--- title: 'El dia de la Liberación' date: 2004-02-12 activity: 1 place: city: Goiânia state: Goiás country: BR duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes aquí en Goiania, Brasil; es para mí una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión. También me acompaña mi esposa Erica, quien está en este lado, y les puede dar un saludito con la mano. Para esta noche leemos en San Lucas, capítulo 4, versos 14 en adelante, donde dice de la siguiente manera: “*Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor.* *Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos.* *Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer.* *Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito:* *El Espíritu del Señor está sobre mí,* *Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;* *Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;* *A pregonar libertad a los cautivos,* *Y vista a los ciegos;* *A poner en libertad a los oprimidos;* *A predicar el año agradable del Señor.* *Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.* *Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros.”* Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. Tomamos el verso que dice: “*A pregonar libertad a los cautivos,* *Y vista a los ciegos;* *A poner en libertad a los oprimidos;* *A predicar el año agradable del Señor.”* “**EL DÍA DE LA LIBERACIÓN.”** Ese es nuestro tema para esta ocasión. Con la aparición de Jesús en el planeta Tierra llegó el tiempo para la proclama de la liberación, llegó el tiempo del día de la liberación; así como cuando Moisés apareció en Egipto, luego que Dios le habló a Moisés y lo envió a Egipto, había llegado el tiempo, el día de la liberación para el pueblo hebreo, de la cual Dios le había hablado a Abraham en el capítulo 15 del Génesis, versos 12, en adelante, donde dice: “*Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el temor de una grande oscuridad cayó sobre él.* *Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años.* *Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza* *Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez.* *Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí.”* Aquí podemos ver que Dios le reveló a Abraham, que la descendencia de Abraham iba a ser esclava e iba a ser oprimida por 400 años en una tierra extraña, pero no le dijo cuál tierra sería; pero le dijo que después de los 400 años Dios los libertaría, y en la cuarta generación regresarían a la tierra prometida, la tierra que Dios le prometió a Abraham, a Isaac y a Jacob, y a toda su descendencia. Ahora, podemos ver que esto fue una promesa divina para Abraham y su descendencia; y luego encontramos que la descendencia de Abraham en el tiempo de Jacob, cuando Jacob tuvo sus hijos, uno de ellos fue vendido a Egipto, o sea, fue vendido a un grupo de ismaelitas que iban para Egipto, y en Egipto lo vendieron como esclavo. Eso fue algo terrible para Jacob, porque Jacob amaba mucho a José. Cuando Jacob tuvo a José, ya Jacob era de edad avanzada. Ahora, podemos ver que Jacob amaba mucho a José, porque también era su primer hijo a través de su mujer amada, que era Rebeca. Por lo tanto, Jacob amaba mucho a José. Ahora, podemos ver también que luego no solo José llegó a Egipto, sino que más adelante también fueron a Egipto, Jacob con todos sus hijos para vivir en Egipto; y allí estuvieron muy bien mientras José estaba vivo, y mientras estaba vivo el faraón que conocía a José; pero cuando vino otro faraón, entonces el pueblo hebreo fue oprimido, fue esclavizado, y fue un tiempo de grande sufrimiento, de grande apretura para el pueblo hebreo, fue un tiempo de esclavitud para el pueblo hebreo, conforme a como Dios le había revelado a Abraham. Pero el pueblo hebreo tenía esperanza, porque Dios dijo que después de los 400 años, en la cuarta generación, Dios los libertaría y los colocaría en la tierra prometida. Por lo tanto, el pueblo hebreo aun en la esclavitud tenía una esperanza, aunque no sabía cómo Dios iba a cumplir esa promesa. Pero para Dios siempre cumplir sus promesas, ha tenido un hombre, un Profeta, y tuvo el Profeta Moisés, el cual nació con las dos conciencias juntas, y el cual se crió como hijo adoptivo de la hija del faraón. A los 40 años trató de libertar al pueblo hebreo pero no pudo, porque la Obra de Dios no es con ejércitos o con fuerzas, o con sabiduría humana, es con el Espíritu del Señor. Moisés militarmente, académicamente, estaba preparado, como un gran militar. Pero la Obra de Dios es con el Espíritu de Dios; el Ángel del Pacto es el que hace la Obra. Por lo tanto, la Obra de Dios, Moisés no la podía hacer cuando tenía 40 años, porque él estaba confiando en su inteligencia, en su poder, en su fuerza. Luego huyó a la tierra de Jetro, por allá por Madián, porque el faraón quería matarlo, porque el faraón quería matarlo, porque Moisés había matado a un egipcio; por lo tanto, Moisés se convirtió en un fugitivo de la justicia egipcia, y tenía una sentencia de muerte. Por lo tanto, Moisés huyó y vivió 40 años en Madián, con la familia de Jetro, el cual vino a ser su suegro. Pero dentro de Moisés estaba el Programa de Dios para la liberación del pueblo hebreo, aunque en medio del pueblo hebreo vivieran hebreos bien capacitados teológicamente, ninguno de ellos servía para la liberación del pueblo hebreo, sería un hombre con las dos conciencias juntas, un profeta dispensacional enviado para ese propósito; aun con todos los problemas que Moisés había tenido, y aunque el pueblo hebreo lo había rechazado, cuando tenía 40 años, y el faraón lo estaba buscando para matarlo, aun con todo y eso seguía siendo el hombre de Dios para la liberación del pueblo hebreo. En Moisés estaba todo el Programa para la liberación del pueblo hebreo. Por lo tanto, Dios lo tuvo 40 años en el desierto allá con la familia de Jetro. Jetro era sacerdote allá en Madián, una persona muy importante. Allá Dios entrenó a Moisés pastoreando ovejas, por consiguiente lo preparó el Espíritu de Dios, y cuando estuvo listo, ya a los 40 años de estar allá en Madián, ya tenía 80 años de edad, y ahí entonces Dios lo llamó (en el capítulo 3 del Éxodo) y lo envió para la liberación del pueblo hebreo. Era el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, en quien Dios estaba en toda Su plenitud, el que le apareció a Moisés y le dijo: “Yo Soy el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob.” Y también le dijo: “Yo Soy el Dios de tu Padre, o sea, el Dios de Amram.” Se identificó el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, cuando le apareció en esa Luz mística, se identificó como el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios que había hecho la promesa de la liberación del pueblo hebreo. Y ahora envía a Moisés, para por medio del Profeta Moisés libertar al pueblo hebreo, sería Dios con Su cuerpo angelical, llamado el Ángel de Jehová, dentro del cuerpo físico de Moisés, obrando todas aquellas maravillas. Moisés no hizo ningún milagro, todos los milagros los hizo Dios, y habló a través de Moisés las cosas que iban a suceder, era Dios hablando a través de un hombre, y era Dios haciendo las obras. Por lo tanto, la liberación del pueblo hebreo la llevaría a cabo Dios por medio de Su Ángel, el Ángel del Pacto, que es Cristo en Su cuerpo angelical. Para ese tiempo no tenía un cuerpo de carne propio sino que usó a Moisés; el cuerpo de carne de Moisés lo usó, y a través de ese cuerpo de carne habló al pueblo egipcio, y también habló al pueblo hebreo. Y luego libertó al pueblo hebreo. Moisés no libertó al pueblo hebreo, fue Dios por medio de Su Espíritu Santo, el Ángel del Pacto, el que libertó al pueblo hebreo. Pero tuvo un velo de carne a través del cual manifestarse y dar a conocer las cosas que iban a suceder. Y ahora, podemos ver que por ninguna otra persona Dios podía libertar al pueblo hebreo, tenía que ser por medio de Moisés, porque ése fue el instrumento que Dios predestinó desde antes de la fundación del mundo para llevar a cabo esa obra; lo diseñó y lo mandó a la Tierra con todo el Programa Divino dentro de él. Ahora, esta liberación fue el Primer Éxodo, el éxodo es la salida. Éxodo: Salida. Por lo tanto, el pueblo hebreo, libertado por Dios a través del Profeta Moisés, es la Iglesia del Antiguo Testamento, porque Iglesia es: “Los sacados.” Y fueron sacados de Egipto. Ahora, el pueblo hebreo es la Iglesia del Antiguo Testamento bajo la Ley. Y ahora, cuando llegó el tiempo para un nuevo éxodo, ya Dios había prometido que enviaría Su Ángel nuevamente en medio del pueblo hebreo. En Malaquías, capítulo 3, verso 1, dice: “*He aquí, yo envío mi mensajero, el cual preparará el camino delante de mí* (ese fue Juan el Bautista)*; y vendrá súbitamente a su templo el Señor a quien vosotros buscáis, y el ángel del pacto, a quien deseáis vosotros. He aquí viene, ha dicho Jehová de los ejércitos.”* ¿Quién vendría después de Juan el Bautista? ¿A quién le prepararía el camino Juan el Bautista? Porque en Juan el Bautista se cumplió la promesa del Mensajero que le prepararía el camino a uno que vendría después de él; el que vendría después de él sería el Señor, el Ángel del Pacto, que es el Ángel de Jehová, el cual es Cristo en Su cuerpo angelical, ese es el Ángel del Pacto, ese es el Ángel de Jehová. Por eso Jesucristo en el capítulo 8 de San Juan, verso 56 al 58, los judíos estaban molestándolo y haciéndole preguntas, y dice: “*Abraham vuestro padre se gozó de que había de ver mi día; y lo vio, y se gozó.”* Él lo vio y se gozo (Abraham), cuando le aparecieron aquellos tres varones en el capítulo 18 del Génesis, y comieron con Abraham; esos eran: Elohim (porque Abraham le dijo: “Mi Señor, o sea, Elohim.”) Y los otros dos varones eran los Arcángeles Miguel y Gabriel. Ellos aparecieron (los tres) en cuerpos físicos de carne que Dios creó para ellos tres. Por eso pudieron comer con Abraham una ternera que Abraham le dijo a su siervo que preparara. Y panes, y también leche, y mantequilla, todo lo que va con un buen almuerzo que le preparen a un invitado especial. Y allí Abraham tenía tres invitados especiales que aceptaron la invitación de quedar con él para almorzar; fue una visita del Cielo. “*Entonces le dijeron los judíos: Aún no tienes cincuenta años, ¿y has visto a Abraham?* *Jesús les dijo: De cierto, de cierto os digo: Antes que Abraham fuese, yo soy.”* ¿Y cómo era Jesucristo antes de Abraham? Él era el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, el mismo que libertó al pueblo hebreo, el mismo que le apareció a Moisés y el mismo que le dio la Ley en el monte Sinaí. La Ley fue dada por comisión de Ángeles, fue el Ángel del Pacto, Jesucristo en Su cuerpo angelical, el que le dio la Ley al pueblo hebreo. Y ahora, ese mismo Ángel de Jehová, el cual es Cristo en Su cuerpo angelical, en quien estaba Dios en toda Su plenitud, venía a la Tierra en carne humana. Por eso Juan el Bautista le preparó el camino al Señor, al Ángel del Pacto, el cual se hizo carne y habitó en medio de la raza humana, en medio del pueblo hebreo, y fue conocido por el Nombre de Jesús; era el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová que vino en carne humana para llevar a cabo el Segundo Éxodo, la segunda liberación; llegó en el día de la liberación. Por eso Él dijo que vino para predicar el año de la buena voluntad de Jehová, Él vino para proclamar libertad, dice: “*A pregonar libertad a los cautivos,* *Y vista a los ciegos;* *A poner en libertad a los oprimidos;* *A predicar el año agradable del Señor.”* Él vino para libertar a todos los oprimidos del diablo, Él vino para libertar, poner en libertad a los oprimidos. Por lo tanto, Él vino para libertar al ser humano del reino de las tinieblas, del poder de las tinieblas, del poder del maligno el diablo que es el príncipe de las tinieblas, el príncipe de ese reino de las tinieblas, que en el Huerto del Edén engañó a Adán y a Eva, y los tomó como esclavos del reino de las tinieblas. Y el ser humano cayó prisionero y esclavo del reino de las tinieblas, del cual el diablo es el rey, el príncipe de ese reino. Pero ahora viene el Moisés mayor, Jesucristo nuestro Salvador, para libertar a todo hijo e hija de Dios, a todos los escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, a todos los miembros del Israel Celestial, sean hebreos o sean gentiles, libertarlos del Egipto espiritual, del reino de las tinieblas, y colocarlos en la tierra prometida del Reino de Dios. En Colosenses, capítulo 1, verso 12 en adelante, dice San Pablo: “*Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;* *el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo.”* Nos libertó de la potestad del poder de las tinieblas, del poder de ese reino de las tinieblas, de ese reino del maligno, de ese príncipe de las tinieblas. De ese faraón del reino de las tinieblas, Cristo nos libertó, con Su muerte en la Cruz del Calvario, la cual había sido tipificada en el sacrificio del cordero pascual allá en Egipto, ahora Cristo nos ha libertado del Reino de las tinieblas, y nos ha colocado en la tierra prometida de Su Reino. “*...en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.”* Y ahora, tenemos la Redención por medio de la Sangre de Cristo, y el perdón de pecados; y así hemos sido libertados del reino de las tinieblas, y colocados en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador. Ese ha sido el Segundo Éxodo, la segunda liberación; y todavía estamos en el tiempo de esa segunda liberación hasta que sea libertado hasta el último hijo o hija de Dios, hasta que entre al Reino de Cristo hasta el último escogido escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, hasta que sea limpio con la Sangre de Jesucristo hasta el último escogido de Dios. Por lo tanto, Cristo continúa en el Cielo, en el Lugar de Intercesión como Sumo Sacerdote, haciendo intercesión por cada persona que lo recibe como su Salvador; y Cristo con Su Sangre lo limpia de todo pecado, la persona ha obtenido el perdón de sus pecados y ha sido libertado del reino de las tinieblas y colocado en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador. La persona ha sido bautizada en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, Cristo la ha bautizado con Espíritu Santo y Fuego, y Cristo lo ha colocado en Su Reino. La persona ha obtenido el nuevo nacimiento, ha nacido en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador, a una nueva Vida, a la Vida eterna. Esa es la forma para entrar a la Vida eterna, esa es la forma para entrar al Reino de Cristo, el Reino de Cristo eterno con Vida eterna; y viene pronto la tercera liberación, el tercer Éxodo, el cual será en lo físico. El Primer Éxodo: el pueblo hebreo saliendo de una nación, de la nación Egipcia, y siendo llevados a la tierra prometida. El Segundo Éxodo es espiritual, Cristo libertando a Sus hijos del reino de las tinieblas y colocándolos en Su Reino con Vida eterna, produciendo en ellos el nuevo nacimiento, bautizándolos con Espíritu Santo y Fuego, y así obteniendo un cuerpo angelical de la sexta dimensión, un cuerpo angelical del Reino de Jesucristo. Y ahora falta la liberación física, que es la resurrección de los muertos en Cristo en cuerpos glorificados y la transformación de nosotros los que vivimos. Esa es la tercera liberación, ese es el Tercer Éxodo, para entrar físicamente a la Vida eterna, ser libertados de estas cosas terrenales: de la vida terrenal, del cuerpo terrenal, mortal, corruptible y temporal, y ser colocados en un cuerpo eterno y glorificado, como el cuerpo glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo. De eso es que habla San Pablo en el capítulo 3 de Filipenses, verso 20 al 21, cuando dice: “*Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;* *el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya* (para ser a imagen y semejanza Suya con un cuerpo físico y glorificado, como el cuerpo glorificado de Jesucristo; o sea, un cuerpo eterno, un cuerpo interdimensional)*, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.”* Con ese poder con el cual Él sujeta a Sí mismo todas las cosas, toda la Creación; con ese poder es que va a resucitar a los muertos en Cristo en cuerpos glorificados y nos va a transformar a nosotros, con ese poder; porque todo poder le ha sido dado a Jesucristo. Ahora, veamos en el capítulo 8 de Romanos, versos 19 en adelante, donde dice: “*Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios* (o sea, toda la Creación espera la manifestación de los hijos de Dios en cuerpos eternos, en cuerpos glorificados, como el cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador)*.* *Porque la creación fue sujetada a vanidad, no por su propia voluntad, sino por causa del que la sujetó en esperanza;* *porque también la creación misma será libertada de la esclavitud de corrupción, a la libertad gloriosa de los hijos de Dios.* *Porque sabemos que toda la creación gime a una, y a una está con dolores de parto hasta ahora;* *y no sólo ella, sino que también nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, nosotros también gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo.”* La Adopción como hijos e hijas de Dios en la parte física es la Redención del cuerpo, en donde el cuerpo será transformado y entonces tendremos cuerpos eternos, inmortales, glorificados y jóvenes como el cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador, y entonces seremos inmortales físicamente también, tendremos Vida eterna física y Vida eterna espiritual. Ya tenemos Vida eterna espiritual, al recibir a Cristo como nuestro Salvador, lavar nuestros pecados en Su Sangre, obtener el perdón de nuestros pecados, ser bautizados en Agua en Su Nombre, y recibir Su Espíritu Santo, obtuvimos el nuevo nacimiento, o sea, nacimos a una nueva vida, a la Vida eterna. Por lo tanto, ya tenemos Vida eterna, pero nos falta Vida eterna física, Vida eterna en un cuerpo físico e inmortal, y ese es el que Él nos va a dar muy pronto, en el Día de la Redención, en el Día de la liberación, Día en que Él hará ese Tercer Éxodo, esa liberación física, donde nos libertará de lo físico, de lo mortal, de lo temporal, y nos colocará en lo eterno, en un cuerpo eterno y glorificado. Por eso San Pablo dijo en Efesios, capítulo 4, verso 30: “*Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.”* Fuisteis sellados para el Día de la Redención, para el Día de la Liberación, en el cual Cristo nos libertará físicamente. Cristo nos transformará y entonces estaremos libres de lo temporal, de lo mortal, de lo corruptible, estaremos con Vida eterna física. Por eso estamos esperando nuestra liberación física, que será nuestra transformación para luego ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, a la Casa de nuestro Padre Celestial, en lo que el Cristianismo ha llamado: “El Rapto o el Arrebatamiento de los Santos de la Iglesia del Señor Jesucristo.” Para eso es el Día de la Liberación, el Día de la Redención, para nuestra transformación, y para poder ser llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero, en y con cuerpos glorificados, para ir a la séptima dimensión, a la Casa de nuestro Padre Celestial, a la Fiesta más importante del Universo, la Fiesta más importante del Cielo: la Cena de las Bodas del Cordero. Por lo tanto, estemos apercibidos en este tiempo final para recibir todas las bendiciones de Cristo correspondientes al Día de la Liberación, al Día de Redención. Primero obtenemos Liberación y Redención espiritual, y cuando hasta el último escogido de Dios haya recibido a Cristo como su Salvador y haya sido lavado con la Sangre de Cristo, se habrá completado la Obra del Día de la Liberación espiritual, y entonces vendrá la Obra del Día de la Liberación física, Cristo resucitando a los muertos en Cristo en cuerpos glorificados y transformándonos a nosotros, y dándonos un cuerpo joven, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, y luego estaremos aquí en la Tierra de 30 a 40 días, estrenando ese nuevo cuerpo, y luego nos iremos con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Todo esto corresponde al Día de la Liberación, al Día de la Liberación física; mientras tanto continuemos recibiendo todos los beneficios del Día de la Liberación espiritual, y preparándonos para la liberación física, que será nuestra transformación. “**EL DÍA DE LA LIBERACIÓN.”** Ese ha sido nuestro tema para esta ocasión, por lo tanto, recuerden que siempre Dios ha tenido un velo de carne para llevar a cabo esa liberación; tuvo el velo de carne llamado Moisés para la primera liberación, tuvo el velo de carne llamado Jesús para la segunda liberación, y tendrá un instrumento, en la Tierra, para usarlo en este tiempo final en el Programa correspondiente a la liberación de este tiempo final, y por medio de él Cristo estará en Espíritu Santo manifestado, hablándonos con Gran Voz de Trompeta y dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, para entrar al Día de la Liberación física, en donde vamos a recibir nuestra transformación, y la resurrección de los muertos en Cristo. Ha sido para mí una bendición grande estar con ustedes en esta noche, dándoles testimonio de: **“EL DÍA DE LA LIBERACIÓN.”** Que Dios les bendiga y les guarde a todos, y continúen pasando una noche llena de las bendiciones de Jesucristo nuestro Salvador; y para los que estarán mañana en Piranha, les veré allá en la actividad de Piranha, mañana viernes, y para el domingo estaré en Brasilia, y veré a todos los que estarán allá en Brasilia también. Así que nos veremos, nos continuaremos viendo en estas otras dos actividades, los que estén de ustedes en esas actividades. Mañana continuaremos en esta línea de pensamiento, nuestro tema hoy ha sido: **“EL DÍA DE LA LIBERACIÓN.”** Mañana será el tema: “EL AÑO DEL JUBILEO.” Que Dios me los bendiga a todos y hasta mañana Dios mediante, los que van a estar en la actividad, y los que no estén, luego la escucharán y la verán a través de video, y la leerán en algún folleto. Que Dios les bendiga y les guarde a todos. No sé si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo y quiere hacerlo en esta noche, puede levantar su mano y oraré por usted para que entre al Día de Liberación espiritual, y Cristo lo reciba y lo liberte y lo coloque en Su Reino. Si hay alguno levante su mano y oraré por usted. ¿Hay algunos en esta noche? Si hay algunos pueden pasar al frente y oraré por ustedes. Vamos a dar unos segundos para si hay alguno que desea entrar en el Día de Liberación espiritual, recibiendo a Cristo nuestro libertador, para que Cristo le liberte del Reino de las tinieblas, y Cristo lo coloque en Su Reino, lo puede hacer en esta noche levantando su mano y pasando al frente para orar por usted. Vamos entonces a pasar al Rvdo. Salomón Cunha en la continuación de esta actividad, para que luego despida, haya algún cántico, y también en oración despida esta actividad. Que Dios les bendiga y les guarde a todos. “**EL DÍA DE LA LIBERACIÓN.”**