, de esta gran Voz de Trompeta San Pablo también nos dice en Primera de Corintios, capítulo 15, versos 49 en adelante: “*Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.* *Pero esto digo, hermanos: que la carne y la sangre no pueden heredar el reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción.”* O sea, que no podemos heredar el Reino de Cristo, de Dios estando en estos cuerpos físicos, no podemos heredar la incorrupción con estos cuerpos de carne; estos cuerpos de carne son corruptibles. Por lo tanto, no podemos vivir eternamente con estos cuerpos de carne, porque son temporeros, es por un tiempo nada más. ¿Pero cómo vamos a hacer para vivir eternamente, físicamente en el Reino de Cristo? Él nos dará un nuevo cuerpo eterno, inmortal y glorificado, como Su cuerpo glorificado y joven para toda la eternidad, que representará de 18 a 21 años de edad. Y eso será en el tiempo en que la gran Voz de Trompeta esté sonando. Vean aquí a continuación, el verso 51: “*He aquí, os digo un misterio: No todos dormiremos; pero todos seremos transformados...”* O sea, no todos vamos a morir, pero todos vamos a ser transformados, o sea, de mortales a inmortales; de personas con cuerpos físicos mortales a personas con cuerpos glorificados inmortales, ¿cuándo? dice aquí: “*...en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la final trompeta.”* Aquí tenemos la final Trompeta, que es la gran Voz de Trompeta, la Voz de Cristo hablándonos en el Día Postrero, en este tiempo final, hablándonos consecutivamente. Por eso es la gran Voz de Trompeta hablándonos con el Mensaje del Evangelio del Reino. “*...a la final trompeta; porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.* *Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.”* Es necesario para poder vivir eternamente con Cristo en Su Reino es necesario que seamos transformados, para poder vivir físicamente en el glorioso Reino Milenial, y luego por toda la eternidad con nuestro amado Señor Jesucristo, con cuerpos eternos, glorificados y jóvenes para toda la eternidad. Esa promesa es para todos los creyentes en Cristo. “*Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria.”* Así es como dejará de existir la muerte, dejará de existir la muerte. La promesa es que Cristo quitará la muerte. La muerte para la muerte es Cristo. Cristo es la muerte para la muerte, porque Cristo es el que matará a la muerte, destruirá a la muerte. Vean en Tesalonicenses, Primera de Tesalonicenses, capítulo 4, verso 14 en adelante, dice el Apóstol San Pablo: “*Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él.* *Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron.* *Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero.”* Ahí tenemos la Trompeta de Dios, y tenemos la Voz de Arcángel. La Voz de Arcángel es la Voz de Cristo. La Trompeta de Dios es la Voz de Cristo también, es Cristo hablando en medio de Su Iglesia en este tiempo final. Por lo tanto, en el tiempo de la gran Voz de Trompeta, de esta Voz de Dios, de esta Trompeta de Dios, es que Cristo va a completar Su Iglesia con ese Mensaje de gran Voz de Trompeta, y luego se va a levantar del Trono del Padre, va a tomar el Título de Propiedad, lo va a abrir en el Cielo, el cual es el Libro de los Siete Sellos, donde están escritos los nombres de todos los escogidos de Dios, y va a hacer la Obra de Reclamo, va a reclamar a todos los que Él ha redimido con Su Sangre, y los va a resucitar de entre los muertos en cuerpos glorificados, y a nosotros los que vivimos nos va a transformar, y entonces vamos a ser jóvenes para toda la eternidad, representando de 18 a 21 años de edad; y vamos a ser inmortales, y así tendremos la inmortalidad como la tiene nuestro amado Señor Jesucristo. Y entonces se habrán terminado todos nuestros problemas, y entonces estaremos listos para ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero al Cielo, a la Séptima Dimensión, a la casa de nuestro Padre Celestial, donde nos están esperando con la gran Fiesta de la Cena de las Bodas del Cordero, la Fiesta más importante del Universo completo, la Fiesta más importante de la dimensión física y de la dimensión invisible. En esa Fiesta yo voy a estar. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también. Nos están esperando. Y la cosa es que hemos sido invitados, hemos sido convidados. Eso está aquí en la Escritura en el capítulo 19, verso 7 al 10 \[Apocalipsis\]: “*Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.* *Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.* *Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero.”* De edad en edad en medio de la Iglesia de Jesucristo se ha hecho el llamado a la Cena de las Bodas del Cordero. Y cada persona que ha recibido a Cristo como Salvador, ha recibido el llamado, lo ha aceptado, y ha entrado al Cuerpo Místico de Cristo; y por consiguiente es un convidado, es un invitado a la Cena de las Bodas del Cordero. Así como yo también soy un invitado a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo, a la Fiesta más importante que se haya realizado en el Cielo. ¿Y quién más es un invitado, un convidado? Cada uno de ustedes también. Por lo tanto, todos los que han recibido a Cristo como Salvador, son convidados, invitados, para estar en la Cena de las Bodas del Cordero, a la cual hemos de ir cuando tengamos el nuevo cuerpo glorificado. Si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo, todavía no ha aceptado la invitación para ir a la Cena de las Bodas del Cordero. Todavía no está preparado para ir a la Gran Fiesta del Cielo, a la Casa de nuestro Padre Celestial. Pero en esta noche puede recibir a Cristo como su único y suficiente Salvador, como el Sacrificio de la Expiación por sus pecados, y Cristo le recibirá en Su Reino, será bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo lo bautizará con Espíritu Santo y Fuego, y producirá en usted el nuevo nacimiento, usted nacerá en el Reino eterno de Cristo a la Vida eterna. Por lo tanto, este es el momento para usted pasar al frente y yo estaré orando por usted, para que Cristo lo reciba en Su Reino, perdone sus pecados y con Su Sangre le limpie de todo pecado, y pueda ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo le bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en usted el nuevo nacimiento, y así nazca a la Vida eterna en el Reino eterno de Jesucristo nuestro Salvador. Vamos a dar unos minutos en lo que pasan las personas al frente para orar por ustedes en esta noche. Nuestro tema ha sido: **“LA GRAN VOZ DE TROMPETA.”** Y la gran Voz de Trompeta está sonando en este tiempo, y está llamando y juntando a todos los escogidos de Dios de este tiempo final, en el Cuerpo Místico de Cristo; y luego llamará y juntará los escogidos del pueblo hebreo, que son ciento cuarenta y cuatro mil hebreos; eso será después que haya juntado los escogidos de Su Iglesia en este tiempo final. Si oyes hoy Su Voz no endurezcas tu corazón, Cristo quiere darte la Vida eterna, recibimos a Cristo para que nos dé la Vida eterna. Ninguna otra persona me puede dar a mí o a ti la Vida eterna, solamente hay uno y Su Nombre es SEÑOR JESUCRISTO. Y no hay ninguna persona que puede perdonar tus pecados, excepto Jesucristo nuestro Salvador. Solamente hay uno, y es Jesucristo. Por lo tanto, todos necesitamos a Jesucristo como nuestro único y suficiente Salvador, para que nos dé la salvación y Vida eterna, y así nos asegure nuestro futuro eterno con Él en Su Reino eterno. Ninguna otra persona le puede asegurar a usted su futuro eterno, ni usted mismo lo puede asegurar. Por ejemplo, si usted trabaja mucho y consigue mucho dinero, no puede decir: “Todo este dinero lo quiero para luego que yo termine mi vida en este cuerpo físico, vivir eternamente con todo este dinero.” No puede. El hombre rico del cual habló Cristo, cuando murió no se pudo llevar el dinero para el lugar donde fue. Por lo tanto, necesitamos a una persona que nos asegure nuestro futuro eterno, y solamente hay una persona y Su Nombre es SEÑOR JESUCRISTO. Por lo tanto, todos necesitamos a Jesucristo para que nos asegure nuestro futuro eterno. La decisión más importante que una persona hace en su vida es una sola; aunque haya hecho muchas decisiones en su vida, la más importante es una sola, y esa es la decisión que lo coloca en la Vida eterna; las demás decisiones no lo colocan en la Vida eterna. Por lo tanto, la decisión más importante es recibir a Cristo como nuestro único y suficiente Salvador. Esa es la decisión que coloca a la persona en la Vida eterna. Por lo tanto, la decisión más importante que usted ha hecho, si ya ha recibido a Cristo como Salvador, fue recibir a Cristo como su único y suficiente Salvador. Pero si usted no ha hecho esa decisión, puede hacerla en esta noche, para que así tenga asegurado su futuro eterno en la Vida eterna con Jesucristo nuestro Salvador. Si oyes hoy Su Voz no endurezcas tu corazón. Cristo quiere darte Vida eterna. Nadie puede darte Vida eterna, solamente Jesucristo. Cristo dijo: “El que me confesare delante de los hombres, Yo le confesaré delante de mi Padre; mas el que me negare delante de los hombres, Yo lo negaré delante de mi Padre.” \[San Lucas 12:8-9\] Nadie quiere que Cristo lo niegue delante del Padre Celestial. Todos queremos que Jesucristo nos confiese delante de nuestro Padre Celestial, y diga: “Este es un creyente en mí, Él me ha recibido como Salvador, y Yo lo he perdonado y con mi Sangre lo he limpiado de todo pecado. Padre, déjalo entrar a Tu Reino, déjalo entra a la Vida eterna.” Y el Padre Celestial le da la entrada a Su Reino, y por consiguiente a la Vida eterna. Por lo tanto, la decisión le corresponde a usted. Yo les he dado testimonio de Jesucristo y la forma que tenemos que hacer para recibir la Vida eterna: es a través de Jesucristo nuestra Salvación, nuestro Salvador. En este tiempo la gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino está sonando, y está llamando a los escogidos de este tiempo final. Si usted es un escogido, usted ha escuchado y ha notado en su alma, en su interior que la fe de Cristo ha nacido en su corazón, y usted ha notado que usted está creyendo en Jesucristo como su único y suficiente Salvador. Y ahora le falta dar testimonio público de su fe en Cristo. “Porque con el corazón se cree para justicia, pero con la boca se confiesa para salvación.” \[Romanos 10:10\] Cristo dijo: “*Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.* *El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”* Tan simple como eso, es un asunto de fe, de fe en Cristo para recibir la salvación y Vida eterna, o de incredulidad a Cristo para recibir la condenación. Y nadie quiere recibir la condenación. Por lo tanto, nadie quiere ser incrédulo a Cristo, todos queremos ser creyentes en Cristo, todos queremos que Cristo nos perdone y con Su Sangre nos limpie de todo pecado, para lo cual recibimos a Cristo como nuestro único y suficiente Salvador, y Él nos da la salvación y Vida eterna. Es Vida eterna lo que Jesucristo nos da cuando lo recibimos como nuestro único y suficiente Salvador, es para que nos dé la Vida eterna que nosotros recibimos a Cristo como nuestro Salvador. Por lo tanto, todos queremos la Vida eterna, y por consiguiente todos queremos a Jesucristo como nuestro único y suficiente Salvador. No hay otro salvador, no hay otro que nos libre de nuestros pecados. Usted no puede ir a la farmacia o al supermercado y pedir un detergente para limpiar sus pecados. No existe eso, solamente existe la Sangre de Jesucristo que limpia al ser humano de todo pecado. Por lo tanto, todos necesitamos a Cristo y Su Sangre para que nos limpie de todo pecado. Unos segundos más y estaremos orando ya por las personas que han pasado. Vamos a estar puestos en pie. Algunas veces sucede que luego de escuchar la predicación del Evangelio de Cristo, y las personas creer de todo corazón, porque nació la fe de Cristo en sus corazones, cuando les toca dar testimonio público de su fe en Cristo, algunos se sienten tímidos y no se atreven a pasar al frente, o alguna cosa les aguanta \[detiene\], pero la persona tiene que obtener la victoria y tiene que decir: “Yo he escuchado la predicación del Evangelio de Cristo y he creído en Cristo de todo corazón como mi único y suficiente Salvador, por lo tanto me levanto, paso al frente, y doy testimonio público de mi fe en Cristo, y lo recibo como mi único y suficiente Salvador.” Y ahí sí obtiene la victoria y Cristo le da la salvación y Vida eterna, y así la persona es sellada en el Reino de Cristo para vivir eternamente con Jesucristo en Su Reino, para vivir eternamente con Cristo en Su Reino eterno hay que recibir al Rey de ese Reino, que es Jesucristo, para que nos dé la entrada a Su Reino. Cristo dijo: “Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida; y nadie viene al Padre sino por mí.” Por lo tanto, nadie puede llegar a Dios, a menos que sea a través de Jesucristo. Unos segundos y ya estaremos orando por las personas que han pasado. Si falta alguna persona puede pasar inmediatamente para que quede incluida en esta oración que estaré haciendo por los que han pasado al frente. Unos segundos y oraremos por todos los que han pasado en esta noche. Los niños de diez años en adelante también pueden pasar, porque Cristo tiene lugar para los niños en Su Reino también. Todavía vienen más personas, pues Dios tiene mucho pueblo en esta ciudad y en toda la República del Brasil. El Reino de Cristo se está llenando de brasileros, y eso es una bendición para todos ustedes: que el Reino de Cristo se llene de brasileros, es el Reino que permanecerá, que existirá por toda la eternidad; los reinos terrenales van a ser quitados, pero va a ser establecido el Reino de Jesucristo, y todas las personas pertenecientes a ese Reino de Cristo, estarán con Cristo en la Tierra como Reyes y Sacerdotes, reinando con Cristo en ese Reino divino, el Reino de Dios que será establecido en la Tierra. Por eso Cristo dijo a Sus discípulos que orando dijeran: “Venga Tu Reino, hágase Tu voluntad como en el Cielo.” Por lo tanto, venga Tu Reino y hágase Tu voluntad como en el Cielo aquí en la Tierra. En el Reino Milenial de Cristo es que se estará haciendo la voluntad de Cristo en esta Tierra, en todos los lugares, en todas las naciones. Pero el Reino de Cristo está en la Tierra *acá* en el corazón de todos los creyentes en Cristo, y por consiguiente la voluntad de Dios, del Reino de Dios, se hace en la vida de cada creyente en Cristo. Vamos ya a orar por las personas que han pasado, vamos a levantar nuestras manos al Cielo, a Cristo, vamos a cerrar nuestros ojos, y repitan conmigo esta oración las personas que han pasado: ***Padre Celestial, vengo a Ti en el Nombre del Señor Jesucristo, reconociendo que soy pecador, y reconociendo a Cristo como mi único y suficiente Salvador; creo, Jesucristo en Tu Primera Venida y en Tu muerte en la Cruz del Calvario como el Sacrificio de la Expiación por mis pecados.*** ***Señor Jesucristo, salva mi alma, Señor Jesucristo, doy testimonio público de mi fe en Ti, y Te recibo como mi único y suficiente Salvador, salva mi alma Señor Jesucristo, Te lo ruego; perdona mis pecados, porque soy pecador, límpiame con Tu Sangre preciosa de todo pecado, y bautízame con Espíritu Santo y Fuego, luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre.*** ***Señor Jesucristo, en Tus manos encomiendo mi alma, salva mi alma, quiero vivir eternamente contigo en Tu Reino eterno. En Tus manos encomiendo mi alma, salva mi alma, Te lo ruego en Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo. Amén.*** Repitan conmigo, con nuestras manos levantadas al Cielo: **La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado. La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado. La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado.** Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados, y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado. Por cuanto ustedes han escuchado la predicación del Evangelio de Cristo y la fe de Cristo ha nacido en vuestros corazones, y ustedes han dado testimonio público de vuestra fe en Cristo, recibiéndolo como vuestro único y suficiente Salvador. Cristo dijo: “*Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.* *El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”* Tan simple como eso. Ustedes me dirán: “Ya he escuchado la predicación del Evangelio de Cristo, he creído de todo corazón, y he recibido a Cristo como mi único y suficiente Salvador. Pero todavía me falta algo que Cristo dijo que hiciera: ser bautizado en agua en Su Nombre.” Por lo tanto, ustedes me preguntarán: “¿Cuándo me pueden bautizar en agua en el Nombre del Señor Jesucristo? Porque yo quiero cumplir el mandato de Cristo completo.” Pregunto aquí al ministro si: ¿Hay agua aquí? Hay agua. ¿Hay bautisterio aquí? ¿Hay ropas bautismales también? Hay también ropas bautismales. ¿Hay ministros para bautizar a las personas? También los hay. ¿Hay personas que cuiden las ropas de las personas que van a ser bautizadas? También las hay. Por lo tanto, pueden ser bautizados esta misma noche en el Nombre del Señor Jesucristo, en donde se identificarán con la muerte de Cristo, la sepultura de Cristo y la resurrección de Cristo. Cuando una persona recibe a Cristo como Salvador, muere al mundo en términos espirituales. Y cuando el ministro lo sumerge en las aguas bautismales, lo está sepultando espiritualmente. Y cuando lo levanta de las aguas bautismales, la persona está resucitando a una nueva vida: a la Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno, para vivir con Cristo en Su Reino todos los días de su vida, siguiendo a Cristo, su Salvador. Cristo dijo: “Mis ovejas oyen mi Voz y me siguen.” Para seguir a Cristo como nuestro Buen Pastor, guiando nuestras vidas y alimentando nuestras almas con Su Palabra. Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de nuestro tema: **“LA GRAN VOZ DE TROMPETA.”** Muchas gracias por vuestra amable atención, y continúen pasando una noche llena de las bendiciones de Jesucristo, y que Jesucristo nuestro Salvador les bautice con Espíritu Santo y Fuego, luego que ustedes sean bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y que Jesucristo traiga también a sus familiares y les dé la salvación y Vida eterna, para que también estén con ustedes en el Reino eterno de Jesucristo viviendo por toda la eternidad. Que Dios les continúe bendiciendo a todos y continúen pasando una noche llena de las bendiciones de Jesucristo nuestro Salvador, y nos continuaremos viendo, ya sea en este cuerpo físico que yo tengo y que ustedes tienen, o en el nuevo cuerpo, cuando Cristo nos dé el nuevo cuerpo. Por lo tanto, nos continuaremos viendo por toda la eternidad. Cuando Cristo establezca Su Reino en la Tierra, ahí estaré yo. ¿Y quién más? Estarán ustedes también en cuerpos eternos y glorificados. Que Dios les continúe bendiciendo a todos, y continúen pasando una noche llena de Jesucristo nuestro Salvador. Dios les bendiga. Dejo al ministro inmediatamente, para que les indique hacia dónde caminar para cambiarse de ropas y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Que Dios les bendiga a todos. “**LA GRAN VOZ DE TROMPETA.”**