--- title: 'Alza ahora tus ojos' date: 1998-07-12 activity: 1 place: city: Lima state: Lima country: PE duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenas tardes amados amigos y hermanos reunidos aquí en Lima, Perú. Es para mí una bendición grande estar con ustedes en esta ocasión para compartir con ustedes unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios y Su Programa correspondiente a este tiempo final. Para lo cual deseo leer en Génesis, capítulo 15, versos 1 en adelante, donde dice: *“Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande.* *Y respondió Abram: Señor Jehová, ¿qué me darás, siendo así que ando sin hijo, y el mayordomo de mi casa es ese damasceno Eliezer?* *Dijo también Abram: Mira que no me has dado prole, y he aquí que será mi heredero un esclavo nacido en mi casa.* *Luego vino a él palabra de Jehová, diciendo: No te heredará éste, sino un hijo tuyo será el que te heredará.* *Y lo llevó fuera, y le dijo: Mira ahora los cielos, y cuenta las estrellas, si las puedes contar. Y le dijo: Así será tu descendencia.* *Y creyó a Jehová, y le fue contado por justicia.* *Y le dijo: Yo soy Jehová, que te saqué de Ur de los caldeos, para darte a heredar esta tierra.* *Y él respondió: Señor Jehová, ¿en qué conoceré que la he de heredar?* *Y le dijo: Tráeme una becerra de tres años, y una cabra de tres años, y un carnero de tres años, una tórtola también, y un palomino.* *Y tomó él todo esto, y los partió por la mitad, y puso cada mitad una enfrente de la otra; mas no partió las aves.* *Y descendían aves de rapiña sobre los cuerpos muertos, y Abram las ahuyentaba”.* Aquí se hacía un pacto, se cortaba por la misma mitad el animal y se ponía una parte en un lado y otra parte en otra y se colocaban ahí en medio con una parte a un lado y otra parte al otro lado de el animal que había sido ofrecido para hacer ese pacto y se hablaba la palabra, el pacto, ahí se hablaba y eso fue lo que Dios le ordenó hacer a Abraham para Dios ahí hablar ese pacto a Abraham. *“Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el temor de una grande oscuridad cayó sobre él.* *Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años.* *Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza.* *Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez.*\* (Murió a los 175 años, era buena esa edad). *Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí.* *Y sucedió que puesto el sol, y ya oscurecido, se veía un horno humeando, y una antorcha de fuego que pasaba por entre los animales divididos.* *En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Éufrates; (Esta era la tierra que estaba habitada por todas estas otras personas, dice):* *la tierra de los ceneos, los cenezeos, los cadmoneos,* *los heteos, los ferezeos, los refaítas,* *los amorreos, los cananeos, los gergeseos y los jebuseos”.* Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. Nuestro tema es: ALZA AHORA TUS OJOS. Dios le había hablado también a Abraham en el capítulo 13, y los versos 14 en adelante, de los cuales citó nuestro hermano Bermúdez, cuando Lot se había separado de Abram \[Abraham\] y Dios le dijo: *“Y Jehová dijo a Abram, después que Lot se apartó de él: Alza ahora tus ojos, y mira desde el lugar donde estás hacia el norte y el sur, y al oriente y al occidente.* *Porque toda la tierra que ves, la daré a ti y a tu descendencia para siempre.* *Y haré tu descendencia como el polvo de la tierra; que si alguno puede contar el polvo de la tierra, también tu descendencia será contada.* *Levántate, ve por la tierra a lo largo de ella y a su ancho; porque a ti la daré.* *Abram, pues, removiendo su tienda, vino y moró en el encinar de Mamre, que está en Hebrón, y edificó allí altar a Jehová”.* Y fue moviéndose Abram \[Abraham\] por toda la tierra que iba a heredar, porque todo terreno que pisara la planta de los pies de Abraham sería de él. Así que podemos ver, por qué Abraham caminó tanto, estaba un tiempito en un sitio se pasaba a otro, porque todo ese territorio Dios se lo iba a dar. Y toda promesa que Dios ha hecho para todo hijo e hija de Dios usted tiene que caminar por esas promesas, por ese terreno. Por ejemplo, si usted sabe que Dios ha prometido darle salvación a toda persona que vive en esta tierra, pues usted tiene que caminar en esas promesas para recibir la salvación. Pero si la persona dice: “A mí no me interesa escuchar acerca de salvación ni de Dios”. No está caminando por esas promesas, por lo tanto, no puede recibir esa bendición, esa heredad. Y así es para Abraham aquí, tenía que caminar por todo el territorio porque todo lo que pisase la planta de sus pies sería de él. \[Deuteronomio 11:24\] Ahora, podemos ver, que la Iglesia del Señor Jesucristo, vean ustedes, ha estado caminando de etapa en etapa también por diferentes territorios y ella heredará el Reino Milenial, “No temáis manada pequeña porque al Padre le ha placido darle el Reino”. \[San Lucas 12:32\] Y ahora, tenemos que caminar basados sobre la promesa de Dios para los hijos e hijas de Dios, o sea, para la descendencia de Abraham, para el linaje de Abraham. Aunque otras personas no crean lo que Dios ha dicho, toda descendencia de Abraham creerá lo que Dios ha dicho, porque Abraham creyó a Dios y le fue contado por justicia. Ahora, Dios le dice, en esta ocasión que leímos última aquí, que la descendencia de Abraham será como el polvo de la tierra, que si alguno lo puede contar, podrá ser contada la descendencia de Abraham. Toda la descendencia de Abraham que vivirá en este planeta tierra, vean ustedes, estará como el polvo de la tierra, o sea, que cubrirá el planeta tierra, la descendencia de Abraham. Ahora, está la descendencia de Abraham según la carne pero también esta la descendencia de Abraham celestial. Esta el Israel terrenal que es el pueblo hebreo y está el Israel Celestial. Y por medio de Abraham vino Isaac y de Isaac vino Jacob y de Jacob vinieron los patriarcas y de los patriarcas vinieron sus hijos y sus nietos y bisnietos y formaron ese pueblo hebreo el cual fue establecido como una nación por Dios cuando él los libertó. No eran una nación, era una multitud de personas pero Dios los hizo un pueblo. O sea, que creó, Dios, con esa gente, esclavos en Egipto, Él creó una nación. Por eso es que Dios dice de Jacob: “Yo soy tu creador”. Y también dice de Jacob: “Jacob es mi hijo, mi primogénito”. Y ahora podemos ver, el por qué la nación hebrea es la única nación que está sobre la tierra que es llamada: “la nación primogénita de Dios”. Es la primera nación que Dios ha creado y tienen la bendición de la primogenitura. Pero en el Reino Milenial, Dios creará otras naciones, pero la primera que Dios ha creado es la nación hebrea. Por eso es llamada la nación hebrea del nombre de Jacob, o sea, del nombre nuevo de Jacob, que es Israel. Y Dios dice: “Israel, o sea Jacob, es mi primogénito, mi hijo, mi primogénito”. \[Éxodo 4:22\] Él es, como nación, la única nación primogénita y por eso las bendiciones de la primogenitura le pertenecen a Jacob como nación, por eso es que tiene una doble porción, Jacob, o sea, el pueblo hebreo. Es el pueblo que tendrá el territorio donde estará establecido el Trono del Mesías, el Trono que gobernará el planeta tierra durante el Reino Milenial. Allí estará la capital, la cual será Jerusalén y el trono, es el Trono de David que será ocupado nuevamente por el Hijo de David, que es el Mesías y el territorio de Israel será el Distrito Federal, o sea, que tiene una bendición doble porque la bendición de la primogenitura tiene que ver con una doble bendición, con una doble porción de bendición. Y ahora, tenemos también el Israel Celestial. Y el Israel Celestial tiene una bendición mayor. El Israel terrenal, vean ustedes, tiene grandes bendiciones terrenales pero el Israel Celestial tiene grandes bendiciones Celestiales y también tiene bendiciones terrenales también. Porque estaremos con Cristo aquí en la tierra en el Reino Milenial de Cristo reinando con Cristo. Pero también Cristo siendo... Él reinó solamente aquí en la tierra sino, en el cielo también, entonces siendo nosotros reyes y sacerdotes con Cristo, también somos reyes no solamente del planeta tierra sino del universo completo con nuestro amado Señor Jesucristo. Pertenecemos a un orden celestial, al orden de Melquisedec, el cual es Cristo nuestro Salvador, el cual es Sacerdote de Dios, del Trono que esta en el Cielo y nosotros somos sacerdotes también de ese orden Celestial. Y Él también es Rey de Salem, de Jerusalén, tanto de la Jerusalén terrenal como de la Jerusalén Celestial. Y nosotros somos reyes también con Él, tanto en la Jerusalén terrenal como también en la Jerusalén Celestial. Y por eso es que el Nombre de Dios también lo tiene la Jerusalén Celestial, porque así como la Jerusalén terrenal tiene el nombre que le corresponde, pero que ahí estará también el Nombre de Dios, mientras ha estado el Templo de Dios en Jerusalén, ahí ha estado el Nombre de Dios, aunque sin revelar, aunque sin revelarse, vamos a ver, aunque sin revelarse en la forma que será pronunciado durante el Reino Milenial. Pero ha estado siempre allí en esas cuatro consonantes: YHWH. Y ha estado en el Lugar Santísimo, sobre el propiciatorio. ¿Por qué? Porque allí ha estado el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová y Dios dijo que el Nombre de Dios está en Su Ángel. Y ahora, podemos ver por qué Dios dijo que en el lugar que Dios escogiera para poner Su Nombre ahí sería donde Él se manifestaría, porque Él tiene que estar manifestado donde está Su Nombre. Así como usted, para usted trabajar, para usted caminar, para usted comer, para usted ver, para usted hablar, ¿dónde tiene que estar usted manifestado? Pues donde esta su nombre. ¿Dónde pusieron el nombre suyo, sus padres, cuando le inscribieron? Pues lo pusieron en ese cuerpecito que nació, pues, ahí donde esta su nombre, ahí es donde usted tiene que estar manifestado, y ahí es donde usted se manifiesta aquí en la tierra y camina con ese cuerpo porque ahí esta su nombre; y desde ahí usted se manifiesta, trabajando o estudiando, comiendo, durmiendo, hablando, mirando y así por el estilo. Ese es el lugar de la manifestación suya aquí en la tierra, donde está su nombre. Usted no puede decir: “Me gusta más aquel cuerpo, yo mejor me voy a mudar a aquel cuerpo y yo voy a caminar en aquel cuerpo, voy a hablar en aquel cuerpo, voy a comer en aquel cuerpo, voy a dormir y voy a trabajar en aquel cuerpo.” Eso no lo puede hacer. Si usted dice: “Mira, estoy comiendo en aquel cuerpo cuando vea al otro comiendo.” Va a sentir hambre al ratito porque usted no estuvo comiendo realmente en aquel cuerpo. El que estuvo comiendo en aquel cuerpo era otra persona. Usted tiene que alimentar su propio cuerpo y tiene que ver a través de su propio cuerpo por medio de los sentidos que Dios le ha dado, tiene que trabajar en y por medio de su propio cuerpo que Dios le ha dado y así por el estilo. Y tiene que vivir aquí en la tierra en ese cuerpo que Dios le ha dado y buscar a Dios y servir a Dios estando en ese cuerpo que Dios le ha dado. Y luego tiene la promesa de un nuevo cuerpo si ha creído en Cristo como su Salvador, ha lavado sus pecados en la Sangre de Cristo y ha recibido Su Espíritu Santo. Tiene la promesa de un cuerpo eterno para vivir por toda la eternidad. Y ahora así como en ese cuerpo terrenal que usted tiene y que yo tengo, tenemos el nombre que nuestros padres nos dieron porque los padres son los que normalmente le colocan el nombre a sus hijos, sea bonito o no sea muy bonito el nombre, ese nombre se lo colocan los padres. Ellos son los que tienen la responsabilidad, si le dan la oportunidad a otro ya eso es problema de ellos, le toca a sus padres, o sea, quien, quienes trajeron a existencia ese cuerpo son los responsables de todas las necesidades de ese cuerpecito que vino a existencia. Aún del nombre que llevará ese niño. Y deben de antes de ponerle un nombre, deben buscar el significado de los nombres y ver el nombre más adecuado, de acuerdo al deseo del alma de sus padres. Por ejemplo, si una persona quiere que Dios bendiga grandemente a su hijo o a su hija, buscará en los nombres, hay libros de nombres, y buscará un nombre que signifique algo bueno, y que tenga grandes bendiciones en ese nombre, para que se materialicen en su hijo o en su hija. Algunos ni se preocupan y le ponen cualquier nombre, el que se le venga a la mente, pero, ¿saben ustedes una cosa? Están siendo crueles con sus propios hijos y ya naciendo, están siendo irresponsables con sus hijos. Deben buscar lo mejor para sus hijos. Los buenos padres buscan lo mejor de parte de Dios para sus hijos, quieren lo mejor para sus hijos, por lo tanto, comenzando desde el nombre, deben buscar lo mejor para sus hijos. Vean, a través de la Biblia que los nombres que fueron colocados a las personas tenían un significado, y luego encontramos que se les cumplía el significado de ese nombre. Ahora vean, Abram, luego recibió un cambio de nombre. Dios le añadió algunas letras, la “H” y la “A”, una “A” adicional y una “H” también y ahí tuvo el nombre adecuado para ser padre de multitud de personas y de naciones. Ahora podemos ver que es muy importante el nombre para la persona. Vean, a través del nombre la persona tiene ahí sellado, sellada en su vida, una bendición. Abram significa: “Padre supremo”, padre, pero “Abraham”, o sea, con las letras que le fueron añadidas, significa: Padre de muchas gentes”, y como Dios le dijo que le iba hacer padre de muchas gentes, vean, Abram no tenía hijos y ahora le cambia el nombre y comienzan a venir hijos para Abraham. El primero que le llegó fue Ismael porque Sara pensó que ya como ella estaba avanzada en edad, no iba poder tener un hijo, ya ... era estéril, y ya le había pasado el tiempo de tener hijos, para colmo, y entonces le dijo a Abraham: “Si por medio de mi esclava, que es joven, Agar, el niño, y entonces yo lo adoptaré, o sea, nacerá sobre mis rodillas y lo adoptaré, o sea, será como hijo mío.” Y así fue. Ella pensó que se iba a cumplir la promesa que Dios le había dado a Abraham de que tendría un hijo. Pero Dios le había dicho que sería por medio de Su esposa, por medio de Sara, y Dios no puede fallar. Para cumplirse esa promesa, vean ustedes, tuvo Dios que cambiarle el nombre a Abraham y también a Sara. Y el día antes de la destrucción de Sodoma y Gomorra, Dios le apareció de nuevo a Abraham y le reconfirmó la promesa del hijo y el hijo prometido para Abraham, vendría en el tiempo de la vida. Sara se rió, ya tenía unos 89 años de edad y ¿qué persona puede esperar tener un hijo por medio de una mujer de 89 años de edad? Pero Abraham sí esperaba tener un hijo por medio de una señora, que era su esposa, que tenía 89 años de edad, y él tenía 99 años de edad. Ahora vean ustedes, Dios le aparece cuando Abraham tiene 99 años de edad y le confirma la promesa. Y le fue cumplida la promesa al tener 100 años de edad, y Sara 90 años de edad. Ahora, miren, en 100 años hay dos cincuenta. Cincuenta y cincuenta ¿son? Cien años. Ahora, vean ustedes, siempre el cincuenta es año de jubileo. Ahora, ¿no fue el año cien, año de jubileo para Abraham? Al tener un hijo, el hijo prometido por medio de Sara, su esposa, y ella jovencita, fue rejuvenecida para tener el hijo prometido. Ahora, miren a Sara. Sara representa el pueblo hebreo y también representa a la Iglesia del Señor Jesucristo. Y ahora, vean cómo en Gálatas, este libro de cartas de Gálatas, aunque es corta, esta carta de San Pablo, solamente tiene seis capítulos, pero en esos seis capítulos tiene una revelación tan amplia desde el Génesis hasta el Apocalipsis, que miren lo que dice aquí en el capítulo 4, versos 22 en adelante: *“Porque está escrito que Abraham tuvo dos hijos; uno de la esclava, el otro de la libre.* (la esclava fue Agar y la libre fue ¿quién? Sara). *Pero el de la esclava nació según la carne; mas el de la libre, por la promesa.* *Lo cual es una alegoría, pues estas mujeres son los dos pactos; el uno proviene del monte Sinaí, el cual da hijos para esclavitud; éste es Agar.* *Porque Agar es el monte Sinaí en Arabia, y corresponde a la Jerusalén actual, pues ésta, junto con sus hijos, está en esclavitud.* *Mas la Jerusalén de arriba, la cual es madre de todos nosotros, es libre.* *Porque está escrito:* *Regocíjate, oh estéril, tú que no das a luz;* *Prorrumpe en júbilo y clama, tú que no tienes dolores de parto;* *Porque más son los hijos de la desolada, que de la que tiene marido.* *Así que, hermanos, nosotros, como Isaac, somos hijos de la promesa.* *Pero como entonces el que había nacido según la carne perseguía al que había nacido según el Espíritu, así también ahora.* *Mas ¿qué dice la Escritura? Echa fuera a la esclava y a su hijo, porque no heredará el hijo de la esclava con el hijo de la libre.* *De manera, hermanos, que no somos hijos de la esclava, sino de la libre”.* Sara ahí es la libre, está representando la Jerusalén Celestial. Y ahora la Jerusalén Celestial, la Iglesia del Señor Jesucristo, vean ustedes, que es el Israel Celestial y la Jerusalén Celestial, tiene la promesa de el hijo prometido, pero vean ustedes, han transcurrido dos mil años aproximadamente; y una iglesia de dos mil años es una iglesia que tiene bastante edad, ha estado pasando por diferentes etapas y son muchos los que quizás piensen: “Es imposible que esa promesa de la Segunda Venida de Cristo sea cumplida en y por medio de la Iglesia del Señor Jesucristo. Ya llevan dos mil años anunciando que Cristo viene, y miren, no ha venido”. ¿Y saben lo que tuvo que hacer Dios para cumplir esa promesa a Abraham de la venida del hijo prometido? Tuvo que cambiarle el nombre a Abraham y a Sara, y rejuvenecer a Abraham y a Sara, y luego vino la promesa, y fue esa reconfirmación, fue dada el día antes de la destrucción de Sodoma y Gomorra. Una reconfirmación porque ya Dios le había cambiado el nombre a Abraham y a Sara y le había hablado anteriormente acerca de ese hijo prometido, y también le había dicho a Abraham que su descendencia sería como la arena que está sobre, o el polvo que está sobre la tierra, sobre el planeta, y también su descendencia sería como las estrellas del cielo. Tenemos el Israel terrenal y el Israel Celestial. Y ahora, la promesa del hijo prometido para este tiempo final es la Segunda Venida de Cristo, la Venida del Ángel del Pacto, la Venida del Ángel de Jehová viniendo en carne humana velado y revelado, o sea, viniendo en un cuerpo de carne humana y a través del cual estará manifestado en este tiempo final. Es algo de lo cual se han reído millones de personas, se han reído millones de personas de la Segunda Venida de Cristo porque, como han pasado tantos cientos de años, ya muchas personas dicen o piensan que no se va a cumplir, y los burladores, dice San Pedro, dicen: “¿Dónde está la promesa de Su Venida? Pero cuando Abraham y Sara fueron rejuvenecidos, entonces vino el hijo de la promesa y fue en el año del segundo jubileo de Abraham, que recibió el hijo de la promesa. Ahora podemos ver, que en el año del jubileo que Dios le dio al pueblo hebreo, es el tiempo donde es restaurada toda persona que ha sido tomada como esclavo en medio del pueblo hebreo, vendido o tomado por alguna deuda, y también las propiedades del pueblo hebreo no podían ser vendidas para siempre sino que en el año del jubileo las que no habían sido rescatadas antes, salían libres y regresaban a su dueño original. Y cada persona regresaba a su heredad o su herencia, su propiedad, y así regresaban a su familia, o sea, que no se podía estar vendiendo la propiedad a gente de otra tribu y que esa propiedad quedara para siempre para esa persona. En el año del jubileo salían libres esas propiedades. Y ahora, vean ustedes cómo para el año del jubileo, de Abraham, el año del jubileo el segundo año de jubileo de Abraham, que viene a ser año cien de la vida de Abraham, fue año de jubileo tan grande que hubo fiesta en la casa de Abraham y Sara porque vino el cumplimiento del hijo prometido. Y ahora, para el Día Postrero la promesa de la Venida del Hijo prometido así como en medio del Israel terrenal se cumplió en el año del jubileo que corresponde a la Edad de la Piedra Angular dos mil años atrás, para el Día Postrero, la Venida del Hijo prometido es en medio del Israel Celestial. Y así como la Primera Venida de Cristo fue en medio del Israel terrenal por medio de uno del Israel terrenal que nació en Belén de Judea, por medio de una virgen de Belén de Judea, descendiente del rey David, ahora para el Día Postrero la Venida del Hijo prometido es por medio del Israel Celestial, representado el Israel Celestial, en Sara pero Sara rejuvenecida. Y ahora la Iglesia del Señor Jesucristo para poder tener al Hijo prometido, encontramos que ha estado pasando por diferentes etapas o edades, y ya ha pasado por tantos cientos de años, unos dos mil años aproximadamente que ya es una Iglesia vieja, ya aquí en la séptima edad de la Iglesia gentil, pero Dios ha rejuvenecido a la Sara espiritual, a la Iglesia de Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular, y es una Iglesia jovencita, y en esa Iglesia jovencita es donde el Hijo prometido se materializa, se cumple la Venida del Hijo prometido, que es la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, manifestado en carne humana en Su Ángel Mensajero. Ahora, Su Ángel Mensajero no es el Señor Jesucristo, él solamente es el velo de carne que usa el Ángel del Pacto para manifestarse en medio de Su Iglesia y cumplir Su promesa de Su Venida en carne humana. Porque tiene que venir en y por medio de un Hijo de el Israel Celestial. Así como para Su Primera Venida tuvo que venir por medio de un hijo del Israel terrenal tuvo que venir por medio de un hijo del Israel terrenal. Y ahora, Su Venida es como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores. Ahora recuerden que el que hace todas las cosas es el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto el cual vino hace dos mil años atrás manifestado en carne humana en la persona de Jesús. Allí estaba su nombre y por medio de ese velo de carne se manifestó y cumplió Su Programa correspondiente a Su Primera Venida, Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario. Y ahora, encontramos que luego que murió y resucitó, resucitó en un cuerpo glorificado, o sea, resucitó con ese cuerpo glorificado, y ya no puede morir más, ese cuerpo, solamente una sola vez. Llevó a cabo ese sacrificio pero ya no puede tomar de nuevo los pecados de la gente para morir de nuevo. Por eso es que cuando Moisés hirió la roca la segunda ocasión, en la primera ocasión Dios le dijo: “Hiere la roca con la vara y ella dará agua para el pueblo”. Lo hizo, y dio agua para el pueblo. Luego viajaron y en otro lugar tuvo sed el pueblo, se reveló en contra de Moisés, y por consiguiente, en contra de Dios porque tuvo sed y Moisés habló con Dios, y Dios le dijo: “Ahora, háblale a la roca”. Había una roca allí también la cual representaba también a Cristo y, “háblale a la roca”, le dijo Dios, “y ella dará agua para el pueblo”. Y Moisés lleno de ira, recuerden, la ira no produce buenos resultados, ni siquiera en los hombres de Dios. No podemos hacer la Obra de Dios con ira, sino con Amor Divino. Y esa obra que Moisés iba a hacer siendo una Obra de Dios para beneficio de todo el pueblo, tenía que hacerla con Amor Divino aunque el pueblo lo había provocado y lo tenía molesto, pero cuando se trata de ir a hacer la Obra de Dios, no podemos estar molestos porque no podemos estar molestos con Dios, y si uno hace la Obra de Dios estando molesto, no está molesto con el pueblo, sino con Dios porque está haciendo la Obra de Dios, no está haciendo la obra del pueblo, sino la Obra de Dios y está llamado a hacer la Obra de Dios con Amor Divino. Y ahora, Moisés fue con Aarón y llevó su vara, y ahora le dice al pueblo las cosas que van a suceder y toma la vara y hiere la roca y la roca dio aguas para el pueblo pero no fue conforme a la perfecta voluntad de Dios, era hablándole y no hiriendo la roca. Porque la roca representa a Cristo y en la primera ocasión, en la roca anterior que él hirió, representaba a Cristo en Su Primera Venida siendo herido en la Cruz del Calvario. Pero para Su Segunda Venida que es esa otra roca, Cristo no morirá para quitar los pecados del mundo porque ya eso Él lo hizo en Su Primera Venida, o sea, que vendrá sin relación alguna con el pecado, para quitar el pecado de los seres humanos, ya eso Él lo hizo en Su Primera Venida. Pero Moisés hiriendo la roca, esa segunda ocasión estaba representando allí una crucifixión para la Segunda Venida de Cristo, y por cuanto no puede ser una crucifixión literal para quitar el pecado, entonces eso se cumple en una crucifixión espiritual en donde hablarán en contra de la Segunda Venida de Cristo siendo cumplida, y todo lo que hagan en contra de la Segunda Venida de Cristo les contará a la gente como le contó a la gente del tiempo de Jesús, la crucifixión que ellos vivieron tanto el pueblo hebreo como el imperio y gobierno romano que efectuó la crucifixión de Cristo. En la misma forma le contará a todos los que se levanten en contra de la Segunda Venida de Cristo. Ahora, a Dios no le gustó lo que Moisés hizo. Con lo que Moisés hizo ocasionaría que la Segunda Venida de Cristo fuera rechazada por muchas personas y fuera criticada la Segunda Venida de Cristo y fuera atacada por muchas personas. Como fue en la Primera Venida de Cristo, pero para esta ocasión no habrá una crucifixión literal para quitar el pecado del mundo. Ahora, vean, aquello que aparentemente se veía sencillo, de que Dios le dijo: “Háblale a la roca.” Y Moisés la hirió, y a Dios le molestó, se llenó de ira, Dios, y le dijo: “Ahora no entrarás a la tierra prometida por cuanto no me honraste”. Hiriendo la roca rompió el tipo y figura que tenía que ser cumplido allí, hablándole a la roca para que la roca diera agua de vida para los seres humanos. Pero siempre dio agua pero, vean ustedes, bajo una circunstancia que no era en la perfecta voluntad de Dios, pues Moisés hizo que saliera agua de la roca pero al herir la roca, eso no estaba en lo que Dios le ordeno para esa segunda ocasión, que representa la Segunda Venida de Cristo. Y si Moisés, al actuar en esa forma contra la roca, no pudo entrar a la tierra prometida en el cuerpo físico, aunque entró en su cuerpo teofánico, mucho menos podrán entrar a la tierra prometida del Reino Milenial todos los que se levanten en contra de la Roca, Cristo en Su Segunda Venida. Si Dios no se lo perdonó a Moisés, menos les perdonará a los que se levanten en contra de Cristo, la Roca, en Su Segunda Venida. Aun el imperio de los gentiles, el reino de los gentiles en la etapa de los pies de hierro y de barro cocido van a tropezar, o sea, no le van a querer dar con una vara, sino, con los pies. Pero ¿ha caminado alguno de ustedes, cuando niño o jovencito, descalzo? ¿Cuántos? ¿Y han caminado por donde hay piedras? Entonces ustedes saben lo que es darse con una piedra en el dedo grande, de tal forma, que pasan algunos días que no se puede colocar el zapato porque no resiste el dolor. Y entonces le ponen un adornito, algunas veces un pedacito de paño ahí, amarradito, o sea, le ponen un lacito al dedito que está muy triste ahí, lleno de dolor, lo adornan ahí y se ve bien adornadito, pero está que no lo aguanta la persona. Pero miren, la estatua que vio el rey Nabucodonosor, en la etapa de los pies de hierro y de barro cocido, miren con quien va a tropezar, con la piedra no cortada de manos, que vio el rey Nabucodonosor. En Su Primera Venida le dio con la pierna de hierro, con las piernas de hierro, en el imperio romano, pero ahora le va a dar con los pies de hierro y de barro cocido y van a quedar desmenuzados los pies de hierro y de barro cocido, porque el anticristo se va a levantar en contra de la Segunda Venida de Cristo. El anticristo, la bestia, esto está en Apocalipsis, capítulo 17, versos (vamos a ver) 11 en adelante, dice: *“La bestia que era, y no es, es también el octavo; y es de entre los siete, y va a la perdición.* *Y los diez cuernos que has visto, son diez reyes, que aún no han recibido reino; pero por una hora recibirán autoridad como reyes juntamente con la bestia.* *Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia.* *Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes; y los que están con él son llamados y elegidos y fieles.”* Ahora podemos ver, que el Cordero, que es Cristo en Su Segunda Venida, los vencerá. Jesucristo es el Cordero de Dios y ahora para el tiempo final se convierte en el León de la tribu de Judá en el Rey de reyes y Señor de señores y Juez de toda la tierra. Ahí habrá un entrelace entre León y Cordero, entre Sumo Sacerdote y Juez. Ahí habrá un entrelace en donde de Cordero cambia a León y de Sumo Sacerdote cambia a Juez. Ahora, podemos ver, que mientras Cristo está en el Trono de Intercesión en el Cielo Él es el Sumo Sacerdote haciendo intercesión con Su propia Sangre, con la Sangre del Cordero de Dios, con la Sangre de Su propio cuerpo que fue muerto en la Cruz del Calvario. Pero cuando Él salga del Trono de Intercesión, al ser llamados y juntados hasta el último de los escogidos de Dios y entrar al Cuerpo Místico de Cristo, y estar Cristo haciendo intercesión hasta por el último de los escogidos de Dios allá en el cielo, luego termina Su Obra de intercesión y sale del Trono de Intercesión en el Cielo y ya Su manifestación por medio de Su Velo de Carne será en toda Su plenitud. Y reclamará, Cristo, a todos los que Él a redimido con Su Sangre preciosa, resucitará a los muertos en Cristo y nos transformará a nosotros los que vivimos y eso es en Su Obra de Reclamo como el León de la Tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. Y estaremos viendo ese entrelace en este tiempo final. Ahora, la labor es el recogimiento de todos los escogidos de Dios con el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta que revela el misterio de la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel Fuerte, del Ángel de Jehová que es Jesucristo viniendo en Espíritu Santo en este tiempo final en carne humana en Su Ángel Mensajero a Su Iglesia en la Edad de la Piedra Angular. Y esa es una Iglesia jovencita. Cuando Sara fue rejuvenecida y Abraham fue rejuvenecido se fueron a otro lugar. Y estaban tan jovencitos que el rey Abimelec de Gerar se enamoró de Sara y Sara tenía 89 años. ¿Y qué hombre se enamora de una mujer de 89 años? Y menos un rey, enamorarse de una mujer de 89 años. Pero esa mujer de 89 años habia sido rejuvenecida porque habia un propósito divino en la vida de ella y era para traer al hijo prometido de Abraham. Al hijo prometido que Dios le prometió a Abraham el cual era tipo y figura de Cristo en Su Venida. Y por esa causa ella fue rejuvenecida y después que fue rejuvenecida tuvo el hijo prometido cuando tenía 90 años. Y Abraham cuando tuvo los 100 años recibió el hijo prometido, Abraham también estaba jovencito. Ahora, miren, el rey quería casarse con Sara y tener hijos por medio de Sara pero ya Dios había dicho que por medio de Sara el que tendría un hijo sería Abraham. Y ahora, por medio de esta mujer rejuvenecida viene el hijo prometido a Abraham. Y ahora por esta Iglesia rejuvenecida viene el Hijo prometido de Abraham. Y el hijo prometido tipificado en Isaac es la Segunda Venida de Cristo, es la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová velado y revelado en carne humana en el Día Postrero. Y tiene que venir por medio del Israel Celestial. Así como a la Primera Venida de Cristo fue por medio del Israel terrenal. Ahora el Israel Celestial tiene la promesa de la Segunda Venida de Cristo, del Hijo prometido para la Sara espiritual que es la Iglesia de Jesucristo. Y ahora, podemos ver, que con Su Venida Él traerá las bendiciones del Cielo en medio de Su Iglesia, traerá la alegría, el regocijo, tanto a la Sara espiritual como a Abraham. Dios estará regocijado y también Sara, la Iglesia del Señor Jesucristo. Fue de regocijo para Abraham, la venida del hijo prometido, y Abraham se había reído, pero no una risa de incredulidad cuando Dios le había prometido que tendría un hijo. Y luego Sara también se había reído, pero lo de Sara fue con incredulidad, pensando que ya ella estaba vieja y cómo era posible que ella siendo mujer vieja y ya habiendo pasado el tiempo de tener hijos iba a tener hijos, iba a tener deleites con su señor, su esposo, y tener hijos concebir hijos, concebir un hijo. Y ahora, vean ustedes, eso es lo mismo para la Iglesia. Ahora, recuerden que Sara, siendo una mujer ya de edad avanzada, siendo vieja, se rió, pero cuando fue rejuvenecida ya tuvo, concibió y tuvo el niño, el hijo prometido, y se rió pero de alegría, de gozo, no de incredulidad. Se había hecho realidad lo que Dios había prometido porque, ¿hay alguna cosa imposible para Dios? No la hay. Y para el que cree ¿hay alguna cosa imposible? Tampoco la hay. Por lo tanto, la incredulidad de Sara fue quitada y pudo obtener el niño prometido. Ahora Abraham había creído a Dios y vino el niño prometido y Abraham rió de gozo juntamente con Sara. Fue un momento muy feliz para Abraham y Sara. Y ahora, ¿qué dice la Escritura? Dice la Escritura que Isaac significa ¿qué? Risa, o uno que se ríe. ¿Y no dice la Escritura que Dios se reirá? ¿No han leído eso? Miguel, ¿en qué lugar es que se, que está en uno de los Salmos es, Miguel? ¿O en Isaías? En..., vamos a ver... Ahora muchas personas se han reído de la promesa de la Segunda Venida de Cristo, pero ahora Dios se va a reír, y se va a reír de los que se han reído de Su promesa. Dice: \[Salmos 2:1\] *“¿Por qué se amotinan las gentes, Y los pueblos piensan cosas vanas?* *Se levantarán los reyes de la tierra, Y príncipes consultarán unidos Contra Jehová y contra su ungido”.* Esto lo hicieron dos mil años atrás, pero vean, allí fue el pueblo hebreo y el imperio romanos. Para el Día Postrero la bestia con los diez reyes dice la Escritura que pelearan contra el Cordero, pero el Cordero los vencerá. Y en Apocalipsis, eso lo leímos, Apocalipsis, capítulo 17, dice: *“Estos tienen un mismo propósito, y entregarán su poder y su autoridad a la bestia.* *Pelearán contra el Cordero, y el Cordero los vencerá, porque él es Señor de señores y Rey de reyes”.* Y en Apocalipsis, capítulo 19, verso 19, dice: *“Y vi a la bestia, a los reyes de la tierra y a sus ejércitos, reunidos para guerrear contra el que montaba el caballo, y contra su ejército”.* O sea, para guerrear contra el que montaba el caballo blanco de Apocalipsis 19, que es la Segunda Venida de Cristo, que es la Venida del Verbo, de la Palabra encarnada en un hombre. Van a guerrear la bestia y esos reyes que le darán su poder y su autoridad, van a hacerle la guerra a la Palabra encarnada en un hombre, le van a hacer la guerra a la Venida del Ángel del Pacto, el Verbo, la Palabra encarnada en un hombre, pero el Cordero que es el mismo León de la Tribu de Judá, y que es el Verbo, que es la Palabra, el Ángel del Pacto, los vencerá. No ha perdido ninguna batalla el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto. Él los vencerá porque Él es Rey de reyes y Señor de señores. Él es Rey en la séptima dimensión, es Rey en la sexta dimensión y Él es Rey en esta dimensión terrenal sentándose en el Trono de David. Ahora, dice: *“Se levantarán los reyes de la tierra, ...”* \[Salmos 2\] Aquí, vean ustedes, está incluyendo más reyes de los que hubo en el tiempo de Jesús, contra Él. O sea, que una parte se cumplió allá y la otra se cumplirá en Su Segunda Venida. *“Se levantarán los reyes de la tierra, Y príncipes consultarán unidos Contra Jehová y contra su ungido, diciendo:* *Rompamos sus ligaduras, Y echemos de nosotros sus cuerdas.* *El que mora en los cielos se reirá; El Señor se burlará de ellos.* *Luego hablará a ellos en su furor, Y los turbará con su ira”.* O sea, es que viene como Rey de reyes y Señor de señores, y viene como Juez de toda la Tierra. O sea, que el cumplimiento pleno para el tiempo final es en la Segunda Venida de Cristo. Se cumplió también en Su Primera Venida pero se cumple en Su Segunda Venida también. Dice: *“Pero yo he puesto mi rey Sobre Sion, mi santo monte.* *Yo publicaré el decreto; Jehová me ha dicho: Mi hijo eres tú; Yo te engendré hoy.* *Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra.* *Los quebrantarás con vara de hierro; ...”* Eso nos lleva ¿a dónde? A Apocalipsis capítulo 2, versos 26 al 27 y Apocalipsis, capítulo 19, también. Vamos a ver, Apocalipsis, capítulo 2, verso 26 al 27, dice: *“Al que venciere y guardare mis obras hasta el fin, yo le daré autoridad sobre las naciones,* *y las regirá con vara de hierro, y serán quebradas como vaso de alfarero; como yo también la he recibido de mi Padre”.* O sea, lo mismo que Cristo ha recibido del Padre es lo que Él dará al vencedor. Por eso es que también dice en Apocalipsis, capítulo 3, verso 21: *“Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi Padre en su trono”.* Por eso al siervo fiel y prudente que estará en el Día Postrero en la Venida del Hijo del Hombre, en la Venida del Señor, dice Cristo en esta parábola de San Mateo, capítulo 24, verso 45 al 47: *“¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente, al cual puso su señor sobre su casa* (¿Su Casa es cual? Su Iglesia) *para que les dé el alimento a tiempo?* (¿Qué alimento? El alimento de la Palabra de Dios, el Mensaje correspondiente a este tiempo). *Bienaventurado aquel siervo al cual, cuando su señor venga, le halle haciendo así”.* O sea, lo encuentre dándole el alimento espiritual a Su Iglesia, a todos los hijos e hijas de Dios, “Porque no solamente de pan vivirá el hombre, sino de toda Palabra que sale de la boca de Dios”. \[San Mateo 4:4\] Y el siervo fiel y prudente que esté en la tierra en el Día Postrero alimentando a los hijos de Dios en la Edad de la Piedra Angular, ese será el siervo fiel y prudente al cual encontrará Cristo en el cumplimiento de Su Venida y dice: “De cierto os digo que sobre todos sus bienes le pondrá”. \[San Mateo 24:47\] Por eso dice, también en Apocalipsis, capítulo 3, verso 21: “Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono”, para que se cumpla lo que dijo: “sobre todos sus bienes le pondrá,” en otro de los Evangelios lo llama el mayordomo fiel y prudente, al cual cuando su señor venga le halle haciendo así, le pondrá, ¿sobre qué? Sobre todos sus bienes, ¿para qué? Si es su mayordomo, pues para que administre sus bienes. Él es un administrador, así como cada ángel mensajero de cada edad, ha sido el administrador de Cristo en cada edad por medio del cual Cristo ha estado manifestado. Y el administrador en la Edad de la Piedra Angular pues es el siervo fiel y prudente que esté ahí como el mensajero de la Edad de la Piedra Angular alimentando los hijos e hijas de Dios en la Edad de la Piedra Angular con el Mensaje del Evangelio del Reino, revelándole todas estas cosas que deben suceder pronto en este tiempo final a todos los hijos de Dios. Y ese será el alimento espiritual para todos los hijos de Dios, ese será el Maná escondido para todos los hijos de Dios el cual le es dado al vencedor y él lo da a todos los hijos e hijas de Dios. El Maná escondido es la revelación divina de la Segunda Venida de Cristo, revelación que en otras edades no fue dada a conocer a los hijos de Dios. Y, ¿dónde estaba el maná escondido en el templo? Estaba en el lugar santísimo. Las siete etapas o edades de la Iglesia gentil corresponden al Lugar Santo del Templo Espiritual de Cristo y la Edad de la Piedra Angular corresponde al Lugar Santísimo del Templo Espiritual de Cristo, o sea, de la Iglesia del Señor Jesucristo, y esa es la Edad de la Piedra Angular donde es colocado el Maná escondido y es dado a comer a todos los hijos e hijas de Dios. Es dado a comer al siervo fiel y prudente, al vencedor y Él da a comer a toda la Familia de Dios, el Maná escondido que es la revelación de la Segunda Venida de Cristo como el León de la Tribu de Judá y como Rey de reyes y Señor de señores y Juez de toda la Tierra. Ahora, esa revelación, en cuanto a su cumplimiento, es tan sencilla como fue la revelación de la Primera Venida de Cristo. Ahora para este tiempo final, vean ustedes, cómo nos dice Cristo que dará autoridad sobre las naciones al vencedor y las regirá con vara de hierro. Y en Apocalipsis, capítulo 19, verso 15 en adelante, dice, hablando del jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, dice: *“De su boca sale una espada aguda, para herir con ella a las naciones, y él las regirá con vara de hierro; y él pisa el lagar del vino del furor y de la ira del Dios Todopoderoso”.* Y este jinete del caballo blanco de Apocalipsis 19, es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, Jesucristo en Espíritu Santo, y en Su Venida en el Día Postrero es el Verbo, la Palabra encarnada en un hombre. Así que ahí estará esa vara de hierro, esa espada de dos filos y por eso es que acá donde nos presenta Su Venida, aquí en el encabezamiento, antes de leer el mismo capítulo 2, dice que es el Salmo del Rey. El Rey es rechazado, y luego el Rey es exaltado, y luego, número 3, el Rey sobre las naciones. Fue rechazado en Su Primera Venida, luego fue exaltado y se sentó a la diestra de Dios y en el Día Postrero, en el séptimo milenio y en Su Venida reinará sobre todas las naciones. Establecerá Su Reino aquí en la tierra, establecerá el Reino de Dios en este planeta tierra. Dice, vamos a ver cómo continúa diciendo aquí el Salmo número 2, estábamos leyendo donde dice: *“Pídeme, y te daré por herencia las naciones, Y como posesión tuya los confines de la tierra.* *Los quebrantarás con vara de hierro; Como vasija de alfarero los desmenuzarás* (Así también lo vio el profeta Daniel cuando la piedra no cortada de manos desmenuzó los pies de hierro y de barro cocido)*”*. Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; (esto es para los diez reyes que le darán su poder y autoridad a la bestia y para todos los demás reyes que estarán viviendo en este planeta tierra. Reyes, presidentes, gobernantes de las diferentes naciones) *“Ahora, pues, oh reyes, sed prudentes; Admitid amonestación, jueces de la tierra.* *Servid a Jehová con temor, Y alegraos con temblor.* *Honrad al Hijo, para que no se enoje, y perezcáis en el camino; Pues se inflama de pronto su ira.* *Bienaventurados todos los que en él confían”.* Ahora vean este es un Salmo profético, habla de la Primera Venida de Cristo y de Su Segunda Venida. Y habla que obtendrá todas las naciones como herencia, y eso también está hablando aquí en el capítulo 11, verso 15 en adelante de Apocalipsis, donde dice: *“El séptimo ángel tocó la trompeta, y hubo grandes voces en el cielo, que decían: Los reinos del mundo han venido a ser de nuestro Señor y de su Cristo; (o sea, de Su Ungido) y él reinará por los siglos de los siglos.* *Y los veinticuatro ancianos que estaban sentados delante de Dios en sus tronos, se postraron sobre sus rostros, y adoraron a Dios,* (¿quiénes son estos veinticuatro ancianos? Los doce patriarcas y los doce apóstoles de Jesucristo) *diciendo: Te damos gracias, Señor Dios Todopoderoso, el que eres y que eras y que has de venir, porque has tomado tu gran poder, y has reinado.* *Y se airaron las naciones, y tu ira ha venido, y el tiempo de juzgar a los muertos, y de dar el galardón a tus siervos los profetas, a los santos, y a los que temen tu nombre, a los pequeños y a los grandes, y de destruir a los que destruyen la tierra.* *Y el templo de Dios fue abierto en el cielo, y el arca de su pacto se veía en el templo. Y hubo relámpagos, voces, truenos, un terremoto y grande granizo”.* Ahora, vean, desde el Trono de Dios está saliendo el juicio divino, se convirtió en un Trono de Juicio. ¿Por qué? Porque ya el Señor Jesucristo, como Sumo Sacerdote, no está en el Trono de Dios con Su Sangre intercediendo, porque ya él ha terminado Su labor de intercesión y ya todos los que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero entraron al Cuerpo Místico de Cristo y Él ya hizo intercesión por todos ellos. Ya Él los limpió con Su Sangre preciosa, y ya la Obra de Intercesión terminó, y entonces reclama todos los que Él ha redimido con Su Sangre preciosa y los que han muerto los resucita en cuerpos eternos y los que estamos vivos nos transformará y nos dará el cuerpo nuevo. Y así vean ustedes, seremos luego llevados en y con ese cuerpo nuevo a la Casa de nuestro Padre Celestial, donde tenemos una invitación desde hace miles de años. Una invitación para estar en la Casa de nuestro Padre Celestial en esa gran Fiesta de Boda que es la recepción de las Bodas del Cordero con Su Iglesia. Apocalipsis 19, verso 9 en adelante, dice: “Y el ángel me dijo ...” vamos a ver, del 7 en adelante dice: *“Gocémonos y alegrémonos y démosle gloria; porque han llegado las bodas del Cordero, y su esposa se ha preparado.* *Y a ella se le ha concedido que se vista de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos.* *Y el ángel me dijo: Escribe: Bienaventurados los que son llamados a la cena de las bodas del Cordero”.* Son bienaventurados los que son llamados a la Cena de las Bodas del Cordero porque esas personas para poder estar en la Cena de las Bodas del Cordero estarán vestidos con la nueva vestidura del cuerpo nuevo para poder ir a la Cena de las Bodas del Cordero. Son personas que han recibido la vestidura interior que es el bautismo del Espíritu Santo, las primicias del Espíritu han recibido el cuerpo teofánico y en el Día Postrero recibirán el cuerpo físico que es la vestidura exterior. Un cuerpo físico eterno, glorificado y jovencito para toda la eternidad. O sea, que vamos a ir vestidos de nuevo, vamos a ir estrenando para la Cena de las Bodas del Cordero. Son bienaventurados porque así como cuando preparan una Boda, preparan una lista de personas que son invitadas y le mandan la invitación y le piden que presenten esa invitación cuando vengan para las bodas. Y ahora, Dios es el que ha hecho la invitación y ha colocado nuestro nombre en el Libro de la Vida del Cordero, por eso es que Cristo siempre decía: “Yo conozco mis ovejas y yo las llamo por su nombre”, pues Él conoce el nombre escrito en el Libro de la Vida del Cordero de cada una de esas ovejas, porque esas ovejas son los hijos e hijas de Dios, son las personas que vienen de Dios, vienen de la séptima dimensión, su alma viene de Dios. Esa es la semilla o simiente de Dios. Semilla o simiente de Dios eso es hijos o hijas de Dios. Y vienen a esta tierra y aparecen como los demás seres humanos, pero el alma que tienen ha venido de Dios. Y son esas almas, primogénitas de Dios, escritos en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo. De los cuales habló San Pablo en su carta a los Hebreos, capítulo 12, versos 22 y 23, cuando dijo: *“Sino que os habéis acercado al monte de Sion, a la ciudad del Dios vivo, Jerusalén la celestial, a la compañía de muchos millares de ángeles,* *a la congregación de los primogénitos que están inscritos en los cielos, a Dios el Juez de todos, a los espíritus de los justos hechos perfectos,* *a Jesús el Mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la de Abel”.* Ahora, así como el Israel terrenal ofrecía a Dios el sacrificio por el pecado y la reconciliación del pueblo hebreo con Dios, ahora vean ustedes, el Israel Celestial también tiene un sacrificio por el pecado y es el sacrificio del Cordero de Dios, Jesucristo, nuestro salvador. Ya no necesitamos animalitos para sacrificarlos, esos animalitos que el pueblo hebreo ofrecía a Dios como sacrificio por el pecado, eran el tipo y figura o sea, la sombra de Cristo en Su Primera Venida como Cordero de Dios para quitar el pecado del mundo. Ya vino un Cordero perfecto y se hizo un sacrificio perfecto, el mismo Ángel de Jehová, Ángel del Pacto, ofreció Su propio cuerpo físico que se creó en el vientre de María y nació por medio de la Virgen María, ese mismo cuerpo lo ofreció en sacrificio vivo por el pecado. Y luego Su Sangre fue llevada al Trono de Dios, ya no al templo terrenal sino al Templo Celestial y fue llevado, ese sacrificio, Su Sangre fue llevada ¿a dónde? Al Lugar Santísimo del Templo que está en el Cielo. Porque allí estaba el Sumo Sacerdote, Melquisedec, el cual ministra en el Templo que está en el Cielo y entra al Lugar Santísimo del Templo que está en el Cielo. O sea que, ese Cordero que estaba ofrecido para ser sacrificado del cual decía: “Como cordero fui llevado al matadero”, ese no sería un animalito, sino, un hombre y Su sacrificio sería colocado y Su Sangre sería colocada, no en el templo terrenal, sino, en el Templo Celestial. Todo eso había sido tipificado en el templo que construyó Moisés y el templo que construyó Salomón y las labores que los sacerdotes y el sumo sacerdote llevaban a cabo en el templo. Todo eso lo cumplió Cristo en el Templo que está en el Cielo. Y ahora cuando Él salga del Templo que está en el Cielo, estará haciendo lo mismo que el Sumo Sacerdote hacía el día de la expiación, cuando terminaba sus labores y salía del lugar santísimo y ya no entraba mas al lugar santísimo porque había terminado de efectuar la reconciliación del pueblo hebreo con Dios, del Israel terrenal. Y cuando Cristo salga del Trono que está en el Cielo, del Lugar Santísimo, ya no habrá más Sangre allí y ya habrá terminado de realizar la reconciliación de todos los hijos e hijas de Dios, de todas las almas que vienen de Dios, las almas de los primogénitos de Dios, ya habrán sido reconciliadas con ese sacrificio de Cristo y ya Cristo habrá hecho intercesión por todos los que tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero, por todos los miembros del Israel Celestial. Vieron que nos dice: A la congregación de los primogénitos inscritos, que están inscritos, en los Cielos. Así como en Israel, los que nacían en Israel, pues los registraban allá en Israel. También los que han estado naciendo fuera de Israel, pero que son hebreos, también van a la embajada o al consulado y los registran ahí, pero han nacido, quizás, fuera de Israel. Pero los que han nacido en el mismo Israel, allí, van a la ciudad donde nacieron, y ahí le dan el acta de nacimiento, si lo necesita. Y ahora, ¿saben ustedes una cosa? Nuestra acta de nacimiento, ¿dónde está? En el Cielo, en la Jerusalén Celestial. En el Israel Celestial está nuestra acta de nacimiento y está nuestro nombre registrado allí. Ahora podemos ver, que el Israel Celestial es el que tiene las grandes promesas para este tiempo final de la Segunda Venida de Cristo, de la Venida del Ángel del Pacto viniendo en el cumplimiento ¿de? De la Venida del Hijo prometido de Abraham por medio de la Sara espiritual, que es la Iglesia del Señor Jesucristo. Ahora, estamos viviendo nosotros en el tiempo más glorioso de todos los tiempos. Así como el Israel terrenal es como el polvo de la tierra, son millones, aunque usted vea poquitos, allí en el territorio de Israel, hay millones fuera del territorio de Israel y también los que han partido en edades y dispensaciones pasadas. O sea, que son millones los descendientes de Abraham por medio de la carne, o sea, el Israel terrenal, son millones, y eso es sin contar los descendientes de Ismael. Y los descendientes de Cetura, la esposa de Abraham, que tuvo después que Sara murió. Estaba tan fuerte y jovencito que se volvió a casar. Y ahora, por Sara, solamente tuvo uno, pero por Cetura, tuvo seis. Así que Abraham tuvo ¿cuántos hijos? Ocho hijos. Ismael, Isaac y los seis hijos. Pero vean ustedes, Isaac era el hijo de la promesa, y por eso, por medio de Isaac fue que vino Jacob y por medio de Jacob, los patriarcas y por medio de los patriarcas se fue formando el pueblo hebreo y por medio del pueblo hebreo fue cumplida la Primera Venida de Cristo y por medio del pueblo hebreo, vean ustedes, vino el Sacrificio de Cristo, allí en medio del pueblo hebreo, y luego Cristo pasó la bendición de Abraham a los gentiles para llevar a cabo la creación del Israel Celestial aquí en la tierra. El Israel Celestial se ha estado materializando aquí en la tierra y es la Iglesia del Señor Jesucristo, pero es del Cielo. Y ahora el Israel Celestial es como las estrellas del cielo, aunque también podemos representar al Israel terrenal en las estrellas del cielo, pero se cumple más plenamente en el Israel Celestial. Ahora podemos ver el por qué a través de la Escritura, Dios representa en estrellas a seres humanos. Por ejemplo, en Números, tenemos la Venida del Mesías representada en una estrella que saldría de Jacob y luego, vean, en el capítulo 2 de San Mateo, los magos vinieron a Jerusalén buscando al Mesías que había nacido porque su estrella habían visto en el oriente, o sea, ellos estaban viviendo allá en el área de Ur de los Caldeos por allá por Babilonia, donde vivió también el profeta Daniel y los compañeros, tres compañeros de Daniel, y donde vivieron muchos hebreos cuando fueron llevados cautivos a Babilonia y dejaron simiente allá, dejaron hijos e hijas allá que estuvieron muy bien allá muchos de ellos porque tenían una buena posición muchos de ellos. Y ahora, de ese territorio vienen unos magos que la probabilidad de que fueran descendientes hebreos es no menos del 90%. Eran creyentes en la promesa de la Venida del Mesías. Conocían las profecías dadas por Dios a través del profeta Daniel, y de otros profetas, Jeremías fue también a,... u otros profetas vivieron allá en Babilonia, Ezequiel y otros profetas, y allá conocían las profecías mesiánicas dadas al pueblo hebreo y por eso ellos sabían, muchos de ellos sabían que una estrella saldría de Jacob. Y ahora cuando ven una estrella en el cielo, una señal en el cielo, lo cual fue la señal de la Primera Venida del Hijo del Hombre, vista en el cielo, porque las cosas que Dios hace en la tierra, las cuales están prometidas en Su Palabra, las muestra en el cielo. Por eso es que Cristo dijo que habría señales en el cielo, y dijo que levantaran sus cabezas al cielo y eso es para ver el cumplimiento de esas señales y para espiritualmente colocar nuestras mentes, nuestros ojos y nuestros corazones en las cosas celestiales siendo cumplidas, materializadas aquí en la tierra. La Iglesia del Señor Jesucristo, por ejemplo, es un pueblo celestial que ha estado materializándose aquí en la tierra, porque las cosas celestiales vienen a la tierra, se materializan en la tierra. Por ejemplo, Cristo dijo: “Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo”. \[San Juan 3:13\] Vean, seguía siendo celestial aunque estaba en la tierra. Y la Iglesia de Jesucristo es un pueblo celestial aunque se encuentra aquí en la tierra, es el Israel Celestial. Job habló, o el libro de Job habla, en el capítulo 38, verso 7, diciendo, o Dios le habla a Job, no es Job el que habla, es Dios el que le habla a Job. Vamos a ver, si, es Dios el que le habla a Job, y le dice, (vamos a ver), capítulo 38, verso 1 en adelante, dice: *“Entonces respondió Jehová a Job desde un torbellino, y dijo:* *¿Quién es ése que oscurece el consejo Con palabras sin sabiduría?* *Ahora ciñe como varón tus lomos; Yo te preguntaré, y tú me contestarás”.* Ahora, quien era el que estaba oscureciendo el consejo Divino? Ahora, el ser humano que hablaba cosas y no sabía lo que estaba hablando. Ahora, dice: *“¿Dónde estabas tú cuando yo fundaba la tierra? Házmelo saber, si tienes inteligencia.* *¿Quién ordenó sus medidas, si lo sabes? ¿O quién extendió sobre ella cordel?* *¿Sobre qué están fundadas sus bases? ¿O quién puso su piedra angular,* *Cuando alababan todas las estrellas del alba, Y se regocijaban todos los hijos de Dios?”* Ahora podemos ver cómo Dios le habla a Job y le está hablando de estos misterios que Job no comprendía. Le está hablando a las estrellas del alba, o sea, de la mañana, y él le está hablando de los hijos de Dios. Ahora todo eso, vean ustedes, las estrellas del alba y los hijos de Dios son los miembros de la Iglesia del Señor Jesucristo. Dios representa en las estrellas los hijos e hijas de Dios. Por eso es que cuando, en el Apocalipsis, tiene el Hijo del Hombre siete estrellas en Su mano luego él le dice a Juan: “Las siete estrellas que viste en mi mano, dice: *“El misterio de las siete estrellas que has visto en mi* (mano) *diestra, y de los siete candeleros de oro: las siete estrellas son los ángeles de las siete iglesias, y los siete candeleros que has visto, son las siete iglesias”.* \[Apocalipsis 1:20\] Ahí podemos ver que estas estrellas son los ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil, porque Dios representa con estrellas a Sus hijos. Y ahora la estrella del Mesías, vean ustedes, representaba al Mesías y por eso los magos cuando vieron esa señal en el cielo, esa estrella, salieron rumbo a la tierra de Israel desde Babilonia buscando al Mesías. Llegaron a Jerusalén porque toda persona piensa que si algo importante está sucediendo en un país y que es algo de parte de Dios, y es lo más grande que estaba prometido para suceder, pues tiene que ser en la capital. Pero, vean ustedes, llegaron a la capital donde estaba la cabeza de la religión hebrea, el templo y el sumo sacerdote y nada sabían de la Venida del Mesías. Ellos decían: “¿Dónde está el Rey de los Judíos que ha nacido porque su estrella hemos visto en el oriente?” Y nada sabían. El rey se interesó, porque él no quería otro rey, y quería matar a ese niño que había nacido. Los magos, luego se fueron por orden del rey a buscar al Mesías, pues le fue dicho que sería en Belén de Judea conforme a la profecía y se fueron para Belén de Judea. Porque cuando una persona está buscando la bendición de Dios va a donde tenga que ir. Y ahora, salieron para Belén de Judea y vieron de nuevo la estrella, la cual, cuando llegaron a Belén de Judea, se posó sobre la casa donde estaba el niño, o sea, que en cierta forma esa estrella se vería señalando a esa casa. Como cuando algunas veces usted puede ver una estrella que se ve bajita allá a cierta distancia y hay una montaña y usted dice: “Está sobre la montaña. Se ve sobre la montaña.” Pues así se vería sobre la casa donde estaba el niño. Pero ¿Y no era en un pesebre que nació el niño? Nació en un pesebre pero ya tenía como dos años y no lo iban a dejar todo el tiempo en el pesebre. Porque José no era un vago, era un carpintero trabajador y María era una joven muy trabajadora también. Por lo tanto, ellos, de alguna forma o compraron o alquilaron una casa, o sus familiares le ofrecieron alguna casa. Pero la cosa es que ya estaban dentro de una casa. Ahora, ya el niño tenía alrededor de dos años, por lo tanto, de seguro les habló. Y ellos le hablaron al niño y le ofrecieron los regalos, los presentes que le habían traído: mirra, incienso y oro, los cuales identificaron a Jesús como el Mesías. Oro representa la divinidad, y con ese presente estaban reconociéndolo como la Divinidad manifestada en carne humana. Dios viniendo entre los seres humanos como un niñito. Miren lo grande que es Dios y lo sencillo que se hace. Dios haciéndose a imagen del hombre, del ser humano, y apareciendo como aparecen los hombres aquí en la tierra, hombres y mujeres, naciendo por medio de una virgen. Ahora, esa estrella que vieron en el Cielo representaba al Mesías, y si la estrella estaba siendo vista pues el Mesías ya estaba en la tierra, porque estaban viendo la señal del Hijo del Hombre en el Cielo. Y si la señal del Hijo del Hombre está en el Cielo, pues entonces el velo de carne en donde se cumple la Venida del Hijo del Hombre tiene que estar en la tierra. No va a estar señalando algo que no está. No va a estar anunciando algo que no está. Ahora, vean ustedes, cómo en esa Estrella está representado un Mesías. Por eso también es que Jesús dice en Apocalipsis, capítulo 2, verso 28: “Al que venciere yo le daré la Estrella de la Mañana.” Y la Estrella de la Mañana es la Segunda Venida de Cristo. El Vencedor es el que recibe la Estrella resplandeciente de la Mañana, es el que recibe a Cristo en Su Segunda Venida, es el que recibe la piedra no cortada de manos, es el que recibe esa piedrecita blanca con un Nombre Nuevo escrito que ninguno entiende, sino aquel que lo recibe, o sea, que el que recibe esa piedrecita blanca con ese Nombre Nuevo. Y esa piedrecita blanca es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová que para el Día Postrero, vendrá con un Nombre Nuevo. Y ahora, en Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, dice: “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias. Yo soy la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana.” Ahora, ¿quién es la Estrella resplandeciente de la mañana? Nuestro amado Señor Jesucristo. Él es el que viene en el Día Postrero. Él es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová y Su Venida viene directamente al Vencedor en el Día Postrero el cual le da la bienvenida, lo recibe y recibe la bendición de ver el cumplimiento de la Venida del Ángel del Pacto, de la Venida de la Estrella resplandeciente de la Mañana. Y la Estrella resplandeciente de la Mañana, ¿saben cuándo se ve y se identifica como la Estrella de la Mañana? Cuando las demás estrellas han terminado sus labores permanece la Estrella de la Mañana grande, anunciando que un Nuevo Día está rayando. Está rayando el alba y la Estrella da testimonio de que ya está comenzando un Nuevo Día dispensacional, y que la claridad que se comienza a ver por el este, por donde mismo está la Estrella de la Mañana, es la claridad del sol que está naciendo, porque a los que temen mi nombre nacerá el Sol de Justicia y en sus alas traerá salvación. \[Malaquías 4:2\] Y el Sol de Justicia naciendo es la Venida del Señor, la Venida del Ángel del Pacto y sus alas son los ministerios de Sus ángeles, son los ministerios de Moisés y Elías. Y ahora, vean todo lo que anuncia la Estrella resplandeciente de la Mañana, Cristo el Ángel del Pacto manifestado en el Día Postrero en aquel que recibe esa Estrella, aquel que recibe al Ángel del Pacto, a Cristo viniendo en la Mañana, en la madrugada de un Nuevo Día dispensacional, cuando todo el mundo está dormido. Y ya con la Estrella de la Mañana resplandeciendo, anunciando un Nuevo Día dispensacional, comienza el llamado para todos los escogidos de Dios el cual está en Isaías, capítulo 60, donde nos dice de la siguiente manera, y vamos a leerlo, dice: \[verso 1\] *“Levántate, resplandece; porque ha venido tu luz, y la gloria de Jehová ha nacido sobre ti.”* San Pablo también tomó esa Escritura para llamar a despertar a la gente a la Primera Venida de Cristo para ver el cumplimiento de la Primera Venida de Cristo, y decía: “Como dice la Escritura, despiértate tú que duermes, levántate de entre los muertos, y te alumbrará Cristo.” \[Efesios 5:14\] Cristo alumbrando en Su Primera Venida, pues Él dijo: “Yo soy la luz del mundo y el que me sigue no andará en tinieblas, mas tendrá la luz de la vida.” \[San Juan 8:12\] Y Cristo en Su Segunda Venida sigue siendo la luz del mundo, la luz del mundo para este glorioso Reino Milenial. “Y la tierra será llena del conocimiento de la Gloria de Jehová como las aguas cubren el mar.” \[Isaías 11:9\] Será llena la tierra, la humanidad, del conocimiento de la Segunda Venida de Cristo como el León de la Tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores. Ese es el mensaje que será enseñando durante el Reino Milenial, el Mensaje de la Segunda Venida de Cristo, como el León de la tribu de Judá en Su Obra de reclamo, sin desechar el Mensaje de la Primera Venida de Cristo, porque también se dará a conocer los beneficios que hemos obtenido en y con la Primera Venida de Cristo, y los beneficios obtenidos con la Segunda Venida de Cristo. Y por medio del Mensaje del Evangelio del Reino será que la tierra será llena del conocimiento de la Gloria de Dios como las aguas cubren el mar. Y así la humanidad obtendrá el conocimiento de Dios y Su Programa. Dice la Escritura: “Y todos me conocerán porque yo mismo que hablo estaré presente.” \[Isaías 52:6\] Él estará presente en carne humana en el Día Postrero, así como estuvo presente dos mil años atrás en carne humana, en el velo de carne llamado Jesús. Él estará presente en el Día Postrero, en el séptimo milenio, y todos serán enseñados de Dios, todos serán enseñados por el Ángel de Jehová que es Jesucristo en Espíritu Santo manifestado en carne humana en el Día Postrero. Y lo que él dijo: “Sube acá y yo te mostraré estas cosas, todas estas cosas que sucederán después de estas”, conforme a Apocalipsis capítulo 4, verso 1, ahora, al subir a la Edad de la Piedra Angular, Él nos muestra todas estas cosas que deben suceder pronto, ¿por medio de quién? Vamos a ver por medio de quien, Apocalipsis, capítulo 22, verso 6, dice por medio de quién obtendremos el conocimiento de todas las cosas que han de suceder. Dice: *“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto.”* ¿A quién envía? A Su Ángel. ¿Para qué? Para mostrar a Sus siervos las cosas que deben suceder pronto. Solamente por medio de Su Ángel Mensajero es que todos los seres humanos obtendrán el conocimiento de la Segunda Venida de Cristo y Su Obra de Reclamo en el Día Postrero, porque para eso es enviado el Ángel del Señor Jesucristo. Ese es el profeta mensajero de la Dispensación del Reino con el Evangelio del Reino, ese es el profeta mensajero también de Apocalipsis, capítulo 14, del cual dice así, capítulo 14, verso 6 en adelante, dice: *“Vi volar por en medio del cielo a otro ángel, que tenía el evangelio eterno para predicarlo a los moradores de la tierra, a toda nación, tribu, lengua y pueblo.”* ¿Y cómo podrá este Ángel del Señor Jesucristo, predicar el Evangelio eterno a todo pueblo, nación y lengua? Estando en carne humana en este tiempo final en medio de los seres humanos para poder predicar a todo pueblo, nación y lengua, el Evangelio eterno. *“…diciendo a gran voz: Temed a Dios, y dadle gloria, porque la hora de su juicio ha llegado* (Viene anunciando también el juicio divino) y adorad a aquel que hizo el cielo y la tierra, el mar y las fuentes de las aguas…”. ¿Ven? Viene enseñando a la humanidad que adoren ¿a quién? A Dios. Juan quiso adorarlo a Él, al Ángel de Jesucristo, y el Ángel le dijo: “No, no lo hagas. Adora a Dios”. Y aquí también viene enseñando que adoren a Dios. Viene enseñando que adoren a Dios. ¿Con qué? Con el Mensaje del Evangelio eterno, Él enseña a la humanidad a adorar a Dios en la Dispensación del Reino y por toda la eternidad. Ahora, vean ustedes cómo la simiente de Abraham, o linaje de Abraham, estando representada en las estrellas del cielo también y representando a la Iglesia de Jesucristo, vean ustedes, tenemos que en la descendencia de Abraham Celestial hay muchas estrellas. Esas estrellas son los hijos de Dios, hijos e hijas de Dios, y entre todas esas estrellas hay grandes luceros, como San Pablo, como Ireneo, como Martin, como Colombo, como Lutero, como Wesley y como el reverendo William Branham. Y como el Ángel del Señor Jesucristo, donde así como Cristo estuvo en cada uno de esos ángeles mensajeros de las siete edades, y por eso fueron las estrellas, los mensajeros de Cristo a través de los cuales Él resplandeció, ahora por medio de Su Ángel Mensajero, Cristo estará manifestado como Estrella resplandeciente de la Mañana en el Día Postrero, en un Nuevo Día dispensacional. O sea, eso es rayando el alba en donde Él se revela como la estrella resplandeciente de la Mañana por medio de Su Ángel Mensajero. Y luego, también lo vemos como el Sol de Justicia, con Su rostro como el Sol, aparece en Apocalipsis, capítulo 1 y capítulo 10 y en San Mateo, capítulo 17 en el Monte de la Transfiguración, aparece con Su rostro como el Sol resplandeciendo. Porque Él con Su rostro como el Sol representa, lo representa a él como Rey de reyes y Señor de señores, porque el Sol es el astro rey y Cristo es el Rey de reyes y Señor de señores. Como también el león, siendo el rey de los animales, representa a Cristo como Rey de reyes y Señor de señores, como el León de la tribu de Judá. Y ahora, vean ustedes, cuando Abraham levantó sus ojos al cielo, ¿qué vio él? El vio a toda su descendencia. Dios le dijo: “Levanta tu vista, mira hacia el cielo y cuenta las estrellas, si las puedes contar.” De seguro esa era una noche bien estrellada. Y cuando Abraham vio todo ese ejercito celestial, esas estrellas, ¿qué vio él? El vio su descendencia representada en esas estrellas, pues eso fue lo que Dios le dijo: “Así será tu descendencia.” Por eso, Cristo siendo también el Isaac prometido, el hijo prometido, Cristo es la Estrella mayor, la Estrella resplandeciente de la Mañana. Y ahora, vean ustedes cómo todos los hijos e hijas de Dios, todos los miembros del Cuerpo Místico de Cristo son estrellas. Ahora, ¿qué estrella lo representa a usted? No se preocupe, cuando estemos en el Reino Milenial averiguaremos qué estrella lo representa a usted. Y así averiguaremos esos misterios del Reino de Dios más adelante. Porque durante el Reino Milenial toda la tierra será llena del conocimiento de la Gloria de Jehová, así que muchas cosas que quizás no puedan ser comprendidas estando nosotros en este cuerpo mortal, cuando estemos en el nuevo cuerpo, las comprenderemos plenamente. Pero ya sabemos que la Estrella resplandeciente de la Mañana, Cristo dijo que es Él. Él dijo: “Yo soy la estrella resplandeciente de la mañana.” Y si Él es una estrella o está representado en esa estrella resplandeciente de la mañana, ahora, ¿dónde están representados ustedes? ¿Están representados ustedes en las estrellas de la tarde? Eso le tocó a San Pablo y su grupo. ¿Ven? Ya vamos viendo dónde estamos. Y así por el estilo cada mensajero con el grupo de escogidos de Dios está representado en las estrellas de las diferentes etapas de la noche. Y ahora, nosotros estamos representados en las estrellas que están resplandeciendo en la mañana. Dice: “Cuando alababan todas las estrellas del alba, ...” \[Job 38.7\] Y ahora, miren, nosotros estamos alabando a Dios, al Creador de los Cielos y de la Tierra en esta Mañana de un Nuevo Día dispensacional. Estamos en la madrugada, ya amaneciendo en un Nuevo Día dispensacional, y en un Nuevo Día Milenial. Está amaneciendo, rayando el alba ya, del séptimo milenio y está también amaneciendo, rayando el alba de la séptima dispensación. Y ahora, la descendencia de Abraham, representada en las estrellas del Cielo, se encuentra en la etapa donde están las estrellas de la Mañana adorando a nuestro Dios, alabando a nuestro Dios con un nuevo cántico en este tiempo final. “Y se regocijaban todos los hijos de Dios.” Este es el tiempo para regocijo, para gozo de todos los hijos de Dios que viven en este tiempo final y también para los que están en el Cielo, o sea, para los que han partido. Este es un tiempo de gozo porque este es el tiempo en donde está ya rayando el alba y va a amanecer plenamente, van a ser resucitados en cuerpos eternos, los muertos en Cristo, y nosotros los que vivimos vamos a ser transformados y nos iremos a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. Y después volveremos a la tierra para el Glorioso Reino Milenial. Vean cómo las estrellas del alba, las estrellas de la Mañana, ¿a quiénes representan? A nosotros los que vivimos en este tiempo final. Y ahora, ¿con quién estarían las estrellas de la mañana? Con la Estrella de la Mañana, y las estrellas de la tarde, pues estarían con el lucero o estrella de la tarde que fue San Pablo. Y así por el estilo, a medida que va la noche avanzando, va apareciendo cada uno de los mensajeros de cada edad, esos grandes luceros que reflejaron la Luz del Sol en el tiempo en que ellos vivieron. También, vean ustedes, la Iglesia está representada en la Luz. Y así por el estilo. Ahora vean, Dios le dio un sueño a José, el hijo de Jacob. Le mostró la luna (que era su madre), el sol (que era su padre, Jacob), y once estrellas (que eran sus hermanos). ¿Y por qué no le mostró doce estrellas? Porque el que estaba viendo ese sueño era una estrella. Es como cuando nuestro hermano Branham dice que cuando subió a esa nube formada por ángeles, él dice que vio siete ángeles. ¿Por qué? Porque él es otro de los ángeles, el ángel de la séptima edad de la Iglesia gentil. Ahora, si él se cuenta, entonces son ocho ángeles los que estaban allí presentes. Ocho ángeles, ocho estrellas. Las siete estrellas, los siete mensajeros, porque las siete estrellas en la diestra del Hijo del Hombre, son los siete ángeles de las siete edades de la Iglesia gentil. Y ahora, ¿Por qué solamente se ven siete estrellas en la diestra del Hijo del Hombre? Porque la estrella mayor es el que tiene en Su mano a las demás estrellas. Y Él dijo: “Yo soy la estrella resplandeciente de la Mañana.” O sea, que la estrella resplandeciente de la Mañana tiene en Su mano, en Su diestra las otras siete estrellas. Y ahora, vean ustedes cómo este simbolismo de las estrellas del cielo, del sol y de la luna, vean ustedes, representa a los hijos de Dios, la descendencia de Abraham. Las estrellas del cielo representan a la descendencia de Abraham. La Estrella resplandeciente de la Mañana representa al Mesías en Su Primera y en Su Segunda Venida. Y las estrellas de la mañana representan ¿a quiénes? ¿Dónde están las estrellas de la mañana del Cielo manifestadas en la Mañana de un Nuevo Día dispensacional y en la Mañana de un Nuevo Día Milenial? Pues aquí estamos como las Estrellas de la Mañana, resplandeciendo en esta madrugada, en donde está rayando el alba, el Sol y reinaremos con Cristo durante el Reino Milenial. Estaremos con Cristo por toda la eternidad. Y ahora, el Sol de Justicia que es Cristo, inunda a todas las estrellas de la mañana y la luz de Cristo que estará manifestada será tan grande que será visto Cristo manifestado en todos nosotros. Cuando los muertos en Cristo resuciten, y nosotros los que vivimos seamos transformados, será Cristo, el Ángel del Pacto, será el Espíritu Santo en nosotros en toda Su plenitud manifestado. Y los muertos en Cristo que fueron las estrellas de las otras etapas de la noche... de estrellas... dos millones de hijos e hijas de Dios que han estado siendo manifestados en la tierra, pero son representados en las estrellas del cielo. Por eso es que somos descendientes, linaje de Abraham por medio del hijo de Abraham, Jesucristo y por consiguiente, somos la materialización de esas estrellas que Abraham vio. O sea, somos el antitipo, porque el tipo de la descendencia de Abraham fueron las estrellas y el antitipo, que es la realidad, somos nosotros. Y también el pueblo hebreo, para que no vayan... alguien, a pensar mal de que no le damos la parte que les corresponde, ellos están representados también en el polvo de la tierra y también en estrellas. Ahora, podemos ver la bendición tan grande que vio Abraham cuando miró hacia el cielo. Y ahora Cristo nos dice: “Cuando ustedes vean suceder todas estas cosas, levantad vuestras cabezas al cielo porque vuestra redención está cerca.” O sea, vuestra transformación. Ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes en esta ocasión dándoles testimonio de lo que vio Abraham cuando levantó sus ojos al cielo y vio tantos millones de estrellas en el cielo que ningún ser humano las podía contar. Ni siquiera los científicos con todos los instrumentos que tienen, tampoco pueden contar las estrellas que hay. Cien o doscientos años atrás, ¿cuántas estrellas decían que había en el universo? Una cantidad. Una galaxia tiene cien mil millones de estrellas ¿y cuántas galaxias dicen que hay? Pero en alguna ocasión dijeron que eran, no se cuántos millones, pero cada vez que obtienen un equipo nuevo descubren más y han descubierto que hay galaxias invisibles. O sea, que están en otra dimensión. Estas cosas que se ven son hechas de las que no se ven. O sea, que lo que se ve fue hecho de algo invisible. Y vean, el Dios invisible, un día se hizo visible, y lo conocimos por el nombre de Jesús de Nazaret. ¿Vieron? De lo que no se ve es hecho lo que se ve. Toda la creación visible ha sido hecha de lo que no se ve, de un mundo que está en otra dimensión el cual ha sido creado por Dios. Y toda esa creación de ese mundo de la sexta dimensión ha venido de Dios, del Dios invisible a la vista humana. “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le declaró.” \[San Juan 1:18\] Por eso Jesús decía: “El Padre que mora en mí, él hace las obras.” Y le dijo Felipe: “¿Tanto tiempo hace, Felipe, que estoy con vosotros y todavía no me has conocido? ¿No sabes que yo estoy en el padre y el padre está en mí (o viceversa) Y el que me ha visto a mí, a visto al Padre?” Ahora, podemos ver que el Dios invisible se hace visible en la sexta dimensión en su cuerpo teofánico de la sexta dimensión y se hace visible en esta dimensión por medio de su manifestación en carne humana en Su tiempo señalado. Se hizo visible en cada Ángel mensajero y en cada profeta mensajero en la porción correspondiente a cada edad. Se hizo visible en toda Su plenitud en Jesús de Nazaret, se hizo visible en cada Ángel mensajero de cada edad en la porción correspondiente a cada edad y se hará visible en el Día Postrero en Su Ángel Mensajero en toda Su plenitud cuando llegue ese momento. Comienza en una forma progresiva hasta que se llega a toda Su plenitud. Y se hará visible en todos los hijos e hijas de Dios en la manifestación de Dios en toda Su plenitud cuando todos estemos transformados. Ahora, lo que vio Abraham cuando levantó sus ojos al cielo en esa noche estrellada, pues, a cada uno de ustedes y a mí, representados en esas estrellas del cielo. Y también a todos los hijos e hijas de Dios de las edades pasadas. También, vean ustedes, vio al pueblo hebreo terrenal, y al Israel Celestial, o sea, al Israel terrenal y al Israel Celestial, Dios se lo mostró en diferentes formas. Ahora, hemos llegado al tiempo en donde, cuando yo los veo a ustedes, ¿qué estoy viendo yo? Estrellas de Dios. Así es cuando nos vemos los unos a los otros. Cuando veamos a San Pablo, pues, estaremos viendo una estrella, la estrella de la primera edad de la Iglesia gentil. Pero no estaremos viendo estrella literal, sino a un hombre que fue el mensajero que reflejó a Cristo el Sol de Justicia. Ahora hemos llegado al momento más importante del Programa Divino, en donde está rayando el alba y cuando está rayando el alba se ven las últimas estrellas del cielo, y con ellas se ve la estrella resplandeciente de la Mañana. ¿Cuántos minutos estaría Abraham mirando el cielo? No sabemos. Pero de seguro que Abraham se mantuvo mirando bastante rato el cielo, y mirando todas esas estrellas porque Dios le dijo que esas estrellas representaban su descendencia. Así sería su descendencia. Ahora vean cómo, desde que comienzan a salir las estrellas, hasta que se llega a la mañana que se ven al últimas estrellas, todo ese tiempo está representando la descendencia ¿de quién? De Abraham. Y desde Cristo hacia acá, hasta este tiempo final, pasando por las siete etapas o edades de la iglesia gentil, y llegando a la Edad de la Piedra Angular, está representando todos los descendientes de Abraham del Israel Celestial. ¿Ven? Todos esos hijos e hijas de Dios y mensajeros de Dios de las edades pasadas, vean ustedes, han estado en ese Cielo espiritual de Dios siendo manifestadas a medida que la noche ha ido avanzando. Pero ya de esas estrellas que representan la descendencia o linaje de Abraham, en la mañana se ven las últimas que representan a los últimos hijos de Abraham. O sea, que los últimos descendientes de Abraham del Israel Celestial se estarían viendo en la Mañana cuando está rayando el alba y se estarían viendo juntamente con la Estrella resplandeciente de la Mañana manifestada en el Dia Postrero a través de Su Ángel Mensajero. O sea, que juntamente con Su Ángel Mensajero estarán las estrellas de la Mañana manifestadas y esos son los hijos e hijas de Dios de este tiempo final de la Edad de la Piedra Angular juntamente con el Ángel del Señor Jesucristo. Ahora vean ustedes muchos pensarían: “Me hubiese gustado vivir en el tiempo de la estrella primera, de San Pablo.” Eso fue muy bueno, era una estrella muy grande, alumbrando allí. Luego, otros dirían: “Me hubiera gustado vivir en la etapa de la segunda estrella.” Ya cuando ya la noche iba avanzando y se iban viendo esas otras estrellas. Otros dirían: “Me gustaría haber vivido en el tiempo de Martin.” En esa tercera etapa de la Iglesia, pasando por el tiempo de la noche. Eso hubiera sido muy bueno, ahí tenían un buen lucero, una buena estrella alumbrando, reflejando a Cristo. O en la cuarta etapa, algunos dirían, los que son de ese territorio, pero ya esa etapa pasó. Otros dirían: “No, me hubiera gustado vivir en Alemania, en el tiempo de ese lucero, lucero alumbrando en ese tiempo.” Otros dirían: “No, me hubiera gustado vivir en el tiempo de Wesley. Ese lucero, esa estrella poderosa alumbrando allá en Inglaterra.” Otros dirían: “No, me gustaría haber vivido en el tiempo del reverendo William Branham, el Elías que vino precursando la Segunda Venida de Cristo. Me hubiera gustado vivir en Norteamérica y ser del grupo de esa edad y de ese mensajero.” Pero ya esa etapa pasó. Y ahora, todos estos fueron estrellas mensajeros, pero ahora hay una estrella mayor, la Estrella resplandeciente de la Mañana. Y ahora, los que desearían haber sido del tiempo de la mañana para estar con la Estrella resplandeciente de la Mañana son los de todas las siete edades de la Iglesia gentil. Pero no hay porque preocuparse ellos vendrán para estar con nosotros aunque no sean de la Mañana de nuestra edad, pero ellos regresarán y estarán con nosotros y sus mensajeros también. Vean cómo ha estado en línea, se han colocado en línea esas estrellas. Ha sido una alineación planetaria, una alineación de estrellas, desde el este hasta el oeste. San Pablo, Ireneo, Martin, Colombo, Lutero, Wesley y el reverendo William Branham, y después la Estrella resplandeciente de la Mañana. O sea, todas esas estrellas en línea señalando lo que está prometido para este tiempo final. Así como se pusieron en línea allá para la Primera Venida de Cristo. Y ahora, se han colocado en línea para la Segunda Venida de Cristo. Estamos viviendo en el tiempo más grande y glorioso de todos los tiempos. En el tiempo donde se está materializando lo que Abraham vio cuando miró al cielo y vio ese cielo estrellado, y cuando vio la etapa de la madrugada, de la Mañana y vio la Estrella de la Mañana y vio las estrellas que estaban ahí en la mañana, con la Estrella de la Mañana, él estaba viendo este tiempo y… \[Corte de audio\] ... celestial. Y la descendencia de Abraham terrenal es el pueblo hebreo, el Israel terrenal. Bueno, ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes en esta ocasión dándoles testimonio de Abraham, alzando los ojos y viendo ese hermoso cielo estrellado que representa su descendencia, los hijos e hijas de Dios. Que las bendiciones celestiales sean sobre todos ustedes y sobre mí también, Jesucristo, el Ángel del Pacto les bendiga y continúe llamando y juntando todos los escogidos que faltan y se complete pronto el número de los escogidos de Dios y pronto todos seamos transformados y llevados a la Cena de las Bodas del Cordero en el Cielo. En el Nombre Eterno del Señor Jesucristo. Amén y amén. Nuevamente con nosotros el reverendo Miguel Bermúdez Marín para continuar y finalizar nuestra parte dándole gracias a Cristo por Sus bendiciones. Que Dios les bendiga y les guarde a todos. **“ALZA AHORA TUS OJOS”.**