--- title: 'Estar siempre en el espiritu' date: 2002-02-15 activity: 1 place: city: Austin state: Texas country: US duration: 01:23:38 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenas noches, amados amigos y hermanos presentes; es para mí un privilegio y bendición grande estar con ustedes aquí en Austin, Texas, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Reciban todos saludos de mi esposa Erica y también de mis niñas América y Yahannah Gabriela. Para esta ocasión leemos en el libro del Apocalipsis, capítulo 1, verso 10 al 11, donde dice Juan el Apóstol: “*Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta,* *que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último. Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias que están en Asia: a Efeso, Esmirna, Pérgamo, Tiatira, Sardis, Filadelfia y Laodicea.”* Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. Para esta ocasión nuestro tema es: **“ESTAR SIEMPRE EN EL ESPIRITU.”** “**ESTAR SIEMPRE EN EL ESPIRITU.”** Y ahora, para estar siempre en el espíritu, ¿qué se puede hacer? Cristo nuestro Salvador para todos los creyentes en El les prometió darles el Espíritu Santo, y así la persona está siempre en el espíritu. En una ocasión El dijo que El tenía que irse para que el Espíritu Santo pudiera venir. Ellos no comprendieron esto, pero El les dijo: “Si yo no me voy, no puede venir el Espíritu Santo; pero si yo me voy, entonces yo lo enviaré.” Ahora, vean en San Juan, capítulo 14, verso 15 en adelante, dice: “*Si me amáis, guardad mis mandamientos.* *Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:* *el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.* *No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.* *Todavía un poco, y el mundo no me verá más; pero vosotros me veréis; porque yo vivo, vosotros también viviréis.* *En aquel día vosotros conoceréis que yo estoy en mi Padre, y vosotros en mí, y yo en vosotros.* *El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama; y el que me ama, será amado por mi Padre, y yo le amaré, y me manifestaré a él.* *Le dijo Judas (no el Iscariote)* (porque el Iscariote las preguntas que hacía era de dinero, pero éste no es Judas el Iscariote)*...* *Le dijo Judas (no el Iscariote): Señor, ¿cómo es que te manifestarás a nosotros, y no al mundo?* *Respondió Jesús y le dijo: El que me ama, mi palabra guardará; y mi Padre le amará, y vendremos a él, y haremos morada con él.* *El que no me ama, no guarda mis palabras; y la palabra que habéis oído no es mía, sino del Padre que me envió.* *Os he dicho estas cosas estando con vosotros.* *Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.”* Ahora, vean cómo aquí Cristo nos enseña que El va a enviar el Espíritu Santo, va a venir el Espíritu Santo, el Padre va a enviar el Espíritu Santo sobre los creyentes en Cristo. En otros lugares el mismo Cristo dice: “Yo lo enviaré del Padre.” Y ahora, el capítulo 15, versos 26, dice: “*Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre...”* Primero dijo que el Padre lo enviará, y ahora dice: ‘Yo lo enviaré del Padre.’ “*Pero cuando venga el Consolador, a quien yo os enviaré del Padre, el Espíritu de verdad, el cual procede del Padre, él dará testimonio acerca de mí.* *Y vosotros daréis testimonio también, porque habéis estado conmigo desde el principio.”* Y en el capítulo 16, verso 7 al 15, dice: “*Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya.”* Y ahora vean, ninguno de los discípulos del Señor Jesucristo, ningunas de las personas que seguía a Cristo, que eran muchos, muchos pero comparados con todo el pueblo hebreo, pues era un grupo pequeño, eran más de 500 personas, las cuales aparecieron con Cristo, o aparecieron cuando Cristo resucitó, estuvieron con El, lo vieron resucitado. Vean, ninguno de ellos quería que Cristo se fuera. Pero El dice: “Os conviene que yo me vaya.” Y ahora, cuando nuestros familiares parten, vean, no queremos que se vayan, pero cuando ya han terminado sus días aquí en la Tierra, conviene que se vayan a descansar al Paraíso, a la sexta dimensión, y después volverán en cuerpos glorificados. Pero ahora aquí conviene que Cristo se vaya para que envíe el Espíritu Santo y produzca una nueva raza, una nueva creación con el Espíritu de Dios en esas personas de esa nueva creación. “*...Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuese, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.* *Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.* *De pecado, por cuanto no creen en mí;* *de justicia, por cuanto voy al Padre, y no me veréis más;* *y de juicio, por cuanto el príncipe de este mundo ha sido ya juzgado.”* Ahora, vean que convenía que Cristo se fuera para que pudiera venir el Espíritu Santo, el Consolador, el otro Consolador del cual Cristo habló, porque el Espíritu Santo estaba en Cristo, el Consolador. Pero ahora vendría el Espíritu Santo en el corazón, en el alma de cada creyente, produciría el nuevo nacimiento y habitaría el Espíritu Santo en cada creyente. “*Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis sobrellevar.* *Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.”* Vean, el Espíritu Santo viene hablando, revelando las cosas del Padre Celestial, no hablará por su propia cuenta, sino que hablará la Palabra de Dios, y dará a conocer todas las cosas que han de suceder. “*El me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.* *Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.”* Y ahora, todas las cosas del Padre pasaron a Jesucristo y todas las cosas de Jesucristo pasan al Espíritu Santo para ser ministradas en la Iglesia del Señor Jesucristo, de etapa en etapa, de edad en edad, por medio del Mensajero de cada edad, y el Espíritu Santo viene y produce el nuevo nacimiento en las personas creyentes en Cristo que lo reciben como su Salvador, lavan sus pecados en la Sangre de Cristo y son bautizados en agua en el Nombre del Señor Jesucristo. Esas personas son las que reciben el Espíritu Santo, como nos enseña también San Pedro en el capítulo 2, del libro de los Hechos, versos 36 en adelante... 34 en adelante, dice: “*Porque David no subió a los cielos; pero él mismo dice: Dijo el Señor a mi Señor: Siéntate a mi diestra,* *Hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies.* *Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.* *Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?* *Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.”* ¿Qué dice San Pedro? Que se arrepientan de sus pecados, se bauticen en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y recibirán el Don del Espíritu Santo, recibirán el Espíritu Santo, y dice: “*...y recibiréis el don del Espíritu Santo.* *Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.* *Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.”* Para ser salvos de aquella perversa generación que ha continuado, la generación caída, encontramos que hay que recibir a Cristo como nuestro Salvador, lavar nuestros pecados en Su Sangre, ser bautizados en agua en Su Nombre, y recibir el Espíritu Santo y así nacer de nuevo; así se recibe el nuevo nacimiento y así se nace en una nueva creación, de la cual Cristo es la Cabeza. En Apocalipsis, capítulo 3, verso 14, dice que Cristo es el principio de la creación de Dios. Así como Adán es el principio de la creación de Dios que cayó, esa creación que cayó en el Huerto del Edén, Cristo es el principio de la nueva raza, de la nueva creación con Vida eterna, la cual es la Iglesia del Señor Jesucristo. Cristo es la Cabeza de la Iglesia, Cristo es el principio de la Iglesia, Cristo es el principio de la creación de Dios, de esa nueva raza que está siendo creada por Dios con Vida eterna. Vean, cuando el ser humano nace en la Tierra, nace en una creación caída, recibe un espíritu del mundo al nacer en esta Tierra, y recibe un cuerpo mortal, corruptible y temporal, pero ha nacido en una raza caída, la cual perdió el derecho a vivir eternamente; por eso nace el niño, crece, se hace un niño, un joven, un adulto, un anciano y después se muere, porque ha nacido en una raza caída, una raza que perdió el derecho a la Vida eterna. Pero ahora Cristo está llevando a cabo la creación de una nueva raza con Vida eterna. Cristo dijo: *“El que oye mi palabra, y cree al que me ha enviado, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas pasó de muerte a vida.”* (San Juan, capítulo 5, verso 24). ¿Y por qué los creyentes en Cristo viven en la Tierra y después se mueren? Porque el cuerpo todavía no ha sido redimido, todavía el cuerpo no ha sido transformado, todavía no ha recibido el cuerpo glorificado, y por eso muere nuestro cuerpo terrenal. Pero el Espíritu de Cristo que hemos recibido es inmortal, por lo tanto tenemos un espíritu inmortal, incorruptible de la sexta dimensión, el cual, vean ustedes, es el cuerpo angelical, teofánico de la sexta dimensión, un espíritu igual al cuerpo espiritual de Jesucristo, de la sexta dimensión; igual al cuerpo angelical llamado el Angel de Jehová o Angel del Pacto del Antiguo Testamento, así es nuestro cuerpo espiritual, nuestro espíritu de la sexta dimensión. Y ahora, tenemos un cuerpo espiritual de la sexta dimensión, teofánico, angelical, inmortal y jovencito para toda la eternidad. Por eso cuando el Rvdo. William Branham estuvo en el Paraíso visitando a los creyentes que habían sido convertidos en sus actividades o bajo el ministerio del Rvdo. William Branham, los vio a todos allá - los que habían partido los vio a todos allá, en cuerpos jovencitos que representaban de 18 a 21 años de edad. Y cuando nuestro hermano Branham se vio en medio de ellos, dijo: “¿Esto será un sueño, será una visión o será una realidad?” Dice que se mordió un dedo para ver si era realidad, y sintió tacto allí, porque en el cuerpo glorificado se siente también el tacto, o sea, se está consciente. Y luego se tocó la cabeza y dice que sintió todo el cabello que él tenía cuando joven. ¿No dice que la Escritura que ni un cabello de nuestra cabeza perecerá? Por lo tanto en el nuevo cuerpo teofánico angelical, tenemos todo el cabello que nos corresponde, y en el nuevo cuerpo físico glorificado vamos a tener también todo el cabello; o sea, que en palabras más claras: no va a haber personas que les falte el cabello, para decirlo en palabras nuestras acá: ni habrá niños, ni habrá viejos, ni habrá calvos tampoco, porque todo será perfecto allá. Ahora, no criticamos a los que se les cae el cabello, recuerden que es a causa de que el cuerpo es mortal, corruptible y temporal, por lo tanto todo lo que tenemos en el cuerpo es temporal; cuando se muere, mire, el que no se le ha caído el cabello mientras está vivo en este cuerpo, cuando se muere se le cae, allá en la tumba se le cae el cabello. ¿Ve? Pierde todo, la carne también. Así que - y aunque el cabello es de lo más que dura, igual que los huesos, quizás - no sé si el cabello dura más, pero queda... se cae ahí de la cabeza de las personas. Pero en el cuerpo angelical teofánico, ahí tenemos todos los cabellos que Dios ordenó para nosotros desde antes de la fundación del mundo; y luego en el cuerpo nuevo glorificado tendremos también todo el cabello, sin necesidad de pintarlo porque no se va a poner viejo; del color que Dios determinó, predestinó desde antes de la fundación del mundo para cada uno de ustedes y para mí también. Recuerden que nuestro hermano Branham cuando estuvo en el Paraíso vio personas jóvenes todas de 18 a 21 años de edad en apariencia, con diferentes colores de cabello; o sea, no es que una persona tenía diferentes colores, sino diferentes personas con colores diferentes, o sea, cada persona con el color que Dios le dio, le predestinó para esa persona desde antes de la fundación del mundo; vio personas con cabellos negros, otras con cabellos rubios, y así por el estilo; pero no vio a ninguno con el cabello blanco, ¿ve? Porque en el Paraíso por cuanto son cuerpos perfectos, cuerpos angelicales, todos tienen el cabello del color que Dios lo predestinó para la persona. Así también será en el cuerpo glorificado que hemos de recibir, y entonces seremos a imagen, cuerpo angelical, y semejanza, cuerpo físico glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo. Ahora, andamos siempre en el espíritu, en ese espíritu teofánico angelical, andamos en el Espíritu Santo, en el Espíritu de Cristo todos los días de nuestra vida, al haber recibido a Cristo como nuestro Salvador, haber lavado nuestros pecados en Su Sangre, haber sido bautizados en agua en Su Nombre y haber recibido Su Espíritu Santo; y vivimos no en el espíritu del mundo, sino en el Espíritu de Cristo, el Espíritu de Dios. Por eso estamos en el Cuerpo Místico de Cristo, por un espíritu tenemos entrada al Cuerpo Místico de Cristo, tenemos entrada a Cristo, tenemos entrada a Dios. Y así se cumple en nosotros lo que dijo Cristo a Nicodemo, cuando le dijo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca de nuevo no puede ver el Reino de Dios.” Nicodemo siendo un creyente en la Palabra dada por Dios al pueblo hebreo a través de Moisés, y los Profetas, y siendo un hombre fiel a Dios, y amando a Dios, y deseando entrar al Reino de Dios, le dice: “¿Puede acaso el hombre ya siendo viejo entrar en el vientre de su madre y nacer?” Porque ahora Cristo le coloca frente a él un problema para entrar al Reino de Dios, para ver el Reino de Dios, para entender el Reino de Dios. Y ahora, Nicodemo estando ya viejo, porque él dice: “¿Puede acaso el hombre ya siendo viejo?...” Si dice: ‘ya siendo viejo,’ es porque él estaba viejo, y él está interesado en su salvación, en entrar al Reino de Dios. “¿Puede acaso el hombre ya siendo viejo, entrar en el vientre de su madre y nacer de nuevo?” O sea, cuando Cristo le habla de un nuevo nacimiento él piensa que tiene que nacer a través de una mujer de nuevo, pero Cristo está hablando de un nuevo nacimiento, el cual no se requiere una mujer para que lo dé a luz nuevamente. Ahora, Nicodemo estaba interesado en nacer de nuevo, y su madre quizás estaba ya ancianita o quizás había muerto; y si fuese que el hombre tiene que nacer a través de su madre nuevamente, ¿qué de los que ya tienen su mamá que han muerto? Pues no podrían entrar al Reino de Dios. Pero ahora Cristo le enseña a Nicodemo: “De cierto, de cierto te digo, que el que no nazca del agua y del espíritu no puede entrar en el Reino de Dios.” O sea, Cristo le habla claro para que sepa cómo entrar al Reino de Dios. Y ahora, hay que entrar al Reino de Dios, y Cristo dice cómo: naciendo del agua y del espíritu. Por eso hay que recibir a Cristo como nuestro Salvador, lavar nuestros pecados en Su Sangre, ser bautizados en agua en Su Nombre, y entonces recibimos el Espíritu Santo, y así nacemos del agua y del espíritu, y entonces vivimos en el espíritu, el Espíritu de Cristo, el Espíritu Santo, todos los días de nuestra vida. Y así hemos obtenido el nuevo nacimiento y hemos obtenido un cuerpo espiritual, angelical de la sexta dimensión, eso es la imagen de Cristo, que es la imagen de Dios, porque Cristo, el Angel del Pacto en Su cuerpo angelical es la imagen del Dios invisible, y al nosotros recibir el Espíritu Santo recibimos un cuerpo angelical invisible, que es a imagen del cuerpo angelical de Jesucristo, por lo tanto es a imagen de Dios. Y para el Día Postrero recibiremos en adición un cuerpo físico, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado cuando Cristo resucite a los muertos creyentes en El en cuerpos glorificados y nos transforme a nosotros los que vivimos, y entonces viviremos no solamente en espíritu, sino en cuerpo también (cuerpo glorificado), todos los días de nuestra vida sirviendo a nuestro amado Señor Jesucristo. Ahora, mientras llega ese momento, pues vivimos y caminamos y estamos siempre en el espíritu, caminando y sometiendo nuestro cuerpo de carne a la obediencia de la Palabra de Dios; porque la carne se levanta contra el espíritu, pero el espíritu se levanta contra la carne y la somete a la Palabra de Dios. Hay una lucha, pero Cristo ha prometido darnos la gran victoria en el Amor Divino, aun en nuestra lucha interior. Ahora, encontramos que al recibir el Espíritu Santo pertenecemos a una nueva raza, a una nueva creación, y esa nueva raza, esa nueva creación es descendiente del segundo Adán. Ahora, cuando nacimos en la Tierra nacimos como descendientes del primer Adán, el cual cayó, por lo tanto nacimos en una raza caída, como seres caídos; pero por medio de Cristo al producir en nosotros el nuevo nacimiento, hemos obtenido el nuevo nacimiento y hemos nacido en una raza que no ha caído, de la cual Cristo es la Cabeza, porque Cristo no cayó; por lo tanto esta nueva raza está siendo creada, Cristo está creando una nueva raza, Cristo está reproduciéndose en una nueva raza, por lo tanto somos descendientes del segundo Adán. Ahora, descendientes del segundo Adán por medio del nuevo nacimiento, así como hemos sido descendientes del primer Adán al nacer por medio de nuestros padres terrenales. Ahora, vean cómo todo es sencillo y vean porqué Cristo le dijo a Nicodemo que era necesario nacer de nuevo para poder entrar al Reino de Dios. Así como para entrar en este reino terrenal y en esta dimensión terrenal que está controlada por el maligno tuvimos que nacer en esta Tierra, y por eso podemos participar aquí en la Tierra de las cosas de este mundo: trabajo, comida, y las demás cosas como auto, autos y así por el estilo, y todas las cosas que hay en este mundo. Pero para participar de las cosas celestiales hay que nacer de nuevo, hay que nacer del Cielo, por medio del nuevo nacimiento que produce Cristo al darnos Su Espíritu Santo. Y ahora, no hemos recibido el espíritu del mundo, al recibir el nuevo nacimiento, al recibir el Espíritu Santo; cuando recibimos el espíritu del mundo fue cuando nacimos en la Tierra por medio de nuestros padres terrenales, pero por medio del nuevo nacimiento hemos recibido el Espíritu del Cielo, el Espíritu de Dios, por lo tanto hemos nacido en el Reino de Dios, hemos nacido en el Reino de Cristo nuestro Salvador, como nos dice San Pablo en Colosenses, capítulo 1, verso 12 en adelante, donde dice: “*Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;* *el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo.”* Hemos sido trasladados al Reino de Jesucristo. Si hemos sido trasladados al Reino de Jesucristo, ¿de dónde nos trajo? Del reino de las tinieblas, nos sacó del reino de las tinieblas donde fuimos colocados al nacer en esta Tierra a través de nuestros padres terrenales. Ahora, así como Dios, el Angel de Jehová, Dios en el Angel de Jehová, Dios en Cristo en Su cuerpo angelical se manifestó para la liberación del pueblo hebreo y usó al Profeta Moisés, y libertó al pueblo hebreo de la esclavitud en Egipto, libertó al pueblo hebreo del imperio egipcio y el rey egipcio, el faraón. El faraón representa al diablo, por eso está también señalado como el dragón, y también como Rahab; y el reino del faraón representa el reino de las tinieblas, el reino del diablo, el reino de la quinta dimensión. Y ahora, el pueblo de Israel por cuanto es el pueblo de los siervos de Dios, ha reflejado lo que sucedería en el pueblo de los hijos e hijas de Dios. Recuerden que antes de venir la realidad siempre viene el tipo y figura, la sombra, se refleja primero lo que ha de venir; como cuando usted está caminando durante el día, y aún en la noche si hay luz, usted va caminando y la luz le da a usted y se refleja una sombra en el piso o en la pared; pero cuando usted llega al lugar, la sombra luego se convierte en la realidad, y ya la persona no está mirando la sombra, sino que está mirando la realidad. Y ahora, en el pueblo hebreo se reflejó el Israel celestial, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, el pueblo celestial; como también en los sacrificios de los animalitos como el sacrificio del cordero pascual y el sacrificio del macho cabrío se reflejó Cristo, nuestro Salvador. Mientras llegaba Cristo, tenían los sacrificios del cordero pascual y del macho cabrío y demás sacrificios, y la sangre del sacrificio del macho cabrío cubría los pecados de las personas, no los quitaba pero los cubría, y Dios pasaba por alto los pecados de la gente, como cuando una cosa está escondida de su vista y usted pasa, lo pasa por alto porque no lo ve, y Dios no veía los pecados de las personas, los creyentes del Antiguo Testamento porque estaban cubiertos con la Sangre de Cristo, nuestro Salvador. Y ahora, encontramos que cuando ya ha venido Cristo, ya fueron quitados los sacrificios del Antiguo Testamento, por lo tanto Dios ve los pecados de las personas si no están cubiertos, si no están quitados de las personas. Ya no se permite que sean cubiertos los pecados con sangre de animalitos, y por eso fueron quitados los sacrificios; y si alguna persona hace sacrificios de animalitos está fuera de tiempo, eso pertenecía al Antiguo Testamento, por eso para que el pueblo hebreo no pueda tener sacrificios en el templo, aun el templo fue destruido; por lo tanto no tienen ni sacrificios allá en el templo, ni tienen tampoco el arca del pacto, donde estaba la presencia de Dios sobre el propiciatorio. Ahora, se requiere que cada persona como individuo se enfrente a la realidad y quite sus pecados con la Sangre de Cristo, tenga el Sacrificio que tiene la Sangre que quita el pecado, ya no puede recurrir a los animalitos. Juan el Bautista cuando presentó a Cristo dijo: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.” Por lo tanto, ya no están cubiertos los pecados de los creyentes en Cristo, sino quitados con la Sangre de Jesucristo nuestro Salvador, la Sangre de Jesucristo nos limpia de todo pecado, no cubre el pecado sino que lo quita, nos limpia de todo pecado. Por lo tanto somos santificados, hemos sido purificados con la Sangre de Cristo, El ha lavado nuestras vestiduras con Su Sangre y Dios nos ve sin pecado, estamos justificados ante Dios, lo cual significa: como si nunca en la vida hubiésemos pecado. Y ahora, estamos en una nueva creación viviendo, y en esta nueva creación la primera parte de esa nueva creación es la creación en el campo espiritual, donde El nos da Su Espíritu, nos da así un cuerpo angelical teofánico, y entramos así a una nueva creación. Una nueva creación con Vida eterna tiene que primero ser efectuada en la sexta dimensión, en la dimensión de la Palabra, y luego se materializará físicamente en la Tierra, y eso se va a materializar físicamente lo que está *acá* adentro, se va a materializar físicamente cuando seamos transformados. Cuando estemos transformados de lo que no se veía, de esa transformación interior que El llevó a cabo, luego se materializará una transformación física también, y entonces tendremos el cuerpo físico, eterno, inmortal, incorruptible y glorificado, y entonces seremos físicamente también iguales a nuestro hermano mayor, nuestro amado Señor Jesucristo, y entonces viviremos también en cuerpos glorificados siempre delante de Dios, entonces siempre estaremos en espíritu y en cuerpo a imagen y semejanza de Cristo, sirviéndole todos los días de nuestra vida. Ahora, podemos ver que es una obra de creación divina la que Cristo está llevando a cabo, es una nueva raza con Vida eterna lo que Cristo está creando; aunque las personas solamente, la mayor parte de las personas en este mundo, han estado viendo este asunto de recibir a Cristo como nuestro Salvador, como algo así religioso meramente, pero no se han dado cuenta que es una nueva creación lo que El está llevando a cabo, una raza nueva con Vida eterna. Primero recibimos Vida eterna espiritual y después recibiremos Vida eterna física cuando tengamos el nuevo cuerpo. Ahora, podemos ver la bendición tan grande que nos ha tocado en el Programa Divino, ya estamos en el Reino de Cristo, en el mundo espiritual, pero en lo físico todavía estamos en el reino del maligno, porque los reinos de este mundo todavía están en las manos del enemigo, del diablo; pero los reinos de este mundo van a pasar a ser los reinos de nuestro amado Señor Jesucristo; en Apocalipsis, capítulo 11, dice esto, y entonces estará establecido en la Tierra el glorioso Reino Milenial de Cristo, y en ese Reino estaremos nosotros viviendo con cuerpos glorificados como Reyes y Sacerdotes. Dice Apocalipsis, capítulo 11, verso 15 en adelante: “*El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; y él reinará por los siglos de los siglos.* *Y los veinticuatro ancianos...”* Vean, los reinos de este mundo han venido a ser ¿de quién? De nuestro Señor Jesucristo, *‘de nuestro Señor y de su Cristo, y El reinará por los siglos de los siglos.’* Por lo tanto, el Reino para esta Tierra en este Séptimo Milenio que ha comenzado, en algún momento, pasarán a ser los reinos de todas las naciones, pasarán a ser de nuestro amado Señor Jesucristo. Esto es bajo el sonido de la Séptima Trompeta de Apocalipsis, capítulo 11, verso 15 en adelante. Y el que toca la Séptima Trompeta es o son los Dos Olivos, Moisés y Elías, que es el Angel que viene con el Sello del Dios vivo en Apocalipsis, capítulo 7, para llamar y juntar y sellar ciento cuarenta y cuatro mil hebreos (Apocalipsis, capítulo 7, verso 2 en adelante), porque en ese Angel estarán los ministerios de los Dos Olivos, los ministerios de Moisés y Elías, y vendrá tocando la final Trompeta, que es la Séptima Trompeta, la Trompeta del Evangelio del Reino; porque ése es el séptimo Angel Mensajero dispensacional, ése es el que llevará el Mensaje al pueblo hebreo. Por eso cuando el Rvdo. William Branham quiso llevar el Mensaje al pueblo hebreo, el Espíritu Santo se lo prohibió, y le dijo: “No es el tiempo, tiene que ser de acuerdo al tiempo y de acuerdo a la Escritura.” Luego el Rvdo. William Branham estuvo hablando acerca de este misterio del que le llevará el Mensaje al pueblo hebreo, y dijo que tiene que ser de acuerdo a la Escritura, tienen que ser los Dos Olivos, Moisés y Elías, ellos son los que tocan la Séptima Trompeta, ellos son los que le llevarán el Mensaje al pueblo hebreo. Por eso el Rvdo. William Branham no pudo ir al pueblo hebreo para llevar el Mensaje, aunque en El estaba el ministerio de Elías pero en su cuarta manifestación. Pero tiene que ser el ministerio de Elías en su quinta manifestación, juntamente con el ministerio de Moisés. Y ahora, vean ustedes cómo bajo la Séptima Trompeta, que suena, que suenan los Dos Olivos, Moisés y Elías, al pueblo hebreo, es que el pueblo hebreo recibirá el Mensaje, el Mensaje del Evangelio del Reino. Ahora, el Rvdo. William Branham dice... vamos a ver en el Mensaje: *“Fiesta de las Trompetas,”* vamos a buscar el extracto aquí en la página 128 y 129 del libro de *“Citas.”* Dice página 128, párrafo 1143, dice: “*Debajo de la Séptima Trompeta es para Israel lo mismo que el Séptimo Sello fue para la Iglesia.”* ¿Y qué es el Séptimo Sello para la Iglesia? La Segunda Venida de Cristo. Y lo mismo que el Séptimo Sello es para la Iglesia, la Segunda Venida de Cristo es la Séptima Trompeta para Israel. Luego en la página 129, párrafo 1150, dice: “*Ahora, tan pronto como esta Iglesia, el misterio del Séptimo Sello es conocido, y los judíos son llamados por el misterio de la Séptima Trompeta que son dos profetas, Elías y Moisés.”* Y ahora, pasamos al párrafo 1152 de la misma página 129, dice: “*El dijo que la Gran Trompeta tocará (La Gran Trompeta, no trompetas ahora, Fiesta de Trompetas, hay dos de ellos, Moisés y Elías para llamar las Trompetas), sino que debajo de la Gran Trompeta (la Venida del Señor, para anunciar a José viniendo, ¿ven?) todas las naciones se reunirían en Jerusalén. Se encuentra eso en el Libro de Isaías 27:13 es donde El toca esa trompeta y todas las naciones reconocerán que Israel está en su patria, Dios con ella. Entonces la Novia vendrá para estar con el Novio, el Novio con la Novia (y entonces el gran Milenio, después que el mundo entero sea destruido por poder atómico; y habrá Nuevos Cielos y un Nuevo Mundo) vivirán para siempre.”* Vean, durante la gran tribulación el mundo será destruido por poder atómico; o sea, el mundo, el sistema mundial, los sistemas mundiales serán destruidos por poder atómico, pero la Tierra no será destruida, pero los sistemas gentiles serán destruidos; luego Cristo regresará con Su Iglesia, regresará ¿de dónde? De la Casa del Padre Celestial, en donde estará con Su Iglesia por tres años y medio en la gran fiesta de la Cena de las Bodas del Cordero. Y luego que se cumpla ese lapso de tiempo en el Cielo, y se cumpla en la Tierra, se cumplan en la Tierra los tres años y medio de gran tribulación, entonces Cristo regresa con Su Iglesia a la Tierra para comenzar el gran Reino Milenial de Cristo. Ahora, la página 130 del libro de *“Citas,”* párrafo 1164, dice: “*Recuerden que los que están vivos y queden no impedirán a los que están durmiendo, porque la Trompeta de Dios, esa última Trompeta (la sexta acaba de tocar), y esa última Trompeta como el último Sello, será la Venida del Señor; tocará, y los muertos en Cristo se levantarán primero.”* ¿Ve? Es la Venida del Señor para la Iglesia y es la Venida del Señor para el pueblo hebreo. Bajo el Séptimo Sello: la Venida del Señor para la Iglesia; bajo la Séptima Trompeta: la Venida del Señor con Moisés y Elías para el pueblo hebreo, porque el Hijo del Hombre viene con Sus Angeles. “Y enviará Sus Angeles con gran Voz de Trompeta, y juntarán a sus escogidos desde un extremo del Cielo hasta el otro.” Juntarán ciento cuarenta y cuatro mil hebreos de la nación hebrea bajo esa Séptima Trompeta. Pero bajo el Séptimo Sello serán llamados y juntados los escogidos de Dios de la Iglesia del Señor Jesucristo del Día Postrero, o sea, que en los escogidos del pueblo hebreo, que son ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, están tipificados los escogidos de la Iglesia del Señor Jesucristo del Día Postrero. Ahora, los escogidos de la Iglesia del Señor Jesucristo del Día Postrero no serán ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, pero están representados en los ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, que después van a recibir el Mensaje. Ahora, no sabemos cuál será el número de los escogidos de la Iglesia del Señor Jesucristo para el Día Postrero. Mi deseo es que sean muchos. Ahora, como no sabemos, decimos: Bueno, lo importante es que yo sea uno de ellos, y lo importante es que yo creo que soy uno de ellos. Por lo tanto, siendo que cada uno de los que están recibiendo el Mensaje lo cree con toda su alma, ¿ve? Cuando estemos todos transformados entonces contaremos a todos y entonces veremos cuál era el número, pero ya tenemos la representación. Recuerden que la representación no quiere decir que será el mismo número que estaba en el tipo y figura. Ahora, está representado también en los ciento cincuenta y tres peces que fueron tomados en la red por Pedro y los Apóstoles, luego que Jesús resucitó, y eran peces grandes. Recuerden que los cristianos, los creyentes en Cristo están representados en peces, y los Apóstoles y los Angeles Mensajeros son los enviados de Dios, junto a esos Mensajeros están representados en pescadores. Por eso también para el Día Postrero, dice Cristo en la parábola de la red, que los Angeles estarán sacando la red y estarán sacando los peces buenos, y echándolos en cestas, y los peces malos echándolos fuera. Los peces malos para la gran tribulación, y peces y cangrejos y cosas así, para la gran tribulación; pero los peces buenos para el Reino de Cristo. ¿Ven? Esos peces buenos también fueron representados en los peces grandes, ciento cincuenta y tres peces, y ese número ciento cincuenta y tres representa, significa los escogidos de Dios, y son los escogidos de Dios del Día Postrero. Recuerden que en la visión que tuvo el Rvdo. William Branham de la tres diferentes etapas por las cuales pasaría el ministerio, encontramos que en la primera etapa y para la primera etapa el Angel lo colocó en un lago donde estaban muchas personas pescando, y le dijo que le iba a enseñar a pescar, y entonces tuvo una línea en su mano, con el anzuelo y la carnada y le dijo: “Tírala lo más lejos que puedas.” Porque el Evangelio hay que llevarlo hasta lo último de la Tierra. ¿Ve? O sea, que hay que llevar el Mensaje por todos los lugares, y él fue enviado a llevar el Mensaje por el mundo entero, por eso decía que le había dado la vuelta al mundo unas cuantas veces. Ahora, encontramos que el Angel le dice: “Ahora recuerda, para la primera fase o etapa, tira el anzuelo, la línea con el anzuelo y la carnada, y luego vas a halar suavemente, y los peces pequeños van a buscar la carnada.” Porque los peces pequeños no nadan tan rápido como los peces grandes, por lo tanto de acuerdo a los peces que se van a pescar hay que trabajar, los pescadores conocen eso. Miren, los pescadores que van en busca de peces grandes, casi siempre van en embarcaciones, en lanchas rápidas, y colocan el anzuelo en su línea, una línea gruesa, y un anzuelo grande, y algunas veces colocan una carnada grande o colocan algo de metal brilloso, y si usted los ve pescando, se maravillan porque algunas veces van en las lanchas rápido, y ustedes dicen: “¿Qué estará haciendo éste, paseando?” Y van pescando algunas veces, porque los peces grandes como son rápidos se van detrás de la carnada, y como nadan rápido agarran y ahí mismo los pescan. Otras veces pues se pueden detener donde saben que son áreas de peces grandes, pueden tirar y pescar también. Ahora, los pescadores de peces grandes son especialistas en eso, como los pescadores de peces pequeños también son especialistas en eso. Ahora, encontramos que el Angel le dice: “Ahora vas a halar lentamente, y los peces pequeños van a seguir la carnada. Esa es la primera parte, la primera etapa. Luego en la segunda etapa vas a halar un poco más rápido la línea, y la carnada se va a mover más rápido, y los peces pequeños van a estar siguiendo la carnada (porque lo que los peces pequeños no siguen el anzuelo o la línea de pescar, sino que lo que siguen es la carnada).” Y vean ustedes, le fue dicho al Rvdo. William Branham también que los milagros de sanidad divina y todos estos milagros es para atraer la atención de la gente. La primera etapa del halón suave era la señal en la mano, cuando tomaba la mano de la persona, si la persona tenía cierta enfermedad, su mano, su brazo se hinchaba, y él sentía ahí ciertas vibraciones, y también parece que el color del brazo cambiaba; pero principalmente las vibraciones por las cuales él discernía qué clase de enfermedad tenía la persona. Luego cuando oraba por la persona, luego la mano volvía a su normalidad. Esa fue la señal en la mano, ese fue el primer halón suave; y él mostró en público esa señal. Luego, la segunda señal fue la sanidad, orando por los enfermos y los enfermos sanándose, ese fue el halón más rápido. Dice el hermano Branham que cuando le tocó hacer el segundo halón, para lo cual los peces pequeños iban a estar siguiendo a la carnada, el anzuelo con la carnada, para que entonces los peces grandes vieran eso, y los peces grandes entonces siguieran a los peces pequeños, porque los peces grandes iban a seguir los peces pequeños; porque los peces pequeños iban viendo la carnada, pero los peces grandes iban viendo los peces pequeños para comérselos, porque los peces grandes viven de los peces más pequeños. Y ahora, cuando el hermano Branham hala su línea y los peces pequeños van siguiendo esa carnada, cuando la hala... vea, todavía los peces grandes no estaban siguiendo a los pequeños; ahora, da el halón tan fuerte que saca fuera la línea con todo y anzuelo y carnada, y cuando la saca fuera mira y ve como la piel de un pescado, y había pescado un pez pequeño, no de los peces grandes; porque los peces grandes es para la Tercera Etapa. ¿Ven? Representados en los ciento cincuenta y tres peces tomados por Pedro y los Apóstoles en la red. Y son los Angeles del Hijo del Hombre los que están a cargo de sacar la Red en el Día Postrero y tomar los peces buenos. Y ahora, el Angel cuando ve que el hermano Branham hace eso en la visión, y luego el hermano Branham ve que pescó un pescadito tan pequeño que parecía la piel de un pescado, y aun parecía también la misma carnada, de tan pequeño que era, y la línea se le enredó. Recuerden que cuando uno da un halón grande, la línea empieza a enredarse (si es una línea que uno ha enrollado en un pote o en un pedazo de madera, y si es en una caña de pescar, cuando da el halón y viene la línea con todo el anzuelo y la carnada y cae *aquí* a los pies, tiene un rollo de hilo de pescar ahí encima). Y el hermano Branham cuando se encontró con ese montón de hilo de pescar ahí frente a él con el pescadito pequeñito (porque había tirado el anzuelo bien lejos, por lo tanto mucho hilo había sido desenrollado). Y entonces cuando se le ve todo eso así: que está toda la línea enredada, la línea de pescar está enredada, y el hermano Branham comienza con los dientes como algunos pescadores, agarran por *aquí* por una partecita, agarran por *aquí* otra, y por *acá*, y comienza a desenredar la línea para volver a pescar. Algunas veces algunos pescadores lo que hacen es: la cortan y la botan, y la botan para un sitio donde no moleste, porque si se le enreda al hélice de un bote, ahí también se echa a peder el hélice del bote y ya no camina más la hélice del bote. Entonces cuando se ve así y está llorando por todo ese problema que tiene ahí frente a él con la línea de pescar, el Angel le dice... se va frente a él, el Angel siempre estaba a la parte de atrás de él, en el lado derecho, y se pasa al frente, lo mira fijamente y fuertemente pero con amor, y le dice: “Lo que te dije que no hicieras eso hiciste.” El hermano Branham le dice: “Pues Señor perdóname (le dice que es torpe), soy torpe (y así por el estilo).” Entonces recuerden que en esa visión en donde le está enseñando a pescar, lo que le está mostrando es el ministerio de Elías y sus tres etapas. Y ahora, no llegó a la Tercera Etapa. Luego el Angel le dice: “No dejes que la línea se te enrede en estos días (o sea, porque son días muy importantes).” Y de ahí es pasado a otra dimensión más arriba, ya no pudo llegar a la Tercera Etapa en esa dimensión más baja en donde estaba. Luego pasó a una dimensión más alta y vio una carpa grande. Ahora, el Rvdo. William Branham tuvo la muestra de lo que será la Tercera Etapa para la pesca de los peces grandes, para la pesca de los escogidos de Dios de la Iglesia del Señor Jesucristo y para los escogidos de Dios del pueblo hebreo. Ahora, Dios dio una muestra de lo que será la Tercera Etapa con la Palabra creadora siendo hablada, y lo subió a una etapa más alta, le mostró una gran carpa, y ahí vio que la Luz, la Columna de Fuego, el Pilar de Fuego que le acompañaba, se fue de él y se fue a hablarle a otro, a otra persona, y se fue a un cuartito pequeño, en donde las personas entraban enfermas (unos en camillas, otros con muletas), entraban por una puerta y salían por la otra sanos, y les preguntaban quien estaba entrevistándolos en la otra puerta; porque hubo una mujer en una puerta y la otra mujer en otra puerta, y tenían su grabadora, la que estaba en la otra puerta, para tomar el testimonio de las personas, y cuando le preguntaba: “¿Qué pasó ahí?” Porque salían sanados, salían sanos, y las personas decían: “No sé, solo que - solo sé que aconteció, solo sé que ocurrió el milagro pero no sé cómo sucedió.” O sea, que no podían decir: “Vino, impuso sus manos sobre mí, oró y quedé sanado o oró a Dios así sin poner sus manos sobre mí, pero lo oí orando a la persona por mí y entonces Dios me sanó.” Pero no podían decir cómo fue, porque no vieron ni oyeron cómo era que estaba sucediendo ahí. Y el Angel le dice: “Eso es la Tercera Etapa.” Luego el hermano Branham estuvo viendo todo eso, por lo tanto él al estar viendo todo eso y él no estar haciéndolo, entonces era otra persona el que estaba ministrando, y la Columna de Fuego estaba con otra persona. Pero luego el Angel fue con él a ese lugar, y entonces él vio allí todas las cosas; por eso en otra ocasión le dice el Angel: “¿Recuerdas el Nombre que buscabas cuando tuviste la visión, el sueño, la Visión de la Carpa?” Porque es que hay un Nombre allí. Siempre hay un Nombre en toda Obra que Dios hace. Por ejemplo en el Exodo, ahí estaba el Nombre del Angel de Jehová, y estaba el Nombre del Instrumento de Dios: Moisés. ¿Ven? Así que hay un nombre allí. Ahora, luego el hermano Branham fue con el Angel al cuartito pequeño y vio allí todo lo que estaba sucediendo. Ahora, podemos ver que eso es la Tercera Etapa a la cual él estando vivo no pudo llegar. El Angel le dijo, le había dicho primero en cuanto a la segunda etapa, a la primera y segunda etapa, que había dado un espectáculo público, mostrando públicamente todo y dice: “Y mira todos los imitadores que se levantaron, pero de esto no habrá imitación.” ¿Por qué? Porque nadie va a saber cómo será que van a ocurrir todas esas cosas. Ahora, encontramos que el Angel le dijo al hermano Branham, cuando le mostró la Visión de la Carpa, dijo: “Esto será la Tercera Etapa y tú no se lo dirás a nadie, no vas a descubrir el misterio, no vas a descubrir lo que yo te mostré allá dentro del cuartito pequeño.” Así que él vio cómo era que funcionaba. Pero no le podía decir a nadie, dijo: “Tendré que llevármelo como un secreto cuando me vaya.” Pero como eso corresponde a otra persona, esa parte para el tiempo final, porque ya no está el Rvdo. William Branham, por lo tanto, cuando venga la apretura dice el Rvdo. William Branham: “Entonces ustedes verán lo que han visto en parte.” Lo que fue visto en parte fue la manifestación del poder de Dios, donde El mostró cinco veces donde la poderosa mano de Dios fue manifestada; hubo más ocasiones, pero cinco ocasiones El mostró, cinco es un buen número, un número de gracia. Por lo tanto dio cinco ocasiones en donde el poderoso poder, el poder de Dios, la mano poderosa de Dios fue manifestada. Y vean, vino siempre por creación divina, por la Palabra creadora. Cuando la tormenta hecha poder y autoridad sobre la creación, sobre la naturaleza, cuando paró la tormenta, cuando le habló a la tormenta, y la tormenta se fue. La otra ocasión fue, no las estoy dando en orden, pero luego ustedes las pueden buscar y las encontrarán en el orden en que fueron dadas, o buscarán y verán el orden en que fueron efectuadas. También cuando habló la Palabra estando en Jeffersonville, y su esposa en Tucson, Arizona, e iba a ser intervenida quirúrgicamente por un médico para sacar un tumor del ovario, de uno de los ovarios. Pero el Angel le dijo: “Lo que tú digas sucederá.” El habló la Palabra, dijo que antes que el médico ponga su mano sobre ella, sobre el lugar, desaparezca; y así sucedió por la Palabra creadora. Eso, vean ustedes, está mostrando lo que será y cómo será la Tercera Etapa. Luego, la otra ocasión cuando él habló palabra para salvación de los hijos de una hermana, la hermana Hattie Wright, cuando ella dijo la palabra correcta acerca de lo que el hermano Branham estaba diciendo acerca de la creación de las ardillas, ella dijo: “Esa es la pura verdad.” El le dijo, el Espíritu le dijo ahí al hermano Branham: “Dile que pida lo que ella quiera y le será concedido.” El se lo dijo y ella no encontraba qué pedir. El le dijo: “Puedes pedir tal cosa, tal cosa.” Pero ella luego dijo: “Yo quiero la salvación de mis hijos.” Ese es el tesoro más grande que una persona puede pedir: La salvación de su familia. Y el hermano Branham dijo: “Yo te los doy en el Nombre del Señor.” Y allí cayeron compungidos de corazón y fueron salvos, pidió algo que sería para toda la eternidad; y pedir dinero, eso es temporal, si pedía la salud de su hermana o de su mamá, eso era temporal, juventud para su mamá o sanidad para su hermana o algún familiar, eso era temporal; pero la salvación, eso es para toda la eternidad, y la salvación de nuestros seres queridos es lo que nosotros queremos. Por lo tanto, habrá oportunidad para nuestros seres queridos. Y ahora, por esa Palabra creadora siendo hablada viene la oportunidad para nuestros seres queridos, y vienen todas las promesas correspondientes a la Tercera Etapa, viene también la revelación divina por esa Palabra creadora divina siendo hablada. Ahora, otra de las ocasiones fue cuando habló a existencia ardillas; algo que solamente vimos en Moisés creando, hablando la Palabra creadora para que vengan moscas, piojos y así por el estilo, y en Elías Tisbita, y también en alguna otra persona, y en Jesús de Nazaret también, creando peces para Pedro pescarlos, fue por creación divina; y multiplicando los panes y los peces, una obra de creación divina también; y creando vista a los ciegos, todas estas cosas son por creación divina. Vean, Cristo no oraba por los enfermos, ¿sabían ustedes eso? Jesucristo no oraba por los enfermos. El ordenaba. Ahora, tampoco Moisés oraba. Vean, cuando habló las plagas a existencias, él no estaba orando: “Señor envía moscas.” No. El dijo: “Vendrán moscas.” Esa fue la Palabra que Dios puso en su boca, no para que orara sino para que la hablará. Y cuando Moisés oró, clamó a Dios, cuando estaba frente al mar rojo, y Dios le dijo: “¿Por qué clamas a mí? ¿Por qué te pones a orarme a mí? ¡Habla y dí al pueblo que marche!” Ahora, vean ustedes porqué los ministerios de Moisés y Elías y de Jesús tienen que venir nuevamente para ser manifestados en el Día Postrero, están ligados a la Tercera Etapa para este tiempo final. Y ahora, ¿cuál fue la otra Miguel? La otra ocasión, la sanidad divina, la sanidad de la esposa, la creación de los peces, la salvación para los hijos de la hermana Hattie Wright, lo de la tormenta, ¿y la otra fue cuál? La resurrección del pececito, un pececito pequeñito que había sido pescado por un compañero de pesca de nuestro hermano Branham, y era tan pequeño que cuando lo sacó, lo sacaron, al sacarle el anzuelo se vino todo lo de adentro del pescadito en el anzuelo. Y la persona dijo algo así parecido, como: “Hasta hoy llegó, hasta hoy llegaste o hasta hoy llegó tu día.” Algo parecido, y lo tiró al agua de nuevo. Y Dios le había dicho al hermano Branham que ese día: “Hoy verán la gloria de Dios.” Y el hermano Branham se lo había dicho a los compañeros de pesca que iban con él: “Hoy van a ver la gloria de Dios manifestada.” Y fue echado al agua de nuevo el pescadito pero ya sin la parte de adentro que se le había salido y todo, muerto; es como si a usted le sacan las tripas, ¿qué van a tener? Un cadáver. Ahora, ¿no es eso lo que sucede cuando mueren las personas y les hacen la autopsia? ¿Pero cómo va a vivir de nuevo la persona? Cristo ha prometido una resurrección donde la gloria de Dios va a ser manifestada, como le dijo a Marta: “¿No te he dicho que si crees verás la gloria de Dios? Si creyeres verás la gloria de Dios.” Iba a ver la gloria de Dios con la resurrección de Lázaro, y vamos a ver la gloria de Dios manifestada con la resurrección de los muertos en Cristo y la transformación de nosotros los que vivimos. ¿Ve? Fue reflejada en la resurrección que Cristo llevó a cabo con Lázaro y fue reflejada en la resurrección de ese pececito, luego de media hora aproximadamente que transcurrió, luego el Espíritu Santo le dice a nuestro hermano Branham: “Háblale, habla a vida el pececito.” Y él le dice: “Pececito yo te doy la vida.” Y el pececito se movió, brincó y salió nadando, una resurrección. Y ahora, cualquier persona podrá decir: “Pero la gloria de Dios sería manifestada, ¿y eso tan sencillo fue?” Lo que pasa que significa esa resurrección de ese pececito: siendo que el cristianismo está representado en peces, vean ustedes, representa la resurrección de los cristianos en el Día Postrero, para el cual Cristo dijo: “Y yo le resucitaré en el Día Postrero.” Y va a resucitar a todos los creyentes en El de edades pasadas y a los creyentes de este tiempo también. Los creyentes de este tiempo aunque lleven - que han partido, aunque lleven algunos casi media hora delante de Dios, que son unos veinte y algo de años, que hayan partido, no tienen ningún problema, aunque le hayan sacado todo lo de adentro en la autopsia no hay ningún problema; si el pececito no tuvo ningún problema para resucitar, tampoco lo tendrán los creyentes en Cristo de edades pasadas y de nuestro tiempo tampoco. Cristo dijo: “¿No te he dicho que si creyeres verás la gloria de Dios?” La gloria de Dios será manifestada en la resurrección de los muertos en Cristo, la gloria de Jesucristo va a ser manifestada en toda Su plenitud, resucitando a los creyentes de edades pasadas y de nuestro tiempo que han partido; y cuando los veamos estarán en cuerpos nuevos y glorificados, y entonces veremos la gloria de Dios manifestada en nosotros también siendo transformados. La transformación es la manifestación de la gloria de Cristo en nosotros como la resurrección de los muertos es la gloria de Jesucristo manifestada en los muertos en Cristo que han partido. Por lo tanto, en esa resurrección de ese pececito, vean ustedes, fue vista la gloria de Dios en tipo y figura de lo que va a hacer en la resurrección de los muertos en Cristo. Y ahora, lo que fue visto en parte, va a ser visto en toda su plenitud manifestado en este tiempo final en la Tercera Etapa, bajo el ministerio del Espíritu Santo en el cumplimiento de la Visión de la Carpa, o sea, que estará el Espíritu Santo, el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, la Columna de Fuego estará manifestada en el cumplimiento de la Visión de la Carpa en toda Su plenitud, y eso será la Tercera Etapa. Pero el Angel le dijo: “De esto no vas a decir nada a nadie.” Esto es para que no hayan imitaciones, esto es para que el enemigo de Dios, el diablo, no sepa lo que es y lo que va a suceder y entonces no pueda imitar antes de que llegue lo que Dios va a realizar, para que no hayan interrupciones del Programa de Dios bajo la Tercera Etapa. La Tercera Etapa es la Palabra, la Espada en la mano. Por eso el Rvdo. William Branham y a través del Rvdo. William Branham Dios nos dio una muestra de lo que será la Tercera Etapa, la Espada en la mano, la Palabra en la boca del Profeta. Y ahora, para el Día Postrero Dios tendrá su Espada en otra persona. Por eso el Rvdo. William Branham dijo: “Permite que yo entregue esta Espada a otro.” Vean, vamos a leerlo aquí, y él dice que la Espada es la Tercera Etapa. Cuando le fue dada la Espada, fue colocada una Espada en su mano y le fue dicho: “Es la Espada del Rey, esta es la Espada del Rey.” Y solamente hay un Rey, y es Dios, El es el Rey de toda la creación. Y ahora, siendo la Espada del Rey, la Espada del Rey es la Palabra del Rey, la Palabra de Dios, la Palabra creadora de Dios. Y ahora, con esa Palabra fue que El realizó estos milagros. Y ahora, en la página 479 del libro de *“Los Sellos,”* último párrafo, dice, orando ya, dice: “*Ruego que me ayudes y me concedas ser sincero, honesto y verdadero para que así pueda llevar el Mensaje hasta donde me es ordenado llevarlo. Luego, cuando me llegue el tiempo de descanso, cuando llegue allá al río y me lleguen las olas* (o sea, cuando llegue el momento de partida, de morir)*... y me lleguen las olas, oh Dios, concede que pueda entregar esta Espada a otro que sea honrado y que lleve la verdad.”* Pueda entregar esta Espada, la Palabra; como se hace en una carrera de relevo de diferentes corredores: se va pasando el Testimonio que es un bastón, se va pasando de un corredor a otro, hasta que llega al último corredor. ¿Ve? Y Cristo lo pasó a los Apóstoles, de los Apóstoles a San Pablo para los gentiles, de San Pablo, el primer Angel Mensajero de los gentiles, al segundo Angel Mensajero, del segundo Angel Mensajero al tercero, del tercero al cuarto, del cuarto al quinto, del quinto al sexto, del sexto al séptimo, y del séptimo, el séptimo dice: “Permíteme que yo pueda entregar esta espada a otro.” Y eso, Elías, el cuarto Elías la entrega al quinto Elías. ¿Ve? Y el quinto Elías y segundo Moisés es el que tendrá en el Día Postrero la Espada de dos filos, la Palabra de Dios, por eso podrá cortar, partir, podrá cerrar los Cielos y podrá hablar todo lo que quiera, dice el hermano Branham. Por eso es que con la espada que es la Palabra que sale de su boca, él hará todas las cosas que tenga que hacer para este tiempo final; esa es la forma en que Dios obrará en este tiempo final, esta es la forma en que Cristo en Espíritu Santo obrará en este tiempo final, y toda revelación que tenga que venir tiene que venir por esa Espada, esa Palabra creadora de Dios. Así que, vean ustedes cómo está prometido para Dios obrar en este tiempo final. Ahora, podemos ver este gran misterio correspondiente al Día Postrero de la Tercera Etapa, por eso él quiso ir al pueblo hebreo y le fue prohibido, pero para este tiempo final el Espíritu Santo luego que termine de completar Su Iglesia, entonces se tornará al pueblo hebreo bajo el ministerio de Moisés y de Elías, a través del Angel que viene con el Sello del Dios vivo, que viene con el Espíritu Santo en el Día Postrero, a través del Angel del Señor Jesucristo. Ahí está el misterio de Dios para este tiempo final. Y ahora, nosotros somos los beneficiados de todo lo que Dios hará en este tiempo final; y de todas las bendiciones que Dios ha prometido para este tiempo final, nosotros somos los que recibiremos todas esas bendiciones, y recibiremos el conocimiento, el entendimiento de todas estas cosas que deben suceder pronto, porque Cristo dice: “*Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”* El Rvdo. William Branham dijo que este Angel del Señor Jesucristo es un espíritu de Profeta que le dio a Juan la revelación del Apocalipsis. Por lo tanto, ese espíritu de Profeta en el Día Postrero vendrá vestido de carne humana en medio de la Iglesia de Jesucristo, dándonos a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto. “*Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para manifestar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.”* (Apocalipsis 22, verso 6). La cita anterior fue Apocalipsis 22, verso 16. Ahora, hemos visto el misterio del ministerio del Día Postrero para el cumplimiento de la Tercera Etapa, y hemos visto que esto es para la Iglesia del Señor Jesucristo, que estará viviendo siempre en el espíritu de etapa en etapa, de edad en edad, o sea, los creyentes de la Iglesia con el Espíritu Santo, nacidos de nuevo y con cuerpos angelicales, y así estarán viviendo en el espíritu, en el espíritu teofánico angelical que El da a cada creyente. Por lo tanto, tendrán el Espíritu Santo y vivirán en el Espíritu todos los días de su vida, y servirán a Cristo en el espíritu, y estarán viendo en este tiempo final todas las cosas que Dios ha prometido para este tiempo final. Juan fue transportado en el espíritu, en el cuerpo angelical al Día Postrero, al Día del Señor, que es el Séptimo Milenio de Adán hacia acá y Tercer Milenio de Cristo hacia acá, para ver todas las cosas que iban a suceder. Por lo tanto, él vio de antemano todas las cosas que iban a suceder, y recibió esa revelación por medio de Cristo en Espíritu Santo a través de Su Angel Mensajero, porque fue el Angel del Señor Jesucristo el que le dio a Juan la revelación del Apocalipsis, con esos símbolos apocalípticos; fue en símbolos apocalípticos que fue dada la revelación del Apocalipsis, la revelación de Jesucristo a Juan el Apóstol a través del Angel del Señor Jesucristo. Y ahora, todos los escogidos de Dios de edad en edad nacidos de nuevo, han estado viviendo y sirviendo a Cristo en el espíritu. Para poder servir a Cristo hay que estar en el espíritu, hay que haber recibido a Cristo como nuestro Salvador, haber lavado nuestros pecados en Su Sangre, haber sido bautizados en agua en Su Nombre y haber recibido Su Espíritu Santo para estar en el espíritu, porque tales adoradores busca el Padre que le adoren. ¿Cuáles son esos adoradores? Los que adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque estarán en espíritu, en espíritu angelical teofánico, son los que han recibido el Espíritu Santo y han nacido de nuevo. Y dice la Escritura: “Si alguno no tiene el Espíritu de Dios, el tal no es de Dios.” Eso está en Romanos, capítulo 8, verso 8 al 16. Por lo tanto, se requiere que todo hijo de Dios esté siempre en el espíritu, sirviendo a Cristo en el espíritu todos los días de su vida, porque tales adoradores busca el Padre que le adoren, que le adoren el espíritu y en verdad. Y ahora, les ha tocado a los escogidos del Día Postrero estar siempre en el espíritu, adorando a Dios, sirviendo a Cristo y trabajando todos los días de su vida en la Obra del Señor Jesucristo. Ha sido para mí un privilegio grande estar con ustedes, dándoles testimonio en esta ocasión de: **“ESTAR SIEMPRE EN EL ESPIRITU.”** ***Que las bendiciones de Cristo, el Angel del Pacto, sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y continúe Cristo hablándonos, revelándonos todas las cosas que nosotros debemos conocer en este tiempo final, todas esas cosas que deben suceder en este tiempo final; y pronto se complete el número de los escogidos de Dios, y pronto Cristo se levante del Trono del Padre, tome el Título de Propiedad, lo abra en el Cielo, y haga Su Obra de Reclamo y resucite a los creyentes en El que han partido y nos transforme a nosotros los que vivimos. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.*** Ya fue puesto el tipo y figura, por lo tanto se tiene que materializar, se tiene que materializar todo lo correspondiente a este tiempo final. Ya la resurrección tiene que materializarse, está el tipo y figura de Lázaro resucitando y el tipo y figura del pececito siendo resucitado; por lo tanto los santos del Nuevo Testamento van a resucitar, y nosotros vamos a ser transformados, como Abraham y Sara fueron transformados; el padre de la fe fue transformado, por lo tanto los hijos de la fe serán transformados. Bueno, vamos a dejarlo ahí, ya eso continuaremos hablando para otra ocasión. Dejo nuevamente con ustedes a nuestro amado amigo y hermano Miguel Bermúdez Marín, para terminar nuestra parte, concluir nuestra parte en esta ocasión. Que Dios les bendiga y les guarde, y con nosotros nuevamente nuestro amigo y hermano, el Rvdo. Miguel Bermúdez Marín, y pasen todos muy buenas noches. “**ESTAR SIEMPRE EN EL ESPIRITU.”**