--- title: 'El Pregonero de Justicia hoy' date: 2003-12-14 activity: 1 place: city: Cayey state: country: PR duration: 01:22:06 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenos días, amados amigos y hermanos presentes; es para mí un privilegio y bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. En esta ocasión vamos a leer en Segunda de Pedro, capítulo 2, verso 4 en adelante, donde dice: “*Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio;* *y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos;* *y si condenó por destrucción a las ciudades de Sodoma y de Gomorra, reduciéndolas a ceniza y poniéndolas de ejemplo a los que habían de vivir impíamente,* *y libró al justo Lot, abrumado por la nefanda conducta de los malvados* *(porque este justo, que moraba entre ellos, afligía cada día su alma justa, viendo y oyendo los hechos inicuos de ellos),* *sabe el Señor librar de tentación a los piadosos, y reservar a los injustos para ser castigados en el día del juicio;* *y mayormente a aquellos que, siguiendo la carne, andan en concupiscencia e inmundicia, y desprecian el señorío. Atrevidos y contumaces, no temen decir mal de las potestades superiores,* *mientras que los ángeles, que son mayores en fuerza y en potencia, no pronuncian juicio de maldición contra ellas delante del Señor.* *Pero éstos, hablando mal de cosas que no entienden, como animales irracionales, nacidos para presa y destrucción, perecerán en su propia perdición.”* Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. Tomando el pasaje del verso 5 que dice: *“Y si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, pregonero de justicia, con otras siete personas, trayendo el diluvio sobre el mundo de los impíos.”* Noé, pregonero de justicia. **“EL PREGONERO DE JUSTICIA.”** Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. A través de la Escritura, encontramos que desde que el ser humano pecó perdió la bendición de Dios, perdió la Gloria de Dios, como dice San Pablo en Romanos, capítulo 3, verso 23, donde dice: “*Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.”* Ahora, el ser humano al pecar fue destituido de la gloria de Dios y fue sacado del Huerto del Edén, y el ser humano murió ese mismo día que pecó, murió a la Vida eterna y por consiguiente fue sacado del Huerto del Edén. Ahora, la Escritura también nos dice en Romanos, capítulo 6, verso 23, dice: “*Porque la paga del pecado es muerte.”* La paga del pecado es muerte, por lo tanto cuando Adán y Eva pecaron en el Huerto del Edén murieron a la Vida eterna, y solamente les quedó vida temporal, la cual a Adán se le acabó a los 930 años. Y ahora, el ser humano desciende de Adán y Eva, o sea, la descendencia de Adán y Eva viene sin Vida eterna a la Tierra, solamente con vida temporal, porque Adán y Eva pecaron en el Huerto del Edén. El pecado entró al mundo por medio de un hombre: Adán, por consiguiente la raza humana no tiene Vida eterna, está sin Vida eterna; y si la raza humana está sin Vida eterna, no puede justificarse ninguna persona delante de Dios. Ahora, la Escritura nos dice que es bienaventurado el hombre, el varón al cual el Señor no le imputó pecado. Y ahora, ¿cómo puede ser... (Romanos, capítulo 4, verso 8), cómo puede ser que Dios no le impute pecado a una persona, si todos pecaron delante de Dios, cuando Adán y Eva pecaron?, porque toda la raza humana estaba representada en Adán, como en un grano de trigo está representada una planta de trigo con muchos granos de trigo. En Adán estaba representada Eva, y de Adán fue sacada Eva, y a través de Eva Adán tuvo muchos hijos. Ahora, vean en el capítulo 4 de Romanos, verso 8, dice: “*Bienaventurado el varón a quien el Señor no inculpa de pecado.”* También dice el verso 5 en adelante, dice: “*Mas al que no obra, sino cree en aquel que justifica al impío, su fe le es contada por justicia.* *Como también David habla de la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras,* *diciendo:* *Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas,* *Y cuyos pecados son cubiertos.”* Esto es lo que sucede con ciertas personas las cuales obtienen el perdón de sus pecados y son justificadas ante Dios, no por justicia propia porque nadie se puede justificar ante Dios. En el tiempo de Noé, Noé encontramos que era un creyente en Dios, y él sacrificaba a Dios el sacrificio por el pecado suyo y por el pecado de su esposa y sus hijos y toda su familia; como también encontramos que Job sacrificaba el sacrificio por el pecado por él y por sus hijos, por toda su familia. Ahora, porque el Profeta era el líder de su familia, y por consiguiente era el sacerdote de su familia el cual ofrecía el sacrificio por el pecado. Por eso también Abraham ofrecía el sacrificio por el pecado a Dios. Ahora, en el tiempo de Noé, dice la Escritura que la humanidad estaba apartada de Dios viviendo en una forma incorrecta; dice en el capítulo - vamos a leer en Génesis... Génesis... capítulo 5, capítulo 6, verso 5 en adelante, dice: “*Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el mal.* *Y se arrepintió Jehová de haber hecho hombre en la tierra, y le dolió en su corazón.* *Y dijo Jehová: Raeré de sobre la faz de la tierra a los hombres que he creado, desde el hombre hasta la bestia, y hasta el reptil y las aves del cielo; pues me arrepiento de haberlos hecho.* *Pero Noé halló gracia ante los ojos de Jehová.* *Estas son las generaciones de Noé: Noé, varón justo, era perfecto en sus generaciones; con Dios caminó Noé.* *Y engendró Noé tres hijos: a Sem, a Cam y a Jafet.* *Y se corrompió la tierra delante de Dios, y estaba la tierra llena de violencia.* *Y miró Dios la tierra, y he aquí que estaba corrompida; porque toda carne había corrompido su camino sobre la tierra.* *Dijo, pues, Dios a Noé: He decidido el fin de todo ser, porque la tierra está llena de violencia a causa de ellos; y he aquí que yo los destruiré con la tierra.* *Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera.* *Y de esta manera la harás: de trescientos codos la longitud del arca, de cincuenta codos su anchura, y de treinta codos su altura.* *Una ventana harás al arca, y la acabarás a un codo de elevación por la parte de arriba; y pondrás la puerta del arca a su lado; y le harás piso bajo, segundo y tercero.* *Y he aquí que yo traigo un diluvio de aguas sobre la tierra, para destruir toda carne en que haya espíritu de vida debajo del cielo; todo lo que hay en la tierra morirá.* *Mas estableceré mi pacto contigo, y entrarás en el arca tú, tus hijos, tu mujer, y las mujeres de tus hijos contigo.”* Esa era la condición en que estaba el mundo antediluviano cuando Dios miró la humanidad y dictaminó el fin de la humanidad. Luego de Dios haber dicho que destruiría la humanidad dio ciento veinte años, y encontramos que cuando le habló a Noé, Noé tenía 500 años, y le tomó cien años a Noé construir el arca, porque cuando tenía 600 años, vino el diluvio. Por lo tanto, la paciencia de Dios en los días de Noé no era con la humanidad, la humanidad ya estaba condenada. La paciencia de Dios era con Noé, porque Dios no destruye al justo con los injustos, por lo tanto Dios tuvo paciencia con Noé. Vean, *aquí* mismo nos habla de esas personas del tiempo de Noé y nos habla de Noé. Cuando Cristo murió en la Cruz del Calvario Él descendió en Espíritu y alma al infierno, y visitó a la gente que vivió en el tiempo de Noé, los cuales estaban allí en sus cuerpos espirituales pero estaban en el infierno, y les predicó no salvación sino condenación. En Primera de Pedro, capítulo 3, verso 18 en adelante, dice: “*Porque también Cristo padeció una sola vez por los pecados, el justo por los injustos, para llevarnos a Dios, siendo a la verdad muerto en la carne, pero vivificado en espíritu.”* O sea, que fue el cuerpo físico de Jesús el que murió en la Cruz del Calvario, pero Su Espíritu no murió, en Espíritu Él fue al infierno y le predicó a los espíritus que allí estaban encarcelados, dice: “*...en el cual también fue* (o sea, en el espíritu, en el cuerpo espiritual)*... en el cual también fue y predicó a los espíritus encarcelados,* *los que en otro tiempo desobedecieron, cuando una vez esperaba la paciencia de Dios en los días de Noé, mientras se preparaba el arca, en la cual pocas personas, es decir, ocho, fueron salvadas por agua.”* Y ahora, Dios tuvo paciencia con Noé en lo que él terminaba el arca y entrara al arca, para entonces Dios derramar Su ira, Su juicio divino; y nos dice la Escritura que vino el diluvio y se los llevó a todos, excepto a Noé y su familia los cuales se salvaron dentro del arca. Ahora, Noé fue el pregonero de justicia en su día como lo había sido su padre, su abuelo y sus demás ascendientes hasta Set y Adán. Ahora, en el Antiguo Testamento los pecados de los seres humanos eran perdonados y cubiertos con la sangre de los sacrificios de animalitos, que ellos ofrecían a Dios cuando ellos pedían perdón a Dios ofreciendo a Dios un sacrificio por el pecado; como hizo Abel, que sacrificó a Dios un cordero de los primogénitos y agradó a Dios la ofrenda de Abel. Caín ofreció a Dios frutos del campo, y por cuanto eso no es tipo y figura de Cristo y Su Sacrificio en la Cruz del Calvario, no agradó a Dios la ofrenda de Caín porque no era tipo y figura del Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario; por lo tanto Caín no obtuvo el perdón de sus pecados y por consiguiente Dios vio los pecados de Caín y trajo el juicio sobre Caín, y Dios lo echó de Su Presencia. Pero Abel fue aceptado por Dios, perdonado y con la sangre del sacrificio que ofreció a Dios, sus pecados fueron cubiertos y Dios no veía pecado en Abel. Luego encontramos que de ahí en adelante, encontramos más personas sacrificando animalitos, como también sucedió con Adán y Eva, donde Dios dio vestiduras de pieles a Adán y Eva, por lo tanto eran vestiduras de pieles o piel de un animalito que había sacrificado, había muerto para dar así las vestiduras a Adán y a Eva, fue Dios el que realizó ese sacrificio; tipo y figura del Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario. Ahora, encontramos que tanto los Mensajeros, los Profetas de etapas, de edades como los Profetas dispensacionales han sido pregoneros de justicia. Por lo tanto las personas que han escuchado esos Mensajeros, esos Profetas de Dios a través de los cuales Dios, por medio de Su Espíritu Santo, ha hablado y ha traído el Mensaje para el pueblo, los que han escuchado esos Profetas, han estado escuchando a Dios hablando a través de carne humana, a través del Mensajero correspondiente a cada tiempo, y por consiguiente han estado escuchando al Pregonero de Justicia. Y ahora, en el Nuevo Testamento encontramos que Cristo murió en la Cruz del Calvario llevando nuestros pecados, y por consiguiente Él es el Sacrificio por nuestros pecados; por lo tanto Su Sacrificio es el único Sacrificio que Dios acepta en el Nuevo Testamento. Cualquier persona puede sacrificar el corderito o el macho cabrío más hermoso que pueda obtener, y pedir perdón a Dios por sus pecados, y Cristo, Dios no perdona los pecados de esa persona, porque el único Sacrificio por el pecado que Dios acepta es el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario. Todos los sacrificios que se realizaban en el Antiguo Testamento por los pecados eran el tipo y figura del Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario, por lo tanto cuando llegó el Sacrificio perfecto, el ser humano tiene ahora acceso a un Sacrificio perfecto por el pecado, el cual no cubre el pecado sino que lo quita y queda justificada la persona delante de Dios como si nunca en su vida hubiese pecado. Vean, en el capítulo 53 de Isaías, hablando acerca de Cristo, dice, dice: “*¿Quién ha creído a nuestro anuncio?¿y sobre quién se ha manifestado el brazo de Jehová?* *Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos.* *Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos.* *Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido.* *Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.* *Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros.”* El pecado de nosotros fue cargado en Jesucristo. “*Angustiado él, y afligido, no abrió su boca; como cordero fue llevado al matadero; y como oveja delante de sus trasquiladores, enmudeció, y no abrió su boca.* *Por cárcel y por juicio fue quitado; y su generación, ¿quién la contará? Porque fue cortado de la tierra de los vivientes, y por la rebelión de mi pueblo fue herido.* *Y se dispuso con los impíos su sepultura, mas con los ricos fue en su muerte; aunque nunca hizo maldad, ni hubo engaño en su boca.* *Con todo eso, Jehová quiso quebrantarlo, sujetándole a padecimiento. Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado, verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.”* Aquí vean ustedes, nos dice: “Cuando haya puesto su vida en expiación por el pecado.” Cristo en la Cruz del Calvario puso Su vida en expiación por el pecado del ser humano. No hay otra expiación por el pecado del ser humano sino la expiación de Cristo en la Cruz del Calvario. Él puso Su vida en expiación por el pecado. “*Verá linaje, vivirá por largos días, y la voluntad de Jehová será en su mano prosperada.”* Y ahora, el linaje, la descendencia de Cristo es el Linaje Celestial, hijos e hijas de Dios, porque Él es el Hijo de Dios y se reproduce en hijos e hijas de Dios en y a través de Su Iglesia, por medio de Su Espíritu Santo en medio de Su Iglesia. “*Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.”* Y ahora, por cuanto ninguna persona se puede justificar delante de Dios, necesita por consiguiente alguien que lo justifique delante de Dios, y ese es Jesucristo nuestro Abogado, Él es el único que puede justificar al ser humano, al ser humano que lo recibe como su Salvador. Dice en Romanos, capítulo 5 verso 1 en adelante: “*Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.”* Justificados por la fe, por la fe en Jesucristo; somos perdonados, somos limpiados con la Sangre de Cristo de todo pecado, y somos bautizados en agua en Su Nombre, y Cristo nos bautiza con Espíritu Santo y Fuego, y produce el nuevo nacimiento en nosotros y entramos al Reino de Cristo y quedamos dentro del Nuevo Pacto cubiertos con la Sangre del Nuevo Pacto, la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador, y entonces tenemos paz para con Dios en el Nuevo Pacto que es el Pacto de paz, el cual es el pacto que tiene la Sangre del Pacto Eterno, el Nuevo Pacto, el cual tiene la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador. Sigue diciendo: “*Por quien también tenemos entrada por la fe a esta gracia en la cual estamos firmes, y nos gloriamos en la esperanza de la gloria de Dios.”* Luego sigue diciendo: “*Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en las tribulaciones, sabiendo que la tribulación produce paciencia;* *y la paciencia, prueba; y la prueba, esperanza;* *y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.* *Porque Cristo, cuando aún éramos débiles, a su tiempo murió por los impíos.* *Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno.* *Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.* *Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira.”* Estamos ya justificados en Su Sangre, porque la Sangre de Cristo no cubre el pecado sino que lo quita, y Cristo con Su Sangre nos ha limpiado de todo pecado y hemos sido justificados ante Dios, hemos quedado como si nunca en la vida hubiésemos pecado. Por lo tanto, por Él seremos salvos de la ira, seremos salvos tanto de la gran tribulación donde se derramará la ira sobre el mundo como también seremos salvos de la segunda muerte que es el lago de fuego. “*Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida.* *Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.”* Hemos recibido la reconciliación por medio de Jesucristo, hemos sido reconciliados con Dios; por lo tanto al ser reconciliados con Dios hemos entrado al Nuevo Pacto, al Pacto de Paz y hemos quedado cubiertos con la Sangre del Nuevo Pacto, la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador; y por consiguiente hemos entrado al Reino de Dios, hemos sido justificados por la fe en Cristo. Y ahora, Romanos, capítulo 1, verso 16 al 17, dice: “*Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.* *Porque en el evangelio la justicia de Dios se revela por fe y para fe, como está escrito: Mas el justo por la fe vivirá.”* Por lo tanto, es por la fe en Cristo que obtenemos el perdón de nuestros pecados y con Su Sangre somos limpiados de todo pecado, somos bautizados en agua en Su Nombre, y Él nos bautiza con Espíritu Santo y Fuego, y obtenemos el nuevo nacimiento, nacemos en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador, y así quedamos sellados por el Espíritu Santo para el Día de la Redención. Ahora, este es el tiempo aceptable, desde que Cristo murió en la Cruz del Calvario, de ahí en adelante es el tiempo aceptable delante de Dios para que toda persona reciba el perdón de sus pecados y obtenga la salvación y Vida eterna. En \*Segunda de Corintios, capítulo 6, verso 1 en adelante, dice: “*Así, pues, nosotros, como colaboradores suyos, os exhortamos también a que no recibáis en vano la gracia de Dios.* *Porque dice:* *En tiempo aceptable te he oído,* *Y en día de salvación te he socorrido.* *He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación.”* Desde que Cristo murió en la Cruz del Calvario comenzó el Día de salvación, comenzó el Día de la Dispensación de la Gracia, un Día dispensacional del cual llevamos ya alrededor de dos mil años y todavía estamos en ese Día de salvación, aunque está entrelazándose el Día séptimo dispensacional, o sea, la Dispensación del Reino, pero todavía siempre en los entrelaces la bendición que estaba en esa dispensación todavía sigue hasta que termine por completo esa dispensación. Por lo tanto en el entrelace siempre hay un mensaje, el Mensaje de la dispensación que está terminando, que incluye para otro mensaje que corresponde a una nueva dispensación, porque tienen que estar conectados los mensajes dispensacionales, como también los mensajes de cada edad están entrelazados, tiene que estar unidos. Ahora, es el día de salvación, el tiempo aceptable donde Dios acepta al ser humano que arrepentido de sus pecados viene a Cristo y le pide perdón por sus pecados, y Cristo lo perdona y con Su Sangre lo limpia de todo pecado, y entonces puede ser bautizada la persona en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo le bautiza con Espíritu Santo y Fuego, y así la persona obtiene el nuevo nacimiento y obtiene la salvación y Vida eterna. Por esa causa Cristo dijo en San Marcos, capítulo 16, verso 15 al 16: “*Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.* *El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”* Es un asunto de fe, es un asunto de fe en Cristo para ser salvo, ser justificado delante de Dios. También San Pedro, predicando el Día de Pentecostés, dice a los que allí estaban presentes, en el capítulo 2 del libro de los Hechos, versos 36 en adelante, dice: “*Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.”* Por eso llamamos a Jesús SEÑOR JESUCRISTO. “Porque no hay otro Nombre dado a los hombres bajo el Cielo en que podamos ser salvos,” dice San Pedro en el libro de los Hechos, capítulo 4, verso 12. “*Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?* *Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.* *Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.* *Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.* *Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.”* Como tres mil personas creyeron y fueron bautizadas en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y Cristo los bautizó con Espíritu Santo y Fuego, y así obtuvieron el nuevo nacimiento, entraron al Reino de Dios, vinieron a formar parte de la Iglesia del Señor Jesucristo. Por eso el Evangelio se ha estado predicando para que la persona pueda, arrepentida de sus pecados, recibir a Cristo como su Salvador, ser bautizada en agua en Su Nombre y Cristo bautizarlo con Espíritu Santo y Fuego, y la persona obtener el nuevo nacimiento, y así la persona estar justificada delante de Dios. En el capítulo 13, verso 39 del libro de los Hechos, dice... dice, capítulo 38 en adelante: “*Sabed, pues, esto, varones hermanos: que por medio de él* (o sea, de Cristo) *se os anuncia perdón de pecados,* *y que de todo aquello de que por la ley de Moisés no pudisteis ser justificados, en él es justificado todo aquel que cree.”* Todo aquel que cree en Cristo es justificado por Jesucristo. La única forma de ser justificado el ser humano es a través de Jesucristo, para lo cual la persona tiene que creer en Jesucristo como su Salvador. En Cristo es justificado toda persona que le recibe como su Salvador. Vean el capítulo 53 de Isaías, verso 11 donde dice de la siguiente manera: “*Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos.”* ¿Quién es el que justifica? Jesucristo nuestro Salvador, no hay otra persona que pueda justificar al ser humano, por lo tanto todos necesitamos a Cristo, vean en el capítulo 8 de Romanos, versos 28, dice, en adelante, dice: “*Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.* *Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.* *Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justifico* (¿ven? a los que llamó a estos también justificó)*; y a los que justificó, a éstos también glorificó.* *¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros?* *El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?* *¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.* *¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aun, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.”* Por lo tanto, toda persona en el Nuevo Testamento para ser justificada necesita a Cristo; Dios por medio de Cristo justifica al ser humano, son justificados todos aquellos que son de la fe en Cristo, todos los creyentes en Cristo son justificados por la fe en Cristo. “El justo por la fe vivirá.” Y ahora, en el Nuevo Testamento encontramos que así como los Profetas de las dispensaciones antes de Jesús fueron los pregoneros de justicia y también los Profetas Mensajeros correspondientes a cada dispensación, porque cada dispensación tuvo diferentes Profetas que no eran Profetas dispensacionales, pero siempre hubo uno, el mayor de ellos que era el Profeta dispensacional, como Adán, como Set, como Noé, como Abraham, como Moisés y luego como Jesús, y para el Día Postrero el Mensajero del Señor Jesucristo correspondiente a la Dispensación del Reino que es un Profeta dispensacional. Y así como todos esos Profetas dispensacionales fueron pregoneros de justicia, el Ángel del Señor Jesucristo para el Día Postrero es el Profeta de la Dispensación del Reino y es el pregonero de justicia, es el pregonero de justicia del Día Postrero, es el pregonero de justicia del séptimo milenio, y es el pregonero de justicia de la séptima dispensación, pregonando la justificación del ser humano en y a través de Jesucristo nuestro Salvador. A través de Jesucristo el ser humano por la fe en Cristo es justificado, esa es la justicia que el pregonero de justicia del Día Postrero estará proclamando. Así como cada Ángel Mensajero de cada una de las edades de la Iglesia fue el pregonero de justicia de su edad y pregonó la justicia por la fe en Cristo, y toda persona que no recibió a Cristo en las edades pasadas de la Iglesia, no fue justificado ante Dios porque no creyó en Cristo, porque la justificación es por la fe en Jesucristo nuestro Salvador. Por lo tanto, en este tiempo final el pregonero de justicia del Día Postrero es el pregonero de justicia que le proclamará la justicia por la fe en Cristo a los gentiles de este tiempo final y serán llamados con ese Mensaje los escogidos del Día Postrero, en la etapa de la Edad de la Piedra Angular; y luego llamará a los escogidos del pueblo hebreo que son ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, y el Mensaje del Evangelio de Cristo será conocido por los ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, los cuales creerán en Cristo, creerán en la Segunda Venida de Cristo y en la Primera Venida de Cristo. Por lo tanto el pregonero de justicia del Día Postrero es el que llevará el Evangelio de entre los gentiles al pueblo hebreo, para pregonar en medio del pueblo hebreo y en medio de los ciento cuarenta y cuatro mil hebreos la justicia que es por la fe en Jesucristo nuestro Salvador. “**EL PREGONERO DE JUSTICIA.”** Ese es nuestro tema. Y ahora, para enmarcar mejor nuestro tema, así como hemos visto quiénes fueron los pregoneros de justicia dispensacionales, Mensajeros dispensacionales, Profetas dispensacionales: Adán, Set, Noé, Abraham, Moisés, Jesús y para este tiempo final está señalado el último pregonero de justicia: el Ángel del Señor Jesucristo, que es el Profeta Mensajero de la Dispensación del Reino, que estará proclamando el Mensaje de la justicia por la fe en Cristo, y lo estará haciendo en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo y después en medio de ciento cuarenta y cuatro mil hebreos. Ese es el que en el Día Postrero viene con el Sello del Dios Vivo en Apocalipsis, capítulo 7, o sea viene con el Espíritu Santo que es el Sello del Dios Vivo, el cual luego de llamar y juntar por medio del Espíritu Santo a todos los escogidos de la Iglesia del Día Postrero en el Cuerpo Místico de Cristo en la Edad de la Piedra Angular, luego llamará y juntará ciento cuarenta y cuatro mil hebreos. Ese Ángel Mensajero viene con el Sello del Dios Vivo, con el Espíritu Santo y por consiguiente viene con los ministerios de los Dos Olivos, los ministerios de Moisés y Elías. Por eso es que en el capítulo 7 del Apocalipsis es un Ángel el que llama y junta ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, y en Apocalipsis capítulo 11 nos habla de los Dos Olivos que son los dos candeleros de oro y los dos testigos, los dos ungidos que están delante de la presencia de Dios. Delante de la presencia de Dios en el Cielo vemos una dualidad, pero en su cumplimiento en la Tierra esa dualidad la veremos en una persona, por lo tanto habrá una unidad en donde estará esa dualidad, de los dos ministerios de los Dos Olivos. Y ahora, encontramos que estos ministerios estarán llamando al pueblo hebreo en el Día Postrero y los estarán colocando en la dispensación correspondiente a este tiempo final; por lo tanto el pregonero de justicia es el Ángel del Señor Jesucristo con los ministerios de los Dos Olivos, los ministerios de Moisés y Elías, el Ángel del Señor Jesucristo con el Sello del Vivo. “EL PREGONERO DE JUSTICIA HOY.” Hemos enmarcado nuestro tema: “EL PREGONERO DE JUSTICIA HOY.” Y la respuesta es: el Ángel del Señor Jesucristo, el Mensajero de la Dispensación del Reino, un Profeta dispensacional con un Mensaje dispensacional el cual es entrelazado con el Mensaje de la Dispensación de la Gracia. Y mientras todavía falte alguna persona escrita en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, mientras falte alguna persona en el Reino de Cristo; mientras falte alguno que no haya recibido a Cristo todavía, ese Mensajero continuará pregonando el Mensaje de la justificación por la fe en Cristo hasta que haya entrado hasta el último escogido de Dios en el Cuerpo Místico de Jesucristo nuestro Salvador. Por lo tanto, el pregonero de justicia hoy ungido por el Espíritu Santo estará siendo usado por el Espíritu Santo para llamar y juntar los escogidos de este tiempo final. Por lo tanto el que creyere y fuere bautizado será salvo, y será justificado delante de Dios por la fe en Cristo, será limpiado de todo pecado con la Sangre de Cristo y por consiguiente estará como si nunca en la vida hubiese pecado. Y eso es muy importante para todo ser humano: estar justificados delante de Dios y lo logramos por nuestra fe y con nuestra fe puesta en Jesucristo nuestro Salvador. En Primera de Juan, capítulo 5, verso 10 en adelante, dice: “*El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo; el que no cree a Dios, le ha hecho mentiroso, porque no ha creído en el testimonio que Dios ha dado acerca de su Hijo.* *Y este es el testimonio: que Dios nos ha dado vida eterna; y esta vida está en su Hijo.* *El que tiene al Hijo, tiene la vida* (o sea, tiene la Vida eterna)*; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.”* Y por consiguiente, aunque la persona que no tiene al Hijo de Dios, a Jesucristo porque no lo ha recibido como Salvador, aunque la persona esté viva físicamente, está muerta a la Vida eterna, está muerta espiritualmente la persona aunque tenga vida terrenal, pero esa vida terrenal no es Vida eterna, es vida temporal, y por consiguiente esa persona necesita asegurar su futuro eterno en la Vida eterna con Jesucristo nuestro Salvador en Su Reino eterno. ¿Y cómo lo puede hacer? Creyendo en Jesucristo como su Salvador, por la fe en Cristo recibe la justificación, recibe la santificación, recibe el bautismo del Espíritu Santo y recibe el nuevo nacimiento y recibe por consiguiente la Vida eterna. “*Estas cosas os he escrito a vosotros que creéis en el nombre del Hijo de Dios, para que sepáis que tenéis vida eterna, y para que creáis en el nombre del Hijo de Dios.”* Por consiguiente toda persona necesita a Jesucristo. Vean aquí en Primera de Juan, capítulo 1, verso 7, dice: “*pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado.”* La Sangre de Jesucristo el Hijo de Dios nos limpia de todo pecado, es lo único que nos puede limpiar de todo pecado para así ser justificados delante de Dios por nuestra fe en Jesucristo nuestro Salvador. “**EL PREGONERO DE JUSTICIA.”** En el Nuevo Testamento, desde la muerte de Cristo en adelante, todo pregonero de justicia: los Apóstoles y los siete Ángeles Mensajeros, como los líderes principales en cada etapa de la Iglesia y el Ángel de Jesucristo del Día Postrero son los que han estado pregonando la justicia por la fe en Jesucristo nuestro Salvador; y junto a ese pregonero de justicia de cada edad, Cristo ha colocado maravillosos colaboradores para trabajar en la Obra de Cristo, para que así se extienda el Mensaje de la justicia por la fe en Jesucristo nuestro Salvador. Mientras el día aceptable delante de Dios, el día en que Dios acepte a la persona y el día de salvación está todavía vigente. Como era el día de la expiación del capítulo 23, versos 26 al 29 de Levítico, donde el día de la expiación, el día diez del mes séptimo de cada año, el sumo sacerdote sacrificaba el macho cabrío de la expiación y llevaba la sangre de la expiación al lugar santísimo y esparcía con su dedo siete veces sobre el propiciatorio. Toda persona que arrepentido de sus pecados pedía perdón a Dios en ese día, recibía el perdón de sus pecados, era cubierto con la sangre de esa expiación, y Dios le daba un año más de vida, quedaba reconciliada con Dios por un año más, al otro año tenía que hacer lo mismo, porque los sacrificios de animales no son perfectos. Pero cuando vino el Sacrificio de Cristo, el Sacrificio perfecto, no hubo necesidad de otro sacrificio por el pecado, por lo tanto ese es el Sacrificio por el pecado para los que vivieron en los días de Jesús y para los que vivieron en edades que ya han transcurrido y para los que vivimos en este tiempo final. El sacrificio por el pecado es el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario. El día diez del mes séptimo las personas que no se arrepentían de sus pecados y pedía perdón a Dios no quedaban perdonadas, y no quedaban cubiertas con la sangre de la expiación y por consiguiente no quedaban reconciliadas con Dios, por lo tanto la ira de Dios caía sobre ellos y morían en ese año, no tenían derecho a vivir un año más. Y toda persona que no se arrepiente de sus pecados y no recibe a Cristo como su Salvador, pierde el derecho a ser reconciliado con Dios para vivir no un año más sino para vivir eternamente. Por lo tanto las personas que no reciben a Cristo como su Salvador pierden ese derecho y no podrán vivir ni en el Reino Milenial de Cristo ni en la eternidad con Cristo en Su Reino, porque no recibieron a Cristo como su Salvador, el cual es la expiación por nuestros pecados para ser perdonados, ser limpios con Su Sangre de todo pecado, ser justificados y ser llenos del Espíritu de Cristo y ser nacido de nuevo, y ser colocados en el Reino de Cristo, reconciliados con Dios, y restaurados a la Vida eterna. Por lo tanto somos reconciliados con Dios por medio de Cristo y restaurados a la Vida eterna, viviremos en el Reino Milenial y en la eternidad. Viviremos con Cristo porque lo hemos recibido como nuestro Salvador; y por nuestra fe en Cristo hemos sido justificados con Dios y delante de Dios, y hemos quedado como si nunca en la vida hubiésemos pecado. Y ahora, ¿cuántos han colocado su fe en Cristo? Por lo tanto, lo hemos recibido por la fe como nuestro Salvador acá en nuestras almas, y hemos sido justificados, Cristo con Su Sangre nos ha limpiado de todo pecado y nos ha dejado como si nunca en la vida hubiésemos pecado. Hemos quedado justificados ante Dios como si nunca en la vida hubiésemos pecado, por consiguiente hemos sido reconciliados con Dios y tenemos Vida eterna, y hemos sido colocados en el Reino de Jesucristo, estamos en lugares celestiales con Cristo Jesús Señor nuestro. Pero toda persona que no ha recibido a Cristo como su Salvador no está justificada ante Dios, o sea, no está sin pecado, sus pecados están en la persona y por consiguiente la ira de Dios está sobre la persona. La paga del pecado es muerte, por lo tanto no tiene Vida eterna, está muerto a la Vida eterna y luego le esperará la segunda muerte que es el lago de fuego; pero usted no quiere dejar de existir, usted quiere vivir eternamente con Cristo en Su Reino, y para eso usted necesita recibir a Cristo como su Salvador, “porque no hay otro nombre dado a los hombres bajo el Cielo en que podamos ser salvos.” Por lo tanto, la salvación es exclusivamente a través de Jesucristo, no hay otro Salvador, Él es el único Salvador, por lo tanto usted tiene la oportunidad en esta ocasión de ser justificado ante Dios poniendo usted su fe, colocando su fe en Jesucristo, recibiéndolo como su Salvador. Cristo dijo: “El que me confesare delante de los hombres, yo le confesaré delante de mi Padre.” Por lo tanto, usted no puede hacer otra cosa para ser justificado delante de Dios sino recibir a Cristo como su Salvador, y por su fe en Cristo usted quedará justificado ante Dios, Cristo le justificara. En esta ocasión nuestro tema ha sido: **“EL PREGONERO DE JUSTICIA.”** Siempre cada pregonero de justicia dio la oportunidad a los oyentes para que recibieran a Cristo como su Salvador, para que así por la fe en Cristo fueron justificados ante Dios, quedaran como si nunca en la vida hubiesen pecado. Por lo tanto, en esta ocasión, toda persona que todavía no ha recibido a Cristo como su Salvador y quiere ser justificado ante Dios por medio de su fe en Cristo, puede levantar su mano y así dar testimonio que cree en Cristo como su Salvador, que lo recibe como su Salvador y Cristo le recibirá y le justificará, perdonará sus pecados y con Su Sangre le limpiará de todo pecado. Si hay alguna persona que todavía no ha recibido a Cristo como su Salvador y quiere ser justificado delante de Dios por medio de su fe en Cristo, colocando su fe en Cristo pueden levantar su mano y yo estaré orando por usted en esta ocasión, para que Cristo le reciba, le perdone, le limpie con su Sangre preciosa y le justifique delante de Dios, lo deje como si nunca en la vida hubiese pecado. Pueden levantar su mano, pueden pasar al frente y estaré orando por ustedes para que Cristo les reciba, les perdone y con Su Sangre les limpie de todo pecado, y así les justifique delante de Dios. Pueden pasar al frente todos los que han levantado sus manos... pueden continuar pasando los que levantaron sus manos, para que Cristo les reciba, pueden continuar pasando para que Cristo les reciba, les perdone y con Su Sangre les limpie de todo pecado. Vamos a dar unos segundos en lo que pasan todas las personas que desean que Cristo tenga misericordia de usted y les perdone con Su Sangre, les limpie de todo pecado, y así les justifique delante de Dios, porque es por la fe en Cristo que somos justificados delante de Dios, justificados pues por la fe, tenemos (¿qué?) paz para con Dios, justificados por la fe en Cristo. Así es como tenemos paz con Dios dentro del Pacto de Paz. Unos segundos en lo que pasan las personas que falten por pasar, y estaremos orando por los que ya han pasado. Vamos a estar puestos en pie para orar por las personas que han pasado para recibir a Cristo, para que Cristo les perdone y con Su Sangre les limpie de todo pecado y les justifique delante de Dios. Inclinemos nuestros rostros, los que han pasado repitan conmigo esta oración: ***Señor Jesucristo creo en Ti, creo que Tú eres el Hijo de Dios que has venido al mundo y has muerto en la Cruz del Calvario, llevando mis pecados, y con Tu Sangre que has derramada en la Cruz del Calvario me has limpiado de todo pecado.*** ***Señor Jesucristo confieso públicamente mi fe en Ti, yo Te recibo como mi Salvador públicamente, Te confieso públicamente como mi Salvador. Te ruego perdones mis pecados y Te ruego me limpies con Tu Sangre de todo pecado; y Te ruego me bautices con Espíritu Santo y Fuego cuando yo sea bautizado en agua en Tu Nombre. Señor Jesucristo en Tus manos encomiendo mi alma, salva mi alma Señor Jesucristo. En Tu Nombre Señor Jesucristo Te lo ruego.*** Y ahora estaré orando por ustedes, inclinemos nuestros rostros. ***Padre Celestial, en el Nombre del Señor Jesucristo traigo a Ti todas estas personas que han recibido a Jesucristo Tu Hijo amado como Su Salvador, recíbeles en Tu Reino, y Dios Eterno cuando sean bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo Tu Hijo amado, bautízales con Espíritu Santo y Fuego, Te ruego produzcas en ellos el nuevo nacimiento y así entren al Reino de Jesucristo Tu Hijo amado.*** ***Padre Celestial también Te ruego les acompañes todos los días de su vida y les fortalezcas, y que también traigas a sus familiares a los pies de Jesucristo nuestro Salvador, para que también reciban salvación y Vida eterna. Padre Celestial, Te lo ruego todo en el Nombre del Señor Jesucristo Tu Hijo amado. Amén y amén.*** Y ahora todos repitan: **La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado. La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado.** **La Sangre del Señor Jesucristo me limpió de todo pecado.** Cristo ha perdonado vuestros pecados y con Su Sangre les ha limpiado de todo pecado. Cristo dijo: “El que creyere y fuere bautizado, será salvo.” Ustedes han creído de todo corazón en Jesucristo como vuestro Salvador. Y ahora, me dirán ustedes: “Pero todavía me falta algo, todavía me falta ser bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, ¿cuándo me pueden bautizar, cuándo puedo ser bautizado en agua en el Nombre de Señor Jesucristo?” Por cuanto habéis creído de todo corazón bien pueden ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, ¿cuándo? Hoy mismo. *Acá* a la parte de atrás hay ropas bautismales y cambiadores de ropa también y también hay un bautisterio con agua para ser bautizados todos los que han recibido a Cristo como su Salvador, y así cumplan el mandato de Cristo: “El que creyere (y ya han creído) y fuere bautizado” (y así sean bautizados, y entonces Cristo les bautice con Espíritu Santo y obtengan el nuevo nacimiento y sean salvos para vivir con Cristo en Su Reino por toda la eternidad. “**EL PREGONERO DE JUSTICIA.”** La justicia que es por la fe en Cristo. El Pregonero de Justicia por la fe en Cristo. Ahora, dejaré al Rvdo. José Benjamín Pérez, para que él lleve a cabo los bautismos en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, ¿el bautisterio está listo? El bautisterio está listo. Por lo tanto, mientras el Rvdo. José Benjamín Pérez se prepara para los bautismos, ustedes pueden pasar ¿por qué lado las damas? Vamos a dejar al Rvdo. José Benjamín Pérez para que les indique por qué lado pasarán las damas y por qué lado pasarán los caballeros para ser cambiados de ropa y ser bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Muchas gracias por vuestra amable atención y continúen pasando una tarde llena de las bendiciones de Jesucristo nuestro Salvador. Con nosotros el Rvdo. José Benjamín Pérez. “**EL PREGONERO DE JUSTICIA.”**