--- title: 'La Voz de la Escritura' date: 2004-10-08 activity: 2 place: city: Bogotá D.C. state: Cundinamarca country: CO duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes; es una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Reciban todos saludos de mi esposa Erica, y los niños reciban saludos de América y de Yahannah Gabriela; también reciban saludos de nuestro hermano, el Reverendo Miguel Bermúdez Marín. Para esta noche leemos en el libro del Apocalipsis (el ultimo libro de la Biblia), en el capítulo 10, versos 1 al 11, y dice de la siguiente manera: “*Vi descender del cielo a otro ángel fuerte, envuelto en una nube, con el arco iris sobre su* *cabeza; y su rostro era como el sol, y sus pies como columnas de fuego.* *Tenía en su mano un librito abierto; y puso su pie derecho sobre el mar, y el izquierdo sobre la tierra;* *y clamó a gran voz, como ruge un león; y cuando hubo clamado, siete truenos emitieron sus voces.* *Cuando los siete truenos hubieron emitido sus voces, yo iba a escribir; pero oí una voz del cielo que me decía: Sella las cosas que los siete truenos han dicho, y no las escribas.* *Y el ángel que vi en pie sobre el mar y sobre la tierra, levantó su mano al cielo,* *y juró por el que vive por los siglos de los siglos, que creó el cielo y las cosas que están en él, y la tierra y las cosas que están en ella, y el mar y las cosas que están en él, que el tiempo no sería más, sino que en los días de la voz del séptimo ángel, cuando él comience a tocar la trompeta, el misterio de Dios se consumará, como él lo anunció a sus siervos los profetas.* *La voz que oí del cielo habló otra vez conmigo, y dijo: Vé y toma el librito que está abierto en la mano del ángel que está en pie sobre el mar y sobre la tierra.* *Y fui al ángel, diciéndole que me diese el librito. Y él me dijo: Toma, y cómelo; y te amargará el vientre, pero en tu boca será dulce como la miel.* *Entonces tomé el librito de la mano del ángel, y lo comí; y era dulce en mi boca como la miel, pero cuando lo hube pero cuando lo hube comido, amargó mi vientre.* *Y él me dijo: Es necesario que profetices otra vez sobre muchos pueblos, naciones, lenguas y reyes.”* Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. Nuestro tema para esta ocasión es: **“LA VOZ DE LA ESCRITURA.”** Y para hacerlo más directo a nosotros, nuestro tema diremos: “LA VOZ DE LA ESCRITURA HOY.” Y vamos a ver cuál es la Voz de la Escritura hoy para nosotros. En el libro del Profeta Ezequiel encontramos un caso igual al que hemos leído. Lo encontramos en el capítulo 2, verso 7 en adelante (verso 7 al 10); y capítulo 3, verso 1 en adelante, dice (Dios le dice a Ezequiel): “*Les hablarás, pues, mis palabras, escuchen o dejen de escuchar; porque son muy rebeldes.* *Mas tú, hijo de hombre, oye lo que yo te hablo; no seas rebelde como la casa rebelde; abre tu boca, y come lo que yo te doy.* *Y miré, y he aquí una mano extendida hacia mí, y en ella había un rollo de libro.”* Igual a como leímos en Apocalipsis, capítulo 10: a uno con un libro o librito en Su mano, un librito abierto en Su mano. “*Y miré, y he aquí una mano extendida hacia mí, y en ella había un rollo de libro.* *Y lo extendió delante de mí, y estaba escrito por delante y por detrás;* *y había escritas en él endechas y lamentaciones y ayes.”* En ese libro que le fue extendido al Profeta Ezequiel, estaban escritas endechas, lamentaciones y ayes, o sea, juicios divinos. Luego en el capítulo 3, verso 1 en adelante, dice: “*Me dijo: Hijo de hombre, come lo que hallas; come este rollo, y vé y habla a la casa de* *Israel.* *Y abrí mi boca, y me hizo comer aquel rollo.* *Y me dijo: Hijo de hombre, alimenta tu vientre, y llena tus entrañas de este rollo que yo te doy. Y lo comí, y fue en mi boca dulce como miel.* *Luego me dijo: Hijo de hombre, vé y entra a la casa de Israel, y habla a ellos con mis palabras.”* Y las palabras estaban en el libro que le fue dado para que él se comiera. No era un libro literal, sino que todo esto lo estaba viendo en visión, y le fue dado todo eso en otra dimensión. Los Profetas pueden pasar de una dimensión a otra, y pueden escuchar la Voz de Dios, pueden ver a Dios, pueden ver a los Ángeles de Dios, a Dios velado, y pueden oír la Voz de Dios, y pueden recibir de parte de Dios la Palabra para darla al pueblo; porque nacen con las dos conciencias juntas; y por eso ni siquiera tienen que dormirse para oír de Dios o para ver en otros mundos que los seres humanos no pueden llegar, ni pueden ver. Ahora, hemos visto que aquí en este libro que le fue dado al Profeta Ezequiel (en aquellos tiempos los libros no estaban como en la actualidad, sino que estaban en rollos), y le fue dado ese libro en forma de rollo; y se lo comió, y era dulce en su boca como la miel; pero luego vino la amargura, las persecuciones, y cosas que hicieron en contra del Profeta Ezequiel. Y ahora, acá en el libro del Apocalipsis sucede lo mismo, el Ángel fuerte que desciende del Cielo, el cual es Cristo, el cual había tomado en el libro del Apocalipsis, capítulo 5, había tomado ese Libro de la Diestra del que está sentado en el Trono. Vean, Apocalipsis, capítulo 5, verso 1 en adelante, dice: “*Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos.”* ¿Ven? Aquí Juan el Apóstol ve en la Diestra de Dios, un Libro escrito por dentro y por fuera, como vio también el Profeta Ezequiel, y estaba sellado con Siete Sellos, no estaba abierto. “*Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?* *Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo.* *Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo.* *Y uno de los ancianos me dijo: No llores.”* Recuerden, ese Libro es el Título de Propiedad de los Cielos y de la Tierra, es el Libro de la Vida del Cordero, y contiene los nombres de todos los escogidos de Dios, los cuales fueron escritos en el Cielo desde antes de la fundación del mundo en ese Libro. Recuerdan las Palabras de Cristo, cuando dijo a Sus discípulos que llegaron muy felices, muy contentos, luego que Cristo los había enviado a predicar y a echar fuera demonios, y a sanar los enfermos; y luego regresaron contentos porque habían predicado el Evangelio, y habían echado fuera demonios, y le dicen a Jesús que aún los espíritus se sujetaban a ellos en el Nombre del Señor. Y Jesús les dice: “No os gocéis por eso, no os gocéis de que los espíritus se os sujetan en mi Nombre a ustedes, gozaos de que vuestros nombres están escritos en el Cielo.” ¿Ven? Este es el Libro donde están escritos los nombres de todos los escogidos de Dios, es el Libro de la Vida del Cordero, es el Título de Propiedad de los Cielos y de la Tierra, y contiene los nombres de todas las personas que van a vivir eternamente con Cristo en Su Reino. Por eso este Libro es tan importante, este Libro contiene los pensamientos divinos que serían materializados conforme al Programa que Dios llevaría a cabo en su tiempo correspondiente. Por lo tanto, este Libro es el Libro más importante que existe, y es un Libro Celestial, es el Título de Propiedad de toda la Creación, es el Título de Propiedad de la Vida eterna. Adán lo tuvo y lo perdió cuando pecó Adán y Eva; y por eso perdieron la Vida eterna. Dios le había dicho a Adán que no comiera del Árbol de ciencia del bien y del mal, porque el día que comiera, ese día moriría. Y cuando pecó, vean ustedes, luego siguió, continuó viviendo, él vivió 930 años. Cualquier persona diría: “¿Pero qué pasó? Dios le dijo que el día que comiera, ese día iba a morir, y no se murió siguió viviendo; hasta Dios le dio pieles para cubrir su desnudez.” Adán el día que pecó murió, murió a la Vida eterna, y solamente le quedó vida temporal, vida temporera, que se le terminó a los 930 años. Y cuando Adán y Eva se multiplicaron, Adán se reprodujo a través de Eva, y luego encontramos que todos los descendientes de Adán y Eva son mortales, vienen a la Tierra a vivir, pero vienen con la clase de vida que le quedó a Adán y Eva. Mucho le quedó luego de haber pecado contra Dios. Y ahora, la raza humana viene a ser mortal, corruptible, y temporal o temporera, viene para vivir la persona una temporada aquí; pero viene con un propósito divino, viene con el propósito divino de que la persona sea restaurada a la Vida eterna. Y si comiendo del árbol de ciencia del bien y del mal murió a la Vida eterna, y solamente le quedó vida temporera, entonces tiene que conseguir el Árbol de la Vida para comer de Él y vivir eternamente y ser restaurado a la Vida eterna. Y el Árbol de la Vida tiene un Nombre, Su Nombre es SEÑOR JESUCRISTO. Ese es el Árbol de la Vida. Cristo dijo: “Yo Soy el Camino, la Verdad, y la Vida; y nadie viene al Padre, sino por mí.” \[San Juan 14:6\] Ninguna persona puede llegar a Dios, a menos que sea a través de Jesucristo; y por consiguiente, ninguna persona puede llegar a la Vida eterna, a menos que sea a través de Jesucristo, creyendo en Cristo como su único y suficiente Salvador, siendo bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, la persona arrepentida de sus pecados, y Cristo lo perdona y con Su Sangre lo limpia de todo pecado, y lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego, y produce en la persona el nuevo nacimiento, y así la persona ha nacido del Agua y del Espíritu, ha nacido de la predicación del Evangelio de Cristo y del bautismo del Espíritu Santo, ha nacido del Espíritu Santo, ha obtenido el nuevo nacimiento, y por consiguiente ha entrado al Reino de Dios, y por consiguiente ha entrado a la Vida eterna, ha sido restaurado a la Vida eterna. Por medio del primer Adán la raza perdió la Vida eterna, y solamente le quedó vida temporera. Pero por medio del Segundo Adán el ser humano es restaurado a la Vida eterna, y Dios le da un cuerpo angelical, teofánico de la sexta dimensión; y cuando la persona muere físicamente (si le toca partir de la Tierra) no tiene ningún problema, porque sigue viviendo, va a vivir al Paraíso donde están los Apóstoles y todos los creyentes en Cristo de edades pasadas, porque la persona obtuvo un cuerpo angelical eterno, como el cuerpo angelical de Jesucristo nuestro Salvador, llamado en el Antiguo Testamento el Ángel de Jehová o Ángel del Pacto. Y cuando Cristo complete Su Iglesia con todos los escogidos de Dios escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, entonces Cristo se levantará del Trono del Padre, tomará ese Título de Propiedad, el Libro de los Siete Sellos, lo abrirá en el Cielo y hará Su Obra de Reclamo, resucitará a los muertos en Cristo, los muertos creyentes en Él los resucitará en cuerpos eternos y glorificados, cuerpos con Vida eterna, cuerpos inmortales, como el cuerpo glorificado que tiene Jesucristo nuestro Salvador. Y entonces serán inmortales, tendrán Vida eterna física también; y nosotros los que vivimos si permanecemos vivos hasta ese momento, seremos transformados, y entonces seremos físicamente restaurados también a la Vida eterna. Ya estamos restaurados a la Vida eterna espiritualmente, y nuestra alma tiene Vida eterna, porque hemos recibido a Cristo como nuestro Salvador, pero nos falta la Vida eterna física, la cual Él nos dará, y para eso nos dará un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, como el cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador; y entonces seremos a Su imagen y a Su semejanza; a Su imagen: cuerpo angelical; a Su semejanza: cuerpo físico glorificado. Y entonces nuestra alma, que es lo que somos nosotros (porque somos almas vivientes), entonces tendrá un cuerpo angelical eterno, y un cuerpo físico eterno también, y entonces seremos inmortales completamente, en alma, en espíritu y en cuerpo; y todo esto es porque hemos escuchado la Voz de la Escritura. Todos los que han escuchado la Voz de la Escritura en el tiempo que les ha tocado vivir, han recibido la bendición de la Vida eterna, porque han recibido a Cristo como su único y suficiente Salvador. La Voz de la Escritura es la Voz del Espíritu Santo hablando por medio de Sus diferentes Mensajeros, enviados por Cristo a Su Iglesia. Esto es así en el Nuevo Testamento. Como la Voz de la Escritura en el Antiguo Testamento es la Voz del Espíritu Santo, del Ángel del Pacto, hablando a través de los Profetas del Antiguo Testamento; y luego habló a través de Jesucristo. Esa misma Voz, que es la Voz de la Escritura, es la que ha estado hablando en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, por medio de los Apóstoles, y luego por medio de los Siete Ángeles Mensajeros de la Iglesia del Señor Jesucristo; y para el Día Postrero tenemos la promesa que estará hablándonos también. Vean en Apocalipsis, capítulo 1, verso 10, dice Juan el Apóstol... capítulo 1, verso 10 al 11, dice: “*Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,* *que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último.”* **¿Y quién es el Alfa y Omega, quién es el primero y el último?** Nuestro amado Señor Jesucristo, es la Voz de Jesucristo, y por consiguiente es la Voz de la Escritura; por consiguiente es Cristo en el Día del Señor, en el Séptimo Milenio, que es el Día del Señor, así como el sábado en el Antiguo Testamento era el Día del Señor para el pueblo hebreo, el día que el pueblo hebreo guardaba para Dios. El séptimo día de la semana representa el séptimo día milenial, el cual ya comenzó, y ya llevamos cuatro años en ese Séptimo Milenio. Desde Adán hacía acá estamos ya en el Séptimo Milenio, conforme al calendario gregoriano. Pero conforme al calendario profético, ya llevamos como 30 años dentro del Séptimo Milenio de Adán hacia acá, que es también el Tercer Milenio de Cristo hacia acá. Y ahora, así como la Voz de la Escritura, la Voz de Cristo, la Voz del Espíritu Santo, estuvo en medio de Su Iglesia en edades pasadas, hablando, vean, aquí nos dice en Apocalipsis, capítulo 2, verso 1 en adelante, dice: “*Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto* (¿ven? Es Jesucristo el que está hablando aquí, el que dice esto, dice)*:* *Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos;* *y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado.”* Vean, todo lo que hacemos en la Obra de Cristo, Cristo lo ve; y aquí está mostrando que todo eso que han hecho tiene valor para Cristo. “*Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.”* Vean, cuando nos enfriamos (espiritualmente hablando) también Cristo lo ve; y eso a Él no le agrada; como no le agrada en el matrimonio al esposo o a la esposa, que el amor entre la esposa - de la esposa al esposo se vaya a enfriar; y a la esposa no le gusta que el amor del esposo hacia ella se vaya a enfriar. No desean que haya indiferencia entre ambos, no desean que a ambos les dé lo mismo una cosa que otra. Y a Cristo tampoco le gusta que eso suceda entre Él y Su Iglesia. “*Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar.”* El candelero es un instrumento para alumbrar. El candelero tiene siete lámparas, el candelero que estaba alla en el lugar santo, en el tabernáculo que construyó Moisés. Cada lámpara representa una etapa, una edad de la Iglesia; y la mecha sumergida en el aceite y encendida con fuego, representa al Mensajero sumergido en el Aceite del Espíritu Santo, y con el Fuego del Espíritu Santo para alumbrar en esa edad con la Palabra revelada de Dios. Pero dice que si no se arrepiente la Iglesia en esa etapa, Dios va a quitar Su candelero. Por lo tanto, no va a tener más Luz en esa edad; y luego tendrá que venir otra etapa donde habrá Luz para el pueblo. “*Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.”* ¿Ven? El Espíritu Santo hablando a las Iglesias, y eso es la Voz de la Escritura, es la Palabra de Dios para todos los creyentes en Cristo, es el mismo Jesucristo el que dijo: “El que anda en medio de los siete candeleros dice esto (en medio de los siete candeleros de oro).” Y ahora, *acá* dice: “*El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.”* Es Jesucristo en Espíritu Santo en medio de Su Iglesia hablando. Eso es la Voz de la Escritura, es la Palabra de Dios para la Iglesia del Señor Jesucristo. Sigue diciendo: “*Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.”* Y el que come del Árbol de la Vida, ¿que le sucederá? Vivirá eternamente con Cristo en Su Reino. Y Cristo es el Árbol de la Vida. Cuando escuchamos la predicación del Evangelio de Cristo y nace la fe en nuestra alma, la fe de Cristo para creer en Él como nuestro único y suficiente Salvador, y damos testimonio público de nuestra fe en Cristo, recibiéndolo como nuestro único y suficiente Salvador, y lo recibimos como nuestro Salvador y somos bautizados en agua en Su Nombre, y Él nos bautiza con Espíritu Santo y Fuego, y produce en nosotros el nuevo nacimiento, hemos comido del Árbol de la Vida, y hemos obtenido la Vida eterna; porque hemos escuchado la Voz de la Escritura. “**LA VOZ DE LA ESCRITURA.”** La Voz de la Escritura la escuchamos en - y la encontramos en diferentes etapas. La Voz de la Escritura como la Palabra escrita. La Voz de la Escritura como la Palabra hablada por el Espíritu Santo, el Ángel del Pacto. La Voz de la Escritura como la Palabra prometida para cada etapa de la Iglesia, de la Iglesia hebrea bajo la Ley y de la Iglesia del Señor Jesucristo en el Nuevo Testamento. Para cada etapa de la Iglesia, Dios por medio de Su Espíritu, ha hablado Palabra para ser cumplida en esa etapa; y esa es la Palabra, la Voz de la Escritura para esa etapa. Está en la Escritura, en la Biblia, porque fue hablada por el Espíritu Santo, y está en cada edad haciéndose carne en cada edad, en aquellos que escuchan el Mensaje de Dios para esa edad. Y la Palabra, la Voz de la Escritura para la Dispensación de la Gracia, es el Evangelio de Jesucristo, el Evangelio de la Gracia; y la Voz de la Escritura para la Dispensación del Reino, es el Evangelio del Reino; y la predicación del Evangelio de la Gracia y del Evangelio del Reino, traen la bendición de Dios. Durante la Dispensación de la Gracia, desde el Día de Pentecostés hacia acá, las personas que han estado escuchando la predicación del Evangelio de Cristo, han estado escuchando la Voz de la Escritura, y han estado recibiendo la bendición de la salvación y Vida eterna. La predicación del Evangelio de la Gracia, es también representada en la Lluvia Temprana. La Lluvia Temprana de la Enseñanza de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario, muriendo como el Sacrificio de la Expiación por nuestros pecados. Y el Evangelio del Reino es la Lluvia Tardía de la Enseñanza del misterio de la Segunda Venida de Cristo, como el León de la Tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. Y para este tiempo final, la Iglesia del Señor Jesucristo, que durante estas etapas pasadas ha tenido la Voz de la Escritura del Evangelio de la Gracia, la Voz de la Escritura de la predicación del Evangelio de Cristo revelando, mostrando a la humanidad el misterio de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario como el Cordero de Dios, para este tiempo final, en adición la Iglesia del Señor Jesucristo tendrá la Lluvia Tardía del Evangelio del Reino, revelándole a la Iglesia del Señor Jesucristo el misterio del Séptimo Sello, el misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la Tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, para así recibir la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Así como con la Voz de la Escritura del Evangelio de la Gracia, que revela el misterio de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario, recibimos la fe para creer en Cristo como nuestro único y suficiente Salvador, y obtener la transformación interior, obtener el perdón de nuestros pecados, ser limpios con la Sangre de Cristo de todo pecado, siendo perdonados, y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y recibir el Espíritu Santo y obtener el nuevo nacimiento, y así obtener la Vida eterna, y obtener el cuerpo angelical. Con el Mensaje del Evangelio de la Gracia recibimos esa fe para creer en Cristo. Y con el Mensaje del Evangelio del Reino, recibimos la fe para creer en el misterio de la Segunda Venida de Cristo como León de la Tribu de Judá, como el Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, recibimos la fe para ser transformados físicamente y ser llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero; porque la fe de transformación y Rapto, transformación y arrebatamiento para ir a la Cena de las Bodas del Cordero con Cristo, gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la Tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. Y esa revelación (fe es revelación), esa revelación estará ¿dónde? En la Voz de la Escritura de la predicación del Evangelio del Reino. Y ahora, así como en edades pasadas la Voz de la Escritura del Evangelio de la Gracia estuvo en los Mensajeros que Dios envió, para nuestro tiempo la Voz de la Escritura del Evangelio de la Gracia y del Evangelio del Reino, estarán en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo. Y vamos a ver cómo vendrá la Voz de la Escritura a la Iglesia del Señor Jesucristo en este tiempo final, porque la Voz de la Escritura es la Voz del Espíritu Santo, hablándonos por medio del Evangelio de la Gracia y por medio del Evangelio del Reino. Ambos son Mensajes Dispensacionales. Ahora, leemos en Apocalipsis, capítulo 1, verso 1 al 3, donde dice: “*La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan,* *que ha dado testimonio de la palabra de Dios, y del testimonio de Jesucristo, y de todas las cosas que ha visto.* *Bienaventurado el que lee, y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas; porque el tiempo está cerca.”* Hay una bendición grande al leer y escuchar la palabras de la profecía de este libro que escribió Juan el Apóstol, ¿por qué? Porque estas palabras son nada menos que la Voz de la Escritura para la Iglesia del Señor Jesucristo. Por eso encontramos en la lectura (la lectura que tuvimos anteriormente) que Cristo dice: “*Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto.”* ¿Ven? Es Cristo, es la Voz de Cristo. Y luego dice: “*El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias* (es la Voz de Cristo)*.”* Y ahora, encontramos que la revelación de Jesucristo ha sido enviada a Juan, a través del Ángel del Señor Jesucristo, con esa revelación, vean, dice: “*...para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.”* \[Apocalipsis 1:1\] En esa revelación que trajo el Ángel del Señor Jesucristo a Juan, están todas las cosas que han de suceder y están ahí, y fueron dadas a Juan en símbolos. Pero esos símbolos tienen un significado. También en Apocalipsis, capítulo 4, verso 1, dice: “*Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta, hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.”* Y ahora, aquí tenemos la promesa de que Él nos va a revelar las cosas que han de suceder después de las que ya han sucedido en edades pasadas. Cuando Dios envió a Su Ángel, cuando Cristo envió a Su Ángel, lo envió para revelar, manifestar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto. Y aquí en Apocalipsis 4, tenemos la promesa también de que serán dadas a conocer las cosas que deben suceder pronto. Entonces, vamos a ver por medio de quién el Espíritu Santo estará dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto. Vamos a ver por medio de quién Jesucristo va a revelarnos todas estas cosas que deben suceder pronto. Capítulo 22, del Apocalipsis, verso 6, dice por medio de quién es que vamos a obtener el conocimiento de todas estas cosas que van a suceder pronto; porque será por medio de la Voz de la Escritura para nuestro tiempo. Pero vamos a ver en quién estará la Voz de la Escritura en este tiempo final; así como estuvo la Voz de la Escritura, así como estuvo la Voz de Dios en cada Profeta del Antiguo Testamento, en Jesús y en los Apóstoles, y en los diferentes Mensajeros de edades pasadas. Vamos a ver Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, dice: “*Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.”* **¿A quién ha enviado el Señor, el Dios de los Espíritus de los Profetas?** A Su Ángel, ¿para qué? Para mostrar a Sus Siervos las cosas que deben suceder pronto. Es por medio del Ángel del Señor Jesucristo, que la Iglesia del Señor Jesucristo estará recibiendo la revelación de todas estas cosas que deben suceder pronto. En Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, también nos habla de la siguiente manera. Capítulo 22, verso 16 al 17, dice: “*Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.* *Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.”* Por lo tanto, es por medio del Ángel del Señor Jesucristo enviado por Jesucristo, que viene el testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto, para darlas a conocer a la Iglesia del Señor Jesucristo, y así estar escuchando la Voz de la Escritura; pues lo que estará hablándonos será lo que está en la Escritura. De eso será de lo que nos estará hablando el Ángel del Señor Jesucristo. El mismo Ángel que le apareció a Juan el Apóstol, y le dio esta revelación del libro del Apocalipsis en símbolos, para el Día Postrero estará en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo en carne humana. En el tiempo de Juan el Apóstol, estaba en cuerpo angelical, en cuerpo espiritual; es el segundo hombre que ministra estando en cuerpo angelical; el primero fue nuestro amado Señor Jesucristo, el cual dijo: “Antes que Abraham fuese Yo Soy.” San Juan capítulo 8, versos 56 al 58. **¿Porqué Jesucristo dijo que: ‘Antes que Abraham fuese Yo Soy’?** Porque Él es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová; y así como Dios dice en el Éxodo, capítulo 23, verso 20 al 23, dice: “*He aquí yo envío mi Angel delante de ti para que te guarde en el camino , y te introduzca en el lugar que yo he preparado.* *Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él.”* **¿Dónde está el Nombre de Dios?** En el Ángel de Jehová, que es Cristo en Su cuerpo angelical. Por eso la Escritura dice que la roca que siguió el pueblo hebreo era Cristo. Ahora, sigue diciendo: “*Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere...”* **¿Cómo Dios le iba a hablar al pueblo?** Por medio de Su Ángel, el Ángel de Jehová, el cual se manifestaba a través de Moisés, y se manifestaría a través de Josué , y de todos los demás Profetas que Dios enviaría. “*Pero si en verdad oyeres su voz e hicieres todo lo que yo te dijere, seré enemigo de tus enemigos, y afligiré a los que te afligieren.* *Porque mi Angel irá delante de ti, y te llevará a la tierra del amorreo, del heteo, del ferezeo, del cananeo, del heveo y del jebuseo, a los cuales yo haré destruir.”* Vean, el Ángel de Jehová es Cristo en Su cuerpo angelical, el cual se manifestó a través de los Profetas del Antiguo Testamento. Y ahora, en el Nuevo Testamento, en el libro del Apocalipsis, Cristo dice: “*Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”* Así como Jehová Dios tiene Su Ángel, el cual es Cristo en Su cuerpo angelical, el cual luego se hizo carne, el cual es el Verbo, el cual se hizo carne y habitó en medio del pueblo hebreo; ahora Jesucristo en el Nuevo Testamento en medio de Su Iglesia, tiene Su Ángel. Así como Dios en medio del pueblo hebreo (que es la Iglesia del Antiguo Testamento), tuvo Su Ángel, a Cristo en Su cuerpo angelical, por medio del cual se manifestaba. Dios se revelaba por medio de Jesucristo en Su cuerpo angelical. La revelación de Dios en el Antiguo Testamento vino por medio del Ángel de Jehová, que es Cristo en Su cuerpo angelical. Y la revelación aquí de Jesucristo, conforme a Apocalipsis, capítulo 1, verso 1 al 3, que dice: “*Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.”* Eso es Apocalipsis, capítulo 22, verso 6; pero Apocalipsis, capítulo 1, verso 1 al 3, dice: “*La revelación de Jesucristo, que Dios le dio, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto; y la declaró* (la dio a conocer, la envió y la declaró. Vamos a ver)*... y la declaró enviándola por medio de su ángel a su siervo Juan.”* Jesucristo por medio de Su Ángel envió a Juan la revelación, le envió a Juan todo el Programa Divino de cómo Cristo estaría en medio de Su Iglesia manifestado; y este Ángel en cuerpo angelical ha estado todo el tiempo en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo. Y para el Día Postrero estará en carne humana, en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo, en la etapa de la Edad de la Piedra Angular. Por eso cuando Cristo dice: “*Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y* (nunca más saldrá fuera) *nunca más saldrá de allí* (el Templo es la Iglesia del Señor Jesucristo)*,* *y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva* *Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo.”* Así como Dios escribió Su Nombre en Su Ángel, el Ángel de Jehová, que es Cristo en Su cuerpo angelical, ahora Cristo ha prometido escribir Su Nombre en el Vencedor; y ése será el Ángel del Señor Jesucristo. Y así como Cristo, el Ángel de Jehová, que se hizo carne y habitó en medio del pueblo hebreo, y obtuvo la victoria contra el diablo; y luego que murió, fue sepultado y resucitó, ascendió al Cielo victorioso y se sentó a la Diestra de Dios, se sentó en el Trono de Dios. Vean, y ahora vean, por cuanto lo que Cristo hace es paralelo a lo que Dios hizo en el Antiguo Testamento, lo que Dios hizo en el Antiguo Testamento entonces refleja lo que Cristo hará en el Nuevo Testamento. Vean, Apocalipsis, capítulo 3, verso 20 al 21, dice: “*He aquí, yo estoy a la puerta y llamo; si alguno oye mi voz y abre la puerta, entraré a él, y cenaré con él, y él conmigo.* *Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.* *El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias.”* Cristo hablando por medio de Su Espíritu Santo a las Iglesias. Y ahora, en la misma forma en que Cristo venció y el Padre lo sentó con Él en Su Trono, así también Cristo hará con el Vencedor: “*Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono.”* Esa es la promesa divina; y el que venció allá y se sentó con el Padre Celestial en Su Trono Celestial fue el Ángel de Jehová; el que vencerá y se sentará con Jesucristo en Su Trono. **¿Cuál es el Trono de Cristo?** Cristo se sentó en el Trono del Padre. Pero el Trono de Cristo es el Trono de David de ese Reino Milenial, que Cristo tendrá en este planeta Tierra; y el Vencedor se sentará con Cristo en Su Trono, y ése será el Ángel del Señor Jesucristo que ha estado todo el tiempo en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo. Cuando estemos en el Reino Milenial lo vamos a entender mejor; y entonces les podré explicar mucho mejor lo que les estoy diciendo en esta noche, y ustedes verán que lo que les estoy diciendo en esta noche, va a concordar con lo que estará pasando en el Reino Milenial. Y entonces diremos: “El que está sentado con Cristo en Su Trono es el Ángel del Señor Jesucristo; así como Cristo se sentó con el Padre en Su Trono Celestial.” Pero vean ustedes, cuando el Ángel de Jehová se hizo hombre, se hizo carne, vean, era un hombre; y ascendió al Cielo victorioso glorificado; y fue la primera ocasión y la única ocasión en que se sentó y que se sentaría un hombre con Dios en Su Trono. El único que se sienta con Dios en Su Trono es Jesucristo; y en el Trono de David, vean, un hombre pero ya glorificado, con un cuerpo glorificado y eterno; un cuerpo que no puede ver muerte, porque el resucitó glorificado para no ver muerte. Y en el Trono de David todavía en la historia del Reino de Israel, en el Reino del pueblo hebreo, de la monarquía del pueblo hebreo, que es el Reino de Dios, de Jehová en la Tierra. Y el Trono de David es el Trono terrenal de Dios, donde se sentó David y luego se sentó Salomón, y diferentes descendientes de David a través de Salomón, y así por el estilo. Pero nunca en la historia de ese Reino de Dios sobre la Tierra y de ese Trono de Dios sobre la Tierra, el Trono de David, nunca en la historia se ha sentado un hombre con un cuerpo glorificado. Pero Cristo es el Heredero al Trono de David. El Arcángel Gabriel cuando le apareció a la virgen María, en el capítulo 1 de San Lucas, versos 30 al 36, le habló de ese Reino y de ese Trono, y le dijo de la siguiente manera, lo cual es una noticia grande para la virgen María, porque fue la mujer más bienaventurada de todas las mujeres. La bendición que Eva tenía para que se cumpliera en ella y naciera por medio de creación divina el primer hijo de Adán y Eva, vean, por cuanto pecaron, perdió esa bendición, y perdió la bendición entonces de traer hijos eternos. Y ahora, la virgen María, por creación divina ahora tuvo un niño en su vientre, el cual nació, el cual es nuestro amado Señor Jesucristo. Sin la unión de ella con un hombre, fue por creación divina, por obra y gracia del Espíritu Santo. Y ahora, el primer hombre de la Nueva Creación, el primer hombre que aparece luego de la caída del ser humano, que aparece con Vida eterna y viene por creación divina es Jesucristo. Así también había venido Adán: por creación divina. Pero ahora, Jesús es el Segundo Adán, para reproducirse en muchos hijos e hijas de Dios. **¿Y dónde está Su Eva?** Es la Iglesia del Señor Jesucristo que salió de Su costado, como salió Eva del costado de Adán. Y ahora, vean ustedes las palabras del Arcángel Gabriel a la virgen María, en el capítulo 1, verso 30 de San Lucas. Capítulo 1, verso 30 en adelante, dice: “*Entonces el ángel le dijo: María, no temas, porque has hallado gracia delante de Dios.* *Y ahora, concebirás en tu vientre, y darás a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS.* *Este será grande, y será llamado Hijo del Altísimo; y el Señor Dios le dará el trono de David su padre;* *y reinará sobre la casa de Jacob para siempre, y su reino no tendrá fin.”* Ese es el Reino eterno que será establecido en este planeta Tierra, del cual también habló el mismo Arcángel Gabriel al Profeta Daniel en el capítulo 2 del libro del Profeta Daniel. Ahora, nos habla el Profeta Daniel de esa piedra no cortada de manos, que hirió a la estatua en los pies de hierro y de barro cocido, y los desmenuzó; y esa piedra creció y vino a ser un gran monte, un gran Reino, un gran Reino que no será dejado para otro pueblo; porque ése es el Reino de Dios, del cual Cristo es el Rey. Y en ese Reino voy a estar yo. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también. De ese Reino es que nosotros somos Reyes y Sacerdotes, de ese Reino es que nosotros somos Jueces también. Y en ese Reino es que nosotros tenemos nuestro futuro eterno y nuestra riqueza eterna. Él dijo: “Haceos tesoros, ¿dónde? En el Cielo.” Y los vamos a disfrutar, ¿dónde? En el Reino de nuestro amado Señor Jesucristo. Por lo tanto, en ese Reino yo voy a ser muy rico, ¿y quién más? Cada uno de ustedes también, porque la bendición es para ustedes también, porque hemos escuchado la Voz de la Escritura hoy, como la han escuchado los creyentes en Cristo de edades pasadas. Hemos visto cómo la Voz de la Escritura hoy, estará dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final. Por lo tanto, continuamos escuchando la Voz de la Escritura hoy, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto. Yo estoy escuchando y continuaré escuchando la Voz de la Escritura hoy. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también. Por lo tanto, todos los que hemos escuchado la Voz de la Escritura y hemos recibido a Cristo como nuestro único y suficiente Salvador, pues Él dijo: “Id por todo el mundo y predicad el Evangelio a toda criatura.” \[San Marcos 16:15\] El Evangelio es la Voz de la Escritura, son las buenas nuevas de la Escritura para todo ser humano, que Cristo vino en Su Primera Venida vino y murió por todos nosotros en la Cruz del Calvario, y con Su Sangre nos ha limpiado de todo pecado. Él es el Sacrifico de la Expiación por nuestros pecados. Ya no se requieren sacrificios de animalitos, como hacía el pueblo hebreo en el Antiguo Testamento, ¿por qué? Porque todos esos sacrificios de animalitos fueron cumplidos en el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario; y el Sacrificio de Cristo es el único Sacrificio Perfecto, y por consiguiente no hay otro Sacrificio que pueda sustituir el Sacrifico de Cristo en la Cruz del Calvario. Aquellos otros sacrificios del Antiguo Testamento eran sustitutos en lo que llegaba el Sacrifico perfecto, que haría perfecto al ser humano que creería y recibiría a Cristo como su único y suficiente Salvador, y obtendría el perdón de sus pecados y sería limpio de todo pecado con la Sangre de Cristo, sería bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo lo bautizaría con Espíritu Santo, y produciría en la persona el nuevo nacimiento, y la persona así nacería del Agua y del Espíritu, del Evangelio de Cristo y del Espíritu Santo, y así entraría al Reino de Dios. “Porque el que no nazca del Agua y del Espíritu, no puede entrar al Reino de Dios.” Pero el que nace del Agua y del Espíritu, del Evangelio de Cristo y del Espíritu Santo, ha entrado al Reino de Dios y tiene Vida eterna; y ha asegurado su futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno, porque ha escuchado la Voz de la Escritura hoy en nuestro tiempo, como escucharon la Voz de la Escritura los que recibieron a Cristo como su Salvador en edades pasadas. Por lo tanto, todos los que hemos escuchado la Voz de la Escritura en nuestro tiempo, y hemos recibido a Cristo como nuestro Salvador tenemos Vida eterna. “El que oye mi Palabra, y cree al que me envió, tiene Vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida. \[Juan 5:24\] **¿Y cómo es esto que pasó de muerte a vida? ¿Pero los que reciben a Cristo, no están vivos?** Están vivos a la vida temporera o temporal, pero están muertos a la Vida eterna. Y para estar vivos a la Vida eterna hay que recibir a Cristo. Pues Él dijo: “Yo Soy el Camino, la Verdad, y la Vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” \[San Juan 14:6\] Por lo tanto, hay que recibir a Jesucristo para recibir la Vida eterna. En Primera de Juan capítulo 5, versos del 10 al 13, nos dice de la siguiente manera, en donde nos muestra la bendición de tener a Cristo en nuestro corazón. Vamos a ver Primera de Juan, capítulo 5, verso 10 al 13, dice: “*El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.* *Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está* (¿dónde?) *en su Hijo.”* Así como cuando una persona viene con un vaso de agua, para darnos un vaso de agua, para darnos agua, pero la trae en un vaso. Para usted recibir esa agua, usted tiene que recibir el vaso. Y para usted recibir la Vida eterna que Dios nos da, usted tiene que recibir el vaso donde Dios colocó la Vida eterna; esta Vida está en Su Hijo Jesucristo. Por eso es que hay que recibir a Jesucristo para recibir la Vida eterna que Dios nos da a través de Jesucristo. “*El que tiene al Hijo...* (o sea, que lo ha recibido en su corazón, pues lo tiene)*...El que tiene al Hijo tiene la vida* (o sea, tiene la Vida eterna)*; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.”* Aunque este vivo, está muerto a la Vida eterna, no tiene la Vida eterna; y la vida temporera, esta vida en estos cuerpos terrenales no es la más importante, la más importante es la Vida eterna. Y así como tuvimos que nacer de nuestros padres terrenales para tener esta vida, obtener esta vida terrenal, para obtener la Vida eterna tenemos que nacer de nuevo por medio de Jesucristo. Cristo está reproduciéndose en hijos e hijas de Dios, hijos e hijas eternos, para vivir eternamente con Cristo en Su Reino eterno. “*Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna.”* Para que sepáis que tenéis ¿qué? Vida eterna. Esa es la buena noticia para los creyentes en Cristo. “*...para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.”* Para que creáis en el Nombre SEÑOR JESUCRISTO, para que creáis en el Señor Jesucristo. Por lo tanto, yo tengo Vida eterna porque he creído en el Nombre del Señor Jesucristo, lo he recibido como mi único y suficiente Salvador. ¿Y quién más? Cada uno de ustedes también, porque lo han recibido ustedes también como vuestro único y suficiente Salvador. Si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo como su Salvador, y ha escuchado la predicación del Evangelio de Cristo, en estos momentos la fe de Cristo ha nacido en vuestro corazón, Dios ha creado esa fe en vuestro corazón, y ya usted sabe que está creyendo en Jesucristo como su único y suficiente Salvador. “Porque la fe viene por el oír la Palabra de Dios,” por el oír la Voz de la Escritura, por el oír la predicación del Evangelio de Cristo. “Y con el corazón, con el alma, se cree para justicia; pero con la boca se confiesa para salvación.” Con la boca la persona da testimonio público de su fe en Cristo, y lo recibe como su único y suficiente Salvador. Por lo tanto, en estos momentos las personas que todavía no habían recibido a Cristo como su Salvador, pero ya al escuchar la predicación del Evangelio de Cristo nació en vuestros corazones, la fe de Cristo para creer en Él como vuestro Salvador, pueden pasar al frente y yo estaré orando por ustedes. Pueden pasar al frente dando testimonio de vuestra fe en Cristo para que Cristo les reciba, les perdone, y con Su Sangre les limpie de todo pecado y sean bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo les bautice con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, nazcan a la Vida eterna en el Reino eterno de Jesucristo nuestro Salvador. Daré unos segundos en lo que pasan las personas que han escuchado y han creído de todo corazón y no habían recibido a Cristo todavía como vuestro único y suficiente Salvador. Pueden pasar al frente, y yo estaré orando por ustedes para que Cristo les reciba en Su Reino, les perdone y con Su Sangre les limpie de todo pecado; y puedan ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. En el bautismo en agua la persona se identifica con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección. Cuando la persona recibe a Cristo como su Salvador muere al mundo, y cuando el ministro lo sumerge en las aguas bautismales, está siendo sepultado espiritualmente hablando; y cuando lo levanta de las aguas bautismales está resucitando a una nueva vida, a la Vida eterna, con Cristo en Su Reino eterno. Todavía vamos a dar unos segundos en lo que pasan las personas que faltan por pasar, pues Cristo tiene mucho pueblo *acá* en Bogotá, y en toda la república de Colombia; y por esa causa el Reino de Jesucristo se está llenando de colombianos; y ése es el mejor lugar, el mejor Reino a donde pueden ir: el Reino eterno de Jesucristo nuestro Salvador. Siempre que una persona se va a otra nación, y algunas veces se lleva a su familia, está buscando mejores condiciones de vida. Y los que van al Reino de Cristo entran al Reino de Cristo, están buscando mejores condiciones de vida, están buscando una vida mejor, una Vida eterna con Cristo en Su Reino eterno. No hay otro Reino donde vayamos para buscar la Vida eterna. Las personas pueden ir a un país o a otro país y preguntarle al presidente de la nación, decirle: “Yo vengo para buscar una nueva vida.” Y el presidente le puede decir: “Bueno, aquí hay mucho trabajo, puedes obtener una nueva vida.” Pero usted le dice: “Pero yo la vida que quiero es la Vida eterna.” Le va a decir: “Aquí no tenemos esa Vida eterna.” Pero en el Reino de Cristo, Cristo nos dice que Él tiene esa Vida eterna para todos nosotros. Por lo tanto, solamente hay un Reino para entrar y obtener la Vida eterna, y hay que entrar lo más pronto posible, porque nadie sabe cuántos días Dios le ha determinado para vivir en este planeta Tierra, en este cuerpo de carne. Y hay que buscar y entrar al Reino de Dios mientras estamos en este cuerpo de carne; después que la persona muere, ya no hay oportunidad para la persona decir: “Ahora yo quiero buscar el Reino de Dios.” Ya no hay tiempo. Tenía que buscar el Reino de Dios mientras vivía en la Tierra en el cuerpo de carne, para así entrar al Reino de Dios, naciendo del Agua y del Espíritu, naciendo de la predicación del Evangelio de Cristo, recibiendo a Cristo como su único y suficiente Salvador; y arrepentido de sus pecados pidiéndole perdón a Cristo por sus pecados, y Cristo lo perdona, y con Su Sangre lo limpia de todo pecado y es bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Y Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego, y produce en la persona el nuevo nacimiento; ha nacido del Agua y del Espíritu, y por consiguiente ha entrado al Reino de Dios, y ha entrado a la Vida eterna; y no perecerá jamás, vivirá eternamente con Jesucristo en Su Reino. Cuando se le acabe la vida terrenal, no tiene ningún problema, porque tiene la Vida eterna. Vamos a esperar unos segundos, vamos a estar puestos en pie. Los niños de diez años en adelante también pueden pasar para recibir a Cristo como su único y suficiente Salvador, porque Cristo tiene lugar en Su Reino para los niños también. Por eso Él dijo: “Dejad los niños venir a mí y no se lo impidáis porque de los tales es el Reino de los Cielos.” Cristo dijo: “El que me confesare delante de los hombres, Yo le confesaré delante de mi Padre; mas el que me negare delante de los hombres, Yo le negaré delante de mi Padre.” \[San Lucas 12:8-9\] Si le negamos, si le damos la espalda Él nos dará la espalda y nos negará delante de nuestro Padre Celestial, y entonces perdemos la oportunidad de la Vida eterna. Pero si lo confesamos públicamente delante de los hombres, delante de los seres humanos, Cristo nos confiesa delante de nuestro Padre Celestial, y nos da la entrada al Reino eterno, a la Vida eterna, para vivir con Cristo en Su Reino por toda la eternidad. Cristo nos confiesa delante de nuestro Padre Celestial como personas que hemos creído en Él al escuchar la predicación de Su Evangelio, y lo hemos recibido como nuestro único y suficiente Salvador; y así es como podemos llegar a nuestro Padre Celestial. Cristo dijo: “Yo Soy el Camino, y la Verdad, y la Vida; y nadie viene al Padre, sino por mí.” No hay otra forma para llegar a Dios, no hay otra forma para acercarnos a Dios para obtener la Vida eterna. Vamos ya a orar por las personas que han pasado. Si todavía falta alguna puede pasar. Algunas veces algunas personas luego de escuchar la predicación del Evangelio de Cristo y creer se detienen, algo los aguanta \[detiene\], pero la persona lo que tiene que decir es: “Yo he creído en Cristo como mi Salvador, y yo lo recibo como mi único y suficiente Salvador, yo quiero vivir eternamente con Cristo en Su Reino eterno,” y se levanta y pasa al frente y ya obtuvo la victoria. Vamos a levantar nuestras manos al Cielo y vamos a cerrar nuestros ojos, y repitan conmigo esta oración las personas que han pasado para dar testimonio de su fe en Cristo recibiéndolo como su único y suficiente Salvador. Repitan conmigo: ***Señor Jesucristo, he escuchado la predicación de Tu Evangelio, y he creído en Ti de todo corazón, creo en Tu Primera Venida como el Cordero de Dios para quitar el pecado del mundo, creo en Tu Sacrificio en la Cruz del Calvario, creo que ese Sacrificio Tuyo es el Sacrificio de la Expiación por mis pecados, y Te recibo públicamente como mi único y suficiente Salvador.*** ***Señor Jesucristo, salva mi alma, Te lo ruego. Perdona mis pecados y con Tu Sangre límpiame de todo pecado, y bautizame con Espíritu Santo y Fuego, luego de que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre. Te ruego produzcas en mí el nuevo nacimiento, quiero nacer en Tu Reino eterno a la Vida eterna.*** ***Señor Jesucristo, quiero vivir contigo en Tu Reino por toda la eternidad. Salva mi alma, Señor Jesucristo, Te lo ruego. En Tus manos encomiendo mi alma. En Tu Nombre eterno y glorioso, Señor Jesucristo, Te lo ruego. Amén y amén.*** Y ahora, repitan conmigo, con nuestras manos levantadas al Cielo: **La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado. La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado. La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado.** Cristo les ha recibido en Su Reino, ha perdonado vuestros pecados y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado, porque ustedes han escuchado la Voz de la Escritura hoy, y han recibido a Cristo como vuestro único y suficiente Salvador. Él dijo: “*Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.* *El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”* \[San Marcos 16:15-16\] Por cuanto ustedes han creído de todo corazón, ustedes me dirán: “¿Cuándo me pueden bautizar en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Porque Él dijo: ‘El que creyere (y ya hemos creído) y fuere bautizado, será salvo.” Y ustedes me dirán: “Yo quiero cumplir con el mandato de Cristo completo, he creído y quiero ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, porque el Nombre Señor Jesucristo es el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Por lo tanto, quiero ser bautizado lo más pronto posible.” Por cuanto han creído de todo corazón en Jesucristo como vuestro único y suficiente Salvador, bien pueden ser bautizados en agua esta misma noche en el Nombre del Señor Jesucristo. ¿Hay agua? Hay agua *aquí*, hay bautisterio. ¿Hay ropas bautismales también? Hay ropas bautismales. ¿Hay lugar donde cambiarse de ropas? También hay lugar donde cambiarse de ropas. ¿Y también hay personas que cuidarán las ropas de las personas? También hay personas que cuidarán vuestras ropas, en lo que ustedes son bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Y luego se cambiarán de nuevo de ropas se pondrán las ropas de ustedes que estarán secas, y regresarán a sus hogares felices y gozosos, y agradecidos a Cristo por la salvación de vuestra alma. Ha sido para mí una privilegio y bendición grande estar con ustedes, dándoles testimonio de: “**LA VOZ DE LA ESCRITURA HOY.”** ***Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre cada uno de ustedes, y les bautice Cristo con Espíritu Santo y Fuego, y produzca en ustedes el nuevo nacimiento, luego que ustedes sean bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, donde se identificarán con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección.*** ***Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes; y Cristo traiga a Sus pies a todos los familiares de ustedes también, y les dé Vida eterna para que estén con ustedes en el Reino eterno de Cristo, viviendo por toda la eternidad. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén y amén.*** Muchas gracias por vuestra amable atención, y dejo nuevamente al Doctor Camilo Montoya, para decirles, indicarles hacia dónde caminar para ser bautizados los que recibieron a Cristo como su único y suficiente Salvador. Que Dios les bendiga y pasen todos muy buenas noches. Y el domingo estaremos en la actividad del domingo en la mañana en el lugar que les indicara el Doctor Camilo Montoya. Dios les bendiga y les guarde a todos. “**LA VOZ DE LA ESCRITURA.”**