--- title: 'El Pueblo de Dios' date: 2002-12-03 activity: 1 place: city: Presidente Prudente state: São Paulo country: BR duration: 01:43:13 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenas noches, amables amigos y hermanos presentes; es para mí una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Reciban también saludos de mi esposa Erica, y de mis niñas América y Yahannah Gabriela, las cuales están por *aquí* para que sepan de quiénes estamos hablando. *Aquí* tenemos a Erica mi esposa, *aquí* también está ella, y *aquí* tenemos a América, ya tiene nueve años de edad, ya ha crecido muchísimo y sirve al Señor también. Y por *aquí* tenemos a Yahannah Gabriela con América, y también *aquí* la tenemos en una foto más grande, ya en la actualidad tiene un año de edad y ya comenzó a caminar y no hay quién la detenga. Es como nosotros que cuando comenzamos a caminar en el Señor, en el camino del Señor no hay quién nos detenga, seguimos hacia adelante siempre sirviendo a nuestro Señor Jesucristo. Para esta ocasión leemos en la Biblia, en Romanos, capítulo 9... Romanos, capítulo 9, versos 21 al 26, dice de la siguiente manera: “*¿O no tiene potestad el alfarero sobre el barro, para hacer de la misma masa un vaso para honra y otro para deshonra?* *¿Y qué, si Dios, queriendo mostrar su ira y hacer notorio su poder, soportó con mucha paciencia los vasos de ira preparados para destrucción,* *y para hacer notorias las riquezas de su gloria, las mostró para con los vasos de misericordia que él preparó de antemano para gloria,* *a los cuales también ha llamado, esto es, a nosotros, no sólo de los judíos, sino también de los gentiles?* *Como también en Oseas dice:* *Llamaré pueblo mío al que no era mi pueblo,* *Y a la no amada, amada.* *Y en el lugar donde se les dijo:* *Vosotros no sois pueblo mío,* *Allí serán llamados hijos del Dios viviente”* “**EL PUEBLO DE DIOS.”** Toda persona desea pertenecer al pueblo de Dios. En el Antiguo Testamento las personas para pertenecer al pueblo de Dios: al pueblo hebreo; tenían que nacer en medio del pueblo hebreo, o sea, ser hebreos. Y si otra persona de entre los gentiles quería pertenecer al pueblo de Dios, tenía que aceptar al Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob y tenía que ser circuncidado si era varón y así aceptar la fe religiosa del pueblo hebreo, y así venía a ser un convertido al judaísmo, venía a ser un prosélito en medio del pueblo hebreo, uno convertido al judaísmo. Toda persona que escuchaba acerca del Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob y las maravillas que El hacía, deseaba pertenecer al pueblo cuyo Dios es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob. Por lo tanto, para ser un miembro del pueblo de Dios en el Antiguo Testamento, la persona tenía que ser hebrea o convertida al judaísmo; esto es porque el pueblo hebreo fue escogido por Dios como único pueblo terrenal para ser el pueblo de Dios, es el pueblo primogénito de Dios, por consiguiente es el primer pueblo terrenal creado por Dios, y por consiguiente es el pueblo con el cual Dios estableció un pacto. El pueblo hebreo es el pueblo formado por los siervos de Dios. En el pueblo hebreo Dios mostró todo lo que El haría con un pueblo celestial, las cosas terrenales representan las cosas celestiales. Por lo tanto, si en el Antiguo Testamento hubo un pueblo terrenal compuesto por los siervos de Dios, entonces hay un pueblo celestial: el pueblo celestial de Dios el cual estuvo reflejado en el pueblo terrenal de Dios (o sea, en el pueblo hebreo). Por lo tanto, todas las cosas por las cuales pasará ese pueblo celestial ya fueron reflejadas en el pueblo terrenal de Dios, el pueblo hebreo. Ahora, encontramos que el pueblo hebreo tiene grandes promesas de parte de Dios, Dios dijo: “El que te bendijere será bendito,” y también dijo: “El que te maldijere será maldito.” Por lo tanto, ese es un pueblo escogido por Dios. Ponerse en contra de ese pueblo, perseguir a ese pueblo es buscarse problemas con Dios; ayudar a ese pueblo significa que Dios ayudará a la persona y la bendecirá.“El que te bendiga será bendito;” la misma bendición que habló Dios sobre Abraham, luego pasó a Isaac, y luego pasó a Jacob, y luego pasó al pueblo hebreo, y si así es con el pueblo terrenal, mucho más es con el pueblo celestial de Dios. Las cosas terrenales representan las celestiales, por eso encontramos que Dios ordenó a Moisés la construcción de un tabernáculo, y ese tabernáculo tendría todas las cosas que están en el Cielo representadas aquí en la Tierra en ese tabernáculo. También el templo que construyó Salomón, el rey David dijo que todo el plano que le entregó a Salomón fue trazado por la mano de Dios, eso está en Primera de Reyes, capítulo 1. Ahora, ¿por qué tenían que construir conforme a como Dios les ordenaba? Porque todo eso representaba lo que está en el Cielo, y por consiguiente tenía que ser realizada bien la representación. Ahora, encontramos que en el tabernáculo que construyó Moisés está todo tipificado. La cita que les dí de los planos que David le dio a su hijo Salomón, los planos del templo que sería construido, está aquí en Primera de Crónicas, capítulo 28, verso 18 al 19, les había citado Primera de Reyes, capítulo 1, pero es en Primera de Crónicas, capítulo 28. Leemos el verso 19 solamente donde dice: “*Todas estas cosas, dijo David, me fueron trazadas por la mano de Jehová, que me hizo entender todas las obras del diseño.”* Y el verso 11 de este mismo capítulo 28 de Primera de Crónicas, dice: “*Y David dio a Salomón su hijo el plano del pórtico del templo y sus casas, sus tesorerías, sus aposentos, sus cámaras y la casa del propiciatorio.”* Ahora veamos lo que el Apóstol San Pablo nos dice en el capítulo 9 de Hebreos, verso 18 en adelante, dice: “*De donde ni aun el primer pacto fue instituido sin sangre.* *Porque habiendo anunciado Moisés todos los mandamientos de la ley a todo el pueblo, tomó la sangre de los becerros y de los machos cabríos, con agua, lana escarlata e hisopo, y roció el mismo libro y también a todo el pueblo,* *diciendo: Esta es la sangre del pacto que Dios os ha mandado.* *Y además de esto, roció también con la sangre el tabernáculo y todos los vasos del ministerio.* *Y casi todo es purificado, según la ley, con sangre; y sin derramamiento de sangre no se hace remisión.* *Fue, pues, necesario que las figuras de las cosas celestiales fuesen purificadas así; pero las cosas celestiales mismas, con mejores sacrificios que estos.* *Porque no entró Cristo en el santuario hecho de mano, figura del verdadero, sino en el cielo mismo para presentarse ahora por nosotros ante Dios.”* Aquí podemos ver que el templo que estaba en medio del pueblo hebreo como el templo o tabernáculo que construyó Moisés, son tipos y figuras del Templo celestial y todas las cosas del Templo celestial. También dice el capítulo 10, verso 1 de Hebreos: “*Porque la ley, teniendo la sombra de los bienes venideros, no la imagen misma de las cosas, nunca puede, por los mismos sacrificios que se ofrecen continuamente cada año, hacer perfectos a los que se acercan.”* Por medio de los sacrificios que el pueblo hebreo realizaba, los pecados de las personas no eran quitados, solamente eran cubiertos y Dios no los veía, cubiertos los pecados de las personas que arrepentidos de sus pecados le pedían perdón a Dios. El día diez del mes séptimo de cada año, se llevaba a cabo el sacrificio del macho cabrío de la expiación, y el sumo sacerdote sacrificaba ese macho cabrío en el atrio y luego llevaba en una vasija la sangre del macho cabrío, y rociaba con su dedo siete veces sobre el propiciatorio que estaba sobre el arca del pacto en el lugar santísimo. Y las personas que se habían arrepentido de sus pecados y habían pedido perdón a Dios, eran perdonados y eran cubiertos con la sangre de ese sacrificio y por consiguiente quedaban justificados delante de Dios; pero sus pecados permanecían en ellos, pero era algo temporal porque más adelante vendría un Sacrificio perfecto. Por lo tanto, las personas que ofrecían esos sacrificios a Dios en medio del pueblo hebreo, como el sumo sacerdote creía que serían perdonados los pecados y cubiertos con la sangre del sacrificio, y por lo tanto los pecados de las personas no serían vistos delante de Dios, y por consiguiente quedaban reconciliados delante de Dios, porque ese día diez del mes séptimo de cada año era para el pueblo ser reconciliado con Dios. Y el que no confesaba a Dios sus pecados afligido en su alma por haber pecado contra Dios, esa persona no quedaba reconciliada con Dios y por consiguiente perdía el derecho a continuar viviendo y perdía el derecho a ser parte del pueblo de Dios, y durante ese año esa persona tenía que morir, Dios la cortaría del pueblo como está escrito en el capítulo 23, verso 26 de Levítico, eso era así el día de la expiación. Ahora, vean ustedes como las personas pertenecientes al pueblo de Dios en el Antiguo Testamento, pertenecía al pueblo hebreo, eran hebreos o eran convertidos al judaísmo, gentiles convertidos al judaísmo, todas esas personas eran el pueblo de Dios. Y ahora, en el Nuevo Testamento, de la muerte de Cristo hacia acá, ya los sacrificios del Antiguo Testamento fueron eliminados delante de Dios. Y ahora, ¿cómo puede ser una persona parte del pueblo de Dios? Por cuanto allá fue tipificado el pueblo celestial de Dios, y fue tipificado cómo venir a ser parte del pueblo de Dios, por lo tanto en este tiempo los gentiles sin necesidad de convertirse al judaísmo, pueden venir a ser parte del pueblo de Dios, del pueblo celestial de Dios. Así como hay un pueblo terrenal de Dios: el pueblo hebreo, hay un pueblo celestial de Dios. Y ahora, leamos en Primera de Pedro, capítulo 2, verso 9 al 10, donde nos dice: “*Mas vosotros sois linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo adquirido por Dios, para que anunciéis las virtudes de aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable;* *vosotros que en otro tiempo no erais pueblo, pero que ahora sois pueblo de Dios; que en otro tiempo no habíais alcanzado misericordia, pero ahora habéis alcanzado misericordia.”* Y ahora, no hay que convertirse al judaísmo para venir a ser pueblo de Dios los gentiles. ¿Y qué hay que hacer? creer en nuestro amado Señor Jesucristo, el cual murió en la Cruz del Calvario por ustedes y por mí para así quitar nuestros pecados. Y ahora, para ser pueblo de Dios se requiere que la persona reciba a Cristo como su Salvador, arrepentido de sus pecados y así sean lavados los pecados de la persona en la Sangre de Cristo, Cristo lo limpiará de todo pecado y la persona será bautizada en agua en el Nombre del Señor Jesucristo y Cristo lo bautizará con Espíritu Santo y Fuego, y así obtendrá el nuevo nacimiento y nacerá en el Reino de Dios como un hijo o una hija de Dios, como un miembro del pueblo celestial de Dios que es la Iglesia del Señor Jesucristo. Hemos visto cómo las personas pueden venir a ser pueblo de Dios, pueden venir a ser parte de la Iglesia del Señor Jesucristo que es el Israel Celestial, el pueblo de Dios celestial. Por eso tiene un Nuevo Pacto y tiene la Sangre del Nuevo Pacto, que es la Sangre de Jesucristo derramada en la Cruz del Calvario. Y ahora, no necesitamos sacrificios de animalitos, tenemos un Sacrificio perfecto con una Sangre perfecta: el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario y Su Sangre perfecta que es la Sangre del Nuevo Pacto. Por eso Cristo en la última cena dijo en San Mateo, capítulo 26, y leemos ese pasaje que es muy importante, capítulo 26, verso 27 y 28, dice: “*Y tomando la copa, y habiendo dado gracias, les dio, diciendo: Bebed de ella todos;* *porque esto es mi sangre del nuevo pacto, que por muchos es derramada para remisión de los pecados.”* Y ahora, la Sangre de Cristo es la Sangre del Nuevo Pacto que Dios le prometió al pueblo hebreo que establecería con el pueblo hebreo. Y ahora, hay un Nuevo Pacto y por consiguiente hay un nuevo pueblo que está bajo el Nuevo Pacto, cubierto con la Sangre del Nuevo Pacto, y ese pueblo está compuesto por hebreos y por gentiles, son todos los creyentes en nuestro amado Señor Jesucristo. Todas esas personas son el pueblo de Dios en el Nuevo Testamento, y son el pueblo celestial de Dios y por consiguiente están dentro del Nuevo Pacto, cubiertos con la Sangre del Nuevo Pacto, la Sangre de Jesucristo que no cubre el pecado sino que lo quita. La Sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado y así somos justificados ante Dios como si nunca en la vida hubiésemos pecado. Ahora podemos ver cuál es el pueblo de Dios. Ahora, encontramos que como el pueblo terrenal de Dios (el pueblo hebreo) ha pasado por diferentes etapas, el pueblo celestial de Dios que es la Iglesia del Señor Jesucristo compuesta por las ovejas que el Padre le dio a Cristo para que les dé Vida eterna y las llame, las junte en Su redil, y Su redil es Su Iglesia. Y ahora, la Iglesia del Señor Jesucristo tendría diferentes etapas, tuvo su etapa entre los hebreos cuando los Apóstoles estuvieron en medio del pueblo hebreo, pero luego Cristo en Espíritu Santo se tornó a los gentiles. En la casa de Cornelio, fue abierta la puerta a los gentiles por Pedro que tenía las llaves del Reino, tenía la revelación divina de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario, y dio a conocer todo el programa que se llevó a cabo en la Primera Venida de Cristo, y las personas que estaban en la casa de Cornelio creyeron y el Espíritu Santo vino sobre ellos, y Pedro mandó a bautizarlos en el Nombre del Señor Jesucristo. Y ahora, la puerta fue abierta a los gentiles y luego Pablo el Apóstol fue enviado a los gentiles como Apóstol de los gentiles, y comenzó la primera etapa o edad de la Iglesia de Jesucristo entre los gentiles en Asia Menor, y luego la segunda... la primera etapa podemos ver que tenía un Mensajero: San Pablo. Y por medio de San Pablo, Dios estuvo llamando y juntando Sus ovejas de esa primera etapa o edad entre los gentiles, y Dios colocó al lado de San Pablo ministros que estuvieron trabajando con San Pablo en la Obra de Cristo entre los gentiles, siervos ministros fieles, prudentes que trabajaron con toda su alma y con amor divino en la Obra de Cristo, y reconocieron que San Pablo era el Mensajero a los gentiles, Dios lo había colocado como luz para los gentiles, pues es la primera luz para los gentiles. Pero la luz mayor es Jesucristo, pero Cristo estuvo reflejándose a través de San Pablo entre los gentiles en Asia Menor, por eso el candelero o candelabro que estaba en el tabernáculo que construyó Moisés en el lugar santo, y también en el templo que construyó Salomón, representa la Iglesia del Señor Jesucristo con sus diferentes etapas, siete etapas y siete Mensajeros. Los siete Mensajeros son las siete mechas encendidas con el Espíritu Santo, y las siete lámparas son las siete edades. Y ahora, eso estaba en Zacarías, capítulo 4, verso 1 al 14, y está también en Apocalipsis, capítulo 1, verso 12 en adelante. Y ahora, el candelabro o candelero que estaba en el tabernáculo que construyó Moisés en el lugar santo y en el templo que construyó el rey Salomón, tipifica algo celestial, tipifica a la Iglesia con sus diferentes etapas. Ahora vean, cómo en el templo estaba tipificado lo celestial, las cosas celestiales que serían purificadas con la Sangre perfecta de Jesucristo, con un mejor Sacrificio que el que se hacía en el Antiguo Testamento. Para la segunda etapa de la Iglesia , Cristo envió otro Mensajero: a Ireneo en Francia, esa fue la segunda etapa de la Iglesia de Jesucristo entre los gentiles, y por medio de Ireneo, Cristo en Espíritu Santo se manifestó y se reflejó en este planeta Tierra, y llamó y juntó Sus escogidos de esa segunda edad. Junto a Ireneo, Dios colocó obreros, ministros fieles que trabajaron brazo a brazo con él. Luego vino la tercera etapa o edad de la Iglesia también en Europa, en Francia y en Hungría, y Dios envió a Martín, y junto a él envió ministros, obreros para trabajar brazo a brazo con Martín, y fueron llamados y juntados los escogidos de la tercera edad o etapa de la Iglesia. Luego vino la cuarta etapa de la Iglesia de Jesucristo allá en Irlanda y Escocia, y Dios envió a Colombo, y junto a Colombo levantó obreros ministros que trabajaron brazo a brazo con él y se llevó a cabo a obra de la cuarta etapa de la Iglesia de Jesucristo entre lo gentiles. Y luego pasó Cristo en Espíritu Santo a Alemania, donde envió para la quinta edad o etapa de la Iglesia a Lutero, y junto a Lutero colocó ministros obreros que trabajaron brazo a brazo con Lutero, y fueron llamados y juntados los escogidos de esa quinta etapa. Así es como Cristo llamaría y juntaría Sus ovejas en Su redil, en Su Iglesia de edad en edad. Luego pasó de Alemania a Inglaterra Cristo en Espíritu Santo, y envió a Juan Wesley, y junto a él envió obreros ministros que trabajaron brazo a brazo con él en la obra de Cristo, en la Iglesia de Jesucristo, y Cristo por medio de Jhon Wesley llamó y juntó Sus ovejas de esa sexta edad o etapa. Vean, en Europa se cumplieron cinco etapas, cinco edades, tenemos ahí cinco Mensajeros europeos. Luego Cristo en Espíritu Santo pasó a Norteamérica donde envió al Rvdo. William Branham como el séptimo Mensajero de la séptima edad de la Iglesia entre los gentiles, y vino a ser también el precursor de la Segunda Venida de Cristo, vino con el espíritu y virtud de Elías para convertir el corazón de los hijos a los padres (o sea, a la fe de los Apóstoles), y llamó y juntó Sus escogidos de esa edad, junto a ese Mensajero Dios colocó obreros ministros que trabajaron brazo a brazo con él, los cuales serán recompensados en el Reino de Cristo. Y luego, ¿qué Dios tenía para después de la séptima edad? Tiene la etapa más importante, la Edad de la Piedra Angular, que es la edad eterna de la Iglesia donde son llamados los escogidos de Dios a subir, para obtener el conocimiento de todas estas cosas que han de suceder pronto. En Apocalipsis, capítulo 4, Cristo con esa Voz de trompeta dice: “*Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.”* Y ahora, hay una etapa que es una etapa eterna para la Iglesia de Jesucristo, en donde El estará mostrando todas las cosas que deben suceder pronto, y ya los siete Mensajeros se fueron de esta dimensión terrenal y los Apóstoles también. ¿Cómo nos mostrará Dios, Cristo todas las cosas que han de suceder pronto? ¿Y a dónde es que nos llama a subir? Nos llama a subir a la Edad de la Piedra Angular, las otras edades están representadas aquí, y ahora nos llama a subir a la Edad de la Piedra Angular, la edad perfecta y eterna de la Iglesia. El Rvdo. William Branham en el mensaje: *“La Estatura de un Hombre Perfecto,”* en la página 4 en español, dice que cuando la Iglesia suba a esa edad perfecta, o sea, a la Edad de la Piedra Angular; *este* fue el diagrama que hizo el Rvdo. William Branham en el mensaje:*“La Estatura de un Hombre Perfecto”*, y está también en el mensaje escrito, ahí está este dibujo o diseño. Y ahora, si ya los siete Mensajeros de las siete edades se fueron ¿a través de quien Cristo en Espíritu Santo nos va a dar a conocer todas las cosas que deben suceder pronto en este tiempo final? Que lo diga el mismo Cristo: en Apocalipsis 22 nos dice a quién El enviará, en el capítulo 22, verso 16, dice: “*Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.”* Y ahora, Cristo dice que El ha enviado Su Angel. El Rvdo. William Branham hablándonos de ese Angel, dice que ese Angel es un Profeta, dice que fue un Profeta el que le dio a Juan la revelación del Apocalipsis. Ahora, ese Profeta estaba en cuerpo teofánico, era un cuerpo angelical teofánico que estaba en el tiempo de Juan, y si es un espíritu de Profeta tiene que manifestarse en la Tierra en carne humana como un Profeta, como fue hecho con todos los demás espíritus de los Profetas: fueron manifestados en la Tierra en carne humana como Profetas. Y ahora, toda revelación de Dios viene a los Profetas, y de los Profetas viene al pueblo de Dios, por lo tanto, la revelación de todas estas cosas que deben suceder pronto, tiene que venir por medio de un Profeta, y este Angel señalado aquí en el Apocalipsis como el Angel del Señor Jesucristo es un Profeta. En Apocalipsis 22, verso 6 dice lo que estará revelando este Angel: “*Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.”* ¿Cómo Cristo promete aquí que dará a conocer estas cosas que deben suceder pronto? Por medio de Su Ángel Mensajero, por este mismo Angel que le dio a Juan el Apóstol la revelación del Apocalipsis; así como vinieron los otros Angeles Mensajeros, que antes de venir a la Tierra, miren lo que eran y miren dónde estaban: vinieron del Cielo, pertenecen al pueblo celestial de Dios, y este Angel también es enviado del Cielo. Ahora vean en Apocalipsis, capítulo 4, verso 4 al 5 lo que nos dice: “*Y alrededor del trono había veinticuatro tronos; y vi sentados en los tronos a veinticuatro ancianos, vestidos de ropas blancas, con coronas de oro en sus cabezas.”* ¿Quiénes son esos veinticuatro ancianos? Los doce patriarcas del Antiguo Testamento hijos de Jacob, y los doce Apóstoles del Señor Jesucristo. Y ahora, miren dónde están, por eso es que Cristo podía ofrecerle a Sus discípulos, a Sus Apóstoles doce tronos, pues esto está en el Cielo, y lo que está en el Cielo, Cristo lo materializa en la Tierra en Su Iglesia, por eso fue tipificado allá en el Templo de Salomón y tabernáculo que construyó Moisés, fue tipificado todo lo que está en el Cielo. Continuamos leyendo: “*Y del trono salían relámpagos y truenos y voces; y delante del trono ardían siete lámparas de fuego, las cuales son los siete espíritus de Dios.”* Y cuando son manifestados en la Tierra, esa es la Iglesia de Jesucristo en el pueblo de Dios en cada Ángel Mensajero de cada edad de la Iglesia, y así es como vienen los siete espíritus de Dios manifestados en la Iglesia de Jesucristo, y vienen a ser las siete luces de las siete lámparas del candelabro que fue visto en el tabernáculo de Moisés, y en el templo de Salomón. Y en el Templo Celestial y del Templo Celestial son enviados esos siete espíritus de Dios y son manifestados en la Tierra, y se hacen carne y es el espíritu de Cristo manifestado en medio de Su Iglesia enviando Sus siete Angeles Mensajeros. Esos siete espíritus de los siete Angeles Mensajeros son hechos carne en la Tierra, y esos son los Angeles Mensajeros de las siete edades de la Iglesia, por eso aparecen también en Apocalipsis, capítulo 1, verso 4, donde dice: “*Juan, a las siete iglesias que están en Asia: Gracia y paz a vosotros, del que es y que era y que ha de venir, y de los siete espíritus que están delante de su trono.”* Esos siete espíritus están delante del Trono de Dios, son las siete lámparas de fuego, vamos a ver un poquito más el porqué estas siete lámparas son los siete espíritus que están delante de la presencia de Dios. Proverbios, capítulo 20, o el Proverbios 20 dice algo muy importante, Proverbios 20, verso 27, dice: “*Lámpara de Jehová es el espíritu del hombre.”* Y ahora, los espíritus de los siete Angeles Mensajeros están delante del Trono como siete lámparas, son las siete lámparas que están delante del Trono de Dios. Y ahora, esas lámparas que están delante del Trono de Dios aparecen en Apocalipsis, capítulo 5, verso 6, donde dice: “*Y miré, y vi que en medio del trono y de los cuatro seres vivientes, y en medio de los ancianos, estaba en pie un Cordero como inmolado, que tenía siete cuernos, y siete ojos, los cuales son los siete espíritus de Dios enviados por toda la tierra.”* El Cordero es Jesucristo, y tenía siete cuernos y siete ojos en esos siete cuernos, un ojo en cada cuerno; ojos representa videntes, son los siete videntes, los siete Mensajeros de las siete edades de la Iglesia entre los gentiles, son estos Mensajeros los siete espíritus de Dios manifestados en la Tierra, es el Espíritu Santo manifestado en esos hombres de Dios de edad en edad durante las diferentes etapas del pueblo de Dios, de la Iglesia del Señor Jesucristo. Y luego de esas siete edades ¿qué hay para el pueblo de Dios? La Edad de la Piedra Angular, la etapa más gloriosa de todas las edades. Y ahora, hemos visto que Cristo entre los gentiles en Espíritu Santo ha estado viajando de Asia Menor, Europa donde cumplió cinco etapas o cinco edades, y después Norteamérica donde cumplió la séptima edad y se manifestó a través del séptimo Mensajero de la séptima edad, y así se cumplieron las siete manifestaciones de esas siete lámparas de fuego que están delante de la presencia de Dios. Y ahora, el Espíritu Santo ¿hacia dónde se fue? El Rvdo. William Branham dijo que el Espíritu Santo se había ido de Norteamérica, siempre que una edad termina el Espíritu Santo sale de esa edad y se va para otro territorio, para comenzar una nueva etapa de Su Iglesia, una nueva edad para lo cual envía un Mensajero. Y ahora, ¿hacia dónde el Espíritu de Cristo se ha ido al salir de Norteamérica? Para la América Latina y el Caribe. Veamos dónde estaba el lugar santísimo del Templo de Dios, del que construyó el rey Salomón y del tabernáculo que construyó el Profeta Moisés, estaba en el Oeste, y Cristo está construyendo un Nuevo Templo para Dios. Si el lugar santísimo estaba en el Oeste, en el tabernáculo que hizo Moisés y en el templo que hizo Salomón, ¿dónde tiene que estar el Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Cristo? En el Oeste. Con piedras vivas, con personas, El tiene que construir esa parte de Su Templo Espiritual, tiene que construir el Lugar Santísimo de Su Templo Espiritual, para entonces ser dedicado a Dios y ser adoptado, y Dios morar en toda Su plenitud en Su Iglesia, tiene que venir la adopción de todos los escogidos de Dios, que es la resurrección de los muertos en Cristo en cuerpos glorificados y la transformación de nosotros los que vivimos. ¿Dónde fue vista la gloria de Dios en el tabernáculo que construyó Moisés y templo que construyó el rey Salomón? En el lugar santísimo, ahí estaba la gloria de Dios sobre el propiciatorio, en medio de los dos querubines de oro, y Salomón, en adición, construyó dos querubines de olivo cubiertos de oro que eran gigantes, y los colocó en el lugar santísimo, y bajo las alas de esos querubines colocó el arca del pacto, y allí estaba Dios en la Columna de Fuego morando bajo las alas de los querubines. Ahora, podemos ver el misterio del tabernáculo que construyó Moisés y del templo que construyó el rey Salomón, el misterio es: que tipifican a la Iglesia del Señor Jesucristo, ese Templo Espiritual que Cristo está construyendo. Por lo tanto, es tipo y figura, el templo que construyó Salomón y el que construyó Moisés del Templo Celestial de Dios, y por consiguiente es tipo y figura del pueblo de Dios del Nuevo Testamento, que es la Iglesia del Señor Jesucristo. Y ahora, Cristo en Espíritu Santo está en la América Latina y el Caribe en la construcción del Lugar Santísimo de Su Templo Espiritual, y lo está construyendo con piedras vivas que son seres humanos que reciben a Cristo como su Salvador en este tiempo final, y son bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo los bautiza con Espíritu Santo y Fuego y así obtienen el nuevo nacimiento, nacen en el Reino de Dios, en el Reino de Cristo en la etapa que les corresponde conforme al plano divino. Nace cada escogido de Dios en el Cuerpo Místico de Cristo, en la edad que le corresponde para el tiempo en que está viviendo. Los de la primera edad, pues nacieron en la primera edad; y ahora, los del Día Postrero pues nacen en la Edad de la Piedra Angular, en el Templo Espiritual de Cristo, y Cristo no puede dejar el Trono de Intercesión en el Cielo hasta que complete ese Templo Espiritual que es Su Iglesia. ¿Y cuándo lo completará? Cuando haya entrado al Cuerpo Místico de Cristo hasta el último escogido de Dios, y entonces se habrá completado la Casa de Dios, la familia de Dios, la Iglesia del Señor Jesucristo, el pueblo de Dios; y entonces Cristo presentará a Dios la Iglesia, Cristo hará la Obra de Reclamo, tomará el Título de Propiedad, el Libro de los Siete Sellos, lo cual en tipo y figura, Dios lo mostró a través del Rvdo. William Branham de cómo iba a ser tomado ese Título de Propiedad y abierto en el Cielo. Pero todavía está en la diestra de Dios, todavía no está en la mano de Cristo sino en la mano del Padre, en la diestra del Padre, porque Cristo está como Sumo Sacerdote haciendo intercesión en el Cielo, y El está llamando de edad en edad los escogidos que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero, que es el Libro de los Siete Sellos. El no puede tomar ese Libro hasta que haya redimido hasta el último que está escrito ahí en el Libro de los Siete Sellos, que es el Libro de la Vida del Cordero. Por lo tanto, de edad en edad El ha estado cumpliendo el contenido del Libro de los Siete Sellos. Pero todavía no ha completado el cumplimiento del Libro de los Siete Sellos, en donde están nuestros nombres escritos, y el que es de Dios la Voz de Dios oye, oye la Voz de Dios en la edad que le toca vivir. Para este tiempo Cristo está llamando y juntando Sus ovejas en Su redil, y El dijo: “También tengo otras ovejas que no son de este redil (o sea, que no son del pueblo hebreo, son de entre los gentiles), aquellas también debo traer, y oirán mi voz, y habrá un rebaño y un pastor.” El rebaño es la Iglesia del Señor Jesucristo, el pueblo de Dios del Nuevo Testamento, y el pastor es Jesucristo nuestro Salvador. Para este tiempo, la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final llama y junta a los escogidos de Dios de entre los gentiles, de la Iglesia del Señor Jesucristo, para colocarlos ¿dónde? En la Iglesia del Señor Jesucristo, es ahí donde Cristo ha estado llamando y juntando Sus ovejas de edad en edad. Por lo tanto, es en Su Iglesia que El, en este tiempo final, llama y junta Sus escogidos en la Edad de la Piedra Angular, y ese llamado surge en el territorio latinoamericano y caribeño y de ahí se extiende a otros continentes y a otras naciones, y donde quiera que haya escogidos de Dios, les llegará el mensaje y escucharán el mensaje, la Voz de Cristo en este tiempo final y vendrán a los pies de Cristo. Y todos los escogidos de Dios de este tiempo final recibirán la fe, la revelación para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. El Rvdo. William Branham dijo en la página 128 del libro de *“Los Sellos”* en español, que los truenos darán la fe para el rapto a la Iglesia, a la Novia. Sin los truenos no hay fe de rapto. ¿Y qué son los truenos? La Voz de Cristo, el Ángel Fuerte que desciende del Cielo, es la Voz de Cristo en este tiempo final, como fue la Voz de Cristo en las edades pasadas a través de los diferentes Mensajeros de las edades pasadas, será la Voz de Cristo en este tiempo final a través del Angel del Señor Jesucristo dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto. Por lo tanto, todas las cosas que deben suceder pronto serán reveladas a la Iglesia de Jesucristo por el Espíritu Santo a través del Angel del Señor Jesucristo, y así recibiremos la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. ¿Qué revelan los Siete Truenos? Revelan el misterio del Séptimo Sello, ¿qué es el Séptimo Sello? La Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. Ninguna persona puede recibir la transformación espiritual sin conocer y recibir la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención. Por eso se predica el Evangelio y se da a conocer el misterio de la Primera Venida de Cristo y Su muerte en la Cruz del Calvario por todos nosotros, y entonces las personas al escuchar, creen y proclaman con su boca que han creído, porque con el corazón se cree, pero con la boca se hace confesión para salvación. Ahora, cuando la persona recibe a Cristo como su Salvador arrepentido de sus pecados y es lavado con la Sangre de Cristo, Cristo lo limpia con Su Sangre, Cristo perdona sus pecados, la persona es bautizada en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y Cristo lo bautiza con Espíritu Santo y Fuego, y la persona obtiene el nuevo nacimiento, obtiene una transformación interior y viene a ser una nueva criatura, un nuevo hombre o una nueva mujer, es una nueva criatura, un bebé espiritual ha nacido en el Reino de Cristo, en el pueblo de Dios. Y ahora, se requiere, como hemos visto, tener la revelación de la Primera Venida de Cristo y Su Obra de Redención para poder recibir una transformación interior; y para recibir una transformación física, se necesita tener la revelación divina del Séptimo Sello, la revelación divina de la Segunda Venida de Cristo. Y los truenos de Apocalipsis, capítulo 10, que es la Voz de Cristo clamando como cuando ruge un león, es lo que revela, lo que da a conocer el misterio del Séptimo Sello, el misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. Ninguna persona podrá ser transformada físicamente y obtener el cuerpo físico glorificado, igual al cuerpo glorificado de Jesucristo, sin tener la revelación del Séptimo Sello, y la revelación del Séptimo Sello la dan los Siete Truenos de Apocalipsis, capítulo 10. Por lo tanto, el Espíritu Santo estará dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto, ¿cómo? ¿A través de quién fue dicho que será? A través del Angel que El envía para manifestar a Sus siervos las cosas que han de suceder pronto. No hay otra persona señalada en la Escritura para este tiempo final para dar a conocer las cosas que deben suceder pronto, como no hubo otra persona en cada edad, excepto el Mensajero de cada edad para Cristo en Espíritu Santo manifestarse y llamar y juntar Sus escogidos en cada edad y colocarlos en Su redil, en Su Iglesia, Su Cuerpo Místico de creyentes que es el pueblo de Dios. Y ahora, hemos visto las grandes bendiciones que Dios tiene para Su pueblo, el pueblo de Dios el cual está dentro del Nuevo Pacto, cubierto con la Sangre del Nuevo Pacto. Para ser pueblo de Dios hay que estar dentro del Nuevo Pacto, y para estar dentro del Nuevo Pacto, cubiertos con la Sangre del Pacto eterno, tenemos que recibir a Jesucristo como nuestro Salvador, lavar nuestros pecados en Su Sangre, ser bautizados en agua en Su Nombre, y recibir Su Espíritu Santo y así obtener el nuevo nacimiento. Por eso Cristo cuando resucitó luego envió a Sus discípulos a predicar el Evangelio, y dijo en San Marcos, capítulo 16, verso 15 al 16: “*Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.* *El que creyere y fuere bautizado, será salvo; mas el que no creyere, será condenado.”* Es un asunto de creer o no creer en nuestro amado Señor Jesucristo, el que cree y es bautizado en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, Cristo lo bautizará con Espíritu Santo y Fuego y así obtendrá el nuevo nacimiento y así obtendrá la salvación de su alma, será salvo. Hemos visto este misterio, por lo tanto, es un asunto de creer para ser salvo y vivir con Cristo en Su Reino por toda la eternidad como pueblo de Dios. El Apóstol San Pedro también habló de esto, en San Lucas también; San Lucas, capítulo 24, versos 46 al 47, dice: “*y les dijo: Así está escrito, y así fue necesario que el Cristo padeciese, y resucitase de los muertos al tercer día;* *y que se predicase en su nombre el arrepentimiento y el perdón de pecados en todas las naciones, comenzando desde Jerusalén.”* Por eso el Día de pentecostés San Pedro dijo en su mensaje en el capítulo 2, verso 36 en adelante del libro de los Hechos: “*Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.* *Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?* *Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.* *Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.* *Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.”* La generación caída de Adán es mortal, para ser salvo hay que recibir a Cristo: “*Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.”* Y ahora, ¿Qué hay que hacer para ser pueblo de Dios? “Arrepentíos y bautizaos en el nombre del Señor Jesucristo, y recibiréis el don del Espíritu Santo,” y así obtendrán el nuevo nacimiento, nacerán en el pueblo de Dios como niños en el pueblo de Dios. Y así tendrán la salvación y Vida eterna para el alma, para vivir en un nuevo cuerpo eterno que El nos dará, el cual será un cuerpo glorificado y joven, como el cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador, y así viviremos con Cristo por toda la eternidad, porque somos el pueblo de Dios del Nuevo Testamento, el pueblo celestial de Dios, el Israel Celestial de Dios. Y ahora, hemos visto, cómo entramos al pueblo celestial de Dios. Por lo tanto, todas las personas que ya han recibido a Cristo como su Salvador arrepentidos de sus pecados y han sido bautizados en agua en Su Nombre, Cristo prometió que les bautizaría con Espíritu Santo y fuego; y produciría en ustedes el nuevo nacimiento y vendrían a ser pueblo de Dios. Por lo tanto, ustedes tienen Vida eterna (los que ya han recibido a Cristo como su Salvador). ¿Dónde están? Aquí estamos presentes en esta noche. Los que no lo han recibido no tienen Vida eterna y no pertenecen al pueblo de Dios. Pero toda persona quiere pertenecer al pueblo de Dios, y sobre todo al pueblo celestial de Dios que recibirá un cuerpo nuevo y glorificado, como el cuerpo glorificado de Jesucristo nuestro Salvador y entonces seremos inmortales físicamente. ¿Qué pueden hacer las personas que todavía no son pueblo de Dios? Recibir a Cristo como su Salvador, arrepentido de sus pecados, y Cristo perdonará sus pecados, lo limpiará con Su Sangre preciosa de todo pecado, la persona es bautizada en agua en el Nombre de Jesucristo y Cristo lo bautizará con Espíritu Santo y Fuego, y así obtendrá el nuevo nacimiento y vendrá a ser parte del pueblo de Dios, vendrá a ser parte de la Iglesia del Señor Jesucristo que es el Israel Celestial, que es el pueblo celestial de Dios. Por lo tanto, en esta noche pueden levantar sus manos los que todavía no han recibido a Cristo como su Salvador, para que reciban a Cristo como su Salvador, y el Rvdo. Miguel Bermúdez Marín estará orando por ustedes, para que Cristo extienda Su misericordia sobre ustedes, perdone sus pecados, los limpie con Su Sangre preciosa, y sean bautizados en agua en el Nombre de Jesucristo y Cristo los bautice con Espíritu Santo y Fuego, y así obtengan el nuevo nacimiento, nazcan en el Reino de Cristo y vengan a ser pueblo de Dios, porque toda persona desea ser pueblo de Dios, desea pertenecer al pueblo de Dios que es la Iglesia del Señor Jesucristo. Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes en esta noche, dándoles testimonio de: “EL PUEBLO DE DIOS.” Ya hemos visto cuál es el pueblo de Dios, el pueblo celestial de Dios en el Nuevo Testamento: es la Iglesia del Señor Jesucristo. El pueblo terrenal de Dios como nación es el pueblo hebreo, pero el celestial es la Iglesia del Señor Jesucristo. ***Que las bendiciones de Jesucristo, nuestro Salvador, sean sobre todos ustedes y sobre mí también. En el Nombre del Señor Jesucristo. Amén y amén.*** Dejo nuevamente al Rvdo. Miguel Bermúdez Marín, para orar por las personas que levantarán sus manos para recibir a Cristo como su Salvador. También las personas que se han apartado de Cristo, pueden ser reconciliadas con Cristo en esta noche; y también los niños de trece años en adelante pueden recibir a Cristo como su Salvador, porque ya tienen suficiente edad para tener conocimiento del bien y del mal, y reconocer sus pecados y obtener el perdón de parte de Jesucristo nuestro Salvador. Dejo al Rvdo. Miguel Bermúdez Marín, el cual ya está aquí con nosotros para orar por las personas que levantarán sus manos para recibir a Cristo como su Salvador. Muchas gracias por vuestra amable atención, y pasen todos muy buenas noches. “**EL PUEBLO DE DIOS.”**