--- title: 'Dios haciendo historia' date: 1997-08-03 activity: 1 place: city: Cayey state: country: PR duration: 00:00:00 public: false youtube: translations: files: --- Muy buenos días, amados amigos y hermanos presentes. Es para mí un privilegio muy grande estar con ustedes en esta ocasión, para compartir unos momentos de compañerismo alrededor de la Palabra de Dios, y así ver en qué tiempo nos encontramos en el Programa Divino, y ver la parte que nos ha tocado en ese Programa de Dios. Para eso quiero leer en San Mateo, capítulo 4, verso 12 al 17, donde dice de la siguiente manera: *“Cuando Jesús oyó que Juan estaba preso, volvió a Galilea;* *y dejando a Nazaret, vino y habitó en Capernaum, ciudad marítima, en la región de Zabulón y de Neftalí,* *para que se cumpliese lo dicho por el profeta Isaías, cuando dijo:* *Tierra de Zabulón y tierra de Neftalí,* *Camino del mar, al otro lado del Jordán,* *Galilea de los gentiles;* *El pueblo asentado en tinieblas vio gran luz;* *Y a los asentados en región de sombra de muerte,* *Luz les resplandeció.* *Desde entonces comenzó Jesús a predicar, y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado”.* Que Dios bendiga nuestras almas con Su Palabra y nos permita entenderla. Para esta ocasión nuestro tema será: **“DIOS HACIENDO HISTORIA”.** **“DIOS HACIENDO HISTORIA”.** A través de la historia del ser humano, podemos ver que Dios ha estado manifestado en esta Tierra, y ha estado llevando a cabo una obra de generación en generación. Y la historia de Dios la encontramos tanto en el Antiguo Testamento como en el Nuevo Testamento; y lo que Dios ha hecho de los apóstoles hacia acá durante las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, más lo que está haciendo en este Día Postrero. Ahora, examinando la historia de la raza humana, encontramos desde Adán hasta Jesús a Dios haciendo historia; lo encontramos en la historia bíblica, y lo encontramos manifestándose de generación en generación; y para eso encontramos que Él ha enviado un profeta mensajero de edad en edad y de dispensación en dispensación. Y para Dios hacer historia, ha enviado un profeta, el cual ha sido el instrumento divino para tomar al Dios de la historia y traerlo al tiempo presente, y manifestarse y llevar a cabo la Obra correspondiente a ese tiempo. Dios siempre ha estado haciendo historia; y si examinamos las Escrituras, encontraremos que la historia que Dios ha hecho es el cumplimiento de lo que Él prometió. Por ejemplo, ustedes buscan en el Antiguo Testamento las cosas que Dios prometió por medio de los profetas, y luego encontramos que Dios las ha estado cumpliendo de edad en edad y de dispensación en dispensación. Y así es como el Dios, que está en la historia bíblica, lo encontramos haciéndose presente en medio de la raza humana en el cumplimiento de lo que Él prometió para cada edad y cada dispensación. Ese es el lugar donde podemos encontrar a Dios manifestado, haciendo historia en cada generación. O sea que Dios se hace presente en cada generación, en cada edad y en cada dispensación, para cumplir lo que Él prometió para ese tiempo. Y por eso es que, lo que Él realiza es la Obra Divina correspondiente a ese tiempo. Él no puede obrar en desacuerdo a Su Palabra; Él tiene que manifestarse en cada edad y en cada dispensación conforme a lo que Él prometió para cada edad o para cada dispensación. O sea que, Él no puede estar en una edad o en una dispensación cumpliendo algo que corresponde a otra edad o a otra dispensación. Por ejemplo, cuando Dios se hizo presente en el tiempo de Moisés, fue para la liberación del pueblo hebreo, lo cual Dios había prometido al patriarca y profeta Abraham en el capítulo 15 y verso 12 al 18 \[Génesis\], donde dice: *“Mas a la caída del sol sobrecogió el sueño a Abram, y he aquí que el temor de una grande oscuridad cayó sobre él.* *Entonces Jehová dijo a Abram: Ten por cierto que tu descendencia morará en tierra ajena, y será esclava allí, y será oprimida cuatrocientos años.* *Mas también a la nación a la cual servirán, juzgaré yo; y después de esto saldrán con gran riqueza.* *Y tú vendrás a tus padres en paz, y serás sepultado en buena vejez.* *Y en la cuarta generación volverán acá; porque aún no ha llegado a su colmo la maldad del amorreo hasta aquí.* *Y sucedió que puesto el sol, y ya oscurecido, se veía un horno humeando, y una antorcha de fuego que pasaba por entre los animales divididos.* *En aquel día hizo Jehová un pacto con Abram, diciendo: A tu descendencia daré esta tierra, desde el río de Egipto hasta el río grande, el río Éufrates…”.* Ahora, vean ustedes cómo aquí Dios establece una liberación para el pueblo hebreo; después que hayan estado 400 años en esclavitud los descendientes de Abraham, y todavía Abraham no tenía hijos; ni siquiera tenía a Ismael, el hijo de Abraham por medio de Agar, la sierva de Sara; y ya Dios le está hablando de su descendencia y de que será esclava en una tierra ajena. No le dice cuál será esa tierra, porque ese es un misterio que más adelante sería cumplido, y luego sería libertado el pueblo hebreo de esa tierra, de esa nación, de ese imperio que los tendría esclavizados. Ahora, podemos ver que para el cumplimiento de esa promesa, un sinnúmero de cosas tuvieron que suceder; y encontramos en la historia bíblica todas las cosas que sucedieron: tuvo que nacer Isaac por medio de Sara. Y, vean ustedes, la promesa de un hijo para Abraham, Dios la había dado. Y vean ustedes, en el capítulo 12 del Génesis \[versos 1-4\], Dios le dice a Abraham: *“Pero Jehová había dicho a Abram: Vete de tu tierra y de tu parentela, y de la casa de tu padre, a la tierra que te mostraré.* *Y haré de ti una nación grande, y te bendeciré, y engrandeceré tu nombre, y serás bendición.* *Bendeciré a los que te bendijeren, y a los que te maldijeren maldeciré; y serán benditas en ti todas las familias de la tierra.* *Y se fue Abram, como Jehová le dijo; y Lot fue con él. Y era Abram de edad de setenta y cinco años cuando salió de Harán”.* Aquí podemos ver que Abraham tenía 75 años cuando salió de Harán. Ya ellos habían salido de Ur de los caldeos; Abraham había salido con su padre, habían ido a Harán, y luego que murió el padre de Abraham allá en Harán, de allí lo llamó Dios y lo envió a la tierra de Canaán. Luego, vean ustedes, Abraham teniendo 75 años y no teniendo hijos por medio de Sara, porque era estéril; Dios le está diciendo que hará de él una nación grande, y serán benditas en él todas las naciones, todas las familias de la Tierra, y todavía Abraham no tenía hijos; pero Dios le está haciendo la promesa, y no hay ninguna cosa imposible para Dios. Ahora, vean cómo ya Abraham había pasado de sus 50 años y estaba ya en los 75 años, y Dios le hace la promesa de un hijo; Abraham cree esa promesa divina, se mantiene creyendo en esa promesa, y van pasando los años, Abraham se va poniendo más viejo; Sara también se va poniendo más avanzada en edad; pero cuando ya tienen casi 100 años, Abraham, y Sara casi 90 años; Dios le aparece nuevamente y le dice a Abraham, que por medio de Sara, él va a tener un hijo. Vean aquí, esto fue cuando Abraham tuvo… Vamos a ver aquí… Abraham aquí en el capítulo 17 del Génesis \[versos 1-21\]… Dios le aparece a Abraham, y dice: *“Era Abram de edad de noventa y nueve años, cuando le apareció Jehová y le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; anda delante de mí y sé perfecto.* *Y pondré mi pacto entre mí y ti, y te multiplicaré en gran manera.* *Entonces Abram se postró sobre su rostro, y Dios habló con él, diciendo:* *He aquí mi pacto es contigo, y serás padre de muchedumbre de gentes.* *Y no se llamará más tu nombre Abram, sino que será tu nombre Abraham, porque te he puesto por padre de muchedumbre de gentes.* *Y te multiplicaré en gran manera, y haré naciones de ti, y reyes saldrán de ti.* *Y estableceré mi pacto entre mí y ti, y tu descendencia después de ti en sus generaciones, por pacto perpetuo, para ser tu Dios, y el de tu descendencia después de ti.* *Y te daré a ti, y a tu descendencia después de ti, la tierra en que moras, toda la tierra de Canaán en heredad perpetua; y seré el Dios de ellos.* *Dijo de nuevo Dios a Abraham: En cuanto a ti, guardarás mi pacto, tú y tu descendencia después de ti por sus generaciones.* *Este es mi pacto, que guardaréis entre mí y vosotros y tu descendencia después de ti: Será circuncidado todo varón de entre vosotros.* *Circuncidaréis, pues, la carne de vuestro prepucio, y será por señal del pacto entre mí y vosotros.* *Y de edad de ocho días será circuncidado todo varón entre vosotros por vuestras generaciones; el nacido en casa, y el comprado por dinero a cualquier extranjero, que no fuere de tu linaje.* *Debe ser circuncidado el nacido en tu casa, y el comprado por tu dinero; y estará mi pacto en vuestra carne por pacto perpetuo.* *Y el varón incircunciso, el que no hubiere circuncidado la carne de su prepucio, aquella persona será cortada de su pueblo; ha violado mi pacto.* *Dijo también Dios a Abraham: A Sarai tu mujer no la llamarás Sarai, mas Sara será su nombre.* *Y la bendeciré, y también te daré de ella hijo; sí, la bendeciré, y vendrá a ser madre de naciones; reyes de pueblos vendrán de ella.* *Entonces Abraham se postró sobre su rostro, y se rio, y dijo en su corazón: ¿A hombre de cien años ha de nacer hijo? ¿Y Sara, ya de noventa años, ha de concebir?* *Y dijo Abraham a Dios: Ojalá Ismael viva delante de ti.* *Respondió Dios: Ciertamente Sara tu mujer te dará a luz un hijo, y llamarás su nombre Isaac; y confirmaré mi pacto con él como pacto perpetuo para sus descendientes después de él.* *Y en cuanto a Ismael, también te he oído; he aquí que le bendeciré, y le haré fructificar y multiplicar mucho en gran manera; doce príncipes engendrará, y haré de él una gran nación.* *Mas yo estableceré mi pacto con Isaac, el que Sara te dará a luz por este tiempo el año que viene”.* Ahora, vean ustedes cómo Dios le habla a Abraham, y vean cómo Abraham, el cual no tenía un hijo, ahora tiene la promesa que por medio de Sara va a tener un hijo, y ya tiene hasta el nombre de ese hijo; su nombre es Isaac. O sea que ya tiene el nombre, tiene la promesa divina; y ahora le falta recibir su cambio, su transformación, la transformación del cuerpo de Abraham y del cuerpo de Sara; ser rejuvenecidos para obtener el hijo prometido. Y para eso, vean ustedes, luego más adelante, cuando Dios fue a destruir a Sodoma y Gomorra… Sodoma y Gomorra es tipo del reino de los gentiles, así como también lo es Egipto y lo es Babilonia. Ahora, cuando Dios descendió con Sus Arcángeles, Gabriel y Miguel, en el capítulo 18 \[Génesis\], encontramos que Dios le habla nuevamente del hijo que Él le había prometido. Y vean ustedes, dice Dios a Abraham… dice en el capítulo 18, donde estaba Dios con Abraham comiendo el becerro o ternera que le habían preparado; también estaban comiendo Gabriel y Miguel. Ahora, vean ustedes \[Génesis 18:8-22\]: *“Tomó también mantequilla y leche, y el becerro que había preparado, y lo puso delante de ellos; y él se estuvo con ellos debajo del árbol, y comieron.* *Y le dijeron: ¿Dónde está Sara tu mujer? Y él respondió: Aquí en la tienda.* *Entonces dijo: De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo. Y Sara escuchaba a la puerta de la tienda, que estaba detrás de él.* *Y Abraham y Sara eran viejos, de edad avanzada; y a Sara le había cesado ya la costumbre de las mujeres.* *Se rio, pues, Sara entre sí, diciendo: ¿Después que he envejecido tendré deleite, siendo también mi señor ya viejo?* *Entonces Jehová dijo a Abraham: ¿Por qué se ha reído Sara diciendo: Será cierto que he de dar a luz siendo ya vieja?* *¿Hay para Dios alguna cosa difícil? Al tiempo señalado volveré a ti, y según el tiempo de la vida, Sara tendrá un hijo.* *Entonces Sara negó, diciendo: No me reí; porque tuvo miedo. Y él dijo: No es así, sino que te has reído.* *Y los varones se levantaron de allí, y miraron hacia Sodoma; y Abraham iba con ellos acompañándolos.* *Y Jehová dijo: ¿Encubriré yo a Abraham lo que voy a hacer,* *habiendo de ser Abraham una nación grande y fuerte, y habiendo de ser benditas en él todas las naciones de la tierra?* *Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová, haciendo justicia y juicio, para que haga venir Jehová sobre Abraham lo que ha hablado acerca de él.* *Entonces Jehová le dijo: Por cuanto el clamor contra Sodoma y Gomorra se aumenta más y más, y el pecado de ellos se ha agravado en extremo,* *descenderé ahora, y veré si han consumado su obra según el clamor que ha venido hasta mí; y si no, lo sabré.* *Y se apartaron de allí los varones, y fueron hacia Sodoma; pero Abraham estaba aún delante de Jehová”.* Aquí, vean ustedes cómo Dios le hace o le confirma nuevamente la promesa de tener un hijo; y le revela también lo que va a hacer con Sodoma y Gomorra. Ahora, vean ustedes cómo aquí hay dos manifestaciones de Dios: una cuando está comiendo con Abraham y Sus Arcángeles allá debajo un árbol; y la otra etapa es cuando ya los Arcángeles no están allí, sino que se han ido hacia Sodoma y Gomorra; pero Elohim está allí con Abraham y le revela a Abraham lo que va a hacer. Ahora, estas son dos manifestaciones, dos etapas, las cuales para el tiempo final serían cumplidas. Una se cumplió ya cuando estuvo Dios manifestado en Su ángel mensajero de la séptima edad de la Iglesia gentil; era Elohim manifestado en Su séptimo ángel mensajero de la séptima edad de la Iglesia gentil, el precursor de la Segunda Venida de Cristo: el reverendo William Marrion Branham. Por medio de él encontramos a Elohim, al Ángel del Pacto revelándole los secretos del corazón a la gente durante las campañas evangelísticas, que fueron llevadas a cabo bajo el ministerio del reverendo William Marrion Branham. Porque Sara representa la Iglesia del Señor Jesucristo. Y por eso es que en medio de la Iglesia del Señor Jesucristo vimos esa manifestación de Elohim, de Dios, de Jesucristo, por medio de Su séptimo ángel mensajero de la séptima edad de la Iglesia gentil. Fue una manifestación en gracia divina bajo la Dispensación de la Gracia. Y luego, vean ustedes cómo también le estuvo revelando a la Iglesia del Señor Jesucristo que el Hijo prometido, que es la Segunda Venida de Cristo, vendría, sería cumplida esa promesa. Y esa promesa, vean ustedes, siendo la promesa de la Segunda Venida de Cristo, la promesa del Hijo de Abraham viniendo en el Día Postrero para manifestarse como Rey de reyes y Señor de señores, como Hijo del Hombre e Hijo de Abraham e Hijo de David, encontramos que esa promesa es para una nueva edad y una nueva dispensación. Por eso esta promesa, vean ustedes, corresponde a la Edad de la Piedra Angular y a la Dispensación del Reino. Y esta promesa, vean ustedes cómo la confirmó Cristo, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, Elohim, por medio del ministerio que operó en el precursor de la Segunda Venida de Cristo; la confirmó a tal grado que dijo el precursor de la Segunda Venida de Cristo: “Yo no moriré de viejo sin que Él esté aquí”. O sea, que él señala, que él podrá morir de un accidente o de alguna otra cosa; pero de viejo él no moriría sin que se cumpliera la Venida del Hijo prometido, la Venida de Cristo en este tiempo final. Ahora, vean ustedes, el reverendo William Marrion Branham nació el 6 de abril de 1909; por lo tanto tendría en la actualidad ¿cuántos años? 88 años tendría en la actualidad. Y las personas normalmente mueren de 70 a 80 años; y algunos, pues logran vivir hasta 80 y 90 años, pero son muy pocos. La Escritura dice que son 70 años, y en los más fuertes, 80 años; o sea que una persona que llega a 80 años es conceptuada en la Biblia una persona fuerte; no importa que sea delgadita, no importa que tenga problemas de salud; si logra llegar a 80 años, ha sido una persona fuerte para vivir tantos años, y es una persona que ha tenido un privilegio. Pero esa persona, si no ha recibido a Cristo como su Salvador y ha lavado sus pecados en la Sangre de Jesucristo y ha nacido en el Reino de Dios en la Iglesia del Señor Jesucristo, esa persona, con toda y esa bendición tan grande de vivir tanto tiempo, no es una persona bienaventurada delante de Dios, porque esa persona no ha aprovechado bien su tiempo buscando el Reino de Dios y asegurando su vida eterna con Dios. Así que, lo importante no es vivir muchos años, sino asegurar nuestra salvación, nuestra vida eterna con Cristo, recibiendo a Cristo como nuestro salvador y lavando nuestros pecados en la Sangre de Jesucristo, y así siendo salvos por Jesucristo para vivir por toda la eternidad en el Reino de Dios. Ahora, veamos como por medio del precursor de la Segunda Venida de Cristo, Elohim, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, Jesucristo, confirmó la promesa de la Venida del Hijo prometido, la promesa de la Segunda Venida de Cristo; y conforme a esa promesa y a todas las demás promesas que giran alrededor de esa promesa, es que Dios estará haciendo historia en este Día Postrero. O sea que Dios estará haciendo historia en este Día Postrero cumpliendo todas las promesas que giran alrededor de la Venida del Hijo prometido. Ahora, veamos una cosa muy importante en la vida de Abraham y la venida del hijo prometido a Abraham, la venida de Isaac; el cual es tipo y figura de Cristo, para en el Dia Postrero cumplirse la Venida de Cristo como Hijo de Abraham y también como Hijo de David y como Hijo del Hombre. Ahora, veamos: cuando Abraham tenía 99 años, es que le aparece Dios a Abraham y le confirma esta promesa que le había hecho anteriormente, y luego, cuando se cumple esta promesa, Abraham tenía 100 años y Sara tenía 89 años. Esto lo podemos encontrar en el capítulo 21 \[Génesis\], versos 1 al 5 \[6-8\], donde dice: *“Visitó Jehová a Sara, como había dicho, e hizo Jehová con Sara como había hablado.* *Y Sara concibió y dio a Abraham un hijo en su vejez, en el tiempo que Dios le había dicho.* *Y llamó Abraham el nombre de su hijo que le nació, que le dio a luz Sara, Isaac.* *Y circuncidó Abraham a su hijo Isaac de ocho días, como Dios le había mandado.* *Y era Abraham de cien años cuando nació Isaac su hijo.* *Entonces dijo Sara: Dios me ha hecho reír, y cualquiera que lo oyere, se reirá conmigo.* *Y añadió: ¿Quién dijera a Abraham que Sara habría de dar de mamar a hijos? Pues le he dado un hijo en su vejez.* *Y creció el niño, y fue destetado; e hizo Abraham gran banquete el día que fue destetado Isaac”.* Ahora vean como Dios cumplió Su promesa, vean como Dios se manifestó en el cumplimiento de Su promesa. Y Abraham, cuando recibió el cumplimiento de esta promesa tenía ¿cuántos años? Tenía 100 años. ¿Y qué significa esto? Vean, cada 50 años, para el pueblo hebreo, venía o llegaba el año del jubileo. El año 50 era el año del jubileo conforme a Levítico, capítulo 25, verso 8 al 13, y vamos a leerlo, para que así tengamos un cuadro claro del Programa Divino. Dice así… Levítico, capítulo 25, verso 8 al 13, dice: *“Y contarás siete semanas de años, siete veces siete años, de modo que los días de las siete semanas de años vendrán a serte cuarenta y nueve años.* *Entonces harás tocar fuertemente la trompeta en el mes séptimo a los diez días del mes; el día de la expiación haréis tocar la trompeta por toda vuestra tierra.* *Y santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis libertad en la tierra a todos sus moradores; ese año os será de jubileo, y volveréis cada uno a vuestra posesión, y cada cual volverá a su familia.* *El año cincuenta os será jubileo; no sembraréis, ni segaréis lo que naciere de suyo en la tierra, ni vendimiaréis sus viñedos,* *porque es jubileo; santo será a vosotros; el producto de la tierra comeréis.* *En este año de jubileo volveréis cada uno a vuestra posesión”.* Ahora vean, cómo cada 50 años, el año 50 era el año del jubileo. 50 significa: Pentecostés; era el año de Pentecostés, lo cual también estaba tipificado en el Día de Pentecostés, o sea, en el día 50. Ahora, el Día de Pentecostés se materializó cuando en el aposento alto, 120 creyentes en Cristo, recibieron el Espíritu Santo y se produjo en ellos así el nuevo nacimiento; pues ellos, aunque habían estado con Jesús, no habían nacido de nuevo todavía. Y Cristo había establecido que era necesario nacer de nuevo para entender el Reino de Dios y para entrar al Reino de Dios. Así que, aunque los discípulos de Jesucristo, andando con Jesucristo habían sido justificados, encontramos que ellos todavía no habían sido llenos del Espíritu Santo y por consiguiente, no habían nacido de nuevo; por consiguiente, no habían entrado todavía al Cuerpo Místico del Señor Jesucristo. Estaban en el proceso para —en cierto momento— nacer de nuevo, y así entrar al Cuerpo Místico de Cristo. El Día de Pentecostés, al nacer esas 120 personas, allí nació la Iglesia del Señor Jesucristo, y comenzaron a nacer de nuevo personas de ahí en adelante, de edad en edad. Y vean ustedes, han transcurrido siete etapas o edades de la Iglesia gentil, así como para los días de Jesucristo, habían transcurrido las siete etapas o edades de la Iglesia hebrea bajo la Ley, la Iglesia de Dios bajo la Ley, de la cual Juan el Bautista fue el séptimo mensajero, el cual fue el precursor de la Primera Venida de Cristo. Y cuando Cristo comenzó Su ministerio, no comenzó Su ministerio en la séptima edad, sino en la Edad de la Piedra Angular y en una nueva dispensación. ¿Por qué? Porque Dios no tiene dos profetas mayores al mismo tiempo en la misma edad y en la misma dispensación. Dios solamente tiene un profeta mensajero para una edad, y solamente tiene un profeta dispensacional para cada dispensación. O sea, que no pueden estar dos profetas dispensacionales en la misma dispensación; y no pueden estar dos profetas de edades en la misma edad. Tienen que estar separados. Y si los vemos en el mismo tiempo, vemos esos dos profetas ministrando al mismo tiempo; uno está en una edad y el otro está en otra edad. Así fue con Jesús y Juan el Bautista. Juan estaba en la Dispensación de la Ley y en la edad séptima de la Iglesia hebrea bajo la Ley, pero Jesús estaba en la Edad de la Piedra Angular, abriendo una nueva dispensación: la Dispensación de la Gracia, la cual comenzó, cuando Juan el Bautista estuvo bautizando a Jesús de Nazaret allí en las aguas del Jordán. Y, vean ustedes cómo para aquel tiempo se estaba viviendo en el Año del Jubileo; y por eso Cristo estaba llevando a cabo la predicación, la proclama de liberación, de libertad, para los seres humanos. Por eso es que, esta promesa aquí, donde dice… Y en el año 50, nos dice que se tocará la trompeta. Dice \[Levítico 25:9-11\]: *“Entonces harás tocar fuertemente la trompeta en el mes séptimo a los diez días del mes; el día de la expiación haréis tocar la trompeta por toda vuestra tierra.* *Y santificaréis el año cincuenta, y pregonaréis libertad en la tierra a todos sus moradores; ese año os será de jubileo, y volveréis cada uno a vuestra posesión, y cada cual volverá a su familia”.* Ahora, vean ustedes cómo aquí encontramos lo que en el año del jubileo se tenía que estar haciendo. Y cuando apareció Cristo predicando, encontramos que le fue dado el libro del profeta Isaías allá en Nazaret - en la sinagoga de Nazaret, a la cual Él asistía normalmente. Dice capítulo 4 de San Lucas, verso 14 en adelante. Dice: *“Y Jesús volvió en el poder del Espíritu a Galilea, y se difundió su fama por toda la tierra de alrededor.* *Y enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos.* *Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer”.* O sea, conforme a la costumbre de Jesús; mientras Él se criaba en Nazaret, los sábados como de costumbre, Él iba siempre a la sinagoga, y también, por lo que se ve, le daban para leer en la sinagoga, le daban las Escrituras para leerlas en público. Y aquí dice: *“Vino a Nazaret, donde se había criado; y en el día de reposo entró en la sinagoga, conforme a su costumbre, y se levantó a leer.* *Y se le dio el libro del profeta Isaías; y habiendo abierto el libro, halló el lugar donde estaba escrito:* *El Espíritu del Señor está sobre mí,* *Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres;* *Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón;* *A pregonar libertad a los cautivos,* *Y vista a los ciegos;* *A poner en libertad a los oprimidos;* *A predicar el año agradable del Señor.* *Y enrollando el libro, lo dio al ministro, y se sentó; y los ojos de todos en la sinagoga estaban fijos en él.* *Y comenzó a decirles: Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”.* Ahora, vean cómo la presencia de Jesús en la Tierra, hace que el Dios de la historia bíblica del pueblo hebreo, sea manifestado en carne humana en la persona de Jesús, y en esa manifestación comience a hacer historia; y esa historia que está haciendo, es nada menos que el cumplimiento de lo que Él prometió hacer para ese tiempo. Ahora, vean cómo es que Dios hace historia: cumpliendo lo que Él prometió en y para cada edad, y para cada dispensación. Y aquí encontramos a Jesucristo cumpliendo lo que ha sido prometido para ese tiempo. Las promesas mesiánicas de la Primera Venida de Cristo, estaban siendo cumplidas en la persona de Jesús de Nazaret. Por eso Él dijo: “Hoy se ha cumplido esta Escritura delante de vosotros”; estaba el Dios que hace historia, haciendo historia allí en medio del pueblo hebreo a través de Jesús. Y lo estaba haciendo -estaba haciendo historia (¿cómo?) cumpliendo Sus promesas correspondientes a la Primera Venida del Mesías, del Ungido con el Espíritu de Dios. Y por eso estaba pregonando libertad a los cautivos, como estaba establecido en el año del jubileo, que se proclamaría libertad en toda la tierra, donde los esclavos saldrían libres; y en donde las propiedades que habían sido tomadas por alguna deuda o por alguna venta, regresaban a su dueño original. Y ahora, Cristo aquí está proclamando libertad a los cautivos, para así llevar a cabo la Obra de Redención en cierto momento de Su ministerio: al final de Su ministerio terrenal, y producir una liberación completa para el ser humano; y producir en el ser humano un nuevo hombre; o sea, producir un ser limpio de todo pecado, un ser con un cuerpo teofánico, que es a imagen de Cristo; un ser que tiene la imagen de Cristo, que tiene la teofanía, el cuerpo teofánico… todo eso está en el programa de liberación que Cristo llevaría a cabo en Su Primera Venida. Y por eso se estuvo viviendo en aquel tiempo en el Año del Jubileo en medio del pueblo hebreo. Ahora, vean ustedes que la Edad de la Piedra Angular siempre corresponde al Año del Jubileo y corresponde al tiempo de liberación, lo cual fue tipificado también en el tiempo en que Dios libertó al pueblo hebreo por medio de Moisés. Siempre que aparece un profeta dispensacional, se está viviendo en el Año del Jubileo actualizado para ese tiempo; y se está viviendo siempre en la Edad de la Piedra Angular cuando aparece un profeta dispensacional. Ahora, vean ustedes que cuando aparece un profeta dispensacional, una nueva dispensación se abre y se entrelaza con la dispensación anterior, que está llegando a su final, que está concluyendo. Ahora, vean cómo Jesucristo al leer ese pasaje en San Lucas, capítulo 4; Él ahí está leyendo el pasaje de Isaías, capítulo 61, y encontramos que se detuvo en la mitad del verso 2. Vean ustedes cómo dice el verso 2: *“… a proclamar el año de la buena voluntad de Jehová* (y la segunda parte de ese verso dice)*, y el día de venganza del Dios nuestro…”.* El Día de venganza del Dios nuestro, es para ser proclamado en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, en el cumplimiento de la Venida del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová, que es Jesucristo, viniendo en el Día Postrero a la Edad de la Piedra Angular en la Dispensación del Reino, siendo manifestado ahí, y ahí cumpliendo las promesas divinas correspondientes al Día Postrero, y a la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino. Y para el cumplimiento de esas promesas —así como tuvo un velo de carne, un profeta en cada edad y en cada dispensación— Él tendría un profeta mensajero en el Día Postrero, el cual enviaría ungido con el Espíritu de Dios, y lo colocaría en la Edad de la Piedra Angular y en la Dispensación del Reino; y por medio de ese Mensajero, Jesucristo en Espíritu Santo, se manifestaría y cumpliría las cosas correspondientes al Día de venganza del Dios nuestro; cumpliría las promesas correspondientes al tiempo final, al Día Postrero; y por medio de ese mensajero, Cristo estaría hablándole a Su pueblo en la Edad de la Piedra Angular, y estaría dándole a conocer las bendiciones que Cristo tiene para Su Iglesia, estaría dándole testimonio de todas estas cosas que deben suceder pronto en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino; y también estaría dando testimonio, Cristo en Espíritu Santo, por medio de Su Ángel Mensajero de los juicios divinos del Día de venganza que ha de venir sobre la raza humana. O sea, que en la Edad de la Piedra Angular, en donde Dios estaría haciendo historia, en donde Cristo estaría haciendo historia, estaría Cristo, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, Elohim, Dios - estaría manifestado en Su Ángel Mensajero y estaría haciendo historia, cumpliendo las Escrituras que corresponden a este tiempo final; y dándole a conocer a Su Iglesia todas estas Escrituras que corresponden a este tiempo final y la forma en que las va cumpliendo Cristo a medida que el tiempo va avanzando en el Día Postrero. Y así es como la historia que tendremos durante el Reino Milenial, con relación a la Venida de Cristo con Sus Ángeles, será lo que Cristo estaría haciendo en este Día Postrero, en este tiempo final, en el cual nosotros estamos viviendo. Ahora, miren cómo Abraham tuvo el hijo prometido cuando tenía 100 años. O sea que Abraham pasó por dos años de jubileo: cuando tenía 50 años, estaba viviendo el primero año del jubileo; y cuando tenía 100 años, estaba viviendo el segundo año del jubileo, o de jubileo. Y ahora, vean ustedes, en el Programa Divino hemos tenido un Año del Jubileo, que fue el tiempo de la Primera Venida de Cristo, en donde Elohim, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, que es el mismo Jehová, estuvo manifestado en carne humana en la persona de Jesús, y cumplió las cosas correspondientes a la Primera Venida del Mesías como Cordero de Dios, llevando a cabo la Obra de Redención en la Cruz del Calvario. Y ahora, para la Venida de Cristo, del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová en el Día Postrero, el simbolismo profético es: el León de la tribu de Judá, Rey de reyes y Señor de señores. La Segunda Venida de Cristo es como Rey de reyes y Señor de señores, como el León de la tribu de Judá en Su Obra de Reclamo, para en el Día Postrero, en el tiempo final, en donde vuelve el Año del Jubileo, se repite el Año del Jubileo, Cristo en Su manifestación del Año del Jubileo en el tiempo final, se manifiesta por medio de Su Ángel Mensajero, y hace historia cumpliendo Sus promesas correspondientes al Día Postrero. ¿Y cuáles son esas promesas correspondientes al Día Postrero? Todas están en la Escritura. En el Antiguo Testamento, por medio de los profetas del Antiguo Testamento, Dios profetizó las cosas correspondientes a la Segunda Venida de Cristo, a la Segunda manifestación del Ángel del Pacto, del Ángel de Jehová en carne humana; y también nuestro amado Señor Jesucristo profetizó de estas cosas que serán cumplidas en la Venida del Hijo del Hombre con Sus Ángeles, pues Cristo dijo en San Mateo, capítulo 16, verso 27 al 28: *“Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras”.* Esta es una promesa de la Segunda Venida de Cristo con Sus Ángeles. Y en el Monte de la Transfiguración, en esta visión, Cristo mostró la Venida del Hijo del Hombre en el Reino de Su Padre con Sus Ángeles, cuando llevó a Pedro, Jacobo y Juan a este monte alto y se transfiguró delante de ellos; Su rostro resplandeció como el sol (San Lucas nos dice que Su rostro se hizo otro; San Lucas 21, verso 29), y dice que aparecieron allí Moisés y Elías hablando con el Señor, hablando acerca de la partida de Cristo hacia Jerusalén, para llevar a cabo la Obra de Redención en la Cruz del Calvario. Y este es el orden de la Segunda Venida de Cristo como Rey de reyes y Señor de señores, como el León de la tribu de Judá y como el Sol de Justicia; por eso Su rostro resplandeció como el sol, porque Cristo es el Sol de Justicia y Él es la Luz del mundo; y el sol es el astro rey, y Jesucristo es el Rey de reyes y Señor de señores. Por lo tanto, el sol tipifica a Cristo como Rey, como también el león tipifica a Cristo como Rey de reyes y Señor de señores en Su Segunda Venida. Y en San Mateo, capítulo 24, verso 30 y 31, encontramos las promesas correspondientes al tiempo final. Dice Cristo: *“Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo; y entonces lamentarán todas las tribus de la tierra, y verán al Hijo del Hombre viniendo sobre las nubes del cielo, con poder y gran gloria”.* San Marcos dice que viene en las nubes, capítulo 13 de San Marcos, versos 26 en adelante. Y San Lucas nos dice que viene en una nube, San Lucas, capítulo 21, verso 27, así nos dice. Ahora, vean ustedes, dice \[verso 28\]: *“Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca”.* O sea, porque vuestra transformación y rapto están cerca. Y la resurrección de los muertos en Cristo está cerca, ¿cuándo? Cuando vean ¿qué? Cuando vean al Hijo del Hombre viniendo en una nube. Dice \[verso 27\]: *“Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria”.* Ahora, San Mateo dice: “En las nubes”, San Marcos también dice: “En las nubes”, pero San Lucas dice: “En una nube”; pero no hay ninguna contradicción. Porque esta nube, en la cual viene el Hijo del Hombre, no es una nube formada por humedad, no es una nube de agua, sino que es una nube de gloria. Esta nube de gloria es formada por ángeles enviados de Dios. Ahora, vean ustedes cómo está la promesa de una nube, en la cual el Hijo del Hombre estará manifestado, estará envuelto en una nube. En febrero 28 de 1963, apareció en el cielo una nube misteriosa, la cual fue publicada en la revista *Ciencia* y en la revista *Life* (o Vida) de Norteamérica. Esta nube apareció sobre los cielos de Arizona y de Nuevo México. Esta nube que apareció en esa fecha, es una nube misteriosa porque apareció a 26 millas de altura, donde no hay humedad para formar nubes y donde no vuelan aviones, y su tamaño es de 30 millas de ancho por 50 millas de largo; es una gran nube, una nube gigante y misteriosa. El misterio de esta nube, la ciencia no lo pudo descubrir. Pero cuando apareció esta nube en el cielo, el reverendo William Marrion Branham, precursor de la Segunda Venida de Cristo, estaba de cacería en los montes de Tucson, Arizona; y vinieron siete ángeles de Dios, lo tomaron y lo llevaron con ellos a esta constelación de ángeles que formó esta nube, y allí él estuvo viendo que los ángeles que estaban allí presentes, eran los ángeles de las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, y que con ellos estaba otro ángel que era muy diferente a estos ángeles de las siete edades de la Iglesia gentil. Y él dijo en el mensaje de *Los Siete Sellos*, escrito en español también (esta serie de Mensajes), en la página 469, dice: *“153. ¿Y notaron que dije que uno de esos ángeles era muy raro? Me pareció muy distinto a los demás. Estaban en una constelación con tres a cada lado y uno arriba; y el que estaba a mi lado, contando desde la izquierda hacia la derecha, ese sería el séptimo Ángel. Él era más brillante y significaba más para mí que los demás. Les dije que tenía el pecho así robusto y estaba volando hacia el Oriente. Les dije también que: ‘Me levantó, me alzó’. ¿Se acuerdan?”.* ¿Quién fue el que lo levantó y lo colocó en esa constelación de ángeles? Fue ese Ángel que era muy diferente a los demás. *“154. Ahora, ¡aquí está! Era el que tenía el Séptimo Sello, lo cual he mantenido como una pregunta en mi mente toda mi vida. ¡Amén! Los otros Sellos significaron mucho para mí, desde luego; pero ustedes no se imaginan lo que ha significado este séptimo”.* Ahora, vean que este Ángel que era diferente a los demás, era el que tenía el Séptimo Sello; y el Séptimo Sello de Apocalipsis, capítulo 8, verso 1, es: la Segunda Venida de Cristo. Así como para el cumplimiento de la Obra de Cristo, de la Obra de Dios en cada edad, tuvo que estar manifestado aquí en la Tierra cada ángel mensajero que apareció en *esta* nube de los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil; ellos tuvieron que estar manifestados, cada uno en su edad en carne humana. Estos ángeles mensajeros, que están en sus cuerpos teofánicos, tuvieron que tener cuerpo de carne también aquí en la Tierra, para tener sus ministerios, aquí en la Tierra. Así también este Ángel que era muy diferente a los demás, que es el que está *acá* arriba, para tener el cumplimiento del Séptimo Sello aquí en la Tierra, para tener el cumplimiento de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, este Ángel tiene que ser manifestado en carne humana aquí en la Tierra; y este Ángel es el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, este es el Hijo del Hombre *aquí* en una nube, en *esta* nube de gloria formada por los siete ángeles mensajeros de las siete edades de la Iglesia gentil. Vean ustedes *aquí*, si se torna *esta* foto hacia la derecha, veremos el rostro del Señor Jesucristo formado por estos ángeles; y estos siete ángeles mensajeros de las siete edades forman la barba del Señor Jesucristo, y el Ángel que era muy diferente a los demás forma el cabello blanco del Señor Jesucristo. Y por cuanto, lo que hallamos en Apocalipsis, en donde aparece el Hijo del Hombre con Su cabello blanco como blanca lana y Sus ojos como llama de fuego y Sus pies como bronce bruñido, son los tipos y figuras, los símbolos que Cristo estará cumpliendo aquí en la Tierra. Y el cabello blanco del Señor Jesucristo, del Hijo del Hombre, aquí en Apocalipsis, capítulo 1, verso 13 al 14, donde dice: *“… y en medio de los siete candeleros, a uno semejante al Hijo del Hombre, vestido de una ropa que llegaba hasta los pies, y ceñido por el pecho con un cinto de oro* (aquí está como Juez de toda la Tierra, por cuanto tiene el cinto de oro sobre Su pecho)*.* *Su cabeza y sus cabellos eran blancos como blanca lana, como nieve* (aquí lo tenemos en el simbolismo de las cosas que Él estará cumpliendo en el Día Postrero, en Su Venida: lo tenemos con el cabello blanco como blanca lana) …*”.* Y vean ustedes, cómo en esta nube que forma el rostro del Señor, el cabello blanco lo forma el Ángel que era diferente a los demás; *este* que está *aquí* es el que forma el cabello blanco del Señor. Y con la manifestación de este Ángel que era muy diferente a los demás, con la manifestación de Él en carne humana en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, el simbolismo del cabello blanco del Señor Jesucristo estará cumplido en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino; en la manifestación de este Ángel que era muy diferente a los demás, el cual para el Día Postrero estará manifestado en carne humana en el Ángel del Señor Jesucristo. Y tendrá Su ministerio. El Hijo del Hombre, el Ángel que era muy diferente a los demás, tendrá Su ministerio en carne humana por medio de Su Ángel Mensajero en el Día Postrero, en la Dispensación del Reino y en la Edad de la Piedra Angular. Y así la Iglesia tendrá el Hijo prometido, el Hijo de Abraham viniendo a ella, y eso será la manifestación de Cristo, de este Ángel que era muy diferente a los demás, la manifestación el Hijo del Hombre por medio de carne humana a través de Su Ángel Mensajero. Pero el Ángel del Señor Jesucristo no será el Señor Jesucristo, sino que será el profeta mensajero a través del cual, Jesucristo estará manifestado en el Día Postrero, cumpliendo las promesas del Día Postrero y de la Edad de la Piedra Angular y de la Dispensación del Reino. Y así es como Dios estará haciendo historia en este Día Postrero, en el cumplimiento de lo que Él ha prometido para este Día Postrero, en medio de Su Iglesia, en el Año del Jubileo actualizado, que es la Edad de la Piedra Angular. Ahí es donde se cumple el Año del Jubileo en la Edad de la Piedra Angular, y ahí es donde se cumple el año 100 de la vida de Abraham, en donde él recibió al hijo prometido; y ahí es donde la Iglesia del Señor Jesucristo recibe al Hijo prometido manifestado en carne humana en Su Ángel Mensajero. El Ángel del Señor Jesucristo no es el Señor Jesucristo, pero en él estará manifestado Jesucristo en Espíritu Santo, cumpliendo Sus promesas correspondientes al Día Postrero y a la Edad de la Piedra Angular y a la Dispensación del Reino. Y por eso es que, Cristo ha prometido en diferentes lugares en el libro del Apocalipsis, diciendo: “Al que venciere yo le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita un nombre escrito (un nombre nuevo) …”. Capítulo 2, verso 17 dice (vamos a leerlo completo): *“El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido…”.* Para el Día Postrero, el maná escondido será: el Mensaje del Evangelio del Reino, que es el Mensaje que revela el misterio de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. O sea que el Mensaje del Evangelio del Reino gira alrededor de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo, así como el Evangelio de la Gracia gira alrededor de la Primera Venida de Cristo como el Cordero de Dios en Su Obra de Redención en la Cruz del Calvario. Ahora, vean cómo la Obra de la Primera Venida de Cristo como Cordero de Dios fue llevada a cabo (¿dónde?) en el Año del Jubileo, en el año 50 del Programa Divino; o sea, que se materializó lo del año 50, lo del año de jubileo del pueblo hebreo – se materializó en la Primera Venida de Cristo y Su ministerio. Y luego viene otro Año del Jubileo, viene otra Edad de la Piedra Angular, y eso es para la Iglesia del Señor Jesucristo, cuando han transcurrido ya las siete etapas o edades de la Iglesia gentil. Y vean ustedes cómo el precursor de la Segunda Venida de Cristo, hizo el diagrama de la Iglesia del Señor Jesucristo, desde el comienzo hasta la Edad de la Piedra Angular. Hubo siete etapas o edades de la Iglesia gentil, las cuales fueron colocadas en *este* diagrama, para los cuales hubo un ángel mensajero para cada edad. El primero, para la primera edad fue San Pablo, y fue el mensajero de la primera edad, la cual se cumplió en Asia menor; para la segunda edad Dios envió a Ireneo, el cual estuvo allá en Francia, y fue el mensajero a la segunda edad de la Iglesia gentil. Cristo, así como estuvo en San Pablo, luego estuvo en Ireneo, en esa segunda edad, en donde también los escogidos fueron llamados y juntados por Cristo a través del ministerio que operó en ese segundo ángel mensajero, en la segunda edad de la Iglesia gentil. Luego vino la tercera edad —también en Europa—, y Dios envió a Martin, por medio del cual se manifestó y llamó y juntó a los escogidos de la tercera etapa o edad de la Iglesia gentil, allá en Europa también. Luego vino la cuarta edad —también en Europa—, y Dios envío a Colombo, al cual usó, y por medio del cual se manifestó, y por medio del cual cumplió las promesas correspondientes a la cuarta edad, y por medio del cual hizo también historia en la cuarta edad allá en Europa también. Vean cómo Dios ha estado haciendo historia, cómo Cristo ha estado haciendo historia de edad en edad, por medio del mensajero de cada edad; y vean ustedes cómo la historia de la Iglesia del Señor Jesucristo entre los gentiles, es una manifestación de Cristo en Espíritu Santo por medio del ángel mensajero de cada edad en el cumplimiento de la Palabra prometida para cada edad. Luego, para la quinta edad envío a Lutero, allá en Alemania, y usó a Lutero, y por medio de Lutero llamó y juntó a los escogidos de esa quinta edad. Y estuvo allí Cristo, el Ángel del Pacto, haciendo historia allí en Alemania, y desde allí se extendió a otras naciones también. Así lo hizo en cada edad, porque la Obra de Cristo en cada edad se extiende desde la nación en donde cumple esa Obra - se extiende a otras naciones. Luego viene la sexta etapa o edad de la Iglesia gentil, allá en Europa también; y Dios envío a Jhon Wesley allá en Inglaterra, al cual usó grandemente, y llamó y juntó a los escogidos de la sexta edad de la Iglesia gentil. Vean cómo Dios ha hecho historia cumpliendo Su promesa para cada edad, y Su historia en Asia menor, y Su historia también en Europa; y luego ahora pasa a Norteamérica en la séptima etapa o edad de la Iglesia gentil, y envía allí al precursor de la Segunda Venida de Cristo con el espíritu y virtud de Elías: al reverendo William Marrion Branham, al cual usó y por medio del cual se manifestó grandemente, y llamó y juntó a los escogidos de la séptima edad o etapa de la Iglesia gentil, en el cumplimiento de las promesas divinas para la séptima etapa o edad de la Iglesia gentil. Esa séptima etapa de la Iglesia gentil se cumplió en Norteamérica, en la parte norte del continente americano. Y ahora, del continente americano solamente queda Centroamérica, Suramérica y el Caribe. Y Dios tiene que cumplir el resto de Sus promesas hechas para Su Iglesia, en el continente americano, porque el continente americano es el que pertenece al occidente; y Cristo dijo que \[Mateo 24:27\]: “como el relámpago que sale del oriente y se muestra en el occidente, así será la Venida del Hijo del Hombre”. La promesa para la manifestación del Hijo del Hombre, para mostrarse el Hijo el Hombre, es para el occidente, que es el continente americano, incluyendo el Caribe. Y ya Cristo se manifestó en Norteamérica en la séptima edad de la Iglesia gentil, y solamente le queda Centroamérica y Suramérica y el Caribe, para Su manifestación final entre los gentiles. Y por eso es que, para la América Latina y el Caribe, Cristo envía Su Ángel Mensajero, a través del cual se manifiesta para cumplir Sus promesas correspondientes al Día Postrero en medio de Su Iglesia gentil, y así hacer historia en el Día Postrero en la América Latina y el Caribe, como hizo historia en Asia menor, en Europa y en Norteamérica. O sea, que es la historia de cada promesa divina que Él ha hecho para Su Iglesia, para todo este tiempo por el cual la Iglesia del Señor Jesucristo ha estado pasando desde el tiempo de Jesús y los apóstoles, hasta este tiempo final. Y todo lo que Cristo en Espíritu Santo ha hecho por medio de Sus apóstoles, y por medio de los siete ángeles mensajeros, y por medio de Su Ángel Mensajero para el Día Postrero, será la historia de Cristo en Espíritu Santo, en Su Obra correspondiente a cada edad y a la Dispensación de la Gracia y a la Dispensación del Reino, en la manifestación de Cristo por medio de Sus mensajeros. Esa historia la tendremos durante el Reino Milenial y por toda la eternidad, así como tenemos la historia desde Adán hasta Jesucristo aquí en la Escritura. Y la tendremos porque todo lo que Él ha estado haciendo desde el Día de Pentecostés hacia acá, es lo que está prometido en el Antiguo Testamento que Dios haría; y lo que Dios hace es la historia divina. Para los que la viven, luego de cumplirse, ya es historia; pero ha sido una realidad para esas personas que han vivido en ese tiempo, porque han vivido en carne propia la Obra que Dios prometió para ese tiempo. Y lo que será historia para otras generaciones fue lo que nosotros vivimos en carne propia en este tiempo final; así como lo que es historia para nosotros, de las siete edades de la Iglesia gentil, fue lo que vivieron en carne viva los siete ángeles mensajeros con el grupo de cada edad. Y ahora, podemos ver lo que Dios estaría haciendo en este tiempo final: estaría haciendo lo que Él ha prometido hacer en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, en la edad que es el Año del Jubileo actualizado, en donde los muertos en Cristo serán transformados o resucitados en cuerpos eternos y tendrán un cuerpo diferente, un cuerpo eterno, y nosotros los que vivimos seremos transformados, y tendremos un cuerpo eterno. Ahora, para recibir esa transformación, los escogidos estarán ¿dónde? Estarán en la Obra que Dios estará haciendo en este Día Postrero; o sea que no estarán ellos en algo del pasado, sino en algo del presente: en la Obra de Dios del tiempo presente; pues Cristo dijo \[Mateo 24:31\]: “Y enviará Sus Ángeles con Gran Voz de Trompeta, y juntarán a Sus escogidos”. El cumplimiento de esa promesa, será Dios haciendo historia en este Día Postrero, lo cual, por medio de Su Ángel Mensajero, Dios estará cumpliendo; y la Gran Voz de Trompeta o Trompeta Final, de la cual nos habla Cristo, con la cual serán llamados y juntados los escogidos de Dios, y de la cual también nos habla el apóstol San Pablo en su carta primera a los Tesalonicenses, capítulo 4, verso 13 al 17…, siendo esa la Trompeta de Dios, y también en Primera de Corintios, capítulo 15, donde nos habla —del verso 50 al 55— de que todos seres transformados en un momento, en un abrir y cerrar de ojos, a la Final Trompeta, porque será tocada la Trompeta, nos dice: *“… porque se tocará la trompeta, y los muertos serán resucitados incorruptibles, y nosotros seremos transformados.* *Porque es necesario que esto corruptible se vista de incorrupción, y esto mortal se vista de inmortalidad.* *Y cuando esto corruptible se haya vestido de incorrupción, y esto mortal se haya vestido de inmortalidad, entonces se cumplirá la palabra que está escrita: Sorbida es la muerte en victoria”.* De ahí en adelante no moriremos, en cuanto al cuerpo físico, porque tendremos un cuerpo eterno. Ahora, vean que antes de la resurrección de los muertos en Cristo y de la transformación de los que vivimos, suena la Trompeta Final. Una trompeta es: un Mensaje de Dios. Esa Trompeta Final es la Gran Voz de Trompeta, y ese es el Mensaje final de Cristo para Su Iglesia en el Día Postrero. De edad en edad la Voz de Cristo fue escuchada por medio de cada ángel mensajero durante las siete edades de la Iglesia gentil; o sea que en cada edad se escuchó la Voz de Cristo, se escuchó un Mensaje, se escuchó una Trompeta: la Trompeta de Cristo, la Voz de Cristo. Y luego, para el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular, la Voz de Cristo es representada en la Gran Voz de Trompeta, en la Trompeta Final. La Voz de Cristo estará siendo escuchada por medio de Su Ángel Mensajero en el Día Postrero, en el Día del Señor. Dice Apocalipsis, capítulo 1, verso 10 al 11: *“Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta…”.* Vean, estaba en el Día del Señor, que es el séptimo milenio, que es el Día Postrero, porque un día delante del Señor es como mil años, y mil años como un día, nos dice Segunda de Pedro, capítulo 3, verso 8, y el Salmo 90, verso 4. Y ahora, aquí está San Juan en el Día del Señor, o sea, en el séptimo milenio, en el Día Postrero. *“… y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta* (escucha aquí una gran voz como de trompeta) …*”.* Ahora, vamos a ver la voz de quién, es está gran voz como de trompeta. Recuerden que no es una trompeta literal, sino una voz como de trompeta; es una gran voz como de trompeta. *“… que decía: Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último”.* ¿Quién es el Alfa y Omega? ¿Quién es el primero y el último? Nuestro amado Señor Jesucristo. Él es el que habla con esa Gran Voz de Trompeta en el Día Postrero, en el Día del Señor, en el séptimo milenio. Y ahora, veamos las cosas que Él estará hablando. Apocalipsis, capítulo 4, verso 1, dice: *“Después de esto miré, y he aquí una puerta abierta en el cielo; y la primera voz que oí, como de trompeta* (aquí tenemos la Voz de Cristo otra vez como una trompeta)*,* *hablando conmigo, dijo: Sube acá, y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas”.* ¿Qué cosas estará hablando Cristo con esta Gran Voz de Trompeta? Las cosas que deben suceder, las cosas que han de suceder después de las que ya han sucedido durante las siete edades de la Iglesia gentil. Ahora, las cosas que sucederán acá en la Edad de la Piedra Angular van a ser dadas a conocer. Por eso tiene que subir cada persona, cada hijo de Dios, a la Edad de la Piedra Angular, porque ya Dios no está tratando con ninguna de las siete etapas o edades de la Iglesia gentil, y ya los siete ángeles mensajeros de las siete edades terminaron su ministerio y se fueron. Y ahora le toca el ministerio al Ángel que era muy diferente a los demás. Ese ministerio, el cual estará manifestado por medio de Su Ángel Mensajero, es el ministerio de Cristo, del Ángel del Pacto, es el ministerio del Hijo del Hombre para el Día Postrero a través de Su Ángel Mensajero. Y vean ustedes las promesas hechas por Cristo: “Sube acá y yo te mostraré las cosas que sucederán después de estas”, son cumplidas por medio del ministerio de Cristo a través de Su Ángel Mensajero. Dice así Apocalipsis, capítulo 22, verso 6: *“Y me dijo: Estas palabras son fieles y verdaderas. Y el Señor, el Dios de los espíritus de los profetas, ha enviado su ángel, para mostrar a sus siervos las cosas que deben suceder pronto”.* ¿A quién envía para mostrar estas cosas que deben suceder pronto? Dicen que ha enviado (¿a quién?) a Su Ángel. Este Ángel Mensajero es el profeta de la Dispensación del Reino, enviado en el Día Postrero en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, para Cristo por medio de Su Ángel Mensajero dar a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto. Este es el Ángel Mensajero que viene ungido con el Espíritu de Cristo en el Día Postrero, y es enviado a la Iglesia del Señor Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular y en la Dispensación del Reino, para darle a conocer todas estas cosas que deben suceder pronto en el Día Postrero, o sea, en el séptimo milenio, que es el Día del Señor. Y Cristo confirma nuevamente en Apocalipsis, capítulo 22, verso 16, que Él ha enviado a Su Ángel, y dice así: *“Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”.* ¿A quién ha enviado? A Su Ángel Mensajero. Y por medio de Su Ángel Mensajero es que Cristo en Espíritu Santo en el Día Postrero, el Ángel del Pacto, se manifiesta en el cumplimiento de las promesas correspondientes al Día Postrero. O sea que la manifestación de Cristo, el Ángel del Pacto, el Ángel de Jehová, a través de Su Ángel Mensajero, es en el cumplimiento de las promesas divinas correspondientes al Día Postrero, hechas para ser cumplidas a la Iglesia del Señor Jesucristo. Y así es como Dios en este Día Postrero estará haciendo historia. Nadie puede ver a Dios, sino en el cumplimiento de lo que Él prometió para el tiempo en que la persona está viviendo. Dios se hace presente en cada edad y en cada dispensación, en el cumplimiento de lo que Él prometió para esa edad o para esa dispensación; y se hace presente por medio de la manifestación de Dios a través del mensajero de esa edad o de esa dispensación. Esa es la forma en que Dios se hace presente y hace historia de edad en edad y de dispensación en dispensación. Vean cómo para la liberación del pueblo hebreo Dios envío un profeta, y por medio de ese profeta se manifestó y cumplió Sus promesas correspondientes a ese tiempo al pueblo hebreo; y así ha sido de edad en edad y de dispensación en dispensación. Y ahora, nosotros estamos viviendo en el Día Postrero, en donde encontramos que hay grandes promesas para la Iglesia del Señor Jesucristo, y para eso Cristo dice: “Yo Jesús he enviado mi ángel para daros testimonio de estas cosas en las iglesias”. Y es por medio de ese Mensaje —que Cristo envía por medio de Su Ángel Mensajero y que nos da por medio de Su Ángel Mensajero— que nosotros obtenemos el conocimiento de todas estas cosas que deben suceder pronto, las cuales están profetizadas en el Antiguo Testamento y en el Nuevo Testamento; y por medio de Su Ángel Mensajero viene Cristo en Espíritu Santo abriéndonos esas Escrituras y dándonos a conocer la Obra que Él está realizando en este Día Postrero, con la cual Él está haciendo historia en medio de la raza humana. Ahora, vean ustedes cómo hizo historia en medio de la raza humana desde Adán hasta Jesús; y vean cómo ha estado haciendo historia en medio de la raza humana desde el tiempo de Jesús hasta este tiempo, en el cual nosotros estamos viviendo: es por medio de la manifestación de Cristo en Espíritu Santo a través del instrumento que Él ha tenido en cada etapa. Y cuando Dios está haciendo historia, encontramos que el Dios de historia es traído al tiempo presente, y es manifestado por medio del profeta mensajero correspondiente a ese tiempo, y Dios ahí comienza a llevar a cabo Su Obra correspondiente a ese tiempo y comienza a hacer historia; la historia que en otras generaciones venideras podrán disfrutar y podrán decir: “¡Cuan maravillosa fue la obra que Dios hizo en ese tiempo!”. Pero habrá personas que dirán: “Lo que hoy es historia, para mí fue una realidad que yo viví; yo fui parte de esa realidad que se estuvo viviendo cuando Dios estaba llevando a cabo esa Obra”. Así que en este tiempo en el cual nosotros vivimos, nosotros somos parte de esa Obra que Dios está realizando; por lo tanto, nosotros somos parte de esa historia que Dios está haciendo en este tiempo. Vean cómo es que Dios hace historia: es tomando las promesas que Él ha hecho para cada edad y para cada dispensación, y viniendo a escena por medio de un mensajero, y cumpliendo esas promesas. Y el Dios de la historia, cuando Él se hace presente en el mensajero que Él envía para ese tiempo, el Dios de la historia viene a ser el Dios del presente manifestándose y haciendo realidad Sus promesas correspondientes a ese tiempo. Y ahora, en cada edad los escogidos de Dios han podido decir: “Nosotros no solamente tenemos la historia del Dios de Israel, sino que nosotros tenemos al Dios de Israel siendo manifestado en este tiempo, haciendo la historia que otras generaciones venideras podrán disfrutar”; y así también podemos decir nosotros: “El Dios de la historia del Programa de Dios que ha sido realizado de edad en edad, ahora nosotros lo tenemos presente en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, llevando cabo la Obra correspondiente a este Día Postrero”. O sea que el Dios de la historia bíblica lo tenemos, no solamente como un Dios histórico, sino como un Dios del presente, que está con nosotros en este Día Postrero llevando a cabo Su Obra correspondiente a este Día Postrero; y así está haciendo historia para otras generaciones que vendrán durante el Reino Milenial. Pero nosotros estamos viviendo en carne nuestra el Programa Divino correspondiente a este Día Postrero, que Dios está cumpliendo conforme a Sus promesas; y ese es el privilegio más grande de todos. ¿Por qué? Porque cuando Dios está cumpliendo lo que Él prometió, ahí es donde obtenemos el beneficio de todas esas promesas que están señalando lo que Él hará en el Día Postrero. Ahora, nosotros viviendo en el Día Postrero y viendo a Dios manifestado cumpliendo Sus promesas, nosotros obtenemos el beneficio de esas promesas que Él está cumpliendo. Los que vivieron en edades pasadas y dispensaciones pasadas, desearon ver y escuchar lo que nosotros estamos viendo y estamos escuchando, pero ellos vivieron en otra edad y en otra dispensación. Vivieron en otras edades y otras dispensaciones; por lo tanto, lo que Dios tenía para este tiempo no fue cumplido en tiempos pasados. Estaba reservado para ser cumplido en este tiempo en el cual estamos viviendo. Y ahora, ellos no pudieron obtener el beneficio de esas promesas en el tiempo en que ellos vivieron: de las promesas correspondientes a nuestro tiempo; ellos solamente pudieron obtener el beneficio de las promesas correspondientes al tiempo en que ellos vivían; y desearon ver y escuchar lo que nosotros estamos viendo y estamos escuchando. Ellos desearon ver y escuchar a Dios siendo manifestado en el Día Postrero, cumpliendo Sus promesas correspondientes al Día Postrero, en donde Dios estaría haciendo historia: la historia del Día Postrero, la historia de la Edad de la Piedra Angular y de la Dispensación del Reino. Y ahora, nosotros somos las personas privilegiadas que podemos ver cómo Dios va cumpliendo esas promesas, y se va haciendo la historia del Día Postrero y de la Dispensación del Reino y de la Edad de la Piedra Angular. Vean que todo es conforme a como ha sido prometido aquí en la Escritura, en la Santa Biblia; porque Dios no puede obrar contrario a lo que Él prometió para este Día Postrero. Él no puede venir en el cumplimiento de Sus promesas correspondientes al Día Postrero y decirnos en Su manifestación: “Vamos a construir un arca porque viene un diluvio sobre la Tierra”; esa fue la Palabra de Dios correspondiente al tiempo de Noé, y ya esa Palabra fue cumplida, y ahora, ya es historia. Él tiene que venir conforme a lo que está prometido para este Día Postrero. Y Él viene en el cumplimiento de esas promesas correspondientes al Dia Postrero, manifestado por medio de Su Ángel Mensajero. Y ahí es donde nosotros lo estaríamos viendo en el Día Postrero, en la Obra correspondiente al Día Postrero, en el cumplimiento de las promesas del Dia Postrero por medio de Su Ángel Mensajero. Ahí es donde lo estaríamos viendo, así como en cada edad los escogidos de Dios vieron a Cristo manifestado en el ángel mensajero de la edad en que ellos vivieron, y lo vieron cumpliendo las promesas divinas correspondientes a la edad en que ellos vivieron. Y ahora, para la Edad de la Piedra Angular lo estaríamos viendo manifestado en Su Ángel Mensajero en el cumplimiento de las promesas correspondientes al Día Postrero, al séptimo milenio y a la Edad de la Piedra Angular; y fuera de eso no sería visto el Señor. Es ahí en lo que Él ha prometido para el Día Postrero, en donde lo veríamos a Él, a Cristo manifestado a través de Su Ángel Mensajero. Y ahora, estamos viviendo en el tiempo en que ya Cristo, por medio de Su Ángel Mensajero, ha hecho bastante historia, y todavía falta más para ser llevado a cabo y para completarse la Obra de Cristo en el Día Postrero, y luego ser la historia para generaciones venideras. Ahora, nosotros estamos viviendo en el tiempo en donde Dios está haciendo historia; por lo tanto, Dios está en tiempo presente manifestado, está en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino en el Día Postrero. Es ahí en donde Él nos llama para que escuchemos Su Voz, la Gran Voz de Trompeta, y obtengamos el conocimiento de todas estas cosas que deben suceder en el Día Postrero, y podamos obtener el conocimiento de los juicios divinos que han de venir sobre la Tierra y de las bendiciones divinas que han de venir sobre la Tierra, sobre los escogidos de Dios. Todo esto que está sucediendo en este tiempo en la América Latina y el Caribe es nada menos que: Dios haciendo historia. **“DIOS HACIENDO HISTORIA”.** Él está construyendo el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual: Él está llamando y juntando a Sus escogidos en el Lugar Santísimo de Su Templo espiritual. Y ahora, para el Vencedor hay grandes promesas, y juntamente para todos aquellos que estarán con el mensajero Vencedor del Día Postrero. Vean: *“Al que venciere, daré a comer del Maná escondido* (Apocalipsis, capítulo 2, verso 17)*, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe* (o sea que el Vencedor recibirá esa Piedrecita Blanca y recibirá ese Nombre Nuevo)*”.* La Piedrecita blanca es la Segunda Venida de Cristo. Esa es la Piedra que vio el profeta Daniel en el capítulo 2 del libro de Daniel, la cual vio el rey Nabucodonosor y la interpretó el profeta Daniel. Esa Piedrecita, esa Piedra no cortada de manos, que fue cortada del Monte de Dios, la cual vino e hirió a la imagen en los pies de hierro y de barro cocido; esa es la Segunda Venida de Cristo. Y esa Piedrecita tiene un nombre nuevo que ninguno conoce. Ese Nombre Nuevo de la Piedrecita blanca en Su Segunda Venida es: el Nombre Nuevo del Señor Jesucristo; y ese Nombre Nuevo del Señor Jesucristo es el Nombre Eterno de Dios y es el Nombre de la Nueva Jerusalén. Es el Nombre que le dio Dios al profeta Moisés, con aquellas cuatro letras consonantes que Moisés escuchó en el Éxodo, capítulo 3, las cuales fueron: YHWH. Ahora, vean ustedes, esa Piedrecita blanca viene con un nombre nuevo en Su Segunda Venida, viene con un nombre nuevo a la Edad de la Piedra Angular; así como vino con el Nombre de Redención: el nombre ‘Jesús’, a la Edad de la Piedra Angular dos mil años atrás en Su Primera Venida como Cordero de Dios en Su Obra de Redención. Ahora, como León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores, Él viene en el Día Postrero en la Edad de la Piedra Angular a Su Iglesia con un nombre nuevo; ese es el Nombre Nuevo del Señor Jesucristo. Y ahora, Él dice que le dará esa piedrecita blanca con ese Nombre Nuevo al Vencedor; o sea que le dará la Segunda Venida de Cristo con el Nombre Nuevo. Por lo tanto, el Vencedor, que para el Día Postrero será el Ángel del Señor Jesucristo, el Vencedor del Día Postrero, del Día del Señor, de la Edad de la Piedra Angular y de la Dispensación del Reino, estará recibiendo la Segunda Venida de Cristo con Su Nombre Nuevo, y la estará revelando a Su Iglesia en la Edad de la Piedra Angular. Y estará recibiendo el Maná escondido, el cual estaba en el lugar santísimo; por lo tanto, el Mensaje del Lugar Santísimo, de la Edad de la Piedra Angular, lo recibe ese Mensajero Vencedor, y lo dará a los escogidos de Dios. Y ese Maná escondido será el Mensaje del Evangelio del Reino, que contiene el misterio revelado de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. Ya para las siete edades se comieron el Maná correspondiente a las sietes edades. Pero vean ustedes que en el lugar santísimo estaba escondido el maná, en una vasija, el cual ninguno podía ver ni comer, sino solamente lo podía ver el que entraba al lugar santísimo —el sumo sacerdote— una vez al año. Y la Iglesia del Señor Jesucristo durante las sietes edades de la Iglesia gentil, vivió en el Lugar Santo del Templo espiritual de Cristo. Y la Iglesia del Señor Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular, en el Día Postrero, estará viviendo en el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo. Y ahí estará el Maná escondido, para el Ángel del Señor Jesucristo, el siervo fiel y prudente, alimentar a los escogidos de Dios, a la Iglesia del Señor Jesucristo con el Mensaje del Evangelio del Reino, con el Mensaje que contiene la revelación divina de la Segunda Venida de Cristo como el León de la tribu de Judá, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. Ese misterio no sería revelado a la Iglesia del Señor Jesucristo durante las siete edades de la Iglesia gentil, porque corresponden las siete edades al Lugar Santo del Templo espiritual de Cristo. Tiene que ser en la Edad de la Piedra Angular, la edad del Lugar Santísimo, en donde encontramos que en el Antiguo Testamento en el templo que construyo Moisés y el que construyó Salomón, encontramos a Dios allí en la Luz de la Shekinah sobre el propiciatorio, en medio de los dos querubines de oro, allá en el lugar santísimo… El propiciatorio estaba sobre el arca del pacto, y dentro del arca del pacto estaba el maná escondido en una vasija de oro; ahí estaba la vara de Aarón que reverdeció, estaban las tablas de la Ley, y también allí en el lugar santísimo estaba el incensario que el sumo sacerdote llevaba cuando entraba al lugar santísimo una vez al año, para allí, encontramos el humo del incensario llegar hasta la presencia de Dios. Ahora, podemos ver todas estas cosas que estaban en tipo y figura allá en el tabernáculo que construyó Moisés y el templo que construyó Salomón, las cuales se han ido materializando en el Templo espiritual de Cristo, ese Templo que Cristo ha estado construyendo, que es el Templo de Dios para morada de Dios en Espíritu Santo en toda Su plenitud. Porque Dios morará en el ser humano nuevamente en toda Su plenitud, como moró en Jesucristo. Así que podemos ver el Programa Divino y podemos ver dónde nos encontramos en este Día Postrero: nos encontramos en el Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo, donde Dios está haciendo historia, en donde Dios está materializando lo que estaba en el lugar santísimo del templo que construyó Salomón y el templo que construyó Moisés; ahora lo está materializando en seres humanos en la Iglesia del Señor Jesucristo en la Edad de la Piedra Angular. Vean ustedes, allí estaba el Nombre de Dios sobre el propiciatorio, en medio de los dos querubines de oro, porque allá estaba el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto, estaba Dios en esa Luz de la Shekinah allí manifestado; y el Ángel del Pacto es el que tiene el Nombre de Dios, nos dice en el libro del Éxodo, capítulo 23 y verso 20 en adelante, donde nos dice: *“He aquí yo envío mi Ángel delante de ti para que te guarde en el camino, y te introduzca en el lugar que yo he preparado.* *Guárdate delante de él, y oye su voz; no le seas rebelde; porque él no perdonará vuestra rebelión, porque mi nombre está en él”.* ¿Dónde está el Nombre de Dios? El Nombre de Dios está en el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto. Y ahora, vean ustedes cómo, cuando se manifestó el Ángel de Jehová, el Ángel del Pacto en carne humana, tuvo el Nombre de Dios de Redención, que es Jesús; y para el Día Postrero, Cristo dice que Él tiene un nombre nuevo; y ahora, ese Nombre Nuevo es el Nombre Eterno de Dios; el cual Cristo cuando ascendió al Cielo y se sentó en el Trono de Dios, se sentó a la diestra de Dios, recibió un nombre nuevo: ese nombre es el Nombre Eterno de Dios para ser manifestado en Su Venida en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, que es la Edad del Lugar Santísimo del Templo espiritual de Cristo; y por eso es que al Vencedor para el Día Postrero, Cristo le ofrece tantas bendiciones. En Apocalipsis, capítulo 3, verso 12, Cristo dice: *“Al que venciere, yo lo haré columna en el templo de mi Dios, y nunca más saldrá de allí; y escribiré sobre él el nombre de mi Dios, y el nombre de la ciudad de mi Dios, la nueva Jerusalén, la cual desciende del cielo, de mi Dios, y mi nombre nuevo”.* Es un misterio el Nombre Eterno de Dios y el Nombre de la Nueva Jerusalén y el Nombre Nuevo del Señor Jesucristo. Pero por cuanto Cristo ha dicho que lo escribirá sobre el Vencedor: “Escribiré sobre él el Nombre de mi Dios y el Nombre de la ciudad de mi Dios y mi Nombre Nuevo”, ese nombre, al ser escrito sobre el Vencedor será revelado a la Iglesia del Señor Jesucristo en el Día Postrero, porque la Iglesia del Señor Jesucristo en el Día Postrero lo verá escrito en el Vencedor; así como en la Primera Venida de Cristo, encontramos que el Nombre de Dios para Redención, para llevar a cabo la Obra de Redención en la Cruz del Calvario fue escrito ¿sobre quién? Sobre Cristo, el Vencedor. Sobre Jesús de Nazaret, vean ustedes, estaba el Nombre de Dios para Redención. Por eso la Primera Venida de Cristo tenía que ser con el Nombre, Jesús, que significa: redentor, salvador; tenía que traer el Nombre de acuerdo a la Obra que llevaría a cabo. Y para Su Segunda Venida Él tiene que venir con el Nombre que corresponde a la Obra que Él estará llevando a cabo en el Día Postrero: la Obra del León de la tribu de Judá, de Rey de reyes y Señor de señores, la Obra de Reclamo en el Día Postrero, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino. Y ese Nombre, será el Nombre con el cual Cristo se manifestará como Hijo del Hombre e Hijo de David, como Rey de reyes y Señor de señores en Su Obra de Reclamo. Por eso es que en Apocalipsis, capítulo 19, Él viene con un nombre que ninguno conoce; “Y Su Nombre es: El VERBO DE DIOS”. Su Nombre es… “Se llamaba Fiel y Verdadero, y con justicia juzga y pelea”, y dice que Su Nombre es: “EL VERBO DE DIOS”; y también dice que: “en Su vestidura y en Su muslo tiene escrito este nombre: REY DE REYES Y SEÑOR DE SEÑORES”. O sea que el Nombre Nuevo del Señor Jesucristo, que es el Nombre Eterno de Dios y Nombre de la Nueva Jerusalén, es el Nombre que Él usará como Rey de reyes y Señor de señores; y con ese Nombre es que Él vendrá, y estará velado y revelado en el Día Postrero, y estará velándose y revelándose en Su Ángel Mensajero en medio de Su Iglesia en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino. Y la revelación de todas estas cosas que deben suceder, son dadas a conocer estas cosas, estas revelaciones, en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, porque ahí estará el mensajero del Señor Jesucristo, el Ángel del Señor Jesucristo; porque ya los otros siete ángeles han terminado sus ministerios, y solamente le queda a Cristo, el Ángel Mensajero de la Edad de la Piedra Angular, para velarse y revelarse por medio de él; y así el Ángel que era diferente a los demás, *este* Ángel que era diferente a los demás, en el cumplimiento de Su Venida aquí en las nubes, ahora se manifiesta en carne humana en la Tierra a través de Su Ángel Mensajero, y cumple el ministerio para el cual él viene, y cumple Su Obra para la cual él viene, Su Obra de León de la tribu de Judá, de Rey de reyes y Señor de señores, Su Obra de Reclamo para traer a cumplimiento toda promesa correspondiente al Día Postrero y toda promesa correspondiente a la Edad de la Piedra Angular, y a la Dispensación del Reino y al Día Postrero. Y así, llamar y juntar por medio de Su Ángel Mensajero con el Mensaje del Evangelio del Reino, que es el Mensaje de la Gran Voz de Trompeta, llamar y juntar a todos Sus escogidos en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino en este Día Postrero, y darle a conocer así, todas estas cosas que deben suceder pronto, y así obtener el conocimiento de todas estas cosas, todos los escogidos de Dios, y ser preparados para ser transformados y raptados en este Día Postrero. Vean que todas estas cosas suceden *acá* arriba en la Edad de la Piedra Angular. Hay un remanente de estas edades, y el remanente de todas estas edades pasará por la gran tribulación: son las vírgenes durmientes o vírgenes insensatas que no tenían aceite en sus lámparas; o sea que no habían nacido de nuevo, no habían recibido el Espíritu Santo, aunque habían creído en Cristo y habían sido justificadas, y habían sido santificadas por la Sangre de Cristo, y habían tenido manifestaciones de dones espirituales (muchos de ellos), pero no habían nacido de nuevo, no tenían aceite en sus lámparas, no tenían el Espíritu Santo; y por consiguiente, no podrán ser transformadas y raptadas esas personas en el Día Postrero. Se requieren que escuchen la Voz de Cristo todos los que van a ser transformados y raptados, los cuales tienen sus nombres escritos en el Libro de la Vida del Cordero desde antes de la fundación del mundo. Y Cristo dijo \[San Juan 14:27\]: “Mis ovejas oyen mi Voz y me siguen… También tengo otras ovejas que no son de este redil; las cuales también debo traer, y oirán mi Voz; y habrá un rebaño, y un Pastor”. Y han estado escuchando Su Voz de edad en edad por medio de cada ángel mensajero, a través del cual Cristo ha estado manifestado en Espíritu Santo, llamando y juntando a Sus escogidos en cada edad y en cada territorio donde se ha cumplido cada edad. Y ahora estamos en el territorio donde está cumpliéndose la Edad de la Piedra Angular y donde Cristo está llamando y juntando a Sus ovejas por medio de Su Ángel Mensajero con el Mensaje del Evangelio del Reino. Y esto está sucediendo en la América Latina y el Caribe en este Día Postrero, en la Obra que Dios está realizando conforme a las profecías bíblicas correspondientes al Día Postrero. Y esto es una cosa solamente: Dios haciendo historia en este Día Postrero en la América Latina y el Caribe. **“DIOS HACIENDO HISTORIA”.** Vean cómo las cosas que Él prometió para el Día Postrero, Él las está cumpliendo. Ya comenzó a cumplirlas; hay algunas que ya han sido cumplidas, otras están en proceso de cumplimiento y otras serán cumplidas más adelante. Ahora, podemos ver cómo Dios va haciendo historia en este Día Postrero en la Edad de la Piedra Angular y Dispensación del Reino, y cómo la historia de la Obra de Dios en el Día Postrero se está realizando en la América Latina y el Caribe. Este es el territorio bendecido por Dios, este es el territorio que tiene el privilegio de ver y escuchar estas cosas que fueron prometidas para ser cumplidas en el Día Postrero. O sea que el continente latinoamericano y caribeño, es el territorio bienaventurado ante la presencia de Dios en este Día Postrero. Por lo tanto, aprovechemos esta bendición tan grande que nos ha tocado en el Programa de Dios, en donde Dios está haciendo historia en la América Latina y el Caribe en el cumplimiento de lo que Él ha prometido para este Día Postrero. Ha sido para mí un privilegio muy grande estar con ustedes en esta ocasión, dándoles testimonio de lo que Dios está realizando en este Día Postrero. Eso es: **DIOS HACIENDO HISTORIA.** Estaré con ustedes nuevamente a las 3:00 de la tarde, Dios mediante, para continuar viendo a Dios haciendo historia en este Día Postrero en la América Latina y el Caribe en medio de Su Iglesia gentil, para luego tornarse al pueblo hebreo. ¿Y dónde están las personas que estarían viendo a Dios haciendo historia en el Día Postrero? Aquí estamos. Aquí está un grupo en esta ocasión, y en toda la América Latina y el Caribe hay grupos de escogidos de Dios que están viendo a Dios haciendo historia y están recibiendo el beneficio de lo que Dios está cumpliendo en este Día Postrero. Que Dios les continúe bendiciendo a todos, que Dios les guarde, y hasta las 3:00 de la tarde, Dios mediante, en que estaré nuevamente con ustedes. Dios les continúe bendiciendo a todos, y nuevamente con nosotros Félix Caro para continuar. Dios les bendiga. **“DIOS HACIENDO HISTORIA”.**