--- title: 'Escogiendo entre Jesús y Barrabás' date: 2001-04-13 activity: 1 place: city: Cayey state: country: PR duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenas tardes, amados amigos y hermanos presentes en esta tarde de viernes santo, en el cual conmemoramos la muerte de nuestro amado Señor Jesucristo (dos mil años atrás aproximadamente) en la Cruz del Calvario. Para esta ocasión deseamos ver, entender, el motivo de la muerte de nuestro amado Señor Jesucristo, para lo cual quiero leer en San Mateo, capítulo 27, versos 15 en adelante: “*Ahora bien, en el día de la fiesta acostumbraba el gobernador soltar al pueblo un preso, el que quisiesen.* *Y tenían entonces un preso famoso llamado Barrabás.* *Reunidos, pues, ellos, les dijo Pilato: ¿A quién queréis que os suelte: a Barrabás, o a Jesús, llamado el Cristo?* *Porque sabía que por envidia le habían entregado.* *Y estando él sentado en el tribunal, su mujer le mandó decir: No tengas nada que ver con ese justo; porque hoy he padecido mucho en sueños por causa de él.* *Pero los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a la multitud que pidiese a Barrabás, y que Jesús fuese muerto.* *Y respondiendo el gobernador, les dijo: ¿A cuál de los dos queréis que os suelte? Y ellos dijeron: A Barrabás.* *Pilato les dijo: ¿Qué, pues, haré de Jesús, llamado el Cristo? Todos le dijeron: ¡Sea crucificado!* *Y el gobernador les dijo: Pues ¿qué mal ha hecho? Pero ellos gritaban aún más, diciendo: ¡Sea crucificado!* *Viendo Pilato que nada adelantaba, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo; allá vosotros.* *Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos.* *Entonces les soltó a Barrabás; y habiendo azotado a Jesús, le entregó para ser crucificado.”* Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. Nuestro tema es: **“ESCOGIENDO ENTRE JESUS Y BARRABAS.”** Para poder comprender todo lo que estuvo sucediendo ese día en que Jesús fue juzgado, fue condenado por el sanedrín y luego llevado a Pilato para que lo juzgara y lo condenara a muerte, todo esto que sucedió en ese día, vean ustedes, ya todo esto estaba visto por Dios. Y por eso a través del Profeta Isaías habla acerca del Mesías en el capítulo 53, y ya Dios muestra, profetiza por medio de Isaías todo este evento, lo cual lo cumplió el pueblo el día de la crucifixión de Cristo. Ahora, este caso de Jesús siendo juzgado, y no fue hallado culpable por Pilato; pero sin embargo, a petición del pueblo lo dio para ser crucificado por los soldados romanos, porque los hebreos no podían aplicar la pena de muerte a nadie, y ejecutar esa pena de muerte. Aunque habían visto o sentenciado a Jesús a la muerte el concilio del sanedrín en su mayoría, y por ser la mayoría, entonces tuvo la aprobación de que Jesús era hallado culpable de muerte; pero la sentencia final la tenía que dictar el gobierno romano por medio del gobernador Pilato, que era el que estaba en ese tiempo. Pero cada año en la víspera de la pascua soltaban un preso famoso, el que el pueblo pidiese. Y siendo que para esta ocasión estaban dos personajes muy famosos: Jesús (el Líder del movimiento mesiánico de aquel tiempo), y Barrabás (un ladrón, un terrorista, y un homicida, un asesino que había matado a una persona). Y ahora, Pilato, vean ustedes, presenta esas dos personas, y Pilato esperaba que el pueblo dijera que soltaran a Jesús y mataran a Barrabás, o dejaran vivo a Barrabás pero preso. Pero ahora, miren ustedes, el pueblo más religioso del mundo como nación, el pueblo que como nación es el único pueblo que tiene al Dios verdadero (como nación), y que recibió la Ley de parte de Dios a través de Angeles, y fue dada a Moisés y Moisés la dio al pueblo hebreo, llega a un momento en donde tiene que hacer una elección. Como Dios le había dado a elegir a Adán en el Huerto del Edén cuando colocó allí el Arbol de la Vida y el árbol de ciencia del bien y del mal. Y así como Dios también en Deuteronomio le dice al pueblo hebreo que El coloca delante del pueblo la vida y la muerte, la bendición y la maldición, y le dice: “Escoge la vida para que vivas tú y tu descendencia.” Y ahora, Dios colocando delante del pueblo la bendición y la maldición, le da la oportunidad al pueblo hebreo como nación, que escoja, y que escoja correctamente, que escoja la bendición; porque la bendición de Dios es la que enriquece. Cuando se escoge la vida, se ha escogido la bendición; y cuando se ha escogido la bendición, la persona ha obtenido algo que es para siempre. Ahora, miren aquí en el capítulo 30 de Deuteronomio, verso 1 en adelante, dice: “*Sucederá que cuando hubieren venido sobre ti todas estas cosas, la bendición y la maldición que he puesto delante de ti, y te arrepintieres en medio de todas las naciones adonde te hubiere arrojado Jehová tu Dios,* *y te convirtieres a Jehová tu Dios, y obedecieres a su voz conforme a todo lo que yo te mando hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma,* *entonces Jehová hará volver a tus cautivos, y tendrá misericordia de ti, y volverá a recogerte de entre todos los pueblos adonde te hubiere esparcido Jehová tu Dios.”* Ahora, vean cómo hay una bendición grande cuando el pueblo arrepentido ante Dios se convierte a Dios, y así escoge la bendición de Dios y por consiguiente la vida. Es muy importante para toda persona escoger la bendición, la cual Dios ha colocado delante de todo ser humano. Y ahora, la bendición de Dios es la que enriquece, y no añade tristeza a la persona. Ahora, siendo que Dios ha colocado la bendición para el ser humano, pero también ha colocado la maldición y la muerte frente al ser humano, esto es por causa de que Dios le ha dado al ser humano libre albedrío. Y ahora, así como estuvo frente al ser humano en el Huerto del Edén la bendición y la maldición en aquellos dos árboles: en el árbol de ciencia del bien y del mal estaba la muerte, la maldición; en el Arbol de la Vida estaba la Vida eterna y la bendición de Dios. El ser humano escogió el árbol de muerte, escogió la muerte, y por eso escogió la maldición, y el ser humano ha estado bajo maldición desde su caída. Le han venido a los seres humanos, al ser humano, maldiciones, juicios y la muerte física y también la muerte espiritual. El ser humano ha estado sufriendo por miles de años las consecuencias de una mala elección. Y ahora, encontramos que Dios envía a Su Hijo, Jesucristo, el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, que es Jesucristo en Su cuerpo teofánico, el Hijo de Dios, lo envía a la Tierra, el cual es la Vida eterna, la bendición de Dios. Y en Su Primera Venida en carne humana, nace en la Tierra en Belén de Judea conforme a la profecía; estaba así determinado por Dios, predestinado por Dios. Estaba predestinado por Dios la Venida del Hijo de Dios, Jesucristo, para el tiempo de los Días Postreros, y encontramos que nace en la Tierra para un propósito divino: el propósito divino de la Redención. Por eso San Pedro nos dice en su primera carta, capítulo 1, versos 18 en adelante, cuando nos habla de la forma en que nosotros hemos sido rescatados, dice: “*Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata,* *sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación,* *ya destinado desde antes de la fundación del mundo.”* Vean, ya estaba destinado desde antes de la fundación del mundo. Antes de venir un problema ya Dios tiene la solución. Y ahora, fue destinado desde antes de la fundación del mundo, desde antes de la creación del planeta Tierra y de la creación del universo completo. “*Pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros* (manifestado en los postreros tiempos, que son los Días Postreros, los cuales comenzaron cuando Jesús tenía de 3 a 7 años de edad)*.”* Y ahora, la Primera Venida de Cristo tenía un propósito divino: el rescate, la liberación de todas las almas de Dios por medio de la Sangre de Jesucristo, nuestro Salvador, por medio de ese Sacrificio en donde El derramaría Su Sangre, serían libertados todos los hijos e hijas de Dios, todas esas almas de Dios. Así como Dios libertó al pueblo hebreo, Dios libertaría a cada individuo que tiene su nombre escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. En el Antiguo Testamento Dios reflejó en esos tipos y figuras lo que el Mesías haría para la liberación de todos los hijos e hijas de Dios. Y eso es el Programa de la Redención, el cual fue reflejado con el pueblo hebreo, y cumplido en la parte física con el pueblo hebreo como nación. Por eso cuando llegó el día antes de la salida del pueblo hebreo de la tierra de Egipto, del imperio egipcio, ya ellos tenían en la víspera de su salida un cordero que ya habían tomado unos 4 días antes, el día 10 lo habían tomado, y ese cordero estaba predestinado, ordenado para ser sacrificado en la víspera de la pascua, y su sangre ser aplicada sobre los postes y el dintel de las puertas de los hogares de los hebreos, para la preservación de la vida de los primogénitos que estaban en esos hogares. Y durante la noche de la pascua vendría la muerte sobre los egipcios, y sobre todo primogénito vendría la muerte en esa noche; por lo tanto, los primogénitos de los egipcios morirían todos; esto ¿por qué? Porque ellos no tenían la revelación del cordero pascual. Y ahora, la muerte visitaría el imperio egipcio, y moriría desde el primogénito del faraón hasta el primogénito del esclavo, del preso, y también de los animales. Pero no morirían los primogénitos hebreos que estarían en las casas donde estaría aplicada la sangre del cordero pascual que había sido sacrificado en la víspera de la pascua. Eso era lo único que liberaría de la muerte a los primogénitos hebreos, era algo sencillo, pero era lo único que libraría a los primogénitos hebreos. No podía haber un refugio antinuclear que pudiera preservar la vida de los primogénitos allí en Egipto, excepto la sangre del cordero pascual. Y ahora, ¿por qué una cosa tan sencilla podía librar de la muerte esos primogénitos, y un refugio antinuclear no podía librarlos? Porque un refugio antinuclear o antiradioactividad no tipifica a Cristo y Su Sacrificio en la Cruz del Calvario. Pero aquel cordero pascual y su sangre derramada tipificaban a Cristo y Su Sacrificio en la Cruz del Calvario. Y así como los primogénitos hebreos serían librados de la muerte, los Primogénitos escritos en el Cielo en el Libro de la Vida del Cordero, serían librados de la muerte espiritual, serían librados de la segunda muerte, que es el lago de fuego, por medio del Sacrificio del Cordero de Dios, Jesucristo, nuestro Salvador, aplicando la Sangre de Cristo en los postes y dintel de la puerta de nuestro corazón, de nuestra alma. Ahora, en el cordero pascual que el pueblo hebreo sacrificó en la víspera de la pascua (cada familia sacrificó un cordero), está tipificado Cristo y Su Sacrificio en la Cruz del Calvario. Dios fue en el Antiguo Testamento mostrando lo que El haría en el Nuevo Testamento, para establecer un Nuevo Testamento y establecer por consiguiente ese Nuevo Pacto, al cual entrarían hebreos y gentiles como individuos. Pero a ese Nuevo Pacto para el Reino Milenial entrarán hebreos y gentiles como naciones también, pero Dios todavía no está tratando con naciones como naciones, con el Nuevo Pacto, sino que está tratando con individuos. Pero bajo la predicación del Evangelio del Reino para el Reino Milenial, entrarán al Nuevo Pacto pueblos, naciones y lenguas, ya como naciones. Y el pueblo hebreo es el primero que entrará como nación, y del pueblo hebreo los primeros que entrarán serán ciento cuarenta y cuatro mil hebreos (doce mil de cada tribu). Ahora, encontramos que todavía Dios no está tratando con la raza humana como nación o naciones, sino como individuos, entrando al Nuevo Pacto personas, individuos; pero todavía naciones no han entrado al Nuevo Pacto como naciones. Ahora, encontramos que en el Antiguo Testamento también tenemos la Ley de la Redención en el capítulo 25, verso 8 en adelante de Levítico, en donde nos muestra cómo se redimen personas que han sido tomadas por alguna deuda, o esclavos, personas que han sido tomadas como esclavos, vendidos como esclavos por sus padres, y también propiedades que han sido vendidas o han sido tomadas en pago de una deuda. Conforme a la Ley de la Redención se tenía que pagar la deuda para la propiedad regresar a su dueño; también para los individuos se pagaba el precio de ese esclavo, de esa persona, y quedaba libertada esa persona. También encontramos que en el año 50, que es el año del jubileo, sin precio todo lo que había sido tomado por una deuda, fueran personas, o fuesen vendidas esas personas como esclavas, quedaban libertadas en el año del jubileo sin pagar un solo centavo; y también las propiedades quedaban libres, y el dueño original de esa propiedad, que era el heredero, regresaba a su propiedad; la persona que había estado ocupando esa propiedad, porque la había tomado en pago de una deuda o la había comprado, las propiedades, las herencias no se vendían para siempre, sino que en el año del jubileo quedaban libres. Y ahora, el dueño original recibía su propiedad, los esclavos quedaban libres y regresaban a su familia, a su parentela. Todo esto nos está hablando de la Redención que Dios llevaría a cabo por medio de Jesucristo; y todo en el Antiguo Testamento viene a ser la sombra de los bienes venideros que en el Nuevo Testamento Dios tendría disponible para el ser humano. Y ahora, con la caída del ser humano en el Huerto del Edén, el ser humano quedó como esclavo del que lo conquistó, del que lo hizo caer, que fue el diablo, usando por supuesto la serpiente; la cual no era un reptil, sino un animal que caminaba erecto con sus dos pies o patas y sus brazos. Ese animal era muy parecido al ser humano, tenía un cuerpo como el ser humano, pero no tenía alma, tenía espíritu pero no tenía alma; y en el lugar para el alma fue que entró el diablo, y vino a ser el alma de la serpiente el diablo. Por lo tanto, el diablo es conocido como la serpiente antigua en Apocalipsis, capítulo 12, y encontramos que fue la primera ocasión en que el diablo se hizo carne; y fue a través de esa serpiente, y a través de la cual engañó a Eva. Y así fue como el diablo, que es el árbol de ciencia del bien y del mal, al encarnarse engañó al ser humano, y el ser humano quedó como esclavo del diablo y del reino del diablo. Y por cuanto el árbol de ciencia del bien y del mal traería muerte, porque el día en que el ser humano comiera de ese árbol moriría. Ese árbol de ciencia del bien y del mal es el árbol de la muerte, que es el diablo. Y encontramos que el ser humano vino a ser mortal, entró la muerte por un hombre (por Adán) a la raza humana, la cual estaba representada en Adán y Eva. Y por cuanto todos pecaron, todos están destituídos de la gloria de Dios. De ahí en adelante el ser humano no puede nacer con un espíritu teofánico de la sexta dimensión (que es un cuerpo angelical de la sexta dimensión), y no puede nacer en un cuerpo físico, inmortal, incorruptible y eterno. El ser humano vino a ser esclavo del diablo, y el reino del diablo, el reino de las tinieblas, como Israel, el pueblo hebreo, vino a ser esclavo del faraón y del imperio del faraón. Pero ahora, así como Dios libertó al pueblo hebreo, el Angel del Pacto, el Angel de Jehová usando al Profeta Moisés, manifestado a través del Profeta Moisés, en el cual se veló en carne humana, y por medio de carne humana Cristo, el Angel del Pacto, sacó al pueblo hebreo de la tierra de Egipto. Y ahora, para Cristo, el Angel del Pacto libertar al ser humano del reino de las tinieblas, Cristo, el Angel del Pacto tiene que hacerse carne, Cristo, el Angel del Pacto, que es el Arbol de la Vida, tiene que hacerse carne y estar en medio de la raza humana, para poder redimir al ser humano, para poder sacar del reino de las tinieblas al ser humano y colocarlo en el Reino de Dios, y así el ser humano ser redimido. Redimir es volver al lugar de origen. Y el ser humano volviendo al lugar de origen, es el ser humano volviendo a Dios, y por consiguiente a la Vida eterna, y por consiguiente volviendo al Reino de Dios; para lo cual necesita un Pariente Redentor, uno de en medio de la raza humana que los liberte, que pague el precio por el rescate del ser humano. Y para eso, el mismo Dios ya tenía un Programa en el cual el Hijo de Dios, Jesucristo vendría a este planeta Tierra, a esta dimensión terrenal. Cristo, el Angel del Pacto, vean ustedes, fue el que libertó al pueblo hebreo. Cristo es el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, en el cual estaba Dios en toda Su plenitud, porque el Angel del Pacto, ese cuerpo angelical es el cuerpo angelical de Dios, el Verbo que era con Dios y era Dios, y creó todas las cosas; es llamado también el Hijo de Dios, el Cristo. Y ahora, encontramos que el Angel del Pacto siendo el Cristo, el Ungido de Dios en y de la sexta dimensión, de esta dimensión angelical, encontramos que tenía que hacerse hombre, tenía que hacerse carne, vestirse de un cuerpo de carne, porque El estando en Su cuerpo teofánico no podía morir, y por consiguiente no podía derramar Su Sangre para limpiarnos de todo pecado, y redimirnos, restaurarnos, regresarnos a Dios. Pero ahora se hace carne en el velo de carne llamado Jesús; ese es el cuerpo de carne del Angel del Pacto, del Angel de Jehová, el cual vendría después de Juan el Bautista, conforme a Malaquías, capítulo 3, verso 1. Y ahora, estando en medio del pueblo hebreo, tiene El y en El todo el Programa de la Redención para llevarlo a cabo, y nadie comprendía que en El estaba ese Programa y de que El tenía que morir, pero El sí lo sabía. El sabía todo lo que tenía que suceder en Su vida aquí en la Tierra. Sus discípulos no entendían. Cuando El les hablaba que El subía a Jerusalén para allí ser tomado preso, juzgado y morir, ellos no comprendieron. Pero ese era el Programa de Redención establecido por Dios, y ellos estaban ciegos a ese misterio de la muerte de Cristo en la Cruz del Calvario. Aun el pueblo hebreo y sus líderes religiosos pertenecientes al concilio de la religión hebrea del Sanedrín, estaban ciegos, y locura se había apoderado de ellos a causa del fanatismo, y actuaron locamente y fanáticamente; porque una persona fanática es una persona que está alocada, y actúa locamente a causa del fanatismo. La persona no puede ser fanática, sino ser una persona realista que reconoce el Programa de Dios para el tiempo que le toca vivir. Y ahora, encontramos que los fanáticos llaman locos a los que están cuerdos, y que son realistas, y que reconocen el Programa de Dios para su tiempo. De Jesús pensaban que estaba loco y que tenía demonios, y lo mismo de Juan el Bautista, y lo mismo de los Apóstoles, y lo mismo de San Pablo. Ahora, encontramos que San Pablo dice que la Cruz y el Mensaje de la Cruz, el Evangelio, es locura para los que se pierden; pero para los que creen es potencia de Dios, Poder de Dios. Así que los creyentes no están locos sino cuerdos, reconociendo el Programa de Dios. Ahora, el pueblo hebreo había llegado a tal estado en el tiempo del ministerio de Jesús. Jesús, el Angel del Pacto, el Angel de Jehová vestido de un cuerpo de carne. Y ahora, en El está sellado el Programa de Redención, y tiene que ir desatándose y cumpliéndose todo ese Programa, tiene que cumplirse en Jesús Su ministerio, y luego tiene que cumplirse en Jesús el Sacrificio por el pecado, como el Cordero de Dios y también como el Macho Cabrío de la Expiación. El dijo: “Nadie me quita la vida, Yo la pongo por mí mismo para volverla a tomar.” Un sólo hombre podía ser el Pariente Redentor que llevase a cabo la Redención, que redimiera al ser humano, lo cual fue tipificado también en Booz redimiendo a Noemí, y por consiguiente también a Rut y tomándola por esposa. Y ahora, Dios tiene que redimir al pueblo hebreo. Y el pueblo hebreo está tipificado en Noemí, y la Iglesia del Señor Jesucristo está representada en Rut, los escritos en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero. Y ahora, estando Cristo, Jesús en la Tierra, hay un Programa de Redención para llevarse a cabo. Ninguna persona había podido pagar el precio de su rescate, por consiguiente ninguna persona había podido obtener la redención, y redimir a sus demás hermanos, a los seres humanos. Pero ahora estando presente Cristo, el cual tiene Vida eterna y el cual es el Camino, la Verdad y la Vida, la Vida eterna, El es el único que puede redimir al ser humano. Aunque en el caso de Booz, Booz dice que había otro que tenía derecho de redimir, otro familiar cercano, y por cuanto era más cercano que Booz, entonces tenía el derecho primero que Booz; ese que tenía derecho primero que Booz, representa al diablo. Y ahora, esa persona al cual Booz le habló, que era un familiar y podía redimir, lo esperó en la puerta de la ciudad donde estaban los jueces, y le dijo: “Mira, Noemí nuestra parienta, esposa de nuestro pariente, el cual murió, ha regresado a la tierra de Israel, y ella está aquí presente, y ahora, si tú quieres redimir su propiedad, su herencia, y a ella, tienes la oportunidad.” El pariente le dijo: “Sí, yo voy a redimir.” Eso está en el capítulo 4 de Rut, dice, en la página 293 de la Biblia con anotaciones Scofield. Eso está, es el libro antes de Primera de Samuel, y libro que le sigue al libro de los Jueces. Y ahora, dice, capítulo 4, vamos a leer, capítulo 3 también algo aquí, capítulo 3, verso 12 en adelante, dice: “*Y ahora, aunque es cierto que yo soy pariente cercano, con todo eso hay pariente más cercano que yo.”* Vean, aquí Booz le dice que hay un pariente más cercano. Si Booz era hermano o sobrino del esposo de Noemí, pues Booz sería (si era hermano)... pues era menor que este otro que tenía derecho a redimir, el otro era mayor que él. Pero si era Booz sobrino del esposo de Noemí, entonces un hermano del esposo de Noemí también era una persona que tenía derecho a redimir primero que Booz, era un pariente más cercano; el cual ahí tipifica al diablo, porque el diablo se ha mezclado con la raza humana, cuando el diablo se encarnó en la serpiente e hizo caer a la raza humana, dándole a comer del árbol de ciencia del bien y del mal. Por eso en la parábola del trigo y de la cizaña, del capítulo 13 de San Mateo, Cristo coloca a los hijos del diablo ¿dónde? En medio de la raza humana, porque el diablo se emparentó con la raza humana, y por eso tiene hijos en medio de la raza humana, seres humanos que son llamados en la parábola del trigo y de la cizaña: los hijos del malo, los hijos del diablo, y también Cristo los llama los hijos de las tinieblas, y los llama los hijos del maligno. Cristo dice que los hijos de las tinieblas son más astutos que los hijos de Luz, o sea, los hijos del reino de las tinieblas, del reino del diablo son más astutos que los hijos del Reino de Jesucristo, que es el Reino de Luz. O sea, que la cizaña es más astuta que el trigo. En esa parábola Cristo coloca un misterio muy grande, que está desde el tiempo de Adán y Eva: el Arbol de la Vida, el árbol de ciencia del bien y del mal, y la serpiente, y luego Caín y Abel. En esa parábola del trigo y de la cizaña está todo ese misterio contenido, condensado allí. Ahora, la raza humana completa representada en Adán, la cual vendría por medio de Eva, quedó contaminada con el pecado. Y por cuanto todos pecaron, todos están destituídos de la Gloria de Dios (Romanos, capítulo 3, verso 23). Y Romanos, capítulo 6, verso 23 también nos dice que la paga del pecado es la muerte. Por eso el ser humano es mortal desde la caída en el Huerto del Edén en adelante. Pero ahora Dios tiene un Programa de Redención para restaurar al ser humano a la Vida eterna, y para eso apareció Jesucristo, el Hijo de Dios: para deshacer las obras del diablo y restaurar así al ser humano a la Vida eterna, y colocar el ser humano en el Reino de Dios, y así reconciliar al ser humano con Dios. Y ahora, todo esto está sellado en Jesucristo en Su Primera Venida. Por lo tanto cuando Jesús es tomado preso, es juzgado y condenado por el sanedrín, y luego llevado a Pilato, para que él lo juzgue, lo condene y lo crucifique, encontramos que Pilato ni Herodes hallaron culpable a Jesús, no lo hallaron culpable de estar violando las leyes romanas, ni de estar en contra del César; por lo tanto no era digno de muerte, no era culpable para ser crucificado; y quería soltar a Jesús, Pilato sabía que por envidia lo habían llevado (a Pilato) para que lo crucificara. Pilato fue avisado por su esposa, de que había tenido un sueño y que había sufrido mucho durante esa noche por causa de Jesús, el Justo, y le dijo: “No tengas nada que ver con ese Justo (o sea, ‘no vayas a obrar en contra de El.’).” Por eso es que Pilato dice que él no tiene nada que ver con ese Justo, y con la Sangre de ese Justo. Ya su esposa le había dicho también que ese era un Hombre Justo. Vean ustedes, Pilato ya estaba advertido, quería soltar a Jesús; pero el sumo sacerdote: Caifás y Anás, y los demás sacerdotes y miembros del concilio del sanedrín (en su mayoría), clamaban que lo crucificara e incitaron al pueblo que pidiera la crucifixión de Jesús. Pero Pilato les presentó a Barrabás y a Jesús, para que escogieran a quién soltarían; y el pueblo ciego y loco, con sus líderes ciegos y locos, dijeron: Suelta a Barrabás.” Y entonces Pilato pregunta: “¿Y qué haré con Jesús, el Cristo, con el Rey de los judíos, qué haré?” Ellos dicen: “Crucifícale.” El pueblo ni sus líderes religiosos sabían lo que estaban haciendo, estaban ciegos. Y por eso es que Jesús luego cuando es crucificado, dice: “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen.” Ahora, el pueblo y sus líderes religiosos pidiendo a Barrabás, y que fuera libertado Barrabás, Barrabás siendo ladrón, siendo terrorista, porque fue hallado en una sedición, llevando a cabo con un grupo de personas, una rebelión en contra del imperio romano, y también homicida, porque había matado a un hombre. Vean ustedes, el pueblo eligió a un homicida (Barrabás) y pidió la muerte de su Rey, Jesucristo. Cristo había dicho: “Yo he venido en Nombre de mi Padre, y no me recibís.” (San Juan, capítulo 5, verso 43). Y ahora, miren lo que está sucediendo aquí en la víspera de la pascua. Capítulo 5, verso 43, dice: “*Yo he venido en Nombre de mi Padre* (esto lo dijo en otra ocasión por supuesto)*... Yo he venido en Nombre de mi Padre y no me recibís, si otro viniere en su propio nombre, a ése recibiréis.”* Y ahora, en la víspera de la pascua eligen a Barrabás, para que sea libertado, soltado, y no sea condenado a la muerte, y piden que Jesús sea crucificado. La profecía de Cristo diciendo: “Yo he venido en Nombre de mi Padre y no me recibís, otro vendrá en su propio nombre, y a él recibiréis.” Barrabás es tipo y figura de esa persona que vendrá más adelante en el tiempo final. Esa persona que vendrá en su propio nombre y a él recibirá el pueblo hebreo, es el anticristo, el hombre de pecado, y está tipificado en Barrabás y también en Judas Iscariote, como también está tipificado en Caín, y en otras personas como Nerón, y un sinnúmero más de personas y de grandes reyes o gobernantes. Pero ahora, vean ustedes, eligieron un homicida, un asesino, ladrón y terrorista; por lo cual el anticristo, el hombre de pecado será todo eso, como lo fue Caín. Y su reino (el reino del anticristo), será un reino de muerte, de terror, de robos, y de todas esas cosas malas que tuvo Caín y que tuvo también Barrabás, y que tuvo Judas Iscariote, y que han tenido los césares del imperio romano; porque el anticristo estará sentado sobre el trono del imperio romano, que aparentemente desapareció, pero que se convertiría en los pies de hierro y de barro cocido; imperio que Cristo, la Piedra no cortada de manos en Su Segunda Venida, destruirá con los juicios de la gran tribulación, y vengará así la sangre de los hebreos y también de todos los miembros de Su Iglesia, que han sido martirizados durante estos dos mil años que han transcurrido, y también los que fueron martirizados en el Antiguo Testamento. Y ahora, encontramos que Barrabás es tipo y figura del anticristo. Cuando ellos escogieron a Barrabás para que fuera libertado, ellos allí estaban colocando el tipo y figura del anticristo siendo recibido por el pueblo hebreo en el tiempo final. Amaron más a Barrabás que a Jesucristo, el Rey de Israel. Por eso el anticristo (representado en Barrabás) los conquistará y los engañará en este tiempo final. Pero eso será por un lapso de tiempo; el anticristo luego romperá el pacto con los hebreos, los perseguirá y habrá una persecución en contra del pueblo hebreo tan grande que el Arcángel Gabriel, dice en el capítulo 12 del libro del Profeta Daniel, que en ese tiempo se va a levantar el Arcángel Miguel, el cual está por el pueblo de Israel. Dice: “*En aquel tiempo se levantará Miguel, el gran príncipe que está de parte de los hijos de tu pueblo; y será tiempo de angustia, cual nunca fue desde que hubo gente hasta entonces; pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro.”* Luego, en Apocalipsis, capítulo 12, encontramos al diablo, la serpiente antigua, la cual estará manifestándose en la Tierra a través del anticristo, del hombre de pecado, y estará persiguiendo al pueblo hebreo y también a las vírgenes fatuas o insensatas de la parábola de San Mateo, capítulo 25, versos 1 al 13. Y ahora, encontramos que el dragón, que es el diablo en su manifestación de este tiempo final, estará encarnado el diablo en el anticristo, en el hombre de pecado, para perseguir al pueblo hebreo, con el cual primero hace un pacto y después lo rompe y perseguirá al pueblo hebreo, y perseguirá también a los ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, y los matará, y matará miles o millones, millones de hebreos, y también perseguirá y matará a las vírgenes fatuas o insensatas, que es una parte del cristianismo, la cual por no tener aceite en sus lámparas, el bautismo del Espíritu Santo, no habían nacido de nuevo, y por consiguiente no pudieron ser transformadas para ir con Cristo a la Cena de las Bodas del Cordero en el Rapto o arrebatamiento de la Iglesia del Señor Jesucristo. Ahora, encontramos que escogiendo entre Jesús y Barrabás, el pueblo hebreo dirigido por sus líderes, Caifás y Anás que eran los sumos sacerdotes (uno el suegro del otro), encontramos... y en adición encabezado el pueblo también por el concilio de la religión hebrea, el concilio del sanedrín hicieron la elección errónea: eligieron a Barrabás y rechazaron a Cristo. Ahora, eso le costaría al pueblo hebreo graves consecuencias, pues ellos mismo dijeron... dice: “*Viendo Pilato que nada adelantaba* (verso 24, del capítulo 27 de San Mateo)*, sino que se hacía más alboroto, tomó agua y se lavó las manos delante del pueblo, diciendo: Inocente soy yo de la sangre de este justo* (reconoció que Jesús era un hombre justo)*; allá vosotros.”* Pero no quedó libre de la Sangre de Cristo. ¿Por qué? Porque él era la única persona que podía decidir si Jesús moría o vivía, si Jesús quedaba libre o era crucificado; por ser el hombre que tenía la autoridad como gobernante, de dar la última palabra acerca de Jesús, él no quedó libre aun lavándose las manos. Y ahora, estaba en sus manos la decisión final. Cuando está en las manos de una persona la decisión final, la elección final, encontramos que la persona tiene que hacer la elección correcta. Pilato tenía que hacer la elección correcta y decir (teniendo él la autoridad): “Yo suelto a Jesús de Nazaret, y condeno a la muerte a Barrabás.” Pero miren, libertó a Barrabás y condenó a Jesús, ordenó que azotaran a Jesús y que lo crucificara. ¿Ven? El mismo dio la orden de azotar a Jesús y crucificarlo. Por lo tanto tiene la responsabilidad en sus manos Pilato, por lo cual será condenado. Y ahora, los hebreos decían: “*Y respondiendo todo el pueblo, dijo: Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos.”* Y ahora, con la muerte de Cristo y Su Sangre derramada en la Cruz del Calvario, la Sangre de Cristo ha estado siendo demandada del pueblo hebreo. Y por cuanto es la Sangre de un justo, vean ustedes, ha estado viniendo sobre el pueblo hebreo como nación, y sobre los hijos del pueblo hebreo ha estado viniendo el juicio divino durante dos mil años aproximadamente, y sobre la Ciudad de Jerusalén cayó el juicio divino en el año 70, en donde entró el general romano Tito y destruyó la ciudad y destruyó el templo, y mató, crucificó, miles de personas, y los colocó en las murallas; esas cruces las colocó ahí pegadas a las murallas, con esas personas crucificadas. Lo mismo que habían hecho con Jesús, ahora ha estado sucediendo con los hijos de Jerusalén. Y ahora, esto era Dios demandando del pueblo hebreo y de Jerusalén y sus habitantes, la Sangre de Jesucristo, el Justo, que fue crucificado. Ellos eligieron mal. Pero Cristo, vean ustedes, pidió a Dios el perdón sobre el pueblo hebreo, el cual le será extendido en este tiempo final, o el cual el pueblo hebreo como nación representado en los ciento cuarenta y cuatro mil hebreos, lo recibirán. Y entonces Dios así comenzará a tratar con el pueblo hebreo nuevamente. Van alrededor de dos mil años que Dios dejó de tratar con el pueblo hebreo espiritualmente, dejó de tratar con el pueblo hebreo como nación; aunque el pueblo hebreo ha mantenido su fe en el Antiguo Pacto y sus leyes. Ahora, encontramos que todo esto sucedió allá en la tierra de Israel, en Jerusalén, en la víspera de la pascua, para que se cumpliera la Escritura y se llevara a cabo la Obra de Redención, Obra que estaba sellada en Jesucristo, que ninguna otra persona podía llevar a cabo. Ahora, encontramos que el diablo era el otro que podía redimir, pero el diablo no está interesado en redimir al ser humano y tornarlo a Dios, él lo que trata es de apartar al ser humano de Dios, como hizo en el Huerto del Edén. Así que, ha sido Cristo el que ha llevado a cabo la Obra de Redención en la Cruz del Calvario, tomando nuestros pecados y haciéndose pecado por nosotros, aunque El no pecó, fue a causa de nuestros pecados que vino la muerte sobre Jesucristo, nuestro amado Salvador, para El poder quitar el pecado de nosotros, y reconciliarnos con Dios. Y ahora, todo ser humano tiene la oportunidad de hacer la elección correcta, de elegir a Jesucristo para ser restaurado a la Vida eterna, obtener el perdón de sus pecados y vivir eternamente en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador. Cristo condenado a la muerte y crucificado en la Cruz del Calvario en la víspera de la pascua, ha venido a ser el Cordero Pascual que el pueblo hebreo sacrificó en la víspera de la pascua, el día antes de salir de la tierra de Egipto; ahora en el Nuevo Testamento el Cordero pascual es Jesucristo. El es nuestra pascua. Ninguna persona puede ser preservado para y con Vida eterna, excepto aquellos que tienen el Cordero Pascual, a Jesucristo, y Su Sangre aplicada en su alma, en su corazón. Y nadie puede salir libre del reino o imperio del diablo, que es el faraón; y su reino de las tinieblas fue representado en el reino del faraón egipcio. Vean, y ahora en el faraón egipcio y su reino está representado el diablo y su reino de las tinieblas. Vean cómo Dios tipifica esa liberación que llevaría a cabo, de los hijos de Dios, las almas de Dios que estarían en el reino o imperio del diablo como lo tipifica libertando al pueblo hebreo del imperio del faraón, y llevándolos a la tierra prometida. Ahora, podemos ver que el Antiguo Testamento es tipo y figura de lo que Dios haría en el Nuevo Testamento. Y ahora, con la muerte de Cristo en la Cruz del Calvario encontramos que la liberación para todas las almas de Dios escritas en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, ha sido hecha posible esa liberación. Y ahora, encontramos esa liberación siendo llevada a cabo primero en el campo espiritual, en el cual somos libres del reino o imperio del maligno, de las tinieblas, y luego físicamente seremos libertados cuando seamos transformados. **El Primer Exodo** para ser libertados del faraón y del imperio egipcio, lo llevó a cabo el Angel del Pacto, el Angel de Jehová, libertando al pueblo hebreo y llevándolos luego a la tierra prometida. **El Segundo Exodo** lo hace Cristo llevando a cabo la liberación de las almas de Dios, libertándolas del reino de las tinieblas y colocándolas en el Reino Suyo, que es el Reino de Jesucristo, el Reino de Luz, y es el Reino de Dios. Colosenses, capítulo 1, verso 12 en adelante, donde dice: “*Con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz;* *el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo.”* Y ahora, hemos visto que hemos obtenido una liberación; esa es la que Cristo ha llevado a cabo en el Segundo Exodo. Y en **el Tercer Exodo** para este tiempo final, El llevará a cabo una liberación física, en donde resucitará a los muertos creyentes en El y nos transformará a nosotros los que vivimos, y nos llevará con El a la Cena de las Bodas del Cordero, y luego regresaremos con El a la Tierra para el glorioso Reino Milenial. El llevará a cabo el Tercer Exodo en la parte física, resucitando los muertos creyentes en El y transformándonos a nosotros, y colocándonos en la Tierra prometida del nuevo cuerpo eterno y glorificado, y luego llevándonos a la tierra prometida de la Casa de nuestro Padre Celestial, a la Cena de las Bodas del Cordero; y luego llevándonos a la tierra prometida del glorioso Reino Milenial. La tierra prometida del glorioso Reino Milenial como Reino, o sea, la tierra prometida como Reino, es el glorioso Reino Milenial de Cristo. La tierra prometida como cuerpo físico es el cuerpo glorificado. Y ahora, nos encontramos en el tiempo final para obtener las bendiciones del Tercer Exodo, como hemos estado obteniendo las bendiciones del Segundo Exodo, en donde El nos ha libertado del reino de las tinieblas, del reino del maligno, y nos ha trasladado a Su Reino glorioso, el Reino de Luz de Jesucristo, el cual es Su Iglesia en donde hemos nacido por medio de Cristo en este nuevo nacimiento que ha producido en nosotros; y ahora pertenecemos al glorioso Reino de Jesucristo. Hemos sido reconciliados con Dios, hemos sido restaurados a la Vida eterna, y ya tenemos Vida eterna, ya nuestra alma ha sido restaurada a la Vida eterna, porque El ha pagado el precio de la Redención en la Cruz del Calvario, y nos ha colocado en Su Reino. Por lo tanto, toda persona que reclama su liberación, la reclama recibiendo a Cristo como su Salvador, lavando sus pecados en la Sangre de Cristo, siendo bautizado en Su Nombre, y luego recibiendo Su Espíritu Santo, y así queda libertada la persona y restaurada a Dios y a la Vida eterna, y queda colocada en el Reino de Jesucristo nuestro Salvador, sin pagar un sólo centavo, porque Cristo pagó el precio de la Redención. Y ahora, todos los que eligen a Jesucristo están eligiendo el Arbol de la Vida y están comiendo del Arbol de la Vida, y por consiguiente están obteniendo la Vida eterna, y han hecho la elección correcta, han escogido correctamente, han escogido la vida: escoge la vida para que vivas, tú y tu familia. Y la Vida es Jesucristo: “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida; y nadie viene al Padre, sino por mí.” Así dijo Jesucristo en San Juan, capítulo 14, verso 6. Y ahora, todo ser humano en su vida terrenal está como estuvo el pueblo hebreo frente a Jesús y Barrabás. Escoger a uno de los dos: a Jesucristo o al diablo. No escoger a Jesucristo conlleva para la persona haber escogido al diablo, a Satanás, porque solamente hay dos personajes para escoger uno de los dos. Y ahora, en nuestro escogimiento ¿qué podemos nosotros decir? Ahora, yo les puedo decir a ustedes: “Yo he escogido a Jesucristo.” ¿Y quién más ha escogido a Jesucristo? ¡Pues todos ustedes también! Por lo tanto, las palabras del Apóstol San Pedro para todos los que han escogido a Jesucristo, son las siguientes: en Hechos, capítulo 2, versos 36 en adelante: “*Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.* *Al oír esto, se compungieron de corazón* (eso está en el libro de los Hechos, capítulo 2, verso 36 en adelante)*, y dijeron a Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos?* *Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.* *Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.* *Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba, diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.* *Así que, los que recibieron su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas.”* Para todos los que han escogido a Jesucristo, las palabras de San Pedro son: “*Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo.”* Los que ya han sido bautizados, la promesa ha sido que recibirían el Don del Espíritu Santo. Y para los que todavía no han sido bautizados, la promesa es que cuando sean bautizados Cristo les dará el Espíritu Santo. Por lo tanto, todos los que han elegido a Jesucristo y no han sido bautizados, bautícese cada uno de vosotros en el Nombre del Señor Jesucristo para perdón de los pecados, y recibiréis el Don del Espíritu Santo. El agua no quita los pecados, sino la Sangre de Jesucristo, nuestro Salvador, y se hace efectivo en la persona el Sacrificio de Cristo en la Cruz del Calvario, y recibe los beneficios del Sacrificio de Jesucristo nuestro Salvador, y nace en el glorioso Reino de nuestro amado Señor Jesucristo. Esto es para las personas que han escogido a Jesucristo como nuestro Salvador, como nuestro Salvador y como nuestro Rey y Señor; para que gobierne nuestra vida conforme a Sus leyes. Así que, podemos decir que nosotros hemos escogido, y hemos escogido entre Jesús y Barrabás, hemos escogido nosotros a Jesús, a Jesucristo nuestro Salvador. El llevó a cabo la Obra de Redención para el ser humano, El es nuestro Pariente Redentor que nos redimió en la Cruz del Calvario. Y ahora, sabiendo quién El es, nosotros lo hemos escogido como nuestro Salvador, como nuestro Pariente Redentor, que nos ha redimido en la Cruz del Calvario. Todo obró para bien. Aunque todo parecía una desgracia y derrota para Jesucristo, fue la gran Victoria en el Amor Divino en favor de todos nosotros. Y ahora, El por cuanto nos eligió desde antes de la fundación del mundo, murió por nosotros. Y ahora, por cuanto El murió por nosotros, por cuanto nos había elegido desde antes de la fundación del mundo para salvación y Vida eterna; ahora nosotros lo hemos escogido, lo hemos elegido a El como nuestro Salvador, y reconocemos y proclamamos que no hay otro Salvador, solamente Jesucristo nuestro Señor. ESCOGIENDO ENTRE JESÚS Y BARRABÁS, NOSOTROS HEMOS ESCOGIDO A JESUCRISTO NUESTRO SALVADOR. *Que las bendiciones de Jesucristo, nuestro Salvador, sean sobre todos ustedes y sobre mí también; y que pronto se complete el número de los escogidos de Dios en el Reino de Jesucristo, que pronto hasta el último de los que está escrito en el Cielo, en el Libro de la Vida del Cordero, escoja a Jesucristo, nuestro Salvador, y nazca en el glorioso Reino de Jesucristo, nuestro Salvador. Y luego se lleve a cabo el Programa de Reclamo de Jesucristo, tome el Título de Propiedad, y resucite a los muertos en Cristo en cuerpos glorificados, y nos transforme a nosotros los que vivimos, y nos dé el cuerpo glorificado, y nos lleve con El a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén.* Muchas gracias por vuestra amable atención, amados amigos y hermanos presentes, ha sido para mí una bendición y privilegio grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio del escogimiento entre Jesús y Barrabás. Y dándoles testimonio de que yo he escogido a Jesús, y ustedes han dado testimonio que también han escogido a Jesucristo. Por eso somos bautizados en agua en Su Nombre, y recibimos Su Espíritu Santo, y nacemos así en el Reino de Jesucristo, y venimos a formar parte de la Iglesia del Señor Jesucristo. Estaré nuevamente con ustedes en la actividad del domingo en la mañana, que es la actividad de resurrección en donde veremos: El Misterio de la Resurrección. Así como la muerte es un misterio, la muerte de Cristo, Su resurrección es un misterio también. Para esta ocasión tomará el Rvdo. Miguel Bermúdez Marín su parte, para el bautismo en agua de los que han escogido a Jesucristo como su Salvador y que todavía no han sido bautizados. *Que las bendiciones de Jesucristo sean sobre todos ustedes y sobre mí también, y les dé Cristo a ustedes que van a ser bautizados Su Espíritu Santo.* Dejo al Rvdo. Miguel Bermúdez Marín para continuar y llevar a cabo esta parte del bautismo en agua de los que han escogido a Cristo como su Salvador y que todavía no han sido bautizados. Que Dios les continúe bendiciendo a todos, y con nosotros nuevamente el Rvdo. Miguel Bermúdez Marín. “**ESCOGIENDO ENTRE JESUS Y BARRABAS.”**