--- title: 'La Palabra que liberta' date: 2001-09-04 activity: 1 place: city: Villavicencio state: Meta country: CO duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenas tardes, amados amigos y hermanos presentes; es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Reciban todos saludos de mi esposa Erica y también los niños reciban saludos de América, quien les envió también saludos a todos los niños. Para esta ocasión leemos en San Juan, capítulo 8, versos 31 en adelante, 31 al 36, donde dice: “*Dijo entonces Jesús a los judíos que habían creído en él: Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis discípulos;* *y conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres.* *Le respondieron: Linaje de Abraham somos, y jamás hemos sido esclavos de nadie. ¿Cómo dices tú: Seréis libres?* *Jesús les respondió: De cierto, de cierto os digo, que todo aquel que hace pecado, esclavo es del pecado.* *Y el esclavo no queda en la casa para siempre; el hijo sí queda para siempre.* *Así que, si el Hijo os libertare, seréis verdaderamente libres.”* Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. Nuestro tema es: **“LA PALABRA QUE LIBERTA.”** Ese es el tema que estaba señalado para mañana, pero se nos adelantó la actividad por un día. Así que para esta ocasión nuestro tema es: **“LA PALABRA QUE LIBERTA.”** “**LA PALABRA QUE LIBERTA.”** Para poder comprender este tema: “LA PALABRA QUE LIBERTA,” tenemos que comprender que con la caída del ser humano en el Huerto del Edén, la raza humana quedó esclavizada en el reino de las tinieblas que es el reino del diablo, y quedó bajo el poder del maligno. Todo esto también fue reflejado, representado en el pueblo hebreo cuando quedó esclavizado en Egipto, pero luego vino Dios manifestado en la Columna de Fuego, el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, y llamó a Moisés y lo envió, y a través de Moisés se manifestó y libertó al pueblo hebreo, al Israel terrenal, a la descendencia terrenal de Abraham. Y esto es tipo y figura de la liberación que Dios llevaría a cabo en el Israel Celestial, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, toda persona escrita en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, para lo cual vino el mismo Angel del Pacto, el mismo Angel de Jehová en carne humana en la persona de Jesús de Nazaret, y llevó a cabo Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario y libertó al Israel Celestial, a cada miembro del Cuerpo Místico de Cristo escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo. Esas personas escritas en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo son los elegidos de Dios, los escogidos de Dios, los Primogénitos de Dios escritos en el Cielo. Apocalipsis nos habla de esto y también San Pablo en su carta a los Hebreos, capítulo 12, nos habla de la congregación de los Primogénitos de Dios escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero cuando nos dice en Hebreos, capítulo 12, versos 22 al 23: “*Sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles,* *a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos...”* ¿Dónde están inscritos los nombres de los Primogénitos de Dios? En los Cielos, en el Libro de la Vida del Cordero, que es el Libro de los Siete Sellos de Apocalipsis, capítulo 5, verso 1 en adelante y Apocalipsis, capítulo 10. “*A Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos,* *A Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel.”* Ahora, vean a lo que nos hemos acercado al recibir a Cristo como nuestro Salvador: nos hemos acercado al Monte de Sion, no al Monte Sinaí sino al Monte de Sion, que es la Iglesia del Señor Jesucristo, a la congregación de los Primogénitos, o sea, a la Iglesia del Señor Jesucristo compuesta por los Primogénitos de Dios escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. Y ahora, podemos ver que los Primogénitos escritos en el Cielo son los hijos e hijas de Dios que tenían que venir a la Tierra manifestados en carne humana. Y por cuanto la raza humana cayó cuando Adán y Eva cayeron, por lo tanto esos hijos e hijas de Dios, Primogénitos escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, con todo y eso tenían que venir a la Tierra, y entonces tenían que obtener un cuerpo físico mortal, corruptible y temporal, por cuanto la raza humana había caído cuando Adán y Eva cayeron. Por cuanto Adán es el representante de la raza humana, de esa primera Creación, todos los pertenecientes a esa primera Creación cayeron cuando Adán cayó; pero ahora tenemos un Segundo Adán que es nuestro amado Señor Jesucristo, y por medio del Segundo Adán todos son vivificados, todos somos traídos a Vida eterna. Y ahora, vean ustedes que es la Palabra la que liberta. Cristo, el Verbo, la Palabra, es el que liberta. Vean ustedes en San Juan, capítulo 1, verso 1 en adelante, dice: “*En el principio era el Verbo* (o sea, la Palabra)*, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.* *Este era en el principio con Dios.* *Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.* *En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.”* Y ahora, el Verbo que era con Dios y era Dios, es nada menos que el Angel del Pacto, el Angel de Jehová que salió de Dios, ese cuerpo angelical de Dios llamado el Angel del Pacto o Angel de Jehová, el cual libertó al pueblo hebreo, es el cuerpo angelical de Dios, en el cual Dios ha estado siempre en toda Su plenitud, ese es nada menos que el Angel de Jehová que libertó al pueblo hebreo, el que le apareció a Moisés en aquella zarza ardiente. Y ahora, este Angel del Pacto es nada menos que el Verbo que era con Dios y era Dios. El cuerpo angelical de Dios es llamado el Angel del Pacto o Angel de Jehová, porque el cuerpo angelical de Dios es un Hombre de la sexta dimensión. ¿De dónde salió? De Dios, es el principio de la Creación de Dios; y desde ese cuerpo angelical Dios creó todas las cosas, El es el Verbo que era con Dios y era Dios, y es aquella Luz verdadera que alumbra a todo hombre. “*Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo.* *En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.”* (San Juan, capítulo 1, verso 9 al 10). Y verso 11 en adelante, 11 al 14, dice, de San Juan, capítulo 1: “*A lo suyo vino* (o sea, al pueblo hebreo)*, y los suyos no le recibieron.* *Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios;* *los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.* *Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros.”* El Verbo, la Palabra se hizo carne, el cuerpo angelical de Dios se hizo carne y vino a ser Emanuel —Dios con nosotros— Dios con Su cuerpo angelical dentro de un cuerpo de carne, habitando en toda Su plenitud. Por eso El podía decir: “Si el Hijo os libertare seréis verdaderamente libres, conoceréis la verdad (o sea, conoceréis a Cristo que es la Verdad, porque El dijo: ‘Yo soy el camino, la verdad y la vida; y nadie viene al Padre sino por mí.’).” Por lo tanto, conocer a Cristo es conocer la verdad, y por consiguiente obtener la liberación, ser libertados del reino de las tinieblas y ser colocado en el Reino de nuestro amado Señor Jesucristo. En Colosenses, capítulo 1, San Pablo nos da testimonio de esto; capítulo 1, verso 12 en adelante, cuando nos dice: “*Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;* *el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo.”* Y ahora, vean ustedes, así como Cristo, el Angel del Pacto en el cual estaba Dios en el Antiguo Testamento, y le apareció a Moisés y por medio de Moisés libertó al pueblo hebreo, ahora ha estado libertando a los escogidos de Dios, al Israel Celestial, los ha libertado. Dice: “*El cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo,* *en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados.* *El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación.”* Cristo es el Primogénito de toda Creación, el Primero; o sea, que antes de Cristo en Su cuerpo teofánico solamente existía Dios; y luego lo primero que vino a existencia después de Dios estar existiendo eternamente, lo que vino a existencia fue el cuerpo angelical de Dios, llamado el Verbo de Dios que era con Dios y era Dios. O sea, esa imagen del Dios invisible ahora la tenemos en la sexta dimensión y es el cuerpo angelical de Dios, el cuerpo teofánico, llamado el Angel del Pacto o Angel de Jehová, en el cual Dios habitaba y continúa habitando en toda Su plenitud. Vean, en la misma forma El traería en Su Programa de Creación al ser humano. Y ahora, estando en Su cuerpo angelical, dice la Escritura que el Verbo era con Dios y era Dios, este era en el principio con Dios, por El fueron hechas todas las cosas. Ahora, Dios para llevar a cabo la Creación lo hizo por medio del Verbo que es Su cuerpo angelical, Su cuerpo teofánico, y llevó a cabo la creación del Universo completo, llevó a cabo toda la Creación. Y luego encontramos que también entre las cosas que Dios trajo a existencia, fue a Adán y lo trajo a existencia primeramente en la sexta dimensión, le dio un cuerpo teofánico angelical. En la misma forma en que Dios hizo consigo mismo: que trajo a existencia un cuerpo angelical para Sí mismo, el cual salió de Dios; ahora, de ese cuerpo angelical en donde Dios está, de ahí Dios trae a existencia, por la Palabra creadora hablada, todas las cosas. Todas las cosas, toda la Creación viene de Dios a través de Cristo, el Angel del Pacto, a través del Verbo, a través del cuerpo angelical de Dios, en el cual Dios ha morado en toda Su plenitud. Ahora, recuerden que el mismo Dios está dentro de Su Programa de Creación. Ahora en Dios estaba Su cuerpo angelical y Su cuerpo de carne también, pero no estaba manifestado; como en usted están los hijos que usted va a tener como padre, pero hasta que se une con su esposa pueden venir esos hijos que están en usted; como Abraham diezmando a Dios, allí estaba diezmando también Leví y todavía Leví no había nacido, ni siquiera había nacido Jacob, ni siquiera había nacido Isaac y ya Leví está diezmando a Melquisedec. Ahora, vean ustedes, Dios creó al ser humano a Su imagen y a Su semejanza; por lo tanto si queremos conocer a Dios tenemos que saber que el ser humano siendo a Su imagen y a Su semejanza, entonces si el ser humano tiene alma, tiene espíritu y tiene cuerpo, pues Dios tiene que tener Alma, Espíritu y Cuerpo, porque de otra forma el ser humano entonces no sería a imagen y semejanza de Dios, creado por Dios. Y ahora, ¿cómo vamos a ver, a entender este misterio de Dios siendo Alma, Espíritu y Cuerpo? Eso es sencillo: Dios el Creador de los Cielos y de la Tierra antes de tener Su cuerpo angelical, eso es Dios, Alma; luego cuando de Dios sale Su cuerpo angelical, Su cuerpo teofánico, ese es el Espíritu, cuerpo espiritual; porque el espíritu es un cuerpo de otra dimensión, tanto el suyo también. Ahora, cuando Dios se crea un cuerpo de carne en el vientre de la virgen María, una célula de sangre, de vida, la cual se multiplica célula sobre célula, Dios está creándose Su cuerpo de carne, el cual luego del tiempo correcto o determinado por Dios para estar en el vientre de María —digamos nueve meses—, luego nació en Belén de Judea conforme a la profecía, y Dios moró en ese cuerpo de carne en toda Su plenitud. Por lo tanto el cuerpo de carne de Dios tenía que pasar por una etapa de Adopción también. Vean, Dios pasando por todas las etapas, como también Adán tenía que pasar, pero Adán pecó. Pero vean ustedes, Cristo no pecó y por lo tanto El obtuvo la Adopción, y significa que al ser adoptado Jesús, ese es el cuerpo de carne de Dios para toda la eternidad, ese es el cuerpo físico de Dios, esa es la semejanza física y humana de Dios: Jesús. Vean cuán grande es nuestro amado Señor Jesucristo. Y ahora, por cuanto Jesús fue adoptado, fue glorificado Su cuerpo y se sentó en el Trono de Dios. Y ahora, Jesús sentado en el Trono de Dios, esto es Dios sentado con Su cuerpo físico de carne pero glorificado, en Su Trono Celestial, y ahí tenemos a Dios en Alma, Espíritu y cuerpo glorificado; y el ser humano es alma, espíritu y cuerpo. Ahora, hemos recibido el cuerpo físico mortal, corruptible y temporal, porque la raza humana había caído, y por consiguiente hemos tenido que venir de todos modos en este tiempo en el cual nos ha tocado vivir. Pero Dios tiene para todos nosotros un cuerpo eterno, inmortal, incorruptible y glorificado que El predestinó y diseñó para nosotros desde antes de la fundación del mundo, pero El nos permite venir en estos cuerpos mortales y tener esta experiencia única, para hacer contacto con la Vida eterna que es Cristo, recibirlo como nuestro Salvador, lavar nuestros pecados en Su Sangre, ser bautizados en Su Nombre y recibir Su Espíritu Santo, y recibir así el nuevo nacimiento y recibir el cuerpo angelical, cuerpo teofánico, y tener un cuerpo teofánico angelical como el cuerpo angelical de nuestro amado Señor Jesucristo. Y por eso es que Dios está llevando a cabo una Nueva Creación con Vida eterna; ya la Creación antigua cayó, por lo tanto esa Creación antigua no puede ser glorificado, no puede ser adoptado, no pudo ser ni será. Pero ahora la Nueva Creación, la cual Dios está llevando a cabo por medio de Cristo, es una Nueva Creación que recibe un espíritu del Cielo; porque el espíritu que recibimos cuando nacemos en la Tierra es del mundo, de la quinta dimensión, porque nacimos en medio de una raza caída, por lo tanto nacimos como descendientes de Adán, que cayó y por consiguiente quedó esclavizado en el reino de las tinieblas, reino del diablo. Pero ahora, Cristo así como en Su cuerpo angelical fue a Egipto a través de Moisés y libertó al pueblo hebreo, ahora Cristo, el Angel del Pacto descendió en carne humana para libertarnos a nosotros del reino de las tinieblas, Cristo, el Verbo, la Palabra. Por eso El podía decir: “Si el Hijo os libertare seréis verdaderamente libres.” Porque el Hijo es la Palabra, el Verbo que era con Dios y era Dios, y al hacerse carne sigue siendo con Dios y sigue siendo Dios, por eso El dijo: “El Padre y yo una cosa somos.” Como usted: su cuerpo y usted son una cosa, o sea, que forman un ser humano terrenal. Usted sin el cuerpo de carne, pues usted no es un ser humano terrenal, ya pasa a otra dimensión. Ahora, el Verbo hecho carne, el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, el cuerpo angelical de Dios en un cuerpo de carne manifestado, es nada menos que el Hijo que liberta a todos los hijos e hijas de Dios, a todos los demás Primogénitos que estarían cautivos en el reino de las tinieblas, el reino del diablo. El diablo fue representado en el faraón, y el reino del diablo fue representado en el imperio o reino del faraón allá en Egipto. Ahora, vean ustedes, cómo Cristo, el Verbo, la Palabra, se hizo carne para llevar a cabo la liberación de todos Sus hermanos. Dice: “Anunciaré a mis hermanos Tu Nombre.” Así que somos hermanos menores de Jesucristo nuestro Salvador. ¿Que somos hermanos de Jesucristo? Vamos a ver si la Biblia así lo dice. En Hebreos, capítulo 2, verso 9 en adelante, dice: “*Pero vemos a aquel que fue hecho un poco menor que los ángeles, a Jesús, coronado de gloria y de honra, a causa del padecimiento de la muerte, para que por la gracia de Dios gustase la muerte por todos.* *Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas* (¿por qué causa son todas las cosas? Por Cristo)*...* *Porque convenía a aquel por cuya causa son todas las cosas, y por quien todas las cosas subsisten* (vean, todas las cosas continúan existiendo por medio ¿de quién? De Cristo) *que habiendo de llevar muchos hijos a la gloria* (¿ven? Muchos hijos, hijos de Dios por medio de Cristo)*... habiendo de llevar muchos hijos a la gloria, perfeccionase por aflicciones al autor de la salvación de ellos.* *Porque el que santifica y los que son santificados, de uno son todos; por lo cual no se avergüenza de llamarlos hermanos.”* Y nosotros no nos avergonzamos de llamarlo a El: “Nuestro Hermano mayor.” Sino que nos da orgullo el decir que tenemos un Hermano mayor y se llama: Nuestro amado Señor Jesucristo. Y El nos llevará a la Gloria y El nos llevará a la glorificación, El nos llevará a ser a imagen y semejanza Suya, El nos llevará a obtener el cuerpo glorificado, así como ha hecho para que obtengamos el cuerpo teofánico y angelical. Todo esto es una Obra de nuestro amado Hermano Mayor: Jesucristo nuestro Salvador. “*Diciendo:* *Anunciaré a mis hermanos tu nombre,* *En medio de la congregación te alabaré.* *Y otra vez:* *Yo confiaré en él.* *Y de nuevo:* *He aquí, yo y los hijos que Dios me dio.* *Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, él también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo,* *y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.* *Porque ciertamente no socorrió a los ángeles, sino que socorrió a la descendencia de Abraham.* *Por lo cual debía ser en todo semejante a sus hermanos, para venir a ser misericordioso y fiel sumo sacerdote en lo que a Dios se refiere, para expiar los pecados del pueblo.* *Pues en cuanto él mismo padeció siendo tentado, es poderoso para socorrer a los que son tentados.”* Ahora, vean quién es nuestro amado Señor Jesucristo, y ahora vean porqué El vino en carne human a la Tierra: vino para libertarnos a todos nosotros del reino del diablo, del reino de las tinieblas, y El nos ha colocado en Su Reino al nosotros recibirle como nuestro Salvador, lavar nuestros pecados en Su Sangre, ser bautizados en Su Nombre y recibir Su Espíritu Santo, y así recibir un cuerpo angelical teofánico de la sexta dimensión. Ya teniendo el nuevo nacimiento y teniendo el cuerpo angelical, ya pertenecemos a un nuevo Reino: el Reino de nuestro amado Señor Jesucristo, y aunque todavía tenemos el cuerpo de carne mortal, corruptible y temporal, un cuerpo que pertenece a esta dimensión terrenal, y por consiguiente está sujeto a la dimensión o reino de las tinieblas, por eso la muerte entró por un hombre a la raza humana y por eso nuestro cuerpo físico está sujeto a la muerte, y la muerte es de la quinta dimensión, del reino de las tinieblas. Y el diablo es el príncipe o rey de la muerte, es la muerte personificada en ese arcángel caído. Ahora, Cristo nos libertará físicamente también de la muerte física cuando se complete el número de los escogidos de Dios en el Cuerpo Místico de Cristo nuestro Salvador, o sea, en la Iglesia del Señor Jesucristo. Por eso es que Cristo todavía no ha salido del Trono del Padre, no ha tomado el Título de Propiedad y no ha hecho Su Obra de Reclamo, y no ha resucitado a los muertos en Cristo y no nos ha transformado físicamente a nosotros: porque todavía El está llamando y juntando a Sus escogidos del Día Postrero, correspondientes a la Edad de la Piedra Angular. Y cuando se complete ese número... porque ya El de edades pasadas ya fue llamado y fue colocado en el Reino de Cristo, fueron sellados en el Reino de Cristo por el Espíritu Santo; pero ahora le ha tocado al grupo final, al grupo de la Edad de la Piedra Angular, esa edad se está cumpliendo en la América Latina y el Caribe, y de ahí se extiende el Mensaje por todas las demás naciones para llegar hasta el corazón de cada persona que tiene su nombre escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. Y todo eso tiene que ocurrir antes que se abra el Séptimo Sello; o sea, que antes que Cristo tome el Libro y lo abra en el Cielo, tiene que cumplirse todo esto del llamado de los escogidos de Dios, y tienen que ser libertados del reino de las tinieblas y colocados en el Reino de Cristo. Y ahora, Cristo, el Angel del Pacto, de edad en edad ha estado enviando a cada Angel Mensajero de cada edad, y se ha estado manifestando a través de cada Angel Mensajero y ha estado llamando y juntando Sus escogidos, y así los ha estado libertando y colocando en Su Reino: el Reino de Cristo. Ahora, encontramos que estos Angeles Mensajeros son la Palabra prometida para cada edad, para ser llamados los escogidos de cada edad. A través de estos Angeles Mensajeros ha estado Cristo, el Angel del Pacto velado y revelado, hablando y llamando Sus escogidos de cada edad a través del Mensaje que ha colocado en el corazón, en la mente y en la boca de cada uno de esos Mensajeros. Cuando han aparecido esos Mensajeros con el Mensaje de Dios para su edad, ellos han sido la Palabra prometida para su edad, hecha carne en el Mensajero de cada edad, y luego se hace carne en los miembros de la Iglesia de Jesucristo cuando reciben la Palabra, cuando son colocados en el Cuerpo Místico de Cristo, entonces ese Mensaje se hace carne en ellos también cuando reciben ese Mensaje. Y el Mensajero como Mensajero es la Palabra hecha carne para su edad, y los creyentes de esa edad son la Palabra hecha carne para esa edad como Cuerpo Místico de creyentes, y se hace carne en cada uno de los miembros de la Iglesia de Jesucristo esa Palabra prometida para cada edad, y así es vindicada, vivificada, traída a vida la Palabra prometida para cada edad. Ya hemos tenido la Palabra prometida, vindicada para cada edad, vivificada en el Mensajero de cada edad y en el Cuerpo Místico de Cristo de cada edad. Y ahora, la promesa es que para este tiempo final, para la Edad de la Piedra Angular, la Iglesia del Señor Jesucristo estaría esperando la Palabra prometida que fuese vindicada, vivificada, traída a vida, cumplida en medio de Su Iglesia; tiene que venir vivificada en carne humana, y para lo cual tiene que venir un Mensajero enviado por Cristo, el cual tiene que ser la manifestación de un espíritu o cuerpo angelical teofánico, manifestado en carne humana en el Día Postrero. Así como fue la manifestación de cada Angel Mensajero: fue la manifestación de un cuerpo angelical teofánico en cada Angel Mensajero, los cuales son los siete espíritus de Dios que recorren toda la Tierra y son las siete lámparas de fuego que están delante de Dios en el Cielo, delante del Trono o alrededor del Trono, delante del Trono. Y ahora, es por medio de la Palabra, el Verbo, que son llamados y juntados los escogidos de Dios, son libertados los escogidos de Dios en cada edad. Y ahora, para la liberación de los escogidos de Dios del Día Postrero, El dice: “*Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”* \[Nota - Apocalipsis 22:16\]. Esa Palabra prometida es vindicada en este tiempo final, en la Edad de la Piedra Angular, enviando Cristo a Su Angel Mensajero, ese espíritu teofánico angelical en carne humana en este tiempo, para a través de El Cristo manifestarse y hablarle a Su Iglesia, porque El coloca Sus pensamientos, Su Palabra en el corazón, la mente y la boca de ese Mensajero, para hablar todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final. Por eso en Apocalipsis, capítulo 4, verso 1, dice Cristo con esa Voz de Trompeta: “Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.” La Iglesia ha ido subiendo de edad en edad como por una escalera para llegar al tiempo final, a la Edad de la Piedra Angular. Y ahora, en cada edad el Espíritu Santo ha estado en el Mensajero de cada edad, y los creyentes de cada edad escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, han tenido que subir a la edad correspondiente. Ahora, vean ustedes, el llamado es cada día más arriba, sube más arriba, y más arriba hasta que llega al tiempo final donde dice: “*Sube acá* (o sea, a la Edad de la Piedra Angular, la Edad del Trono)*, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas.”* Y en Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, dice: “*Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.”* Y ahora, vean ustedes, por medio de quién es que serán dadas a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto: es por medio del Angel del Señor Jesucristo. El Rvdo. William Branham hablando de este Angel dijo: “Este es un espíritu de Profeta, ese es un Profeta.” Y si es un espíritu de Profeta tiene que aparecer en la Tierra manifestado en carne humana, para ser el Profeta del tiempo en que aparece en ese tiempo o en esa edad. Es ese Angel el Profeta de la Edad de la Piedra Angular y es el Profeta de la Dispensación del Reino, con el Mensaje de la Dispensación del Reino que es el séptimo Mensaje dispensacional; en ese Mensaje encontraremos todas las revelaciones divinas correspondientes a este tiempo final, y encontraremos todas las cosas que deben suceder pronto, reveladas a la Iglesia del Señor Jesucristo. Y así es como para este tiempo final Cristo estará libertando a Sus hijos y los estará colocando en Su Cuerpo Místico de creyentes, en la etapa de la Edad de la Piedra Angular y les estará revelando todas estas cosas que deben suceder pronto, y los estará preparando para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Ahora, hemos llegado al tiempo en donde así como Cristo estuvo en cada edad velado y revelado en el Angel Mensajero de cada edad, ¿y cómo podemos conocer a Cristo en cada edad velado y revelado en el Angel Mensajero de cada edad? ¿Cómo es identificado? Es identificado por el Mensaje que trajo Cristo en Espíritu Santo a través del Mensajero de cada edad, y cumplió la promesa correspondiente a cada edad, fue vivificada la promesa en carne humana, se hizo realidad, se hizo carne en medio de la Iglesia en esta dimensión terrenal, y por consiguiente fueron libertados los escogidos de Dios de cada edad; así es para este tiempo final en el cual nos ha tocado vivir a nosotros. Y la Palabra que liberta es la que liberta a los escogidos de Dios y los coloca en el Cuerpo Místico de Cristo, en la Edad de la Piedra Angular en unión con Cristo nuestro Salvador. Vean cómo dice el Rvdo. William Branham que sucedió en las edades pasadas, lo cual luego para este tiempo final tiene que ser en la misma forma. En la página 265 del libro de *“Las Edades,”* del libro de *“Las Siete Edades de la Iglesia,”* dice el Rvdo. William Branham, el penúltimo párrafo, dice: “*Y le daré la estrella de la mañana.* *Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente, y de la mañana.’ (Apocalipsis 22:16).* ‘*Hasta que el día esclarezca, y el lucero de la mañana salga en vuestros corazones.’ (Segunda de Pedro 1:19).* *Según estos versículos, Jesús es la Estrella de la Mañana. El Espíritu está haciendo una promesa a los escogidos de las Edades del Oscurantismo en relación a Sí mismo, y luego a las edades por venir.* *Como ya hemos mencionado, Jesús se identifica con el mensajero de cada edad.”* ¿Con quién se identifica Jesucristo? Con el Mensajero de cada edad, en cada edad. ¿Con quién se tenía que identificar en la primera edad? Con San Pablo. ¿Con quién se tenía que identificar en la segunda edad? Con Irenio. ¿Con quién se tenía que identificar en la tercera edad? Con Martín. ¿Con quién tenía que identificar en la cuarta edad? Con Colombo. ¿Con quién tenía que identificarse en la quinta edad? Con Lutero. ¿Con quién tenía que identificarse en la sexta edad? Con Wesley. ¿Con quién tenía que identificarse en la séptima edad? Con Elías en su cuarta manifestación que fue el Rvdo. William Branham. ¿Y con quién tiene que identificarse en la Edad de la Piedra Angular? Con el Angel del Señor Jesucristo. Y en cada edad tiene que identificarse en y con la edad correspondiente; o sea, que no va a identificarse con otra edad, sino con la edad vigente en el tiempo en que El se identifica a través de cada Mensajero; y así es para nuestro tiempo también. “*Jesús se identifica con el mensajero de cada edad. Ellos reciben de El la revelación de la Palabra para cada edad. Esta revelación de la Palabra saca del mundo a los escogidos de Dios y los coloca en unión completa con Cristo.”* ¿Cómo son sacados del mundo y colocados en unión completa con Cristo, en el Cuerpo Místico de Cristo? Por medio de la manifestación de Cristo, identificándose con estos Mensajeros y manifestándose a través de ellos, y colocando Su Palabra en el corazón de ellos y ellos hablando esa Palabra, pero hablando ellos esa Palabra ungidos con el Espíritu Santo. Era Cristo en ellos y será Cristo en el Angel del Señor Jesucristo en este tiempo final, para sacar siempre del mundo a los escogidos de Dios y colocarlos en unión completa con Cristo en Su Cuerpo Místico de creyentes. O sea, que no nos puede colocar en unión con Cristo en una religión como el budismo u otra religión, sino con Cristo en el Cuerpo Místico de Cristo, en la Iglesia del Señor Jesucristo; y todo eso ocurre en medio del cristianismo. Ahora, ni siquiera los puede colocar en unión completa con Cristo dentro del judaísmo, sino dentro del cristianismo, en el Cuerpo Místico de Cristo. “*Estos mensajeros son llamados estrellas porque brillan con una Luz prestada o reflejada, la Luz del Hijo, Jesús. También son llamados estrellas porque son ‘portadores de luz’ en la noche. Así que en la oscuridad del pecado, ellos traen la Luz de Dios a Su pueblo.”* Ahora, vean lo importante en el Programa Divino que son estos Mensajeros de Dios de las siete edades y el de la Edad de la Piedra Angular, porque son los instrumentos de Cristo para manifestarse en medio de Su Iglesia, y llamar y juntar Sus escogidos de cada edad. Ahora, hemos visto cómo es que la Palabra que liberta, liberta a toda persona que tiene escrito en el Cielo su nombre, en el Libro de la Vida del Cordero. Ya Cristo hizo la Obra de Redención, la Obra de liberación, pero para que se haga realidad en la vida de la persona, tiene que llegar hasta él la Palabra de Dios, tiene que recibirla en su alma, en su corazón, y tiene que ser bautizado en el Nombre del Señor Jesucristo habiendo reconocido a Cristo como su Salvador y lavado sus pecados en la Sangre de Cristo, y entonces Cristo le da el Espíritu Santo y así obtiene el nuevo nacimiento, y es colocada la persona en unión completa con Cristo, en el Cuerpo Místico de Cristo que es Su Iglesia. Así como la planta de trigo es el cuerpo del grano de trigo que fue sembrado, la Iglesia del Señor Jesucristo es el Cuerpo de Cristo, el Grano de trigo que fue sembrado en tierra. El dijo en San Juan, capítulo 12, verso 24: “Si el grano de trigo no cae en tierra y muere, él solo queda; pero si cae en tierra y muere, mucho fruto lleva (o sea, muchos hijos e hijas de Dios).” Ahora, vean ustedes, cómo los granos de trigo, productos del grano de trigo que fue sembrado en tierra, ¿dónde usted va a buscar los granos de trigo de un grano de trigo que fue sembrado en tierra? ¿Los va a buscar en un árbol de mangó? ¿Los va a buscar en un árbol de naranjas o de toronjas? No, tiene que ir a buscarlos en la planta de trigo que produjo ese grano de trigo. Y la planta de trigo es la Iglesia del Señor Jesucristo, ahí es que tienen que obtener el nuevo nacimiento, nacer en la Iglesia de Jesucristo, en la planta de trigo todos los hijos e hijas de Dios, que son el producto de Cristo, el Grano de trigo que fue sembrado en tierra, son el producto de la Palabra, Cristo, el Verbo que se hizo carne y llevó a cabo la Obra de Redención en la Cruz del Calvario como Cordero de Dios. Y ahora, hemos visto cómo Cristo, la Palabra, el Verbo de etapa en etapa está llamando y juntando a Sus escogidos, y se está materializando en ellos la liberación de Cristo, están siendo libertados del reino de las tinieblas y colocados en el Reino de Jesucristo, la Iglesia del Señor Jesucristo; y en ese tiempo en el Programa de Cristo les toca a los escogidos del Día Postrero, los últimos escogidos de la planta de trigo: de la Iglesia del Señor Jesucristo correspondientes a la Edad de la Piedra Angular. Y ahora, en la planta de trigo, los granos de trigo que maduran y son cosechados estando en la planta de trigo son los que han recibido la lluvia tardía, y reciben el sol que les madura, los madura, y el sol que madura es el sol ¿de qué? Del verano. Y son los granos de trigo que están en la parte alta de la planta de trigo los que reciben el sol y la lluvia tardía de la enseñanza de la Segunda Venida de Cristo, y reciben también la lluvia temprana de la enseñanza de la Primera Venida de Cristo. ¿La lluvia temprana la necesitamos para qué? Siendo la lluvia de la enseñanza de la Primera Venida de Cristo se necesita para la persona obtener la revelación divina de cómo obtener el perdón de sus pecados y obtener el bautismo en agua en el Nombre del Señor Jesucristo, y recibir el Espíritu Santo y obtener el nuevo nacimiento. Si no tiene ese conocimiento no puede obtener el nuevo nacimiento, porque una persona no nace de nuevo si no recibe a Cristo como su Salvador, si no lava sus pecados en la Sangre de Cristo y si no recibe Su Espíritu Santo; por eso se predica el Evangelio de la Gracia, la lluvia temprana que es la revelación de la Primera Venida de Cristo como Cordero de Dios quitando el pecado del mundo en la Cruz del Calvario en Su Obra de Redención. Todos los escogidos de Dios tienen que pasar primero por la lluvia temprana, para poder obtener el perdón de sus pecados, recibiendo a Cristo como su Salvador, y obtener el perdón de sus pecados y ser bautizados en Su Nombre, y recibir Su Espíritu Santo y obtener así el nuevo nacimiento, y ser colocados en el Cuerpo Místico de Cristo, o sea, nacer de nuevo, nacer en la planta de trigo, que es la Iglesia del Señor Jesucristo. Y para esas personas que estarán viviendo en el Día Postrero les viene de parte del Cielo un Mensaje celestial: de la lluvia de la enseñanza de la Segunda Venida de Cristo, la enseñanza del Séptimo Sello como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, para obtener la fe para ser transformados y llevados con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero. Así como recibimos el cuerpo angelical teofánico por medio de creer en Cristo, y no podemos creer si no recibimos la lluvia temprana de la enseñanza de la Primera Venida de Cristo, pues ninguna persona puede creer si primero no escucha. Ahora, podemos ver porqué Cristo ordenó ir por todo el mundo y predicar el Evangelio, el que creyere y fuere bautizado será salvo, mas el que no creyere será condenado. ¿Cómo van a creer si no hay quien les predique? ¿Ven? Tienen que recibir la predicación del Evangelio, recibir un Mensaje para poder creer y poder obtener los beneficios de la Obra de Cristo como Redentor, y recibir el cuerpo angelical teofánico y obtener así el nuevo nacimiento. Y para recibir el cuerpo físico glorificado, tiene que haber un Mensaje, y ese Mensaje tiene que girar alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, ese es el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta del Evangelio del Reino, revelando el misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, revelando el misterio del Séptimo Sello de Apocalipsis, capítulo 8, verso 1. Con la revelación de ese misterio siendo proclamada esa revelación, son llamados y juntados los escogidos de Dios para ser preparados, y son preparados para ser transformados en el Día Postrero, porque todos los escogidos de Dios del Día Postrero, así como hemos creído en la primera lluvia, hemos recibido la primera lluvia: la lluvia temprana, la lluvia de la enseñanza de la Primera Venida de Cristo, en adición en este tiempo final los escogidos estarían recibiendo también la lluvia tardía de la enseñanza de la Segunda Venida de Cristo, para recibir su transformación. No habrá transformación sin lluvia tardía, no habrá transformación para nadie sin la enseñanza del Séptimo Sello, la enseñanza de la Segunda Venida de Cristo, por lo tanto la Palabra prometida para el Día Postrero tiene que estar hecha carne en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo para poder llamar y juntar los escogidos a una nueva edad. Vean, nadie sabe de una nueva edad: la Edad de la Piedra Angular, y nadie sabe de una nueva dispensación: la Dispensación del Reino, excepto los que suben a la Edad de la Piedra Angular y entran a una nueva dispensación. Ahora, estamos viviendo en un tiempo de entrelace dispensacional como en el tiempo de Jesús, en donde todavía la Dispensación de la Gracia se extiende un poco más, pero la Dispensación del Reino se entrelaza, se une con la Dispensación de la Gracia como sucedió dos mil años atrás en la Primera Venida de Cristo, en donde la Dispensación de la Ley se extendió un poquito más y la Dispensación de la Gracia se unió, o sea, queda una encima de la otra, eso es un entrelace, quedan así entrelazadas. Y luego que se lleva a cabo la Obra de Redención en la Cruz del Calvario, después de eso ya sigue sola la Dispensación de la Gracia, y terminó la Dispensación de la Ley allí en la Cruz del Calvario. Ahora, estamos en un entrelace dispensacional, todavía tenemos la Dispensación de la Gracia y la Dispensación del Reino se está entrelazando. No puede una dispensación de parte de Dios comenzar independiente de la dispensación que está vigente, que está llegando a su final, tiene que entrelazarse para luego seguir sola más adelante. Es como en las carreras de relevos, donde hay —digamos— cuatro grupos de cuatro corredores —digamos—, o podríamos hacerlo de ocho corredores, y un corredor no puede salir solo; de los que está más adelante, sale el primero con... ¿cómo le llaman? El testimonio; y el primero sale con el testimonio de Jesucristo, con la Palabra para cada edad, San Pablo fue el primero y después le siguió ¿quién? Irenio. Ahora, vean ustedes, hubo un entrelace ahí como en las carreras: el que viene con el testimonio lo tiene que entregar al otro que le corresponde, al que le corresponde pues comienza a correr un poco, pero no puede seguir su carrera sin agarrar, sin tomar del que está terminando su carrera, sin tomar el testimonio, ese cetro, si se va solo sin tomar el cetro queda fuera de carrera, por lo tanto no tiene ninguna conexión con el que traía el testimonio, el Mensaje, la Palabra. Ahora, así es en el campo espiritual. Vean ustedes, hay siete edades, o sea, un relevo del testimonio, de la Palabra, del Mensaje de un Mensajero a otro, y luego el que corre el último tramo es el octavo Mensajero de la Edad de la Piedra Angular, él lo tiene que tomar del séptimo Mensajero para seguir la carrera. ¿Y habrá hablado el Rvdo. William Branham acerca de este misterio? Vamos a ver en el libro de *“Los Sellos,”* para ver si él habló algo de esto, porque si no habló nada, entonces no hay nada prometido. Dice en la página 479 del libro del *“Los Sellos,”* dice: “*Luego, Señor, ruego que me ayudes. Estoy comenzando a decaer.”* ¿Y por qué está comenzando a decaer? Porque siempre en la tarde el sol después de la tarde empieza a decaer, cuando llegan las cuatro de la tarde ha decaído más, cuando llegan las cinco ha decaído muchísimo, ya la persona sale al sol y no se quema casi, no así al mediodía, ya cuando llegan las seis ha decaído tanto que en algunas temporadas del año ya es oscuro, en algunos países. Juan el Bautista dijo, cuando le dijeron acerca de Jesús: “Mira aquel del cual tú distes testimonio, ahora a El le siguen más personas que a ti y bautiza más personas que tú.” Juan les dice: “No puede el hombre (o sea, Jesús) hacer nada de sí mismo, si no le fuere dado por Dios; a El le conviene crecer, y a mí menguar.” Juan era el sol en la tarde, pero Jesús dijo: “Yo soy la Luz del mundo.” Por lo tanto Cristo, el Sol de Justicia iba naciendo. En Malaquías, capítulo 4, verso 2, dice: “A los que temen mi nombre (¿qué dice?) nacerá el Sol de justicia.” No un sol que va a decaer, sino un Sol que está naciendo para alumbrar el mundo entero. “*Sé que mis días sobre la tierra ya no pueden ser muchos* (esto fue en el 63, y en el 65 partió)*. Ruego que me ayudes y me concedas ser sincero, honesto y verdadero para que así pueda llevar el Mensaje hasta donde me es ordenado llevarlo. Luego, cuando me llegue el tiempo de descanso, cuando llegue allá al río y me lleguen las olas, oh Dios, concede que pueda entregar esta Espada a otro que sea honrado y que lleve la verdad* (esta Espada, la Palabra, el Mensaje, el cetro, el testimonio).” Estaba hablado que la Palabra iba a pasar, pasaría de uno a otro: pasó de Pablo a Irenio, de Irenio a Martín, de Martín ¿a quién? A Colombo, de Colombo a Lutero, de Lutero a Wesley, de Wesley al Rvdo. William Branham, y del Rvdo. William Branham tiene que pasar al Angel del Señor Jesucristo. Y ahora, vamos a ver en el libro de *“Citas,”* que son extractos de diferentes Mensajes del Rvdo. William Branham. Dice en la página 157, párrafo 1407, dice: “*Estoy solamente edificando. La hora está cerca a la mano cuando Uds. van a ver pasar algo, cuando algo va a tener lugar y todo este fundamento, aquí sólo ha sido colocando una base para un corto mensaje rápido que sacudirá toda la nación.”* Ahora, el Rvdo. William Branham puso el fundamento, eso es lo que hace un precursor; Juan el Bautista puso el fundamento para el que vendría después de él. Y ahora, aquí el Rvdo. William Branham pone el fundamento para un Mensaje que vendrá más adelante, después de su Mensaje. Y ahora, en la página 119, párrafo 1058, dice: “*Tal vez sea que estoy construyendo una plataforma para que alguien más suba en ella.”* Una plataforma estaba construyendo, dice, como Juan el Bautista construyó una plataforma y dijo que después de él vendría otro, y los que estarían con ese otro serían los que recibirían ¿qué? El Espíritu Santo: “El les bautizará con Espíritu Santo y fuego.” Y eso es para recibir el cuerpo angelical. Para este tiempo final en adición vamos a recibir el cuerpo físico y glorificado, y la plataforma está colocada por el Rvdo. William Branham para algo importante. Aquí dice: “*Tal vez sea que estoy construyendo una plataforma para que alguien más suba en ella...”* ¿Y quién podrá subir a esa plataforma? Pues el que viene después de él, y tiene que venir para una nueva edad: la Edad de la Piedra Angular, y tiene que venir para una nueva dispensación: la Dispensación del Reino, y solamente hay uno señalado en la Biblia y Jesús dijo quién es. “*Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias.”* “*Tal vez yo sea llevado antes de este tiempo... pero yo creo que estamos tan cerca que yo no me moriré de edad avanzada. Y siendo de cincuenta y cuatro años, no me moriré viejo* (o sea, ‘no me moriré de viejo.’) *hasta que El esté aquí, o sólo que sea disparado, asesinado o alguna otra cosa* (o sea, algún accidente o enfermedad)*, de algún modo muerto pero no por la edad avanzada hasta que El venga, tal vez yo no lo haré pero este mensaje introducirá a Jesucristo al mundo, así como Juan el Bautista fue enviado como precursor a la primera venida, así este mensaje será precursor de la segunda venida y Juan dijo ‘He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo,’ así es que será paralelo en todo y yo sé que será.”* Ahora, con estas tres, con dos era suficiente, pero con tres es mucho mejor, porque tres testigos dan testimonio en el Cielo: el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y tres testigos dan testimonio también en la Tierra; y también en el Monte de la Transfiguración hubo tres testigos allí: Jesús, Moisés y Elías, tres testimonios o Testigos celestiales, y hubo tres testigos terrenales: Pedro, Jacobo y Juan. Y hemos tenido tres testigos escriturales, tres Escrituras que dan testimonio de que para este tiempo final habrá un Mensaje y ya el fundamento lo puso Dios a través del Rvdo. William Branham, y habrá una plataforma para que alguien más suba a ella, y habrá una persona, al cual le será entregada la Espada, la Palabra de Dios para este tiempo final. Y el único que podrá cumplir con todas esas promesas es el enviado de nuestro amado Señor Jesucristo. Ninguna otra persona lo podrá hacer, porque solamente el enviado de Jesucristo está ordenado para ese propósito. Ninguna persona por sí mismo lo podrá hacer, porque esto no es un asunto de fuerza humana, de sabiduría humana, de inteligencia humana, sino del Espíritu de Dios. Por lo tanto, “no es con ejércitos ni con fuerza, sino con mí Espíritu, ha dicho el Señor.” Así ha sido la Obra de Cristo creando Su Iglesia y creando esta Nueva Raza llamada la Iglesia de Jesucristo, compuesta por los redimidos por Jesucristo nuestro Salvador. Y ahora, hemos visto que pertenecemos a una Nueva Raza con Vida eterna, ya El nos ha dado Vida eterna y nos ha dado un cuerpo angelical teofánico, en la misma forma en que Dios hizo consigo mismo: dándose El mismo un cuerpo teofánico angelical, y luego dándole un cuerpo teofánico a Adán, así ha hecho con todos nosotros. Vean, Cristo antes de venir a la Tierra tenía un cuerpo angelical llamado el Angel del Pacto, y ahora El nos ha dado a nosotros un cuerpo angelical de la sexta dimensión, porque el de la quinta dimensión que obtuvimos cuando nacimos en la Tierra, con ese no llegamos a ningún lugar, se requería un nuevo nacimiento, el cual Cristo nos ha dado. Y con el cuerpo físico no podremos heredar la Vida eterna física, porque es corruptible, temporal y mortal, porque la carne y la sangre no pueden heredar el Reino de Dios, ni la corrupción hereda la incorrupción. O sea, que este cuerpo corruptible no puede vivir eternamente sin corromperse, llega a un tiempo donde se envejece y muere, y luego se corrompe y los gusanos se lo comen, porque es temporal, pero el nuevo cuerpo es inmortal, es incorruptible y es glorificado, igual al cuerpo glorificado de nuestro amado Señor Jesucristo. Y si es algo grande y maravilloso estar en estos cuerpos mortales, ¿cómo será en el nuevo cuerpo? Ahora, esto no es del que quiere ni del que corre, sino de Dios que tiene Misericordia, es un asunto de elección divina. El fue el que les eligió a ustedes y a mí para ser parte de Su Cuerpo Místico, y para heredar la Vida eterna. El nos predestinó para obtener un cuerpo angelical, y luego en el final del tiempo en el Día Postrero, obtener también el cuerpo físico inmortal, incorruptible y glorificado, el cual estamos esperando y vamos a recibirlo muy pronto, cuando se complete el número de los escogidos de Dios. Por eso es que llevamos el Mensaje por todos los lugares con gozo, con animo y con fe, con revelación, sabiendo, conociendo el trabajo que El nos ha encomendado para este tiempo, y sabiendo que con el trabajo que llevamos a cabo se va a completar el número de los escogidos de Dios en el Cuerpo Místico del Señor Jesucristo. Por lo tanto, trabajamos en la Obra de Cristo no como obligados ni empujados, sino con gozo, con alegría, agradeciéndole a Cristo el privilegio que nos da de trabajar en Su Obra y de ser colaboradores con Cristo en Su Obra, en la creación de una Nueva Raza que El está creando. Ahora, hemos visto el misterio de cómo es que El está creando esta Nueva Raza: es por medio de la Palabra que liberta, el cual es Cristo; y El ha prometido, ha hablado Palabra para cada edad, y cuando es vivificada, cumplida esa Palabra, ahí son llamados y juntados los escogidos de Dios y reciben Vida eterna, porque son colocados en unión con Cristo en el Cuerpo Místico de Cristo nuestro Salvador; y así se cumple lo dicho por Cristo: “Mis ovejas oyen mi Voz y me siguen.” Y también las palabras que dijo: “Yo soy el Buen Pastor, y el Buen Pastor su vida da por la ovejas:” “*También tengo otras ovejas que no son de este redil* (o sea, que no son del pueblo hebreo)*; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor.”* (San Juan, capítulo 10, verso 14 al 16). Y Cristo ha estado llamando esas ovejas que estarían entre los gentiles, y las ha estado colocando ¿dónde? En Su Redil que es Su Iglesia. Es por medio de la Palabra creadora, Cristo nuestro Salvador manifestado en cada edad, que se ha estado realizando el llamado de liberación para cada persona que tiene su nombre escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, y así han estado siendo libertados del reino de las tinieblas, del reino del diablo, y han estado siendo colocados ¿dónde? En el Reino de Jesucristo nuestro Salvador, en la Iglesia del Señor Jesucristo. “**LA PALABRA QUE LIBERTA.”** “Conoceréis la verdad y la verdad os libertará.” Y Jesucristo dijo: “Yo Soy el camino, la verdad y la vida; y nadie viene al Padre, sino por mí.” Por lo tanto, conociendo a Cristo en cada edad son libertados los escogidos de Dios escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. Cristo ya hizo la Obra de Redención, de liberación, pero la persona tiene que aceptar a Cristo para que se materialice en la persona esa Obra de Redención, y sea libertada la persona del reino de las tinieblas y colocado en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador. “**LA PALABRA QUE LIBERTA.”** Hemos visto: La Palabra que liberta, Cristo nuestro Salvador, el Verbo que era con Cristo y era Dios, el cual estuvo en la Tierra dos mil años atrás en carne humana, y el cual ha estado en medio de Su Iglesia de edad en edad en Espíritu manifestado por medio del Mensajero de cada edad, para llevar a cabo esa liberación de los hijos e hijas de Dios escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. “**LA PALABRA QUE LIBERTA.”** Cristo, El es el que nos ha libertado a todos nosotros. Y le damos gracias a Cristo por habernos libertado del reino de las tinieblas y habernos colocado en Su Reino. ***Que las bendiciones de Jesucristo, el Angel del Pacto, nuestro Salvador, la Palabra que liberta, sean sobre todos ustedes y sobre mí también; y pronto se complete el número de los escogidos de Dios, y pronto Cristo se levante del Trono del Padre, resucite a los muertos en Cristo y nos transforme a nosotros los que vivimos. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.*** Muchas gracias por vuestra amable atención amados amigos y hermanos presentes, y continúen pasando una tarde, un día lleno de las bendiciones de Jesucristo nuestro Salvador. Nos veremos Dios mediante en la próxima actividad en el lugar que ya ustedes conocen y a la hora que el ministro aquí les dará a conocer; aunque yo creo que ya todos conocen la hora y el lugar, por lo tanto nos veremos en la próxima actividad. El tema será: “CRISTO Y EL ANGEL DE JESUCRISTO.” Si Dios nos permite hablar un poquito claro del misterio de Cristo y el Angel de Jesucristo, hablaremos hasta donde El, pues nos permita, porque el misterio de Cristo es grande porque es el misterio de la piedad, de la divinidad, el misterio de la manifestación de Dios en toda Su plenitud en carne humana en Jesús de Nazaret, ese es el misterio de Cristo. El misterio de Dios es Cristo, Cristo es el misterio de Dios revelado, se reveló en carne humana y ha estado revelándose en medio de Su Iglesia. Y el misterio de Cristo en Su Iglesia de edad en edad ha sido en el Angel correspondiente a cada edad. Y el misterio de Cristo para el Día Postrero, pues lo veremos esta noche en el tema que tenemos: “CRISTO Y EL ANGEL DE JESUCRISTO.” Porque el misterio de Cristo en Su Iglesia para este tiempo final ¿estará en quién? Como estuvo en cada Angel del pasado estará en el Angel del Día Postrero. Bueno, les dí el resumen de todo lo que vamos a hablar en esta noche. Los que quieran tener todo lo que gira alrededor de ese resumen, en la noche, pues estaremos reunidos para ver todo los pormenores de lo que hay en el misterio de Cristo y el Angel del Señor Jesucristo. Para poder ver el misterio de Cristo, para poder ver ese tema: “CRISTO Y EL ANGEL DEL SEÑOR JESUCRISTO,” veremos el misterio de Cristo, o sea, el misterio de Dios en Cristo y después veremos el misterio de Cristo en Su Angel. Si Dios nos permite, porque de ese misterio de Cristo y Su Angel, no se habla tan abiertamente, porque alrededor de ese misterio hay grandes bendiciones para toda la Iglesia de Jesucristo, y gira todo el Plan de Cristo para Su Iglesia para este tiempo final, pero vamos a ver en la noche hasta dónde Dios nos permite entender o escuchar. Después que sea abierto, sea dado a conocer, pues es más fácil para entender, porque El también nos abre el entendimiento y entonces entenderemos y veremos cara a cara a Cristo y el Angel del Señor Jesucristo, o sea, el misterio de Cristo y del Angel del Señor Jesucristo. Bueno, ya eso es para la noche, pues ya esto entonces sería como una introducción para la actividad de la noche. Que Dios les bendiga, les guarde, y nos veremos en la noche Dios mediante. Con nosotros nuevamente el Rvdo. Tirzo Ramiro Girón Pinzón, para finalizar nuestra parte en esta ocasión. Nuestro Hermano Bermúdez no pudo estar y les mandó muchos saludos, ya Tirzo yo creo les dio saludos de parte de nuestro Hermano Bermúdez, en alguna otra ocasión pues estará acá con ustedes. Bueno, que Dios les continúe bendiciendo y nos veremos en la noche Dios mediante. “**LA PALABRA QUE LIBERTA.”**