--- title: 'El Sacrificio Universal' date: 2004-01-11 activity: 1 place: city: Cayey state: country: PR duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenos días, amados amigos y hermanos presentes; es para mí una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Para lo cual leemos en Apocalipsis, capítulo 5, verso 8 en adelante. Vamos a comenzar un poco antes, verso 1 en adelante dice, capítulo 5, del Apocalipsis, verso 1 en adelante, dice: “*Y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos.* *Y vi a un ángel fuerte que pregonaba a gran voz: ¿Quién es digno de abrir el libro y desatar sus sellos?* *Y ninguno, ni en el cielo ni en la tierra ni debajo de la tierra, podía abrir el libro, ni aun mirarlo.* *Y lloraba yo mucho, porque no se había hallado a ninguno digno de abrir el libro, ni de leerlo, ni de mirarlo.* *Y uno de los ancianos me dijo: No llores. He aquí que el León de la tribu de Judá, la raíz de David, ha vencido para abrir el libro y desatar sus siete sellos.* *Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.* *Y vino, y tomó el libro de la mano derecha del que estaba sentado en el trono.* *Y cuando hubo tomado el libro, los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos se postraron delante del Cordero; todos tenían arpas, y copas de oro llenas de incienso, que son las oraciones de los santos;* *y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación;* *y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra.* *Y miré, y oí la voz de muchos ángeles alrededor del trono, y de los seres vivientes, y de los ancianos; y su número era millones de millones,* *que decían a gran voz: El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza.* *Y a todo lo creado que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y en el mar, y a todas las cosas que en ellos hay, oí decir: Al que está sentado en el trono, y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos.* *Los cuatro seres vivientes decían: Amén; y los veinticuatro ancianos se postraron sobre sus rostros y adoraron al que vive por los siglos de los siglos.”* Tomando el verso 9 del capítulo 5 del Apocalipsis, que dice: “*Y cantaban un nuevo cántico, diciendo: Digno eres de tomar el libro y de abrir sus sellos; porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios, de todo linaje y lengua y pueblo y nación.”* Eso es lo que dicen los redimidos por la Sangre del Señor Jesucristo, el Cordero de Dios. Nuestro tema es: **“EL SACRIFICIO UNIVERSAL.”** El Sacrificio Universal es el Sacrificio de Jesucristo nuestro Salvador. Para poder comprender la magnitud del Sacrificio Universal del Señor Jesucristo realizado en la Cruz del Calvario, necesitamos ir al Antiguo Testamento para poder comprender la importancia del Sacrificio por el pecado. En medio del pueblo hebreo tenían la ordenanza divina de efectuar un Sacrificio por el pecado el día diez del mes séptimo de cada año; este sacrificio era tan importante en medio del pueblo hebreo y delante de Dios, que toda persona para ese día tenía que estar arrepentido de sus pecados y pedirle perdón a Dios por haber pecado contra Dios y Sus leyes divinas. Y por consiguiente toda persona que arrepentido de sus pecados pedía perdón a Dios, obtenía la Misericordia de Dios, era extendida sobre la persona, obtenía el perdón de sus pecados y quedaba cubierto con la sangre de la expiación. Pero toda persona que no se arrepentía de sus pecados en ese día, no quedaba perdonado y por consiguiente no quedaba reconciliado con Dios para vivir un año más. Eso tenían que efectuarlo una vez al año todos los años, porque los sacrificios de animalitos no son sacrificios perfectos porque los animales no tienen almas, no tienen alma, y por consiguiente el espíritu del animal no puede venir sobre el creyente que ha creído en ese sacrificio de expiación por el pecado. Ese sacrificio era tan importante en medio del pueblo hebreo, que de ese sacrificio dependía la continuidad o continuación de la vida de cada persona y por consiguiente también de la existencia del pueblo hebreo. Encontramos en Levítico, capítulo 23, versos 26 en adelante, la ordenanza divina establecida en medio del pueblo hebreo. Dice: “*También habló Jehová a Moisés, diciendo:* *A los diez días de este mes séptimo será el día de expiación; tendréis santa convocación, y afligiréis vuestras almas, y ofreceréis ofrenda encendida a Jehová.* *Ningún trabajo haréis en este día; porque es día de expiación, para reconciliaros delante de Jehová vuestro Dios.”* Vean, ese día era el día de reconciliación, para ser reconciliados delante de Dios, por lo cual se necesitaba un sacrificio de expiación para expiar los pecados del pueblo, ser perdonados y sus pecados ser cubiertos con la sangre de esa expiación por el pecado. “*Porque es día de expiación, para reconciliaros delante de Jehová vuestro Dios.* *Porque toda persona que no se afligiere en este mismo día, será cortada de su pueblo.”* Toda persona que pensara que no era necesario el sacrificio por el pecado, esa persona sería cortada del pueblo, no quedaba reconciliada con Dios y por consiguiente perdía el derecho a continuar viviendo. Ahora, este sacrificio establecido en medio del pueblo hebreo por Dios a través del Profeta Moisés, encontramos que ya venía desde el Génesis el ser humano ofreciendo un sacrificio por el pecado; y aun para Adán y Eva hubo un sacrificio por su pecado, un animalito murió, y las pieles de ese animal fueron colocadas sobre Adán y Eva para cubrir la desnudez de ellos. Dios le dio a ellos pieles, por lo tanto fue sacrificado un animalito. Ahora, encontramos que luego también Abel sacrificó un cordero de entre los corderos que él tenía y eso agradó a Dios, fue el sacrificio por el pecado de Abel. Caín no creyó que se requería un sacrificio por el pecado y lo que trajo a Dios fue una ofrenda muy hermosa de frutos del campo, pero no trajo el sacrificio por el pecado y por consiguiente Caín no obtuvo el perdón de sus pecados. Abel sí. Luego encontramos en el tiempo de Noé, que Noé fue hallado justo delante de Dios, no porque no cometió faltas o errores o algún pecado, sino porque Noé sacrificaba a Dios el sacrificio por el pecado, por él y por su familia, porque él era la cabeza de la familia y la cabeza de la familia era también el sumo sacerdote que ofrecía el sacrificio a Dios por sus pecados y los pecados de su familia. Como en el caso también de Job, el cual sacrificaba a Dios sacrificios por sus pecados y los pecados de sus hijos, y por esa causa era justo delante de Dios, pues sus pecados estaban cubiertos por la sangre de los sacrificios que él efectuaba. Así también había sucedido con Noé. Noé fue hallado justo delante de Dios porque él sacrificaba a Dios el animalito por sus pecados y los pecados de sus hijos; por lo tanto, sus pecados habían sido perdonados y los de sus hijos también, y estaban cubiertos con la sangre de los animalitos que Noé había sacrificado. Luego encontramos aquí que también Abraham sacrificaba el sacrificio por el pecado, el animalito por el pecado, y por consiguiente él era justo delante de Dios porque sus pecados estaban perdonados y estaban cubiertos con la sangre de esa expiación. Así también fue con Isaac y con Jacob, y con la descendencia de Jacob, es la descendencia que tenía el sacrificio por el pecado. Luego encontramos que luego que Dios los libertó de la esclavitud en Egipto, fue establecido en medio del pueblo hebreo el sacrificio por el pecado y el pueblo hebreo mantenía ese sacrificio por el pecado. Ese sacrificio el único que lo podía ofrecer a Dios era el sumo sacerdote, ese era el día que más trabajo tenía el sumo sacerdote, a tal grado que muchos días antes el sumo sacerdote tenía que estar en el templo, no podía irse a su hogar, sino que tenía que permanecer en el templo y estar efectuando sacrificios, para que cuando llegara el día de la expiación no fuera a estar todo confundido y fuera a fallar en hacer las cosas correctamente. Porque de ese sacrificio por el pecado y de su sangre siendo llevada al lugar santísimo dependía la vida de los hebreos, dependía de que ellos quedaran perdonados y reconciliados con Dios. Por lo tanto, el sumo sacerdote tenía que mantenerse unos días antes en el templo llevando a cabo sacrificios, los sacrificios que diariamente ofrecían a Dios para que estuviera bien entrenado y ágil para ofrecer el sacrificio más importante, el sacrificio de la expiación del macho cabrío por el pecado del pueblo y por consiguiente de cada individuo; él era el único que podía y estaba ordenado para sacrificar ese macho cabrío, y para luego ofrecerlo a Dios y luego llevar la sangre también de ese macho cabrío al lugar santísimo. Ninguna otra persona podía realizar esa labor ministerial, aunque hubo más sacerdotes con el sumo sacerdote; pero el único que podía ofrecer ese sacrificio ese día era el sumo sacerdote, por eso era el día de más trabajo para el sumo sacerdote, era el día más difícil. Y no podía equivocarse, porque si se equivocaba Dios no aceptaba el sacrificio por el pecado, y por consiguiente el pueblo hebreo no quedaba perdonado y no quedaba reconciliado con Dios y por consiguiente la ira de Dios vendría sobre el pueblo hebreo. Así que era muy importante el sacrificio por el pecado, pero era en medio del pueblo hebreo que se efectuaba ese sacrificio en Jerusalén allá en el templo que fue allí establecido, antes lo llevaban a cabo en el tabernáculo cuando venían por el desierto y luego cuando entraron a la tierra prometida, pero cuando ya luego fue establecido en Jerusalén el templo, allí era el lugar para el sacrificio por el pecado, porque allí sería que el Mesías moriría: en la ciudad de Jerusalén. Ahora, encontramos que ese sacrificio por el pecado que el pueblo hebreo ofrecía el día diez del mes séptimo de cada año a Dios, era un sacrificio nacional del pueblo hebreo para los hebreos y para los convertidos al judaísmo de entre los gentiles; pero las demás naciones no tenían ese sacrificio por el pecado; las demás naciones tenían sus propias religiones y sus propias formas de adoración. Pero la única nación que tenía la verdadera forma de Dios era el pueblo hebreo, y era la única nación que tenía el verdadero sacrificio por el pecado, pero era un sacrificio nacional, el cual era tipo y figura de un Sacrificio Universal que sería llevado a cabo en la ciudad de Jerusalén. Y ese sacrificio por el pecado, el sacrificio del macho cabrío de la expiación era tipo y figura del Mesías como el Sacrificio por el pecado que moriría por el ser humano; y ese Sacrificio que realizaría el Mesías sería un Sacrificio Universal para todo pueblo, nación y lengua, para todo individuo, y para reconciliar con Dios a todo ser humano, para efectuarse la reconciliación de las cosas que están en la Tierra y de las cosas que están en el Cielo, haciendo la paz mediante la Sangre de Su Cruz. Por lo tanto, el sacrificio de la expiación por el pecado del macho cabrío que efectuaba el pueblo hebreo, era tipo y figura del Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario, era la sombra de un Sacrificio Universal que sería efectuado por el Mesías. Cuando apareció Jesús en la Tierra, allí estaba el Sacrificio por el pecado. Por eso Juan el Bautista cuando vio a Jesús dijo: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” Allí estaba presentando al Mesías como el Sacrificio por el pecado, como el hombre que sería sacrificado por todo ser humano, sería sacrificado para reconciliar al ser humano con Dios. Jesucristo es el eslabón entre Dios y la raza humana, por consiguiente Jesucristo es el intercesor entre el ser humano y Dios. Ninguna persona por sí misma puede llegar a Dios, Cristo dijo: “Yo Soy el Camino, la Verdad, y la Vida; y nadie viene al Padre, sino por mí.” Por lo tanto, es imposible que las personas se puedan acercar a Dios fuera de Jesucristo, es a través de Jesucristo, el Sacrificio por el pecado. Toda persona tiene que acercarse a Dios teniendo el sacrificio por sus pecados, y ese sacrificio es el Sacrificio de Cristo, el cual es el Sacrificio Universal, y es el único Sacrificio por el pecado del ser humano. Ya Dios no acepta sacrificios de animalitos, porque ya vino el Sacrificio perfecto, el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario, y el Espíritu de Cristo viene sobre aquellos que reciben a Cristo como su Salvador. Todos aquellos que reciben a Cristo como su Sacrificio por el pecado, luego el Espíritu de Cristo viene a esas personas y produce en ellos el nuevo nacimiento. Ahora, podemos ver que solamente hay un solo Sacrificio Universal por el pecado, el cual fue tipificado en el Sacrificio nacional del pueblo hebreo llamado el sacrificio de la expiación en el día de la expiación, el día diez del mes séptimo de cada año. Ya aquel sacrificio se materializó, se hizo realidad y fue cumplido en la persona de Jesucristo nuestro Salvador, el cual es el Sacrifico Perfecto y Universal para todo ser humano, para reconciliar consigo mismo las cosas que están en la Tierra y las cosas que están en el Cielo; es un Sacrificio Universal que cubre todo el planeta Tierra con todos sus habitantes del pasado, del presente y del futuro, y cubre también el Cielo completo. Por eso es que San Pablo hablándonos en su carta a los hebreos, nos dice en el capítulo 9, verso 16, vamos a ver, 11 en adelante, dice... capítulo 9, verso 11 en adelante, dice San Pablo en su carta a los Hebreos: “*Pero estando ya presente Cristo, sumo sacerdote de los bienes venideros, por el más amplio y más perfecto tabernáculo, no hecho de manos, es decir, no de esta creación,* *y no por sangre de machos cabríos ni de becerros, sino por su propia sangre, entró una vez para siempre en el Lugar Santísimo, habiendo obtenido eterna redención.* *Porque si la sangre de los toros y de los machos cabríos, y las cenizas de la becerra rociadas a los inmundos, santifican para la purificación de la carne,* *¿cuánto más la sangre de Cristo, el cual mediante el Espíritu eterno se ofreció a sí mismo sin mancha a Dios, limpiará vuestras conciencias de obras muertas para que sirváis al Dios vivo?* *Así que, por eso es mediador de un nuevo pacto, para que interviniendo muerte para la remisión de las transgresiones que había bajo el primer pacto, los llamados reciban la promesa de la herencia eterna.* *Porque donde hay testamento, es necesario que intervenga muerte del testador.* *Porque el testamento con la muerte se confirma; pues no es válido entre tanto que el testador vive.* *De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre.* *Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo,* *diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado.* *Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio.* *Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.* *Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos.”* Las cosas celestiales son purificadas con la Sangre del Sacrificio Universal de Jesucristo, un mejor Sacrificio que todos los sacrificios que fueron realizados por el sumo sacerdote del pueblo hebreo y por los patriarcas del Antiguo Testamento. El Sacrificio Perfecto es el Sacrificio Universal de nuestro amado Señor Jesucristo realizado en la Cruz del Calvario. Ninguna persona se puede presentar ante Dios sin ese Sacrificio y Su Sangre aplicada en el alma de la persona. “*Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios.”* Cristo es el Sumo Sacerdote del Templo Celestial, y en el Templo Celestial Cristo entró como Sumo Sacerdote con Su propia Sangre para presentarla ante Dios y colocarla en el propiciatorio, que es el Trono de Dios, para que Dios extendiera Su Misericordia sobre el ser humano; y Cristo al colocar Su Sangre sobre el Propiciatorio evitó que la raza humana fuera destruida. En el tiempo de Noé fue destruida la raza humana (exceptuando a Noé y su familia), porque no hubo Sangre en el Cielo, en el Trono Celestial. Pero ahora encontramos que Cristo, al ascender al Cielo victorioso, se presentó por nosotros como Sumo Sacerdote ante Dios, y con Su propia Sangre Él ha hecho intercesión por el ser humano; como lo hacía el sumo sacerdote cuando entraba al lugar santísimo del templo terrenal, con la sangre de la expiación, colocaba sobre el propiciatorio esa sangre, mojaba su dedo y esparcía con su dedo siete veces sobre el propiciatorio, y la Misericordia de Dios era extendida a los hebreos que arrepentidos de sus pecados pedían perdón a Dios. Los que no se arrepentían de sus pecados y no pedían perdón a Dios, no obtenían el perdón de sus pecados y por consiguiente no obtenían la Misericordia de Dios y por consiguiente no quedaban reconciliados con Dios. Por lo tanto, el juicio divino venía sobre esas personas. Y ahora, en el Nuevo Testamento por cuanto hay un Sacrificio Universal mejor que el sacrificio que se efectuaba en medio del pueblo hebreo el día diez del mes séptimo de cada año, ahora toda persona que viene a Cristo, lo recibe como su Salvador confesando públicamente que ha creído que Jesucristo es el Hijo de Dios, y ha creído en Su Nombre y ha creído en Su Sacrificio en la Cruz del Calvario en donde Él ha llevado nuestros pecados, porque Él es nuestro Redentor, Él es la expiación por el pecado. Veamos lo que dice Isaías, capítulo 53, dice capítulo 53, verso 4 en adelante, profetizando de Cristo dice... aún un poquito antes, el verso 3, dice: “*Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.* *Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.”* Todas nuestras enfermedades y nuestros pecados vinieron sobre Cristo. “*Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.* *Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.* *Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.* *Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.* *Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.* *Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.* *Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.”* Aquí podemos ver que el Espíritu de Dios a través del Profeta Isaías, profetizó esta etapa por la cual pasaría el Mesías: Cristo, y llevaría nuestros pecados y moriría por nosotros en la Cruz del Calvario como la expiación por nuestros pecados. ¿Ven? En el verso 10 leímos que dice: “*Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.”* Aquí podemos ver que Cristo puso Su vida en expiación por nuestros pecados. Por lo tanto, no hay otra expiación por el pecado, ya la expiación por el pecado que el pueblo hebreo efectuaba en forma nacional allá en Jerusalén, ya no existe, pues no tienen el templo y por consiguiente no tienen lugar dónde efectuar el sacrificio de la expiación por el pecado; porque desde que fue establecido el templo por Salomón en Jerusalén, Dios no acepta o no aceptaba el sacrificio fuera de Jerusalén, fuera del lugar del templo. Pero ahora, desde el año 70 no hay templo en Jerusalén donde ofrecer el sacrificio por el pecado; pero el sacrificio por el pecado que efectuaba el pueblo hebreo, el sumo sacerdote, el día diez del mes séptimo, solamente era el tipo y figura del Sacrificio del Mesías, el Sacrificio Universal de Cristo el Mesías. Por lo tanto, ya el pueblo hebreo no necesita estar sacrificando animalitos por el pecado ni otros sacrificios como sacrificios por la paz, porque el Sacrificio de Cristo es el Sacrificio que cumplió todos los sacrificios que el pueblo hebreo efectuaba; por lo tanto, Cristo es nuestra paz, con Su Sacrificio Cristo ha traído la paz a nuestra alma. Por lo tanto, no hay otro Sacrificio por la paz para el ser humano, sino el Sacrificio Universal de Jesucristo nuestro Salvador, y no hay Sacrificio, no hay otro Sacrificio de expiación por los pecados del ser humano, sino el Sacrificio Universal del Señor Jesucristo nuestro Salvador, Él es el que nos ha salvado de nuestros pecados, así estaba profetizado que sería con Cristo el Mesías. Cuando el Ángel le habló en sueños a José (el esposo de María), dice en el capítulo 1 del Evangelio según San Mateo, verso 18 en adelante: “*El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo.* *José su marido, como era justo, y no quería infamarla, quiso dejarla secretamente.* *Y pensando él en esto, he aquí un ángel del Señor le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María tu mujer, porque lo que en ella es engendrado, del Espíritu Santo es.* *Y dará a luz un hijo, y llamarás su nombre JESÚS, porque él salvará a su pueblo de sus pecados.”* Jesucristo es el único que salva a Su pueblo de sus pecados, es el único que salva a Su pueblo terrenal (el pueblo hebreo) de sus pecados, y es el único que salva a Su pueblo Celestial, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, el Israel Celestial. Jesucristo es el único que salva a los miembros de Su Iglesia de sus pecados, por medio de Su Sacrificio Universal realizado en la Cruz del Calvario. No hay otro Sacrificio por el pecado para el ser humano. Este es el Sacrificio Universal para hebreos y gentiles, y para los terrenales y los celestiales, para lo que está en la Tierra y lo que está en el Cielo. Es por medio del Sacrificio Universal de Jesucristo que es efectuada la reconciliación del ser humano con Dios, Él murió para realizar esa reconciliación. Vean en Efesios, el Apóstol San Pablo dice en el capítulo 1, verso 10 de Efesios, dice: “De reunir...” Ahora vamos al 9: “*Dándonos a conocer el misterio de su voluntad, según su beneplácito, el cual se había propuesto en sí mismo,* *de reunir todas las cosas en Cristo, en la dispensación del cumplimiento de los tiempos, así las que están en los cielos, como las que están en la tierra.* *En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad.”* Y ahora en el capítulo 2... capítulo 2, verso 1 en adelante, dice (de Efesios, dice San Pablo): “*Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,* *en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,* *entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.* *Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó,* *aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos),* *y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús,* *para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.* *Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios;* *no por obras, para que nadie se gloríe.* *Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.* *Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne.* *En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel.”* Vean, antes del Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario la humanidad estaba sin Cristo y por consiguiente no estaba reconciliada con Dios, porque el sacrificio que el pueblo hebreo efectuaba, el sacrificio de la expiación era un sacrificio nacional, no era un sacrificio universal; solamente era un sacrificio nacional que era tipo y figura del Sacrificio Universal que sería llevado a cabo por el Mesías, por Jesucristo en la Cruz del Calvario, para que todo ser humano tenga acceso a ese Sacrificio Universal y pueda obtener el perdón de sus pecados, y pueda ser limpio con la Sangre de Cristo de todo pecado y pueda ser reconciliado con Dios. “*En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.”* Esa era la condición de la humanidad, solamente el pueblo hebreo tenía la verdad de cómo obtener el perdón de sus pecados. “*Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo.”* La Sangre de Cristo es la que nos ha hecho cercanos, nos ha acercado a Dios, porque la Sangre de Cristo nos ha limpiado de todo pecado y nos ha reconciliado Cristo con Dios. “*Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno* (de hebreos y de gentiles) *derribando la pared intermedia de separación,* *aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz.”* Un nuevo hombre, una Nueva Raza con Vida eterna es la que Dios por medio de Cristo ha estado creando, una raza reconciliada con Dios, con la paz de Dios en su alma, una Nueva Raza dentro del Pacto de Paz, el Nuevo Pacto, el pacto que tiene la Sangre del Señor Jesucristo, por lo tanto tiene la Sangre del Pacto Eterno, la Sangre que nos limpia de todo pecado. Hay un Pacto Eterno y tiene una Sangre: la Sangre que nos limpia de todo pecado; por lo tanto, no habrá otro sacrificio que pueda ser establecido, ni tampoco será restaurado el sacrificio del Antiguo Testamento que se efectuaba por el pecado del pueblo hebreo. ¿Por qué no podrá ser restablecido ese sacrificio? Porque ya hay un Sacrificio por el pecado, el cual es un Sacrificio Perfecto, el cual fue tipificado en el sacrificio que el pueblo hebreo realizaba en el día diez del mes séptimo de cada año, y no volverá el pueblo hebreo a tener el orden sacerdotal de Aarón; no tendrá nuevamente el orden sacerdotal levítico porque ya hay un Orden Sacerdotal Celestial, del Templo Celestial, que será el Orden Sacerdotal que será establecido en el Reino Milenial de Cristo, y a este Orden Sacerdotal pertenecen todos los miembros del Israel Celestial, todos los redimidos con la Sangre de Jesucristo el Cordero de Dios. Vean lo que nos dice San Pablo en Hebreos, capítulo 7, verso 11 al 12: “*Si, pues, la perfección fuera por el sacerdocio levítico* (porque bajo él recibió el pueblo la ley)*, ¿qué necesidad habría aún de que se levantase otro sacerdote, según el orden de Melquisedec, y que no fuese llamado según el orden de Aarón?* *Porque cambiado el sacerdocio, necesario es que haya también cambio de ley.”* Hubo un cambio de sacerdocio, ya para Dios no cuenta el sacerdocio levítico y no cuenta el orden sacerdotal que corresponde al sumo sacerdote que viene de la línea de Aarón, ya eso no cuenta, aun el templo fue quitado, el templo terrenal. Desde que Cristo murió en la Cruz del Calvario el Orden Sacerdotal Celestial, que es eterno, tiene un Sacrificio por el pecado, el cual el mismo Sumo Sacerdote del Templo Celestial, el cual es Jesucristo según el Orden de Melquisedec, Él ha presentado Su Sacrificio y Su Sangre en favor del ser humano, ha presentado ante Dios en el Cielo un Sacrificio Universal para todo ser humano; y es el único Sacrificio por el pecado que existe desde que Cristo murió en la Cruz del Calvario; y no hay otro y Dios no acepta ningún otro Sacrificio por el pecado como la expiación para el ser humano. Solamente Cristo es nuestra Expiación, Él es la Expiación por el pecado del ser humano, para gentiles y también para los hebreos, para reconciliar lo que está en la Tierra y lo que está en el Cielo. Es el único Sacrificio con el cual es reconciliado el ser humano, es reconciliado lo terrenal y lo que está en el Cielo, porque es un Sacrificio Universal y por consiguiente es un Sacrificio que está en el Cielo, y desde el Cielo se extiende la Misericordia de Dios a la Tierra. “Para que todo aquél que en Él cree no se pierda, mas tenga Vida eterna.” De esto fue que habló San Juan, capítulo 3, verso 16 en adelante, donde dice: “*Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”* Solamente por medio de Jesucristo es que el ser humano puede obtener el perdón de sus pecados, y puede obtener la salvación de su alma para vivir eternamente con Dios en Su Reino. No hay otro Salvador y por consiguiente no hay otro Sacrificio por el pecado, solamente hay un Salvador y solamente hay un Sacrificio por el pecado, el cual es un Sacrificio Universal, el único, no hay más. “*Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.* *El que en él cree, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.”* Es un asunto de fe: de creer para obtener la salvación del alma, o de no creer para ser condenado. “*El que en él cree* (en Cristo)*, no es condenado; pero el que no cree, ya ha sido condenado.”* En Primera de Timoteo San Pablo dice en el capítulo 2, verso 3 en adelante, dice: “*Porque esto es bueno y agradable delante de Dios nuestro Salvador,* *el cual quiere que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad.* *Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre.”* Solamente hay un Mediador entre Dios y los hombres, por consiguiente usted y yo necesitamos a ese único Mediador, el cual llevó a cabo el único Sacrificio Universal por el pecado del ser humano, el único Sacrificio Universal en favor del ser humano, para que el ser humano pueda obtener el perdón de sus pecados y pueda ser limpio con la Sangre de Cristo, la Sangre de ese Sacrificio, y pueda ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y pueda obtener el bautismo del Espíritu Santo y obtener el nuevo nacimiento y así nacer del Agua y del Espíritu en el Reino de Dios, y así obtener salvación y Vida eterna. Sigue diciendo San Pablo: “*...el cual se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.* *Para esto yo fui constituido predicador y apóstol (digo verdad en Cristo, no miento), y maestro de los gentiles en fe y verdad.”* San Pablo fue constituido predicador y Apóstol y maestro de los gentiles, y él fue el primer Ángel Mensajero de la primera edad de la Iglesia del Señor Jesucristo entre los gentiles. Ahora, hemos visto la importancia del Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario, porque es el único Sacrificio Universal para todo ser humano, para el ser humano obtener el perdón de sus pecados y obtener el Espíritu Santo y obtener el nuevo nacimiento, y así obtener la salvación y Vida eterna. En Hebreos, capítulo 12, verso 24, dice: “*...a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.”* Vean, el Mediador del Nuevo Pacto es nuestro amado Señor Jesucristo, Él es el Sumo Sacerdote, el que media entre Dios y el ser humano y entre el ser humano y Dios, Él es ese eslabón entre Dios y el ser humano. Luego en el capítulo 13, verso 20 al 21 de Hebreos, dice: “*Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno.”* El pacto eterno tiene la Sangre del Nuevo Pacto, que es la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador; por eso cuando Cristo estuvo tomando o comiendo con Sus discípulos esa última cena, esa última comida, en esa noche en el capítulo 26, verso 26 al 29 de San Mateo, dice: “*Y mientras comían, tomó Jesús el pan, y bendijo, y lo partió, y dio a sus discípulos, y dijo: Tomad, comed; esto es mi cuerpo.* *Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos;* *porque esto es mi sangre* (del nuevo pacto) *que por muchos es derramada para remisión de los pecados.”* Y ahora, aquí podemos ver que la Sangre de Cristo, que fue derramada en la Cruz del Calvario, es la Sangre para la remisión de los pecados, para eso fue derramada en la Cruz del Calvario. La remisión de los pecados es por medio de la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador. Colosenses, capítulo 1, dice (verso 12 en adelante): “*Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;* *el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,* *en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.”* Por lo tanto, no hay otra cosa que tome el lugar de la Sangre de Cristo; para la remisión de los pecados y el perdón de los pecados solamente hay una cosa: la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador, y así como toda persona que en el Antiguo Testamento el día de la expiación por el pecado sacrificaba a Dios y pedía perdón a Dios por sus pecados arrepentido de sus pecados, la Misericordia de Dios era extendida sobre la persona, y recibía el perdón de sus pecados y era cubierta con la sangre de la expiación y era reconciliado con Dios para vivir un año más, un año más porque aquellos sacrificios no eran perfectos. Pero ahora, por medio del Sacrificio de Cristo, el cual es un Sacrificio perfecto y universal y único, nosotros somos reconciliados con Dios para vivir por toda la eternidad con Jesucristo en Su Reino, porque la Sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado, dice Primera de Juan, capítulo 1, verso 7. Y ahora, veamos lo que nos dice San Pablo en Romanos, capítulo 5, versos 6 al 11, dice: “*Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.* *Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno.* *Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.* *Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.* *Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.* *Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.”* Hemos recibido la reconciliación por medio de Jesucristo y Su Sacrificio en la Cruz del Calvario, para eso fue que Él vino en Su Primera Venida: para morir por nosotros y reconciliarnos con Dios, para lo cual Él tenía que ser la expiación por el pecado y Su Sangre ser la que nos limpia de todo pecado. Ya no necesitamos sacrificios de animalitos, tenemos el Sacrificio del Cordero de Dios, de Jesucristo, el cual también es el macho cabrío de la expiación, el cual es nuestro amado Señor Jesucristo. En \*Primera de Juan, capítulo 5, versos 10 en adelante, dice: “*El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.* *Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.”* ¿La Vida eterna dónde está? Todos quieren vivir eternamente. ¿Dónde podemos conseguir esa Vida eterna? En Jesucristo nuestro Salvador porque Él es el Sacrificio Universal por el pecado, para limpiarnos de todo pecado con Su Sangre y reconciliarnos con Dios. No hay otra forma para ser el ser humano reconciliado con Dios, solamente por medio del Sacrificio Universal de Jesucristo nuestro Salvador. “*...y esta vida está en su Hijo.* *El que tiene al Hijo, tiene la vida.”* O sea, tiene la Vida eterna, en adición a esta vida temporal que tenemos, la cual se acaba, pero la Vida eterna, esa no se acaba; cuando terminen nuestros días en este cuerpo temporal continuaremos en el cuerpo eterno y glorificado y ya esa es correspondiente a la Vida eterna (esa vida), pero ya tenemos interiormente Vida eterna. “*El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.”* La persona que no tiene a Cristo, que no ha recibido a Cristo como su Salvador no tiene la vida, aunque esté vivo físicamente no tiene la vida. Pero podrá decir la persona: “Sí, yo tengo la vida.” No, no tiene la vida, lo que tiene es una vida temporal pero la Vida eterna no la tiene, no tiene vida permaneciente en sí mismo lo cual es Vida eterna. Para obtener Vida eterna, que es vida permaneciente en sí mismo, tiene que tener el Sacrificio Universal de Jesucristo, el Sacrificio por el pecado, tiene que haber recibido a Cristo como su Salvador. Sigue diciendo: “*Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.”* La buena noticia para los creyentes en Cristo es que tenemos Vida eterna porque tenemos el único, el Sacrificio Universal de Jesucristo nuestro Salvador, y ese es el único Sacrificio para todo ser humano que ha vivido o que vive o que vivirá en este planeta Tierra. No hay otro Sacrificio por el pecado del ser humano desde que Cristo murió en la Cruz del Calvario hacia acá, solamente hay un Sacrificio Universal por el pecado del ser humano, es el Sacrificio de Jesucristo nuestro Salvador. Cristo ordenó a Sus discípulos ir por todo el mundo predicando el Evangelio y por consiguiente dando a conocer el único Sacrificio universal por el pecado; por eso en el capítulo 24 de San Lucas, versos 46 en adelante dice, Cristo ya resucitado les dice: “*Y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día;* *y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.”* Vean, Él ordenó a Sus discípulos ir predicando el arrepentimiento y el perdón de los pecados ¿en quién? En Cristo, que se predicase en Su Nombre el arrepentimiento y el perdón de los pecados, para que todo ser humano sepa que tiene la oportunidad de obtener el perdón de sus pecados y ser limpio de todo pecado con la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador, que es la Sangre del Pacto Eterno, y así la persona puede entrar al Pacto Eterno para vivir eternamente con Cristo en Su Reino. Vean, los seres humanos han estado buscando la fuente de la juventud para vivir eternamente, y la Fuente de la Juventud es Jesucristo nuestro Salvador, en Él está la Vida eterna. Por eso bajo la predicación del Evangelio de la Gracia se predica la salvación y Vida eterna en el Nombre del Señor Jesucristo. No hay otro Salvador, no hay otro Redentor, Jesucristo es el único, y Su Sacrificio es el único Sacrificio de expiación por el pecado del ser humano para todo ser humano, para reconciliar consigo mismo lo que está en la Tierra y lo que está en el Cielo. San Marcos, capítulo 15, verso 1 en adelante, habíamos leído San Lucas, capítulo 24, versos 46 en adelante fue la lectura que habíamos tenido, ahora leemos en San Marcos, capítulo 16, versos 15 al 16, donde dice Cristo: “*Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.* *El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”* Luego el Día de Pentecostés San Pedro predicando en el capítulo 2 del libro de los Hechos, verso 34 en adelante, dice: “*Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice:* *Dijo el Señor a mi Señor:* *Siéntate a mi diestra,* *Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.”* Y ahora, Cristo está sentado a la diestra de Dios, a la diestra del Padre. “*Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.* *Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?* *Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.* *Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.* *Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.* *Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.”* Como tres mil personas recibieron a Cristo como su Salvador, y toda persona que escucha la predicación del Evangelio de Cristo y reconoce a Cristo como el Sacrificio Universal por el pecado, lo recibe como su Salvador y obtiene el perdón de sus pecados, y Cristo con Su Sangre lo limpia de todo pecado y es bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo la persona, y Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego y la persona ha obtenido el nuevo nacimiento, ha nacido en el Reino de Dios, ha entrado al Reino de Dios y por consiguiente ha entrado a la Vida eterna, ha entrado a formar parte de la Iglesia del Señor Jesucristo y por consiguiente tiene Vida eterna y no perecerá jamás, cuando terminen sus días en este cuerpo terrenal pasa al Paraíso en el cuerpo angelical. Y cuando Cristo complete Su Iglesia se levantará del Trono del Padre, resucitará los muertos creyentes en Él en cuerpos glorificados y a nosotros los que vivimos nos transformará, y entonces todos seremos físicamente iguales a Jesucristo, con un cuerpo igual al de Jesucristo: glorificado, inmortal, incorruptible para vivir con Cristo en Su Reino por toda la eternidad como Reyes, como Sacerdotes y como Jueces según el Orden de Melquisedec, que es el Orden Celestial del Templo Celestial. “**EL SACRIFICIO UNIVERSAL.”** Ahora, vemos cuál es el Sacrificio Universal por el ser humano, para librar y limpiar de todo pecado al ser humano y reconciliarlo con Dios para que pueda vivir eternamente la persona: es el Sacrificio Universal, el Sacrificio de nuestro amado Señor Jesucristo en la Cruz del Calvario, ese es el único Sacrificio que el ser humano necesita para obtener el perdón de sus pecados y ser limpio con esa Sangre de Cristo, y recibir la salvación y Vida eterna y asegurar su futuro eterno con Cristo en Su Reino. Y no hay otro Sacrificio por el ser humano, para ser perdonado y limpio de todo pecado, porque ya el tipo y figura del Antiguo Testamento se cumplió en Jesucristo siendo sacrificado en la Cruz del Calvario. Por lo tanto, el Sacrificio de Cristo es el Sacrificio Universal para todo ser humano: para hebreos y para gentiles también. Toda persona que ha recibido a Cristo como su Salvador, ha creído en el Sacrificio Universal de Jesucristo en la Cruz del Calvario, y ha obtenido el perdón de sus pecados la persona, ha sido lavado con la Sangre de Cristo, y ha sido justificado, ha quedado como si nunca en la vida hubiese pecado y por consiguiente está justificado ante Dios. Y al ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y Cristo bautizarlo con Espíritu Santo y Fuego, ha obtenido el nuevo nacimiento y está reconciliado con Dios por medio del Sacrificio Universal del Señor Jesucristo nuestro Salvador. Y ahora, ¿cuántos han creído en el Sacrificio Universal de nuestro amado Señor Jesucristo? Todos nosotros. Y lo hemos recibido, a Cristo, como nuestro Salvador, y Él ha perdonado nuestros pecados y con Su Sangre nos ha limpiado de todo pecado y hemos sido bautizados en agua en Su Nombre, y Él nos ha bautizado con Espíritu Santo y Fuego y hemos obtenido el nuevo nacimiento. Por lo tanto, usted y yo no pereceremos jamás; si nuestro cuerpo físico muere, no hay ningún problema, vamos a vivir en el cuerpo angelical al Paraíso, que es la sexta dimensión; y cuando Cristo complete Su Iglesia resucitará los muertos creyentes en Él en cuerpos glorificados, y a nosotros los que vivimos si permanecemos vivos hasta ese momento nos transformará, y entonces todos estaremos en cuerpos glorificados, eternos, inmortales, para vivir con Cristo en Su Reino por toda la eternidad. Tendremos un cuerpo igual a Su cuerpo glorificado, de lo cual nos habló San Pablo en Filipenses, capítulo 3, verso 20 al 21, cuando dijo: “*Mas nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también esperamos al Salvador, al Señor Jesucristo;* *el cual transformará el cuerpo de la humillación nuestra, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya, por el poder con el cual puede también sujetar a sí mismo todas las cosas.”* Con ese poder Él va a transformar nuestros cuerpos y va a resucitar a los muertos creyentes en Él, para que seamos a Su semejanza física con un cuerpo físico glorificado, como el cuerpo glorificado que tiene Jesucristo nuestro Salvador. Esa es la bendición que Dios tiene para todos aquellos que creen y reciben el Sacrificio universal de Cristo por nosotros en la Cruz del Calvario, lo cual hemos hecho al recibir a Cristo como nuestro Salvador. Toda persona que todavía no ha recibido a Cristo como Salvador, no tiene en su favor el Sacrificio Universal para obtener el perdón de sus pecados y ser limpio con la Sangre de ese Sacrificio Universal de Cristo, y por consiguiente la persona no está reconciliada con Dios y no tiene futuro, lo único que tiene es una vida temporal que se le ha determinado, pero no tiene Vida eterna y no tiene esperanzas de vivir eternamente con Cristo en Su Reino. ¿Pero cómo puede hacer para tener la esperanza de vivir eternamente con Cristo en Su Reino? Recibir a Cristo como el Sacrificio Universal por el pecado suyo, y así la persona obtiene el perdón de sus pecados y obtiene la limpieza de sus pecados con la Sangre de Cristo, y obtiene el bautismo en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego y obtiene el nuevo nacimiento, nace en el Cielo y del Cielo y obtiene el cuerpo angelical, y así entra al Reino de Cristo, y así tiene asegurado su futuro eterno con Cristo en Su Reino eterno, que es un Reino Universal que cubrirá el planeta Tierra y que cubre todas las galaxias, todo el Cielo y todas las dimensiones. Por lo tanto, en esta ocasión los que todavía no han recibido a Cristo como su Salvador pueden hacerlo, y yo estaré orando por ustedes en esta ocasión, y los niños de 12 años en adelante también pueden recibir a Cristo como su Salvador, y estaré también orando por ustedes niños de 12 años en adelante, para que así tengan todos el Sacrificio universal de Jesucristo nuestro Salvador para ser reconciliados con Dios. Si hay alguna persona puede levantar su mano y puede pasar al frente, y estaré orando por ustedes en esta ocasión. Pueden continuar pasando todos los que desean tener el Sacrificio Universal de Jesucristo, para que así obtengan el perdón de sus pecados y sean limpios con la Sangre de Jesucristo, la Sangre del Sacrificio Universal. Pueden continuar pasando todas las demás personas que desean tener ese Sacrificio Universal que Cristo realizó en la Cruz del Calvario, porque es el único Sacrificio por el pecado del ser humano. No hay otro Sacrificio. Vamos a esperar unos cortos minutos en lo que cualquier otra persona que todavía no ha recibido a Cristo y no tiene el Sacrificio por el pecado, pueda en esta ocasión recibir a Cristo y obtener el Sacrificio Universal de Jesucristo nuestro Salvador, que lo limpiará de todo pecado y lo justificará ante Dios, lo dejará como si nunca en la vida hubiese pecado, y lo reconciliará con Dios y lo restaurará a la Vida eterna, para que pueda vivir eternamente con Jesucristo en Su Reino. Si hay alguna otra persona, puede pasar para orar ya por los que ya estén presentes, para que Cristo les reciba, les perdone y con Su Sangre les limpie de todo pecado. Estamos esperando ya unos segundos y luego oraremos por los que hayan pasado, para que Dios extienda Su Misericordia hacia ustedes. Es importante asegurar nuestro futuro eterno con Cristo en Su Reino, Él es el único que puede asegurarle a usted y a mi el futuro eterno en Su Reino eterno, con Vida eterna para vivir con Él por toda la eternidad, y vivir como Reyes, como Sacerdotes y como Jueces del Orden Sacerdotal de Melquisedec. Vamos a estar en pie por favor, y estaremos orando por las personas que han pasado al frente. Inclinemos nuestros rostros y repitan conmigo esta oración los que han pasado, las que han pasado al frente: ***Señor Jesucristo, Te recibo como mi Salvador públicamente, reconozco que Tu Sacrificio en la Cruz del Calvario es el único Sacrificio Universal por el ser humano, para obtener el perdón de sus pecados y para ser limpio de todo pecado con Tu Sangre preciosa y para ser reconciliado con Dios.*** ***Señor Jesucristo, reconozco que soy pecador, Te ruego Señor Jesucristo tengas Misericordia de mí, Te ruego perdones mis pecados y Te ruego me limpies con Tu Sangre de todo pecado.*** ***Señor Jesucristo, Te ruego también me bautices con Espíritu Santo y Fuego, luego que yo sea bautizado en agua en Tu Nombre, y produzcas en mí el nuevo nacimiento. Yo quiero vivir eternamente contigo en Tu Reino Señor Jesucristo. En Tus manos encomiendo mi alma, Señor Jesucristo, Te ruego salves mi alma.*** ***Y Señor Jesucristo, Te ruego me guíes todos los días de mi vida. Señor Jesucristo, Te lo ruego en Tu Nombre glorioso, y Señor Jesucristo Te doy gracias por Tu Sacrificio Universal llevado a cabo en la Cruz del Calvario.*** Y ahora repetimos: **La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado. La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado. La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado.** Porque Su Sacrificio es el Sacrificio Universal por el ser humano. Ahora, estaré orando por ustedes: ***Padre Celestial, vengo a Ti en el Nombre del Señor Jesucristo Tu Hijo amado, y traigo a Ti estas personas que han pasado al frente, y Te ruego les recibas en Tu Reino, Te ruego les bautices con Espíritu Santo y Fuego cuando ellos sean bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Te ruego les guíes todos los días de su vida. En Tus manos les encomiendo. En Tus manos las encomiendo en el Nombre del Señor Jesucristo Tu Hijo amado. Amén y amén.*** Y ahora, siendo que Cristo dijo: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo.” Ustedes han creído y ahora me dirán: “¿Y cuándo puedo ser bautizada?” Bien pueden porque han creído en Jesucristo, el cual realizó el Sacrificio Universal por el ser humano. Por lo tanto el Rvdo. José Benjamín Pérez estará efectuando los bautismos en agua en el nombre del Señor Jesucristo, él les indicará dónde pueden pasar para cambiarse de ropa y así colocarse las ropas bautismales para ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Ha sido para mí una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de: EL SACRIFICIO UNIVERSAL DEL SEÑOR JESUCRISTO EN FAVOR DEL SER HUMANO. Siendo que el Pacto Eterno tiene la Sangre del Sacrificio universal de Cristo, y siendo que ese Pacto Eterno tiene esa Sangre, por consiguiente el Sacrificio de Cristo bajo el Nuevo Pacto, es el Sacrificio Universal eterno con Su Sangre eterna para así la reconciliación de todo ser humano con Dios. Durante el Reino Milenial todavía estará el Sacrificio por el pecado, y estará el Nuevo Pacto y la Sangre del Nuevo Pacto para los que vivirán en el Reino Milenial que no fueron miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo. Pero para los miembros de la Iglesia de Jesucristo Su Sangre (la Sangre de Cristo) estará *acá* en nuestra alma por medio del Espíritu Santo, así como está *acá* aplicada en nuestras almas por el Espíritu Santo, porque el Espíritu Santo es la vida de la Sangre, por consiguiente si está la Sangre aplicada, está la vida de la Sangre que es el Espíritu Santo. Dejo al Rvdo. José Benjamín Pérez para continuar. Muchas gracias por vuestra amable atención; y que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, continúen con ustedes para siempre. “**EL SACRIFICIO UNIVERSAL.”** Ese fue nuestro tema, y hemos visto cuál es el Sacrificio Universal, el cual es un Sacrificio que tiene la Sangre del Pacto Eterno; y si el Pacto es eterno, el Nuevo Pacto, el Pacto de Paz, ahí está la Sangre de Cristo para toda la eternidad: en el Nuevo Pacto. Hablaremos en otra ocasión todo lo relacionado al Nuevo Pacto y la Sangre del Nuevo Pacto, la Sangre del Pacto Eterno, y el Pacto Eterno con relación al pueblo hebreo, y veremos ahí cómo será para el pueblo hebreo en estos días dentro de muy poco tiempo, y cómo será en el Reino Milenial. Todos los problemas que tiene el pueblo hebreo, que le han venido al pueblo hebreo ha sido porque ya no tienen el sacrificio que tenían antes, porque ya vino un Nuevo Sacrificio, el cual fue tipificado en el sacrificio del Antiguo Testamento. Y ahora, toda persona tiene que tener el Sacrificio universal de Cristo como el Sacrificio por sus pecados. El que no lo tiene, por consiguiente la ira de Dios está sobre la persona o sobre el pueblo. Por eso el pueblo hebreo ha tenido tantos problemas, tantas persecuciones, porque no tienen el Sacrificio Universal de nuestro amado Señor Jesucristo, el pueblo hebreo como nación. Pero millones de hebreos han recibido el Sacrificio Universal de Jesucristo y han obtenido el perdón de sus pecados, han sido limpios con la Sangre de Cristo y han recibido el bautismo en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y han recibido el Espíritu Santo y han obtenido el nuevo nacimiento. Recuerden que la Iglesia del Señor Jesucristo comenzó en Israel, allá en Jerusalén. Bueno, hablaremos ya en otra ocasión del Sacrificio Universal del Señor Jesucristo y el pueblo hebreo. Que las bendiciones de Cristo, el Ángel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también. Dejo al Rvdo. José Benjamín Pérez para realizar la parte de los bautismos en agua, en donde cada persona se identifica con Cristo en Su muerte, sepultura y resurrección. Por eso cuando va a las aguas bautismales es porque murió al mundo, y cuando es bautizado es sepultado (representa la sepultura), y cuando es levantado de las aguas representa la resurrección; tanto la muerte y resurrección de Cristo, como la muerte, sepultura y resurrección de la persona. ¿Ven? Representa la muerte, sepultura y resurrección de Cristo y representa también la muerte, sepultura y resurrección espiritual de la persona a una nueva vida, a la Vida eterna. Bueno, ya con nosotros el Rvdo. José Benjamín Pérez para continuar. Que Dios les bendiga y les guarde a todos. “**EL SACRIFICIO UNIVERSAL.”**